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Ekonomiaz N.º 22 30 «Un sistema tecnológico que progresa sin innovar. Aproximación a las claves de la Tercera Revolución Tecnológica en España» El presente artículo es una visión muy general de las relaciones más importantes entre diferentes indicadores de ciencia y tecnología. Tres indicadores han recibido una especial atención: el capital humano, las exportaciones de manufacturas y la balanza tecnológica. La idea central es la realidad de un «modelo» español muy simple de progreso tecnológico. En este «modelo» el conocimiento tecnológico es importado a gran escala, y después es asimilado por un enorme número de científicos e ingenieros con una formación parca. Artikulu honek, adierazle zientifiko eta teknologiko desberdinen artean ematen diren erlazio garrantzitsuenen ikuspegi guztiz orokor bat aurkezten digu. Eta horien artetik hiru adierazleri oso arreta berezia jarri zaie: giza kapitalari, manufakturen esportazioei eta balantza teknologikoari. Ideia nagusia, aurrerapen teknologiko guztiz sinpleko «eredu» espainol baten errealitatea da. «Eredu» honetan, ezagutza teknologikoa, lehenengo, inportatu egiten da handizkiro, eta gero formazio eskaseko zientzilari eta injineru-kopuru handi batek beretzakotu egiten du. These paper gives a general view of great relationships between different indicators of science and technology. Three indicators have received a special attention: human capital, export manufactures and the technological balance. The central idea is that the Spanish «model» of technological progress is very simple. In these «model» technological knowledge is imported at great scale, and after is assimilated by a huge number of scientist and engineers with skimpy formation.

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Ekonomiaz N.º 22 30

«Un sistema tecnológico que progresa sin innovar.Aproximación a las claves de la Tercera RevoluciónTecnológica en España»

El presente artículo es una visión muy general de las relaciones más importantesentre diferentes indicadores de ciencia y tecnología. Tres indicadores han recibidouna especial atención: el capital humano, las exportaciones de manufacturas y labalanza tecnológica. La idea central es la realidad de un «modelo» español muysimple de progreso tecnológico. En este «modelo» el conocimiento tecnológico esimportado a gran escala, y después es asimilado por un enorme número decientíficos e ingenieros con una formación parca.

Artikulu honek, adierazle zientifiko eta teknologiko desberdinen artean ematen direnerlazio garrantzitsuenen ikuspegi guztiz orokor bat aurkezten digu. Eta horienartetik hiru adierazleri oso arreta berezia jarri zaie: giza kapitalari, manufakturenesportazioei eta balantza teknologikoari. Ideia nagusia, aurrerapen teknologikoguztiz sinpleko «eredu» espainol baten errealitatea da. «Eredu» honetan, ezagutzateknologikoa, lehenengo, inportatu egiten da handizkiro, eta gero formazioeskaseko zientzilari eta injineru-kopuru handi batek beretzakotu egiten du.

These paper gives a general view of great relationships between different indicators ofscience and technology. Three indicators have received a special attention: human capital,export manufactures and the technological balance. The central idea is that the Spanish«model» of technological progress is very simple. In these «model» technologicalknowledge is imported at great scale, and after is assimilated by a huge number ofscientist and engineers with skimpy formation.

Ekonomiaz N.º 22 31

Santiago M. López GarcíaDepartamento de Historia e Instituciones

Económicas II UniversidadComplutense de Madrid

1. Introducción.2. La clave esencial: los recursos humanos.3. Buscando una confirmación en la especialización comercial española (1970-

1989).4. CODA. Una reflexión para el futuro.Referencias bibliográficas.Apéndice.

1. INTRODUCCIÓN

El presente artículo no se apoya en untrabajo previo de investigación histórica.Es tan sólo una reflexión sobre los datoscon los que se cuenta sobre la formaciónacadémica de la población española,haciendo hincapié en el personalempleado en tareas de l+D y laespecialización comercial. Sonprecisamente estos dos temas los quedominan en los apartados 2 y 3. Elperíodo de tiempo abarcado va de losaños cincuenta hasta la actualidad. Porúltimo, el apartado 4 es una reflexiónsobre el conjunto de las hipótesisplanteadas en los dos anteriores.

La cuestión que vertebra todo el artículoes si en España se está dando la TerceraRevolución Tecnológica. Para entenderqué es lo que se quiere decir con este

término, antes de empezar, se debe haceruna breve exposición acerca de la historiatecnológica de la Revolución Industrial.Dentro de la Revolución Industrial ysiempre y cuando se entienda a éstacomo un proceso largo y continuo en elque aún hoy nos hallamos inmersos, sehan dado cambios tecnológicos, tanintensos para la marcha de la propiaRevolución Industrial, que se puedenconsiderar como RevolucionesTecnológicas dentro de la Industria. LaPrimera de estas RevolucionesTecnológicas se debió al desarrollo ydifusión de las máquinas de vapor desdefinales del siglo XVIII hasta finales delsiglo XIX. Se basaba en la explotación delos recursos naturales y en elaprovechamiento del factor trabajo comomedios principales para conseguir elaumento de la producción. Losconocimientos técnicos empleados,

Palabras clave: Progreso tecnológico, innovación.Nº de clasificación JEL: O3, O31, O33

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aunque revolucionarios en su día, no sesustentaban en tecnologías complejasderivadas del saber científico. La SegundaRevolución estuvo marcada por dosacontecimientos que nacen a finales delsiglo XIX: las aplicaciones de la energíaeléctrica y la utilización de los motores deexplosión interna. Lógicamente, losrecursos naturales y el trabajopermanecieron como la fuente primigeniade la riqueza, pero su explotación serealizó atendiendo al objetivo de conseguirmayores economías de escala. Losconocimientos técnicos necesarios paraacometer esta segunda oleada, eran máscomplejos y necesitaban de laparticipación de científicos e ingenierospara llevarse a la práctica industrial. Porúltimo, la Tercera Revolución Tecnológica(de ahora en adelante TRT) tiene en elordenador a su mejor representante, puesse caracteriza por la utilización deprocesos y productos basados en lainformática y la automática. El crecimientoeconómico sigue teniendo sus bases enlos factores tradicionales, pero ahora sonlas innovaciones tecnológicas las que danen cada momento más relieve a cada unode los factores y las economías de escala,aunque sigan vigentes, tienen queacomodarse a los principios de laproducción flexible. Todo esto hace quelos conocimientos técnicos que seprecisan sean de una complejidad alta, enconsonancia con los avances de la cienciaen cada momento (1).

