trabajo de lima y huarpa

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA INTRODUCCIÓN En el siguiente informe contiene el desarrollo de la temática de la tercera unidad para el curso de Arqueología Peruana III, lo que refiere a la Cultura Huarpa y Lima. Las investigaciones arqueológicas realizadas en Ayacucho, han permitido recuperar valiosa información por las investigaciones. Esto permite entender la importancia de la evolución histórica social de nuestro mundo andino. Huarpa es una cultura regional que va a permitir el avance hacia sociedades más complejas. Tras la moderna ciudad limeña se esconden los restos de una sociedad que se desarrolló entre los años 200 y 700 d. C; denominada “cultura Lima”. Esta sociedad construyó extensos centros urbanos con monumentales edificios piramidales, como fue el caso de la ciudad de Maranga, en donde se concentro numerosa población, dedicada a diversas actividades económicas y ceremoniales. ARQUEOLOGIA PERUANA III

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLOFACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA

INTRODUCCIÓN

En el siguiente informe contiene el desarrollo de la temática de la

tercera unidad para el curso de Arqueología Peruana III, lo que refiere

a la Cultura Huarpa y Lima.

Las investigaciones arqueológicas realizadas en Ayacucho, han

permitido recuperar valiosa información por las investigaciones. Esto

permite entender la importancia de la evolución histórica social de

nuestro mundo andino. Huarpa es una cultura regional que va a

permitir el avance hacia sociedades más complejas.

Tras la moderna ciudad limeña se esconden los restos de una

sociedad que se desarrolló entre los años 200 y 700 d. C; denominada

“cultura Lima”. Esta sociedad construyó extensos centros urbanos

con monumentales edificios piramidales, como fue el caso de la

ciudad de Maranga, en donde se concentro numerosa población,

dedicada a diversas actividades económicas y ceremoniales.

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LA CULTURA HUARPA

I. TERRITORIO:

La Cultura Huarpa ó Warpa fue una civilización regional dentro de lo

que hoy es el departamento de Ayacucho, en las provincias de

Huamanga y Huanta, ubicados en la Cuenca del río Warpa, cuya

capital pudo ser Ñawinpuquio.

La cultura regional recibe el nombre de “Huarpa”, por el río que tiene

la misma denominación, un rio afluente del Mantaro, que recorre una

cuenca de más de 100 km. de largo y algo más de 50 km. de ancho;

al sur del Mantaro, en donde hay dos ciudades contemporáneas

Huanta y Ayacucho.

Por el momento el área de la cultura parece estar limitada a la cuenca

de Huarpa con sitios ubicados desde los 2600 a 3600 msnm. Hasta el

momento, los restos Huarpa en mayor proporción se concentran en el

territorio norteño de Ayacucho, aunque algunas evidencias vienen

indicando que posiblemente se extendió por el oriente hasta muy

cerca de la zona de selva por el rio Apurímac y hacia el sur se

encuentran evidencias en la cuenca del río Pampas.

II.INVESTIGADORES:

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La cultura Huarpa es la manifestación regional de la zona de

Ayacucho; en realidad de ella se sabe todavía bastante poco, dado

que su estudio se está recién realizando.

Los primeros rasgos de esta cultura fueron consignados por

Julio C. Tello en 1931, cuando al visitar la zona de Ayacucho,

destaco la existencia de unos gruesos “cucharones de arcilla” de

aspecto “arcaico”, de vasijas toscas con tres asas y base cónica

(Lumbreras, 1960), encontrados principalmente en unos sitios

de la parte media del valle de Ayacucho- Huanta, que se llaman

Tanta Orqo y Auki Willca.

En 1946, Jhon Rowe, Donald Collier y Gordon Willey

hicieron una pequeña recolección superficial del sitio de Wari,

recogida años atrás por Lila O’Neale y que se guarda en el

Museo de la Universidad de california (Kroeber, 1994:49) en

Berkeley. Entre los fragmentos de cerámica encontraron unos

decorados Negro sobre Blanco a los que agruparon bajo el

nombre “Huarpa” aunque no comprometieron a la identificación

del estilo con cronología alguna dentro de la seriación que

establecieron para Ayacucho.

Posteriormente Wendell C. Bennett (1953) hizo excavaciones

en Wari y otros sitios de Ayacucho y estableciendo una

secuencia en la que la “Serie Huarpa” de cerámica Bicroma y

Tricolor representaba el último periodo en Wari, posteriormente

a los estilos “Tiahuanacoides” de Wari, con esta secuencia ,

además, la formulada por Rowe, Collier y Willey (1950)con sus

Huamanguilla , Wari y Tanta Orqo , siendo esta ultima quizá

contemporánea a los Incas , quedo desechada.

Trabajos mas recientes , realizados en la década del 60 por

Dorothy Menzel y Luis Guillermo Lumbreras ,

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aisladamente , lograron demostrar que Huarpa era un estilo

cuya ubicación temporal era anterior a Wari , o sea

contemporáneo con Nazca, Moche ,Tiwanacu ,etc. Cuyos

trabajos en el campo permitieron , finalmente , estudiar Huarpa

ya no como estilo, sino como una cultura regional de

manifestaciones muy complejas .

En 1971, las arqueólogas asistentes de la Universidad de San

Marcos, Srtas. Rosa Mendoza F. y Marcela Ríos R., y un

grupo de estudiantes en conexión con el Proyecto Arqueológico

Botánico Ayacucho-Huanta dirigido por el doctor Richard Mac

Neish, se realizaron estudios de más aliento, que darán en un

futuro muy próximo, resultados de mucho valor.

En 1974, 1981, Lumbreras en su opinión considera a muchos

asentamientos con cerámica Huarpa, que guardan afinidad con

lagunillas. Además, de considerar a Ñawinpuquio como capital

de un estado regional Huarpa, cuyo poder residía en controlar el

uso del agua y la utilización de las tierras de cultivo.

William Isbell, Mario Benavides y Enrique Gonzales Carre

también en los últimos años han publicado artículos e informes

que contienen nuevos datos y evidencias acerca de Huarpa, la

cultura regional ayacuchana.

III. CRONOLOGIA

Apareció entre los años 200a.C - 500d.C. Pertenece al Periodo

Intermedio temprano ayacuchano, ya que llegaría a ser un antecesor

o la base de la cultura huari.

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PERIODO CULTURAL EDAD SECUENCIA CULTURAL

AYACUCHO

IMPERIO DEL

TAHUANTISUYO

1532

1430

Inca

ESTADOS REGIONALES

TARDÍOS

1250

1100

750

500

D. C.

Chanca

IMPERIO WARI Wari

DESARROLLO REGIONALES

TEMPRANOS

Huarpa

A.C.

FORMATIV

O

Superior 200

500

1000

2000

4000

6000

8000

10 000

14 000

20 000

Rancha

Chupas

Medio Kichkapata

Inferior Wichqana

ARCAICO

Cachi

Chihua

Piki

LÍTICO

Superior

Jaywa

Puente

Inferior

?

Ayacucho

Pacaycasa

Según la cronología establecida por Lumbreras para Ayacucho, la

Cultura Huarpa se desarrollo en el periodo cultural del Desarrollo

Regional, con su antecedente de la cultura llamada rancha; que

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abarca los primeros siglos de nuestra era hasta quizá el siglo V

después de Cristo.

IV. ANTECEDENTES DE LA CULTURA HUARPA

Existen varios sitios registrados en Ayacucho, de los cuales ninguno

ha sido excavado intensa y extensivamente. La mayoría de las

intervenciones a excepción de Wichqana, fueron hechas en pequeña

escala o motivadas por hallazgos circunstanciales que ponían en

riesgo su desaparición total.

Aun así se disponen de datos importantes aunque segmentados de

los sitios formativos los mismos que nos han permitido conocer

algunas de las características de los pobladores de esta época.

IV.1. Wichqana

Este sitio arqueológico está situado en una colina de poca elevación,

que se encuentra ubicada en el valle de la Totora, al norte de la

quebrada de Wichqana y al oeste en la margen izquierda del río

huamanga, a unos 4 Km al noreste del centro de la ciudad Ayacucho.

Los primeros informes de su reconocimiento fueron proporcionados

por John H. Rowe y Dorothy Menzel en mayo de 1958.

Más tarde Isabel Flores (1960) realiza el primer trabajo de

excavación, logrando identificar cinco capas diferenciadas, en las que

recupera información que le permite afirmar que Wichqana es una

ocupación que corresponde a las tempranas manifestaciones

culturales del área andina. Así mismo establece relaciones y

comparaciones a base de la cerámica vinculándola con San Blas

(Junín), Cheqo Orquna y Atalla (Huancavelica), Kichka Pata y Rancha

(Ayacucho), Chanapata (Cusco), con Chavín, Kotosh, Pallka y Ancón.

En 1970, Gary Vescelius realiza excavaciones en Wichqana,

encontrando importantes restos arquitectónicos correspondientes a

un centro ceremonial construido a base de cantos rodados.

Desafortunadamente los datos no han sido publicados.

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En 1971, como parte del Proyecto Arqueológico Botánico Ayacucho-

Huanta, Lumbreras realiza excavaciones con fines de muestreo de

cerámica, llegando a trabajar 59 unidades, en las que se encuentran

restos de un conjunto de construcciones reconstruidas en diferentes

momentos de ocupación. Lumbreras describe un total de once

estratos asociados a los diferentes momentos de ocupación y

construcción del templo, donde los estratos inferiores se vinculan con

la etapa más temprana de ocupación. Que corresponde al periodo

Wichqana, mientras que en los posteriores se hallaron restos de

estructuras que pertenecen al viejo templo vinculados con los

periodos de Kichka Pata, de neto carácter chavinoide. Posteriormente

define un edificio de cantos rodados de corte semicircular, que estaría

relacionado a los periodos de Chupas y Rancha. Este templo fue

construido en varias oportunidades de las cuales las dos primeras

siguen básicamente el plano del viejo templo, mientras que la última

adopta una tendencia curvilínea.

El templo temprano Pese a que por estar muy deteriorado no

es posible saber con certeza la forma que tuvo, pudo haber

tenido la forma de "U" de lados y ángulos rectos, cuyo lado

abierto se orientaba hacia el este. Asimismo es posible que

haya tenido un patio hundido de forma cuadrangular conectado

con plataformas de un metro o más de altura. Tenía un vano de

acceso de más de dos metros de ancho que quizás daba acceso

a una escalinata. Su construcción se hizo con lajas de piedra

que fueron colocados a doble hilada en posición vertical de

modo que tenían las caras planas siendo unidos con mortero de

barro. Posteriormente se clausura el vano de acceso y se

construyen otras estructuras con piedra; de canto rodado

achatados a una sola hilada, con las caras planas superpuestas

y con lo: cantos hacia el paramento formando paredes laterales

de forma irregular que fueron enlucidos con barro arcilloso

previa la utilización de una armazón de sogas o cañas que

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formaban una especie de red interna de amarre. En las capas

superiores se encontraron restos de enlucido.

El templo tardío fue construido en varias épocas, de las

cuales, las dos primeras siguen básicamente el plano del viejo

templo, mientras que la ultima, adopta una tendencia

curvilínea. En asociación con estos edificios se encontraron

evidencias del uso de postes y, finalmente, restos de un rito.

Los trabajos realizados también sacaron a luz evidencias de

prácticas rituales de:

Enterramiento de Cabezas Humanas : Lumbreras encontró 5

entierros rituales de cabezas humanas deformadas. Estas

cabezas estaban depositadas en unos pequeños hoyos de

planta circular, apenas suficientemente grandes como para

contener los cabezas, definitivamente contemporáneos con los

edificios de cantos rodados. Presentan la característica común

de haber sido colocados mirando al muro, aun cuando en

algunos casos estuvieron puestas “paradas” sobre el cuello y en

otros (1, 2, 5) “boca arriba”. Otra característica común es que

todas presentan una notable deformación “tabular erecta”, que

de acuerdo a lo que hasta hoy sabemos, constituye un rasgo

asociado a cráneos del formativo. El Dr. Weiss le llama estilo

Chavín a este carácter deformatorio, que aparece también en la

cultura Cupisnique.

Las cabezas muestran algunos detalles que pueden servir mucho

para reconstruir determinadas costumbres de la época; por ejemplo

no fueron colocadas como “cráneos” sino como cabezas cercenadas

que al momento de ser puestas en el hoyo conservaban aun todos

sus ligamentos y parte del cuello. Aun en los casos de las cabezas

dispuestas “boca arriba” como la Nº 5, estas conservan aun “in situ”

las vertebras (una o dos) que quedaron luego de la decapitación con

el cuello del personaje; igualmente las mandíbulas estaban en su

posición original, incluso, como en el caso de la cabeza Nº 3,

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aprisionando fuertemente un terrón, como si el acto de la

decapitación hubiera sido hecho en el mismo lugar y la cabeza

hubiera caído al hoyo aun con movimiento de la boca y hubiera

aprisionado, en un rictus final parte de la tierra. En otros casos la

cabeza fue colocada parada mirando al muro. Este mismo entierro

tenía un canto rodado a manera de cobertura. Las cabezas no fueron

colocadas todas a la vez, lo que se advierte por su asociación

estratigráfica, aunque por su disposición alterna, pudiera parecer que

sí. Obviamente se trata de un ritual ligado a un culto quizá

identificado con las “cabezas trofeo”.

Si nos atenemos a las asociaciones estratigráficas, los entierros de

cabeza de Wichqana deben corresponder al periodo Chupas, es decir

a la modalidad ayacuchana de la cultura Paracas-Ocucaje en sus

fases 6-8.

Como producto de las excavaciones realizadas por Lumbreras,

Wichqana se define como un centro ceremonial, que originalmente

pudo tener la forma de U, asociado a un patio hundido, sobre el que

se hizo una reconstrucción y modificación adoptando una forma

curvilínea. Estos edificios fueron hechos con cantos rodados unidos

con mortero de barro, donde los paramentos tenían uniformidad y

alineación adecuadas, que permitió la concentración de un número

dado de gentes, siendo uno de los primeros esbozos de un núcleo

urbano de población.

Si bien se cuenta con una información mínima acerca de Wichqana

con relación; a su arquitectura, su estratigráfica y en parte a su

cerámica, gracias a los trabajos de Lumbreras, hasta la fecha, no

existe la certeza de cómo pudo haber sido este templo, como eran

sus instrumentos líticos, que tipo de restos óseos de animales se

encontraron y cuáles fueron las áreas de actividad al interior de este

complejo ceremonial.

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En este lugar no es que hagan falta más excavaciones sino que se

publiquen los resultados de los trabajo; intensivos realizados por Gary

Vescelius en 1970 como parte del Proyecto Arqueológico Botánico

Ayacucho-Huanta.

En la actualidad este sitio virtualmente ha desaparecido pese a que

fue cubierto después de las excavaciones, encima de ello se han

construido vivienda; modernas y en las inmediaciones un moderno

grifo de gasolina que ha destruido prácticamente una buena parte de

las estructuras arquitectónicas y evidencias que aún quedaban.

Cerámica tipo Wichqana: Con este nombre se identifico a un grupo

de cerámica reconocida principalmente por Isabel Flores (1960), al

que posteriormente Lumbreras (1974) define en función del nombre

del sitio.

La cerámica de Wichqana presenta un carácter muy propio, en donde

predomina un tipo de tratamiento rustico, que muestra una superficie

irregular debido a las marcas del artefacto usado para alisar; hecha

con arcilla no seleccionada que contiene considerable cantidad de

inclusiones de mica y arena que permitieron coser los objetos a

temperaturas lo suficientemente altas como para lograr una dureza

mayor. Los hornos de cocción debieron ser más bien elementales,

quizá usando el guano de los auquénidos que como se sabe producen

bastante calor; al ser cubiertas las vasijas al momento de cocerla;

impidiendo su oxigenación regular, los colores del objeto tienden a

ser obscuros , con un alto índice de color marrón obscuro, se observa

una cocción defectuosa. Las vasijas suelen tener una carácter

domestico y sus formas son por tanto ollas y cuencos

fundamentalmente, no conocemos piezas de otro carácter, las ollas

tienen forma esferoidal con cuello muy bajo apenas proyectado de la

vasija o sin cuello, los cuencos tienden a tener lados abiertos con

base redondeada. En algunos casos se uso asas, las cuales son muy

características, pues están constituidas por dos o tres cordones de

arcilla unidos lateralmente. Cuando se decoran las vasijas se recurre

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a la incisión y el engobe, efectivamente varias piezas muestran una

capa muy fina de arcilla rojiza en la superficie, cubriéndola total o

parcialmente; las incisiones y puntuaciones nunca llegan a diseñar

otros motivos que no sean estrictamente geométricos, en donde la

figura triangular es dominante. Se usa el recurso del “applique” que

consiste en agregar unos botones de arcilla sobre la superficie o

cordones alrededor del cuello de las ollas.

Anteriormente a la cerámica de Wichqana se evidenciaron tipos de

cerámica que fabricaron los que dejaron sus restos en los estratos

más bajos de Wichqana y Chupas y a no dudarlo su elaboración no

requería de especialización ninguna y podría haber sido lograda por

cualquier miembro de la comunidad entrenado en el arte de la

alfarería, como sucede aun en muchas sociedades tribales de similar

nivel de desarrollo, como es la denominada cerámica de Andamarka,

de las cuales hay pocos ejemplares; el tipo dominante es una

cerámica anaranjada muy bien lograda a través de hornos con

oxigenación; la cerámica es compacta y en algunos casos muestra

pintura roja en bandas sobre una superficie pulida.

IV.2. Kichkapata

Kichka Pata es una de las tres colinas (junto con Usno Pampa y Usno

Era) que se ubica a 25 km. al sur de la ciudad de Ayacucho, en la

Pampa de Chupas.

Este tipo de cerámica fue identificado a partir de los trabajos de José

Casafranca (1960), Augusto Cruzatt (1972) y Luis Lumbreras (1974),

quien lo define con este nombre relacionando con la presencia de la

influencia de chavín en la región. Se caracteriza por presentar una

superficie finamente bruñida que le da un brillo especial, teniendo

una decoración incisa y motivos de neto carácter chavinoide.

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La técnica de manufactura es el modelado con empleo de

desgrasante como la mica, el cuarzo y partículas blanquecinas en

escasa proporción la superficie exterior es monocroma de color

negro, marrón, rojo o ante cuyo acabado lleva un lustre de brillo sin

exhibir las huellas del alisado. El negro y rojo fueron obtenidos a

partir de pintura y engobe, mientras que los restantes a través del

bruñido en pasta blanda. El lado opuesto presenta esta misma

modalidad en el color, variando solo en el acabado que tiene

ocasionalmente la técnica del alisado. Presenta una textura casi

compacta, con cierta porosidad en la pasta. Las formas encontradas

corresponden a ollas sin cuello, de cuello corto y cuencos. Los

elementos decorativos son motivos abstractos que denuncian la

presencia de chavín en la zona. Existen también las botellas de asa

estribo en las que se empleo la técnica de incisiones con motivos de

círculo con punto al centro, hechos a mano mientras que en otros hay

círculos impresos, cuyas líneas adquieren nitidez y el mismo brillo de

la superficie y en otros casos son opacas y apenas visibles. Otro

motivo es el de los círculos concéntricos con líneas paralelas incisas

que sirven para delimitar la zona de decoración. Adicionalmente se

han encontrado fragmentos de cerámica con decoración de

puntuaciones ubicadas posiblemente dentro de un círculo mayor.

La presencia de este tipo nos indica indudablemente la llegada de

chavín a Ayacucho. Estratigráficamente se asocia a los estratos

inferiores de Jargam Pata de huamanga, Chupas y Wichqana,

mientras que en Ñawinpuquio y Waichaupampa se vincula a las capas

intermedias; vale decir, desde el momento que corresponde a la

época de máximo desarrollo y expansión de chavín o desde otro

punto, es decir una influencia indirecta a través de otro centro

difusor. Es indudable que a partir de este momento se producen

importantes cambios en la organización social económica e ideológica

de los habitantes de esta zona.

IV.3. Chupas

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Chupas está ubicado en una meseta a 25 Km al sur de la ciudad de

Ayacucho, siguiendo la carretera de Ayacucho al Cusco y en el punto

donde nacen los riachuelos que forman los ríos del valle, en la Pampa

de Chupas, donde existen también, vestigios de unos muy viejos

templos, en un lugar que la tradición ha conservado con el nombre de

Andamarka, a una altitud de 3,600 m.s.n.m.

El sitio arqueológico de Chupas está integrado por tres sectores

conocidos como Usno Pampa, Usno Era y Kichka Pata.

Sobre este lugar las primeras noticias fueron publicadas por el

señor José Casafranca (1960), a base de una excavación muy

pequeña que hizo en el lado norte del montículo llamado Usno

Era y de la recolección de fragmentos de cerámica que hizo en

el sector denominado Kichka Pata. Estos trabajos preliminares

le permitieron estable la existencia de una ocupación “Chavín”

en el sitio gracias al hallazgo de cerámica evidentemente

vinculada a este estilo.

Posteriormente Augusto Cruzatt (1971) hizo excavaciones

más intensivas en el mismo lugar, las que publico parcialmente.

El indica que excavo en “el centro ceremonial de Chupas” que

se halla ubicado en el lugar denominado “Solar Moqo” y que

consiste en una plataforma a la cual se accede por medio de

escaleras que según el representan “varios accesos en formas

de escalinatas”, distribuidas en la parte interna y externa, como

se puede observar en la cara norte del templo.

La plataforma de esta pirámide esta sostenido por un muro

externo que permite el afianzamiento de una de las

escalinatas, pero también está cortado por un vano de

acceso, que da cabida a otra gradería interna más pequeña,

ubicada en el costado derecho de la cara norte del templo.

En realidad, lo que Cruzatt encontró es una superposición de edificios

con cambios en la ubicación de las escaleras de acceso a la

plataforma.

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Usno Era o Solar Moqo es una plataforma de unos 5 m. de alto, que

ha sido construida sobre una planicie de base rocosa, constituido por

un relleno de grandes piedras irregulares sostenidas por un muro de

contención, el relleno que forma el núcleo del edificio tiene la piedras

sueltas, sin tierra o argamasa de alguna clase, sugiriendo haber sido

colocadas en grupos quizás unidos mediante gigantescas “canastas”

de materia vegetal; el relleno esta sostenido por un muro que rodea,

adoptando una planta sub rectangular; es decir de lados rectos pero

con las esquinas redondeadas, la parte superior de plataforma ha sido

cubierta por una capa de tierra que ahora se usa como campo de

cultivo, mide 65 m. de largo y su ancho es 60 m. . Se puede advertir

la existencia de al menos tres plataformas superpuestas que pueden

significar un aspecto de pirámide escalonada o que pueden ser parte

de las varias reedificaciones a las que fue sometido el templo. Se

observa que el edificio fue replanteado en varias oportunidades, de

modo que hay al menos tres estructuras superpuestas: la más

antigua corresponde al núcleo central del montículo y tiene unas

escalinatas que penetran al edificio, el muro que delimita la

plataforma está construido con piedras irregulares de unos 40 cm de

alto. Es además la muralla más alta de la plataforma que da accesos

a la terraza superior sub rectangular.

La segunda estructura adosada a la anterior aunque más baja

está constituida por un muro hecho de grandes lajas de piedra

de unos 90 cm de alto. El muro está a unos 3 m. del anterior el

cual está separado por un relleno similar al que constituye el

núcleo del montículo; este relleno cubría además las

escalinatas de la estructura de piedras irregulares más

pequeñas que penetraban en el núcleo de la plataforma.

