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Un Informe Sobre el Artículo X Preparado por Un comité de la Facultad de NTS Paul M. Bassett, Alex R.G. Deasley, Roger L. Hahn, Douglas S. Hardy, K. Steve McCormick, Thomas A. Noble 2007

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  • Un Informe Sobre el Artculo X

    Preparado por Un comit de la Facultad de NTS

    Paul M. Bassett, Alex R.G. Deasley, Roger L. Hahn, Douglas S. Hardy, K. Steve McCormick, Thomas A. Noble

    2007

  • Introduccin: El Desafo La celebracin del centenario de la Iglesia del Nazareno en 2008 es un saludable recordatorio de que, con el pasar de las generaciones, las comunidades y las tradiciones cristianas se enfrentan al peligro de "alejarse de las cosas que hemos odo" (Heb. 2: 1). Sin embargo, tambin existe el peligro opuesto: que la tradicin se petrifique y se detenga en el tiempo, pasando a ser una antigedad irrelevante al mundo contemporneo. Lo que antes eran movimientos se convierten en mquinas burocrticas y terminan como monumentos muertos. Para evitar los peligros de ambos lados y seguir siendo una tradicin viva, un movimiento de santidad fiel y no un mero monumento a glorias anteriores, la Iglesia del Nazareno junto a sus denominaciones hermanas de santidad debe aprender constantemente a re-expresar el mensaje de santidad (a) en fidelidad a los que nos han precedido, pero (b) en conceptos y formas de pensamiento que hable a la generacin presente en un entorno multicultural, constantemente en movimiento. La Junta de Superintendentes Generales hizo claro este mismo punto en 1988 en su prlogo al libro del Dr. H. Ray Dunning, Gracia, Fe y Santidad: Es imprescindible que expresiones teolgicas [de la doctrina] se expresen en el lenguaje y formas de pensamiento de cada nueva generacin si se quiere nutrir y sostener la vida de la iglesia. Mientras que las verdades cristianas permanecen constantes, su modo de presentacin vara y los medios de comprenderlas deben permanecer actuales para ser relevantes. Por supuesto, no somos los primeros en intentar re-expresar nuestra tradicin en las formas del pensamiento contemporneo. Tenemos un claro ejemplo de nuestra propia historia en aquellos lderes del movimiento de santidad del siglo XIX que re-expresaron el nfasis metodista del siglo XVIII sobre la santidad cristiana para sus propios tiempos. Ellos re-expresaron la doctrina de maneras moldeadas por el pensamiento filosfico y psicolgico de su poca. Esto se ve particularmente en su firme fe en cuanto a su propia experiencia espiritual, una manera de pensar formada por la dominante filosofa del Realismo Escocs del Sentido Comn y por las fuertes influencias culturales del individualismo pragmtico. Y, por supuesto, la re-expresin de dicha tradicin no fue monoltica ya que diferencias en cuanto al nfasis, conceptos y lenguajes entre la gente Wesleyana de santidad tambin surgi y debe ser, por lo tanto, recalcado. En nuestros das, nosotros tambin debemos aprender a expresar la doctrina de la santidad cristiana para nuestra generacin. Grandes avances se han visto en los campos de filosofa y psicologa, y la teologa tambin ha pasado por grandes cambios y desarrollos intelectuales. Esto incluye, por ejemplo, la recuperacin de la estructura de la escatologa del Nuevo Testamento o el enfoque mucho ms robusto de la eclesiologa, la doctrina de la Iglesia, o la profundizacin del entendimiento sobre la importancia vital del pensamiento de la Santa Trinidad para nuestra vida de fe en comunidad.

  • Re-expresar una tradicin no es tarea fcil, ya que ambos peligros deben mantenerse constantemente en mente: el peligro de la deriva y el peligro de la petrificacin. No debemos perder la doctrina de la santidad cristiana que hemos heredado, ni permitir que se convierta en una antigedad irrelevante al mundo contemporneo. Y no debemos ser tan faltos de confianza en la verdad que proclamamos que pensamos que la misma debe expresarse en una uniformidad monoltica. Por lo contrario, debe haber una unidad profunda, tomando en cuenta que cualquier tradicin viva y creciente prospera a travs de diferentes perspectivas que estimulan el pensamiento y, a la vez, profundizan su comprensin. El desafo de volver a expresar nuestra tradicin exige una consideracin teolgica cuidadosa. Como eruditos bblicos y telogos histricos, debemos fortalecer nuestras races para que permanezcamos firmemente arraigados en la Escritura y asegurarnos de que el nuevo lenguaje y formas de pensamiento sean fieles a lo que Wesley llam "los orculos de Dios." Como telogos filosficos y estudiantes de las culturas contemporneas, debemos buscar nuevas maneras de transmitir este mensaje inmutable. Como telogos prcticos, debemos atender a las preguntas pragmticas y doctrinales de la generacin de hoy y responder a las preguntas que estn haciendo. Y como telogos sistemticos debemos juntar todo esto de manera fiel y creativa en una formulacin coherente, relevante y desafiante de la doctrina. Esta es una tarea continua que nunca ser terminada hasta que el reino venga en su poder y gloria. Pero vemos la invitacin por parte de la Junta de Superintendentes Generales para examinar la redaccin del Artculo X de nuestros Artculos de Fe Nazarenos como una oportunidad para volver a plantear la doctrina de la santificacin concisamente en un lenguaje fiel y creativo que promueva una proclamacin clara, una comprensin pragmtica ms profunda y una identificacin entusistica a travs del mensaje que fuimos llamados a predicar y a encarnar. Estamos conscientes de que la iniciativa actual centenaria de la publicacin de NPH est produciendo toda una nueva biblioteca de obras del estudio bblico y de teologa, y puede ser que una redaccin del artculo X sea satisfactoria despus de encontrar el pensamiento estimulado por esta nueva generacin de publicaciones. No obstante, estamos contentos en poder responder a la solicitud de la Junta de Superintendentes Generales en lo menos para dar inicio al dilogo sobre una nueva redaccin del artculo X.

  • Contenido de Esta Ponencia En respuesta a las peticiones especficas hechas por nuestros compaeros de la JSG, este documento busca abordar el reto de las siguientes maneras:

    1. En primer lugar, analizaremos los problemas e insuficiencias que se ven ampliamente en la redaccin actual del artculo X.

    2. En segundo lugar, examinaremos las dos versiones de nuestra tradicin, la versin

    clsica del Wesleyanismo y la tradicin de la santidad americana y as buscar una sntesis, en lo posible, abordando la cuestin de la posible existencia de una unidad detrs de las diferencias de ambas versiones.

    3. En tercer lugar, abordaremos la cuestin supremamente importante de colocar la

    doctrina de la entera santificacin en la ms slida fundacin exegtica posible.

    4. En cuarto lugar, trataremos de proporcionar una mejor comprensin de la doctrina expresada en el artculo X, examinndola dentro del amplio contexto de otras tradiciones y fuentes histricas de la iglesia.

    5. En quinto lugar, examinaremos varias formas de formular la doctrina en los

    Artculos de Fe de nuestras denominaciones hermanas.

    6. Finalmente presentaremos un borrador de una manera en la que podramos reformular nuestro propio artculo de fe de una manera ms bblica y comprensiva.

  • I. Dificultades con la Redaccin Actual del Artculo X Una encuesta de opinin entre varios colegas de universidades nazarenas ha indicado que existe una serie de problemas teolgicos, bblicos, lingsticos y estructurales en la redaccin actual del Artculo X y que esto est perjudicando nuestra predicacin y testimonio de la doctrina de la entera santificacin. Los problemas de lenguaje y estructura pueden resumirse en tres puntos bsicos:

    1. A lo largo del artculo hay palabras y frases algo anticuadas que no son bblicas y que podran expresarse mejor (por ejemplo, palabras como "entera devocin," "provista," "forjado," y "estado de gracia."). El artculo podra ser mucho ms persuasivo tanto para los fieles nazarenos como para los escpticos si priorizara y utilizara un lenguaje bblico. El nivel lingstico utilizado debe esforzarse por permanecer claro, as evitando la fraseologa acadmica arcaica, y a su vez reflejando el hecho de que los Artculos de Fe son declaraciones teolgicas totalmente dentro de la tradicin Nicena. Por lo tanto, debe apuntar primordialmente a la precisin bblica y teolgica, y en segundo lugar a la claridad para el lector teolgicamente informado y, si es posible, para el lector menos informado o para un nuevo cristiano. Mostrar facilidad de comprensin para el ltimo grupo es importante, pero no de primera importancia y si es necesario debe dar paso a los otros requisitos. Tambin sera de beneficio tomar las frases en el artculo que se encuentran como sinnimo de la frase "entera santificacin" e integrarlos en la lgica ms amplia del artculo.

    2. Las adiciones posteriores (en 1928 y 1976) de la redaccin ahora en el prrafo 14

    hacen que la idea del "crecimiento en gracia" parezca ser una aadidura o idea adicional. Hacen que dicho artculo invite preguntas intiles que una nueva redaccin del artculo podra dar a la declaracin de esta doctrina una lgica mucho ms ajustada y clara. En vez de comenzar con la entera santificacin y aadir el prrafo posterior sobre otros aspectos de la santificacin, una declaracin mucho ms clara y ms persuasiva de la doctrina se obtendra al comenzar con la doctrina de la santificacin en general y presentar la entera santificacin dentro de ese contexto ms amplio. Al explicar la santificacin inicial y luego la santificacin gradual, hasta llegar a la entera santificacin seguramente hara la doctrina ms clara para el lector y facilitara la proclamacin y enseanza de la misma.

    3. En la primera oracin del prrafo 13, la entera santificacin se define primero en

    trminos negativos ("hechos libres del pecado original o depravacin"). Una presentacin ms positiva que presenta a la doctrina primero como alguien en un estado de entera devocin Dios," desde ya sera preferible, aunque esa palabra un tanto extraa ("devocin") podra ser reemplazada por una palabra ms bblica.

  • A seguir, los prximos cuatro puntos destacan razones de ndole teolgica:

    4. Primero, la redaccin actual del artculo no ha dejado en claro cmo la doctrina de la santificacin se relaciona con otras doctrinas dentro de una teologa coherente. Hay ciertas referencias a las doctrinas del Pecado Original, el Espritu Santo y la Expiacin, pero ayudara el poder hacer la presentacin de esta doctrina de una manera ms persuasiva, pudiendo demostrar que la misma forma parte integral de la teologa cristiana, particularmente doctrinas tales como la Cristologa, la Justificacin, Escatologa, la Trinidad y la Eclesiologa. En fin, el artculo podra ser mucho ms rico y "ms consistente" en sus resonancias a los muchos aspectos de la doctrina, y por lo tanto ser mucho ms persuasivo en s.

