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Número 5 (2016). Sección monográfica UN NUEVO TERREMOTO ELECTORAL ELECCIONES GENERALES 2015 Y 2016 EN ESPAÑA JOSÉ RAMA CAAMAÑO 1 Resumen: Las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 supusieron la apertura de un nuevo ciclo electoral en España. La elevada volatilidad electoral, unida al aumento en la fragmentación de partidos y a la caída en el porcentaje de votos de las dos principales fuerzas políticas, constata el cambio en el sistema de partidos establecido hasta la fecha. Además, a todo ello habría que sumar la fuerte entrada en el Congreso de los Diputados de dosfuerzas políticas nuevas: Ciudadanos y, sobre todo, Podemos, lo que resultó un hecho sin precedentes desde las primeras elecciones de 1977. Como resultado de este escenario insólito, tras seis meses sin gobierno, el 26 de junio de 2016 tuvieron que repetirse las elecciones. Este texto explora los cambios que ha sufrido el sistema de partidos español en las dos últimas elecciones generales. Así, aporta información sobre alguno de los indicadores principales del sistema de partidos (volatilidad electoral, fragmentación de partidos, competitividad electoral) y determina la persistencia en el anclaje del voto y los factores explicativos de la elección de partido para los comicios de 2015. Palabras clave: sistema de partidos, volatilidad electoral, elecciones generales 2015 1 José Rama es investigador predoctoral (FPU) en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid. Es a su vez graduado con premio extraordinario fin de carrera en Ciencia Política por la Universidad de Santiago de Compostela y Máster en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid.

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Número 5 (2016). Sección monográfica

UN NUEVO TERREMOTO ELECTORAL

ELECCIONES GENERALES 2015 Y 2016 EN ESPAÑA

JOSÉ RAMA CAAMAÑO1

Resumen: Las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 supusieron la

apertura de un nuevo ciclo electoral en España. La elevada volatilidad electoral, unida

al aumento en la fragmentación de partidos y a la caída en el porcentaje de votos de

las dos principales fuerzas políticas, constata el cambio en el sistema de partidos

establecido hasta la fecha. Además, a todo ello habría que sumar la fuerte entrada en

el Congreso de los Diputados de dosfuerzas políticas nuevas: Ciudadanos y, sobre

todo, Podemos, lo que resultó un hecho sin precedentes desde las primeras

elecciones de 1977. Como resultado de este escenario insólito, tras seis meses sin

gobierno, el 26 de junio de 2016 tuvieron que repetirse las elecciones.

Este texto explora los cambios que ha sufrido el sistema de partidos español en las

dos últimas elecciones generales. Así, aporta información sobre alguno de los

indicadores principales del sistema de partidos (volatilidad electoral, fragmentación de

partidos, competitividad electoral) y determina la persistencia en el anclaje del voto y

los factores explicativos de la elección de partido para los comicios de 2015.

Palabras clave: sistema de partidos, volatilidad electoral, elecciones generales 2015

1 José Rama es investigador predoctoral (FPU) en el Departamento de Ciencia Política de la

Universidad Autónoma de Madrid. Es a su vez graduado con premio extraordinario fin de carrera en

Ciencia Política por la Universidad de Santiago de Compostela y Máster en Democracia y Gobierno por la

Universidad Autónoma de Madrid.

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INTRODUCCIÓN

Las recientes elecciones del 26 de junio de 2016, que siguieron a los fallidos

comicios de diciembre de 2015 en los que no se consiguió formar gobierno, suponen

la ruptura del estable sistema de partidos español. Si hasta la fecha podíamos hablar

de un sistema multipartidista con tendencia al bipartidismo, a partir de 2015 debemos

definirlo como un sistema multipartidista fragmentado, en el que las diferencias en

número de votos, porcentaje de votos, número de escaños y porcentaje de escaños,

entre las dos fuerzas más votadas y los dos siguientes partidos son las más ajustadas

del periodo democrático.

Desde 1982 hasta 2008 dos partidos políticos han gobernado España:el Partido

Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP). Ambas formaciones han

concentrado en este periodo entre el 81% y el 92% de los escaños de la Cámara. Hoy,

los dos partidos más votados que siguen siendo el PP y el PSOE, suman el 63% de

los escaños (un valor muy por debajo del 83% que arroja la media de las elecciones

generales) y tan solo el 56% de los votos. Con ello, ha cambiado el acceso al gobierno

por parte de los grupos políticos. Si hasta las elecciones de 2015 estaba restringido a

pocos partidos (UCD y PSOE en los primeros comicios y PP y PSOE desde 1982),

ahora se ha abierto a nuevos actores. De esta forma se ha pasado de un sistema de

partidos cerrado a uno abierto2, más incierto, más volátil y menos estable.

Los primeros síntomas de cambio político en España se dejaron ver en las

elecciones europeas de mayo de 20143. Una nueva fuerza política, Podemos, se hacía

con un millón trescientos mil votos, el 8% del apoyo electoral y un total de 5 escaños.

A partir de este momento, la mayoría de encuestas electorales apuntarían al éxito de

la nueva formación, que junto a Ciudadanos – un partido que nace en 2005

circunscrito al ámbito catalán y que se presenta en los comicios autonómicos de 2006

obteniendo 3 escaños – han sido los causantes del cambio en el sistema de partidos

español4. Las elecciones autonómicas y locales de mayo de 2015 sirvieron de carta de

presentación de estas nuevas formaciones, que obtuvieron una importante

2 MAIR, Peter: On parties, party systems and Democracy. Selected writings of Peter Mair. ECPR:

ECPR PRESS, 2014, p. 291. 3 CORDERO, Guillermo y MONTERO, José Ramón: «Against bipartysm, towards dealignment?

The 2014 European Elections in Spain», South European Society and Poitics, vol. 20, nº 3, 2015, pp. 357-

379. 4 ORRIOLS, Lluis y CORDERO, Guillermo: «The breakdown of the Spanish Two-Party System:

The Upsurge of Podemos and Ciudadanos in the 2015 General Elections» South European Society and

Politics, vol. 21, 2016.