Finalmente la escalinata adosada al primer muro, más

elaborada, fue al aparecer construida en una época

contemporánea al segundo muro.

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La tercera restructuración corresponde a edificaciones de la

cultura Huarpa.

La estructura más antigua tiene paramento constituido por un lienzo

de piedras irregulares, buscando que la cara paramental sea plana

para lograr un aspecto uniforme. Las hiladas no son regulares sin

embargo tienden a buscar líneas, usando los planos para los niveles

de sostén. Algunas piedras fueron obtenidas del campo pero es

evidente que otras fueron extraídas de canteras.

La estructura de las escalinatas está hecha en cambio, con piedras

canteadas con las irregularidades suavizadas a golpes logrando una

forma paralelepípeda. Cada escalón tiene unos 30 cm de alto por

unos 40 cm de ancho, con alabardas que pudieron ser del alto del

muro original. En todos los casos las piedras están unidas con barro.

El muro tardío varia en su planteamiento paramental, dado que está

hecho a base de piedras alargadas dispuestas “de cabeza”, entre las

cuales hay piedras más pequeñas.

La excavación de Luis Lumbreras permitió apreciar una

superposición estratigráfica con 4 grandes estratos a los que

denomino A, B, C y D de los cuales los tres primeros eran

rellenos o derrumbes del templo o restos del periodo Huarpa y

en cambio el D correspondía al formativo y a su vez mostro

hasta 5 capas.

Chupas fue un sitio de ocupación intensiva durante el periodo

formativo y que estuvo estructurado a partir de un centro ceremonial

con un edificio central de aspecto piramidal, con construcciones en

otros lugares aledaños cuya función aun no conocemos.

Tiene pocos parecidos con Wichqana aunque es evidente que hubo

relaciones étnicas entre ambos centros, pues hubo comunidad de

rasgos en la artesanía y también hubo una semejanza en ciertos

elementos arquitectónicos.

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Cerámica Tipo Chupas: Es un estilo muy distinto a Kichka Pata, a la

que se le denomino Chupas en homenaje al sitio y que representa,

además, no solo un cambio en el estilo cerámico, pero un evidente

cambio en el comportamiento total de la cultura en Ayacucho. La fase

chupas tiene mucho que ver con la cultura paracas de la región de Ica

en la costa; su existencia plantea la necesidad de estudiar Ayacucho

permanentemente en relación con Ica – Pisco. Hay varios tipos de la

cerámica Chupas pero los más definidos son:

• Chupas negro inciso

• Chupas inciso rojo sobre negro

• Chupas policromo inciso

• Chupas policromo sobre rojo

• Chupas rojo inciso

• Chupas inciso en el interior

• Chupas llano

Adicionalmente se le asocia con una cerámica llamada Lambraswayqo

que se caracteriza por sus formas y su decoración lograda a base de

puntuaciones.

El chupas Negro Inciso tiene una superficie pulida, pasta fina

con mica y ortosa; las formas son predominantemente cuencos de

paredes bajas y muy abiertas. El Rojo sobre Negro, tiene

pintura fugitiva de color rojo aplicada directamente sobre la

superficie llana, con pasta y formas del mismo tipo que el Negro

Inciso. Las incisiones son cortantes y bastantes delgadas. El

diseño más socorrido es el de los escalones y de los círculos

impresos, la cerámica policroma está decorada con pintura

post- cocción usando colores rojo, blanco gris y anaranjado

amarillento; nunca se combina en una pieza más de tres colores,

se han encontrado las siguientes combinaciones: rojo- blanco- gris

sobre negro, amarillo-rojo sobre negro, rojo- blanco sobre negro,

rojo-gris sobre negro y también blanco-rojo sobre rojo.

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El Chupas rojo- rojo Inciso y el Inciso interior corresponden en

realidad a una misma categoría; de todos ellos el más

característico es el Inciso en el interior, que muestra líneas incisas

en platos abiertos, en el fondo de los platos de base redondeada.

Las incisiones son finas y cortantes, paralelas cruzándose en

distintas direcciones sin superponerse u ofreciendo grupos de

líneas ramificadas.

La cerámica del tipo Lambraswayqo, que parece de carácter local es

de color anaranjado, con la superficie mate aislada con la pasta con

mucha mica. La forma más común es la de unas ollas con un fuerte

reborde en el labio y los bordes en bisel. Es característica de la

decoración hecha principalmente a base de puntos muy profundos

de diámetro hasta de 0.5 cm. hechos con instrumento punzante romo

en pasta blanda. Son también frecuentes los bordes engrosados y

decorados con estas puntuaciones y la decoración obtenida por

presión digital. Algunas puntuaciones son de aspecto cuneiforme,

bastante profundas. Comparando la cerámica de esta época con Ica,

se advierte que los rasgos de Chupas corresponden a la fase que

Wallace (1962) llamo Isla y que Menzel, Rowe y Dawson (1964)

clasifican entre sus fases 5-8.

Chupas por las informaciones obtenidas vendría a ser otro centro

ceremonial ocupado intensamente desde la llegada de la influencia

de Chavín en Ayacucho, pero aún sabemos muy poco de los

diferentes modos de vida, interrelaciones con otras regiones, el uso

del espacio, la arquitectura, su organización económica y otro tipo de

actividades que se desarrollaron en ella.

Las excavaciones se hicieron de modo limitado y durante temporadas

cortas razón por la que los materiales obtenidos no permiten

afirmaciones sustentables por el momento, si a esto le agregamos

que durante los años sesenta el objetivo fundamental era establecer

tipologías y seriaciones con fines cronológicos a partir de la cerámica,

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el resto de los materiales obtenidos no han recibido el tratamiento

necesario. Un ejemplo claro de ello son los informes de Augusto

Cruzatt quién prioriza en su informador a la cerámica estableciendo

innecesariamente una infinidad de tipos de cerámica y descuidando

el análisis de la lítica, los restos óseos, malacológicos, el medio

ambiente entre otros.

En la actualidad este sitio arqueológico si bien no ha sufrido procesos

de destrucción violenta, una gran parte de su superficie es utilizada

como campo de cultivo y como zona de plantaciones de eucaliptos.

Esto lo ha convertido en un pequeño bosque cuyas raíces están

debilitando y deteriorando irremediablemente a las estructuras

arquitectónicas de este centro ceremonial.

IV.4. El Periodo Rancha

Se defino a partir de las excavaciones de Lumbreras en el sitio de

Aya Orqo en 1958.

Aya Orqo es un cerro que está a unos 3000 m.s.n.m, se divisa desde

la ciudad de Ayacucho como el punto más alto del SO. Durante una

época que aun no se puede precisar se construyeron andenerías que

posibilitaban más el cultivo, por la técnica de construcción podría

suponerse que muchas de estas estructuras datan desde el Periodo

Rancha, que debe remontarse hacia comienzos de nuestra era.

Se hizo pequeños pozos de prueba y en ellos encontramos que las

capas más bajas estaban ocupadas por cerámica de estilo Rancha,

que se caracteriza por una serie de tipos que siguen un patrón

bastante regularizado, tanto en el acabado como en la forma de las

vasijas.

La cerámica es delgada y fina, con un control de hornos suficientes

como para permitir la decoración mediante áreas oxidadas y

reducidas. La pasta tiene pequeñas partículas de cuarzo y mucha

mica y en algunos tiestos aparece feldespato.

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Las formas dominantes son platos abiertos y cuencos, que se

caracterizan por tener muy engrosado y generalmente plano; hay

también tacitas incurvadas con tales bordes característicos; botellas

y cantaros de cuellos o pico corto y asas cintadas de bordes rectos.

Entre todos estos rasgos, sin embargo el más notable es el espesor

de las vasijas, que en algunos casos alcanza a 2mm de espesor; a ello

se agrega la extrema dureza de la pasta.

La decoración más característica es la puntuación lograda mediante

un punzón romo logrado sobre pasta dura; cuando hay incisión, las

líneas son anchas y acanaladas, obtenidas con punzón romo sobre

pasta blanda, aunque también aparecen incisas líneas muy delgadas,

apenas hechas sobre superficie dura y con retoque romo delgado.

Un detalle decorativo muy notable es la combinación de un interior

negro y un exterior rojo o marrón. Esto se logra buscando que el

exterior del plato este sometido a oxigenación, mientras que el

interior debe ser reducido o ahumado. Este sistema decorativo

también se encuentra en la cultura Paracas Necrópolis, cultura con la

que Rancha comparte otros rasgos en su cerámica, tales como la

incisión delgada en pasta dura y algunas de las formas de las vasijas.

Además de la decoración inciso, en Rancha existen objetos que

fueron decorados mediante la técnica conocida como “Negativo” o

“Resist”. Finalmente categorías menores de decoración son el Rancha

pintado, el Rancha engobado fino y el Rancha Padrón Bruñido, rasgo

este definitivamente emparentado a Paracas necrópolis.

Naturalmente la cerámica en si misma o las demás artesanías de las

que sabemos poco o nada, durante el periodo Huarpa, no significan

nada frente a la tarea agraria, cuya técnica llegó a límites

insospechados.

V. SITIOS Y ASENTAMIENTOS HUARPA

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De la cultura Huarpa se conoce un buen número de sitios, pero han

sido estudiados superficialmente. Están asociados bancales y a

estructuras simples de piedra de forma circular o planta rectangular.

Son todas poblaciones que se concentraron en los valles y no se

preocuparon mayormente por la producción de Puna.

Los sitios más importantes son Ñawinpuquio, Cumun Senca, Quica

pata, Lagunillas, Tantahuasi, Trigo pampa, Pacaycasa y Chupas. Con

la excepción de Ñawinpuquio que según Lumbreras es una ciudad

grande el resto serian pueblos rurales.

V.1. Lagunillas

Es un sitio muy extenso y si bien casi totalmente perteneciente

a Periodo Huarpa, en la parte sur, un pequeño sector fue

ocupado también durante la época Wari en sus épocas iniciales.

Esta cortada por 2 carreteras una que va de sur a norte, de

Ayacucho a Huanta y otra de este a oeste en dirección a

Cangari en el valle de Huanta.

Los restos de andenería fueron cortados por las carreteras.

Los andenes siguen las curvas de nivel naturales , lo que hace

que la carretera, corte las terrazas en muchas partes

transversalmente y en otras longitudinalmente, Los aparejos de

los muros de contención de terrazas son variados : algunos

están constituidos a bases de piedras pequeñas de campos ,

generalmente achatadas , dispuestas en hiladas irregulares ,

horizontalmente (parece que no se hubiera usado argamasa)

otros están construidos con grandes piedras , formando

murallas de aspecto desordenado pero macizo ; algunas

murallas muestran aparejo irregular pero con paramento plano,

como de estilo Wari; finalmente, existe un aparejo muy vistoso

en donde se alternan piedras grandes con pequeñas , de modo

que los grandes están dispuestas en una hilera continua y los

intersticios que separan una piedra de otra rellenados con las

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pequeñas. Dispersos, en lugares que una exploración mas

prolija puede detectar como estratégicos para el cuidado de

campos de andenes, hay grupos de viviendas; las casas tienden

a ser circulares aunque las formas son más bien irregulares, de

planta adaptada a las sinuosidades del terreno; fueron hechas

generalmente aprovechando abrigos naturales formados por los

roquedales, agregando piedras grandes en lo que parecen

haber sido las cimentaciones , que es lo único que queda ahora,

En las excavaciones que hizo Lumbreras solo dieron unos pocos

centímetros de tierra (40 a 50) de deposición, con poco

contenido cultural. Sin embargo en un lugar aparentemente

privilegiado encontró, restos de edificios de planta rectangular,

asociados naturalmente, a cerámica de la época.

En los cortes practicados en las terrazas encontraron la

siguiente estratificación: Capa A, B, C, D, E, F, G, H.

El muro de la terraza se hizo sobre la capa G y sirvió para

contener la Tierra C; parece probable que las capas D, E y F

fueron dispuestos en el andén, artificialmente; B seria posterior

al uso del sitios y A de formación reciente.

Aunque en Lagunillas no se ha apreciado bien, otro aspecto

importante de la cultura Huarpa fue precisamente la

construcción de canales y represas, que se inicio desde el

formativo superior.

V.2. Quicapata (Colina de Yeso)

Esta al sur de la ciudad de Ayacucho , justo en el límite entre la

parte alta y media de la cuenca , el mexicano Ángel García

Cook ha encontrado un sistema de canales y reservorios

excepcional, asociado a terrazas que cubren los cerros , para el

aprovechamiento de una fuente permanente de agua , que

ahora sirve para el abastecimiento de la ciudad. Se trata de una

cadena de reservorios ubicados a niveles distintos, desde

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donde partían canales para la distribución del agua, de modo tal

que el área podía ser irrigada en forma uniforme. Este sitio fue

habilitado desde el Periodo Rancha.

Los canales excavados en varios eran construidos con mucho

cuidado, protegiendo el interior con estuco impermeable; hay

canales de 1.60 m. de ancho y hasta kilómetros de largo.

V.3. Raqay Pampa

Se encuentra en Chupas , se excavo una zona servida por un

canal longitudinal que proveía de agua a un poblado con

algunas casas ubicadas sobre campos de cultivo en terrazas ; el

canal-madre que cruzaba de sur a norte y se diversificaba en

canales laterales que partían de algo así como alcantarillas que

servían a sementeras delimitadas con muros formando terrazas.

La población Huarpa estaba distribuida en función de este

sistema, dentro de un régimen habitacional de neto carácter

rural; aldeas dispersas o incluso simplemente estancias ligadas

a complejos agrarios como Lagunillas. La población era

considerablemente grande; en la cuenca, de cerca de 500 sitios

ubicados para todas las épocas, alrededor de 300 fueron

ocupados durante este periodo y todos excepto Ñawinpukyo al

parecer eran aldeas.

VI. LA CIUDAD ÑAWINPUKYO

El sitio de Ñawinpukyo se ubica sobre una colina, a unos 5 km al

sudeste del centro de la actual ciudad de Ayacucho. La colina

forma parte del flanco sur del valle y alcanza una altura máxima

de 3.007 msnm. Si bien se encuentran restos arqueológicos en las

laderas y parte baja de la colina (Cabrera 1998; Machaca 1997), la

concentración más densa se ubica directamente sobre la cima.

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La cima de la colina es una planicie suavemente ondulada de unos

500 m de largo por 200 m de ancho. En ella se encuentran amplias

áreas abiertas que se alternan con densas concentraciones de

arquitectura arqueológica en ruinas.

Las investigaciones realizadas en 2001 se concentraron en las

partes central y este de la cima, y a través de una combinación de

limpieza de vegetación y escombros, definición de cabeceras de

muro y excavación, se consiguió exponer un área estimada en 650

m2, definiéndose 32 cuartos o estructuras (denominados “Espacios

Arquitectónicos”) de los cuales 26 fueron total o parcialmente

excavados. Las investigaciones revelaron una secuencia

ocupacional que se extiende desde el período Intermedio

Temprano (ocupación Huarpa del sitio), hasta finales del Horizonte

Medio (ocupación Huari de la colina).

Ñawinpuquio en el Período Intermedio Temprano

Se cree que este período de la prehistoria de Ayacucho se

caracterizó por la presencia de unidades políticas de pequeña

escala, quizás señoríos, representadas por conjuntos de sitios

centrados en torno a uno o varios asentamientos principales

(Isbell2001; Lumbreras 2000; Schreiber 1992).

Ñawinpuquio habría formado, junto con Conchopata, Acuchimay y

sitios menores, uno de estos enclaves, controlando el sur del valle

de Ayacucho (Isbell 2001:114)

La ocupación de la cima de Ñawinpukyo en el período Intermedio

Temprano tenía un carácter complejo, presentando varios sectores

arquitectónicos netamente diferenciados. Parece claro que entre

los siglos IV y VI d.C. el núcleo de la ocupación estaba constituido

por la Plaza Este, un gran recinto de forma irregular que corona la

cima de la colina, y que habría tenido primordialmente propósitos

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ceremoniales. La presencia de cerámica diagnóstica tanto en la

superficie como en las excavaciones desarrolladas, justo al norte y

sur de la plaza, indicaría que conjuntos de edificios Huarpa, quizás

de naturaleza residencial, podrían haber existido en estos

sectores, aunque las investigaciones no revelaron restos

arquitectónicos o evidencias primarias de ocupación. La

construcción de edificios en estas áreas durante el Horizonte

Medio podría haber resultado en el desmantelamiento de cualquier

arquitectura más temprana.

La presencia de cerámica Huarpa en superficie sobre un área

rocosa a corta distancia al sudoeste de la plaza, y en la parte oeste

de la cima de la colina (áreas no investigadas sistemáticamente)

sugiere que podrían haber existido otros núcleos de ocupación,

aunque sus características exactas permanecen desconocidos.

Asimismo, y tal como lo sugieren investigaciones anteriores

(Cabrera 1998; Lumbreras 1974; Machaca 1997), existían núcleos

de ocupación Huarpa en las partes bajas de la ladera oeste de la

colina. Un grupo importante de edificios, que posiblemente datan

de finales del período Intermedio Temprano, fue identificado a

unos 100 m al oeste de la plaza, en el sector que denominamos

Grupo Arquitectónico Central.

Las investigaciones en la parte noreste de este sector revelaron lo

que parece haber sido parte de un complejo de elite, compuesto

de galerías alargadas, cuartos y patios rectilíneos, con pisos y

enlucidos blancos manufacturados con diatomita (roca

sedimentaria abundante localmente) molida y compactada. Estas

estructuras seguramente formaban parte de un conjunto mayor

que se extendería hacia el oeste, pero que no pudo ser definido.

No se encontraron evidencias de actividades domésticas o

ceremoniales en ninguna de estas presuntas estructuras Huarpa.

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En 1960 Lumbreras comienza la ejecución de trabajos de campo

que le permitieron reunir información y evidencias que

incrementan los conocimientos referente a los Huarpa.

Posteriormente el sitio es investigado por Benavides, Gonzales

(1982) y nuevamente Lumbreras (1974), quien en 1971 realiza

excavaciones sistemáticas en tres sectores. El primero un basural

con abundante cerámica que tenía una estratigrafía bastante

definida, con presencia de cerámica del tipo rancha,

correspondiente al formativo superior. El segundo, un canal de

agua que había sido sometido a sucesivas restauraciones y,

finalmente el tercero ubicado al interior de un conjunto

arquitectónico que al parecer estuvo vinculado al culto o a algún

sistema comunal urbano.

Producto de los trabajos ejecutados, Lumbreras llega a la

conclusión de que en la cultura Huarpa se define la ciudad y se

incrementa la capacidad productiva de la región. Es entonces

cuando la labor económica va girar básicamente en torno a la

agricultura sustentada en el dominio alcanzado en la tecnología

agropecuaria que permitió a los Huarpa tener una producción

permanente e intensiva, llegando a construir terrazas de cultivo,

en la falda de los cerros cercanos a sus poblados.

Sus antecedentes de acuerdo a las investigaciones realizadas

hasta ese momento los vinculaban al formativo superior,

específicamente a la fase rancha. Durante 1986, en compañía de

Mario Benavides y un grupo de estudiantes de la U N S CH,

tuvieron la oportunidad de realizar reconocimientos y

excavaciones a pequeña escala. El resultado preliminar de estas

investigaciones proporciono importantes evidencias que modifican

los planteamientos acerca de esto antecedentes.

Como consecuencia de ello se ha recuperado un conjunto de

evidencias materiales como la cerámica, que en el estrato

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correspondiente a la época de su ocupación inicial está asociado a

la fase Kichka Pata, vale decir al formativo medio, dentro del

momento de la influencia de la cultura chavín en la región. Esto se

sustenta en el hallazgo de fragmentos que muestran motivos

decorativos: figuras de círculos con punto al centro, puntuaciones

y líneas horizontales incisas. En cuanto a la forma se cuenta con la

botella de asa estribo, de cuerpo globular y con otras botellas

representando un ave, todo esto asociado al tipo Wichqana y

Qarqanpata que caracterizan a la zona.

Se recupero también una significativa cantidad de resto óseos

calcinados y sin calcinar, destacando uno que presentaba

decoraciones de puntuaciones y líneas incisas que al parecer fue

parte de un artefacto. En relación a los líticos existe una

significativa cantidad de desechos de talla, núcleos, cuchillos,

puntas de proyectil, e instrumentos destinados a labores agrícolas.

El vestigio más importante son las terrazas de cultivo que aun

pueden apreciarse. Hast6a el momento se han identificado una 15

terrazas que van desde la orilla hasta la parte alta de una pequeña

cumbre (Se ubica a km. Al NO del sector que excavo lumbreras en

la margen derecha de un riachuelo, formado a partir de u

manantial permanente).

Fue en este sector donde se realizaron excavaciones al detectar la

presencia de cerámica del horizonte temprano en su superficie, lo

que confirmo la existencia de una ocupación vinculada con este

horizonte, concretamente a partir de la presencia de Chavín en

esta región, en la época de su máximo apogeo. Evidencias que

llevan a plantear, por el momento, que la ocupación del sitio de

Ñawinpuquio no data del formativo superior y tampoco vinculado a

la fase rancha; sino más bien al formativo medio, momento en que

al parecer comienza la construcción de tarrazas de cultivo, que

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van a generalizarse durante el periodo de la cultura Huarpa

cuando se logra un gran desarrollo de la tecnología hidráulica.

Isbell pone en tela de juicio el argumento de Lumbreras, arguyendo

que sus interpretaciones se basan exclusivamente en

reconstrucciones hipotéticas de forma de edificio, ya que las pocas

excavaciones que este efectuara se hicieran fuera del área de

arquitectura significativa. Además, en términos generales la

arquitectura es poco conservada y no se ha hecho un examen

sistemático profundo del material arqueológico de superficie. Isbell

recuerda que si bien es cierto que en área hay cerámica Huarpa en

los alrededores de los edificios de piedra Menzel recogió cerámica

correspondiente a los tiempos de Huari lo que pone en duda el

fechado de Lumbreras; a esto se suma que Isbell duda incluso que

los depósitos de Ñawinpuquio puedan ser considerados Huarpa

como sostiene Lumbreras.

VII. ECONOMÍA

Al igual que en el resto del territorio andino, encontramos el

desarrollo de la agricultura, la experimentación de tecnología

hidráulica para el uso racional del agua, mediante la construcción

de represas, canales y andenes para aumentar la frontera agrícola

y solucionar el problema de la falta de tierras y de agua en la

zona.

71. Agricultura:

Los Huarpa cultivaron la tierra con un riguroso control en la

distribución del agua, por medio de canales y represas y luego

habitaron nuevas tierras construyendo terrazas agrícolas en la

falda cerros cercanos a sus poblados los que les facilito ampliar

sus campos y evitar la erosión. Esas terrazas se llaman

“andenes”.

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Sin lugar a dudas el más importante vestigio, lo que constituyen

las terrazas de cultivo que aun existen y son claramente

perceptibles.

Se especializaron en cultivos de quebradas como el maíz el pacay

pallares y calabaza.

7.2. Comercio:

Esta cultura fue un activo miembro del comercio, esto se sabe

porque los huarpas (Ayacucho) comerciaron con la cultura Nazca

(Ica), intercambiando productos y materias primas y de igual

manera intercambiando sus artes y costumbre. Un poco después

aparecen evidencias de contactos con Tiawanaco (Tiahuanaco),

que durante el siglo VI se convirtieron en un rasgo importante de

Ayacucho, dando origen a lo que estamos llamando Wari (Huari).

VIII. ESTILOS DE CERAMICA E ICONOGRAFIAS

Para el arqueólogo Luis Lumbreras, Huarpa resultó

culturalmente más pobre que otras culturas más o menos

contemporáneas, como Moche y Nazca.

