un tema vital - aguas vivas · una ofrenda suave palabras y obras carecen de valor si no se ofrecen...

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Un tema vital Mientras trabajábamos en la presente edición, Lance Lambert, un querido y respetado siervo de nacionalidad británica, partió a la presencia del Señor. A modo de reconocimiento, incluimos un mensaje suyo. El hermano dice: “Ne- cesitamos conocer al Espíritu Santo; debido a los tiempos en los cuales vivi- mos, considero que no hay nada más importante que ésto”. La reciente visita del hermano Cézar Coneglian a Chile no dejó a nadie indife- rente, abordando con sencillez y profundidad el tema siempre vigente de la familia de Dios. Esperamos incluir más mensajes suyos en las próximas edicio- nes. Continuamos abordando, desde distintos ángulos, la vital enseñanza acerca de la persona y obra del bendito Consolador, el Espíritu Santo, quien nos co- munica la realidad de las cosas celestiales y nos capacita para seguir guardan- do nuestra fe, más preciosa que el oro, y testificando de nuestro glorioso Sal- vador, Jesucristo el Señor. Permita el Señor que podamos asimilar la enseñanza, pues de poco sirve que nos quedemos en el plano del conocimiento teórico de las cosas. Agradecemos las cartas de apoyo a este trabajo, especialmente las que llegan desde lejanas tierras; son un gran estímulo. Nunca sabremos hasta dónde lle- gan estas líneas, y el fruto que produzcan lo dejamos en las manos del Señor.

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Un tema vital

Mientras trabajábamos en la presente edición, Lance Lambert, un querido yrespetado siervo de nacionalidad británica, partió a la presencia del Señor. Amodo de reconocimiento, incluimos un mensaje suyo. El hermano dice: “Ne-cesitamos conocer al Espíritu Santo; debido a los tiempos en los cuales vivi-mos, considero que no hay nada más importante que ésto”.

La reciente visita del hermano Cézar Coneglian a Chile no dejó a nadie indife-rente, abordando con sencillez y profundidad el tema siempre vigente de lafamilia de Dios. Esperamos incluir más mensajes suyos en las próximas edicio-nes.

Continuamos abordando, desde distintos ángulos, la vital enseñanza acercade la persona y obra del bendito Consolador, el Espíritu Santo, quien nos co-munica la realidad de las cosas celestiales y nos capacita para seguir guardan-do nuestra fe, más preciosa que el oro, y testificando de nuestro glorioso Sal-vador, Jesucristo el Señor.

Permita el Señor que podamos asimilar la enseñanza, pues de poco sirve quenos quedemos en el plano del conocimiento teórico de las cosas.

Agradecemos las cartas de apoyo a este trabajo, especialmente las que llegandesde lejanas tierras; son un gran estímulo. Nunca sabremos hasta dónde lle-gan estas líneas, y el fruto que produzcan lo dejamos en las manos del Señor.

2 AGUAS VIVAS

EVANGELIO

Jesús, como el altar de la expiación, es el todo en elrescate de un alma de la muerte.

Para llegar a conocer el poder san-tificador de la gracia, debemosinvestigar su obra en hombres depiedad. Una máquina complicadaparece un rompecabezas insoluble,hasta que se entiende cómo trabajacada una de sus piezas.

Del mismo modo, con un estudiocuidadoso de buenos modelos,llegamos a comprender cómo sepueden levantar templos espiritualescon los viles materiales de la tierra, ycómo pobres pecadores comonosotros pueden hacer proezas en elcampo de las aflicciones.

La escena puede variar según lascircunstancias, pero hay ciertasseñales que no pueden oscurecerse.El hijo de Dios debe exhibir siempreuna obediencia total a la voluntad delPadre celestial, una firme confianzaen su Palabra, una dulce sumisión asu dirección y un constante aproxi-marse a él por medio de la sangre

reconciliadora, con el gozo de laoración y la alabanza. El verdaderoárbol de la fe debe estar cargado deestos frutos. El alma nacida de nuevodebe probar su ascendencia con estascaracterísticas, y un andar celestialdebe ser a lo largo de este caminoconsagrado.

La figurLa figurLa figurLa figurLa figura de Noéa de Noéa de Noéa de Noéa de NoéEsta verdad está claramente escritaen la historia de Noé. Dios le dijo:«Hazte un arca». Y aunque la obra eraextraña, se empezó de inmediato.Luego Dios ordenó: «Entra tú y todatu casa en el arca».

Noé entró con gran confianza sinignorar que, si bien había peligrosfuera, también podría haberlosdentro; pero siguiendo al Señor sinreservas se encontró a salvo y en paz.

La misma voz habló de nuevo: «Saldel arca». Y él salió de su refugio paraposarse sobre la tumba de un mundo

El altar

«Y edificó Noé un altar a Jehová» (Gén. 8:20).

Henry Law

3AGUAS VIVAS

enterrado. Una soledad silenciosareinaba en aquella tierra que Noéconoció cuando era la guarida delmal. El epitafio del pecado estabaescrito sobre aquellas vastas ruinas.

Se puede creer, con razón, que suprimer acto fue adorar, y el complejomomento en que se encontraba damás realce a su actitud. «Y edificó Noéun altar a Jehová». Muchos asuntosrequerían su cuidado. No tenía casa,ni corrales para el ganado, y él lo teníaque hacer todo. Tenía que planear,arreglar, esforzarse y trabajar.

Si ha habido un hombre que podíahaber excluido a Dios a causa de susmuchas ocupaciones, este hombreera Noé. Si ha existido un momentodemasiado ajetreado para pensar enel cielo, ése era el momento. Pero no;todo debe rendirse a Aquel que essobre todo, lo primero debe ser paraAquel cuyo nombre es Primero.

El primer edificio sobre aquella tierrafue un altar para su Hacedor, y laprimera actitud del patriarca fue lade arrodillarse sobre el suelo con susmanos alzadas al cielo.

Un engaño suUn engaño suUn engaño suUn engaño suUn engaño suttttt ilililililSi parece que franqueo los límites demi tema es porque sé que Satanásdetiene a menudo la mano que sedispone a llamar a las puertas de lamisericordia, persuadiéndola de queaún no es hora, de que este rato debe

dedicarse a la familia, al trabajo, alsolaz. Pero no le escuches. No esdesperdiciado el tiempo cuando se leda a Dios. No hay obra provechosa sino empieza, continúa y termina en él.Dedícale tu primera y última hora.Nunca estará en deuda contigo.

El verEl verEl verEl verEl verdaderdaderdaderdaderdadero Alo Alo Alo Alo AltttttarararararEl altar se edificó para sacrificarofrendas sobre él. No se puede dudarque aquella víctima y su sangrederramada bosquejaban la muertedel Cordero de Dios.

Es también cierto, aunque no sea tanevidente, que el altar tambiénproclama a Aquel que es la suma ysustancia del milagro de la redención.Jesús constituye cada parte de laexpiación del pecado. Del mismomodo que es el verdadero Sacerdotey la verdadera Víctima, así tambiénes el verdadero Altar. Él se ofrece paramorir sobre Sí mismo.

Por ello, ese sacrificio por ti es perfec-to, por ser completamente divino.Tienes un Sacerdote, y solo uno, queentró en los cielos y se sienta a ladiestra de la Majestad en las alturas.Tienes un Cordero, y solo uno, porqueno se necesita más, que murió unavez, puesto que una vez fue abso-lutamente suficiente para pagar laculpa y salvar del pecado. Así tambiéntienes un Altar, y solo uno, que estáante el trono de Dios. Jesús es el Altar.

4 AGUAS VIVAS

Esto no es un sueño fantástico, sinoel pronunciamiento fiel de nuestroDios. El mismo Espíritu nos lleva hastael altar y nos hace leer en él estalección evangélica, que los labios delApóstol pronunciaron bajo Sudirección: «Tenemos un altar» (Heb.13:10).

Por consiguiente, tenemos un altarentre nuestros tesoros. Pero, ¿dóndeestá? Tiene que estar donde está elSacerdote, y donde está la sangre. Noestá aquí, sino tras el velo del cielo, ypor ello solo puede ser el Señor Jesús.Éste es el pozo de verdad que elEspíritu nos abre. Saquemos agua deél con gozo.

Un lecho de mUn lecho de mUn lecho de mUn lecho de mUn lecho de muerteuerteuerteuerteuerteEl altar tiene diversos usos, pero elprincipal es el de servir de lecho demuerte de la víctima. Por ello, cuandoJesús vino a morir, tuvo que poseertal lecho.

Vayamos con fe al Calvario, que es lacuna de nuestras esperanzas. Allí, enla plenitud de los tiempos, vemos anuestro Sumo Sacerdote que lleva unmanso Cordero, y el Cordero es élmismo. Su carga no es común. «MasJehová cargó en él el pecado de todosnosotros».

El peso de un solo pecado arrojaríaun alma en las profundidades delabismo de condenación eterna. Pero,¿quién podría contar los pecadosbajo cuyo peso gime Jesús? Su

número es infinito y su gravedadinconmensurable.

Así pues, ¿sobre qué altar se puedepresentar este sobrecargado varón dedolores? Si los ángeles desplegasentoda su fortaleza para sostenerle, sequebrarían como cañas. Si losmundos se amontonasen, quedaríancomo polvo. Ni el cielo mismo podíaayudar; todo era tinieblas en lo altocuando Jesús clamó: «Dios mío, Diosmío, ¿por qué me has abandonado?».La tierra toda había huido y, al mirar,Cristo no vio a nadie.

Pero todo lo que necesitaba lo teníaen sí mismo. Su divinidad es el altarde su humanidad expirante. Él es supropio socorro y ayuda, y no flaqueabajo el diluvio de la ira de Jehová. Conmano serena bebe hasta el final lacopa de la furia divina, y así paga porel pecado hasta que la misma justiciadice: ¡Basta! Fuerte en su propiopoder, él satisface hasta que lasatisfacción sobreabunda. Basadoinconmoviblemente en su divinidad,borra la iniquidad hasta que éstadesaparece.

ExalExalExalExalExaltttttando a Jeando a Jeando a Jeando a Jeando a JesússússússússúsDeseo exaltar a Jesús mostrándolocomo el altar de la expiación, paraque entiendas que él es el todo en elrescate de un alma de la muerte.Créeme, no es fácil ni común el veresta verdad en su límpida gloria.Satanás y todo el infierno se esfuer-

5AGUAS VIVAS

zan sin descanso para empañarla connieblas. Nuestra pobre naturalezaestá pronta a beber la poción quehace creer que, con un poco de ayudade Cristo, todo irá bien.

El yo, engañándose a sí mismo consus propios actos, llega a creer quelos méritos del hombre, recubiertoscon los méritos de Cristo, son la llavedel cielo. Pero esto no es sinoconstruir un altar de basura humanacon herramientas humanas, y luegocolocar a Cristo sobre él.

Esta mentira, colocando a Cristodelante, se pasa por toda la tierramatando a miles. Esto es el árbolvenenoso bajo cuya sombra des-cansan muchos, soñando que hanhecho de Cristo su única esperanza,cuando en realidad han puesto suconfianza en sí mismos.

Este es el espíritu que se burla de losperdidos, mostrándoles, demasiadotarde, que el Cristo exaltado depalabra no es necesariamente elCristo que reina en el corazón. Estees el enemigo que tan a menudo hacedel ministerio un campo estéril. Los

hombres imaginan que oír de Cristoy alabar este nombre, equivale a lagracia que salva. Así pues, el yo, enalguna de sus formas, es el altarpreferido de la tierra pecadora.

Éste es el gran engaño de la religiónformal. Ésta es la red que el poder delas tinieblas ha extendido de formatan ingeniosa. Esta herejía admite losuficiente de Cristo para calmar laconciencia, pero retiene lo suficientedel yo para matar el alma. No niegaque Jesús vivió y murió para salvar,pero tampoco admite que Jesús solosea suficiente. Por ello levantamuchos altares altos y cautivadoresde los sentidos y de la imaginación,haciendo de ellos la verdadera basede la esperanza del pecador. Luegolos corona con Cristo y, como loshombres de Babel, cree que alcanzaráel cielo.

En todo esto existe cierta semejanzade exaltación de Cristo. Pero es Cristoañadido a las formas religiosasexternas, en fin, Cristo sirviendo depináculo a la pirámide de las ideashumanas.

MúlMúlMúlMúlMúlttttt ipleipleipleipleiples funciones funciones funciones funciones funciones del als del als del als del als del altttttarararararPero el verdadero altar tienemúltiples usos. Allí se recibían lasofrendas y primeros frutos deladorador. De él se sacaba la provisiónde alimentos. Allí huía el culpable; suterreno era un santuario. Jesús estodo esto.

No es desperNo es desperNo es desperNo es desperNo es desperdiciado eldiciado eldiciado eldiciado eldiciado eltiempo cuando se le datiempo cuando se le datiempo cuando se le datiempo cuando se le datiempo cuando se le daa Dios. No haa Dios. No haa Dios. No haa Dios. No haa Dios. No hay obry obry obry obry obra pra pra pra pra pro-o-o-o-o-vvvvvechosa si no empieechosa si no empieechosa si no empieechosa si no empieechosa si no empiezzzzza,a,a,a,a,cccccononononontinúa y ttinúa y ttinúa y ttinúa y ttinúa y termina en él.ermina en él.ermina en él.ermina en él.ermina en él.

6 AGUAS VIVAS

Lector, el llamamiento que se te hacees que presentes tu alma, tu cuerpo,todo lo que eres, todo lo que tienes,todo lo que puedes hacer, en sacri-ficio a Dios. No puedes regatearlenada a quien ha dado, para rescate,más de lo que el cielo es. Incrusta estaverdad en tu mente: Excepto en elAmado, no hay persona ni servicioaceptable.

Una ofrUna ofrUna ofrUna ofrUna ofrenda suaenda suaenda suaenda suaenda suavevevevevePalabras y obras carecen de valor sino se ofrecen por fe, por los méritosy en el nombre de Jesús. El fruto queno está santificado por su sangre ydedicado para su gloria, es solopodredumbre. Es únicamente el ricoincienso que se eleva de este altar, loque puede hacer de ti, y de tu vida,una ofrenda suave a Dios.

Lector, ora mucho. Esto es el respirardel alma, porque cada momentoconstituye una necesidad que debecrear un clamor que ascienda al cielo.Pero solo hay un altar donde laspeticiones adquieren el poder de lavictoria. Los que suplican en elnombre de Cristo hallan contestaciónen el cielo. Pero la oración desligadade Cristo es como humo que sedesvanece en el aire.

Que tu agradecimiento sea, también,abundante, porque el mandamientoes: «Dad gracias en todo». El río desus misericordias fluye incesante y,

¿cómo puede extinguirse el arroyo denuestro amor agradecido? Pero nohay alabanza aceptable si no se elevade este altar.

Sustento del almaSustento del almaSustento del almaSustento del almaSustento del almaEl alma necesita alimentación regular,y solo aquí la puede encontrar. ¡ElEvangelio nos invita a un granbanquete! La palabra, las promesas,las ordenanzas y los símbolos estánpreparados para este banqueteabundante. Pero Cristo es la esenciadel alimento y, sin él, los medios dela gracia no son más que cáscarassecas.

El altar tenía, además, asas. El ofensorque se aferraba a ellas estaba a salvo;la mano vengadora no podía tocarle.Así también, todo el que se refugiaen Cristo puede despreocuparse detodo enemigo. Ni las amenazas de laley, ni la espada justiciera, ni el furordel perseguidor pueden dañarle.

¡Cuán feliz es el creyente que hahecho de este altar su hogar seguroy deleitoso! Bajo su protecciónpensará con frecuencia: «Aquí hedescargado el peso de mis pecados;aquí viviré, con el poder del Espíritu,una vida entregada y de adoración.Aquel que es el Altar donde muero alpecado, será el Altar donde vivirépara Dios. Cristo lo es todo para miperdón y para mi santidad».

De El Evangelio en Génesis

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TEMA DE PORTADA

Siendo llamados a la comunión con elHijo de Dios, es vital que aprendamosa comportarnos como hijos de Dios.

Iniciando una serie de mensajes sobre la fami-lia, hoy haremos algo diferente. No hablaremossobre los padres, ni de cómo deben comportar-se los hijos, ni sobre cómo deben actuar losmaridos, ni cómo deben comportarse las espo-sas. Vamos a hablar sobre todos nosotros.

Todos nosotros somos, o ya fuimos, hijos. Algu-nos están aún en la condición de hijos; son jó-venes que aún no se han casado y son sustenta-dos por sus padres. Y hay otros que ya han deja-do la casa paterna, pero aún son hijos. Porquenosotros nunca dejamos de ser hijos.

Quiero mostrar hoy, si el Espíritu nos lo permi-te, que nosotros somos, en la vida de familia, loque fuimos como hijos. Un hijo problemático esun marido problemático. Un hijo callado es unmarido silencioso, que no puede gobernar bien

Aprendiendo a ser hijosY Jesús, después que fue bautizado, subió lue-go del agua; y he aquí los cielos le fueronabiertos, y vio al Espíritu de Dios que descen-día como paloma, y venía sobre él. Y hubouna voz de los cielos, que decía: Este es miHijo amado, en quien tengo complacencia».

– Mateo 3:16-17

César Coneglian

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su casa, porque se gobierna pormedio de la palabra. Una hija irrita-ble es una esposa agitada, que tras-torna el ambiente hogareño.

CompCompCompCompComportortortortortamiento de hijosamiento de hijosamiento de hijosamiento de hijosamiento de hijosEl primer versículo del evangelio deMarcos comienza diciendo: «Evan-gelio de Jesucristo, Hijo de Dios».Jesús es presentado como Hijo. Éltiene muchos nombres en la Biblia;pero en el Nuevo Testamento asu-me los títulos de Hijo del Hombre eHijo de Dios. Hijo del Hombre, paramostrar cómo nosotros –como hom-bres– debemos comportarnos enesta tierra; e Hijo de Dios, para mos-trar cómo deberíamos haber sidodurante toda nuestra vida.

«Fiel es Dios, por el cual fuisteis lla-mados a la comunión con su HijoJesucristo nuestro Señor» (1ª Cor.1:9). No fuimos llamados a la comu-nión de Jesús, ni a la comunión deCristo. Fuimos llamados a la comu-nión del Hijo. Es urgente que apren-damos a comportarnos como hijosde Dios. «Conoceréis la verdad, y laverdad os hará libres» (Juan 8:32).Luego dice: «Si el Hijo os libertare,seréis verdaderamente libres» (v.36). Mientras no aprendamos a serhijos de Dios, no seremos verdade-ramente libres.

¿Por qué un matrimonio es esclavode las disputas? Porque uno de ellos

no aprendió a ser hijo de Dios. ¿Porqué nuestros hijos tienen proble-mas? Porque no les enseñamos a serhijos de Dios.

Solo en la filiación encontramos ple-na liberación. No es casual que, des-pués que Jesús recibió esa voz delPadre, él haya sido tomado por elEspíritu y llevado al desierto. Allí, elSeñor enfrentó una gran tentacióndel diablo. Y de las tres tentaciones,dos comienzan así: «Si eres Hijo deDios...».

La voz del Padre había dicho: «Túeres mi Hijo amado; en ti tengo com-placencia» (Luc. 3:22). Ahora, Sata-nás mira al Señor y le dice: «Si eresHijo de Dios, di que estas piedras seconviertan en pan» (Mat. 4:3). Escomo si dijese: «¿Un Hijo tiene ham-bre?», insinuando que el Padre nocuidaba de él como Hijo.

Luego, Satanás dice: «Si eres Hijo deDios, échate abajo», para que ellosle reconocieran como Mesías; comodiciendo: «Busca reconocimientopor un milagro», incitándole a du-dar de su filiación.

Todos los problemas derivan de estepunto. Un hombre trabaja demasia-do, porque no cree que Dios puedeproveerle. Una mujer es excesiva-mente dependiente del marido, por-que no cree que Dios es su gran No-vio. Nuestros hijos son compulsivos,

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agitados, glotones, irritables, hiper-activos, con déficit atencional, por-que nosotros no les hemos dadodescanso como hijos.

La filiación es la base de todo. Oaprendemos a ser hijos, o tendre-mos problemas en nuestras familias.

El hijo hace lo que ve hacer alEl hijo hace lo que ve hacer alEl hijo hace lo que ve hacer alEl hijo hace lo que ve hacer alEl hijo hace lo que ve hacer alpppppadradradradradreeeee«Respondió entonces Jesús, y lesdijo: De cierto, de cierto os digo: Nopuede el Hijo hacer nada por sí mis-mo, sino lo que ve hacer al Padre;porque todo lo que el Padre hace,también lo hace el Hijo igualmente»(Juan 5:19).

Jesús, como Hijo, es lo que el Padrees. Felipe dijo: «Señor, muéstranosel Padre». Y Jesús le respondió:«¿Tanto tiempo hace que estoy convosotros, y no me has conocido, Fe-lipe? El que me ha visto a mí, ha vis-to al Padre» (Juan 14:8-9). Jesús eralo que el Padre era.

No es diferente con nosotros. «Yohablo lo que he visto cerca del Pa-dre; y vosotros hacéis lo que habéisoído cerca de vuestro padre» (Juan8:38). Jesús les hablaba lo que oyódel Padre; por eso también dice quenosotros hacemos lo que vimos ennuestros padres.

A las mujeres casadas, les doy unanoticia: «Usted se casó con su sue-

gro». Es algo desesperanzador. Y alos hombres: «Usted se casó con susuegra». Porque nosotros repetimoslo que vimos en nuestros padres. Sinembargo, Jesús va más allá. Estoasusta, porque en el versículo 44, éldice: «Vosotros sois de vuestro pa-dre el diablo». Antes de nuestro nue-vo nacimiento, el diablo, como pa-dre, producía en nuestra mente cier-tos comportamientos y entendi-mientos de la vida.

TTTTTrrrrreeeees ps ps ps ps padradradradradreeeeesssssSegún la Biblia, nosotros teníamostres padres: el diablo, Adán, y nues-tros padres terrenales. Ellos nos he-redaron algunos problemas. El dia-blo nos enseñó a no hablar la ver-dad; Adán nos enseñó a pecar, ynuestros padres terrenales nos lega-ron muchos comportamientos in-adecuados. Por eso, en el Nuevo Tes-tamento, Dios se presenta como unPadre. Si queremos ser como él, ne-cesitamos ser como el Hijo.Estudiemos ahora la voz del Padreal Hijo. Lo que ocurrió con nuestroSeñor Jesús no ocurrió por causa deél, sino por causa de nosotros.Mateo capítulo 3 registra cuandoJesús pasó por el bautismo de arre-pentimiento. ¿Había necesidad deque él se arrepintiera? Jesús pasópor esto, no por causa de él, sino acausa de nosotros, para enseñarnoscómo debemos lidiar con el pecado.

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Al inicio de nuestra vida cristiana,nosotros nos enfrentamos con nues-tro pecado. Cuando habla de los hi-jitos, los jóvenes y los padres, Juancita dos cosas acerca de los hijitos.«Os escribo a vosotros, hijitos, por-que vuestros pecados os han sidoperdonados» (v. 12). Entonces, loshijitos aprenden a tratar con el pe-cado. Después dice: «Os escribo avosotros, hijitos, porque habéis co-nocido al Padre» (v. 13).

BBBBBauauauauauttttt ismismismismismo de arro de arro de arro de arro de arrepentepentepentepentepentimientoimientoimientoimientoimientoEn el comienzo de nuestro caminar,somos llevados por el Espíritu a co-nocer nuestro pecado, y a conoceral Padre. Del mismo modo, Jesús sesometió al bautismo de arrepenti-miento, y después la voz del Padrevino sobre él.

Yo me convertí a los 15 años. Mecasé a los 22 años, y al año siguien-te tuve una crisis de ansiedad, crisisde pánico, y depresión, durante cua-tro años. Un año, en la cima de lacrisis, el Señor empezó mostrarmelos pecados que yo tenía.

Alrededor de los 26 años, tuve queministrar la palabra en un retiro dejóvenes. Me postré en mi cuarto, yel Espíritu empezó a hablar a mi co-razón. Tomé un lápiz y escribí unalista de cinco pecados. Yo tenía pro-blemas con el sexo, con mis gastos,con las mentiras, con el trato inade-

cuado a mis hijos y con mi falta decomunión con Dios. De la historiaque voy a contar, en adelante, yo fuiotro hombre.

El Espíritu me dijo que, al llegar acasa, yo debería abrir mi corazón ami esposa. Llegué el domingo en latarde, y decidí postergarlo para des-pués de la reunión de iglesia. Peroluego transcurrió un año y tres me-ses. Fui a otro retiro. Un hermanoestaba compartiendo la palabra deDios, y el Espíritu me recordó esoscinco pecados que yo debía confe-sar.

Cuando no pasas el primer año, Diosno te promueve al curso superior.Tienes que seguir allí hasta cumplirtodas las lecciones del primero. En-tonces volví a casa, y era un jueves.Miré a mi esposa, y pensé: «Le ha-blaré después de la reunión de ora-ción». Y pasaron cuatro meses más.

Un día, en una reunión muy concu-rrida, un hermano que tocaba el te-clado, detuvo la reunión y dijo: «Hayalguien entre nosotros a quien Diosle está pidiendo que haga una cosa,y él no la ha hecho». Yo sabía que serefería a mí. Habló por segunda y portercera vez, y yo permanecí quieto.

Al día siguiente fui a cenar a casa demi mejor amigo. Él me dijo: «Cézar,anoche soñé contigo». Me quedéfrío. Miren el sueño que este herma-

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no tuvo, y vean si no fue Dios ha-blándome. «Soñé que tú y yo está-bamos en una batalla, y que túmorías, pero lo curioso es que yoveía la bala entrando por tu boca».

