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IMAFRONTE N," 16 - 2004. Págs. 267-286 Todos los caminos conducen a Roma. Turismo y patrimonio en la ciudad ALFONSO MUÑOZ COSME RESUMEN La historia de Ronia está marcada por su papel de nieta de viajeros que han acudido a la ciudad eterna como peregrinos, para admirar sus monumentos y obras de arte o como turistas. En este artículo se analizan las distintas etapas de este proceso, desde sus orígenes en la Antigüedad hasta el momento actual, contem- plando la relación entre el fenómeno turístico y el patrimonio construido. Porque si el patrimonio ha sido un factor fundamental en el desarrollo histórico del turismo, éste ha determinado en gran medida la forma en que se ha conservado y restaurado aquél. La ciudad de Roma sería hoy muy distinta si no hubiera sido la mayor meta de turismo a lo largo de la historia, lo que ha supuesto una gran amenaza para el patrimonio, pero también una fuente de riqueza para la ciudad y de recursos para su conservación. PALABRAS CLAVE: Roma, patrimonio, turismo, urbanismo. ABSTRACT The history of Rome is linked to its role as a goal for travellers who visit it as pilgrims, as tourists, or to admire its monuments and art works. This article examines the different stages of this process, from its origins in Classical Antiquity till the present, looking at the relation between the tourist phenomenon and architectural heritage. If heritage has been a fundaniental factor in the historical development of tourism, it is also true that tourism has shaped to a considerable extent the way in which ancient monuments have beeii preserved and restored. Rome would be very different today if it had not been one of tourism's prime destinations for centuries. If this has put its artistic heritage at risk, it has also proved a source of income for the city and of resources for its preservation. KEYWORDS: Rome, heritage, tourism, urbanism

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  • IMAFRONTE N," 16 -2004. Págs. 267-286

    Todos los caminos conducen a Roma. Turismo y patrimonio en la ciudad

    ALFONSO MUÑOZ COSME

    RESUMEN La historia de Ronia está marcada por su papel de nieta de viajeros que han acudido a la ciudad eterna

    como peregrinos, para admirar sus monumentos y obras d e arte o como turistas. En este artículo se analizan las distintas etapas de este proceso, desde sus orígenes en la Antigüedad hasta el momento actual, contem- plando la relación entre e l fenómeno turístico y el patrimonio construido. Porque si el patrimonio ha sido un factor fundamental en el desarrollo histórico del turismo, éste ha determinado en gran medida la forma en que se ha conservado y restaurado aquél. La ciudad de Roma sería hoy muy distinta si no hubiera sido la mayor meta de turismo a lo largo de la historia, lo que ha supuesto una gran amenaza para el patrimonio, pero también una fuente de riqueza para la ciudad y de recursos para su conservación.

    PALABRAS CLAVE: Roma, patrimonio, turismo, urbanismo.

    ABSTRACT The history of Rome is linked to its role as a goal for travellers who visit it as pilgrims, as tourists,

    or to admire its monuments and art works. This article examines the different stages of this process, from its origins in Classical Antiquity till the present, looking at the relation between the tourist phenomenon and architectural heritage. If heritage has been a fundaniental factor in the historical development of tourism, it is also true that tourism has shaped to a considerable extent the way in which ancient monuments have beeii preserved and restored. Rome would be very different today if it had not been one of tourism's prime destinations for centuries. If this has put its artistic heritage at risk, it has also proved a source of income for the city and of resources for its preservation.

    KEYWORDS: Rome, heritage, tourism, urbanism

  • ALFONSO MUNOZ COSME

    iOh grande, oh poderosa, oh sacrosanta, alma ciudad de Roma! A ti me inclino, devoto, humilde y nuevo peregrino, a quien admira ver belleza tanta. Miguel de Cervantes. Viajes de Persiles y Sigismunda.

    Si hay una ciudad en la que patrimonio y turismo alcanzan una dimensión desmesurada, hasta convertirse en elenlentos protagonistas de la historia, la morfología urbana y la vida cotidiana, esa ciudad es Roma, marcada desde su origen por su condición de lugar de destino de viajeros, emigrantes y peregrinos. En Roma, de forma más clara que en ninguna otra ciudad, se puede contemplar cómo el patrimonio cultural ha generado y condicionado el turismo, pero también cómo éste ha determinado la producción, conservación y difusión de aquél.

    El propio origen mítico de la ciudad eterna está basado en el viaje que Eneas emprende para huir de Troya. En las costas romanas el héroe troyano encontrará el terreno apropiado para fundar un linaje que dominará la tierra. Estos pasajes de la Eneida, escritos por Virgilio para el emperador Augusto, con el fin de sustentar el origen mitológico de Roma, relacionan a la ciudad, ya desde su nacimiento, con su destino de meta de viajeros1.

    En la antigüedad la capital del Imperio Romano fue centro de atracción de comerciantes y emigrantes que, procedentes de los confines del mundo conocido, acudían a Roma a través de las vías que comunicaban todo el imperio. Así surgió el proverbio latino «Todos los cami- nos conducen a Roma», que expresaba el sistema centralizado y radial de la red de vías roma- nas.

    Tras la caída del Imperio Roiiiano, la ciudad de Roma se convirtió en meta de peregrinos. Las peregrinaciones se desarrollaron desde los inicios del cristianismo con los viajes a Tierra Santa, aunque también eran muchos los creyentes que acudían a Roma para visitar la tumba de San Pedro y las catacumbas, a menudo como escala en el viaje a Palestina. A partir del siglo VIII, con la expansión islámica en el Mediterráneo, el viaje a Tierra Santa se hizo más difícil, lo que incrementó la afluencia de peregrinos a Roma, estableciéndose los tres lugares santos ee peregrinación de la cristiandad: Jerusalén, Roma y Santiago2.

