trapiche nº19

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Tal y como se ha mencionado en diferentes medios, en los últimos diecinueve años se debatió el tema del bloqueo contra Cuba en el marco de la Asamblea Gene- ral de la ONU. En diecinueve oportunidades la votación condenatoria al bloqueo y a la agresión económica fue en aumento, de 59 países en 1992, a una abrumadora mayoría de 187 países sobre 192 votantes el 26 de octubre de este año. La historia de las agresiones norteamericanas contra Cuba es vasta. Apenas cinco semanas después del triunfo revolucionario de enero de 1959, más de 400 millones de dólares fueron depositados en bancos norteamericanos por cómplices y funcionarios de la dictadura de F.Batista; ese monto jamás fue recuperado. Entre diciembre de 1960 y marzo de 1961, los presidentes D.Eisenhower y J.F.Kennedy redujeron y suprimieron la cuota azucarera cubana, principal rubro de exportación de la isla. INTERNACIONAL Cuba en el corazón del mundo Trap i che SEPTIEMBRE 2010, Cochabamba - Bolivia Año II Nº 19 12 páginas D.L. Nº: 2-3-37-09 Pág. 7 Pág. 6-7 ¿CUÁLES SON LAS REALES CAUSAS QUE LIMITAN LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN E INFORMACIÓN EN BOLIVIA? La libertad de expresión e información es un principio que sustenta las sociedades democráticas. En palabras simples, viene a ser el conjun- to de condiciones sociales e institucionales que permiten que las personas y los grupos sociales puedan emitir públi- camente su opinión sin que por ello encuentren restric- ciones o sean objeto de perse- cución. Asimismo, la libertad de información es el derecho universal a acceder sin restric- ciones a una información ve- raz, íntegra y de calidad sobre todo lo concerniente al inte- rés público. Apuntes para una economía plural (1) Bishelly Elías Argandoña1 Pág. 3 Sudamérica para los sudamericanos Raúl Zibechi / La Jornada Pág. 9 Aportes desde la crítica epistemológica feminista Elena Apilanez Pág. 5 Nuevo Leviatán Carlos Miguélez Monroy Pág. 11 POLÍTICA POLÍTICA ECONOMÍA SOCIEDAD

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¿Cuáles son las reales causas que limitan la libertad de expresión e información en Bolivia?

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Page 1: Trapiche nº19

Tal y como se ha mencionado en diferentes medios, en los últimos diecinueve años se debatió el tema del bloqueo contra Cuba en el marco de la Asamblea Gene-ral de la ONU. En diecinueve oportunidades la votación condenatoria al bloqueo y a la agresión económica fue en aumento, de 59 países en 1992, a una abrumadora mayoría de 187 países sobre 192 votantes el 26 de octubre de este año.

La historia de las agresiones norteamericanas contra Cuba es vasta. Apenas

cinco semanas después del triunfo revolucionario de enero de 1959, más de 400 millones de dólares fueron depositados en bancos norteamericanos por cómplices y funcionarios de la dictadura de F.Batista; ese monto jamás fue recuperado. Entre diciembre de 1960 y marzo de 1961, los presidentes D.Eisenhower y J.F.Kennedy redujeron y suprimieron la cuota azucarera cubana, principal rubro de exportación de la isla. IN

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TrapicheSEPTIEMBRE 2010, Cochabamba - Bolivia Año II • Nº 19 • 12 páginasD.L. Nº: 2-3-37-09

Pág. 7

Pág. 6-7

¿Cuáles son las reales Causas que limitan la libertad de expresión

e informaCión en bolivia?La libertad de expresión e información es un principio que sustenta las sociedades democráticas. En palabras simples, viene a ser el conjun-to de condiciones sociales e institucionales que permiten que las personas y los grupos sociales puedan emitir públi-camente su opinión sin que por ello encuentren restric-ciones o sean objeto de perse-cución. Asimismo, la libertad de información es el derecho universal a acceder sin restric-ciones a una información ve-raz, íntegra y de calidad sobre todo lo concerniente al inte-rés público.

Apuntes para una economía plural (1)

Bishelly Elías Argandoña1

Pág. 3

Sudamérica para los sudamericanosRaúl Zibechi / La Jornada

Pág. 9

Aportes desde la crítica epistemológica feministaElena Apilanez

Pág. 5

Nuevo LeviatánCarlos Miguélez Monroy

Pág. 11

POLÍTICA POLÍTICAECONOMÍA SOCIEDAD

Page 2: Trapiche nº19

Trapiche2 Septiembre 2010, Cochabamba - BoliviaEDITORIAL

El actual gobierno del estado plurinacional, en su campaña pre electoral, tras la nacionalización de los hidrocarburos y el contrato siderúrgico con la Jindal, para ir cumpliendo sus compromisos con el pueblo boliviano, puso fuerte acento en su pro-pósito del llamado gran salto industrial. Se habló de plantas agro químicas en base a los hidrocarburos, de refinamiento de diesel, de producción de úrea y otros derivados; en lo tocante a la siderurgia sigue en pie la posible producción de acero para múltiples usos, a lo que se sumó la producción de carbonato de litio de los yacimientos de Uyuni.

El planteamiento satisfizo las expectativas de las mayorías nacionales que brin-daron con su voto un apoyo resonante al equipo de gobierno. Industrializar nuestros recursos naturales en nuestro propio país, suponía recuperar la plusvalía que la hemos venido perdiendo por siglos al habérsenos impuesto la condición de mono productores y exportadores, exclusivamente, de materia prima. El pueblo encontraba en estos pos-tulados del gobierno, la posibilidad de mejorar su calidad de vida a través de muchos empleos, salarios que permitan mayor dignificación de su existencia, un avance acelera-do en el dominio de la tecnología, la institucionalización de procesos de investigación científica y tecnológica, mayor personalidad nacional, entre otros.

Se sabía, tras las nacionalizaciones, que el gran salto industrial sería saboteado por las trans nacionales afectadas por ellas. Las trans nacionales no abandonaron el país como se pretendía hacer creer por los voceros del neo liberalismo. Se quedaron; pero se quedaron para poner piedras en el camino de la industrialización y, por lo tanto, de la prosperidad de Bolivia. En este empeño boicoteador, duele reconocerlo, estuvieron y están muy activos los anti patriotas que, desde la oposición, baten palmas toda vez que el gobierno tropieza con dificultades y va retrazando el gran salto industrial. Así pasó con la corrupción de un alto funcionario del gobierno que, lamentablemente tiene paralizada hasta ahora la instalación de la planta recuperadora de diesel; otro motivo de alegría para los anti patrias es la tardanza e indefinición en el arranque de la instalación de la planta siderúrgica del Mutún; ya se ha hecho escuchar otra voz agorera de que Bo-livia ya no podrá instalar la planta petroquímica para la producción de úrea puesto que el Brasil lo hará cerca de la frontera con Bolivia; y que decir de la aparente y alarmante disminución de las reservas de gas natural que según los profetas del desastre ya casi no alcanzarán para las necesidades locales cuando hace pocos años atrás se calculaba que Bolivia, con más de cincuenta millones de metros cúbicos de gas natural se convertía en el segundo reservorio sud americano de ese hidrocarburo, después de Venezuela.

Aunque ya no sorprende que la oposición, con tal de hacer quedar mal al gobier-no, adopte una actitud totalmente anti patriótica, sobre todo en los temas que comen-tamos, no puede menos que llamarnos a reflexión esa actitud tan negativa que no sólo lleva a desgastar al gobierno sino que, fundamentalmente, está orientada a frustrar las esperanzas de desarrollo y prosperidad del pueblo boliviano. Esta visto que para los anti patriotas importa más desacreditar al gobierno que respaldar el anhelo nacional de ingresar en un proceso de industrialización de nuestros recursos naturales.

Se puede advertir también una penosa falta de cariño, de amor y de compromiso con Bolivia, su patria, en aquellos profesionales expertos en materia de administración de hidrocarburos que restan su valioso y eficiente aporte al desarrollo de la industria hidrocarburífera nacional, en razón de que los sueldos que paga Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos son bajos; entonces, a la primera oportunidad de percibir un suel-do más alto en alguna empresa extranjera, simplemente abandonan el país donde han nacido y que, quizá, pese a su pobreza, ha contribuido en su formación profesional. En la siderurgia, en la industrialización del litio, del cobre y otros, ¿se presentará también la fuga de cerebros en función de ganar más y más dinero aunque nuestra patria siga registrando los índices de pobreza más altos del planeta? El patriotismo, que es infinito amor por la patria, es una virtud no muy propia de quienes sólo piensan en el dinero que puedan ganar en mérito a su conocimiento, su experiencia, su habilidad. ¿Sacrifi-carse en interés de la patria, poniendo a su servicio esos conocimientos, experiencia y habilidad? Para los anti patriotas eso no es un buen negocio. Sin embargo Bolivia, para salir de su pobreza, para construir su grandeza nos necesita a todos, obreros y profesio-nales. Es hora de que los bolivianos, oficialistas y opositores demostremos que sí somos patriotas, que sí queremos la prosperidad de nuestra patria y que estamos dispuestos a jugarnos por ella porque somos orgullosos de ser bolivianos.

COORDINADORHelmut Vega

CONSEJO EDITORIALGrover Vega

Elena ApilanezElisa González

INDICEPInstituto de Investigación

Cultural para Educación Popular

Dirección:Calle Maria Luisa Pacheco Nº 359

Cochabamba - Bolivia

Casilla: 463

Telf./Fax: 4301852

E-mail: [email protected]://trapichebolivia.wordpress.com/

Las opiniones expresadas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las opiniones de la Institución.

edito

rial

memorias de fuegola virgen de guadalupe contra la virgen de los remedios

industrializacion y patriotismoTrapiche

Edua

rdo

Gal

eano

Abriéndose paso entre cortinas de polvo, la multitud atra-viesa el pueblo de Atotonilco.

—¡Viva la América y muera el mal gobierno!El padre Miguel Hidalgo arranca de la iglesia la imagen de

la Virgen de Guadalupe y ata el lienzo a la lanza. El estandarte fulgura sobre el gentío.

—¡Viva Nuestra Señora de Guadalupe! ¡Mueran los ga-chupines!

Fervor de la revolución, pasión de la religión; la campa-na ha repicado en la iglesia de Dolores, el cura Hidalgo llama a pelear y la Virgen mexicana de Guadalupe declara la guerra a la Virgen española de los Remedios. La Virgen india desafía a la Virgen blanca; la que eligió a un indio pobre en la colina de Tepeyac marcha contra la que salvó a Hernán Cortés en la huida

de Tenochtitlán. Nuestra Señora de los Remedios será vestida de generala y el pelotón de fusilamiento acribillará el estandarte de la de Guadalupe por orden del virrey.