Dios tocaDios tocaDios tocaDios tocaDios toca¿Qué estaba hablando Dios conmi-go? «Tú tienes que enfrentar elasunto de tus pecados». Porque, siyo vivía de esa forma, mis hijos ibana repetir mis pecados. Miré a mi es-posa, y pensé: «Después de la próxi-ma reunión». Y pasaron tres mesesmás, hasta que mi hijo se enfermó.Y ahí Dios me hizo entender que yono estaba dando la cobertura nece-saria a mi casa. ¡Qué triste es cuan-do Dios tiene que tocar a nuestroshijos para llamar nuestra atención!

Mientras yo estaba orando por mihijo, un hermano me llamó por te-léfono, diciéndome que había esta-do pensando en mí todo el día, y élquería ir a orar conmigo. Él vino, oró,y se fue. Entonces llamé a mi espo-sa, y le confesé mis pecados. Desdeese día hasta ahora, soy otra perso-na.

Este es el inicio de nuestra filiación.«Os escribo a vosotros, hijitos, por-que vuestros pecados os han sidoperdonados». Cuando nos casamossin saber cuáles son nuestros peca-dos, éstos van a interferir en la vidaconyugal y en la vida de nuestros

hijos. Por eso, cuando somos hijosde Dios, somos llevados a entendercuáles son nuestros pecados. La Bi-blia les da nombres a ellos, y noso-tros también necesitamos aprendera identificarlos.

La historia que les he contado tieneveinticinco años. Yo soy plenamen-te libre, pero también conozco laslimitaciones que mi carne me impo-ne. El Señor necesita traer confesiónde pecados en el seno familiar. Me-diante el poder de la cruz, necesita-mos posicionarnos ante nuestrospecados. Después que la parejaidentifica sus propios pecados, pue-de también dar nombres a los peca-dos de sus hijos.

Nosotros cometemos el error de tra-tar a nuestros hijos sin antes ser tra-tados nosotros mismos. Por eso, lainvitación hoy es individual. No esuna invitación a los maridos o a lasesposas, sino a todos aquellos quequieren ser hijos de Dios. Despuésque lidiamos con nuestros pecados,la voz del Padre vendrá sobre nues-tros corazones, y dirá a cada uno delos que somos hijos: «Tú eres mío;eres mi hijo, mi hijo amado, en quientengo toda complacencia».

Mi hijo amadoMi hijo amadoMi hijo amadoMi hijo amadoMi hijo amadoQuiero estudiar con ustedes estascuatro expresiones: «Mi... hijo...amado... en quien tengo complacen-

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cia». Porque lo mismo que el Padredice al Hijo eterno, el Espíritu Santoquiere comunicarlo a cada uno desus hijos.

Él quiere mostrarnos lo que hoy he-mos sido hechos en la presencia deél, que nada nos falta, porque somoshijos. Que no somos desechados,porque somos amados; que tene-mos un trabajo en esta tierra. Poreso, él nos dice que tiene placer en

fuerte. La investigación se centró enlas barras organizadas, y concluyóque casi todos los participantes de-cían estar allí porque se sentían enuna familia, la familia del deporte.¿Por qué creen ustedes que Diosdice que nosotros somos su familia?Porque nosotros tenemos esa nece-sidad de pertenecer a las personas.

En Proverbios, desde el capítulo 1hasta el 8, se habla mucho de los

NosotNosotNosotNosotNosotrrrrros comos comos comos comos cometemetemetemetemetemos el erros el erros el erros el erros el error de tor de tor de tor de tor de trrrrratatatatatar aar aar aar aar anuenuenuenuenuestststststrrrrros hijos sin anteos hijos sin anteos hijos sin anteos hijos sin anteos hijos sin antes ser ts ser ts ser ts ser ts ser trrrrratatatatatadosadosadosadosados

nosotnosotnosotnosotnosotrrrrros mismos mismos mismos mismos mismos.os.os.os.os.nuestras vidas. ¡Qué gran verdad esla filiación! «Porque todos los queson guiados por el Espíritu de Dios,éstos son hijos de Dios» (Rom. 8:14).

La primera palabra es una expresiónde posesión, de pertenencia. El Es-píritu pudo haber dicho: «Este es elHijo amado». Pero puso un pronom-bre posesivo, para mostrar cuál esla primera necesidad de todo serhumano – la necesidad de pertene-cer a alguien, de saber que él es dealguien.

El Ministerio de Salud hizo una in-vestigación en nuestro país, y des-cubrió algunas cosas curiosas. EnBrasil, la afición al fútbol es muy

hijos. Miren cómo el Espíritu de Diosescribió. «Hijo mío...» (Proverbios1:8, 15; 2:1; 3:1, 11, 21; 5:1; 6:1, 20;7:1). ¿Por qué él no escribió simple-mente «hijo»? ¿Por qué puso el pro-nombre posesivo en todos los tex-tos? Porque él nos está diciendo a tiy a mí que nosotros tenemos la ne-cesidad de ser de alguien. Nosotrosfuimos creados para Dios. Nuestragenética pide que seamos de al-guien.

SentSentSentSentSentido de pertenenciaido de pertenenciaido de pertenenciaido de pertenenciaido de pertenenciaPermítanme mostrar algo queenfatiza el hecho de que debemossaber que pertenecemos a alguien.El versículo 4 dice: «Di a la sabidu-

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ría: Tú eres mi hermana, y a la inte-ligencia llama parienta; para que teguarden de la mujer ajena, y de laextraña que ablanda sus palabras»(7:4-5). En la versión en portugués,las palabras Sabiduría e Inteligenciavienen con mayúscula, porque seestá hablando de una persona, yesta persona es Jesús. El texto nospide que nuestro corazón diga: «Je-sús, tú eres mi hermano, tú eres mipariente». Este es el sentido de per-tenencia. Y el versículo 5 dice: «Paraque te guarden de la mujer ajena»,porque si no pertenezco a Jesús, al-guien va a llevar mi corazón.

Nosotros pertenecemos a Jesús;podemos llamarlo hermano y pa-riente. Tenemos que vivir una rela-ción diaria de pertenencia con él. Alno hacer esto, nuestro corazón esseducido por las cosas de la vida:una casa, un automóvil, una profe-sión. Nos apegaremos a alguien o aalguna cosa, aquello que la Biblia lla-ma ídolos. O somos de Dios o perte-necemos a los ídolos, pero todospertenecemos a alguien. La invita-ción de Dios es que le pertenezca-mos a él, como hijos.

Ahora, veamos cómo la Biblia nosenseña que Dios nos da esa perte-nencia. Dos cosas dan el sentido depertenencia. Veamos primero Jere-mías 31:3. «Jehová se manifestó amí hace ya mucho tiempo, diciendo:

Con amor eterno te he amado; portanto, te prolongué mi misericor-dia». Preste atención. La Biblia rela-ciona el amor asociándolo con tiem-po. Nosotros invertimos tiempo enaquello que amamos.

Quien ama, da tQuien ama, da tQuien ama, da tQuien ama, da tQuien ama, da tiempiempiempiempiempoooooHace casi treinta años que predico alas familias. Pero, ocho años atrás,al llegar de un retiro, mi esposa medijo: «Cézar, tú no me amas». Yo res-pondí: «¿Cómo es eso? Mira todaslas pruebas de amor que yo te doy».Pero ella replicó: «La Biblia dice, ytú predicas, que quien ama, da tiem-po. Y tú no pasas tiempo a solas con-migo». ¿Por qué mi esposa decía nosentirse amada? Porque yo vivía via-jando, predicando la Palabra, y nopasaba tiempo suficiente con ella.Uno puede perderse con facilidad.

La primera cosa que da el sentido depertenencia es el tiempo. Los hijosnecesitan tiempo. Por eso, la Bibliaestimula a las mujeres a permane-cer con sus hijos por muchos años;porque los hijos sabrán que perte-necen a alguien en la medida queese alguien está cercano a ellos.

Mi hija estudia psicología, y en es-tos días ella fue a hacer una prácti-ca en un colegio de párvulos. Unniño de dos años, que nunca la ha-bía visto, se acercó a ella, abrazó supierna, permaneció un tiempo así,

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levantó sus bracitos, y le dijo:«¡Mamá!». Alguien así elige a unaenamorada a los trece o catorceaños, porque dentro de nuestra na-turaleza nosotros tenemos que per-tenecer a alguien. Los hijos apren-den a pertenecer, con los padres.Más tarde, ellos tendrán un sentidode pertenencia a Dios, en la medidaque ellos pertenecieron a sus padresdesde que nacieron.

TTTTTono de vono de vono de vono de vono de voz boz boz boz boz bajoajoajoajoajoLa Biblia dice que el hijo hace lo queve hacer al padre. Si un hijo ve quesus padres se pertenecen el uno alotro, que el esposo ama a su mujer,si ve un matrimonio cercano, con untono de voz bajo, él sabe que suspadres se pertenecen el uno al otro.Todo es sutil. Si yo me distancio, ten-go que hablar fuerte, porque estoylejos. Si estoy cerca, mi voz es sua-ve. Si llamo a mi hijo con voz fuerte,su oído se cansa, porque es un tonode voz alterado. La pertenencia ganael oído del hijo. (Y la fe viene por eloír).

La primera gran necesidad del serhumano es pertenecer a alguien. Eldiablo quiere mantenernos ocupa-dos, llenos de servicios, porque sabeque, si nos ocupamos con muchastareas, no produciremos el senti-miento de pertenencia dentro de lacasa, y comprometemos la filiación.

Después de dos generaciones, laiglesia se volvió problemática, por-que dejó de pertenecer a Jesús ypasó a pertenecer a muchas cosas.Y eso debe ser hecho en casa, con elpadre y la madre.

Los padres tienen que aprender pri-mero a ser hijos. Veamos la segun-da cosa que produce sentido de per-tenencia. «A Dios nadie le vio jamás;el unigénito Hijo, que está en el senodel Padre, él le ha dado a conocer»(Juan 1:18).

El Hijo amado habitó en el seno delPadre. ¿A quién no le gusta ponerallí a un recién nacido? Es una sen-sación única de pertenencia. El Hijohabitó eternamente en el seno delPadre. Un hijo necesita de proximi-dad, necesita ser tocado, ser bende-cido con la cercanía de nuestra voz.

Cuando Isaac fue a bendecir a Jacob,éste estaba suplantando a Esaú. Mi-ren la bendición que Isaac le dio:tocó sus cabellos, olió a su hijo. Esasí como nosotros bendecimos anuestros hijos. Las mujeres necesi-tan ser tocadas, necesitan de untono de voz bajo cerca de ellas.Nuestros hijos lo necesitan, porqueeso produce en ellos un sentimien-to de pertenencia. Y van sabiendoque ellos son de Dios. No importa lasituación que ellos pasen; ellos sondel Padre.

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Un pUn pUn pUn pUn padradradradradre que habla a su hijoe que habla a su hijoe que habla a su hijoe que habla a su hijoe que habla a su hijoEsa es la primera verdad. La segun-da verdad: Jesús es Hijo. ¿Qué es loque la Biblia habla del Hijo? ¿Cómopuedo enseñar a un hijo que él esmi hijo? «El Espíritu mismo da testi-monio a nuestro espíritu, de que so-mos hijos de Dios. Y si hijos, tambiénherederos; herederos de Dios y co-herederos con Cristo, si es que pa-decemos juntamente con él, paraque juntamente con él seamos glo-rificados» (Rom. 8:16-17).El Espíritu está diciendo aquí que élhace dos cosas. Primero, él testificaque nosotros somos hijos, que no-sotros somos de él.

Un padre demuestra que un hijo essu hijo cuando le habla. Los hijosnecesitan una conversación tranqui-la. Los adolescentes necesitan laamistad de los padres. Necesitanpadres que sepan conversar, que nosean tan autoritarios, que sean tran-quilos en sus reacciones.Yo fui muy duro cuando mi hijo ma-yor era pequeño. Y cuando él cum-plió trece años, descubrí que yo es-taba en problemas. Cerca de mí, élobedecía, pero lejos de mí tenía laocasión de no obedecer. Padres ex-cesivamente autoritarios producenhijos miedosos. Entonces, conversécon mi esposa, y decidí que teníaque tratar severamente mi autorita-

rismo. Y resolví ser amigo de mis hi-jos, en especial del mayor.

PPPPPadradradradradre, no «pre, no «pre, no «pre, no «pre, no «profofofofofeeeeesor»sor»sor»sor»sor»Estando cerca, el hijo obedece pormiedo; pero, lejos, él se siente librede hacer lo que quiere. Llamé a mihijo, le pedí perdón y le dije que yoaprendería a ser un hombre mástranquilo. Entonces, descubrí que,después de los doce años, los hijosnecesitan conversar acerca de lascosas. Yo era muy profesor. Todo eracierto o errado, y si alguien estabacorrecto, el otro estaba equivocado.En mi opinión, mis hijos siempre es-taban errados. Al cabo de dos o tresaños, eso hacía que ellos no quisie-ran hablar más contigo. Y yo com-prometí la edificación de ellos comohijos.

«El Espíritu mismo da testimonio anuestro espíritu, de que somos hijosde Dios». Entonces, dije a mi hijo: «Apartir de hoy, vamos a conversar enrelación a las cosas». La primera si-tuación que viví con él fue así. Lopasé a buscar al colegio, y él me con-tó que una amiga no cristiana lo ha-bía invitado a ser su compañero enun baile. Yo entiendo que eso no espara creyentes. Estábamos frente alportón del condominio, y le dije: «¿Yqué te parece eso a ti?». Yo estabaaprendiendo a dialogar sin imponermi opinión, y a enseñarle a pensar.

16 AGUAS VIVAS

Aquel portón subió y bajo, subió ybajó, y él no conseguía hablar. Y yocallado, porque estaba aprendiendoa dialogar. Hasta que él se atrevió.Después que él dio su opinión, yoemití la mía con un espíritu suave,conversando con él. Los padres ne-cesitan conversar con sus hijos.

MadrMadrMadrMadrMadreeeees que edificans que edificans que edificans que edificans que edificanLos hijos necesitan saber pensar conrespecto a la vida. Las madres tam-bién lo necesitan, pues ellas tienenque edificar la casa. Proverbios 9:1dice: «La Sabiduría edificó su casa,labró sus siete columnas». La mujertiene que tener entendimiento, in-teligencia, sabiduría, prudencia. Lassiete columnas de la sabiduría tie-nen que estar presentes en las ma-dres, pues son ellas las primeras queenseñan a los hijos a pensar.

«Y si hijos, también herederos». Atodo hijo se le debe dar un cariño,una palabra, que es solo de él, y queno puede pertenecer a nadie más.Es tan solo para los hijos que Diosnos dio. Ellos heredan cosas nues-tras que son solo de ellos; no pue-den pertenecer a nadie más en estatierra.

Relacionamiento exclusivRelacionamiento exclusivRelacionamiento exclusivRelacionamiento exclusivRelacionamiento exclusivoooooApocalipsis 2:17 dice que los hijosde Dios heredarán «una piedrecitablanca, y en la piedrecita escrito un

nombre nuevo, el cual ninguno co-noce sino aquel que lo recibe». ElPadre tiene una individualidad con-tigo, que no tiene conmigo, que tepertenece solo a ti; así como tam-bién tiene una individualidad y unrelacionamiento conmigo, que solome pertenece a mí.

Los hijos heredan cosas de los pa-dres. Para que un hijo conozca queél es hijo, tiene que heredar com-portamientos nuestros que seránsolo de él. Él sabe que es hijo cuan-do yo converso y cuando le doy co-sas que le pertenecen solo a él.

Nuestros hijos necesitan recibir re-galos, necesitan palabras que seansolo de ellos. Yo tengo un gesto decariño que hago a mi hija, que lepertenece solo a ella. Es mío y deella. Con eso, ella sabe que es mía.Dios hace lo mismo con nosotros.

Tercera palabra: «Este es mi hijoamado». Muchas cosas nos hablandel amor en la Biblia. Primera, lospadres inician un movimiento en di-rección a sus hijos. El adolescente noactúa, sino que reacciona. Si le doycariño, él da cariño; si le hablo, élhabla. Si le hablo de lejos y de for-ma alterada, él responderá de lamisma forma. Si me aparto de él, élva a su cuarto y se distancia de mí.Ellos no tienen iniciativa, sino quereaccionan a las iniciativas nuestras.

17AGUAS VIVAS

AmAmAmAmAmor que ator que ator que ator que ator que atrrrrraaaaaeeeeeLa Biblia dice acerca del amor. «No-sotros le amamos a él, porque él nosamó primero» (1ª Juan 4:19). Haypadres que tienen actitudes infanti-les con sus hijos. El hijo se distancia,y el padre se distancia del hijo. Sonpadres que se resienten con los hi-jos, no sabiendo adaptarse a las fa-ses de éstos, padres que siempreexigen de los hijos una actitud ma-dura. Y eso es pecado. Eso compro-mete el amor.En el amor, en una relación de dos,alguien tiene que tomar la iniciati-va, alguien tiene que amar primero.Entre nosotros y Dios, fue Dios. En-tre yo y mi esposa, ¿quién será? Yo.Yo amaré primero.

Los hijos necesitan que nosotroshagamos movimientos en direccióna ellos. Cuando un padre llega de sutrabajo, necesita bendecirlos, nece-sita buscarlos, porque así hace Diosel Padre con nosotros. Él nos buscatodo el tiempo, y él se deja hallarpor nosotros. Y nosotros vamos ahacer eso con nuestros hijos, y tam-bién con nuestras esposas: vamos aamar primero.Cuando hacemos eso, el hijo se sien-te amado; pero no solo eso. Mirencomo Dios define el funcionamien-to del amor en la Biblia. «Jehová semanifestó a mí hace ya mucho tiem-

po, diciendo: Con amor eterno te heamado; por tanto, te prolongué mimisericordia. Aún te edificaré, y se-rás edificada» (Jer. 31:3-4). (La ver-sión en portugués usada por el her-mano dice: «Con amor eterno teamé; por eso, con bondad te atra-je»). El amor funciona por atracción.

Una mujer se siente amada cuandotienes gestos de bondad con ella.Una loza lavada, una ropa ordena-da, una ayuda en el aseo de la casa.El hombre no puede ser buen due-ño de casa, pero él tiene que vivir lavida común del hogar. Las personasse sienten amadas por gestos de ser-vicio.

En estos días, por primera vez, mihijo, pinchó un neumático de suauto. Él tiene 25 años; puede leer elmanual del auto y ver cómo cam-biarlo. Pero él me pidió, aunque yodebería haberme ofrecido. Era unaoportunidad de atraerlo. Cuandoservimos a los hijos, los atraemos anosotros. Fui y le enseñé cómo ha-cerlo. Él no necesitaba de mi ayuda,pero el amor existe por atracción,cuando usted sirve.

Nadie en una casa puede servir másque el hombre. ¿Por qué? Porque elhombre representa a Cristo, y Cris-to se hizo siervo. Servimos a la es-posa, servimos a los hijos. De vez encuando, yo tomo el auto de mi hija

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y lo lavo. No necesito hacer eso;pero ella llega después y me abraza.Y con eso, tengo ganado el oído deella. Guarden esta palabra, «oído».Porque la fe viene por el oír.

«Con amor eterno te amé; por eso,con bondad te atraje. Y aún te edifi-caré, y serás edificada». ¿Queremosedificar a nuestros hijos? No hay nin-gún padre que no quiera edificarlos.Pero debemos entender que, antesde eso, tenemos que atraerlos a no-sotros. Jesús dijo. «Cuando fuerelevantado de la tierra, a todos atrae-ré a mí mismo». El amor obra poratracción; un hijo se siente amadocuando yo lo sirvo, con gestos debondad.

Oseas 11:4. «Con cuerdas humanaslos atraje, con cuerdas de amor; yfui para ellos como los que alzan elyugo de sobre su cerviz, y puse de-lante de ellos la comida». Está en-señando sobre el amor. Ellos fueronatados con lazos de amor. «Fui paraellos como el que alivia el yugo desus mandíbulas».

Yo vengo de una zona rural, y mon-té a caballo por muchos años. Cuánliviano se sentía el animal al final deldía, cuando quitabas el freno de suboca y lanzabas agua sobre su cuer-po.

Marido, cuando usted presta un ser-vicio dentro de la casa, está alivian-

do el yugo de sobre su esposa, y laestá atando con lazos de amor. Elamor alivia el yugo de las personas.

La impLa impLa impLa impLa importortortortortancia de una comidaancia de una comidaancia de una comidaancia de una comidaancia de una comidaTambién dice: «Y puse delante deellos la comida». No hay un ser hu-mano en esta tierra que no se sien-ta amado cuando recibe comida. Elprincipal papel de la mujer no escuidar de la casa, sino cuidar de per-sonas. ¿Pueden ver el sentido depertenencia? ¿Pueden ver el toqueque esto da? ¿Qué hijo, por viejoque sea, no se siente amado cuan-do la madre hace una comida paraél? ¿Por qué el Señor dio la tarea dela cocina a la mujer? Porque es unlazo de amor. Con eso, también loshijos se sienten amados.

La última palabra. «Este es mi hijoamado, en quien tengo complacen-cia». Todo hijo necesita servir. El serhumano, sea hombre o mujer, ne-cesita un trabajo en esta vida. Poreso, la Biblia dice que, cuando naci-mos de nuevo, fuimos hechos hijosde Dios. Mas, de inmediato el Espí-ritu Santo vino sobre nosotros y nosbautizó con al menos un don, unaherramienta, porque el servicio espara todo ser humano.

Entonces, el placer está ligado al ser-vicio. Recordemos la parábola de lostalentos. Uno recibió cinco; otro, dosy otro, uno. Aquel señor vino a sus

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siervos, y al que tenía cinco y al quetenía dos, les dijo: «Bien, buen sier-vo y fiel; sobre poco fuiste fiel, so-bre mucho te pondré; entra en elgozo de tu señor» (Mat. 25:21, 23).Entra en el placer de tu señor. Lapalabra «complacer» está ligada alservicio del hijo.

El verEl verEl verEl verEl verdaderdaderdaderdaderdadero po po po po padradradradradre ee ee ee ee es Dioss Dioss Dioss Dioss DiosPadres, presten atención. El hijo noexiste para ser profesionalmente loque usted quiere. Usted no es el ver-dadero padre de su hijo. Su verda-dero padre es Dios el Padre; es élquien plantó una vocación en ellos,no nosotros. Nosotros solo podemosayudarlos a descubrir quiénes serán;mas ellos no pueden ser lo que no-sotros queremos.

Hay hijos que son ansiosos, hay hi-jos con crisis de pánico, hay hijosdepresivos, porque hay padres muyexigentes. Yo puedo exigir de un hijo

cuanto él pueda. Si exijo menos,desprecio sus dones; pero, si exijomás, produzco en él ansiedad. Ne-cesitamos oír de Dios lo que él de-sea para nuestros hijos.

La filiación es una cosa curiosa. Sal-mos 127:3 dice. «Herencia de Jeho-vá son los hijos». Pero, ¿cuándo serecibe una herencia? Cuando al-guien muere. Pero Dios no murió.Luego, es una herencia dada en vida.Entonces, nuestros hijos son presta-dos; ellos no son nuestros. Están connosotros, para que les preparemospara Dios.Los hijos nos son entregados inge-nuos, para que los devolvamos obe-dientes. Entonces, el placer está li-gado a la vocación de trabajo denuestros hijos, y quien determina lavocación de un hijo es Dios, y nonosotros. Amén.

Síntesis de un mensaje oral impartido enTemuco (Chile), en Mayo de 2015.

Una marca seguraEn 1875, el Parlamento británico aprobó una ley por la que se requería

que los cascos de todos los buques británicos llevaran pintada una líneade carga que indicaba el nivel máximo de profundidad que el barcopodía alcanzar sin peligro, durante una tormenta. Esta línea es llamadadisco o marca de Plimsoll, en honor a su autor.

Comentando el texto «Fiel es Dios que no os dejará ser tentados másde lo que podáis resistir» (1ª Cor. 10:13), el Sunday School Times hizoreferencia a esta ley británica, explicando que Dios no permitirá que secrucen en nuestro camino pruebas superiores a lo que podemos resistir.Él conoce la marca de Plimsoll de cada uno de nosotros.

Samuel Vila

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TEMA DE PORTADA

Unaexperiencia realQuien hace real la Palabra es el Espíritu Santo, porcuanto él es el Espíritu de realidad y lo hace cuandoestá llenando nuestro corazón.

Rodrigo Abarca

En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acercade todas las cosas que Jesús comenzó a hacery a enseñar".

– Hech. 1:1.

Hacer y enseñarHacer y enseñarHacer y enseñarHacer y enseñarHacer y enseñarEl primer tratado al que alude esta cita era elevangelio de Lucas. Su tema es todo lo que Je-sús «comenzó a hacer y a enseñar»; no solo loque él enseñó oralmente a sus discípulos, sinotambién lo que él hizo.

Uno de los grandes defectos de nuestra forma-ción hoy es que ella tiene un énfasis esencial-mente cognitivo. Pero el Señor Jesús, cuandoformó a sus discípulos, no les transmitió soloinformación acerca del reino de Dios. Necesita-mos leer con atención la Escritura, para descu-brir no solo lo que les habló, sino lo que él lesmostró viviendo con ellos. Ambas cosas sonigualmente importantes.

«Jesús comenzó...», pero ahora continuaráobrando, a través de Su cuerpo que es la iglesia.

