título trabajo y endeudamiento de los hogares : una...

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1 Título Trabajo y endeudamiento de los hogares : una interpretación a partir del concepto de semi-proletarización y de acumulación por desposesión Autores Benjamín Sáez Rubilar 1 Alexander Páez Espinoza 2 Resumen El siguiente ensayo tiene como objetivo comprender la relación entre el sistema de relaciones laborales y el endeudamiento de los hogares. Para ello, se interroga sobre la deuda como relación social y como un fuerte componente de la última gran crisis económica del capitalismo. Revisa las principales interpretaciones históricas sobre los cambios que se producen desde 1970 en adelante, luego de la crisis de crecimiento, inflación y desocupación de los países desarrollados, así como de los cambios regulatorios en Chile. Establece a la Escuela de los Sistema Mundo de Immanuel Wallerstein como paraguas históricos de comprensión del capitalismo histórico y de la semi-proletarización real que acompaña la historia efectiva de este sistema histórico, más allá de teorizaciones o deducciones. A su vez, utiliza la versión de la teoría de la crisis marxista de David Harvey y del papel y relación que establece el sistema productivo, de relaciones laborales y de crédito, en un sistema internamente contradictorio pero dinámico y adaptable, aunque autodestructivo pero expansivo. Se entrega evidencia nacional a internacional sobre las hipótesis de inicio de la crisis actual y el papel de la deuda de los hogares en la misma. Por último, entrega evidencia de cómo la deuda impulsa la economía y como ésta está desigualmente distribuida en su sobreendeudamiento y en la relación carga financiera ingreso. Concluye que no existe evidencia, ni razonamiento lógico e histórico que permita sostener que el aumento de deuda mundial, y en Chile en particular, se debe principalmente a una mala “educación financiera”, no está referido a un decisión irracional de algún agente, pues la deuda ya está previamente segmentada en sus oferentes de crédito, lo cual la hace más cara en sus tasas de interés para los hogares de más bajos ingresos, lo cual constituye una muestra de desposesión. 1. Presentación 1 Sociólogo Fundación SOL. benjamín.saez @fundacionsol.cl 2 Sociólogo Fundación SOL. alexander.paez @fundacionsol.cl

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Título

Trabajo y endeudamiento de los hogares : una interpretación a partir del concepto de semi-proletarización y de acumulación por desposesión

Autores

Benjamín Sáez Rubilar1

Alexander Páez Espinoza2

Resumen

El siguiente ensayo tiene como objetivo comprender la relación entre el sistema de relaciones laborales y el endeudamiento de los hogares. Para ello, se interroga sobre la

deuda como relación social y como un fuerte componente de la última gran crisis económica del capitalismo. Revisa las principales interpretaciones históricas sobre los cambios que se producen desde 1970 en adelante, luego de la crisis de crecimiento,

inflación y desocupación de los países desarrollados, así como de los cambios regulatorios en Chile. Establece a la Escuela de los Sistema Mundo de Immanuel

Wallerstein como paraguas históricos de comprensión del capitalismo histórico y de la semi-proletarización real que acompaña la historia efectiva de este sistema histórico, más

allá de teorizaciones o deducciones. A su vez, utiliza la versión de la teoría de la crisis marxista de David Harvey y del papel y relación que establece el sistema productivo, de

relaciones laborales y de crédito, en un sistema internamente contradictorio pero dinámico y adaptable, aunque autodestructivo pero expansivo. Se entrega evidencia nacional a

internacional sobre las hipótesis de inicio de la crisis actual y el papel de la deuda de los hogares en la misma. Por último, entrega evidencia de cómo la deuda impulsa la

economía y como ésta está desigualmente distribuida en su sobreendeudamiento y en la relación carga financiera ingreso. Concluye que no existe evidencia, ni razonamiento

lógico e histórico que permita sostener que el aumento de deuda mundial, y en Chile en particular, se debe principalmente a una mala “educación financiera”, no está referido a un

decisión irracional de algún agente, pues la deuda ya está previamente segmentada en sus oferentes de crédito, lo cual la hace más cara en sus tasas de interés para los hogares de más bajos ingresos, lo cual constituye una muestra de desposesión.

1. Presentación 1 Sociólogo Fundación SOL. benjamín.saez @fundacionsol.cl 2 Sociólogo Fundación SOL. alexander.paez @fundacionsol.cl

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"si nuestro propósito es buscar algo verdaderamente distintivo (entendido como opuesto a la idea del «capitalismo de siempre») en la situación actual, debemos concentrarnos en los aspectos financieros de la organización capitalista y en el papel del crédito" David Harvey, 1990

Algunos aspectos teóricos conceptuales preliminares

El presente ensayo busca presentar, a modo de discusión preliminar, un marco teórico-conceptual que tenga cierta coherencia histórica y empírica para una comprensión razonable apoyada en evidencia del fenómeno de la relación entre el sistema de relaciones laborales y el endeudamiento de los hogares. Tal marco conceptual, sin embargo, no será tanto una aproximación teorética, como un ejercicio de marcos analíticos que permitan interpretar por medio de evidencia histórica, la construcción del objeto de investigación. De por sí no es evidente a qué nos referimos cuando hablamos de endeudamiento, es decir, existen instrumentos técnicos y definiciones conceptuales y metodológicas que tienen claridad estadística sobre limitaciones de la deuda y por ende, de la delimitación conceptual3, así como de los efectos en otras variables asociadas a la estabilidad macroeconómica, pero lo que dice esto es simplemente que una cierta institucionalidad construyó el objeto de estudio “deuda”. No se ha discutido tal concepto en un campo abierto de discusión de las ciencias sociales en general, sino como instrumento de monitoreo de la relación con el sistema de crédito y su relación con la estabilidad macroeconómica.

