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1 "El héroe contra el indio en el periodismo de la Guerra de Castas: texto y confrontación (1847-1853)", ponencia presentada en el “XIII Encuentro Nacional CONEICC: comunicación para la integración y la paz”, Mérida, Yucatán, 2005. M.C.A. Rocío Leticia Cortés Campos Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY Antecedentes La Guerra de Castas (1847-1901) fue un evento que, durante su primera etapa, sacudió las estructuras de la sociedad yucateca. Afectó a todos los sectores de la población de maneras muy diferentes, pero en general las consecuencias socioeconómicas fueron de grave intensidad. Parte de los afectados de la Guerra fueron los hacedores de los varios periódicos de la época. Dentro de este grupo de periodistas estaban los redactores, columnistas y directores de las numerosas gacetas y boletines que circularon en el tiempo en que ocurrió el estallido. Esta situación marcó fuertemente la producción periodística que se gestó en el turbulento Yucatán del siglo XIX, ya que los escritores y/o periodistas eran, como también resultaron afectados los indígenas, parte importante de los resentidos económica o afectivamente de la guerra. En palabras de Genny Negroe Sierra Durante los primeros años de insurgencia indígena, la sociedad yucateca polarizó la situación al extremo, con grandes pérdidas sentimentales y materiales en ambos bandos, los indios sublevados y los blancos. Casi todas las familias perdieron a alguno de sus miembros, y en el mejor de los casos, amigos cercanos y queridos 1 La vida económica y social de la provincia yucateca, que estaba integrada entonces por las entidades que actualmente constituyen los estados soberanos de Quintana Roo, Campeche y el propio Yucatán, se vio afectada poderosamente a raíz de este acontecimiento, del que no resultaron ilesos los periodistas. Por supuesto, los periódicos anuncian casi todo tipo de situaciones que resulten llamativas y que merezcan prestar atención. La Guerra de Castas era un evento que no podía pasar desapercibido, pero en medio del huracán; el periodismo generado en esta época –escrito por yucatecos blancos que veían sus intereses afectados- toma matices que van más allá que de ser meramente informativos: son ideológicos en tanto los periodistas manifestaban su sentenciosa desaprobación hacia el evento. Gran parte de los comentarios emitidos por medio de los rotativos de entonces estaban planteados en consideración con el modo en que la guerra lesionara al grupo periodístico de Yucatán. En el aspecto económico, por ejemplo, las empresas, especialmente las que se encontraban en sus más fructíferos momentos de producción, quedaron destruidas, “situaciones de confusión, caos, miedos y ansiedades, comunes en circunstancias similares, se dieron donde la inseguridad era lo único seguro” 2 Un evento tan trascendente para la historia de Yucatán no podía pasar desapercibido, especialmente para el periodismo que desde su creación ha sido un medio presentador de los eventos más importantes de la historia, y cuyas reseñas ha dejado . 1 Negroe, Genny, 1997:11 2 Negroe, 1997:11

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    "El hroe contra el indio en el periodismo de la Guerra de Castas: texto y confrontacin (1847-1853)", ponencia presentada en el XIII Encuentro Nacional CONEICC: comunicacin para la integracin y la paz, Mrida, Yucatn, 2005. M.C.A. Roco Leticia Corts Campos Facultad de Ciencias Antropolgicas de la UADY

    Antecedentes La Guerra de Castas (1847-1901) fue un evento que, durante su primera etapa,

    sacudi las estructuras de la sociedad yucateca. Afect a todos los sectores de la poblacin de maneras muy diferentes, pero en general las consecuencias socioeconmicas fueron de grave intensidad. Parte de los afectados de la Guerra fueron los hacedores de los varios peridicos de la poca. Dentro de este grupo de periodistas estaban los redactores, columnistas y directores de las numerosas gacetas y boletines que circularon en el tiempo en que ocurri el estallido.

