un sabio mozo de corrientes, un cuentero de alma de tandil & una pesadilla hecha realidad

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Cuentos argentinos de Federico el de la Paz, Justiniano Reyes Dávila y Eduardo Jorge Rafael Fasulo

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  • FEDERICO, EL DE LA PAZ

    UN SABIO MOZO DE CORRIENTES

    Federico, el mozo, se va de La Paz, y en adelante conducir un taxi de su pertenencia. Apenas una noticia, un mozo que abandona un caf, que cambia de trabajo; claro que, si no se tratara de Federico y de La Paz, plcidamente podramos poner punto final aqu, o, mejor dicho no poner nada, si es en el fondo un lazo simple que se rompe en una ciudad que vive rompindose, sin requerir explicaciones triviales. Sin embargo esta desvinculacin es distinta, porque los dos mozo y caf estn identificados, como fusionados, trascienden de los meros aspectos cotidianos, ambos son demasiado conocidos y tienen mucho que ver con la mitologa de la calle Corrientes; es decir, con la grata fantasa, con esa sublime sensacin de magia, de solidaria irrealidad que, para conocerla, hay que ser un tripulante experto de esa calle. Y tambin por supuesto, ser ducho en sus inacabables matices saber diferenciar, por ejemplo, la gente de La pera con la del Premier, la de El Foro con la del Ondine, la del Paulista con la del Ramos, comprender el carcter de los que merodean todos los sitios y el de los que se plantan, el de los que miran desde afuera por las ventanas y nunca se atreven a entrar, el de los que tienen vergenza de estar, el de los solos y el de los que se hacen los solos, en l in en sus duendes y en sus miedos, y ser un digno interpretador, un protagonista, un testigo de la persistencia de tantos sabihondos y suicidas, de tantos profundos y chetos, de tantos reventados valiosos o recuperables, o descartables, en definitiva de tantos personajes antolgicos y acaso annimos que hacen que

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  • nuestra ciudad sea, a pesar de todo, interesante, entretenida, indestructible.

    Entonces convengamos que Corrientes no es "moco de pavo , no se la puede amar ni odiar de odo, de ella no hay que hablar con la despectividad de un resentido, o con la superficialidad snob del que cree criticar el snobismo. Porque Corrientes antes, desde Cerrito a Callao, ahora apenas desde Uruguay hasta Rodrguez Pea sigue siendo un ejercicio, una enfermedad o un hbito, es como una ciudad aparte, el marco donde una permanente Corte de los Milagros desfila, o espera, proyecta o se frustra, y donde a diario un adolescente se sorprende, o un decepcionado se aleja, o un melanclico la retoma, quizs esperando toparse con cierto fantasma tal vez con rostro de mujer, o de amigo, tal vez con el rostro de s mismo pero mucho ms joven en la esquina de Paran, o al cruzar Rodrguez Pea, en la puerta de algn cine o husmeando la mesa de cualquier librera.

    En Corrientes y Montevideo, precisamente adentro de La Paz, los fantasmas abundan, se percibe la persistencia de una tradicin bohemia o pensante: inconcebibles solitarios que con su soledad pueden pudieron, podrn atreverse a construir slidas o vulnerables obras de arte; tipos increbles que colocan enterito el corazn sobre una mesa como si fuera un libro ms, capacitados an para la sensibilidad y por qu no para saber invertir gratuitamente el tiempo, en amable convivencia con venerables que se autotrampean, con buscas, diletantes, paracaidistas, "obsequios de la casa , buena gente que se raya, se persigue, se queja, se pelea, se psicoanaliza, se roba la pareja y hasta no molesta.

    Pero esta nota es para Federico, porque se va, despus de veinte aos de imperar en esta fantasa, que se renueva parcialmente cada cinco meses, casi totalmente cada cinco aos.

    "Se me calientan las piernas, sabs, tengo problemas de circulacin, y no quiero que me saquen de adentro de La Paz como al pobre Mingo dice, muy real, el seor Federico Pandolfelli. "Yo le serv cafs a tres gene

  • raciones distintas, por ejemplo a los Eichelbaum, al viejo Samuel, qu gran tipo que era!; al hijo Mondy, a los hijos de Mondy. El otro da a la piba de Crpena le dije: 'Yo la conozco a usted desde que era as, si la traa don Homero. Y me acuerdo de don Agustn Castro Miranda, Jess Gmez, tambin vena mucho Escalad a ..."

    Porteo, 50 aos, Federico se hizo querer por muchos, y odiar por menos; protagoniz persecuciones memorables "A los que se iban sin pagar, es una cuestin de honor para un mozo, en la ltima fue que me embrom la pierna . Tuvo peleas legendarias. "Slo con algunos pesados , y bancadas fuertes que le proporcionaron cierta admiracin, afecto, respeto y reconocimiento. Los que lo quieren, dicen que le harn una gran despedida, irn entonces directores de cine y de teatro, actores, periodistas, escritores, psicoanalistas, tipos que trabajan y muchos locos sueltos; los que lo odian, a lo mejor, lo perdonarn, y hasta se alegrarn los que tienen por l prohibida la entrada, y la fantasa...