Tal como lo plantea un estudio del Banco Central

“En la actualidad, las colocaciones de vivienda y consumo llegan a un 30% de las colocaciones de los bancos, mostrando una tendencia creciente en el tiempo. En 1995, por ejemplo esta participación era de 21%. Esta tendencia parece natural a medida que otros mercado financieros se desarrollan y permiten a otros clientes (empresas) financiarse sin recurrir a los bancos. La evidencia de países desarrollados así parece indicarlo, donde los créditos a las familias representan alrededor de 50% de las colocaciones de la banca. Este desarrollo indica que el monitoreo de la capacidad de las familias para hacer frente a sus obligaciones financieras se transformará progresivamente en un factor de mayor importancia para la evaluación de riesgos de la banca” (Banco Central (b), 2009:77)

Este párrafo es muy indicativo de la confusión en la interpretación de la deuda4, que no es unívoca, por mucho que para el sentido común lo sea, aunque lo ocupe de forma

3 Tal como lo define la OCDE “Debt is a commonly used concept, defined as a specific subset of liabilities identified according to the types of financial instruments included or excluded. Generally, debt is defined as all liabilities that require payment or payments of interest or principal by the debtor to the creditor at a date or dates in the future”. En http://www.oecd-ilibrary.org/sites/factbook-2013-en/03/03/02/index.html?itemId=/content/chapter/factbook-2013-28-en visitado el 15-10-2014. 4 No de la existencia o no económica de la deuda y de la institucionalización en sistemas de registros comerciales (DICOM), diversidad de instrumentos, tarjetas, encuestas, etc. que la hacen aprehensible y

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contradictoria. La deuda según el diccionario de Oxford5 es 1. Suma total que se debe. 2. Condición de deber dinero. 3. Sentimiento de gratitud por un favor o servicio. Se puede reconocer, sin tanto temor a equivocarse, que hay algo que nos es familiar para todos en las tres definiciones que se dan. Sin embargo, las dos primeras son a lo menos contradictorias con la tercera. En unas se invoca a la deuda como deber económico, en la última es un deber moral. La tercera de hecho, si se aplica en algunas ocasiones puede significar la supresión de las dos primeras definiciones y viceversa.

Lo que falta a la pregunta es integrar el análisis del significado contemporáneo de la deuda como relación social bajo un régimen capitalista de producción e intercambio. ¿Qué función cumple la deuda en un régimen de producción basado en la acumulación capitalista? O dicho de otro modo, ¿es la deuda un epifenómeno del capital?.

Es en el contexto histórico y concreto donde la deuda comienza a tomar forma. Tomemos la cita del estudio del Banco Central en su último párrafo, donde señala que la capacidad de pago de las familias podría afectar la “obligación” financiera de los hogares, aumentado la exposición al riesgo de las instituciones financieras. En primer lugar, la relación deudor acreedor es asimétrica, el que está en riesgo es el acreedor (instituciones financieras) ante el riesgo del deudor de no pago. Los hogares son riesgosos al equilibrio financiero. No todos los hogares, sino los que dejan de pagar. Se podría pensar que todo préstamo es riesgoso pues opera bajo la doble contingencia como trasfondo. Pero la misma institución financiera califica el riesgo, es decir el acreedor decide prestar y aceptar el riesgo, pero bajo condiciones que él impone o que el sistema crediticio impone, por ello el riesgoso es el otro/deudor, no el yo/acreedor.

Así como la regulación del derecho laboral supone asimetría entre capital y trabajo en el sistema de relación laboral, ¿existe asimetría entre acreedor y deudor en el sistema de crédito?. Si bien, desde la economía lo evaluable serían los instrumentos crediticios en el marco de un mercado del crédito bajo variables exógenas asociadas a la microeconomía financiera de los hogares que exponen a las instituciones oferentes de crédito a un riesgo, desde la sociología el punto de vista es más bien de los agentes participantes en un contexto socio-económico dado, bajo reglas institucionales y normativas dadas que operan como racionalizadoras de la relación, como una norma que regula el intercambio de crédito.

En el caso de Chile, la existencia de un mercado de crédito segmentado (Banco Central, 2009) según riesgo de los hogares, permite desde el punto de vista de las “instituciones oferentes de crédito” tener una regulación acorde a sus intereses – disminuir el riesgo.

Al cambiar el foco a los hogares, la visión cambia, pues lo que la institución oferente da por hecho evalúa y segmenta –el riesgo-, para nosotros parte como pregunta y de hecho, deja de ser riesgo, pues no se asume como inevitable el endeudarse, más bien se pregunta sobre las condiciones de endeudamiento, al ser evitable el mercado del crédito, la pregunta simple es ¿por qué los hogares se endeudan?.

Para responder aquella simple pregunta, se debe comenzar recién la tarea de delimitar objetivos y establecer marcos delimitados de análisis. Es por ello, que se requiere comprender el contexto socioeconómico actual para dar cuenta de los vectores institucionales que operan determinando el comportamiento de los hogares. Como se

estudiable como tal, pero aún no aclaratoria sobre lo que significa 5 En Graeber, D, 2013:7.

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planteó anteriormente, el ensayo busca un marco de análisis para la relación entre trabajo y endeudamiento. ¿Por qué esta elección?

2. Interpretaciones sobre las transformaciones del capitalismo; el problema de la crisis financiera.

Uno de los más importantes y olvidados antecedentes sobre el inicio de la crisis actual que azota Europa y que comenzó en Estados Unidos, fue que en 2006 se generó un fuerte incremento de la tasa de desahucios hipotecarios, en áreas de bajos ingresos donde las familias afectadas eran principalmente afroamericanas, inmigrantes y mujeres separadas. David Harvey (Harvey David(a), 2010), en su libro El Enigma del Capital, calcula que las familias afroamericanas entre 1998 y 2006, antes que se anunciara la crisis, ya habían perdido entre 71 y 93 millardos de dólares en activos por contraer los llamados créditos hipotecarios subprime (hipotecas-basura).

Así, a mediados de 2007, el fenómeno se propagó hasta los hogares de la clase media blanca, logrando llegar a oídos de sectores de mayor influencia y, como clímax inicial, reventando la crisis, con la pérdida de más de 2 millones de viviendas hacia finales de ese año. Sin embargo, socialmente, la crisis ya había empezado en los hogares de más bajos ingresos, sin hacer notar “desequilibrios macroeconómicos”, pero produciendo un efecto en cadena sin precedentes en la historia económica.

Según OCDE (2013), tales efectos aún se mantienen en la mayoría de los países, en los cuales la relación deuda/ingreso disponible6 supera el 130% en el promedio OCDE en general, y tiene países que se encuentran sobre el 200% como Irlanda y ya por sobre 300% como Holanda y Dinamarca, para el caso de Chile, está se encuentra en una relación de 55% sobre el ingreso disponible.

Gráfico 1. % de deuda de los hogares sobre el ingreso disponible

Fuente: Elaboración propia en base a: OECD Factbook 2013: Economic, Environmental and Social Statistics.

La Financiarización y la controvertida naturaleza del capitalismo

6 La relación deuda ingreso (RDI), es una medida de evaluación de stock de deuda, ya que lo que se evalúa es el total de deuda contraída en relación al total de ingreso disponible por el hogar para gastos. Existe también el indicador relación carga ingreso disponible, que es un indicador de “flujo” pues mide las cargas financieras mensuales asociadas a productos principales, comisiones e intereses. Mide de mejor forma la relación de riesgo de pago, por sobre la carga total futura del RDI. Para mayores detalles ver Banco Central(b)(2009).