La cerámica Huarpa representa una tradición en donde la

decoración pintada en rojo y negro sobre una superficie

engobada de blanco mantiene un aspecto de uniformidad

sorprendente. La decoración, en general, tiende a ser lineal,

geométrica, de modo que los cambios así son menos

perceptibles. Al lado de ella se desarrollan dos tipos bien

definidos, uno llamado “caja” y otro llamado “Kumun Senqa”.

En las fases tardías se hace presente, luego una cerámica

policroma llamada “Cruz Pata”.

Por el momento, Huarpa es divida en cuatro etapas, llamadas A,

B, C y D; la primera aparece asociada incluso con cerámica del

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tipo Rancha (Formativo Superior), Mientras que la ultima está

muy cerca de los comienzos de Wari.

1. En la fase A de Huarpa, los tipos dominantes son Huarpa Fino

y el Caja. El Huarpa A es una cerámica delgada en donde

predominan las tazas, los cuenco con perfil en forma de “S”

muy abierto con la base redondeada, en algunos casos son asas

que se proyectan del borde al cuerpo; los bordes de las vasijas

son afilados y muchas veces cortados a bisel hacia el exterior.

La decoración esta dada por bandas negras o rojas que se

desarrollan horizontal o verticalmente sobre la superficie

externa de los objetos y acompañadas de bandas que cubren,

a manera de lenguas, una parte del borde interior. El diseño

más característico es el de tres bandas horizontales que se

ubican en la mitad superior de las vasijas, dos de los cuales son

bandas rectas colocadas en los extremos y que encierran una

banda ondulante del centro.

Uno de los pocos motivos figurativos es el de una cara humana

que a veces se proyecta de los cuencos y otras de grandes

cantaros de cuerpo oblongado con base cónica; en donde

destacan unos ojos rectangulares pintados y una boca apenas

diseñada que a veces es solo una línea y otras veces es otro

rectángulo. La nariz es frecuentemente modelada y la cara

muchas veces pintada con líneas en varias direcciones.

La cerámica Caja, deriva de Rancha, es de color anaranjado

claro, muy compacta y fina, con una pasta casi sin anti plásticos

visibles. Las formas se parecen a Huarpa, pero la decoración es

lineal y usa colar marrón sobre la base natural. La decoración

más característica consiste en una línea ondulante en el interior

de unos cuencos con bordes ligeramente biselados.

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2. En la fase B: Los tipos cerámicos predominantes son el Huarpa

D y el Kumun Senqa. El Huarpa B es una cerámica menos fina

que A, pero con mayor variedad de formas, en las que destacan

unas tazas de lados ligeramente convexos y base curva, de

paredes altas. Uno de los rasgos distintivos más importantes es

el cambio en el tratamiento de la decoración; se da, por

ejemplo, el diseño de tres bandas horizontales con la central

ondulante, pero esta vez las bandas rectas son de color rojo

delineadas con negro y la central roja, a diferencia de la

primera fase que eran las tres de un solo color, generalmente

negro.

El tipo Kumun Senqa, que se inicia en la fase A, adquiere su

máxima popularidad en este tiempo, es una cerámica

monocroma engobada de rojo oscuro y al parecer ligada a

alguna función específica en tanto que está fuertemente

limitada a unas ollas o ánforas grandes con un cuello bajo,

engrosado y evertido.

3. En la fase C: Los tipos dominantes son el Huarpa Negro sobre

Blanco y el Cruz Pata. El Huarpa Negro sobre Blanco fue el

primer tipo Huarpa conocido y sirvió a Rowe, Collier y Willey

(1950) para definir el estilo; se prolonga hasta la fase D, aunque

con algunas variantes y más tarde se integra con estilos propios

de las primeras fases Wari. El negro sobre blanco está

constituido por una cerámica gruesa, engobada con un

pigmento blanco mate espeso; la forma más característica es

de unas grandes urnas en forma de “V”, con la base plana, los

lados rectos y el borde fuertemente engrosado y a veces

biselado. La decoración es geométrica con uso combinado de

bandas gruesas y líneas siendo característico el uso de una

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gran banda gruesa alrededor del borde, cubriéndolo y

prolongándose al interior de la vasija en uno o dos centímetros;

esta banda se combina con otras líneas y bandas horizontales y

verticales, a veces formando escaques (damero) y otras simples

superficiales “rayadas”; los diseños curvilíneos aparecen en

forma de espirales solo muy excepcionalmente. Hay también

formas parecidas a las de Kumun Senqa; grandes ánforas de

base cónica. En algunos casos, especialmente en Huanta, hay

una variedad “Tricolor” de este tipo, que agrega el rojo-violáceo

para dibujos lineales o relleno de áreas; es el mismo del engobe

Kumun Senqa y de Cruz Pata.

Cruz Pata es una cerámica fina que se inserta en la tradición de

los tipos “A” y “B”; de modo que la formas y diseños se parecen

a los de aquellos tratados en combinaciones distintas; la forma

con perfil en “S” se continúa desarrollando, aunque aquí adopta

una base plana; aparecen, dentro de esa línea, especialmente

mas tarde, unos vasos altos con asa lateral cintada y otros

pequeños que mas tarde, en la fase R, producirán una forma

que hemos llamado “Lira”, que se hará muy popular dentro del

periodo Wari, como parte de casi todos los estilos de dicho

periodo.

El estilo Cruz Pata se presenta de varias formas; engobado de

blanco y pintado con negro, rojo, anaranjado y gris; engobado

de rojo y pintado con negro, blanco, anaranjado y gris; y sin

engobe y pintado con los mismo colores.

La decoración es menos geométrica que en las fases

precedentes y hay una tendencia por los diseños curvilíneos, en

algunos de los cuales se combinan formando conjuntos en torno

a un circulo con rayos 0 “espirales”, que dan el aspecto de

arañas o pulpos. Algunos motivos “Figurativos” muestran

personajes extraños con ojos rectangulares o simplemente

lineales, que no se parecen a nada concreto. Se advierte

algunos motivos vinculados con el periodo tardío de Nazca,

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aunque tal vinculación es mas propia de la fase D, donde

aparecen evidentes relaciones con diseños de las fases 7 y 8

Nazca.

4. La fase D: Esta dominada por estilos Okros A y Cruz pata, aun

cuando aparecen varios otros estilos vinculados con Nazca que

tendrán su mayor desarrollo en el periodo siguiente,

correspondiente a Wari. Se mantiene el Huarpa Negro sobre

Blanco con algunas modificaciones.

El estilo Okros en su primera fase, esta muy vinculado a Cruz

Pata tanto en formas como en diseños; usa para el exterior

engobe blanco y grandes áreas pintadas de negro, pero

introduce nuevos motivos de diseño y sobre todo un peculiar

engobe anaranjado muy brillante que se usa, en este tiempo,

principalmente para el interior de cuencos y vasos. Mas tarde el

engobe anaranjado será aplicado a toda la vasija, como rasgo

distintivo del estilo. La decoración es más compleja que en

Huarpa; aparecen muchos motivos reales figurando animales-

planta indeterminados. Uno de los personajes más

característicos es una especie de pulpo de dos cuerpos, con

siete u ocho apéndices volutiformes, a manera de patas o

tentáculos; en general las imágenes radiadas son frecuentes.

Hay cuencos de base plana y lados divergentes, tazas

esferoidales con boca sin cuello y unos cantaros o jarras de

cuerpo globular, base plana y un cuello ancho que a veces es

una cara humana que tiene una asa en la parte posterior. La

cara tiene ojos parecidos a los Huarpa, pero con gran

insistencia en aquellos simplemente incisos y con las pestañas

muy destacadas.

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IX. PRACTICAS MORTORIAS

Algunos entierros han sido excavados, y todos ellos, hasta el

momento han sido hechos directamente en el suelo, junto con

ofrendas de cerámica en algunos casos y otros sin ofrenda alguna,

algunos entierros parecen secundarios y hay noticias de entierros en

ánforas de cerámica. Y aunque ninguna ha sido sistemáticamente

recuperada. Cuando aparecen ceramios asociados a los muertos ellos

están cerca de la cabeza y son generalmente dos.

Una tumba de la fase C de Huarpa con cerámica Cruz Pata como

ofrenda fue encontrada en un cementerio, hoy desaparecida bajo el

“Bulldozer” en la parte oriental en lo que es el inmenso yacimiento de

Conchopata que ha dado acceso aun moderno aeropuerto. La tumba

hallada por los obreros que trabajaron en la construcción del

aeropuerto tenia la forma de una bota con entrada tubular en un

extremo y excavada en la roca. En ella, el cadáver estaba extendido y

a su lado había ofrendas consistentes en alfileres de cobre con una

cabeza plana muy grande en forma de paleta o más bien de abanico

y dos vasos muy parecidos en su forma, a los vasos de Nazca 3 con la

diferencia que tiene la base plana y una asa vertical en forma de

cinta en medio del cuerpo.

Un entierro de época anterior, probablemente B, muestra un cuerpo

flexionado dispuesto de cubito dorsal.

De la fase D se conoce una tumba con cuerpo flexionado, pero lo mas

interesante es el hallazgo, similar al de Chavín y Nazca 3 de entierros

de ratones, solo que aquí fueron encontrados en el sito de

Conchopata como “tumbas” exclusivas de ratones y no como parte

de tumbas humanas.

En un lugar llamado Pachyaq, que es una pequeña colina, en su

cumbre se encuentra una moderna edificación que corresponde a la

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escuela de Pampachacra, la cual está rodeada por extensos basurales

de cerámica de una ocupación bastante tardía, aun cuando aparecen

restos de entierros de la época Huarpa.

Si bien no se encontró cerámica del estilo “Paracas”, la que

posteriormente se ha denominado chupas, en cambio, se pudo

observar en el sitio un pozo en forma de botella, que se encuentra a

unos pocos metros detrás del muro que cerca al edificio, hacia el

noreste de la escuela, en todo caso, muy cerca del lugar donde se

indica que fue encontrado el entierro “Paracas”. El pozo que está

totalmente bajo el nivel del piso, comprende dos secciones: la

superior es un “tubo” de acceso de pocos menos de 60 cm de

diámetro y que tiene una profundidad aproximada de 1 metro; la

inferior es propiamente el “cuerpo” de la cista y que tiene una forma

cónica, con una profundidad aproximada de 3 metros, y un diámetro

de máximo visible de 1.80 metros.

En general, se puede decir que la forma de las cista es similar a la de

un embudo. La razón por la que llama tanto la atención es por su

similitud con las llamadas “cavernas funerarias” de Paracas, aunque

existen algunas diferencias que es necesario señalar; las paracas son

simple “cavernas” labradas de roca, mientras que las cistas de

Pachyaq, además de haber sido excavadas en la tierra, se encuentran

paramentadas con piedras de campo dispuestas en forma

concertada, con las caras paramentales planas y unidas con barro.

Las piedras están “engastadas” en las paredes a manera de

“empaste”.

Todo parece indicar que eran tumbas, aunque no se descartan la

posibilidad de otra función; en varias partes, pero especialmente en el

sitio “Quebrada de la Vaca”, al oeste de las lomas de Ático (Arequipa)

al norte de chala, en una ciudad de época Inca, se observa una gran

cantidad de graneros o depósitos de forma y estructura muy similar a

la cista de Pachyaq, de modo que pudo ser también un troje.

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En el mismo sitio se ven dos cistas “huaqueadas”, y se puede observa

otra similar en otro sitio cerca de Huanta que se llama “QalaOrqo”.

X. IDEOLOGÍA

Parecen indicar que la veneración de montañas formaba parte

central de la religión de los pueblos Huarpa del valle de Ayacucho

durante el período Intermedio Temprano. Es interesante que, al

menos formalmente, estas prácticas tendrían aspectos en común

con prácticas y creencias similares reportadas etnográficamente,

aunque resultaría prematuro todavía asegurar que esto se debe a la

existencia de una larga continuidad cultural que mantuvo más o

menos inalteradas un núcleo de creencias religiosas y cosmológicas.

De hecho, no es posible determinar con certeza qué significaban las

montañas para los antiguos ayacuchanos, más allá del obvio valor

sobrenatural que parece innegablemente representado por los

vestigios materiales.

Las ceremonias relacionadas con la veneración de montañas

parecen haber constituido eventos públicos de gran importancia

social y cultural para la comunidad local, y quizás haber ejercido

también cierta influencia que excedía el ámbito puramente local,

vinculando a diversas comunidades a base de un denominador

ideológico común en tiempos en que no había en la zona una

estructura política centralizada. Desgraciadamente, las evidencias

arqueológicas no permiten aún determinar si existía un marcado

control sociopolítico de estas ceremonias, tal vez a través del

auspicio continuado de las mismas por un mismo grupo de

descendencia o sector de la comunidad. Tampoco es posible

determinar con certeza si las prácticas y el saber religioso asociados

con estas ceremonias eran monopolizados por algún sector de

especialistas. De haber sido así, estas ceremonias podrían haber

constituido un ámbito de negociación de identidades sociales y

políticas, y tal vez una arena en la cual se desenvolvieron procesos

de incremento de la desigualdad social que llevaron a la marcada

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estratificación social y centralización política asociados con el

surgimiento de la sociedad Huari en el Horizonte Medio.

XI.- FIN Y DESAPARICIÓN DE LA CULTURA HUARPA

Se desconoce las causas que originaron la declinación de Huarpa,

solo se sabe que en un momento dado se abandonaron los antiguos

asentamientos, y las nuevas poblaciones se aproximaron a las zonas

con riego estable.

La cultura Huarpa llega a su fin alrededor del 500d.c se ha pensado

que cambios climáticos intensos llevan a deshabitar para siempre sus

asentamientos humanos y producir la total descomposición de la

sociedad.

Lumbreras insiste que el deterioro se produce en una etapa de

notables cambios de otros órdenes de actividad; el más importante

representado por la intensificación de las relaciones con la costa de

Ica-Nazca, que se expresa físicamente en el desarrollo intensivo de la

cerámica policroma. Estamos hablando aquí de los siglos IV-V, según

la cronología de la costa. A la par de estos motivos, el arqueólogo

Guillermo Lumbreras menciona otros tales como: el crecimiento de

los poblados, su disminución en número y su cambio de ubicación; el

desarrollo de una cerámica policroma... y el abandono de la

dificultosa sobre explotación de la tierra.

LA CULTURA LIMAI. UBICACIÓN GEOGRAFICA:

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La cultura Lima se desarrollo en los valles de Chancay, Ancón, Chillón,

Rímac y Lurín, o sea en la Comarca de Lima propiamente, y llega

hasta Huacoy, Ñaña y Huaycán, ascendiendo por el cauce de los tres

últimos ríos.

Dichos tres valles (Chillón, Rímac y Lurín, incluido el valle seco de

Ancón) tienen caracteres comunes que les confieren unidad

geográfica

Limita:

Al norte, llegó hasta el valle del río Chancay

Por el sur hasta el valle del río Mala

Por el oeste colindó con el Océano Pacífico

Por el este, hasta el comienzo de la cordillera de los Andes.

Es posible que el área de su difusión haya sido bastante mayor, pues

se ha encontrado cerámica Lima en sitios tan altos como Canta, en la

cuenca del Chillón, y San Pedro de Casta y Matucana en la del Rímac.

II. CRONOLOGÍA

La cultura Lima aparece entre los años 200 y 750 d.C. durante el

Intermedio Temprano, y es coetánea con Moche y Nazca.

Uno de los ordenamientos cronológicos ampliamente usado y

debatido ha sido el efectuado por el arqueólogo Thomas Patterson, a

mediados de la década de 1960. Siguiendo los aportes metodológicos

de Jhon Rowe. Patterson definió 13 agrupaciones de conjuntos que

comparten un número significativo de rasgos y corresponden, se

supone a igual número de faces, cuatro pre Lima y nueve Lima. Esta

suposición seria valida siempre y cuando no hubiese significativas

diferencias entre la producción de alfareros que habían vivido en

diferentes lugares de la costa central.

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Datación

Absoluta

Willey

(1943)

Tabio

(1957)

Patterso

n

(1996)

Guerrero

(1998)

Goldlausen

650 d.C.

600 d.c.

Early Lima Maranga

Nievería

9

8

7

Nievería

Lima 9

Lima

Tardío

Lima

Terminal

Lima Tardío

500 d.c. Interlocking

6

5

4

3

2

1

Lima

Medio

Lima

Inicial

Lima Medio

Lima

Temprano

200 d.C. Intermediat

e

Three-

Color

Tricolor Lima Inicial?

III. ORÍGENES Y TEORÍAS

El Padre Villar Córdoba, uno de los más importantes estudios

de la arqueología del departamento de Lima, demuestra

filológicamente el origen aymara de la mayor parte de las viejas

poblaciones de la comarca limeña. Se postula que los Lima eran

de origen aymara, llegados a la costa central en una de las olas

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invasoras con que ese pueblo asolaba los Andes Centrales

desde sus remotos lugares de origen en Coquimbo, Chile y

Tucumán en la Argentina. La invasión aymara debió realizarse

en forma muy temprana, posiblemente durante las postrimerías

de la era Chavín, pues al principiar el período Floreciente (200

d.C.) los Lima se encontraban firmemente instalados en la costa

central y ostentando una cultura que, si bien mostraba puntos

de contacto con la Chavín, tenía características propias que

acusaban un largo lapso de maduración.

El análisis de la etimología de los nombres de los asentamientos

de la cultura Lima demuestra, según él, que se tratan de

expresiones aymara, tales como: Cera Hualla (Carabayllo), Copa

Cabana, Collique, Cajamarquilla, Lati, Huachipa, Maranga,

Huatca Hualla, Chucuito, etc. El arqueólogo Jijón y Caamaño

(1949), basándose en el resultado de sus investigaciones,

sostuvo que los proto-limeños, como el llama a los

constructores de las pirámides Maranga, constituían una

aristocracia guerrera foránea que se había impuesto por las

armas a los pobladores originales del valle y los tenia sujetos a

un duro yugo. El hallazgo de un fémur convertido en arma o

instrumento, probablemente trofeo, mediante el afilamiento de

uno de sus extremos, y la existencia de entierros cuyos restos

humanos están incompletos o mutilados, parecen indicar,

efectivamente, que los lima eran un pueblo belicoso que tenia

costumbres sanguinarias y que practicaba crueles rito.

En 1999 se publico el primer número de los cuadernos de

investigación del archivo Tello dedicado al valle de lima, el cual

ofrece datos geográficos históricos y arqueológicos. Tello

menciona que según las fuentes orales fue Kitumbe, quien

arribo de Tumbes y llego hasta lima para edificar un suntuoso

templo llamado Pachacamac realizando sacrificios y fundando

la nueva población de lima, también menciona que existían dos

naciones en el valle de lima: Los Karma (hablaron la lengua

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Chimú o la de Tallan) y los de Limak (la muchik). De tal

maneras que el autor infiere que probablemente gente de

procedencia del litoral o Yunga de origen Uro-Puquina o

Arawuak, habrían formado la nación de Limak, mientras que la

nación de Karma habría estado formada por gente proveniente

de origen tallan o Caribe, y que por lo menos dos o más oleadas

lingüísticas diferentes convergieron alguna vez en el valle de

Lima.

IV. INVESTIGADORES

Louis Stumer, dice del valle del Rímac que muestra signos de

haber estado irrigados en tiempos anteriores a la conquista

(Chillón, Rímac y Lurín).

Julio C. Tello, remite mayores datos acerca del medio

ambiente, pues para el las condiciones físicas del relieve limeño

no cambiaron drásticamente en el pasado histórico hasta la

actualidad.

Ernest Middenford, en ese entonces este viajero ingles

reporto en su travesía por el valle de Lima los monumentos que

observó en 1894, donde resalta la existencia de tres ciudades

importantes: Cajamarquilla en el valle medio, Armatambo

ubicado al pie del morro solar y Huatca, que lo sitúa entre Lima,

Callao y Magdalena donde menciona que se encontraban

diseminadas una serie de minas.

Max Ulhe llega al Perú a principios de 1895 luego de haber

realizado trabajos en argentina y Bolivia, en ese año durante

diez meses realiza excavaciones en Pachamac. Los trabajos

llevados a cabo debajo del edificio pintado, le permitió hallar

contextos funerarios correspondientes a la época del horizonte

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medio, en esta excavación también logra recuperar

fragmentaría de cerámica correspondiente a Maranga.

Entre los años 1952 y 1953, Louis Stumer, realizo

reconocimientos y excavaciones en varios sitios del periodo

intermedio temprano de la costa central, el objetivo de sus

trabajos fue el ordenamiento de ocupación de los sitios

arqueológicos, tomando en cuenta la presencia Tihuanacoide en

costa central; en las excavaciones del cerro culebras se

recuperaron varios contextos funerarios, la cerámica asociada a

estas excavaciones correspondieron a vasijas del estilo playa

grande; en otros sectores se hallaron muros elaborados en

barro (tapia) los cuales presentaban paneles decorativos,

Stumer fue uno de los primeros en reportar las características

del patrón de asentamiento Lima.

En 1925 Jijón y Caamaño excava cuatro montículos de la

ciudadela de Maranga cuya información se publica en 1949, en

base a las excavaciones realizadas y de acuerdo a los

materiales recuperados especialmente en la huaca tercera

propone un esquema cronológico: Época Maranga I, Época

Maranga II, época interlocking de Chancay y Pachacamac y

época Cajamarquilla.

En ese mismo año de 1925 en una expedición auspiciada en el

Museo de historia de chicago, Alfred Kroeber realiza

excavaciones en el valle de lima y Chillón, hace también

prospecciones en Cañete, Nazca y el norte del Perú.

En Lima realiza reconocimientos en Armatambo y una pequeña

excavación en Huaca Juliana(Pucllana) donde encuentra cerca

de 80 contextos funerarios; en las excavaciones de Aramburu

(Huaca San Marcos) Kroeber interviene el montículo 16 del

plano de Middendorf, en este describe estructuras de adobes,

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asociadas con cerámica del tipo proto-lima. Al final concluye

que los montículos excavados corresponden a lo que Ulhe había

denomina cultura proto lima además resalta la presencia de

abundante cerámica dentro de los rellenos de los montículos a

modo de basura u ofrendas, seria una delas características de

los montículos del proto lima.

Entre los años 1955 y 58 Ernesto Tabillo público sus trabajos

realizados años antes, las cuales fue el resultado de sus

excavaciones en playa grande, Ancón y otros sitios de la costa

central. Lo resultante de esta intervención es el reporte de la

cerámica decorada con el típico estilo playa grande además

menciona el hallazgo de algunos fragmentos de antaras

elaboradas en pasta fina y decoradas en tres colores rojo negro

blanco cremoso; y una vasija rota intencionalmente.

En el año 1959 José Fernando Soto Mayor presenta un

ensayo preliminar a la “Semana de Arqueología Peruana”, en el

manifiesta no haber encontrado un desarrollo inicial del estilo

Maranga, sino por el contrario los fragmentos hallados en las

primeras fases de las edificaciones de Maranga de relacionan

estilísticamente a los componentes entre Playa grande y Baños

de Boza, además propone tres periodos estilísticos: Maranga A,

B, C, con respectiva referencia cronológica.

En 1966 Paterson escribe en su libro “Patrón y proceso de la

cerámica en el Intermedio Temprano en la costa central del

Perú”. El propósito principal de esta publicación fue realizar una

síntesis de esta época para la costa central mediante el

establecimiento de trece fases estilísticas, 9 de las cuales

correspondería al estilo lima. Otro componente más temprano

denominado Miramar fueron divididos en cuatro fases cada una

con diferencias temporales graduales. Según Paterson en los

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inicios dl intermedio temprano las poblaciones de la costa

centraban distribuidas en los valles a modo de asentamientos

pequeños, asociados en varios casos a pirámides así como

algunos asentamientos del tipo rural.