    5. En la segunda oracin del prrafo 13, surge la cuestin del "bautismo con el

    Espritu Santo." Poco o ningn apoyo se puede encontrar ahora entre los eruditos bblicos o telogos nazarenos sobre la perspectiva "Oberlin" de Charles Finney y de Asa Mahan (adoptados en la tradicin Wesleyana de Santidad por Phoebe Palmer y ms adelante por Daniel Steele) que afirma que el bautismo pentecostal del Espritu Santo de Hechos 2 puede considerarse como el equivalente exacto de la santificacin del individuo. Esta cuestin es identificada por Mark Quanstrom como un tema crucial para la divisin de la doctrina "clsica Wesleyana" y la doctrina de la "santidad americana." Cualesquiera que sean las opiniones de la denominacin en general, nuestros eruditos ya no ven la hermenutica de la santidad norteamericana en cuanto al "bautismo del Espritu" como algo exegticamente defendible. En lo mnimo, permanece problemtico. Sin embargo, el bautismo del Espritu en el histrico Da de Pentecosts sigue siendo esencial para la doctrina por el simple hecho de que "el Consolador ha llegado" y, por lo tanto, la entera santificacin es posible hoy. Adems, la misma oracin afirma que el bautismo del Espritu Santo provoca a la vez "la presencia del Espritu Santo" lo que pareciera implicar que el Espritu Santo no habita en todos los regenerados. Por lo tanto, es necesaria alguna enmienda al artculo para que nuestra tradicin est bajo la autoridad de la Escritura. No obstante, debe resaltarse que renunciar a la interpretacin aunque un tanto problemtica de Hechos 2 no significa abandonar la doctrina Wesleyana de la entera santificacin, ya que la doctrina se basa en una exgesis bblica mucho ms segura a lo largo de toda la Escritura.

    6. Histricamente, la tradicin de la doctrina de santidad ha tomado a Hechos 2

    como una orden bblica fundamental para la proclamacin de la "instantaneidad" de la entera santificacin. John Wesley, por otra parte, crea que la entera santificacin se daba en un momento instantneo, pero basaba esa creencia en la razn (debe haber un momento en que morimos al pecado, an cuando el momento de la muerte al pecado no es observable) y en la experiencia (es decir, en su entrevista con cientos de testigos). l crea que la conversin instantnea tena races bblicas y por lo tanto poda establecerse bblicamente, pero no crea que la Escritura hiciera o proveyera un argumento teolgico o fuese

  • espiritualmente consistente o convincente para validar la instantaneidad de la entera santificacin. Tambin us la palabra "segunda," como en "segunda bendicin," pero en casos extremadamente raros, tan slo media docena de veces en toda su obra publicada durante sesenta aos. Para l esto constitua parte de la doctrina, pero no era el centro de la cuestin. Pero para el movimiento de santidad del siglo diecinueve, la "instantaneidad" y la "segunda obra de gracia" - el "cmo" y el "cundo" de la doctrina, o sea su "circunstancia," se volvieron teolgicamente y experimentalmente centrales. Finney y Mahan pensaron que podran proporcionar la prueba bblica que faltaba para mostrar la "instantaneidad" y la "segunda obra" detrs de su interpretacin de Hechos 2. Daniel Steele pens que podra proporcionar una prueba exegtica para mostrar un segundo 'instante' en el tiempo aoristo del griego, pero los eruditos bblicos de hoy lo consideran exegticamente problemtico. La posicin actual y creciente entre aquellos que insisten en ver a Hechos 2 como un paradigma para la entera santificacin y aquellos que insisten en que no lo es, as como entre los que afirman su caso para sugerir la instantaneidad (y, por lo tanto, certificar la segunda obra en el griego Aoristo) y aquellos que dicen que esto es, en el mejor de los casos, un punto dbil, ha contribuido al silencio de la proclamacin e instruccin sobre la doctrina de la santificacin por miedo a ofender. Tal situacin nos compromete gravemente a todos nosotros a punto en que nuestra vocacin como denominacin es desafiada, porque, al fin y al cabo, hemos sido "llamados a la santidad." Puede ser algo asombroso el pensar que la palabra "subsecuente" (como en la actual redaccin del artculo X) es preferible a la palabra "segunda," y de hecho los dos conceptos se asemejan. En pocas palabras, el concepto de "subsecuencia" (que la entera santificacin viene despus del nuevo nacimiento) es exegticamente ms defendible del punto de vista bblico. El utilizar la palabra "segunda" es colocar nfasis sobre el aspecto ms dbil de la doctrina en vez de enfatizar el "amor perfecto" o la "pureza de corazn," conceptos exegticos ms fuertes.

    7. Tambin es necesario aclarar la relacin del artculo X con la doctrina del pecado

    original. Debemos afirmar con Wesley que la doctrina del pecado original es una implicacin proveniente del evangelio de gracia, y tambin que la entera santificacin se trata de "morir al pecado" en donde la "mente carnal" (o mejor, la mente puesta en la carne) es resuelta. Pero usar esta frase agustiniana "pecado original" y decir sin rodeos que la entera santificacin nos hace "libres del pecado original" (una frase que Wesley mismo nunca us en este contexto) es abrirse a la interpretacin que afirma que la entera santificacin trae la perfeccin "admica" o conduce a la pura perfeccin." Una afirmacin ms matizada de la doctrina es necesaria en este punto para aclarar que aquellos completamente santificados, mientras que estn llenos del Espritu y son librados de "la mentalidad carnal," permanecen criaturas falibles en el cuerpo cado mientras sigamos en el presente siglo malo.

  • II. Dos Versiones de Nuestra Tradicin Nuestra revisin de la redaccin del artculo X aconteci en el contexto de una bifurcacin de la tradicin teolgica, documentada por Mark Quanstrom en su obra reciente, Un siglo de la Teologa de Santidad: La doctrina de la entera santificacin en la Iglesia del Nazareno, 1905 -2004 (Beacon Hill, 2004). Ya nos hemos referido a estas dos versiones, pero nos referimos ahora a una investigacin ms completa de estas dos posiciones y su posible unidad, sealando que este es un ejercicio diferente al articular una doctrina Wesleyana de la santidad cristiana de primeros principios. Esta ltima es la verdadera tarea teolgica, pero la tarea de comprender ambas posiciones, la clsica y la americana, e investigar si son compatibles, se nos ha presentado como lo que podra llamarse una tarea eclesialmente necesaria que tambin debe ser llevada a cabo. A pesar de que la primera impresin muestra que estas dos versiones de nuestra tradicin son incompatibles, nuestro anlisis sugiere que hay cinco puntos principales donde concuerdan. Al examinarlos, tambin podemos investigar las diferencias entre las dos versiones y preguntar si estas diferencias tienen algn significado teolgico. Es nuestra conviccin que, si bien hay diferencias reales entre las dos versiones de nuestra tradicin, las diferencias han sido exageradas. Por lo tanto, sugerimos:

    Hay mucho ms que une estas dos versiones de la tradicin que las divide. Que la diferencia entre ambas es una diferencia de lenguaje ms que de sustancia Que es una diferencia de nfasis en lugar de una contradiccin absoluta

    Esa puede ser una perspectiva algo diferente de la presentada en el libro de Mark Quanstrom, pero Quanstrom nos da un primer plano. Si nos quedamos atrs y tomamos la perspectiva ms amplia de todo el espectro de la teologa cristiana, entonces tenemos que decir que estos dos versiones son tan similares y estn tan juntas que mal podra caber una tarjeta de crdito entre ellas ya que hay mucho ms que une a estas versiones de lo que las divide. Si tomamos en cuenta el consenso de los lderes del siglo XIX en la tradicin Wesleyana, entonces podemos decir que tanto Wesley como los lderes de la santidad del siglo XIX creen en la Perfeccin Cristiana, entendida no como perfeccin, sino como "amor perfecto. Ambos coinciden en que esta perfeccin se alcanza mediante la entera santificacin. No hay desacuerdo al respecto. Tanto Wesley como los lderes del siglo XIX creen que la entera santificacin ocurre en un instante. Ambos creen que es la obra del Espritu Santo y la describen como la "llenura del Espritu." Tanto Wesley como los lderes del siglo XIX creen que la entera santificacin incluye "la muerte al pecado," entendida como muerte a un aspecto del pecado original. Ambos coinciden en que la entera santificacin sigue y es seguida por un crecimiento gradual en la santificacin que comienza en la regeneracin. As que, por lo visto, hay cinco puntos de acuerdo para tomar como punto de partida en nuestra investigacin.

  • (1) La Perfeccin Cristiana es Entendida como el Amor Perfecto Que Wesley haya entendido a la Perfeccin Cristiana como Amor Perfecto casi no necesita ser documentada aqu. Wesley hered la palabra perfeccin del Antiguo y del Nuevo Testamento, de la Gran Tradicin de la Iglesia Catlica, de los Padres del Oriente y del Occidente y de los telogos medievales (con un cierto rechazo por parte de los Reformadores magistrales que reaccionaron en contra de la distorsin que el perodo medieval tardo tom en cuanto al uso de la palabra "perfeccin.") La definicin que Wesley us para referirse a la santidad cristiana y a la perfeccin cristiana es simples: "amar a Dios con todo tu corazn, alma, mente y fuerza." Pero tambin est claro que los pensadores formativos del movimiento de santidad estadounidense tambin aceptaron este uso de la frase. Mahan, por ejemplo, endorsa este enfoque en el Gran Mandamiento en la primera pgina de Perfeccin Cristiana. Aunque en algunas tradiciones derivadas de Finney la pureza est subordinada al poder, figuras destacadas en el movimiento de la santidad Wesleyana, como J.A. Wood y George Peck, pusieron el nfasis en el amor perfecto. (2) El "amor perfecto" es resultado de la "entera santificacin " la cual ocurre en un instante y es posterior a la regeneracin Aunque algunos Wesleyanos pueden minimizar el aspecto "instantneo" de la santidad, esta es definitivamente la posicin de Wesley. La forma en que exponemos el punto aqu deja en evidencia la sutil diferencia entre la perfeccin cristiana y la entera santificacin (vase ms adelante el tratamiento del Dr. Bassett en Exploring Christian Holiness, Vol. 2, pginas 19 y 20). Los dos son interdependientes. La santificacin significa "hacer santo" (sanctum facere), y el resultado de ser hecho enteramente santo en "santificacin entera" es amar a Dios con todo el corazn, alma, mente y fuerza ("amor perfecto"). Pero tambin es el amar a Dios con todo el corazn, alma, mente y fuerza que efecta la santificacin entera. Para Wesley, esto ocurri en un instante, sin embargo es importante darse cuenta de que l consideraba esto como un corolario implcito, no la esencia o el enfoque de la doctrina. l acept que la entera santificacin ocurra en un instante primero sobre la base de la experiencia, ya que vio que este era el caso entre su rebao. En segundo lugar, lo acept en base de la razn, como una inferencia razonable. La lgica es simple: que si una vez una persona no amaba a Dios con todo el corazn, alma, mente y fuerza, pero ahora lo hace, debe haber existido un momento en que esto ocurri por primera vez. Sin embargo, Wesley no crey que pudiera establecerse la instantaneidad de la entera santificacin con base a la Escritura. (l haba sido convencido por Peter Bhler de que la conversin era algo instantneo, de acuerdo al Nuevo Testamento). As que hay un segundo punto de acuerdo entre Wesley y el movimiento de la Santidad Americana, que la entera santificacin ocurre en un instante y que esto viene despus del nuevo nacimiento. Sin embargo, aqu est la diferencia en cuanto a su nfasis: que con el

