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TOESBOC

Paco Casaus Larinto

Sevilla, septiembre 2009

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Me monté en el autobús, venía cansado del examen y me senté, no es una forma acostumbrada, pero lo hice, iba con mis cascos puestos a todo volumen, escuchando música, lo que me hace feliz, me entretiene y me aparta de este mundo, tan triste y aburrido, cuando de pronto, escucho ¡qué buena música llevas! miré hacia mi derecha y vi a una chavalita que, inconscientemente, no me había fijado al sentarme, si, le dije ¿te gusta? Ella, con una sonrisa me contestó, pues era evidente. La música me transporta al espacio infinito, no puedo faltar sin ella, forma parte de mi vida, ya lo veo, dijo ella, también me gustaría a mí poderla escuchar como tú, pero no tengo mp4, estoy esperando que alguien me lo regale, porque no tengo dinero para comprármelo, necesito otras cosas antes, ¿quieres escucharlo mientras que vamos juntos en el viaje? Bueno, le cedí un auricular y, mirándola fijamente, me di cuenta de que era una mujer extrovertida, amable y cariñosa, por los rasgos de su perfil de cara, le pregunté a donde iba y me contestó que entraba a trabajar en un supermercado, desde las tres a las diez de la noche, de lunes a sábado, yo le dije que era estudiante en la Facultad de Comunicación y que acababa a las dos y media, pronto llegó la parada donde nos bajábamos los dos, pura coincidencia, y al despedirnos, muy amablemente le dije, que si quería mi número de teléfono para vernos cualquier día, después de salir del trabajo, o algún fin de semana, no lo dudó un momento, lo anotó, me pidió el nombre y me dio el suyo, Elisa, que nombre más bonito, ella me grabó como Música, fue gracioso y nos despedimos, con un hasta luego, pero cuando se iba se volvió, me llamó y me dijo que quería darme un beso de despedida y ahí empezó la historia que ella no se podía ni imaginar, porque le ofrecí mis labios y cuando me los besó, le dije que nos habíamos dado un beso de amistad a medias, porque el cuerpo está dividido en dos, cuerpo y alma, o mejor dicho exterior e interior, ella se quedó perpleja, no me comprendía, ni mis gestos ni mis palabras, acababa de conocerme, ¿qué quieres decirme? que me tienes que dar también tu interior ¿mi interior? ¿Aquí, en medio de la calle? claro, saca la puntita de tu lengua y rózala con

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la mía y así sellaremos el lazo de nuestra amistad, lo hizo y diciendo, tú estás loco, se iba sonriendo. Llegué a casa como siempre, cantando y lleno de alegría por el examen, por estar lleno de vida y porque había conocido a una chavalita encantadora, que se había cruzado en mi camino, cuando menos me lo esperaba y no tenía aspecto de ninguna tribu, parecía hogareña y familiar, aunque tuviera sus amistades, pero me daba la impresión que es un estilo, a como me contaba mi madre de su juventud. Era el primer día que la había conocido y ya estaba loco porque dieran las diez de la noche, para estar en la puerta del supermercado para verla de nuevo y dar un paseíto con ella, y así fue, no lo dudé un momento, me maqueé y allí estaba el mozo, esperando a su musiquera, a ver como resultaba el nuevo encontronazo, por ahí sale, es bonita, de cuerpo no está mal y viste de forma sencilla, no provoca y anda despreocupada. ¡Elisa! ¡Hola! Cuando me vió, sin ninguna llamada telefónica, al respecto, se le cayeron los palos del sombrajo, pero sin olvidar darme esa sonrisa clásica en ella, que desde que la conocí me “endiñó”. Nos saludamos en toda regla ¡qué haces aquí? Po no lo sabe ya?, vengo a contarte mi historia, pero, ¿tú tienes alguna historia con lo joven que eres?, te pareces a mi abuelo, tu abuelo te cuenta historias, claro, ¿que son, de miedo o de alegres fantasías?, no, me cuentas cosas que le pasaron cuando era joven, cosas de la guerra, de su coche, de cuando iban a la playa en el seiscientos, cosas del Betis, ya sabes. No, yo te tengo que contar mi historia, que no se la he contado a nadie, pero para eso tengo que empezar por el principio, para que no te asustes ni tengas preocupación o miedo, porque lo que te tengo que contar, es lo más natural que pueda existir en esta tan maravillosa y grande naturaleza. Pues empieza, yo no tengo prisa, hasta mañana a las tres de la tarde que entro a trabajar, ¡óle! así me gustan las mujeres, con fuerza y poderío y a lo pasao pasao y que digan lo que digan, que qué bonito es un entierro y que de mí cuenten historias, que yo soy águila imperial y mientras me quede una pluma, no te dejaré de amar, ¡qué bueno eres música! ¿por qué me dices música? ¿cómo quieres que te llame? llámame por mi nombre, bueno, Antonio.

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Venga ya, empieza de una vez que me estas poniendo nerviosa, ¿tu cuántos años tienes? yo 18 ¿y tú? yo 23, empecé con vida también un 23, qué casualidad, muy cerquita del rio en un hospital general, como yo, también nací en una clínica junto al rio, pero en Triana, que tiene más arte que tú, sí, pero, seguro que a ti te pusieron chupe cuando llorabas, porque eras una niña muy linda y a mí no me pusieron nunca chupe, yo solo tuve los pezones de mi madre y las tetinas de los biberones de agua, leche y manzanilla ¡ea! Soy un chico diferente de mi generación, aunque solo sea por no tener chupe durante mi tiempo de bebé, que ya es algo. Después vinieron los primeros pasitos, las primeras carreritas, los revolcones en jardines y plazas, hasta que llegó la guardería, que fue el primer vacile de los vaciles que yo no me podía ni imaginar, pues en mi trayectoria infantil nunca había tenido amigos, porque donde vivía, escaseaban en su totalidad. Qué maravilla encontrarme con niñas y niños de mi edad para jugar, cantar y aprender a leer y escribir y poder visitarnos por las tardes, todos los días, en casa de cualquiera de ellos o en la mía, para seguir jugando, aquello si era vivir, porque le encontré jugo a estar vivo, había otras personas aparte de papá y mamá y, por supuesto, la abuelita, que era la que mayormente me entretenía, y empezaron a lloverme los muñequitos de goma iguales a los que yo veía en la televisión, qué bonitos eran aparte de verlos, podía jugar con ellos en mi habitación, con mis amigos o solo, y así pasaban y pasaban los años y el estudio cada día me gustaba más y también mis amigos y compañeros incluyendo las féminas a las que, de alguna forma me enamoraba. Qué vacile el Goku, Superman, Batman, y todos aquellos que de alguna forma podían volar, por el espacio infinito, todos me dejaron una huella y una verdadera ilusión. ¡ah! Se me olvidaba, no me bautizaron cuando nací, me bautizaron unos pocos días antes de hacer la primera comunión, porque yo quise hacerla, mis padres nunca me obligaron. Tú tienes unos padres muy liberales, o ¿es que no creen en Dios o son de alguna secta?, que va, todo lo contrario, son cristianos de verdad, lo que pasa es que, al igual que el chupete veían que era un engaño, ellos pensaban que no tenían que engañarme en nada, que era yo el que tenía que decidirme en

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todas las cuestiones sociales, políticas, laborales, etc. que me fueran saliendo en esta vida. La carrera que he escogido, la he decidido yo, ellos no han influenciado en mi absolutamente en nada de mis estudios, solamente en que, lo que empecé en la guardería, terminaba en la universidad. Oye ¿tú no fumas? Yo he fumado, he bebido y he hecho cuanto he necesitado en esta vida, pero me he dado cuenta, que todo lo que me produce ezquizo manías, depresiones, paranoides y bajadas o subidas con sustancias que no me dan nada más que trastornos nerviosos, y que además me hacen esclavos de ellas, no me interesan para nada, solo me he quedado con un cuba libre con mis amigos cuando se tercia, y una cachimba con mi padre cuando me encuentro a gusto, en mi casa, o con mis amigos, a propósito, cuando quieras una cachimba me lo dices, que tengo una maravillosa en mi casa que te hace elevarte a los cielos y, desde allí, puedes ver a TOESBOC, muy cerquita de ti, no, muchas gracias, el TOESBOC, para ti, yo prefiero respirar el aire limpio que me da mi naturaleza trianera, al cruzar mi rio camino de mi casa. No te enfades, si quieres nos tomamos una copita de lo que quieras, el día que tú quieras, que no tiene que ser el sábado ni el domingo, para eso no soy matemático, yo intento ser comunicador audiovisual, para verte cada vez mejor, porque no he visto una mujer más bella, en los días que llevo vivido, en esta bendita Tierra. A propósito, ¿tú sabes que es belleza? Yo no, respondió Elisa, un poco mosqueada, pues belleza, según Sócrates, es según como la vea cada persona, así lo escribió Platón, en uno de sus libros hablando de su maestro. Por cierto, estábamos hablando de mis padres ¡qué suerte tener unos padres así! a mi me pusieron chupete y me obligaban a estudiar, me castigaban, no dejaban que vinieran mis compañeros a mi casa, no me dejaban que yo me fuera con ellos, a lo mejor porque yo era una niña ¿no? No lo sé, ca uno es ca uno, y al que le toca le toca, pero tú no te preocupes, que ya estoy yo aquí y juntos vamos a formar una pareja que nos va a ver hasta el astro más pequeño de este mundo, que se llama TOESBOC ¿TOESBOC? ¿otra vez con toesboc? Si, para que haya luz tiene que haber un positivo y un negativo, o sea, dos polos ¿tú no ves la bombilla? pues un día de estos, cuando tu

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menos te lo esperes vamos a dar un resplandor que ni el mismo Sol ha sido capaz de dar desde que él mismo se creó. ¿Tú tienes fe en mí, o crees que estoy como una chimenea, o una cabra en un garaje? Soy un hombre que estoy buscando una mujer, hasta hoy solo he encontrado hembras, féminas, señoritas, chavalas, muchachas y otras más, pero ninguna mujer, yo quiero una que no busque la muerte y que se enamore de TOESBOC, toesboc es una palabra compuesta, expresada a mi estilo, que significa “todo es boca” que es como te dije, el Astro más pequeño del Universo y que, como el Sol, todo es luz, él es, todo es boca ¿lo entiendes ahora? Te digo no a la muerte y si al toesboc, donde espero algún día poder llegar con una mujer a mi lado, VOLANDO A PELO, porque, hasta hoy, todo el mundo que nace en este planeta su fin es morir y ¿tú sabes por qué? ¿tú te has parado un momento a pensar el por qué? pues es verdaderamente fácil, porque nadie se sabe alimentar, desde los tiempos remotos es una cadena, de familia en familia, en cuestión, ¿tú te imaginas a un niño que lo llevan a una feria, lo montan en los cacharritos, lo llevan al circo, le compran boletos en las tómbolas, lo meten en la trastienda de las casetas, y termina el padre comprándole una espada de vikingo? ¿cómo terminaría en la cama? pues reventado ¡ah! y después de haberle endiñao los churros con chocolate, pues así se ha alimentado el ser humano, desde que el mundo es mundo, nunca se ha ordenado, lo normal es llevar al niño un día a los cacharritos, otro día al circo, otro día a las casetas, y el último a las compras para los regalos de turrones y recuerdos, así debe de ser alimentado el cuerpo y no la rebujina que le metemos todos los días a los bichitos que tenemos dentro de nuestro cuerpo, que son los únicos que viven, los tenemos siempre locos porque no los dejamos tranquilizar, ni le damos tiempo a ponerlos en orden. Todos vamos buscando el sabor, la calidad, el gusto, la tradición, lo que entra por los ojos o por la nariz, para alimentarnos y, posteriormente, tener que hacer la digestión, que por supuesto es falsa, porque el producto no es el adecuado, y, sin embargo, no se va buscando la salvación, hay quien se hace solo vegetariano, hay quien solo come carne, hay quien hace la paella mixta, hay quien le echa cebolla al gazpacho, hay quien le echa al cocido coles, y

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así te estaría mentando infinitas maneras que cada uno tiene en su situación comarcal o regional de comer, con lo fácil que sería cambiar la rutina y empezar de cero, en negativo, ya que, por lo positivo sabemos, dónde nos llevarán, en esa cajita de pino, a rodearnos con flores y lápidas o a quemarnos des integradamente en cenizas y, fíjate como es la cosa, que a nadie se le ocurre, con lo sencillo que sería empezar una historia nueva y no seguir machacando la mierda y la mierda solo sabe a mierda ¿Te estoy dando el coñazo? no, lo que pasa es que me estas contando una historia que en mi vida había pensado imaginarme. ¿Qué historia? La de la muerte. ¿Tú crees que habría una forma humana de salvarse de la muerte? Pues claro que sí ¿no te estás enterando? pero esto solo lo sabemos tu y yo, si es que quieres seguir conmigo y le echas valor a la vida, que vida solo la Nada nos da una y es para toda la vida, y si la sabes conservar, yo te puedo enseñar las vocales, de una nueva vida como vocabulario, las consonantes las tenemos que descubrir juntos, porque es un abecedario totalmente nuevo e invisible que no hay nadie que lo sepa, porque todavía no ha venido nadie a este mundo, ni el mismo Jesucristo, que haya podido volar gracias a sus pulmones, con excepción de ese maravilloso Superman, que cuando lo vi en películas me dejó pasmado, obnubilado y verdaderamente enamorado del aire y su espacio infinito y, si te miento, tu me perdonas, porque dice la canción que, el aire dice mentira, y aquel que diga que no miente, que diga que no respira. ¿Qué hora es? ¿Te espera alguien? No, no me importa, mis padres saben que hoy llegaba tarde, les dije que iba a salir con un amigo ¿Que estabas citada con un amigo? ¿Y por qué no me lo dijiste? Ese amigo eras tú ¿Tú sabias que yo iba a ir a esperarte? ¡Claro! ¿No ves que me dejaste imantada con el beso que me diste? a mis dieciocho años, ni en películas ni en novelas, que yo haya leído o visto, ninguna me ha presentado un beso de cariño y amistad tan maravilloso como el que nos dimos recién conocidos y eso me dejó con una fuerza, que he trabajado ¡coño! mis compañeros y jefas, hoy se han quedado alucinados viendo como me desenvolvía y de qué manera trabajaba al público, hasta me han llamado para felicitarme. Por algo sería ¿no? como para no saber

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que tú estabas en la puerta ¿o no te pasó a ti lo mismo? Pues tienes razón, no sé qué me pasó que, cuando se acercaba la hora, ni cena ni ná y eso que nunca la perdono, cogí puerta y, pies pa que os quiero, a ver mi Elisa de mi alma y de mis entretelas, venga, vámonos ya que mañana es otro día y por lo menos eso cuentan los científicos, que de eso saben un poquito y hay que ir a la facultad y tú tienes que ir despejada al currelo, para que te vean la más guapa del mundo ¿me das un besito? Te doy los que me dé la gana, que para eso te las ganao a pulso, majareta, y no intentes acompañarme a casa, que se ir solita y necesito pensar un poco y digerir tantas cosas que tengo pendientes en mi cabeza, mañana, si la naturaleza es sabia, nos unirá, si no, cuando el autobús quiera, hasta luego y nos dimos un piquito de lengua y labios, más contentos que en misa y cada uno para su casa. Antonio, desde estos momentos, empezó a maquinar de que manera podía alquilar un piso para vivir con Elisa, en el caso de que ella aceptara y, sin pensarlo, por el barrio de Triana, todos los días se daba el paseíto preguntando y mirando a ver qué pisos había y que posibilidades monetarias tenían para poder contratarlos, porque él contaba con la ayuda de sus padres, por un total de trescientos euros, que serian para el piso, y vivir con lo que ganaba Elisa, que eran unos 1.100 euros, él pensaba que tenían suficiente, pero no se lo decía a nadie, hasta no encontrar lo que a él le gustaba para los dos. Un día, en la calle Alfarería, vio un pisito con salón, cocina medio grande, cuarto de baño completo, dormitorio de matrimonio y un cuarto de estar, aquello le pareció, en principio, maravilloso, el precio era de trescientos diez euros incluida la comunidad. No lo dudó un momento, se fue a las puertas del supermercado de Elisa y la llamó por teléfono para que saliera un momento, ella, al verlo tan preocupado, habló con su jefa y la autorizó. Al verlo tan nervioso y sin saber nada de nada le preguntó ¿Qué pasa Antonio? Elisa, he visto un pisito en Triana, tu barrio, que nos cuesta 310 euros incluida la comunidad, ¿Qué te parece? ¿A ti que bicho te ha picado? ¿Quién te ha dicho que yo me voy a ir contigo a vivir? entonces ¿Qué haces aquí hablando conmigo? ¿No ves que nos queremos? ¿Para que hacer

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mas el ridículo por las calles o en las terrazas de los bares, o sentado en plazas, aguantando a niñatos y poca vergüenzas, que es lo único que hay por ahí? ¿No te das cuenta de lo que te estoy ofreciendo? Yo pago el pisito y con lo que tu ganas podemos vivir cómodamente, yo no quiero tu dinero, yo tengo la tarjeta del Sevici y la Universidad me la estoy pagando con las Becas, así que tu manejaras lo tuyo, yo no quiero nada de dinero, solo que me invites a comer en nuestra casa y poder asearme junto a ti, ¿qué te parece? Pero, Antonio ¿así? ¿de pronto? ¿como el que lava y no enjuaga? tendré que pensarlo y decírselo a mis padres, la contestación se la tengo que dar el sábado y hoy es jueves, así que date prisa, si no, el sábado se acaba todo, o te vienes a vivir conmigo y si hace falta nos casamos, que para eso hace falta ya más tiempo porque hay que arreglar los papeles, o el domingo se acaba el rollo de TOESBOC. A propósito, Antonio, mis padres ayer me dijeron que querían conocerte ¿tus padres? Vamos ahora mismo, pero espera, que estoy trabajando ¿no ves que he salido un momento porque te he visto muy nervioso cuando me has llamado? dile a tu jefa que es un caso muy urgente y que me tienes que llevar a tu casa, espera un momento. Elisa sale por la puerta con cara desenfadada, pero con un aire trianero y afable que le caracteriza, lo coge de la mano y le da su besito con roce y se van a la parada del autobús. Al llegar a la puerta del bloque de Elisa, Antonio le dice, no vayas a llamar por el telefonillo avisándoles de que estoy contigo, déjalos en su estado normal, igual que estoy yo, que quiero conocerlos tal como son, en su hogar, como a mí me gusta que me conozcan, locamente enamorado de ti. ¡Hola! Ya estoy aquí, ¡qué pronto has venido! dice la mami, si, hoy he salido antes, porque como queríais conocer a Antonio, aquí os lo traigo, sano y salvo. Pero, chiquilla ¿y no has avisado? ¿no ves como estoy? planchando, tu padre en calzoncillos y la casa toda revuelta, señora Pilar, no se preocupe, estoy en mi casa, muchas gracias por recibirme, siéntate muchacho, gracias Ramón, ¡qué! ¿escuchando flamenco? Si, es lo que me gusta por la tarde; todos los días le pego un poquito, después a la novela y, finalmente, la película, después un poquito de piquislabi y a la