Para seguir con facilidad losplanteamientos generales de este trabajo,se debe entender que, cada una de lasrevoluciones descritas tiene sus ramas deactividad más o menos representativas enla economía actual, en función de lacomplejidad tecnológica y de los factores

(1) Piore y Sabel (1991).

empleados, así como del modo deexplotar estos últimos.

España nunca ha jugado un papelrelevante en la gestación de lasRevoluciones Tecnológicas, pero sí escierto que el país se ha ido modernizandoutilizando cada vez técnicas en mayorconsonancia con el devenir de lostiempos. La consecuencia ha sido unapaulatina, pero al final intensa,transformación de los procesosproductivos en las industrias. No sepuede despreciar el estudio de lasRevoluciones Tecnológicas en España porel hecho de no haber sido este país unprotagonista de las mismas, o por lo quesuele ser más usual, por considerar quesu difusión ha sido tan lenta y exigua quemejor olvidarse de ella. Es un hechoconstatable, que ya nadie se plantea queEspaña sea un país subdesarrollado fuerade las corrientes de la difusión de latecnología. No cabe duda al respecto dela superación de la Primera RevoluciónTecnológica, e incluso de la Segunda,pero los indicadores internacionalesreferidos a la TRT arrojan un atrasorelativo considerable en relación a lamayoría de los países de la OCDE, ellopuede conducir a la conclusión de que laTRT ni siquiera ha empezado a este ladode los Pirineos, de todas formas, si elobservador estuviera en Puerto Urraco lasdudas serían abrumadoras.

A principios de los años setenta losinsumos tecnológicos de los que seservían las empresas eran precarios: unescaso personal investigador, contratospara la importación de tecnología y unconjunto de patentes nacionales de bajacomplejidad tecnológica. Esta carenciacondujo a un modus operandi entecnología basado en la importación delconocimiento y su posterior absorción porparte de un personal científico y técnico

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formado para asimilar y acomodar latecnología foránea. La creación yevolución de ese capital humano seconvierte, por tanto, en el tema clave paraentender el particular modus operandi enel progreso técnico y tecnológico español.

2. LA CLAVE ESENCIAL: LOSRECURSOS HUMANOS

La preocupación por formar un personalcalificado para la investigación aplicadaen el ámbito del trabajo industrialhistóricamente ha merecido una escasaatención desde antiguo por parte, tantodel Estado como de los empresarios.Muestra de ello son las pocasinstituciones de investigación aplicada conque contaba España antes de la GuerraCivil. Sólo se pueden citar como tales tres:el Laboratorio de Automática de LeonardoTorres Que-vedo, el Laboratorio de CuatroVientos del Comandante Emilio Herrara yel Instituto Químico de Sarria (2). Laescasez era más acentuada en lasempresas. Únicamente ciertas firmas delos sectores de la química, de lafabricación de material eléctrico y de laaeronáutica contaban con laboratoriospropios en sus fábricas. Sin embargo, lainquietud por el desarrollo de las cienciasaplicadas iba calando gracias a que labase científica del país había aumentadocon la labor de la Junta para Ampliaciónde Estudios e Investigaciones Científicas(3). La Guerra Civil y la posterior purga delPrimer Franquismo esquiló a la élitecientífica e intelectual y mermó el escasocapital humano (4). Sin embargo, ello

no se consideró, por parte de las nuevasautoridades, impedimento para realizaruna apuesta importante en favor de lainvestigación aplicada, apuesta que sefraguaría con el refuerzo del Patronato deinvestigación Técnica «Juan de la Cierva»,en 1945. El desajuste entre los objetivos yla realidad fue inevitable dado que secarecía del personal formadoadecuadamente para el desarrollar lamultitud de programas que se acometieronen aras del aprovechamiento de unas,teóricamente, «exultantes» materiasprimas nacionales. Tras diez años, elPatronato hubo de acomodarse a lamodesta realidad del país y en vez decapitanear un cambio tecnológico pasó aser una institución sin rumbo, que en elmejor de los casos sirvió de centro deformación y asistencia para las empresasy entre ellas especialmente las públicas.Coincidiendo en el tiempo, es decir, en ladécada de los años cincuenta, el sistemaeducativo empezó a generar un númeroapreciable de licenciados, ingenieros yperitos con una calificación aceptablepara hacer frente a las necesidades de laSegunda Revolución Tecnológica (SRT).La relación entre el número deuniversitarios y la población ibaacercándose a la media europea (5). Fueasí como la actividad económica de losaños sesenta contó con un capitalhumano, formado en el decenioprecedente, relativamente numeroso.Ahora bien, siendo cierta la existencia deese personal calificado, dispuesto atrabajar en el ámbito de las tecnologíaspropias de la SRT, también es verdad quela falta de previsión en la acumulación de

(2) Gómez Mendoza y López García (1992) y PuigRaposo y López García (1992).

(3) García Santesmases (1980); Glick (1986) y(1988); Glick y Sánchez Ron (1988); Sánchez Ron(coordinador) (1988) y Sánchez Ron (1988).

(4) López García (1988) y (1991).

(5) En 1950 España contaba con 185universitarios por cada 100.000 habitantes frente alconjunto europeo (compuesto por Italia, G.B.,Francia, R.F.A., Holanda, Irlanda, Portugal y Grecia)que era de 254 universitarios. Para la obtención delos datos de educación, véase ONU (1971-1989);UNESCO (1975-1989) y Mitchell (1975).

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capital humano, que se pudiese acomodara la TRT, iba a gravitar sobre la economíaespañola de los años setenta. El sistemaeducativo, aunque tarde, reaccionó, po-niendo los medios para que se pudieraformar un gran número de universitarioshasta alcanzar las cotas europeas en 1975(6). La tendencia se reforzó y en 1980España superaba la media europea deuniversitarios matriculados (7). Laexistencia de estos altibajos en laformación de la masa crítica de capitalhumano, afectó negativamente a laevolución de la parte cualitativamente másrelevante desde la perspectiva deldesarrollo tecnológico: los ingenieros. Elcrecimiento en la matrícula de losingenieros data del período 1955-1962(8). Ahora bien, el número de tituladosingenieros nunca ha superado unarelación del 8% con respecto a los quecomenzaban el año académicocorrespondiente (9). Al contario de lo quesucedió en el conjunto de losuniverstarios, los ingenieros titulados nohan tenido un aumento cuantitativodestacable desde 1975. Ello se debe, engran medida, a que la plantilla delprofesorado se ha estabilizado desdemediados de los setenta (10). Estasituación ha hecho que España seencuentre lejos del número medioeuropeo de ingenieros titulados; porejemplo, Italia multiplica por tres las cifrasespañolas (11). Se llega así a una primera

(6) En 1975 España contaba con 1.518universitarios por cada 100.000 habitantes frente alconjunto de Europa que tenía 1.555 universitarios,ONU (1971-1989), UNESCO (1975-1989) y Mitchell(1975).