  • movimiento de santidad americano, esto se vuelve algo ms central que perifrica. Formalmente, el movimiento de santidad americano convirti la inferencia lgica de Wesley en una secuencia temporal necesaria, lo que implica varios puntos. Primero, la entera santificacin (el "cmo") se convierte en lo central y no en la consecuencia del amor perfecto (el "qu"). En segundo lugar, al usar el trmino "santificacin" ms a menudo que el trmino "amor" coloca el foco en lo que estamos siendo santificados de (purificacin del pecado) en lugar de la vida que se nos presenta (la vida de amor perfecto). Pero en tercer lugar, el enfoque en los "medios" de la santificacin ms que en su "fin" enfatiza mucho ms la naturaleza instantnea de este evento. Por seguro Wesley crea que la entera santificacin ocurra en un instante, pero no estaba dispuesto a insistir en que todo el mundo deba aceptar esto porque no pensaba que el punto pudiera establecerse con base en la Escritura, por lo que l permiti diferencia de opinin. En el movimiento de la santidad americana, la "instantaneidad" de la doctrina se convirti en una parte esencial de la misma. Desde ese entonces, se acu una nueva frase, una "experiencia de crisis", frase que Wesley nunca utiliz. El uso de la palabra "experiencia" como sustantivo (que no era caracterstico del uso de Wesley) centr la atencin en el evento, animando a los buscadores, de modo peligroso, a buscar la "experiencia" (es decir, el evento psicolgico o espiritual) en lugar de buscar a Dios. (Vea Al Truesdale, Reification of the Experience of Entire Sanctification in the American Holiness Movement, en el Wesleyan Theological Journal 31:2, 95-119.) Y otra frase, que Wesley us, pero en casos extremadamente raros, la segunda bendicin o segunda obra se convirti en la terminologa central y definitiva para muchos. El uso del adjetivo "segunda" acentu la comparacin entre la entera santificacin y la conversin o el nuevo nacimiento, tratndola como una "segunda experiencia de crisis" o una "segunda obra de gracia." Al mismo tiempo, la defensa de Phoebe Palmer del "camino ms corto" conllevaba indirectamente a una profesin prematura llevando a la hipocresa o a la desilusin. (Vase el prlogo de Wes Tracy al libro de H. Ray Dunning, A Laymans Guide to Sanctification, Beacon Hill, 1991). Por lo tanto, todo el enfoque y nfasis de la doctrina de Wesley pas de la santidad entendida como amor a la santificacin entendida como purificacin, del "qu" al "cmo" y al "cundo." Si nos preguntamos por qu ocurrieron estos cambios, histricamente la respuesta probablemente est en la cultura de la iglesia americana, especficamente, la tradicin puritana y calvinista de New England. En esa tradicin teolgica era de vital importancia que la prxima generacin tuviera experiencias de conversin definidas, claras y especficas. El que tena una experiencia definitiva de conversin era salvo del tiempo y de la eternidad: "una vez salvo, siempre salvo." Bajo la direccin de Finney, la invitacin abierta al altar pas a ser el medio designado para certificar que esta experiencia de crisis ocurriera de manera clara y "definitiva," y que uno se asegurara de ser contado entre los elegidos. De ese modo, la "experiencia de crisis" era vital para el creyente. Saliendo del avivamiento americano, Finney y Mahan llevaron esta prctica a la "segunda obra de la gracia." La herencia del calvinismo, por lo tanto, alent y molde la visin (aun cuando no fue expresada y defendida

  • explcitamente) de que la "crisis" era vital: tena que haber una "segunda obra de gracia." La verdadera "crisis" y su "secuencia" se volvieron mucho ms esenciales para la doctrina de lo que haba sido para Wesley, y se vincularon litrgicamente a la nueva institucin americana en el llamado al altar. La prctica molde la doctrina: los creyentes fueron instados a recibir "la bendicin" ahora. Debe decirse que haba un valor espiritual en animar a los creyentes a que tomaran un paso "definido" en cuanto a su experiencia y saber exactamente donde se encontraban ante Dios. Sin embargo, a pesar de estas diferencias de enfoque, hay un punto similar entre las dos tradiciones. Wesley y los lderes del movimiento de santidad estadounidense concordaron que el amor perfecto comenzaba con la entera santificacin que ocurra en un instante y maduraba a partir de ese momento. Y hay otro punto en acuerdo tambin entre las dos versiones de la tradicin en cuanto a entender la entera santificacin como paso subsecuente al nuevo nacimiento y crecimiento en la gracia. Sin embargo, nuestra perspectiva occidental moderna en cuanto a conceptos como "instantaneidad" y "crisis" como algo "definitivo" habra desconcertado a la gente de Inglaterra en el siglo XVIII y de Amrica en el siglo XIX, pensamiento que tambin es ajeno para la mayora de las culturas del mundo contemporneo. (3) Esta es la Obra del Espritu Santo y Puede Considerarse Igual al ser "Lleno del Espritu" En toda tradicin Cristiana, el Espritu Santo es el agente de la santificacin. Su nombre indica la conexin con la santidad, porque mismo que l sea el Espritu amoroso, el Espritu iluminador, el Espritu inspirador, el Espritu vivificante, l es preeminentemente el Espritu Santo. Dado que tenemos la oportunidad de ser santificados (porque solo Dios es santo), Qu otra cosa esperaramos sino que el Spiritus Sanctus sea el que "santifica"? Para Wesley tambin, en el momento en que ocurre el cambio "relativo" de la justificacin, tambin ocurre el cambio "real" de la regeneracin, el nacimiento del Espritu, lo que l ve como el inicio de la santificacin. En el momento en que la justificacin ocurre, l escribe, la santificacin "comienza." Tambin Wesley se refiere ocasionalmente a la entera santificacin como la "llenura del Espritu". Sin embargo, l no acept el uso del trmino que su colega John Fletcher le dio, pudindose llamar tambin el "bautismo del Espritu" porque el "bautismo del Espritu" implicaba la recepcin inicial del Espritu y eso claramente ocurra en el nuevo nacimiento. As que aqu otra vez ms vemos una diferencia de enfoque dentro de un mismo punto. Pero, Ser que es ms que una diferencia de nfasis? Hay un punto de desacuerdo real aqu - una contradiccin tal vez? Hay un punto de diferencia al decir que toda la santificacin del cristiano individual es tambin su bautismo en el Espritu Santo? Qu diferencia hace esto? La respuesta depender en parte sobre lo qu implica la diferencia de su uso y la razn por la cual se introdujo. Para John Fletcher, llamar a la entera santificacin, "el bautismo

  • en /con el Espritu Santo," era reflexin de su enseanza dispensacional. Para Finney y Mahan era parte del gran inters en la Neumatologa que empez en el 1820 y 1830. Ellos entendieron al "bautismo del Espritu" con lo que Wesley llam la "perfeccin cristiana", pero para ellos (a diferencia de Wesley) esta comparacin proporcionaba una prueba (o as pensaban) de la segunda gracia. Si Wesley no pensaba que la instantaneidad de la "segunda bendicin" poda ser probada a base de la Escritura, ellos pensaron que s se poda. "Has recibido el Espritu Santo desde que fuiste salvo?" (Hechos 19: 2) Este texto era uno de los que Mahan usaba para respaldar sus conclusiones. Ellos establecieron el modelo de los apstoles (considerados como individuos) que haban sido regenerados antes del Pentecosts y que, por lo tanto, fueron bautizados con el Espritu Santo en el Pentecosts como segunda obra de gracia, y que tambin debi haber sido su experiencia de la entera santificacin. Esta nueva hermenutica fue aceptada por la influyente Phoebe Palmer y ms tarde por el estudioso bblico metodista Daniel Steele, aunque con algunas calificaciones en su interpretacin de los Hechos. Una de las razones de esta nueva comparacin era que pretenda dar la base exegtica bblica que Wesley careca para la instantaneidad de lo que ahora se describe como una "segunda experiencia de crisis." Y con base exegtica, podra considerarse esencial para la doctrina y no (como lo vea Wesley) una extensin de la razn y la experiencia. El evangelista itinerante tena entonces base para llamar a la gente al altar no slo para entregar su vida, sino para recibir el "bautismo del Espritu Santo con fuego." Esta comprensin del "bautismo del Espritu Santo" se tomaba a veces para implicar que era el recibimiento inicial del Espritu. La tradicin Wesleyana ms tarde insisti en que no lo era, pero el problema con el lenguaje del "bautismo" era que llevaba, implcitamente, esa connotacin. Si simplemente se hubiera implicado una inmersin o derramamiento del Espritu Santo para que el Cristiano estuviera lleno del Espritu, esa implicacin podra no haber sido dada. Pero el concepto de bautismo est estrechamente vinculado a la iniciacin y por lo tanto se tom con frecuencia para implicar la recepcin inicial del Espritu. La primera bendicin era naturalmente vinculada con Cristo y la cruz, lo que llevaba a la justificacin, el perdn de los actos de pecado. La segunda bendicin era vinculada con el Espritu Santo y el Pentecosts y traa como resultado la santificacin, la limpieza del pecado. Esta era una frmula sencilla, fcilmente comunicable a nivel popular, pero una simplificacin excesiva de la doctrina Wesleyana. Era esto una diferencia importante de la doctrina de Wesley? Interpretado de la manera que acabo de sealar, s lo era. Hubo una tendencia a ignorar e incluso a negar la recepcin inicial del Espritu Santo y la iniciacin de la santificacin en la regeneracin. La tentacin era desvalorizar la regeneracin y hacerla meramente el perdn de los actos de pecado (es decir, slo la justificacin). Y junto con eso se vio una tendencia a negar lo que Wesley llam la "obra gradual" de la santificacin. El enfoque estaba en las grandes crisis (particularmente la segunda) a travs del famoso llamado al altar. Daniel Steele aadi una segunda base exegtica para una segunda crisis cuando demostr la prueba