Madre, reina y diosa de los mexicanos, la Virgen de Gua-dalupe se llamaba Tonantzin, entre los aztecas, antes de que el arcángel Gabriel pintara su imagen en el santuario del Tepeyac. Año tras año acude el pueblo a Tepeyac, en procesión, Ave Vir-gen y preñada, Ave doncella parida, sube de rodillas hasta la roca donde ella apareció y la grieta donde brotaron las rosas, Ave de Dios poseída, Ave de Dios más amada, bebe agua de sus fuentes, Ave que a Dios haces nido, y suplica amor y milagros, protec-ción, consuelo, Ave María, Ave Ave.

Ahora la Virgen de Guadalupe avanza matando por la in-dependencia de México.

Grover vega

Page 3: Trapiche nº19

Trapiche 3Septiembre 2010, Cochabamba - Bolivia ECONOMÍA

De acuerdo a la CPE (Art. 306) “la economía plural está constituida por las formas de organización

económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa, y está orientada a mejorar la calidad de vida y el vivir bien de todas las bolivianas y bolivianos”. Esto equivale a decir que la econo-mía plural debiera ser la convivencia armónica de estas formas económicas tal que generen ri-queza y que ésta se distribuya equitativamente para el logro del vivir bien.

La búsqueda del vivir bien y no de “desa-rrollo” en el paradigma boliviano es el que nos lleva a colocar la economía en su verdadera di-mensión, al servicio de la sociedad y su medio-ambiente y no a la inversa.

Las formas de organización privada, estatal y la social cooperativa son conocidas en teoría y práctica como entidades económicas, el premio nobel de economía Joseph Stiglitz menciona que en las sociedades justas es donde se logra un crecimiento realmente sostenible y que esto se logra con un sistema económico plural y balanceado que incluye la economía privada tradicional, el sector público y la economía so-cial cooperativa.

La economía comunitaria es un concepto nuevo para economistas y no economistas, pues se encuentra aún en construcción desde las organizaciones sociales, aunque proviene de una práctica milenaria, previa al pe-riodo colonial que incluye una visión integral de relacio-namiento entre hombre, naturaleza y cultura.

Las organizaciones sociales en la Cumbre del ALBA – TCP el2009 definieron la economía comuni-taria como la producción de bienes y servicios, donde el desarrollo de organizaciones económicas, procesos productivos son de propiedad colectiva, respetando los principios que rigen a los pueblos o naciones (indíge-nas-originarios-campesinos) para la redistribución y reinversión productiva de los excedentes, en equilibrio con la naturaleza para vivir bien.”

Para la Confederación Sindical Ünica de Tra-bajadores Campesinos de Bolivia - CSUTCB, la

Economía Comunitaria, indígena originario campesina, emerge de sus conocimientos ancestrales, con prácticas basadas en el respeto, reciprocidad y complementarie-dad para la generación de riqueza social como un valor de beneficio colectivo que anula la acumulación del ex-cedente para sustituirla por la redistribución y el bene-ficio social.

Los avances sobre economía comunitaria nos ofrecen algunos elementos para sentar bases para la definición de economía comunitaria:

La concepción del grupo social “comunidad” como ente económico, donde la comunidad, o grupo social participa como actor en el mercado a través de uno o varios procesos productivos generados de forma colectiva y que incluye el trabajo de varios capitales.

Por ejemplo se considera también otros capitales el capital humano, el capital social, el capital natural y capital cultural, pues un equilibrio y desarrollo armóni-co de la diversidad de capitales generar bienestar para el grupo social “comunidad”

La comunidad busca fundamentalmente el bienestar colectivo a largo plazo. El logro del bien-estar del grupo y/o de la comunidad en el mediano y largo plazo es un principio fundamental de la Economía

Comunitaria que algunas veces puede significar restricciones individuales en el corto plazo y por tanto no sea entendido desde las escuelas eco-nómicas más liberales, sin embargo el Nobel de economía Amartya Sen nos hace reflexionar so-bre la necesidad de que las sociedades (comuni-dades) tengan un compromiso social que garan-tice el desarrollo de las capacidades y libertades de cada ser individual.

Se generan lazos sociales a partir de re-laciones económicas: el don y la reciprocidad generan vínculos fuertes de intercambio y obli-gaciones recíprocas entre los miembros de una misma comunidad, fuera de esta y con el capital natural (Madre Tierra) La reciprocidad de dar a quien se necesita, con un precio no de mercado o como regalo permite algo más que la produc-ción y circulación de bienes, permite generar sentimientos y valores humanos y justicia social .

En nuestro país convive la economía comunitaria/ indígena, del don o de la reciprocidad en casi todas las actividades económicas que realizamos, las más estudia-das han sido las microempresas informales, en Bolivia las organizaciones económicas campesinas (OECA), pero también están las ferias o katus, la yapa, el pasanaku, como algunos ejemplos de este entramado. Es posible incluso pensar en Bolivia como una gran comunidad que con estos elementos busca lograr este “vivir bien”.

1 Economista e investigadora. Los comentarios pueden enviarse al correo [email protected]

Para saber más…

- Xavier Albó CIPCANotas ¿Vivir Bien o Vivir Mejor?- Moving beyond market fundamentalism to a more balanced eco-

nomy, Joseph Stiglitz. Sevilla 2008.- Economía Comunitaria, La encrucijada de su reconstitución.

CSUTCB y CNMCIOB BS.- La libertad individual como compromiso social. Amartya Sen. P.53- Las estructuras elementales de la reciprocidad. Dominic Temple et

all. P. 14, 45-46

apuntes para una economía plural (i)bishelly elías argandoña1

En estos últimos años la participación de la mu-jer en la agricultura ha sido de mucha importancia. Según un reporte de la FAO, en Bolivia el 85,7% de las mujeres rurales se ocupa en el sector agrícola y pecua-rio, lo que significa que aproximadamente 1.500.000 de mujeres trabajan en la producción de alimentos ocupando alrededor de 8,6 horas diarias a estas tareas. Trabajan intensamente en los cultivos, con el ganado menor, la forestería, pero además de todo, realizan las labores domésticas, el cuidado de los niños y ancianos y otras actividades fuera del predio.

Esta participación de las mujeres en la agricul-tura familiar y en otros rubros productivos, aporta a la seguridad alimentaria y a la generación de ingresos económicos a través de la producción de diversos gra-nos, hortalizas, legumbres, cereales, etc., además en la crianza de animales domésticos como gallinas, patos, chanchos, ovejas, chivas y otros de ganado menor, y también participan en la producción de artesanías siendo una fuente importante para los ingresos fami-liares a partir de la comercialización, responsabilidad que en muchos lugares no solamente es asumido por las mujeres, sino que es una actividad propia de ellas.

Pero lamentablemente, esta contribución de las mujeres a la agricultura y a la seguridad alimentaria

está considerablemente subestimada e invisibilizada pues generalmente son consideradas trabajadoras del hogar no remuneradas. Si bien nuestra Constitución Política del Estado reconoce el derecho humano a la alimentación en su Artículo 16 así como la obligación que tiene el Estado de garantizar la seguridad alimen-taria, y el gobierno propuso fortalecer un modelo na-cional productivo con una visión integral de desarro-llo, combinando la producción agropecuaria, forestal y aprovechamiento de recursos de la biodiversidad; apoyando a productores rurales sobre todo a las y los pequeños y a organizaciones comunitarias, los avan-ces de esta propuesta aún son muy escasos y no se ve tampoco el apoyo directo para las mujeres.

Algunas familias productoras han conseguido ampliar y fortalecer su producción diversificada para la seguridad alimentaria y la generación de ingresos, pero el acceso a los recursos naturales todavía no es equitativo para estas mujeres y la gestión sostenible no se aplica en todos los territorios, siendo la propie-dad de la tierra un obstáculo para el desarrollo, sobre todo de estas familias donde las mujeres son las cabe-zas del hogar pero no tienen el título de sus parcelas a su nombre, pese a que las leyes ya contemplan ese derecho.

Otra de las dificultades por las que atraviesan las mujeres rurales en esta tarea de apoyar a la seguridad alimentaria, es la pérdida de sus cosechas debido a las sequías, incendios, quemas o inundaciones, que cada vez azotan con más fuerza los campos de cultivo. Es por esto que se dice que las mujeres están identifica-das como las más vulnerables frente a los embates del Cambio Climático.

Con estas consideraciones, y aprovechando esta nueva etapa que vivimos en Bolivia, se debe hacer más énfasis en mejorar las condiciones de las mujeres, en destinar recursos específicos para su desarrollo y cre-cimiento y conseguir un verdadero acceso y control de los recursos naturales, financieros y tecnológicos, que vayan acorde a cada contexto agroecológico, que estén al alcance de las familias productoras y que com-binen con los saberes y conocimientos locales; que sobre todo logren facilitar y acortar el tiempo y es-fuerzo de las mujeres en sus actividades económicas, e incursionar con mayor empeño en el uso y manejo de energías alternativas para garantizar una seguridad y soberanía alimentaria.

(*) Claudia Vedia Pacheco es Comunicadora de la Oficina Ge-neral de CIPCA y miembro del equipo de la Unidad de Acción Política (UAP)

la mujer en la agricultura y su aporte a la seguridad alimentaria *Claudia vedia pacheco / CipCa notas

Page 4: Trapiche nº19

Trapiche4 Septiembre 2010, Cochabamba - BoliviaSOCIEDAD

nacho arantegui

viaje por bolivia: Crónicas de la selva(3ra. parte)

La primera noche pasó con sonidos de una naturaleza

desconocida, también ruidos de las ratas royendo la cáscara de las almendras; los murciélagos, que son de gran tamaño, al revolotear se daban un festín de mosquitos y lanzaban al aire una especie de chillido agudo; constantes eran las cigarras con su intermiten-te rinrineo… Sensaciones “vi-vas” excluidas del fervor de una civilización automatizada. Al amanecer, el oxígeno puro de la Amazonía contenía aromas em-briagadores, los sonidos de la sel-va habían cambiado respecto a la tarde y la noche, ahora los pájaros parecían celebrar la luz del día y nos sumergían en un festival de coros.

Complicado fue preparar un fuego con el que ca-lentar el agua del desayuno, la madera estaba húmeda, buscando debajo de las tablas del galpón encontramos algo. El principal problema que tendríamos de ahí en adelante es que se nos había terminado el agua potable. Nos confiamos en que habría un riachuelo, pero no era así y el agua del pozo se presentaba bastante turbia, se-guramente llena de parásitos y microorganismos que nuestro cuerpo no podría asumir. Tomamos una bote-lla de agua en la que la noche pasada habíamos echado unas gotitas de yodo para desinfectar, esperábamos que el barro se hubiera posado y que estuviera más limpia, pero no era así. Decidimos hervir para asegurarnos ma-tar los gérmenes pero no teníamos donde apoyar la pe-rola y casi se nos cae, entró ceniza, el resultado era un agua que, además de turbia, sabía más a hoguera que a yodo, pero parecía de fiar.

