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    VacciM onit or, Ao 8 No. 6 1

    Fiebre tifoidea.Fiebre tifoidea.Fiebre tifoidea.Fiebre tifoidea. CaracterizaciCaracterizaciCaracterizaciCaracterizacin epidemiolgica. Situacinn epidemiolgica. Situacinn epidemiolgica. Situacinn epidemiolgica. Situacinmundial y en Cubamundial y en Cubamundial y en Cubamundial y en Cuba

    Alberto Prez Sierra1, Pablo Aguiar Prieto2

    1 Instituto Finlay. Centro de Investigacin-Produccin de Vacunas y Sueros. Ciudad de La Habana. Cuba.2 Grupo de Enfermedades de Transmisin Digestiva, Ministerio de Salud Pblica. Ciudad de La Habana. Cuba.

    Se hace una revisin de los principales aspectos epidemiolgicos relacionados con la fiebre tifoidea (cadena detransmisin, medidas de control, inmunizacin) y se actualiza la situacin mundial y en Cuba. Para el anlisisepidemiolgico en el pas se recolectaron datos estadsticos del Ministerio de Salud Pblica sobre morbilidad ymortalidad, relacionndolos con variables como edad, tiempo y sexo. Se observ que sta constituye un serioproblema de salud mundial, sobre todo en los pases en vas de desarrollo, asociado a las psimas condiciones de suinfraestructura sanitaria. En Cuba, aunque la tendencia de la morbilidad y mortalidad ha sido descendente, existenreas endmicas, grupos de edades de riesgo (escolares) y an el saneamiento ambiental tiene un impacto negativoen algunas zonas, por lo cual debe existir una vigilancia estrecha de la enfermedad. La posibilidad de una vacunacubana de polisacrido Vi mucho menos reactognica y ms efectiva que la utilizada anteriormente de calor-fenol,puede contribuir a su control.

    Palabras claves: fiebre tifoidea, epidemiologa, vacunas.

    La fiebre tifoidea es una enfermedad bacteriana sistmicaque se caracteriza por comienzo insidioso con fiebrecontinua, cefalalgia intensa, malestar general, anorexia,bradicardia relativa, esplenomegalia, manchas rosadas en eltronco en 25% de los enfermos de la raza blanca, tos noproductiva en los comienzos de la evolucin. Se presentanmuchas infecciones leves y atpicas (1). La constipacin estpica en adolescentes y adultos, mientras la diarrea puedeocurrir en nios; aproximadamente el 10% de los pacientes

    tratados con antibiticos manifiestan una recada clnica enla cual la enfermedad es muy leve (2).

    En esta enfermedad, la ulceracin de las placas de Peyer enel leon puede producir hemorragia o perforacin intestinales(entre el 0,5 y 1% de los casos), especialmente en loscuadros tardos no tratados. La tasa de letalidad del 10%puede disminuir al 1% o menos con la administracininmediata de antibiticos. Se presentan formas leves yasintomticas, especialmente en las zonas endmicas (1, 2).

    Los microorganismos etiolgicos pueden aislarse de lasangre al comienzo de la enfermedad, y de la orina y lasheces despus de la primera semana. El cultivo de la mdula

    sea permite la mejor confirmacin bacteriolgica(aislamiento del germen causal en 90% a 95% de loscasos), incluso en los pacientes que ya hayan recibidoantibiticos.

    Cadena de transmisin

    El agente infeccioso que produce la fiebre tifoidea es laSalmonella typhi (S. typhi) o bacilo tifodico, que fueradescrito por Eberth en 1880 y aislado por Gaffky en 1884.En la actualidad se pueden diferenciar 107 variedades por la

    tipificacin de fagos, que es til para los estudiosepidemiolgicos debido a que su conocimiento permite, enbrotes epidmicos localizados, seguir la trayectoria delbacilo hasta su fuente de origen (1).