  • del tiempo aoristo en griego eventualmente presentado por el Dr. Olive Winchester en Experiencias de Crisis en el Nuevo Testamento Griego. Si la versin de la Santidad Americana de nuestra tradicin se aferra a estos aspectos del desarrollo del siglo XIX, entonces hay que decir que existe una incompatibilidad fundamental con los de Wesley y, de hecho, con las teologas de la mayora de la Iglesia cristiana, aparte del pentecostalismo tradicional. No slo eso, sino que la versin de la Santidad Americana se encuentra en un profundo problema exegtico, pues la exgesis contempornea en general no puede respaldar los argumentos exegticos del siglo XIX en relacin con las crisis religiosas. Ni la interpretacin del bautismo pentecostal del Espritu ni el uso de la prueba del aoristo tiene ningn apoyo significativo entre los eruditos bblicos Wesleyanos. Y estos dos argumentos para la "segundez" no formaban parte de la doctrina de Wesley. De hecho, l repudi explcitamente el primero. Pero permiti a sus seguidores usar el lenguaje pentecostal, insistiendo en que no era estrictamente correcto llamar a la entera santificacin del individuo su "bautismo en el Espritu." Pero, en todo esto, hay un terreno comn. La santificacin, desde la regeneracin (santificacin inicial) hasta la entera santificacin y ms all, es obra del Espritu Santo, en la medida en que es l quien nos une a Cristo. Y aunque Wesley rechaz el lenguaje del "bautismo," acept que la entera santificacin podra ser referida como "la llenura del Espritu Santo." (4) Esto Implica e Incluye Morir a la Mente Carnal Wesley ense claramente que la entera santificacin llevaba a la "muerte al pecado," lo que significaba morir al pecado innato, aunque l nunca en este contexto us el trmino "pecado original." Richard Watson fue probablemente el primer telogo metodista en usar la frase "pecado original." Tal vez Wesley era consciente de que el pecado original era un concepto mucho ms amplio. Lo que s especific en cuanto al aspecto del pecado original era que el ser hecho "perfecto en amor" implicaba la muerte de la phronema tes sarkos (Romanos 8: 7). Este es uno de los lugares en los que cita esta frase en griego en sus sermones publicados. Para l, amar a Dios con todo el corazn, alma, mente y fuerza significaba la "muerte" del phronema sarkos, la "mente carnal" o la "mentalidad pecaminosa" (dependiendo de la versin). El propio Wesley fue claro que esto no implicaba el final del pecado original en todos sus aspectos porque no significaba un retorno a la perfeccin Admica. En sus sermones posteriores es particularmente claro que todava "tenemos este tesoro en vasijas de barro," es decir, en nuestros cuerpos cados, y que a falta de rganos corporales perfectos (particularmente nuestros "cerebros desordenados"), incluso los ms santos son culpables de pensar y hacer lo qu est mal. William Burt Pope de la Facultad Didsbury ms tarde dej claro en su Compendio de Teologa Cristiana (Vol. 3, pgina 47) que la doctrina Wesleyana no implicaba el fin del pecado original en todos sus aspectos, y que el pecado original "perteneca a la raza

  • humana [cada];" es decir, en su dimensin corporativa permanece hasta el tiempo en que se diga, 'He aqu, hago nuevas todas las cosas.' No se perdieron estas sutilezas en la predicacin popular del movimiento de santidad estadounidense? Un vistazo a la afirmacin un tanto simple del Artculo X de que "los creyentes estn libres del pecado original, o de la depravacin," seguramente tiende a transmitir a los no Wesleyanos que creemos en la "perfeccin sin pecado." Pero aunque se necesita mucha aclaracin sobre la doctrina del pecado original, hay un acuerdo sustancial y fundamental entre las dos versiones de nuestra tradicin. Desde ya, hay una gran cantidad de aclaraciones que hacer! La acusacin del Dr. Richard Taylor de que Dr. Wynkoop es culpable de hereja aqu no puede ser sostenida, pero necesitamos un pensamiento claro sobre cmo la dimensin espiritual/psicolgica del pecado original est relacionada con la dimensin ontolgica. (5) La Entera Santificacin Ocurre Con un Crecimiento Gradual la cual Comienza en el Nuevo Nacimiento y Contina Toda la Vida No se puede negar que en algunos sectores del movimiento de la santidad estadounidense haba una tendencia a negar el crecimiento "gradual." La tendencia era equiparar a la "santificacin" completamente con la "entera santificacin" y reducirlo todo a un nico instante de "crisis." Sin embargo, el aceptar palabras como "crisis" y "proceso" (Aunque no sean trminos Wesleyanos!) dej en claro un punto fundamental entre las dos versiones de la tradicin. Desafortunadamente, el uso popular que el Nazareno tom al hablar de la "santificacin" es de referirse a la "entera santificacin" y, por lo tanto, hablamos de manera confusa cuando nos referimos a ser "salvo y santificado." Esa fraseologa alienta dicho enfoque simplificado en dos etapas. Teolgicamente, la distincin se hizo mejor en la tradicin de la "santificacin" y "entera santificacin", o "salvacin" y " salvacin completa." De esta manera se reconoce que negar el "trabajo gradual" (como Wesley lo llam) no es fiel a la tradicin Wesleyana ni a la revelacin de la Escritura. Del mismo modo, negar la instantaneidad de la entera santificacin o su subsecuencia al nuevo nacimiento no es fiel a la tradicin Wesleyana. Eso no significa que uno tiene que insistir en un punto culminante dramtico o una "crisis" psicolgica profunda. De hecho, en algunos casos (como Wesley admiti) el momento de la entera santificacin puede no ser observable o no puede ser notado conscientemente incluso por el que est siendo santificado. Su atencin puede estar tan firmemente fija en Dios que no hay auto-observacin de ningn cambio interior! Por lo tanto, puede parecer que no ha habido ningn punto determinante en la entera santificacin. Pero aunque no es observable externamente ni siquiera conscientemente por dentro, debe haber un momento en que el creyente decide amar a Dios con todo el corazn, mente y fuerza y la "mentalidad carnal" se extingue.

  • El uso cuidadoso del lenguaje es necesario para dejar en claro que la santificacin comienza en el nuevo nacimiento y que el "trabajo gradual" contina a travs de la "obediencia a todos los mandamientos" hasta que el creyente llega al punto de la entera santificacin. Negar el trabajo gradual de la santificacin o negar el momento de la "entera" santificacin contradice nuestra tradicin. No es una cuestin de escoger entre uno u el otro, pero de considerar ambos a la vez. De hecho, ambos son mutuamente necesarios: no hay un punto inicial en la entera santificacin que no est precedida por la "obra gradual", y, a la inversa, el trabajo gradual de la santificacin languidece a menos que el creyente est convencido de que Dios es capaz y espera en l para que purifique su corazn. Una vez que se reconoce esto es evidente que hay un profundo acuerdo entre las dos versiones de la tradicin a pesar de que haya, a la vez, una diferencia de nfasis. Por lo tanto, concluimos que aunque hay diferencias de nfasis, y aunque hay una diferencia sobre la interpretacin del Pentecosts y el lenguaje del "bautismo del Espritu," debajo de todo esto hay una profunda unidad que se ve claramente en estos cinco puntos mencionados. III. Base Bblica Para la Doctrina En esta ponencia ya hemos notado la importancia de establecer una fuerte base exegtica y hermenutica para nuestra doctrina de santidad. Si bien ciertos detalles de la manera en que la doctrina ha sido presentada a lo largo de nuestra historia no pueden encontrar un fuerte apoyo bblico, no cabe duda en cuanto a las afirmaciones centrales que hemos hecho con referencia a la santidad en general y a la entera santificacin en particular. El llamado a la santidad es claramente visto en el Antiguo y Nuevo Testamento, aunque en una variedad de formas y con una variedad de trminos. La santidad que la Escritura requiere de la gente se entiende en trminos de la santidad de Dios. La santidad enseada en la Escritura es de mltiples capas y revela una dinmica cada vez mayor en la relacin de Dios y su pueblo. (1) El nfasis Bblico Sobre la Santidad El llamado a la santidad no se encuentra en pocos textos aislados de la Escritura. Ms bien, est reflejado en prcticamente todas las partes del canon bblico y entretejido en las Escrituras de principio a fin. La visin de la santidad es retratada en textos narrativos desde Gnesis hasta Hechos. En contraste con el hecho de que "la maldad del ser humano era grande" y "que todo su pensamiento tenda siempre hacia el mal (Gnesis 6: 5), "No era un hombre justo, perfecto en su generacin"(Gnesis 6: 9). Job tambin fue descrito con el trmino "intachable" o "perfecto" (tam en hebreo) y a pesar de todas sus "imperfecciones" David fue sealado como un hombre segn el corazn de Dios (1 Sam 13:14). El Seor, hablando a Salomn, describi a David como alguien que haba andado delante de l con "integridad de corazn y rectitud." La frase hebrea traducida como

  • "integridad del corazn" es betam-lebab - literalmente "con un corazn perfecto" (1 Reyes 9:4). Los testimonios de santidad continan en el Nuevo Testamento. Jos, Zacaras y Elizabeth, y el viejo Simen son retratados como santos. El clmax de los cuadros narrativos de la santidad viene en el libro de Hechos. Varios de los grandes temas de los Hechos se resumen en la defensa de Pedro en la evangelizacin de los gentiles cuando declar: "Y Dios, que conoce el corazn humano, mostr que los aceptaba dndoles el Espritu Santo, lo mismo que a nosotros. Sin hacer distincin alguna entre nosotros y ellos, purific sus corazones por la fe" (Hechos 15: 8-9). Ms all de las representaciones narrativas de los santos, la Escritura est llena de mandamientos a la santidad desde Gnesis hasta Apocalipsis. Al viejo Abram, Dios le dijo: "Yo soy Dios Todopoderoso; Vive en mi presencia, y s perfecto (tamim)" (Gen. 17:1). Al pueblo de Israel Dios orden: "Sean santos, porque yo, el Seor su Dios, soy santo" (Lev. 19: 2). Los mandamientos a la santidad son tan frecuentes en la parte posterior de Levtico que Lev. 17-26 son comnmente llamados "El Cdigo de la Santidad" por los estudiosos de todas las tradiciones teolgicas. Jess instruy a sus oyentes en el Sermn del Monte: "Sean perfectos, as como su Padre celestial es perfecto" (Mateo 5:48). Pablo orden a sus lectores romanos: "De la misma manera, tambin ustedes considrense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jess (Rom. 6:11). Dos versculos ms adelante l ordena: "No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrzcanse ms bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia" (Rom. 6:13). Pedro ordena a sus lectores: "Sean santos en todo lo que hagan, como tambin es santo quien los llam" (1 Pedro 1:15) y luego valida su llamado citando el mandamiento en Levticos: "Sean santos, porque Yo soy santo "(1 Pedro 1:16). La revelacin concluye con la orden de Juan a los santos, "Que el santo siga santificndose (Apocalipsis 22:11). Esta amplia visin bblica sobre la santidad es igualada por la diversidad del lenguaje utilizado para describirla. Ms all de palabras directas como "santo" y "santificar" hay un tapiz de metforas que retratan aspectos de la santidad a la que Dios llama a su pueblo a que viva. El lenguaje de la perfeccin se usa en ambos testamentos para describir la vida santa. En el Antiguo Testamento, la perfeccin (tam o tamim) abarca elementos morales y se traduce a menudo como "intachable" aunque en ocasiones puede entenderse como ntegro. En el Nuevo Testamento la perfeccin (generalmente teleios o uno de sus cognados) denota el cumplimiento completo de los propsitos de Dios cuando uno es o hace todo lo que uno debe ser o hacer. Aunque la palabra "perfecto" se conserva en la mayora de las traducciones al referirse a Dios, la mayora de las versiones modernas han abandonado la traduccin "perfecta" del griego teleios cuando la palabra se refiere a las personas. La palabra ms comn que se usa ahora en estos contextos es la palabra "maduro." Aunque hay ventajas en tal traduccin, el resultado es que la expectativa de