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¿Cómo se llegaron a esos niveles de deudas de los hogares en países con ingresos tan altos como Holanda7, Dinamarca, Japón, Irlanda, etc.?

Para ello, se debe poner en discusión algunas de las interpretaciones históricas sobre el período, desde diversas duraciones temporales y énfasis. Para finalmente profundizar en el marco de interpretación construido.

Para Harvey (Harvey (a) 2010) las transformaciones históricas sucedidas en el período de las décadas de 1970-1980; será estudiado por los historiadores como “una época revolucionaria”. Según su interpretación es cuando madura un proceso histórico iniciado en la época de post guerra, en el cual se bifurca el proceso de desarrollo capitalista en fenómenos que hasta el día de hoy están madurando como fenómeno de un Sistema Mundo.

Que se caracteriza por el cenit de las luchas ideológicas propia del siglo XX: tesis dirigistas de la economía por medio del estado (socialdemócrata y social cristianas), de planificación central (URSS), de experimentos socialistas avanzados (Chile, Suecia, Italia), experimentos corporativistas (Japón y sudeste asiático, incluso EEUU) y neoliberales (en ciernes pero afectando a Chile, EEUU, Inglaterra y luego el resto del mundo). El mundo estaba en disputa producto de la crisis de estancamiento, inflación y desempleo que se venía dando en los países económicos centrales. (Harvey, 1999)

Lo cual fue caldo de cultivo para el crecimiento e influencia de las “ideas neoliberales” que tuvieron entre sus promotores y financistas a los banqueros Suecos que “inventaron” el Premio Nobel de Economía. Con el Nobel entregado a Hayek (1974) y Friedman (1976). (Harvey, 2010).

A su vez, en esa década, no sólo comienza y cae el proyecto de la Unidad Popular, también comienza la dictadura de Pinochet, inaugurando el inicio del neoliberalismo como ideología activa en la administración de un estado8, se abandona definitivamente la base metálica del dinero y se transita hacia una cada vez mayor liberalización de la emisión de dinero por privados (Harvey(c); 2014:45), a su vez, comienzan ofensivas antisindicales cada vez mayores, tales como el caso de Gran Bretaña con Margaret Thatcher y Ronald Reagan en Estados Unidos. Éste último, fue más bien un receptor e impulsor de las reformas de Paul Volkcer en la Reserva Federal como lucha contra la inflación como prioridad fundamental, sin importar el desempleo (y de esta forma abandonando definitivamente el paradigma fordista de consumo, sostenido políticamente por un sistema de bienestar, que Harvey le llama “liberalismo embridado”). A su vez, en 1978 comienza la liberalización de China por Dian Xiaoping. El aumento del precio del petróleo durante la década y su posterior crisis en 1974, permitió un excedente de liquidez de capitales en los bancos de New York que a su vez, establecieron préstamos a los países latinoamericanos (CEPAL, 2014) lo que se conoció posteriormente como la “crisis de la deuda” y que generó la famosa década perdida.

Para el caso de Chile, el ambiente de euforia de los sectores de mayores ingresos, expectantes sobre el crecimiento económico y el desarrollo financiero (producto de las recientes reformas de la dictadura), provocó conductas de anticipación del consumo, lo

7 Para 2011 la deuda privada sobre el PIB equivalía al 252%. (OCDE, 2013) 8 Antes lo había hecho en una ciudad durante la quiebra de la ciudad de New York. (Harvey(b), 2009)

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cual, sumado a la poca supervisión del sector financiero, fue un elemento desestabilizador que contribuirá a la posterior crisis de 1982 (Narbona, K. Páez, A; 2014). Hacia 1982, "graves desequilibrios macroeconómicos inducidos por una excesiva expansión del gasto privado, estimulado por la liberalización financiera, grandes entradas de capitales y el denominado 'enfoque monetario de la balanza de pagos'", generaron una crisis considerada la mayor de toda América Latina, con la que cayó el PIB en un 14%, generalizándose la crisis bancaria9 y el desempleo masivo (French-Davis, 2008).

A su vez, así como Thatcher y Reagan estaban en plena lucha contra los sindicatos, el caso de los sindicatos mineros en Inglaterra y los controladores de aerolíneas en Estados Unidos (Harvey(b), 2010), en Chile se iniciaba el Plan Laboral de José Piñera10. Este plan, que es en realidad "única y exclusivamente un plan sindical"11, encarnado en una ley sobre organizaciones sindicales y sobre negociación colectiva, restringió ésta última al nivel más bajo posible, el de empresa; reemplazó los sindicatos existentes en el código anterior (Industriales, Profesionales y Agrícolas) por los sindicatos de Empresa, Interempresas, Independientes y Transitorios (donde sólo los primeros pueden negociar12), permitió el reemplazo de trabajadores en huelga, permitió negociar con grupos negociadores (sin constituir un sindicato) e hizo voluntaria la afiliación sindical (antes era obligatoria para los obreros). El objetivo del plan era eliminar las manifestaciones de conflicto y, en última instancia, eliminar las mismas bases del conflicto: "reemplazar la 'lucha de clases' (trabajadores versus empresarios) por la 'lucha de empresas' (trabajadores y empresarios de una misma empresas versus los de otra que compite con ellos), lo que es funcional a una economía de libre mercado" (Piñera, José, 1990:108). Para ello, además de lo ya mencionado, condicionó la ruptura del sindicato con los partidos (plan de "despolitización sindical"), impidiendo la postulación de dirigentes a cargos públicos y entregando más decisiones a las bases (decisión del descuento de la cuota sindical por planilla, entre otras). La acción sindical se volvía local y exclusivamente económica, su ámbito de actuación era la negociación colectiva, encaminada al ajuste de los salarios a la productividad (sin reconocérsele una función distributiva), donde quedan prohibidas las materias atingentes a las "facultades administrativas del empleador".

Estas transformaciones han sido conceptualizadas como el paso de un régimen de acumulación fordista a uno de acumulación flexible, que según Harvey (1990b), fueron realizadas con el fin de restablecer la dominación de clase bajo el liderazgo del capital financiero y así restablecer la tasa de ganancia que a nivel global se estaba viendo en problemas producto de los avances laborales de las luchas sindicales, la alianza capital trabajo tensionada en el fordismo y el estado de bienestar europeo, los movimientos de liberación nacional y el ascenso de tesis dirigistas de la acumulación o experimentos socialistas en ciernes como el chileno. El salto tecnológico es tanto así una forma de abaratar costos laborales como la invención de nuevas mercancías y saltos productivos en la reorganización de la producción para expandir la acumulación.