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representación en varias cámaras regionales, llegando a liderar ayuntamientos como

los de Madrid o Barcelona.

Así, por un lado a nivel agregado ha crecido la volatilidad electoral, ha

aumentado la fragmentación de partidos y con ello lo ha hecho también la

competitividad electoral. Y, por otro, han podido verse alterados los anclajes sociales

que determinan el voto o incluso los factores ideológicos o la proximidad partidista que

vinculan a un votante con una fuerza política determinada. De esta forma, los objetivos

de este trabajo pueden resumirse en dos principales: 1) explicar los cambios que sufrió

el sistema de partidos español en las elecciones generales de 2015 y 2016 y 2)

determinar los factores explicativos del voto a partido.

EL SISTEMA DE PARTIDOS EN ESPAÑA

Tras trece elecciones legislativas al Congreso de los Diputados y casi alcanzados

los cuarenta años de democracia parece que si algo ha caracterizado al sistema de

partidos español ha sido la combinación, por un lado, de una inestabilidad tanto política

como partidista, sobre todo en los primeros años de la democracia y, por otro, de una

intachable consolidación a partir de los años 805. Por lo tanto, frente a las dificultades que

se le suponían a España y, en general, a los países del sur de Europa para consolidar su

sistema de partidos tras varios años de dictadura6, las elecciones comprendidas entre

1982 y 2008 constatan la existencia de un sistema de partidos estable. Esta realidad, se

ha visto afectada a partir de los comicios generales de 2011, que señalan el camino hacia

la inestabilidad electoral y, por extensión, la ruptura del sistema de partidos establecido

hasta la fecha.

Los resultados electorales de los partidos se recogen en el Gráfico 1, en el que se

incluyen los datos de los grupos de ámbito nacional. La imagen ilustra un escenario

cambiante en el que se advierten subidas y bajadas, entradas y salidas y, en resumen, la

impresión de cambios bruscos en el voto de los electores en los primeros años, la

estabilización electoral a partir de 1982 y un cambio sin precedentes en las elecciones de

2015 y 2016.

5 LINZ, Juan J., STEPAN, Alfred: «Problems of Democratic Transition and Consolidation. Southern

Europe, South America, and Post-Communist Europe». Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1996. 6 LINZ Juan J. y MONTERO, José Ramón «The Party Systems of Spain: Old Cleavages and New

Challenges», en KARVONEN, Lauri y KUHNLE, Stein (eds), Party Systems and Voter Alignments

Revisited Londres: Routledge, 2001, pp. 150-196.

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Gráfico 1. Porcentaje de voto en elecciones generales, 1977-2016

Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio del Interior

Con todo, y a tenor de lo que ilustra el Gráfico 1, cabría delimitar cuatro ciclos

electorales en función del nivel de apoyo electoral de los principales partidos, del

formato del sistema partidista (abierto o cerrado), de las pautas de competición entre

sus integrantes y de sus principales dimensiones de voto, sobre todo la fragmentación

partidista y la volatilidad electoral7.

El primer ciclo electoral comprende las elecciones de 1977 y 1979. Por ello, ha

sido definido por la literatura 8 como el ciclo de las elecciones constituyentes o

fundacionales. En ambos comicios, la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo

Suárez fue la fuerza más votada con 166 escaños y 168 respectivamente. Estas

elecciones posibilitaron el cambio democrático y el periodo constituyente. El sistema

de partidos resultante se ha calificado como de «pluralismo moderado», y dio lugar a

gobiernos unipartidistas minoritarios, que habrían de necesitar del apoyo de Alianza

Popular (AP) para aprobar reformas en la Cámara de los Diputados.

Por su parte, el segundo cicloempieza con las elecciones de 1982, a las que

los estudiosos han denominado como el «gran terremoto electoral» o como un «hito

7 MONTERO, José Ramón y LAGO, Ignacio. Elecciones generales 2008. Madrid: Centro de

Investigaciones Sociológicas, 2011 8 LINZ y MONTERO: op. cit.

0

10

20

30

40

50

60

1977 1979 1982 1986 1989 1993 1996 2000 2004 2008 2011 2015 2016

AP/PP PSOE UCD Podemos

CDS C´s PCE/IU UPyD

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histórico»9 . Este ciclo está configurado por cuatro elecciones consecutivas, hasta

1993, en las que el PSOE aventajaba de forma notable a su rival inmediato, AP. En los

comicios de 1982 el PSOE llegó a los 202 escaños, lo que suponía un margen de

diferencia con AP de 97 asientos. Desde estas elecciones hasta 1993 las diferencias

se estrechan, pasando a 79 en 1986 y a 69 y 18 escaños en 1989 y 1993. En estos

años, desde 1982 hasta 1989, surgió un «sistema de partidos predominante» en el

que el PSOE ocupaba un lugar destacado y la oposición era débil y estaba

fragmentada. En las elecciones de 1993 el PP (AP se había refundado en 1989 y

había pasado a denominarse Partido Popular), presidido por José María Aznar,

obtuvocasi el 35% de los votos y más de 8 millones de apoyos electorales, lo que

avivaba la competición con el PSOE. En este momento empieza un nuevo ciclo

electoral.

El tercer ciclo corresponde en el tiempo a la mitad de los años 90. Presidido por

la intensificación en la competición electoral entre PP y PSOE, las elecciones de 1996

marcan una nueva etapa que pone fin a casi catorce años de gobierno socialista. Las

elecciones de 1993, en las que el PSOE no había conseguido la mayoría absoluta, son

el perfecto síntoma de cambio. Así, se dieron por aquel entonces dos gobiernos

minoritarios; el del PSOE de 1993 y el del PP de 1996 – poniendo fin a tres elecciones

con mayoría absoluta para el PSOE –. Después de este año, ambos partidos tuvieron

de forma consecutiva dos legislaturas de gobierno. El sistema de partidos volvió

entonces a su configuración de pluralismo moderado. En términos generales, y desde

1996, el sistema de partidos se ha definido como un «sistema multipartidista con

dinámica bipartidista con alternancia entre PP y PSOE»10. Y esta clasificación ha

podido ser aplicada hasta 2011.

