tres uribistas

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Tres uribistas OPINIÓN | 2015/01/31 22:00 Tres uribistas por ANTONIO CABALLERO No es por ser uribistas que la justicia persigue a tantos uribistas. muchos uribistas son proclives a elinquir. !ntonio "aballero Foto: FOTO: LEÓN DARÍO PELÁEZ - SEMANA No creo que el #scal $uaro %ontealegre sea un #scal e bolsillo el presiente &uan %anuel Santos' como an por hecho quienes hablan e l (persecuci)n pol*tica+ contra ellos por el hecho e ser uribistas. %o tiene emasiao elevao concepto e s* mismo como para servirle e calanch*n a otro. ,robablemente tambi-n -l abriga ambiciones pol*tica tampoco creo que eso venga al caso.

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Tres uribistas

OPININ| 2015/01/31 22:00Tres uribistasporANTONIO CABALLERONo es por ser uribistas que la justicia persigue a tantos uribistas. Sino porque muchos uribistas son proclives a delinquir. Antonio CaballeroFoto: FOTO: LEN DARO PELEZ - SEMANANo creo que el fiscal Eduardo Montealegre sea un fiscal de bolsillo del presidente Juan Manuel Santos, como dan por hecho quienes hablan de la persecucin poltica contra ellos por el hecho de ser uribistas. Montealegre tiene demasiado elevado concepto de s mismo como para servirle de calanchn a otro. Probablemente tambin l abriga ambiciones polticas, pero tampoco creo que eso venga al caso.

El caso es el del hacker informtico Andrs Fernando Seplveda, contratado por la campaa presidencial de scar Ivn Zuluaga para espiar la de Santos. Y en l Montealegre est actuando rigurosamente como fiscal, y no como poltico por cuenta ajena o propia. Es decir, est investigando hechos que revisten las caractersticas de un delito, como es su obligacin constitucional. Porque lo del hacker no solo tiene todas las caractersticas de un delito sino que ya ha sido reconocido como tal por el propio Seplveda, condenado por l a diez aos de crcel y convertido en testigo de la Fiscala para investigar sus posibles complicidades. O sea, en primer lugar, las de quienes lo contrataron: Luis Alfonso Hoyos, en ese entonces asesor espiritual de la campaa del candidato uribista; David Zuluaga, gerente de la campaa; y el propio candidato, scar Ivn Zuluaga.

Los cuales no han reconocido que exista delito alguno. Pero han tratado de dificultar la investigacin tanto como han podido. El exasesor espiritual, encerrndose en el mutismo para no inculparse. El exgerente, pretextando sus compromisos de estudiante universitario en el extranjero para eludir o al menos posponer la cita de la Fiscala. Y el excandidato, invocando toda suerte de disculpas. Empez por negar que supiera de la existencia del hacker. Cuando la voz de su conciencia, es decir, el mismo Hoyos, lo desminti, acept recordar que tal vez lo haba visto alguna vez, pero solo de pasada. Cuando se hizo pblico el video de su sesin conjunta de trabajo, sostuvo que no era l el personaje parecido a el que apareca all filmado, y que se trataba de un montaje. Y finalmente se refugi en una fingida afona que le impeda dar explicaciones (a pesar de que corran los das cruciales del cierre de campaa). Ahora, llamado a declarar oficialmente, recurre al manoseado argumento de la persecucin poltica esgrimido por todos los polticos acusados de algn delito, cualquiera que este sea: parricidio o exceso de velocidad en carretera. Y lo adoba con la ingeniosa teora de que no fue l quien quiso infiltrar con ayuda del hacker la campaa de Santos, como lo muestra el video, sino Santos quien con ayuda del hacker infiltr la suya, como lo muestra el hecho de que el video exista.

Hay que ser muy uribista para creer todo eso.

Los uribistas lo creen porque, como el ladrn del proverbio, juzgan por su propia condicin: la de uribistas, es decir, gente curtida en el juego de ponerle conejo a la ley. Los ejemplos no faltan. Hay unos que burlan la justicia buscando la prescripcin de sus delitos a fuerza de alegatos de procedimiento y recursos dilatorios, como vienen hacindolo desde hace ocho aos los exministros Sabas Pretelt y Diego Palacio por el cohecho cometido para comprar la primera reeleccin presidencial de Uribe Vlez. Hay otros que se fugan del pas, como la exdirectora del DAS Mara del Pilar Hurtado, condenada por espionaje ilegal, el excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, condenado por falsas desmovilizaciones, y el exministro de Agricultura Andrs Felipe Arias, condenado por corrupcin. Otros ms, que no tuvieron xito en su estrategia de desgaste dilatorio de los procesos, como el exdirector del DAS Jorge Noguera y el exembajador en Chile Salvador Arana, estn pagando penas de crcel por homicidio. Y no cabra en esta nota la larga lista de los polticos cercanos a Uribe que han sido condenados por parapoltica. Ni me he puesto a averiguar en qu van los procesos judiciales contra el exministro de Justicia Fernando Londoo o contra el secretario general de la Presidencia Bernardo Moreno.

No es por ser uribistas que la justicia persigue a tantos uribistas. Sino porque muchos uribistas son proclives a delinquir. Ya lo saba su jefe desde que, siendo presidente, les pidi a sus parlamentarios que votaran los proyectos de ley de su gobierno mientras no estuvieran en la crcel.

Los tres de la ms reciente hornada de perseguidos han escogido distintas vas de escape. El asesor espiritual Hoyos prefiri la fuga monda y lironda, como Hurtado, Arias y Restrepo. El gerente Zuluaga, aunque se mantiene fuera de las fronteras, parece inclinarse por el camino aleatorio del desgaste judicial: ya consigui que le acepten rendir declaracin ante fiscales que viajen especialmente a verlo en Nueva York, para no entorpecer sus estudios: despus ya se ver. Cuando escribo esto (jueves 29 de enero por la noche) no puedo saber an qu frmula habr escogido el excandidato presidencial scar Ivn Zuluaga: si la de cumplir cabalmente su cita en la Fiscala, o si la de copiar el ejemplo que dio su jefe Uribe Vlez hace seis meses cuando tambin l fue llamado a declarar: ir solamente para limpiarse los zapatos con la justicia.