Si hablamos de nuevos aportes, Paterson fue tomado como

referente principal para poder ubicar cronológicamente a los

nuevos sitios lima, sin embargo no pasó mucho tiempo para

que ciertas fases de sus secuencias sean cuestionadas.

Lavallée, en un estudio de las excavaciones realizadas por

Strong y Corbett en Pachamac, comparo los resultados de su

análisis con las de Patterson y menciona que muchas de las

vasijas asignadas a las fases tardías de Patterson

tranquilamente podrían también ser asignadas a las fases 5,6 y

7.

Posteriormente Lumbreras realiza la publicación de una

síntesis de desarrollo cultural en los andes. En ella caracteriza a

la sociedad Lima como una cultura que se desarrollo en la costa

central cuya zona medular estuvo entre los valles de Lurín,

Rímac y Chillón con un área geográfica privilegiada rica en

recursos marinos. Además menciona que la cultura lima se

conformo de dos componentes: el primero y más antiguos dado

por la cerámica con el motivo interlocking definido por Ulhe y

años más tarde ratificada por los trabajos de Kroeber, Strong y

Corbett. En 1953, en una junta de arqueólogos se le asigno a

este primer componente el término Playa Grande.

En cuanto a las edificaciones lima el mismo investigador

menciona que existen tres asentamientos en el valle de lima,

Maranga, juliana y Trujillo; a modo de síntesis menciona que la

cultura lima correspondió a un especie de ente receptor de

manifestaciones culturales de varias culturas como moche,

nazca y también del área ayacuchana en sus fase tardías.

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En 1982 Rhut Sadhy menciona que desde la época siete

desde del periodo intermedio temprano (350-450 d.c.), Las

sociedades del valle del Rímac adquirieron poder y prestigio

regional, aparte de Maranga aparecieron asentamientos tales

como Juliana, Vista Alegre, Huaca Trujillo y Cajamarquilla que

interactuaron de tal manera que lograron un notable avances.

Posteriormente Marcos Goldhausen, propone para lima tardío

un cambio notable en la ideología, la cual tendría que ver con

las alternancias de precipitaciones pluviales en la sierra

creando escases en los causes de los ríos de la costa y

provocando malas cosechas; y por lo tanto una desconfianza

común en la labor de los santuarios. Según este autor para

subsanar esta problemática, las sociedades debieron construir

una red de canales para la subsistencia de los pobladores del

Rímac, momento en el cual la intensificación de la agricultura

hace que el valle bajo se convierta en el foco demográfico.

En 1997 se reportaron nuevas evidencias en las excavaciones

de Cajamarquilla en el sector denominado conjunto Tello, como

resultado se planteo una secuencia arquitectónica de las

estructuras.

V.FASES Y ESTILOS DE CERAMICA

Una de las artes más practicadas de los Lima, fue la alfarería. La

producción cerámica alcanzó niveles altamente productivos, tanto en

cantidad como en calidad.

Aunque sus representaciones iconográficas no destacan como en el

caso de los Nazca o los Moche; éstas tuvieron un carácter simbólico y

en ellas figuran sus dioses, sobresaliendo la figura de una serpiente o

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pez entrelazado, algunas veces representada con un cuerpo aserrado,

otras marcadamente estilizada. La vajilla podía ser de carácter

ceremonial, ornamental o doméstica, y la conformaban platos, ollas,

cántaros de distintos de tamaño, botellas, etc.

Entre las formas de cerámica más frecuentes se deben mencionar:

Las jarras con asa-cinta lateral, los vasos de variada

morfología, los cuencos y las botellas asa-puente. Las ollas y

los cantaros solían hacerse de arcillas gruesas, con abundantes

inclusiones minerales y de totalidad marrón.

La alfarería Lima cumplió funciones tanto domésticas como rituales.

La doméstica fue simple, de una pasta marrón oscura muy

porosa y sin mayor acabado de superficie. Destacan las ollas,

cántaros y cuencos, cubiertos con abundante hollín y los platos

o grandes tazones destinados al servicio de alimentos. Las

vasijas más finas fueron hechas con una pasta naranja bien

cocida, como grandes cántaros, fueron usados para almacenar

agua, chicha u otros productos Estos se encontraban pintados

de colores negro, rojo y blanco. También se encuentran vasijas

de pasta plomiza monocromas.

V.1. LA SUBDIVISIÓN EN FASES POR T. PATTERSON

El estilo cerámico correspondiente a la cultura lima fue organizada

tipológicamente en los estudios de Thomas C. Patterson, quien en

1966 publica una propuesta clasificatoria de la alfarería Lima, que

llama “Estilo Lima” el mismo que estaría dividido en 9 faces

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consecutivas. Donde la fase 9, es decir la última, fue segregada de

materiales correspondientes a recolección superficiales que Patterson

realizo en la Huaca Pucllana, ubicando cronológicamente al sitio en la

época más tardía de la cultura Lima o florecimiento regional

temprana, así como también menciona que podría estar muy

relacionada con el Horizonte Medio 1.

Este estudioso, siguiendo los aportes metodológicos de John Rowe,

definió 13 agrupaciones de conjuntos de cerámica que comparten un

número significativo de rasgos y corresponden a igual número de

fases:

o Las cuatro primeras fases son el antecedente de la Cultura

Lima, por lo que se le denomina también como Pre lima, y se

caracteriza por el desarrollo del estilo Blanco sobre Rojo, cuyas

muestras de cerámica fueron halladas en Miramar, cerca de

Ancón, que han sido correlacionadas con otras muestras de

estilo similar halladas en Baños de Boza y Cerro Trinidad, en el

valle de Chancay.

o Las nueve siguientes fases o estilos corresponden propiamente

a la Cultura Lima; los siete primeros de ellos corresponden al

estilo conocido como interlocking y las dos últimas al de

Maranga:

La fase Lima 1 se caracterizó por producir cántaros

grandes y platos, con decoración en blanco y negro o

bruñida.

La fase Lima 2 se encuentran ollas con cuello recto y

platos, y a las primeras se les aplica un engobe blanco o

rojo sobre la superficie.

En la fase Lima 3 predominan los vasos de lados rectos,

cántaros grandes, platos, etc.

En la fase Lima 4 aparece un nuevo tipo de olla con

borde plano, con decoración pintada.

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Para la fase Lima 5 se presentan principalmente los

platos de lados curvos, ollas con borde plano y cántaros

mamiformes y el motivo recurrente es la serpiente

entrelazada (Interlocking).

En la fase Lima 6 predominan cántaros grandes.

La fase Lima 7 tiene ollas con cuello curvo y cántaros

con cuello expandido, entre otros, con decoración de

triángulos y serpientes entrelazadas pintadas.

En la fase Lima 8 se repiten formas anteriores, con

decoración de triángulos, bandas anchas de colores y

líneas blancas delgadas pintadas.

En la fase Lima 9 repite formas anteriores y se encuentra

la culebra entrelazada en la decoración.

Si bien la propuesta clasificatoria por seriación estilística de Patterson

adolece de muchos problemas metodológicos, como por ejemplo la

génesis de las muestras, las asociaciones y sus métodos de

obtención, esta secuencia de 9 faces sigue siendo utilizada para la

obtención de la cronología relativa en los estudios sobre este periodo.

V.2. ESTILOS DE CERÁMICA

Los estudiosos han realizado diversos intentos de ordenamiento

cronológico del desarrollo de esta cultura, siguiendo

fundamentalmente el estilo de los ceramios hallados que se

diferencian principalmente por el estilo de sus respectivas cerámicas

y se denominan así:

o 1er Estilo: Baños de Boza o Miramar (Cultura pre Lima, siglo

III a. C al II d.C.) o Cerámica: Blanco sobre Rojo /Lima

Temprano.

o 2do Estilo: Playa Grande (Cultura Lima, siglo II al VI d.C.) o

Cerámica tricolor: Blanco, rojo y negro o Estilo Interlocking

/Lima Medio.

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o 3er Estilo: Maranga - Cajamarquilla - Nievería (Cultura Lima,

siglo VI al VII d.C.) o Cerámica tetra color: Blanco, rojo, negro y

gris /Lima Tardío.

ETAPAS DE DESARROLLO CULTURAL:

A. PRIMER ESTILO : Baños de Boza o Miramar/Blanco sobre

rojo.

El estilo Blanco sobre Rojo se caracteriza por su decoración pintada

en blanco sobre el fondo rojo natural de la vasija (otra modalidad

era cubrir primero la superficie de la vasija con una pintura blanca

sobre la que se decoraba con trazos negros y rojos). Los ejemplares

cerámicos son de aspecto burdo, con decoración sencilla y

geométrica. Las formas más comunes son las ollas casi globulares

con cuello corto, platos, cuencos, pequeños cántaros, etc.

Como ya quedó anotado, esta etapa cultural es el antecedente

inmediato de la Cultura Lima propiamente dicha, y se ubica en las

postrimerías de la influencia Chavín y los inicios del Intermedio

Temprano (siglo III a.C. al II d.C.) Aunque no es probable que haya

dado origen al posterior estilo cerámico Lima pues este más bien

parece ser de origen foráneo, e incluso, ambos estilos, en el

momento transicional, coexistieron por un buen tiempo.

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El arqueólogo alemán Max Uhle, fue quien a principios del siglo XX

descubrió restos de cerámica del estilo Blanco sobre Rojo en Cerro

Trinidad, cerca del poblado de Chancay. Alfred Kroeber continuó los

estudios, y décadas después, William D. Strong y John M. Corbett

encontraron restos de cerámica del mismo estilo en Pachacámac,

más al sur. Simultáneamente, Gordon Willey excavó en Cerro

Trinidad, fijando cronológicamente este estilo como el más antiguo

a otros hallados en esta parte de la costa central; también excavó

en Baños de Boza, igualmente situado en el valle de Chancay, que

resultó ser un sitio aislado con ocupación casi exclusiva del estilo

Blanco sobre Rojo, razón por la cual se conoció luego como “estilo

Baños de Boza”. Willey publicó los resultados de sus estudios en

1945. Otras excavaciones realizadas en Miramar (cerca de Ancón)

sacaron a la luz diversos ejemplares de cerámica de dicho estilo,

que fueron bautizados como de “estilo Miramar”. En 1964 el

arqueólogo norteamericano Thomas Patterson en su secuencia de

fases del desarrollo cerámico, ubicó al estilo Blanco sobre Rojo o

Miramar en cuatro fases, anteriores a las de la Cultura Lima

propiamente dicha.

El estilo Blanco sobre Rojo, en sus modalidades Baños de Boza y

Miramar, se impuso en la cerámica de los alfareros de todas las

comunidades aldeanas de la costa central de Lima (valles de

Chancay, Ancón [valle seco], Chillón, Rímac y Lurín), tras el cese de

la influencia de la cerámica de estilo Chavín. Las excavaciones han

sacado a la luz restos de ollas casi globulares, con cuello corto, de

abertura dilatada y casi convexa. También se encontraron platos,

vasos, cántaros pequeños, etc.

De esta etapa se conocen pequeñas aldeas de pescadores (Ancón)

y de agricultores. Estos últimos ocupaban laderas aterrazadas de

cerros al borde del valle. Las quebradas laterales tienen particular

importancia pues recogían agua durante la temporada de lluvias.

Un sistema de reservorios en Huachipa permitía almacenar agua.

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En Tablada de Lurín se encontró extenso cementerios (20 a 50

hectáreas) que albergaban miles de entierros de esa época. La

importancia de armas, porras y estólicas como ofrendas funerarias

y la aparición de refugios protegidos de murallas en las partes altas

de los cerros indican que las relaciones entre las etnias no eran del

todo pacíficas.

B. SEGUNDO ESTILO: Playa Grande

El estilo interlocking o Playa Grande (entrelazado) se caracteriza

por tener como motivo principal de decoración una serie de figuras

estilizadas en forma de pez o serpiente entrelazadas entre sí, como

figuras geométricas de líneas y puntos. Usa los colores blanco, rojo

y negro (tricolor) sobre un fondo de engobe rojo. Las formas

representativas son tazas, ollas y vasos.

Esta etapa y su estilo cerámico corresponden ya a la Cultura Lima

(siglos II al V d.C.).

Lo que le da su nombre es el asentamiento de Playa Grande

ubicado en el actual balneario de Santa Rosa, distrito de Santa

Rosa, Lima Metropolitana, 3 km al sur de Ancón, descubierto por

Louis Stumer en 1952. Sin embargo el estilo ya había sido

identificado anteriormente por Max Uhle en Cerro Trinidad

(Chancay), y estudiado por Kroeber (1926), Strong y Corbett (1943)

y Willey (1943), bajo el nombre de interlocking o interlocked fish,

en atención a que su característica principal es un diseño estilizado

de peces (o serpientes) entrelazados que decoran las paredes de

las cerámicas, combinando los colores negro, blanco y rojo

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(tricolor). Al parecer, su origen estaría en la influencia de la Cultura

Recuay, más al norte.

Su posición estratigráfica como posterior a Baños de Boza y

anterior a Maranga y a Tiwanacu-Wari fue corroborado por estudios

prolijos realizados por Ernesto Tabío en 1957. Luego, Patterson lo

incluyó en su secuencia del desarrollo cerámico que englobó bajo el

nombre de Lima (1964).

Demostrando progreso tecnológico, los alfareros al servicio de los

centros ceremoniales de esta época fabricaron cerámica fina y de

formas agradables, aunque naturalmente se han hallado también

tiestos grandes, de pasta gruesa y de aspecto burdo.

El área de distribución de este estilo se sitúa entre el valle de

Chancay al norte, y el de Lurín al sur. Hacia el interior, quizá llegó

hasta el segmento cisandino. Eso posiblemente implica que los

reyes o grandes señores de la costa central habían ampliado sus

dominios.

Las edificaciones hechas durante la fase Baños de Boza fueron

ampliadas, convirtiéndolas en grandes pirámides de plataformas

escalonadas. Estos palacios-templos tenían enormes patios para las

reuniones rituales y las actividades comerciales

La nobleza o clase dirigente hizo construir complejos urbanísticos

en diversos lugares de los valles. Sus santuarios y casas estaban

rodeados de extensas plantaciones y corrales con abundante

ganado.

La base cuadrangular de la arquitectura monumental estaba hecha

con muros de piedra. Luego aparecían las plataformas de varios

pisos, construidas con adobitos de diversa forma y tamaño. Las

paredes interiores eran tapiales enlucidos. Decoraban sus paredes

con matices rojos y blancos, que de lejos los hacían ver como

esplendentes edificaciones. Algunas paredes principales estaban

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decoradas con el estilo interlocking, de forma multicolor, como se

ha descubierto en Cerro Culebras (valle del Chillón).

Para hacer las gigantescas pirámides, con miles de piedras y

millones de adobitos, debió ser necesaria la participación de

arquitectos, albañiles, ayudantes, portadores, pintores,

decoradores, carpinteros, técnicos y mano de obra abundante. Por

ello, se deduce que la población de los valles debió ser muy

numerosa.

Una característica significativa de esta etapa fueron los cambios en

los comportamientos funerarios: la tradicional posición flexionada

del cuerpo con los miembros fuertemente encogidos, sentada o

sobre un lado, es reemplazado por el ritual Lima, con la posición

extendida del cuerpo. Escasas fechas obtenidas del carbono 14

situarían este hecho entre el siglo IV y el siglo V d.C. En Playa

Grande se ubicaron 12 entierros con 30 individuos; lo más notables

llevaban ofrendas de cuarzo, jadeíta, turquesa, lapislázuli,

Spondylus y obsidianas. En una de las tumbas se encontraron dos

cabezas humanas trofeo puestas como ofrenda, así como aves de

bellísimo plumaje.

De todos los asentamientos de esta época, Playa Grande fue

probablemente el más importante, estando entonces muy por

encima del antiguo santuario de Pachacámac y otros

asentamientos de la Cultura Lima. La ubicación de Playa Grande,

frente al mar y a un grupo de islas dicen de su importancia

religiosa, lo mismo que su riqueza de la cerámica e instrumental

encontrada (v.g., el lanzón de Playa Grande).

Parte de los secretos de Playa Grande fueron destruidos con la

construcción del balneario; en la actualidad y por falta de recursos

e interés de las autoridades, se pueden perder restos subyacentes

en más de 100 hectáreas de la zona no urbanizada del balneario;

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zona sobre la cual han puesto su interés varias inmobiliarias con

anuencia de la entidad estatal que maneja los bienes nacionales.

Otros ejemplos clásicos del estilo Playa Grande fueron encontrados

en el valle del Chillón, en particular en Cerro Culebra y en

Copacabana, dos asentamientos con arquitectura monumental.

Asimismo, vasijas y textiles sumamente comparables, asociados

con la arquitectura con adobitos, fueron hallados también en las

vecinas cuencas del Rímac (huaca Trujillo, cerca de Cajamarquilla,

en Huachipa) y Lurín (Pachacámac y la Tablada de Lurín).

GRABADOS:

1. Un gran pedazo vasija mamiforme decorada ala estilo playa grande.

2. Ceramio lenticular de dos picos divergentes y asa puente, decorado en el estilo de playa grande.

3. Gran vasija de barro colectada en el pozo D. El pequeño ceramio y los cestos estaban en su o interior.

4. Otra vista del ceramio que aparece en el grabado nº 2.

5. Fragmento del tipo “Equis”, del estilo playa grande 2.

6. Fragmento del tipo “Peces entrelazados, del estilo playa grande 2.

7. Fragmento del tipo “Peces entrelazados del estilo playa grande 2.

8. Fragmento del tipo blanco sobre rojo del estilo baños de Boza.

9. Fragmento del tipo líneas entre en negro sobre blanco del estilo Baños de Boza.

10. Fragmento del tipo “posiblemente peces entrelazados”, del estilo playa grande.

C. TERCER ESTILO: Maranga - Cajamarquilla – Nievería

El estilo Maranga se caracteriza por presentar en su decoración de

grecas, peces entrelazados, líneas entrecruzadas, triángulos,

círculos y puntos blancos. Usa los colores rojo, blanco, negro y gris

(tetra color) sobre un fondo de engobe anaranjado, fino, lustroso y

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brillante. Las formas de los ceramios son muy variadas, entre ellas

la llamada forma lenticular. Su fase final se conoce con el nombre

de estilo Nievería.

El último período en la historia de la cultura Lima (siglos VI-VII d.C.)

fue reconstruida por los arqueólogos primordialmente a partir de

las excavaciones en los valles del Rímac y Lurín. Importancia

crucial tuvieron los trabajos en Cajamarquilla y Nievería (ambos en

la margen derecha del Rímac) así como en el monumental

complejo de pirámides de Maranga (más al sur), hoy parcialmente

dentro de la ciudad universitaria de la Universidad de San Marcos.

Max Uhle fue el primero en estudiar el estilo cerámico de Nievería,

de fino acabado y elegante decoración, que relacionó con otras

muestras que halló en Cerro Trinidad y al cual denominó “Proto

Lima”, creyéndola de origen Nazca. Raúl D. Harcourt, en 1922,

prefirió llamar Cajamarquilla a la cerámica de Nievería.

Posteriormente, en 1949, el arqueólogo ecuatoriano Jacinto Jijón y

Caamaño empleó el término de “Maranga” para la fase tardía del

llamado “Proto Lima”, por el nombre del complejo arquitectónico

donde realizaba entonces estudios.

Fue Stumer quien sugirió los nombres de “Playa Grande” para las

fases tempranas (llamada entonces interlocking) y “Maranga” para

las tardías. Y en 1964, T. Patterson unificó estos nombres bajo el

vocablo Lima, dividido en 9 fases, situando el estilo Nievería en los

comienzos del Horizonte Medio (660 d.C.). Actualmente se define a

Nievería como una variedad local y contemporánea de la última

fase del estilo Lima o Maranga.

El estilo Maranga podría ser una derivación de Playa Grande; lo

cierto es que lo supera técnicamente. Los alfareros de este período

realizaron ceramios de diversas formas, decorados con grecas,

peces entrelazados, líneas entrecruzadas, triángulos, círculos y

puntos blancos. En cuanto a la coloración, fue tetracolor: además

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de los colores ya utilizados en las fases posteriores de Playa

Grande (rojo, blanco y negro) se sumó un nuevo color, el gris. Este

estilo de cerámica perduró hasta la dominación de los waris, sin

duda porque era superior a la de los conquistadores, aunque sufrió

inevitablemente la influencia foránea.

Fue en el período final de esta etapa, luego de un fenómeno del

Niño que ocurrió entre los siglos VI y VII d.C. cuando se reanudó

una intensa actividad agrícola en la quebrada de Huachipa. Los

asentamientos se trasladaron de los lugares fáciles de defender

(elevaciones o cerros) a los espacios adyacentes a los campos de

cultivo. Todo ello motivó el auge de las grandes construcciones

piramidales y sus edificios y recintos aledaños, siendo el más

espectacular en cuanto a envergadura y extensión el sitio de

Cajamarquilla. El otro complejo notable es el de Maranga.

Dichas pirámides (que serían palacios-santuarios) en su estructura

siguieron las pautas de otros hechos en la etapa anterior, pero se

complementaron con algunos detalles. Son monumentales obras

arquitectónicas, llenas de plataformas y palacetes, todas pintadas

de amarillo y blanco (el rojo de la etapa anterior quedó

descartado). En una buena extensión de estos santuarios se pintó

gigantescos murales, principalmente con figuras de peces. Esos

muros policromados se podían ver de lejos.

Además de los complejos de Maranga y Cajamarquilla-Nievería,

existen otros testimonios arquitectónicos pertenecientes a esta

etapa. De la zona del valle del Rímac, en la actual provincia de

Lima, mencionaremos a Armatambo, al pie del morro Solar, en

Chorrillos; y Mangomarca, entre el cerro San Cristóbal y

Lurigancho, ambos actualmente afectados por la expansión urbana.

Otros testimonios arquitectónicos relativamente coetáneos de

Maranga son la huaca Pucllana (o Juliana) en Miraflores y la huaca

Huallamarca (o Pan de Azúcar) en San Isidro. En el valle del Chillón

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destacan las estructuras de Carabayllo y la huaca de Cerro

Culebras; más al norte, cerca de Ancón, el asentamiento de Playa

Grande. En el valle de Chancay, el templo-palacio de Cerro

Trinidad, en donde se halló un mural policromado, con diseño de

peces entrelazados. En el valle de Lurín, el viejo templo de adobitos

de Pachacámac.

La capacidad de movilizar comunidades enteras para los trabajos

públicos y cierta uniformización en el estilo de la cerámica

ceremonial son los indicios de la existencia de un poder político

central.

FORMAS COMUNES A LA CERÁMICA DE OTRAS REGIONES

A. Influencia del Norte

• Chimú

Existe la evidencia de un tipo, que por su forma nos recuerda la

cerámica Chimú. El artista que ha tratado de copiar un cántaro

del norte del Perú en su forma más característica ha marcado

ligeras diferencias. El cuerpo del cántaro no es globular, sino

esférico-cónico, y en la base del tubo vertical ha aditado una

figurilla semejando un pájaro o un gusano. El cuerpo del cántaro

cuya arcilla es de un amarillo rosa está encubierto con franjas

grecales geométricas.