9 El shock de la deuda fue tan fuerte, que Chile fue el país latinoamericano que más aumentó porcentualmente su deuda privada en el período 1975-1980, siendo en un 81%, para el mismo período el promedio de América Latina fue de un 40% de aumento de la deuda privada. (CEPAL 2014: 13) 10 Para mayores detalles sobre las transformaciones producidas en el régimen laboral en Chile ver Narbona, K y Páez, A. 2014. 11 Piñera J, 1990: 49. 12 los sindicatos interempresas requieren "venia" del empleador.

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Teóricamente este nuevo régimen de acumulación cuenta con las siguientes características tipo ideales definitorias, a partir de una síntesis realizada por Narbona y Páez (2014):

“Se da una flexibilización en todo orden de cosas: de los mercados de trabajo, de consumo y de la propia producción. Utilizando el mismo esquema de tres niveles, se pueden esbozar como líneas paradigmáticas generales:

• Paradigma industrial: se desarrollan sistemas altamente innovadores en lo organizacional y tecnológico que permiten una mayor rotación del capital. Éstos, coexisten funcionalmente con sistemas de trabajo doméstico, artesanal (patriarcal) y paternalista13, por medio de las redes de subcontratación. Así, "el eclecticismo en las prácticas laborales" resulta lo más marcado en esta época, donde los empresarios capitalistas pueden elegir a voluntad entre distintas prácticas para la generación de ganancias a corto plazo14. La filosofía de la productividad y la utilidad instantánea se convierten en el vector universal de la producción15 .

• Modo de regulación: individualización de las relaciones laborales, flexibilidad contractual y aparición de contratos de trabajo "atípicos", destrucción del aparato público e instalación del Estado subsidiario.

• Modo de acumulación: régimen donde se coordina, a través de sistemas financieros, la flexibilidad en la producción y en los mercados de trabajo, con la flexibilidad en el mercado de consumo16 (endeudamiento masivo como sustituto del salario y de los bienes colectivos del otrora Estado de Bienestar)”

13 Estos sistemas familiares "aparecen como piezas centrales, y no ya como apéndices del sistema de producción" (Harvey, D, 1990:174). 14 (Harvey, D, 1990(a):174-211) 15 G. Alves. Trabalho e subjetividade. O espírito do Toyotismo na era do capitalismo manipulatório. Sao Paulo: Boitempo. 2011.

16 "la aceleración del tiempo de rotación en la producción habría sido inútil si no se reducía también el tiempo de rotación en el consumo". Ello implica la "movilización de todos los artificios destinados a inducir necesidades con la transformación cultural que esto implica" e, indirectamente, induce un crecimiento explosivo del sector servicios. (Harvey, D, 1990(a):179-180)

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Diagrama 1. Desarrollo histórico acumulación flexible 1944-1990

Fuente: Elaboración propia en base Harvey 1990; 2010; 2014. Wallerstein 2011; Graeber 2013.

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3. Marco analítico e histórico para la comprensión del período

Para David Harvey, la clave interpretativa del capitalismo está en que el capital es un proceso y no solo una “cosa”

“El Capital es el flujo vital que nutre el cuerpo político de todas las sociedades que llamamos capitalistas, llegando a veces como un goteo y otras como una inundación, hasta el último rincón del mundo habitado. Gracias a este flujo adquirimos quienes vivimos bajo el capitalismo nuestro pan cotidiano, así como nuestras viviendas, automóviles, teléfonos móviles, camisas, zapatos y todo lo demás artículos necesarios para mantener nuestra vida diaria cotidiana. Mediante ese flujo se crea la riqueza que proporciona los muchos servicios que nos sustentan, entretienen, educan, reaniman o restablecen y, gracias a los impuestos sobre él, aumentan su poder los Estados; no solo su poderío militar, sino también su capacidad para mantener un nivel de vida adecuado para sus ciudadanos. Si se ve frenado o, peor aún, si se interrumpe o bloquea, nos encontraremos con una crisis del capitalismo en la que la vida cotidiana no puede proseguir de la forma acostumbrada”

Si esto es así, la distinción entre trabajo y consumo, o más abstracta y generalmente, entre producción y consumo no opera como una diferenciación válida en el marco de mercado laboral y mercado del crédito, por lo menos en lo que a endeudamiento de los hogares respecta. Es constitutivo de la forma de producir e intercambiar en el capitalismo el hecho de que la una supone a la otra17, se produce para un determinado consumo, a su vez que la producción se encarga de determinar el tipo de consumo que existirá, no sólo por los objetos de consumo que es capaz de generar, sino también por el cambio general de actitudes, comportamiento y elecciones a medida que el sistema productivo se complejiza, trae aparejado una diferenciación cada vez mayor de las formas de consumo (Bauman, Z. 2005). En la acumulación flexible, tal asociación está más ajustada y equilibrada que nunca por está principalmente lubricada por el sistema de crédito (Harvey, 2014), el cual permite suavizar la concurrencia en el mercado de individuos en sociedades fundamentalmente desiguales, cuestión que evidentemente afecta el poder de compra de quien esté en la posición desfavorecida de la disputa por el excedente.

De esta forma, una tradición más ligada a la sociología histórica podrá tener mayor éxito de claridad e interpretación para comprender las transformaciones históricas que se producen en la relación entre producción y consumo en el circuito de realización de plusvalía mediada por la distribución del ingreso (Marx, 2007; Harvey 1990(a)(b); 2010; 2014), que a nivel más concreto supone una relación histórica entre el sistema de relaciones laborales como un todo concreto de regulación de la fuerza de trabajo con el capital (conflicto capital/trabajo) y de ésta con el sistema de crédito (conflicto acreedor/deudor) para acceder al sistema de consumo (conflicto consumidor/trabajador). Es decir, la relación interna de la fuerza de trabajo para reproducir los hogares y las estrategias que adoptan en virtud del sistema productivo nacional y del conflicto permanente por la distribución del ingreso.

17 En general, las formas contemporáneas marxistas internacionales de análisis del capitalismo, como I. Wallerstein, R. Brenner, D. Harvey, S. Shaik, A. Negri, entre otros, incluso del mismo Howbswan han utilizado como fuente interpretativa actualizada de Marx al Volumen III de El Capital, donde se integra el circuito completo de producción, circulación y realización de la plusvalía. A si como con los Grundrisse o Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política, en el cual se da una interesante reflexión filosófica-económica del sistema completo de pensamiento de Marx, que terminará inacabado en su forma más científica y rigurosa que sería el Capital. (Harvey(a) 1990)

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Sistema Mundo Capitalista: una economía-mundo geográficamente jerarquizada.