    S. typhi, serolgicamente pertenece al grupo Salmonella Dsobre la base de su antgeno O, es mvil y su flagelo portael antgeno flagelar (H), antgeno D, el cual se encuentraaproximadamente en 80 otros serotipos de Salmonella.Adems, posee en su superficie un polisacrido capsular, el

    antgeno Vi que es un homopolmero del cido N-acetylgalacturnico. Observaciones clnicas y epidemiolgicas enestudios con voluntarios han permitido conocer que lascepas de S. typhi que poseen el antgeno Vi, son msvirulentas que las que no lo tienen (2).

    El enfermo clnico constituye la fuente ms activa deinfeccin y la nica susceptible de ser sometida a un controladecuado; pero queda la gran masa de infeccindesconocida en la comunidad const ituida por casossubclnicos, inaparentes y portadores sanos. Se puedeestablecer, sin duda, que la endemia de fiebre tifoidea estcondicionada, en gran medida, por el tamao de ese

    reservorio.

    El reservorio de este microorganismo es el hombre. Loscontactos en el ncleo familiar pueden ser portadorestransitorios o permanentes. En muchas partes del mundoson ms comunes los portadores fecales de corta duracinque los urinarios. El estado de portador puede surgirdespus de enfermedad aguda, o de infeccin leve osubclnica. Dicho estado (crnico) es ms comn entre las

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    personas infectadas durante la etapa media de la vida,especialmente las mujeres (1).

    El modo de transmisin ms comn de la fiebre tifoidea esa travs del agua y los alimentos contaminados con heces uorina de un enfermo o portador. En algunas regiones del

    mundo son vehculos importantes los mariscos procedentesde zonas contaminadas con aguas servidas; las frutascrudas y las verduras fertilizadas con heces; la leche y losproductos lcteos contaminados (por lo comn por lasmanos de los portadores) y los enfermos no diagnosticados.Las moscas pueden infestar alimentos en los que losmicroorganismos pueden mult iplicarse hasta alcanzar dosisinfectantes.

    La transmisin por contacto directo de persona a persona noes comn. Ocurre una alta incidencia cuando las aguassuministradas a la poblacin estn contaminadas pormateria fecal, como sucede en muchos pases

    subdesarrollados en frica, Asia y Amrica Latina, dondemuchas infecciones subclnicas y leves se producen debidoa que usualmente el nmero de microorganismos ingeridosno es alto. Sin embargo, en los pases desarrollados, conmejores condiciones sanitarias, la fiebre tifoidea estransmitida cuando portadores crnicos contaminan losalimentos con una inoculacin relativamente alta debacterias y como consecuencia existe una alta incidencia decasos clnicos (1, 2).

    El perodo de transmisibilidad dura mientras persistan losbacilos en las excretas, por lo comn desde la primera

    semana hasta el final de la convalecencia; cerca del 10% delos pacientes de fiebre tifoidea no tratados dispersarnbacilos durante los tres meses siguientes al inicio de lossntomas, y del 2% al 5% se tornarn portadorespermanentes (1).

    Medidas de control

    Dentro de las medidas de control de la enfermedad sonimportantes tanto las que tratan de eliminar la fuente deinfeccin directa actuando sobre los enfermos y portadorespara reducir la fuente infectante, como el conjunto demedidas que contribuyen a mejorar las condiciones del

    ambiente y que van a interrumpir la va de transmisin de laenfermedad.

    Las medidas de control de la enfermedad contribuyen adisminuir el nmero de portadores. Podra pensarse que latasa de fiebre tifoidea en un momento dado est en funcindel nmero de portadores existentes, pero hay estudios quedemuestran lo contrario. El ambiente inmediato del portador(contacto familiar) va adquiriendo gradualmente resistenciacontra la enfermedad, no as los parientes lejanos o amigos.

    Es bien conocido que la disminucin considerable de laendemicidad de la enfermedad, ha estado condicionada engran parte por las medidas generales de saneamientoambiental, el control higinico de los alimentos, la educacinde la poblacin y el control de los enfermos y suscontactos.

