treinta y cinco lecciones de biología - jesús francisco conde

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El prodigio de mirar por vez primera: Treinta y cinco lecciones de biología (y tres crónicas didácticas de Eduardo Chirinos Jesús Francisco Conde de Arriaga La literatura es, para decirlo de un modo burdamente mínimo y general, un extrañamiento del lenguaje. Es dibujar la realidad conocida con matices inusitados, dotarla de elementos ajenos a su naturaleza y, al fin, presentarla bajo un vestido nuevo, aquel que será percibido en un instante que, con fortuna, sostendrá por un breve momento el milagro de la creación. Si Nerval dijo que el primero que comparó a la mujer con una rosa era un poeta, y el segundo un imbécil, Borges contestó con una sentencia ferazmente socarrona: “El tercero es un clásico”. Nombrar todo por vez primera se vuelve una tarea fatigante: el enamorado quiere decir a su amada algo que ella no haya escuchado ya, el poeta quiere decir de otro modo lo que se ha escrito de la misma manera siglo tras siglo y el mundo que conocemos se mantiene en una abstracción descrita hasta el hartazgo. ¿Cómo, entonces, enfrentar esa desoladora

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Reseña de Treinta y cinco lecciones de biología

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El prodigio de mirar por vez primera: Treinta y cinco lecciones de biologa (y tres crnicas didcticas de Eduardo Chirinos

Jess Francisco Conde de Arriaga

La literatura es, para decirlo de un modo burdamente mnimo y general, un extraamiento del lenguaje. Es dibujar la realidad conocida con matices inusitados, dotarla de elementos ajenos a su naturaleza y, al fin, presentarla bajo un vestido nuevo, aquel que ser percibido en un instante que, con fortuna, sostendr por un breve momento el milagro de la creacin. Si Nerval dijo que el primero que compar a la mujer con una rosa era un poeta, y el segundo un imbcil, Borges contest con una sentencia ferazmente socarrona: El tercero es un clsico. Nombrar todo por vez primera se vuelve una tarea fatigante: el enamorado quiere decir a su amada algo que ella no haya escuchado ya, el poeta quiere decir de otro modo lo que se ha escrito de la misma manera siglo tras siglo y el mundo que conocemos se mantiene en una abstraccin descrita hasta el hartazgo. Cmo, entonces, enfrentar esa desoladora encrucijada sin temer a la derrota? Apelemos al Daro de Cantos de vida y esperanza: Ser sincero es ser potente. Y con la honestidad como arma afrontemos la tarea monumental de volver a verlo todo, de sorprendernos ante los prodigios que se erigen ante nosotros en cada calle, en cada viaje y en cada beso y construyamos un nuevo modo de mirar. Acaso no es digno de asombro que una inoportuna brisa se empee en levantar una breve falda florida en la calle de nuestro barrio?, no es el beso de una mujer bella y enamorada distinto cada noche? La cerveza oscura provoca lascivas contracciones en el paladar mientras la pltica entre viejos cmplices gira en torno a los mismos temas, pero con la alegra renovada por los aos compartidos y los tragos venideros. Pablo Neruda supo cantar en cada resquicio cotidiano que lo acechaba las minucias de la vida diaria, la entraable pluma del chileno descubri cmo bocetarla para sorprenderse y reconocerse distinto en cada una de ellas. El caldillo de congrio, la cebolla, un reloj en la noche, la alcachofa, el fuego o el libro esplenden con un brillo inslito en las Odas elementales; se transforman para ofrecer caminos insospechados de lectura y abrir su significado a posibilidades que lo abarquen todo:

Por eso, pan,si huyesde la casa del hombre,si te ocultan,te niegan,si el avarote prostituye,si el ricote acapara,si el trigono busca surco y tierra,pan,no rezaremos,pan,no mendigaremos,lucharemos por ti con otros hombrescon todos los hambrientos,por todos los ros y el aireiremos a buscarte,toda la tierra la repartiremospara que t germines,y con nosotrosavanzar la tierra:el agua, el fuego, el hombrelucharn con nosotros.