El supuesto teórico más fuerte de la escuela de análisis del Sistema Mundo es que existe una primacía lógica para definir la unidad de análisis como Sistema Social; el hecho de que los sistemas históricos nacen como tales, producto de las necesidades humanas. Esto pasa a ser el componente “ontológico” legible para comprender la historia como desarrollo de luchas de clases más allá del eslogan. Ya que los conflictos endémicos que vive el sistema por la distribución de los recursos no es sólo una mera lucha de poder por el poder, como un fin en si mismo (Wallerstein, 2011).

“La característica definitoria de un sistema social es la división del trabajo que en ella existe, de forma que los distintos sectores o área dependen del intercambio económico recíproco para la satisfacción fluida y continua de sus necesidades” (Wallerstein en Garrido, Luis, 2013)

Tal intercambio a su vez, tiene jerarquías geográficas en las cuales se producen centros económicos en los cuales se concentra la plusvalía mundial, asociada a bienes con mayor valor agregado, tecnología, con mayor monopolio y poder militar, semi-periféricos, sistemas económicos con estados no tan fuertes pero tampoco los más débiles, que permiten participar en alcances medios de la cadena de valor general, con grados intermedios de autonomía económica productiva y sin tanta diversificación, aunque no sólo están sujetos a commoditties. Finalmente los países periféricos, de los cuales se extrae plusvalía vía comercial, por medio de un intercambio desigual y de intervenciones directas y dependencias de los estados del centro económico (Faletto, Cardoso; 2003; Wallerstein; 1988; Prebisch; 1986.)

Para Wallerstein, no existe desarrollo nacional, sino que lo que se desarrolla es el sistema-mundo como un todo orgánico, es por ello, que se diferencia fundamentalmente de lo que desde la OIT, PREALC, CEPAL, FLACSO entre otros organismos regionales e internacionales, han dado cuenta por medio de diversas conceptualizaciones el problema estructural que en ellos se encuentra, de lo que se llamó por la literatura como desarrollismo18.

La CEPAL operó como un laboratorio teórico y empírico de asesoría en políticas públicas para los Estados Latinoamericanos. Metodológicamente, esto se reflejó en las propiedades que se van a observar (medir) del objeto en cuestión, las causalidades (explicaciones) aducidas y la magnitud y significado del mismo (estándares operacionalizados de medición19). Por lo tanto, a partir de tal diagnóstico, el desarrollo seria el bienestar equitativo de la sociedad con altos niveles de productividad y calidad del empleo. Esto ocurre porque el escenario político de la época permitía a) conceptualizar el fenómeno (subdesarrollo periférico) b) localizar las propiedades relevantes (desigualdad de estructuras productivas: 18 Un excelente estudio reciente sobre el tema en Gaitán, Pablo (2014). Auge, ocaso y resurgimiento de los estudios sobre el desarrollo. ILPES- CEPAL. Santiago de Chile. Para una revisión histórica de las escuelas teóricas y empíricas existentes en América Latina en Solari, et al (1976). Teoría, Acción Social y Desarrollo en América Latina. Edit. Siglo XXI. México. 19 Como por ejemplo, la necesidad de entender la dualidad estructural de las sociedades latinoamericanas, como heterogeneidades productivas de sus mercados laborales también. Desde ahí emerge toda la conceptualización sobre la informalidad que evoluciona a tal grado que se convierte en necesidad de medición internacional. (Tokman, 1995; Pok, 2005;2007; OIT; 2002; 2008; 2013).

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intercambio desigual internacional) c) y proponer políticas planificadas para su superación (industrialización y aumento de productividad).

Sin embargo, producto de las transformaciones históricas, nuestros marcos teóricos deben volver a observar la realidad tal cual ocurre, y no ya bajo supuestos “evolutivos” asociados a un ideología de progreso que opera como legitimidad para el sistema capitalista en su conjunto, en tanto la permanente mejora siempre es posible y por lo tanto inacabable.

Para este ensayo, el aspecto crucial en este mal comprendido desarrollismo guarda relación con la forma en la cual se generan históricamente las formas de organizar el trabajo y la forma en que se ha conceptualizado; como atraso respecto a un sector moderno, que vendría a ser el “verdadero asalariado”, aquel que cuenta con las reglamentaciones que una relación asalariada le corresponden. Sin embargo para Wallerstein, el desarrollo histórico del sistema-mundo capitalista está impulsado por el afán de acumular y no tanto por la existencia o no de trabajo libre asalariado. El tipo de control del trabajo y del tipo de producción se diferencia geográfica, económica y políticamente, según el sistema de clases en el cual se ubique la unidad político geográfica estatal. De esta forma, el trabajo asalariado fordista es sólo un tipo de control de trabajo, entre tantos diversificados geográficamente pero reunidos en virtud de la acumulación de capital. Para Wallerstein lo que prima es las unidades domésticas “semi-proletarizadas”, esto es, unidades domésticas donde el trabajo asalariado no reproduce toda la existencia material del hogar, pues éste se complementa con ingresos no asalariados, como el trabajo doméstico no remuenrado, el trabajo infantil, el trabajo de autoconsumo, y como veremos, más adelante, el endeudamiento. (Wallerstein, 1988, 2011).

Cuadro Conceptual Escuela de Sistema Mundo. Wallerstein I.

Fuente: Elaboración propia Wallerstein;

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4. Evidencia contemporánea para Chile de inserción de unidades domésticas semi-proletarizadas.

Para ir construyendo evidencia que vaya concretizando el argumento. Según Harvey, el capital es un proceso que debe superar barreras de forma permanente para poder realizarse como plusvalía, es decir, venderse en el mercado. Para ello, una de las barreras a sortear es la de la producción, donde, teóricamente se enfrenta con la resistencia del trabajo. Acá es donde entra el argumento del sistema de relaciones laborales chilenos.