El cuarto ciclo electoral se abre con los comicios generales de 2011. Estas

elecciones supusieron no solo el fin del dominio socialista iniciado en las elecciones

locales de 2003, sino un cambio profundo en las dinámicas de competición política

establecidas hasta la fecha. El PSOE perdió algo más de cuatro millones de votantes

con respecto a los comicios de 2008, cayendo 59 escaños y quedándose con el 31,4%

de los votos. La fuerza de centro-izquierdaUnión Progreso y Democracia (UPyD), que

ya había conseguido representación en el Congreso en las elecciones de 2008, obtuvo

5 escaños, mientras que Izquierda Unida (IU) se hizo con 11 asientos, resultando ser

9 CACIAGLI, Mario. Elecciones y partidos en la transición española. Madrid. Centro de

Investigaciones Sociológicas. Siglo XXI, 1989. p. 149. Ver también: SANTAMARÍA, Julián. «Elecciones

generales de1982 y consolidación de la democracia». Revista Española de Investigaciones Sociológicas.

1984 pp. 7-17. 10 SANTAMARÍA, Julián.: «La transición democrática española revisada» en DE PARGA, Manuel

Jiménez y VALLESPÍN OÑA, Fernando (Coords.),La Política, España Siglo XXI, 2008 p. 510.

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los grandes beneficiados de las cuantiosas pérdidas socialistas – junto al PP, que

obtuvo un millón setecientos mil votos provenientes de PSOE11 –. Así, las elecciones

de 2011 habían trasformado el sistema de partidos. Tras tres elecciones reñidas entre

las dos principales formaciones (salvando la excepcionalidad de los comicios del 2000)

y en las que para formar gobierno se necesitó del apoyo parlamentario de las fuerzas

nacionalistas, los 186 escaños del PP (la segunda mayoría absoluta más amplia

después de los 202 asientos obtenidos por el PSOE en 1982) reconfiguraban la

competición por el gobierno. Sin embargo, el «terremoto electoral» (empleando la

terminología utilizada en 1982 para hablar de la pérdida electoral de la UCD) de las

elecciones generales de 2015 dejó tras de sí la mayor irrupción de dos nuevas

formaciones en el Congreso. La distribución de asientos se igualó a izquierda y a

derecha: PP y Ciudadanos sumaban 163 escaños y Podemos y el PSOE 159 asientos.

Pero la formación de gobierno fue imposible de acometer. Transcurridosseis meses de

negociaciones fallidas, en los que el PSOE y Ciudadanos intentaron formar sin éxito

gobierno, debido a la negativa del PP y Podemos, se convocaron elecciones para el

26 de junio de 2016. Los resultados de estas elecciones quedan reflejados en la Tabla

1. El PP subió 14 escaños y más de medio millón de votos, mientras que el PSOE

perdió 5 asientos, Ciudadanos 8 y la coalición de Podemos con Izquierda Unida,

Unidos Podemos, mantuvo el número de escaños de 2015, pero a costa de un millón

de apoyos electorales. Si dividimos en bloques ideológicos el número de asientos de

las cuatro formaciones a nivel nacional con más apoyo, a la derecha le corresponden

169 asientos y a la izquierda 156, una diferencia de 13 escaños. Pese a todo, no

parece claro que haya una opción de gobierno y la posibilidad de unas terceras

elecciones no parece un despropósito.

11 MEDINA, Lucía y MUÑOZ, Jordi: « ¿Quiénes y por qué cambiaron su voto? El análisis de las

transferencias de voto entre las elecciones de 2008 y 2011». Elecciones generales 2011. ANDUIZA, E.

BOSCH, A. ORRIOLS. Ll. y RICO (cooridnadores.) CIS, 2011, pp. 86.

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Tabla 1. Cuarto ciclo electoral: votos y escaños en las elecciones generales de

2011,2015 y 2016

2011

2015

2016

Partidos % votos

Escaños

% escaños

% votos

Escaños

% escaños

% votos

Escaños

% escaños

Izquierda

IU 7 11 3,1 3,7 2 0,6

PSOE 29,2 110 31 22,2 90 25,7 22,7 85 24,3

Podemos

20,8 69 19,7 21,1 71 20,3

Centro

UPyD 4,8 5 1,4

Ciudadanos

14,1 40 11,4 13,1 32 9,1

Derecha

PP 45,3 186 53,1 28,9 123 35,1 33 137 39,1

Autonómicos

País Vasco

PNV 1,4 5 1,4 1,2 6 1,7 1,2 5 1,4

AMAIUR 1,4 7 2,0

BILDU

0,9 2 0,6 0,8 2 0,6

Cataluña

CIU 4,2 16 4,6 2,3 8 2,3 2 8 2,3

ERC 1,1 3 0,9 2,4 9 2,6 2,6 9 2,6

Galicia

BNG 0,8 2 0,6

Valencia

COMPROMÍS-Q 0,5 1 0,3

Canarias

CC 0,6 2 0,6 0,3 1 0,3 0,3 1 0,3

Asturias

FAC 0,4 1 0,3

Navarra

GeroaBai 0,2 1 0,3

Otros 3,3

3,3

3,2

TOTAL 100 350 100 100 350 100 100 350 100

Votantes censados 35.779.491 36.511.848 36.520.913

Votantes 24.666.441 25.438.532 24.161.083

68,9 % 69,7 %1 66,5 %

Votos en blanco + nulos 651016 415351 404.409

2,6 % 1,6 % 1,7 %

Fuente: elaboración propia en base a los datos del Ministerio del Interior

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Estos resultados evidencian síntomas de desgaste de los partidos tradicionales y

cambios en las dinámicas de competición electoral. Las elecciones generales de 2015

han dejado un escenario nuevo: uno más fragmentado, multipolar, con nuevos ejes de

competición electoral y con nuevos actores. Por lo tanto, y en relación al sistema de

partidos, éste se ha transformado completamente: de uno de «pluralismo limitado»

(con solo dos partidos con peso electoral y escasamente polarizado) a otro de

«multipartidismo fragmentado» (con cuatro partidos importantes y con una brecha

ideológica mayor entre fuerzas políticas). Esta imagen contrapuesta queda reflejada

en los mapas de las tres últimas elecciones recogidos en la Figura 1.