Esa misma mañana nos internamos en la selva con Carlos y Zoilo que iban a recoger castaña, antes de salir pusimos un bolo de hoja coca en la boca. Yo iba el últi-mo pero me quedaba más atrasado de la cuenta embe-lesado con lo que me envolvía, hasta el punto de que hubo un momento en el que tuve la impresión de que me había perdido, me asaltó una sensación de des-asosiego que no tardé en controlar, con el miedo es difícil de caminar, no se solu-ciona nada y además debía de confiar en esa fuerza sobrenatural que considero desprende la Madre Naturaleza. Alcan-cé al grupo cuando ya estaban alrededor de un gran árbol de castaña lanzando los cocos al suelo para así hacer montones y luego quebrar. Los cocos están dispersos pues las ramas del árbol son gigantescas. Tras amontonarlos, los hombres se sien-tan al lado del montón y, con un mache-te, comienzan a quebrar, sacan la castaña

del coco y van llenando unos sacos que llegan a pesar 90 kilos, luego los tienen que trasportar a la espalda hasta el galpón, pueden ser horas, el sufrimiento se refleja en sus rostros y en sus cuerpos deteriorados. La dureza de este proceso de trabajo se acentúa con los incesantes y fastidiosos mosquitos, serpientes, hormigas, gusanos, el peligro de que te caiga alguno de los cocos que quedan en el árbol, la humedad y la lluvia.

Al tercer día de estar en la selva Carlos nos invi-tó a la celebración del cumpleaños de Anenot. Para la ocasión invitaron a otros zafreros que trabajaban en la zona y al patrón. El patrón es un antiguo zafrero que ha pasado a mejor vida, el terrateniente le ha asignado el almacenamiento de la castaña para prepararla para su trasporte a Riberalta, su esposa se encarga de vender los víveres a los zafreros. Obtienen una pequeña comi-sión del negocio indigno, en el engaño por el peso de la caja de almendra y en el sobrecargo en los precios de los víveres. La familia del patrón llegó a última hora de la tarde con otra familia que les ayudaba, los hombres se acomodaron a la espera de la comida, las señoras se estuvieron riendo de Carlos no muy discretamente, ha-cían comentarios de su afición a la bebida. Cuando el chancho estuvo preparado se fueron pasando los platos,

los hombres en un lado de la caba-ña, las mujeres en otro. Al terminar la comida entregaron unos regalos a Anenot, una bolsita de galletas y una botella de refresco. Inmediata-mente los invitados parecían tener que marchar, la noche acechaba los sombríos senderos. Pero antes de la partida se cantaron unas cancio-nes de felicitación. Anenot se mos-tró tímido pero al mismo tiempo se le notaba complacido. Fue el mejor momento de la celebración, hasta ahí un tanto frío.

A la mañana siguiente había-mos quedado con Carlos para ir a la selva, cuando llegamos todavía compartía borrachera con Jaime

y otro zafrero. Salida nula, el alcohol hace estragos por estos lugares.

Ese día salimos a la zafra con Zoilo y Ricardo, nos adentramos en la selva y pudimos ver a algunas fami-lias de monos. Son animales graciosos, nos miraban y chillaban, yo les respondía imitando sus sonidos y ellos curiosos se acercaban saltando de árbol en árbol. Desde luego no me los podría comer, imaginar que te ponen un bracito asado, con su manita y todo, me parecería un acto de canibalismo, pero al parecer es una carne muy gustosa.

Salimos de la selva con flaqueza, cientos de pica-duras de mosquitos y otros insectos por todo el cuerpo, seguramente amebas intestinales, bichitos introducidos en la piel de esos que aquí llaman sabañón y un olor cor-poral que ni os imagináis. Es otro de los problemas que encontramos, aquí llovía todos los días, o te empapabas si te agarraba la lluvia o con la vegetación que siempre estaba mojada, y cuando no llovía la humedad hacía que sudáramos constantemente, el resultado es que la ropa nunca terminaba de secar. Por la mañana te tenías que colocar la ropa húmeda, una sensación desagradable e incómoda, un día tras otro se acumulaba el olor y ya no

había prenda que se salvara. Salimos de la selva con todo esto, pero la experiencia me pareció extraordinaria, lo que pude dia-logar con los espacios nunca lo olvidaré. Tampoco la naturaleza de esas personas, su espíritu de lucha, de sacrificio, la gene-rosidad y cortesía con que nos acogieron.

Tuvimos que volver por el pequeño río en canoa, nos acompañaba el piloto, Zoilo y Ana muy enferma. Alcanzamos la hacienda y aprovechamos para tomar la avioneta donde había llegado la mujer del terrateniente, al poco estábamos en Riberalta. Llevamos a Ana con su familia, los acompañamos al hospital y ayudamos económicamente a un tratamiento.

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Trapiche 5Septiembre 2010, Cochabamba - Bolivia SOCIEDAD

En términos generales es posible afir-mar que la construcción del conoci-miento científico así como los resulta-

dos de los estudios e investigaciones de cualquier índole son trasladados a la vida cotidiana de las sociedades concretas como supuestos universales e inamovibles, puesto que son científicos. Induda-blemente, el peso de la ciencia en la construcción de las identidades y los haberes colectivos es muy sustantivo.

En función de lo anterior no se hace difícil pensar que todos los aportes de las diversas disci-plinas académicas (tanto los tradicionales como sus revisiones posteriores) han permeado muy in-tensamente en lo que Bourdieu denomina la subjeti-vidad de las estructuras mentales. Sin embargo, tam-bién es posible pensar que los aportes académicos de alto nivel no son fáciles de trasladar al pensa-miento colectivo, sobre todo cuando dichos apor-tes suponen graves reconstrucciones del “deber ser” social en cada contexto histórico y concreto: de otra forma, seguramente, sí adquieren consenso social rápido puesto que no interfieren gravemente en el pensamiento tradicional.

Partiendo de estas dos premisas iniciales, es fácil suponer –por lo que conocemos- que el co-nocimiento científico no sólo ha aportado a la ex-clusión tradicional de las mujeres en las múltiples dimensiones de la vida social –y política, econó-mica, cultural y religiosa, cuando menos- sino que, ade-más, ha contribuido en gran medida a ello: como bien indica Fox Keller, el sesgo de género en el conocimiento científico está profundamente arraigado en muy diver-sas disciplinas que, además de construir conocimiento, aportan soluciones a una amplia diversidad de cuestio-nes de la vida cotidiana.

Tal y como nos muestra Keller, el conocimiento científico ha sido definido (implícita y explícitamen-te) en base a la supuesta neutralidad/objetividad del/la investigador/a (enfoques, herramientas, conclusiones), siendo ésta una de las premisas más básicas en el proce-so de investigación para cualquier disciplina científica. Teniendo esto en cuenta, no es fácil que se pongan en duda –individual y colectivamente- las conclusiones extraídas de los procesos investigativos, de la forma en que lo está haciendo la crítica epistemológica feminista. Tampoco es fácil que las personas concretas –mujeres y hombres- acepten con agrado las sucesivas de-cons-trucciones de ciertas premisas científicas que, histórica-mente, han marcado el devenir de las sociedades y han llenado de contenido nuestras narrativas cotidianas.

Los ejemplos de cuestionamiento y crítica a cier-tas premisas históricamente inamovibles de la filosofía, la psicología, la antropología o la historia –podríamos incluir de la economía, la sociología, la pedagogía o las ciencias políticas-, presentados por la crítica epistemo-lógica feminista muestran claramente cómo el sesgo de género del/la investigador/a se manifiesta muy explí-cita e implícitamente en las conclusiones que aportan. Y, más aún, es bien fácil reconocer cómo estas conclu-siones son evocadas cotidianamente en el pensamiento colectivo de nuestras sociedades. Proceder a modificar dichas premisas supone, sin lugar a dudas, proceder a

desestabilizar gran parte de las verdades colectivas a las que nos abocamos diariamente.

El predominio del positivismo en la ciencia occi-dental hegemónica estableció la necesidad de que los hechos objeto de estudio fueran vistos como “cosas”; de esta forma, las premisas de objetividad y neutralidad implicaban el hecho de que la persona que investigaba mantenía una distancia suficientemente apropiada con el “objeto” como para no permear el proceso investigati-vo con sus propios intereses y necesidades. Estas premi-sas y el propio método científico inferían una supuesta “universalidad” a las conclusiones obtenidas durante el proceso investigativo…

Sin embargo, el espacio que media entre la perso-na que investiga y el objeto de estudio no es un espacio vacío, sino que está mediado por la propia construcción

de sujeto (del “yo”) que, irremediablemente, es-tará influyendo en los fundamentos del proceso investigador. Esta es la postura -al respecto de la objetividad- que Fox Keller nos presenta al realizar un breve recorrido por las críticas feministas a la ciencia moderna, ubicándose más cercana al pun-to de vista radical y exigiendo “que cuestionemos los supuestos mismos de objetividad y racionalidad subyacentes en la empresa científica” y proponiendo “reconceptualizar la objetividad como un proceso dialéctico para permitir distinguir el esfuerzo obje-tivo de la ilusión objetivista”.Intuyo que Fox Keller pretende aquí defender la necesidad de reconocer que la supuesta tradición hegemónica respecto de la objetividad es, en realidad, una ilusión creada por el método científico positivista que pretendía otorgar una supuesta universalidad a las conclusiones de los procesos investigativos.

Respecto a la construcción de los discursos con perspectiva de género, la autora indica que es preciso reconocer las limitaciones que tiene, para el feminismo, el método científico tradicional, claramente sesgado por una historia investigadora masculina (“debe comenzar la búsqueda de una ciencia diferente, una ciencia no distorsionada por el sesgo masculinista”) y muy vinculada con las necesidades de fundamentar el dominio de la naturaleza (mujer=naturaleza); o, dicho en palabras de la autora “más bien creo que el énfasis

particular que la ciencia occidental puso en estas funciones del conocimiento (control y dominación) es equiparable al ideal objetivista”.

En efecto, la necesaria vuelta de tuerca que estamos esperando respecto de la crítica feminista de la ciencia, tiene que ver no sólo con la presencia de más mujeres en el espacio científico (sobre todo, de las ciencias llamadas “duras”) sino también con la necesidad de “ser conscientes de las características del proyecto científico que desmienten su pretensión de universalidad”; de esta forma, reivindicaríamos la validez científica de lo particular sin pretender dar a las conclusiones obtenidas valores universales que más tienden a homogeneizar que a reconocer las diversidades (entre ellas, la diversidad de género). De este modo se objetaría el ideal positivista de objetividad y universalidad hegemónico aún en el discurso actual por medio del cual se asume que existe una naturaleza humana homogénea y auto-contenida en cada persona.