    Esta situacin marc fuertemente la produccin periodstica que se gest en el turbulento Yucatn del siglo XIX, ya que los escritores y/o periodistas eran, como tambin resultaron afectados los indgenas, parte importante de los resentidos econmica o afectivamente de la guerra. En palabras de Genny Negroe Sierra

    Durante los primeros aos de insurgencia indgena, la sociedad yucateca polariz la situacin al extremo, con grandes prdidas sentimentales y materiales en ambos bandos, los indios sublevados y los blancos. Casi todas las familias perdieron a alguno de sus miembros, y en el mejor de los casos, amigos cercanos y queridos1

    La vida econmica y social de la provincia yucateca, que estaba integrada entonces por las entidades que actualmente constituyen los estados soberanos de Quintana Roo, Campeche y el propio Yucatn, se vio afectada poderosamente a raz de este acontecimiento, del que no resultaron ilesos los periodistas. Por supuesto, los peridicos anuncian casi todo tipo de situaciones que resulten llamativas y que merezcan prestar atencin.

    La Guerra de Castas era un evento que no poda pasar desapercibido, pero en medio del huracn; el periodismo generado en esta poca escrito por yucatecos blancos que vean sus intereses afectados- toma matices que van ms all que de ser meramente informativos: son ideolgicos en tanto los periodistas manifestaban su sentenciosa desaprobacin hacia el evento. Gran parte de los comentarios emitidos por medio de los rotativos de entonces estaban planteados en consideracin con el modo en que la guerra lesionara al grupo periodstico de Yucatn.

    En el aspecto econmico, por ejemplo, las empresas, especialmente las que se encontraban en sus ms fructferos momentos de produccin, quedaron destruidas, situaciones de confusin, caos, miedos y ansiedades, comunes en circunstancias similares, se dieron donde la inseguridad era lo nico seguro2

    Un evento tan trascendente para la historia de Yucatn no poda pasar desapercibido, especialmente para el periodismo que desde su creacin ha sido un medio presentador de los eventos ms importantes de la historia, y cuyas reseas ha dejado

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    1 Negroe, Genny, 1997:11 2 Negroe, 1997:11

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    impresas a lo largo de los aos, como testimonio de las diferentes actividades del hombre.

    El periodismo yucateco previo a la Guerra de Castas Los peridicos de la Pennsula de Yucatn en los primeros cuarenta aos del siglo

    XIX, se dedicaban ms bien a publicar las fricciones entre los propios polticos yucatecos (liberales o conservadores) e incluso con respecto al poder presidencial. Pero, en 1847, cuando tiene lugar ese movimiento indgena del que hemos hablado, el estallido de la Guerra de Castas, y conforme los ataques de los indgenas cobraron fuerza, quedaron en segundo plano los diferentes conflictos entre los yucatecos por una repblica federal o central, la separacin o anexin de la pennsula de Yucatn respecto a Mxico, y la guerra con Estados Unidos de Norteamrica, que eran los asuntos ms importantes sobre los que versaban peridicos locales como El Siglo XIX (en su primera etapa de 1840 a 1847), El Semanario (1841), El Espritu del Siglo (1841-1842), El Independiente (1843) y El Anteojo (1843). El conflicto armado se gestaba dentro de la propia pennsula, ya dividida de por s, causando daos internos que deban atenderse primero.

    En este tiempo, precisamente en uno de los momentos ms difciles de la historia de Yucatn, el periodismo peninsular cobr uno de sus ms importantes papeles: se convirti en vocero de la clase blanca afectada por la Guerra de Castas y comenz a combatir, criticar y cuestionar duramente la razn de ser de la Guerra, desde luego, a partir de un punto de vista muy particular de criollos.

    El periodismo yucateco durante la Guerra de Castas

    Al grupo de periodistas, que seran importantes oponentes de la Guerra de Castas

    pues a travs de sus crticas en los medios impresos manifestaban un tcito desacuerdo con el movimiento, lo llamaremos grupo blanco. Esto debido a que en sus textos relativos a la Guerra, uno de los principales manejos temticos descansaba en la separacin de razas o castas. Para el grupo de los periodistas, la Guerra de Castas estuvo fuertemente marcada por la diferenciacin del color de la piel y de las costumbres.