(7) En 1980 la media de los países europeosescogidos era de 1.724 universitarios por cada100.000 habitantes y en España era de 1.859universitarios, ONU (1971-1989).

(8) En el curso 1955-56 había 4.429 matriculadosy 608 profesores, diez años después eran 31.480matriculados y 2.166 profesores. INE (1975-1987).

(9) En 1965 la relación matriculados/licenciadosarroja un 5,2%, en 1975 un 7,4% y en 1985 un 5,3%[IN (1975-1987)],

(10) 4.311 profesores en el curso 1975-76 y 4.845en el curso 1985-86. INE (1975-1987).

conclusión: capital humano existe, perotanto su composición como supreparación para la TRT, y en generalpara el desarrollo tecnológico, no es laadecuada. Además, su formación es, encomparación con la media europea,demasiado barata para ser tan efectivacomo aquella. El porcentaje del PNB queel Estado español ha gastado en susistema educativo en el último medio sigloha sido uno de los más bajos de Europa,e incluso desde 1975 el más bajo de lamuestra elegida (12). Con estascaracterísticas del capital humano, laactividad económica no se ha podidopermitir veleidades innovadoras, sino tansólo tareas de «acomodación» de latecnología extranjera.

Con todo, la gestación del conjunto delicenciados, ingenieros y peritos hacambiado la tradicional característica delínfimo nivel de formación en la fuerzalaboral española frente a la europea. Laeconomía española desde los añossesenta ha incorporado un personallaboral calificado, sin duda, para sostenerla SRT e Incluso la automatización de losprocesos de fabricación de la misma,pero la capacidad para hacer frente a laTRT depende sobremanera de laactividad económica en la que se fije laatención. Los estudiantes, una veztrabajando en el sistema productivo enactividades para las que se necesita unacalificación de segundo gradouniversitario, pasan a representar elnúmero potencial de científicos eingenieros sobre los que se asienta laactividad económica (13). Dicho númeropotencial era muy bajo en España con

(11) ICS (1976-1987).(12) Véase la nota número 5.(13) Para UNESCO el número potencial de

científicos e ingenieros incluye la población del paísque trabaja desempeñando funcionesespecialmente indicadas para estas categorías, sinla necesidad de tener que contar con el título decientífico o ingeniero UNESCO (1975-1989).

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respecto a Europa a finales de los añossesenta (14). Las diferencias se acortaronen los años setenta y principios de losochenta hasta pasar de una relación de3,3 en 1969, a 1,2 ingenieros y científicosmás en Europa que en España en 1985(15). Pero este crecimiento teníadebilidades. Del conjunto de científicos eingenieros potenciales los dedicados alabores de l + D eran y son escasos. Elproblema es la parquedad en el númerode los científicos e ingenieros que realizanlas tareas más avanzadas en laeconomía. En 1970 por cada 100.000españoles 18 realizaban labores de l + D,mientras, la medida europea era cincoveces superior. En 1975 la situación habíamejorado muy poco (16). Desde estafecha asciende el número de personaldedicado a l + D hasta llegar a 1980,fecha en la que era tres veces inferior eldato español al europeo en términosrelativos comparados. Pero a partir deentonces la situación no ha mejoradorespecto a la media europea y, cuando loha hecho, a través de una política deaumento de becarios, se ha caracterizadopor la dificultad que el sistema de cienciay tecnología (tanto privado como público)tiene para asegurar a largo plazo laestabilidad de un personal altamentecalificado (17). Esto revela dos hechos,primero, que la calidad del capital humanoen relación a las tareas que es capaz de

(14) 571 científicos e ingenieros por cada 100.000habitantes frente a los 1.900 de la media EuropeaUNESCO (1975-1989).

(15) En 1985 España contaba con 3.082científicos e ingenieros por cada 100.000 habitantesy la media europea era de 3.707. UNESCO (1975-1989).

(16) En 1975 España tenía 22 científicos eingenieros dedicados a l+D por cada 100.000habitantes, frente a la media de los países europeosescogidos que era de 99,4. UNESCO (1975-1989).

(17) En 1980 había 38 españoles de cada 100.000que se dedicaban a labores de l+D, en Europa eran111,4. En 1985 los españoles presentes en estospuestos eran de cada 100.000 sólo 42, mientras quelos europeos ya tenían 134,7. UNESCO (1975-1989).

realizar estaba y está muy por debajo dela masa potencial de científicos eingenieros con que se contaba y secuenta en la población y, segundo, que elcapital humano está dividido en dos: poruna parte el altamente calificado, másescaso y, por otra, un personal formadoapresuradamente bajo el signo de unsistema educativo masificado y barato.España ha realizado un esfuerzoimportante, aunque criticable dada labaja cota de partida. Puede argumentarseque esta conclusión es errónea, puestoque un análisis del esfuerzo realizadopara aumentar, tanto el número potencialde científicos e ingenieros, como elpersonal dedicado a l + D entre 1970 y1975 en España, arroja que es uno de losmás altos del mundo. Sin embargo, elmodelo español está desprovisto de lasvirtudes que hacen posible que un paísesté presente en el grupo de creadoresde innovaciones tecnológicas. Compartecon países como Cuba, México y Perúcrecimientos espectaculares debido a losbajos puntos de partida, pero carece de laconstancia de Suecia, Canadá e Italiapara mantener el crecimiento cuando elnúmero de científicos empieza a serimportante. El esfuerzo hecho por Coreadel Sur en el período 1970-1985 esrevelador de la magnitud del crecimientoen la calidad del capital humano a la que,un país como España, debería enfrentarsepara participar en el grupo de paísesproductores de innovaciones tecnológicas(18).