Finalmente me gustaría añadir el hecho de que buena parte de los fundamentos teóricos de la ciencia moderna tienen su origen en modelos patriarcales que conciben a “la mujer” con una homogeneidad que no se corresponde en absoluto con su realidad (al igual que la concepción de homogeneidad universal) y en relación con la naturaleza, como algo que debe ser sometido y dominado a la voluntad racional de los hombres; es decir podemos concluir que la ciencia ha sido creada por y para el hombre infiriendo en ella su poder de dominación.

Para saber más…

Fox-Keller, E. (1985) Reflexiones sobre Género y Ciencia. Va-lència: Alfons el Magnànim.

elena apilánez piniella

a vueltas con la objetividad en la construcción del pensamiento científico: aportes desde la crítica

epistemológica feminista

Page 6: Trapiche nº19

Trapiche6 Septiembre 2010, Cochabamba - BoliviaPOLÍTICA

La libertad de expresión e información es un principio que sustenta las sociedades democráticas. En palabras simples, viene a ser el conjunto de condiciones sociales e institucionales que permiten que las personas y los grupos sociales puedan emitir pú-blicamente su opinión sin que por ello encuentren restricciones o sean objeto de per-secución. Asimismo, la libertad de información es el derecho universal a acceder sin restricciones a una información veraz, íntegra y de calidad sobre todo lo concerniente al interés público.

Sin embargo, como principio o conjunto de condiciones sociales e instituciona-les, la libertad de expresión e información no existe flotando en una nube, sino que se concretiza en la sociedad de una manera compleja, en el enmarañado conjunto de intereses y pugnas de poder que la entretejen, a través de actores sociales e instituciones que posibilitan su gestión. Ese arraigo en las estructuras, actores e instituciones de la sociedad permite ver las causas reales que abren o cierran la libertad de expresión e información. ¿Cuáles son esas reales causas que limitan la libertad de expresión e in-formación en nuestro país? ¿Serán sólo dos pequeños artículos de una ley o serán, más profundamente, las condiciones materiales e institucionales que sustentan la gestión de la comunicación social?

La cruzada que hoy emprenden los propietarios de MCS y gremios afines por la defensa de la libertad de expresión e información, en oposición a los artículos 16 y 23 de la Ley contra el racismo, parece omitir la elemental constatación de las condiciones materiales que sustentan la gestión de la comunicación social, pues se ensañan con unos breves límites que pone la mencionada ley al uso (o, mejor, al abuso) irrestricto que ha-cen muchos MCS, periodistas y opinadores de este principio, asumiendo una posición supuestamente etérea, queriendo presentarse no como seres sociales introducidos de hecho en la enmarañada red de intereses que pugnan en la sociedad, sino como entes angelicales, por encima de las condiciones materiales que la sustentan.

Los límites que estos dos artículos de la mencionada ley ponen al ejercicio irres-tricto de la libre expresión están señalados por principios y normas que defienden la equidad y buscan prevenir la impunidad de expresiones y prácticas racistas y discrimi-nadoras en los MCS; es decir algo que ha ocurrido con frecuencia en un país tan pro-fundamente inequitativo y desigual como es el nuestro. Curiosamente, los ricos chillan cuando se intenta poner límites a su irrestricto poder de (tergiversación de la) expresión e información social, por 2 artículos de una ley que se pone de parte de las víctimas históricas. ¿No se les ocurre pensar que son más bien los oligopolios que controlan la gestión de la comunicación masiva en Bolivia la causa estructural que limita y tergiversa la libertad de expresión e información?

Los MCS están dominados y son dirigidos y gestionados por seres humanos y sociales concretos. No por dioses incólumes y abstractos. En nuestro país, en su gran

mayoría están organizados y gestionados por grupos sociales con mucho poder económico. Todo MCS res-ponde a una determinada visión de la realidad, a deter-minada posición política. Lo declaren o no, todo medio tiene su postura, y no es una entidad angélica que flota en el cielo, más allá de las con-diciones estructurales y los intereses que configuran la sociedad. Ejemplos de ello sobran. Basta revisar heme-rotecas o registros de TV y radio (si los hubiera), es de-cir, expresiones reales de los MCS durante los últimos conflictos sociales que se orquestaron bajo una miste-riosa batuta durante los años 2007 y 2008. En esos conflic-tos, los grandes MCS y los periodistas no eran especta-dores neutrales ni informa-dores ecuánimes que daban la palabra a los actores sociales en igualdad de condiciones, pues su labor periodística respondía marcadamente a una línea informativa y una línea ideológica muy clara y definida por quienes toman las decisiones fundamentales en la gestión de un medio masivo de comunicación. No es casualidad que los grandes propie-tarios de medios sean a la vez grandes propietarios de empresas, accionistas de la gran banca y terratenientes sin disimulo. ¿Puede garantizarse la libertad de expresión en la sociedad cuando los grandes MCS y agencias informativas están dominadas por el gran capital? Es evidente que no. Lo curioso es que los grandes propietarios de medios (a la vez con fuertes vínculos con los intereses del gran capital transnacional) son los que ahora aparecen como paladines de la defensa de la libertad de expresión e información. El burro hablando de orejas, dice sabiamente el refrán, que se aplica perfectamente en este caso. Los autores del cautiverio y secuestro de la expresión e información social

La realidad política y social en América Latina, y de modo particular en Sudamérica, es cada vez más compleja, intrincada y por momentos confusa. Los hechos de los últimos meses, las recientes elecciones en Venezuela, los sucesos en Ecuador, son emergentes de esa creciente complejidad que en no pocas ocasiones ha llevado a las fuerzas políticas y sociales que comparten objetivos idénticos a posicionarse como si pertenecieran a bandos opuestos. A medida que la crisis del sistema se aproxime a situaciones de caos sisté-mico, la confusión irá en aumento, por lo que parece necesario intentar, con todas las precauciones necesarias, establecer alguna lectura compartida y compartible de la realidad.

La región se encuentra en un periodo de transición, que será prolongado e incluirá coyunturas de agudas ten-siones y conflictos. Nada nuevo o que las fuerzas antisistémicas no hayan conocido en situaciones anteriores. Sin embargo, esta transición contiene tres escenarios diferentes que la hacen más compleja, toda vez que los sujetos que protagonizan cada uno de ellos son estructuralmente diferentes y tienen intereses y objetivos contradictorios, aunque no necesariamente antagónicos. Una realidad que se mueve a tres velocidades no puede sino aumentar expo-nencialmente los conflictos, de ahí la necesidad de abordarlos por separado.

Un primer escenario es la competencia entre estados, que se manifiesta en la transición de la dominación sin hegemonía de Estados Unidos hacia una región multipolar con tendencia a la hegemonía consensuada de Brasil en Sudamérica. Se trata, en resumidas cuentas, de la confrontación antimperialista, en la que está interesado un amplio abanico de fuerzas políticas y sociales, desde los más pobres hasta las burguesías industriales que abastecen los mer-cados internos.

Sujetos destacados de este combate son los estados nacionales administrados por fuerzas progresistas y de iz-

quierda. La lucha antifascista, en la primera mitad del siglo XX, nos enseñó que no es un tema menor quién dirige el Estado, porque si se lo apropian los reaccionarios pueden destruir todo vestigio de movimiento popular durante un largo periodo. Incluso una inflexión menor, como la que representa el go-bierno de Juan Manuel Santos frente al de Álvaro Uribe en Colombia, puede destrabar conflictos interestatales que favorecen la dominación imperialista.

Un segundo escenario tiene como actores principales a los movimien-tos sociales antististémicos y está directamente relacionado con la supera-ción del capitalismo, una tarea que –como enseñaron los fundadores del movimiento obrero– sólo la pueden llevar adelante los oprimidos por sí

mismos. No depende, por tanto, de los estados nacionales sino de la capacidad y la potencia de los de abajo para arre-batarle a las burguesías los medios de producción y de cambio y, a la vez, liberar las relaciones sociales no capitalistas existentes en el seno del mundo de los oprimidos.

La superación del capitalismo por una sociedad más justa e igualitaria, socialista, será un proceso más largo aún que la transición entre la dominación estadunidense y el mundo multipolar que estamos viendo formarse ante nuestros ojos, que no puede suceder sino luego de una profunda crisis sistémica. Será más complejo aún, ya que el Estado juega naturalmente a favor del capital, aun cuando sea administrado por personas con intencionalidad socia-lista, porque es una relación social funcional a la acumulación de capital. Y porque es necesario construir poderes no estatales que aún están lejos de salir de su forma embrionaria y local.

En tercer lugar, se registra un combate por superar el progreso, o sea el desarrollo indefinido de las fuerzas pro-ductivas, porque el planeta no puede soportarlo sin poner en riesgo la sobrevivencia de la humanidad. Este escenario está siendo protagonizado por las naciones indígenas aymaras, quechuas, mapuches, quechuas y amazónicas, con especial énfasis en Ecuador y Bolivia. La propuesta de Sumak Kawsay/Suma Qamaña (Buen Vivir/Buena Vida) bus-

tres escenarios para una transición

las incoherencias de la aristocrática cruzada por la “defensa de la libertad de expresión”¿Cuáles son las reales causas que limitan la libertad de expresión e información en bolivia?

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Trapiche 7Septiembre 2010, Cochabamba - Bolivia POLÍTICA

en Bolivia vienen a hablarnos de la libertad de ella. Curiosa paradoja o abierto cinismo.

Si fuésemos coherentes con el propósito de lograr una real y efectiva libertad de información social, lo pri-mero que habría que pedir es la ruptura de ese poder oligopólico que controla la comunicación social en Bo-livia y la consecuente socia-lización y democratización de la propiedad de todos los MCS, agencias noticiosas y tecnología de la información, o por lo menos una sólida normativa que establezca decididamente claros y efec-tivos mecanismos de control social sobre los medios. Y lo mismo para medios que ya son propiedad social, es de-cir para los medios de pro-piedad estatal y dirigidos por el gobierno; a éstos también

habría que imponerles desde la sociedad efectivos controles y límites que establezcan un servicio a la libertad de información y no una reducción de la visión de los hechos a la medida de las consignas marcadas por las autoridades de turno. Sólo así camina-ríamos a una plena libertad de expresión e información social, pues la información y la comunicación social es un bien y patrimonio esencialmente público.

Finalmente, la actual cruzada de propietarios de medios y gremios afines por la “defensa de la libertad de información” contra los 2 artículos mencionados de la Ley contra el racismo, muestra de manera subrepticia otra forma en que el racismo emerge como ideología de las clases dominantes, cuando éstas tratan de hegemonizar y mono-polizar el rol de “defensores de la democracia” expresada en la “defensa de la libertad de expresión”. ¿Cómo opera esta lógica racista de las clases dominantes en este caso?

