Una vez que las pinzas fueron cosidas, se procedió al pegado de la taza del corpiño por la misma,

para lo que antes se pegó la tasa por otro pedazo de tela, para hacer como un corpiño y así

sujetarla con más seguridad por la estructura del corsé.

El 04 de agosto del 2015, la investigadora comenzó con el tramado del corsé. Las correas

fueron cosidas una a una por el borde del corsé en la parte del busto, dejando un sobrante; estas

correas son la estructura del tramado.

La parte del busto es la parte principal del corsé por la diferencia de tamaño que se encuentra en

esa área.

Una vez que las correas fueron sujetadas por el corsé, se procedió al tramado, fila por fila, con

una correa a la vez se fue realizando la trenza de dos. Se realizaron 13 filas de trenzado de dos.

Aquí comenzó la diferencia de tamaño en el busto, ya que la cantidad de correas de estructura

debía empezar a disminuir para sí obtener una buena bajada. La investigadora continuó con un

tramado de tres, pero al darse cuenta que el tramado no encajaba, debió deshacer hasta llegar al

último punto del trenzado de dos.

Desde ese punto, investigadora continuó realizando trenzado de tres, luego aumentando

gradualmente a trenzado de cuatro, cinco, hasta llegar a 12, en la parte más baja del busto, todo

esto con el fin de ir encimando las correas, para así disminuir la cantidad y encajar en el espacio

ya que la parte del busto tiene una gran curvatura que termina en la parte plana abajo del busto.

Una vez llegado a la parte plana, se continuó con trenzado de seis, cinco, cuatro hasta llegar a tres

y continuar con el de tres para aumentar de nuevo la cantidad de correas. (Tramado A)

La investigadora continuó cosiendo las fibras en los costados, para así ya tramar la parte trasera.

Al momento de tramar, debido a que las correas de las filas eran más cortas, se vio en la

necesidad de añadir correas para alargar, para lo cual, una nueva correa pasó bajo dos correas de

estructura, la correa va encima de la correa corta que se desea añadir, sigue el camino de la

misma; la investigadora primero usó la correa de su lado más grueso, pero la misma generaba

demasiado volumen, así que la cambió por otra con punta menos gruesa.

Al mismo tiempo que la investigadora cosía las correas por la tela, iba añadiendo y tramado las

correas, hasta la el punto en que se encontraba tramado la parte delantera. La investigadora tramó

hasta el final de la espalda de ambos lados con el trenzado de dos. (Tramado B)

Al momento de continuar tramando la parte delantera, la investigadora dividió las correas de

estructura en varias secciones, teniendo como guía las costuras que estructuraban al corsé de tela.

Comenzó tramando, con trenza de dos, la parte central del corsé, en esta parte se utilizaron 22

correas estructura centrales, se utilizó el trenzado de dos debido a que no hay mucha variación en

esta área. (Tramado C)

La siguiente parte a tramar fueron los costados de esta área, aquí se siguió la curvatura de la

costura; la investigadora utilizó el trenzado de tres hasta el final; una vez llegado a los bordes,

sujetó el tramado doblando algunas correas y metiéndolas dentro del algunos tramados. (Tramado

D)

Durante el tramado del lado izquierdo, la investigadora descubrió que se podía cambiar las

direcciones del tramado, metiendo la correa una correa antes de la entrada de la otra correa, por lo

que debe salir, una correa antes que la que sale en la fila de arriba, al realizar 3 o más filas de esta

forma ya se nota el cambio de orientación, en la que el diseño del tramado parece subir de

izquierda a derecha; sin embargo, con el tramado que se había realizado antes, la técnica fue

meter la correa, una correa después de donde la correa de arriba había entrado, por lo que la

correa salía una correa después que la de la fila de arriba, por lo que en el diseño parece bajar de

izquierda a derecha.

Los tramados C y D, corresponden a la parte central, los siguientes costados a esta área (Tramado

E) fueron realizados con trenza de dos, siguiendo la dirección que tenía el primer costado

(Tramado D) correspondiente, ya en la parte de abajo ese costado fue abriéndose, entonces fueron

clavadas dos correas desde abajo, para así la investigadora seguir tramando hasta el final y poder

agrandar esa parte del tramado.