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piltra. Buena vida Ramón, ya quisiera yo, se parece a la de mi padre, a él también le gusta el flamenco, quizás más que a usted ¿a mí? a mi no me hables de usted. Gracias, mi padre se lleva todo el día escuchando flamenco, sevillanas y canción española, ¡no es pesao!. Los de nuestra generación fuimos diferentes, aunque también tuvimos nuestras fiestas roqueras y bailábamos con los Beatles. Pero Antonio ¿tú que nos cuentas? ¿qué es de tu vida? Mi vida es una ilusión buena y mala, ¿cómo te la digo? dime la mala, la mala es que me he dado cuenta de que me tengo que morir y eso me destroza el alma, y para mayor inri, tengo que terminar la carrera para encontrar mi meta trabajando, para encontrar el dinero vital, que hace falta en esta vida para poder vivir tranquilo y a gusto, aunque sin grandes propósitos ni valoraciones, tener que crear una familia, para tener hijos que me sucedan, y la ruleta sin fin que no pare, hasta que llegue mi hora. ¡Qué rollo! Y a esto lo llaman vivir los muertos verticales, los muertos parlantes, como decía Juan Manuel Flores, los que se mueven por inercia dentro de un engranaje viejo y milenario. ¿Y la buena? La buena es de otro color, que su hija todavía no conoce, pero que si tu Ramón me autorizas, en tu hogar, donde se derrama amor familiar para contárosla, hoy si me atrevo a daros las verticales y las horizontales, para que poco a poco las vayáis descifrando y podáis terminar el crucigrama de mi vida, que ya es difícil. Me encontraba totalmente encerrado, y vuestra hija, que de mi historia no sabía nada, pero que si tenía en su alma y corazón la llave de mi sexto sentido, pudo abrir mi candao para que éste pudiera empezar a caminar, por dentro de mi ser. Ese sexto sentio diréis vosotros ¿cuál es? Pues uno que tienen todas las personas humanas, pero que debido a la alimentación que llevamos desde la prehistoria no se ha podido desarrollar, de tal forma, que impide que nos salga la tercera dentadura, se una la nariz con la garganta y el oído, dejen los pulmones de respirar sólo y exclusivamente oxígeno y puedan tomar otros gases nobles, para enriquecer mas la sangre, y, en principio, con estos tres experimentos físicos corporales, ayudados por supuesto por el cambio negativo y brutal que vamos a realizar Elisa y yo,

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empezando por el diluvio universal que no es más que llevarnos solo y exclusivamente a agua, el máximo tiempo que a cada uno de los dos nuestra naturaleza nos lo permita, seguir comiendo en principio productos del trigo y cereales, al segundo día, pescado cocido, a la plancha, frito o al horno, tercero carne del mismo modo, al siguiente verduras de todas las clases que deseemos guisadas a nuestra forma y manera,y, como sexto y final, un día a frutas, después de estos primeros seis días, como principio de escuela culinaria, nos dará una enseñanza para equilibrar con sentido ¡qué! ¡cuánto! y ¡cómo! debemos de comer cada día, y de beber, por supuesto, el agua, refrescos, zumos y ¿por qué no? algo de alcohol, que tampoco tiene espina, como una cervecita o un tintito de verano, los demás son cosas mayores. ¿Os habéis enterado de algo? Pues todavía no he terminado, me queda la frase principal, para terminar el crucigrama, todo ello es para poder de alguna manera eyacular por los pezones y no por el pene, porque hasta la fecha eso no ha dado resultado y a la prueba de los millones de años me remito, para que ese líquido pueda mamarlo la mujer de mis sueños, que por cierto es para mí, Elisa, o de lo contrario, en vez de fecundar un hijo, ese producto, en vez de mandarlo a la matriz, mandarlo a las mamas y hacer lo mismo para que, en este caso, sea el hombre el que mame de las tetas de su mujer, así no habría muerte de los descendientes y sí la posibilidad de lo contado anteriormente, de conseguir la tercera dentadura, etc. ¿Me podéis dar un poquito de agua? “si mi arma” que no veas lo que nos has largao en un momento, mi padre está que no puede respirar, parece que se ha fumao un canuto de yerba taitajuana, Y mi madre creo que se va a tomar una tila, que es lo que le irá bien para los nervios. Esto es lo que tenias callao, estos días que solo hemos paseado cogidos de la mano y mirando el espacio infinito, esperando que llegara la noche para ver mejor las estrellas, como tú me decías. Vaya, lo que tenías guardado hijo. Ramón se levantó un poco confundido y le pregunto a Antonio ¿Tu padre donde trabaja? mi padre está ya jubilado, él fue funcionario de Agricultura ¿y tu madre? mi madre estudió Técnico Administrativo, estuvo de secretaria diez años y cuando

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se casó y me tuvo a mí lo dejó todo, porque me tenía a mí, a mi abuela y a mi padre, que ya era bastante, con las cosas de la casa y las compras, ahora tampoco tiene tiempo de vida contemplativa, siempre tiene algo que hacer ¿Qué os parece si un día nos reunimos los seis y nos tomamos unas copitas juntos, ya que pronto, muy pronto, vamos a partir de hoy, somos verdaderamente una familia? Pues no tienes mala idea, le dijo Ramón a Antonio, Elisa le dijo, Antonio ¿qué te parece si nos vamos a dar el paseíto ese que tanta falta nos hace, para contemplar la naturaleza , los coches y esos ruidosos motores de calefacción, con las calores que sueltan, hasta llegar al rio, donde nos podemos sentar en los bancos? ¿o nos vamos a Doña Elvira? ¿o a donde tú quieras? pero para estar tranquilitos y que no nos quiten el dinero, con el rollo de los olores de friturillas, o pastas, que para eso tenemos nuestras casitas respectivas, y dice que el que va a su casa, a buenas hora llega, ¿no es así Pilar? Si hijo, si, pero no vengáis tarde. Un besito Pilar, don Ramón ya nos veremos, gracias por todo ¡Ah! ¿Qué le he parecido, me aproximo mucho a como se lo contó su hija o se ha defraudado? ¡qué va! eres maravilloso hijo, ven cuanto quieras a esta tu casa, adiós, hasta luego, gracias. ¿Ahora a dónde vamos? tengo hambre, decía Elisa, ¿quieres comer conmigo en mi casa y te presento a mis padres y hacemos el día completo? son las diez y media, mientras llegamos a tu casa son las once, será tarde para que tu madre se ponga a prepararnos algo para cenar, mi madre es única en el mundo ¿no lo sabes ya? me tuvo a mí y con eso tuvo bastante, y mi padre, si está acostado, que se levante a conocer a su nuera. Autobús, y, derechito a casa. Buenas noches, pasa Elisa, mamá ¿qué te parece mi mujer? Hola, encantada, ya decía yo, que tenía que ser buena mujer para tener a mi hijo dislocado, solo me habla de ti y de sus proyectos, aparte de los exámenes, que lo traen a mal traer y, como es tan desastre, siempre piensa que los ha hecho mal y nos da el disgusto, después recoge las notas y como mínimo son notables o sobresalientes, ¡qué niño más tonto! sentaos, que os voy a preparar una tortilla de queso para cada uno, con una lechuga aliñada con tomate y atún y unas salchichas salteadas con ajito y vino ¿qué os parece? dice

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Elisa, para mi demasiado bueno, una delicia, nunca he probado la tortilla de queso, yo le echo queso viejo manchego para que tenga más rico sabor, a mi Antonio le encanta, espero que a mí también, le dice Elisa, venimos de mi casa, le he presentado a mis padres porque ellos querían conocerlo, ¿y qué les ha parecido? ¡yo que sé! los ha vuelto loco contándole historias que ni ellos se podían haber imaginado, que podían existir en la inmensidad de los universos galácticos ultra planetarios, hablo así porque se me están pegando las ideas y palabras de su hijo, Elisa no me hables de usted, si me quieres como tu segunda madre, me llamas por mi nombre, si no, me llamas como quieras, me bautizaron como Rosa, y mi marido es José, Pepe o Pepito, que ahora lo voy a levantar, seguro que está amodorrado escuchando la radio y cree que Antonio ha venido con algún amigo o amiga de la facultad o de su rollo audiovisual. No hace falta que me llames, o tú crees que yo soy tonto y no sabía que esa voz era especial ¿cómo estas guapa? bien ¿y tú Pepe? ¿po no lo ves? hecho un roble con mas remiendos que el pantalón de un maletilla en la puerta de la plaza de toro pidiendo una alternativa ¿Qué te ha contado éste? ¿los cuentos que tiene montaos en la cabeza? a mí me los ha contado delante de mis padres y me he quedao aluciná y a mis padres los ha dejao colgaos, yo no sé cómo me los voy a encontrar cuando llegue, no te preocupes mujer, papá, no vayas a empezar y deja a Elisa tranquila que hemos venido a cenar ¿vale? Hombre, yo lo que quería decirle es que en la vida el tren pasa todos los días, pero, el de uno, solo pasa una vez, y hay que estar seguro de cuál es, porque si se pierde la oportunidad, ya nunca vuelve más y te quedarás en la estación dando más vueltas que los caballitos poni que montan en la feria, también eso es entretenido, pero no conocerás las demás estaciones, ni las distintas ciudades mientras que el tren para, para cargar los motores, baterías, enseres y equipajes, además de los nuevos viajeros que compartirían los vagones en sus departamentos y así, sucesivamente, hasta recorrer este mundo tan bonito y verdaderamente maravilloso, sí, ya me callo ¡Ojú! ya sé a quien ha salido el niño, vaya el palique que tiene el padre José, tú no le eches cuenta, que si no, nos da la cena ¿Quieres beber algo Elisa? yo no bebo, quizás un poquito de agua

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fría, ¿te pongo hielo? sí, Antonio ¿por qué no nos hace unas fotos juntos? ahora mismo mi arma, está por to tus huesos ¿que las dao Elisa? yo que sé, venga, ya está, ponte al lado de mi padre, no, fotos naturales, que no tengamos que decir patata, actúa como un verdadero profesional antes de que venga la comida, vale Pepe ¿y ahora qué? ahora vida contemplativa, a verlas venir, que lo que yo tenía que hacer, ya lo hice ¿o no lo ves? este angelito del cielo que nos quita las tapaeras del sentío, a su madre a y mi, venga, que ya está esto niño, dice la mami, ¿te quieres creer que todavía no he hecho ninguna fotografía con esa cámara Elisa? ¿si, Pepe? como te lo digo, pero hoy os voy a hacer una a los dos, porque no he visto una pareja en mi vida con más belleza que la que derramáis por vuestro cuerpo, ahora que os veo juntos, vaya que sí, no te enrolles papá, y déjala tranquila. Ella me entiende ¿verdad Elisa? Sí Pepe. Pepito ¿tú vas a comer algo? aunque ya te has tomado la leche, eso que importa, dame un poco de melón, por lo menos para acompañar a la parejita, que se lo merecen. Papá, nos vamos a ir a vivir juntos, he visto un pisito en Triana, que con la comunidad nos cuesta 310 euros, con salón, cocina completa, cuarto de baño, dormitorio de matrimonio y una salita, justo lo que necesitamos, para eso tú y mamá me lo pagáis, como ya no tendríais gasto de ningún tipo conmigo, durante todo el mes, pues eso, nos pagáis el pisito, y con el sueldo de Elisa, que son 1100 euros podemos vivir de sobra, para comer y vestirnos, contando con las pagas extras e incluso podríamos coger algunas vacaciones baratas, en verano o navidad ¿qué os parece? Es la mejor idea que te he escuchado decir, desde que te conozco y ya hace 23 años, ¡sí señor! lo que haya que hacer, cuanto antes mejor, y Elisa ¿qué dice a todo esto? Pues yo me he quedado anonadada, perpleja y meditabunda, no sabía si estaba soñando o estaba con un loco que me avasallaba en la parada del autobús, como hay tantos en esta vida, pero, pensándolo bien y viéndolo ahora con vosotros, pienso que cuando llegue a casa se lo comentaré tranquilamente a mis padres, y, digan lo que digan, cogeré las maletas y, pies ¿pa qué os quiero? y con un dí y vení, todo quedará resuelto, claro que todavía tengo que formalizar mi contrato laboral y saber si me van a hacer fija, porque mi contrato,

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da la casualidad que termina a final de este mes, y es la última prórroga, el caso es que la dirección, los jefes y compañeros me demuestran estar muy contentos conmigo, pero eso a la hora de hacer fijo a un trabajador, no tiene importancia, y más sabiendo cómo anda la vida laboral, en estos momentos, con la posibilidad de los contratos basura. Pero chiquilla, come que se te enfría la tortilla, que, por cierto Rosa, está exquisita, se lo tengo que decir a mi madre, nunca se le había ocurrido hacerme una tortilla con queso, ni tampoco las salchichas con ajito y vino ¡qué cosa tan sencilla y tan agradable de comer, con su salsita para mojar! Eso decía el pobre de mi padre, el abuelo Paco, de tu Antonio, moja sopita hijo y come pan ¡qué gracia tenía mi padre! cuando veía a uno con la copa de vino entre los labios, metiéndose un latigazo, le decía, tira, tira, que no tiene espina, Elisa sonríe, Antonio de vez en cuando iba haciendo fotos mientras comía, aparte de que le gusta porque se lo había pedido su mujer, que para él era un vacile. Bueno, dice Antonio, mami, nos vamos, todo estaba muy rico, pero nos vamos, que todavía nos queda un caminito que andar, no vamos a coger ni bicicleta ni autobús, vamos a ir dando un paseíto tardemos lo que tardemos, Rosa, un besito y muchas gracias por ofrecerme tu casa y tu familiaridad, igualmente te digo, Pepe, ya nos veremos, que no sea tarde, quiero decir que vengas antes de las once, porque hoy me he levantado, otro día ya que tenemos confianza, me quedo acostado, así que ven más tempranito y si éste no te quiere traer, tú ya sabes venir sola, dame ese besito. Adiós papi, adiós mami, hasta luego, no vengas tarde. Elisa, no sé si ya te lo he dicho, pero el arte está en despreciar el sexo, el sexo lo hacen todos los animales del mundo porque no tienen conciencia y no piensan que traer descendencias suyas nuevas al mundo, para que lo capturen otros más fuertes que ellos, o para que se mueran de viejo es una tontería, es una estupidez, piénsalo por un momento y ve a un hijo tuyo que al mes de vida le venga una enfermedad tetrapléjica, o un virus, y, por qué no, un accidente en un autobús, o por unas escaleras bajando con el carrito, o al cruzar el semáforo, o a los tres años se cae de la bicicleta y se da contra un bordillo de la plaza donde juega, o

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jugando a la pelota en la playa le dan un cabezazo y lo dejan tararí para toda la vida, o lo matan en una pelea a los veinte años, o sufre un cáncer hepático a los 45 años, o se muere de viejo, qué más da, igual que nos puede pasar a nosotros, todo esto es hasta hoy. Y digo yo ¡qué sentido tiene traer familia al mundo! si tu destino y el de tus ascendentes y descendentes es morir, si viviéramos para conocer infinitamente todo el planeta, todavía, y si fuese conocer todo el universo ¡pa qué te voy a contar! Por eso para mí el sexo, por ahora, no tiene sentido en este planeta, claro que en otro planeta, otro gallo cantaría. Los demás solo quieren sexo, intentar tener más dinero, otro coche superior, un reloj de brillante, un chalet de lujo, un apartamento en la playa, un móvil que te vea cuando hables, y así, sucesivamente, pero ninguno intenta, a excepción de esos maravillosos científicos que hay escondidos en esos extramuros de los bunker políticos de los magnates universales que manejan el mundo, lo único que buscan mediante elementos químicos, gases y otras sustancias moleculares, es algo que haga sobrevivir al ser humano, para solo poder salvarse unos pocos cuando se destruya el planeta, pero con arte eléctrico, mecánico, y, ¡quién sabe! porque ya queda poco, pero estoy seguro que a ninguno se le ocurren las ideas que a mí me vienen a la cabeza, con los medios auténticos y naturales que esta galaxia nos da. Teniéndote como mi pareja, mi mujer, esposa y compañera, espero que algún día seas la madre de mis hijos, pero ese día, no tendrá más remedio que ser en el TOESBOC, no esperes de mí, ser madre en este viejo, caduco y obsoleto planeta que solo huele a muerto, porque es lo único que hay, aunque respiremos todavía. Lo único que yo te puedo ofrecer mientras me comprendas y puedas vivir conmigo, son besos de amor, que ya los conoces, caricias y abrazos. Decía una vecina que yo tenía, que había pario cuatro niñas encantadoras cuando eran ya mocitas y salían con muchachitos ¡niñas! “tocá y parpá hasta el jartá, pero llegando al chochá, pa tras” y tenía razón, pero que mucha razón. Yo creo que el amor es universal, el amor no se puede estancar en una barriada, en un distrito o en una ciudad, aunque hagas visitas a otras ciudades esporádicamente, o por motivos de trabajo o por placer, el mundo es infinitamente eterno y la eternidad no existe,

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lo abarca todo. Por eso, ya te he dicho que lo importante es conseguir que los pulmones cambien su sistema actual, yo no sé cómo será, pero tengo que conseguirlo para que la gravedad que me une a este vanidoso y orgulloso planeta, que me lleva a donde él quiere, pueda eliminar esa imantación que me abraza los pies y pueda ser yo el que elija mi camino, y tiene que ser mediante los gases nobles que existen en la naturaleza y que el aire, con el oxigeno como bandera, no los deja penetrar en mi interior. Elisa háblame un poquito, porque si no me voy a volver loco esta noche, y, de verdad, necesito un besito de esos que me hacen temblar las piernas cuando me rozas con tu lengüita y esos labios acaramelados y tan dulces como la miel. Que te quiero más que a los chorros del oro que caen a esta tierra andaluza, para adornar sus lindes, desde el más allá.