    "Porque mi ciclo en La Paz ya se acab, si trabajando l ineo horas con el taxi mo, saco lo que con trece horas de mozo, un trabajo para hacer durante no ms de seis aos... y yo llevo casi cuarenta de encierro,, sin fines de semanas...! Dej!, no quiero ms estar encerrado, te lo regalo. Aunque sabs una cosa, me parece que voy a extraar mucho, es que en el fondo uno se encaria mucho con estos sinvergenzas.

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  • JUSTINIANO REYES DAVILA

    UN CUENTERO DE ALMA DE TANDIL

    Sbado a la noche, Lobos, primer piso del Palacio Municipal, afuera no llova; adentro, la segunda jornada del Segundo encuentro del humor y la historieta nacional, transcurra bajo un perceptible hlito de formalismo, con un esplendoroso marco de honda indiferencia popular, bajo la dictadura del mangazo admirativo, pedidos de originales a los ya cansados dibujantes, que haban comido y bebido para el campeonato, que esperaban la llegada de Godot o del domingo, quiz para picrselas. Sin embargo, unas doscientas personas conformaban lo que se llama un pblico, en el saln de actos donde Qeno Daz amenazaba con dar una conferencia sobre el humor, el malhumor y esas cosas.

    El seor Roselli -anteojos oscuros, bigote , jefe de prensa de la Municipalidad, micrfono en mano, llen sus pulmones de aire, para anunciar: "Con ustedes... Genoooo e hizo una pausa- Dlaaaazz! Y este sho- teador profesional, que con digno afn de subsistencia supo golpear varias puertas del arte (y a veces hasta le respondieron), camin hasta su rincn, salud, sin manager ni toallas, se sent.

    Geno Daz disert lo suyo con cierta habilidad, su charlita fue casi perfecta, era una lstima que fuese leda, antigualla que quita la poesa de la espontaneidad, si los gags estaban tan bien armaditos que provocaban una gracia y un olvido simultneos* No obstante, el Geno dio el gran golpe de Lobos, una iniciativa suya produjo la revelacin de este "encuentro" gastronmico. Aconteci que sobre el final, dijo: Yo soy yo, y mi circunstancia, as que los voy a dejar con e lla .. . .

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  • Y la circunstancia de Geno Daz pas al frente en todo sentido, como si fuera a dar una leccin: y la dio. La leccin de humor, un retorno a las fuentes, sin argumentos, ni explicaciones, ni insignes sanatas.

    "Quin soy yo?, por favor no quieran averiguarlo, yo soy la circunstancia de Geno, soy una flor azteca, un jockey venido a ms, un amigo de Fasulo, un fakir sin laburo. Solo s que no tengo nada que hacer aqu, que le hablo no a todos sino a cada uno de ustedes. Yo pertenezco a las fuerzas vivas de Tandil, soy un vivo que hace fuerza para vivir sin trabajar, en una ciudad donde tenemos un cura que quiere que el Viernes Santo se festeje en domingo, as trabajan ms los restaurantes.

    Un conocedor del pao, un monologador tramposo, con una voz que puede prescindir de micrfono, que habla con los ojos cerrados y uno desconoce si es por un defecto, o es su estilo. En definitiva, un cuentero de blo, de esos que parecen predicadores, o polticos o vendedores de bolgrafos, un virtuoso de la ms sabrosa jocundia que extirp carcajadas unnimes durante cincuenta minutos, que conquist una adhesin inme- - diata, e impact a un pblico integrado por especialistas, profesionales de la ris, crticos, dibujantes, periodistas y novias.

    ...era tan bruto que confunda a Hamlet con el omelet, que crea que la prenda agraria era la novia del gaucho, que a tal tipo se le haban desparramado los pensamientos y tena derrame cerebral. Era poli- tmpano, escuchaba en todos los idiomas pero de ninguno entenda u n ... nada, y deca que la Biblia era la primer novela donde mora el muchachito, y viva en un pueblo donde haba tanta ansiedad que en una celebracin prendieron los fuegos artificiales a medioda.

    El cuentero de alma, nos guard a todos en el bolsillo, nos atrap con "la espontaneidad que tenemos los uruguayos para el ridculo". Tuvo hallazgos formidables: "Hay gente que se pone cinco apellidos para ver si emboca cul es el del padre ; jug con el absurdo, hizo una gran diccin con la historia, por ejemplo con el frondoso anecdotario del coronel Supisichi, "el m-

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  • ximo estratega que perdi catorce batallas al hilo, y en la quince, que estaba por ganar, grit de pronto: Alto el fuego!, y lo mat por equivocacin un cabo estpido de sus tropas".

    Todos, se preguntaban quin era, el cronista lo captur, antes de que, en su Torino ltimo modelo, se fuera, ni l saba dijo adnde. Dice llamarse Justi- niano Reyes Dvila, pero uno se enter ms tarde y no por Geno Daz que su verdadero apellido es hebreo. Dice que naci en Lascano, departamento de Rocha, Uruguay. "Un pas donde abunda mucho la escasez, y para tomar conciencia de su grandeza lo recorr en bicicleta , pero ahora reside en Tandil. Don Justi- niano es viudo, y muy rico, tiene montada una organizacin de ventas de libros, y es, ante todo, un gran vendedor. "Te equivocs, soy El Vendedor."

    Alguna vez quisieron que explotara su arte natural y lo llevaron a la televisin, en Mendoza. "A los dos das pregunt: Cunto hay que pagar para disparar deaqu?"

    Mientras tanto, en estrella, el gordo de Tandil reciba felicitaciones, le preguntaban quin era. "Una circuns- cia , responda. Y por lo bajo, de inmediato le dijo al cronista: "Te imagins si saco la vbora aqu?, hago un desastre".

  • EDUARDO JORGE RAFAEL FASULO

    UNA PESADILLA HECHA REALIDAD

    Es cierto: se llama Eduardo Jorge Rafael Fasulo, y es conocido presupone l que a causa de sus ciento cuarenta kilos como el gordo Fasulo. Es, ante todo, un excelente conversador. Y adems es un fabulador notable, un gigante mentiroso de los que ya escasean. Fasulo tiene una teora al respecto: si lo que se cuenta es interesante, poco y nada importa que sean macanas. Lo trascendental es el momento que se pasa, mientras desfila la fbula. Pero, quin es el gordo Fasulo? Segn l, es una pesadilla hecha realidacf, y para muchos se trata de una licencia potica, o de una metfora. Y hay algunos que van ms all: consideran que no existe, que es una monumental ilusin ptica. Sin embargo el seor Fasulo es profesor, de Historia del Arte, en la Casa de la Cultura de Avellaneda, y ensea una materia increble denominada Visin. Tambin es vi- drierista, publicista, diagramador, escengrafo,. diseador, decorador, dibujante y pintor, periodista "pon de La Gaceta y de El Telgrafo Mercantil" , conferencista, anticuario, y en los ratos libres tirador de cartas del Tarot, y de geomancia. Cuenta que, por otra parte, fue sugerente del IAPI; l lo dice tan ligero que uno puede entender "subgerente". "No, sugerente, hice muchas sugerencias pero nunca me dieron bolilla. Fasulo, actor "pon que de mala muerte" de televisin y de cine trabaj en las pelculas El negocin, Paula contra la mitad ms uno. Este verano con los Iracundos. Y a pesar de sus mltiples oficios, confiesa que el hambre siempre estuvo pisndole los talones.

  • Fasulo tiene un aire mejor: un viento a Sir James Robertson Justice. Caminar junto a l es una impecable experiencia: dos cuadras pueden llevar tres horas. Barba gris, mirada clara, bastn alemn del siglo dieciocho, calva sepia. Y calza alpargatas, porque sufre de gota. "Ms ahora que no tengo plata para cambiarle el cuerito."

    Plagado de historias, con ancdotas que se le caen de los bolsillos y desbordan de su energa creadora. Si algo caracteriza a Fasulo, es el uso el ejercicio desmedido de su libertad, que segn l es la culpable de que an, despus de 25 aos de casado con la misma mujer, puede sorprenderla con sus novedades. Y cuenta, adems, que hasta el da de casarse pesaba setenta kilos. "Lo cual es una prueba irrefutable de que la fidelidad engorda.

    Cuando realiz la primera exposicin de sus dibujos, el crtico Eduardo Baliari escribi que era "una trompada en la nariz a la solemnidad". Ahora est exponiendo sus nuevos dibujos en un local de Reconquista y Lavalle: ellos consisten en irreparables gordas, terribles viejitas, feroces mazorqueros que no asustan a un lactante. Y en sus trabajos est presente su agudo poder de observacin, su irona, su inevitable ternura, y, por qu no decirlo, su enloquecido talento.

    Fasulo se considera con calculadora modestia un artista menor, pero un hombre mayor. Dice: Hay personas que ponen todo su genio para hacer la obra, yo pongo todo mi genio para hacer la vida .

    Fasulo seguir. Tiene recin 52 aos y delira ms que un poeta adolescente. Tal vez maana ser anticuario, o primer actor, o publicista, o disertar sobre las ciencias ocultas, o en cualquier caf oscuro meditar acerca de la mejor manera para ganarse la vida. Pero que quede en claro que jams renunciar a su loca libertad, ni a su permanente sentido del humor. "Sabs qu dijo Federico Fellini de m?", le dijo de pronto, muy serio, al cronista. "D ijo ... y expuls una de sus clsicas risotadas dijo que no me conoca."