    A travs de las pginas de los diferentes peridicos de este tiempo, los periodistas de la poca, pertenecientes al grupo ya citado, procuraban demostrar las atrocidades que continuamente cometan los indgenas brbaros, como parte de esa sublevacin que varios intelectuales consideraban injustificada. Para Sierra OReilly

    En presencia del indio sublevado, que sacudiendo el hacha mortfera con una mano en la otra llevaba la tea incendiaria, el hombre blanco sinti aterrorizarse y confundirse. Aquella guerra salvaje y sin cuartel, la saa implacable con la que llevaba a efecto un enemigo fuerte por nmero y por su ardor ciego y brutal; el desgarrador gemido de mujeres, ancianos y nios, la terrfica barrera del mar impidiendo el paso franco a los fugitivos que sentan sobre sus hijares el machete indio; el frenes delirante con que los brbaros reducan a escombros las aldeas, villas y ciudades, destruyendo los templos y monumentos de nuestra civilizacin 3

    Peridicos como El Fnix (1848-1851), La Aurora (1851-1852), La Fidelidad Yucateca (1851), El Noticioso (1847) y La Patria (1848), entre otros, condensan en sus 3 Sierra, T. I, 1994:17

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    pginas una gran diversidad de notas editoriales en las cuales la gran parte de los intelectuales de la poca reprochaba el levantamiento indgena. Tenemos, por ejemplo, la columna llamada Guerra de Brbaros, publicada en El Fnix a lo largo de los aos de vida de este rotativo, en la que se informaba al lector de los ataques suscitados, con una clara tendencia ideolgica anti-indgenas y pro-blancos. Basta el ttulo de la misma columna para evidenciarlo.

    Para Jean Paul Sartre, el escritor tiene determinadas funciones para con su sociedad que lo obliga a atenerse a ciertos patrones. Sartre dice que finalmente el escritor tiene que ver por su grupo y tiene que escribir a ellos.

    No hay libertad gratuita (...) lo quiera o no y aunque aspire a laureles eternos, el escritor habla a sus contemporneos, a sus compatriotas, a sus hermanos de raza o clase 4

    Esto fue lo que sucedi en buena medida con los periodistas y sus lectores de la Guerra de Castas. Los periodistas tomaron la decisin de entablar una lucha ideolgico-periodstica en pro de los blancos y contra los indgenas, a travs de los mensajes publicados en las pginas de los peridicos. Mensajes en los que se vituperaba al indgena y se vanagloriaban de las supuestas victorias de los blancos sobre los grupos opositores. El periodismo yucateco fue no slo un vehculo comunicador de noticias e informacin, sino que tambin fungi como instrumento de defensa y expresin del grupo blanco. Fue un transmisor de ideologa anti-indgenas, pro-blancos, un medio ideolgico de comunicacin.

    Los peridicos, dice Pereira Lima5

    Buen ejemplo de esta necesidad y tendencia del periodismo noticioso lo encontramos en el Boletn del Gobierno Provisional de Yucatn (1847) que al principio se publicaba cada tres das, y ms tarde diariamente hasta su desaparicin. Este peridico estaba dedicado exclusivamente a notificar los eventos ms importantes ocurridos en el gobierno y con respecto a la Guerra de Castas. Lo interesante en este peridico es no slo la intencionalidad de relatar los acontecimientos de las batallas, sino el matiz con que la narracin se haca. El lema del boletn, con un claro mensaje de guerra, sugiere muchas interpretaciones de las que podra leerse que la lucha contra la Guerra de Castas era, para este peridico, una batalla encarnizada entre el bien y el mal; entre el desenfreno y el orden: por la estabilidad y la paz de la sociedad blanca, por supuesto-; por eso era necesario pelear y desintegrar el mal que pudiera ponerla en peligro

    , existen ante todo para relatar los acontecimientos sociales de la actualidad y poner al pblico al tanto de los mismos. Esta premisa no fue la excepcin en el periodismo yucateco, que tambin tena entre sus objetivos ms importantes ofrecer a su lectorado informacin de ltima hora sobre los sucesos ms recientes respecto de la poltica, y ya en 1847, sobre los detalles ms actuales de la Guerra de Castas.

    Cuando suena la voz de la anarqua, cuando ruge el furor de la venganza, preciso es abatir la furia impa y abatirla a su tiempo, sin tardanza6

    4 Sartre, 1976:89 5 Pereira, 1991:47 6 Boletn Provisional de Yucatn, No. 22, 28/marzo/1847:1

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    Con este lema, el peridico convoca a la pelea, a la defensa de lo que se supone propio, y a combatir a la anarqua, que en este caso se nos presenta como el movimiento de la Guerra de Castas, dirigida por indgenas.

    El periodismo regional, comenta Alexander Naime7

    La Guerra de Castas fue un evento que durante muchos aos tuvo en jaque a toda la sociedad blanca yucateca, que tena la necesidad de informarse de los eventos ltimos que ocurran con respecto de este movimiento. Por eso la gran mayora de los peridicos de la poca estn cargados de informacin noticiosa relacionada con los acontecimientos de la guerra. Por ejemplo, a un ao de iniciada la Guerra de Castas, el peridico La Patria (1848-1850) public, firmado por La Redaccin, el artculo titulado Razn de los pueblos de Yucatn que han cado en poder de los indios sublevados con expresin total de sus habitantes, deduciendo el nmero de varones contribuyentes, sean vecinos distintos de la raza de aquellos

    , tiene un valor en s mismo, toda vez que refleja el acontecer diario de una comunidad de intereses y proyectos: manifiesta las preocupaciones inmediatas de los conciudadanos, sus gustos y preferencias, incluso los juegos de poder o de convergencia en que se halla inmerso el quehacer de la sociedad, y eso es lo que suceda con el periodismo de la poca estudiada.

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    Otros ejemplos de periodismo noticioso se pueden encontrar en publicaciones como El Siglo XIX (1850-1853), La Razn (1840-1850)

    . Se trata de una relacin pormenorizada de los pueblos que haban cado en manos de los indgenas. El encabezado de la relacin en que se exponan estos detalles es muy especfico y explicativo del enfoque y la direccin noticiosa con la que se presenta el documento. En esta relacin del estado en el que se encontraban los pueblos sitiados (Valladolid, Yaxcab, Peto, Tekax y Tizimn) no slo se aprecia la intencionalidad noticiosa per se, sino tambin la insistencia constante de separar a los bandos en oposicin, los blancos y los indgenas, pues en la relacin se exponen los nombres de los sitios tomados, pero inmediatamente se aade una nota estadstica acerca de la cantidad de blancos que se calcula sobrevivieron al ataque indgena que sufrieron estas poblaciones.

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    , La Unin (1847-1848) y La Revista Yucateca (1847-1848 y 1849) que condensaban en sus pginas las ltimas noticias de los acontecimientos ms sobresalientes relacionados con la poltica y la guerra. El Siglo XIX ofrece una nota informativa de ltimo momento, muy caracterstica de esta directriz informativa y noticiosa que persegua el periodismo yucateco durante la Guerra de Castas. En esta nota, El Siglo XIX haca saber al pblico lector de los ltimos eventos de la guerra

    La Redaccin

    Los sublevados han llevado su audacia hasta el extremo de acometer a Bolonchen, en cuya plaza estuvieron algunas horas, cometiendo como acostumbran, robos y otros crmenes. Felizmente se han tomado todas las medidas para castigar sus atrevimientos y escarmentarlos 10

    En esta cita puede apreciarse un marcado desdn hacia los soldados indgenas, a quienes se acusa de criminales pues atentan contra la seguridad de la poblacin. Inmediatamente despus de sealar los estragos cometidos por los indgenas, se evidencia la vanagloria que se hace a los soldados blancos, pues fueron ellos nos dice el informe- quienes se encargaron de devolver la estabilidad a la zona afectada. Ejemplos 7 Naime, 1992:1 8 La Patria, T. II, No. 10, 18/febrero/ 1848:1 9 En su artculo La Imprenta y el periodismo de 1814 a 1821 (1977:58), Canto Lpez asegura que los aos de vida de este peridico se prolongan desde 1840 a 1850. De mi parte, los nicos nmeros que encontr de este peridico fueron los correspondientes a 1850. 10 La Redaccin, en: El Siglo XIX, 2 poca, No. 65, 27/noviembre/1850:3

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    como stos en los que se ensalza la victoria de los blancos sobre los indgenas pueden encontrarse en gran nmero. Muchos de los casos que se presentan en esta tesis tienen caractersticas semejantes, como se ver posteriormente.

    La civilizacin y la barbarie: el heroico soldado contra el indio brbaro y salvaje

    La gran batalla entre la civilizacin y la barbarie de la Guerra de Castas, se efectu no slo en la espesa vegetacin de la selva yucateca, sino tambin en la prensa escrita. La guerra que se relata en artculos, y en los partes oficiales escritos por los soldados a cargo, cuyos textos relativos al tema tambin se publicaban en los peridicos, constituye una lucha ideolgica librada en tinta y papel; es una lucha que se escribe y se reinventa en las pginas de los peridicos.

