trabajo de homiletica
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Seminario mayor Santiago Apóstol
Materia:
Homiletica.
Tema:
Noción de homiletica y fuentes de la predicación.
Docente:
Pbro.: Rene Maldonado.
Alumno:
Inmer Valentín Navarro.
California, 31 de julio de 2015.
1. Homiletica y su definición.
Como parte de la teología práctica se ocupa de las formas del discurso público en el
campo de la Iglesia Homiletica es la teología de la predicación eclesial o la exposición
practico científica de los fundamentos y reglas de una predicación adecuada a la palabra de
Dios. A la función didáctica de la predicación se añade también una función soteriológica
es palabra de salvación no solo portadora de saber
La homilética cultivó durante mucho tiempo en primer término la estructura de la
predicación, es decir, se preocupó de la técnica de la predicación, las fuentes; mientras que
el contenido de la predicación tenía que ser preparado en otras disciplinas. La renovación
del pasado apuntaba siempre a lo metodológico.
En esta reforma de la predicación ya no se trata del cómo, sino más bien de las
cuestiones del contenido de la predicación. Hoy el nombre de homiletica no tiene nada que
ver con la distinción entre “homilía” y “predicación temática”, sino con omilein en el
sentido de predicar, de hablar familiarmente. Se expone en ella una teoría teológica de la
predicación.
Tipos de homiletica.
Desde A Schweizers (1848) es clásica la división entre homilética principal, material y
formal.
a) La homilética principal.
Es la que pone el acento en los fundamentos teológicos de la predicación. Tiene que
preocuparse de la esencia teológica de la predicación cristiana como palabra de Dios que
toma una posición definida en el proceso de la salvación.
Además hay que aclarar la relación de la predicación e Iglesia, culto o sacramento y
predicación de la palabra. Otras cuestiones son la interpretación homilética de la Escritura,
el papel del predicador en el proceso de la salvación y el de los oyentes, que no forman sólo
una comunidad pasiva, sino que también son signo de salvación en el mundo.
b) La homilética material.
Aquí el mensaje de salvación en Cristo, unido a la exigencia de creer en El, es el núcleo
de la predicación cristiana.
Las fuentes de esta homilética material son: La Sagrada Escritura, la liturgia, los Santos
Padres, la historia y vida de los santos. El núcleo de la predicación lo forman Dios trino, el
reino de Dios, la Iglesia, el hombre.
c) La homilética formal.
Es la que presenta los fundamentos técnicos de la preparación de la predicación. Por
ocuparse de las formas del discurso público en la Iglesia, puede considerarse como una
retórica en un contexto cristiano. Sin embargo, no debe caer en la tentación de ofrecer
retórica antigua o moderna con un ropaje actual, sino que tiene que ofrecer teología
homilética. Quién predica, qué, a quién, para qué, como, son otros tantos interrogantes a los
que la homilética debe dar respuesta adecuada.
La homilética formal examina en general la función del predicador (quien), la función
de la comunidad de oyentes (a quien), el lenguaje (cómo), la finalidad (para qué). Ya que la
homilética no es pura ciencia, sino también técnica, debe mostrar los caminos para mejorar
el arte de predicar.
2. Fuentes de la predicación.
a) La Sagrada Escritura
Es la primera fuente de predicación debido a la importancia de la revelación para el
contenido de la predicación. Es también un modelo para el lenguaje, la claridad, la viveza
de la predicación. El lenguaje del Antiguo Testamento, sobre todo profetas, salmos y
escritos sapienciales, es un lenguaje de imágenes simples y vigorosas.
b) Los Santos Padres
Son ellos quienes mejor contribuido a que los oyentes escuchen verdaderamente a Dios
que les habla y celebren y asimilen como creyentes la Palabra divina. Se distinguen por
cierta suave perspicacia de las cosas celestiales y por una admirable agudeza de
entendimiento, con que íntimamente penetran las profundidades de la divina palabra, y así
sacan de ella cuanto puede servir para ilustrar la doctrina de Cristo y promover la santidad
de vida. Convirtiéndose en modelo de quien sabe sacar a la luz el sentido espiritual de la
Escritura.
c) La liturgia
El año litúrgico según Pío Parsch, ofrece al predicador dos cosas importantes materia y
estado de ánimo. Sin el estado de ánimo adecuado no preparara bien su predicación, no será
eficaz su predicación. En este sentido la liturgia es como una segunda Escritura; y es que el
hecho de que un texto bíblico esté inserto en la liturgia lo hace aparecer bajo una luz nueva.
Hay tres formas complementarias por las que la liturgia puede ser una fuente para el
predicador:
1) Como objeto de explicación, tal como lo expondremos al hablar de la homilía litúrgica.
2) Como tesoro de preciosas citas.
Siempre estará bien una referencia a la liturgia, donde la doctrina se presenta en
forma concreta, según el axioma lex orandi, lex credendi, la ley de nuestra oración está
determinada por la ley de nuestra fe. El tema principal de la liturgia, que jamás pierde de
vista, es también el tema principal de la predicación: Cristo y su obra de salvación.
3) Como fuente de inspiración.
La liturgia hace incursiones ordenadas a un fin religioso en la naturaleza, la vida, las
estaciones, los trabajos, la historia y las aspiraciones de la humanidad. Entrar en el espíritu
de la liturgia empuja ascensionalmente hacia un estado de ánimo que eleva el tono de la
predicación y sabe encontrar la expresión acertada.
d) Documentos del Magisterio
El predicador debe informarse en las fuentes primeras cuando tenga que aclarar o
rectificar ciertas cuestiones. Las decisiones de la Santa Sede o de los Concilios, las
encíclicas de los últimos Papas y los documentos de la Conferencia Episcopal.