    1 Comienza así la Eneida: «Canlo las terribles arnias de Marte y el varón que, huyendo de las ribcras de Troya por el rigor de los hadas, pisó el priinero la Italia y las costas lavinias. Largo tiempo ririduvo errante por tierra y por mar, arrastrado a ~ ~ ~ ~ [ I L I I s o de los dioses. por el furor de la rencorosa J~ino. Mucho padeció eri la guerra antes de que lograse edificar la gran Ciudad y llevar sus dioses al Lacio, de donde viene11 el linaje latino y los senadores albanos y las murallas de la soberbia Ronian

    2 Los peregrinos a Roma recibieron inicialniente el apelniivo de romeros, mientras los que acudían a Jerusalén eran Ilaniados palmeras, y peregriiios los que hacían el Caniino de Santiago (del latín per ngros: a través de los campos), aunque este término se extendió posteriormente a todos los viajeros a lugares sagrados.

  • TODOS 1.0s CAMINOS CONDUCEN A ROMA 269

    Figura l . La ciudad transforma los antiguos templos en iglesias para convertirse en la ciudad santa del cristianismo. Iglesia de San Lorenzo in Miranda sobre el Templo de Antonino y Faustina.

  • ALFONSO MUNOZ COSME

    Durante toda la Edad Media Roma va transformándose en la ciudad santa del cristianis- mo y para ello convierte los templos antiguos en iglesias. Así el Panteón se transforma en -1 año 609 en Santa Maria degli Martiri, la Curia se convierte en San Adriano, el llamado Templo de la Fortuna Virile en Santa Maria Egiziaca, el Templo de Antonino y Faustina en San Lorenzo in Miranda (fig.l), el del Divino Romolo en SS. Cosma e Damiano y el de Juno Sospita en San Nicola in Carcere, entre otros muchos.

    Pero no sólo los edificios se reutilizan. En muchos casos son los materiales dispersos procedentes de antiguos templos, termas o palacios, los que se recomponen en la construc- ción de las nuevas iglesias, como en Santa Maria in Aracoeli (fig. 2) o en Santa Maria in Trastevere. La ciudad deviene así un lugar sagrado, en donde los materiales de la antigua gran- deza romana han servido para crear la red de templos cristianos que atrae a creyentes desde los confines del mundo conocido.

    Esta afluencia de peregrinos originó la aparición de guías y descripciones sobre los mo- numentos y antigüedades de Roma. Ya en el siglo IV fue escrito el llamado Curiosum, una especie de guía de la ciudad. De alrededor del año 800 es el Anónimo de Einsiedeln, un manus- crito descubierto en esa abadía suiza y que describe algunos itinerarios por Roma, con listas de monumentos y lecturas de inscripciones. Pero la primera guía importante de Roma data del siglo IX y es el Mirabilia Urbis o Mirabilia Romae, de autor anónimo, que mezcla descripcio- nes de los monumentos con leyendas sobre la ciudad. La difusión de esta obra fue muy gran- de, manteniéndose su influencia durante toda la Edad Media.

    En el siglo XIII se produce un cambio importante tras la última cruzada. En 1270 muere San Luis y en 1291 es conquistado San Juan de Acre, las peregrinaciones a Tierra Santa se interrumpen y Roma se convierte en el destino de la mayor parte de los peregrinos. Para refor- zar e incrementar este papel se instituyen los jubileos.

    El primer año santo es proclamado por el pontífice Bonifacio VI11 (1294-1303) en 13003, instituyendo el Jubileo con cadencia secular. El nombre procede del año jubilar judío, año san- to que se celebraba cada cincuenta años y cuya descripción encontramos en la Biblia4. En este primer jubileo llegaron 200.000 peregrinos a una Roma que contaba sólo con 40.000 habitantes, lo que supuso una importante fuente de recursos económicos.

    3 Bonifacio VI11 lo proclamó con la bula A~if iquoruni haber, de 22 de febrero de 1300. Aunque el perdón de los pecados ya existía desde el siglo VIII, el antecedente directo de la indulgecia plenaria es la que otorgó en 1294 el papa Celestino V. en su breve pontificado de seis meses, del que dimitió voluntariamente, mediante la bula titulada Perdonnnza. por la que otorgaba indulgencia plenaria al que visitara la Basílica de Collemaggio en L'Aquila, lugar en el que fue investido con la dignidad papal. También había una tradición de que existió un perdón general otorgado por el papa en el año 1200.

    4 Los judíos tenían un año sabático cada siete años y un año jubilar tras siete sabáticos. El nombre proviene de la palabra hebrea j6bel que significa tanto el carnero como el cuerno con el que se anunciaba el comienzo del jubileo. En el año jubilar no se araba la tierra, se liberaba a los esclavos y se devolvían las pro- piedades: «Contarás siete semanas de años, siete veces siete años; de modo que el tiempo de las siete semanas de años vendrá a sumar cuarenta y nueve años. Entonces en el mes séptimo, el diez del mes, harás resonar clamor de trompetas; en el día de la Expiación haréis resonar el cuerno por toda vuestra rierra. Declararéis año santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresará a su familia. Este año cincuenta será para 1.0- sotros un jubileo: no sembraréis, ni segaréis los rebrotes. ni vendimiaréis la viña que ha quedado sin podar. porque es el jubileo, que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que el campo dé de sí.» Levítico, 25, 8-12.