    Sin embargo, existen muchos pases donde las otrasmedidas de control (saneamiento ambiental, controlhiginico de los alimentos, etc.) son muy difciles dealcanzar, entre otras cosas, porque requieren de grandesrecursos, por ejemplo, lograr la proteccin y purificacin enlos servicios pblicos de abastecimiento de agua.

    Vacunas

    Dentro de las medidas preventivas especficas se encuentrala vacunacin. Se han realizado estudios controlados devacunas que han demostrado su relativa eficacia en zonas

    endmicas, aunque no es recomendable sugerir la aplicacinde la vacunacin sistemtica como se hace con otrasvacunas de forma masiva en determinados grupos deedades. El uso de una vacuna segura y efectiva contra lafiebre tifoidea, especialmente en nios, puede disminuir laincidencia en reas endmicas.

    La vacuna inactivada de clulas enteras produce reaccionesadversas locales y sistmicas asociadas con la presencia deendotoxinas que la hacen muy reactognica, necesita seradministrada en dos dosis y proporciona inmunidad porpocos aos (3, 4).

    Actualmente se utilizan en el mundo dos preparaciones de

    vacunas antitifodicas de clulas enteras: la inactivada porcalor-fenol y la inactivada por acetona, con una eficacia de51% a 66% la primera y de 79% a 88% la segunda.Ambas estn asociadas con severas reacciones locales ysistmicas, incluyendo fiebre, malestar e induracin, con el20% de los vacunados ausentes al trabajo despus de suaplicacin (5).

    Desde 1990 ha sido licenciada en Estados Unidos y Europauna vacuna oral atenuada, desarrollada a partir de unamutante de una cepa de S. typhi, llamada Ty21a. Latolerancia reportada es buena, con menos del 1% deincidencia de reacciones a nivel del tracto intestinal. Su

    inmunogenicidad y eficacia son difciles de evaluar debido aciertas dudas con relacin a los mecanismos de proteccin,el nmero variable de dosis ut ilizadas y las diversasformulaciones probadas (6).

    Observaciones realizadas en viajeros a Nepal, un pas conalta incidencia de fiebre tifoidea, sugieren que Ty21a noprotegi contra la enfermedad (7). Existen factores quepueden interferir con la respuesta inmune a esta vacuna,incluyendo la administracin simultnea de medicamentos

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    antitifodica a los viajeros internacionales que se dirigen azonas endmicas, aunque no constituye un requisito legalpara la entrada en cualquier pas. Por lo regular no serecomienda la vacunacin masiva de la poblacin en caso dedesastre o brotes epidmicos (1).

    Distribucin

    La distribucin de la enfermedad es mundial, aunque muchoms frecuente en los pases subdesarrollados. En la AmricaLatina ha sido y contina siendo una causa importante demortalidad y morbilidad, aunque no exista informacinfidedigna que refleje su magnitud, debido a la notificacinincompleta y muy variable de los diferentes pases. A pesarde que la incidencia de fiebre tifoidea ha disminuidoconsiderablemente en los pases desarrollados con buenascondiciones sanitarias, se estima que cada ao ocurren en elmundo aproximadamente 33 millones de casos con300 000 fallecidos (15).

    Las tasas de casos notificados varan desde uno por100 000 o menos en los Estados Unidos y otros pasesdesarrollados, 10 por 100 000 en los pases del sur delMediterrneo, hasta 100 por 100 000 o ms en reasendmicas como Chile, Indonesia y la India (16).

    El incremento agudo de los casos en algunos pases se debea varias condiciones: 1) rpido incremento de la poblacin,2) aumento de la urbanizacin, 3) inadecuadas facilidadespara procesar los desechos humanos, 4) disminucin delabasto de agua per cpita y mala calidad de la quesuministran, 5) consumo de alimentos elaborados con aguascontaminadas y 6) exceso de personas a atender en losservicios de salud (17).

    En los Estados Unidos, el nmero de casos espordicos defiebre tifoidea ha permanecido relativamente constante, ydesde hace varios aos se presentan menos de 500enfermos por ao (en comparacin con 2 484 notificados en1950). El riesgo de infeccin por fiebre tifoidea en losviajeros vara en relacin con la incidencia en los pasesvisitados. Para los viajeros norteamericanos, el riesgo esslo 0,01 X 100 000 si el destino es al norte de Europa,pero se incrementa a ms de 10 X 100 000 si es la India oPer (18).

    La incidencia de fiebre tifoidea por lo general es baja en elnio pequeo. Lo que sucede en realidad es que la infeccinsubclnica es mucho ms frecuente en el preescolar, lo queenmascara la situacin. Un estudio realizado en Santiago deChile, entre nios menores de cinco aos, contactosintrafamiliares de enfermos, demostr que al menos un 20%de estos nios desarrollaron enfermedad subclnica oinaparente dentro de los 45 das siguientes a la aparicin delcaso ndice.

    En reas endmicas ocurre una distribucin especfica de laincidencia segn la edad, ms baja incidencia en niosmenores de tres aos, un pico en la edad escolar (5-19) yuna baja incidencia en adultos mayores de 35 aos (2).

    En diversas zonas del mundo han aparecido cepas

    resistentes a los antibiticos recomendados. Se hanotificado la presencia de cepas resistentes a mltiplesantibiticos en Asia, Oriente Medio y Amrica Latina. Unreporte reciente hace nfasis en la prevalencia de laresistencia a mltiples drogas en los casos peditricos (19).En nuestro pas la resistencia reportada durante el ao 1998fue del 13% para el Cloranfenicol y Ampicillin.

    Situacin en Cuba

    En Cuba el comportamiento de la enfermedad se hacaracterizado, como en la mayora de las enfermedadestransmisibles, por altas tasas de morbilidad y mortalidad enel perodo prerrevolucionario y una tendencia a ladisminucin como consecuencia de las medidas de beneficiopopular que han favorecido a toda la poblacin, as comouna mantenida prioridad a los programas de salud para sucontrol.

    En el perodo anterior a 1958, a pesar del subregistroexistente, la morbilidad exceda en algunos aos epidmicoslos 1 000 casos, manteniendo algunos picos por brotesepidmicos, con tendencia a disminuir. A partir de 1965 seobserv una disminucin por debajo de los 300 casosanuales, ocurriendo otro ao epidmico en 1968 (968casos).

    En 1970 se notificaron 415 casos, para una tasa de4,9 X 100 000 habitantes, manteniendo una tendenciadescendente en los siguientes aos con tasas inferiores a1,0 X 100 000 habitantes, hasta 1992 (Figura 1).

    El nmero de casos de fiebre tifoidea se increment comoconsecuencia de la agudizacin de las dificultadeseconmicas que ha tenido que enfrentar Cuba, lo cualfavoreci el deterioro considerable en el saneamientoambiental y adems afect grandemente los programas desalud. Durante el ao 1993 ascendi a 255 casos para unatasa de 1,94 X 100 000 habitantes. En esto influy unbrote ocurrido en la ciudad de Santiago de Cuba y otro en laprovincia de V illa Clara (Tabla 2).

    La enfermedad se ha comportado en forma inestable en losaos siguientes, con 42 casos en 1997, ascendiendo a 140en 1998. Es probable que estas variaciones anuales sedeban a que existen condiciones ambientales favorables quepermiten la aparicin de brotes como los ocurridos enJagey Grande y Cinaga de Zapata (Tabla 3), reasendmicas donde con anterioridad se han producido estoseventos.

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    Tabla 3. Principales brotes de fiebre tifoidea en municipiosCuba. 1964-1997

    Aos Provincia Municipio No. de casos

    1964 Villa Clara Sagua la Grande 432

    1968 Granma Bayamo 491

    1969 Matanzas Cayo Ramona 170

    1971 Ciudad Habana San Miguel del P. 40

    1975 Guantnamo Guantnamo 45

    1975 Sant iago de Cuba Sant iago de Cuba 42

    1975 Matanzas Jagey Grande 38

    1976 Villa Clara Camajuan 56

    1977 Ciudad Habana Habana Vieja 102

    1977 Camagey Camagey 44

    1978 Villa Clara Cabaigun 571981 Sant iago de Cuba El Caney 43

    1991 La Habana Campamento Magela 57

    1993 Sant iago de Cuba Sant iago (A.Santamara)

    18 0

    1996 Las Tunas Amancio Rodrguez 31Fuente:Direccin Nacional de Salud Ambiental, Grupo de Enfermedades de TransmisinDigestiva.

    Tabla 2. Incidencia de fiebre tifoidea ytasa por 105 habitantes. Cuba. Ao1970,1975, 1980, 1985, 1990-1998

    Aos Nmero decasos

    Tasa por105

    1970 415 4,91975 377 4,01980 102 1,01985 72 0,51990 59 0,61991 100 0,91992 53 0,51993 255 2,31994 78 0,71995 111 1,01996 76 0,71997 42 0,41998 140 1,3

    Fuente: A nuario Ministerio de Salud Pblica,Cuba.

    En 1998 se notificaron 7 brotes con98 casos, contra 6 brotes y 15 casosen igual perodo de 1997 (20). Entre losfactores con mayor influencia en elincremento del nmero de brotes seencuentran la inestabilidad en eltratamiento de las aguas de consumo,el deterioro progresivo de los sistemasde tratamiento y disposicin final de losresiduales lquidos e incremento de laagresividad de los residuales doms-

    ticos en el permetro urbano y lasdificultades en la manipulacin yconservacin de los alimentos.

    En el comportamiento de la enfermedadsegn edades se puede observar unamayor participacin porcentual en losgrupos de 1 a 4, 5 a 9 y 10 a 14 aos,con una disminucin marcada en 65 yms aos (Tabla 4). Segn el sexo,predomina ligeramente el masculino(Tabla 5).

    En un anlisis realizado por la DireccinNacional de Estadsticas del Ministeriode Salud Pblica sobre la morbilidadpromedio de la fiebre tifoidea porprovincias durante los aos com-prendidos entre 1977 y 1997 seobserv que las provincias de mayormorbilidad (tasas de incidencia entre21,6 y 44,6 X 100 000) fueron:Guantnamo, Granma, Santiago deCuba, Holgun, Cienfuegos y Matanzas(Figura 2).

    Tasas anuales por 100 OOO hab.

    Aos

    Figura 1. Tendencia de la morbilidad por fiebre tifoidea.Cuba. 1964-1997

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    Tabla 4. Fiebre tifoidea. Serie cronolgica de morbilidad por grupo de edades. Cuba. Aos 19901997

    Aos < 1 1-4 5-9 10-14 15-24 25-64 65 y + Total

    1990 1 10 24 4 6 14 0 591991 1 10 21 5 18 45 0 100

    1992 0 6 16 12 10 7 2 531993 0 42 73 56 32 49 3 2551994 1 8 19 12 14 24 0 781995 3 18 34 12 15 28 1 1111996 2 10 19 14 10 20 1 761997 3 8 11 9 1 10 0 42

    sumatoria 11 112 217 124 106 197 7 774Tanto por ciento 1,4 14,5 28,0 16,0 13,7 25,5 0,9 100,0

    Fuente:Direccin Nacional de Epidemiologa. MINSAP..

    Tabla 5. Fiebre tifoidea. Seriecronolgica de morbilidad por sexo.Cuba. Aos 1990-1997

    Aos Femenino Masculino

    1990 25 34

    1991 36 64

    1992 13 40

    1993 127 128

    1994 39 39

    1995 48 63

    1996 22 54

    1997 11 31

    Sumatoria 321 453

    porcientos 41,5 58,5

    Fuente: Direccin Nacional de Epidemiologa.MINSAP.

    En otro anlisis realizado por el Grupo de Prevencin yControl de las Enfermedades de Transmisin Digestiva (ETD)(21) sobre el impacto en la morbilidad de la vacuna

    antitifodica inactivada por calor-fenol durante dosmomentos (1970-1983 y 1984-1997), se concluy que nose produjo el impacto esperado debido a que su efecto en lamorbilidad no fue significativo a pesar de haberse obtenidouna cobertura profilctica superior al 94% (Figura 3).