El sistema de relaciones laborales chilenos es fundamentalmente, desigual, autoritario y se sujeta bajos formas de empleo flexibles, desprotegidas y precarias de trabajo asalariado y de trabajadores por cuenta propia fundamentalmente no profesionales (Gráfico 2)

La inserción laboral semi-proletarizadas de los hogares

La inserción endeble, entendida como una inserción productiva en ocupaciones propias de la economía informal20 , ha adquirido gran significación en el Chile contemporáneo. De acuerdo a datos de la Nueva Encuesta Nacional de Empleo (NENE), durante el último trimestre Junio-Agosto, en un 37,56% de los hogares21 los miembros ocupados sólo tienen empleos de inserción endeble. Agregando a estos hogares aquellos en que se combina la presencia de miembros del hogar ocupados en empleos de inserción endeble con miembros del hogar ocupados en empleos formales22, se tiene que un 62,21% del total de hogares ocupados tiene al menos un miembro inserto en la economía informal. Esto quiere decir que la mayoría de los hogares que reproducen sus condiciones de existencia mediante el trabajo, están implicados en relaciones laborales propias de la economía informal. Desde la otra cara de la moneda, un 37,79% del total de los hogares con al menos un ocupado, tiene sólo miembros insertos en empleos protegidos o formales.

Cuadro 1. Inserción de los hogares en el mundo del trabajo

Hogares % total de hogares

% total hogares ocupados

Sólo ocupados inserción endeble 31,18% 37,56%Ocupados formales y de inserción endeble 20,46% 24,65%Sólo ocupados formales 31,36% 37,79%Sólo inactivos y desocupados 17,00% -Total 100% 100%

Fuente: Elaboración propia en base a trimestre móvil JJA 2014 NENE.

Los empleos de inserción endeble se caracterizan por aspectos muy diversos como la dislocación de las relaciones de subordinación y dependencia (asalariados subcontratados, independientes encadenados, subordinados independientes), la producción en actividades económicas propias del sector informal (cuentapropias no

20 La economía informal se define como todas aquellas actividades económicas desarrolladas por trabajadores y unidades económicas que -legalmente o en la práctica- no están cubiertas o son insuficientemente cubiertas por las disposiciones formales (Hussmans R, 2004). Para mayores antecedentes consultar glosario del Informe Mensual de Calidad del Empleo (IMCE) en www.fundacionsol.cl 21 Se refiere a hogares en los que al menos un miembro del hogar tiene un empleo 22 La formalidad en este caso se refiere a personas que trabajan fuera de la economía informal, es decir, que son cubiertas de manera suficiente por las disposiciones formales: contrato de trabajo a plazo indefinido, cotizaciones, seguro de cesantía, etc. Se debe tener en cuenta que esto no considera la cobertura de derechos colectivos del trabajo, como el derecho a huelga o a la organización sindical.

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profesionales, empleadores del sector informal y familiares no remunerados) y la falta de cobertura de derechos básicos como un contrato de trabajo, seguro de cesantía, etc. (asalariados desprotegidos). En este sentido, cuando se hace referencia a la economía informal, no se debe perder de vista que no se trata de la vieja noción de informalidad en boga durante el auge y declive de la fase desarrollista, sino más bien de una informalidad de nuevo tipo, que comienza a crecer al alero de una normativa laboral favorable a la naciente burguesía nacional del retail y los sectores extractivistas.

Sin descuidar los aspectos específicos que distinguen al pasado ciclo de crecimiento del sector informal urbano, de la masificación contemporánea de la economía informal, podemos observar ambos fenómenos como una tendencia a la semiproletarización de la fuerza de trabajo. Como plantea Wallerstein, el avance de la proletarización de la fuerza de trabajo ha estado determinado en gran medida por la lucha de los propios trabajadores y sus organizaciones. Esto se debe a que desde el punto de vista del capital resulta más conveniente una fuerza de trabajo semiproletarizada, que presione a la baja el nivel general de salarios (Wallerstein I, 1988). Desde esta perspectiva, el alza en el costo de la mano de obra como consecuencia de la proletarización, llevó al capital a expandir la incorporación semiproletaria de mano de obra a nivel global (Wallerstein I, 1988).

Es justamente en estos países de la periferia donde emerge el concepto de informalidad, a partir del estudio de las actividades de producción para el autoconsumo en Kenya y posteriormente en el desarrollo de un robusto programa de investigación en América Latina (Tokman V, 2004). La tendencia a la semiproletarización descrita inicialmente por Wallerstein hace referencia a la integración de las unidades domésticas en economías estructuralmente heterogéneas, como han sido históricamente las economías periféricas; y, por lo tanto, resulta de gran utilidad para describir la realidad observada desde el paradigma clásico del PREALC en la región, en un momento en que predominaba la imbricación de una economía de subsistencia con polos avanzados de desarrollo capitalista23 . En el actual ciclo de expansión de la economía informal, no se trata ya de unidades domésticas en que conviven el autoconsumo y el trabajo asalariado. Esto se debe tanto a la masificación del consumo por la vía del endeudamiento24, como a la incorporación de formas de trabajo asalariado que por sus características no se corresponden con los aspectos que definen al trabajo por cuenta ajena. El actual ciclo de semiproletarización consiste, en la aparición de estatutos “parciales” de asalarización y otras formas de trabajo caracterizadas por su inserción endeble25 .

En Chile este proceso se precipita con la caída del Estado de Compromiso, que mediatizaba la integración de ciertos actores sociales constituidos; y la temprana crisis del desarrollismo como un estilo de desarrollo capitalista que suponía la asalarización de segmentos de la fuerza de trabajo que mediante el consumo dinamizaban la economía interna. La derrota y descomposición de las clases medias desarrollistas y la clase obrera permite explicar la enorme penetración que ha tenido la inserción endeble en la fuerza de trabajo urbana. Se debe considerar, no obstante, que luego de los ciclos de recuperación económica a fines de las décadas de los 80 y 90 se han dado también tendencias relevantes de asalarización de la fuerza de trabajo. Como consecuencia de este proceso, en los hogares urbanos se constituyen más hogares mixtos en relación a su tipo de inserción (26,56%), que en el mundo rural (18,07%), donde tienden a primar los hogares

23 Para mayores antecedentes consultar (Sáez B, 2013) 24 Situación que empuja a la fuerza de trabajo -incluso en sectores rurales- a abandonar la satisfacción de necesidades mediante la producción para el autoconsumo 25 Muchas veces ratificados legalmente, como advierte Supiot (1999)

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que sólo tienen ocupados con una inserción endeble (50,37%). El siguiente cuadro muestra la tipología de hogares propuestas distinguiendo entre hogares rurales y urbanos.

Hogares Urbano RuralSólo ocupados inserción endeble 32,99% 50,37%Ocupados formales y de inserción endeble 26,56% 18,07%Sólo ocupados formales 40,45% 31,56%Total 100% 100%

Fuente: Elaboración propia en base a trimestre móvil JJA 2014 NENE.[1] Para efectos del análisis se consideró como urbanos a los estratos CD y RAU, de acuerdo a

la clasificación de la Nueva Encuesta Nacional de Empleo

Cuadro 2. Inserción de los hogares por tipo de estrato (rural-urbano)[1].