  • T0I)OS LOS CAMINOS CONl)ClCEN A ROMA

    Figura 2. Los materiales procedentes de antiguos templos, termas o palacios son recompuestos en la construcción de las nuevas iglesias. Interior de Santa Maria in Aracoeli.

    Para obtener la indulgencia plenaria los peregrinos tenían que realizar quince visitas a las basílicas de San Pedro y San Pablo, mientras que los lugareños habían de efectuar treinta. El alojamiento se realizaba en las llamadas scholae, por nacionalidades, aunque también había albergues llamados xenodochi. Este jubileo tuvo mucha repercusión en todo occidente. Apa- rece descrito en el Infierno de la Divina Comedia y en el prólogo del Libro del Caballero Cifar.

    En 1308 la corte papa1 se traslada a Aviñón, ciudad donde el papa Clemente VI (1342- 1352) modificó el intervalo inicial de un siglo entre jubileos, para convocar el segundo jubileo para el año 13505. El pontífice accedía así a la petición de Petrarca y de Cola di Rienzo que viajaron a Aviñón para pedirle al papa su regreso a Roma y la convocatoria de un nuevo jubi- leoh.

    El siguiente jubileo fue convocado durante el Cisma de Occidente por Urbano VI (1 378- 1389) para 1390, sin respetar la secuencia establecida de cincuenta años. El papa Bonifacio IX

    5 Lo hizo en 1342, mediante la bula U n i g e n i i u s Dei fi1liu.s. en la que además añadió la basílica de San Juan de Letrán como visita obligada.

    6 Cola di Rienzo, gobernante romano que quiso emular la Roma republicana e imperial, no alcanzaría a celebrar el jubileo en Roma, pues fue depuesto un año antes. Volvería a gobernar en Roma hasta 1354, cuando fue aseainado en el Capitolio.

  • 272 ALFONSO MUNOZ COSME

    (1389-1404), tuvo que hacer frente, en una Roma casi en ruinas y devastada por la peste, a ese jubileo, en el que se incluyó entre los templos a visitar la basílica de Santa María Maggiore. Un segundo jubileo sin bula de proclamación, pero impuesto por la afluencia de peregrinos cele- bró este pontífice en 1400.

    IL ROMA, CIUDAD DE ARTE (1400-1700)

    En el siglo XV asistimos a un cambio en las características de los viajeros a Roma. Aun- que seguirán convocándose jubileos cada vez más multitudinarios, ahora también vendrán a Roma artistas, arquitectos y humanistas deseosos de contemplar las ruinas del pasado. Roma era a comienzos de ese siglo una ciudad en ruinas poblada sólo por 25.000 habitantes, resulta- do de la gran decadencia urbana que habían producido el traslado de la corte papa1 a Aviñón y el Cisma de Occidente.

    Entre los primeros artistas renacentistas que visitan la ciudad están Brunelleschi y Donatello que llegan hacia 1402 y comienzan a desenterrar restos de arquitectura y escultura, iniciando una actividad que ya no se detendrá nunca7.

    El papa Martín V (1417-1431), de la familia de los Colonna, regresa a Roma en 1420 y convoca un jubileo para 1423, es decir, treinta y tres años después del jubileo de 1390'. Martín V es ya un papa renacentista que acomete la Renovatio Urbis, un amplio programa de obras para restituir a Roma su perdido esplendor. Esta labor es continuada por Eugenio IV (1431- 1447) y Nicolás V (1447-1455). El primero de ellos ordena aislar el Panteón, liberándolo de las construcciones adosadas, y reviste las columnas de San Juan de Letrán. El segundo encarga a Bernardo Rosellino la restauración de Santo Stefano Rotondo, funda la Biblioteca Vaticana y convoca un nuevo jubileo en 1450, en el que hacía falta una visita de quince días para italian: s y ocho para extranjeros9.

    La nueva cultura renacentista vuelve la vista al pasado con una nueva mirada. Así Poggio Bracciolini escribe la obra De forturiae varietate urbis Romae et de ruina eiusdem descriptio (1431-1448). una descripción de las ruinas romanas fundamentada en textos e inscripciones con un rigor histórico que supera los textos anteriores basados en leyendas. También Flavio Biondo publica su obra Roma irzstaurata (1444-1446), en la que defiende la tesis de continui-

    7 Vasari lo relata así: «Al llegar allí, (Brunelleschi) recibió tal impresión que parecía enajenado al ver la niaravillosa grandiosidad de los edificios y la perfección de la estructura de los templos ... Y cuando ambos ar- tistas veían aparecer niedio enterrados fragmentos de capiteles, coluninas, cornisas, basainentos o edificios, proseguían las excavaciones para poder esiudiarloss. Giorgio Vasari. /.e Vire de' piri ecc.rllcrr~i ci~lr i terr i . piiiori, et scultori itrrliritii, do Ciinnbire, i i~.r ir io n ' teilipi iiostri. Florencia, 1550.

    8 En este jubileo se abre por primera vez una puerta santa, cn la basílica de San Juan de Letrán. 9 El mercader florentino Giovaiini Rucellai escribe sobre este jubileo:

  • TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A RO M A 273

    dad entre la antigüedad clásica y la ciudad moderna. Por otra parte Pomponio Leto funda una Academia de la que formará parte Leon Battista Alberti, y vienen a Roma Piero della Francesca y Fra Angelico.

    La tendencia a la valoración del patrimonio y mejora de la ciudad queda establecida legal- mente cuando Pio 11 (1458-1464) p~iblica la bula Cttm almam nostram urbem, el 28 de abril de 1462, para la protección de los monumentos antiguos, disposición pionera en la proteccióii del patrimonio. Su sucesor, Pablo 11 (1464-1471), lleva a cabo la renovación de la iglesia de San Marco, adosando pilastras a las columnas, instalando el primer artesonado en iglesia de Roma y construyendo la fachada con los travertinos procedentes del Coliseo y del Teatro Marcello.