    La mortalidad disminuy considerablemente a partir del ao1960 con una tendencia francamente descendente(Figura 4), a pesar de haber ocurrido varios brotes en zonasendmicas importantes (Santiago de Cuba, Jagey Grande,

    Santa Clara, etc.), debido al fortalecimiento del sistema devigilancia de la enfermedad y la atencin medica priorizadaque fue incrementada a partir de la creacin de las Unidades

    de Terapia Intensiva en los hospitales de mayor importanciadel pas. A partir de 1980 la mortalidad se ha mantenidoestable con baja letalidad y no ms de tres fallecidosanualmente (Tablas 6 y 7).

    En cuanto a la circulacin de fagotipos de S. typhi en elpas, entre los aos 1991-1997 se puede apreciar quepredomina el E1 E2 E5 seguido del M1 M2 (Figura 5).

    Figura 2 . Morbilidad promedio de la fiebretifoidea por provincias. Cuba, 1977-1997

    T

    asa

    delpero

    dop

    or

    1

    0

    0

    0

    0

    0

    hab.

    Prov inc ias

    Fuente: Direccin Nacional de Estadsticas. MINSAP.

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    Entre los aos 1982 y 1998 fueron aplicadas en el pas untotal de 32 709 262 dosis de vacuna antitifodica de clulas

    enteras inactivada con calor-fenol.

    Tabla 6. Nmero de defunciones porfiebre tifoidea y tasa por 105

    habitantes. Cuba, 1970, 1975,1980,1985, 1990-1998

    Aos Nmero Tasa x 105

    1970 2 0,0

    1975 1 0,0

    1980 1 0,0

    1985 0 0,0

    1990 2 0,0

    1991 0 0,0

    1992 2 0,0

    1993 0 0,01994 0 0,0

    1995 2 0,0

    1996 0 0,0

    1997 0 0,0

    1998 1 0,0

    Fuente: Anuario Ministerio de SaludPblica, Cuba.

    Tabla 7. Tasa de letalidad por fiebre

    tifoidea. Cuba. Aos 1970, 1975,1980, 1985, 1990-1998

    Aos Nm. de

    casos

    Defun-

    ciones

    Letali-

    dad (%)

    1970 415 2 0,5

    1975 377 1 0,3

    1980 102 1 1,0

    1985 72 0 0,0

    1990 59 2 3,4

    1991 100 0 0,0

    1992 53 2 3,8

    1993 255 0 0,0-

    1994 78 0 0,0-

    1995 111 2 1,8

    1996 76 0 0,0

    1997 42 0 0,0

    1998 140 0 0,0

    Fuente: Anuario Ministerio de SaludPblica, Cuba.

    Figura 4. Tendencia de la mortalidad por fiebre tifoidea.Cuba. 1970-1997

    Nmero de fallecidos

    Aos

    Fuente: Direccin Nacional de Estadsticas. MINSAP.

    Figura 3. Morbilidad de fiebre tifoidea por gruposde edad. Cuba. 1970-1983 y 1984-1997

    Tasas promedio x 100 000 hab.

    Grupos de edad

    Fuente: Direccin Nacional de Estadsticas. MINSAP.

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    Conclusiones

    Como conclusiones de la situacin epidemiolgica de lafiebre tifoidea podemos plantear que a nivel internacional enla mayora de los pases en vas de desarrollo, donde lascondiciones sanitarias son precarias, se observan altas tasasde morbilidad y mortalidad a pesar de los subregistros,situacin muy difcil de cambiar debido a los cuantiososrecursos que requieren y al elevado costo de las inversionesen obras de infraestructura sanitaria.