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CAPITULO II

¿Qué pasa Elisa? Antonio, me han hecho fija, y me trasladan a primeros de mes a la sucursal de Triana, que está del piso a unos cinco minutos ¿qué te parece? de maravilla, enhorabuena, ¿dónde nos vemos? voy en el autobús camino de casa, pero dime a dónde y voy a verte ahora, estoy terminando la jornada de mañana, recógeme en la puerta y me voy contigo a tu casa, ya comeremos lo que haya, ¡qué buena eres! te quiero, hasta luego chati. Qué haces trabajadora de Semana Abierta o no sé cómo se traduce el nombre de tu hipermercado. Se llama como tú quieras llamarle, 1.300 euros al mes, que es lo que interesa, y fija ¿qué te parece? Deja que te de un abrazo. Y ese besito de amor que no falte, cariñito. Buenas ¡hola! ¿ya estás aquí? No, estamos, Elisa viene conmigo, está dispuesta a comerse al lobo por los pies, trae un hambre atroz. Muy buenas Rosa, estoy loca de contenta, me han hecho fija, qué bien hija mía, yo me alegro de verdad, qué tranquilidad. Con lo mal que anda la cosa ¿Y Pepe¿ seguramente está en el cuarto de baño terminado de largar, porque es como el galgo Lucas, que se ponía a cagar cuando salía la liebre, ja ja ja, se reía Elisa viendo salir a su suegro, poniéndose bien el pantalón del pijama a pecho descubierto, que era a lo que había ido, a ponerse el pantalón y no a evacuar, porque siempre está en cueros cuando está con Rosa y su hijo, con los demás no se atreve por el pudor de éstos. Bueno, ¡qué! Elisa ¿sabías que había potaje gitano y te has apuntado no? ¿o es por el gazpacho de Rosa? Qué va Pepe, es porque me hacía falta comer y dice Antonio que lo que haya que hacer, cuanto antes mejor y yo me lo he aplicado hoy, con vuestra amistad, no creo que os haya molestado. Todo lo contrario, ¿quieres un botellín, o un tintito de verano, o un zumito, o un vasito de agua del manantial del carambolo? un vaso de agua fría si puede ser, con hielo, que me ha dicho Antonio que vuestro frigorífico hace hielo. Sí señor, y una tapita antes de comer, un poquito de queso

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viejo o nuevo, blanco o amarillo, anchoas, melva, caballa, caña de lomo, tortilla de jazmines, pajaritos al columpio, sangre de hormiga, huesos de gusanos ¿quieres más o se te apetece algo diferente? De momento agua y después cambiaré el paso, ya veremos Pepe, Rosa ¿pongo la mesa? Como quieras Pepe, la comida ya está, cucharas y tenedor, servilletas, pan, saca el gazpacho, pero antes, en honor a Elisa, pon el mantel blanco, el hule lo dejas para otros invitados, que si no Antonio se nos va a enfadar. A mí me da igual, por mí no lo hagáis, en mi casa pasa igual, dice Elisa. Bueno ¿te gustan los garbanzos gitanos o el potaje de garbanzos con todos sus condimentos? menos pringue de tocino, ni chorizo, ni morcilla. Verás que rico lo hace Rosa y de vez en cuando un traguito de gazpacho que como éste no encontrarás otro en muchos miles de kilómetros a la redonda, yo diría que mas allá todavía. Mira que a tu Antonio no gustarle el gazpacho, algunas veces se toma un poquito, pero solo por cumplir con su padre. ¡Vaya, cómo está el guiso Rosa! le dice Elisa, como todo lo hagas así, ya me explico por qué Antonio piensa esas cosas tan raras y tan extravagantes, porque la comida que haces se salen de la raya, qué paladar y qué finura de garbanzos y salsa, nunca me lo hubiera podido ni imaginar, que con los garbanzos se hubiera podido hacer una comida tan maravillosa, pues Elisa, no lleva nada más que los garbanzos, un puerro, un tomate, cebolla, ajos, pimientos, salsa de tomate, un poco de pimienta verde, media guindillita, tomillo y dos o tres ramitas de romero. Vaya arte Rosa ¡ah! y a fuego lento y sin exprés, como lo hacían los antiguos ¿Y el gazpacho Rosa? le dice Elisa. El gazpacho lo hago a la escuela de Pepe, no lleva nada más que sal, un diente de ajo, un pimiento, kilo y medio de tomates coloraos, un poco de pan remojao, aceite y vinagre, con un poquito de agua bien fría ¿qué te parece? Que no sirva de cumplido, pero estos gustos que me producen placeres nunca imaginables, no me los pensaba encontrar ni aquí ni en mi casa ni en ningún restaurant, pero donde menos te espera, salta la liebre. Muchas gracias Rosa, pero según Antonio a nosotros nos queda mucha historia culinaria por delante hasta llegar a cocinar de esta manera, porque primero tenemos que educarnos desde las

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cosas básicas naturales, por orden y regla, hasta conseguir llegar a mezclarlas y conseguir guisar de tal manera, dice Antonio, para que el vapor y el humo de la comida que guisemos vuelvan locos a los vecinos y a los transeúntes que vayan dormidos por la calle. Porque la cocina no es un misterio, es en principio valoración de lo que existe, conocimiento de lo que es, manera de interpretarlos, saber cómo cocinarlos, proporcionar sus condimentos y darle el tiempo justo de cocción, plancha, horno, o fritura. Después hay que saber ofrecérselo al mar o a las huertas mediante el riego, y el ciclo de la vida lo transformará para que nuevamente vuelvan a su destino. Lo más importante de esta tierra o planeta y verdaderamente maravilloso, es la alimentación y es, quizás, lo que menos se le da importancia, a excepción de llevar un régimen para adelgazar o mantener los músculos con fibras o equilibrados estéticamente ¡qué tontería! Si supieran que gracias a ellos podemos pensar, dormir, andar, trabajar, soñar, divertirnos, reír y llorar, la gente, sigue diciendo Antonio, no sabe el valor tan incalculable que tiene una ensalada o un kilo de cebollas, o un huevo pasao por agua. Lo ven como una necesidad de hambre, y no como una sustancia que realiza unas funciones metafísicas, que hacen que el cerebro te lleve hacia la muerte, rápida o lentamente, si no la sabes distribuir en tu organismo, por eso queremos Elisa y yo empezar una nueva vida, con nuestro propio lenguaje culinario, aunque con los mismos elementos naturales, ya que no hay otros, pero no esperar que en dos o tres años se consigue, quizás tardemos seis años, doscientos o una eternidad y no decirnos que estamos locos, porque loco está todo el mundo cuando le dicen que se van a morir y no se van a llevar consigo ni el anillo de bodas porque se lo va a quitar el que lo amortaje, o el que lo quiera de herencia pero, que quede esto claro, la alimentación es lo más importante que existe y hay en este maldito mundo. Sería maravilloso si nos permitiera volar, para visitar gratuitamente todo el planeta y parte del universo ,y si no se viera entero, es porque en una de sus estrellas se estaría tan a gusto, que no haría falta recorrer mas mundo ¿Nos vamos Elisa? yo me quedaría a vivir aquí, parece que he vivido toda mi vida en esta casa, qué maravilla de papá y mamá ¡qué suegros tengo! mi

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Rosa y mi Pepe, nos tenemos que ir, ya volveremos mañana, por cierto, dice Elisa ¿mañana qué tenemos para comer Rosa? Mañana toca papas aliñás, y no aliño de papas, y unas acedías fritas, unas cinco para cada uno ¿te parece bien? Pues espérame para comer, aunque Antonio no me invite. Aquí tienes tu casa le dice Rosa cariñosamente. Me tengo que aprovechar de estos ratitos, porque me veo que cuando estemos en el pisito vamos a estar tan a gusto que no vamos a salir ni para comprar el pan de cada día. Un besito Rosa, Pepe, adiós, Elisa dame ese besito, que aunque tenga barba tu perfil de cara me hace cosquillitas en mis filamentos faciales ¿te has dado cuenta como te hablo? adiós Pepe. Adiós mi arma, Antonio, no vengas tarde y dame el besito, adiós viejo, adiós mami, adiós hijo. Antonio y Elisa llegan a la puerta del piso, llaman y abre Felipe, el propietario y arrendador, hola, pasad ¿qué pasa? ¿cómo estáis? bien Felipe, a firmar y pagar, tú como siempre, corriendo y con prisa, tengo que hacer muchas cosas, entre otras mis estudios, que me tienen loco y es mi verdadera responsabilidad, aparte de las ganas que tengo de vivir con mi mujer, independiente de todo lo que me rodea. Me parece muy bien, le dice Felipe, venga, aquí está el contrato, Elisa firma, le dice Antonio, ¿dónde? dice Elisa, aquí, señala Felipe y aquí tú, le dice a Antonio, después firmaré yo, aquí tienes el dinero, la fianza se la daré cuando cobre la beca. No hace falta, te la voy a perdonar porque me habéis caído simpáticos y responsables, a la gente, mirándola a los ojos, viéndole la cara y escuchándolas hablar, sabe uno bien del pié que cojea, y vosotros andáis los dos perfectamente, así que aquí tenéis los tres juegos de llaves, la de la puerta de la calle, la del buzón y la del cerrojo fax del piso. Muchas gracias Felipe por todo. Si tenéis algo en falta que yo os pueda facilitar, me dais un toque por teléfono y si está dentro de lo posible, os la proporcionaré, porque habréis visto que el piso está amueblado y la cocina tiene todos sus electrodomésticos. Si Felipe, gracias. Nos vamos, dice Antonio, si yo me voy ya, les dice Felipe, pues vamos, que yo voy a casa a por mis cosas. ¿Ya? Le dice Elisa a Antonio ¿cómo ya? ahora mismo, o voy a esperar a que me den las vacaciones del

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verano. Venga ya “joia por culo” que te mueve menos que un banco de la Plaza Nueva. ¿Ya estás aquí Antonio? ¿qué ha pasado con el contrato? Ya está todo arreglado mamá ¿qué estás haciendo? Voy a recoger mis cosas para llevármelas al piso, hoy me mudo, me parece muy bien, ¿te ayudo en algo? Por qué no me vas doblando las camisas y los pantalones mientras yo recojo la play tres, los cargadores, el reloj eléctrico y me ducho en un momento, que vengo sudando, no se te olviden las cosas de abrigo, que hoy me lo quiero llevar todo, aunque necesite tres maletas. Quiero venir a casa a veros, comer con vosotros o haceros una visita familiar, pero no a daros ningún coñazo de dame eso o dame lo otro, ya bastante me habéis dado durante 23 años, ya era hora de emanciparme. Bueno hijo, pero ten paciencia, que las cosas hay que hacerlas bien y no con prisa, que si no siempre falla algo ¿Y Elisa? se ha ido a su casa y estará haciendo lo mismo que nosotros ¡qué contenta estoy Antonio! que des este paso tan importante en la vida, es el más maravilloso cuando se quiere a una mujer de verdad y cuando se ama eternamente, ya puede caer del cielo nieve y fuego, que el sol sale todos los días y el viento nos trae el aire para poder respirar, lo demás viene de camino y el camino se hace andando y mucho mejor si se va acompañado con la persona que has elegido para tal fin. Igual que me pasó a mi cuando tu padre me lo pidió por derecho, no lo dudé ni un momento, por eso te comprendo y te animo. Bueno, yo creo que está todo. ¿Me ayudas a la parada de taxis? ¿no esperas a papá que ya no tardará? ¿a dónde ha ido? pues no lo sé, llámalo a ver si tarda, hombre halando del rey de Roma, por la puerta asoma, venga, coge una maleta y vamos a por un taxi, que me voy corriendo, quiero llegar antes que Elisa, para ayudarla cuando llegue. Qué, le dice Antonio ¿ya lo tienes todo preparado? ¡qué vacile! una mujer, un pisito, el último año de carrera, el primer cuatrimestre aprobado, ahora la Semana Santa, después feria, los exámenes finales, y a buscar el medio de encontrar tu gestión audiovisual comunicativa, para cubrir los gastos que vayan surgiendo de cortometrajes o películas, hasta que llegue ese día que ilusionas de pegar el pelotazo con una buena historia o, simplemente, con ser el cámara de una empresa

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comunicativa o televisiva estatal, quién sabe lo que vas a ser el día de mañana, a lo mejor montas una tienda de electrodomésticos audiovisuales, frigoríficos que te hablen al abrirlos, o cocinas que te avisen por videos televisivos mientras que estás viendo la película en el ordenador, yo que sé, Papá no te enrolles, venga un besito y ya os llamaré cuando organicemos la primera cena familiar, o un almuerzo, o ¿por qué no? un buen desayuno, hasta pronto. Adiós Antonio, adiós churra. Se quedan los dos en la parada llorando, pero de alegría y de sentimiento de amor por su hijo. Vamos Rosa, que ya sabes lo que nos queda, ya lo sé Pepe, este día tenía que llegar, lo que hace falta es que no vuelva, eso sería que la vida le iría bien, hombre que no volviera, se entiende, derrotao, claro Pepe ¡ah! Bueno Elisa, ya está todo colocado y recogido, ahora vamos a comprar algo para el Federico ¿qué Federico? dice Elisa, el frigorífico carajo, que no te enteras, una coca cola, naranja, limón, blanca, dos jarras de plástico para agua, algunas latas de conservas, mostaza, mayonesa, leche, huevos, y lo que vayamos viendo que nos guste a los dos, aunque empecemos la historia a partir de mañana solo y exclusivamente con agua, como ya le dije a tus padres ¡ah! Pero hoy si cenaremos a lo grande, para celebrar el compromiso adquirido con el pisito y la bienvenida de vivir juntos para toda la vida, mujer, por supuesto ¿Qué te apetece para cenar? Pues te lo voy a decir, una tortillita de queso al estilo de mi suegra, unas salchichas al ajillo con vino tinto, y unos entremeses variados mientras se prepara todo con antelación, acompañado de bebida con un zumo de tomate con sal y pimienta. Hecho. Vamos a la tienda que no se nos olvide el pan y picos. ¡Qué rico está todo! ¿verdad Antonio? pero rico Elisa, yo estoy acostumbrado desde chico, que antes de dormir me tomo un vasito de leche fría, eso para mí es un verdadero placer ¿a tí te gusta la leche fría? a mi si Antonio, pero yo me la tomo por la mañana. Bueno ¿nos acostamos? ya está todo recogido y fregado, así que te espero para darte ese piquito dulzón antes de dormirme, porque yo caigo en la cama como un lirón. No te preocupes Antonio, no tardo ni dos minutos, el tiempo de asearme un poquito antes de acostarme, tú ya sabes.

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Ven cariñito mío, esto sí es felicidad, poder tocarte por entero y por completo, y sin que nadie nos estorbe a nuestro alrededor, con suspiros y orejas intempestivas. Antonio, cuenta algo, a ver si Dios quiere que toda nuestra ilusión puesta en el amor que sentimos se haga una realidad ¿cómo Dios? ¿Dios quién es? Pero ¿tú no crees en Dios? si Dios no es nada, es un cuento chino que se marcaron en los primeros siglos, y que poco a poco lo han ido ampliando, de tal manera, que se lo creen hasta los mismos que lo inventaron. Pero Dios ¿qué te crees tú que es Dios? ¿tú crees que alguien pudo crear esta maravillosa naturaleza con ese universo tan infinito? ¿y ese sol con la luna? ¿y este planeta llamado tierra? ¿quién va a crear eso? ¿Dios? Aquí no había nada, nada de nada, y tan nada estaba la nada que al verse tan sola y sin nada, tanto se aburrió que se desintegró, y las partículas que tenía en la nada eran los astros, las estrellas, el sol, la luna, el lucero del alba, la tierra con sus vegetales, animales, el agua, los gases nobles y el hombre y la mujer, que, por cierto ¿Tú sabes algo del por qué el primer hombre y la primera mujer se fueron de aquel paraíso donde vivían? Porque la mujer, que ya había tomado unas dimensiones bastantes prolongadas de cintura y cansados de comer vegetales porque no podían comerse a los animales vivos, porque no se dejaban y los muertos producían unos olores que repudiaban a los dos, llegó un cierto día el hombre y vio a la mujer como venía, hacia él, ofreciéndole con amor algo que salió de su cuerpo, él creyendo que era un amasijo que le había preparado, le arrancó una de sus extremidades y le dio un bocao, ella se desmayó, y él siguió comiendo, ella se despertó cuando ya apenas quedaba parte del cuerpo, y fue cuando él le dijo, al ver la placenta con el cordón umbilical unido, que qué era aquello, cuando le dijo, una serpiente que quería comerse mi regalo, a partir de entonces, aquél alimento, sumido a la explicación posterior que ella le dio a su hombre, fue el motivo de marcharse de aquella huerta y aquéllos valles frondosos y empezar la historia de la nueva humanidad y así colorín colorado en mis brazos te has quedado. No, no me he dormido estoy súper a gusto contigo, lo que pasa es que me pregunto de donde sacas tantas fantasías, la historia cada uno la cuenta como la feria, a su manera, los

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cristianos lo escribieron diciendo: no comerás del árbol de la ciencia, del bien y del mal. Y árbol o ser vivo más aproximado, es el ser humano, porque ¿qué otro ser vivo, sea vegetal o animal, ve el bien o el mal con tanta claridad como nosotros? o por lo menos como la mayoría, porque hay algunos que habría que fusilarlos. Bueno, mañana empezamos a alimentarnos con agua, solo a agua, yo lo tengo claro ¿y tú? Yo también, esperemos que así sea. ¡Hola! ¿Qué pasa mi arma? Tu desayuno ¡Qué bien! mi vasito de agua, pero ¿tú no sabes que yo por la mañana me tomo dos o tres café? Si, pero no seguidos ¡ah! eso si es verdad ¡Coño! estas que te sales, parece que has vivido conmigo toda la vida, anda, dame otro cafelito, toma agua, eso quieres tu pa mi, agua, eso quieres que yo beba, madre de ranos y sapos donde tu lavas los trapos, ¡dame vino rompemuros! y el agua, pa los bueyes, que tienen los cuernos duros. Déjate de tonterías y tómate otro vasito y ya van dos, el tercero nos lo vamos a tomar en la mesa, como mandan los cánones ¿de acuerdo? vale Elisa. Por ser el primer día nos hemos levantado temprano y sin sueño, me voy a pegar un duchazo y estoy en la universidad en diez minutos, hoy entro yo a las diez a trabajar, así que voy a lavar lo que nos pusimos ayer para no tener ropa sucia y después del secado, doblar y guardar ¿no, señor? así sea señora, de plancha nada, pa trabajar los romanos. Antonio como siempre contento, alegre y cantando, mientras escucha su música con los auriculares, entraba en la facultad saludando a sus compañeros, nadie sabía nada de su nueva vida, sabían que pronto iba a cambiar, pero no sabían cómo ni cuándo y empezó a contárselo a sus mejores amigos, los que se llevaron la gran sorpresa y por supuesto lo felicitaron, Elisa llegó a su trabajo en las mismas condiciones de siempre, pero con una cara distinta y un movimiento de cuerpo que ya quisieran los costaleros de la Macarena por La campana, que las bambalinas se movieran a ese ritmo de cintura, las compañeras la miraban y ella les dijo ¿qué pasa? ¿no habéis visto nunca una mujer enamorada? Mira la tonta, le dijo una de ellas, como si eso no fuera normal, pero no es para tanto, que parece a la de las Angustias por la Plaza