    Este pontífice redujo de nuevo el intervalo entre jubileos a 25 años'', por lo que Sixto IV (147 1-1484) proclamó en 1475 un jubileo que no tuvo gran afluencia de peregrinos, debido a las epidemias y a la guerra. En este jubileo se imprimió por primera vez la bula de proclamación, se instituyó una red de hospicios y hospitales y se creó un cuerpo de protección y seguridad de los peregrinos en los caminos. Este pontífice construyó el Ponte Sisto, lo que permitía desaho- gar el Ponte Sant'Angelo, reformó el hospital de Sancto Spirito y construyó la Capilla Sixtina, además de construir o reformar numerosas iglesias.

    El interés por recuperar las ruinas de la antigüedad es creciente. Se restaura el Templo de Vesta, se liberan los restos del Arco de Tito y se descubren junto al Coliseo las grutas pinta- das que despiertan la admiración de pintores como Perugino, Ghirlandaio o Pinturicchio. que copian sus motivos, que denominan grutescos, y los difunden en obras como el Codex Escuraliensis. Más tarde se descubrirá que esas grutas pintadas eran los espacios de la Domus Aurea de Nerón. Aparecen el Apolo Belvedere y el Laoconte" , identificada por Giuliano de Sangallo y Miguel Ángel. En el año 1471 se crea el Museo de los Conservadores y más tarde la colección de esculturas en el Belvedere del Vaticano. Julio 11 (1503-15 13) encarga a Bramante la construcción de la nueva Basílica de San Pedro del Vaticano, destruyendo para ello la anti- gua basílica de Constantino. En 1515 el papa León X (1513-1521) nombra Comisario de Anti- güedades a Rafael de Urbino.

    Los jubileos se estaban convirtiendo en una actividad económica importante y cada vez era mayor la intervención del papado en la organización de los mismos. El jubileo de 1500, pro- clamado por Alejandro VI, consolidó su carácter de fuente de recursos económicos. Además de aprobar un reglamento para posadas y albergues y poner precio oficial a los víveres, el papa Borgia amplió la indulgencia a aquéllos que no pudieran desplazarse a Roma siempre que die- ran como limosna un tercio de lo que hubieran gastado en el viaje.

    10 Lo hizo rriediatite la bula Irieffribilis Providentici. 1 1 Relata Fraticesco. el hijo de Giuliano da Sangallo: «Siendo yo muchacho, le anunciaron un día al Papa

    que se habían descubierto en Roma unas estatuas excelentes al cavar una viña cercana a la iglesia de Salita María Maggiore. El Papa niandó de inmediato un criado a Giuliano da Sangallo para que fuese a ver lo que era. Michenlagelo Buonarroti visitaba con frecuencia nuestra casa, y casualmente estaba allí en ese momento: por tanto mi padre le invitó a vetiir con nosotros ... No habíamos hecho más que desmontar y echar una mirada a las figuras cuando mi padre exclamó: «¡Es el Laoconte del que habla Plinio!». Enseguida siguieron cavando los trabajadores para sacar las cstatuas. Las miramos con gran detcnimiento y fuimos a cenar a casa, hablando todo el tiempo de la Antigüedad». Carrasco. M. y Elvira Barba, M. A,. ((Renovatio Urbisn, en Ex Romn Lux. Ln Ronin nriiigun eri el Renncirliieiiio y el Bur-roco. Electa, Ministerio de Cultura, Biblioteca Nacional, Madrid, 1997. Página 19.

  • 274 ALFONSO MUÑOZ COSME

    Esa venta de indulgencias fue muy criticada por Lutero, que se escandaliza en su visita a Roma de 1510 de la vida papa1 y de la venta de indulgencias, lo que originó sus críticas vertidas en el opúsculo Del año jubilar, que motivaron que en el siguiente jubileo de 1525, el papa Clemente VI1 eximiera a los peregrinos de la obligación de la limosna. Éste fue un jubileo marcado por la guerra entre Carlos V y Francisco 1, lo que ocasionó que la afluencia fuera es- casa. Dos años después entraban en Roma las tropas de Carlos V en lo que se llamó el Saco de Roma, del que la ciudad eterna tardaría en recuperarse.

    Las publicaciones sobre la ciudad habían continuado, así, junto a reediciones de los antiguos Mirabilia Ronzae, aparece la compilación de textos De Roma collectanea, de Varranus, descripciones de la ciudad como las de Raphael Maffei y Francesco Albertini, la edición patro- cinada por Rafael Sanzio de un cuerpo completo de inscripciones, titulada Epigrar?iniata Antiquae Urbis, que se publicó en 1521, los planos de Roma de Marco Fabio Calvo de 1527 y de Pirro Ligorio de 1570, las Antiquitates Urbis de Andrea Fulvio, el libro anónimo titulado Le cose meravigliose dell'alma citta di Roma (1575), la obra de Girolamo Franzini Antiquitates romanue urbis (1588), los Discorsi sopra l'arztichitb di Roma, de Vicenzo Scamozzi (1583) o la Roma sotterranea de Antonio Bossio (1634). También aparecen colecciones de grabados como los de Giacomo Lauro (1 6 12- 16 15).

