triduo de oración por el papa

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Triduo de Oración

Acción de gracias por el Pontificado de Benedicto XVI

¿Quién es el Papa? (del gr. Pappas = padre) es el sucesor del apóstol Pedro, el obispo de Roma. Dado que Pedro era el primero de los apóstoles, como sucesor suyo, el Papa preside el Colegio Episcopal; como Vicario de Cristo es el sumo pastor, sacerdote y maestro de la Iglesia.

Cabeza de la Iglesia, en sentido propio, sólo es Cristo; pero en su nombre, el Papa realiza su esta función en la tierra, en virtud de ser el centro de comunión de la Iglesia universal. (Cfr. YouCat #141-‐143)

Por ello, aún cuando pasen diversos hombres por este encargo – no todos santos, ninguno digno por mérito propio – la Iglesia se ha mantenido, porque el Verdadero Pastor es Cristo, como el Papa Benedicto nos ha recordado al anunciar su próxima renuncia a este ministerio por motivo de edad: “Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo”. Como un signo de gratitud, te invitamos a unirte a esta oración de acción de gracias por el pontificado del Papa Benedicto XVI. Que el Señor le conforte en su vejez, y que su testimonio de discernimiento y obediencia a la voluntad de Dios sea testimonio para todos los bautizados. La oración está propuesta en tres días, con un canto, la recitación del salmo 23 (22), una pequeña lectura bíblica y una oración conclusiva. El salmo 23, “El Señor es mi Pastor”, nos ayude a iluminar este gran acontecimiento de la Iglesia reconociendo el Señorío de Cristo, la confianza en su guía, y la certeza que él nos hace reposar en su misericordia. Y especialmente invitamos a elevar el Himno del Te Deum, en lo posible en comunidad (familia, grupo de amigos, comunidad religiosa o parroquial), el día 28 de febrero a las 8:00 p.m. (GMT +1:00). Este antiguo himno de acción de gracias, lo elevamos a Dios en las grandes solemnidades y al final de un trabajo o acontecimiento importante, por ejemplo, lo rezamos al finalizar el año. Agradezcamos con este himno el pontificado de Benedicto XVI para luego prepararnos a invocar la luz del Espíritu Santo sobre el cónclave con el “Veni Creator”.


Lunes 25 febrero 2013

El Señor es mi Pastor, nada me falta Motivación: Jesús es el Buen Pastor que ha dado la vida por las ovejas. Por tanto, todo pastor ha de tener como referencia a Cristo. La figura del Papa y de los obispos, que portan el báculo o pastoral, nos recuerdan esta figura de Cristo entre nosotros. Confiamos en esta promesa de Dios de ser el Verdadero Pastor de nosotros, el Pueblo que Él se ha elegido. Canto introductorio: Oh Jesús, a tu Corazón confío mi necesidad mírala y después deja tu corazón actuar. Oh Jesús, yo cuento contigo yo confío en Ti. Oh Jesús, de ti estoy seguro yo me entrego a Ti. Tú que has dicho: Si quieres agradarme, confía en Mi, si quieres agradarme más, confía más, inmensamente más, confía más inmensamente más, confía. LAS ALMAS QUE CONFÍAN EN TI SERÁN RECOMPENSADAS POR TI. SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS YO CONFÍO EN TI (2)

No habrá confusión que dure por siempre yo sé en quien he creído y mi esperanza no será defraudada pues Tú has dicho: Si quieres agradarme, confía en Mi, si quieres agradarme más, confía más, inmensamente más, confía más inmensamente más, confía.

Confío en Ti Jésed

http://youtu.be/jj3oCiBc9pQ

Salmo 23:

R.-‐ Tú eres mi Pastor, en Ti confío El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; R./ me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. R./ Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R./

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R./ Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R./


Lectura Bíblica Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-‐12. 15-‐17 Así dice el Señor Dios: «Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.

Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones. Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear -‐oráculo del Señor Dios-‐ Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas: a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré« como es debido.

Y a vosotras, mis ovejas, así dice el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío.»

Palabra de Dios.

(momento de silencio e intercesión) Oración:

Dios Padre Bueno, que al no querer que ninguno de tus hijos e hijas se pierda, nos has dado a Jesús tu Hijo, como pastor supremo, y has prolongado su amor al elegir los pastores para tu Pueblo, te damos gracias por el pontificado de tu siervo Benedicto XVI, y te pedimos le hagas confiar en tu Misericordia y a nosotros, mantenernos en la Unidad de la Caridad. Por Cristo, nuestro Señor. Padre Nuestro. Ave María. Gloria.