Esa re emergente argumentación de la pretendida superioridad racial/clasista in-

tenta justificar a un único sujeto social y político “protagonista” en la historia “sensata y democrática” del país. Cuando los dueños de MCS, gremios afines y clases medias (incluidos los jerarcas de la Iglesia católica) enarbolan el argumento de la “defensa de la libertad de expresión” sin cuestionar los límites estructurales que ellos como propieta-rios ponen de hecho a la libertad de expresión, aparecen articulando un discurso que en claras cuentas diría: “sólo nosotros somos los paladines en la defensa de la democracia frente a estas ‘hordas totalitarias’ que nos gobiernan hoy en día”. Quieren hacernos creer que sólo lo que les limita en su irrestricto “derecho” de expresión e información es lími-te a la democracia de todos; y no lo es aquello que estructuralmente secuestra la libre expresión e información en la sociedad: los oligopolios de las entidades que gestionan la comunicación social. Con ello vuelven a sus argumentos racistoides: “sólo nosotros somos los genuinos defensores de la democracia”.

En suma, tras esta cruzada de “defensa de la libertad de expresión” sólo está camu-flándose la defensa del monopolio y la hegemonía en la producción y reproducción del imaginario dominante de símbolos, ideas y representaciones de la realidad social por una clase social dominante. La hegemonía del poder mediático en manos del gran ca-pital. La “libertad de expresión” en boca de las clases dominantes sólo es pretensión de “libertad irrestricta” para las empresas de información y comunicación social. Es la pre-tensión de dominio absoluto en el ámbito de la producción y reproducción del imagi-nario social. A ese poder irrestricto la mencionada Ley pone unos límites concretos. Los límites que marca la emergente conciencia de la dignidad de todas las personas y grupos sociales en el país, en un momento histórico en que las fuerzas progresistas queremos empujar a dar un salto cualitativo en el proceso de descolonización y democratización.

Que no se victimicen los ricos y las clases dominantes. Que no quieran llorar tanto en vitrina. Les sobran lágrimas a los cocodrilos. Que no se atribuyan ser la “esencia de la defensa de la democracia”. Esas poses para la gran pantalla de los MCS están ya de-más. Somos muchos y muchas, diversos rostros y abigarradas miradas, muchedumbre de cuerpos, multiplicidad de brazos y multitud de luchas desde abajo, cuántas veces con humilde sangre derramada, quienes construimos –frecuentemente contra ustedes, los ricos, cuando hacen alianza con dictadores y sediciosos de turno– esta democracia y esta lucha por las libertades que todos y todas gozamos ahora, incluidos ustedes. No traten de encubrir ni secuestrar la verdad con su injusticia (Cf. Rom 1,18). La historia ya ha pasado por encima de sus viejos argumentos racistas. Sean creativos. Inventen nue-vos argumentos para tratar de justificar su voluntad de poder absoluto. Sus argumentos de pretendida superioridad racial, de mesianismo colonial, de “paladines exclusivos en la defensa de la democracia” ya no les funcionan.

* Filósofo, teólogo y educador popular. Cochabamba. [email protected]

quierda. La lucha antifascista, en la primera mitad del siglo XX, nos enseñó que no es un tema menor quién dirige el Estado, porque si se lo apropian los reaccionarios pueden destruir todo vestigio de movimiento popular durante un largo periodo. Incluso una inflexión menor, como la que representa el go-bierno de Juan Manuel Santos frente al de Álvaro Uribe en Colombia, puede destrabar conflictos interestatales que favorecen la dominación imperialista.

Un segundo escenario tiene como actores principales a los movimien-tos sociales antististémicos y está directamente relacionado con la supera-ción del capitalismo, una tarea que –como enseñaron los fundadores del movimiento obrero– sólo la pueden llevar adelante los oprimidos por sí

mismos. No depende, por tanto, de los estados nacionales sino de la capacidad y la potencia de los de abajo para arre-batarle a las burguesías los medios de producción y de cambio y, a la vez, liberar las relaciones sociales no capitalistas existentes en el seno del mundo de los oprimidos.

La superación del capitalismo por una sociedad más justa e igualitaria, socialista, será un proceso más largo aún que la transición entre la dominación estadunidense y el mundo multipolar que estamos viendo formarse ante nuestros ojos, que no puede suceder sino luego de una profunda crisis sistémica. Será más complejo aún, ya que el Estado juega naturalmente a favor del capital, aun cuando sea administrado por personas con intencionalidad socia-lista, porque es una relación social funcional a la acumulación de capital. Y porque es necesario construir poderes no estatales que aún están lejos de salir de su forma embrionaria y local.

En tercer lugar, se registra un combate por superar el progreso, o sea el desarrollo indefinido de las fuerzas pro-ductivas, porque el planeta no puede soportarlo sin poner en riesgo la sobrevivencia de la humanidad. Este escenario está siendo protagonizado por las naciones indígenas aymaras, quechuas, mapuches, quechuas y amazónicas, con especial énfasis en Ecuador y Bolivia. La propuesta de Sumak Kawsay/Suma Qamaña (Buen Vivir/Buena Vida) bus-

ca abrirse paso desde una filosofía de vida hacia una práctica política, para lo que debe superar enormes obstáculos no sólo ante los estados sino también frente a buena parte de los movimientos antisistémicos.

Es el escenario más novedoso y el que conlleva mayores dificultades, ya que supone no sólo enfrentar el modelo occidental sino también el sentido común instalado en los sectores populares. Sin embargo, es un escenario vital porque un socialismo “desarrollista” o asentado en la corriente del progreso no contiene una esperanza de futuro para la humanidad. Por eso mismo, es el combate que demorará más tiempo en ser instalado, aunque la crisis ambien-tal debe jugar a su favor.

Lo ideal sería que estos tres escenarios no fueran excluyentes sino com-plementarios, pero sabemos que eso no es posible porque los intereses en pugna son contradictorios. Los estados nacionales, primer escenario, están firmemente asentados en el extractivismo que promueve un modelo de exporta-ciones primarias, que va a contramano de los otros dos escenarios, porque necesitan ingresos frescos para sufragar sus crecientes presupuestos y la ampliación de las burocracias. Las derechas locales y el imperialismo alientan este modelo en el que aún tienen un papel que jugar.

Que existan contradicciones entre los tres escenarios y entre las fuerzas que los protagonizan no debería impli-car antagonismo. Jerarquizar un escenario excluyendo los demás puede debilitar las fuerzas del cambio. Un problema adicional son las derechas y el imperio que siguen jugando pesado. Más preocupante aún es la polarización en el inte-rior del campo popular. La arrogancia intelectual, de la que ninguno de los actores de estos debates estamos exentos, suele esconder inseguridades e incertidumbres porque, como nos enseña don Pablo González Casanova, en medio del caos buena parte de lo aprendido se torna irrelevante: no hay una línea a seguir sino caminos a inventar.

* miguel miranda / bolpress

raúl Zibechi / la Jornadatres escenarios para una transición

las incoherencias de la aristocrática cruzada por la “defensa de la libertad de expresión”¿Cuáles son las reales causas que limitan la libertad de expresión e información en bolivia?

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Trapiche8 Septiembre 2010, Cochabamba - BoliviaINTERNACIONAL

Tal y como se ha mencionado en diferentes me-

dios, en los últimos diecinueve años se debatió el tema del blo-queo contra Cuba en el marco de la Asamblea General de la ONU. En diecinueve oportu-nidades la votación condena-toria al bloqueo y a la agresión económica fue en aumento, de 59 países en 1992, a una abru-madora mayoría de 187 países sobre 192 votantes el 26 de oc-tubre de este año1.

La historia de las agresio-nes norteamericanas contra Cuba es vasta. Apenas cinco semanas después del triunfo revolucionario de enero de 1959, más de 400 millones de dólares fueron depositados en bancos norteamericanos por cómplices y funcionarios de la dictadura de F.Batista; ese monto jamás fue re-cuperado. Entre diciembre de 1960 y marzo de 1961, los presidentes D.Eisenhower y J.F.Kennedy redujeron y suprimieron la cuota azucarera cubana, principal ru-bro de exportación de la isla. En 1962, luego del fracaso de la invasión mercenaria por Playa Girón, los Estados Unidos presionaron a países de la región para que corta-ran relaciones diplomáticas con Cuba, medida que casi todos obedecieron.

En ese mismo año, Kennedy interrumpió total-mente el comercio entre ambas naciones. Sus biógrafos apuntan que antes de aprobar la medida se cuidó de encargar una buena provisión de tabacos cubanos, a los que era aficionado, ya que su adquisición se converti-ría en delito. En 1964 se prohibieron específicamente los embarques de alimentos y medicinas, aunque en la práctica ya casi no se efectuaban.

En 1992, ya desmembrada la antigua Unión Sovié-tica, el presidente G.Bush promulgó la Ley Torricelli, para aplicar “presiones apropiadas al gobierno de Cuba”, en la suposición de que sin el respaldo que había recibi-do, la Revolución cubana también se desmoronaría. A propósito, es importante destacar que Cuba ha sufrido en realidad un doble bloqueo, que la obligó a remontar dos veces una situación de aislamiento. En la década de 1959, prácticamente toda su industria dependía de tec-nología norteamericana; el bloqueo le impidió renovar-la con maquinaria y piezas de repuesto. En la década de 1990, buena parte de la técnica, transporte, equipos y grandes maquinarias era de origen soviético o del grupo de países del campo socialista europeo. Cuba mantenía con ellos relaciones de intercambio justas y favorables, que también se evaporaron en cuestión de meses, de-jándola de nuevo en soledad, “rodeada por un océano de capitalismo”, tal y como afirmaba gráficamente Fidel por aquellos años.

El bloqueo impuesto a Cuba por los Estados Uni-dos es el más largo de la historia. Nada menos que diez administraciones norteamericanas lo aplicaron y am-pliaron hasta límites inconcebibles. El 1996, por inicia-tiva del senador J.Helms y el representante D.Burton, se aprobó la legislación que lleva el nombre de ambos, y que convierte en ley las abundantísimas regulaciones anteriores promotoras del bloqueo. Debido a este nue-vo status jurídico tipo cerrojo, el presidente no puede cambiar ninguna disposición sin la aprobación del con-

greso. Es bueno recordar que Helms era un declarado promotor del apartheid sudafricano, y admirador con-feso de los dictadores J.C.Duvalier y A.Pinochet. Sobre nuestro infausto L.García Meza, opinaba que cumplía “la misión de proteger la democracia”.