    El papa Pablo 111 (1534-1549) publica en 1538 una bula para la conservación de los monu- mentos. También traslada la estatua de Marco Aurelio al Capitolio. Un recién nombrado Julio 111 (1550-1555) celebró el jubileo de 1550, que coincidió con el Concilio de Trento. El papa es- tableció precios fijos para el alojamiento de peregrinos e impuso una tasa a los tenderos para el arreglo de las calles. En esos años se construye Villa Giulia, y poco después Miguel Ángel convierte el Tepidarium de las Termas de Diocleciano en la iglesia de Santa Maria degli Angeli (1563-1566) (fig. 3), diseña el Capitolio, interviene en el Palazzo Senatorio, reforma la Porta Pia y termina el Palazzo Famese. En el jubileo de 1575 se abrió la vía Merulana para conectar Santa Maria Maggiore con San Juan de Letrán y se incorporaron las tres basílicas menores: San Sebastián, Santa Croce en Jerusalén y San Lorenzo E x t r a m ~ r o s ' ~ .

    Sixto V (1585-1590) emprende numerosas reformas del viario, al extenderse el uso de ca- rrozas y encarga a Domenico Fontana la restauración de las columnas Trajana y Antonina, de las que rehace la basa y el capitel, y sustituye las estatuas por las de San Pedro y San Pablo. Este arquitecto también instala el obelisco en el centro de la Plaza de San Pedro, destruye los restos del Palacio de Letrán para construir el nuevo edificio y realiza un proyecto para conver- tir el Coliseo en una manufactura de lanas.

    El siglo XVII comienza con un jubileo durante el cual acudieron a Roma 500.000 peregri- nos y fue quemado en la hoguera Giordano Bruno, en la plaza de Campo de' Fiori. El siguiente, en 1625, tiene lugar durante la guerra de los treinta años y en medio de una epidemia de peste. Para evitar el contagio, la visita a las basílicas exteriores a la muralla se sustituye por la de Santa Maria in Trastevere, San Lorenzo in Lucina y Santa Maria del Popolo.

    En plena época barroca Inocencio X (1644-1655) celebra el jubileo de 1650, en el que Ile- garon a Roma 700.000 peregrinos, mientras Borromini construye San Carlo alle Quattro Fontane,

    1 2 En este jubileo hubo 17 muertos y medio centenar de heridos en la apertura de la Puerta Santa

  • TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A ROMA 275

    Figura 3. El patrimonio de la antigüedad es valorado y conservado. Miguel Ángel reutiliza los restos de las Termas de Diocleciano para construir la iglesia de Santa Maria degli Angeli.

    Sant'Ivo alla Sapienza y reforma San Juan de Letrán (fig. 4), y Bernini proyecta la Fuente de los Ríos de la Piazza Navona.

    III. ROMA, META DEL GRAND TOUR (1700-1870)

    En el siglo XVIII cambia el perfil del viajero que llega a Roma, que ya no será el peregrino movido por motivos religiosos, ni el artista que viene a aprender de las ruinas, sino el joven aristócrata inglés que emprende un viaje por el continente para completar su formación. En ese viaje que se llamó el Grand Tour (de ahí la palabra turismo y turista) se solía recorrer Francia, Italia y Grecia, y Roma era una estación obligada.

    Los jóvenes que llegaban a Roma en esta época la habían conocido previamente a través de las colecciones de grabados que se difunden en esta época, como los de Bonaventure van Overbecke (1660-1706) y Giuseppe Vasi (1710-1782). Pero la imagen de Roma se unirá indisolublemente a las colecciones de grabados de Giovanni Battista Piranesi.

    Piranesi había nacido en Venecia, ciudad en la que aprendió la forma de mirar que en la ciudad sobre la laguna practicaban Canaletto y Guardi, los grandes pintores paisajistas urba- nos. Llegó a Roma con diecinueve años, trabajó en el taller de Vasi y más tarde publicó sus propios grabados, en los que representaba una Roma colosal y desmesurada, con figuras huma-

  • 276 A L F ~ N S O MLINOZ COSME

    Figura 4. La Roma barroca se reconvierte en una escenografía para sorprender al viajero. Transformación de la Basílica de San Juan de Letrin por Borromini.

    nas que aparecían empequeñecidas ante ruinas magnificadas. Así, falseando la realidad, creó una ciudad fantástica y nueva, que será la que permanecerá en la memoria de occidente (figs. 5 y 6).

    Con el nuevo tipo de turismo llegan también los anticuarios y un nuevo interés por la historia y la arqueología. En 1704, un edicto del cardenal Spinola resalta la importancia de las antigüedades y la necesidad de su conservación," conceptos se recalcarán en el edicto del cardenal Albani de 1733 I J .

    A partir de 171 1, fecha en la que es descubierto Herculano, comienzan a realizarse excavaciones sistemáticas en muchos lugares. En 1720 se excava el Palatino, y entre 1724 y 1742 se realizan las grandes excavaciones de la Villa Adriana, que dotaron de material a todos los museos romanos. En 1755 llega a Roma Winckelmann y comenzará una labor de estudio de las antigüedades como bibliotecario del cardenal Albani que le llevarán a ser nombrado direc- tor general de las antigüedades de Roma y que tendrán influjo decisivo en la formulación del neoclasicismo.