  • santidad (perfeccin) de Dios es desconectada de la naturaleza de santidad (perfeccin) de Dios, dejando cortada de la Biblia el nfasis sobre la perfeccin de nuestra tradicin. El lenguaje de purificacin tambin se usa en el Antiguo y Nuevo Testamento para describir el estado del corazn y la vida de un pueblo santo. La pureza ritual requerida para entrar en la presencia de Dios en la adoracin sacrificial del Antiguo Testamento est por detrs de su significado, pero se extiende claramente al mbito moral tambin. En cunto a la pregunta sobre quin puede ascender al monte del Seor (el monte del templo) y quien puede permanecer en su lugar santo, el salmista responde: El que tiene manos limpias y un corazn puro, que no se ha fijado en lo qu es falso, y quien no ha jurado engaosamente (Salmo 24: 3-4). Ezequiel registra la promesa de Dios a su pueblo: Os rociar agua limpia, y seris limpios de todas vuestras inmundicias, y de todos vuestros dolos os purificar. Te dar un corazn nuevo, y pondr dentro de ti un espritu nuevo; Y quitar de tu cuerpo el corazn de piedra y te dar un corazn de carne. Pondr mi espritu dentro de vosotros, y os har seguir mis estatutos, y guardar mis ordenanzas (Ezequiel 36: 25-27). Claramente, incluso en el Antiguo Testamento, el concepto de pureza o limpieza ha pasado del simple culto o ritual religioso a la transformacin del corazn y la vida humana. El concepto de pureza tambin se usa ampliamente en el Nuevo Testamento. En el Sermn del Monte Jess bendice a los "puros de corazn" con la promesa de que "vern a Dios" (Mateo 5: 8). Esta comprensin "moral" de la pureza es clara en la enseanza de Jess en Mateo 15:19-20, Porque del corazn salen las malas intenciones, el asesinato, el adulterio, la fornicacin, el robo, el falso testimonio, la calumnia. Esto es lo que contaminan a la persona, pero comer con las manos sin lavar no lo contaminan. Juan promete que Si andamos en la luz como l mismo est en la luz, tenemos comunin unos con otros y la sangre de Jess su Hijo Nos limpia de todo pecado (1 Juan 1: 7). Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento utilizan la metfora grfica de la circuncisin del corazn para describir la obra purificadora de Dios que se mueve ms all de lo externo al ncleo de la voluntad humana. Deuteronomio 10:16; 30:6; y Romanos 2:29 aclaran que un corazn circuncidado, un corazn limpio es la esperanza de Dios para su pueblo. Hay muchas otras expresiones usadas dentro de la Escritura para sealar el deseo divino de la santidad humana. Dentro del Nuevo Testamento, la imitacin de Dios (Efesios 5: 1), la semejanza a Cristo (Mateo 10:25), la unin con Cristo (Romanos 6: 4-5), despojarse del viejo Adn y vestirse con el nuevo Adn (Rom. 6: 6, Ef. 4: 22-24, Col 3: 9-10), la transformacin en la imagen de Dios (2 Corintios 3:18), presentar a los miembros de su cuerpo a Dios (Romanos 6:13, 19; 12: 1), buscar primero el reino de Dios (Mateo 6:33) y llegar a ser participantes de la naturaleza divina (2 Pedro 1: 4) son slo algunas de las metforas que describen la vida de santidad. Lo que est claro es que la santidad no es un tema aislado ni un concepto marginal en el contexto de la Escritura. Ms bien, la santidad es central, penetrante y profundamente fundamental: la voluntad de Dios para su pueblo.

  • (2) La Esencia de la Santidad Cul es el significado de la santidad que claramente se espera en las Escrituras? Si la Escritura es clara en el llamado a la santidad, no es menos claro sobre lo que implica la santidad. La santidad de Dios es el fundamento del llamado bblico al pueblo de Dios para que sea santo: "Sed santos, como yo, el Seor vuestro Dios, soy santo" (Lev 19: 2). Este mandamiento revela el llamado central a ser santo como tambin la alineacin bsica que existe entre la santidad humana y la santidad de Dios. El significado fundamental (aunque no exclusivo) de la palabra hebrea usada en todo el Antiguo Testamento traducida como santo, qadosh, es separado o apartado. La santidad de Dios como su caracterstica particular entre todos los dioses se ve en la separacin de todas las cosas mundanas y valores culturales. La santidad del pueblo de Dios se observa en la manera en que se separen de los valores del mundo y estn apartados o dedicados completamente a Dios para sus propsitos. En particular, la santidad de Dios se ve en ambos Testamentos por su oposicin al pecado. El pecado es incompatible con la santidad de Dios. Uno podra resumir toda la Escritura como la historia del plan de Dios para rescatar a su pueblo del poder del pecado que los separ de l. La santidad del pueblo de Dios es, por tanto, incompatible con el vivir bajo el poder del pecado. El apstol Pablo lo dice enfticamente en Romanos 6. Debemos continuar en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera! Cmo podemos nosotros, los que morimos al pecado, continuar viviendo en l? (Rom. 6: 1b-2). As que ustedes tambin deben considerarse muertos al pecado y vivos a Dios en Cristo Jess. Por lo tanto, no permitan que el pecado ejerza dominio en sus cuerpos mortales, para hacerles obedecer sus pasiones (Romanos 6: 11-12). Debemos pecar porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? De ninguna manera! . . . Pero ahora que has sido liberado del pecado y esclavizado a Dios, la ventaja que obtienes es la santificacin (Romanos 6:15, 22). Asimismo, Juan enfatiza que el pecado es incompatible con la vida cristiana. Si andamos en la luz como l mismo est en la luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de Jess su Hijo nos limpia de todo pecado. . . . Hijos mos, yo os escribo estas cosas para que no pequis (1 Juan 1: 7; 2: 1). An ms enftico son sus palabras en el captulo 3, Nadie que permanece en l peca; Nadie que peca Lo ha visto o conocido. . . Todo el que comete pecado es hijo del diablo; Porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue revelado para este propsito, para destruir las obras del diablo. Los que han nacido de Dios no pecan, porque la simiente de Dios permanece en ellos; No pueden pecar, porque han nacido de Dios (1 Juan 3: 6, 8-9). As como la santidad de Dios es incompatible con el pecado, la santidad humana es incompatible con el pecado tambin. La santidad de Dios tambin est caracterizada por el amor. El llamado en Deuteronomio para que Israel sea santo est fundamentado en el amor de Dios. Porque t eres un

  • pueblo santo al SEOR tu Dios; El Seor tu Dios te ha escogido de entre todos los pueblos de la tierra para ser su pueblo, su preciada posesin. No fue porque fuisteis ms numeroso que cualquier otra gente que el Seor puso su corazn sobre vosotros y os escogi, porque fuisteis el menor de todos los pueblos. Fue porque el Seor te am y guard el juramento que hizo a tus antepasados (Deut. 7: 6-8a). La respuesta que Israel le deba a Dios era amarlo con todo su corazn, alma y fuerza como el Shema lo ense (Deut. 6: 5). El gran captulo de la santidad que sigue al mandamiento de ser santo en Levtico 19:2 llega a su primer clmax en el versculo 18 con el siguiente mandamiento: Amars a tu prjimo como a ti mismo: Yo soy el Seor. De ese modo, el Antiguo Testamento entrelaza la santidad de Dios con el amor de Dios por su pueblo. Tambin entiende que la santidad humana encuentra su expresin ms significativa en el amor a Dios y al prjimo. La integracin de la santidad y el amor se articula an ms claramente en el Nuevo Testamento. El mandato de Jess en Mateo 5:48 de "Sean perfectos, por lo tanto, como su Padre celestial es perfecto" se convierte en el clmax del prrafo que ensea el amor tanto al prjimo como al enemigo (Mateo 5: 43). El modelo de amor para el prjimo y el enemigo es el amor de Dios derramado indiscriminadamente sobre los malos y los buenos, los justos y los injustos (Mateo 5:45). As, la perfeccin de Dios que Jess levanta es el amor perfecto para todos, independientemente de su respuesta a Dios. La perfeccin que Jess pide de sus seguidores es el amor perfecto que ama tanto a los enemigos como a los vecinos. El segundo texto de Mateo que trata de la perfeccin, Mateo 19:21, tambin define la perfeccin cristiana en trminos del amor. Cuando el joven rico declar que haba guardado todos los mandamientos, incluyendo el mandamiento de amar a su prjimo como a s mismo, Jess lo invit a ser perfecto vendiendo todas sus posesiones, dando el dinero a los pobres, y dejando todo atrs para perseguir la vida de discipulado. La venta de todas las posesiones y dar el dinero a los pobres es una expresin significativa del amor hacia el prjimo. 1 Juan 4 tambin conecta directamente la idea de la perfeccin cristiana con el amor. Si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros (1 Juan 4:12). Dios es amor y los que permanecen en amor permanecen en Dios y Dios permanece en ellos. El amor ha sido perfeccionado entre nosotros en esto: para que tengamos confianza en el da del juicio, porque as como l es, as somos nosotros en este mundo (1 Juan 4: 16b-17). Aqu tambin el amor perfecto de Dios es el modelo que se espera para el amor de los seguidores de Cristo. Juan contina: No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor, porque el que teme espera el castigo, as que no ha sido perfeccionado en el amor (1 Juan 4:18-19). El amor perfecto no slo se supone que es una posibilidad para los creyentes, sino que Juan espera que ese amor sea el resultado natural de permanecer en Dios. El contenido o la sustancia de la santidad tambin puede describirse en trminos de la obra del Espritu Santo en la vida de la persona o comunidad. Aunque todas las Personas de la Trinidad traen la santificacin en la vida de los creyentes, la santificacin es

  • especialmente la obra del Espritu santificador (2 Tesalonicenses 2:13 y 1 Pedro 1: 2). El libro de Hechos da un nfasis especial al rol del Espritu Santo como el medio por el cual los propsitos de Dios se llevan a cabo en (y a travs de) las vidas de los creyentes. La frase ms comn en los Hechos para la experiencia del Espritu es "ser lleno del Espritu Santo." Diez veces Hechos describe una persona o personas como llenas del Espritu Santo. Cinco veces describe a las personas como si hubieran recibido el Espritu Santo. Tres veces el Espritu es dado como un don y dos veces Hechos habla del Espritu Santo que viene sobre la gente. La frase ser "bautizado con el Espritu Santo" tambin aparece dos veces en Hechos (refirindose ambas veces al Pentecosts y ambas veces en el tiempo futuro). Una vez Hechos habla de una persona que es ungido con el Espritu Santo y una vez habla de la promesa del Espritu. La evidencia ms comn de ser llenos del Espritu Santo es la habilidad de dar testimonio del evangelio y vivir fielmente la vida de discipulado. La vida en el Espritu tambin es comnmente usada por Pablo para describir la vida santa. Romanos 8: 4 indica que aquellos que caminan segn el Espritu estn capacitados para cumplir los justos requisitos de la Ley. Es la mente puesta en el Espritu en vez de en la carne que permite agradar a Dios, segn Romanos 8:5-8. Es la mente puesta en el Espritu - phronema tou pneumatos- que reemplaza la mente puesta en la carne- phronema tes sarkos- y permite vivir en obediencia a Dios. Es por el Espritu que los creyentes pueden "dar muerte a los malos hbitos del cuerpo" (Rom. 8:13) y as disfrutar de la vida en el Espritu. Es el Espritu el que da testimonio en nuestros espritus de que somos hijos de Dios. Pablo nos llama a vivir por el Espritu, ser guiados por el Espritu, producir fruto del Espritu, y andar por el Espritu (Gal 5:16, 18, 22 y 25 ). 1 Juan 4:13 nos dice que porque [Dios] nos ha dado de su Espritu, " permanecemos en l y l en nosotros. El contenido o la sustancia de la santidad puede describirse de muchas maneras ms en las Escrituras. La semejanza a Cristo, la pureza del corazn, la circuncisin del corazn, la unin con Cristo, la justicia en las relaciones sociales y la participacin en la naturaleza divina contribuyen a nuestra comprensin de lo que significa ser santo. Sin embargo, las conexiones ms claras entre la santidad de Dios y la santidad que Dios espera de su pueblo estn en la incompatibilidad que existe entre la santidad y el pecado y la conexin inseparable que hay entre la santidad y el amor. (3) La Estructura de la Santidad El llamado a la santidad es claro en todo el canon bblico. La esencia de la santidad es claramente y simplemente enseado en la Escritura. La manera en que uno se convierte en alguien santo o hablar de la estructura de la santidad es algo ms complejo. La santificacin, el proceso en que uno llega a ser santo, contiene mltiples niveles y es un proceso dinmico, de acuerdo a las Escrituras. Se resiste a la fcil sistematizacin, quizs por la riqueza de la gracia de Dios y por la diversidad de experiencias, expresiones y entendimientos humanos. Est claro que la santidad no se limita a un solo momento o