España palia sus debilidades poniendosus recursos humanos y materiales al

(18) En 1970 Corea del Sur tenía 5.628 científicose ingenieros dedicados a actividades de l+D,España 5.842. La población total era similar y ladiferencia más notable radicaba en que España teníaun PIB el doble de grande que Corea del Sur. En1985 Corea del Sur tenía 41.473 científicos eingenieros dedicados a tareas de l+D y España16.215, UNESCO (1975-1989).

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servicio de una prioridad: acomodar latecnología importada. Si se buscan losindicadores tecnológicos en los quedescuella España en el ámbitointernacional aparecen dos que apoyanesta hipótesis. En traducciones de libros yfolletos de tema científico y técnicoEspaña, a principios de los años ochenta,ya era el segundo país del mundo (19). Enla realización de contratos detransferencia de tecnología también sehabía situado entre los mayorescompradores mundiales en términosabsolutos y en algunos momentos elprimero en términos relativos en función desu PIB o población (20). El quid está enque en la economía de este país latecnología es ante todo un insumo (la tasade cobertura española oscila entre el 18 yel 30%) que debe ser importado, mientrasque para el resto de paísesindustrializados es un producto y uninsumo que se vende y compra en montossimilares (21). En España se «fuerza» alpersonal dedicado a la l + D a haceracomodación de la tecnología importadapara que ésta se integre en la actividadeconómica. Es esa tecnología ya«acomodada» la que utilizan el resto decientíficos e ingenieros presentes en laactividad económica utilizándola como elinsumo tecnológico básico de nuestraeconomía.

Dada la baja importancia de lainnovación tecnológica para la basetécnica de la actividad económica, elcapital humano dedicado a esa labor esun grupo reducido. Además, es difícildiscernir qué cantidad de personasdedicadas a labores de l + D realmente

(19) Méndez y Gómez (1986); Terrada y LópezPiñero (1990).

(20) Sánchez Muñoz (1988) y (1992); Buesa(1992); Buesa y Molero (1988) y (1989); Molero(1992) y OCDE (1979), (1981), (1984), (1986) y(1987).

(21) En 1990 la tasa de cobertura fue 19,27%, en1991 28,70%. Sánchez Muñoz (1992).

llevan a cabo tareas bien de investigación,bien de innovación, bien de desarrollo, obien de «acomodación». Una idea alrespecto nos la pueden dar los gráficosque se presentan a continuación, perodebemos asumir antes la siguientehipótesis: para las tareas deinvestigación, innovación y desarrolloavanzado se requiere una formación degrado superior (licenciado o ingeniero).

El gráfico n.° 1 muestra, queaproximadamente menos de la mitad delpersonal dedicado a l + D (columnas bajoepígrafe TOTAL) en el período 1971-1988tenía el grado de licenciado o ingeniero(columnas bajo epígrafe Cel —Científicose Ingenieros—), y que por tanto tan sóloesta parte estaba capacitada parainvestigar e innovar. De este personalcapacitado para investigar e innovar pocomenos de la mitad ha estado realizandotareas de ingeniería y tecnología en lasque estarían presentes las innovaciones ylos desarrollos (columnas bajo epígrafeCel en lyT —Científicos e Ingenierosempleados en actividades de Ingeniería yTecnología—).

Este personal, que ha estado realizandoinnovaciones y desarrollos, se ha idoconcentrando en las empresas cuyasactividades requieren tecnología másmoderna, las cuales, con el tiempo, hanllegado a absorber más de la mitad deese personal (véase en el gráfico n.° 2 laevolución de la columna bajo el epígrafeD —Científicos e Ingenieros empleadosen las empresas industriales decomplejidad tecnológica alta—).

Una primera conclusión sería quemenos de una cuarta parte del personaldedicado a l + D estaría realizando tareasde investigación e innovación. Es decir,que en el año 1987, por ejemplo, habríaaproximadamente 9.000 personas

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Gráfico n.° 1 Personal empleado en tareas de l+D en España (1971-1987)(Equivalencia a dedicación plena)

Cel = Científicos e Ingenieros, lyT = Ingeniería y Tecnología.Fuente: INE (1975-1988).

Gráfico n.° 2. Científicos e Ingenieros empleados en l+D en España (1971-1987)(Equivalencia a dedicación plena)

A, B, C y D: A, Científicos e Ingenieros dedicados a labores de Ingeniería y Tecnología; B,Científicos e Ingenieros dedicados a labores de Ingeniería y Tecnología en las institucionespúblicas; C, Científicos e Ingenieros en las empresas industriales; D, Científicos e Ingenieros enlas empresas industriales de complejidad tecnológica alta. Para la clasificación empleada en lacomplejidad tecnológica véase la tabla 3 del Apéndice.Fuente: INE (1975-1988).

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dedicadas en España a investigar einnovar (gráfico n.° 1, columnas bajo elepígrafe Cel en lyT y gráfico n.° 2,columnas bajo el epígrafe A —Científicose Ingenieros en actividades de Ingenieríay Tecnología—).

La cuestión ahora sería saber quiénrealiza entonces las inmensas tareas deabsorber la tecnología foránea y,posteriormente, transformarla entecnología utilizable por el conjunto deingenieros y científicos que trabajan en laeconomía española. La respuesta esdifícil, puesto que en uno u otro momentoel personal dedicado a tareas de l + D harealizado labores de «acomodación», ytambién parte del conjunto de científicos eingenieros que trabajan y que no estánincluidos en las estadísticas de l + D. Hoypor hoy no contamos con informaciónpara responder a esta cuestión, puesestamos desprovistos de estudiosdetallados de las características de lostrabajos de investigación.

Sabemos que el personal que realizalabores de l + D cada vez está máscalificado (véase en el gráfico n.° 3, cómolas columnas bajo el epígrafe Cel —Científicos e Ingenieros— van acortandodistancias con las columnas bajo elepígrafe A —Personal de l + D que no escientífico ni ingeniero—), y portanteparece indudable que, a lo largo delperíodo estudiado, la capacidad delpersonal de l+D para innovar e investigaren tecnología ha crecido. Esto no quieredecir que no haya aumentado también lacapacidad para «acomodar tecnología».Nuevamente se plantea la cuestión decuánto personal se. dedica a «acomodartecnología». La respuesta seguramentesea la mayoría. Sólo un análisis de lacalidad de cada trabajo desarrollado por elpersonal dedicado a tareas de l + D podría

darnos la respuesta correcta, pero falta lainformación necesaria.