    1 3 Edicto de 30 de septiembre de 1704, en el que se advierte de la importancia de ~an t iche memorie ed ornamenti di quest'alma citta di Roma, quali tanto conferiscono a promuovere la stima della sua megnificenza e splendore appresso le nazioni straniere, come pure vagliono mirabilmente a confermare ed illustrare le notizie appartenenti all'lstoriau

    1 4 Edicto de 10 de septiembre de 1733

  • TODOS LOS CAMINOS ( 'Oh' l ) l lC E N A R O M A

    Figuras 5 y 6. La imagen de Roma se unirá indisolublemente a las colecciones de grabados de Giovanni Battista Piranesi, en los que representa una Roma colosal y desmesurada,

    con figuras humanas que aparecían empequeñecidas ante ruinas magnificadas. Así cre6 una ciudad fantástica y nueva. que será la que permanecerá en la memoria de occidente

  • 278 ALFONSO MUNOZ COSME

    La ciudad se convierte en una gran escenografía para impresionar al viajero. La escalinata de la Plaza de España de Francesco de Sanctis (1723-1726), el desaparecido Puerto de Ripetta, de Alessandro Specchi (1703-1704), la plaza de San Ignacio, de Filippo Raguzzini (1727- 1728) y la Fontana di Trevi, de Nicola Salvi (1732-1762) dotan a la ciudad de espacios de enorme tea- tralidad. En 1748 se publica el plano de Nolli, una imagen de una ciudad completa, donde el interés por los monumentos prima sobre cualquier otra concepción urbana.

    Mientras tanto el jubileo iba perdiendo gran parte de su pasado esplendor. Durante el de 1700 muere Inocencio XII y el jubileo es concluido por su sucesor Clemente XI, en el de 1725, Benedicto XIII suprime el carnaval y las loterías. En el de 1750 Benedicto XIV consagra el Coliseo, poniendo fin a siglos de expolios, e instala en él un via crucis. El de 1800 no se llegó a celebrar.

    N ROMA, CAPITAL POLITICA (1870-1945)

    En 1870 entraron en Roma las tropas de Garibaldi y la ciudad fue proclamada capital de la Italia unida. Roma contaba entonces con 200.000 habitantes y era una ciudad anclada en el pasado, con muy difícil accesibilidad. Tras las fuertes inundaciones de 1870 se comienzan a construir los lungoteijere, que interrumpen la comunicación de la ciudad con el Tíber y que no serán terminados hasta 1900. Otras grandes reformas urbanas como el Corso Vittorio Emmanuelle o la Via Nazionale comenzarán un proceso de expulsión de la población del centro y terciarización que ha continuado hasta hoy. La ciudad crece por el sector servicios: administración y comer- cio.

    Esta tendencia no hará sino acentuarse en la época fascista. La centralización administra- tiva y política se remarcará con un trazado de grandes vías que confluyen en la Piazza Venezia, y las grandes obras urbanas y excavaciones arqueológicas a gran escala destruirán gran parte del trazado y de la edificación de la ciudad antigua, con el consiguiente despoblamiento de vastas áreas del centro histórico (figs. 7 y 8).

    Estas intervenciones fueron llamadas sventramenti (destripamientos), y sobre ellas diría Giovannoni: «Nada más ilógico e ineficaz que los llamados sventramenti, puestos de moda más que por razones de higiene, por la retórica edificatoria y la especulación privada. Las condicio- nes externas de un monumento pueden tener tanta importacia como las intrínsecas (...) A veces tienen tanta importancia, que dañar la perspectiva de un monumento puede casi equivaler a su destrucción completa» " .

    Se destruye toda la edificación en tomo a los Foros, Capitolio y Teatro de Marcello, crean- do la Via dei Fori Imperiali y la Via del Mare. También se demuelen los edificios y se excava el área arqueológica del Largo Argentina, para sacar a la luz cuatro templos de época republicana. Se libera el Mausoleo de Augusto y se instala al lado el Ara Pacis, reformando toda la zona. Se destruye la Spina del Borgo para crear la Via della Conciliazione.

    La política urbanística de Mussolini intenta crear de Roma un decorado en el que las manifestaciones políticas y los desfiles militares tengan como fondo las ruinas del imperio, buscando así una conexión con el pasado y una legitimación histórica de su dictadura.

    1 5 Gustavo Giovannoni. ((Vecchie citti ed edilizia nuova. II quartiere del Rinasciniento a Ronia, en Nuova Antologia, 1913.

  • TOI)OS LOS CAMINOS CONDLiC'EN A ROblA

    Figuras 7 y 8. El urbanismo fascista realizará u11 trazado de grandes vías y excavaciones arqueológicas a gran escala que destruirán gran parte del trazado y de la edificación de la ciudad antigua.

    Piazza Aracoeli antes y después de la intervención.

  • ALFONSO ~ ~ U N O Z C O S M E

    Los resultados sobre el patrimonio son desastrosos. No sólo se ha perdido gran parte de la trama urbana medieval, renacentista y barroca y la cdificación asociada, incluyendo grandes monumentos, sino que la visión de la ciudad se ha transformado y ya nunca más se percibirá conio era anteriormente. Por otro lado, el urbanisnlo centralista realizado por el fascismo hipo- tecarrí el crecimiento y conseguirá que Roma se convierta en una ciudad intransitable.

    V. ROMA, CENTRO DEL TURISMO DE MASAS (1945-2000)

    Tras la segunda guerra mundial, Roma se hace un destino predilecto del turismo de ma- sas. Sigue siendo centro de peregrinación, ciudad del arte, destino de jóvenes diletantes y capital administrativa, pero a todas esas funciones superpone la del nuevo turismo desarrollado a partir de los años cincuenta y sesenta con el desarrollo de la aviación civil y la generalización del automóvil: un turisnio de masas, sin especializar, de viajeros cuyo fin es el viaje mismo y no un objetivo o nieta personal.