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de San Román, cuando le están cantando y bailando los gitanos, y los civiles tocándole los campanilleros. Po eso es lo que hay. Por cierto ¿por dónde empiezo yo, en la caja o por las estanterías? hoy te toca en la caja, así que no te pongas tan guapa no vaya a ser que venga algún guapo y se te declare, que aquí venimos a trabajar y no a presumir de novio ni de pantuflas. Oye, que mi hombre no es un pantufla, que es por derecho y todo un señor estudiante, deja que termine sus estudios y ya te diré. Si quieres te hace un reportaje fotográfico para que veas el arte que tiene, o te hace un video para que te veas en movimientos como eres, o si quieres, le cuentas algo de tu interés y te hace un guión y te graba un corto, pero tú como protagonista, así que cállate ya y no digas mas pamplinas de Antonio. Anda, ponte a trabajar y si no tienes pareja es porque no quieres, porque hombres hay a patá. Si no, móntate en los autobuses, o en el metro, ya verás y si no date una vueltecita por el barrio de Santa Cruz, o vete a Triana por la noche, o a la Macarena al mediodía. ¡Hola! estoy aquí, ya te escucho, estoy en el baño, ahora voy, me voy a desnudar que vengo sudando ¡vaya! como huele a azahar por la calle Mateos Gago ¿Por ahí te has venido? Si, no tenía ganas de coger autobuses, merece la pena. He almorzado botella y media de agua ¿y tú? Yo una botella de dos litros súper fría, me ha costado un euro en la facultad ¡Qué bien! ¿Cómo te ha ido el trabajo? muy bien, no he tenido hambre ¿y tú? Yo tampoco, ni necesidad de otras cosas, las clases han ido bien y los compañeros se han quedado flipado cuando les he contado nuestra historia, bueno, nuestro comienzo de vida, el vivir juntos nada más. Yo no, pero sí te he defendido en mi trabajo, porque he entrado con tu alegría presente y se han puesto tontas y no se lo he perdonado, así que les he dicho que cuando quieran tú les haces un corto o un video, o un reportaje fotográfico ¿qué te parece? Bien coño bien. ¿Y ese besito? aquí lo tengo, esperando que terminaras en el mingitorio, no, estaba giñando, pero ¿tenías algo para largar? pues si, todavía tenía algo, yo solo he orinado, o mejor dicho pis. ¿Te vienes? ¿a dónde? A la camita, claro, te voy a contar otra historia

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¿Otro cuento chino como el de anoche? Oye Elisa, cada uno cuenta lo que le da la gana, si yo los cuento chino ¡qué más da! que los europeos o americanos o africanos, por alguno tendría que empezar ¿tú sabes lo que me están endiñando en los libros que leo, estudio, veo en películas, juegos de play, comic, cortos metrajes, o historietas de amigos? y sin embargo a nadie le digo na, los acepto, los critico o los censuro y ya está, me parecen buenos o malos, divertidos o aburridos, normales o naturales, o extravagantes o imposibles ¡qué más da! cada uno cuenta su rollo como puede y si yo te los cuento a ti, es porque te quiero, ahora, que si no quieres saber nada de mis fantasías, ya no te digo ninguna más ¡Pero qué me estás diciendo! ¿ya vamos a empezar? y solamente llevamos dos días juntos ¡qué va a pasar cuando llevemos dos siglos! ¿o no es eso lo que tú querías de mi? Bueno resulta, acércate mas, que me gusta que tu cuerpo esté rozándose con el mío ¿no ves? tu electricidad es la que me enciende la luz para poder ver el libro de mi interior, sin ti ¡qué coño voy yo a ver y que te voy a contar! me lo comería yo solo, y dice que el que to se lo come junto to lo caga junto, y quiero que tu formes parte del manjar que es verdaderamente apetitoso ¿tú te imaginas los dos volando por el espacio infinito y llegar a donde nos llevaran los gases naturales hasta que pudiéramos nosotros libremente mandar sobre ellos y dirigirnos a TOESBOC y allí formar nuestra familia y una vez que tuviéramos una familia formada por los hijos que necesitáramos, para emprender el viaje de nuevo a la Tierra, para decirle a los que estuvieran aquí que hay vida en otra galaxia y poder ofrecerles alimentos de nuestra planeta y con ellos se pudieran ir curando hasta conseguir poderse arrancar la tercera dentadura? y así, sucesivamente, llevar la misma historia que empezamos nosotros y que cada uno formaran en su estrella su propia familia y la vida no tuviera fin, porque el infinito nunca termina. Aunque dicen que todo lo que empieza termina, pero también dicen que existe la eternidad, que está más allá que el infinito ¿tú sabes dónde está el más allá de la eternidad? pues no lo sé, ni yo tampoco, pero si algún día se acabara, por lo menos sí hubiera merecido la pena vivir, haber recorrido la tierra palmo a palmo, el universo completo, haber formado una familia en mi

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astro preferido, haber curado a la humanidad, haberse formado una familia en cada estrella, invitarnos a fiestas y celebraciones de bodas y bautizos en cada una, esto duraría ¡yo que sé! no hay números naturales que lo puedan describir el tiempo de la existencia de vida que te estoy hablando, aunque después de todo, al final, muriéramos asfixiado por falta de elementos naturales, bueno ¿y qué? Pero lo vivido merece la pena. Pero vivir para conocer parte de tu barrio, de tu ciudad, dos o tres pueblos de la provincia, algunas capitales de España, Paris, Nueva York, y poco más, hacer un viaje de bodas a las Islas Filipinas y una semana en Marruecos, para morir a los setenta o noventa años y dejar a tus hijos vivos para lo mismo, mas o menos igual y en la misma cadena de vida ¡vaya tontería de vida! ¿Para eso me han traído mis padres a este Mundo, con lo maravilloso y grande que es? ¿Para ver diez mil personas, hablar con mil y conocer a cien? ¿tener amistad con diez, tener dos ahijados y una mujer? ¡Vaya rollo! Y dale que dale, y que nadie cambia el sistema de vida, y venga subir los impuestos, y venga ponerle más trabas al trabajo y cada vez más difícil tener una vivienda, y los alimentos más difícil de conseguir porque todo está más caro, y más congelados. Cualquiera sabe quién organiza este tinglado que no deja a la gente pensar por un momento qué hace aquí, para qué ha venido a este mundo y por qué se tiene que morir. Antonio, para ya un ratito que quiero cenar ¿te apetece un jarrito de agua? ¿un jarrito? Si, lo he comprado en un chino viniendo para acá, me ha gustado la idea, y a mi ¡venga coño, aligérate! que tengo la boca más seca que un estropajo de esparto ¿Quieres más? Deja ahí la jarra, no importa que se caliente el agua, también el agua natural es buena y necesaria. Antonio ¡qué bonito y difícil es lo que me has contado! poder volar ¡claro coño! Voy a contar el rollo de la muerte, que lleva millones de milenios lo mismo. Los grandes pensadores tenemos que hablar de lo difícil, lo importante, lo necesario y dejar las tonterías para los imitadores, que eso es lo que están haciendo con nosotros todos esos señores que se sientan en la mesa redonda. Crearnos repeticiones de vida, pero con distintos elementos ¡Qué me importa tener yo un video, Internet o una palangana para limpiarme el culo después de hacerte el amor!

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Lo importante es buscar la salvación de la muerte y eso está en la alimentación, no me cabe la menor duda, pero llevo 23 años educado en una alimentación arcaica, pero la mejor que había en estos momentos de vida que existía, si no cómo iba yo a pensar las cosas que pienso. Y como yo hemos sido unos cuantos en esta vida, quizás muchos, pero muy pocos en la realidad. Algunos se lo creyeron tanto, que hasta se pusieron alas para intentar volar. Yo no me creo nada, ni de lo que yo digo ni de lo que me digan los demás, nada más que lo que recibo de mis profesores, porque es lo que necesito para obtener un título que yo pueda ofrecer cuando vaya a pedir un puesto de trabajo, o me ofrezca como ayudante de dirección o participe de algún modo en el rodaje de alguna película que se me presente en el camino, o si tengo la suerte de poderla hacer yo solo con mi equipo, entonces sería, el vacile de los vacile, eso es lo que yo me creo, lo demás son sueños y déjame soñar, que es dinero que regalan para el que no tiene ná ¿me das un besito cariño? sí mi amor. Da igual quien lo diga. Se lo digo al lector. Elisa ¿qué? como las vías del tren, siempre vamos vida mía, tú me quieres y yo también ¡ay! ven pa ca ¿qué haces? Déjame que te lo coja. ¿Lo qué? El pollo ¿Qué pollo? El que tengo en la mano. Esa es la polla. No, de eso nada, es el pollo, porque tú eres masculino. La polla es femenino, y yo no me he venido a vivir con un homosexual, así se habla cojones. Pues tú hablas poquito pero cuando hablas, das en la diana ¡Qué bonita eres pa mi! eres el tesorillo de Mustafá ¿Y quién es Mustafá? Uno que tenía un cofrecillo con brillantes y esmeraldas, que no se lo vendió ni al mismísimo diablo cuando le perdonó la vida ¿Y qué hizo el diablo? Irse, porque lo que quería el diablo era comprárselo para después matarlo y quedarse con el tesoro y el dinero. Pero Mustafá, que de eso sabia un rato, le enseñó el que tenía las joyas falsas, con imitaciones que él había fabricado durante toda su vida, porque el bueno era herencia familiar y talismán de su suerte, por el que podía tener sin cautividad dieciocho mujeres ¡Pues anda que no era nadie Mustafá! ¡Fíjate! Po tu eres más bonita todavía, bueno, ya quisieran los serafines y querubines tener la mata del pelo que tú tienes, pero si mi pelo no vale nada, si yo no digo de

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tus pelos, sino del pelo de tu vida ¿Tú no sabes que nosotros somos un pelo? o mejor dicho un es- per- ma. ¡Qué más da! A mí me gusta más decir que tu pelo es infinitamente más bello que el del Sol, que no deja de relumbrar en lo más alto, y qué digamos a su salida con ese alba o rubrican y ni tampoco a la caída de la tarde en su ocaso, con ese rojo perdiéndose en el horizonte. Qué maravilloso. Pues eso no es nada comparándolo contigo. Y sabes por qué. Porque a ti te tengo a mi lado, te puedo tocar, besar exterior e interiormente a través de tu lengua y a él, solo lo puedo mirar y alguna que otra vez lo he podido ver, que ya es algo. Y que además es un planeta o estrella o como quieran llamarlo. Tu eres mi polo opuesto, eres de mi misma raza y eres la mujer que yo he elegido y, por supuesto, tu me elegiste a mí, porque yo no sabía quién eras tú hasta que no me dijiste, oye, que estoy aquí o es que no me ves con esos auriculares que te están quitando hasta la vista. Anda, dame otro besito ¿otro? Si, otro. Yo no me canso Antonio, no hace falta que me los pida, yo se que te gusta que te bese y a mí también me gusta cuando tú me besas. Me das un besito a mi tu ahora ¿otro? Claro. Venga. Ya está vamos a descansar un ratito que la aurora pronto va a llegar y va a sonar el despertador. ¡ay! No me pellizques el culito tonto. Po no me lo des, si me dieras la huchita te haría cosquillitas. No gracias. Bueno. No ves que después nos ponemos nerviosos y tenemos que ducharnos y hay veces que lo que tenemos es que refrescarnos tres o cuatro veces todas las noches. Bueno. Antonio, qué, por qué hemos empezado nuestra historia con agua y no con aire. Pues no lo sé, no lo había pensado antes. Pienso que lo primero era limpiarlo de los malos virus, gérmenes, bacterias y demás elementos químicos que estorbaran en nuestra naturaleza corporal. Por eso pensé en el agua como elemento primero natural, si tu quieres cuando terminemos con el agua, empezamos con el aire, no, a mi me da igual, empezar con el agua, era solo una pregunta, ya llevamos tres días y todavía no he sentido necesidad de tomar ningún tipo de alimento ¿y tú? Yo tampoco, estoy completamente feliz, pero no dudes en el momento que lo necesites, tomar o comer, lo que primero tengas a mano. Ahora me tomaría un zumito de tomate con sal y

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pimienta ¿y tú? has lo que quieras, pero si lo haces, a mi me traes un zumito de otra clase, si hay, ya llevamos tres días y tres noches, así que hemos marcado el equilibrio, un amigo mío que estudia ingeniería dice, que el tres marca el equilibrio ¿Por qué? Porque el tres tiene punto de apoyo, igual que para mí el cinco es la perfección, si no mírate la mano y verás como tenemos cinco dedos y con ellos hemos conseguido construir e inventar los más sofisticados edificios y aparatos que nadie se podía ni imaginar, por eso el cinco para mi es la perfección ¿y el seis? El seis es el número diabólico, porque es el que vigila al cinco por si le falla algo. ¿Y el dos? el dos es cuando te meten el dedo en la herida para comprobar el daño que te hacen. ¿Y el cuatro? la silla, después de tener el equilibrio con el tres, encuentras la tranquilidad y puedes descansar ¿y el uno? el hachazo, el verte vivo sin conocimiento ni causa y ver que hacen contigo lo que le dan la gana, ¿y el siete?, es el número mágico y no me preguntes por qué. ¿Y el ocho? es el circuito cerrado de la vida, que por muchas vueltas que des siempre terminas en el mismo sitio, entonces ¿cuál es el nueve? a mi me marca el infinito ¿y el 10? el diez no es número natural, dirás el cero, que es el que falta, el cero es la responsabilidad del bien y del mal, de lo blanco hasta el negro, de lo positivo y negativo ¿quieres más? Vaya como me has dejado Antonio todo eso te enseñan en la facultad, no, eso son cosas mías y de algunos locos como yo, que intentamos darle sentido a los números y a las letras. Voy a por los zumos, toma de melocotón ¿te gusta? claro y fresquito en vaso grande, y el jarrito, el jarrito lo compré para el agua es más sencillo y humilde. Elisa que te parece si hoy nos llevamos solo a zumo de todas sus variantes que encontremos. Vale, por mi encantada. Y para mañana ¿qué? Mañana debemos de empezar con verduras y hortalizas, que son los alimentos que muertos conservan más tiempo sus calorías de vida y son más fáciles de preparar, tanto cocidos, como frito, como a la plancha o al horno. Te gustaría probar las patatas al horno con rodajas de tomate, cebollas, pimiento, limón, su sal, aceite y un poquitín de vino? Para el mediodía, eso se tarda en hacer media hora. Vale. Pues que no se te olvide el pan que para mí no está reñido en

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ninguna de mis comidas. Me tengo que ir Elisa, dame un piquito de miel y caramelo ¿no? Por supuesto pollito de bacalao, porque hoy no te has echado la colonia y pareces un bacalao asao. Vaya el gel que compraste no había otro más barato. Compré el que más interesaba para la economía de la casa ¿vale? No te escucho con la música de los Cold Boys, qué ritmo tienen, si tú con la música, y yo pensando en qué voy a comprar de comida en el supermercado, y además, con lo que pesan las verduras y las demás cosas que me hacen falta para la noche. Adiós Elisa, dame un besito cariño. Adiós Antonio, suerte. Pasaron los tres días de agua, empezaron con zumo y seguirán con vegetales, no es mal comienzo para una pareja que empiezan a vivir buscando la plena y total felicidad, pensando siempre que la verdadera historia de la vida está en la alimentación, para ello es el verdadero tesoro y no el vil metal, el coche ni la moto, ni la isla paradisiaca del Caribe, ni el sexo, que con tanto orgullo algunos sueñan querer comprar o conseguir. Vaya como están las papas Antonio, ¿te gustan? ¿Así las hace tu madre? Si las aprendió de mi abuela Paca, pero quien se las enseñó fue mi abuelo Luis, que ese sí que cocinaba bien, lo que pasa es que cocinaba muy poco. Elisa tu sabes que el domingo de Ramos es pasado mañana, claro, po el que no estrena se queda sin mano, así que nosotros vamos a estrenar la carne de pescado ¿qué te parece? muy bien Antonio, cocido, frito o a la plancha, como tú quieras, a mi me da igual, que te parece unas sardinas fritas con gazpacho, de maravilla, las sardinas me encantan y el gazpacho también ¿y de cena? Unos boquerones fritos y el gazpacho que sobre, que bien. ¿Iremos a ver algunas cofradías? Con una que se vea basta, yo creo que con ver la Estrella que sale al final de nuestra calle, tenemos más que suficiente, a mi la bulla me da mal bajío Elisa. A mí me gusta todo ese ambiente, pues yo te dejo que te vayas a donde quiera y me vengo para casa. Que va, yo me vengo contigo a mi me da igual, lo que podemos hacer es darnos un paseíto por el Tardón o el parque de los Príncipes que no habrá tanta gente, vale. Pero no planteemos lo que vamos a hacer, no me gusta adelantarme a mas de dos días vista, la vida son tres días ayer, hoy y mañana. Que arte tienes Antonio, otra vez estas con el

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tres, y dale, que no es eso, que la vida es muy larga y no se puede plantear, el que voy a hacer el mes que viene, o así lo pienso yo. ¿Cómo te encuentras Elisa? Bien Antonio, parece que he estado contigo toda mi vida, no me acuerdo de mi familia para nada ¿y tú? A mí me pasa igual. Que me echaste en la mirada cuando te dirigiste a mí en el autobús? Mi veneno de amor ¡óle tu chocho! Y pasó la semana santa y ya comieron pescado y también empezaron a comer carne paulatinamente por días enteros hasta llegar a hacer comidas mixtas, pero siempre haciendo una comida fuerte al mediodía y por la noche una cena sencilla para matar el gusanillo, sin faltarle nunca el agua, ni la leche al acostarse. Porque según Antonio, la leche durante la noche desintoxicaba todas las impurezas que podían haber ingerido en el día. Se acostaban y hablando y hablando se llevaban hasta altas horas de la madrugada, hasta quedarse dormidos, no les importaba el sueño ni el despertador, los dos pensaban que contra mas dormían menos tiempo de vida estaban juntos. Y el azahar bailando alrededor de las calles. Qué maravilla. El frescor del aire ayuda a vivir y con ese sueño de amor, cualquiera se olvida de sus amigos y del dinero. Su pareja era lo más importante, estaban locos por que llegara la hora de terminar en la facultad y de que llegara la hora de terminar en el supermercado para coger vuelo y encontrarse en su nidito de amor. Cuánta felicidad. Sonrisa de oreja a oreja. Besitos y caricias no faltaban, los cuerpos en cuero. Una limpieza de lo que la suegra no ve al día. Y el resto beber, comer, y Antonio cuerpo a tierra que viene Elisa con la escoba dando simbreazos. Y hoy que quieres que te cuente y hoy que te cuento yo y así pasan y pasan los días esperando que llegue ese día que los llene de ilusión, no saben cómo ni de qué manera, pero ellos esperan que no sea con un hijo, tiene que haber en la vida otra solución. Para Antonio es volar junto a Elisa y Elisa se lo cree. No tiene otra solución, porque lo ama eternamente y no le desagrada la locura o quimera o problema mental de un hombre porque lo ve cada día que pasa con mas vida y más cariño y pasión, controlando sus estudios, sin dejar su música y el portátil, ni su móvil ni su televisor y por supuesto lo que más le gusta es