Figura 1. Mapas de los resultados electorales en las elecciones generales de 2011,

2015 y 2016

Fuente:Election Resources. Acceso online:http://www.electionresources.org/

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DIMENSIONES DEL SISTEMA DE PARTIDOS

Volatilidad electoral

Las elecciones generales de 1982 supusieron un «hito histórico» por haber

significado una volatilidad electoral, es decir, el cambio electoral neto entre dos

elecciones consecutivas12, superior al 40%. En nuestro entorno,dentro de los países

de Europa occidental y en el siglo XX, solo los casos de Italia en las elecciones de

1992-1994 en los que se alcanzó un índice del 41,9% y Francia para el período 1981-

1986 con un 37,4% se acercan a la cifra registrada en los terceros comicios

españoles. A partir de los años 2000, sin embargo, las cosas han cambiado de forma

notable. Pese a que el porcentaje alcanzado por España en 1982 aún no ha sido

superado, los casos de Islandia en 2009-2012 con un 34,2% de cambio electoral neto;

o de Italia 2008-2013, Grecia 2009-2012 y Portugal 2011-2015 con porcentajes del

37,1%, 33,4% y 39,1% son claros ejemplos de que la inestabilidad electoral se ha

extendido por buena parte de los territorios europeos, de forma especial en el sur de

Europa.

Pese a todo, vale la pena detenerse en el análisis de la evolución de este índice

a lo largo de las elecciones generales. Si bien los primeros comicios representan una

notable estabilidad electoral – a partir del 15% se considera elevado el nivel de

volatilidad electoral13 -, ésta se mantiene hasta 2008 con porcentajes que oscilan entre

el 4,9% y el 12,8%. Son las elecciones de 2011 y de 2015 aquellas en las que los

valores superan la barrera del 15%, sobre todo, éstas últimas. Por lo tanto, de las trece

elecciones celebradas hasta la fecha, podemos señalar que en su mayoría, 9 de los 12

comicios (no tenemos en cuenta las primeras elecciones democráticas de 1977), los

niveles de volatilidad electoral se han mantenido en la horquilla señalada para el

periodo correspondiente entre 1982 y 2008 (dado que en 2016 la volatilidad electoral

ha sido del 4,9%). Si cogemos estos nueve comicios, la media resultante es de 8,8%;

más de 5 puntos por debajo de la media total, situada en el 14,5%.

12 BARTOLINI, Stefano y MAIR, Peter: From Identity, Competition and Electoral Availability: the

Stabilisation of European Electorales 1885-1985. Cambridge: Cambridge University Press, 1990. 13 ERSSON, Svante, y LANE Jan-Erik: «Electoral Instability and Party System Change in Western

Europe», en Paul Pennings y J.-E. Lane (editors) Comparing Party System Change. Londres: Routledge,

1998.

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10

Tabla 2. Volatilidad electoral en España, 1977 – 2016 (en porcentajes)a

Volatilidad electoral

Elecciones Total Inter-bloques Intra-bloques

1979-77 11,1 2,7 8,4

1982-79 43,4 5,9 37,5

1986-82 12,8 2,2 10,6

1989-86 8,9 1,6 7,3

1993-89 11,2 2,4 8,8

1996-93 5,7 1 4,7

2000-96 8,8 6,8 2,1

2004-00 10,9 8,2 2,6

2008-04 4,9 1,1 3,9

2011-08 16,4 6 10,5

2015-11 35,4 9,9 25,4

2016-15 4,9 2,8 2

Media 14,5 4,2 10,3

Desviación Típica 12,2 3,0 10,7 aLa volatilidad total (VT) se calcula según la fórmula VT= (│A1-A2│+│B1-B2│+│n1-n2│)/2. Esto equivale

a la semisuma de las diferencias en términos absolutos en el porcentaje de cada partido entre una

elección y otra. La volatilidad entre-bloques (VEB), se define como «la magnitud del intercambio electoral

que atraviesa la línea que divide a los partidos que representan los lados opuestos de una división». Su

cálculo se realiza al igual que la volatilidad total, pero sobre los resultados conjuntos de los partidos de las

mismas familias ideológicas. El índice de la volatilidad intra-bloques (VIB) - que se produce en el interior

de cada uno de los bloques o grupos de partidos- , se calcula restando la volatilidad entre-bloques a la

volatilidad total: VIB=VT-VEB.

Fuente: elaboración propia

Así las cosas, las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 dejaron una

volatilidad electoral del 35,4%. Lo llamativo de este dato es que la mayor parte de este

cambio de preferencias entre elecciones se debe a la denominada volatilidad intra-

bloques, es decir, aquella que se produce dentro de una misma familia ideológica, tal y

como muestra la Tabla 2. Al igual que en Italia, los niveles de volatilidad dentro del

bloque ideológico son de los más altos de Europa. Esto subraya la estabilidad electoral

y el anclaje del electorado con los partidos, resultando difícil que los electores crucen

de un lado al otro de la barrera14.

14 MONTERO, José Ramón «Elecciones y sistemas de partidos», en DE PARGA, Manuel Jiménez

y VALLESPÍN, Fernando, eds., La política. España siglo XXI, vol. 2, (Madrid: Biblioteca Nueva, 2008), pp.

581-616.

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11

Fragmentación de partidos

Uno de los principales indicadores a la hora de clasificar los sistemas de partidos

es el número de fuerzas políticas de un país que logra el apoyo de los votantes y que

obtienen escaños en el Parlamento15. En España, a lo largo de estas trece legislaturas

han conseguido representación en el Congreso de los Diputados entre 10 partidos

como mínimo en las elecciones de 1982, 2011, 2015 y 2016 y 14 como máximo,

número registrado en los comicios de 1979. Por lo general, País Vasco y Cataluña

siempre han conseguido tener representación de al menos una fuerza nacionalista, y

en la mayoría de ocasiones de dos.