En los gráficos n.os 4 y 5 se puedeapreciar cómo el personal, empleado entareas de l + D en la industria, seconcentra en las ramas de actividad quetienen una mayor complejidad tecnológica(22).

La participación en tareas de l + D quese realiza en las ramas de actividad demedia y baja complejidad tecnológica esminúscula, por tanto, el esfuerzo seconcentra en las ramas de altacomplejidad tecnológica. No se puedeafirmar de manera tajante que el personalde las empresas, cuya actividad se haconsiderado como de alta complejidadtecnológica, sólo esté haciendo«acomodación», pero dada la bajaaportación española a las tecnologías dealta complejidad —apreciable por laescasa presencia en patentes, premios ypublicaciones en los mercadosinternacionales— resulta más lógicopensar que ese personal está«acomodando» tecnología, y que a vecesesa acomodación da nuevos desarrollos eincluso innovaciones secundarias.Resulta prematuro llegar a la siguienteconclusión, pero tal vez sea fructífera: elsistema español de ciencia y tecnologíano tiene como objetivo la consecución deinnovaciones y desarrollos, su objetivoprioritario es la «acomodación de latecnología» importada y sólo comoconsecuencia del trabajo de«acomodación» consigue innovaciones ydesarrollos.

Esta prioridad del sistema tieneventajas y problemas. La ventaja principales que es una manera muy barata de

(22) Petroquímica, energía eléctrica, química,farmacia, ordenadores, instrumentos de precisión,material eléctrico, máquinas industriales,aeronáutica, material de transporte —especialmenteautomóviles y sus componentes—, Buesa y Molero(1988), pp. 49 y 50.

Santiago M. López García

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Gráfico n.° 3 Personal empleado en tareas de l+D en España (1967-1987)(Equivalencia a dedicación plena)

A = Personal que no es ingeniero ni científico, Cel = Científicos e Ingenieros.Fuente: INE (1975-1988).

Gráfico n.° 4. Personal empleado en tareas de I+D en la industria española (1971-1987).Distribución según complejidad tecnológica de las ramas de actividad

(Equivalencia a dedicación plena)

Cel = Científicos e Ingenieros.Fuente: INE (1975-1988).

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Gráfico n.° 5. Científicos e Ingenieros empleados en tareas de l+D en la industriaespañola (1971-1987). Distribución según complejidad tecnológica de

las ramas de actividad

Fuente: INE (1975-1988).

mantenerse dentro de los límites de lamodernidad tecnológica sin tener quehacer grandes esfuerzos en formación decapital humano y medios de investigación.El problema es La inestabilidad delsistema a largo plazo, especialmenteapreciable en situaciones de crisisinternacional, cuando la sensación de«estar perdiendo el tren tecnológico» seextiende entre los analistas enprospectiva económica. Para entenderesas pérdidas de confianza hay que partirde la realidad de que el insumotecnológico viene de fuera y, por tanto,cualquier contrariedad en el mercadointernacional de la compra de tecnología,un mercado en extremo sensible ymediatizado, lleva a la escasez detecnología y a la paralización del proceso

de modernización (23). Es en esosmomentos cuando la prioridad del sistema—«acomodar tecnología»—deja ver laincapacidad que ha provocado para queel sistema pueda trabajar con el objetivode innovar y desarrollar. Estainestabilidad también se apreciautilizando un indicador del impactotecnológico, como es el comercio deproductos de alta complejidadtecnológica.

(23) Al respecto del tipo de mercado en el que semueve la tecnología seguimos las ideas de Dosi:«...una parte importante del conocimientotecnológico no fluye con facilidad entre losdiferentes países, sino que se acumula en lasempresas en forma de trabajadores especializados,de tecnología propia y de «know-how» difíciles decopiar», Dosi (1992), p. 184.

Santiago M. López García

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Cuadro n.° 1. Exportaciones y Ventajas comparativas según intensidadtecnológica

EXPORTACIONES (%) ÍNDICE DE CONTRIBUCIÓNAL SALDO

IntensidadTecnológica

1970 1985 1989 1970 1985 1989

AltaMediaBaja

8,322,069,5

10,830,355,7

14,941,143,8

-11,6-21,533,2

-15,7 -4,6

20,3

-14,60,0

14,6

Fuente: Alonso (1991a).

3. BUSCANDO UNA CONFIRMACIÓNEN LA ESPECIALIZACIÓNCOMERCIAL ESPAÑOLA (1970-1989)

Entre 1970 y 1985 mejoró lacomplejidad en las ventas de los bienesespañoles que tenían un mayor grado decomplejidad tecnológica (24). Descendióel peso relativo de las actividades de bajaintensidad tecnológica en beneficio de lasde alta y, sobre todo, media intensidad,pero en cualquier caso, es en lasindustrias de media y baja intensidadtecnológica donde España ha asentadosus ventajas comparativas (véase cuadron.° 1).

Un análisis detallado de estas ventajas(utilizando como indicador el índice decontribución al saldo) (25), por ramas deactividad industrial, como el que harealizado Alonso, pone de manifiesto quelas actividades en las que se daban lasmayores ventajas comparativas aprincipios del decenio de los sesenta

(24) La clasificación de la complejidad tecnológicade las ramas de actividad industrial de los informesde la OCDE que difiere, no de manera sustancial, dela utilizada en el apartado anterior y que se basabaen la de Buesa y Molero (1988), pp. 40 y 50,

(25) Guerrieri (1990), p. 244.

(actividades que son propias de laPrimera Revolución Tecnológica yprincipios de la Segunda comoalimentación, bebidas, textiles,confección, calzado, piel, manufacturasdel papel e impresión, refino de petróleo,neumáticos, productos metálicos yconstrucción naval) fueron disminuyendosu contribución al saldo global de laindustria hasta mediados de los ochenta(26). Durante el mismo período la mayoríade los sectores con mayor complejidadtecnológica (electrónica, maquinaria deoficina, instrumentos científicos y deprecisión, óptica y fotografía) empeoraronsu ya desventajosa posición. Por contra,el saldo fue mejorando para algunosgrupos hasta llegar el año 1985, momentoen el cual alcanzaron pequeñas ventajas

El índice de contribución al saldo comercial secalcula del siguiente modo:

Xij = Exportaciones del país i en el sector jMij = Importaciones del país i en el sector jXim = Exportaciones totales de manufacturas del

país iMim = Importaciones totales de manufacturas del país i(26) Véase Alonso (1991b), cuadro n.° 7, p. 55.