  • etapa de la vida cristiana. Es la dinmica en la vida cristiana que comienza incluso antes de la conversin y contina a lo largo de la vida de obediencia. Normalmente se dice que la santificacin comienza en la conversin en el Nuevo Testamento. Esta verdad se expresa de varias maneras. Con frecuencia, Pablo llama a las congregaciones personas santas mismo cuando las cartas que l escribe tenan la meta de impulsarlas hacia una realidad ms profunda en la santidad de sus vidas. Rom. 1: 7; 1 Cor 1: 2; 2 Cor 1: 1; Efesios 1: 1; Filipenses 1: 1; Y Col 1: 2 usan el trmino "santos" o "santos" (hagioi) para describir a los creyentes que son los destinatarios de estas cartas. l entiende claramente que cada creyente es santo. Esto es consistente con Hechos 19:2 donde Pablo le pregunta a los discpulos en feso: "Recibieron el Espritu Santo cuando creyeron?" Aunque tcnicamente es posible traducir la frase: "Recibiste el Espritu Santo despus de haber credo?" El patrn de Hechos indica la expectativa de que la gente reciba el don del Espritu Santo en el momento de su conversin y continuaban en la vida del Espritu a partir de entonces. La invitacin de Pedro a los oyentes el da de su sermn en el Da de Pentecosts fue arrepintanse, sean bautizados. . . Y reciban el don del Espritu Santo (Hechos 2:38). Si uno lee el Nuevo Testamento sin tomar en cuenta toda las implicaciones escatolgicas de Jess como Mesas, sera posible suponer que la santidad atribuida a los creyentes en el momento de su conversin era una santidad posicional ms que moral. Tal conclusin es imposible a la luz de los supuestos escatolgicos que enmarcan las enseanzas de Jess y los escritos de Pablo, Pedro y Juan. La mayora de las cartas del Nuevo Testamento dan por centado que los lectores son santos. El lenguaje de Pablo, Pedro y Juan no llama a sus lectores a descubrir y entrar en la vida santa como si no supieran nada de la santidad. Ms bien, los apstoles llaman a sus lectores a apropiar y a vivir las implicaciones de la santidad que recibieron cuando pusieron por primera vez su fe en Cristo. La pregunta de Pablo a los Glatas: Despus de haber empezado con el Espritu, Pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos? claramente asume una santificacin inicial que ahora debe ser seguida de manera consistente con la transformacin que Dios ya haba logrado dentro de ellos (Glatas 3:3). La naturaleza de los varios niveles de la santificacin en el Nuevo Testamento es clara cuando uno se da cuenta de que los creyentes son santificados en el momento de su conversin, pero son constantemente llamados a ser santos y a vivir las implicaciones de su santificacin inicial. Todos los mandatos (y las reprimendas) de las cartas del Nuevo Testamento instando a los lectores a la santidad fueron escritos a creyentes que ya eran inicialmente santos. Claramente la santificacin deba continuar despus de la regeneracin en las vidas de los primeros lectores del Nuevo Testamento. Muchos textos indican que esta santificacin posterior se entiende como un proceso continuo y contina despus de la conversin. Romanos 6:11 llama a los creyentes a considerarse muertos al pecado pero vivos para Dios. El mandamiento est en el tiempo presente continuo, sugiriendo que el considerarse muerto al pecado y vivo para Dios es

  • una parte continua y regular de la vida cristiana. Rom. 8:13 dice: "Si viven segn la carne, morirn, pero si por el Espritu dan muerte a las obras del cuerpo, vivirn." El dar muerte a las obras del cuerpo proviene de un verbo presente, continuo. El versculo 14 tambin trata la vida de santidad como un asunto continuo y en desarrollo: "Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios son hijos de Dios." La palabra "guiados" tambin est en el presente indicando una accin continua o en desarrollo. El llamado de Romanos 12:2 a "no ser amoldados a este mundo, sino a ser transformados por la renovacin de vuestras mentes," prev esa transformacin como un proceso continuo y en desarrollo. Lo mismo sucede con la transformacin de la que hablamos en 2 Corintios 3:18: "As, todos nosotros, que con el rostro descubierto, reflejamos como en un espejo la gloria del Seor, somos transformados a su semejanza con ms y ms gloria por la accin del Seor, que es el Espritu. 2 Cor. 7: 1 nos pide que hagamos la santidad perfecta en el temor de Dios. El verbo para hacer la santidad perfecta est, una vez ms, en el presente continuo. Es evidente que una serie de textos llaman a los creyentes a una vida de santificacin continua despus de la santificacin inicial que fue parte de su conversin. Tambin hay textos que indican que hay una dimensin de la santificacin que puede ser completada despus de la regeneracin. Col 3: 5 ordena a los lectores colosenses a hacer morir todo lo que es terrenal en ellos y luego da una lista corta de los pecados que recibirn esta sentencia de muerte en sus vidas. La lgica de la expresin hacer morir implica un acto terminado en oposicin a una accin que es continua y en desarrollo. El tiempo del verbo es aoristo. El tiempo aoristo no puede usarse para argumentar en favor de la instantaneidad, pero uno puede argumentar que se usa cuando un autor percibe un evento como completo en vez de continuo. Romanos 6:13 insta a los creyentes a que No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrzcanse ms bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia. El mandamiento a no ofrecer los miembros de su cuerpo al pecado es un mandato para detener el ofrecimiento de s mismo al pecado. El mandamiento positivo (que aparece slo una vez en el texto griego) de presentarse a s mismo y a los miembros de su cuerpo a Dios sugiere una ofrenda completa de s para con Dios. La oracin de Pablo en 1 Tesalonicenses 5:23 para que el Dios de paz santifique a sus lectores tambin sugiere dicha realizacin. Esta obra santificadora implica el ser holoteleis, palabra que ha dado lugar a diversas traducciones: por completo (NVI), completamente (Reina-Valera), de todas las formas (Nueva Vida), enteramente (NASB95 y NRSV) y perfectamente (NAB). Esto no sugiere una santificacin continua sino una santificacin completa o entera. Algunos textos no slo describen la santificacin en trminos continuos y en desarrollo, y otros lo describen como una accin completa, pero estas dos percepciones de la santificacin se ven juntas en muchos textos. Romanos 6:11 seala una accin continua de la santificacin mientras que Romanos 6:13 la percibe como una accin completa. Rom. 12:1 llama a los creyentes a presentar sus cuerpos como un sacrificio vivo que puede ser entendido como una accin completa. Por otro lado, Rom 12:2 requiere una

  • vida continua de transformacin por la actividad renovadora del Espritu en sus mentes. En cierto nivel, sera posible entender esta conjuncin de la santificacin tanto como una accin continua como tambin una accin completa, evidencia de que la santificacin comienza como santificacin inicial, contina como santificacin gradual, se completa en la entera santificacin, y tambin contina como una progresiva santificacin gradual. Sin embargo, esta mezcla de santificacin continua y completa tambin refleja las presuposiciones escatolgicas del Nuevo Testamento. Aunque algunos han tratado de ver la escatologa del Nuevo Testamento como principalmente futurista y otros como realizada, la comprensin ms probable es de una escatologa inaugurada que afirma tanto que el reino ya ha llegado, pero que an no se ha consumado. Hay textos en los que la percepcin de la santificacin como completa refleja una escatologa realizada en la que el reinado de Dios ha penetrado tan profundamente en este mundo que ya no pecamos. Esto es claramente el caso en 1 Juan 3:6, Nadie que permanece en l (Cristo) peca. Sin embargo, otros textos perciben la santificacin a travs de la lente del reino an por consumarse y, por lo tanto, esperamos el trabajo continuo y ulterior del Espritu en nuestras vidas. Esto se puede ver en los mandamientos de Romanos 12:2, por ejemplo: "No se amolden a este mundo, sino sean transformados mediante la renovacin de su mentes." La palabra "mundo" en este texto literalmente significa "edad" (aion) y se refiere a esta poca presente, mala, en la que se requiere la continua transformacin de nuestras mentes. 1 Juan 3: 2-3 tambin seala la futura santificacin que todava est por suceder: "Ahora somos hijos de Dios; lo que seremos todava no ha sido revelado. Lo que s sabemos es esto: cuando sea revelado, seremos como l, porque lo veremos como es. Y todos los que tienen esta esperanza en l se purifican, as como l es puro." La santificacin comienza en la conversin, y contina a lo largo de la vida cristiana; llega a su plenitud en la liberacin de la mentalidad de la carne; se desarrolla en una vida de crecimiento en santidad; y anticipa con esperanza a la plena perfeccin de la nueva creacin. El llamado a la santificacin continua y el llamado a una obra completa de santificacin en las Escrituras, ambas despus de la regeneracin, es consistente con el entendimiento Wesleyano de Santidad al ver a la santificacin como inicial, gradual y entera. Hay un entendimiento dinmica y variado de la santificacin en accin en las Escrituras que resiste la categorizacin y la fcil sistematizacin. El 'ya' de la santificacin nos asegura de la plenitud de la obra de Dios para nosotros. El 'todava no' de la santificacin siempre nos invita a una relacin ms profunda con Cristo a travs del Espritu Santo. Claramente, la visin bblica de la santificacin resiste cualquier comprensin esttica de que hay algn estado de santidad del cual no se espera mayor crecimiento en la gracia. La invitacin del autor de Hebreos: "Avancemos hacia la perfeccin" (Heb 6: 1) es una invitacin para cada creyente en cada y toda etapa de su caminar en la santidad.