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estar con ella, que es lo superlativo y generoso y lo más importante y agradable que hay entre los dos. Sabes Elisa que el lunes que viene es el alumbrado, si, ¿vamos a ir un día a la feria? Que se yo, a mi no me gusta esa tradición, cuando chico tenía una explicación, los cacharritos era una locura de aquí para allá, ahora en éste, después en aquél, y así me llevaba con mis padres cuatro o cinco horas, pero después en las casetas me aburría, no entendía lo de beber y comer, sin necesidad, y esos ruidosos altavoces, con música que no me gustaban y que no me dejaban hablar y mi padre se emborrachaba y, de verdad, no me gusta la feria. Pues no vamos, a mi me da igual, yo lo que tú quieras, yo la entiendo de coger un día e irnos a comer a un sitio bueno a comer, o de tapeo por Sevilla o Triana, o ambos, y pasar todo el día por nuestra ciudad, pero encerrarme como las cabras en un redil y de allí no poder salir para divertirme, eso no está hecho para mí. Eso es para los negociantes, comerciantes y demás industriales que lo explotan para quedar bien con sus clientes, los que quieren quedar bien con sus amigos y la juventud, porque todavía no se han dado cuenta que los encierran para tenerlos controlados. Yo nunca lo había visto como tú me dices Antonio, pero parece que tienes mucha razón. Me das un besito, ¿otro? Venga tonto y abrázame que tengo frio, por la espalda y el culito, ven pa ca, cariñito mío, que con tanto hablar se me olvida lo mejor, encender la luz de la vida y mi vida eres tú. Elisa ¿tú eres pura de Triana? ¡Digo! y con dos cortes, ¿dos cortes? Claro no ves mi boca? Y el otro ¿ qué otro? El vaginal. Yo creía que era que le dabas dos cortes al hombre que se te acercaba y si los resistía, era que ya lo tenías conseguido, ¡qué tonto! No vistes que nada más que te vi, dije, éste viene a por la burra y a la burra le gusta pa que la lleve al monte a pastar, al arroyo a beber y le eche el pienso con la paja en el pesebre. ¿De verdad que cuando me vistes pensaste en eso? No, pero algo parecido, cuando te vi dije, ¡pies pa que os quiero!, porque quería salir del autobús volando, que impresión me distes, qué hombre tan varonil, qué presencia, qué despreocupación de mujeres, ibas a lo tuyo, no tenía más importancia que tu música y me imaginaba que venía de trabajar o estudiar y venias cansado, porque no es

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normal que tan joven, alto y guapo, se sentara tan despreocupado de la mujer que llevaba al lado, no le daba importancia a nada, solo en vivir su vida, y su vida era yo, por eso te dije, oye qué pasa con la música, ¿es que es más importante que yo? Elisa vaya como me trajinaste y que me alegro mi arma, yo de verdad que tú hubieras pasado desapercibida, si no me hablas, porque estaba cansado de tanta hipocresía y de tantas historias que veía en mis amigas y compañeras de estudios, nunca me podía imaginar que existiera una mujer tan humilde y sencilla y, por supuesto, humana como tú. Pues aquí me tienes, ¿me vas a besar o te beso yo? ¡Ven pa ca, chochito mío! No, ahí no, que todavía no me he podido lavar. Ven que el amor es puro y admite todos los olores, igual que tengo que admitir en la vida, todos sus colores aunque no sepa decirle o llamarlo por sus nombres. ¿Que tú no sabes decirle al color su nombre?. No vayamos a empezar con lo de siempre. Yo sé diez o doce colores y hay no sé cuantos millones de milenios de miles de tonos de colores, ¿cómo quieres que sepa sus nombres? Bueno no te pongas así, yo tampoco, ¿pero que color tiene esa cortina? Que me dejes, que yo no quiero entrar en ese trapo, ni en ninguno ya está todo dicho sobre los colores. ¿De qué color tengo mis ojos? Coloraos. Ja ja ja. ¡Ves! te ríes, pues yo los tengo negros y nunca te lo he preguntado. Tus ojos son marrones. Agárrame los cojones. ¡ay! Déjame que me duelen. Si tú supiera el trabajo que me ha costado en esta vida superar que mis amigos y compañeros comprendieran que no entiendo de colores. Porque eres daltónico, que va, soy peor, pero lo llevo a gala, porque si he pintado cosas le he dado el color que me ha dado la gana, igual que hacia Van Goh,¿ por qué no?, y yo porque los veo así, que mas da el color que tenga un pino o una rosa, lo importante es saber pintar y ¿tú sabes que es pintar? hacer algo con colores y líneas que a mí y la gente le guste. Pues sí. Has pintado alguna vez, si pero a excepción de dos o tres cuadros, todo lo he regalado, igual que lo que escribo .Las fotografías y cortos que hago, como las grabo en el ordenador, es más difícil regalarlas, se las paso a mis amigos pero se quedan en mi ordenador, eso es una suerte porque si no, no tendría nada. Ven, tengo aquí en el portátil algo que te va a gustar, fue mi primer

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corto. Tenía catorce años. Paco y esos cohetes, a las diez de la noche, anunciando que pronto saldrán las carretas hacia el Rocío ¿cuándo salen? Triana sale el miércoles y Sevilla el jueves. ¿tú has ido alguna vez al Rocío con alguna Hermandad? Yo no, pero mi padre y mi madre si ¿y tú Elisa? Yo no, en mi familia nadie es rociera. Pues mi padre dice que el camino es verdaderamente maravilloso si se va con fe, ir por ir no tiene sentido, sería un aburrimiento, un cansancio y una amargura y decepción, pero ir con devoción, esperando llegar a la ermita para verla a Ella y esperar ese Lunes para poder tocarla, o acercarte para verla y pedirle con fe tus deseos cristianos de amor, por ti, tu familia, trabajo y salud, dice mi padre que algunas veces rompes a llorar, aunque no creas absolutamente en nada, pero si haces el camino metido en la Hermandad, ella misma te lleva y te trae sin notar apenas que vas andando. Algún día de esta vida espero hacerlo y si tú me siguieras, sería ya el remate de los remates. Pero solo con unos buenos botines, una manta al hombro y una vara para ayudarnos a caminar, lo demás ya vendría de camino, dicen los rocieros que la Virgen siempre te ayudará y a mi padre lo ayudó, me dice él cada vez que ha salido la conversación. Dice mi padre, que cuando llegas al rio Quema te bautizan con nombre de peregrino rociero, cantan la salve y hay un pequeño descanso, mientras que beben los bueyes y la hermandad se refresca, con copitas y tapitas. Dice que las paradas son algunas veces silenciosas por el cansancio y otras veces la leña no falta en la candela de la reunión, que no se para de cantar hasta que suena el cohete y el tamborilero toca el alba, se reza la Misa de Romero y se empieza de nuevo a caminar. De vez en cuando una paraita, un traguito de vino, una guitarra y unos bailes a compás, y pies, pa que os quiero, a paso de buey, que es un tractor que no para, paso corto vista larga y no mala leche, sino bienestar, porque son animales que te ayudan a seguir andando mientras que los ves tirando de la carreta, con el sonido de sus campanillas y el crujir de sus maderas. Tiene que ser bonito y sencillo, como son las cosas fáciles de vivir ¿O no te has dado cuenta de cómo vivimos nosotros? ¿Qué más le podemos pedir a la vida? El Federico lleno, el plato ducha, la camita para estar juntos, nuestra música, una

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película de vez en cuando, o de cuando en vez, la cocina que no falte y poco más. Tú con tu trabajo y yo terminando mi carrera. Llenos de salud y de amor ¡Cuánta felicidad Elisa! Dame otro besito, por favor, como me lo pidas por favor te voy a tener que dar dos ¡Ole mi niña trianera! que los tiene a pares. El del chocho y el de los labios, ¡sí señor! Oye Antonio, te voy a pedir un favor. Dime ¿Cuando voy a hablar yo? Po cuando quieras, mis pestorejos están a tu disposición. Empieza, y qué te cuento, yo qué sé. ¿Cuándo te tocaste por primera vez el chochito y te entró risa? Qué asqueroso eres. Ves. Entonces pa qué me preguntas. Sabes, en esta tienda que estoy las compañeras son buenas, pero no son como las de la Trinidad. Son más calladas, mas introvertidas ¿o es que yo he cambiado? A lo mejor eres tú, que eres la que has cambiado brutalmente de vida. Pues puede que tengas razón. Voy a intentar ser más amable con ellas. Tú me dejas que yo le cuentes cosas nuestras. Tú le cuentas lo que tú quieras, eres libre de expresión. Eso dice la Constitución. Libertad de expresión, pero allá tu si después te critican, tienes que tener cuidado con lo que dices, que después, eso de que hay libertad es cuento europeo. La verdad es que tienes que ser natural como la vida misma y así te conocerán como eres y actuarán también natural contigo ¿No es eso mejor para ti Elisa? Puede que tengas razón. También llevo poco tiempo y no hemos tenido ocasión de comunicarnos, solo en el desayuno y unos días es con unas y otros es con otras y tengo un cacao montao que no me aclaro. Porque no quiero que piensen mal de mí por la vida que llevamos, siendo yo tan joven ¿Joven tú? Con la experiencia que ahora tienes a la mayor le llevas 150 años. Que exagerado eres Antonio, piensa, piensa y verás ¿Nos acostamos? qué más da, si en este sofá estamos igual que en la cama, lo único que nos hace falta es la almohada y el despertador. ¿Cómo vas con los exámenes Antonio? Yo creo que voy a terminar bien, los estudios me tienen agotado, pero están mereciendo la pena. Qué bien, a ver si tienes suerte y termina este año con todo ya y empezamos a buscar productoras para tus guiones y cortos que tienes hecho, a ver si ganas algo para

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ayudarte a comprarte cosas necesarias para tus equipos de cámara y fotografía. A ver qué pasa Elisa. Y de las comidas como vamos, llevamos bien el sistema como tú lo habías pensado. De maravilla, empezamos con agua, después con vegetales, seguimos con pescado, posteriormente carne, lo continuamos con pastas y siempre con gazpacho, la bebida natural más perfecta que había encontrado como acompañamiento a cualquier tipo de menú. Algún tiempo tendremos que hacer cosas mixtas, pero nuestro lema será siempre el día a día, con un solo tema de alimentación, hasta que suceda lo que suceda, si enfermamos, enfermamos, y, si lo conseguimos, lo conseguimos, pero no quiero que seamos como los demás, que todos van al saco roto. Tú vas bien Elisa, yo nunca me podría imaginar que comiera tan bien y tan a gusto y, por supuesto, con tantas ganas y ansias de devorar el plato. Que arte lo de la vela, nunca se me habría ocurrido poner una vela encendía en la mesa para comer ¿De dónde se te vino esa idea Antonio? Muchas veces en mi casa, mis padres lo hacían, no sé por qué. Pero a mí me gustaba, era diferente, aunque encendiéramos la luz de la lámpara, le daba más seriedad y mas señorío a la mesa y a la honestidad de los alimentos, que es lo que yo quiero que pase en nuestra casa mientras comamos, a mi me encanta, es un vacile, voy a ver si encuentro un velón de color rosa, que es el color que más me gusta y además así nos acordaremos de tu madre mientras comemos. Qué buena eres. Te gustaría que les hiciéramos una visita a los suegros y suegras indistintamente. Cuando tú quieras, a mi me gustaría ver tanto a mis padres como a los tuyos, para contarles tantas historias nuevas que ellos desconocen, pienso. Ellos saben más que Briján, que ya es decir. Esta tarde empezamos por Ramón y Pilar y después por Pepe y Rosa, que te parece, estupendo. Antonio ¿desde cuándo te vino la idea de volar a toesboc? Aquello empezó después de enterrar a un buen amigo mío, que viniendo por el paseo central del cementerio me vino unos versos que decían “ árboles de talle fino, acompañan mi ataúd, árboles de tallo fino, el cielo con sombra y luz, el aire con musiquilla y mi

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familia con su cruz” qué quieres decir, pues que vi mi entierro y si vi mi entierro y seguía vivo, me dije y ¿ahora qué pinto yo aquí? aunque tu pienses que estaba loco, todavía lo vivo en mi interior con la misma fuerza que aquel día, pensando que lo que me esperaba era volar, pero que no lo podía conseguir solo, necesitaba una mujer, porque si volaba a otro planeta era para formar otra forma de vida con mi mujer, no sé si me comprendes, pero ya te lo explicaré mejor ¿y lo de la tercera dentadura? eso fue cuando por primera vez el dentista me extrajo la primera pieza de mi boca, que fue una muela de juicio que me salió mala, eso me dio motivo a pensar que, si me habían salido dos dentaduras, por qué no me iban a salir tres. ¿Y lo de unir nariz, garganta y oído? Eso fue un día que estando en un bar demasiado a gusto y cuando llegué al baño me encontré un paquete de Winston lleno y me dio por meterme un cigarro en cada orificio de mi cabeza y entonces me di cuenta que por los orejas nadie puede fumar, qué pena, a excepción del mudo de los Hermanos Marx, qué arte cuando lo vi echar humo por las orejas en una de sus películas. ¿Qué edad tenías cuando estas cosas te vinieron? A partir de los dieciocho años, me empezaron a venir a una velocidad aplastante, pero no me daban ni miedo ni preocupación, todo lo contrario, alegría, esperanza y muchas ganas de vivir. Y toesboc, cuándo lo viste. Cuando me di cuenta que mi cuerpo comía absolutamente por todas partes, porque mi cuerpo está formado entero por animalitos microscópicos que van naciendo y muriendo, creo por micronésimas de segundo, pero comen, beben y respiran como lo hace mi cuerpo general, por eso le llamé toesboc. Por eso si algún día conseguimos llegar a otro planeta, con nuestros cuerpos a pelo, ten por seguro que lo bautizaré como TOESBOC. Puedo seguir preguntándote más, claro que sí ¿Qué es para ti la vida? La vida empieza por mi padre, que es el Sol, mi madre, que es la Luna y yo, que soy el Lucero del Alba, y yo quien soy, dice Elisa, tu eres la estrella que alumbró al Sol cuando salió de la nada ¿quieres más? Que malo eres, yo creía que me ibas a decir que yo era Elisa, no mujer, tu eres de las estrellas del cielo la reina de las galaxias, emperatriz del universo y la esposa del hombre más loco que existe en este mundo aburrido y triste, que solo piensa en dar

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vueltas a sí mismo y alrededor del sol, imagínate, y todavía la gente vive contenta, porque puede pagar con tarjeta, porque tienen una cuenta corriente y algunos, porque pueden llegar a fin de mes, y a veces, algunos, porque se han encontrado en un contenedor unas cuantas piezas de valor que en la chatarrería le pueden solucionar las copitas y el tabaco, porque comen en un centro de comidas benéficas ¿qué te parece? No es más bonito tener la ilusión de no morir y poder volar, aunque solo sea una quimera, una locura o, como le llaman los psiquiatras, un trastorno esquizofrénico paranoico bipolar o, qué se yo. Que vengan a la universidad y que pregunten por mis cinco años de carrera y mi comportamiento social y familiar, a ver que le dicen. Por cierto, ya han salido las notas y no te había dicho nada, he aprobado todas. Enhorabuena mi niño. Dos sobresalientes tres notables y tres matrículas de honor. Mañana tengo una entrevista con una empresa de Madrid que ha venido a seleccionar a los mejores de esta facultad, porque quieren llevarse a dos para su productora ¿Y si te cogen a ti, que vas a hacer? pues nos vamos con los ojos cerrados y con lo puesto, ya nos abrirán las puertas del camino. Papá, mamá ¿como estáis? Bien, pasad, qué buen aspecto tenéis, se nota que el gazpacho os sienta bien ¿quién guisa? Antonio cuando puede y si no yo, papi, hija, qué bonita estas, qué bien te sienta el matrimonio, mamá que todavía no estamos casados, bueno, es igual ¿no vivís solos? Que más da. Y de familia pensáis algo ¡ah! de eso nada querida suegra, eso de ser abuelita tendrás que olvidarlo de momento, por ahora nuestro sexo, y tienes que estar tranquila, son besitos, abrazos y caricias, eso sí, por todo nuestro cuerpo. Pilar, no le hables de esas cosas tan personales, que Antonio no tiene pelos en la lengua. Ramón, las cosas claras y el chocolate espeso, y entre risas y buenos modos pasó el tiempo. Buenos, nos vamos, que ahora queremos ir a ver a mis padres, hoy toca la familia. De acuerdo, pero haced la visita con más frecuencia. De acuerdo. Ramón ¿cómo va el flamenco? bien y tu Pilar ¿cómo lo llevas? yo siempre lo mismo, la cocina, la plancha y la fregona. Eso es lo que tenemos los viejos. Que viejos

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si tenéis la cara más floría que los nardos de la Virgen de los Reyes. Adiós, adiós. A ver si quedan bicicletas, la última vez tuvimos que esperar. Mami, papi, hijo, Elisa, qué alegría ¿os vais a quedar a cenar? ¿Qué tienes? os puedo hacer una tortilla de patatas y un periflú de naranja ¿os gusta? a mi si ¿y a ti Elisa? po no lo sabe ya ¡Ea! venga mamá, al grano y por derecho, papá, nos fumamos una cachimba, venga, le ponemos un chorrito de whisky, sí ¿qué tabaco tienes? de fresa y melocotón, ponle de los dos ¿Puedo apagar la radio y poner música de la nuestra? Si, pero que no sea chim pum, que haya música, como los Beatles o algo parecido. Cómo va la cosa Elisa, le dice Rosa, pues no tengo palabras suegra, vaya el hijo que tenías guardado en esta cueva, hombre, lo bueno hay que darlo en pequeños botecitos, si por lo menos mide 1,85, si, pero es muy chico ¿o no lo ves? Si, pues ha aprobado todo y a lo mejor nos vamos a vivir a Madrid, como lo escojan mañana en una entrevista que le van a hacer, por ser uno de los diez mejores estudiantes ¿no me digas? como lo oyes. Qué bien, a ver si tenéis suerte, porque dicen que de Madrid al cielo. Déjate de cielo que todavía es muy pronto, primero tenemos que trabajar mucho en esta vida para empezar con la otra ¿qué otra? Elisa, no te enrolles con mi madre. Nada Rosa, es una broma. Venga, ven y acompáñame y tómate algo mientras preparo la cena y ellos fuman. Ahora nos vamos a ir andando, dando un paseíto, porque prisa no tenemos, mañana no tenemos que trabajar y dice que pasear es tan bonito como la Estrella que cae de noche en el infinito ¡ay! como me gusta ver caer una estrella Antonio, a ti mamá y a cualquiera que tenga un poquito de sensibilidad, bueno, lo dicho y dice Pepe, y el caballo en la puerta, como decía la abuelita. Adiós papá, mamá, dame un besito anda. Adiós Elisa, que todo os salga como deseaba yo cuando me uní con Pepe. Gracias Rosa. Adiós. Y cogidos de la mano y haciéndose cosquillas, mirándose a la cara sin perder la orientación, caminaban por Sevilla como si fuera su casa, pero al llegar al puente de Triana, Antonio se paró y le dijo a Elisa, mira para el infinito ¿qué te parece? es algo

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maravilloso, a estas horas de la madrugada y con este silencio, con ese cielo lleno de estrellas y con la Giralda al fondo, la Torre del Oro, Sevilla y Triana, con este tan maravilloso rio que le dio la vida al Mundo entero ¿qué más se le puede pedir a estar vivo y esperar algún día contigo poder volar? Imagínate si pudiéramos ahora decir vámonos a Cádiz, o a la Guinea, o a Pensilvania, o Alaska, o a China ¿no sería mejor? tardaríamos unos pocos minutos al lugar más lejano y nos encontraríamos con el Sol en muchos sitios y viviríamos dos veces el día y, a las ocho de la mañana del lunes, estaríamos en la puerta del trabajo totalmente descansados, qué ¿te lo imaginas? Anda, cállate y no me pongas los dientes largos, qué quieres que te hable, del Sevilla o del Betis, o de Obama o Zapatero, o de coca o heroína, o del blanco o del negro. Te hablaré de lo que me gusta y lo único que me gusta en este mundo eres tú y por ti sería capaz de todo, menos de dejar el esquema de alimentación que llevamos, comer los dos las mismas cosas y beber aproximadamente lo mismo, tu tomas los zumos de unos frutos y yo de otros, igual que bebes agua de distintos sitios que yo y respiras otro aire diferente, pero lo importante es la alimentación y esa hasta hoy, no ha fallado, pronto vamos a empezar para hacerle un nuevo chequeo al motor, si nos vamos a Madrid, allí lo comenzaremos, y si no, a primero de mes ¿Vale?