• Lambayeque y Pacasmayo

Los ejemplares que señalan esta influencia son en todo

semejantes a los encontrados en el área arqueológica

Lambayeque Pacasmayo (6 ° a 8 ° de lat. N.) y muy pocas o casi

ninguna variante ha recibido del alfarero de Cajamarquilla. La

factura de las vasijas en esta región sólo se comprueba por el

material empleado (margosa rosada) y por la procedencia

(Nievería-Valle del Rímac).

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Existe una vasija de cuerpo esferoidal; y un solo tubo cónico de

boca estrecha a derecha e izquierda de este tubo y separados de

él, dos pájaros. El cántaro tiene sobre su superficie adornos

grecales.

Hay una vasija que tiene identidad con las genuinas de

Lambayeque. Cuerpo globular descansando sobre una base

cónica; el tubo de salida es la cabeza de un sujeto adornado de

un largo gorro y con enormes orejeras. A la derecha e izquierda

del sujeto dos tigrillos de expresión felina; de la nuca de la figura

parte una asa plana que se une al cuello del cántaro. (Tipo32).

B. Influencia del Sur

• Nazca-Ica

Hay evidencia de un ejemplar nos recuerda una vasija de nazca.

Su forma básica: deposito globular con dos tubos de salida, y asa

plana entre ellos; representa las valvas de ostras unidas y tiene

un esmalte tan fino que parece mas bien ejemplar transportado

de la región del sur al valle de lima.

Otro ejemplar es de un precioso vaso de arcilla roja; su forma la

de los típicos de Ica y su decorado grecal idéntico a los de la

cerámica de esta región; de Cajamarquilla no posee sino la

factura de sus asas características de la cerámica de esta región.

VI. ECONOMIA

La sociedad Lima hizo un aprovechamiento sustentable de los

recursos naturales del territorio que habitó, a través del uso de

tecnologías apropiadas y de una adecuada organización de su

población.

Sus principales fuentes de recursos fueron:

VI.1. La pesca

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Gracias a la presencia de la corriente Peruana, las aguas del litoral

ofrecen una gran riqueza y diversidad de especies marinas, que

fueron aprovechadas a través del tiempo. Los pobladores extrajeron

moluscos, crustáceos y algas, recolectadas de las rocas y fondos

arenosos; pescaron con anzuelos y embarcaciones y cazaron lobos

marinos para utilizar su carne y cuero. Asimismo, recogieron el guano

de las islas para abonar las tierras de cultivo.

El valle del Rímac tenía dos asentamientos principales de pescadores

y puertos para el atraque de las embarcaciones, uno, denominado

Pitipiti, ubicado en el actual Chucuito, entre La Punta y el río Rímac en

el Callao; y el otro, próximo a la actual playa La Herradura, en donde

se encontraban las viviendas de pescadores, dependientes de la gran

ciudad de Armatambo, asentada en la falda Este del Morro Solar

(Rostworowski 1978).

Entre las principales especies marinas identificadas con las

excavaciones en la Huaca San Marcos se encuentran crustáceos como

el “cangrejo marino” (Plathysanntus orbini) y el “cangrejo araña”

(Hepathus chilensis), moluscos como la “concha de abanico”

(Argopectem purpuratus), “choro común” (Aulacomya ater),

“chanque” (Concholepas concholepas), “macha” (Mesodesma

donacium), “choro azul” (Choromytilus chorus), “chorito”

(Semymitilus algosus), “chorito rayado” (Perumytilus purpuratus),

“palabrita” (Donax obelusus), “pico de loro” (Balanus sp.), “caracol

gris” (Thais chocolata), “almeja” (Mulinia edulis), “caracol porcelana”

(Olivia peruviana), “pique” (Crepipatela sp.), “caracol turbante”

(Tegula atra) y “lapa” (Fissurella máxima). En cuanto peces tenemos:

“Anchoveta” (Engraulis ringens), “sardina” (Sardinops sagax sagax),

“machete” (Ethmidium maculatum), “lorna” (Sciaena deliciosa),

“trambollo” (Labrisomus phillipii), “cabinza” (Isacia conceptionis),

“lenguado” (Paralichthys apspersus), “pampano” (Trachinotus

paitensis) y “jurel” (Trachurus sp).

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VI.2. La agricultura

La agricultura se convirtió en un actividad intensa. Ganaron tierras de

cultivo mediante una red de canales o acueductos, algunos de los

cuales todavía están en uso.

La agricultura alcanzó un gran desarrollo se cultivó: “algodón”

(Grossypium barbadense), “maíz” (Zea mays), “mate” (Lagenaria

siceraria), “calabaza” (Cucurbita sp), “pacae” (Inga feuillei),

“guayaba” (Psidium guajava), “maní” (Arachis hypogaea), “poroto”

(Eritrina sp.), “fríjol” (Phaseolus sp), “achira” (Canna eudilis),

“lúcuma” (Pouteria lucuma), “ají” (Capsicum annum), “palta” (Persea

americana), “pallar” (Phaseolus lunatus) y “palillo” (Campomanesia

lineatifolia).

Gracias a las obras hidráulicas que permitieron regar extensas áreas

de cultivo, situadas en la parte baja de los valles y apartadas del

cauce de los ríos. Los represamientos fluviales, la derivación del curso

de las corrientes, la construcción de canales y acequias y la

regulación de los riegos, posibilitaron desarrollar una agricultura

intensiva. Dicha práctica produjo los excedentes alimentarios que

eran necesarios para sostener una población creciente, especializar

en tareas no agrícolas a un porcentaje de la población y dedicar

temporalmente a la construcción de grandes obras públicas a una

importante fuerza de trabajo.

VI.3. Tecnología Agrícola

El esfuerzo de estos antiguos "limeños" construyó los canales

derivados del Rímac que todavía riegan la parte baja y media del

valle y que antiguamente eran tan caudalosos que recibieron la

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denominación de ríos. Las más importantes de dichas obras

hidráulicas fueron:

1. El llamado río Magdalena, cuya toma se encontraba detrás de la

actual ubicación del Palacio de Gobierno, que regaba la zona

NO del valle comprendida entre el río Rímac y la Huaca

Huantilla;

2. El llamado río Huatica, derivado del Rímac a la altura del

espolón NE del Cerro San Cristóbal, que regaba los terrenos

comprendidos entre la citada Huaca y el centro administrativo

de Limatambo; y

3. El llamado río Surco, el más caudaloso de los tres canales, que

se originaba frente a la antigua población de Lati, el actual

Vitarte, y después de larguísimo recorrido por la parte SO. Del

valle llegaba a la parte baja del mismo para regar todo el

antiguo Surco, desde Limatambo hasta las estribaciones de los

cerros de Lurín, o sea el área correspondiente a los actuales

distritos de Miraflores, Barranco y Chorrillos. En la actualidad

algunas acequias aún se conservan, como la de Surco, que

ahora sirven para regar parques y jardines. Lo mismo sucede

con los campos de cultivo, ubicados en el valle medio, los

cuales van desapareciendo paulatinamente.

VI.4. El comercio

Durante la época de esplendor de la Cultura Lima, toda la zona que

ocupaba se había convertido indudablemente en un gran centro

comercial. Sus valles la conectaban a lugares estratégicos de la

sierra, con cuyos habitantes se intercambiaban sus productos. En los

sitios arqueológicos todavía se encuentran elementos de regiones y

culturas vecinas, las cuales naturalmente, ejercieron influencias en

las manifestaciones artísticas de los limas, como señala Luis

Lumbreras: “La cultura Lima no es una cultura impersonal; para

explicarla tiene que recurrirse a sus relaciones con muchas otras

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culturas de la costa y la sierra, siendo su carácter de una fuerte

receptividad.”

Actividades Especializadas Complementarias:

Distribuidos en el valle había asentamientos de pescadores,

marisqueros, agricultores y lo meros además de otros especialistas

dedicados a actividades diferentes de subsistencia los cuales

debieron organizarse mercados en determinados días o épocas del

año para el intercambio de sus productos. A estos debemos agregar

los provenientes de las rutas comerciales ya que tanto por mar como

por tierra, se establecieron contactos, algunos con regiones distantes,

mediante las cuales tuvieron acceso a materiales exóticos.

Encontramos en Lima objetos de oro, plata y cobre, metales que

provenían de la sierra, conchas de spondylus de los mares

ecuatorianos, obsidiana de la sierra sur y plumas de aves selváticas.

VII. PRACTICAS FUNERARIAS

Se han encontrado dos formas de enterramientos:

* Común: El cadáver era cubierto con uno o dos mantos,

acompañado con pocos utensilios domésticos, colocado en posición

horizontal y enterrado a 1 m ó 1,5 m de profundidad.

* Especial: El cadáver era colocado sobre una parihuela (especie de

litera o cama portátil) fabricada de palos y cañas. La posición del

difunto varía según la época: para la etapa anterior a Lima, es decir la

llamada Baños de Boza (“Blanco sobre Rojo”), la posición es lateral;

para la etapa siguiente o Playa Grande (“interlocking”), el cuerpo es

colocado de cúbito ventral (boca abajo) con la camilla sobre la

espalda; y para la etapa final o Maranga, se lo coloca de cúbito dorsal

(boca arriba), envuelto con varios mantos decorados, con diversos

utensilios domésticos y de guerra, y acompañado de otro difunto, un

posible sacrificado en su honor

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Los Lima tuvieron la costumbre de enterrar a sus muertos en posición

extendida, con los brazos pegados a ambos lados del cuerpo,

recostados en una cama de cañas, envueltos en tejidos llanos. En los

lados de la cabeza colocaban como ofrendas vasijas y mates.

(Kroeber 1954; Falcón y Amador 1997). Los entierros más ricos, como

los descubiertos en Playa Grande cerca de Ancón, contenían loros

selváticos, Spondylus de mares ecuatorianos, cuarzo rosado, jadeíta,

turquesa, lapislázuli y obsidiana (Stumer 1953, 1957).

VIII. PATRONES DE ASENTAMIENTO

Los restos culturales preincaicos desenterrados desde principios del

siglo XX en la costa central peruana (cerámica, textiles, mates

pirograbados, estructuras arquitectónicas y pinturas murales)

pusieron a luz diversos estilos que compartían muchos rasgos

comunes, que en la década de 1960 fueron englobados bajo la

denominación común de Cultura Lima.

Los patrones de asentamiento para la cultura Lima se caracterizan

por el diseño de complejos arquitectónicos monumentales,

estructurados en torno a plazas y a una zona habitacional adyacente.

Asentamientos principales : Los principales sitios de la

Cultura Lima son:

• En el valle de Chancay: Cerro Trinidad.

• En el valle seco de Ancón: Playa Grande.

• En el valle de Chillón: Cerro Culebra, La Uva, Copacabana.

• En el valle del Rímac: Maranga, que es un inmenso

complejo arquitectónico, el más importante de las últimas fases

de la Cultura Lima, actualmente en el distrito de San Miguel; el

complejo de Cajamarquilla y la pirámide de Nievería, ambos en el

actual distrito de Lurigancho-Chosica; Armatambo, en Chorrillos;

Mangomarca, en San Juan de Lurigancho; la Huaca Pucllana,

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Pugliana o Juliana, en la zona costera del actual distrito de

Miraflores; y la Huaca Huallamarca, en el actual distrito de San

Isidro. También: la huaca Trujillo (Huachipa); Vista Alegre (cerca

de Puruchuco).

• En el valle del Lurín: el viejo templo de Pachacámac, es

decir la construcción primigenia de este santuario, que subsistió

hasta la época de la conquista española.

Arquitectura monumental

Los complejos monumentales son típicos de la cultura Lima: altas

pirámides con plazas y zonas habitacionales adyacentes,

asequibles en sus cimas por medio de caminos bordeados por

muros y rampas.

La arquitectura monumental Lima tiene dos técnicas recurrentes:

• El uso del tapial, es decir aquella técnica de construcción

que consiste en vaciar la arcilla líquida dentro de un encofrado

o molde, de forma similar a como ahora se procede con el

concreto.

• El uso de pequeños ladrillos de adobes con forma de

paralelepípedo, que reemplazó al adobe plano-convexo

(paniforme) hecho a mano. Muy a menudo estos adobitos

están dispuestos en el interior del muro de manera vertical, a

la manera de libros en un estante. Esta técnica no sobrevivió

tras el fin de la Cultura Lima.

División de la Arquitectura

Se dividen en:

a. Arquitectura civil: Las ruinas de Cajarmaquilla y Huaicán.

b. Arquitectura militar: La Fortaleza de Collique al Norte y Atocongo al Sur.

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c. Arquitectura religiosa: Se encuentran a los alrededores de la ciudad de Lima: Maranga, Aramburu o San marcos, huaca Pucllana y Huaca Nievería, y el santuario pre incaico de Pachacamac.

d. Arquitectura funeraria: Necrópolis de Ancón y Nievería.

CAJAMARQUILLA

1. Ubicación

Las ruinas de Cajamarquilla están ubicadas en el valle de Lima,

margen derecha del rio Rímac, en una planicie aluviónica que el

padre Villar Córdova llamó Puma Pampa. Ella forma parte de la

quebrada de Jica Marca. El nombre de esta quebrada, según Villar

Córdova, equivale: Jica: tierra agrietada y Marca: población.

A pocas leguas del sitio arqueológico, en la sierra de Huarochirí,

existe una comunidad llamada también Jica Marca. Estos dos lugares,

Cajamarquilla y la comunidad andina compondrían en la antigüedad

la conocida dualidad: Hanan y Hurin. Así lo insinúa P. Villar Córdova al

escribir:

“En los títulos comunales de esta ciudad figura en el margesí de

bienes indígenas el pueblo viejo de Jicamarca Bajo o sea la población

de la costa que tenía este nombre.” (Arqueología del Departamento

de Lima, 1935). El padre Villar C. no dice si vio estos títulos o se lo

comunicaron.

Los títulos supletorios conseguidos por la comunidad no mencionan a

Jicamarca Baja. Sí mencionan varios sitios próximos a las ruinas de

Cajamarquilla en calidad de hitos: haciendas Chacra Sana,

Cajamarquilla, Huampaní, Ñaña y Concachuco. Los Linderos siguen

“por los altos”, de Santa María a las ruinas y cerros de Cajamarquilla.

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Los Linderos van corriendo “por los altos”, es decir, por las crestas de

de los cerros y no comprometen ni bajan a las ruinas en sí.

Si las ruinas de Cajamarquilla (Jicamarca Baja del P. Villar C.)

hubiesen formado parte de los bienes de la comunidad de Jica Marca,

constataría ello en los títulos supletorios. La comunidad no podía

renunciar a tan extensa e importante cantidad de tierras en la costa.

Así es posible que el P. Villar C. fuera mal informado.

La quebrada de Jica Marca representa el vértice de un cono de

deyección que sirve de basamento al sitio arqueológico. Por allí, en

épocas de lluvias intensas en la sierra, han descendido torrentes de

lodo que unas veces han cubierto el sitio y otras causado profundas

grietas, como es posible verlo hoy. El cono de deyección sobrepasa el

sitio arqueológico en kilómetros hacia el mar. Sobre este suelo

sedimentario de arcilla de muy buena calidad se han instalado hoy

numerosas labranzas de ladrillos.

Al visitar el sitio se puede observar los cortes que han realizado los

adoberos y comprobar el espesor del manto arcilloso de hasta 8

metros. Una necesidad imperiosa es el estudio geológico de este

manto sedimentario para determinar su probable edad y el momento

de las sucesivas oleadas de lodo que han descendido de las

montañas.

Cajamarquilla está construida sobre otro asentamiento más antiguo y

ahora invisible. Sólo se ve pocos testimonios que afloran por aquí y

allá. Los constructores de Cajamarquilla han allanado en unos casos

los viejos testimonios y en otros, cuando el volumen era muy

grande y el removerlos representaba labor penosa, han optado por

construir sobre ellos, ganando altura. No es posible decir cómo fue el

asentamiento subyacente ni su extensión, ni su planta.

Al parecer fue grande. En unos casos los muros descubiertos son de

un espesor pequeño, menor que los de Cajamarquilla actual y el

paramento es de ruin fábrica. En otros, su consistencia es

considerable y los enlucidos que los recubren son finos y bien

acabados.

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Las paredes están hechas las más de las veces de tapial y las

menos de adobitos. En realidad lo visto es muy poco para adelantar

juicio. Así pues son dos grandes asentamientos. Uno visible que todos

conocemos con el nombre de Cajamarquilla y otro subyacente e

invisible que nadie sabe cómo se llamó ni cómo fue.

El nombre actual de Cajamarquilla no es indígena ni parece ser muy

antiguo. En el libro El Viajero Universal de Mr. Laporte (Madrid 1799)

se dice de este lugar: “hacia la parte Nord Este de la ciudad hay un

valle que llaman de Guachipa le dan el nombre de Caxamarca la

vieja”. La terminación illa de hoy no es indígena. En español se dice:

costilla, casaquilla, mantequilla, etc.

Los cronistas españoles no dan noticias sobre Cajamarquilla.

Hernando Pizarro y Miguel de Estete, los primeros europeos en ver el

valle de Lima y más tarde el P.B. Cobo no informaron sobre tan

importante lugar. Este último menciona lugares más pequeños y

menos notables pero calla sobre éste, sin lugar a duda porque su voz

como lugar habitado por el hombre antiguo había dejado de oírse

tiempo atrás.

Es probable que los Incas, en el siglo XV, lo hallaran tal como hoy lo

vemos. El P. Cobo señala tres grandes concentraciones humanas en

aquel tiempo. Surco, Maranga y Carabayllo. Si Cajamarquilla hubiese

sido establecimiento pre inca o inca en actividad hubiese sido

mencionado, pues supera en grandeza a los tres.

La investigación arqueológica suministra importante fuente de

conocimiento sobre el área que nos ocupa.

Jonathan Palacios ha venido investigando en los últimos años la zona

de Huachipa y alrededores.

Lo reunido es muy importante pues muestra una cerámica que fuera

denominada: “Blanco sobre Rojo” y ahora último “Lima Cero”.

La cerámica hallada por Max Ulhe y René D’Harcourt en un

cementerio próximo a Cajamarquilla, irreconocible ahora por haber

sido cubierto por cultivos, y la exhumada por Claudio Sestieri en las

Pirámide Mayor, un edificio de traza y dimensiones ambiciosas, revela

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que Cajamarquilla fue ocupada en forma continua desde finales del

Intermedio Temprano hasta ya bien instalado el horizonte Medio.

Salta a la vista que entre lo hallado por Palacios y lo exhumado por

Uhle, D’Harcourt y Sestieri existe un gran hiatius. Este vacío será

llenado algún día cuando se estudie el asentamiento invisible sobre

cual se levanta Cajamarquilla, que probablemente se inicia con el

Intermedio Temprano y fenece al llegar a la mitad de este momento.

Cuantos han escrito sobre Cajamarquilla la han llamado “ciudad”. El

termino ciudad desde el punto de vista físico equivale a un

asentamiento grande, denso, estable y heterogéneo. Mirando una

fotografía aérea de Cajamarquilla salta a la vista su tamaño y la

densidad de edificación. En cuanto si la población fue o no

permanente es más difícil aprehenderlo. En Cajamarquilla no hay

evidencias de techos, ventanas y basura. Muchos ambientes

pequeños pudieron ser techados con esteras sin dejar evidencia de

coberturas. Otros muy amplios quizá no fue posible cubrirlos con los

recursos de entonces. La ausencia de ventanas quizá se explique por

la falta de techos, pues habiendo luz suficiente no hacían falta. No

habiendo presencia de basura, se puede inferir que la ocupación

quizá no fue permanente sino ocasional durante el tiempo que

duraban las festividades religiosas y mercantiles.

La arquitectura en Cajamarquilla es diversa aún cuando algunos

patrones se repiten mucho. Esta diversidad puede expresar

heterogeneidad. Edificación en altura y a nivel del suelo, espaciosa y

apretada; conservando distancias por medio de vallados y aglutinada.

Esta diversidad expresa quizá diferencias de situación en los

habitantes. Estatus elevado y gente llana; sociedades o clanes que se

separaban de los demás mediante clausuras y tugurios precarios. Así

mirado muy superficialmente, se puede decir que Cajamarquilla es

extensa, densa y heterogénea. La permanencia de la ocupación

puede quedar flotando. Por tanto se podía concluir precipitadamente

que Cajamarquilla fue una ciudad.

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Desde el punto de vista urbano la impresión es de desorden y

abigarramiento, comparable a nuestros actuales pueblos jóvenes o

aldeas de la sierra. Las calles son pocas, cortas y se desnaturalizan

por pequeños edificios adosados a paredes de otros mayores. La

circulación se hacía por pasajes estrechos y tortuosos. Los espacios

abiertos son importantes. Los hay de varias clases. Todos aquellos

sugieren magnas concentraciones de gente: feriantes, peregrinos,

litigantes, artesanos. El aprovisionamiento de agua y comida no debió

ser fácil. Imaginando que el agua en ese momento estuviese cerca, se

debió necesitar, para asentamiento tan grande, una cantidad

considerable. Siendo calles, caminos y casas, todo de barro, el agua

se debió introducir en recipientes. La cantidad de comida necesaria

debió ser también considerable y los deshechos en igual medida.

Todo esto parece difícil si el asentamiento fuese permanente. Más si

fuese ocasional, en ciertas fechas del año, el problema se aligera. Así

pues el término “ciudad” merece ser considerado.

2. Descripción del asentamiento:

La arquitectura es de poco aliento con paredes bajas. En medio de

este conjunto casi plano, aquí y allá, emergen a modo de colinas,

algunos edificios. Logran artificiosamente altura mediante terrazas

superpuestas que les da un aire digno. El edificio más notable esta al

oriente, donde termina la quebraba Jica Marca y se abre el cono de

deyección. Se trata de una pirámide trunca con un patio delante y un

área de depósitos atrás. El conjunto está rodeado por extensos

espacios amurallados componiendo un todo de forma trapezoidal.

Este modelo es precursor de otras muchas pirámides parecidas en

Pachacámac, Lima, Chancay más al norte hasta llegar a Pacatnamú.

Este edificio está en parte invadido por construcción de menor

proporción y Aliento. Este avasallamiento se produce sin dudad,

cuando la pirámide vino a menos, dejo de ser útil o perdió significado

para la comunidad.

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Algo más adelante, aparecen dos patios inmensos, separados el uno

del otro por una calle estrecha. Estos patios han podido ser de uso

público, para bailes, juegos, etc. No parecen destinados a animales.

Uno de los patios ha sido invadido por un edificio próximo.

En el centro del asentamiento se yerguen varios conjuntos

aterrazados.

Es difícil describirlos dada su destrucción. De modo aproximado se

puede decir que están configurados en dos partes. Una a nivel del

suelo y la otra en elevación. La primera a modo de acceso, tiene un

patio y al fondo de él tiene un estrado. La parte en elevación está

lograda por varias terrazas, en el tope aparecen tres o cuatro patios

cercados. Cada uno tiene al fondo un estrado con tres o cuatro gradas

que acceden a él. Desde el tope se divisa el asentamiento todo, como

un mar agitado de paredes, callejones, patios totalmente

desorganizados; quizá en su momento no fue como hoy lucen.