  • IV. Unidad y Variedad en la Tradicin Cristiana Pasamos ahora al contexto de la doctrina Wesleyana de la santidad cristiana dentro del espectro de tradiciones y perspectivas histricas en la Iglesia Cristiana, donde es til ver la variedad contempornea de tradiciones que existen basadas en la unidad fundamental de la tradicin cristiana en s. El siglo XX vio el desarrollo de una esperanza ecumnica en toda la Iglesia Cristiana. Mientras que a veces pareca tomar la forma de un acuerdo por el bien de la unidad, una de las races histricas del movimiento ecumnico fue el Movimiento Misionero Estudiantil de origen evanglico, dedicado a la "evangelizacin del mundo en esta generacin." Una generacin anterior, la preocupacin de unirse y trabajar con todos los verdaderos cristianos caracteriz a Wesley y a Whitefield en el siglo XVIII (a pesar de sus diferencias teolgicas) y el movimiento de santidad del siglo XIX. Hoy en da, nos guste o no, los cristianos no estn tan preocupados por los "distintivos" denominacionales como por encontrar una iglesia que predica el evangelio verdadero y gana gente para Cristo. En todo el mundo muchos cristianos quieren centrarse en lo que los une en vez de en lo que los divide. Teniendo en cuenta este contexto en el que vivimos hoy, es vital que aquellos que estn en la tradicin Wesleyana de santidad comprendan que su entendimiento de la santidad cristiana no es meramente una manera sectaria de justificar distintas denominaciones, sino que es la herencia de toda la Iglesia Cristiana. La doctrina Wesleyana de la santidad cristiana no es meramente un distintivo denominacional: es el entendimiento bblico de la santidad que creemos que todos los cristianos deben acoger. La "perfeccin en el amor" no es propiedad de la Iglesia del Nazareno o de las denominaciones de santidad: es la herencia de la nica, santa, catlica y apostlica Iglesia. Slo tal perspectiva puede estar de acuerdo con el nfasis que Wesley colocaba en el "espritu catlico." Es importante ver entonces que la doctrina cristiana Wesleyana de santidad no fue inventada en Inglaterra en el siglo XVIII. Wesley estaba re-contextualizando una doctrina de la "perfeccin" cristiana que haba sido parte de la teologa de los Padres de la antigua iglesia catlica y de los grandes telogos y maestros espirituales medievales. Pero el genio de Wesley fue combinar esta doctrina de la "perfeccin" cristiana con el redescubrimiento del evangelio en el tiempo de la Reforma. El significado ecumnico de la teologa Wesleyana es por lo tanto reunir la doctrina evanglica de la justificacin por la gracia a travs de la fe y la antigua comprensin catlica y ortodoxa de la santificacin. El lenguaje de la "perfeccin" cristiana, es a menudo mal entendido en la era moderna pensando en l como "perfeccionismo", fue de hecho el lenguaje comn usado por la Iglesia durante quince siglos. Entre los grandes padres de la iglesia, Clemente de Alejandra, Orgenes, Atanasio y Gregorio de Nisa escribieron sobre niveles en la vida espiritual. En todos los casos, el estado ms elevado era el de estar llenos del amor de Dios. Agustn, sosteniendo su fuerte doctrina del pecado original, neg que la perfeccin

  • en el amor pueda alcanzarse en esta vida. Pero l nos dio un anlisis profundo de que la raz del pecado (una metfora, por supuesto) era el amor dirigido errneamente a la criatura antes que al Creador, para que la "perfeccin" cristiana se llenara cada vez ms de amor para con Dios. En la espiritualidad medieval, esta comprensin del amor perfecto para Dios como el nivel ms alto de la santidad cristiana se reflej en el concepto de la "escala" (o "escalera") de la perfeccin. Tanto Bernard de Clairvaux como Toms de Aquino combinaron una doctrina agustiniana del pecado original con la enseanza de la perfeccin en el amor. Cada uno de ellos ense que aunque haba niveles de amor perfecto que era slo posible en la vida por venir, no obstante haba un nivel de amor perfecto posible en esta vida. El re-descubrimiento que hizo la Reforma en cuanto a la "justificacin por la fe" condujo a una reaccin contra las falsas pretensiones de santidad en la iglesia corrupta del siglo XVI y una fuerte sospecha sobre cualquier idea de "perfeccin" cristiana. Lo significativo de Wesley es que l es el lder de una gran tradicin protestante que, al igual que Bernard y Toms, combina la doctrina occidental y agustiniana del pecado original con una fuerte creencia en la posibilidad del "amor perfecto" en esta vida. Pero adems de eso, l combina una fuerte doctrina de la doctrina de justificacin por la fe de la Reforma con la doctrina del "amor perfecto." Por lo tanto, la tradicin Wesleyana no debe ser descartada como sectaria o perifrica. Viniendo directamente de la tradicin anglicana, est bien situada para dialogar con las tradiciones luteranas, reformadas, pentecostales y anabaptistas, as como con las tradiciones ms lejanas de la ortodoxia oriental y el catolicismo. Las denominaciones que surgieron del movimiento de santidad del siglo XIX tienen una herencia importante evanglica que pasar a la teologa, espiritualidad y misin de la Iglesia Cristiana en el siglo XXI. Tenemos en comn con todos los protestantes evanglicos la verdad de la obra expiatoria de Jesucristo, la autoridad de la Sagrada Escritura en asuntos de fe y prctica y de justificacin por la gracia a travs de la fe. Al igual que los pentecostales y carismticos, destacamos la obra y la persona del Espritu Santo, y en comn con las tradiciones catlicas y ortodoxas ms amplias, proclamamos el "optimismo de la gracia" en la vida de la santidad cristiana en esta era maligna. Es en este contexto de las grandes tradiciones histricas cristianas que nuestra doctrina de la santidad cristiana debe ser vista no como un "distintivo" sectario, sino como una herencia que tenemos en comn con la nica, santa, catlica y apostlica Iglesia. V. Diferencias de Expresin A continuacin vamos a notar las diferentes maneras de articular la doctrina Wesleyana de santidad cristiana de acuerdo a la redaccin de los artculos relevantes en nuestras denominaciones hermanas.

    1. El documento oficial de la Iglesia Wesleyana, "La Constitucin de la Conferencia General Norteamericana," articula la doctrina de la siguiente manera:

    14. Santificacin: Inicial, Progresiva, Entera

  • Creemos que la santificacin es esa obra del Espritu Santo por la cual el hijo de Dios se separa del pecado y est capacitado para amar a Dios con todo su corazn y andar en todos sus santos mandamientos sin mancha alguna. La santificacin se inicia en el momento de la justificacin y la regeneracin. Desde ese momento hay una santificacin gradual o progresiva mientras que el creyente camina con Dios y crece diariamente en gracia y en una obediencia ms perfecta a Dios. Esto se prepara para la crisis de la entera santificacin que se realiza instantneamente cuando el creyente se presenta como un sacrificio vivo, santo y aceptable a Dios, a travs de la fe en Jesucristo, efectuado por el bautismo con el Espritu Santo que limpia el corazn de todo pecado. La crisis de la entera santificacin perfecciona al creyente en el amor y le da el poder para un servicio eficaz. Es seguido por el crecimiento de toda la vida en la gracia y el conocimiento de nuestro Seor y Salvador, Jesucristo. La vida de santidad contina por medio de la fe en la sangre santificadora de Cristo y se evidencia por la obediencia amorosa a la voluntad revelada de Dios.

    Gn. 17: 1; Deut. 30: 6; Sal. 130: 8; Is. 6: 1-6; Ez. 36: 25 - 29; Mt. 5: 8, 48; Lucas 1: 74-75; 3: 16-17; 24:49; Juan 17: 1-26; Hechos 1: 4-5, 8; 2: 1-4; 15: 8-9; 26:18; Rom. 8: 3-4; I Cor. 1: 2; 6:11; II Cor. 7: 1; Ef. 4:13, 24; 5: 25-27; I Ts. 3:10, 12-13; 4: 3, 7 - 8; 5: 23-24; II Tes. 2:13; Tito 2: 11-14; Heb. 10:14; 12:14; 13:12; Santiago 3: 17-18; 4: 8; I Pedro 1: 2; II Pedro 1: 4; I Juan 1: 7, 9; 3: 8-9; 4: 17-18; Jud 24.

    2. "La Confesin de Fe de la Iglesia Evanglica de los Hermanos Unidos" que fue adoptada en 1968 por la formacin de la Iglesia Metodista Unida, articula la doctrina de la siguiente manera: Artculo XI- Santificacin y Perfeccin Cristiana Creemos que la santificacin es obra de la gracia de Dios a travs de la Palabra y el Espritu, por medio de la cual aquellos que han nacido de nuevo son purificados del pecado en sus pensamientos, palabras y actos y estn capacitados para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y de buscar la santidad sin la cual nadie ver al Seor. La entera santificacin es un estado de perfecto amor, rectitud y verdadera santidad que todo creyente regenerado puede obtener al ser liberado del poder del pecado, amando a Dios con todo el corazn, alma, mente y fuerza, y amando al prjimo como a uno mismo. Por medio de la fe en Jesucristo este don de gracia puede ser recibido en esta vida de manera gradual e instantnea y debe ser buscado fervientemente por cada hijo de Dios. Creemos que esta experiencia no nos libra de las debilidades, la ignorancia y los errores comunes al hombre, ni de las posibilidades de ms pecados. El cristiano debe seguir en guardia contra el orgullo espiritual y buscar la victoria sobre toda tentacin en pecar. El cristiano debe responder completamente a la voluntad de Dios para que el pecado pierda su poder sobre l; y el mundo, la carne y el diablo son puestos bajo sus pies. As domina a estos enemigos con vigilancia a travs del poder del Espritu Santo. 3. Esto proviene de los Artculos de Fe Metodista (lo ms cercano a la entera santificacin):

  • Artculo 12 - Del pecado despus de la justificacin No todo pecado voluntariamente cometido despus de la justificacin es el pecado contra el Espritu Santo, e imperdonable. Por lo tanto, la concesin del arrepentimiento no se debe negar a los que caen en pecado despus de la justificacin. Despus de haber recibido el Espritu Santo, podemos apartarnos de la gracia dada y caer en pecado, y por la gracia de Dios resucitar y enmendar nuestras vidas. Y por lo tanto deben ser condenados los que dicen que no pueden pecar mientras vivan aqu; o negar el lugar de perdn a los que verdaderamente se arrepienten. 4. Estos son los artculos de fe de la Iglesia Metodista Libre de Canad: XII. Entera Santificacin La entera santificacin es la obra del Espritu Santo, subsiguiente a la regeneracin, mediante la cual el creyente plenamente consagrado, al ejercitar la fe en la sangre expiatoria de Cristo, es purificado en ese momento de todo pecado interno y facultado para el servicio. La relacin resultante es atestiguada por el testimonio del Espritu Santo y es mantenida por la fe y la obediencia. La entera santificacin permite al creyente amar a Dios con todo su corazn, alma, fuerza y mente, y a su prjimo como a s mismo, y lo prepara para un mayor crecimiento en la gracia. (Levtico 20: 7-8, Juan 14: 16-17, 17:19, Hechos 1: 8, 2: 4, 15: 8-9, Romanos 5: 3-5, 8: 12-17, 12: 1 2, 1 Corintios 6:11, 12: 4-11, Glatas 5: 22-25, Efesios 4: 22-24, 1 Tes 4: 7, 5: 23-24, 2 Ts. 2:13, Hebreos 10: 14) " 5. La Declaracin de Fe del Seminario Teolgico de Asbury tiene esta redaccin sobre la Entera Santificacin: Entera Santificacin: Dios llama a todos los creyentes a la entera santificacin en un momento de entrega total y fe despus de su nuevo nacimiento en Cristo. Por medio de la gracia santificante el Espritu Santo los libera de toda rebelin hacia Dios y hace posible el amor incondicional por Dios y por los dems. Esta gracia no hace que los creyentes sean irreprochables ni impida la posibilidad de caer en pecado. Ellos deben vivir diariamente por la fe en el perdn y la limpieza proporcionados para ellos en Jesucristo. 6. Esto se toma del Libro de Disciplina de la Iglesia Metodista Unida, p. 46-47: Santificacin y Perfeccin: Mantenemos la aceptacin de Dios y el perdn no termina la obra salvfica de Dios, la cual contina alimentando nuestro crecimiento en la gracia. A travs del poder del Espritu Santo podemos aumentar en el conocimiento y amor de Dios y en el amor de nuestro prjimo. El nuevo nacimiento es el primer paso en este proceso de santificacin. La gracia santificadora nos lleva hacia el don de la perfeccin cristiana, que Wesley describi como un corazn "habitualmente lleno del amor de Dios y para el prjimo" y como "teniendo la mente de Cristo y andar como l andaba.