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El reino de Dios o el reino de los cie-los fue el gran tema del ministeriodel Señor. «Arrepentíos, porque elreino de los cielos se ha acercado»(Mat. 4:17). Durante todo su minis-terio, él anunció la manifestación delReino. Y no solo lo enseñó, sino quemanifestó, en su propia vida y mi-nisterio, la presencia, el poder y lagloria del reino de Dios entre loshombres.

Todos los recursos del cielo se hanacercado; la puerta del cielo se haabierto sobre la tierra. Por eso, elpoder del pecado y de la muerte, elpoder de Satanás, están siendo des-hechos.

La prLa prLa prLa prLa promomomomomeeeeesa del Psa del Psa del Psa del Psa del PadradradradradreeeeeEn el momento previo a su ascen-sión a los cielos, el Señor les hablapor última vez. «Y estando juntos, lesmandó que no se fueran de Jerusa-lén, sino que esperasen la promesadel Padre, la cual, les dijo, oísteis demí. Porque Juan ciertamente bauti-zó con agua, mas vosotros seréisbautizados con el Espíritu Santo den-tro de no muchos días» (vv. 4-5).

Todavía no es tiempo de ir y cumplirla misión que les ha encomendado.Recuerden que él les había dicho:«Id por todo el mundo y predicad elevangelio a toda criatura» (Mar.16:15). Era una tarea realmentetitánica. «Y me seréis testigos en Je-

rusalén, en toda Judea, en Samaria,y hasta lo último de la tierra» (Hech.1:8). ¿Con qué recursos se puedecumplir una comisión semejante?

Tenía que ocurrir algo absolutamen-te imprescindible para que ellos pu-dieran ir y cumplir aquella comisiónque excedía toda capacidad huma-na; porque es una tarea que vienedel cielo, y que solo el cielo puedecumplir en la tierra. Para esto,¿quién es suficiente? Solo el Espíri-tu Santo de Dios.

Cuando Juan el Bautista comenzó apredicar, dijo: «Yo a la verdad osbautizo en agua para arrepentimien-to; pero el que viene tras mí, cuyocalzado yo no soy digno de llevar, esmás poderoso que yo; él os bautiza-rá en Espíritu Santo y fuego» (Mat.3:11).

La palabra bautizar, en griego, signi-fica sumergir. «El que viene despuésde mí, os sumergirá en el EspírituSanto y en fuego». Ser sumergido esser simplemente saturado, envuel-to, por las aguas de aquel río que flu-ye del trono de Dios, un río de vida.Eso hará el Señor Jesucristo.

«Recibiréis p«Recibiréis p«Recibiréis p«Recibiréis p«Recibiréis poder»oder»oder»oder»oder»«No os toca a vosotros saber lostiempos o las sazones, que el Padrepuso en su sola potestad; pero reci-biréis poder, cuando haya venido

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sobre vosotros el Espíritu Santo, yme seréis testigos en Jerusalén, entoda Judea, en Samaria, y hasta loúltimo de la tierra» (Hech. 1:7-8).

Al venir el Espíritu Santo, ellos se-rían investidos con tal clase de po-der, que les impulsaría para ser sustestigos hasta lo último de la tierra.«Recibiréis poder». ¿Qué clase depoder es éste? Pablo ora para querecibamos espíritu de sabiduría y derevelación, entre otras cosas, paralograr entender cuál es la super-eminente grandeza de su poder paracon nosotros los que creemos, usan-do varias palabras superlativas, puesno hay manera de describir la gran-deza de ese poder.

Permítanme hacer una compara-ción, para que de alguna manerapodamos entender cuán grande esel poder del cual está hablando elSeñor Jesús aquí.

En el universo creado por Dios haydesplegada una gran cantidad depoder. Dios ejerció un poder inima-ginable para crear este universo. Estal el poder que se requiere, porejemplo, para crear la materia ymantenerla en existencia, que escasi inconcebible para nosotros.

Los científicos dicen que es tal laenergía contenida solo en una nuez,que –si se pudiese liberar toda esaenergía– sería suficiente para alum-

brar durante un año una ciudadcomo Santiago. Pero, cuando ellosvan al origen del universo, sabenque, para crearlo, se requirió tal can-tidad de poder, que no existen leyesmatemáticas ni físicas capaces dedescribirlo. Por eso, a esa energíaoriginal, la llaman «una singulari-dad», es decir, algo que ellos no pue-den explicar.

¿De dónde vino ese poder del cualsurgieron todas las galaxias? Del Es-píritu Santo. La Escritura dice que enel principio creó Dios todas las co-sas. La tierra estaba desordenada yvacía, las tinieblas estaban sobre lafaz del abismo, «y el Espíritu de Diosse movía sobre la faz de las aguas»(Gén. 1:2). El Espíritu de Dios eracomo un viento, pero también comouna paloma que estaba ‘empollan-do’ toda la creación; es decir, esta-ba prestando la energía necesaria,para dar forma a todo lo creado porDios.

Es por el poder del Espíritu Santoque se crearon todas las cosas queexisten. Sin embargo, el poder des-plegado en la creación no es nadacomparado con el poder del cualhabla aquí la Escritura, porque éstees el poder más supereminente detodos. Es el mismo poder que resu-citó a Jesucristo de entre los muer-tos. Ese es el poder que él enviaríapor medio de su Espíritu Santo. Aquí

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no se está hablando simplemente depoder, sino de la fuente de todo po-der, que es el Espíritu Santo de Dios.

«Recibiréis poder». En la caída delhombre, la creación entera fue afec-tada por el pecado, sometida a lavanidad y a la muerte, destinada acorromperse y perecer, a menos queDios intervenga para revertir todo.

El poder que vendrá con el EspírituSanto es un poder mayor que cual-quier otro poder en esta creación,capaz de someter todo el universo yllevarlo de vuelta al propósito eter-no de Dios.

UnánimUnánimUnánimUnánimUnánimeeeees en ors en ors en ors en ors en oraciónaciónaciónaciónaciónUna vez que el Señor se fue, los dis-cípulos volvieron a Jerusalén. «Yentrados, subieron al aposento alto,donde moraban Pedro y Jacobo,Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Barto-lomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo,Simón el Zelote y Judas hermano deJacobo. Todos éstos perseverabanunánimes en oración y ruego, con lasmujeres, y con María la madre deJesús, y con sus hermanos» (Hch.1:13-14).

Sin embargo, sabiendo lo que el Se-ñor Jesús les había prometido, ellosno asumieron una actitud pasivafrente a la venida del Espíritu. No fueesa su actitud, porque ellos fueronenseñados por el Señor Jesús, no

solo con palabras, sino también consu ejemplo.

Una de las cosas que se grabó a fue-go del ejemplo del Señor para ellos,es que él dedicaba las horas másimportantes de su vida a estar encomunión con el Padre. Si los discí-pulos vieron a Jesús hacer eso, ¿quéhicieron ellos cuando él les dijo queesperaran? Esperaron durante mu-chos días, concentrados, apartadosde todo.He aquí una lección importante. ElEspíritu Santo no desciende sobrecreyentes ocupados en otras cosas,que no están enfocados en su veni-da ni en su presencia, ni en la nece-sidad de ser llenos por él. Si aquellafue una necesidad para los mismosdiscípulos, ¿cuánto más para noso-tros? «Cuando llegó el día de Pente-costés, estaban todos unánimes jun-tos» (Hech. 2:1).

HuHuHuHuHuyendo de la anormalidadyendo de la anormalidadyendo de la anormalidadyendo de la anormalidadyendo de la anormalidad¿Hemos entendido que lo más im-portante para nosotros, como igle-sia del Señor, es ser llenos del Espí-ritu Santo? En la Escritura no existeuna iglesia que no sea llena del Es-píritu Santo. Una iglesia tal es unaanormalidad histórica, que surge delfracaso de los creyentes respecto devivir una vida llena del Espíritu; peroese no es el propósito de Dios res-pecto a su iglesia.

24 AGUAS VIVAS

Somos nosotros los que nos hemosacostumbrado a la anormalidad. Poreso tenemos el libro de los Hechos,porque en él vemos una visión de laiglesia manifestada en el tiempo, enla historia del mundo, tal como estáen el corazón de Dios.

La voluntad de Dios es inmutable. Élquiere que aparezca esa iglesia so-brenatural, que se levanta por enci-ma de los poderes del mundo, comouna marea irresistible que avanzavictoriosa, derrotando toda formade oposición, porque está capacita-da por un poder que este mundo noconoce ni puede resistir.

Esa es la iglesia de Cristo, es lo queestamos llamados a ser en Cristo. Laveremos si creemos, si pedimos, sinuestra necesidad de ser llenos delEspíritu Santo se vuelve imperativapara nosotros.«Cosas que ojo no vio,ni oído oyó, Ni han subido en cora-zón de hombre, Son las que Dios hapreparado para los que le aman» (1ªCor. 2:9). No miremos a nuestra ex-periencia como el patrón de lo quela iglesia debe ser. No. Vayamos allibro de los Hechos y veamos ahí loque el Espíritu Santo puede hacerpor la iglesia.

Un viento rUn viento rUn viento rUn viento rUn viento recioecioecioecioecio«Y de repente vino del cielo un es-truendo como de un viento recio quesoplaba» (Hech. 2:2). Esto no fue

una bella enseñanza, sino un hechoreal. Un viento recio, que todos oye-ron, remeció la casa. Fue tan es-truendoso, que la gente de la ciudadcorrió para ver qué pasaba. Aquelloocurrió realmente en el mundo ma-terial. El poder y la gloria de Diosirrumpieron físicamente en la histo-ria humana. Eso es el reino de Dios.

Así tiene que ser. El mundo se es-tremece cuando el poder del Espíri-tu Santo lo toca. Uno de los grandestipos del Espíritu Santo en la Bibliaes el viento. Aquí fue un viento po-deroso, como ese viento del Dios delAntiguo Testamento, que quiebra loscedros del Líbano.

Llama arLlama arLlama arLlama arLlama ardientedientedientedientediente«Y se les aparecieron lenguas repar-tidas, como de fuego, asentándosesobre cada uno de ellos. Y fuerontodos llenos del Espíritu Santo, y co-menzaron a hablar en otras lenguas,según el Espíritu les daba que habla-sen» (Hech. 2:3-4). Otra de las gran-des figuras del Espíritu Santo es elfuego. «Él os bautizará en EspírituSanto y fuego».

El fuego tiene dos significados bási-cos. Primero, cuando el fuego tocaalgo, lo limpia, lo libera de toda es-coria. Cuando el Espíritu Santo llenael corazón, lo purifica, lo santifica.Siendo santo, el Espíritu no puedemorar en corazones ennegrecidos;

25AGUAS VIVAS

En la EEn la EEn la EEn la EEn la Escriscriscriscriscritttttururururura no existe una iglea no existe una iglea no existe una iglea no existe una iglea no existe una iglesia quesia quesia quesia quesia queno sea llena del Eno sea llena del Eno sea llena del Eno sea llena del Eno sea llena del Espírispírispírispírispíritttttu Santo.u Santo.u Santo.u Santo.u Santo.

Una igleUna igleUna igleUna igleUna iglesia tsia tsia tsia tsia tal eal eal eal eal es una anormalidad históricas una anormalidad históricas una anormalidad históricas una anormalidad históricas una anormalidad histórica

por eso, él quema toda impureza. Esel poder del Espíritu Santo el que nossantifica para Dios y nos hace ardercomo una llama que no se consume.

Pero, junto con eso, ¿saben por quéél también es un fuego? Porque, enla Escritura, el amor de Dios estádescrito como un fuego.

El capítulo 8 de Cantares es la con-sumación del amor de la amada porel Amado, de la iglesia por Cristo; esel amor en su estado más perfecto.Dice ella: «Ponme como un sello so-bre tu corazón, como una marca so-bre tu brazo; porque fuerte es comola muerte el amor; duros como elSeol los celos; sus brasas, brasas defuego, fuerte llama. Las muchasaguas no podrán apagar el amor, ni

Espíritu Santo enciende en el cora-zón de los creyentes.

Ese es el amor que levantó a los san-tos al principio. Se encendieron deun amor indestructible, que los lle-vó a una vida de entrega y sacrifi-cio. Por ese amor, Esteban muriócomo un mártir, viendo la gloria deDios. Por esa llama, el Espíritu en-cendió el corazón de Pablo. Por esallama, los misioneros dejaron lo quetenían y fueron a lugares olvidadosa predicar a Cristo, y sufrieron ymurieron por él.

¿Arde tu corazón con el fuego delEspíritu? A veces, estamos llenos decosas que no son ese fuego: aquelloque te apasiona o que te motiva.Pero, cuando el Espíritu Santo llena,

lo ahogarán los ríos» (Cant. 8:6-7).Este no es un amor humano, sino elamor divino.

El Espíritu de Dios es una llama ar-diente de amor. Cuando toca el co-razón, él lo enciende con una llamade amor que nada ni nadie podráextinguir. No hay río, por grande ypoderoso que sea, que pueda apa-gar el fuego del amor de Dios que el

él enciende un fuego de amor porCristo, por la iglesia, por la obra deDios.

A.B. SimpsonA.B. SimpsonA.B. SimpsonA.B. SimpsonA.B. SimpsonHace tiempo atrás, leí la vida de A.B.Simpson, el gran predicador de prin-cipios del siglo XX. Él tenía una delas iglesias más prósperas de NuevaYork. Todo el mundo le admiraba. Un

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día, reunió a todas las iglesias de laciudad para predicar el evangelio ala gente más pobre, e invitaron a unevangelista.

Él cuenta: «Yo estaba allí, y aquelhombre comenzó a llamar a loshombres al arrepentimiento. Yo eraun ministro orgulloso y frío, auto-suficiente. Comencé a ver a esaspersonas que venían a Cristo y, depronto, tuve una visión. Vi una lar-ga fila de personas de todas partesdel mundo, de todas las naciones, detodas las razas, de todas las tribus,que venían al Salvador. Y un amortan intenso ardió en mi corazón, queme quebrantó». Aquello fue tan pro-fundo, que ese día, Simpson lo aban-donó todo y se fue a predicar a lascalles, encendido por una llama quenunca más se apagó en su vida.

Hudson THudson THudson THudson THudson TaaaaaylorylorylorylorylorAlgo muy parecido cuenta HudsonTaylor. Él había estado predicando enChina, con la visión de llevar el evan-gelio al interior de China. Pero seenfermó, y tuvo que volver a Ingla-terra. Y vivía entristecido y atormen-tado, porque por un lado sabía queel Señor lo llamaba a China, pero notenía la fe suficiente para abando-narlo todo y comprometer, además,a otros, en esa visión.

Y dice: «Un día fui a una reunión deiglesia en una ciudad. Los hermanos

se gozaban, cantando alegres al Se-ñor; pero mi corazón estaba partidode amor, y no podía olvidar los ros-tros de esos hombres y mujeres enChina. Entonces no soporté más, ysalí a caminar por la playa, solo. Yallí, el amor del Señor, finalmente,me venció, y me consagré a la obrade mi vida».

Desde ese día en adelante, él se con-virtió en un instrumento para llevarel evangelio a millones de personasperdidas al interior de China. Elamor de Cristo, la llama ardiente delEspíritu, lo venció.

Hermano, ¿no crees que tu corazónpuede ser derretido, por el Espíritu,con una llama que jamás se apaga-rá? ¡Cuánto necesitamos ser llenosdel Espíritu Santo! Ser llenos del Es-píritu Santo es una experiencia con-creta. No es simplemente una teo-logía; es algo real.

PPPPPoder y carácteroder y carácteroder y carácteroder y carácteroder y carácterLa llenura del Espíritu significa doscosas, que lamentablemente se hanseparado en la experiencia de la cris-tiandad, pero que nunca deberían irseparadas. Por un lado, significa unallenura de poder, una capacitaciónsobrenatural, un poder divino queestá más allá de la capacidad huma-na, para llevar adelante el propósi-to de Dios. Y es vital que la iglesiaposea ese poder.

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La iglesia fue creada para ser el vasoque expresa el reino de Dios sobrela tierra, así como Cristo lo fue enlos días de su carne. No hay razónpara pensar que eso no tiene queocurrir hoy con la iglesia. Pero es trá-gico cuando esa investidura de po-der se separa del carácter de Dios.

El reino de Dios tiene dos fundamen-tos. En el principio, cuando Dios creóal hombre, dijo: «Hagamos al hom-bre a nuestra imagen, conforme anuestra semejanza; y señoree» (Gn.1:26).

De manera que la primera parte delReino Dios tiene que ver con el ca-rácter de Dios en el hombre, y lasegunda parte, con el poder o la au-toridad de Dios, manifestada a tra-vés del hombre.

Estas dos cosas nunca tienen que irseparadas. Es trágico cuando haypoder sin carácter; pero tambiénsería trágico que hubiera carácter sinpoder. Ambas cosas son necesarias.

En la Escritura, Sansón y Saúl sonejemplos de lo que significa tenerpoder sin carácter, cuyas vidas ter-minaron en tragedias. Pero eso noquiere decir que el propósito de Diossea que no haya poder o que deba-mos rechazar el poder, porque ¿quéseríamos nosotros sin ese poder?Ese poder es vital para la iglesia

Vida sobrVida sobrVida sobrVida sobrVida sobrenatenatenatenatenaturururururalalalalalCuando Pedro predicó la palabra enPentecostés, tres mil personas fue-ron añadidas al Señor, porque elpoder de Dios estaba en sus pala-bras. Y luego leemos: «Y persevera-ban en la doctrina de los apóstoles,en la comunión unos con otros, enel partimiento del pan y en las ora-ciones» (Hech. 2:42).

Estas personas se sumergieron deinmediato en una vida sobrenatural.La razón por la cual los hermanosperseveraban es porque estaban lle-nos del Espíritu. Cuando la iglesiaestá llena del Espíritu Santo, es in-evitable que queramos estar en lapresencia de Dios, porque ella es tannecesaria como el aire que respira-mos.

Es muy diferente vivir en la capaci-dad de la carne; eso es algo agota-dor, que destruye a cualquiera. Peroqué poder, qué gracia y qué libera-ción ocurren cuando vivimos en elpoder del Espíritu Santo. La vida cris-tiana se vuelve fluida y la palabra deDios se vuelve real en nuestros co-razones.

Experiencia contExperiencia contExperiencia contExperiencia contExperiencia continuainuainuainuainuaSer lleno del Espíritu Santo no pue-de ser una experiencia puntual. Losdiscípulos fueron llenos no solo enel día de Pentecostés, sino a lo largo

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de toda su vida, una y otra vez. Fueuna experiencia continua, y cada vezmás profunda.

«Y sobrevino temor a toda persona»(Hech. 2:43). Esas personas no eranlos creyentes, sino la gente del mun-do. Sobrevino temor, porque algonatural estaba ocurriendo. Los cris-tianos de hoy se esfuerzan por im-presionar al mundo con campañas,con publicidad, con marketing. Pero,cuando el Espíritu Santo nos llena,no necesitamos decirle al mundoque experimente la diferencia; ellosperciben algo que no pueden enten-der y que trae temor al corazón.

Cuando la gloria de Dios descendiósobre el tabernáculo, los hombrescayeron de rodillas. ¿Quién puedesostenerse en pie ante la gloria deSu presencia? La Escritura dice: «Es-tos que trastornan el mundo enterotambién han venido acá» (Hech.17:6). El mundo se estremece, por-que está en presencia de un poderque no puede resistir.

«Y muchas maravillas y señales eranhechas por los apóstoles» (Hech.2:43). Vino un poder y un amor en-cendido que llenó el corazón de lossantos. «Y perseverando unánimescada día en el templo» (v. 46). Cuan-do ese amor está derramado en laiglesia, entonces, somos uno. Él nosbautizó por el mismo Espíritu en un

solo cuerpo. Cuando el Espíritu San-to nos llena, experimentamos demanera real lo que significa ser unoen él.

En Hechos capítulo 4, Juan y Pedroson llamados ante el Sanedrín, elcual, poco tiempo atrás, había con-denado a muerte al Señor Jesús. Serconvocados por estos hombres eraalgo en extremo peligroso. Pero,¡qué cambio hay cuando el EspírituSanto arde en el corazón; hay unpoder que el miedo no puede ven-cer, un fuego que el mundo no pue-de apagar!

«...y poniéndoles en medio, les pre-guntaron: ¿Con qué potestad, o enqué nombre, habéis hecho vosotrosesto? Entonces Pedro, lleno del Es-píritu Santo, les dijo: Gobernantesdel pueblo, y ancianos de Israel ...sea notorio a todos vosotros, y atodo el pueblo de Israel, que en elnombre de Jesucristo de Nazaret, aquien vosotros crucificasteis...»(Hech. 4:7-10). Él les echa en caraque ellos mataron a Cristo. ¡Qué va-lor!

«...y a quien Dios resucitó de losmuertos, por él este hombre está envuestra presencia sano. Este Jesús esla piedra reprobada por vosotros losedificadores, la cual ha venido a sercabeza del ángulo. Y en ningún otrohay salvación; porque no hay otro

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nombre bajo el cielo, dado a loshombres, en que podamos ser sal-vos» (v. 10:12). Son palabras de po-der y de victoria en el rostro del ene-migo, pues estaban llenos del Espí-ritu Santo. Qué diferencia, ¿verdad?

«Entonces viendo el denuedo de Pe-dro y de Juan, y sabiendo que eranhombres sin letras y del vulgo, semaravillaban; y les reconocían quehabían estado con Jesús. Y viendo alhombre que había sido sanado, queestaba en pie con ellos, no podíandecir nada en contra» (v. 13-14).Aquel hombre que estaba en pie conellos era una evidencia concreta delpoder de Jesucristo.

«Y puestos en libertad, vinieron a lossuyos y contaron todo lo que los prin-cipales sacerdotes y los ancianos leshabían dicho» (v. 23). ¿Usted creeque la iglesia se asustó? Aquí ya noson los apóstoles, sino los herma-nos, que también estaban llenos delEspíritu. «Y ellos, habiéndolo oído,alzaron unánimes la voz a Dios, ydijeron: Soberano Señor, tú eres elDios que hiciste el cielo y la tierra, elmar y todo lo que en ellos hay ... Yahora, Señor, mira sus amenazas, yconcede a tus siervos que con tododenuedo hablen tu palabra, mien-tras extiendes tu mano para que sehagan sanidades y señales y prodi-gios mediante el nombre de tu san-to Hijo Jesús» (v. 24, 29-30).

¿Cuál fue la respuesta del cielo?«Cuando hubieron orado, el lugar enque estaban congregados tembló; ytodos fueron llenos del Espíritu San-to, y hablaban con denuedo la pala-bra de Dios» (v. 31). ¿Usted quiereque estos tiempos se repitan? Esposible, porque el Señor lo prome-tió. Pero, recuerden, esto solo ocu-rrirá con nosotros si realmente de-seamos, con todo nuestro corazón ycon todas nuestras fuerzas, ser lle-nos continuamente del Espíritu San-to. Es un imperativo.

Las emLas emLas emLas emLas emocioneocioneocioneocioneociones bs bs bs bs bajo el Eajo el Eajo el Eajo el Eajo el EspírispírispírispírispíritttttuuuuuNecesitamos caminar en el poderdel Espíritu. Necesitamos que él nosolo nos capacite con poder, sinoque transforme nuestro corazón,nuestros sentimientos, nuestrasemociones, siendo vasos que contie-nen y expresan a Cristo; él hace reala Cristo en nosotros y, a través denosotros, al mundo.

Las emociones son parte vital de laexistencia humana, son como latemperatura de nuestra alma. Si tusemociones son negativas, son malas,son erradas, toda tu vida estará con-taminada.

Hay hermanos que están siempretristes o amargados, con un tono devida negativo. En ese caso, ¿cómopuede el Espíritu Santo expresar aCristo en nosotros? Por eso, Efesios

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4:31 dice: «Quítense de vosotrostoda amargura, enojo, ira, gritería ymaledicencia, y toda malicia», todasestas emociones negativas, para queel Espíritu Santo nos pueda llenar.

Nosotros no tenemos que manipu-lar las emociones; pero el EspírituSanto sí toca las emociones; él tocatodo el ser humano. Por eso, si élpuede tomar nuestra lengua, el ór-gano controlador de todo, entoncesél puede tomar control de todo tuser: tu alma, tus emociones, tus re-cuerdos, tus creencias, tus pensa-mientos. Todo tiene que ser, toma-do y renovado por el Espíritu Santo.

CharleCharleCharleCharleCharles Finnes Finnes Finnes Finnes FinneyyyyyCharles Finney, un gran siervo deDios del pasado, usado poderosa-mente por Dios en Estados Unidos,donde cientos de miles se volvierona Cristo a través de él y de otros,decía lo siguiente:

«Un día, después de haber creído enel Señor Jesucristo, estaba yo en micuarto, y sentí un deseo intenso deorar. De pronto, fue como si mi co-razón se derritiera como cera, unamor inexpresable se apoderó de míy comencé a llorar. Ondas de amory de alegría, cada vez más podero-sas, pasaban a través de mí, hacien-do rebosar mi corazón. Era tan fuer-te, que yo rogaba a Dios que parara,

porque me iba a morir; pero tam-bién le rogaba que no terminara,porque no quería que eso termina-ra. Así estuve horas y horas. Los ríosde vida y de amor me llenaron y mellenaron hasta que casi exploté».

Cuando Finney salió de su cuarto,una nación entera fue sacudida porel Espíritu. Ya no era él, sino el Espí-ritu Santo de Dios.

¿Cómo sería si toda la iglesia fuesellena del Espíritu Santo? ¿Cómo se-ría tu lugar de estudio o de trabajo,o tu familia, si camináramos llenosdel Espíritu Santo? Necesitamos serllenos del Espíritu Santo, hoy.