    En Cuba, a pesar de la tendencia descendente de sumorbilidad y mortalidad, debe mantenerse una estrecha

    vigilancia de la enfermedad debido a la existencia de variaszonas endmicas en diferentes provincias, unido a que lastasas de incidencia ms elevadas se encuentran en lasedades comprendidas entre los 5 y 14 aos donde seencuentran los grupos escolares de mayor riesgo y adems,al impacto negativo que tiene el saneamiento ambiental enla incidencia de la enfermedad, constituyendo condicionesfavorecedoras que pueden producir brotes con grandesafectaciones a la salud y la economa.

    Una poltica de proteccin especfica de los grupos msvulnerables mediante la inclusin de una vacuna menosreactognica y ms efectiva en el esquema deinmunizaciones podra contribuir, junto al mejoramiento delsaneamiento ambiental, a un mejor control de laenfermedad.

    En el Instituto Finlay se viene desarrollando desde el ao1995 un proyecto para producir en Cuba la vacunaantitifodica de polisacrido Vi. Durante la fase investigativase obtuvieron todos los parmetros de operacin y control

    en las distintas etapas del proceso que facilitaron sucaracterizacin y la obtencin de parmetros de operacin ycontrol a gran escala.

    Al compararse los rendimientos del polisacrido Vipurificado obtenidos en los procesos a escala productiva,qued demostrada su semejanza con los procesos llevadosa cabo en la fase investigativa. Se formularon tres lotesconsecutivos de vacuna final a partir de los lotes depolisacridos Vi que cumplieron con las especificaciones de

    Figura 5. Circulacin de fagos deSalmonella ty phi.Cuba. 1991-1997

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    calidad establecidas por la Organizacin Mundial de la Salud(OMS) para este producto (22).

    En estudios realizados para caracterizar desde el punto devista fsico-qumico el polisacrido Vi de S. typhi producidopor el Instituto Finlay, en cuatro lotes de polisacrido Vi

    purificado obtenidos a partir de una cepa de S. typhi, seconcluy que el mismo tiene un alto contenido de humedad(92% a 94%) y presenta un alto grado de sustitucin de losgrupos O-acetilo (3,12 a 3,39 mmol/g de peso seco) lo queequivale a ms de un 95% de los residuos sustituidos delcido (1-4) N-acetil -D galactosaminurnico; adems, losespectros obtenidos indican la presencia de estructurasdeterminadas por RMN, similares a los polisacridos dereferencia internacionales presentes en el National Institute

    for Biological Standards and Control (NIBSC, Reino Unido)(23).

    Los resultados obtenidos por los investigadores del Instituto

    Finlay permiten asegurar que se ha logrado la obtencin de

    una vacuna de polisacrido Vi de S. typhi similar a otras

    existentes en el mercado. Teniendo en cuenta que ha sido

    comprobada su equivalencia fsico-qumica y que existen

    evidencias suficientes acerca de los requisitos de seguridad

    e inmunogenicidad establecidos para este tipo de vacunas,

    prximamente ser solicitado su Registro Sanitario a las

    autoridades regulatorias del pas. Su probable aprobacin

    permitir el uso y aplicacin de esta importante medida de

    prevencin que contribuir al control de la enfermedad.

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    Typhoid fever. Epidemiological features. Cuba and world epidemiological situation

    Abstract

    A revision about the main epidemiological aspects related to the Tifoid fever disease (transmission line, control measures,immunisation) and an actualisation of the Cuban and the world epidemiological situation. Morbidity and mortality statisticaldata from the database of the Health Ministry were recollected for the epidemiological analysis in the country, related to suchas age, time and sex. It was observed that the disease is a serious health problem in the world mainly in developingcountries, related to the dreadful conditions of their sanitary infrastructure. In Cuba, even when the morbidity and mortalitytendency has been decreasing there is not a serious health problem, there are endemic areas, risk groups (students) and theenvironment still has a negative impact in some areas. That is why there must be close surveillance of the disease. The

    possibility of a cuban polisaccharide Vi vaccine less reactogenic and more effective than the vaccine used before with heat-phenol, may cont ribute to the cont rol of the disease.

    Keywords: Tifoid fever, epidemiological, vaccine.