  • Este gracioso don del poder y amor de Dios, la esperanza y la expectativa de los fieles, no est justificado por nuestros esfuerzos ni limitado por nuestras debilidades. 7. La Disciplina de la Iglesia Evanglica Metodista (pgina 44) establece la doctrina de la siguiente manera: "XXVI - Amor perfecto * 46. El Amor Perfecto es esa renovacin de nuestra naturaleza cada por el Espritu Santo, recibida por la fe en Jesucristo, cuya sangre de expiacin nos purifica de todo pecado; por medio de la cual no solamente somos liberados de la culpa del pecado, sino que somos lavados de su contaminacin, salvados de su poder, y estamos capacitados, por gracia, para amar a Dios con todo nuestro corazn y andar en sus santos mandamientos irreprensibles. * Explicacin: La perfeccin cristiana es un estado de justicia y verdadera santidad que cada creyente regenerado puede obtener. Consiste en ser limpiados de todo pecado, amando a Dios con todo el corazn, alma, mente y fuerza, y amando a nuestro prjimo como a nosotros mismos. Este gracioso estado de amor perfecto se puede obtener en esta vida por medio de la fe, tanto gradualmente como instantneamente, y cada hijo de Dios debe buscar ardientemente crecer en la gracia. No nos libra de las tentaciones, las debilidades, la ignorancia y los errores comunes al hombre. Aceptamos como nuestra interpretacin doctrinal los Sermones de Wesley, las Notas de Wesley sobre el Nuevo Testamento, el Diario de Wesley y el relato de Wesley sobre la perfeccin cristiana. VI. Redaccin de un Nuevo Artculo X A la luz de esta presentacin y de esta revisin de los artculos de fe comparables a la nuestra de parte de denominaciones e instituciones hermanas, vemos la necesidad de que surja un artculo nuevo, positivo y alegremente afirmativo. Al concluir este trabajo intentamos entonces redactar un nuevo artculo, sugiriendo palabras que tome en cuenta la crtica de los siete puntos del Artculo X en la Seccin I de esta ponencia. Aqu intentamos expresar la doctrina en forma contempornea, mostrando ms plenamente su coherencia con las principales doctrinas de la fe cristiana:

    Artculo X: Santidad Cristiana y Entera Santificacin Creemos que la santificacin del creyente es esa transformacin a la semejanza de Cristo que empieza con la regeneracin. Al incorporarse al cuerpo de Cristo, confiar en Su Expiacin y convertirse en hijos de Dios el Padre en la comunin del Espritu, los nuevos creyentes toman la cruz y aprenden a morir diariamente con Cristo, viviendo en obediencia fiel a los grandes mandamientos en el poder del Espritu. Al participar de los medios de gracia, especialmente la comunin cristiana, las disciplinas y sacramentos de la Iglesia, el creyente crece en gracia y en el amor

  • de Dios y el prjimo, pero todava por medio de esto se vuelve cada vez ms consciente de una profunda necesidad de purificacin interna de la pecaminosidad persistente y multifactica del orgullo, el egocentrismo y la idolatra. Creemos que con tal crecimiento en la gracia y conocimiento de nuestro Seor y Salvador Jesucristo, el Espritu Santo lleva al creyente al punto de la entera santificacin, cuando por medio de la fe en Cristo quien muri por nuestra salvacin plena, el Espritu Santo llena al creyente con un amor sincero para Dios y el prjimo, purificando as el corazn. Llenos con el Esprritu del Seor Resucitado, quien bautiz a la Iglesia Apostlica con el Espritu Santo el da del Pentecosts en cumplimiento de las promesas del nuevo pacto, los creyentes son facultados an en sus debilidades para dar testimonio de l en una vida de victoria. Mientras esperan la redencin del cuerpo, los creyentes todava confiesan fallas, transgresiones y faltas, pero continan hacia un carcter cada vez ms maduro y santo a la imagen de Dios.

    Un Comentario Sobre esta Propuesta Creemos Todo artculo de fe empieza con estas palabras Que la Santificacin El sujeto del nuevo Artculo de fe como un todo es la santificacin como un todo. La entera santificacin se explica mejor dentro de este contexto. Del Creyente Hoy queremos decir mucho sobre la santificacin corporativa, y este borrador intentar establecer a la santificacin en el contexto de la eclesiologa. Sin embargo, aunque debemos tratar de alejarnos del individualismo, no somos libres para rechazar el nfasis evanglico y pietista en la salvacin y santificacin personal (para m) arraigado en Pablo (Glatas 2:20) y afirmado por figuras importantes en la historia cristiana incluyendo a Carlos y Juan Wesley (la maravilla de Su amor, por m muri el Salvador). (Se aaden las cursivas para indicar un nfasis). Por lo tanto la terminologa de creyente que aparece en el presente artculo de fe X se mantiene. Es esa Transformacin

    Esta es una palabra usada por los telogos Wesleyanos de la actualidad para contrarrestar la idea de que la salvacin slo significa perdn (justificacin) pero menos que un cambio real (santificacin). Pero la palabra tambin es bblica (metamorphousthe, Romanos 12:2).

    A la Semejanza de Cristo La semejanza de Cristo, la meta del cristiano (1 Juan 3:2), es una de las formas ms importantes de Wesley para explicar la perfeccin cristiana

  • (Wesley, John. A Plain Account of Christian Perfection. Kansas City: Beacon Hill Press, 1966, 27: Desde otra perspectiva, es toda la mente que estaba en Cristo, permitindonos caminar como Cristo camin).

    Que Empieza con la Regeneracin Obviamente, esto afirma lo que los telogos Wesleyanos llaman santificacin inicial, concepto que no est explcito en el artculo presente. Los fundamentos exegticos para esto podran multiplicarse. Con en lugar de en explica que esto no es tanto una declaracin del cundo pero una declaracin de que una dimensin de la regeneracin es la santificacin inicial.

    Al Incorporarse al Cuerpo de Cristo Aqu se afirma el contexto colectivo o eclesiolgico ausente en la redaccin actual. Confiar en Su Expiacin Esto conecta la santificacin a la doctrina de la Expiacin y afirma que inclusive la santificacin inicial no es un logro personal pero ocurre a travs de la fe en la obra de Cristo. Esta terminologa es preferible hoy a la frase que se usa ms adelante en el presente Artculo de fe, provista por la sangre de Jess. Y Convertirse en Hijos de Dios Padre Reflejando las doctrinas juaninas y paulinas (Juan 1:13, Rom. 8:15, Gal. 4:6) de que somos atrados a la familia de Dios. En la Comunin del Espritu

    La palabra comunin se introduce deliberadamente aqu para reflejar a 1 Corintios 13:14 y 1 Juan 1:3. Ambas referencias, junto con las referencias en las clusulas previas al Hijo y al Padre, dejan en claro que la doctrina de la santificacin est firmemente arraigada en una doctrina totalmente relacional de la Santa Trinidad.

    Los Nuevos Creyentes Toman la Cruz Esta frase refleja la visin Marcana de la vida de santidad como la vida del discipulado (8:34). Y Aprenden a Morir Diariamente con Cristo Esta frase es fraseologa Paulina (I Cor. 15:31) haciendo eco de Marcos 8:34. Tambin se refiere a la larga tradicin en la teologa Cristiana de entender la santificacin y la vida espiritual del Cristiano como mortificatio y vivificatio, morir con Cristo al pecado para que podamos ser levantados con l en justicia (Rom. 6:5-11). Viviendo en Obediencia Fiel a los Grandes Mandamientos

    Esto enfatiza la doctrina de Juan Wesley de que la obediencia externa y la victoria sobre el pecado empiezan en la regeneracin, no en la entera santificacin (como la podra sugerir un tipo de doctrina Keswickiana). Juan Wesley usa la frase obediencia celosa en su descripcin de cmo el cristiano debe moverse hacia la entera santificacin (Wesley, John. A Plain Account of Christian Perfection. Kansas City: Beacon Hill Press,

  • 1966, 19, citando Pensamientos sobre la perfeccin cristiana, 1759), sin embargo hemos preferido fiel y elegido subrayar especficamente los grandes mandamientos.

    En el Poder del Espritu Una vez ms se hace la conexin pneumatolgica, esta vez usando especficamente el lenguaje lucano de dynamis (poder). Participando en los Medios de Gracia, Especialmente la Comunin Cristiana, las Disciplinas y Sacramentos de la Iglesia Esta frase es obviamente un intento de incorporar la dimensin corporativa, eclesiolgica y poner el crecimiento personal en la gracia dentro de ese contexto, particularmente en el nfasis de Wesley en cuanto a los medios de gracia. El Creyente Crece en Gracia Usando el lenguaje bblico (II Pedro 3:18) para expresar lo que Juan Wesley llam la obra gradual de la santificacin (Sermn 43, El camino escritural de la Salvacin, 1765, BE 2:160) prefirindolo al lenguaje impersonal y anti bblico de proceso. Y en el Amor de Dios y el Prjimo Este es el primer uso de la palabra amor, pero ya que es crecimiento en amor, entonces el amor ha estado ah desde el principio. Pero Todava Esta frase indica una tensin en el creyente entre el ya y el todava no. Por medio de Esto se Vuelve Cada vez ms Consciente Esto se basa en la doctrina de Juan Wesley del Arrepentimiento de los Creyentes como lo expresa este pasaje del Sermn 21, El Sermn del Monte Discurso 1, 1739?) BE 1:482f: La conviccin que sentimos del pecado innato es ms profunda cada da. Entre ms crezcamos en la gracia, ms vemos la desesperada maldad de nuestro corazn. Entre ms avancemos en el conocimiento y amor de Dios, mediante nuestra separacin de Dios, de la enemistad que es nuestra mente carnal y la necesidad de nuestro ser enteramente renovado en justicia y verdadera santidad. De una Profunda Necesidad de una Purificacin Interna A pesar de la crtica contempornea a la idea del espacio interno y el ser cartesiano, debemos afirmar el concepto bblico de los pensamientos internos del corazn o mente como parte del co