«Porque para vosotros es la prome-sa, y para vuestros hijos, y para to-dos los que están lejos; para cuan-tos el Señor nuestro Dios llamare»(Hech. 2:39). No solo para Pedro yPablo, no solo para Finney, Wesley ylos grandes predicadores; es paratodos nosotros. Es la promesa, eldon de Cristo a la iglesia; todas susriquezas, todo su poder, toda su glo-ria y su vida poderosa.

Que el Espíritu de Dios pueda entraren todos los rincones de nuestraalma. Abrámosle el corazón, todonuestro ser, para que nos llene unay otra vez.

Síntesis de un mensaje oral impartido enRucacura (Chile), en enero de 2015.

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TEMA DE PORTADA

Los capítulos 14, 15 y 16 del evangelio de Juancontienen, sin duda, la enseñanza más detalla-da y profunda con respecto a la bendita perso-na del Espíritu Santo.

Faltando pocos días para que se cumpliese supropio tiempo en este mundo, nuestro SeñorJesucristo habló a sus discípulos, extensamentey con reposo, acerca del Parakletos. Él sería en-tregado pronto en manos de los hombres, queejecutarían lo que «el determinado consejo yanticipado conocimiento de Dios» habían esta-blecido; él sería crucificado, mas, conforme a supropio anuncio, pasados tres días resucitaría vic-torioso.

Un siervo del Señor que nos visitó hace pocotiempo, nos indicó un detalle que con frecuen-cia pasamos inadvertido en estos tres capítulos,y hoy queremos recordar esa preciosa enseñan-za para bendición de todos.

VVVVVerererererdad, rdad, rdad, rdad, rdad, realidadealidadealidadealidadealidadLa expresión «el Espíritu de verdad» es mencio-nada por el Señor una vez en cada uno de estoscapítulos, y a su vez, esta es la única ocasión en

El Espíritu de realidadLa realidad es el contraste de la figurfigurfigurfigurfiguraaaaa, de la alegoríaalegoríaalegoríaalegoríaalegoríao de la sombrsombrsombrsombrsombraaaaa.

Gonzalo Sepúlveda

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todas las Escrituras en que el Espíri-tu Santo es definido como tal – el Es-píritu de verdad.

Ahora bien, al hablar de «verdad»,lo primero que viene a nuestra men-te es que esta palabra es opuesta a«mentira». Si tal es nuestro pensa-miento, no encontraremos muchosentido a los pasajes donde este tér-mino es mencionado.

El verdadero sentido de la palabraverdad en estos pasajes, como enmuchos otros del evangelio de Juan,es realidad. Entonces podemos com-prender mejor lo que el Señor quisotransmitir. La realidad es el contras-te de la figura, de la alegoría o de lasombra. En pasajes clásicos de Ro-manos, Colosenses y Hebreos en-contramos estas palabras: «Adán,el cual es figura del que había devenir (Cristo)» (Rom. 5:14); «todo locual es sombra de lo que ha de ve-nir» (Col. 2:17); «los cuales sirven alo que es figura y sombra de las co-sas celestiales» (Heb. 8:5).

CumplimientoCumplimientoCumplimientoCumplimientoCumplimientoTenemos entonces mayor claridaden el concepto. Adán es figura delque había de venir, la realidad esCristo. La escalera de Jacob es unafigura, una profecía; Cristo es elcumplimiento de aquello (Juan1:51). En realidad, la ley y el Anti-guo Pacto están llenos anuncios, de

sombras, figuras, alegorías y tipos.En el Nuevo Pacto en cambio, lassombras son parte del pasado; conla venida de nuestro Señor Jesucris-to, la realidad ha llegado, es el díadel cumplimiento de todos aquellosanuncios y tipos.

HabiHabiHabiHabiHabitttttaciónaciónaciónaciónaciónVeamos ahora Juan 14:17. «…el Es-píritu de verdad (realidad), el cual elmundo no puede recibir, porque nole ve , ni le conoce; pero vosotros leconocéis porque mora con vosotros,y estará en vosotros». Las expresio-nes «mora con» y «estará en» mues-tran claramente el sentido de «ha-bitación». Entonces tenemos, aquí,que la primera mención del Espíritude realidad está relacionada con elEspíritu de habitación.

Todo el contexto del capítulo 14 delevangelio de Juan nos habla de «ha-bitación». Jesús habla del «Padreque mora en mí», «vendré a voso-tros» (a habitar), «estoy en mi Pa-dre, vosotros en mí y yo en voso-tros» (habitando), «vendremos a ély haremos morada (habitación) conél». Tenemos hoy, por la gracia denuestro Dios, la realidad de la habi-tación de Dios con nosotros.

El tabernáculo del desierto y el tem-plo de Salomón no fueron sino som-bra y figura de la verdadera moradade Dios en el Espíritu (Ef. 2:22). Cris-

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to habita por la fe en nuestros cora-zones (Ef. 3:17). Cristo en nosotros,la esperanza de gloria (Col. 1:27).Cristo vive en mí (Gál. 2:20), etc.Todas estas declaraciones no son fi-gura ni sombra, sino una benditarealidad. Como también lo es «laiglesia del Dios viviente, columna ybaluarte de la verdad» (1a Tim.3:15).

Podemos regocijarnos, pues el Espí-ritu Santo, teniendo diversos nom-bres y funciones, es el bendito Espí-ritu que nos comunica la realidad dela habitación de Dios (Padre, Hijo yEspíritu Santo), en nuestros corazo-nes, individualmente y, como iglesia,corporativamente.

TTTTTeeeeeststststst imimimimimonioonioonioonioonioAvancemos ahora a Juan 15:26.«Pero cuando venga el Consolador,a quien yo os enviaré del Padre, elEspíritu de verdad (realidad), el cualprocede del Padre, él dará testimo-nio acerca de mí». Aquí, el Espíritude verdad está relacionado con larealidad del testimonio. Esta palabraestá en la misma línea de Hechos1:8: «...y me seréis testigos». Dartestimonio, y ser testigos, es exac-tamente el mismo asunto.Sin la presencia viva, la realidad delEspíritu Santo dando testimonio, losapóstoles nunca hubiesen podidotestificar como lo hicieron el día de

Pentecostés (Pedro), y ante el con-cilio (Pedro y Juan), y menos auncumplir con el mandato de ir portodo el mundo llevando la buenanueva del evangelio, con la eficaciaque tal tarea fue hecha, si no fueseporque les habitaba el Espíritu derealidad. Su testimonio fue real y fuecreído y hubo fruto abundante y per-manente.

Pablo, en Efesios 1, habla con pala-bras superlativas acerca del Espíritude sabiduría y de revelación acercade él (Cristo), dando a entender queel testimonio del Espíritu abarca to-dos los aspectos de la Persona y obrade nuestro Señor Jesucristo.

Cristo en la eternidad pasada: «Enel principio era el Verbo». Cristo en-carnado. Cristo en los días de su car-ne. Cristo glorificado en los cielos(realidad presente del Señor). Cris-to, cabeza de la iglesia. Cristo reinan-do por los siglos de los siglos. El Es-píritu de realidad nos comunica eltestimonio de Cristo en plenitud.Cada una de estas frases podrían serlos títulos de verdaderos tratados deprofundo estudio.

¡Cuánta riqueza nos vino a comuni-car el Espíritu de verdad, el Espíritude realidad! Pablo lo dijo de esta for-ma: «...las inescrutables (insonda-bles) riquezas de Cristo … el miste-rio escondido desde los siglos en

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Dios» (Ef. 2:6-7); y también: «enquien están escondidos todos los te-soros de la sabiduría y del conoci-miento ... porque en él habita corpo-ralmente toda la plenitud de la Dei-dad» (Col. 2:3, 9).

eran figura, tipo, pálidas sombras,comparados con la bendita realidaddel Rey de reyes y Señor de señoresque es Cristo para nosotros.

Ahora bien, él envió desde la majes-tad de las Alturas al Espíritu de rea-

El verEl verEl verEl verEl verdaderdaderdaderdaderdadero sento sento sento sento sentido de la pido de la pido de la pido de la pido de la palabralabralabralabralabra Va Va Va Va Verererererdaddaddaddaddaden een een een een estos pstos pstos pstos pstos pasajeasajeasajeasajeasajes, coms, coms, coms, coms, como en mo en mo en mo en mo en muchos otuchos otuchos otuchos otuchos otrrrrrososososos

del edel edel edel edel evvvvvangelio de Juan, eangelio de Juan, eangelio de Juan, eangelio de Juan, eangelio de Juan, es Realidad.s Realidad.s Realidad.s Realidad.s Realidad.Concluimos entonces que, en Juan15, el Espíritu de verdad está rela-cionado con la realidad del testimo-nio acerca de Cristo.

GobiernoGobiernoGobiernoGobiernoGobiernoFinalmente, llegamos a Juan 16:13.«Pero cuando venga el Espíritu deverdad (realidad), él os guiará a todala verdad; porque no hablará por supropia cuenta, sino que hablará todolo que oyere, y os hará saber las co-sas que habrán de venir».

El Espíritu que tiene la capacidad deguiar es el Espíritu de gobierno. Larealidad del gobierno, eso es lo quetenemos aquí. Se puede decir contoda propiedad que Adán es un tipoo figura de Cristo. También lo fue-ron Isaac, José en Egipto, Josué, Da-vid, Zorobabel y muchos otros querepresentaban gobierno. Ellos eranlíderes, caudillos, reyes, pero todos

lidad, para que nos comunicara labendita realidad de su gobierno, ennuestros corazones y como iglesia,como cuerpo de Cristo.

Pablo enseña: «Porque todos los queson guiados (gobernados) por el Es-píritu de Dios, éstos son hijos deDios» (Rom. 8:14). Es fácil recono-cer cómo el Espíritu Santo gobernó,guió las vidas y las decisiones de losprimeros apóstoles (Hech. 10:19-20), llegando incluso a prohibirlesalgunos de sus movimientos (Hech.16:6-7).

Uno de los pasajes más claros al res-pecto es, sin duda, Hechos 13:2-4,donde el Espíritu Santo asume elgobierno y las decisiones propias delrumbo que debían seguir los após-toles en la obra del Señor. Tal gobier-no debemos buscar con diligencia,si la obra del Señor ha de prosperaren nuestros días.

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Nuestro consuelo es que, hoy, con-tamos con esta maravillosa Persona,el Espíritu que nos comunica la rea-lidad del gobierno de Dios sobre losasuntos de Su obra en la tierra, comotambién el gobierno que cada hijodel Señor necesita para los asuntoscotidianos. Que podamos vivir bajola realidad del gobierno del Espíritupara la gloria de nuestro Señor.

Gracias al Señor por el Espíritu San-to que nos comunica la realidad deSu habitación en nosotros, que noshace partícipes de la realidad deltestimonio acerca de su gloriosapersona y obra, y que además nosmantiene bajo la realidad de Su go-bierno. Gracias al Señor por su abun-dante provisión.

***

«¡Los caníbales te comerán!»

Un misionero poco conocido entre los cristianos de hoy fue John Paton(1824-1907). Trabajó durante diez años como pastor en una crecienteiglesia de Escocia, pero Dios comenzó a poner carga en su corazón poruna de las Nuevas Hébridas, un grupo de islas en el Pacífico llenas depueblos caníbales sin conocimiento alguno del evangelio.

Veinte años antes, dos misioneros fueron a esa isla. Los mataron y selos comieron. Entonces, como es de suponer, muchos trataron dedisuadir a Paton de la simple idea de seguir los pasos de esos misioneros.Paton escribió: «Entre los muchos que procuraban disuadirme, habíaun querido anciano cristiano, cuyo argumento culminante siempre era:«¡Los caníbales te comerán!».

John Paton le respondió a este hombre: «Mr. Dickson, usted estáentrado en años ahora, y las probabilidades que tiene es que pronto vaa yacer en la tumba y allí se lo coman los gusanos. Le confieso que sipuedo vivir y morir honrando al Señor Jesús, no me importará si mecomen los caníbales o los gusanos; y en el gran día, mi cuerpo resucitadose levantará tan bello como el suyo a semejanza de nuestro Redentorresucitado». El anciano salió de la habitación mientras exclamaba:«¡Después de eso, no tengo nada más que decir!».

A los treinta y tres años, John Paton viajó a las Nuevas Hébridas consu esposa. El viaje no fue fácil. Su esposa y su hijo recién nacido murierona los pocos meses de haber llegado, y se encontró solo. Enfrentó unaamenaza tras otra, pero en los años siguientes, innumerables caníbalesen todas las Nuevas Hébridas llegaron a conocer la paz de Cristo, y laiglesia en Australia, Escocia y el mundo occidental se vio desafiada alevantarse y dar a conocer el evangelio entre los pueblos que son másdifíciles de alcanzar.

David Platt, Radical

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TEMA DE PORTADA

PPPPParararararakletosakletosakletosakletosakletosEl evangelio de Juan, en su versión original engriego, tiene palabras que, entre los evangelis-tas, solo registra el apóstol Juan. Una de ellas esParakletos, utilizada por el Señor Jesucristo parareferirse al Espíritu Santo, traducida en la ver-sión Reina-Valera como Consolador.

Esta palabra, en español, tiene varios significa-dos. Cada una de sus acepciones es una formade identificar cómo el Espíritu Santo se relacio-na con la iglesia. Ellas son: aliado o amigo fiel,consejero, abogado o amigo del acusado,ayudador, consolador o confortador, yexhortador. Cada concepto es un rasgo atribui-ble al Espíritu Santo en su persona y en su obra.

El Espíritu Santo cumple estas funciones en laiglesia, para obtener un corazón de novia, pre-parada para el día de las bodas del Cordero, for-mando el carácter de Cristo en nosotros. El Es-píritu Santo vino para hacer que todas las cosassean reunidas en Cristo, comenzando por nues-tro corazón.

La voz de la tórtola (II)Alexis Vera

El Espíritu Santo nos dice que somosuna generación privilegiada.

Lecturas: Juan 14:15, 26; 15:26; 16:7.

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Aliado o amigo fielAliado o amigo fielAliado o amigo fielAliado o amigo fielAliado o amigo fielA través de su muerte en la cruz, suresurrección y su ascensión, y el de-rramamiento del Espíritu Santo, elSeñor Jesús estableció una nuevaalianza o pacto con el hombre. Esanueva alianza tiene una promesa,una dádiva – el Espíritu Santo.

Hechos capítulo 2 dice que Cristo,exaltado a la diestra de Dios, recibióla promesa del Espíritu Santo y de-rramó aquello que ocurrió en el díade Pentecostés, y que está activohasta el día de hoy en nuestros co-razones. El Espíritu Santo es la pro-mesa de esta alianza, que aparecedetallada a lo largo de todas las Es-crituras. Leamos Hebreos capítulo 8para ver algunos énfasis de esta nue-va alianza, y descubrir cómo es queel Espíritu Santo nos trae la realidadde este nuevo pacto, y cómo él llegaa ser nuestro aliado.

«Por lo cual, este es el pacto queharé con la casa de Israel despuésde aquellos días, dice el Señor: Pon-dré mis leyes en la mente de ellos, ysobre su corazón las escribiré; y seréa ellos por Dios, y ellos me serán amí por pueblo; y ninguno enseñaráa su prójimo, ni ninguno a su her-mano, diciendo: Conoce al Señor;porque todos me conocerán, desdeel menor hasta el mayor de ellos.Porque seré propicio a sus injusti-

cias, y nunca más me acordaré desus pecados y de sus iniquidades»(Heb. 8:10-12).

TTTTTrrrrreeeees actoss actoss actoss actoss actosEsta es una síntesis de la nueva alian-za que el Señor estableció con suiglesia. La promesa de esta alianzaes el Espíritu Santo, detallada aquíen tres actos. Primero: «Pondré misleyes en la mente de ellos, y sobresu corazón las escribiré». El EspírituSanto fue derramado como un alia-do nuestro, para grabar la palabrade Dios en nuestra mente y en nues-tro corazón. De manera que no de-pendemos de la letra, sino de estapalabra revelada por medio del Es-píritu Santo de la promesa. Una delas marcas del Nuevo Pacto es queel Espíritu Santo transforma la pala-bra en vida y en Espíritu, para edifi-car la iglesia.

Segundo: «...y seré a ellos por Dios,y ellos me serán a mí por pueblo».El Espíritu, como nuestro aliado, co-munica a nuestro corazón un senti-do de pertenencia. Cuando creímos,él nos selló, y nos comunicó la per-tenencia a Dios. Ese sello garantizaque Dios cumplirá su obra en noso-tros.

El Espíritu Santo nos ha comunica-do este sentido de pertenencia. Estoconfirma que él está habitando en

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nuestro corazón. Aquellos que tie-nen el Espíritu de Dios se reconocencomo hijos de Dios, y tienen la con-fianza de decir: ¡Abba, Padre! Por-que pertenecemos a Dios, sabemosque somos de él y que él es nuestro.

Tercero: «Ninguno enseñará a suprójimo, ni ninguno a su hermano,diciendo: Conoce al Señor; porquetodos me conocerán». El EspírituSanto, nuestro aliado, nos transmi-te la revelación de Cristo resucitadoy exaltado a la diestra de Dios. Él traela palabra escrita y la enseña comouna realidad a nuestro corazón, noun conocimiento doctrinal, sino unconocimiento experimental del Diosvivo.

Esta alianza es un sello del amor deDios. El Espíritu Santo, como un alia-do y amigo fiel, es la marca del amorde Dios. Él es el Espíritu de amor,comunicándonos el amor de Dios.

Dios mismo es amor, de manera queel propio Espíritu Santo es amor.«Porque el amor de Dios ha sido de-rramado en nuestros corazones porel Espíritu Santo que nos fue dado»(Rom. 5:5).

El Espíritu Santo viene para habitaren nuestro corazón y comunicarnostodo lo de Dios. En nuestra carreracristiana, necesitamos ser llenos delEspíritu y manifestar su amor. Comoel Espíritu de amor, él nos comunica

aquellos rasgos que Pablo describeen 1ª Corintios 13. «El amor es su-frido, es benigno... no se irrita, noguarda rencor...» (v. 4-5). Una mar-ca del Espíritu Santo es un carácterafable, amoroso, noble, tolerante,respetuoso, paciente.

ConsejerConsejerConsejerConsejerConsejeroooooEl Espíritu Santo también se relacio-na con la novia como su consejero.«Porque todos los que son guiadospor el Espíritu de Dios, éstos son hi-jos de Dios» (Rom. 8:14). La palabrahijos, aquí, alude a los hijos madu-ros de Dios, cuyo rasgo distintivo esser guiados por el Espíritu. Esta guíano es solo en cosas puntuales. Élbusca en nuestro corazón una plenarendición a su soberanía en nuestravida. Esta soberanía se debe recibiren nuestro corazón por fe, y por obe-diencia a la Palabra.

¿Cómo funciona este ministerio delEspíritu Santo? El apóstol Juan dice:«Pero la unción que vosotros recibis-teis de él permanece en vosotros, yno tenéis necesidad de que nadie osenseñe; así como la unción mismaos enseña todas las cosas, y es ver-dadera, y no es mentira, según ellaos ha enseñado, permaneced en él»(1ª Juan 2:27).

La unción es el propio Espíritu San-to. Él es el aceite de la unción. ElEspíritu ha venido a nuestro corazón

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como un Maestro. Esa enseñanzaestá de la mano con la disciplina ycon la palabra del Espíritu Santo. Eslo que forma corazones obedientesen nosotros.

EEEEEspírispírispírispírispíritttttu de obedienciau de obedienciau de obedienciau de obedienciau de obediencia«...el Espíritu Santo, el cual ha dadoDios a los que le obedecen» (Hech.5:32). Aquí hay un principio espiri-tual. El Espíritu Santo es dado a losque obedecen. No habrá llenura delEspíritu sin una disposición a obe-decer Su palabra. La Palabra obede-cida nos da garantía de que vamoscreciendo en el Espíritu.

Cuando recibimos el Espíritu, reci-bimos con él toda la capacidad paraponer en práctica la obediencia.Aunque la rebeldía siempre estápresente en nuestra carne, hay aho-ra algo nuevo que nos habita. El Es-píritu de obediencia nos permite hoyrendirnos a la voluntad del Señor.

que el Espíritu nos capacita. Y en lamedida que avanzamos en esa ex-periencia, avanzamos también en elconocimiento y la experiencia delEspíritu Santo.

¿Cómo opera la unción? Esa ense-ñanza interior siempre debe estarrespaldada por la Palabra escrita, yjuntamente con ella, respaldada porel testimonio del cuerpo de Cristo.

Debemos juzgar nuestro corazón,porque la carne tiende a imitar alEspíritu. Para eso, el Señor ha pues-to tres señales seguras: la unciónque nos enseña todas las cosas, lapalabra de Dios, y el testimonio delcuerpo de Cristo. Así el Espíritu San-to opera en nuestro corazón y nosva enseñando todas las cosas.

El liderazgo efectivo del Espíritu San-to comienza a ocurrir cuando nosrendimos plenamente en obedien-cia a su guía. Él siempre nos aconse-

El EEl EEl EEl EEl Espírispírispírispírispíritttttu eu eu eu eu está cumpliendo fielmstá cumpliendo fielmstá cumpliendo fielmstá cumpliendo fielmstá cumpliendo fielmente suente suente suente suente suobrobrobrobrobra en nuea en nuea en nuea en nuea en nuestststststrrrrros coros coros coros coros corazoneazoneazoneazoneazones hoy.s hoy.s hoy.s hoy.s hoy.

Esto se ejercita por fe. Cuando reci-bimos una instrucción del Espíritu,una enseñanza de la unción, no nosqueda alternativa sino rendirnos aella, y encontrar en Dios la graciapara obedecer. La obediencia no esalgo lejano para los creyentes, por-

jará con la Palabra, exhortándonos,advirtiéndonos, alentándonos, paraque persistamos en hacer bien, conlos ojos puestos en Cristo. Esa es unaseñal segura de que somos condu-cidos por el Espíritu Santo.

40 AGUAS VIVAS

AbogadoAbogadoAbogadoAbogadoAbogadoEl abogado es el amigo del acusado.El Espíritu Santo nos trae la realidadde aquella intercesión que Jesucris-to hace a la diestra de Dios. Refirién-dose al Parakletos, el Señor Jesúsdice: «Y yo rogaré al Padre, y os daráotro Consolador» (Juan 14:16), esdecir, «otro igual a mí, otro de lamisma calidad».

Ahora, físicamente, nuestro SeñorJesucristo está como un Hombreexaltado a la diestra de Dios. Y no-sotros, estamos aún en este escena-rio terrenal, en la tensión entre loque es y lo que será. «Ahora somoshijos de Dios, y aún no se ha mani-festado lo que hemos de ser» (1ªJuan 3:2). Y en esa tensión, aún es-tamos sujetos a debilidades; aúninvoluntariamente podríamos pecardelante del Señor.

Por eso, necesitamos la intercesiónde Jesucristo como nuestro aboga-do a la diestra de Dios. Él presentala vigencia de su sangre derramadaen la cruz del Calvario. Y el EspírituSanto como abogado, en la tierra,nos comunica al corazón la paz deDios. Cuando recibimos la paz deDios por el perdón de nuestros pe-cados, el Parakletos está cumplien-do una función preciosa, transmi-tiéndonos la consolación que vienedesde el mismo trono de Dios.

Esto demanda de nosotros la res-ponsabilidad de cuidar nuestras con-ciencias. ¿Qué significa esto? Una delas funciones del espíritu humano esla conciencia. Ella es como una ven-tana, que cuando está limpia dejapasar la luz del cielo, comunicandola realidad del cielo a nuestro inte-rior. Pero, cuando la conciencia estáendurecida por el pecado, esa luz seopaca, y la comunión con Dios seinterrumpe. Y esa es una gran trabapara que el Espíritu Santo pueda lle-nar a la iglesia.

El Espíritu Santo es un abogado, co-municándonos la eficacia de la san-gre de Cristo, en la medida que con-fesemos nuestros pecados. Esto esalgo tan básico, pero tan necesario.Todos los días necesitamos arrepen-tirnos delante de Dios. Cuando másluz recibimos de la Palabra y del Es-píritu, más conciencia tenemos decuán pecadores somos. Por eso ne-cesitamos del Parakletos que noscomunica la paz de Dios; de lo con-trario, nuestras conciencias no des-cansarían jamás.

AAAAAyudadoryudadoryudadoryudadoryudador«Y de igual manera el Espíritu nosayuda en nuestra debilidad; puesqué hemos de pedir como conviene,no lo sabemos, pero el Espíritu mis-mo intercede por nosotros con ge-midos indecibles» (Rom. 8:26). Una

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iglesia llena del Espíritu es una igle-sia que ora eficazmente. Nosotrosno sabemos pedir como conviene;pero tenemos al Espíritu comoayudador en nuestra debilidad.

La oración que aparece aquí está vin-culada al contexto anterior. El versí-culo 26 comienza diciendo: «Deigual manera». Entonces debemosretomar del versículo 18 en adelan-te. ¿Qué es lo que hace gemir al Es-píritu Santo?

«Porque el anhelo ardiente de lacreación es el aguardar la manifes-tación de los hijos de Dios... Porquesabemos que toda la creación gimea una… y no sólo ella, sino que tam-bién nosotros mismos, que tenemoslas primicias del Espíritu, nosotrostambién gemimos dentro de noso-tros mismos, esperando la adopción,la redención de nuestro cuerpo»(Rom. 8:19, 21-23).

Esa oración que nosotros no sabe-mos cómo hacer se vincula estrecha-mente con el propósito de Dios. Acausa de la caída, la creación fuesujeta a esclavitud. Sin embargo, laredención del Señor no involucrasolo el perdón de pecados, sino queél va a llevar adelante un propósitoque determinó en la eternidad.