    En el discurso ideolgico del periodismo de la Guerra de Castas intervienen varios tpicos que se tornan comunes debido a la frecuencia con la que se presentan en los contenidos de los variados peridicos de la poca. Uno de los aspectos que ms destaca y que nos proponemos analizar a continuacin, es la idealizacin heroica con la que se enviste al soldado blanco en confrontacin directa con en el salvaje indgena sublevado, de acuerdo con la presentacin que de ellos hacen los peridicos. Los reportajes relativos a la Guerra, la gran mayora tendenciosos a favorecer a los combatientes blancos, fueron escritos teniendo como piedra angular el enfrentamiento de dos polos opuestos, establecidos en una lucha encarnizada entre el bien y el mal; en el primer sitio estn los soldados blancos; en el segundo, los indgenas. Por eso es tan comn encontrar en los artculos comentarios de los periodistas que halagan las virtudes y las hazaas de los soldados blancos, en tanto que la caracterizacin del indgena refiere a un ser sin sentimientos, y cuyo nico objeto a alcanzar es la venganza. La polarizacin de los roles y la caracterizacin de sus conductas, a travs de la idealizacin para los soldados blancos, o bien la demarcacin, exageracin y quiz invencin de actitudes negativas y peyorativas, en el caso de los soldados indgenas sublevados, son elementos que permean constantemente los escritos referentes al relato de las batallas. Y uno de los medios por los cuales puede discernirse el discurso ideolgico del periodismo pro-blancos anti-indgenas, es precisamente por va de la comparacin de esta caracterizacin de papeles y desenvolvimientos entre las dos vertientes principales que tienen injerencia en el evento, es decir, en el anlisis de la caracterizacin presentada por los peridicos en relacin con los blancos y los indgenas.

    Uno de los recursos ms socorridos en la narracin de los acontecimientos relacionados con la guerra, y que est directamente implicado en el discurso anti-indgenas, es la exaltacin ideolgica del elemento blanco. Para llevar al cabo esta magnificacin del bando blanco opuesto al indgena sublevado, el periodismo de la Guerra de Castas se vali de la idealizacin y casi la invencin de un personaje protagnico para sus reportajes: el soldado.

    Pero no se trata del soldado indgena que se volvi hidalgo gracias a la convocatoria del gobierno11

    Los adjetivos, calificativos y comentarios en general realizados acerca del soldado blanco se reconfiguran en alabanzas repetidas y frecuentes. En las columnas y los

    para pelear contra los indgenas no hidalgos, sino del soldado blanco que rechazaba el avance del enemigo, y que iba a marchas forzadas oponindose a la opresin ejercida por el indgena. La invencin de un soldado que no conoce temores, y que pierde la vida en el combate, es una de las principales veras que tom este direccionismo pro-blancos anti-indgena de la Guerra de Castas. El soldado blanco, entonces, se convirti en un salvador dotado de las virtudes ms grandiosas y heroicas. Era noble, valiente, aguerrido y temerario ante los malvados que amenazan la paz y el orden, la civilizacin.

    11 Bojrquez, 1979:99

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    escritos publicados en los peridicos se establecan las caractersticas de un soldado que era verdaderamente heroico. Se trataba de un soldado que se entregaba en cuerpo y alma, de acuerdo con el discurso periodstico, en la defensa de la vida y la libertad.

    Era un soldado que en la enfermedad se esforzaba y luchaba, y que hasta en su lecho de muerte convocaba a la pelea. La Unin publica un artculo de Isidro Gonzlez, de quien explica se trataba de un oficial herido, desde su lecho de dolor 12

    Con esta imagen, se aprecia que el soldado blanco era descrito por el periodismo como un hroe esforzado e incansable. Sin embargo, era un hroe que senta y tena necesidades, que tambin tena familia y quera regresar a su casa. El Siglo XIX captura esta situacin:

    , que pese a su estado convaleciente dirigi una alocucin a sus compaeros de guerra, en la que los invitaba a seguir combatiendo, sin importar la adversidad.