La inserción endeble en el mundo del trabajo

Al analizar el mundo del trabajo desde la perspectiva del empleo se tiene que prácticamente la mitad de los ocupados se inserta en la economía informal. De acuerdo a los datos de la NENE para el trimestre junio-agosto de 2014, un 49,1% de los ocupados presenta alguna forma de inserción endeble. Las mujeres experimentan un mayor grado de inserción endeble con un 51,2% del total de ocupadas, mientras que los hombres llegan a un 47,6% del total de ocupados. Mientras un 54,7% del empleo creado en los últimos 4 años para los hombres es no-endeble26 apenas un 38,1% del empleo creado para las mujeres corresponde a esta categoría.

Gráfico 2. Inserción endeble de hombres y mujeres 2010-2014

26 Tomando como referencia el trimestre móvil enero-marzo de 2010, año en que se inicia la actual serie de la Nueva Encuesta

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5. Semi-proletarización por derechos colectivos

Otra características relevante es que el sistema de relaciones laborales es altamente autoritario, desigual y asimétrico (Fundación SOL, 2014). Posee un 14,5% de tasa de sindicalización que nunca volvió a niveles de la etapa fordista de la regulación (Gráfico 3)

Gráfico 3. Evolución tasa de sindicalización

A su vez, tiene de las coberturas de negociación colectiva más bajas de la OCDE, con un 8% con derecho efectivo a Huelga y de las más descentralizadas también. Esto provoca que sea el salario mínimo la principal herramienta con la que cuentan los trabajadores para formar salarios y disputar la distribución del ingreso. En los últimos 20 años, entre 1990 y 2010 los convenios colectivos han aumentado en un 143% que los contratos colectivos (que traen la posibilidad de tener un casi nulo derecho huelga y algo más poder de negociación efectivo), y los reajustes promedios anuales por remuneraciones a partir de contratos colectivos no supera el 1% los últimos 10 años. (Fundación SOL, 2012)

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Cuadro 4. Sistemas de negociación colectiva OCDE

País Central (C) Sectorial (S) Local (L) % Cambios 2011 - 1990

Austria XXX X 95%Bélgica XXX XX X 96%

República Checa XX XXX 38% S � L Dinamarca XX XXX 80% S �L, L � S,C Finlandia XXX X 91% S �L Francia X XX XXX 98%

Alemania XXX XX 59%Grecia X XXX X 65%Hungría X X XXX 33%Irlanda XXX X XX 44%Italia XXX X 80%

Holanda XXX X 81%Polonia X X XXX n/d Portugal XXX X 25%

Rep. Eslovaca XX XXX 35% C,S �L España X XXX X 71%Suecia XX XXX 88% S �L

Reino Unido X XXX 29%Noruega X XXX X 70%Australia X XXX 40% S �L Canadá X XXX 32%Japón XXX 20%

Estados Unidos X XXX 14%Chile XXX 8%

Fuente: OECD 2012, para Chile Fundación SOL, datos DITRAB

6. La semi-proletarización por salarios que no reproducen la unidad doméstica

La evidencia del aumento de la desigualdad a nivel mundial y el papel del salario mínimo

Producto de las transformaciones económicas y laborales de las últimas décadas, la brecha entre el crecimiento de la productividad y el de los salarios es una evidencia que la OIT ha relevado con fuerza en sus últimos Informes Mundiales de Salarios27. Según ello, tanto desde el punto de vista de la distribución personal y funcional del ingreso, la desigualdad ha aumentado en gran cantidad de países a nivel mundial28.

27 OIT (2013). Informe mundial sobre salarios 2012/2013: los salarios y el crecimiento equitativo. Ginebra. 28 “El informe muestra que, desde el decenio de 1980, la mayoría de los países han experimentado una tendencia a la baja de la participación de los ingresos del trabajo, lo que significa que se ha destinado una proporción menor de la renta anual a la remuneración de la mano de obra y una proporción mayor a las rentas

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Esta evidencia está segmentada según situación geográfica y económica, así como por la fortaleza o debilidad de las diversas instituciones laborales de los respectivos países. Es así como para los así llamados países “emergentes”, que si bien han visto crecer sus salarios desde previo a la crisis (2006-7) por sobre los niveles de los países “avanzados”29, siguen manteniendo los más altos niveles de desigualdad a nivel mundial, sobre todo América Latina.

Gráfico 4. Tendencias en el crecimiento de los salarios promedio y la productividad laboral en economías desarrolladas (Índice 1999=100)

La evidencia de la caída en la participación del trabajo en la renta total, según la OIT, se debe al avance tecnológico, la globalización del comercio, la expansión de los mercados financieros y la declinación en densidad sindical, lo cual ha disminuido el poder de negociación de los trabajadores (OIT 2013: 54). Es a partir de tal evidencia, que junto al aumento de los trabajadores pobres (OIT, 2013: 37), permite determinar la importancia del salario mínimo, tanto en el aumento salarial de trabajadores de bajos ingresos como en la disminución de la desigualdad personal de ingresos30.

Según ello, el salario mínimo, está determinado, como un sistema formador de salarios, por la ausencia o precarización de otros institutos laborales, de los cuales el más relevante es el de negociación colectiva (Eyraud, F; Saget C,(2005), Boeri, T (2009), OIT (2013)).

Es así como, según Eyraud, F; Saget C, (2005) la influencia del salario mínimo como formador de salarios se determina según tres grandes factores:

1. El estado del sistema de negociación colectiva (cobertura, nivel, titularidad)

provenientes del capital” OIT (2013: 6). 29 “En las economías desarrolladas, la crisis ha llevado a una “doble caída” de los salarios: los salarios medios reales disminuyeron en 2008 y de nuevo en 2011, y el panorama actual parece indicar que, en muchos de estos países, 2012 está registrando un crecimiento nulo o muy escaso de los salarios. En las regiones emergentes, el crecimiento salarial ha sido, por lo general, más firme con un crecimiento fuerte en Asia, y más modesto en África, América Latina y el Caribe”. OIT (2013: 6). 30 Eyraud, F; Saget C,(2005). The fundamentals of minimun wage fixing. Geneva. ILO. Con algunas demostraciones econométricas ver Boeri, Tito (2009). Settin the minimum wage. IZA Discussion Papers N°4335.