Dios ha entregado el Reino en ma-nos del Señor Jesucristo, como elvarón aprobado por Dios; pero tam-

bién lo ha dado a la iglesia, aquellaque está preparada para reinar jun-tamente con el Cordero. Y ella tieneun gemido en el corazón: esperar lamanifestación, la libertad gloriosa delos hijos maduros de Dios. El Espíri-tu Santo ha de conducirnos parapoder orar correctamente, en virtudde este objetivo.

Esto debe gobernar cada una de lasnecesidades que se presentan ennuestras reuniones de oración. Ana,la madre de Samuel, es un buenejemplo de esto. Ana fue a orar poruna necesidad terrenal: ella queríaun hijo. Pero, junto con ello, el Espí-ritu Santo toca su corazón, y convier-te su necesidad personal en una ne-cesidad de Dios, en tiempos dondeescaseaba la profecía y donde la vi-sión era escasa.

Nosotros no vivimos tiempos dife-rentes. Encontrar la palabra verda-dera del Señor es hallar joyas raras,es realmente una misericordia delSeñor en los tiempos que vivimos.La oración que está de acuerdo conel Espíritu cooperará con el propó-sito de Dios en tiempos difíciles;transformará nuestras necesidades,que el Espíritu dispone circunstan-cialmente, para que cooperen con elpropósito de Dios.

«Y sabemos que a los que aman aDios, todas las cosas les ayudan a

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bien» (Rom. 8:28). ¿A cuál bien? Alpropósito eterno de Dios, al bien deDios, no a nuestro propio bien, aun-que nosotros también somos bene-ficiados, en la medida que el propó-sito de Dios va avanzando en nues-tra generación.

El Espíritu Santo debe enseñarnos aorar para cooperar con el propósitode Dios y alcanzar la plenitud denuestro llamamiento. Él nos está lla-mando celosamente a ser de aque-llos que permanecen fieles, llenosdel Espíritu, que han guardado susvestiduras y siguen al Cordero don-dequiera que él va.

Si nuestro corazón está comprome-tido con él, oraremos también paraque el Espíritu Santo nos dé la con-ciencia de quiénes somos nosotros.La iglesia es el único vehículo a tra-vés del cual el cielo puede ser traí-do a la tierra, la única vía mediantela cual es posible desatar la volun-tad de Dios en la tierra.

Una iglesia que no ora es una iglesiaestancada. Pero la oración eficaz síse dará en una iglesia que dependedel Espíritu Santo. Pidamos al Señorque su Espíritu nos inspire a orar. Élnos puede enseñar a orar, de mane-ra que sus gemidos sean interpreta-dos por la voz de la iglesia, para queesa sea la voz unánime del Espírituy la novia: «¡Ven, Señor Jesús!».

Si nos humillamos bajo la mano delSeñor, recibiremos la enseñanza dela santa unción y podemos aprendera orar como conviene, recibir unadirección específica del Señor y per-sistir en ella hasta recibir una res-puesta. A eso somos llamados. Lameta es más alta, el camino es másestrecho; pero el Espíritu Santo,nuestro ayudador, es poderoso parasocorrernos en nuestra debilidad.

Consolador y confConsolador y confConsolador y confConsolador y confConsolador y confortortortortortadoradoradoradorador«Amados, no os sorprendáis del fue-go de prueba que os ha sobreveni-do, como si alguna cosa extraña osaconteciese, sino gozaos por cuantosois participantes de los padecimien-tos de Cristo... Si sois vituperados porel nombre de Cristo, sois bienaven-turados, porque el glorioso Espíritude Dios reposa sobre vosotros... paraque sometida a prueba vuestra fe,mucho más preciosa que el oro, elcual aunque perecedero se pruebacon fuego, sea hallada en alabanza,gloria y honra cuando sea manifes-tado Jesucristo» (1ª Ped. 4:12-14;1:7).

El propio Señor nos conduce por elEspíritu Santo a través de situacio-nes que son para nosotros como fue-go purificador. El oro tiene que sersometido al fuego para quemar lasimpurezas y dejar solo aquello quees valioso. Nosotros somos vasos

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contenedores del Espíritu, y él tienesoberanía para conducirnos a travésde distintas circunstancias y sacudir-nos, si es necesario, para que apa-rezca a flote y sea desechado aque-llo que es superficial, dejando sololo que pertenece a la naturaleza y alcarácter de Dios.

Cuando somos enfrentados a diver-sas pruebas, por causa de Cristo oestando en comunión con Cristo, elEspíritu de Dios reposa sobre noso-tros. Cuando vivimos situacionesconflictivas que no podemos enten-der, accidentes, enfermedades, do-lores, angustias, lo primero que apa-rece en nosotros es nuestro carác-ter natural, porque algo nos des-estabiliza. Entonces, la carne reac-ciona; somos como sacudidos, yaquello que requiere ser quemadoes puesto delante de Dios, para sertratado por él.

Cuando vivimos circunstancias difí-ciles, debemos arrepentirnos de lasreacciones de nuestra carne, de laautocompasión, del egocentrismo,de no poder soportar lo que esta-mos viviendo. Pero allí está el Espí-ritu Santo para poder consolarnos,una vez que ha sido quemado lo quecontaminaba el tesoro escondido ennuestro corazón, para que resplan-dezca allí el oro, la plata y las pie-dras preciosas.

El Espíritu Santo es consolador y con-fortador en tiempos de crisis. Todoshemos gustado el bálsamo del Espí-ritu; él ha sido nuestro refugio enmomentos de angustia. En tiemposde tribulación, nos ha comunicadola certeza de la paz de Dios; nos haacariciado en los días más angustio-sos. Cuando nos parece que estamossolos, ahí está el Parakletos conso-lándonos y confortándonos.

«Por esta causa doblo mis rodillasante el Padre de nuestro Señor Jesu-cristo... para que os dé, conforme alas riquezas de su gloria, el ser for-talecidos con poder en el hombreinterior por su Espíritu; para quehabite Cristo por la fe en vuestroscorazones...» (Ef. 3:14-17).

En las circunstancias difíciles, se abreuna gran puerta en nuestro corazónpara que el Espíritu Santo fortalezcanuestro hombre interior. Y cuandotodo parece ir bien, también está lamisma súplica del Espíritu. Aun allí,él es nuestro confortador, fortale-ciendo nuestro hombre interior.

«Por esta causa...», dice Pablo. Labúsqueda del Espíritu no es solo porun fin especial aquí en la tierra, sinopor una trascendencia en los cielos,para colaborar con el eterno propó-sito de Dios: Cristo y su esposa. Esaes la visión que nos gobierna. «Poresta causa», recibimos el fortaleci-

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miento con poder en el hombre in-terior, por el Espíritu de Dios.

ExhortExhortExhortExhortExhortadoradoradoradoradorHebreos es la epístola de exhorta-ción por excelencia. La exhortaciónes una advertencia y un aliento. Sisolo advertimos, somos como aquelque boga con un solo remo y gira sinavanzar, y si solo alentamos, ocurri-rá lo mismo. Pero el Espíritu Santopone el equilibrio; como exhortador,él advierte, y él alienta.

Reiteramos una advertencia a nues-tro corazón. Si nuestra mente, nues-tra voluntad y nuestros sentimien-tos no son gobernados por el Espíri-tu Santo, inconscientemente, iremossegún la corriente de este mundo, einconscientemente, contribuiremosa la plataforma para el surgimientodel anticristo aquí en la tierra. Estoes una solemne advertencia del Es-píritu Santo.

Por otra parte, está el aliento. Si per-mitimos que el Espíritu nos gobier-ne, que la Palabra nos vaya renovan-do, y que nuestra mente, voluntad ysentimientos sean rendidos plena-mente a Su gobierno, contribuire-mos a allanar el camino para quenuestro Señor regrese desde los cie-los.

Fuimos llamados para comenzar enel Espíritu y para ser perfeccionados

en él, para que el último día nuestroaquí en la tierra, sea partiendo a lapresencia del Señor o sea recibien-do a Cristo en el aire, nuestro cora-zón siempre haya estado lleno delEspíritu Santo.

El Espíritu Santo es un fiel exhor-tador. Constantemente, por la Pala-bra o en la vida de comunión, él nosestá advirtiendo, corrigiendo y alen-tando. El gran aliento que tenemospor delante es que pronto aparece-rá nuestro Señor Jesucristo. Con esefoco, el Espíritu está trabajando hoy,ataviando a la novia.

La vLa vLa vLa vLa voz de la tórtolaoz de la tórtolaoz de la tórtolaoz de la tórtolaoz de la tórtolaEn el Cantar de los Cantares, ya he-mos visto el encuentro entre la ama-da y el Amado. Ambos se levantande sus lugares, como una figura deldía en que la iglesia sea tomada dela tierra y en que Cristo desciendade su trono, para encontrarnos enel aire con él. Una evidencia de queese tiempo ha llegado es que, en elpaís de la doncella, se ha oído la vozde la tórtola – la voz del Espíritu San-to.Una gran exhortación del Espíritu enlas Escrituras aparece tres veces enla epístola a los Hebreos: «Si oyereishoy su voz, no endurezcáis vuestroscorazones» (3:7, 15; 4:7). Y tambiénen las cartas del Señor a las iglesiasen Apocalipsis: «El que tiene oído,

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oiga lo que el Espíritu dice a las igle-sias».

Hoy, el Espíritu Santo nos dice quesomos una generación privilegiada.En la última etapa de la obra de Diosen la tierra, el Señor Jesús está a laspuertas; él está edificando una igle-sia gloriosa y él es fiel para cumplirsu promesa. La iglesia estará alinea-da con el corazón de Dios, de mane-ra que cuando él derrame sus jui-cios, diremos: ¡Aleluya, porque susjuicios han llegado, porque él es fiely verdadero!

El Señor es fiel a su promesa. Asícomo fue tomado al cielo, él volve-rá. Y no volverá por una iglesia de-rrotada. Él se presentará a sí mismouna iglesia gloriosa, santa, sin man-cha y sin arruga ni cosa semejante,igual a él en carácter y dignidad; nopor nuestros méritos, sino porqueun día, cuando él fue exaltado a ladiestra de Dios, recibió del Padre lapromesa del Espíritu Santo. Y eseEspíritu está cumpliendo fielmentesu obra en nuestros corazones hoy.

En el Cantar de los Cantares se datestimonio de que la amada oyó lavoz de la tórtola. Y luego el Amadola llama: «Paloma mía» (2:14). Aho-

ra la novia es llamada paloma, por-que ella tiene tal comunión con elParakletos, cuya obra está comple-ta en la iglesia, de manera que am-bos son uno. Entonces se hace efec-tiva la voz de Apocalipsis 22: «El Es-píritu y la Esposa dicen: Ven». ¡Sí,ven, Señor Jesús!

Que esa esperanza esté renovada ennuestro corazón, cada día. No hayotra forma de esperar la venida deCristo. Hay una actitud que el Señorestá buscando en los suyos, y no esque ellos tengan la doctrina correc-ta acerca de Su venida, sino que es-tén unidos al Espíritu Santo, que ennuestro país se haya oído la voz dela tórtola, para que el Señor puedallamar, a la iglesia, «paloma mía».

El Señor viene pronto. «He aquí queviene con las nubes, y todo ojo leverá» (Apoc. 1:7). No sabemos cómoserá el día en que veamos al propioDios, al gran Dios y Salvador Jesu-cristo. «Y todo aquel que tiene estaesperanza en él, se purifica a sí mis-mo» (1ª Juan 3:3). Que el EspírituSanto continúe purificando nuestroscorazones, para que seamos fieles ala voz de la tórtola. Amén.

Síntesis de un mensaje oral impartido enRucacura (Chile), en enero de 2015.

Aquellos que no permiten que Dios trabaje en ellos, nunca puedentrabajar para él.

Watchman Nee

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LEGADO

El tema de esta conferencia es «Conociendo alEspíritu Santo». En mi opinión, debido a los tiem-pos en los cuales vivimos, no hay tema más im-portante que éste. El mundo está en una encru-cijada. Las llamadas «naciones cristianas» estándesechando la palabra de Dios y este hecho solopuede traer juicio. Estamos entrando en días demucha confusión, como un mar agitado por untifón, desde allí vendrá el anticristo. Sin embar-go, hay una noticia maravillosa: vendrá tambiénel Señor, y por tal razón nosotros necesitamosconocer al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es el agente de todas las cosas.El es el supervisor de todas las cosas de Dios,como un director gerente. Él toma la voluntad,el propósito y el consejo de Dios y vigila su cum-

La persona del Espíritu Santo

Lance Lambert *

Solo por el Espíritu puede la iglesia transformarse enuna expresión del Señor Jesús.

Y yo rogaré al Padre, y os dará otroConsolador, para que esté con vosotros parasiempre: el Espíritu de verdad, al cual elmundo no puede recibir, porque no le ve, nile conoce; pero vosotros le conocéis, porquemora con vosotros, y estará en vosotros. Noos dejaré huérfanos; vendré a vosotros".

– Juan 14:16-18.

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plimiento. En eso consiste la necesi-dad indispensable de conocer al Es-píritu Santo.

Mi parte en esta conferencia es ha-blar acerca de la persona del Espíri-tu Santo, pero es difícil hablar acer-ca del Espíritu Santo sin hablar de laobra y la manifestación del Espíritu.

Conocer al EConocer al EConocer al EConocer al EConocer al EspírispírispírispírispíritttttuuuuuSin embargo, mi encargo es hablaracerca de conocer al Espíritu Santo.La ignorancia en relación al EspírituSanto, el desconocimiento de su Per-sona, siempre ha conducido a la re-caída, a la infructuosidad, a la este-rilidad, a la falta de vida, creyendocosas tremendas, pero, en lo prácti-co, contradiciéndolas, y aun llegan-do hasta la apostasía. Es cosa terri-ble y destructora descuidar de algu-na manera la Persona del EspírituSanto; incluso, muchas veces, se ha-bla del Espíritu Santo como de ‘algo’.

Él es tratado como si fuese un meroinstrumento, un medio o un vehícu-lo, una especie de canal impersonalpara Dios el Padre y el Hijo. Él es tra-tado como si no tuviese sentimien-tos ni personalidad. A menudo estratado como si fuese una mercan-cía, una cosa a ser experimentada oun poder, una forma de superarse.Raramente es tratado por los cristia-nos como una persona.

El versículo 13 de Juan 16, en la ver-sión King James, ha sido utilizadopara justificar la ignorancia y aun elmenosprecio de la persona y obradel Espíritu Santo. Esta versión dice:«No hablará de sí mismo», mientrasel original griego dice simplemente:«No hablará por sí mismo».

La versión New American Standardde 1901 lo traduce correctamente yasí también lo hace Darby. La NewAmerican Standard Bible lo expresaasí: «No hablará por su propia ini-ciativa». La versión Nueva KingJames dice: «No hablará por sucuenta», y luego, entre paréntesis,«autoridad».

En otras palabras, el significado deesto no es que el Espíritu Santo nun-ca habla de sí mismo, sino que nohablará, por decirlo así, fuera de símismo. Él no habla por iniciativa pro-pia.

Si te digo que no voy a hablar de mímismo, significa que no diré nadasobre mí. Pero todo este libro es laobra del Espíritu Santo. Por lo me-nos doscientas veces dice: «El Espí-ritu Santo dijo... El Espíritu Santo dioa entender... El Espíritu Santo hizoesto o aquello». Es la obra del Espí-ritu Santo para revelarnos al SeñorJesús. Su obra es fijar nuestra mira-da no en sí mismo, sino en el SeñorJesús. Su tarea es que el Padre y el

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Hijo puedan venir a morar en noso-tros en realidad. Por lo tanto, siem-pre está volviendo nuestra miradasobre el Padre y el Hijo.

Un grUn grUn grUn grUn graaaaave rieve rieve rieve rieve riesgosgosgosgosgoPero si menospreciamos al EspírituSanto, si ignoramos al Espíritu San-to, corremos un grave riesgo. Proba-blemente la más exitosa táctica oestrategia de Satanás para paralizaral creyente y a la iglesia es haberutilizado esta traducción en el mun-do de habla inglesa, para que el pue-blo de Dios no comprenda a la per-sona esencial del Espíritu Santo.

Consideremos por un momento lahistoria de la iglesia; cada movimien-to del Espíritu Santo ha sido, dentrode un par de generaciones, frustra-do. ¿Qué ha ocurrido? Ha sido el ig-norar, menospreciar o apagar al Es-píritu Santo.

Si la obra del Espíritu Santo es reve-lar el Mesías entronizado y glorifi-cado, cuando él es ignorado y deva-luado, entonces, como creyentes,nosotros vivimos vidas derrotadas.Entonces, como iglesia de Dios, te-nemos derrota tras derrota. Vemosel deterioro de la autoridad y la vidaespiritual, y somos incapaces de ha-cer nada al respecto.

Vemos que la iglesia está como enuna camisa de fuerza: tiene una tre-

menda convicción y fe en Dios; creeen las Escrituras, pero está absolu-tamente aprisionada, en esclavitud.Ha perdido su libertad de acción, esincapaz de ejercer autoridad, inca-paz de usar las llaves del Reino e in-capaz de vencer.

Una PUna PUna PUna PUna PererererersonasonasonasonasonaNada es más importante que estanecesidad de conocer al EspírituSanto. El Espíritu Santo es una Per-sona. Por esta razón, debes conocer-lo. De la misma manera como cono-ces al Padre y al Hijo, así debes co-nocer al Espíritu Santo.

Efesios 4:30: «Y no contristéis al Es-píritu Santo de Dios, con el cual fuis-teis sellados para el día de la reden-ción». Él puede ser contristado. Nose puede entristecer a un instru-mento o a un producto impersonal,sino solo a una persona.

En Hechos 5:3-4, Pedro dice aAnanías: «¿Por qué llenó Satanás tucorazón para que mintieses al Espí-ritu Santo?». Solo puedes mentir auna persona. No puedes mentir a uninstrumento.

Vamos a considerar otra cosa. En elEvangelio de Juan capítulo 14 versí-culo 16, Jesús dice: «Y yo rogaré alPadre, y os dará otro Consolador,para que esté con vosotros parasiempre». ¿Te ha revelado el Espíri-

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tu Santo esta asombrosa declara-ción? Padre, Hijo y Espíritu Santo.«Yo rogaré al Padre, y os dará otroConsolador». De tal manera que elSeñor Jesús es ya el Consolador, yhay otro Consolador, «para que estécon vosotros para siempre».

El Señor Jesús está a la diestra deDios. Como Dios, él está en todas

No sé si estoy progresando, peroesto me parece algo tremendo.Cuando el Señor Jesús dijo: «Id, yhaced discípulos a todas las nacio-nes ... y he aquí yo estoy con voso-tros todos los días, hasta el fin delmundo» (Mat. 28:19-20). ¿Cómoestá con nosotros todos los días? Porel Espíritu Santo.

Solo pSolo pSolo pSolo pSolo por el Eor el Eor el Eor el Eor el Espírispírispírispírispíritttttu llegará la igleu llegará la igleu llegará la igleu llegará la igleu llegará la iglesia a sersia a sersia a sersia a sersia a seruna expruna expruna expruna expruna expreeeeesión de Cristo. Entoncesión de Cristo. Entoncesión de Cristo. Entoncesión de Cristo. Entoncesión de Cristo. Entonces, cuandos, cuandos, cuandos, cuandos, cuandola gente venga a nosotla gente venga a nosotla gente venga a nosotla gente venga a nosotla gente venga a nosotrrrrros, lo verá a él.os, lo verá a él.os, lo verá a él.os, lo verá a él.os, lo verá a él.

partes; pero físicamente está a ladiestra de Dios, y volverá desdeaquel lugar. Aún tiene las marcas ensus manos, en sus pies y en su cos-tado. Es este otro Consolador quienestá con nosotros por siempre.

La palabra griega «parakletos» (con-solador), es traducida de varias ma-neras: alguien que está al lado, abo-gado, ayudador, intercesor. «Yo ro-garé al Padre, y os dará otro Aboga-do». Tienes un defensor a la diestradel Padre – el Señor Jesús. Pero tam-bién tienes un abogado contigo: elEspíritu Santo. Tienes un ayudadora la diestra de Dios, un intercesor.Pero también tienes un ayudantecontigo, un intercesor. Él intercedepor los santos dentro de tu espíritu.

«Toda potestad me es dada en el cie-lo y en la tierra» (Mat. 28:18). Todaautoridad, todo el poder, está enmanos del Señor Jesús a la diestrade Dios. ¿Cómo esto se hace realpara nosotros? En la persona delEspíritu Santo. Si no conocemos lapersona del Espíritu Santo, no tene-mos autoridad ni poder.

Amados hermanos y hermanas, loreitero, pienso que no hay nada másimportante que esto de conocer lapersona del Espíritu Santo. Cuandoalguien conoce a la persona del Es-píritu Santo, este ser humano, redi-mido por la obra consumada denuestro Señor Jesús, se convierte enuno que ama al Señor Jesús. Ese hijode Dios llega a ser alguien centrado

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en la persona del Señor Jesús. Elloslo siguen a Él.

Líder y MaLíder y MaLíder y MaLíder y MaLíder y MaeeeeestststststrrrrroooooPensemos en algunos de los térmi-nos que se utilizan para referirse alEspíritu Santo. Él es señalado comoun líder. Un producto no puedeguiarte. Pero sí una Persona. «Por-que todos los que son guiados por elEspíritu de Dios, éstos son hijos deDios» (Rom. 8:14).

Piénsenlo de nuevo. «Pero cuandovenga el Espíritu de verdad, él osguiará a toda la verdad» (Juan16:13). El Espíritu Santo es aludidono solo como un líder sino como unmaestro. «Él os enseñará todas lascosas» (Juan 14:26).

Y el apóstol Juan escribe en una desus cartas: «Pero la unción que vo-sotros recibisteis de él... os enseñatodas las cosas» (1ª Juan 2:27). Esono significa que no necesitamosmaestros en la casa de Dios, o deenseñanza. Significa que no necesi-tas de alguien que te diga: «Esto estámal y esto está bien; esto es una sec-ta y esto otro es de Dios», porquetienes una unción dentro de ti, elEspíritu de Dios. Él es testigo.

Pero estamos hablando de la perso-na del Espíritu Santo. Él es un líder,es un maestro. Qué cosa tan tre-menda es cuando los nuevos creyen-

tes llegan a conocer su Biblia. Gene-ralmente, la gente lee libros sobrela Biblia, en lugar de leer la Biblia.Tú lees la Biblia y el Espíritu Santoes capaz de revelarte cosas, y luegopuedes volver a los libros.

De todos modos, así es como siem-pre lo entiendo; de lo contrario, todoes de segunda mano. El Espíritu San-to es un maestro maravilloso.

Un comandanteUn comandanteUn comandanteUn comandanteUn comandanteEl Espíritu Santo es un comandante(administrador). Una agencia (volun-tad - medio), o un instrumento, nopuede ser un comandante. Si consi-deramos Hechos 13:2: «Ministrandoéstos al Señor, y ayunando, dijo elEspíritu Santo: Apartadme a Ber-nabé y a Saulo para la obra a quelos he llamado», en realidad es elSeñor Jesús, la Cabeza de la iglesia,quien da apóstoles, profetas, pasto-res y maestros.Versículo 4: «Ellos, entonces, envia-dos por el Espíritu Santo...». Verásque el Espíritu Santo es un coman-dante (administrador), él es el direc-tor. Él está a cargo de la obra.

Un comUn comUn comUn comUn comunicadorunicadorunicadorunicadorunicadorOtra vez. El Espíritu Santo es uncomunicador. Es una persona. Escu-cha lo que dice el Señor Jesús a Juan:«Escribe en un libro lo que ves y en-víalo a las siete iglesias» (Apoc.

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1:11). Es el Señor Jesús quien habla,porque dice que Juan se volvió y allíestaba el Señor Jesús.

Entonces el Señor Jesús dice: «El quetiene oído, oiga lo que el Espíritu dicea las iglesias». El Espíritu Santo esun comunicador.

«Pero cuando venga el Espíritu deverdad, él os guiará a toda la ver-dad; porque no hablará por su pro-pia cuenta, sino que hablará todo loque oyere, y os hará saber las cosasque habrán de venir. El me glorifica-rá; porque tomará de lo mío, y os lohará saber» (Juan 16:13-14). Es unacosa maravillosa cuando el EspírituSanto toma de las cosas del SeñorJesús y las revela a nosotros. Él lasrevela, él nos ilumina. De algunamanera u otra, lo que está en el Se-ñor Jesús se convierte en nuestro.

Un interUn interUn interUn interUn intercececececesorsorsorsorsorRomanos 8:26-27: «Y de igual ma-nera el Espíritu nos ayuda en nues-tra debilidad; pues qué hemos depedir como conviene, no lo sabemos,pero el Espíritu mismo intercede pornosotros con gemidos indecibles.Mas el que escudriña los corazonessabe cuál es la intención del Espíri-tu, porque conforme a la voluntadde Dios intercede por los santos».

Oh, es maravillosa la persona delEspíritu Santo. Él intercede en el cre-

yente. Es una obra que él hace, quede alguna manera no podemos ex-presar en palabras. Es como un par-to; es concebido por el Espíritu San-to. La palabra griega alude a los do-lores del parto.

Hay algo en el interior que no pue-de salir hasta el momento adecua-do. Pero el creyente sabe algo en suinterior, concebido del Espíritu San-to. Y cuando usamos palabras en laoración, sentimos alivio, pero solopor un breve tiempo, hasta que secumpla esta carga.

La persona del Espíritu Santo es unintercesor. El Señor Jesucristo está ala diestra de Dios, y este intercesorestá dentro de nosotros. Verás quees el Señor Jesús por el Espíritu San-to dentro de los creyentes.

Un constUn constUn constUn constUn constructorructorructorructorructorEl Espíritu Santo es un constructor(edificador). Es muy interesantecuando vamos a Zacarías capítulo 4y tenemos un candelero de oro. Esel candelabro del tabernáculo y deltemplo. Lo sorprendente es que estecandelero representa el programade creación (construcción - edifica-ción) divina. Y Zacarías no puedeentender la visión. «¿Qué es esto?»,le pregunta al ángel? Y el ángel lepregunta a él: «¿No sabes qué esesto?».

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Esta es la palabra de Jehová a Zoro-babel el constructor. «No con ejér-cito, ni con fuerza, sino con mi Espí-ritu, ha dicho Jehová de los ejérci-tos. ¿Quién eres tú, oh gran monte?Delante de Zorobabel serás reduci-do a llanura; él sacará la primerapiedra con aclamaciones de: Gracia,gracia a ella». Es un programa deconstrucción.

Cuando llegamos a los tres prime-ros capítulos de Apocalipsis, hay algosorprendente. En lugar de empezarcon el León de Judá o el Cordero in-molado, en el trono, Dios elige a sie-te iglesias y en medio de ellas, elMesías resucitado y glorificado. Yestas iglesias son cualquier cosamenos perfectas.

Hay una Jezabel en una de ellas, olas cosas de Satanás; en otra, la doc-trina de los nicolaítas; una dice quevive, pero está muerta. Otra ha per-dido su primer amor, y una de ellascree ser maravillosa. Tiene estudiosbíblicos, reuniones de oración, lamesa del Señor. Es una iglesia delNuevo Testamento basada en losfundamentos correctos, y dice serrica y no tener tiene necesidad denada. Pero el Señor le dice: «Tú eresciego, pobre, desnudo, miserable».Y lo más asombroso es que él estállamando. «Si alguno oye mi voz yabre la puerta...».

El Señor está fuera de la iglesia queél ha salvado. La Cabeza de la igle-sia está fuera de su propia iglesia.Cuán increíblemente conmovedoraes la palabra del Señor Jesús, «Si al-guno oye mi voz». Qué tremendo,una iglesia del Nuevo Testamento, ynadie estaba oyendo la voz del Se-ñor. Ellos estaban envueltos en surutina, y realmente creían ser algo.

Ahora, cada una de estas siete igle-sias está representada por un can-delero de oro. En otras palabras,esto es un programa de construccióndivina. ¿Quién es el edificador de laiglesia? El Señor Jesús. Él dice: «So-bre esta roca edificaré mi iglesia; ylas puertas del Hades no prevalece-rán contra ella» (Mat. 16:18).¿Quién es el capataz de la obra? ElEspíritu Santo. Es el constructor. ¿Noes eso asombroso?

«P«P«P«P«Prrrrroductor»oductor»oductor»oductor»oductor»Y luego otra cosa. Es el Espíritu San-to –no sé cómo explicarlo; si alguientiene una mejor palabra para elloestaría muy feliz, porque no suenamuy bien– el Espíritu Santo es el pro-ductor. Escucha: «Y el Espíritu y laEsposa dicen: Ven» (Apoc. 22:17).Qué interesante. No dice: «Y el Cor-dero y la Novia», sino el Espíritu y laEsposa. Desde el principio, el Espíri-tu Santo ha sido quien ha tratado de«producir» a la novia.

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Es fundamental conocer a la perso-na del Espíritu Santo. Tenemos quereconocerlo y conocerle como per-sona. Él debe ser amado, honrado,comprendido, obedecido. No pode-mos conocer la obra del Espíritu San-to, ni su manifestación, a menos queconozcamos y honremos a la perso-na del Espíritu Santo. Si no oímos loque el Espíritu dice a las iglesias, nooímos al Señor Jesús.

Ahí radica toda la importancia deesta tremenda batalla. Sabemos quea veces el Espíritu Santo ha sido muymalinterpretado. Hay comunidades,asambleas o grupos de cristianosque nunca mencionan el EspírituSanto y otras que solo hablan delEspíritu Santo. Necesitamos conoceral Espíritu Santo en verdad, en rea-lidad.

Un exprUn exprUn exprUn exprUn expreeeeesión del Señorsión del Señorsión del Señorsión del Señorsión del SeñorDespués de todo, el único requisitoque la iglesia primitiva buscaba eranhombres y mujeres que fueran lle-nos del Espíritu Santo. ¿No es inte-resante? ¿Por qué no buscaban agente llena con el Señor Jesús? Muysimple. Ser llenos del Espíritu Santoera ser llenos con el Señor Jesús. Erasu plenitud, su poder, su belleza, sugracia.

Cuando estás lleno de Espíritu San-to, te llenas del Señor Jesús. Te con-viertes, por decirlo así, en una ex-

presión del Señor Jesús. Pero la Es-critura dice: «Sed llenos del Espíri-tu» (Ef. 5:18). Porque no podemosignorar al Espíritu Santo. Si lo hace-mos, nuestro conocimiento del Se-ñor Jesús será teórico. Será un estu-dio bíblico. Solo por la persona delEspíritu Santo puede un hombre ouna mujer convertirse en una expre-sión viviente del Señor Jesús.

Solo por el Espíritu llegará la iglesiaa ser una expresión de Cristo. Enton-ces, cuando la gente venga a noso-tros, lo verá a él. Verán al Señor, yserán convencidos. Es la verdaderaobra del Espíritu Santo. Convence alas personas; persuade a la gente.

Pregunto: ¿Estás lleno del EspírituSanto? Y si no, ¿te rendirás al SeñorJesús? Nadie puede llamarle Señorsino por el Espíritu Santo, aunquemuchas personas digan: «Señor, Se-ñor». Significa que tú (por ti mismo)no puedes llamarle Señor sincera-mente. Solo por el Espíritu Santopuedes rendirte a su señorío yliderazgo.Transcripción de un mensaje oral, primero deuna serie de tres, impartido en la West CoastChristian Conference en Richmond (USA), enJulio de 2004.

* Lance Lambert (1931-2015), británico-israelí, erudito de la Biblia y conferencistainternacional, partió a la presencia delSeñor el 10 de mayo de 2015, en Jerusa-lén. Conoció al Señor a los doce años deedad. Estudió cultura africana y oriental

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en la Universidad de Londres, a fin de pre-pararse para el trabajo misionero en Chi-na. Estudió chino clásico y mandarín, filo-sofía oriental e historia del Extremo Orien-te. Sin embargo, la revolución china le ce-rró las puertas a su entrada a ese país.

Al inicio de los años 50, sirvió en la FuerzaAérea británica en Egipto. En esa época,aprendió muchos principios de la oraciónintercesora. Más tarde, estableció la asam-blea cristiana Halford House en Richmond(Inglaterra). Habiendo descubierto su as-cendencia judía, se convirtió en ciudada-no israelí en 1980, y se estableció cercade la Ciudad Vieja de Jerusalén. Su padrey algunos miembros de su familia fueronvíctimas del Holocausto.

Escribió muchos libros, entre ellos La Im-portancia de la Cobertura, Casa de Ora-ción y La Singularidad de Israel. Además,producía un periódico trimestral llamadoMiddle East Update, que transmite su vi-sión única sobre los actuales aconteci-mientos en Oriente Medio a la luz de lapalabra de Dios. Sus mensajes reflejan suprofunda vida de oración intercesora yservicio a los santos en medio de la bata-lla, incentivando a muchos en la búsque-da de una vida espiritual más profunda.(http://www.lancelambert.org/).

El equipo de Aguas Vivas ha traducido ypublicado varios artículos del hermanoLance Lambert, en diferentes edicionesentre 2000 y 2015.

La mano que guió el aviónEl 28 de abril de 1988, un avión con 90 pasajeros y cinco tripulantes

estaba a menos de 43 km de su destino, la isla hawaiana de Maui. Derepente, se oyó un ruido ensordecedor; la cubierta de la cabina se habíadesprendido a más de 7.000 m. de altura. Ante una muerte inminente,muchos pasajeros gritaron de miedo, y otros clamaron a Dios.

Treinta minutos después, ocurrió un milagro. El piloto logró aterrizarel avión. El balance fue una azafata desaparecida en el aire, 65 personasheridas, de ellas 8 graves. Los demás pasajeros, aliviados, se abrazaron.Algunos lloraban de alegría y otros daban gritos de júbilo.

«¡Tuvimos suerte!», exclamaron varios. Pero, ¡qué extraño! ¿Quiénpensaba ahora en Dios? El piloto, quien seguidamente pudo declararen la rueda de prensa: «La mano de Dios guió el avión».

Cuando hay catástrofes, cuando el peligro está presente, los hombresclaman a Dios. Si el resultado es favorable, a menudo hablan de suerteo de azar. Dios es olvidado. Pero si ocurre una tragedia, inmediatamenteacusan a Dios. «¿Cómo pudo Dios permitir eso? ¿Y usted le llama Diosde amor?».

«La mano de Dios guió el avión», dijo el piloto. No se atribuyó elmérito del aterrizaje, pues sabía que Dios le había ayudado a realizaresa hazaña.

La Buena Semilla

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LEGADO

El pEl pEl pEl pEl poder interior y eoder interior y eoder interior y eoder interior y eoder interior y espirispirispirispirispiritttttual del Eual del Eual del Eual del Eual del EspírispírispírispírispíritttttuuuuuSantoSantoSantoSantoSantoAnteriormente, hemos mencionado cuatro cla-ses de obras que son los signos externos y ma-nifiestos del poder del Espíritu: las obras de crea-ción, las obras de resurrección, las obras de tes-timonio y las obras de gracia.Lo que ya he mencionado, puede ser visto. Delo que hablaremos ahora, debe ser sentido y nin-gún hombre entenderá realmente lo que digo amenos que lo sienta. Lo visible, aun el impío nopuede negarlo. Habla la verdad; pero de estepoder interior alguien se reirá y otro dirá queno es sino invención nuestra.

Sin embargo, tenemos una palabra de testimo-nio más segura que todo lo que ellos puedandecir. Tenemos un testigo en nuestro interior.Sabemos que es la verdad y no tenemos miedo

El poder del Espíritu Santo (2)

Charles Spurgeon

El poder del Espíritu Santo sobre los corazones, sobrela voluntad y sobre la imaginación.

Y el Dios de esperanza os llene de todo gozoy paz en el creer, para que abundéis enesperanza por el poder del Espíritu Santo".

– Rom. 15:13.

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de hablar del poder interno espiri-tual del Espíritu Santo. Observemosdos o tres cosas en las que este po-der se puede ver grandemente.

PPPPPoder sobroder sobroder sobroder sobroder sobre los core los core los core los core los corazoneazoneazoneazoneazonesssssPrimero, el Espíritu Santo tie-ne poder sobre los corazones. Ahorabien, el corazón humano es difícil deimpresionar. Si quieres interesarloen cualquier objeto mundano, lopuedes lograr. Una palabra engaño-sa, un poco de oro, un poco de famay un poco del aplauso, pueden ga-nar el corazón de un hombre.

Pero no hay ningún ministro quepueda ganar el corazón de un hom-bre por sí mismo. Puede ganar susoídos y hacer que lo escuchen; pue-de ganar sus ojos y hacer que se fi-jen en él; puede ganar la atención,pero el corazón es muy esquivo. Sí,el corazón es un pez que no se dejaatrapar por los pescadores del Evan-gelio. Pueden a veces sacarlo casifuera del agua pero, como una an-guila, se resbala entre sus dedos, y,después de todo, no lo capturan.Muchos hombres han imaginadoque han capturado el corazón, peroluego se han desengañado. Se ne-cesita de un hábil cazador para atra-par al ciervo en las montañas. Esdemasiado rápido para que el piehumano pueda acercársele. Solo elEspíritu tiene poder sobre el cora-

zón del hombre. ¿Alguna vez hasprobado su poder en algún corazón?Si alguien piensa que un ministropuede convertir el alma, me gusta-ría que lo intentara.Déjenlo que vaya y sea un maestrode la escuela dominical. Dará su cla-se con los mejores libros disponi-bles, tendrá las mejores reglas, to-mará al mejor joven de su clase ymucho me equivoco si ese mucha-cho no estuviere cansado en unasemana. Déjenlo que pase cuatro ocinco domingos intentándolo, peroluego dirá: «Este joven es incorregi-ble». Y tendrá que intentar con otroy otro y otro, antes de que pueda sercapaz de convertir a uno. Pronto sedará cuenta que: «No con ejército,ni con fuerza, sino con mi Espíritu,ha dicho Jehová de los ejércitos».¿Puede convertir a alguien un minis-tro? ¿Puede tocar el corazón? Daviddijo: «Se engrosó el corazón de elloscomo sebo». Sí, eso es completa-mente cierto. Más de una buenaespada vieja de Jerusalén ha perdi-do su filo contra un corazón duro.Una pieza del verdadero acero queDios ha puesto en manos de sus sier-vos ha perdido su filo al ser apunta-da contra el corazón de un pecador.Nosotros no podemos llegar al alma;pero el Espíritu Santo sí puede. «Miamado metió su mano por la venta-nilla, y mi corazón se conmovió den-

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tro de mí». Él puede dar un sentidodel perdón comprado con la sangreque puede disolver a un corazón depiedra. Él puede hacer que se oiganlos truenos del Sinaí; sí, y él puedehacer que los dulces susurros delCalvario entren en el alma. Él tienepoder sobre el corazón del hombre.Y la prueba gloriosa de la omnipo-

Yo no quiero tener nada que ver conel libre albedrío, pero trataré de versi tengo libre albedrío dentro de mí.Y encuentro que lo tengo. Verdade-ro libre albedrío para el mal, peromuy pobre voluntad para lo que esbueno. Suficiente libre albedríocuando peco, pero cuando quierohacer el bien, el mal está presente

El corEl corEl corEl corEl corazón eazón eazón eazón eazón es un pez que no se dejas un pez que no se dejas un pez que no se dejas un pez que no se dejas un pez que no se dejaatatatatatrrrrrapapapapapar par par par par por los peor los peor los peor los peor los pescadorscadorscadorscadorscadoreeeees del Evs del Evs del Evs del Evs del Evangelio.angelio.angelio.angelio.angelio.

tencia del Espíritu es que él tienedominio sobre el corazón.

PPPPPoder sobroder sobroder sobroder sobroder sobre la ve la ve la ve la ve la voluntoluntoluntoluntoluntadadadadadPero hay una cosa más terca que elcorazón: es la voluntad. La voluntad,especialmente en algunos hombres,es una facultad muy terca, y en cuan-to a todos los hombres, si la volun-tad es movida a oponerse, no haynada que se pueda hacer con ellos.Alguien cree en el libre albedrío;muchos sueñan con el libre albedrío.¡El libre albedrío! ¿Dónde se podráencontrar? Una vez hubo libre albe-drío en el Paraíso, y un terrible caosfue generado allí, que echó a per-der todo el Paraíso y arrojó a Adánfuera del huerto. Una vez hubo librealbedrío en el cielo, pero arrojó fue-ra al glorioso arcángel, y una terce-ra parte de las estrellas del cielo cayóen el abismo.

en mí y cómo hacer lo que quisiera,no lo puedo descubrir. Sin embargoalgunos presumen de libre albedrío.Me pregunto si aquellos tienen al-gún poder mayor sobre las volunta-des de las personas del que yo ten-go. Yo sé que yo no tengo ninguno.Es muy real el proverbio: «Un hom-bre puede llevar un caballo al agua,pero cien hombres no pueden ha-cer que beba». Yo puedo llevar atodos ustedes al agua, pero no lospuedo hacer beber y creo que ni cienministros pueden hacerlo. Yo nopuedo persuadirte, y tú no cederásde ninguna manera.

No creo que ningún hombre tengapoder sobre la voluntad de su com-pañero, pero el Espíritu de Dios sí lotiene. «Los haré dispuestos en el díade mi poder». Hace que el pecadorque no tiene voluntad quiera de tal

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manera, que vaya impetuosamentetras el Evangelio. El que era obstina-do, ahora se apresura hacia la Cruz.El que se reía de Jesús, ahora se afe-rra a Su misericordia. Y el que noquería creer ahora es llevado a creerpor el Espíritu Santo, no solo congusto, sino ansiosamente. Es feliz,está contento de hacerlo, se regoci-ja con el sonido del nombre de Je-sús y se deleita en correr por el ca-mino de los mandamientos de Dios.El Espíritu Santo tiene poder sobrela voluntad.

PPPPPoder sobroder sobroder sobroder sobroder sobre la imaginacióne la imaginacióne la imaginacióne la imaginacióne la imaginaciónY, sin embargo, creo que hay algoque es peor que la voluntad. La vo-luntad es algo más difícil de doble-gar que el corazón. Pero hay unacosa que sobrepasa a la voluntad ensu maldad y es la imaginación.

Espero que mi voluntad esté dirigi-da por la gracia divina. Pero metemo que en ocasiones mi imagina-ción no lo está. Aquellos que tienenmucha imaginación saben cuán di-fícil es de controlar. No la puedenrefrenar. Romperá las riendas. Nun-ca serán capaces de dominarla. Laimaginación a veces volará haciaDios con tal poder que las alas deláguila no pueden igualarla. A vecestiene tal poder que casi puede veral Rey en su belleza y la tierra dis-

tante. En lo que a mí respecta, miimaginación me lleva a veces sobrelas puertas de hierro, y también, através de ese infinito desconocidohasta las propias puertas de perlasy me permite descubrir al benditoGlorificado.

Pero, si la imaginación es potente enun sentido, también lo es en el otro.Pues también mi imaginación me hahecho descender a las más viles pro-fundidades de la tierra. Me ha traí-do pensamientos tan horribles, quea pesar de no poder evitarlos, meaterrorizan. Cuando me siento en mimarco más devoto hacia Dios y másfervoroso en mi oración, a menudosucede que es el preciso momentoque estalla la plaga en su peor for-ma. Pero me gozo y pienso una cosa,que puedo clamar cuando esta ima-ginación viene a mí.

Yo sé que se dice en el libro de Leví-tico, que, cuando alguien cometía unacto de maldad, si la muchacha cla-maba contra él, entonces salvaba suvida. Así sucede con el cristiano; siclama hay esperanza. ¿Pueden en-cadenar a la imaginación? No, peroel poder del Espíritu Santo sí puedehacerlo. Lo hará y ciertamente ter-mina haciéndolo. Lo hace aún aquíen la tierra. Condensado de

http://www.spurgeon.com.mx/

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Epístola a los Efesios

BIBLIA

A.T. Pierson

Palabra clave: En Cristo Versículo clave: 1:3.

Claves para el estudio de la Palabra

En este libro es destacada claramente, por primera vez, nuestra identifica-ción con Cristo. El creyente está en y con Cristo. La iglesia es una con Cristo einseparable de él. Los santos son exhortados a tener una vida consecuentecon este llamamiento. El misterio de la incorporación de los gentiles en esaunidad santa es especialmente magnificado.

Vemos el progreso en el desarrollo deesta idea de la unidad del creyentecon Cristo (Mat. 1:23). "Emanuel,Dios con nosotros" (Mat. 10:40,25:35; Hech. 9:4). Note, entonces, elprogreso de la expresión figurativa.Juan 10:1-29, la oveja y el Pastor; Juan15:1-8, la Vid y los pámpanos. Y aho-ra, en Efesios 2:20-22, el edificio otemplo; 4:12-16, el cuerpo y losmiembros; 5:32, la novia y el Novio.Una vez más, esta unión es declara-da en los términos más positivos,desvelada en símbolo y figura (Juan10:14-15; 16:26-27; 17:21-23, 26). Enesta epístola son declarados los as-pectos prácticos de esta verdad. Lavida de Cristo es representativa ytipológica: en Él, el creyente tiene suverdadera experiencia, justificación ysantificación; en Él, es nacido de loalto, circuncidado, bautizado; ungido,

muerto, sepultado, resucitado y glo-rificado (1a Juan 4:17).

Pablo permaneció tres años en Éfeso,y allí predicó plenamente el evange-lio (Hch. 19:8, 10; 20:31; Ap. 2:1-7).

El tema de la carta es la gracia de laelección: Cristo muriendo en carne,reconciliando a Dios con los hombres;el misterio, gloria y bendición de laiglesia, Su cuerpo y Su novia. En él,nosotros lo somos y lo tenemos todo.Es la epístola del tercer cielo de Pa-blo.

Divisiones:

1:1-4:16. Origen, institución y propó-sito de la iglesia universal de Cristo.4:17-6:10. Deberes morales: verdad,pureza, amor, matrimonio y servicio.6:10-6:24. Exhortación conclusiva, laarmadura de Dios.

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Símbolos de la graciaen la antigua Ley

BIBLIA

Aunque las Sagradas Escrituras son un relato literal ehistórico; con todo, por debajo de la narración, hay unsignificado espiritual más profundo.

A.B. Simpson

Lectura: Gálatas 3:24-25.

Ahora veremos lo que sigue inmedia-tamente a la ley y que sale de ella, asaber, los tipos y símbolos de la gra-cia de Dios, revelados con tanta her-mosura a Moisés por el Señor, y pormedio de Moisés al pueblo, despuésque se disiparon las espesas tinieblasy el fuego del Sinaí.Ningún otro pasaje de la Biblia tienetantas figuras de la gracia de Jesúscomo éste. Sin embargo, casi hanquedado escondidas por espesas nu-bes, que no son sino el velo de su glo-ria; mas, detrás de ellas hay visionesde gracia y de hermosura.La ley fue nuestro ayo. Sentémonosesta mañana en la escuela y conside-remos las lecciones del Maestro. Éstaera una clase de jardín infantil, en lainfancia de la iglesia, y así todas suslecciones son lecciones objetivas, y

todas las figuras están dibujadas enla pizarra e interpretadas luego porlos escritos del Nuevo Testamento.

Demos una mirada a cuatro de estaslecciones objetivas de verdad espiri-tual tal como las dio Dios a través deMoisés a su antiguo pueblo, pero to-davía más para nuestra enseñanza.

El alEl alEl alEl alEl altttttar de tar de tar de tar de tar de tierrierrierrierrierraaaaaLa primera lección aparece al pie delSinaí, antes que el humo se hubieradisipado del todo o hubieran cesadolas reverberaciones de los truenosque habían aterrorizado al pueblo.Esta primera figura es muy hermosa,pero suele ser pasada por alto, por-que es tan pequeña.

El pobre pecador mira al monte, con-templando la espantosa tempestad y

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el fuego, y oyendo la voz que dice:«Maldito todo aquel que nopermaneciere en todas las cosas es-critas en el libro de la ley, para ha-cerlas» (Gál. 3:10). Pero, cómo segoza cuando mira a la falda del mon-te y allí ve un pequeño objeto que voya mostrarles y que está tan lleno deJesús y de su gracia.

En el mismo capítulo que contiene losDiez Mandamientos, leemos: «Altarde tierra harás para mí, y sacrifica-rás sobre él tus holocaustos y tusofrendas de paz, tus ovejas y tus va-cas; en todo lugar donde yo hiciereque esté la memoria de mi nombre,vendré a ti y te bendeciré. Y si mehicieres altar de piedras, no las labresde cantería; porque si alzares herra-mienta sobre él, lo profanarás. Nosubirás por gradas a mi altar, paraque tu desnudez no se descubra jun-to a él» (Éx. 20:24-26).

¡Cuán distinta es esta palabra! Lasotras son todas: «Maldito el que nohace...». ésta es: «Te bendeciré». Laotra es: «Haz esto». Esta es: «Sacrifi-carás». La otra está por sobre nues-tro alcance; ésta está muy accesible,y todo el mundo puede llegar a ella.

Tal vez has pasado esto por alto milveces. Has leído los Diez Mandamien-tos y no has visto esto. Viste la ley,pero no viste la provisión que haceDios para el hombre que la quebran-ta.

Esta es la primera figura. El ayo vieney traza algunos rasgos en la pizarra, yves este sencillo altar de tierra. Si lohaces de piedra, ha de ser tosca, sintallar. Nada de herramientas en laconstrucción, ni estatuas como en losmagníficos templos cristianos. Y nohay peldaños. Algún pobre pecador,débil y viejo es posible que viniera yno pudiera subirlos.Esta es la figura del Evangelio. Lesdice, en primer lugar, que Jesucristova a venir a este mundo para morirpor los hombres que quebrantaránesta ley. Es un altar del cual fluirá lasangre, en que la muerte expía elpecado por medio del sufrimiento.Esta es la salvación que desciende poramor al pecador. He aquí el Corderodel sacrificio, que puede quitar lospecados. No se necesita subir a unestado superior para así hacerse me-jor; sino que, donde sea y como sea,puedes venir tal como eres y llamar aAquel que dice: «Al que a mí viene,no le echo fuera» (Juan 6:37).Gracias al antiguo ayo por esta her-mosa figura. Amado, no olvides suslecciones para ti y para los tuyos. Ycuando encuentres a pobres y perdi-dos, guíalos a Él. Ellos creen que seráuna tarea terrible el hallarle, creenque tendrán que ponerse a una altu-ra suficiente, que tendrán que cum-plir la ley para ser salvos. Pero debensaber que Cristo murió para quitarsus pecados, y todo lo que han de

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hacer es venir y aceptarle. ¡Oh, digana los perdidos que edifiquen su altaren cualquier parte y vayan allí mis-mo a Cristo! «El que quiera, tome delagua de la vida gratuitamente»(Apoc. 22:17).