La tabla 3 muestra la evolución del número efectivo de partidos electorales y

parlamentarios en España desde 1977 hasta 2016. El índice empleado para este

cálculo es el de «Número efectivo de partidos» de Laakso y Taagepera (1979)16. Las

elecciones de 2015 supusieron los mayores niveles de fragmentación partidista. El

índice de partidos a nivel electoral fue de 5 y a nivel parlamentario de 4,1 (1,5 puntos

por encima al de 2011 que era de 2,6). En los comicios de 2016 se mantuvieron

parcialmente estos resultados, aunque la caída en apoyos de Ciudadanos y el

aumento de 14 escaños del PP hizo que bajasen estos niveles a un NEPE de 4,4 y un

NEPP de 3,8 que, en todo caso, están por encima de la media de las trece elecciones

celebradas. Más aún, lo registrado en 2015 y 2016 supera los niveles que se dieron en

los comicios fundacionales de la democracia celebrados en 1977 y 1979, aquellos en

los que los electores votaron a ciegas, sin saber qué resultados podrían darse. Por

aquel entonces la UCD, el PSOE, el PCE y AP constituían los cuatro principales

partidos en el Congreso de los Diputados, pero con una distancia en escaños muy

significativa entre el bloque de los dos primeros y de los dos últimos. Hoy, las cuatro

primeras fuerzas políticas tienen todas ellas una presencia significativa en el

Parlamento y, al contrario de lo que venía ocurriendo habitualmente, no existe una

diferencia tan rotunda entre el primer y el cuarto partido. Esto se deja ver en el número

efectivo de partidos parlamentarios (NEPP) que llega en 2015 a la cifra de 4,1 y en

2016 a 3,8. Es aquí donde está el cambio más notable con respecto a las elecciones

del 1977 y de 1979, en las que en términos de número efectivo de partidos electorales

(NEPE) los resultados eran muy similares a los de los comicios de 2015 y 2016, pero

15 SARTORI, Giovanni: Parties and Party Systems: A framework for anaysis. Cambrige: Cambridge

University Press, 1976. 16 LAAKSO, M y TAAGEPERA, R.: «Effective number of parties. A messure with applications to

West Europe».Comparative Political Studies 12 (4). 1979, pp. 3-27.

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12

muy distintos en NEPP, con valores de 2,9 y 2,8 para los comicios de 1977 y 1979,

respectivamente.

Tabla 3. Número efectivo de partidos, elecciones generales 1977- 2016a

Número de partidos

Elecciones Electoral Parlamentario Diferencia

1977 4,5 2,9 1,6

1979 4,3 2,8 1,5

1982 3,2 2,3 0,9

1986 3,6 2,7 0,9

1989 4,1 2,8 1,3

1993 3,5 2,7 0,8

1996 3,3 2,7 0,6

2000 3 2,5 0,5

2004 2,9 2,5 0,4

2008 2,8 2,3 0,5

2011 3,3 2,6 0,7

2015 5 4,1 0,9

2016 4,4 3,8 0,6

Media 3,6 2,7 0,9

Desviación Típica 0,7 0,5 0,4 aEl número efectivo de partidos es la medida del número de partidos ponderado por su tamaño, bien en

votos (número efectivo de partidos electorales), bien en escaños (número efectivo de partidos

parlamentarios o legislativos). El índice se computa con la fórmula NEPE (o NEPP) = 1/∑Pi2 (donde

«sigma» se refiere a la suma de todos los partidos «i» y «Pi» es la proporción de votos o de escaños del

partido «i»)

Fuente: elaboración propia

Así, el cambio de este indicador resulta de gran importancia para el sistema de

partidos: afecta a la formación de gobiernos, al tipo de gobierno, a las relaciones entre

Gobierno y oposición en el ámbito parlamentario y a la propia competición electoral.

Competitividad electoral

Sartori 17 conceptualizó la competitividad como una de las propiedades de la

competición política. Si tenemos en cuenta que la competición política es uno de los

atributos principales de la democracia, la competitividad debe ser entendida como un

particular estado del juego democrático. Así, la forma que tenemos de medir esta

dimensión es mediante la proximidad en los resultados electorales y parlamentarios de

los principales partidos políticos. Los valores más bajos de competitividad electoral y

parlamentaria serán síntoma de elecciones reñidas y, en definitiva, competidas;

mientras que valores elevados reflejarán unos comicios en los que las diferencias

17Op cit. SARTORI, 1976 pp. 218-219.

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13

entre los dos partidos más votados son muy amplias. Todo esto tiene implicaciones

mayores, pues afecta a los sistemas de partidos, a la formación de gobiernos y a la

relación parlamentaria entre Gobierno y oposición.

La Tabla 4 muestra los niveles de competitividad electoral y parlamentaria en

España para las trece elecciones celebradas hasta la fecha. Durante el primer ciclo,

que comprende los comicios de 1977 y 1979, existía un elevado nivel de

competitividad en términos electorales, pero menor en lo que se refiere a la

competitividad parlamentaria. El acusado efecto reductor, o los denominados sesgos

mayoritarios del sistema electoral, son los causantes de éste fenómeno. Las

elecciones de 1982, sin embargo, supusieron una notable bajada de los niveles de

competitividad tanto electoral como parlamentaria. Las cuantiosas pérdidas de la UCD,

unidas al resultado del PSOE (202 escaños) explican estos valores, que son propios

de un sistema de partido predominante. Esta situación, más por demérito de AP que

por mérito del PSOE18continuó hasta los comicios de 1989. El resto de elecciones,

salvando los casos excepcionales de 2000 y 2011, en los que el PP cosechó mayoría

absoluta, pueden ser calificadas de elecciones reñidas. Los comicios de 2015 arrojan

unos elevados niveles de competitividad electoral, sobre todo si lo comparamos con

las elecciones precedentes. Por su parte, las reválidas electorales del 26 de junio de

2016 desprenden unos resultados distintos. La subida de 14 escaños del PP y la

bajada del PSOE en 5 asientos hace que los niveles de competitividad electoral y,

sobre todo parlamentaria, desciendan de forma notable. Las elecciones de 2016 dejan

como resultado una diferencia de 52 escaños entre ambos partidos, un valor muy

superior a los 33 asientos que separaban a PP y PSOE en los comicios de 2015. Los

niveles de 2016 se acercan a la media de las trece elecciones, mientras que los de

2015 se hallaban muy por debajo de esta.