    Aun cuando no fuera otra la causa de dar en esta ocasin un nuevo impulso la campaa, que la de aproximar el momento de que descansen de sus nobles fatigas esos bravos adalides del estado, esos campeones heroicos quienes no han hecho sucumbir los peligros ni las privaciones, ni las enfermedades, estbamos todos los dems obligados a cooperar ese impulso con todas nuestras fuerzas; estbamos obligados, porque nada es mas justo que acelerar el trmino de esta guerra para que vuelvan a sus hogares llenos de gloria esos invictos yucatecos que tanto han hecho y que merecen con sobradsima razon el sobrenombre de patricios ilustres, de ciudadanos benemritos 13

    El soldado blanco de este periodismo se esmeraba por conservar y proteger su patrimonio. Era heroico porque era tenaz y valeroso; se preocupaba por la seguridad de su pueblo, y la prensa se congratulaba con su audacia, pero principalmente manifiesta su beneplcito cuando el ejrcito obtiene una victoria. El discurso es ms halagador conforme ms difcil sea la contienda. Para El Regenerador

    El herosmo con que los valientes defensores de la villa de Bacalar se mantienen en aquel punto, que sobre los rudos ataques de los brbaros que est expuesto y ha sufrido repetidas veces, tiene la circunstancia de un clima mortfero, capaz de arredrar al mas esforzado, merece una particular consideracin, no solo de parte del gobierno, sino de todos los yucatecos cuyos intereses se sostienen all con ejemplar constancia 14

    En cambio, la situacin del indgena era completamente diferente. En los peridicos no alcanzaban los espacios para denigrarlo. Si del soldado blanco se deca que era un hroe, en el caso del soldado indgena los periodistas se esmeraron en hallar los ms extravagantes vocablos para insultarlo y denigrarlo.

    Son muy contradictorias y distantes las apreciaciones que los periodistas hacan entre los dos ejrcitos que se confrontaban en la lucha armada de 1847. El soldado blanco generalmente era noble y leal, salvo algunas situaciones excepcionales en las que era dotado de una malignidad producto de las circunstancias en las que se desenvolva debido a la guerra. Mataba porque era justo aniquilar al enemigo. El indgena casi siempre era desalmado y soez, y slo en casos muy extraordinarios se hablaba de l de manera menos peyorativa.

    Se dudaba incluso de los indgenas que no estaban en guerra, pues hasta los llamados pacficos eran indignos de la confianza de los blancos. En un parte oficial publicado en El Siglo XIX, Eulogio Rosado escribe que el cantn de Ekpedz fue invadido la 12 D. Isidro Gonzlez. Este oficial herido desde su lecho de dolor y por la imprenta de Corrales ha dirigido a sus compaeros la alocucin que sigue, en: La Unin, No. 11, 8/enero/1848:4 13 La Redaccin, El Siglo XIX, No. 74, 18/Dic/1850:3 14 El Regenerador, en: El Regenerador, No. 51, 10/junio/1853:3

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    noche anterior por un grupo de rebeldes en conjunto con los indgenas que rodean la zona, los cuales para Rosado no son dignos de la amistad que pudiera ofrecerles la comunidad blanca, porque son hipcritas y agresivos

    hice salir en la maana de hoy de este punto una fuerza de setenta y cinco hombres, al mano del capitan D. Dionisio Valencia en persecucin de los rebeldes, que tuvieron el temerario arrojo de atacar el canton de Ekpedz, apoyados sin duda de algunos indios presentados del mismo punto, pues todos en mi concepto no estn de buena f, porque el carcter del indgena yucateco es siempre hipcrita y felnico 15

    La gran mayora de las actividades emprendidas por los indgenas sublevados eran consideradas como actos irreverentes que atentaban contra la vida humana. El periodismo de la poca difcilmente poda notificar un evento sin inmediatamente interponer una crtica severa y tenaz respecto del acontecimiento que relataba. Cuando refera las empresas blicas ejecutadas por los indgenas, y los resultados de stas tomaban tintes sangrientos, los periodistas no contenan la excitacin de la tragedia, y estallaban en comentarios colricos muy acordes con la ideologa pro-blancos anti-indgenas que enarbolaba el periodismo. La Revista Yucateca escribe acerca de una de las hazaas lideradas por los indgenas en Tixcacalcupul en 1847:

    ASESINATOS.- En Tixcacalcupul una partida de brbaros comandada, dicen, por una tal Novelo, personaje histrico en el sangriento drama de Valladolid, cuyo desenlace todava est pendiente, repiti las escenas de Tepic. Furon asesinados el cura, su ministro y catorce vecinos. No sabemos si esto puede llamarse progreso 16

    Puede considerarse que el indgena era vituperado por el periodismo, como una

    forma de apaciguar el temor de la comunidad blanca de verse totalmente exterminada y expulsada de la pennsula, pues ste era uno de los grandes miedos de la sociedad blanca yucateca. Cuando los periodistas escriban que un oponente tan cobarde y temeroso no poda vencer al bizarro ejrcito blanco, uno de sus objetivos era precisamente tranquilizar al lectorado blanco, que era al que finalmente llegaba esta informacin, y que tambin deba confiar en la valenta del soldado

    El gran No. de prisioneros y de bestias que el coronel Novelo trajo del campo enemigo, prueba que los sublevados no pueden ya alcanzar triunfo alguno sobre nuestra benemritas tropas, pues aun en el estado nada lcido en que regres la guarnicion de Bacalar por lo mortfero del clima, les caus las prdidas considerables de que tienen ya conocimiento nuestros lectores 17

    Uno de los peridicos que con mayor ahnco abordaba el tema de los indgenas era El Fnix, peridico dirigido por Justo Sierra OReilly, uno de los ms grandes crticos de la guerra, pero sobre todo de los indgenas. El mvil principal de su publicacin fue precisamente conocer y cuestionar las razones del movimiento. Por supuesto, las conclusiones que se extrajeron de estos anlisis casi siempre fueron en favor de los blancos y en deploro de los indgenas brbaros, enemigos de la civilizacin

    Uno de los motivos mas graves que nos indujeron la publicacion del Fnix, fue la necesidad imperiosa e imprescindible que existe de entrar de plano en el examen de las causas que han provocado la actual rebelin de la raza indgena, para buscar el remedio del inmenso mal, cuyas consecuencias no pueden todava calcularse. Echar

    15 De oficio. Comandancia general del Estado de Yucatn, en: El Siglo XIX, No. 5, 10/julio/1850:2 16 Asesinatos, en: La Revista Yucateca, 1987:111-112 17 El Regenerador, en: El Regenerador, No. 47, 1/junio/1853:4

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    un lado esta cuestion y no detenerse en ella, es suscribir nuestra sentencia de muerte; es votar nuestra agonizante sociedad su total ruina; es consentir en que Yucatn desaparezca de entre los pueblos civilizados 18

    Buen ejemplo de la manera en la que este peridico apoyaba el exterminio del

    indgena, es el comentario que public El Fnix cuando el gobierno anunci el destierro -que en realidad sera su venta al extranjero-, de los soldados indgenas capturados. El Fnix se congratula con esta medida porque, a criterio de sus redactores, el indgena no haba querido vivir en paz con el blanco, y la nica manera en la que poda solucionarse el conflicto era expulsando de Yucatn a los prisioneros de guerra

    El gobierno del estado, en uso de las facultades extraordinarias de que se halla revestido, ha decretado que todo brbaro hecho prisionero con las armas en la mano, puede ser expulsado del territorio de Yucatan. Aplaudimos semejante medida y ojal hubiera podido realizarse de mucho tiempo ntes. Esto prueba que, se comienza y conocer la necesidad de dividir nuestros intereses de los indios. La raza indgena no quiere, no puede amalgamarse (permtasenos esta metfora) con ninguna de las otras. Esa raza debe ser sojuzgada severamente y aun lanzada del pais, si eso fuera posible. No cabe mas indulgencia para ella: sus instintos feroces descubiertos en mala hora, deben ser reprimidos con mano fuerte. La humanidad, la civilizacin lo demandan as 19

    La severidad con que se trata a los indgenas es concluyente. Los indgenas deben ser eliminados de la faz de la tierra, slo as, escribe El Fnix, podr devolverse a Yucatn la paz y estabilidad que tanto anhela.