Así planteadas las cosas, queda exponer tentativamente como

funcionaria Cajamarquilla. La quebrada de Jica Marca es una suerte

de cordón umbilical a través del cual la costa se comunica con la

matriz serrana. Hasta hoy, en los alrededores de Cajamarquilla vive

gente procedente de la comunidad andina de Jica Marca. Esta debió

funcionar activamente en la antigüedad. En Calancancha, cerca de

Huanza, en Chaclla, en Collata, en San Pedro de Casta, se han

encontrado fragmentos y piezas enteras con el mismo barro, forma y

decoración de los hallados en Cajamarquilla, lo cual pone en

evidencia el origen andino de esta cerámica y las conexiones de

Cajamarquilla con la sierra. De la sierra bajarían a la costa todo

cuanto las altas montañas podían ofrecer: lana de vellones hilada,

teñida y tejida, papas, quinua, cueros, etc. La costa esperaría con lo

suyo: pescado seco y fresco, camarones, ají, algodón, fruta. En

Cajamarquilla en los grandes espacios abiertos, se encontraron estos

dos frentes. Se produciría quizá ferias con días de duración. La feria

más tarde se complementó con lo religioso. Aparecían cuartos para

albergar oráculos, adivinos, hechiceros, médicos, sortílegos, etc. Que

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servían consultados por los feriantes. Desaparecida la feria,

quedarían unas pocas gentes manteniendo sitios y derechos como

hoy los ambulantes defienden sus derechos a una porción de vereda

en las calles de Lima.

Cajamarquilla es tan grande que debió ser levantada por un ejército

de gente. El lugar estuvo ocupado desde el inicio de la era cristiana,

de otro modo no se hallaría cerámica de fines del Formativo en

cortes hechos por las ladrilleras. Durante el Intermedio Temprano

floreció el asentamiento, ahora invisible, cubierto por lodo

endurecido, resultado de alguna catástrofe;; debió ser muy

prestigioso pues sobre él, más tarde se levantó Cajamarquilla. Fue

necesario algún poder central para edificar Cajamarquilla, sobre todo

para aquellos edificios de mayor alzada.

MARANGA

1.Ubicación Geográfica

El conjunto arqueológico de Maranga, perteneciente al valle del

Rímac, es uno de los sitios arqueológicos cualitativa y

cuantitativamente más importante de la costa Central del Perú.

El Complejo Arqueológico Maranga se ubica en la margen izquierda

del río Rímac, a pocos kilómetros del mar. Está formado por más de

40 montículos, de los cuales más de 20 son monumentales pirámides.

Algunas de ellas, como "Huaca San Marcos", están entre las más

grandes del mundo, con dimensiones de 300 por 120 metros de lado

y 30 metros de altura. En total, el complejo ocupa un área de casi

nueve kilómetros cuadrados.

En 1992 debido a las invasiones que estaban afectando a diversos

edificios prehispánicos del conjunto arqueológico Maranga, ubicado

en el distrito de San Miguel, provincia de Lima, realizaron una serie de

trabajos de reconocimientos con el fin de evaluar los daños

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ocurridos. Se sabe que, según la nomenclatura de Bonavia. Matos y

Caycho (1962_1963), se observó una notable depredación causada en

las estructuras.

La sociedad Lima se desenvolvió, entre los años 150 y 650 años d.C,

esta sociedad construyó extensos centros urbanos, concentró

numerosa población dedicada a diversas actividades económicas y

ceremoniales.

La cultura Lima atravesó por muchos cambios. Un indicador de este

proceso se puede apreciar en la cerámica. Patterson (1964) planteó 9

fases de desarrollo. Esta secuencia, aunque ha sido observada en

varias oportunidades, aún sigue siendo utilizada, por lo menos para

identificar:

Un Lima Temprano (150-300 años d.C.)

Un Lima Medio (300-500 años d.C.) y

Un Lima Tardío, conocido también como Maranga (500-650

años d.C.). (Joaquín Narváez).

Fue construida en un fértil y grande valle de la costa peruana, otrora

verde y que hoy en día está totalmente cubierto por la ciudad de

Lima. Maranga alberga a 14 pirámides grandes y al menos 50

edificios pequeños, en un área de 4 millones de metros cuadrados, lo

que la hace uno de los sitios arqueológicos más grandes del Perú.

Pero no todas las pirámides y edificios fueron construidos al mismo

tiempo. La historia de Maranga es muy larga.

Los primeros en habitar Maranga fueron los Lima (200 d.C. al 650

d.C.) grandes constructores de pirámides, quienes hicieron de este

sitio su principal asentamiento. La parte más antigua corresponde al

período histórico llamado Intermedio Temprano (200 a.C. al 650 d.C.),

época en la que la cultura Lima se desarrolló. Las pirámides de este

período están construidas enteramente en "adobito" (pequeños

ladrillos de barro crudo secados al sol), y están alineadas con un eje

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de 25 grados al noroeste, alineamiento que es perpendicular a la

línea del litoral. Son de este período las pirámides Huaca San Marcos,

Huaca Concha, Middendorf y Potosí Alto, principalmente.

2. Urbanismo Lima en Maranga

En Maranga, durante el período Intermedio Temprano destacan por su

monumentalidad 3 grandes pirámides: Huaca Concha, Huaca San

Marcos y Huaca Middendorff. Ellas se encuentran alineadas una tras

la otra en el orden anterior mencionado siguiendo una orientación de

25º rumbo noreste. Hacia el oeste varias otras pequeñas pirámides se

agrupan alrededor de un amplio espacio vacío, pero guardando la

misma orientación de 25º rumbo noreste. Entre el grupo de pirámides

menores destaca la Huaca Potosí Alto. Al interior de las pirámides

Lima se ha observado que el patrón consiste en el asenso progresivo

desde el nivel del piso hacia la cúspide de la pirámide pasando por

diferentes patios conectados entre sí por estrechos pasadizos y cortas

rampas. Una variedad de recintos fueron usados como ambientes

anexos asociados a los eventos realizados en los patios. Aunque no se

conoce con exactitud que tipo de ceremonias se llevaron a cabo en

estos ambientes por los hallazgos reportados éstos debieron incluir la

ingesta de alimentos y bebidas (Flores 2005; Narváez 2006).

3. Los Adobitos y La Arquitectura Lima en Maranga

Los "adobitos" son pequeños ladrillos de barro secados al sol y usados

para la construcción de muros. Su forma es la de un rectángulo y sus

medidas promedio son: 17 centímetros de alto por 11 centímetros de

ancho por 7 centímetros de profundidad. Los colocaron "de pie", con

la cara mas angosta hacia el frente, unos junto a los otros como libros

en un librero, de allí que a esta técnica se le conoce como la "técnica

del librero". Usaron como argamasa el barro el que colocaron entre

fila y fila horizontal de adobitos, mas no entre ellos, creando un

angosto espacio vacío. Algunos investigadores creen que de este

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modo le dieron flexibilidad a las estructuras para poder resistir los

movimientos sísmicos, muy comunes en la costa peruana.

Para construir los gruesos muros que forman parte de la arquitectura

monumental de los Lima usaron la técnica del librero acomodando

varias filas de adobitos para construir paredes de varios metros de

alto y entre uno y medio y dos metros de ancho. Para las grandes

plataformas, base de las pirámides escalonadas, construyeron

recintos con sólidos muros de adobitos adosados unos a otros como

formando un cuadriculado. Los espacios vacíos eran rellenados con

tierra y cantos rodados. Finalmente una gruesa capa de barro era

usada como sello.

Aunque los adobitos y la técnica del librero son reconocidos como

elemento distintivo de la cultura Lima, éstos corresponden sólo a la

época final (y de mayor desarrollo) de esta cultura en los valles bajos

del Rímac y Lurín principalmente. Algunos otros importantes sitios

como Huaca Culebra en el vecino valle del río Chillón o la propia

Cajamarquilla, contemporáneos con las principales pirámides de

Maranga y pertenecientes a la cultura Lima, no presentan adobitos,

pues prefirieron el "adobón" o "tapial" como técnica constructiva.

Estudiando los diferentes tipos de adobes usados en la construcción

de pirámides Lima algunos investigadores han propuesto de forma

inicial una cronología relativa para su uso (Narváez 2006; Flores

2005):

1. El uso de adobes "odontiformes" sería la etapa más antigua. Se

ha reportado su presencia en la huaca Middendorff en Maranga (Jijón

y Caamaño 1949) y estaría asociada a las primeras fases,

probablemente de la 1 a la 4 de la secuencia propuesta por Patterson,

de la cerámica Lima.

2. Adobitos cúbicos, también reportados en huaca Middendorff y

asociados a cerámica de las fases 4 y 5 de la cultura Lima (Jijón y

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Caamaño 1949), también reportados para Huaca San Marcos

(Narváez 2006) y Huaca 20 (Mac Kay y Santa Cruz 2000).

3. Adobitos paralelepípedos, los clásicos adobitos usados con la

"técnica del librero", corresponde a la etapa tardía de la cultura Lima,

fases 6 a 9 de secuencia cerámica y a las épocas 1A y 1B del período

Horizonte Medio. Se puede observar su uso en Huaca Concha y Huaca

San Marcos principalmente.

4. Adobitos paralelepípedos, algunos reutilizados de la etapa

anterior pero colocados echados y no parados (como con la "técnica

del librero"), tal como se ha reportado su uso en la Huaca San Marcos

(Narvaez2006).

HUACA SAN MARCOS:

Este edificio es la principal y la más grande pirámide construida por

los Lima se ubica actualmente dentro de los terrenos de la

Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de donde a tomado su

nombre. Tiene 332 metros de largo, 137 metros de ancho en el

extremo norte y 32 metros de altura. Está formada por la

superposición de 5 plataformas y construida enteramente usando

"adobitos", técnica que distingue a las construcciones de los Lima

(Narváez 1999).

Gracias a sus grandes dimensiones y proximidad a la ciudad de Lima

(capital del Perú) ha recibido la visita y atención de numerosos

estudiosos, investigadores y arqueólogos como:

Thomas J. Hutchinson (1873)W. Middendorff (1894)Max Uhle (1903)Jacinto Jijón y Caamaño (1925)Alfred L. Kroeber (1925)Villar Córdoba (1935)Pedro Alarcón (1971) Ruth Shady y Joaquín Narváez (1999).

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Sobre las varias plataformas que forman esta pirámide se

construyeron diversos espacios donde se desarrollaron variadas

actividades ligadas a las funciones principales de este edificio y de

quienes habitaron en él.

Por ejemplo, sobre la tercera plataforma se construyó un gran patio

con una banqueta en uno de sus extremos. Una pequeña rampa

comunica el piso del patio con la cima de la banqueta. Sobre el patio

se colocaron 64 troncos de Huarango (Acacia macracantha) alineados

entre sí (Narváez 1999). Aunque no se ha definido completamente la

función de este espacio, patios similares (con troncos) han sido

reportados en otras pirámides Lima, como Pucllana (Flores 2005), y

se les considera como un ambiente ceremonial.

Asociado al patio de la tercera plataforma, sobre la cuarta plataforma

se construyeron al menos 6 recintos en algunos de los cuales se

hallaron grandes vasijas semienterradas en el piso. Es muy posible

que sirvieran para contener líquidos o granos. Estos ambientes

estuvieron en uso entre los años 500 y 550 d.C. aproximadamente

(Narváez 1999). Probablemente las actividades realizadas en el patio

con troncos estuvieron asociadas al consumo de bebidas o alimentos

que eran traídos desde los recintos en la cuarta plataforma.

La Huaca San Marcos fue, como ya se dijo, uno de los principales

edificios de los Lima, donde se llevaron a cabo ceremonias religiosas,

se fabricaron bienes suntuarios (usando Mullu - Spondylus princeps-)

y en general, todo lo necesario para administrar el gobierno de esta

importante nación: Los Lima.

HUACA CONCHA:

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Huaca Concha es la segunda pirámide más importante de la cultura

Lima en el sitio de Maranga y es una de las que más ha sufrido el

embate de los tiempos modernos en dos devastadoras arremetidas.

Las primeras referencias que se conocen acerca de este sitio son del

viajero inglés Thomas Joseph Hutchinson quien entre 1871 y 1872

recorrió gran parte del Perú. En Lima visita el complejo arqueológico

Maranga al cual denomina "Huatica". También está mencionada en

los textos de Ernst W. Middendorf (1894), Max Uhle, Alfred Kroeber y

Pedro Villar Córdova. Pero sobre todo Jacinto Jijón y Caamaño quien

en los años veintes realizó extensas excavaciones en esta pirámide,

aunque no publicó sus resultados si no hasta 1949.

Huaca Concha es una gran pirámide formada por al menos 3

plataformas superpuestas que tenía 284 metros de largo por 181

metros en su parte sur y 102 metros de ancho en su parte norte con

26 metros de alto.

En el año 1941 el gobierno del Perú, presidido en ese entonces por

Manuel Prado decide la construcción de un nuevo estadio nacional de

fútbol en reemplazo del antiguo ubicado en la calle José Díaz en la

urbanización Santa Beatriz. El lugar escogido para su construcción

fue, ni más ni menos que el sitio arqueológico de Maranga. Se pensó

aprovechar una de las pirámides como base para su construcción. La

elegida fue Huaca Concha y en ese mismo año (1941) empieza su

demolición. La plataforma superior de la pirámide fue completamente

arrasada y el desmonte fue colocado a un lado para servir de base a

las tribunas norte y sur de dicho estadio. Sin embargo la mala

ubicación (muy lejos de la ciudad, en ese entonces) y otros factores

hicieron que el proyecto se abandone. Finalmente el nuevo estadio

nacional de fútbol se construyó en el mismo lugar del antiguo (en

Santa Beatriz) y los terrenos de esa parte del complejo arqueológico

de Maranga fueron entregados para la construcción de una "ciudad

universitaria" para la universidad de San Marcos, quienes, finalmente

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terminaron, a medias, la construcción de dicho estadio, convertido

desde entonces en el Estadio Universitario de San Marcos, el que

nunca pudo ser usado a cabalidad por las fallas estructurales

producidas por estar reposando las estructuras de concreto contra las

estructuras de adobitos de este edificio de la cultura Lima.

Tras varias décadas de abandono en 1992 se produce la segunda

arremetida contra esta huaca. El entonces presidente Alberto

Fujimori, a través del Ministerio de la Presidencia firma un convenio

con la universidad de San Marcos, a la sazón intervenida por dicho

gobierno y ocupada por el ejército, para remodelar el estadio

universitario. Tras millonaria inversión que consistió en la

construcción de algunos servicios higiénicos y la colocación de postes

de alumbrado la obra fue nuevamente abandonada, pues las

estructuras recientemente construidas sufrieron irreparables fracturas

y deslizamientos. Esta nueva destrucción sirvió para mostrar, una vez

más, como la Huaca Concha no había sido completamente destruida

como se le había hecho creer al público, si no que sigue aún allí casi

en un 60% de su dimensión original cubierta por un pesado manto de

concreto.

HUACA MIDDENDORF

El sitio arqueológico se encuentra en las coordenadas UTM. 86.65.700

N y 2.72.750 E, en el extremo Norte de los terrenos del Patpal. Los

flancos Este, Norte y Oeste del montículo se hallan delimitados por el

cerco perimétrico del Patpal. Montículo de grandes dimensiones

conformado por dos secciones: el montículo A, al Sur este de mayor

altura y el montículo B, al Noroeste de menor altura y planta

rectangular.

El montículo A, es de forma irregular y está orientado de Suroeste a

Noreste. Es la sección de mayor altura y presenta en su parte

superior por lo menos cuatro plataformas escalonadas que ascienden

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de Norte a Sur, siendo las tres primeras pequeñas y la última de

mayor altura y de mayor dimensión al Noroeste.

En el corte central de la plataforma de mayor altura se identifican

adobes cúbicos que conforman el núcleo de la pirámide, así como

adobes y pisos superpuestos pintados de amarillo.

En el lado Norte se ubica un gran corte donde se aprecian

adosamientos de muros de corte trapezoidal hechos con adobitos.

Estos muros forman el interior de la pirámide. El montículo B, de

forma rectangular tiene al menos dos plataformas bien definidas al

extremo Norte, donde se ubica un cementerio Tardío, identificado

como tal según los materiales dispersos por el huaqueo.

HUACA PUCLLANA

1. Ubicación Geográfica:

El sitio arqueológico de la Huaca Pucllana se encuentra ubicado en la

parte baja del río Rímac, en el sector sudeste de su desembocadura,

a dos kilómetros de los alcantarillados del litoral Lima. La cuenca del

río Rímac limita al norte con la cuenca del rio Chillón, por el sur con la

de Lurín, por el este con la del Mantaro y por oeste con el Océano

Pacífico.

2. Cronología:

La Huaca PUCLLANA fue un centro ceremonial de Lima que abarca

desde los 400 hasta los 700 años d. C.

3. Descripción de la pirámide mayor de la huaca Pucllana

Desde que este centro ceremonial estuvo vigente, en plena actividad

y funcionamiento, entre el quinto hasta el séptimo siglo después de

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Cristo, se fue construyendo , remodelando, manteniendo y

refaccionando, produciendo sucesivas reconstrucciones y adiciones

con lo cual, por ejemplo, la pirámide principal ganó la altura y

volumen que podemos apreciar ahora. Así fue creciendo y

extendiéndose a su vez todo el centro ceremonial.

Al parecer la pirámide principal fue más grande. Ya que trabajos

arqueológicos que se están realizando en la parte superior evidencian

que hubo un ultima plataforma, que fue casi destruida durante el

avance urbano de los años 50.

Esta pirámide es de forma trunca (sin vértice) y de apariencia

escalonada, construida con siete plataformas, cada una de las cuales

tuvo una época de funcionamiento y uso, lo que se evidencian en los

espacios y ambientes encontrados, definidos como plazas, patios y

recintos, alguno pintados de color amarillo, con banquetas, pasadizos,

rampas, etc. La primera es casi inexistente pues destruida por las

obras de urbanización y es en la actualidad la plaza B, es decir

producto de la destrucción ocasionada tanto por factores inotrópicos

y por muros con banquetas, lo les daba un apariencia de escenarios

donde se observa: los postes debieron ser muy importantes para que

esta arquitectura gire en torno a ellos y a las actividades de las que

dichos postes formaban parte. Así mismo cada plataforma se

separaba de la siguiente por medio de un pasadizo que a su vez

servía para comunicarlas entre ellas por medio de rampas y de

accesos. Aparentemente las partes mas altas de la pirámide fueron

las más importantes, allí las plazas son más pequeñas, lo cual

evidencia el carácter mas restringido de las actividades que se

realizaban en ese lugar.

La pirámide ha sufrido gran cantidad de remodelaciones entre plaza

y plaza, entre pasadizo y pasadizo, pues se ha encontrado

voluminosos rellenos de cantos rodados y arenan que sellan los

momentos constructivos anteriores, ganando altura para construir

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sobre estas nuevas plazas y pasadizos. Este deseo de remodelar y

ganar altura parece ser la razón del monumento, como expresión de

poder sobre la mano de los pueblos tributarios y como una manera

de satisfacer a las divinidades. Sin lugar a dudas, la pirámide ha sido

la parte principal y en torno a la cual giraban todas las actividades en

Pucllana desde las altas formas de la pirámide no solo se podía

visualizar las actividades que se llevaban a cabo en las partes bajas

del complejo, sino que también se podía controlar los accesos a esta

porción del valle que era controlada por este sitio; asimismo , se tenia

una vista sin igual del mar y la actual Isla san Lorenzo , sitio de

connotaciones sagradas de acuerdo al pensamiento del mundo

andino. Desde esta posición es posible controlar el trabajo en le valle

y al acceso de la gente al centro ceremonial.

De las excavaciones de la segunda y tercera plataforma de la

pirámide, nos vienen mostrando evidencias sobre las actividades que

probablemente se realizaban allí. Al parecer, cada plataforma esta

formada por una extensa plaza con postes. Estos postes no servían

para sostener un techo, sino que tenían una connotación ritual. Se

encuentran alineadas y poseen regularidad numérica: forman filas de

12 postes de este a oeste, y columnas de 6 de norte a sur, el

número total es 72. Estos postes pueden diferenciarse claramente de

los que sirven para sostener un techo, que existen en le lado sur de la

plaza, pues estos últimos se hallan asociados a la banqueta y

definitivamente se cree que sirvieron para sostener un techo que

daba sombra a quienes lo ocupaban. En remodelaciones posteriores,

a veces disminuye el numero de postes y otras aumenta; en el caso

del aumento estos se duplican, pero sin variar el área ocupada, pues

en lugar d existir un poste en cada lugar, se colocan dos, de manera

que el numero se incrementa a 144, pero siempre manteniendo 12

postes para el techo que cubren la banqueta.

Estos postes tuvieron una particular importancia ya que, de no ser

así, no se habrían encontrado ofrenda asociadas a algunos de ellos

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depositadas antes de ser enterrados; en algunos existen

acumulaciones de moluscos como el Stramonita chocolate o caracol

plomo; también existen restos de cántaros incompletos o huesos

largos de camélido y en otros casos se han hallado vertebras de

cangrejo y tiburón o fragmentos de dumorterita o cuarzo. El

comportamiento que los Lima tienen respecto a los postes es curioso,

pues es contradictorio. Contrastando con lo anteriormente descrito,

hay algunos postes no sólo sin lo que pueda llamarse ofrendas, sino

que aparecen quemados y rotos intencionalmente y en esa condición

fueron enterrados.

Las regularidades numéricas en los postes y su distribución pueden

hacer pensar en una función astronómica o de relojes solares; sin

embargo, las condiciones climáticas durante la mayor parte del año

en la costa central nos hacen descartar esta propuesta, además, no

son un rasgo excluyente de la pirámide; estas plazas con postes

aparecen también en la parte baja de Pucllana, donde el resto de

construcciones dificultarían incluso la llegada adecuada de los rayos

del sol si en un momento fueran idóneos para una aparente

observación. Más bien, la regularidad numérica y el comportamiento

hacia los postes conllevan a pensar en una representación simbólica

de divinidades o ancestros.

Pero los postes no son el único elemento que se asocia a las plazas de

las pirámide, por lo menos en tres de los lados se tienen banquetas.

Estas han sido remodelaciones en varias ocasiones, per siempre

mantienen su ubicación y función aparente de servir de lugar desde

donde se observan las actividades que llevan a acabo en la plaza;

además, es la única parte de estas que ha estado techada. Resulta

tentador pensar que desde este lugar la élite sacerdotal dirigía los

rituales y actividades religiosas que se llevarían a cabo en las plazas.

Estas plazas están orientadas hacia el norte, pero no por ello se

descuidó el vínculo sagrado con el mar: la banqueta de la plaza de la

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segunda plataforma que está hacia el oeste, donde s e observa al

mar, no posee un muro en su parte trasera, seguramente para que

permita la visualización del océano en su plenitud; además esta

banqueta esta techada. Estas banquetas y los muros que se

encuentran detrás estuvieron pintadas de amarillo. Al parecer, este

color – hasta el momento el único con el que se ha decorado los

muros de Pucllana- ha tenido una fuerte connotación religiosa. Se

puede plantear que se contrapone al color rojo relacionado con el sol

y por lo tanto se le puede vincular con la luna y lo femenino; sin

embargo, esto es especulación.

Cuando su tiempo cumple, estas plazas son rellenadas y los postes

quedan como ofrendas o son destruidos. Sin embargo, hay algo que

es curioso observar en el relleno de cantos rodados y arena que se

trae para sepultar las plazas: entre el relleno se pueden encontrar

numerosas agujas de espinas de cactus y ovillos de hilo, así como

restos de éste último en trozos. Estos objetos forman pequeños

lentes de tierra suelta y trozos de adobe, en algunos casos se

encuentra cuentas de concha Spondylus, pero en menos cantidad. A

partir de esto se plantea que esto procedería de la limpieza realizada

antes de efectuar el relleno de las plazas en otra partes de la

pirámide, y terminan siendo transportadas de alguna manera hasta la

plaza en el transito del relleno; por lo tanto, se cree que es un

argumento que permite pensar en áreas de trabajo especializado,

cuyo objetivo es la producción de textiles en grandes cantidades.