En este fragmento, el pan no es ya slo el que acompaa la sopa o adorna el platillo materno. Neruda trastoca su naturaleza para hacer del pan un smbolo de lucha, una denuncia ante la insidia y la rapacidad, una posicin ideolgica ante la opresin y por qu no? una esperanza y un canto por la hermandad. Aqu radica el extraamiento, el pan no es ya unvoco, en l se depositaron significados que permanecan ocultos y que el poeta devel gracias a su mirada privilegiada. El estar atento a las voces que preludian el encuentro con las maravillas es labor del poeta. El hallazgo puede estar en una taza de caf, en las noches que acompaan el desvelo o en la mirada que se deslumbra ante el prodigio del mundo alrededor. La fascinacin por el mundo que nos rodea es inherente a nosotros. Quin no se enternece ante la sonrisa del beb que escucha a Bach por vez primera? Quin de nosotros no quisiera tener otra vez catorce aos para releer con angustia las aventuras de Edmundo Dantes y llorar cuando Mercedes lo engaa y prefiere a su enemigo o gritar de desesperacin al ver que Constanza Bonacieux muere en los brazos de Artagnan? Cuntos no recordamos ese primer beso entre mezcales que anunci una noche y una vida ya de amorosos excesos? El secreto es pasear la mirada por nuestro entorno y aprender a descubrir lo que los das y el mundo tienen para contarnos. Pensemos en la sorpresa de los conquistadores al llegar a Nauhtln lugar veracruzano que fue testigo de la primera insurreccin mexicana en contra de los peninsulares y encontrar, como dijeran Bernal Daz del Castillo y Lpez de Gmara, dragones de carne muy gustosa, mas repugnantes a la vista, pero de carne suave y exquisita. Esas sierpes o lagartos espaoles, como los llamaran los cronistas castellanos, no eran ms que iguanas. Pero imaginemos la sorpresa ante lo desconocido y la mirada atenta ante el nuevo mundo. ste puede estar, para cada uno de nosotros, asequible cada vez que se requiera si es que tenemos los sentidos aguzados y el ansia de descubrirnos a cada instante.Eduardo Chirinos parte de esta premisa, la del aventurero que recorre sus terruos con el odo y la vista pendientes de su historia. En la introduccin de Treinta y cinco lecciones de biologa (y tres fbulas didcticas), el poeta peruano radicado en Montana nos advierte de la fascinacin que los animales han ejercido sobre l y que han transitado por su obra de manera constante Abecedario del agua, Breve historia de la msica y Medicinas para el quebrantamiento del halcn son algunos de sus libros. En este libro, Chirinos quiere dejar constancia de la msica que hemos dejado de escuchar: la de los animales que acompaaron y han acompaado a la raza humana desde el principio de la palabra. Eduardo Chirinos apuesta por otorgarles un lugar distinto al que usualmente se les da: un espacio en donde sean ellos y su historia los que hablen, los que den cuenta de su paso por este mundo y los que en su desafortunada y lamentable extincin perduren en la memoria con su ritmo y sus fbulas imprevistas. El poeta peruano corre el riesgo de enfrentar a diversas especies con el lugar comn, Chirinos afirma que les hemos dado la nica caracterstica que no tienen, la de metforas culturales. En un acto de soberbia, solemos descifrarlos con base en nuestros propios miedos y obsesiones, cuando ellos tienen un propio devenir histrico, el cual hemos alterado de manera irremediable. Con textos ms cercanos a la prosa potica que a la poesa la inquietante tentacin de cortar frases arbitrariamente a veces triunfa en los ms impensados lares, Chirinos deja una impronta al hablar, con conocimiento de causa, de animales que ahora, tristemente, pareceran fantsticos.

1(Raphus cucullatus)Lujo costoso las alas. Alrededor nohaba fieras, el clima era agradable,no enfrentbamos peligro alguno.Para qu volar) Nuestros antepasadoseran palomas que llegaron de Oriente.Tal vez pasaban aqu los inviernosy luego retornaban. O simplementelas trajo el viento y decidieron quedarse.Desde hace milenios habitamosesta isla. Aqu criamos nuestrospollos, aqu aumentamos de tamao,aqu nos olvidamos de volar. Y lopagamos caro. Lujo costoso las alas.En dos siglos nos borraron de la tierra.Nadie se acuerda de nosotros.

Acompaan al libro notas que dan cuenta de las especies a las que el poeta da voz. En este caso, sabemos por la erudicin del autor que el pjaro dodo, al que alude el poema, aparece en las pginas de Alicia en el pas de las maravillas y en la memoria de viajeros del siglo XVII y XVIII. En el libro de marras, el pjaro dodo organiza una carrera en crculos, en donde todos ganan y, por lo tanto, todos merecen un premio. Dodo, segn la etimologa ms difundida, significa tonto o estpido. Un ave que no puede volar, que no encontr en el ser humano una amenaza y para la que, como dice Chirinos, las alas eran un lujo costoso, encuentra en Treinta y cinco lecciones de biologa (y tres fbulas didcticas) un lugar en donde pueda vivir en la memoria. Gracias a los oficios malficos de la tecnologa, ahora podemos ver un video del que da cuenta Chirinos del ltimo demonio de Tasmania. Aterradora la forma que podemos ver a un animal que ya no existe es y espero se disculpe la analoga tan terrible como cuando escuchamos la voz de quienes ya se han ido y vemos imgenes de quien ya no compartir la mesa y el pan. Es ah donde el poeta honra su labor de cantor de la memoria colectiva y otorga voces a los que ya se han ido: Eduardo Chirinos parte de esta tradicin. 35(Thylacinus cinocephalus)Me llaman lobo de Tasmania, aunquemi especie poblaba Australia y tambinNueva Guinea. Los habitantes de esasislas (los ms viejos) todava recuerdanmis aullidos, mis asaltos nocturnos, las rayas oscuras que decoraban mi lomo.Por esas rayas fui llamado tigre, aunquesoy el equivalente marsupial del perro(o, si prefieren, del lobo). De Australiadesaparec hace miles de aos. Tal veza causa de los dingos, nuestros rivales ms serios. En Tasmania las autoridadesme consideraron una especie peligrosay trataron por todos los medios deextinguirme. En 1909 pusieron precioa mi cabeza. En 1930 fueron cazadostodos aquellos que vivan en estadosalvaje. En 1936 muri en el zoolgicode Hobart el ltimo lobo de Tasmania. En este poemario convergen voces, historia y una labor muy personal de saldar una deuda con sus lecturas. Una cigarra, una escarabajo, un rinoceronte, una mariposa y otra veintena de especies deambulan por estas pginas para demostrarnos, una vez ms, que el ver siempre por vez primera las cosas, besar como si fuera la primera vez o sorprenderse ante el milagro de ver bajar a una mujer bella una escalera es, simplemente, un arte mayor.