“un par de botas”

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“Un par de botas”. Producciones Gonpe presenta. Chacho Santa Cruz. Ratón, no por favor. Sentado en su despacho, el comisario estaba ojeando expedientes cuando el cabo se presentó trayendo al detenido. - PowerPoint PPT Presentation

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  • Un par de botasChacho Santa CruzRatn, no por favorProducciones Gonpepresenta

  • Sentado en su despacho, el comisario estaba ojeando expedientes cuando el cabo se present trayendo al detenido.

  • Un mozo de treinta aos a lo sumo. Vesta bombacha gris, corralera que a juzgar por lo vieja estaba dando pruebas de la miseria de su dueo.

  • Sin levantar la vista de los papeles, prest odo a las palabras del cabo: -Me lo entreg el sargento. Asegn dice, este paisano vago le rob unas botas al bolichero Vivas, comisario.

  • -Unas botas? Aj! Ladrn barato! Cmo te llams?

  • -Orencio Nievas.-Y de aonde sos?-De ac mismo, seor.

  • -Trabajs? -No seor, no hallo trabajo; estuve conchabao pa la cosecha en la chacra de Barcala, pero en cuantito termin la juntada del maz me echaron. Ahora hago algunas changas y ans vivo.

  • -A qu le llamas changas?A andar robando?!El paisano baj la vista al suelo.

  • -A dnde tens la botas? -En el rancho. -Cabo!, mande a buscarlas y pselo pa adentro a este ratero, que ya vamos a ver lo que le damos.

  • Sali el cabo llevando al detenido, y el comisario se qued pensando: Un par de botas: ni pa robar sirven estos paisanos vagos.

  • No haban pasao dos horas que un milico se le cuadr en la puerta del despacho. -Permiso, comisario, fui hasta el rancho del detenido Nievas a traer las botas que le rob a don Vivas.

  • Me las dio su mujer; las tena puestas un hijo de ellos, un chico de siete aos.

  • -Con que esas son las botas? Son muy chicas pa ensuciarse las manos. Qu deca la mujer?

  • -Y nada, lloraba como una magdalena, comisario. Y cuando me iba a ir, me dio esta carta pa que se la entregara a usted en sus propias manos.

  • -A ver, leme. Mujeres que le piden los maridos: nada ms natural; pero lo malo es que siempre los hallan angelitos, aunque le hagan sombra al mismo diablo.

  • Seores reyes magos, yo les pido que este ao no se olviden de traerme las boticas. yo soy bueno, y segn dicen los otros chicos, si uno se porta bien todito el ao, ustedes no se olvidan del regalo.Pero esa carta era distinta a todas: escrita en un papel de traza, mugriento y arrugado las palabras eran una hilera torpe de garabatos que haba estampado la gracia y la inocencia de aquella criaturita de siete aos, ajena por completoa la desgracia que la miseria ech sobre su rancho.

  • El ceo del comisario se frunca al tiempo que la iba descifrando, y al acabar de leer casi temblaba la sucia hoja de papel entre sus manos.

  • -Agente!Mande, mi comisario.Vaya y devuelva a la mujer de Nievas esas botas que ha trado. Dgale dgale que fue un error. Que nos disculpe. Despus me le pregunta al bolichero de parte del comisario cunto valen las botas; se las paga y que se olvide el caso.

  • -Espere, no se vaya. A Orencio Nievas ya mismo me lo largan; y que no deje de llegarse hasta ac maana mismo; puede que le haya hallado algn trabajo.

  • Se retir el milico tras la orden, y Don Segundo se acomod en la silla para repasar esa hoja que an temblaba como un pajarito hondeado entre sus manos.

  • Seores reyes magos, yo les pido que se acuerden este ao de traerme las boticas. Yo soy bueno, y asegn me han contao los dems chicos, si uno se porta bien todito el ao, ustedes no se olvidan del regalo.

  • Al apartar la vista de la hoja, sinti como una braza dentro del pecho, y ech afuera la rabia, murmurando: Mientras que la miseria haga ladrones de esta layayo nunca servir pa comisario.

  • Sentado en su despacho, el comisario estaba ojeando expedientes cuando el cabo se present trayendo al detenido un mozo de treinta aos a lo sumo, vesta bombacha gris, corralera que a juzgar por lo vieja estaba dando muestra de la miseria de su dueo. Sin levantar la vista de los papeles, prest odo a la palabra del cabo, me lo entreg el sargento, a segn dice, este paisano vago le rob unas botas al bolichero Vivas, comisario. Unas botas aj!, ladrn barato cmo te llams? -Orencio Nievas.-Yde dnde sos?-De ac mismo, seor. trabajs? no seor, no hallo trabajo, estuve, estuve trabajando en la chacra de don Barcala, pero en cuanto termin la juntada del maz, me echaron y ahora hago algunas changas y ansina vivo seor, y a qu le llamas changas?, a andar robando? El paisano baj la vista al suelo. A dnde tens la botas? en el rancho seor. Cabo mande a buscarlas y pselo pa adentro a este ratero, que ya vamos a ver lo que le damos.Sali el milico tras la orden , y el comisario se qued pensando: un par de botas, ni pa robar sirven estos paisanos vagos. Usa ahora el ratn

  • No haban pasao dos horas que un milico se cuadr en la puerta del despacho: -Permiso, mi comisario, fui hasta la casa del detenido Nievas a traer las botas que le rob a don Vivas. me las entreg, me las entreg su mujer, las tena puestas un hijo de ellos, un chico de unos siete aos, seor. -Con que esas son las botas? Son muy chicas pa ensuciarse las manos. Y qu deca la mujer? -Y nada comisario, lloraba como una magdalena, y cuando me iba, me dio esa carta pa que se la entregue a usted en las propias manos. -A ver, dme, nada ms natural, mujeres que piden los maridos, lo malo que siempre los hallan angelitos, aunque le hagan sombra al mismo diablo. Pero esa carta era distinta a todas, escrita en un papel de traza, mugriento y arrugado las palabras eran una hilera torpe de garabatos que haba estampado la gracia y la inocencia de aquella criatura de siete aos, ajena por completo a la desgracia que la miseria tendi sobre su rancho. Usa ahora el ratn

  • El ceo del comisario se frunca al tiempo que la iba descifrando, y al acabar de leer casi temblaba la hoja de papel entre sus manos. -Agente, vaya hasta la casa del detenido Nievas y devulvale a la mujer esas botas. Dgale, dgaleque fue un error.. que nos disculpe, despus me le pregunta al bolichero de parte del comisario cunto valen las botas, se las paga y que se olvide el caso. Espere, espere, no se vaya. A Orencio Nievas ya mismo me lo sueltan y que no deje de llegarse hasta aqu maana mismo; puede ser, puede ser que le haya hallado algn trabajo. Se retir el milico tras la orden, y Don Segundo se acomod en la silla para repasar esa sucia hoja de papel que an temblaba como un pajarito herido entre sus manos. Seores reyes magos, yo les pido que este ao no se olviden de traerme las boticas yo soy bueno, y segn dicen los otros chicos, si uno se porta bien todito el ao, ustedes no se olvidan deL regalo. Al dejar de leer el comisario sinti como una braza dentro del pecho, y ech pa fuera toda la rabia, murmurando: Mientras que la miseria haga ladrones de esta layayo nunca servir pa comisario. http://huturi.blogspot.com/2008/08/un-par-de-botas-de-carlos-portela.html Usa ahora el ratn

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