En el extremo sur se logro ubicar una pequeña plataforma funeraria

y depositorio de ofrendas. Ha sido excavada, parcialmente y ha

permitido que sepamos que al menos esta etapa de la pirámide

funcionó como un cementerio de personajes de élite: un varón, dos

mujeres y cuatro niños han sido recuperados allí, acompañados de

numerosas ofrendas. Esto no indica que la pirámide haya sido un

cementerio, sino que esta parte funcionó como tal al final de una de

las fases constructivas, probablemente al final de la fase Lima Medio

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(antes del 500 d. C) es probable que los miembros de la élite

sacerdotal tuvieran el privilegio de enterrarse en la pirámide y a la

vez sirvieran como una especie de ofrenda al sitio.

4. Arquitectura

Pucllana lleva 1500 año resistiendo el fenómeno natural más

destructor de la costa peruana: los sismos. Fue construida usando

pequeños adobitos rectangulares modelados, su técnica constructiva

es bastante particular: consiste en colocar los adobitos en posición

vertical, con la argamasa solo en la parte superior, sin ponerla entre

los adobes, creándose espacios vacios entre ellos, su razón principal

ha sido que cuando hay sismos los espacios vacios absorben la

energía evitando que el muro ofrezca resistencia, de esta manera se

evita la rajadura o fractura del muro. Pedro Villar Córdova la llamó “la

técnica del librero” por la similitud que tienen los muros construidos

con esta técnica con un estante de libros.

Además, los muros son mas anchos en su base que en la cabecera de

manera que resultan teniendo mayor estabilidad, recordemos que no

se usan cimientos para construir estos muros, se levantan

directamente desde el piso donde se van a ubicar. Otro detalle

importante es que los muros se construyen por secciones casi

independientes, es decir, por paneles de forma trapezoidal, esto hace

que la presión sea mejor repartida en el muro evitando una

sobrecarga excesiva en la base.

El comportamiento que los Lima tienen para su arquitectura es difícil

de comprender con nuestras costumbres y lógicas actuales. Los

recintos, patios y plazas son remodelados numerosas veces,

remodelaciones que implican casi siempre el relleno de la

construcción anterior para volver a construir sobre ella. Parece que

después de un tiempo de uso y normal funcionamiento de un

ambiente se dan razones de mucha importancia que obligan a

clausurarlo. Esta clausura implica en algunos casos el cuidadoso

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relleno o su casi total destrucción antes del rellenado, sin embargo, lo

común es que se dejen ofrendas antes de los rellenos (de dos tipos:

cantos rodados y arena de los acantilados, provenientes de la Costa

Verde o el desmonte de la destrucción de muros, pisos y otros

elementos arquitectónicos). Las ofrendas pueden ser humanas, de

cerámica o de alimentos. En el caso de las ofrendas humanas son

exclusivamente mujeres jóvenes y niños de corta edad, las mujeres

en ocasiones aparecen decapitadas o con los pues mutilados. Las

ofrendas de cerámica consisten en grandes cantaros con

representaciones de seres marino u olas que se rompen desde su

base. El último tipo de ofrendas consiste en la acumulación de

alimentos de origen marino o del valle como peces o maíces al lado

de otros productos.

La superposición de recintos se presta para advertir una

diferenciación temporal esta diferenciación se propone básicamente

a partir de las evidencias encontradas en la pirámide. Por lo tanto sus

fases constructivas se sustentan en los elementos usados en la

construcción de las edificaciones y las etapas constructivas están

relacionadas a los cambios en el diseño y en el uso del espacio

dentro de cada fase.

5. Alfarería: pragmatismo y belleza

En Pucllana se ha definido la presencia de los estilos Maranga y

Nievería, que pertenecen al final de la cultura Lima. De acuerdo a

esto Pucllana pertenecería solo a los momentos finales de esta

cultura. A su vez estudios detallados han permitido definir diversos

tipos de cerámica que han cumplido diversas funciones y que poseen

diversas formas y maneras de fabricarse. Se tiene:

Los grandes cantaros que son los favoritos para ser ofrendados

antes de las remodelaciones arquitectónicas, están fabricados

con paredes gruesas y el color naranja es producto de haber

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sido cocidos en un horno abierto donde el aire oxigena a la

arcilla. En su mayoría son cantaros pero también se hallan

platos y ollas.

Las ollas y los demás enseres usados estrictamente para

cocinar alimentos se fabrican con una mezcla de arcillas y

minerales (calcita, cuarzo y otros) y adoptan un peculiar color

marrón, estas vasijas se hallan siempre en contextos

domésticos y manchadas de hollín, producto de su exposición al

fuego.

Los paltos en todas sus variedades de fabrican con una pasta

muy similar a la naranja de los grandes cantaros ceremoniales,

pero son mas finos y aparentemente la arcilla es cernida para

obtener un material mas adecuado para confeccionar utillaje

domestico de servicio. Entre estos destaca el plato cuchara o

plato en forma de lágrima. Se trata de un plato con un pequeño

mango en una sección del borde que le da la apariencia de una

gran cuchara; la función de la forma de lágrima parece haber

sido la de contener líquidos y servirlos directamente, aunque

también es probable que su función haya sido la de una

cuchara como las actuales.

Hay vasijas que tiene un uso estrictamente ritual y ceremonial,

pertenecen al estilo Nievería definido en base a su parecido con

las vasijas procedentes del sitio del mismo nombre en el valle

medio del Rímac y el sitio de Cajamarquilla.

6.Textilería

En la textilería la fibra de camélido, si bien fue usada, no tuvo la

misma preferencia que se tuvo por el algodón. Los tejidos se

caracterizaron por su sencillez pero al parecer fue suficiente para

cubrir sus necesidades. La mayor parte de la textileria estuvo

dedicada a enseres utilitarios como redes, bolsas de marisqueo.

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Prendas de vestir y paños funerarios, en algunos de los cuales se

presenta de manera bastante estilizada alas divinidades Lima.

7. Ideología:

Existe una imagen recurrente en la cerámica de ofrendas hallada en

Pucllana: una especie de pez de características fabulosas que parece

representar un tiburón; a su vez existen algunas variable que han

permito plantear la hipótesis de la existencia de divinidades

relacionadas al mar. Los seres representados en cerámica y textiles

son tiburones, lobos marinos, serpientes y pulpos; mientras que en

las representaciones simbólicas se tienen volutas que son

interpretadas como olas del mar. Existe aparentemente una jerarquía

en las características de las vasijas, donde las pintadas ocupan una

escala inferior y las escultóricas se hallan en la superior. La

recurrencia de representaciones de tiburón en cerámica y textiles

así como sus restos relacionados a rituales previos ala remodelación

de la arquitectura y predominancia de iconos marinos y signos

logográficos desarrollados a partir de estos conllevan a plantear que

tal vasija es el ídolo de un tiburón bifronte que simboliza al mar en

sus cualidades de otorgador de vida y de muerte.

PACHACÁMAC

1.Ubicación Geográfica

En el valle de Lurín se hallan más de cien asentamientos a lo largo del

valle. En el centro arqueológico Pachacamac se registraron por lo

menos tres edificios de la cultura Lima, que luego fueron ocupados

por la cultura inca.

PACHACAMAC - TEMPLO VIEJO

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Es una de las pirámides más antiguas del sitio arqueológico de

Pachacamac y hogar del primer oráculo y por ello nombrado como el

Templo Viejo de Pachacamac. En su época (200 a 700 d.C.) fue cede

del gobierno que rigió en el valle medio y bajo de Lurín, zona

próspera de tierras fértiles ampliamente cultivada e irrigada por un

sistema de canales. Tuvieron al maíz como su principal fuente de

alimentos, además de mariscos como caracoles marinos y moluscos

bivalvos como el "choro" (Choromitylus). Los curacas del Templo Viejo

de Pachacamac realizaron intercambio con zonas muy lejanas de

donde obtuvieron mullu (Spondylus), plumas de aves amazónicas,

conchas de abanico y cobre (Franco y Paredes 2003).

En tiempos del Templo Viejo, Pachacamac era un centro ceremonial

perteneciente a la cultura Lima que estaba formado principalmente

por dos grandes pirámides: El Templo Viejo y Urpiwachac, quienes se

miraban frente a frente, dejando un amplio espacio entre ellos,

además de varias otras estructuras menores (como el Conjunto

Adobitos), todas construidas con "adobitos", pequeños ladrillos de

barro crudo modelados a mano y secados al sol, característicos de la

arquitectura de la mencionada cultura Lima. Las ceremonias

religiosas llevadas a cabo en éste sitio estuvieron asociadas al

consumo de alimentos en grandes espacios abiertos y a un proceso o

camino ceremonial, pues los diferentes ambientes de esta pirámide

se enlazan por rampas y pasadizos organizados en ascenso desde la

parte baja hasta la cima, yendo de grandes espacios abiertos a

pequeños recintos privados.

2. Cronología

A lo largo de su vida (entre el 200 a 700 d.C. aproximadamente) el

Templo Viejo de Pachacamac gozó de muchas ampliaciones y

remodelaciones abarcando dos períodos históricos: el Intermedio

Temprano y el Horizonte Medio. La mayoría de los cambios consistió

en repetir el mismo modelo anterior, otros en cambio significaron

remodelaciones más profundas.

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La tabla que se lee a continuación esta hecha a base a las

publicaciones de los arqueólogos Régulo Franco y Ponciano Paredes

quienes excavaron en este sitio arqueológico entre los años 1986 y

1990. Durante la fase "Templo Temprano" el uso de piedra en los

cimientos de muros y plataformas son indicios de un clima muy

húmedo con largas temporadas de lluvias según los investigadores

Franco y Paredes. Se ha reportado el hallazgo de una ofrenda

depositada en el relleno de un muro de piedra de conchas de mullu

(Spondylus, molusco bivalvo que vive sólo en aguas calientes del

norte de Sudamérica) y plumas de aves selváticas de la amazonía

(Franco y Paredes 2005). Para esta época fue común el uso de

cerámica del estilo llamado Interlooking y Pachacamac Negativo

(Franco y Paredes 2005). El abandono de esta etapa (Templo

Temprano, fases A1 y A2) se produjo luego de un gran incendio

considerado por los arqueólogos como una "quema ritual" (Franco y

Paredes 2005).

La siguiente Etapa, llamada TEMPLO AMARILLO, corresponde a la

parte más estudiada por los investigadores de este monumento y lo

relacionan con las fases del 3 al 9 de la secuencia de estilos

cerámicos de Patterson que corresponde a la Cultura Lima. Durante

ésta etapa la principal deidad es la llamada "Cara Sonriente" o

"Pulpo", una imagen muy representada en esta cultura. A esta etapa

también corresponde unos muros pintados con diseños policromos en

el patio principal, que se tratarán mas adelante.

El Templo Negro sobre Blanco constituye una gran remodelación,

aunque mantiene en líneas generales el diseño anterior. Destaca la

construcción de una secuencia de pequeñas terrazas a modo de

grandes escaleras en los frentes norte y este y pintadas con los

colores representativos de esa fase. Estas pequeñas terrazas

escalonadas son consideradas como un antecedente a un diseño

similar que se presenta en el Templo Pintado o Templo de

Pachacamac que es una pirámide construida inmediatamente luego

del abandono del Templo Viejo y ubicada exactamente al costado del

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mencionado Templo Viejo (Franco y Paredes 2005). Según sus

estudiosos, la pirámide de la fase Templo Negro sobre Blanco del

Templo Viejo de Pachacamac fue abandonada luego de la ocurrencia

de lluvias torrenciales catastróficas, fenómeno meteorológico

conocido hoy en día como "mega niño".

3. Descripción

El Templo Viejo de Pachacamac es una pirámide construida con

adobitos sobre un pequeño promontorio natural ubicada en la zona

más restringida de todo este sitio arqueológico: dentro de la Primera

Muralla. Su forma es irregular, aunque en líneas generales, vista

desde el aire, tiene forma de trapecio. La mencionada forma recuerda

a los dibujos de cabezas de serpientes o a la representación estilizada

del tiburón, ambas muy comunes en la iconografía de la cultura Lima.

Se le define al Templo Viejo como una pirámide-escalonada-trunca

pues está formada por varias plataformas superpuestas cuya cima es

plana y no en punta, como es la figura geométrica de la pirámide. Las

bases de las dichas plataformas están construidas con bloques de

piedra que han sido labradas hasta darles la forma mas o menos de

cubo. Sobre estas bases se han levantado altos y gruesos muros

usando "adobitos" (ya antes mencionados), muros que forman

grandes recintos que son rellenados con tierra y piedra formando de

este modo las plataformas. Sobre las plataformas se han levantado

grandes patios amurallados (hechos con adobitos), pasadizos, rampas

y pequeños recintos (también de adobitos) cuyo uso y función se

mencionaran mas adelante. Los muros más grandes y altos tienen la

base más ancha que la cima, dándole de este modo solidez a la

construcción.

4. Arquitectura y Función

Como ya se mencionó y en líneas generales, el Templo Viejo de

Pachacamac tiene forma de trapecio, siendo sus dimensiones de 150

metros de largo por 123 metros de ancho y 20 metros de altura

(Franco y Paredes 2005). Sus principales componentes

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arquitectónicos son: El ingreso principal, el pasaje de acceso a la

cima, el patio principal, el corredor de acceso a la plataforma con

recintos, la plataforma superior con recintos, los caminos exteriores

en los frentes norte y sur y las terrazas de ofrendas.

EL PATIO PRINCIPAL: Es un amplio espacio abierto de 60 por 50

metros. Presenta banquetas de 6 metros de ancho por uno de alto

en sus lados sur, oeste y noroeste las que posiblemente estuvieron

techadas, pues se han reportado la presencia de restos de troncos

de huarango, molle y otros árboles frutales nativos usados a modo

de columnas; el espacio restante estuvo al aire libre. El patio

principal fue el espacio dedicado a la realización de eventos

religiosos con la concurrencia de gran cantidad de participantes. A

partir de la fase B del Templo Viejo de Pachacamac (Templo

Amarillo) los muros sobre las banquetas ostentaron

representaciones iconográficas policromas, que según sus

investigadores la evidencia encontrada es tan fragmentada y

pequeña en cantidad que les ha sido imposible identificarlas. Sobre

el piso de este patio se hallaron vértebras de anchoveta, que para

los arqueólogos Franco y Paredes se puede comparar dicho

hallazgo con la mención en las crónicas españolas del siglo XVI de

noticias que dicen que se alimentaban a los gallinazos con sardinas

para de ese modo mantenerlos cerca al Templo de Pachacamac.

LA PLATAFORMA SUPERIOR CON RECINTOS se ubica en la parte

más alta de la pirámide en cuya cima hay 17 recintos de

dimensiones variadas y comunicados por vanos angostos en las

esquinas noreste de cada uno de ellos. Uno de estos ha sido

considerado como el recinto principal donde se alojó la imagen del

dios supremo del Templo Viejo de Pachacamac. Se le ha

considerado como tal (recinto principal) por ser el de mayor

tamaño y complejidad pues presenta dos banquetas adosadas a los

muros norte y oeste, hornacinas anchas en el muro sur y diseños

policromos decorando los muros.

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HUACA HUALLAMARCA

Julio c. Tello consideró que antiguamente el valle de Lima estaba

dividido en 4 grandes territorios o "markas" que corresponderían a

igual número de curacazgos y moradas de dioses principales. Estos

eran: Huatica Marka, Walla Marka, Mango Marka y Xika Marka. Según

Tello de Walla Marka que sus límites estaban marcados por los

canales de Huatica y Surco, este último tan grande y caudaloso que

ha sido llamado río. En tiempos antiguos, como hoy día, eran las

mejores y más preciadas tierras del valle de Lima y sobre su

horizontal paisaje se erguían majestuosos edificios, a los que

llamamos hoy en día como Pan de Azúcar (Huallamarca), Lima

Tambo, Santa Cruz, Huaca San Isidro, Huacas del Country Club, Huaca

Pucllana (antes llamada Juliana), Barboncillo, entre otras.

La estructura de la huaca semeja una pequeña colina, es un artificio

conseguido por la superposición de hilados de adobito, de 20x20 cm.

aproximadamente, hechos a mano, y distintivos de la Cultura Lima.

Los restos encontrados en las excavaciones se relacionan con la

labranza y la textilería, pues se hallaron piezas de tejido de algodón,

cestos de costura, juguetes de niños, ceramios, utensilios de hueso

así como un manto muy teñido de influencias Tiahuanaco.

El nombre de Huallamarca deriva del vocablo quechua marca que

significa, comarca o pueblo y Hualla era el nombre de una tribu. El

periodo de construcción de Huallamarca se remonta hasta hace más

de dos mil años (entre el 100 a.C. al 250 d.C.), cuando era el principal

centro político y religioso de esta zona del valle de Lima.

Cronológicamente pertenece a los inicios de la Cultura Lima.

1) Huallamarca o Pan de Azúcar: ubicación geográfica

Entre las avenidas Nicolás de Rivera y el Rosario en el distrito de San

Isidro (Lima - Perú) está el sitio arqueológico de Huallamarca, fue una

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pirámide trunca y escalonada; impresiona al visitante desde la

entrada con su gran rampa y perfectas plataformas.

En 1942, Julio C. Tello, padre de la arqueología peruana, organiza

excavaciones en terrenos de la entonces hacienda Pan de Azúcar, en

un montículo que por extensión era llamado homónimamente y que

posteriormente fue rebautizado por el propio Tello como Huallamarca.

Gracias al interés y tesón de Arturo Jiménez Borja, principal promotor

de los sitios arqueológicos de Lima durante la segunda mitad del siglo

XX, y con el apoyo del alcalde del distrito de San Isidro de ese

momento, Huallamarca es salvada de la destrucción total, pues el

proceso urbanizador de esa parte del distrito la amenazaba y la

consideraba un estorbo. Es así que Jiménez Borja ejecuta una

revolucionaria política cultural en su momento: la “puesta en valor”.

Ésta consiste en darle a un monumento del pasado un lugar en

nuestra sociedad contemporánea.

Promovió su estudio científico excavando en 1958 un cementerio

ubicado en la cima de la pirámide del que extrajo 48 fardos

funerarios. Dotó al sitio de un museo propio (“museo de sitio”) y lo

reconstruyó.

En aquel entonces era común reconstruir sitios arqueológicos, tal

como se hacían en Europa y México, pues, se pensaba, que

devolviéndole su aspecto original se le apreciaría y entendería mejor.

Los nuevos estudios y convenciones de la UNESCO han superado esta

etapa. La impresionante rampa y perfectas plataformas que luce

Huallamarca no representan al aspecto que tuvo originalmente, pero

sí a un intento más triunfador que fallido: poner en valor y salvar a un

monumento de nuestro pasado que nos habla y enorgullece hoy día.

2) Arquitectura

Los inicios de Huallamarca se remontan hasta hace mas de dos mil

años, entre el 100 a.C. al 250 d.C) cuando era el principal centro

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político y religioso de esta zona del valle de Lima. Cronológicamente

pertenece a los inicios del Período Intermedio Temprano, dentro de la

llamada tradición de cerámica blanco sobre rojo, tradición alfarera

que en gran parte del Perú reemplazó a la tradición Chavín.

Como ya se mencionó líneas arriba, el aspecto que presenta en la

actualidad, tres plataformas de planta rectangular y rampa central de

la cima al piso, no es el que tuvo originalmente. La reconstrucción

moderna por parte de A. Jiménez Borja no ha respetado en nada la

forma de la estructura original de Huallamarca.

Sin embargo, A. Jiménez Borja no logró completar la reconstrucción

de este sitio arqueológico, dejando el Sector Este libre, lo que ha

permitido, en décadas recientes a realizar investigaciones

arqueológicas en esa parte y descubrir parte de la arquitectura

original.

Huallamarca fue una pirámide escalonada con los muros de sus

plataformas, de marcada pendiente, construidos con pequeños

adobes modelados a mano con forma de grano de maíz. Sus muros

enlucidos con una gruesa capa de barro fueron pintados de amarillo.

3) Cronología

Luego de algo más de trescientos años, Huallamarca decae en

importancia, opacado por otra pirámide en naciente auge: Huaca

Pucllana. Finalmente es abandonada como edificio público para

convertirse en cementerio, desde fines de la cultura Lima (650 d.C.),

pasando por el Horizonte Medio, el Intermedio Tardío hasta el

Horizonte Tardío (Época Inca).

Los Lima enterraban a sus difuntos en posición extendida (echados)

con los brazos a los costados amarrados a una camilla de cañas y

envueltos en telas de algodón con múltiples ofrendas a la altura de la

cabeza consistente, generalmente, en alimentos y ollas de cerámica

de los estilos Lima y Nievería.

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Durante los años siguientes, siglo VIII, pasada la cultura Lima un gran

cambio se produce, Huallamarca sigue siendo usada como

cementerio pero ahora los entierros son fardos funerarios con falsa

cabezas, algunas de las cuales lucían pelucas. Los fardos funerarios

son grandes bultos formados por muchas piezas textiles que

envuelven a una persona o en algunos casos a dos, un adulto y un

niño en posición sentados. Para darle forma de bulto fue común usar

algodón como relleno de los fardos.

Acompañaban al entierro ofrendas consistentes de instrumentos

musicales, herramientas de labranza y útiles para hilar y tejer que nos

hablan de las profesiones de más valor en esa época.

Estos fardos funerarios fueron depositados, individualmente o en

grupos en tumbas de planta circular (tronco-cónica) con las paredes

reforzadas con paramentos de caña o madera y techos de caña y

barro.

Instrumentos musicales que acompañaron a los fardos funerarios

como ofrenda en exposición en el museo de sitio.

Los siglos posteriores, durante el Intermedio Tardío (900 a 1450 d.C.)

están marcados por entierros de fardos más pequeños y sin falsa

cabeza para finalmente dar paso a los Incas (siglo XV - Horizonte

Tardío) quienes construyeron al pie de esta Huaca una aldea.

CERRO CULEBRA

1. Ubicación

Se localiza cerca a la desembocadura del río Chillón (margen

derecha), junto al cerro Chivateros, en el distrito de Ventanilla,

provincia del Callao, departamento de Lima, en el Perú. Sus

coordenadas geográficas son: 77º 7` latitud sur y 11º 56` 24"

longitud oeste. El sitio emerge en una llanura próxima a donde

el valle inicia su ensanchamiento. Esta ubicación es estratégica,

pues desde ella se puede acceder a, por lo menos, 5 recursos

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naturales: Las lomas (oasis de neblina) recurso temporal, de

donde se puede obtener algunos vegetales de recolecta y

algunas piezas de caza, tierras de cultivo, ecosistema de la

rivera fluvial (totora y carrizo), el mar y el río.

2. Antecedentes

En 1953, el arqueólogo L. Stumer excavó en Playa Grande,

Ventanilla, al norte de Lima, excavó 6 unidades, 5 en el sector

oeste del sitio (fuera del edificio principal) y 1 en el mismo

edificio. Esta última unidad de excavación aportó el rasgo que

más caracteriza a este sitio, un mural polícromo con diseños

geométricos entrelazados, que lo llamo "Interlooking.

Culebra, que está compuesto por un edificio de forma

trapezoidal, y una zona doméstica en los alrededores, con

estructuras de quincha. Cerro Culebra destaca por sus pinturas

murales con figuras de peces.

Tomas Patterson también excavó en Cerro Culebras,

encontrando alfarería que asigno a la fase 5 (300 d.C.) de su

secuencia cerámica para Lima. Para este arqueólogo, el edificio

principal se abría edificado a fines a fines de la fase 6 y

abandonado durante la fase 8 (de Lima).