    Sobre esta cuestin de amalgamar a las razas, como escribe El Fnix en la cita anterior, es importante destacar que una de las grandes inquietudes que surgieron entre los periodistas de la poca, a partir del estallido, fue conocer los orgenes y las causas de ste. Justo Sierra OReilly tuvo algunas tesis importantes al respecto; sus ideas sealaban hacia dos puntos principales: los indgenas se sublevaron por un odio que surgi desde la conquista de Yucatn, y tambin por una xenofobia cimentada en el color de la piel de los invasores, como llamaba Sierra OReilly a los conquistadores espaoles.

    Sierra OReilly, jurista, poltico, historiador y novelista fue, tambin, uno de los principales periodistas de Yucatn en esta poca. En su trabajo como escritor, en su novelstica, en sus ensayos, estudios histricos y hasta en sus opiniones polticas, puede apreciarse que tiene una ideologa marcadamente pro-blancos y por supuesto, tambin anti-indgenas. Sobre la obra de Sierra OReilly, Campos Garca20

    comenta que su concepto acerca del hombre era completamente racial, y que esto determin en buena medida la direccin de su periodismo y la crtica que Sierra OReilly haca a la Guerra de Castas, especialmente en Los Indios de Yucatn

    la raza implica como caracterstica innata su estadio social a la cual se identifica. As el blanco es portador de la civilizacin y el indio es un ser por debajo de ella () Sus Consideraciones sobre el origen, causas y tendencias de la sublevacin de los indgenas, sus probables resultados y su posible remedio no son una crnica de acontecimientos desde la Conquista, es una lucha de historias trascendentales que explican el porqu de la guerra, es una historia de la raza indgena en su relacin con la europea 21

    18 Consideraciones sobre el origen, causas y tendencias de las sublevacin de los indgenas, sus probables resultados y su posible remedio, en: El Fnix, No.3, 10/Nov/1848:3-4

    19 Guerra de los brbaros, en: El Fnix, No. 4, 15/Nov/1848:3-4. Las negritas son mas. 20 Campos, 1987:177 21 Campos, 1987:177-178

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    El discurso que exaltaba y que tambin inventaba- las virtudes de los combatientes blancos y que de envileca las caractersticas de los soldados indgenas es claramente ideolgico y tena como objeto procurar la preferencia del lector por el soldado blanco que se enfrentaba a muerte contra el bando indgena.

    Cuando se analiza el material puede verse que esta ideologa se mediatizaba, canalizaba y expona en el relato de los acontecimientos presentados en las notas informativas de los peridicos. Precisamente a travs de las alabanzas a los soldados blancos y el vituperio al que eran sometidos los indgenas se entreteja una ideologa periodstica de polos confrontados, en la que el papel del bueno era representado por el soldado blanco, y el malo era encarnado por el indgena.

    Esta ideologa fue creada por un grupo de autores (los periodistas), pertenecientes al grupo blanco, y estaba dirigida a un lector modelo blanco, vido de leer en las pginas de los peridicos, las hazaas que se estaban llevando al cabo en la Guerra.

    El discurso que los grupos de autores enviaban al lector blanco consista en que los indgenas estaban siendo aniquilados por los blancos en su obra pacificadora de Yucatn. Este mensaje es quiz el discurso ms importante de la Guerra, al lado del discurso de la unin entre los yucatecos por la paz y la exaltacin del sentimiento patritico yucateco, que tambin tenda el mismo fin de pacificacin, como expusimos en pginas anteriores.

    El periodismo yucateco de la Guerra de Castas, dirigido a un lector blanco yucateco, deba convencer y persuadir a su pblico de que sta era una guerra necesaria, una guerra que se haca por la supervivencia Yucatn. Los soldados, alegaba este periodismo, peleaban para salvaguardar la vida de los yucatecos, y la comunidad blanca yucateca beba colaborar en esta noble causa de pacificar la pennsula y de exterminar a los indgenas que queran continuar con las batallas.

    Era ste un periodismo que nunca abandon a los soldados blancos, y que estaba altamente comprometido con la parte que le corresponda ejercer en las contiendas. Su labor era la convencer al lector de que esa guerra se haca por su bienestar y su seguridad, a pesar de las consecuencias de muerte y desolacin que ella acarreaba. Esto, a travs de un enconado discurso periodstico-ideolgico en el que el indgena simbolizaba la barbarie y el blanco, la civilizacin. Bibliografa Almazn, Mara Dolores 1999 La literatura en la prensa alvaradista (1915-1917). Catlogo

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