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CAPITULO III

¡Bueno! ya hemos llegado, como veréis debajo del bloque tenéis un supermercado ¿qué os parece?, de momento bien, vamos ¡Oh! Esto no me lo esperaba yo, no os lo dije y la azotea toda entera es para vosotros nadie tiene derecho a ella, solo el ático. Qué maravilloso, cocina americana con el salón, el dormitorio con la cama de matrimonio doble, el cuarto de baño con bañera y ducha súper electromagnética para los michelines y músculos, dos roperos empotrados súper grandes, que queréis más. Hasta cuando podemos contratar el piso, hasta que queráis, a mi no me hace falta, yo lo compré para mi hijo y se casó y me lo dejó, así que es vuestro hasta que lo necesitéis ¿lo vendes? No. No tenéis dinero para comprarlo ¿Cuánto vale? Un dineral. Me dais quinientos euros todos los meses y punto. Vale ¿Esto es lo único que habéis traído de equipaje? ¿o tenéis algo pendiente de recoger de alguna empresa de transporte? No, esto es lo único, la ropa, lo demás ya lo iremos comprando en Madrid. Bueno, me voy, ya echaremos cuentas Antonio, hoy a descansar y el lunes te espero a las ocho en las oficinas. De acuerdo Rodrigo. Adiós. Qué maravilloso Antonio, quién se lo podía imaginar, en el centro de Madrid, a diez minutos de tu trabajo y a dos minutos del metro y ganando tres mil doscientos euros al mes. A Rodrigo le caí bien desde que nos conocimos en Sevilla. Eso es el destino Elisa, vamos a estrenar la cama, que no puede ser más grande y cómoda, sí pero tiene dos almohadas, bueno y qué, nada hombre. Ven cariñito mío. Cuantos abrazos y caricias con besos aleatorios por todo el cuerpo, qué manera de disfrutar, qué pareja tan sencilla y qué forma de vivir tan natural, fresca y humilde, solo piensan en conseguir algún día la verdadera felicidad, encontrar el verdadero amor, ese amor imposible que sueña todo el mundo y que nadie ha podido encontrar por culpa de la muerte, las fatiguitas y el dolor, aunque muchos se hayan conformado, con el engaño que produce el alcohol o las drogas y otros menesteres, que como

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nosotros tenemos, hasta hoy, nunca llegaron a hacerlo realidad. Antonio, muchos encuentran el amor en Dios ¿otra vez vamos a empezar con Dios? O con un velero, o con ser director de un banco, o a ser una enfermera o, qué se yo, eso no son sueños, eso son realidades, soñar es volar. Pero volar por el espacio infinito que tenemos en el cerebro, o en el cerebelo. Qué más da, en ese oculto espacio donde se mueve toesboc ¿Toesboc no era un planeta? Toesboc, es tu cuerpo ¡coño! bueno, no te pongas así ¿Quieres algo de beber o comer, para bajar al súper? Si, vamos a ver como están las cosas por aquí. Estaban dos empleadas del supermercado comentando: que Vicente le estaba diciendo al encargado que hace falta una persona, porque la baja del charcutero se estaba prolongando ¡ah! ¿si? Antonio ¿has escuchado a las empleadas? No, pues espérame en casa que ahora voy, compra lo que tú veas que subo en seguida. Toc toc, se puede. Si pase, que desea, pues me he enterado por casualidad que hace falta una charcutera y aquí me tiene, pero si eso lo hemos comentado esta mañana, cómo se ha enterado, bruja que es una, ¿usted es clienta de esta casa? a partir de hoy si, porque me he mudado a esta calle y he venido a comprar y me he enterado, mire usted por dónde ¿Usted tiene experiencia? Pues sí, he trabajado en Semana Abierta en Sevilla ¿en Sevilla? tres años ¿tres años? Si, empecé con 16 a trabajar, me hicieron fija pero a mi marido lo han destinado a trabajar aquí, a Madrid, y he tenido que venirme con él, él es más importante que nada en el mundo. Bien, podemos tenerla de prueba unos días ¿qué le parece? por mi encantada, ¿cuándo empiezo? ¿le parece bien el lunes?, la jornada sería de 8,30 a 15 horas o de 15 a 21,30 ¿cuál le gusta?, a mi me da igual. El sueldo sería en principio por horas, hasta hacerle un contrato temporal, de acuerdo, hasta el lunes a las 8,30 ¿vale? Vale, adiós ¡ah! me puede dar el carnet de identidad y la tarjeta de la S.S. para adelantar los trámites burocráticos y cuando pueda me trae el curriculum, de acuerdo, adiós. Holita, Antoñito, qué te pasa Elisita, pues que ya tengo trabajo a partir del lunes, ¿cómo? En el súper empiezo a las 8,30 y termino a las 3, qué te parece, ¡bien coño bien!

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Ya tengo hecho el aliño de atún y solo queda poner a la plancha, que ya los he limpiado, los filetes de gallos que he comprado. Bueno ya voy, lo primero es desnudarse y ponerse el delantal, por si salta alguna chispa ¿no? Como de costumbre, se dice. Y así fueron viviendo mientras que Antonio iba cada día superándose en el trabajo, como ayudante de dirección en cortos, novelas y en la primera película de comedias que se estaba rodando, en los platós de Madrid, además la pareja tenían mucha suerte en general, pues todo le iba saliendo bien, sin dejar por un momento su régimen de vida, si por un casual o por medio del trabajo cualquiera de los dos, no podían ir a comer a casa, se calmaban la ansiedad a base de agua del grifo del trabajo, o en botellas de máquinas expendedoras y si estaban en bares, con amigos o negociando, pedían agua mineral, con o sin gas, y eso no está mal visto y a nadie le importaba, porque era un elemento natural, que muchas veces es necesario, mejor que refrescos o alcohol, porque para Antonio y Elisa tenían claro que, si tienes hambre y espera hartura, no es hambre ninguna, y el que va a su casa a buena hora llega, por eso y porque como habían tenido una experiencia de tres días a agua, no se preocupaban por comer en la calle, no porque desconfiaran de los demás, sino porque ellos tenían su propio régimen, que lo tenían que llevar a raja tabla, si querían alcanzar ese sueño tan maravilloso de conseguir esa extraña dentadura y echar el humo de la cachimba por las orejas, ¡qué digo yo¡ que es un vacile, y, por supuesto, volar, ¡casi na! Aunque parezca un rollo matutino, para Antonio y Elisa, era su medio de vida y nadie se podía interponer en su camino, porque ellos con su alimentación no le hacían daño a nadie, comían como los demás pero con cierta medida y orden y no comiendo lo que a cada uno le venga bien en gana. Cada uno es libre de comer lo que quiera, por eso Antonio y Elisa comen a su manera y aguantan en la calle lo que tengan que aguantar. Ellos son felices así y así es el camino que la madre naturaleza, hasta hoy, les ha marcado en sus destinos y no es sacrificio alguno para los dos. Llevaban tres años en Madrid, todo seguía igual, cuando llegó Antonio a casa con ganas de azotea y cuando él quería azotea, era

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que algo raro le había pasado en el trabajo, pero aquel día no era del trabajo, le dijo a Elisa, entonces de qué, pues he tenido un día que he estado recibiendo como si fueran descargas eléctricas por mis piernas, brazos, torso, cabeza, corazón, músculos, todo mi cuerpo en general, electricidad, no sé como decírtelo, como si yo fuera una máquina y me entrara corriente, pues yo sin embargo hoy he estado súper tranquila, todas mis compañeras me decían: hay que ver la cara de felicidad que traes hoy, pareces una virgen bajo palio, pero en vez de pena, con alegría. Pues yo no se lo que me pasa, pero ¿todavía estás igual? todavía. Ven, vamos a tender una manta en el suelo y voy a coger dos almohadas y hoy vamos a pasar la noche mirando a las estrellas, además, hoy es Luna llena. Como tú quieras mi niña, ¿te desnudo? Si, por favor, y tú desnúdate rápida que quiero darte un poquito de mi electricidad, a ver si nos equilibramos entre los dos, dándote un poquito de esto que estoy recibiendo todo el día. Ven cariño. Se abrazaron, besaron, acariciaron, daban vueltas sobre sí mismos, se salían de la manta, abandonaban las almohadas, aquello parecía una orgia, pero sin ese sexo machista, ni feminista, simplemente buscando ese cariño de amor. Cuando de pronto, Antonio como si recibiera una orden natural, y sin pensarlo un momento cogió uno de sus testículos y se lo introdujo en la vagina y después el otro y seguidamente el pene y fue cuando recibieron mutuamente el sabor del verdadero amor sientiendo realmente el uno dentro del otro, pero ella no se encontraba a gusto recibía además dolor y fue Antonio con mucho mimo y cuidado cuando le dijo ponte encima de mí y hecha tu cuerpo sobre el mio y no temas nada y así quedó escrito para la eternidad, ella se montó encima de él y se desplomó en Antonio, mientras que él, sin darse cuenta, eyaculaba dentro de su vagina sin poder hacer nada, pues estaba inmóvil como si estuviera encadenado y sintiendo los golpetazos del corazón de su mujer, como si fuera el sonido de un tractor agrícola en ralentí, y él seguía expulsando su semen dentro de ella, aquello parecía un grifo abierto, sin fin, como si estuviera pasado de rosca, no estaba asustado ni preocupado, su tensión la había perdido, se encontraba como flotando en el aire, que maravilloso momento, nunca en mi vida, pensaba, me hubiera imaginado que

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el amor fuera así, qué pena que Elisa esté en otro mundo, porque viva si está y no la voy a interrumpir de su éxtasis o de sus sueños, quizás sea una lipotimia o lo que sea, de aquí no me muevo, ni aunque salga el Sol ni se vuelva a poner, él no sabía que había expulsado los dos testículos en el interior de su amada hasta que no se levantara de la cama y se viera en el espejo, no pasó nada, se echó a sonreír porque sabía que era el mejor cofre que la naturaleza había podido crear para guardar sus dos cojones.. Al cabo del tiempo, Elisa frotándose los ojos, le dijo, qué ha pasado, o qué pasa, por qué estas tan serio, ¿yo serio?, si soy el hombre más feliz del mundo, si, por qué, no lo notas, que has hecho mientras que yo dormía, ¿no quedamos que nunca lo haríamos? Antonio le contó lo sucedido y ella se maravilló. Todo quedó ahí. La vida siguió igual, con el mismo ritmo y régimen de comidas y sin ningún deseo carnal, nada más que el que siempre tuvieron desde que se conocieron, aquello fue una imperiosa y verdadera necesidad natural que ellos recibieron y no tuvieron más remedio que realizar, porque fue la Nada quien los unió, con el resplandor del Sol en la Luna llena, las estrellas, el aire y su verdadero amor. Al cabo de cierto tiempo, entró Antonio como siempre, contento y cantando y con la cara llena de una felicidad especial, le habían escogido para dirigir la primera película de su vida, Elisa se abrazó a él emocionada y se echó a llorar de alegría, después, durante la comida, Elisa le dijo: pues tengo que decirte una cosa, que es buena y mala, dime, que todavía no me ha bajado la regla en dos meses, me he hecho análisis en la farmacia y me ha salido negativo, así que no estoy embarazada, pero no tengo el período ¿y ahora qué pasa? Le dijo Antonio. Pues a esperar, si no me viene en el tercer mes, me han dicho que me haga una ecografía y ahí se verá. Si no, será cualquier trastorno que he sufrido físico o psíquico en mi cuerpo y me lo arreglarán. Bien, pues nada, a esperar, ¿a ti te pasa algo?, a mí, no, yo me encuentro normal, pues entonces vamos a vivir que son ya dos días, tu y yo y si viene el tercero serán tres, si tu quieres podemos ir a la Mutua y allí te hacen la ecografía al momento, ¿para qué quiero correr tanto? no adelantemos conocimientos, vamos a dejarlo así.

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Después de no venir la tercera regla, en la Mutua. Pues nada, aquí tiene el resultado de los análisis, que han salido negativos, igual que la ecografía, no está embarazada, debe de ir a su médico de familia para que le vayan haciendo un nuevo estudio y seguimiento. ¿No se lo pueden hacer aquí doctora, ya que hemos empezado con usted? Como quieran, pasarse por aquí dentro de tres días, para una nueva analítica y estudio. Ellos estaban tan metido en la vida normal que no se acordaban nada de su sueño, no veían nada de sus fantasías, solo creían tener la posibilidad de tener un hijo o un fallo en los conductos y sistemas femeninos de Elisa. Todo se les olvido con las preocupaciones del rodaje de la película, el trabajo de Elisa y las salidas y entradas que apetecían en verano. Un día, estando rodando en el plató Antonio, y rodeado de artistas y demás compañeros a su alrededor, vió venir a una mujer completamente en cueros, con su melena suelta, mojada, tapándole casi el cutis, y se quedó parado y enmudecido, los demás, al verlo, dieron media vuelta y al ver también a la mujer, se quedaron sorprendidos, ninguno sabían que era Elisa, nada más que él. Se fue corriendo, la cogió en brazos, se la llevó a un despacho y observó que por sus pezones salía un caldito semiblanco, no lo dudó un momento, ella no podía hablar, y se puso a chupar de ellos, los curiosos que llegaban y veían aquella foto tan natural, daban media vuelta y se iban con cara de despistados, como si nada hubieran visto, pero Antonio si sabía que era aquello, era el maná caído del cielo, era la vida misma, era su hijo en leche viva, que su mujer le había transformado para él, pero no quería perder tiempo, solo quería aprovechar aquel liquido que cada vez cogía mas color a leche natural, se iba de un pecho para otro, porque manaba de los dos y no quería que aquel liquido tan preciado y único en el mundo, se desperdiciara, cuando se fue tranquilizando, vio la posibilidad de cogerle las tetas y apretándole un poquito salía a chorrito, y era más puro y verdadero, porque se sentía hombre y no un niño, el no quería mamar, el solo quería el líquido, y así, poco a poco, observó que Elisa empezaba a respirar. Y le preguntó, entre buche y buche. ¿Cómo estás? Bien ¿y tú? Gracias mi arma por venir. No tiene

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importancia, yo sabía que era para ti. Ya queda poco, estoy apretando las mamas y ya no sale casi nada. No te preocupes, dentro de unas horas habrá más, ¿tú crees?, claro que si, pienso yo y si no, esto es lo que había dentro de mis óvulos, cuando tú me lo destrozaste, con tus espermas. Yo creo que esto se ha acabado, pues ve a buscar alguna ropa para mí, porque ahora si me da vergüenza salir en cuero, delante de tus amigos. Un momento, que ahora vuelvo. ¿Qué ha pasado Antonio?, le decían los amigos y compañeros, nada, mi mujer que ha tenido una alucinación y menos mal que se ha dirigido hasta aquí, imaginaros si le da por irse a Asturias, cualquiera la hubiera encontrado, ¡ojú! eso si que hubiera sido un palo, le dijo uno de ellos. Dónde puedo encontrar ropa para ella, ven, le dijo una de las azafatas, le dio ropa y se fueron a casa. Cómo era el sabor de la leche Antonio, le dijo Elisa, tenía el sabor con el primer color viscoso, ni dulce ni amargo, cuando se hizo verdaderamente líquido, entonces era como la vida misma, un sabor que no lo puedo describir, eras como tú, dentro de mí, algún día, y ya lo sabemos, creo que lo entenderás y lo probarás, porque te lo tendré que dar yo a través de mis pezones, que para eso me los dio a mi también la naturaleza, ¿o no? Eso digo yo, o me voy a quedar como la luna de Valencia. Tus compañeros que pensarán, pues nada, se han quedado alucinados, no comprenden nada, ni lo comprenderán, porque de nuestro sueño, aparte de nuestros padres, nadie sabe nada y esto es un flash, es una foto, un movimiento de cámara de un minuto, y la vida nuestra será eterna. Imagínate una hormiga andando sobre una bola de acero tan grande como el universo, ¿cuándo la gastaría? Nunca ¿no? Pues esa será nuestra vida, ya me lo has demostrado, con tu físico, lo que no tenemos es que tener prisa ni volvernos loco, con tonterías de ningún tipo, tenemos que seguir igual que siempre y nada más. Pienso que el siguiente paso será, que se me caigan los dientes poco a poco, si Antonio, sí, pienso que sí, porque el esperma que te rompió el óvulo llevaba una dentadura a la que llamamos de leche y que por no saber alimentarnos, desde chico, se pica y nos vuelve a salir la segunda y esta se vuelve a estropear, por lo mismo, y ya al cuerpo no le da tiempo a que le salga la tercera, debido a los malditos,