3. Arquitectura

"Cerro Culebras" está formada por 3 áreas bien definidas:

Estructura principal, edificio o templo, Área de viviendas (Oeste)

y Área de vivienda (Este). En total la zona arqueológica abarca

un área de 35 hectáreas aproximadamente

El Edificio Principal: Es una pirámide con planta trapezoidal de

65 metros de largo en el eje este/oeste y de 40 metros de

ancho en el eje norte/sur. En el lado oeste y norte tiene una

plataforma adosada con recintos al interior, todo rodeado por

muros de tapia de 250 metros de largo en el eje este/oeste y

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125 / 60 metros de ancho en el eje norte/sur, formando así la

forma trapezoidal.

En el lado sur se ubica una escalera construida en tapia por la

que se accede a la parte superior del edificio, y se asocia a un

corredor con forma de "S". Al noroeste de la escalera, en la

parte inferior de un muro de tapia se encontró un mural

polícromo de 28 metros de largo formado por 6 paneles

separados por temas. Esta pintura correspondería a la segunda

etapa constructiva de la pirámide. Están representados un

conjunto de peces y serpientes entrelazados en estilo "Playa

Grande". Los dibujos están encerrados con gruesas líneas

oscuras las áreas de color. Los más usados fueron: ocre, sepia,

naranja, rojo, blanco y negro.

Sector de Viviendas Oeste: Ubicado en 3 quebradas próxima al

edificio, donde se han encontrado basurales con material

vegetal, moluscos y fragmentos de cerámica, además de

construcciones tales como: terrazas con muros de contención

de piedra (sin cantear), plataformas y, según el arqueólogo

Stumer muros de tapia y quincha con pinturas similares a las

del templo (edificio principal).

Sector de Viviendas Este: Está dividido en dos subsectores

llamados Q-IV (Quebrada IV) y Pampa de los Perros. Allí se

aprecia un montículo con planta en "L".

Considerando que las estructuras arquitectónicas son la

expresión física de como se organiza una sociedad, "Cerro

Culebras" se han identificado 3 tipos de estructuras diferentes:

• Templo o edificio de uso público

• Estructuras secundarias sin función clara, pero diferente al de vivienda

• Sector de viviendas.

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Por esto se le considera como un centro urbano.

Zona Residencial. Según lo refieren Stumer y Patterson el edificio principal (pirámide) estuvo rodeado de construcciones menores usadas como habitación . Estuvieron construidas con paredes de cañas con cimientos en zanjas y reforzados por postes externos a ambos lados de la pared. Al interior un piso simple apisonado completa la habitación.

Fases Constructivas: Se han definido, por lo menos, tres:

• Estructura de Adobitos; es la más antigua. Enlucida con barro fino.

• Remodelación; nuevas estructuras en tapia y pisos. Las estructuras de adobitos fueron tapados con tierra arcillosa y basura orgánica.

• Ultima remodelación. Se da la forma trapezoidal que actualmente tiene.

COPACABANA

1. Ubicación

Copacabana se encuentra ubicada en la parte inferior de la cuenca

del río Chillón, margen derecha y sobre el límite norte de los campos

actualmente bajo cultivo, más allá de los cuales se extienden las

denominadas "Lomas de Carabayllo", extendidas sobre las planicies

suavemente ascendentes de los últimos contrafuertes andinos. Sus

coordenadas son: Latitud 8690650 N, Longitud 273500 E y su altura

unos 200 m.s.n.m. Por ello, se encuentra estratégicamente ubicada

como punto de enlace entre la amplia planicie irrigable del bajo

Chillón y Playa Grande (Distrito de Santa Rosa) y Ancón, así como,

con el valle del río Chancay más al norte; todas ellas localidades del

litoral con sendos sitios arqueológicos de la cultura Lima.

Políticamente se emplaza entre dos distritos de Lima Norte: Puente

Piedra y Carabayllo, departamento de Lima.

La configuración urbana del sitio se organiza en dos grandes sectores.

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SECTOR A.

Concentra las edificaciones más imponentes con estructuras que

llegan a alcanzar los 35 metros de altura.

SECTOR B

Se extiende inmediatamente al este del sector A. sobre una terraza

natural que bordea los terrenos de cultivo del valle y en el que se

ubican estructuras menores que alcanzan los cinco metros de altura,

entre estos pequeños montículos se emplazaban estructuras al

parecer más precarias.

El sitio fue ocupado de manera continua desde por lo menos la fase

Lima 4 hasta el período Nievería del Horizonte Medio, sustentando su

desarrollo en el dominio de una amplia zona agrícola y el uso

extensivo de sistemas de riego.

SECTOR A

Montículo 1 (M1)

Ubicado en el extremo oeste del asentamiento, se trata de un

pequeño montículo con una depresión central que se distingue sólo

en la foto aérea de 1945. Sus dimensiones aproximadas fueron 40 por

20 m y debió tener unos cuantos metros de altura. Se decidió incluirlo

por su cercanía y por el alineamiento de su eje mayor con el resto del

conjunto urbano. Actualmente, el lugar en el que debió ubicarse se

encuentra ocupado por construcciones modernas por lo que no pudo

distinguirse ni definirse su filiación cultural.

Montículo 2 (M2)

Como ya se dijo, se denominó "montículo" a las prominencias más

notables formadas por las plataformas y recintos rectangulares que

coronan las estructuras que cubren toda el área y, al igual que los

tres montículos siguientes, se destacan como espolones que se

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proyectan del volumen principal hacia el valle en dirección sureste,

emplazándose sobre los márgenes meridionales del mismo cerro

sobre el cual se ubicaba el cuadrángulo. Las estructuras que se

aglutinan en esta zona están edificadas en base a tapiales que

constituyen recintos y plataformas cuadrangulares a diferentes

niveles. Sus muros principales se orientan en sentido noroeste-

sureste extendiéndose hacia el norte en niveles sucesivamente más

elevados -de acuerdo a la topografía del terreno- alcanzando una

altura aproximada de 25 m. sobre el piso del valle.

Montículo 3 (M3)

Conjunto de recintos cuadrangulares y plataformas elevadas

elaborados en base a tapiales que conforman un cuerpo alargado de

eje noroeste-sureste. Cubre un área aproximada de 6,000 m2 y

alcanza una altura de 15 metros sobre el nivel del campo de cultivo.

Entre este montículo y M4 se reconoció una zona de menor nivel,

igualmente con evidencias de contener restos arquitectónicos, que al

parecer también fue zona de entierros de la época por la abundancia

de hoyos de antiguos huaqueos y cerámica fragmentada.

Montículo 4 (M4)

Estructuras de las mismas características que el conjunto anterior.

Esta vez se detectó la presencia de los característicos adobitos Lima

muy cerca de la superficie en una zona huaqueada ubicada en el

borde noroeste. En el centro del montículo se ubica un pozo de cateo

cuadrangular que muestra un relleno de ripio en su interior, al

parecer parte del afloramiento rocoso natural. Altura aproximada 18

m.

Montículo 5 (M5)

Uno de los montículos más elevados y de mayor grado de

monumentalidad del asentamiento. Muestra una planta rectangular

de aproximadamente 170 m por 120 m con una orientación similar al

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resto de las estructuras, la misma que se mantiene con el lineamiento

que forma con M7 y M8, vale decir proyectándose hacia el sureste.

El montículo alcanza una altura aproximada de 35 m y desde su cima

se puede divisar todo el asentamiento y los alrededores.

Hasta aquí la unidad arquitectónica y urbanística de los montículos 2

al 5 es clara, y conformaron un núcleo de edificios probablemente

interconectados, pues por sus materiales constructivos todos

parecen ser coetáneos. Además, al pie de los mismos (borde

meridional) corre una de las principales acequias de la zona, que los

separa de los campos bajo cultivo y que ha erosionado sus

estructuras. En su cauce se encuentra gran cantidad de tiestos de la

cultura Lima.

Montículo 6 (M6)

Debido a su singular perfil es conocido por los lugareños como "Cerro

Campana" elevándose aproximadamente 35 m y con una fuerte

pendiente en su borde noreste. Es de planta ovalada y sus longitudes

mayores son 150 m por 110 m con una orientación noroeste-sureste;

la misma que sigue un conjunto de tres plataformas cuadrangulares

sucesivas que se ubican en su cima y que descienden hacia el

sureste. Este rasgo arquitectónico parece ser recurrente en casi todos

los montículos del sector y se constituye en un indicio claro que

podría denunciar la fachada principal.

Montículo 7 (M7)

Se encuentra sobre la planicie del valle rodeado de campos de cultivo

e igualmente aprovecha un afloramiento recoso sobre el cual se

edificaron estructuras en base a tapiales y adobitos las cuales siguen

la orientación general del conjunto. Al igual que el cuerpo alargado

del montículo que alcanza una altura de aproximada 11m y una

longitud de 200 m por 120 m de ancho. Los rellenos estructurales

utilizaron, asimismo, el material rocoso sobre el cual se asentó el

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montículo. Una ocupación precaria reciente socavó parte de su

superficie en un sector ubicado hacia el noroeste dejando amplios

perfiles que delatan sucesivas remodelaciones que alternan tapiales y

muros de adobitos.

Montículo 8 (M8)

Es el montículo más meridional del conjunto. Alcanza una altura de

aproximadamente 15 m y 220 m de largo por 180 m de ancho. Al

igual que M7 se edificó sobre un afloramiento natural. Es de planta

amorfa, pero se pueden distinguir dos ejes sobre los cuales parecen

haberse dispuesto sus estructuras. El eje mayor sigue el alineamiento

general del asentamiento, es decir noroeste-sureste, con lo que

parece ser una gran rampa de acceso en su extremo meridional. Este

eje es cruzado perpendicularmente por otro noreste-suroeste que, de

acuerdo a la foto aérea del 45 y a lo observado en el terreno está

coronado por plataformas cuadrangulares descendentes hacia el llano

de cultivo. Se detectó la presencia de tapiales y adobitos.

Y con ello invadieron los terrenos en los cuales se emplazaron todos

los montículos arqueológicos de este sector, destinándolos a campos

de algodón parte de los cuales están siendo urbanizados.

De cualquier modo, debido a las suaves ondulaciones que muestra el

terreno y a la abundancia de fragmentos de cerámica en los antiguos

surcos de los algodonales, pensamos que toda el área estuvo

ocupada con algún tipo de estructuras de la época Lima (esto se

confirma con el hallazgo de muros de adobitos en el silo de una casa

del "Programa de Vivienda Santa Rosa"). Los restos arqueológicos

ahora presentes se limitan a ocho montículos, pero de acuerdo a la

foto aérea del 1945 llegaban hasta once.

SECTOR B

Se extiende hacia la mitad este del asentamiento sobre una gran

terraza natural de suave pendiente que constituyen los bordes

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meridionales de las denominadas "Lomas de Carabayllo" y que en

tiempos del Periodo Intermedio Temprano no estuvo irrigada.

Solamente ahora los canales de riego han ganado altura y con ello

invadieron los terrenos en los cuales se emplazaron todos los

montículos arqueológicos de este sector, destinándolos a campos de

algodón parte de los cuales están siendo urbanizados.

Montículo 1 (M1)

Ubicado en el extremo noroeste del sector se encuentra arrasado por

maquinaria pesada en aproximadamente un 40% de su volumen,

dejando perfiles de decenas de metros de longitud y cuatro metros de

alto, que muestran hasta cuatro etapas constructivas en base a

rellenos, tapiales y adobitos.

De acuerdo a la foto aérea referida en su interior se disponían

recintos cuadrangulares con la orientación general del asentamiento,

alcanzando una altura de 4m y 200 m de longitud por 110 m de

ancho. Se recolectaron abundantes tiestos de estilo Lima y algunos

de estilo Nievería provenientes del gran corte.

Montículo 2 (M2)

Se encuentra aproximadamente 150 m al sureste de M1, es uno de

los montículos más pequeños que aún quedan en Copacabana

alcanzando unos 3 m de altura y 25 m de longitud. Tiene planta

amorfa y sobre su superficie se observa la cabecera de un muro de

piedras angulosas de cerro. Este rasgo se detecta por primera vez en

el lugar. Cabe recordar que este tipo de materiales constructivos

también se registran en la arquitectura Lima en sitios como Media

Luna, Cerro Culebra y Pachacamac. Y, por supuesto, se recolectaron

tiestos Lima sobre su superficie. Fue rodeado de antiguos campos de

cultivo y ahora se encuentra en venta en el "Programa de vivienda

Santa Rosa".

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Montículo 3 (M3)

Ubicado a unos 130 m al sureste de M2, tiene 40 m de largo por 15 m

de ancho con una altura de 6 m aproximadamente. El montículo

alargado tiene una orientación norte-sur. Presenta el flanco este

erosionado, dejando ver perfiles que muestran tapiales y adobitos con

abundante fragmentería Lima. Es notorio el suave ascenso que

muestra la superficie en los alrededores de este montículo, el mismo

que se encuentra ceñido por un canal de riego. Lo más probable es

que el montículo sólo exhiba una parte de las estructuras

arqueológicas, las mismas que se encontrarían soterradas bajo los

campos de cultivo circundantes.

Montículo 4a (M4a)

Se ubica a unos 90 m al noreste de M3 y conjuntamente con M4b

formaban un solo cuerpo el cual fue dividido por el paso de una

acequia matriz que permitió la irrigación de todo el Sector B. Alcanza

una altura aproximada de 7 m y 100 m de largo por 50 m de ancho;

el cuerpo alargado del montículo tiene una orientación norte-sur. De

acuerdo a la fotografía aérea y lo observado en el terreno, su parte

más elevada es la mitad sur del montículo, el cual esta coronado por

un recinto cuadrangular con la misma orientación que el resto del

conjunto. Otras cabeceras de muros, con ligeras variaciones, ostentan

la misma orientación. Pero lo que es más significativo es que

presentan muros de doble cara que tienen como material de

construcción piedras angulosas, al igual que M2.

Montículo 4b (M4b)

Es un cuerpo plano y ubicado adyacente y al noreste de M4a. Es de

forma irregular y alcanza 1.5 m de altura y unos 50 m de longitud.

Presenta huellas de huaqueos, los cuales han dejado al descubierto

un muro de adobitos.

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Montículo 5 (M5)

Estructuras de planta cuadrangular distinguibles en la foto aérea del

45. Actualmente en su lugar se encuentran las ruinas de una antigua

casa de campo edificada sobre una ligera elevación del terreno. Sin

embargo, en una zona inmediatamente al este de estas ruinas se

percibe una estructura rectangular compuesta por gruesos muros de

piedra de campo, en cuyo interior se observan fragmentos de grandes

cántaros de engobe naranja y una piedra de moler (batán).

Montículo 6 (M6)

En la foto del 45 se distingue como un montículo bajo y amorfo de

aproximadamente 100 m de longitud. A estas alturas ya no cabe

describir la forma que adoptan las plantas de los montículos debido a

la intensa deformación sufrida por la habilitación de los campos de

cultivo que los han socavado hasta casi su mínima expresión, en el

mejor de los casos, o simplemente los han desaparecido. En el caso

de M6 sólo queda un remanente en el extremo norte, sin ningún

indicio de arquitectura. El cuerpo principal del montículo se presenta

como una ligera colina cultivada. Se recolectó cerámica Lima de su

superficie.

Montículo 7 (M7)

Uno de los montículos que delimita el asentamiento hacia el este. En

la foto del 45 se aprecia claramente una extensión mayor a la que

actualmente no esta bajo cultivo, pero que se deja notar por la

ostensible elevación de los terrenos circundantes. Se ubica unos 80 m

al este de M6 y su eje mayor se orienta de este a oeste con

aproximadamente 115 m de longitud y unos 4m de alto. Esta

coronado por un cuadrángulo definido por cabeceras de muros de

piedras angulosas de campo. Se recolectaron tiestos Lima y un solo

tiesto de estilo Chancay.

Montículo 8 (M8)

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Ubicado una decena de metros al norte de M7 y, conjuntamente con

éste marcarían el límite del complejo urbano de Copacabana hacia el

este. Asimismo, se observó la presencia de cabeceras de muros

elaborados con piedras de campo. Altura aproximada 3.5 m y 40 m

de longitud. Afectado con ocupación moderna, pero deshabitada

actualmente.

Montículo 9 (M9)

Es una estructura en forma de L que se ubica en la parte central del

sector B y se constituye en la de mayor extensión con

aproximadamente 200 m de longitud en dirección este-oeste.

Actualmente, se presenta como una ligera plataforma elevada, sobre

la cual se han construido casas de material noble, una de las cuales

es de la compañía CIPINSA, inmobiliaria dueña del terreno del

Programa de Vivienda Santa Rosa. Presenta cabeceras de muros

arqueológicos en su esquina suroeste.

Las viviendas que están siendo habilitadas por la urbanizadora arriba

mencionada ocupan el área que se encuentra entre este montículo o

estructura y el montículo 6 del sector A o Cerro Campana.

Montículo 10 (M10)

Montículo que estuvo ubicado muy cerca de Cerro Campana y que

actualmente se encuentra completamente desaparecido. De acuerdo

a la foto aérea del 45 alcanzaba unos 80 m de largo por 40 m de

ancho. Alineado al eje general del conjunto, con una altura poco

considerable tal vez 5 m. Sobre su cima se destacaban tres recintos o

plataformas cuadrangulares siguiendo el eje principal del conjunto

urbano.

Montículo 11 (M11)

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Denominamos así a un promontorio que, de acuerdo a la foto aérea

del 45, estaba ubicado al sureste de M10, con forma irregular y de

similares dimensiones que éste. Su cima estaba igualmente coronada

por una estructura cuadrangular con la misma orientación del

conjunto. Contaba, asimismo, con una especie de plataforma irregular

en su flanco oeste. Actualmente en su lugar se encuentra una casa de

campo, pudiéndose observar que se asienta sobre un pequeño

afloramiento rocoso.

En el valle del Chillón existen una serie de sitios habitacionales

y de reducidas dimensiones que están distribuidos en todo el valle, y

que corresponden a este período, podemos mencionar el sitio de:

- AGAPITO, que está a poca distancia de la carretera que une El

Callao con Ventanilla, es un pequeño montículo que se ubica en

medio de los campos agrícolas.

- también se encuentra el sitio de Pan de Azúcar,

- Cerro La Regla y

- Cerro Volcán.

En el caso de los últimos se encuentran emplazados en las faldas de

unos cerros.

- También destacan el sitio de Huacoy.

En el valle de Chancay es importante la presencia del sitio de:

- HORCÓN: que se ubica en la quebrada del mismo nombre, en

la margen izquierda del valle, cerca del extenso sitio tardío de

Pisquillo Chico, lo interesante es que se encuentra emplazado al lado

de una vía natural de comunicación entre el valle de Chancay y el

valle del Chillón que va por la quebrada de Quilca y sale al Chillón por

la zona de Trapiche, es un sitio bastante extenso y quizás también

sea un centro urbano, destaca una pirámide adosada a la falda del

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cerro que parece que fue la más importante ya que es la de mayor

envergadura, hacia las zonas cultivadas hay una serie de montículos

que poco a poco están siendo ganados por la ampliación de las tierras

agrícolas, el sitio también está siendo afectado por un sistemático

saqueo, guarda por el material de superficie bastantes semejanzas

con Cerro Trinidad y Chancayllo y creemos que tuvieron una

homogeneidad cultural distinta a la de los sitios del Chillón, al parecer

el fenómeno Lima en Chancay tuvo componentes bastante locales y

tuvo un desarrollo asombroso, pero por las evidencias reunidas hasta

la fecha al parecer hay un colapso hacia el 500 d.C. y los tres sitios de

mayor magnitud Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón son

abandonados, no sabemos bien a qué se debe ese abandono pero lo

más probable es que estuvo relacionado con fenómenos climáticos

( quizás el Niño). La arquitectura de estos centros urbanos es

bastante peculiar y se diferencia de la arquitectura Lima de más al

sur, son montículos adosados a los cerros mayormente ( repitiendo un

patrón norteño quizás), por la magnitud de los sitios debieron de

demandar una gran planificación, con la consiguiente producción de

alimentos y el excedente de mano de obra de los campos agrícolas

para destinarlo a la construcción de los centros urbanos, nosotros

creemos que en estos momentos para el valle de Chancay ya

podemos hablar de ciudades y un fenómeno estatal.

IX. IDEOLOGÍA Y CREENCIAS (ICONOGRAFIA)

Uno de los diseños más comunes en la iconografía Lima es el

denominado entrelazado o interlocking, consistente en serpientes

entrelazadas fuertemente geometrizadas. Escobedo y Goldhausen,

(1998), han identificado recientemente los siguientes diseños:

El Pulpo: consiste en la figura de una cabeza o cara, en todos los

casos de color blanco, sin cuerpo. Tiene forma entre hexagonal y

trapezoidal, ojos redondos y seis apéndices en la cabeza, que en

algunos casos figuran serpientes. Se trataría de un ser fantástico.

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La Cara Sonriente: Representada en cerámica, textilería y pintura

mural, como en Cerro Culebras. Es un rostro de forma hexagonal,

compuesto por dos ojos, una nariz y una boca cuadrangular con

dientes ostensibles. Como en el caso del pulpo, de la cara emergen

apéndices serpentiformes.

El rombo: se trata de una figura geométrica en forma de rombo,

engastado en serpientes.

En el Lima Tardío, dichos motivos iconográficos desaparecerán

predominando en la decoración de las vasijas las figuras de

espirales y triángulos concéntricos, ejecutados con líneas de

colores. Asimismo se haría la simbolización de serpientes a

través de los diseños en espirales.

X. COLAPSO

Todas las construcciones Lima excavadas indican que fueron

abandonadas durante el siglo VIII d.C. Se teorizó que las causas

hayan sido cataclismos naturales o invasiones destructivas foráneas,

como la de los waris. Sin embargo, los vestigios señalan que se trató

de una clausura organizada de los espacios públicos con pleno

respeto de reglas precisas. Los patios y otras construcciones en la

cima de las pirámides quedaron sepultados con rellenos

intencionales. Los accesos se sellaron con pircas de adobe, bloques

de greda o piedra. No sabemos si todos los casos de clausura y

abandono se dieron en el mismo tiempo y por las mismas razones. Es

eventualmente posible que se tratase de un ritual relacionado con la

defunción de los últimos residentes de cada palacio de la fase

Maranga. En todo caso, los entierros y otras evidencias de actividad

humana demuestran que la arquitectura pública de Lima fue

abandonada cuando en la costa central se difundieron vasijas y

textiles adornados con diseños originarios de Tiwanacu y de Nasca

(estilos Viñaque, Pachacámac y Atarco). A veces, los alfareros locales

también adoptaron esas expresiones (estilo Nievería).

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Este panorama de colapso del poder central contrasta con la difusión

del estilo local, Nievería, hacia Lambayeque, junto con otros estilos

sureños. Es probable que varios representantes de las elites Lima se

unieran a otros grupos Wari y participaran en la conquista del norte.

Ya por entonces el santuario de Pachacámac iba alcanzando

importancia como centro de atracción de miles de peregrinos, desde

donde se difundía en el mundo andino la adoración del dios del

mismo nombre. Tal vez fue en ese centro donde se selló la hipotética

alianza entre los señores Lima y los Wari.

El Horizonte Medio constituyó una etapa crucial en los Andes

Centrales que implicó cambios en el patrón funerario, el crecimiento

de una serie de asentamientos y el desarrollo de un sistema

ideológico que unificó gran parte de esta zona con sus respectivos

aportes locales. El tránsito de este complejo periodo y su

transformación hacia un periodo donde las sociedades adquieren una

personalidad particular, de

carácter local, es un fenómeno poco conocido.

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