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Ekonomiaz N.º 22 42

Cuadro n.º 2. Exportaciones y Ventajas comparativas según la intensidad de losfactores

EXPORTACIONES (%) ÍNDICE DE CONTRIBUCIÓNAL SALDO

Fuentes delas ventajas

1970 1985 1989 1970 1985 1989

RECURSOS NATURALESTRABAJOECONOMÍAS ESCALAINNOVACIÓN— Científica— De mercado

37,120,727,015,03,0

12,0

27,815,940,26,56,1

10,4

22,713,940,722,58,6

13,9

17,012,8-5,5

-24,3-7,6

-16,7

4,47,5

10,3-22,2-9,2

-13,0

7,83,38,8

-19,5-6.5

-13,0

Fuente: Alonso, 1991b, cuadro 10. p. 69.

comparativas en el mercado nacional einternacional actividades tales como:desinfectantes y fertilizantes, productosquímicos especializados nofarmacéuticos, plásticos, cerámica yvidrio. Mayores ventajas lograron: metalesno férricos, otros productos no metálicos,maquinaria para metales e hierro y acero.Por último, la fabricación de automóvilesconsiguió destacar por encima de todosen la consecución de ventajascomparativas. Salvo en los bienes de altaintensidad tecnológica el comercioespañol había mejorado sus posicionesen sectores industrialmente complejos,caracterizados por las economías deescala.

Desde el punto de vista de los factoresde producción, al inicio de los añossetenta la especialización española seasentaba en las ramas de actividadindustrial más intensivas en la utilizaciónde recursos naturales y trabajo. En 1985la situación había variado. Ahora eran lossectores caracterizados por las economíasde escala (siderurgia, química industrial yautomóvil) los que concentraban la mayorparte de la exportación industrial (véasecuadro n.° 2).

Las bases de las ventajas comparativaseran las economías de escala y lautilización de tecnologías de complejidadmedia. En 1985, a las puertas de la CEE,España se presentaba como un paísindustrializado, pero con una estructuramuy confiada en las economías de escalacomo elemento de competitividad. Almismo tiempo se aprecia la incorporacióna marchar forzadas de los procesos defabricación flexible propios de la TRT, yaensayados con éxito por la mayoría denuestros nuevos «compañeros», lospaíses miembros de la CEE (27). Elanálisis de las ventajas comparadas delos productos industriales españoles en1985, desde la perspectiva del comercio,plantea la falta de acomodación tanto alos patrones de producción flexible comoa la oferta de innovaciones en industriasque utilicen tecnologías de complejidadalta, hechos ambos que caracterizan losproblemas de absorción de la TRT (28).

(27) «Parecía como si nuestras exportaciones seconcentraran en general en sectores ya maduros dela industria mundial en los que vamos ganandocompetitividad en base a una renovación denuestras conexiones internacionales», Castells(1990), p. 305.

(28) Piore y Sabel (1990).

Santiago M. López García

Ekonomiaz N.º 22 43

Si se hace un estudio por ramas deactividad, los logros habidos en laconsecución de la Segunda RevoluciónTecnológica vuelven a destacarse muypor encima de los conseguidos conrespecto a la TRT. Desde mediados de losaños ochenta en adelante el sector de lafabricación de automóviles es el que másexportaciones registra dentro de lasactividades industriales, pero escompetitivo en la gama baja del sector, detal forma que el valor añadido víacomponentes de alta complejidadtecnológica es relativamente bajo. En elmismo período la sidero-metalurgiamantuvo saldos positivos, pero lasventajas comparativas descendieronvelozmente. La química y el sector de laconstrucción de maquinaria mantendrían,pero sólo en algunas ramas (químicaindustrial, fibras sintéticas, resinas,materias plásticas, farmacia, maquinariagenérica y generadores eléctricos y noeléctricos), tendencias equilibradorasrespecto al saldo de importaciones (29).La situación expuesta confirma elafianzamiento de la competitividad enunos productos industriales fabricados enserie (economías de escala propia de laSRT) y, por tanto, con una bajacomponente de diferenciación en elproducto final (propio de la TRT), aunqueel esfuerzo por automatizar el proceso síesté introduciendo cambios de calidad enel conjunto de la producción.

Sin embargo, este panorama tan sólofavorable para la SRT, debe de serapreciado teniendo presente dos maticesrelacionadas con la TRT. Primero,algunos sectores no basados eneconomías de escala, que utilizantecnologías de complejidad media y alta,

(29) Para una mayor especificación véase Alonso(1991b), cuadro n.º 10.

consiguieron exportar ya a finales de losaños ochenta. Estos nuevos sectores«locomotora», en palabras de Castells,fueron armamento, juguetes, joyas,maquinaria y equipos mecánicos (30). Laactividad de fabricación de armamentoencontró su nicho en el mercadointernacional gracias a una elevación desu capacidad tecnológica y al apoyo delMinisterio de Defensa (31). Juguetes yjoyas consiguieron mejores resultados apartir de la mejora de los diseños yacomodación a las especificaciones parala comercialización en mercados depaíses de alta renta. Maquinaria y equiposmecánicos supieron recoger la tradición,sobre todo vasca, de lamáquinaherramienta mecánica ymodernizarla incorporando controlnumérico y automatización, lo cual lespermitió recobrar mercados perdidos yabrir nuevos rumbos de exportación (32).Las ventajas en las que asentaron todasestas actividades sí se encuadran dentrode las bases tecnológicas de la TRT.Segundo, los productos que fabricaba yexporta la industria española eran y soncada vez más avanzados técnicamentehablando. Un sector puede sercaracterizado como de baja complejidadtecnológica (alimentación por ejemplo),mientras que sus productos estándiseñados y producidos con tecnologíasde la TRT, lo que hace de ellos bienestécnicamente más complejos (33).

(30) Castells (1990), pp. 306-307. A lasactividades señaladas habría que sumar laaeronáutica, con una tasa de crecimiento de lasexportaciones entre 1985 y 1988 del 239,5%, perose ha preferido no redundar en un mercado tanimperfecto como este, donde los acuerdos entregobiernos desvirtúan la competencia tecnológica delas empresas contrincantes.