    La ciudad absorbe este nuevo turismo y se especializa en él. Se llena de hoteles, restaii- rantes y tiendas para turistas, el centro se terciariza y la población es arrojada a las barriadas suburbanas. El déficit de infraestructuras y transportes urbanos y el encarecimiento de la vi- vienda dificulta la vida de la clase media, pero el turismo sigue siendo la gran fuente de recur- sos. La ciudad disfruta de su condición privilegiada mientras se degrada 111 calidad urbana.

    Tras un letargo de décadas, la Roma actual intenta hacer frente a la situación. Para ello ha emprendido dos vías, los grandes proyectos y las peqiieñas intervenciones de mantenimiento del tejido existente. La primera le permite entrar en el circuito internacional dc la arquitectura y aparecer en los medios de comunicación, mientras la segunda intenta contrarrestar las disfunciones que durante décadas han producido la excesiva densificación y terciarización del centro y la falta de equipamientos e infraestructuras en la periferia.I6

    Algunas actuaciones de niejora del espacio urbano se han acometido ya, como el progra- ma Crtzto P ~ C I Z Z E , con nunierosos concursos para diseñar y adecuar espacios públicos, tanto

    1 0 Guiclo Canella lo expresaba así: «Uii nialinteso pregiudizio ecologico. clie iioii riesce a preservare I'ideiititi dcll:i citth da intrusioni altrettanto volpnri e violente, e un generico culto della iiiodernith spinpono aiiche le arnrninistrazioni dernocratiche a cercare consenso secondo tlue oricntamcriti: gli effeiii speciali per iiiterveiiti straordinari (centri direzionali. irnpianti sportivi, aeroporii, stazioni, auditoriuni, ecc.) e i l ininiinalisrno per interventi di nianutenzione del tessuto esistente (sistemaziorii a verde, paviincritn/.ioiii. arredo urbano, CCC.); rnentre i l centro storico, pur vineolato, 6 abbandonato a un metabolismo terziario e consuniistico e la pei-iferia, del tutto priva di infrastrutture e occasioni di vita in coniune, al conforto della televisione.

    Quasi I'affidarsi ad una iiorneiielaiura di irnprenditori e architetii di raggio internazioiinle. spesso strettarnente eoiinessi, fosse prezzo da pagare al consenso dei rnass niedia per riportare la citth al centro dell'attenzione rnondiale: dalla vecchia alternativa locale tra Strapaese e Straeitth a quella che orniai ha corso un po' dovunque tra Disneyland e High-Tech. Nel fi-;ittenip«. condannate a scepliere ira speculazioiie inirnobiliare e giardiiiaggio, rirnanpono alcuiie generazioiii di architetti roniani forrnatesi proprio iiel rispetto propositivo di que1 procesa0 di costruzione che individua ogni citti)). Guido Canella «II volto de Roma e il terzo rnillennion, en Zorlinc, n" 17, mayo 1997

  • TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A ROMA

    del centro histórico1' coino de la periferia, donde se intenta descubrir y revalorizar la calidad espacial de lugares urbanos degradadosi8.

    Por otra parte se está llevando un ambicioso proceso de renovación arquitectónica, con obras como la reorganización de los Museos Capitolinos, de Carlo Ayinonino, la conversión de las Caballerizas del Quirinale" en sala de exposiciones, por Gae Aulenti o la nueva instalación del Ara Pacis, proyectada por Richard Meier (fig. 9).

    Pero junto a estas obras en edificios monumentales, la ciudad ha comenzado a recuperar los edificios más recientes, nacidos de la revolución industrial, con actuaciones como la expo- sición de escultura en la central eléctrica Montemartini en Ostiense'', en la que las esculturas clásicas conviven con máquinas y turbinas industriales, la recuperación de la antigua fábrica de cerveza Peroni para instalar la Galería Municipal de Arte Modernoz1 o la instalación de la futura ciudad de las ciencias en el Gassometroz2.

    Si la atención a la arquitectura del siglo XX era algo inédito en Roma, mucho más lo es la creación de nueva arquitectura. Sin embargo el Ayuntamiento está comprometido en la crea- ción de grandes infraestructuras cult~irales mediante concursos internacionales. Así el Nuevo Palacio de Congresos en el EUR, del arquitecto romano Massimiliano Fuksas (fig. lo), el Audi- torio proyectado por Renzo Piano, el nuevo Centro de Arte Contemporáneo de Zaha Hadid, la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma de Diener & Diener Architects, y la Iglesia del 2000 de Richard Meier, la cual, aunque no llegó a tiempo para el Jubileo, se sigue construyendo y pronto será inaugurado un nuevo templo en la ci~idad de las quinientas iglesias.

    Por otra parte hay ya redactado un nuevo Plan Regulador de Roma", que postula que la ciudad no necesita crecer, sino mejorar su estructura urbana. Y para ello propone tres estrate- gias complementarias: proteger el medio ambiente, consolidar el tejido urbano y mejorar la ac- cesibilidad y los transportes. Para ello supera el zoning para atender a la inorfofología urbana, extiende el concepto de centro histórico al de ciudad histórica, propone nucvar líneas de metro y de ferrocarril regional, crea una red de zonas verdes e intenta rcgencrar cl tejido urbano a través de actuaciones de consolidación, transformación y reestructuración urbana. También delimita cinco zonas de act~iación preferente en las murallas, el anillo ferroviario, el río Tíber, la Via Appia y el eje que desde el Villagio Olimpico atraviesa la ciudad para llegar hasta el EUR.

    1 7 Así las ;iciii;icioncs cii Iiis plazas Mnst;ii, del Popolo, Matlonnn dei Monii, Monte C:itorio o el sugcs- tivo pasco critrc el Pantcon y Foiitana de Trevi.

