treinta y cinco lecciones de biología - jesús francisco conde

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Reseña del libro del poeta Eduardo Chirinos

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La literatura es, para decirlo de un modo burdamente mnimo y general, un extraamiento del lenguaje. Es dibujar la realidad conocida con matices inusitados, dotarla de elementos ajenos a su naturaleza y, al fin, presentarla bajo un vestido nuevo, aquel que ser percibido en un instante que, con fortuna, sostendr por un breve momento el milagro de la creacin. Si Nerval dijo que el primero que compar a la mujer con una rosa era un poeta, y el segundo un imbcil, Borges contest con una sentencia ferazmente socarrona: El tercero es un clsico. Nombrar todo por vez primera se vuelve una tarea fatigante: el enamorado quiere decir a su amada algo que ella no haya escuchado ya, el poeta quiere decir de otro modo lo que se ha escrito de la misma manera siglo tras siglo y el mundo que conocemos se mantiene en una abstraccin descrita hasta el hartazgo. Cmo, entonces, enfrentar esa desoladora encrucijada sin temer a la derrota? Apelemos al Daro de Cantos de vida y esperanza: Ser sincero es ser potente. Y con la honestidad como alabarda afrontemos la tarea monumental de volver a verlo todo, de sorprendernos ante los prodigios que se erigen ante nosotros en cada calle, en cada viaje y en cada beso y construyamos un nuevo modo de mirar. Acaso no es digno de asombro que una inoportuna brisa se empee en levantar una breve falda florida en la calle de nuestro barrio?, no es el beso de una mujer bella y enamorada distinto cada noche? La cerveza oscura provoca lascivas contracciones en el paladar mientras la pltica entre viejos cmplices gira en torno a los mismos temas, pero con la alegra renovada por los aos compartidos y los tragos venideros. Pablo Neruda supo cantar en cada resquicio cotidiano que lo acechaba las minucias de la vida diaria, la entraable pluma del chileno descubri cmo bocetarla para sorprenderse y reconocerse distinto en cada una de ellas. El caldillo de congrio, la cebolla, un reloj en la noche, la alcachofa, el fuego o el libro esplenden con un brillo inslito en las Odas elementales; se transforman para ofrecer caminos insospechados de lectura y abrir su significado a posibilidades que lo abarquen todo:

Por eso, pan,si huyesde la casa del hombre,si te ocultan,te niegan,si el avarote prostituye,si el ricote acapara,si el trigono busca surco y tierra,pan,no rezaremos,pan,no mendigaremos,lucharemos por ti con otros hombrescon todos los hambrientos,por todos los ros y el aireiremos a buscarte,toda la tierra la repartiremospara que t germines,y con nosotrosavanzar la tierra:el agua, el fuego, el hombrelucharn con nosotros.

En este fragmento, el pan no es ya slo el que acompaa la sopa o adorna el platillo materno. Neruda trastoca su naturaleza para hacer del pan un smbolo de lucha, una denuncia ante la insidia y la rapacidad, una posicin ideolgica ante la opresin y por qu no? una esperanza y un canto por la hermandad. Aqu radica el extraamiento, el pan no es ya unvoco, en l se depositaron significados que permanecan ocultos y que el poeta devel gracias a su mirada privilegiada.