18 MONTERO, José Ramón: «More than Conservative, Less than Neoconservative: Alianza

Popular in Spain», en GIRVIN, Brian, ed., The Transformation of Contemporary Conservatism. Londres:

Sage. 1989.

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14

Tabla 4. Competitividad electoral y parlamentaria en España, 1977-2016a

Competitividad

Elecciones Electoral Parlamentaria Partidos

1977 5,13 13,44 UCD-PSOE

1979 4,45 13,43 UCD-PSOE

1982 21,86 27,13 PSOE-AP

1986 18,2 22,37 PSOE-AP

1989 13,91 19,43 PSOE-PP

1993 4,06 5,14 PSOE-PP

1996 1,17 4,28 PP-PSOE

2000 10,53 16,56 PP-PSOE

2004 4,96 4,57 PSOE-PP

2008 3,97 4,28 PSOE-PP

2011 16,09 21,7 PP-PSOE

2015 6,71 9,42 PP-PSOE

2016 10,3 14,8 PP-PSOE

Media 9,3 13,6 Desviación típica 6,4 7,7 aLa competitividad electoral se expresa mediante la diferencia en los porcentajes de votos válidos de los

dos principales partidos en cada elección; la competitividad parlamentaria mediante la diferencia en los

porcentajes de escaños de los dos principales partidos. Consecuentemente, cuantas más pequeñas son

las diferencias, más alto es el nivel de competitividad.

Fuente: elaboración propia

LOS ANCLAJES ELECTORALES: EXPLICANDO LA DECISIÓN DEL VOTO EN LAS

ELECCIONES GENERALES DE 2015

La estructura de cleavages

El comportamiento electoral de los españoles está relacionado con varios

factores que han servido como anclaje del voto y que han contribuido a la

estabilización del sistema de partidos o, por lo menos, han ayudado a delimitar las

preferencias de los electores entre las distintas fuerzas políticas. Entre estos factores

se hayan: la estructura de cleavages, la identificación partidista y el peso del sistema

electoral.

Un cleavage o fractura social «es una división de la sociedad en dos bandos

opuestos que están determinados por la posición de los individuos en la estructura

social y que, como es profundamente sentido por los individuos, acaba configurando

alineamientos entre los bandos de la sociedad y los partidos políticos»19. Bajo esta

definición se esconde uno de los factores principales del voto. En la Segunda

19ANDUIZA, Eva y BOSCH Agustí: Comportamiento político y electoral. Ariel 2004; pp,147

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15

República, los conflictos religiosos, sociales y regionales fraguaron un marcado

enfrentamiento entre el electorado y los partidos, que derivó en la quiebra de la

democracia en 1936. Durante los años 70, estas fracturas sociales cambiaron de

forma rotunda: el proceso de secularización fue en aumento, lo que acalló el cleavage

religioso que, pese a seguir teniendo vigencia, no tiene la relevancia que había tenido

en la Segunda República. Lo mismo se puede decir del cleavage de clase, pues el

desarrollo del Estado del Bienestar y la caída del predominio de las zonas rurales,

sirvió para que las tensiones existentes entre grupos disminuyesen. A finales de los

años setenta los votantes se alinearon a lo largo de divisiones de clase, pero sin la

intensidad de los años treinta. Todo esto, al igual que sucede con el cleavage

religioso, no implica que estas divisiones no sigan importando a la hora de condicionar

el voto de los españoles. Es decir, las viejas delimitaciones de cleavages no han

desaparecido por completo, pero su relevancia en la democracia española es muy

distinta.

Tras lo observado en los comicios de 2015, en los que nuevos actores políticos

irrumpieron con un notable apoyo electoral en el Congreso de los Diputados, la

pregunta principal que surge gira en torno a cómo las fuerzas políticas articularon

estos cleavages. La tabla 5 nos ofrece una respuesta inicial para el denominado

cleavage social. Esta tabla muestra datos sobre distintas cuestiones planteadas en la

encuestas post electoral del CIS de 2015 (nº estudio 3126). Estos datos nos permiten

conocer el perfil social de los votantes de los partidos. La columna situada más a la

derecha, denominada «electorado» ofrece los valores medios de todas las personas

entrevistadas en esta encuesta y debe ser el punto de apoyo que nos permita advertir

las diferencias de cada partido con la media.

El electorado del PP comprende una proporción mayor de votantes jubilados, de

clase media, que viven en zonas rurales y cuya edad supera los 65 años. Por su parte,

el electorado del PSOE es mayoritariamente mujer, su edad está entre los 55 y 64

años, no tienen un perfil de ocupación que sobresalga de la media, aunque reúnen

mucho voto de gente desempleada, se ubican dentro de la clase baja o media baja y

su nivel de estudios es bajo. En lo relativo al perfil de votantes de los nuevos partidos,

estos comparten similitudes, aunque alguna que otra diferencia a destacar. El

electorado de Podemos es sobre todo masculino, se encuentra en una franja de edad

de los 25 a los 34 años, pertenecen tanto al grupo de trabajadores como a aquellos

que están desempleados o, por el contrario, pertenecen a los cuerpos intermedios.

Asimismo, su nivel educativo es alto, viven en zonas urbanas y la clase social

mayoritaria es alta o media alta. El electorado de Ciudadanos comparte ciertos rasgos

con los votantes de Podemos, sobre todo en lo que se refiere a la edad, clase social

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16

subjetiva, estudios y hábitat. No obstante, mayoritariamente se dedican al sector

servicios o pertenecen al grupo de cuerpos intermedios.

Tabla 5. Perfiles sociales de los votantes de partidos en España, 2015

PP PSOE PODEMOS CIUDADANOS Electorado

Perfiles

2015 2015 2015 2015 2015

Género

Hombre 50 44 56 51 48

Mujer 50 56 44 49 52

Edad

18-24 4 5 11 10 8

25-34 7 10 24 18 14

35-44 20 16 30 30 20

45-54 17 21 20 21 19

55-64 15 20 13 12 15

65 y más 41 27 9 9 24

Clase y Ocupación

Servicios 3 2 6 9 5

Intermedio 12 9 19 24 15

Trabajador 17 23 26 26 23

Desempleado 12 21 23 17 18

Jubilado 42 32 15 13 28

Ama de casa 10 10 3 5 7 Estudiante 2 3 8 5 5

Clase Social subjetiva Alta y media alta 18 12 25 25 19

Media 45 31 32 44 37

Baja – media baja 37 57 43 31 44

Educación

Sin Estudios Primaria 35 37 11 10 26

Secundaria/FP 47 52 62 58 54

Universitarios/Superiores 18 11 26 32 20

Tamaño del hábitat

Menos de 10.000 31 32 18 19 26

De 10.000 a 50.000 24 30 27 28 27

De 50.001 a 100.000 12 10 12 13 12

De 100.001 a 400.000 21 18 28 24 22

De 400.001 a 1.000.000 7 6 8 9 7

Más de 1.000.000 6 4 8 7 6

Fuente: elaboración propia en base al Post Electoral del CIS 2015

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17

Preferencias partidistas

Con el objetivo de determinar qué factores explicaron la elección de partido en

los comicios generales del 20 de diciembre de 2015, utilizo un modelo de regresión

logística en el que construyo cuatro variables dependientes en forma de dummies.

Para ello, empleo la base de datos post electoral del CIS. Las variables dependientes

(VD) son los cuatro partidos que recibieron un mayor porcentaje de voto en estos

comicios (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos). Cada VD se construye a partir del

«recuerdo de voto» del entrevistado. Así, por ejemplo, si lo que queremos es conocer

qué factores sirvieron para explicar el voto al PP, construimos la VD PP, otorgando

valor 1 a aquellos que votaron el 20 de diciembre por el PP y 0 a los que votaron a

otros partidos. Esto mismo lo hago con el resto de grupos políticos para construir todas

las variables dependientes.

El modelo de regresión logística se recoge en el ANEXO. El grupo de variables

empleado para determinar el voto está compuesto por tres bloques. Un bloque con

variables socio demográficas que actúan como «control» (edad, género, tamaño del

municipio, nivel de estudios, religiosidad, y desempleo), un segundo bloque formado

por tres variables políticas (identificación de partido, ubicación ideológica y confianza

en el Parlamento Nacional) y un tercer bloque económico con la variable «valoración

de la situación económica en España con respecto al año pasado» –situación

económica sociotrópica retrospectiva –.

El Gráfico 2 recoge la información del modelo de regresión logística. Para

interpretar este gráfico hay que fijarse en la relación de las líneas correspondientes a

cada variable con el punto 0 que está señalado con una línea vertical. Cuando el

punto, rombo, cuadrado o triángulo que representa a cada partido (éstos símbolos

reflejan la mejor estimación que se puede hacer sobre el efecto de esa variable en

función de los datos de la encuesta post electoral del CIS) y la línea horizontal que

acompaña a dicho símbolo (esta línea representa el intervalo de confianza) están a la

derecha de la línea vertical que señala el punto 0, el efecto de la variable es positivo.

Si se sitúa a la izquierda, por el contrario, su efecto es negativo. En caso de que la

línea horizontal que acompaña al símbolo (punto, cuadrado, rombo o triángulo) corte la

línea vertical el efecto no es estadísticamente significativo y por tanto no merece

atención.

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18

Grafico 2. Efecto de variables demográficas, económicas y políticas en el apoyo a los cuatro partidos con mayor porcentaje de voto en el Congreso de los Diputados, elecciones generales 2015.

El gráfico 2 refleja diferencias notables entre los votantes de los cuatro partidos.

Si empezamos con el bloque de variables demográficas, de forma significativa, los

votantes de Ciudadanos son los más jóvenes, frente a los del PP que son los de

mayor edad. Las mujeres votan más al PSOE, frente a los hombres que lo hacen a

Podemos (no resultando significativo el género para decidir el voto al PP o

Ciudadanos). Los votantes de los nuevos partidos viven en las grandes ciudades. Los

de Ciudadanos tienen un nivel educativo alto, en comparación con el resto de

votantes. El cleavage religioso sigue importando para votar al PP que, como fuerza

conservadora, aglutina el voto que correspondería a losdemocratacristianos. Por su

parte, los desempleados,votaron más al PSOE.

Si nos centramos en el conjunto de variables políticas, los votantes de los

nuevos partidos son los que tienen menor identificación con un grupo político. Las

diferencias son notables en la ubicación ideológica de los electores de Podemos y

PSOE frente a Ciudadanos y PP. Además, los votantes de los partidos establecidos

(PP y PSOE) confían más en el Parlamento Nacional que los electores de los nuevos

partidos, Ciudadanos y Podemos, quienes significativamente, tienen una mayor

desconfianza institucional.

Edad

Género (mujer)

Hábitat (urbano)

Estudios (altos)

Asistencia a Misa

Desempleo

Identificación de partido

Ubicación Ideológica

Confianza Parlamento nacional

Economía sociotrópica retrospectiva

-1 -.5 0 .5 1 1.5

PODEMOS CIUDADANOS

PP PSOE

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19

Y, si atendemos a la evaluación que hacen los votantes de los partidos de la

situación económica en España con respecto al 2015, las diferencias significativas se

ven entre los que apoyaron al PP y los que lo hicieron a Podemos. Aquellos que

valoran que la economía ha mejorado, votan al PP y, los que tienen una opinión

contraria, lo hacen a Podemos. En definitiva, todo apunta a que el electorado de los

partidos difiere notablemente en algunas de las variables principales que determinan la

preferencia partidista.

Los resultados de las elecciones generales de 2015 y 2016, no son solo fruto

de la gran caída de la economía, sino que, entre otro conjunto de variables, la crisis

política existente ha jugado un papel crucial para explicar buena parte de los mismos.