    1 8 Sc Iia iiiterveriitlo cri I~igiires coino la Piazza-Piirco Fidene, cl Largo Pctozzoiii al Quadi-aro, o la Piiizzn Piiiggio al Villaggio Brcda.

    1 9 Coiistruidas poi- Ale~s;iiiclro Spccclii L I iiiicios del s. XVIII. ofrccc 3000 mctros cuadrados de espacio cxpo~i t ivo .

    30 Iniciada coino una cxl>osicióii tcmpor;il inicntras sc i'e;iliz;ibaii los trabajos dc rcnovacióii de los Museos Capitoliiios, la buena acogid:~ que Iia tcnido lia Iiecho que se niaiitcriga coiiio uno de los lugares expositivos de mayor éxito.

    2 1 Eri un conciirso interiiacionril sc scleccioricí el proyccto del cquipo fraiicbs dii-igido por Odil Decq 2 2 Sc irnia dc iin gr;iii proyecto con iiiiiseos, teatros, bihliotccns, cdificioc universitarios y el Parque

    Tiher Sud, coi1 acceso a través de un nuevo pueiitc pcaton~il. 2 3 Dcsdc la ~iiiitlad italiana la ciudad de Roma sólo ha tenido cuiitro pl;incs rcg~iladores: 1883, 1909, 193 1

    y 1962.

  • 282 AI.FONS0 MUNOZ COSME

    Figura 9. Una de las actuaciones de recuperación arquitectónica en marcha: La ordenacidn de la zona del Ara Pacis y el Mausoleo de Augusto, por Richard Meier.

    Todo un ambicioso programa para el término municipal más extenso de Italia y más denso culturalmente del mundo.

    El jubileo del año 2000 ha sido la última prueba para la ciudad eterna, que ha sobrevivido a la visita de veinticuatro millones de visitantes, un 30% más que en 1999, sin grandes catás- trofes y con algunas mejoras: muchas fachadas restauradas, un transporte público algo más eficiente, más limpieza y menos desorganización. Hasta el color de la ciudad está cambiando, abandonando los naranjas, amarillos y ocres para retomar los antiguos colores pastel, blancos y celestes que alguna vez tuvo.

    Hoy parece cobrar actualidad la profética frase que Margarite Yourcenar puso en labios de Adriano: «Roma ya no está en Roma. Tendrá que perecer o igualarse en adelante a la mitad del mundo». Esta ciudad única y eterna, esta especie de museo gigantesco o de parque temá- tico habitado, está saliendo de su letargo y parece que quiere volver a ser ciudad, crear arqui- tectura, mejorar infraestructuras y cambiar para adaptarse al futuro.

    Roma así se reconvierte para seguir siendo competitiva como destino turístico y meta de viajeros que no sólo busquen las huellas del pasado, sino también las infraestructuras cultura- les contemporáneas y una cierta calidad del ambiente urbano.

  • TODOS LOS CAMINOS CONDllCEN A ROMA 283

    Figura 10. Nueva arquitectura en Roma. Palacio de Congresos, de Massimiliano Fuksas

    CONCLUSIONES

    El caso de Roma es extremadamente singular y las conclusiones de su estudio no son extrapolables. Roma no puede plantearse si debe o no tener turismo, porque Roma es turismo, forma parte inseparable de su historia y de él vive la ciudad. Tampoco puede plantearse la necesidad de conservar el patrimonio porque la ciudad es patrimonio toda ella, el mayor museo del mundo.

    Sin embargo el turismo deteriora el patrimonio, molesta a los ciudadanos y degrada la vida urbana. Por otro lado es la principal fuente de riqueza de la ciudad y la razón de su imagen internacional. Convivir con el turismo y conservar el patrimonio es imprescindible para que Roma siga siendo una ciudad eterna.

    Pero la afluencia de visitantes a Roma no ha dejado de crecer en los últimos siglos. De los 200.000 visitantes de 1300 a los 24.000.000 del año 2000 la progresión ha sido casi constan- te y parece que va a continuar. ¿Hasta cuando la cifra de visitantes va a poder crecer sin colapsar la ciudad y sin poner en peligro el patrimonio? ¿Habrá que fijar limitaciones a la entrada, como en algunos monumentos o conjuntos'?

    Es posible que algún día se ponga límite de capacidad o precio de entrada a ese museo enorme o parque temático cultural en que se ha convertido Roma, pero ese día parece lejano.

  • 283 ALFONSO MUÑOZ COSME

    Una ciudad extensa, con creciente capacidad hotelera, con grandes espacios para congregar multitudes, con buen clima, no ha sido desbordada hasta la fecha por el turismo y tardará mucho en serlo.

    Y eso es así porque Roma lleva siglos coiistruyéndose para el turismo, y los espacios urbanos, las infraestructuras y los hábitos de la ciudad se han ido coiiformando para ser lugar de acogida. Una ciudad en la que tras cada esquina te espera una sorpresa arquitectónica, c m quinientas iglesias y cien museos, con fuentes de agua potable por doquier, con grandes espa- cios verdes en el centro de la ciudad y con miles de pizzerías y trattorías es el paraíso del turista.

    A cambio la ciudad se resiente en su vida urbana. No es una ciudad de riegocios, no hay industria, no hay creación ni arte contemporáneo, la ciudad no produce casi nada, vive de los impuestos que alimentan su vida administrativa y del turismo. Pero produce lo más dificil, se produce a sí misina, lleva años creándose y transformándose para presentarse a los ojos del turista y difundiendo su imagen a los cuatro vientos. El resultado es el museo más grande del mundo, el parque temático más impresionante que puede existir: la ciudad de Roma.

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