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pero buenos alimentos, que no se les ha podido dar su sitio en cada momento, nosotros seguiremos nuestro camino, empujando nuestra carreta, somos la mula y el buey y la carreta por mucha carga que le echen, no pesará mas kilos de los que podamos arrastrar. Así que no te preocupes, y sigue tirando que ya nos falta poco, todavía no hemos empezado a vivir, y hay gente que con nuestra edad ya están cansado de aguantarse unos a otros, y otros todavía no se han encontrado, así que fíjate. Yo me acordaba de ti, debajo de aquel olivo y no me pude dormir. ¡Qué bonito Antonio!, son cosas del flamenco, algunas veces leía libros de los que tenía mi padre por casa y tenia cosas muy sencillitas pero interesante, me gustaban, quieres que te diga otra, si, mi barca va navegando, mientras que yo miro y miro la estrella que voy buscando. Esta me gusta más que la otra, bueno vamos ya a descansar, que vaya el día de hoy, el Guerrero Invisible lo voy a tener que dirigir visible, desde una azotea, la azotea mía que la tengo medio rota, de tanto quererte vida mía. Que te quiero Antoñín. Un besito mi arma. No me hagas cosquillitas ahí, bueno. Elisa, preocupada por los dientes de Antonio, cada vez que comían no dejaba de mirarlo como masticaba, sin que él se diera cuenta de la preocupación de ella, hasta que llegó el día, que Antonio duchándose vio, al limpiarse de jabón con el agua, como salían por sus pezones, aquel liquido que vio de su mujer cuando llegó alucinada a los estudios, y tal como estaba salió corriendo a la cocina, que estaba preparando Elisa los zumos para el desayuno y le dijo, ven corriendo al sofá y chupa de mis pezones, pero ¿qué pasa Antonio? ¡chupa coño!, ella entonces vio aquel líquido viscoso y casi blanco, no paró ni un momento, se asfixiaba chupando, le faltaba el aire, intentando coger la postura idónea, Antonio estaba en éxtasis, ella intentaba hablarle y no podía, el liquido era más fuerte que el hombre, porque era el amor de su hombre lo que estaba recibiendo, porque ya lo había vivido con él, cuando pudo, empezó a exprimirle y vio como le salían los chorritos igual que le salieron a ella, pensaba que maravillosa es la naturaleza, como me engañó, con los diente este hombre, si él había mamado de mí, yo tenía que mamar de él, porque vamos en el mismo tren y el dijo: como las vías del tren vamos compañero,

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tú me quieres, yo también, cuanto lo quiero, todo esto decía en sus pensamiento mientras no dejaba de chupar, ya Antonio empezó a tomar parte de la vida y cuando la vio mascando y bebiendo de la fuente de sus pechos, echó la sonrisa y le apretó contra su cuerpo diciendo: eres el Sol de mi vida y la Luna de mi alma, las fuentes se secaron y entre abrazos y sonrisas, con llantos de cariño, sin mediar mas palabras, se tomaron el zumo y cada uno a su labor. Y a esperar que les pasaría después, a los tres días, dos meses o un año, qué más da, si para ellos no existía el tiempo, solo el amor que derramaban sus cuerpos, cuando se juntaban o el telegrama aeroespacial que se mandaban con los suspiros del alma, cada vez que uno y otro se acordaban, entre si, como dicen que es la Ciclomancia. Hola, hola cariñito, ¿cómo estás?, con mucha hambre, hemos tenido un día muy agitado, hemos tenido un parón grande y nos ha fastidiado un montón. Venga, qué vamos a comer, hoy tenemos pisto con huevos escalfado y melón con miel ¿qué te parece? Estupendo. Sabes una cosa. ¿Qué? Durante el parón, cuando estaba en el salón de la cafetería con ellos, no sabía nada más que acordarme de ti, estaba nervioso y me dijeron ¿qué te pasa? Y les dije mi mujer que me tiene loco, no he visto una mujer con mas belleza que ella, pues hazle una foto ahora, ¿una foto? si no está, cómo le voy a hacer una foto, ¡coño! coge un papel y un lápiz y le haces un poema a ella, tal como la estás viendo, y cuando llegues a casa, se la enseñas, a ver como se ve ella, de guapa o fea, no dices que es la más bella, anda descríbela en la servilleta. Dame el bolígrafo. Y esto es lo que te escribí. Léemelo tú, que eres el que lo has escrito y sabrás entonarlo mejor que yo, vale: Elisa. Cuando te siento en mi interior Cuánta sensación tan agradable experimentan mis sentidos Empiezo a oler clavellinas Y rosas de color carmesí Nardos de terciopelo fino Y blancos de azahar y jazmín. Te acaricio lentamente

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Como las olas del rio en el mar Y te pones tan bonita Que me es difícil comparar No sé si eres blanca paloma O un bando de golondrinas Cuando en mis sueños te asomas Y cuando te veo, Con esos ojos redondos Y esa sonrisa tan linda y clara Mirándome desde tan lejos Se me abre el corazón Y empieza a correr mi sangre Llena de luz y calor. Mientras que iba leyendo la poesía, él la miraba y la veía, cómo fijamente miraba la vela encendida de la mesa, mientras se le corrían gotitas de lágrimas por los carrillos de su cara, y cuando terminó le dijo, que por qué lloraba, Elisa le dijo, que era la primera vez que le hacían una poesía y daba la casualidad, que se la había hecho el hombre de su vida, le dijo, ¿quieres más felicidad? Dame un besito cariño mío, que además eres poeta de los grandes, que bonita poesía me has hecho, en un momento de descanso, con tus amigos, ellos la han leído, no, pues llévasela hombre, para que vean el arte que tienes, porque si no es por ellos, no se te hubiera ocurrido, pues tienes razón, me la voy a guardar en la cartera y mañana se la enseñaré, dame otro besito ¿no? ¿Jugamos al toqueteo o a las caricias o solo a besarnos? A lo que tú quieras mi amor, hoy te lo has ganado todo, estoy entera y por completa entregada a ti, como siempre ¿no? Sí, pero hoy es especial, claro te he hecho una fotografía escrita y eso hace que hayas cambiado un poquito más tu sensibilidad amorosa, no, es que ha pasado un día mas y te quiero más por eso tonto, ¡ah! Antonio, ¿por qué no te afeitas nunca? igual que no lo hago con las cejas ni me corto las pestañas, ¿está claro?, sí, no sigas que ya te conozco, pues comenzó, porque mi padre cuando empecé a ser joven, me dijo que la guapura no estaba sólo en la cara y que era muy penoso arrasar todos los días a esas raíces que necesitaban

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salir al exterior de mi cuerpo, para respirar y, a lo mejor, para orientar mejor a mis sentidos, ¿te parece bien o sigo?, no, ya está bien, gracias, pues además te digo, que es un verdadero coñazo y un asesinato multitudinario, que a diario sentirían mis sensaciones nerviosas, claro que yo no, pero algo tendrá el agua, cuando la bendicen, dice el refranero español. Antonio salía de los estudios de grabación y uno de sus compañeros, le llamó la atención al verlo tan ligero, ¿a dónde vas con tanta prisa?, voy temprano y quiero recoger a Elisa por primera vez, a la salida de su trabajo, a propósito Antonio, ¿tú estás casado?, a ti nada te importa de mi vida privada, me molesta mucho que me preguntes cosas, para luego hacer comentarios, dimes y diretes y corre ve y dile, pero te voy a decir una cosa, cuando me case, ¿tú quieres ser testigo de mi boda?, pues no faltaría más, cuenta conmigo, pues vete preparando para el domingo que viene. Se presentó en las puertas del supermercado, a las 9,25 y Elisa no salía, eran ya las diez y diez, cuando salió por las puertas, Antonio, le dijo, el mundo da muchas vueltas, igual que me pasa a mí, cuando me encuentro en esta puerta, perdona Antonio, no sabía que estabas aquí y me he entretenido con mis compañeras, hablando de casamiento, tú también, ¿por qué?, porque yo he tenido la misma conversación cuando salía y les he dicho que nos casamos el domingo, ¿el domingo? si, vamos a comprar una mesa de playa para que el juez pueda poner los documentos y el libro de la Constitución o lo que quieras tu que ponga, como si quieres poner la Biblia o los dos, y lo vamos a hacer en nuestra azotea, así que invita a tus compañeras y demás, que yo haré lo mismo con los míos, ¡ah! y hay que comprar un libro en blanco para que firmen todos como testigo, ¿quién será el Juez?, porque no tenemos tiempo de ir a los Juzgados, ni creo yo que ninguno venga a nuestra azotea, ni ningún cura. No te preocupes, Ella nos ayudará. Nos vamos, venga que tengo galipa y necesidad de desnudarme, ducharme y ponerme cómoda contigo, que eres el Lucero del Alba en el Alba de mis días. Y llegó el domingo, todo estaba preparado, los invitados iban llegando poco a poco, la boda era a las doce del mediodía y solo faltaba el Juez, Antonio salió diciendo, vuelvo en seguida, se

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acordó de un vagabundo que habitaba por allí cerca y pensó que era el más apropiado, algunas veces le había dado una propina y le caía bien. Se presentó con él y la mayoría de la gente se quedó sorprendida. Bueno, empezamos, tu Robert vas a ser el Juez, le dijo al vagabundo, nosotros los novios y el resto los testigos, así que empieza la ceremonia. A todos los presente, y dado que es un acto universal, quiero decir para toda la vida, ¿no hay un poquito de vino?, aunque sea de cartón, que tengo la boca seca, aquí no hay vino, después de la boda, bien, pues vamos a casar a Antonio, y, como se llama la novia, Elisa, a Antonio y Elisa, para que se vayan mas allá de las estrellas, donde existe la otra vida y puedan formar una familia que sea la envidia del resto de la humanidad, porque tienen más cara que un duro en cuarto, mira que traerme aquí para que yo los case, en vez de darme diez euros o veinte y largarme a por mi cartón de tinto y mi paquete de ducados. ¡Sigue, Robert! bien, hay alguien que no quiera que se casen, entonces daros un besito de amor y poneros los anillos, que después vendrá alguien que os lea lo que sea, porque yo no sé leer. A ver, dice Antonio, el primer testigo que se suba al estrado. Se acerco Luis uno de la productora y leyó la primera página que salió al abrir la Constitución y la primera que salió de la Biblia, y les dijo, os queréis hasta siempre, se miraron Elisa y Antonio, con esa sonrisa tan característica de los dos, cuando están solos en casa, y se abrazaron después de besarse con el piquito correspondiente, echando unas lagrimitas y dijeron sí, mutuamente. Todo resultó al final más serio de lo que ninguno se podía imaginar. Una vez terminado, Antonio alzó la voz y dijo, en los platos hay preparado un catering para todo el que quiera ir, he contratado para doscientas cincuenta personas, y dice Elisa, pero si aquí habremos sesenta, bueno y qué más da, ya irán llegando, en algo nos tendremos que gastar el dinero, ¿no? Y qué mejor que en el día de nuestra boda y con nuestros amigos, no, si a mí me parece muy bien, pero me parece que te has pasado un poquito, ¡vamos!. Antonio le dijo a Robert, el Juez, toma cien pavos, vete y tráete a los colegas que creas conveniente para que disfruten con nosotros, coge los taxis que necesites, calle fray López, nº 2, pero no te

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pases, que sean como tú, borrachos y muertos de hambre, y si alguno tiene una guitarra, que se la traiga, que hoy voy a dar un recital de flamenco. Eso no se lo espera ni mi mujer, anda callando y chistón en boca, ¡ale!. En efecto, estaba el catering esperando en principio, ofreciendo una cervecita fresquita con unos pinchitos de tortilla, canapés, finos, manzanilla, refrescos, quesito, gambas y jamón del güeno. Todo el mundo divirtiéndose de verdad, a gusto por entero y por completo, pero cuál fue la sorpresa, cuando Robert, apareció con el guitarrista, que tenía más mierda que una zahurda cortijera, todo desgreñado y ocho pedigüeños más, diciendo: creo que algunos van a venir después, han ido a por una caja de esas que sirven para acompañar a la guitarra, que uno tiene prestada a otro colega que seguramente también vendrá. Elisa, al ver tal teatro en vivo, se fue a Antonio y le dijo, pero ¿esto qué es Antonio?, pues no lo ves, personas y amigos del barrio, tú como solo sales a trabajar y comprar no te das cuenta que ellos son bases principalísimas para que el universo mantenga el equilibrio, los demás los miran con desprecio y humillación, yo los miro tal como son, cada uno con su problema. Mira, Robert, ¿qué? Trae la guitarra, ¿está afiná?, no lo sé, dice el colega de la guitarra. Trae, haz el favor. Le pasa Antonio el pulgar, desde el bordón a la prima, y aquello parecía la Guerra de Sucesión, Antonio la afinó como pudo y empezó por un fandango que decía, “tú no le llames borracho, aunque vaya dando tumbo, ni tampoco mamarracho ¡qué sabes tú de su mundo ni la cruz que va llevando! se quedaron todos pasmaos, hasta Elisa, pues nunca tuvo oportunidad de escuchar cantar a Antonio, y menos acompañarse con una guitarra, que parecía más una caja de gambas de Australia. Aquello hizo levantar el ánimo a los demás y todos se unieron y empezó la conformidad y el bienestar, sin menospreciar unos a otros, se formó una piña, que duró hasta las seis de la madrugada del lunes, y porque a las ocho había que seguir el rodaje y Elisa le habían cambiado el turno y empezaba por la mañana. Cada uno a su casa con la medio pea y fue la primera vez que rompieron el régimen de comidas, pero una vez a los cinco años, no hace daño, decía Antonio, mientras que iba agarrado a Elisa, medio tarumba, por

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las cervezas y los whiskys que se habían metido por el cuerpo, además de la cena, que fue bastante buena, de primero, un cóctel de mariscos, un lenguado a la plancha y un entrecot de ternera, a la milanesa con salsa de alioli, vino de las tres clases, fruta la que quisieran, entre mango, melón y sandia, café, helado, champán, y barra libre hasta el final, no se le puede pedir más, decía Antonio a Elisa, cuando iban en el taxi para casa. Llegaron, se ducharon, se sentaron en el sofá, pusieron música ¡ay! cuando se dieron cuenta el despertador les avisaba para el trabajo, adiós Antonio, adiós Elisa, un besito. Hasta luego. ¡Ah! y ya somos marido y mujer no se te olvide. Claro que no, esposo mío. Adiós señora mía. Pasó el tiempo, donde pudieron amamantarse hasta cuatro veces más, sin darle mayor importancia, nada más que la que tenía, esperando otra buena nueva. Un día, Antonio llegó cansado a casa y después de cenar, como de costumbre, se duchó y sin más preámbulo, le dijo a Elisa, hoy no tengo ganas de música, ni de leer, ni de televisión, solo de estar tendido en la cama y relajarme, pues hazlo, le dijo Elisa, y con su melena mojada, Antonio se metió en la cama, mientras Elisa leía en el sofá, a todas sus anchas, la cama de ellos tenía un respaldar de listones de maderas cruzados, que aunque no era una belleza, a ellos tampoco les había importado, pero veréis para que la hicieron así. Antonio desde que se echó en la cama, sintió que estaba como si estuviera en la mesa de un quirófano, sin saber por qué, todo le olía y sabía a hospital, incluso le venía, al pasar el tiempo, el sabor del cloroformo, como si lo fuesen a dormir para una operación, el estaba despierto pero no se podía mover, ni hablar, ni chillar, ni nada que pudiera avisar a Elisa, estaba como sedado, de vez en cuando decía para sus adentros ¿qué me va a pasar? ¿dónde estoy?, y cada vez estaba más cerca el olor del cirujano, enfermeras y ruidos de los materiales quirúrgicos, el tiempo pasaba y, él, mas sensación de miedo tenía, pero era un miedo sin dolor ni preocupación, porque en el fondo sabia que él no padecía de nada pero algo extraño le iba a suceder, cuando de pronto su melena se enredó en uno de los travesaños de la cama y fue tan grande el tirón que le dio, el revuelo de sus cabellos al tirar de

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ellos, sobre el cráneo, que sintió como salía de una vez toda su dentadura nueva, la que con tanto amor había esperado en su vida, expulsando de las mandíbulas, los dientes, muelas, colmillos de su segunda dentadura y desde ese momento se quedó dormido y plácido pegando unos ronquidos que hicieron tragarse todas las piezas dentales, aunque dormido no se pueda tragar. Este estruendo despertó a Elisa. ¿Qué hora es? Se dijo Elisa a sí misma, miró el reloj del salón y eran las siete menos cuarto, faltaba un cuarto de hora para que sonara, ¡ojú! es la primera vez que no me acuesto con mi marido, ya espero que suene, para que lo voy a despertar, para un cuarto de hora, que termine de roncar. Se sentó en la cama, ¡ay! cuando sonó el despertador, todo fue normal, los besitos y abrazos, la ducha nuevamente, el desayuno y a trabajar. Pero cuál fue la sorpresa al mediodía, cuando en el almuerzo, que había pollo frito con ensalada de zanahorias aliñadas, al estilo de mamá suegra, Elisa observó que Antonio, se comió una alita de un bocado, y le dijo, Antonio, como te la has comido, ¿es que esa no tenía hueso?, Antonio de repente se acordó de la noche pasada y pensó “aquí pasa algo” y le dijo, pues claro, si no, cómo me la iba a comer de una vez, se levantó pidiendo disculpas y se fue al cuarto de baño, se miró la dentadura. Ahí. Entonces, se dio cuenta que no era la misma de siempre, que había cambiado su dentadura, en formas y tonos de blanco, era más opaca y que tenía una fuerza en la mandíbula que era capaz de machacar las puntillas de acero en vigas de cualquier metal. Se fue a la mesa y empezó a comer como si nada hubiera pasado, porque sabía ya, que a ella le iba a pasar lo mismo y no quería ponerla en antecedentes, para que no se asustara, ni estuviera en acecho esperando el momento, lo que venga que venga cuando quiera, pensó Antonio. Dialogando con uno de los productores, en la cafetería de los estudios del trabajo, sobre la realización de unos planos mientras escuchaba a su compañero, también escuchaba a uno fuera del local como lo estaba poniendo como los trapos, diciendo que él era un estúpido, que trabajaba muy bien pero que estaba encoñado con su mujer y que ella no valía para tanto, le dijo al productor: ¿Me permite un momento?. Se fue a los platós donde estaban los