Martes 26 febrero 2013

Aunque pase por cañadas oscuras, no temo Motivación: La confianza que tenemos en nuestro Pastor Jesucristo, es en virtud de su promesa de estar siempre con nosotros. Recordamos lo que dijo a Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella” (Mt 13, 18). El Señor no ha abandonado a su Pueblo, va siempre delante de nosotros. El fin de un pontificado no es el fin de la Iglesia, porque nuestro Pastor subsiste por siempre. Canto introductorio: Por qué tengo miedo si nada es imposible para Ti. (4) Por qué tengo tristeza si nada es imposible para Ti. (4) -‐ nada es imposible para ti (2) Por qué tengo dudas si nada es imposible para Ti (4) Enséñame a amar porque nada es imposible para Ti (2) Enséñame a perdonar porque nada es imposible para ti (2) -‐ nada es imposible para ti (2)

Tú te hiciste hombre porque nada es imposible para ti (4) Tú venciste la muerte porque nada es imposible para ti (2) Tú estás entre nosotros porque nada es imposible para ti (2) -‐ nada es imposible para ti (2) Por qué tengo miedo si nada es imposible para ti (2) -‐ nada es imposible para ti (2)

Nada es imposible para ti, Hermana Glenda

http://youtu.be/5NJrpixP93E

Salmo 23:

R.-‐ No temeré, porque Tú estás conmigo El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; R./ me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. R./ Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan. R./ Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R./ Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor


por años sin término. R./ Lectura Bíblica: + Del Evangelio según san Juan (17, 11-‐20.26) En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo dijo:

“Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti. Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.

Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad. No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos”.

Palabra del Señor.

(momento de silencio e intercesión) Oración:

Dios Padre Providente, nos has puesto bajo el cuidado de tu Hijo, él ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, confiados en su palabra, sabemos que nunca nos dejas solos, y aunque la Iglesia navega a contracorriente, su presencia siempre nos fortalece, como un suave fuego que da luz y calor. Danos la audacia de tu Espíritu para mantenernos firmes en la fe y anunciar al mundo la Verdad del Evangelio como nos ha enseñado el Papa Benedicto XVI. Por Cristo, nuestro Señor. Padre Nuestro. Ave María.


Gloria. Miércoles 27 febrero 2013

Preparas una mesa ante mí y mi copa rebosa Motivación: El descanso de Dios, tan bellamente custodiado en el shabbat judío de la Biblia, y que nosotros cristianos estamos invitados a procurar el Domingo, nos plantea frente a la esperanza de la vida eterna en Dios. El descanso no es sólo el cese del trabajo, sino que además de recuperar las fuerzas, da sentido a todo lo hecho: “y vio Dios que era bueno”. Por eso cuando una persona muere decimos: “descansa en Dios”, o cuando por la edad comienza un descanso, lo llamamos “jubilación”. El que alguno, después de trabajar, descanse, no es signo de pereza, sino de recapitulación de las maravillas hechas por Dios. Pidamos al Señor descansar en él, como el Papa Benedicto valientemente nos enseña, encontrar en Él el sentido de nuestra vida, santificar toda nuestra existencia a su luz misericordiosa. Él nos prepara la mesa, y cada Eucaristía es un anticipo de esta alegre esperanza. Canto introductorio: Descansa en Dios; siente su amor que todo lo que eres es de Él descansa en Dios hablándole, alma mía Él te transformó. Descansa en Dios, que Él se quedó en este pequeño y tierno Pan, descansa en Dios, entra en su Paz, alma mía Él te salvará. POR ESO HOY CONFIARE HASTA EL FINAL, PORQUE SOLO EN TI MULTIPLICARE LO QUE TU HICISTE EN MI POR ESO HOY ME ALIMENTO DE TU PAN PORQUE SOLO ASÍ ME CONVERTIRAS EN UN INSTRUMENTO DE PAZ.

Descansa en Dios, en su bondad que cuando en ti pensó todo te dio descansa en Dios nada faltó alma mía Él te redimió. Descansa en Dios, come de su Pan, que Él actúe en ti su Voluntad descansa en Dios; exáltalo alma mía hoy alábalo.

Descansa en Dios, Jésed

http://youtu.be/wxVFx_w0ZYk


Salmo 23:

R.-‐ Tú eres mi Pan, tú eres mi sustento El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; R./ me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. R./ Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R./


Lectura Bíblica: De la carta a los Hebreos 3, 3.4.6.9-‐11.16 Nosotros, en cambio, los que hemos creído, vamos hacia aquel Reposo del cual se dijo: "Entonces juré en mi indignación: Jamás entrarán en mi Reposo". En realidad, las obras de Dios estaban concluidas desde la creación del mundo, ya que en cierto pasaje se dice acerca del séptimo día de la creación: Y Dios descansó de todas sus obras en el séptimo día. Ahora bien, sabemos que la entrada a ese Reposo está reservada a algunos, y que los primeros que recibieron la buena noticia no entraron en él, a causa de su desobediencia.

Queda, por lo tanto, reservado un Reposo, el del séptimo día, para el Pueblo de Dios. Y aquel que entra en el Reposo de Dios descansa de sus trabajos, como Dios descansó de los suyos. Esforcémonos, entonces, por entrar en ese Reposo, a fin de que nadie caiga imitando aquel ejemplo de desobediencia.

Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.

Palabra de Dios. (momento de silencio e intercesión)

Oración:

Dios Padre de Misericordia, Jesús tu Hijo nos ha prometido una morada en tu casa, para compartir ahí contigo la fiesta de la Vida. Danos a nosotros y al Papa Benedicto la sabiduría para vivir a plenitud el trabajo y el descanso, a fin de santificar nuestra historia pregustando tu presencia para construir un mundo más humano. Por Cristo, nuestro Señor. Padre Nuestro. Ave María.


Gloria. Jueves 28 de febrero, 8:00 p.m. (GMT +1:00)

TE DEUM El entonar el Te Deum nos invita cerrar solemnemente la actividad humana, las celebraciones, la vida. Agradecer a Dios, uniendo nuestra pequeña voz a toda las creaturas que alaban a Dios, pero en especial, la voz de toda la Iglesia: los apóstoles, los mártires, los confesores, las vírgenes, todos los santos. Sugerimos que esta celebración sea comunitaria, para dar realce a esta dimensión eclesial, y proponemos que la hagamos sincrónicamente al comienzo de la Sede Vacante, y de preferencia como acto de pública profesión de fe, que donde algunos ven un relevo institucional, nosotros vemos la mano de Dios que guía delicadamente a su Iglesia. Se puede hacer en la Iglesia parroquial o catedral, en la plaza pública (donde las leyes lo permitan), con un grupo de amigos o las pequeñas comunidades. Será bello encender algunas velas como signo de la vigilia de oración de toda la Familia de Dios. Se puede entonar un pequeño estribillo de acción de gracias y leer las estrofas; o puede ser todo cantado. Himno cantado: http://youtu.be/qQZ7_6KmKyg (Westminster Cathedral Choir) en Latín http://youtu.be/ZrWKhZxiHDM (Camino NeoCatecumenal) en Español http://youtu.be/JoEv05V6g-‐Q (Michael Keating) en Inglés Estribillo cantado: http://youtu.be/mwRMT2_pi9c (Laudate Dominum, Canto de Taizé) en Latín Motivación: El Pueblo de Dios, guiado siempre por la gracia del Espíritu Santo, sigue experimentando día a día su presencia y su luz. Hoy, reunidos como comunidad cristiana, queremos dar gloria y alabanza a nuestro Dios por todas sus bendiciones que hemos recibido en los ocho años de pontificado de Benedicto XVI en el ministerio de sucesor de Pedro. Su renuncia no es para nosotros la huida del pastor, sino la confirmación de que Cristo sigue siendo el Pastor Supremo, la Cabeza de la Iglesia, y el Sumo Sacerdote que nos conviene. A su paso por la sede de Pedro, Joseph Ratzinger nos ha invitado a recobrar la alegría y la fortaleza de la Fe, y en nombre de esta Fe, hoy queremos agradecer a Dios. Nuestro canto, aunque puede ser marcado por una nostalgia humana por despedir al Papa que supo transformarse en el amigo de los jóvenes, en el osado constructor de comunión y el maestro de profunda doctrina; estará hoy preñado de esperanza. Nuestro canto se une a la voz de toda la Iglesia celestial y a la voz de este “humilde siervo de la viña del Señor”. En este día se cierra un capítulo más de la historia de nuestra Familia, pero con la gracia de Dios y confiados en el auxilio de María, madre de Cristo y madre de la Iglesia, comenzaremos un nuevo episodio marcado por la providencia del Padre Bueno que sigue escuchando la voz del Hijo que nos confía a él.


En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. En un momento de silencio, oremos por el Papa Benedicto XVI que en estos momentos termina su pontificado, y oremos por la Santa Iglesia de Dios que clama el pastoreo de Cristo, nuestro Señor.

(Momento de Silencio) Alabemos a Dios con el Salmo 23: Salmo 23:

R.-‐ En ti Señor, hemos confiado, no seremos defraudados El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; R./ me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. R./ Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R./


(momento de intercesiones por las necesidades del mundo y de la Iglesia)

Invoquemos a Jesucristo, Pastor Supremo de la Iglesia, que asista con su gracia este momento de transición, y confiados en su Palabra digamos:

Pastor de las almas, salva a tu pueblo que en ti confía Tú que por medio de pastores santos y eximios, has hecho resplandecer de modo admirable a tu Iglesia, — haz que los cristianos se alegren siempre de ese resplandor. Tú que, cuando los santos pastores te suplicaban, con Moisés, perdonaste los pecados del pueblo, — santifica, por su intercesión, a tu Iglesia con una purificación continua. Tú que, en medio de los fieles, has consagrado pastores según tu corazón y, por tu Espíritu, los dirigiste, — llena del Espíritu Santo a todos los que rigen a tu pueblo. Tú que eres el lote y la heredad de los santos pastores,


— no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre esté alejado de ti. Tú que, por medio de los pastores de la Iglesia, das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, — salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida. Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena confianza: Padre nuestro, que estás en el cielo… Cantemos con alegría la alabanza a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo por el amor con que se ha hecho presente en nuestras vidas.

en latín Te Deum laudamus: te Dominum confitemur. Te aeternum Patrem, omnis terra veneratur. Tibi omnes angeli, tibi caeli et universae potestates: tibi cherubim et seraphim, incessabili voce proclamant: Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra majestatis gloriae tuae. Te gloriosus Apostolorum chorus, te prophetarum laudabilis numerus, te martyrum candidatus laudat exercitus. Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, Patrem immensae maiestatis; venerandum tuum verum et unicum Filium; Sanctum quoque Paraclitum Spiritum. Tu rex gloriae, Christe. Tu Patris sempiternus es Filius. Tu, ad liberandum suscepturus hominem, non horruisti Virginis uterum. Tu, devicto mortis aculeo, aperuisti credentibus regna caelorum. Tu ad dexteram Dei sedes,

en español A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti, eterno Padre, te venera toda la creación. Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran. Los querubines y serafines te cantan sin cesar: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los ejércitos. Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria. A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles, la multitud admirable de los profetas, el blanco ejército de los mártires. A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra,te aclama: Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, defensor. Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. Tú eres el Hijo único del Padre. Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen. Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el Reino de los Cielos. Tú sentado a la derecha de Dios


in gloria Patris. Iudex crederis esse venturus. Te ergo quaesumus, tuis famulis subveni, quos pretioso sanguine redemisti. Aeterna fac cum sanctis tuis in gloria numerari. Salvum fac populum tuum, Domine, et benedic hereditati tuae. Et rege eos, et extolle illos usque in aeternum. Per singulos dies benedicimus te; et laudamus nomen tuum in saeculum, et in saeculum saeculi. Dignare, Domine, die isto sine peccato nos custodire. Miserere nostri, Domine, miserere nostri. Fiat misericordia tua, Domine, super nos, quem ad modum speravimus in te. In te, Domine, speravi: non confundar in aeternum.

en la gloria del Padre. Creemos que un día has de venir como juez. Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos, a quienes redimiste con tu preciosa sangre. Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad. Sé su pastor y ensálzalo eternamente. Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades. Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.

Oración:

Oh Dios, que en tu providencia quisiste edificar tu Iglesia sobre la roca de Pedro, príncipe de tus apóstoles, mira con amor al papa Benedicto que hoy termina su ministerio., y tú que lo has constituido sucesor de san Pedro, para ser principio y fundamento visible de la unidad de fe y de comunión de tu pueblo, dale el premio a sus fatigas, y atiende las necesidades de tu Iglesia y suscita en ella un nuevo Pastor que nos refleje el rostro de tu Hijo. Por nuestro Señor Jesucristo. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos conduzca a la vida eterna. Amén.


#2BXVI

triduo de oración por el papa

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