Los nuevos partidos fueron apoyados por los votantes más críticos con el

funcionamiento de la democracia, con los partidos políticos y con los políticos y con las

instituciones democráticas (tal y como intuye el Gráfico 2). Así lo ilustra el Gráfico 3,

que muestra la probabilidad de votar a «nuevos partidos» (Ciudadanos y Podemos)

frente a hacerlo por las fuerzas establecidas (PP y PSOE), controlando por varios

factores (ver ANEXO) pero teniendo como factor explicativo principal la «satisfacción

con el funcionamiento de la democracia». De esta forma, el estar poco o nada

satisfecho con el funcionamiento de la democracia, de forma significativa, hace que

aumente la probabilidad de voto a Podemos o Ciudadanos frente a hacerlo por el PP o

el PSOE.

Gráfico 3. Probabilidad de votar a nuevos partidos en función de la satisfacción con el

funcionamiento de la democracia

0.2

.4.6

.8

Pro

ba

bili

da

d d

e v

ota

r a

Nue

vos P

art

idos

18/24 25/34 35/44 45/54 55/64 65/masEdad en Categorías

Insatisfecho Satisfecho

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20

CONCLUSIONES

El sistema de partidos en España ha sido dividido hasta la fecha en tres ciclos

electorales. El primero, constituido por las dos primeras elecciones de la democracia,

había arrojado gobiernos unipartidistas minoritarios. El segundo, desde 1982 hasta

1996 había supuesto el predominio del PSOE durante catorce años al frente del

gobierno. Se había definido como un sistema de partido predominante, con bajos

niveles de competitividad electoral. A partir de 1996 se inicia el tercer ciclo electoral en

el que, salvando los comicios del año 2000, PP y PSOE presidieron gobiernos

minoritarios con apoyos de fuerzas nacionalistas. El sistema de partidos era de

«pluralismo moderado». La gran caída de la economía que empieza en el año 2008 da

pié a una nueva etapa política. Las elecciones de 2011 (con mayoría absoluta del PP),

muestran los primeros síntomas de cambio electoral, que se materializan finamente en

el terremoto de 2015 y en las reválidas de 2016, tras la imposibilidad de formar

gobierno. Así, el cuarto ciclo electoral ha roto el sistema multipartidista con tendencia

al bipartidismo que había definido el sistema político español desde 1996. Más aún, ha

significado el porcentaje de votos más bajo que obtiene la fuerza más votada en unas

elecciones. Todo esto ha hecho que se replantee la formación de gobiernos y que las

coaliciones sean ahora la única alternativa viable.

La irrupción de nuevas fuerzas políticas (Podemos y Ciudadanos) que han

entrado en el Parlamento Nacional con una suma de 109 y 103 escaños en los

comicios de 2015 y 2016, respectivamente, es un claro síntoma de fatiga de los

partidos tradicionales. De esta forma, ha podido cambiar la estructura de competición

partidista y haberse erosionado los viejos cleavages sociales. Las nuevas fuerzas

políticas atraen el voto de electores muy distintos entre sí y que se alejan de la

dimensión izquierda - derecha. Nuevos temas suscitaron interés en los pasados

comicios: regeneración de la democracia (debido a los numerosos casos de corrupción

coincidentes en el tiempo con el empeoramiento de la economía), reformas

institucionales (supresión de las Diputaciones Provinciales y del Senado), modificación

de la Constitución o el desafío soberanista lanzado desde Cataluña.

Todo apunta a que no solo han cambiado los grupos políticos, también lo han

hecho los votantes: ahora son más activos, demandan mayor responsabilidad política

y son más críticos con la actuación de los partidos. Todo ello ha desencadenado un

cambio sin paliativos: en el sistema de partidos, en los partidos, en la formación de

gobiernos, en el papel de la oposición y, en general, en la vida política.

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ANEXO

Tabla A1. Modelos de regresión logística para las elecciones generales de 2015

PODEMOS

CIUDADANOS

PP

PSOE

Edad -0,191*** -0,311*** 0,182*** 0,161*** (0,044) (0,039) (0,042) (0,036) Género (mujer) -0,273** -0,084 -0,197* 0,318*** (0,121) (0,111) (0,117) (0,096) Hábitat (urbano) 0,385*** 0,366*** -0,026 -0,564*** (0,122) (0,112) (0,119) (0,099) Estudios (altos) 0,204 0,576*** -0,403*** -0,554*** (0,129) (0,115) (0,128) (0,108) Asistencia a Misa -0,542** -0,449** 0,536*** -0,263* (0,242) (0,175) (0,158) (0,151) Desempleo 0,025 -0,151 0,143 0,285** (0,151) (0,149) (0,161) (0,125) Identificación de partido -0,630*** -0,898*** 0,013 0,179* (0,127) (0,113) (0,118) (0,099) Ubicación ideológica -0,642*** 0,244*** 1,228*** -0,611*** (0,043) (0,032) (0,050) (0,032) Confianza en el parlamento nacional -0,082*** -0,063*** 0,152*** 0,123*** (0,025) (0,024) (0,027) (0,021) Economía sociotrópica retrospectiva -0,484*** 0,076 0,937*** 0,055 (0,129) (0,144) (0,171) (0,110) Constante 2,586*** -1,462*** -9,610*** 0,701*** (0,303) (0,263) (0,412) (0,236) Nº Observaciones 2,902 2,902 2,902 2,902 R2 0,21 0,11 0,49 0,2

Errores estándar entre paréntesis. Significatividad estadística: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1

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Tabla A2. Probabilidad de votar a “nuevos partidos” (Podemos+ C´s) frente a votar a los partidos tradicionales (PP+PSOE) en función de la edad y de la satisfacción con la Democracia

Nuevos Partidos

Edad -0,387*** (0,050) Género (mujer) -0,110 (0,096) Hábitat (urbano) 0,424*** (0,097) Asistencia a Misa -0,693*** (0,149) Desempleo -0,221* (0,128) Satisfacción con la democracia (Satisfecho) -0,702** (0,273) Satisfacción Democracia*Edad -0,022 (0,065) Constante 1,289*** (0,227) Observaciones 2,303 R2 0,10

Errores estándar entre paréntesis. Significatividad estadística: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1