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dos idiotas y se fue para el inteligente. El que estaba piando de él. ¿Qué pasa? ya ves Antonio, aquí, echando un cigarrito. Tu eres estúpido Rafael, ¿yo? Si, tú, y además eres una maricona, ¿cómo te atreves a hablar mal de mi mujer y de mi? ¿Y tú cómo sabes eso?, oído que tiene uno, so imbécil. Haz el favor de no criticar a nadie y menos a un compañero y jefe que sabe escuchar y oír, te pongas donde te pongas. Vale tío, no te pongas así, ha sido simplemente un comentario, así está hecho el mundo, de comentarios, di la verdad de lo que te pasa a ti y deja lo que le pasa a los demás. Antonio se dio cuenta que sus cinco sentidos estaban unidos, que la nariz, la garganta y el oído, por fin habían conectado. Le dijo al productor que lo perdonara, que tenía algo muy urgente que hablar con su señora y que mañana seguirían recogiendo datos para los planos. Se fue al supermercado y busco a Elisa, ¿qué pasa Antonio? Mis oídos funcionan perfectamente, ¿y cómo lo sabes?, pues sé perfectamente que le está diciendo aquella mujer a la cajera, ¿sí? ¿Qué le está diciendo?, que no tiene los cincuenta céntimos. Pues yo te tengo que decir una cosa, eres un canalla. ¿¡Por qué!? Porque ya sé que te comiste el pollo con huesos y todo lo que te pusieran por delante, ¿y eso? Porque yo también me los como ¿Cómo te has quedado?, ya te has operado tu también, si, ha sido haciendo caquita, yo creía que el mojoncito diario era hoy especial, digo, muy gordo y no me estaba ensuciando, lo que era es que estaba expulsando mis dientes, ¿no ves que color tan diferente tienen hoy? ¿Y la forma son de otra manera? pero nadie se ha dado cuenta, ni nadie se la dará, si no se lo dices. Me alegro, ahora te faltan los oídos. Ten cuidado, porque te puedes llevar una sorpresa desagradable, como a mí, ¿qué te ha pasado? Nada, una tontería, pero no te preocupes, que no ha sido nada, he tenido que poner firme a uno ¡ah! eso lo sé yo hacer muy bien, dame un beso, cuándo sales, hoy, a las cuatro. Te espero en casa con la comida en la mesa, hoy que tenemos, no sé, veré que hay fresco en la nevera, hoy me gustaría comer chuletas de buey, para devorarlas. ¡Bien, coño, bien! Voy a por una botella de champán, que quiero esta noche ponerme a gustito, ahora mismo vengo. Cuando era totalmente de

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noche, pasada las once y media, Antonio sacó la mesa de playa a la azotea, dos sillas, la cachimba y la botella de champán, y empezaron a fumar y beber tranquilamente, hacía una noche verdaderamente espléndida, Elisa se quedó boquiabierta, cuando vio que de las orejas de Antonio salía humo cuando fumaba y a Antonio le pasaba igual con Elisa, de pronto saltaron a dar carcajadas y se revolcaron por el suelo, aquello era un circo, aquellos dos seres eran completamente felices, al ver que sus sueños se iban realizando, cuando se calmaron, se sentaron, se miraron fijamente y, sin decir media palabra, brindaron con el vino espumoso y Antonio notó que su tripita se le iba hinchando, y que cada vez le costaba más trabajo respirar, se levantó y empezó a dar vueltas por la azotea, Elisa le preguntó ¿qué te pasa? no sé, algo me está sentando mal, el vino o la cachimba, o el cambio físico que hemos desarrollado, pero veo que a ti no te pasa nada Elisa. No, a mi no, ven que te de un besito, verás cómo se te calma, después se sentó y fue cuando empezó a sonar como cuando sueltas aire de un globo lleno, cogido por la boca, y no sabían si era un pedo o algo que pasaba a su alrededor, cuando de pronto, Antonio salió desplazado de la silla hacia el muro de la azotea, dándose un pequeño golpe. Elisa no paraba de reírse. Si, tú te ríes, como contigo no es nada. No Antonio, es que ha tenido mucha gracia verte volar por primera vez. ¿Que yo he volado? ¿Po no te has visto como has ido de la silla a la tapia? No me digas. Antonio se levantó y ya se encontraba bien, entonces vio Elisa que por el tubillo de mear también le salía humo y le dijo date la vuelta Antonio, se dio la vuelta y echaba humo por el culito, y Elisa soltó otra carcajada todavía mayor que la primera, aquello no tenía ni principio ni fin, Antonio era completamente una chimenea con mas agujeros que un colador de café de un cortijero arruinado. Cuando todo se tranquilizó, Antonio se estremeció y entonces dio un saltito, a ver qué pasaba y vio que su cuerpo funcionaba a sus directrices y sentidos y que ningún músculo le fallaba, se sentó en la silla y siguieron bebiendo y fumando recordando y riéndose, a la vez que vanagloriándose de lo conseguido. Antonio en su interior recibió un aviso de que podía elevarse cuando quisiera, no se lo podía explicar a Elisa y

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se fue al pretil de la azotea y, de un salto, sin manos, se colocó encima. Elisa no lo vio porque estaba de espaldas, se dejó caer lentamente al suelo, consiguiéndolo, emocionado se golpeaba en el pecho, diciendo, lo he conseguido, lo he conseguido, llevando a Elisa con la silla y todo, se elevaron a unos dos metros, Elisa gritando ¿qué haces loco? Dejó caer la silla y la tomó entre sus brazos diciéndole, te invito a dar un paseíto alrededor del bloque ¿te atreves? ¿Y si nos caemos o nos pasa algo peor? por qué no esperamos que sea la naturaleza la que nos ayude, ¿quieres más naturaleza que la que tengo? no ves que estamos en el aire, si, pero la dejó caer desde unos veinticinco metros y dio un chillido que reventó su ombligo, quizás era lo que a Elisa le hacía falta para que también pudiera romper por el resto de los orificios y, antes de llegar al suelo, pudo controlar ya sus sentidos aeronáuticos, aunque Antonio estuvo siempre al lado de ella, por si acaso, otra vez a reírse cuando ella, por el ombligo, echaba el humo, por el pompis y por sus dos partes femeninas. Aquella noche fue demasiado, se fueron a dar una vuelta por El Retiro, la Gran Vía, Carabanchel, la Puerta del Sol y tantos y tantos sitios, que se quedaron alucinados, a una distancia del suelo, no más de cincuenta metros. Cuando llegaron a la azotea, lo primero que dijo Elisa fue ¿y ahora qué?, ahora ya estamos volando para Sevilla, y que nos vean nuestros verdaderos padres, que son ellos a quienes le debemos esta gran historia, así que llama a tus padres, que yo voy a llamar a los míos y cítalos esta mañana a las 9, en la plaza de doña Elvira. En la plaza de doña Elvira, a las nueve de la mañana, ¿hoy? si. A las nueve de la mañana bajaron lentamente por una de las calles que dan a la placita, precisamente la calle Gloria, una hora que pasa muy poca gente, algún que otro vecino para trabajar, es un barrio muy poco poblado, solo vive para el turismo. Cuando de pronto entran en la plaza y ven a los cuatro sentados en un banco. Los bancos de la plaza son bastante grandes y cómodos, ¡hola! ¡ahí están!, gritaron Pilar y Rosa, al unísono, que alegría, pero si están más guapos y más altos. Como estáis papá y tu, mamá. A qué se debe esta visita y aquí en la plaza esta. Pues no lo sabes ya, nuestra placita, la que tú me traías cuando era chico para jugar

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entre los bancos y árboles. Hija, que bonita estas y qué guapa. ¿Qué pasa don Ramón? Ya ves Antonio, un poco dormido todavía, ven para acá, al centro de la plaza, y tu también papá. ¿Qué? ¿Nos vas a hacer una foto? No, algo mejor, las fotos ya se han quedado anticuadas, en Madrid se lleva ahora otra cosa ¿ah sí? y al llegar a la fuente les dijo, cogerse cada uno de mi brazo y no soltarse, que os voy a enseñar la plaza desde arriba, ¿y cómo va a ser eso? dice Ramón. Tú agárrate y verás, y no hicieron nada más que agarrarse, Antonio empezó a elevarse lentamente, manteniendo un equilibrio perfecto para que ellos no sintieran el menor síntoma de miedo y cuando llego a la altura de ver el cuerpo entero de la Giralda, los mantuvo unos pocos minutos y los bajó, no hablaron de nada, pero es que cuando llegaron al suelo se fueron al banco y no daban crédito a lo que habían hecho ni visto gracias a su hijo y nuero, se quedaron extasiados, borrachos de amor, enloquecidos, como si les hubieran dado un botellazo en la cabeza y no habían reaccionado todavía. Las mujeres, estaban asustadas, Elisa no sabía ya qué decirles ni de qué manera, pero ellas no querían subir con Elisa ni a coger naranjas de los árboles. Bueno, aquí está ya todo hecho, a excepción de decirle yo a mi placita, aquel poema tan bonito que un día le dedique en uno de estos bancos sentaos, mientras no dejaba de soñar con Elisa, sin saber ni como era, ni donde podía encontrarla. A la Plaza Doña Elvira Porque la ronda el duende, Siempre le está bailando, El chorrito de su fuente. Con los pajarillos cantando, Va derramando su belleza, por los hermosos naranjos. Cuántos se han enamoraos De su gracia y de su embrujo En los banquitos sentaos. Cuanto amor y cuanto arte Derrochan todas sus flores En los bellos arriates. Doña Elvira es así

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Campechana, natural Elegante y señorita Yo no he visto en este mundo Una plaza tan bonita. ¡Ea! ya está, nos vamos, qué bonito es eso, le dice Ramón. Son cosas del pasado. Desde que una mujer me dijo que en Doña Elvira hay un tesoro escondío, que no encontraron los moros, ni cristianos ni judíos, dijo que solo lo saben, el chorrito de la fuente, todos los bancos de la plaza, los naranjos que allí viven, y los pajarillos que cantan. ¡Coño! esa también es buena Antonio. Vámonos Elisa, le dice Pilar a su hija, estaba totalmente cagada, quería salir corriendo y olvidar que estaba viva, no comprendía nada desde que vio a su marido con Antonio por el aire. Pues vámonos, cogeros todos de la manita que nos vamos a Madrid. ¿A Madrid? Dijeron al mismo tiempo los cuatros papaítos, pues claro, ¿entonces para qué hemos venido si no? allí tenemos reservado en un hotel de cinco estrellas, comida y cama para vosotros durante toda la vida. Pero Pepe, este niño está loco, po no lo ves Rosa, si es el más feliz del mundo ¿o todavía no te has dado cuenta? Yo si no lo veo, no lo creo. Se elevaron los seis y a más de quinientos metros de altura, se dirigieron a Madrid sin rumbo fijo, por trochas y caminos, cruzando fincas y montañas, que maravilla Despeñaperros desde lo alto, le decía Elisa a Antonio, los padres y madres no podían hablar, estaban completamente asustados, aunque felices y alegres, pero con la boca y la cara en tensión, conteniendo el cuerpo, no fuera a ser que algo fallara y se cayeran por el espacio al suelo y, ya se sabe. Bueno, qué queréis que hagamos esta tarde, dice Pilar, a mi me gustaría, ya que estoy en Madrid, es hablar con los Reyes, principalmente con la reina Sofía, eso es la única ilusión que tengo en mi vida, pues nada, os dejamos a ti y a Ramón dentro del palacio de la Zarzuela y os buscáis la vida, mientras que nosotros nos damos una vuelta por ahí y cuando terminéis nos llamáis por teléfono y os recogemos, si, tu lo ves todo muy claro, como tú puedes volar, os dejamos y entráis como si tal cosa por el Palacio,

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preguntáis por doña Sofía y a lo que os digan, les vais contestando, siempre a favor de que tenéis una previa cita con ella, por eso os han dejado pasar los controles y secretarios. Mira, eso está bien, qué te parece Ramón, lo que tú quieras Pilar. De acuerdo Antonio. Como ha estado la comida súper exquisita dice Ramón y Pilar, Rosa se quedó un poco callada, hasta que dijo, le falta un poquito de limón a la ensalada, porque a mi Antonio se las preparaba yo mas fuertecitas, cállate ya Rosa, le dice Pepe, que los tiempos han cambiado y tu sigues con las mismas costumbres, ¿cuándo te habías comido una ensalada de sandia? Nunca, pero sí que está buena con kiwi y salsa de tomate. ¿Nos vamos a tomar café a la calle, o nos lo tomamos en Barcelona para hacer tiempo? Vaya rollo, tenemos que acostumbrarnos a este medio de vida, nosotros no estamos preparados , dice Ramón. Vamos a ir despacito, primero a la Zarzuela y después a donde queráis. Bueno, pues venga, lo que sea rápido, que el tiempo es oro. Elisa se puso en marcha con sus padres, pero cuando iban de camino, dando un rodeo por los extrarradios, escuchó unos gritos de una mujer pidiendo socorro, bajó con sus padres a la carretera, donde estaba un hombre maltratando a una mujer, junto a una furgoneta, que tenia las puertas traseras abierta, y le dijo Elisa, haga el favor de dejar a esa señorita tranquila, pero el hombre, ofuscado, no la escuchó y seguía dándole tirones y puñetazos, entonces Elisa pegó un portazo con las puertas cerrándolas y el hombre miró hacia atrás y cuando vio a Elisa, le dijo ¿tú también quieres guerra conmigo, o quieres que también te folle? Si no deja ahora mismo a esa mujer y sale corriendo cuesta abajo por el monte, voy a hacer con usted lo mismo que voy a hacer con la furgoneta, se fue a la parte izquierda de la furgoneta, la agarró por el borde de los bajos y la remontó hacia el barranco, cayendo hacia el vacio, el hombre, al ver su coche volando y a Elisa con las manos en el cuadril, salió corriendo como si fuera una película de Charlot, la chavala cayó desmayada, Elisa se acercó y vio que no respiraba, le hizo el boca a boca y abrió los ojos, ella le preguntó, quién es usted, hoy soy una amiga, le dijo Elisa, anda, levántate y vámonos, que se me hace tarde, pero de dónde ha

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sacado tanta fuerza, ya te lo contaré por el camino, cogió a sus padres de la mano y a la chica por la cintura y se elevaron, entonces la muchacha, que se quedó traspuesta, pero consciente, dijo, pero, ¿qué es? ¿qué pasa? ¿Qué es esto?, ¿quién eres tú? Yo soy Elisa ¿y tú? Yo soy Marta, ¿qué te ha pasado con ese bestia? Me dijo que me ganaría un dinerito si le ayudaba a repartir unas cajas y me ofrecí, y de pronto paró el coche y quería violarme. Que poca vergüenza, ¿dónde vives? En Torre Mayor, muy cerquita de aquí, vivo con mis abuelos yo no tengo padres, murieron en un accidente de autobús. Dime como has conseguido volar, pues amando a un hombre, ¿amando a un hombre? Pues en mi pueblo se aman mucha gente y nadie vuela, sí, pero follando, y yo no hago eso, entonces qué haces, amar a mi hombre de principio hasta el fin ¿y eso cómo se come?, de eso es lo que hay que aprender desde que empiezas a vivir con el hombre que te guste y que solo veas en él amor y no sexo, que el amor sea igual entre ambos, sólo besitos con lengua, abrazos y caricias y aprender a comer, que es lo verdaderamente importante en esta naturaleza, ¿comer?, ¿cómo es eso? Pues empezando, el primer día solo respirando, los siguientes sólo a agua hasta que no puedas mas, mutuamente te hablo, después con pastas, después con frutas, por ejemplo, después con verduras y hortalizas, después con pescado, luego carnes, después guisotes, y así sucesivamente, pero sin mezclar los reinos animales durante el periodo de preparación, después cuando el cuerpo esté integrado en recibir los alimentos por especies, razas y alimentos distintos cada día, podrás hacer de vez en cuando algún que otro desequilibrio como mezclar el arroz con carne y mariscos, ¿qué te parece? Eso es demasiado, ¿cómo se te ocurrió? A mí no, a Antonio, que es el más bueno del mundo, mi marido, ¿y cómo le vino a él esa historia tan verdaderamente extraña, pero a la vez tan sencilla de ver? Pues cuando vio la primera vez la muerte en su familia, cuando se le murió su abuelita, ahí empezó él a pensar que en el mundo habría otro camino diferente para vivir, porque vivir para morir no tenía sentido, por muchos juguetes o dinero que le regalaran, después vio a un amigo de él también en las mismas circunstancias que su abuelita y con diecisiete años, ¿qué te

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parece?, como para no pensar y volverte loco, tendrá que ser súper inteligente, qué va, está loco perdío, ahora me está esperando que me reúna con él para irnos a la Luna y desde allí coger los dos raíles que debe de haber para que nos lleven al país donde podamos vivir con los gases, líquidos y naturaleza que haya, como es aquí el agua, con los reinos animales y los gases, aunque no se parezcan en nada a los del planeta en que vivimos. ¿Y tú no tienes miedo? ¿Yo miedo? Miedo me da pensar que no me dé tiempo de curar a mis padres y a mis suegros con lo que podamos traernos de allí antes de que se nos mueran. Qué maravilloso es lo que me estas contando, bueno, ya hemos llegado, donde te dejo, déjame aquí mismo, ahora que no hay por aquí nadie, ten la completa seguridad que a nadie le voy a contar lo que me ha sucedido, porque seguro que me encerrarían por loca y eso es lo que me faltaba en este pueblo, después de la fama que tengo de mujer moderna y liberal, y todo es porque no le doy importancia a hablar con cualquiera o salir y entrar con quien me da la gana, ¡ah! eso sí, pero de chingar, ni hablar, que después ya se sabe te dejan preñá y te dejan mas tirá que una colilla. Adiós Marta, adiós Elisa, aquí tienes una amiga, siempre lo seremos, ya lo veras Marta, adiós le decía Marta con las lágrimas en los ojos, adiós abuelitos, a los padres de Elisa le dijo., Al elevarse, le dijeron a Elisa, mira vamos a dejar lo de la Reina porque es una tontería, eso ya no tiene sentido, llévanos a casa y estaremos mejor que una reina en su palacio, viendo la televisión o escuchando la radio de Antonio, que por cierto es buenísima, porque he podido observar que se cogen emisoras de flamenco. Cuando llegaron a la azotea, Antonio, que ya estaba preparado para emprender el tan maravilloso y esperado viaje, le dijo a Elisa, despídete de tus padres y los míos que nos vamos, que no hay tiempo que perder, a mis padres ya los he preparado de lo que vamos a hacer, y yo también a los míos, pues en marcha, hasta pronto, dentro de cinco o seis años, nos vemos, adiós, y a una velocidad que ni ellos mismos se podían imaginar se perdieron por el espacio infinito, los padres y suegros no les dio tiempo ni a llorar, esperando que a la vuelta les trajeran esos ricos obsequios que los mantuvieran con vida hasta la eternidad, como les habían

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prometido y pudieran irse también a su estrella, para que sus nietos tuvieran un cortijillo, en ese Universo, para tomarse unas vacaciones al término de sus estudios espaciales. Alguien dijo, que al buen entendedor con pocas palabras basta, también dicen, que no hay nada imposible, y yo digo, que todo ha sido, un entretenimiento, para poder respirar. Fin