Las leyes Torricelli y Helms-Burton dan un salto cualitativo hacia lo extraterritorial, ya que promueven la delación, persecución y penalización de empresas de terceras naciones que comercien o inviertan en Cuba (peor si se trata de subsidiarias de firmas norteameri-canas). Cuba no puede comprar maquinarias o equipos que contengan más de un 20% de componentes nor-teamericanos, y los barcos de diferentes banderas que toquen puertos cubanos no pueden hacerlo en puertos norteamericanos durante por lo menos seis meses. El bloqueo complica transacciones, obliga a Cuba a adqui-rir productos en lugares lejanísimos, elevando el costo de fletes, y cercena las oportunidades de un “mercado natural” como es el país del norte; por ejemplo, si se le-vantara el bloqueo, se calcula que más de un millón y medio de turistas norteamericanos visitarían cada año la isla, suministrando más de mil millones de dólares a la economía cubana. Las regulaciones impiden además el acceso a medicinas estratégicas, que únicamente pro-duce Estados Unidos, para el tratamiento de cáncer en niños y adolescentes.

La medida unilateral encuadra perfectamente en la figura de genocidio, ya que según la Convención de Ginebra, el genocidio incluye actos que “procuran el sometimiento internacional de un grupo a condiciones que hayan de acarrear su destrucción física, total o par-cial”.

La prensa canalla callaLos párrafos anteriores

son únicamente una brevísima síntesis del ataque monstruo-so contra un país pequeño y digno, pero también una sola de las vías de ataque, ya que el embate de cinco décadas para provocar el quiebre económico se complementó con variadísi-mos planes de agresión bélica, animación y entrenamiento de grupos terroristas, sabotajes, boicots, colocación de explo-sivos, introducción de plagas y enfermedades, refugio y finan-ciamiento de criminales en te-rritorio norteamericano, etc. a fin de desaparecer de la faz de la tierra el proyecto de un pueblo que decidió ser soberano2.

Se conoce poco lo que sig-nifica el bloqueo contra Cuba; son contadas las personas que en nuestro país pueden detallar los ribetes irracio-nales de ese genocidio contemporáneo. El poderoso em-presariado de la información se ha encargado de ocultar el tema durante muchos años a bolivianos y bolivianas. Una de las consecuencias es la ignorancia generalizada sobre los impactos e implicaciones para la vida cotidiana de un pueblo noble, generoso y solidario, que es víctima del imperio más poderoso de la historia.

Sin embargo, esos mismos intereses mediático-empresariales, ofrecen espacios de privilegio a cualquier individuo que se oponga a la Revolución cubana, ro-busteciendo la especie de una isla sometida al peor de los sistemas políticos. Como ejemplo, hace pocos días, un periódico cruceño dedicó nada menos que dos pá-ginas a ensalzar a Guillermo Fariñas, reciente receptor del premio Sákharov y conspicuo activista anticubano. Psicólogo transmutado en periodista (uno de los oficios que Estados Unidos alienta y financia entre contrarre-volucionarios), fue condenado hace tiempo por golpear mujeres y ancianos. Este año saltó a la fama por haber sostenido una huelga de hambre de ¡cuatro meses!, tiempo en el cual no se privó de ofrecer varias entrevistas diarias, con un ánimo y prestancia que levantó no pocas sospechas.

La edición 2005 de ese premio fue otorgada a las denominadas Damas de Blanco, unas 50 o 60 mujeres que reciben 25 dólares por cabeza para manifestar con-tra la Revolución en las calles e iglesias de La Habana, y también fueron favorecidas con generosas coberturas de prensa en Bolivia. No es casual que el esperpento albo haya sido imitado fugazmente en Santa Cruz por las au-toproclamadas “damas cívicas”, aunque pronto olvida-ron la aventura, retornando a sus spas, camas solares y tertulias de la avenida Mons.Rivero.

Un número aplastante de países acaba de pronun-ciarse de nuevo en la ONU contra el bloqueo. El impe-rio no se inmutará. A las personas dignas nos resta se-guir batallando a fin de que mucha otra gente en Bolivia conozca la verdad de ese crimen que lleva perpetrándo-se más de cincuenta años.

1 Unicamente Estados Unidos e Israel votaron en contra de la con-dena al bloqueo. Se abstuvieron Palau, Micronesia e Islas Mars-hall. El resto de los países se pronunció en forma contundente.

2 Para ampliar este complejo y siniestro proceso recomendamos la visita al sitio web www.cubavsbloqueo.cu

alejandro dausá

Cuba en el corazón del mundo

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Trapiche 9Septiembre 2010, Cochabamba - Bolivia POLÍTICA

Un pequeño número de policías se in-

subordinó en la mañana del jueves 30, sobre todo en la ciudad de Quito, pero tam-bién en Guayaquil y Cuenca, en rechazo a la Ley de Servicio Público que, según manifesta-ron, perjudica sus ingresos y varios beneficios corporativos. Cuando el presidente Rafael Correa acudió al regimiento de Quito número 1 tomado por los insubordinados, fue abucheado, mojado y gaseado, y luego retenido durante horas en el Hospital de la Policía Na-cional. Los policías también tomaron el Parlamento e im-pidieron su normal funciona-miento, y soldados de la fuerza aérea ocuparon el aeropuerto internacional de Quito.

Con el paso de las horas, la insubordinación poli-cial se convirtió en crisis política e institucional que for-zó al presidente a decretar el estado de excepción, pri-mero, y más tarde a negociar con representantes de los policías una salida a la crisis. No se trata, en rigor, de un golpe de Estado, aunque la sensibilidad de las izquierdas luego de los sucesos de Honduras, hace algo más de un año, justificó la mayor alarma. Fue el entorno de Lula el que primero percibió que las cosas no saldrían de su cauce y que la protesta policial quedaría en eso, más allá de lo exagerado, exacerbado y desmedido, además de ilegal e inconstitucional, de su accionar.

La crisis deja varias lecciones. La primera es la respuesta fulminante de la Unasur, que fue capaz de re-unirse en pocas horas para acotar la crisis ecuatoriana y encauzarla como ya había hecho dos años atrás cuando la derecha boliviana buscaba jaquear al gobierno de Evo Morales. La rápida convocatoria a una cumbre de pre-sidentes de la Unasur, convocada a contrarreloj y cele-brada la misma noche del jueves 30 en Buenos Aires, es una clara muestra de que vivimos tiempos nuevos en los que el golpismo, en cualquiera de sus formas, ya no corre.

La segunda es que la región ha ido tomando for-ma propia, que ya tiene una madurez que le permite encarar situaciones complejas más allá de las diferen-cias entre los gobiernos que la integran. La rápida res-puesta de todos los gobiernos es una de las mejores noticias. Los de Colombia y Perú mostraron desde el primer momento su apoyo a Correa, cerrando incluso sus fronteras y dejando de lado antagonismos y dife-rencias, y mostrando que son más las cosas que los unen que las que los separan. No puede olvidarse que menos de dos años atrás Ecuador y Colombia rom-pieron relaciones a raíz del bombardeo al campamen-

to de Raúl Reyes el primero de marzo de 2008.La tercera lección que deja esta crisis es la tardía re-

acción de la Casa Blanca que declaró su apoyo a Correa después que los militares ecuatorianos habían acordado la continuidad constitucional y luego de ser emplazada por el gobierno cubano para que se pronunciara clara-mente.

En adelante, las crisis regionales serán resueltas en la región. “Sudamérica para los sudamericanos” podría ser el nuevo lema capaz de regir la vida política en esta región que ya no es patio trasero de nadie. Los hechos confirman el aserto del economista brasileño José Luis Fiori en un artículo publicado en el periódico Valor (29-IX-2010), en el que alerta que la región está vivien-do una “revolución intelectual”, que “ya consolidó una nueva manera del continente de mirarse a sí mismo y al mundo, y a sus propios desafíos asumidos como opor-tunidades y opciones, que deben ser hechas a partir de

su propia identidad y de sus propios intereses”.

Los principales líderes de la región ya no piensan, ni pueden hacerlo, en función de sus relaciones con los centros de poder, que viven una pro-funda y prolongada crisis, sino en base a intereses propios. En Ecuador, ni siquiera la derecha más retrógrada, como la que encabeza el alcalde de Guaya-quil, Jaime Nebot, ha sido ca-paz de apoyar a los sublevados.

Por último, la crisis deja otra lección también impor-tante. Las gubernamentales fuerzas del cambio, o de la “revolución ciudadana” en el caso de Ecuador, no pueden enajenarse el imprescindible apoyo de los movimientos so-

ciales. El presidente Correa ha estado enfrentado con el movimiento indígena, con sindicatos y los más diversos colectivos. Ciertamente, mantienen posturas muy di-ferentes en asuntos decisivos como el uso de las aguas por las multinacionales mineras y por otras razones vin-culadas al modelo de desarrollo. Pero Correa elevó en varias ocasiones el tono de la confrontación, agrediendo innecesariamente a dirigentes sociales con acusaciones fuera de lugar.

El comunicado de la Conaie habla por sí solo. Acu-sa a Correa de haberse empeñado en atacar y deslegiti-mar a los movimientos sin haber tocado las estructuras de poder de la derecha. Esa actitud no ha hecho más que favorecer a la vieja derecha, tanto a la económica como a la política. “Para nosotros es una situación bien incómoda”, afirmó un dirigente de las asambleas del agua del Azuay vía telefónica, “ya que estamos contra la vieja derecha que quiere tirar a Correa, pero también

contra la nueva derecha que representa el presidente, por eso apostamos a tumbar este modelo que sigue siendo neoliberal”.

Eso tal vez explique que no haya habido masi-vas movilizaciones en apoyo de la “revolución ciuda-dana”, como las que hubo en 2002 en Venezuela para frenar y revertir el golpe contra Hugo Chávez, o las que en septiembre de 2008 derrotaron a la derecha en Bolivia. La soledad de un poder que se proclama hacedor de los cambios y encarnación de la voluntad popular, enseña que algo no se está haciendo bien. La tentación de gobernar para la población pero sin ella, taponando las críticas con discursos, es pan para hoy y desamparo para mañana.

*Raúl Zibechi es escritor y pensador-activista uru-guayo, dedicado al trabajo con movimientos sociales en América Latina.

* raúl Zibechi / la Jornada

sudamérica para los sudamericanos

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Trapiche10 Septiembre 2010, Cochabamba - BoliviaCOMUNICACIÓN

Esta investigadora colombiana distingue dos tipos de medios ciudadanos: los utilizados por

movimientos sociales (zapatistas, palestinos, etc.) que realizan un trabajo contra hegemóni-co y los medios que apuntan al cambio social de una manera más sutil, sobre todo buscando dar voz a los sin voz por medio de un empode-ramiento social y colectivo.

Ante el silencio en el cual se encuentran las personas como audiencias de los grandes medios, Rodríguez sostiene que la labor de los medios ciudadanos tiene que ver con la transformación de la subjetividad de quienes participan en ellos, de un estado de pasividad, aislamiento y silencio, a una forma de subjeti-vidad activa.

Por último, sugiere que para compren-der estos complejos procesos de cambio a ni-vel individual y colectivo hay que indagar en la relación entre identidad, lenguaje y poder porque “el lenguaje es poder y las tecnologías de la información y la comunicación son tecnologías diseñadas exclusivamente para moldear lenguajes”, pues los medios son tecnologías creadas para nombrar el mundo.

DIAGONAL: ¿Con la relevancia de internet cambia

el concepto de medios ciudadanos?CLEMENCIA RODRÍGUEZ: Para mí se trata

siempre de lo mismo, con distintos dispositivos. Dow-ning, por ejemplo, define como medios alternativos desde el hip hop hasta internet. Él rompe la vinculación entre lo mediático y lo tecnológico. El gran problema que le veo a internet es que tu no puedes diseñar el momento de recepción. Puedas gritar, pero si nadie te está oyendo no sirve de nada. Por contraste, la gente de los proyectos que he presentado en Barcelona y que utilizan internet se caracterizan porque en ellos el mo-mento de la escucha es parte del diseño del proyecto. Se empieza por las necesidades de comunicación y se termina con la tecnología, no al revés.

D.: Aquí en nuestro país, ¿cómo podemos hacer para fortalecer a los medios comunitarios?

C.R.: Lo primero que tiene que pasar es que el medio quiera vincularse con la comunidad y que le vea el sentido a vincularse con la comunidad. En Colom-bia hay más o menos 600 radios comunitarias legales y más de 300 televisiones comunitarias legales. De todas éstas, yo creo que habrá 100 que valgan la pena, partici-pativas y que tienen muy claro para qué están. El “para qué” de la comunicación es lo primero que hay que pensar, antes de pensar en la tecnología.

Muchos medios se han articulado con los cole-gios. Porque se dan cuenta de que los niños, niñas y

adolescentes son los únicos que tienen tiempo. Enton-ces empiezan con ellos a hacer talleres de radio, produc-ción de video y televisión a los 9 años. Pero no sólo eso. En ese proceso están las preguntas claves: los niños se preguntan quienes conforman su comunidad. En últi-mo término, son talleres que los moldean para que usen la tecnología para verse ellos mismos y a su comunidad. Al final, estos niños y niñas tienen una visión de su co-munidad súper profunda, muy crítica.

La otra opción es detectar lo que convoca a la gen-te. Si nos tocan la llaga en temas que sí nos interesan, ahí empezamos a participar. Lo genial de los líderes de medios comunitarios que funcionan en Colombia es detectar dónde a la gente se le remueve algo por dentro para de ahí, poquito a poco, en dos o tres años, activar procesos de participación.

D.: ¿Qué opina de la financiación de medios comuni-tarios por agencias de cooperación para el desarrollo?

C.R.: Este tipo de financiación es perverso por-que hace que los proyectos pierdan su autonomía. Les

hacen seguir líneas que no tienen nada que ver con lo local, el medio, para asegurar la fi-nanciación. Y tiene que hacer lo que le dice la fundación. Es lo que veo en África y me parece horrible. Colombia no es suficientemente po-bre para atraer a la cooperación internacional ni tampoco ha sido declarado país en guerra, por lo que tampoco están. Los medios de co-municación se financian con rifas, los anun-cios entre miembros de la comunidad por los que se paga una pequeña cantidad de dinero y cosas así.

Sin embargo, también es cierto que en EE UU, por ejemplo, el enfoque de comuni-cación para el desarrollo no sigue vigente, por-que con todas las teorías poscoloniales, eso se ve como un enfoque colonizador.

D.: ¿Qué opina de medios hechos desde la ciudadanía, pero que responden a comunidades que enfatizan discursos de odio?

C.R.: Hace unos años escribí el artículo La voz del ángel poeta donde me hago esa pregunta: los medios de neonazis y skinheads, ¿son ciudadanos? Y lo que hago es utilizar las teorías de Luce Irigaray para afirmar que no nos podemos quedar en que la estruc-tura institucional o la programación de un medio sea ciudadana, sino que tiene que haber un planteamiento ético detrás. Se trata de establecer una forma ética de utilizar los medios.

D.: En América Latina, el movimiento de los medios comunitarios siempre ha contado con una importante pre-sencia religiosa, ¿qué piensa usted de esta influencia?

C.R.: Este “matrimonio” es bien interesante en América Latina. En Colombia, al menos, la mayoría de curas o monjas que se metieron a pelear por exigir condiciones legales para los medios comunitarios no lo hicieron por motivos religiosos. Quizás reservan una hora para la misa dominical, pero lo demás es para la comunidad.

D.: ¿Junto al fortalecimiento y visibilización de los medios comunitarios hay que hacer un trabajo por mejorar los grandes medios?

C.R.: Las luchas por transformarlos son tan im-portantes como esto otro. Pero son dos cosas completa-mente diferentes. Es un trabajo que no hago porque no me hace vibrar como éste, pero hay que hacerlo. Tam-poco es que yo no vea esa otra televisión. Betty la Fea o The Wire son grandes productos masivos. Cuando veo este tipo de cosas, pienso que deberían recuperarse mu-cho más estos medios para este tipo de usos.

* CLEMENCIA RODRÍGUEZ; Teórica de medios ciudadanos y co-fundado-ra de la red nuestros medios

“el lenguaje es poder y las tecnologías de la información sirven para moldear lenguajes”

Rodríguez es una firme defensora del concepto de medios ciudadanos, según el cual la ciudadanía no es un estatus jurídico sino una condición que se construye a partir de prácticas políticas cotidianas. En este contexto, medios ciudadanos son los que poseen un

potencial para desencadenar procesos sociales transformadores a través de la comunicación.diagonal

*RODRÍGUEZ, invitada por la cátedra Unesco de la Comunicación Incom-UAB para ha-blar sobre de las Tecnologias de Informacion y Comunicacion (TICs) en medios ciudada-nos. Foto: Robert Bonet.

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Trapiche 11Septiembre 2010, Cochabamba - Bolivia POLÍTICA

Una corte estadounidense ha des-estimado una demanda contra las petroleras Royal Dutch y Shell.

Los demandantes intentaban demostrar que éstas colaboraron con el gobierno nigeriano en casos de ejecuciones sumarias, tortura y deten-ciones arbitrarias. Las víctimas son ciudadanos nigerianos que protestaban contra los efectos medioambientales derivados de la extracción petrolífera en el Delta del Níger. El poeta Ken Saro Wiwa, asesinado en los años ’90, estaba en-tre las víctimas.

En las últimas décadas, algunos jueces es-tadounidenses se han declarado competentes en casos de violaciones graves de derechos huma-nos contra extranjeros por parte de empresas na-cionales o extranjeras. Algunos civiles iraquíes han intentado demandar a empresas militares privadas por medio de mecanismos como el Alien Tort Claims Act (ley para la reclamación de daños contra extranjeros) o la Ley de Protec-ción de Víctimas de la Tortura. En otras ocasiones, los jueces sostienen que el ordenamiento jurídico estado-unidense incorpora el derecho internacional común-mente aceptado.

Tiene una doble lectura el argumento que utili-zó la corte para desestimar la demanda de los ciudada-nos de Nigeria. Citaba a los tribunales de Nüremberg, constituidos al final de la Segunda Guerra Mundial para juzgar crímenes del nazismo: “Los crímenes contra el derecho internacional son cometidos por personas, no por entidades abstractas. Sólo castigando a individuos que cometen esos crímenes se puede aplicar el derecho internacional”.

El ultraliberalismo se erige hoy como el nuevo to-talitarismo sin rostro, como sostiene Tztevan Todorov. Este Premio Príncipe de Asturias, que acaba de publi-car La Experiencia totalitaria, dice del ultraliberalismo: “Es una amenaza para la función de la política. Estamos amenazados por una concentración de poder y por la limitación del bien común”.

Mantener en la “abstracción” a grandes multina-cionales favorece esa concentración de poder sin ca-beza visible, en detrimento de los derechos humanos. Representa un rezago en materia política y jurídica internacional por la creciente participación de estas empresas en abusos y en daños irreversibles contra el medioambiente. Es decir, contra la naturaleza y los pueblos que forman parte de ella. Nombres de distintas empresas evocan casos de este tipo: Bhopal, Rio Tin-to, Chevron, Texaco, Exxon Mobil, Unocal, Freeport McMoran, etc.

Personas concretas de las juntas directivas y los órganos ejecutivos de esas empresas toman decisiones que impiden la efectividad de derechos fundamentales de las personas. En la mayor parte de los casos, actúan con el consentimiento o con el apoyo del Estado, que tiene la responsabilidad de proteger, promover y respe-tar esos derechos.

Interpretar la legalidad internacional a la luz de la realidad actual y dar prevalencia a lo que más pro-tección necesita supone un paso infranqueable para

los jueces nacionales que se enfrentan a estos casos. La inversión extranjera como supuesto motor de las economías “subde-sarrolladas” se antepone muchas veces a la protección, la promoción y el respeto de derechos humanos universales y de otros derechos colectivos de pueblos indígenas. De poco sirve un crecimiento económico que margine a las comunidades y que im-pida a sus integrantes hacer efectivos sus derechos más elementales: su derecho a la vida, a no sufrir torturas, ni represión, ni persecución; su derecho a la alimentación, al agua, a la salud, a un trabajo y a una vi-vienda en condiciones dignas.

El nexo territorial y las cuestiones relativas a la nacionalidad pierden cada vez más relevancia en la designación del foro más adecuado para establecer la ju-risdicción en estos casos. La globalización permite que una empresa se registre en un

país (muchas veces paraísos fiscales), tenga sus oficinas centrales en otro, y tenga su actividad comercial en un tercero. Esto dificulta la acción de demandantes en paí-ses empobrecidos que se enfrentan a poderosos grupos de abogados.

Los jueces suelen considerar al país donde se de-sarrolla la actividad comercial o industrial como el foro más conveniente para dirimir un caso. Pero en muchos casos, esta actividad se desarrolla en países donde los derechos humanos carecen de efectividad. Otras veces, los jueces consideran que los sistemas judiciales de al-gunos países no garantizarían un juicio justo para los demandantes. O incluso temen por la integridad física de éstos ante la falta de protección y el ambiente de im-punidad en sus Estados, que abrazan el neoliberalismo impuesto desde fuera en contra de sus propios ciuda-danos.