«No digas en tu corazón: ¿Quién su-birá al cielo? (esto es, para traer aba-jo a Cristo); o, ¿quién descenderá alabismo? (esto es, para hacer subir aCristo de entre los muertos). Mas¿qué dice? Cerca de ti está la pala-bra, en tu boca y en tu corazón. Estaes la palabra de fe que predicamos:que si confesares con tu boca que Je-sús es el Señor, y creyeres en tu cora-zón que Dios le levantó de los muer-tos, serás salvo» (Rom. 10:6-9).

Amado, ¿eres tú un pecador pobre yculpable? ¿Has quebrantado la ley deDios conociéndola? ¿Te das cuenta detu falta y estás dudando sobre lo quedebes hacer? No, ni aun tienes queacercarte a un templo, sino que, allídonde te encuentres, levanta tu co-razón y di: «Oh, Cordero de Dios, a tivengo».

El siervEl siervEl siervEl siervEl siervo hebro hebro hebro hebro hebreoeoeoeoeoLa próxima figura es tan hermosacomo la anterior, pero quizás menosentendida. «Si comprares siervo he-breo, seis años servirá; mas al sépti-mo saldrá libre, de balde. Si entrósolo, solo saldrá; si tenía mujer, sal-drá él y su mujer con él. Si su amo lehubiere dado mujer, y ella le diere

hijos o hijas, la mujer y sus hijos se-rán de su amo, y él saldrá solo. Y si elsiervo dijere: Yo amo a mi señor, a mimujer y a mis hijos, no saldré libre;entonces su amo lo llevará ante losjueces, y le hará estar junto a la puer-ta o al poste; y su amo le horadará laoreja con lezna, y será su siervo parasiempre» (Éx. 21:2-6).

El siervo tiene libertad de marchar-se, si quiere; es un esclavo, pero pue-de reclamar su libertad. Pero allí es-tán su amada esposa y sus hijos, dequienes no puede separarse sin quese le parta el corazón. Ellos pertene-cen a la servidumbre por causa de sunacimiento; pero él tiene la opciónde quedarse con ellos y compartir susuerte, o irse libremente. Pero, volun-tariamente, él decide no dejarlos, ydice a su amo: «Yo amo a mi señor, ya mi mujer y a mis hijos; no saldré li-bre». Entonces ellos van a los juecesy el amo le horada la oreja, para darfe que ahora será su siervo para siem-pre.

En la Biblia, este tipo de Cristo se re-pite una y otra vez. Cuando Jesús vie-ne a este mundo a sufrir por ti y pormí, él usa este mismo lenguaje paradescribir su venida. «Mis oídos hasperforado ... He aquí, me he deleita-do en hacer tu voluntad, oh Dios ...Tu ley está en mi corazón». «Tú mehas clavado a la puerta; me has he-cho tu esclavo, un esclavo de amor,para siempre».

63AGUAS VIVAS

Tú y yo, llamados a ser la esposa delCordero, somos unos pobres escla-vos, atados por nuestros pecados aservidumbre. Cristo, el bendito Espo-so, es libre. Él pudo haberse queda-do en el cielo. No tenía obligación debajar, someterse a la ley y sufrir laignominia del mundo. ¿Se quedaríacon el Padre y los ángeles en aquelreino glorioso? Él dijo: «Amo a miesposa y a mis hijos. Mi oreja hasperforado, oh Dios. Aceptaré sobremí los pecados del pueblo; seré la jus-ticia que ellos no pueden proveer.Haré por ellos lo que ellos no pue-den hacer. Llevaré sus cargas y cum-pliré sus obligaciones».

Así que Jesús fue atado en el lugar deun siervo, por ti y por mí. Dios, ha-blando de él, dice: «Mi siervo, mi es-cogido, en quien mi alma tiene con-tentamiento» (Is. 42:1). Y dice Jesúsde sí mismo: «El Hijo del hombre novino para ser servido, sino para ser-vir» (Mat. 20:28). Y esta es la razón

por la cual él fue cargado con el pesode nuestro pecado. Fue hecho escla-vo por nosotros; compró nuestra li-bertad al precio de la suya.

Así como la figura anterior era la delsacrificio, esta figura es la de su justi-cia, su obediencia por nosotros, bajola ley, y el hecho de asumir por noso-tros todas las cargas de nuestro esta-do de impotencia y pecado.

Detente un momento, amado, ypregúntate si entiendes esto bien.¿Ha pasado a ser real para ti? Tú y yoestábamos bajo tremendas obligacio-nes. ¿Hemos tomado a Cristo paracubrirlas? Tú y yo habíamos nacidobajo el pecado. ¿Le hemos aceptadocomo nuestro Salvador? Estábamosbajo cargas pesadas. ¿Le hemos de-jado que lleve nuestra culpa? ¿Hemospensado en lo que significa renunciara todo por nosotros? Digamos aquí aJesús: «Yo amo a mi Señor; no saldrélibre».

Seamos como la esclava de NuevaOrleans a quien su nuevo amo dijo:«Ve, te he comprado, y ahora eres li-bre». Ella contestó: «¡No!». Su amole dijo: «Te he comprado para hacer-te libre». La esclava contestó: «No meiré; seré tu esclava, porque me redi-miste». Así, él vino como un esclavo,en favor nuestro, para que nosotrospudiéramos ser siervos voluntariossuyos.

El minisEl minisEl minisEl minisEl ministtttterio de Moiséserio de Moiséserio de Moiséserio de Moiséserio de Moisésha cha cha cha cha caducaducaducaducaducado. La leado. La leado. La leado. La leado. La ley fuey fuey fuey fuey fuenuesnuesnuesnuesnuestrtrtrtrtro ao ao ao ao ayyyyyo paro paro paro paro para llea llea llea llea llevvvvvararararar-----nos a Crisnos a Crisnos a Crisnos a Crisnos a Cristtttto. Yo. Yo. Yo. Yo. Ya no esa no esa no esa no esa no esttttta-a-a-a-a-mos en el tmos en el tmos en el tmos en el tmos en el tabernáculoabernáculoabernáculoabernáculoabernáculo,,,,,sino delansino delansino delansino delansino delanttttte de una Pe de una Pe de una Pe de una Pe de una Pererererer-----sona: Jesús.sona: Jesús.sona: Jesús.sona: Jesús.sona: Jesús.

64 AGUAS VIVAS

Es fácil hablar de esto; pero, ¿esta-rías tú dispuesto a hacerte un escla-vo durante treinta y tres años de tuvida por un enemigo? ¿Estarías dis-puesto a trabajar en tareas servilespor alguien que no ha hecho nadapara que le amaras? Él lo hizo por ti ypor mí. Sufrió cansancio y privacio-nes; no tenía dónde recostar su ca-beza. Al poco de salir de su casa, in-tentaron lanzarle por un despeñade-ro. Finalmente, le colgaron en unacruz, por nuestros pecados.

¿No diremos: «Yo amo a mi Señor; noquiero separarme de mi Salvador?».Como dice Pablo: «Soy un esclavo».Él se hizo esclavo por mí; voy a ser-virle con lealtad y amor.

Ven y ponte junto a la puerta, y eldolor que sientas al ser horadada tuoreja será para ti gozo inefable, cuan-do le digas: «Te amo, Señor; cada fi-bra de mi ser te ama, cada pensa-miento mío quiere ser tuyo». Si hasdeseado conocer un gozo sublime, diesto en el fondo de tu corazón.

La división y la sangrLa división y la sangrLa división y la sangrLa división y la sangrLa división y la sangreeeeeEl ayo nos ha dado dos figuras. Aquítenemos otra. Es la historia de la san-gre. Y esta tercera figura nos habla denuestro acceso y nuestra proximidada Dios, llegando a la comunión másíntima con él.

«Y envió jóvenes de los hijos de Israel,los cuales ofrecieron holocaustos ybecerros como sacrificios de paz a

Jehová. Y Moisés tomó la mitad de lasangre, y la puso en tazones, y espar-ció la otra mitad de la sangre sobreel altar. Y tomó el libro del pacto y loleyó a oídos del pueblo, el cual dijo:Haremos todas las cosas que Jehováha dicho, y obedeceremos. EntoncesMoisés tomó la sangre y roció sobreel pueblo, y dijo: He aquí la sangredel pacto que Jehová ha hecho convosotros sobre todas estas cosas. Ysubieron Moisés y Aarón, Nadab yAbiú, y setenta de los ancianos de Is-rael; y vieron al Dios de Israel; y ha-bía debajo de sus pies como un em-baldosado de zafiro, semejante al cie-lo cuando está sereno. Mas no exten-dió su mano sobre los príncipes de loshijos de Israel; y vieron a Dios, y co-mieron y bebieron» (Éx. 24:5-11).

¡Qué figura tan hermosa! Era el mis-mo monte que humeaba el día ante-rior; pero hoy es una escena de cal-ma, como las mismas puertas de lagloria. Moisés y los ancianos suben ala que había sido una montañaaterrorizante, pero ya no hay relám-pagos ni fuego. Al subir, había unamesa extendida, donde comieron ybebieron. Sobre la mesa había pandel cielo, y el Dios de Israel estaba allí.Sus corazones debieron ser conmo-vidos al estar sentados en el banque-te del Cordero.

Todo ello significaba que la maldiciónhabía sido quitada, que la sangre ha-bía quitado de en medio el pecado, y

65AGUAS VIVAS

la sangre rociada sobre ellos era lamisma vida de Jesús. Eran hijos deDios; habían sido redimidos por lasangre de Cristo y podían acercarsecon confianza. Y nosotros tenemosesta sangre rociada en nuestros co-razones; su misma vida y naturalezaestá en nosotros. Podemos subir almonte; podemos comer y beber, yésta será la misma puerta del cielo.

Lo primero es el altar del sacrificio enque él murió; segundo, el siervo asu-miendo tu tarea y, tercero, el bendi-to Mediador que te lleva a la presen-cia misma de Dios. La sangre derra-mada y la sangre rociada es la que teacerca.

La exposición del Nuevo Testamentoes ésta: «Así que, hermanos, tenien-do libertad para entrar en el LugarSantísimo por la sangre de Jesucris-to, por el camino nuevo y vivo que élnos abrió a través del velo, esto es,de su carne, y teniendo un gran sa-cerdote sobre la casa de Dios, acer-quémonos con corazón sincero, enplena certidumbre de fe, purificadoslos corazones de mala conciencia, ylavados los cuerpos con agua pura»(Heb. 10:19-22). Amado, ¿vives aquí?¿Has llegado tan cerca?

El tEl tEl tEl tEl tabernáculoabernáculoabernáculoabernáculoabernáculoDe nuevo, este maravilloso ayo cam-bia la escena y vemos la figura de unavivienda hecha de pieles y tablas, unatienda sencilla. Por fuera, son tablas

comunes, con unas pocas pieles comotecho; pero por dentro es algo mag-nífico. Cuelgan en ella cortinas bor-dadas de ricos colores y forradas deláminas de oro. Todos los enseres enesta construcción, aun los más senci-llos, son suntuosos.

Entramos por la primera puerta, yvemos el altar del sacrificio y unafuente llena de agua para lavarse. Lle-gamos a otra cortina y entramos enel edificio en sí. Allí está el candelerode oro y la mesa de los panes de laproposición, y ante nosotros hay unpequeño altar del cual se levanta elfragante aroma del incienso. Esto esel tabernáculo.

Y si se nos permitiera mirar una vez,cada año, hay otra cortina descorri-da. Verías entrar al sumo sacerdote,vestido espléndidamente, y divisaríasla pequeña arca conteniendo algunasreliquias preciosas, y sobre ella losquerubines, y entre sus alas una luzcelestial que era el mismo ojo deDios. Esta Shekinah se levantaba dela tienda transformada en la colum-na de nube y de fuego. Esta últimafigura es el tipo más instructivo detodos los símbolos de la Biblia – eldulce pensamiento del hogar.

El tabernáculo es una casa, y la ideaera que Dios iba a ser el hogar de sushijos; él sería para ellos un hogar eneste desierto inhóspito. Estaría pre-parada para ellos la mesa del Padre,dondequiera que se encontraran.

66 AGUAS VIVAS

Aun en medio del desierto, Dios ibacada noche a plantar su tienda y erapara ellos santuario y reposo, donde-quiera que se hallaran.

Moisés vio el tabernáculo como sudulce refugio y como remanso paralos cansados; pensó en Dios, cuyasalas estaban extendidas sobre él ycuyo seno era un asilo, y cantó: «Se-ñor, tú nos has sido refugio de gene-ración en generación» (Sal. 90:1). O,según expresa el texto hebreo, másdulce aún: «Tú has sido nuestro ho-gar en todas las generaciones».

Y no me extrañaría que Moisés escri-biera también el salmo 91, que enca-ja de modo tan perfecto con el ante-rior: «El que habita al abrigo del Altí-simo morará bajo la sombra del Om-nipotente. Diré yo a Jehová: Esperan-za mía, y castillo mío; mi Dios, enquien confiaré» (Sal. 91:1-2). Sí, hayun hogar para ti.

Esta casa tenía tres departamentos.Primero, el patio exterior. Allí habíaprovisión para que el culpable limpia-ra su alma y sus vestidos. Pero aquelno era un hogar; solo era un patio.¡Qué lástima que muchos cristianosvivan en el patio! Son miles los queya no siguen adelante.

Muchos cristianos acuden a Jesús ysus pecados son perdonados demodo que, de alguna forma, van a lle-gar al cielo. Con todo, ésta no es aúnla casa del Padre.

Descorriendo la próxima cortina en-tramos en el lugar en que moran lossiervos escogidos, el tabernáculo pro-piamente tal. Allí había una lámparade oro, una mesa con pan y un altarpara el incienso de perfume suave.Era ya un hogar. Allí, alimentados conel pan de Dios, ellos eran festejadosen el banquete de Su amor.

Algunos conocen esto; saben lo quees entrar con Cristo en esta cámarainterior y tener una luz ardiendo enel corazón, que no es revelada almundo. Para ellos es verdadera co-mida y verdadera bebida. Están en ellugar secreto del Altísimo, morandobajo la sombra del Omnipotente. Estoes lo que quiso decir Jesús cuandodijo: «Permaneced en mí, y yo en vo-sotros» (Juan 15:4).

No seamos necios, quedándonos enel atrio. Imaginen al hijo pródigo in-sistiendo: «Déjenme estar en la coci-na o en el establo; no quiero entraren la casa». Eso habría sido algo in-digno, y tan impropio, que el amordel padre habría quedado desairado.No eres nada en ti mismo; sin embar-go, Cristo ha provisto el sacrificio yquiere que recibas el beneficio.

Sería una necedad ir a un almacéndonde alguien hubiera depositadomil dólares como regalo para que túlos usaras, y tú dijeras: «No me sien-to con libertad para gastar todo esto;voy a comprar por valor de dos dóla-res y setenta y cinco centavos». Así,

67AGUAS VIVAS

Cristo ha obtenido tu derecho a en-trar en posesión de todos los benefi-cios de la gracia. No renuncies a tuprivilegio.

Finalmente, había una tercera cáma-ra, tan gloriosa, que los hombres dela antigua dispensación no podían en-trar en ella, ni siquiera mirarla. Pero,cuando murió Jesús en la cruz, cuan-do fue rasgado el corazón de Cristo,quedó abierta la entrada al Santua-rio, y todos ahora podemos ver elLugar Santísimo. Ahora, el cielo estáabierto para nosotros.

Puedes ver que tu lugar está prepa-rado, y saber que puedes entrar don-de el Precursor ha ido. Y no solo pue-des mirar, sino que puedes vivir bajosu luz y su gloria. ¡Bendito hogar! Nosdice que el creyente no es un merosiervo que trabaja, sino un hijo de lacasa. Jesús extiende sus cortinas parati, y puedes habitar con él hasta el díaen que se dirá: «He aquí el taberná-culo de Dios con los hombres, y élmorará con ellos» (Apoc. 21:3). Ven-gamos al hogar, al amor de Dios, yquedémonos en él.

Hay un hogar para ti. ¿Te sientes soloy agobiado? Ven a Cristo. Él tiene parati más que perdón. Tiene amor, has-ta que sientas calor en tu corazón ysepas que no solo eres tú quien quie-re volver, sino que él lo anhela inclu-so más que tú. «Cosas que ojo no vio,ni oído oyó, ni han subido en corazónde hombre», y que nunca hemos so-ñado, es lo que será este hogar. Diossea tu morada y te dé la bendiciónde aquel que mora en el lugar secre-to del Altísimo.

Bendecimos a Dios por este ayo, perole decimos adiós. El ministerio deMoisés ha caducado. La ley fue nues-tro ayo para llevarnos a Cristo. Hemosestado mirando las figuras en la piza-rra y, mientras lo hacíamos, ha entra-do el Maestro. Él está aquí. Ya no es-tamos en el tabernáculo, sino delan-te de una Persona: Jesús. En el lugarsecreto de nuestro corazón, decimos:«Jesús, tierno y dulce amante, espo-so precioso de mi corazón, ven a tucámara secreta y susúrrame lo queeres para mí».

Condensado de Símbolos Divinos, cap. 15.

Una luz prestada«Vosotros sois la luz del mundo» (Mateo 5:14). Nuestra tarea es brillar,

no tocar nuestra propia trompeta para que el mundo nos mire anosotros. Lo que queremos es mostrar a Cristo. Si alguna luz tenemos,es una luz prestada. Si somos de Cristo, estamos aquí para brillar porél.

D.L. Moody, El camino hacia Dios

68 AGUAS VIVAS

«La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unosa otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmose himnos y cánticos espirituales» (Col. 3:16).

VIDA CRISTIANA

Cantando himnosLecciones básicas sobre la vida cristiana práctica

Watchman Nee

Esta vez queremos examinar el temade cantar himnos. Necesitamos en-señar a los nuevos creyentes a can-tar himnos. Si bien la oración a me-nudo es descuidada, tal vez aún máslo es el cantar.

1. Conocer los himnos

Debemos señalar que nuestra inten-ción no es convertir a los hermanos yhermanas en músicos. Eso sería me-ramente mundano. Sin embargo, loque realmente deseamos es que ellosconozcan los himnos que cantan.Creemos que esto es de gran impor-tancia.

En una reunión, las personas que can-tan más fuerte son con mucha fre-cuencia aquellas cuyos corazones sonmenos tocados. Nuestro objetivo noes producir voces excelentes o bue-na música. Lo que queremos consi-derar ante Dios es el himno en sí mis-mo.

2. Cultivar un sentimiento delicado

En la Biblia, además de las profecías,historia, doctrinas y mandamientos,hallamos también himnos o cánticos.Creo que una de las razones básicaspara la presencia de los himnos en lasEscrituras es entrenar al pueblo deDios a tener sentimientos más finos,más delicados. Los poemas o himnosmanifiestan la sensibilidad más tier-na del hombre. El sentimiento queexhibimos en la oración no puedeexceder en su delicadeza a aquel quese expresa al cantar himnos.

El propósito de Dios es que nosotrostengamos sentimientos delicados.Por esta razón, él provee abundante-mente toda clase de poemas en laBiblia. No solo tenemos los Salmos,el Cantar de los Cantares, y Lamenta-ciones, sino que también otros poe-mas se han introducido en las seccio-nes históricas y en los mandamien-tos. Aun en las epístolas de Pablo, tan

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llenas de doctrina, él inconsciente-mente ha entremezclado algunospoemas.

Una cosa maravillosa de observar esque, cuanto más tiempo un cristianoha aprendido delante de Dios, mástiernos se vuelven sus sentimientos.Por el contrario, quien ha tenido pocacomunión con Dios y no ha aprendi-do mucho, parece ser rudo y pocopoético.

3. Incienso para Dios

He utilizado esta metáfora antes. Enla Escritura, el incienso representa aveces la oración y a veces un poemade alabanza a Dios. El incienso tieneorigen vegetal; es la savia o jugo delárbol – una extracción de la vida mis-ma del árbol. Convertido en inciensoy quemado delante de Dios, da enadelante un aroma más delicado. Noes la combustión de la madera, lacorteza o las hojas, sino el consumir-se del jugo exudado y la savia. Es algoque fluye desde el interior y se con-vierte así en un poema de alabanza aDios.

TTTTTrrrrreeeees rs rs rs rs requisiequisiequisiequisiequisitos básicos de untos básicos de untos básicos de untos básicos de untos básicos de unhimnohimnohimnohimnohimno¿Qué es un himno o un poema? Se-gún lo que leemos en la Biblia, unhimno o un poema apropiado debecumplir al menos tres requisitos bá-sicos. La carencia de alguno de estosrequisitos hace al cántico inutilizable.

1. Solidez de la verdad

El primer criterio para que un himnosea utilizable es la validez en la ver-dad. Muchos cánticos están bien ca-lificados en otras áreas; pero, si hayerrores en la verdad, pueden llevar alos hijos de Dios a un sentimientoequivocado. Es muy difícil que al-guien se acerque a Dios si está llenode errores humanos.

En el canto debemos permitir quenuestra sensibilidad delicada se ele-ve a Dios. Si hay un error en la ver-dad, nos engañamos a nosotros mis-mos y no podremos tocar la realidad.Dios nunca nos permite tratar con élsegún lo que cantamos, sino solo con-forme a la verdad que sostenemos.En otras palabras, podemos acercar-nos a Dios solamente en la verdad.Aquellas cosas que no son de la ver-dad, no son aceptables.

2. Forma y estructura poética

Todo buen cántico debe poseer unaestructura y forma poética. Se supo-ne que un himno es poético. Si la ver-dad es exacta pero la forma no espoética, no puede considerarse unbuen himno. La sola validez en la ver-dad no hace un himno. Se necesitauna estructura y una forma poética.

Ninguno de los Salmos de la Biblia estosco; todos son exquisitamente de-licados. Cada uno está escrito en unaestructura y forma poética. El pensa-miento de Dios es expresado en pa-

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labras poéticas. Al escribir un himno,no cuenta solo la métrica; la canciónentera debe construirse poéticamen-te.

3. Tocar la realidad

Un himno requiere sonidos, forma yestructura poética, y también un to-que espiritual. Para ilustrarlo, utilice-mos el Salmo 51, que habla del arre-pentimiento de David.

La verdad es correcta, y el Salmo estáelaborado poéticamente. Sus pala-bras están formuladas en forma com-pleja; no son expresiones breves ybruscas. Al leer este Salmo, eres cons-ciente del arrepentimiento de David;sin embargo, nunca lo tratarías comodoctrina, porque toca la realidad es-piritual. Por lo tanto, él extrae de tiun sentimiento espiritual. A esto lla-mamos la carga del Salmo. David searrepiente y este profundo senti-miento de contrición impregna todoel Salmo.

En otras palabras, un himno debe sercapaz de tocar tus emociones profun-damente. Puede hacerte llorar o ale-grarte, según dicte su contenido. No

debería ser solo poéticamente cons-truido y al mismo tiempo incapazpara mover a la gente a llorar o a re-gocijarse. Es necesario un sentimien-to poético, un sentimiento que no sepuede dejar de sentir. ¿Cómo puedescantar un canto de arrepentimientoy sentir ganas de reír o cantar un him-no de alabanza y no sentirte eleva-do?

DifDifDifDifDiferererererenteenteenteenteentes ts ts ts ts tipipipipipos de himnosos de himnosos de himnosos de himnosos de himnos1. Hacia Dios

El objetivo principal de un himno esser cantado a Dios. Por eso, la mayo-ría de los cánticos del Antiguo Testa-mento son de esta naturaleza. Dehecho, la mayoría de los himnos de-berían dirigirse a Dios.

2. Hacia los hombres

Los Proverbios también son escritospoéticos, pero de un tipo diferente,porque están dirigidos a los hombres.Sin embargo, entre los cristianos, estetipo de cánticos deberían ser limita-do en número.

La gran mayoría de los Salmos sondirigidos a Dios, como los cánticos dealabanza, de acción de gracias y deoración. Otros, se dirigen al hombre,como los cánticos de evangelismo yde exhortación. En términos genera-les, los himnos deben ser dirigidoshacia Dios; aquellos cuyo destinata-rio es el hombre son permisibles soloen un número reducido.

TTTTToda la Biblia es un poe-oda la Biblia es un poe-oda la Biblia es un poe-oda la Biblia es un poe-oda la Biblia es un poe-ma. Aquellos que cma. Aquellos que cma. Aquellos que cma. Aquellos que cma. Aquellos que cararararare-e-e-e-e-cen de sensibilidad nocen de sensibilidad nocen de sensibilidad nocen de sensibilidad nocen de sensibilidad noson cson cson cson cson capaces de tapaces de tapaces de tapaces de tapaces de tocococococar suar suar suar suar suespíritu.espíritu.espíritu.espíritu.espíritu.

71AGUAS VIVAS

Muchos cánticos centrados en loshombres son contrarios a la signifi-cación de los himnos.

3. Hacia nosotros mismos

En la Biblia, especialmente en el li-bro de los Salmos, encontramos untercer tipo de himnos, que no sondirigidos ni a Dios ni a los hombres,sino a nosotros mismos. En muchospasajes hay expresiones tales como:«¡Oh, alma mía!». Es la comunión demí mismo con mi alma delante deDios, la comunión de mí mismo conmi corazón, la consulta o la comuni-cación entre mi corazón y yo mismo.

Todos los que conocen a Dios y quehan tenido comunión con él enten-derán este asunto de la comunión consus propios corazones.

En este tercer tipo de himno, yo ten-go comunión conmigo mismo y con-sulto con mi corazón. Yo canto a mímismo, llamándome y despertándo-me; tomo decisiones y me recuerdoalgo a mí mismo. Por lo general, alfinal de estos cánticos, somos condu-cidos hacia Dios, porque una perso-na espiritual no puede permaneceren comunión consigo misma duran-

te mucho tiempo sin ser atraída ha-cia Dios. Su comunión con su cora-zón invariablemente se transformaen comunión con Dios.

Déjenme decirles algo: toda la Bibliaes un poema. Aquellos que carecende sensibilidad no son capaces detocar su espíritu. Gracias a Dios, sa-bemos que en la eternidad futuranuestros sentimientos serán muchomás delicados que aquellos que te-nemos hoy. Sabemos que habrá másalabanzas en el cielo que oracionessobre la tierra. La oración cesará, y laalabanza llenará la eternidad. Cuánexcelente será aquel día cuando to-dos nuestros sentimientos se vuelvanexquisitos y tiernos.

Finalmente, no estamos tratando detransformar a los hermanos y herma-nas en músicos. Nosotros no somosmúsicos, sino cantores. Los himnoscristianos nos ayudan a desarrollaruna sensibilidad espiritual delicada.Así aprenderemos que podemos ve-nir a Dios con un espíritu más tierno,y acercarnos más a él. Que la graciadel Señor nos asista.

Traducido de Spiritual Exercise, Chapter 19.Christian Fellowship Publishers

Lo genuino y lo falsoNada disipa la mentira más rápido que la verdad. Los billetes falsos

pueden pasar desapercibidos ante un ojo inexperto. Lo que todofalsificador teme es que alguien examine su billete falso mientrassostiene uno genuino al lado. La presencia de Jesús representaba lapresencia de lo genuino en medio de lo falso.

R.C. Sproul, La Santidad de Dios

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APOLOGÉTICA

La Verdad: ¿Absoluta?

La Verdad Absoluta, una especie en peligro de extinción.

Dr. José R. Martínez Villamil

En aras de una sofisticada tolerancia,pareciera como si los absolutos hu-bieran desaparecido para siempre.Pocos que han adoptado esta formade pensar se han detenido a exami-nar sus débiles fundamentos filosó-ficos o sus terribles consecuenciasprácticas para la vida en sociedad.

El punto climático en este tema lo esla última pregunta que Pilato dirigióa su prisionero. Cuando Jesús seautodenominó Rey y manifestó ser lapersona con quien se identificaríatodo amante de la verdad, Pilato pre-guntó: «¿Qué es la verdad?».

¿Sería sincera la pregunta? ¿TendríaPilato inquietudes filosóficas? ¿Du-das existenciales? ¿Esperaba Pilatouna contestación? ¿Qué hubiera res-pondido Jesús?

La búsqueda de la verdad es tan anti-gua como la raza humana. Ante tanimportante pregunta pareciera quehoy lo tenemos claro. Se dice, comodogma y sin pensarlo: «La verdad esrelativa». En el siglo en que la Teoría

de la Relatividad marcó la entrada dela era atómica, la relatividad de laverdad, con sus implicaciones en lareligión y en la ética, se ha visto comootro gran adelanto en la humanidad,otro paso en el movimiento de pro-greso.

El resultado en la actualidad lo vemospor dondequiera, en la vida cotidia-na y en los anuncios de televisión: LaVerdad absoluta no existe; ha muer-to. Los filósofos modernos han certi-ficado su defunción y los expertos delos medios de comunicación han ce-lebrado el sepelio.

En un anuncio de cerveza se decía:«La vida no es como es; la vida escomo tú la ves». Bajo esta forma depensar cada persona se convierte enel propio arquitecto de su particularverdad.

En el diálogo entre amigos se ha he-cho común la siguiente escena. Cadacontertulio presenta su opinión sobreel tema en cuestión. Las posicionesson diferentes e incompatibles entre

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sí. La reconciliación de conceptos sehace imposible. Antes, la solución sehubiera buscado en la continuacióndel diálogo y en la profundización deltema hasta descubrir el concepto máscercano a lo verdadero. Hoy no. Laconversación hoy seguramente ter-minará con la muy trillada frase:«Esto será verdad para ti, pero nopara mí».

DDDDDe la Realidad a la Relate la Realidad a la Relate la Realidad a la Relate la Realidad a la Relate la Realidad a la Relatividadividadividadividadividad¿Cómo hemos llegado a esto? El con-cepto de una «verdad relativa» no esnuevo. Ya Protágoras, filósofo griegodel siglo V a.C., afirmó que «el hom-bre es la medida de todas las cosas».

Pero fue con el Renacimiento y la Ilus-tración que comenzaron los pasosdefinitivos en dirección contraria alconcepto de la Verdad. Para esta épo-ca, Dios dejó de ser el centro y la basede la sociedad. El redescubrimientode los clásicos griegos y el humanis-mo resultante llevaron al hombre y asu razonamiento a tomar el lugar deDios como medida de todas la cosas.

Más tarde, con la Modernidad, vinola exaltación de la razón, de la cien-cia y del progreso. La atención pasóde lo sobrenatural a lo natural. Y se-gún los «misterios» de la vida fuerondescubiertos y el orden del cosmos(parcialmente) comprendido, se eli-minó la «necesidad» de Dios. El pro-greso fue exaltado y nada parecía es-tar fuera del alcance de la humani-

dad, de la ciencia y de la tecnología.Los lugares de culto se mudaron delas catedrales a las aulas, a los labo-ratorios y a los microprocesadores.

Así, pues, en la búsqueda de guía parala vida, el hombre consiguió su auto-nomía para conocer la verdad sin es-tar sujeto, como antes, a la autoridadde la iglesia o de Dios.

PPPPPostostostostostmmmmmodernidadodernidadodernidadodernidadodernidadPero este proceso evolutivo del razo-namiento no se detuvo ahí. Las últi-mas dos décadas han visto el desa-rrollo de una nueva forma de acerca-miento a la vida. De manera correctase le ha llamado «Postmodernidad».

Hoy se niega la existencia de algo quefuncione como norma y criterio parala verdad. Y se le ha dicho adiós a larazón. Sobre este intrigante procesoel afamado escritor norteamericanoAllan Bloom comentó: «Apertura so-lía ser la virtud que nos permitía bus-car el bien usando la razón. Ahora sig-nifica aceptar todo y negar el poderde la razón». Bajo esta forma de pen-sar toda verdad es una construcciónde nuestra razón. La objetividad deuna realidad fuera de nosotros dapaso a una interpretación particulare individualista.

Finalmente este proceso ha llevadoal fenómeno del «descontruccio-nismo», la reinterpretación de la his-toria, de la ciencia, de la cultura y dela moral a la luz de estas ideas.

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Complejo como es este concepto dePostmodernidad, una tabla compara-tiva puede ayudarnos a visualizar suscaracterísticas más relevantes (Verpie de página).

ConsecuenciasConsecuenciasConsecuenciasConsecuenciasConsecuenciasLas consecuencias de este importan-te cambio en el acercamiento intelec-tual a la verdad abundan a nuestroalrededor. Tomaré sólo tres a modode ejemplo.

Confusión moral. La ausencia de uncriterio absoluto para la evaluaciónde los dilemas morales ha dado lu-gar a la absoluta confusión sobre loque es correcto o no. La relatividadmoral nos ha dejado sin un norte ade-cuado con el cual orientar nuestraconducta. Es quizás en las nuevas ge-neraciones donde más claramente seobserva esto. Los llamados males dela juventud no son otra cosa que elresultado inevitable de una moralque es incapaz de marcar la diferen-cia entre lo correcto y lo incorrecto.

Confusión religiosa. Los distintivos dela religiones se difuminan en un con-

tinuo igualmente aceptable, aúncuando se contradigan entre sí. «To-dos los caminos conducen a Roma»ha pasado a ser «todos los caminosconducen a Dios.» El pluralismo reli-gioso, instrumento de convivencia, seha transformado en un raroecumenismo interconfesional dondetodo cabe y todo es bueno.

Vacío existencial. Despojados de nor-te para nuestra brújulas morales y defundamento para nuestros pies espi-rituales, la angustia existencial seapoderó de la mujer y hombre mo-dernos.

Los resultados pueden ser tan graves,que el filósofo Loyal Rue propuso lacreación de una «mentira noble» quesirviera de fundamento para una éti-ca artificial, una ilusión artificial que,creída a pesar de su falsedad, provealo que la «realidad» no nos da. La ilu-sión debe ser tan imaginativa y tanconvincente que no pueda ser resis-tida. Lo que quiero decir por noblementira es una que nos engañe; quenos engañe impulsándonos más alláde nuestro interés, de nuestro ego,

MODERNIDAD POSTMODERNIDADÉnfasis en propósito y diseño Énfasis en el azar y en la casualidad Estabilidad en los valores Valores transitorios y relativos La razón como el medio La no-razón (emoción) El significado como el fin El sinsentido Síntesis de disciplinas Descontruccionismo Unidad de la verdad La contradicción Moralidad clara Relativismo

Tabla 1: Modernidad vs. Postmodernidad

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que nos engañe hasta convencernosde que el discurso moral debe servirno solo nuestros intereses y de losdemás, sino los de la Tierra también.

¿E¿E¿E¿E¿Es rs rs rs rs relatelatelatelatelat iviviviviva la Va la Va la Va la Va la Verererererdad? Pdad? Pdad? Pdad? Pdad? Prrrrroble-oble-oble-oble-oble-mas del rmas del rmas del rmas del rmas del relatelatelatelatelat ivismivismivismivismivismoooooNosotros, los participantes de la so-ciedad occidental, hemos dado porsentado la validez del planteamientorelativista en sus diferentes acepcio-nes modernas y postmodernas. Perorara vez nos hemos detenido a pen-sar y a evaluar. El concepto suena tansofisticado y correcto, tan moderno,igualitario y culto, que lo incorpora-mos a nuestra cosmovisión sin unaconsideración crítica. Tratemos deequilibrar esta situación.

ImpImpImpImpImposibilidad filosófica del rosibilidad filosófica del rosibilidad filosófica del rosibilidad filosófica del rosibilidad filosófica del relatelatelatelatelativismivismivismivismivismoooooEl relativismo plantea una contradic-ción inevitable. Cuando alguien dice:«Todo es relativo», está pronuncian-do una aseveración de carácter ab-soluto. Esto es, está diciendo, en otraspalabras: «Todas las cosas [absoluta-mente todas] son relativas», lo quecontradice la misma aseveración. Sila aseveración «Todo es relativo» escierta, entonces la misma frase estambién relativa y queda sin signifi-cado; se autodestruye perdiendo suvalidez.

Un ejemplo. En los escritos del Nue-vo Testamento, el Apóstol Pablo, co-nocedor de la filosofía de su época,

cita al poeta cretense Parménidesquien escribía: «Todos los cretensesson mentirosos». Ahora bien, si to-dos los cretenses son mentirosos yParménides es cretense, ¿qué tene-mos? Tenemos una aseveración con-tradictoria, ilógica. Porque si la frase«Todos los cretenses son mentirosos»es cierta, entonces lo dicho por elpoeta es falso. Y si lo que él dijo esfalso, entonces los cretenses dicen laverdad y lo que él ha dicho es menti-ra. ¿Confuso?

Esta situación representa una viola-ción a la llamada «Ley de la No-Con-tradicción», una de las leyes de la ló-gica. Ésta establece que un objeto (opersona, o aseveración) no puede serdos cosas diferentes en el mismomomento y en la misma relación.

ImpImpImpImpImposibilidad étosibilidad étosibilidad étosibilidad étosibilidad ética del rica del rica del rica del rica del relatelatelatelatelat ivismivismivismivismivismo:o:o:o:o:¿Ét¿Ét¿Ét¿Ét¿Ét ica sin Dios?ica sin Dios?ica sin Dios?ica sin Dios?ica sin Dios?En una sociedad basada en el princi-pio de la relatividad moral y ética se-remos incapaces de emitir juicio al-guno, ni siquiera sobre prácticas in-tolerables.

Por ejemplo, ¿qué hacemos conStalin y con el holocausto? ¿Fue igualHitler a la Madre Teresa de Calcuta?O, como dice el conocido pensadorcristiano de origen indio RaviZacharias: «En unas culturas se pro-mueve amar a sus semejantes y enotras comérselos. ¿Tiene usted algu-na preferencia?».

76 AGUAS VIVAS

¿Cuál ha sido el resultado? Si la ra-zón deja de ser el criterio para deci-dir, si los absolutos desaparecen, sison las experiencias las que nos guíane iluminan y, si «Dios ha muerto»,¿cuál es el resultado? Miremos...

Adolfo Hitler dijo: «Yo liberé a Alema-nia de las estúpidas y degradantesfalacias de la conciencia y la morali-dad (...) Entrenaremos a jóvenes de-lante de quienes el mundo temblará.Deseo gente joven hábil en la violen-cia autorizada, implacable y cruel».

Ya lo escribió Dostoievski: «Si Diosestá muerto, todo es justificable».

Algunos han entendido muy bien laconexión entre la vida sin valores ab-solutos y sus inevitables resultados.Entonces nada puede oponerse a loscaprichos de la voluntad humana.Aldous Huxley se pronunció de la si-guiente manera:

«Para mí, como sin duda, para lamayoría de mis contemporáneos, lafilosofía de la falta de significado fueesencialmente un instrumento de li-beración. La liberación que deseába-mos era simultáneamente libertad decierto sistema político y económico yde cierto sistema de moral. Objetá-bamos la moralidad porque interfe-ría nuestra libertad sexual y objetá-bamos el sistema político y económi-co porque era injusto. Los que apo-yaban tales sistemas sostenían que,en alguna medida, estos incluían el

significado (el significado cristiano)del mundo. Había un método admi-rablemente simple de confundir a esagente y al mismo tiempo justificarnosa nosotros mismos en nuestra revuel-ta política y erótica: Podíamos negarque el mundo tuviera algún signifi-cado, cualquiera que fuera».

En el mismo contexto Huxley habíahecho el prefacio a sus afirmacionescon las siguientes palabras:

«Tenía motivos para desear que elmundo no tuviera significado; conse-cuentemente, daba por sentado queno lo tenía y que era capaz, sin nin-guna dificultad, de hallar razonessatisfactorias para esta suposición. Lamayoría de la ignorancia es ignoran-cia vencible. No sabemos porque noqueremos saber. Es nuestra voluntadla que decide cómo y sobre qué ma-terias usaremos nuestra inteligencia.Quienes detectan carencia de signifi-cado en el mundo generalmente lohacen porque, por una u otra razón,cuadra bien con sus libros que el mun-do debe ser sin sentido».

ImpImpImpImpImposibilidad social del rosibilidad social del rosibilidad social del rosibilidad social del rosibilidad social del relatelatelatelatelat ivismivismivismivismivismoooooDesde el punto de vista de la organi-zación social, el relativismo ético ymoral lleva al caos y a la anarquía.

Cada persona o grupo basaría sucomportamiento en aquello que haevaluado como correcto, aún cuan-do no lo sea para los demás.

77AGUAS VIVAS

Alguien podría decir que en este casolo que se establecería como buenosería consensuado por toda la comu-nidad. Muy bien. ¿Y qué haríamos conel que infringiera nuestro particularcódigo? ¿En base a qué? ¿No podríaesta persona rechazar el código deuna mayoría en base a sus particula-res criterios? ¿Y qué sucedería cuan-do sociedades vecinas no coincidie-sen en su escala de valores y, de he-cho, se contradijesen?

Lo que nos lleva a otra dificultad.Aceptando el criterio relativista sere-mos incapaces de explicar el progre-so moral de la civilización. ¿Son igual-mente desarrolladas en comparacióncon la nuestra las culturas que prac-tican la ablación del clítoris, o la ven-ta de hijos como esclavos o el ente-rramiento de la mujer cuando su es-poso muere?

Si aceptamos el criterio relativista nopodríamos decir que la abolición dela esclavitud representó un paso ade-lante en la humanidad.

Aceptando la relatividad ética tampo-co podemos reconocer la virtud delos reformadores sociales. Si «todo esrelativo» y la «moral es relativa»,¿cómo podemos hablar del hito his-tórico que representó la victoria deMartin Luther King Jr. en su lucha porderechos civiles de los negros en losEstados Unidos?

ImpImpImpImpImposibilidad teológicaosibilidad teológicaosibilidad teológicaosibilidad teológicaosibilidad teológicaAhora nos adentramos brevementeen el campo de la teología y de la re-ligión. Porque, si la verdad es relati-va, «todos las religiones llevan aDios» así como en la antigüedad «to-dos los caminos llevaban a Roma».

En este punto la frase clave es «plu-ralismo religioso». Ésta no significasimplemente la sana y pacífica con-vivencia de los diferentes credos, cosasabia y correcta, sino que se entien-de por ella la aceptación de todas lasreligiones como igualmente verdade-ras. Esta forma de pensar presentatres tipos de error: El error lógico, elerror filosófico y el error teológico.

Error lógico: Falacia. Cuando un cris-tiano expresa su convicción de la ver-dad de sus creencias y, repitiendo loque el mismo Jesús dijo, confiesa queel Hijo de Dios es el único camino aDios, es calificado de exclusivista eintolerante.

La falacia aquí estriba en que todaslas religiones son en mayor o menorgrado exclusivistas. Tanto la historiacomo las creencias de las principalesreligiones del mundo son contradic-torias entre sí, por lo tanto excluyena otras diferentes. Contrario a lo quese piensa en esta época tan románti-camente atraída por las religionesorientales, este es también el caso delbudismo y del hinduismo, religionesigualmente exclusivistas.

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Incluso el antiteísmo es exclusivista.Cuando una persona afirma la no-existencia de Dios (ateísmo o anti-teísmo) o la incapacidad para llegara una conclusión sobre ella (agnosti-cismo) está diciendo que el postula-do contrario (esto es, la existencia deDios, o la seguridad de ella) es falso.

Error filosófico. La llamada toleranciaen aras de un pluralismo religiosopresupone la existencia del valor ab-soluto de la tolerancia: «La toleran-cia es buena». ¿En base a qué, si todoes relativo? No solo eso, sino quetambién se asume la existencia deuna verdad absoluta, porque, ¿quéfalta hace la tolerancia si yo conside-ro igualmente ciertas (o falsas) miscreencias en comparación con las demis vecinos? La palabra tolerancia lle-va implícita la idea de que la personatolerante lo es para con personas alas que considera erradas. Si no fue-ra así, ¿en qué consiste la tolerancia?

Error teológico. ¿Son todas las religio-nes iguales? Es aquí donde sin dudaencontramos el mayor error del lla-mado pluralismo religioso. Sintetiza-remos algunos puntos de compara-ción usando unas sencillas tablasadaptadas del libro «True for you»,de Paul Copan. En ellas comparare-mos lo que algunas importantes reli-giones dicen con respecto a dos im-portantes conceptos: El problema delhombre (y su solución) por un lado, yel de la Persona de Dios, por otro.

Ahora bien. ¿Cómo podríamos, ennuestro sano juicio, afirmar que nohay contradicción en estos concep-tos? ¿Cómo afirmar que «todas lareligiones son iguales»?

La verLa verLa verLa verLa verdad sobrdad sobrdad sobrdad sobrdad sobre la Ve la Ve la Ve la Ve la VerererererdaddaddaddaddadConcluiremos este artículo con unabreve presentación del concepto cris-tiano de la verdad. Los cristianoscreemos que la Verdad existe porque

RELIGION PROBLEMA HUMANO SOLUCIONBudismo Deseo Ascetismo

Hinduismo Ignorancia Iluminación Cristianismo Pecado (rebelión) Gracia en Cristo

Tabla 2: Problema del hombre y su solución según cada religión.

RELIGION DIOS FUNDADOR Budismo Impersonal Hombre Hinduismo Millones Hombre Islam Uno Profeta (Mahoma) Judaísmo Uno Profeta (Moisés) Cristianismo Uno (Tres) Dios (Jesús)

Tabla 3: Persona de Dios y fundador de cada religión.

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Dios existe. No, esto NO es razona-miento en círculos.

Dios es una persona moral. Virtudescomo justicia, amor y otras son partede su carácter y esencia. La morali-dad parte de la verdad de la existen-cia de Dios y de su carácter.

Dios ha revelado la Verdad. Dios hamostrado en y a través de su creación,por la Biblia y, sobre todo, en la per-sona de su Hijo Jesucristo, la Verdad.

Dios es un ser moral. Nosotros, crea-dos a su semejanza, somos seresmorales. Dios ha provisto directricesen las que esa naturaleza moral essatisfecha. Sus mandamientos no sonla expresión de los caprichos de unSer Supremo que se complace en lainfelicidad de sus criaturas priván-dolas de lo que «más les gusta». Másbien son la expresión amorosa delDios Creador que nos conoce íntima-mente y que sabe que la expresiónmás alta de nuestra humanidad se en-cuentra bajo la cobertura de la ver-dad. Dicho de otra manera, la plenasatisfacción de los anhelos humanosdepende del sometimiento a las le-yes de Aquel que puso tales anhelosen nosotros.

Pilato: El final de la historiaPilato: El final de la historiaPilato: El final de la historiaPilato: El final de la historiaPilato: El final de la historia¿Estaba Pilato dispuesto a escuchar?¿Dispuesto a creer? ¿Dispuesto a in-dagar? No lo sabemos. Lo que sí po-demos decir con seguridad es que la

persona que no desea conocer la ver-dad difícilmente la hallará.

Así como la verdad absoluta está per-sonificada en Dios, la verdad se en-cuentra en una persona antes de serencontrada en proposiciones. La dis-posición a la verdad en el corazón esun requisito para conocer lo que esverdad en el mundo de las ideas.

Es probable que Jesús hubiera usadolas mismas palabras que, en otro con-texto, usó para contestar a Tomás:«Yo soy el camino, y la verdad, y lavida; nadie viene al Padre, sino pormí» (Juan 14:6). ¿Sería eso suficien-te para Pilato? ¿Lo es para usted?

Quizás parte importante de nuestroproblema es que las preguntas quenos hacemos no son: «¿Es suficientela verdad de Dios para mí?», sino:«¿Me conviene? ¿Me compromete?¿Me privará de algo?». Si así pensa-mos, tendremos que admitir quenuestra dificultad no es con la exis-tencia de la verdad absoluta, sino connuestra disposición a vivir esa verdad.

A fin de cuentas, quizás nuestro pro-blema no es intelectual sino de nues-tra voluntad; no de la cabeza, sino delcorazón. «Conocemos la verdad, nosolo por la razón, sino también porel corazón» (Blas Pascal, 1623-1662).FUENTES:1. «Deliver Us From Evil» (Dr. Ravi Zacharias).2. Zacharias, Ravi. «¿Puede el hombre vivir sinDios?».

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Cartas de nuestros lectores

Toda bendición procede de Dios; por tanto, toda la gloria es para Dios.

AGUAS VIVASPara la proclamación del Evangelio y la edificación del Cuerpo de Cristo

Año 16 · N° 79 · Julio - Agosto - Septiembre 2015.REDACCION: Rodrigo Abarca, Roberto Sáez, Marcelo Díaz, Gonzalo Sepúlveda, Álvaro Astete.

DISEÑO: Mario Contreras.

Bendición y edificaciónBendición y edificaciónBendición y edificaciónBendición y edificaciónBendición y edificaciónDesde que nos hemos suscrito a las revis-tas, hace unos años, siempre nos han lle-gado, tanto a mí como a mi hermano Ale-jandro, sin interrupción. Ambos estamosgrandemente agradecidos, ya que su lec-tura nos resulta en bendición y edificación.Que nuestro Señor los siga bendiciendo.Martín Baravalle (Argentina).

ReReReReRefrigerio pfrigerio pfrigerio pfrigerio pfrigerio pararararara el cora el cora el cora el cora el corazónazónazónazónazónEl pueblo cristiano está necesitado de laverdad de Jesucristo revelada en la revis-ta Aguas Vivas. Ha representado un refri-gerio para nuestro sediento corazón. Es-peramos siempre con alegría cada edición,pues una vez más seremos edificados porel Señor. La revista es una joya muy pre-ciada para la labor que realizamos acá.Leonardo Arboláez (Cuba).

MinistMinistMinistMinistMinistrrrrrar de vidaar de vidaar de vidaar de vidaar de vidaNos sentimos parte de ustedes colaboran-do con la oración a fin de que Dios abrapuertas a su Palabra, como hasta el día dehoy lo ha hecho. Seguimos reuniéndonosy dedicamos un día de reunión para estu-diar cada artículo de la revista y nos senti-mos muy edificados, pues estamos en unmismo espíritu. El ministrar de vida ver-daderamente trae un impartir divino, aun-

que no sustituye nuestra lectura bíblica ninuestras reuniones para edificación delCuerpo de Cristo. No desmayen. Perseve-ren en este servicio a los santos, que estárindiendo mucho fruto para Dios.José Calvo (USA).

PPPPPararararara edificación de la fa edificación de la fa edificación de la fa edificación de la fa edificación de la familiaamiliaamiliaamiliaamiliaComo siempre, una gran bendición podercontar con la revista en nuestro hogar, quesirve para edificar a nuestra familia y quenos facilita el acceso a literatura cristianafuera de la Biblia, pero que la tiene comobase. Qué bueno que mantienen temasactuales y de vital importancia para elpueblo de Dios. Esperamos en Dios quelas fuerzas no les falten ni el ánimo paraseguir adelante con este ministerio quebendice tantas vidas.Enrique Maestri (Cuba).

Luz del SeñorLuz del SeñorLuz del SeñorLuz del SeñorLuz del SeñorEl Señor nos da estos regalos cuando máslos necesitamos. Hoy me llegó una ediciónde la revista. No lo podía creer. Muchasgracias a Dios y a ustedes por disponersea regalarnos de la luz que han recibido departe del Señor. Ahora mismo comienzo aleer y después la presto para que más pue-dan leerla también.Daniel Torres (Cuba).