(31) Molas Gallart (1990).(32) Crespo (1989); Frías (1988) y Ormachea

(1987).(33) Respecto al tema de la modernización en

informática y en automática véase las conclusionesde Castells (1990), pp. 323-325.

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Ekonomiaz N.º 22 44

Si ahora volvemos a repasar los índicesde contribución al saldo según laintensidad tecnológica (véase cuadro n.°1), podemos encontrar algunasexplicaciones globales del proceso demodernización tecnológica de la industria.

En 1970 las ventajas comparativas delos sectores de baja complejidadtecnológica servían para cubrir lasdesventajas en los sectores de media yalta intensidad tecnológica (especialmenteen los de media). En 1985, nuevamente,las ventajas comparativas de los sectoresde baja intensidad cubren las desventajasde los sectores de media y alta intensidad,pero la estructura ha variadoprofundamente, pues son las desventajasen los sectores de alta intensidad las quesuponen la mayor parte que tiene quecubrirse —la tarea de «acomodación» ensu punto álgido—. Por último, en 1989 lossectores de complejidad media hanequilibrado su saldo, y los sectores debaja intensidad cubren, por tanto, el 100%de las desventajas de los de altaintensidad tecnológica. Una vez aquí seplantea la necesidad de adoptar unaperspectiva de análisis, o bien optimista, obien pesimista. La primera entiende que,gracias a las buenas tendencias de lasventajas comparativas de los productosde intensidad media, las exportaciones deestos podrán cubrir en el decenio de losnoventa las desventajas en los sectoresde intensidad tecnológica alta, tal y comoha sucedido en la mayoría de los paísesde la OCDE. La segunda plantea que, lasllamadas ventajas comparativastradicionales españolas (basadas enrecursos naturales y bajas intensidadestecnológicas, todo ello propio de laPrimera Revolución Tecnológica) vandesapareciendo, lo cual va a limitar lasposibles importaciones de media y altacomplejidad tecnológica y, por tanto, lamodernización del país.

Si se adopta por una perspectivapesimista habría que admitir ladecadencia en la producción y calidad denuestras exportaciones propias de laSegunda Revolución Tecnológica, pero locierto es que el sector más representativode la misma, el automovilístico, no ofrece,ni muchos menos, esta situación. Paradesmantelar la posición pesimista cabríabuscar respuestas en la balanzatecnológica. No cabe duda sobre el déficittecnológico que arrastra la economíaespañola desde que se olvidaron lasveleidades autárquicas del PrimerFranquismo (véase el gráfico n.° 6); ahorabien, la tasa de crecimiento media anualde los ingresos por venta de tecnología(20,89% anual para el período 1965-1987)es superior a la de los pagos (18,57%anual).

La exportación de asistencia técnica esla responsable de este crecimiento en supráctica totalidad (compárese la curva deingresos del gráfico n.° 6 con la curva delgráfico n.° 7). Aunque las cifras están enpesetas corrientes, es indudable que hahabido dos cambios de tendencia en laexportación de asistencia técnica. Unprimer momento es 1977, año a partir delcual y hasta 1981 se vende asistenciatécnica relacionada con los conocimientosde la SRT ya asimilada por el capitalhumano, mas ha quedado obsoleta antelos procesos de automatización. Latecnología española asociada a la SRTresulta aceptable en el mercadointernacional hasta 1982, año en el que sereduce la tendencia, puesto que Españano puede ofrecer asistencia técnica dealta complejidad tecnológica propia de laTRT.

Desde 1967 España entró en una crisisabsoluta de la exportación de suspatentes (véase en el gráfico n.° 8 losingresos por royalties), patentesasociadas al mundo de la Primera

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Gráfico n.° 6. Balanza Tecnológica española (1965-1987)

Fuente: Sánchez Muñoz (1988), p. 267.

Gráfico n.° 7. Ingresos por asistencia técnica (1965-1987)

Fuente: Sánchez Muñoz (1988), p. 267.

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Revolución Tecnológica y al principio dela Segunda, patentes por tanto de baja ymedia complejidad tecnológica. Parapoder absorber, acomodar y generartecnología plenamente de la SRT y de laincipiente TRT, España, a partir de 1977,inicia una compra masiva de tecnología(véase la brecha que se abre entre lascurvas del gráfico n.° 6), a la vez quevende, o mejor habría que decir, que sedesprende de tecnología ya asimilada yobsoleta (gráfico n.° 7). En 1982 elproceso habría empezado a dar sus frutosal conseguir incrementar la exportación deasistencia técnica generada ahora en elperíodo de aprendizaje y acomodacióniniciado a principios de los años setenta(34).

El cambio del modelo de desarrollotecnológico en 1966 (gráfico n.° 8)permitió la plena incorporación de la SRTpor medio de la «acomodación» de latecnología extranjera. La brecha en labalanza tecnológica creció rápidamente(gráfico n.° 6) y mostró de manerapalmaria que el sistema económicoespañol estaba ávido de conocimientostécnicos, y además, que era capaz deasimilarlos a buen ritmo gracias al capitalhumano acumulado desde los añoscincuenta. Entre los pagos porimportación de tecnología tambiénempezaron a entrar conocimientos de laTRT mucho más complicados de asimilar,que han llevado a las empresas a reforzarsus medidas a favor de la «acomodación»de tecnología extranjera centrando a supersonal dedicado a tareas de l + D enesa misión (véanse en los gráficos n.os 4 y5 las columnas referidas al personalempleado en tareas de l + D en sectoresindustriales de alta complejidadtecnológica).

4. CODA. UNA REFLEXIÓN PARA ELFUTURO

La cuestión para los años noventa es silas empresas españolas van a seguir elmismo modelo para incorporar la TRT queel que utilizaron para la plena asimilaciónde la SRT. La respuesta es sí. Los datosmás recientes pueden ilustrar laafirmación: la empresa española gasta un 1% en formación de personal (los paíseslíderes de la TRT gastan un media del9%, como es el caso de Alemania), el10% de las empresas tienen ingresos porventa de tecnología mientras que el 78%basan su modernización en la utilizaciónde tecnología importada. Sólo el 38% delas empresas tienen incentivos paraestimular la calidad, una de las facetasclave de la TRT y el 78% «reconocensentirse en desventaja frente a la potenciainnovadora de sus competidoreseuropeos», pero a la vez el 50% esperaaumentar sus ventas en el mercadoeuropeo. Además, la mayoría carece depatentes, tanto en España como en elextranjero (35). Aparentemente todo escontradictorio y desalentador, «no haydemasiados motivos de satisfacción»,pero esto es fruto de la ceguera ante unmodelo de desarrollo tecnológico puestoen práctica por España.

Este modelo consiste, primero en«abastecerse» de tecnología extranjera(recuérdese que, tanto en términosabsolutos como relativos, España es unode los primeros compradores detecnología en el mercado internacional delos contratos de transferencia detecnología), segundo en asimilarla y«acomodarla» con un personalcapacitado para esta tarea, y no para lainnovación, tercero en hacer funcionartoda la actividad económica con esa

(34) El dato de 1987 está distorsionado por elcambio legislativo sobre patentes y propiedadindustrial de 1986. (35) «Vivir del Invento», 1992

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Gráfico n.º 8. Ingresos por venta de tecnología (1965-1975)

Fuente: Sánchez Muñoz (1988), p. 267.

tecnología «acomodada» y, por último,siempre y cuando en el período deacomodación haya habido una generaciónde tecnología —fruto del aprendizaje y lapropia «acomodación»—, ésta se venderáen forma de asistencia técnica (gráfico n.°7) a terceros países con nivelestecnológicos inferiores, a bajo preciocuando sea obsoleta (gráfico n.° 7,período 1977-1981) y jamás cuandoafecte negativamente a los productosinnovadores extranjeros, que son los quedetentan la innovación original(normalmente patentada en los mercadosde patentes más importantes del mundo).También serán receptores de la asistenciatécnica española los países de dondeprocediera inicialmente la tecnología,puesto que es lógico que las mejorasulteriores aportadas por España, seanapreciadas por aquellos países que

inicialmente generaron el conocimientotécnico.

Desde esta perspectiva, el análisis delas patentes en España sirve de poco sise utilizan los criterios internacionalespara saber cómo funciona el sistema deciencia y tecnología del país. Si se haceesto siempre se termina en la mismaconclusión: la estructura de la balanza depagos e ingresos tecnológicos es propiade un país en vías de desarrollo y nocorresponde al nivel de desarrolloeconómico español (36). Un sistema queprogresa tecnológicamente sin innovar nopuede analizarse por el mercado de laspatentes. Si así lo hiciéramos estaríamos,sobre todo desde el lado de los

(36) Andrés Conde, C. De (1992), p. 11.

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Ekonomiaz N.º 22 48

responsables de la política científica,Incurriendo en fallos de apreciación queconducirían a medidas de políticatecnológica que, en el mejor de los casosno servirían de nada. Sería comoprogramar medidas para potenciar lainnovación tecnológica pensando queéstas afectaran positivamente al personalmejor cualificado de las empresas querealizan tareas de mayor complejidadtecnológica (gráfico n.° 5, columnas bajoel epígrafe «Alta»), cuando en realidadeste personal ya tiene suficiente con«acomodar» tecnología exterior y mante-ner a este país dentro de las revolucionestecnológicas.

Los expertos que lanzan las medidaspara potenciar la innovación debían serconscientes de que aquellos a los que secreen que se dirigen, en el mejor de loscasos, son pocos (tal vez las columnasbajo los epígrafes «Media y Baja» delgráfico n.° 5) y, siendo realistas, susinterlocutores de verdad son los actualesbecarios, a los que ellos mismos, losresponsables de la polí t ica c ientí f ica ytecnológica, han reducido el presupuesto.Los innovadores españoles de la TRT nohan llegado a nacer, pero esto no quitapara que hagamos la TRT.

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Ekonomiaz N. º 22 51

APÉNDICE

Personal empleado en actividades de l+D según grado académicoy ocupación

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Ekonomiaz N.º 22 53

Tabla 1. Personal total empleado en actividades de l+D (EDP)

PERSONAL CIENTÍFICOS EINGENIEROS

CIENTÍFICOS E OCUPADO DEDICADOSAño TOTALINGENIEROS EN INGENIERÍA A TAREAS DE

Y TECNOLOGÍA INGENIERÍA YTECNOLOGÍA

1967 12.934 4.18119681969 14.522 5.1351970 16.186 5.8421971 21.509 7.979 11.428 2.7581972 23.501 8.945 12.711 3.1931973 21.036 7.101 14.063 3.5331974 23.187 7.894 15.409 3.8191975197619771978 29.685 13.050 13.484 3.4201979 30.164 13.457 14.761 4.5291980 30.905 13.732 16.211 4.8971981 31.329 14.376 16.224 5.1101982 30.510 13.762 15.887 5.0381983 30.948 14.229 16.015 5.1341984 34.080 15.299 17.594 5.3801985 34.967 16.215 20.004 6.3731986 39.899 19.477 21.874 7.7211987 42.531 20.890 22.983 8.322

Fuente: INE (1975-1988).EDP = Equivalencia a Dedicación Plena.

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Tabla 2. Personal empleado en actividades de l+D por las empresas(EDP)

PERSONAL CIENTÍFICOS EINGENIEROS

CIENTÍFICOS E OCUPADO DEDICADOSAño TOTALINGENIEROS EN INGENIERÍA A TAREAS DE

Y TECNOLOGÍA INGENIERÍA YTECNOLOGÍA

1971 7.528 1.648 6.059 1.1701972 8.581 1.945 6.913 1.3881973 9.752 2.278 7.851 1.7071974 11.108 2.616 8.972 1.9691975197619771978 11.591 2.891 8.823 1.9691979 11.911 2.089 9.000 2.0941980 12.303 2.994 10.358 2.3781981 12.006 3.226 10.137 2.5741982 12.914 3.409 10.853 2.7191983 12.905 3.528 11.135 2.8881984 15.022 4.019 12.331 3.0771985 16.860 4.853 14.567 3.9841986 19.007 6.160 16.374 5.1141987 20.361 6.835 17.491 5.747

Fuente: INE (1975-1988).

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Tabla 3. Personal empleado en actividades de l+D por las empresasindustriales (EDP)

Nota: La división por complejidad tecnológica de las ramas industriales sigue la clasificación deBuesa y Molero (Buesa y Molero, 1988, pp. 49 y 50). Las ramas de complejidad Muy Alta yAlta, de Buesa y Molero, se han asociado en Alta para esta tabla.

Fuente: INE (1975-1988).