*Carlos Miguélez Monroy es Periodista. Coordinador del CCS

nuevo leviatán*Carlos miguélez monroy

 

Una estudiante de 20 años es nombrada jefa de una policía municipal del Valle de Juárez

Se llama Marisol Valles García y sólo escribir su nombre provoca respeto y miedo. A sus 20 años, ella acaba de dar el paso adelante que ningún hombre se atrevió a dar, el de asumir la jefatura de la policía de un municipio de 3.400 habitantes situado junto a Ciudad Juárez , en la frontera de México con Estados Unidos, en pleno Valle de Juárez, el territorio que desde hace tres años se disputan dos de los cárteles más peligro-sos de México.

El municipio se llama Práxedis G. Guerrero, está en la mismísima línea fronteriza, pertenece al Estado de Chihuahua y dista un centenar de kilómetros de Ciudad Juárez, la plaza más violenta de México , don-de cada año son asesinadas 2.600 personas sin que la Policía Federal ni el Ejército alcancen a averiguar de dónde vienen las balas. Por si son necesarios más da-tos, sólo apuntar que esta misma semana fueron asesi-

nados el comisario municipal de El Porvenir -un pue-blo que pertenece a Práxedis y su hijo. El padre, Rito Grado Serrano, tenía 59 años, y su hijo Rigoberto, 37. Del asesinato sólo se conoce lo que los peritos de la fiscalía del Estado de Chihuahua encontraron junto a los cadáveres: 22 casquillos percutidos por fusiles AK-47, también conocidos aquí como cuernos de chivo. ¿Quién los mato? Casi nunca se sabe. Pudieron ser los sicarios de Vicente Carrillo -jefe del cártel de Juárez?o tal vez los del Chapo Guzmán -jefe del cártel de Si-naloa-. ¿Por qué? Eso sí que es demasiado preguntar. Tal vez porque no había forma de corromperlos. O tal vez porque lo corrompió el cártel rival. Además de su dosis de plomo, los muertos del narcotráfico se llevan a la tumba su correspondiente dosis de sospecha.

Pues bien, para ese lugar no del todo recomenda-ble buscaba el alcalde de Práxedis, José Luis Guerrero, un jefe de policía. Como en las películas del Oeste, el alcalde se fijó primero en los más machos del lu-gar, pero todos miraron para otro lado. El problema

no era hacerse cargo de los 19 agentes de la plantilla policial, nueve de ellos mujeres, sino, sencillamente, continuar con vida en un lugar donde no vale nada. Fue entonces cuando Marisol Valles, de 20 años, ca-sada, estudiante de último curso de Criminología en Ciudad Juárez, dijo sí. ¿Una mujer sin miedo? Tal vez no. A tenor de sus declaraciones, simplemente una mujer valiente: “Aquí toda la gente tiene miedo, todos tenemos miedo, pero vamos a cambiar ese miedo por seguridad”.

Para contagiar de ese valor a sus vecinos, la nue-va secretaria de Seguridad Pública de Práxedis se dejó fotografiar ayer junto a su mesa de trabajo, a cara des-cubierta. Si el narcotráfico ya tiene a sus heroínas rea-les o ficticias -la reina del Pacífico que entrevistó Julio Sherer o la Teresa Mendoza que inventó Arturo Pérez Reverte-, desde el martes, en un pueblo perdido del Valle de Juárez, el lado bueno de la Ley tiene a una muchacha de 20 años llamada Marisol Valles. Sólo es-cribir su nombre provoca respeto. Y miedo también.

la mujer más valiente de méxicoel pais

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Trapiche12 Septiembre 2010, Cochabamba - BoliviaCULTURA

Hay artistas que su propia forma de vivir tiene tanta importancia a la de hora de considerar su obra como las propias

creaciones en sí. Es el caso de Pier Paolo Pasolini, en el que su biografía y su obra tienen casi el mismo peso a la hora de analizar el personaje en su plenitud.

Nacido en 1922 en la ciudad de Bolonia, con el paso del tiempo ha sido finalmente considerado como uno de los pilares esenciales de la cultura italiana del si-glo XX. Su pensamiento revolucionario y su forma de vivir libre es indisoluble de su faceta artística. Él mismo se empeñó en conjugarlas en un cuerpo único.

Esa concepción de la vida le llevó no sólo a ser mal visto por la parte más conservadora y burguesa de la so-ciedad de la época sino que también le trajo como con-secuencia ser expulsado del Partido Comunista italiano por “indignidad moral”.

Todos estos aspectos personales de Pasolini no de-ben ensombrecer su aportación a las artes, capital desde cualquier punto de vista, ya sea técnico o ideológico. En el campo del cine fue capaz de hacer películas como “Accatone”, uno de los ejemplos más exactos y perfectos de lo que se entiende por neorrealismo italiano. “Saló o los 120 días de Sodoma” o “El Evangelio según San Ma-teo” tratan temas como el sexo, la religión y el poder de una manera pocas veces vista. La ironía y el humor casi surrealista también fueron utilizados para hacer una vi-sión de un mundo cambiante en “Pajaritos y pajarracos”.

Pero no sólo se circunscribe al cine la creación de Pasolini. Su obra literaria, que abarca desde la poesía al ensayo, también ha dejado un legado digno de mención, entre la que destaca la brillante “Chicos del arroyo”, po-seedora de una decadente belleza inigualable.

Pero el 2 de noviembre de hace 35 años se produ-

cía el hecho luctuoso de su muerte, que como no podía ser de otra manera tratándose del intelectual italiano, también está sujeta a la polémica. Su cuerpo apareció brutalmente golpeado, incluso con marcas de haber pa-sado por encima de su cuerpo un coche, en la ciudad de Ostia.

La confesión de Pino Pelosi, joven con el que ha-bía quedado ese día para supuestamente mantener rela-ciones sexuales, en la que hablaba de una discusión con un fatal desenlace fue inmediatamente aceptada por las

leyes del momento y dieron el caso por cerrado. Una decisión tomada más para ser utilizada como juicio a las “desviaciones morales” del cineasta que como con-secuencia de una investigación.

Huelga decir que para muchos sectores esa confe-sión no se ajustaba a la realidad. Con el paso de los años varios testimonios que hasta ahora callaban por miedo, no hay que olvidar lo convulso de la década de los 70 en Italia, han ayudado a dar credibilidad a otras versio-nes que confluyen en que se trató de una emboscada. El mismo autor confeso del crimen llegó a expresarlo así en el años 2005, tirando por el suelo su propia de-claración y a la que se sumó el amigo de Pasolini Sergio Citti, abriendo definitivamente las dudas que rodearon al asesinato.

Hace unos meses se materializó de forma oficial la petición que hasta este momento habían reclamado muchas personas de reabrir el caso, y así poder utilizar todos los adelantos técnicos y las nuevas declaracio-nes que rompen con lo hasta ahora sentenciado como cierto. El que fuera líder del Partido Demócrata de Ita-lia Walter Veltroni mandó una carta, apoyada por una buena nómina de intelectuales y políticos, pidiendo al ministerio de Justicia que se pusiera en marcha para ave-riguar lo sucedido realmente aquel día.

Es cierto que tras haber pasado tantos años no ha-brá consecuencias legales pero en este caso quizás nos sea este aspecto el más importante. Lo esencial es dar luz a un episodio que siempre ha estado rodeado de dudas y que de ser cierta la versión “oficiosa” de una emboscada con tintes políticos, dejaría una vez más en evidencia la dificultad, el mérito y el peligro que han co-rrido personajes como Pasolini por pensar, y vivir, de una manera libre y revolucionaria.

Pier Paolo Pasolini, 35 años de un asesinato lleno de dudas

diagonal

Kepa arbizu / tercera información

La correspondencia entre cine y trabajo ha dado lugar a un puñado de películas sobre conflic-tos laborales. Repasamos algunas de las más signi-ficativas.

Odio en las entrañas MARTIN RITT. 1970. El ser social crea la conciencia social, dice el

adagio marxista. O lo que es lo mismo, pero dicho con más sentido del humor: vive como piensas o terminarás pensando como vives. Martin Ritt, uno de los cineastas más rojos del Hollywood post clá-sico ilustra el modo en que el trabajo determina nuestra visión del mundo. Richard Harris da vida a un espía infiltrado en un sindicato clandestino de mineros en la Norteamérica de finales del XIX. Esta obra maestra demuestra que cuando trabajas por una miseria y tu vida sólo depende de la solida-ridad de tus compañeros, es muy posible que termi-nes odiando a tus jefes.

Todo va bien JEAN LUC GODARD. 1972. Bertolt Brecht + maoísmo + resaca del ‘68 x Jean Luc Godard = Todo va bien. Jane Fonda e Yves Montand son una pareja de intelectuales atrapados en una huelga salvaje en una fábrica francesa. Los

obreros se rebelan contra el patrón, y lo retienen en su despacho, pero tienen también que enfrentarse a los sindicalistas del Partido Comunista, a los que Godard, en pleno subidón maoísta, presenta no sin bastante demagogia como amarillos apéndices de la patronal. Sin embargo, más allá de eso, Todo va bien es una maravillosa escenificación teatral de la lucha de clases. Mucha atención, por cierto, a los títulos de crédito del inicio. No tienen desperdicio: una mano firmando los cheques del equipo de la película.

Billy Eliott STEPHEN DALDRY. 2000. ¿Cómo pudo Margaret Thatcher doblar el espinazo a los antaño invencibles sindicatos mineros británi-cos? Este musical ambientado en las últimas huel-gas mineras de 1984-1985 describe a la perfección el proceso a ritmo de T-Rex, The Jam, The Clash y otros grandes grupos, en una interesante película donde la historia del niño que quiere bailar sirve como hilo conductor para narrarnos el crepúsculo de las centenarias comunidades mineras británicas.

La sal de la tierra HERBERT J. BIBER-MAN. 1954. La peripecia de su rodaje es casi tan

apasionante como la propia película. Biberman y otros rojos de la industria cinematográfica norte-americana, represaliados por su condición de co-munistas o simpatizantes del Partido Comunista, deciden desafiar todas las prohibiciones y rodar clandestinamente una pequeña película sobre un conflicto minero en Nuevo México. La película, prohibida en EE UU, es encumbrada por la críti-ca europea, convirtiéndose desde entonces en una obra maestra del cine político con, además, un pio-nero contenido feminista.

Pan y Rosas KEN LOACH. 2000. Tras narrar la descomposición de la vieja clase obrera británica, Ken Loach cruza el charco para analizar el proleta-riado de la globalización: mujeres, inmigrantes, tra-bajadoras precarias del sector servicios. Loach no sólo presenta los padecimientos de esta nueva clase trabajadora surgida con el neoliberalismo, sino que las filma en pie de guerra, peleando por elevar sus condiciones de vida, en un retrato esperanzador, aunque tampoco triunfalista, que demuestra que con organización y lucha, a pesar de la represión policial y patronal, tal y como gritan las limpiado-ras que protagonizan la película, sí se puede ganar.

Cinco pelis sobre cine y movimiento obrero