Para tramar el costado izquierdo (Tramado F) la investigadora utilizó la parte ya tramada

(20 filas) para continuar tramando, separando las misma en 2 partes, siempre teniendo en cuenta

la costura de la estructura de tela. Fue tramando por parte, añadiendo correas cada vez que fue

necesario para ir agrandando la parte baja del tramado y así continuar tramando hasta el final.

Al momento de realizar el tramado de la última parte del costado derecho (Tramado G), la

investigadora tuvo que deshacer por completo el tramado que ya había realizado en esa parte,

para comenzar de nuevo, esta área también lo tramó por parte, respetando la línea de la costura de

la estructura de la tela, añadiendo correas cada vez que fue necesario para ir agrandando la parte

baja del tramado y así continuar tramando hasta el final.

Cada parte del corsé fue sujetado doblando algunas correas y metiéndolas dentro del tramado.

Una vez que el tramado fue asegurado, el siguiente paso fue el de separar el tramado de la

estructura de tela, cortando las costuras que los unían.

Ya con el tramado suelto, se procedió a cortar los sobrantes de la parte interna.

La investigadora comenzó a probar para las terminaciones de los bordes del tramado, sin

embargo, por la forma del tramado no resultaba la técnica de pasar una correa frente a dos correas

y luego enviarla hacia adentro; la correa terminaba rompiéndose por la presión y no quedaba un

buen aspecto, entonces la investigadora decidió cortar las correas para hacerlas más finas, pero

tampoco resultó; probó también aumentar la cantidad de correas, pero no se obtuvo buen

resultado. Por lo que momentáneamente decidió dejarlo a un lado y continuar con la estructura de

tela.

Retomando a la estructura de tela, la investigadora cortó entretela dura, siguiendo cada forma de

la estructura, y la pegó y cosió una a una, esto con el fin de hacer que la estructura sea más rígida

y no sea dominada por la fibra.

En la parte trasera fue cosido un cierre abierto, el cual sirve para unir y cerrar el corsé. Se realizó

también la costura de los dobladillos de los bordes de atrás y de la parte baja.

La investigadora cortó todos los sobrantes de las correas, y fue asegurando los bordes del

tramado pegándolos con un adherente fuerte.

Comenzó a sujetar el tramado por la estructura de tela, desde la parte del busto, uniéndolas

mediante costura a mano, cuidando que quedara un sobrante de tela que protegiera en el futuro al

cuerpo del contacto directo con esa área. Cosió toda la parte superior hasta llegar a los cierres, en

esa parte, dejó sobrantes de tramados para que los mismos tapen el cierre. En la ropa femenina la

tapa superior del cierre siempre debe ir siguiendo al brazo derecho, es decir, uno debe

“abrazarse” con el brazo derecho, llevándolo hacia la izquierda, y esa continuidad es la que se

debe seguir para determinar la tapa superior de cualquier cierre, por lo tanto, en esa parte del

tramado se dejó más sobrante, ya que la misma debía cubrir la otra tapa también.

Para la terminación final de los bordes del tramado, la investigadora realizó trenzas usando cuatro

correas, las correas fueron añadidas durante el trenzado debido a que las mismas debían tener el

largor necesario para cubrir las áreas. Una vez obtenidas las trenzas necesarias, las mismas fueron

cosidas a la estructura general, cubriendo los bordes del tramado, siendo sujetadas por la tela y el

tramado.

El día 25 de agosto la investigadora terminó de coser la última trenza, terminando así el corsé de

las fibras del Caranday.

Lo siguiente fue probar el corsé en personas, por lo que fue usado por dos compañeras de la

investigadora, y un maniquí.

Compañera 1: Rosa Giménez

Rosa Giménez contó que el corsé le resultaba cómodo y que no le ajustaba, podía moverse con

tranquilidad, y no sintió que la textura del mismo le molestara. El corsé la ayudaba a mantener

una buena postura.

Compañera 2: Alejandra Vallovera

Alejandra contó que el corsé no le ajustaba, lo que le permitía respirar tranquilamente, pero la

obligaba a mantener una buena postura; con respecto a la textura y al rose con su piel, la misma

dijo que no molestaba, ya que se sentía como una tela con textura. Podía sentarse tranquilamente

con el corsé puesto.

Maniquí: