una estética okupa. texto para la exposición trashumancia de boris romero, museo nacional de...

3
Una estética okupa. Texto para la exposición Trashumancia de Boris Romero, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay, 2014. Un extraño volumen aproxima, expande y atraviesa espacios museísticos canónicos, obras invaluables, artistas reconocidos, restos en fin, del naufragio de las grandes apuestas estéticas occidentales. El volumen es pues insidioso y molesto: una escultura (¿pero habría que llamarla así?) inquietante que cambia de escala, de lugar, de luz, de densidad, frente a tanta y tanta parafernalia artística legitimada, codificada y en eterna escena. Boris M. Romero -o tal vez deberíamos decir sus trabajos, sus procesos- no piden permiso. Ingresan, oc(k)upan, penetran

Upload: l-nicolas-guigou

Post on 21-Jul-2016

63 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Una estética okupa. Texto para la exposición Trashumancia de Boris Romero, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay, 2014.

TRANSCRIPT

Page 1: Una estética okupa.  Texto para la exposición Trashumancia de Boris Romero, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay, 2014

Una estética okupa.

Texto para la exposición Trashumancia de Boris Romero, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay, 2014.

Un extraño volumen aproxima, expande y atraviesa espacios museísticos canónicos, obras invaluables, artistas reconocidos, restos en fin, del naufragio de las grandes

apuestas estéticas occidentales. El volumen es pues insidioso y molesto: una escultura (¿pero habría que llamarla así?) inquietante que cambia de escala, de lugar, de luz, de densidad, frente a tanta y tanta parafernalia artística legitimada, codificada y en eterna escena. Boris M. Romero -o tal vez deberíamos decir sus trabajos, sus procesos- no piden permiso. Ingresan, oc(k)upan, penetran y se agigantan al lado, dentro, o en un

afuera en extremo cercano a los momentos de la engreída performance de las instituciones que dicen se dedican al arte. Si acaso para Jorge Idel explotar el Museo

del Louvre continúa siendo la condición fundamental para destrabar el arte de sí mismo, para Romero alcanza con establecer una estrategia más pacífica aunque probablemente

más radical: exponer sin autorización, huir de la aprobación de los tribunales supuestamente competentes, escapar de los certificados de los jueces del arte, sortear el

pase de los cancerberos de los Museos de la Eterna Gloria Artística.

Mientras que la alicaída filosofía vernácula – discurso parasitario y anodino del quehacer artístico- sigue preguntándose acerca de la legitimidad del arte, su

universalidad, las bases que lo sostienen (?), Boris M. Romero mediante su estética okupa por suerte no nos depara ninguna (e inútil) respuesta filosófica: hace, produce, gesta un lugar que no requiere de legitimidad ni legalidad ninguna. Es en el momento

que hace. Una inscripción intermitente que no discute ni promueve un parloteo

Page 2: Una estética okupa.  Texto para la exposición Trashumancia de Boris Romero, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay, 2014

filosófico de ciegos, sino que trae – o atrae- una nueva gestualidad que no admite ni la solicitud de permisos, ni las autorizaciones preclaras. Solamente discontinuidades en el estar y el no estar al mismo tiempo. O bien otro tiempo – promovido como siempre, por una manera otra de generar espacios- en el cual ya no se sostiene ni el canon artístico de

Occidente, ni tampoco sus vigilantes.

Prof. Tit. Dr. L. Nicolás Guigou Dpto. de Ciencias Humanas y Sociales, FIC, UDELAR.

Director del Dpto. de Antropología Social, FHCE, UDELAR.