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2. El tamaño de la economía informal (sobre todo para países emergentes y subdesarrollados, donde los asalariados típicos tienen menor peso relativo)

3. El uso de salario mínimo como herramienta de política económica (el estado garante de ingresos de trabajadores no protegidos)

Si la negociación colectiva no está bien desarrollada, la implementación de un sistema de fijación de salarios mínimos tendrá un alcance más profundo. Similarmente, si un gobierno busca establecer una serie de políticas económicas y busca debilitar la negociación colectiva de los salarios para poder dirigirlas, utilizará preferentemente el sistema de salario mínimo.

Una de las formas de evaluar si un salario mínimo es o no idóneo es si logra superar la línea de pobreza en el hogar. Si tomamos el monto de $225 mil actual, éste cubre un 69% de la línea de la pobreza (que al actualizarlo está en $81 mil per cápita) de un hogar de 4 personas donde sólo uno trabaja. Por lo tanto, el salario mínimo no logra satisfacer estos mínimos requerimientos.

A su vez, la OIT, ha propuesto el llamado Índice de Kaitz Ajustado, el cual consiste en evaluar qué porcentaje del ingreso per cápita mensual equivale el valor del salario mínimo. Si este porcentaje es menor al 30% se plantea que es un mini salario mínimo, si supera el 60% es un maxi salario mínimo.Los $225 mil éste equivaldría a un 28,9%. Por lo tanto, Chile tiene un mini salario mínimo, con amplio margen para su aumento sin afectar equilibrios macroeconómicos.

De esta forma, las formas que adquiere el sistema de relaciones laborales, los empleos creados y el sistema de salario mínimo, provocan un bajo valor del trabajo. El 50% de los ocupados obtienen menos de $264 mil, el 70% menos de $400 mil. Mientras el 1% más rico obtiene el 30,5% de la riqueza, y no sólo eso, el 0,1% obtiene ingresos mensuales per cápita de $82 millones mensuales (Fundación SOL, 2014). La brecha-productividad salarios también se evidencia en Chile, y es empíricamente cierto que se produce la misma tijera que en los países desarrollados31, y asociado a similares causas. De hecho, entre 1990 y 2010, la productividad por hora aumentó en un 90% y el salario medio lo hizo en un 20%, quedando un 70% de excedente productivo no remunerado al trabajo.

31 Fundación SOL (2014).

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5. Aumento de demanda interna vía endeudamiento

A estas alturas, el diagnóstico es que en Chile se desactivaron las formas institucionales en que los hogares trabajadores podrían insertarse productivamente de una forma tal que los ingresos obtenidos por tal trabajo asalariado les permita reproducir económicamente a su unidad doméstica. No lo puede lograr ni por los ingresos asociados a puestos de trabajo de calidad (la mayoría tienen algún grado de vulnerabilidad) ni por la acción colectiva del trabajador organizado (distribución del ingreso vía sindical), tampoco por una política de salario mínimo activa, pues Chile cuenta con un sistema de decisión altamente autoritario y poco participativo y el reajuste técnicamente tiene una deuda de arrastre con el cumplimiento de necesidades mínimas. Sin embargo, esos bajos salarios han dinamizado la demanda interna de la economía, que ha crecido fundamentalmente por el consumo de los hogares.

Gráfico 5. Variación trimestral del consumo de los hogares, FBCF y PIB

Fuente: Elaboración propia en base a Banco Central 2014.

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El crecimiento económico de los últimos dos años estuvo fuertemente impulsado por el consumo total, principalmente de los hogares. La inversión de las empresas (Formación Bruta de Capital Fijo), viene con crecimiento negativo desde el segundo trimestre del 2013, a pesar que el crecimiento de Consumo Total es casi idéntico al consumo de los hogares en mismo período, y de todas formas desde el 2010 que la variación del consumo de los hogares es más alta que la variación del PIB. Al comparar con las exportaciones, para el segundo trimestre del 2014 el consumo de los hogares crece más que la exportación agropecuaria, minera, el cobre y que el PIB.

Gráfico 6. Variación trimestral del consumo de los hogares y exportaciones

5,5

11,512,6 13,3 13,3

9,37,7

5,9 6,1 5,6 5,8 6,3 5,7 6,45,4 4,9

3,61,9

4,1

0,2

5,3

-5,8-3,6

3,7

-9,2

3,24,9

0,0-1,7

8,4

-1,2

9,6

17,2

-2,6

10,8

-4,1

-25,0

-20,0

-15,0

-10,0

-5,0

0,0

5,0

10,0

15,0

20,0

25,0

30,0

I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II

2010 2011 2012 2013 2014

Consumo de hogares e IPSFL (4) Agropecuario-silvícola-pesca Minería Cobre PIB

Fuente: Elaboración propia en base a Banco Central 2014.

La deuda de los hogares (Hipotecaria y consumo) crece más rápido que el consumo de los hogares y que el PIB, a pesar que la tendencia sea a la disminución del consumo. La composición de la deuda es Hipotecaria (57,8%), Consumo 42,2% Otras 5% (Financiamiento automotriz, Deuda universitaria, Compañías de Seguro, etc.) . Según datos del Banco Central (Informe de Estabilidad Financiera II Trimestre 2014.)

Gráfico 7. Crecimiento de deuda y consumo

21

Conclusiones: semi-proletarización y deuda como desposesión

Son dos pregunta las que guían el ensayo, por un lado la de establecer la relación conceptual e histórica entre sistema de relaciones laborales y endeudamiento de los hogares, y por otro el responder por qué se endeudan. Uno responde al contexto macro de correlación de fuerzas en la disputa por la distribución y el acceso a mejores condiciones de vida en un contexto productivo y de reproducción social dado históricamente, y el otro, responde a los límites de la interpretación “hedonista” y “aspiracional” del así llamado sobre-endeudamiento. Ambos argumentos se reúnen si logramos dar luces conceptuales e históricas para decir si el endeudamiento como comportamiento colectivo y masivo obedece a un problema de educación financiera (asimetrías de información de los hogares), de desregulación bancaria (capital financiero desbocado) o bien es una forma estructural y endógena del sistema mundo capitalista en se desarrollo secular (desposesión por deuda).

Por el momento sólo estaremos en condición de negar el primer argumento el cual tiene dos flancos débiles. Por un lado, supone que la deuda es en relación a un sobreconsumo, es decir, se accede a bienes que el hogar no está en condiciones de sostener y que no son de primera necesidad. Sin embargo, desde 1996, con la aparición de la Tarjeta Presto, ya es posible endeudarse para adquirir artículos básicos, como los alimentos. Según el informe Society at a Glance 2014 de la OCDE, el 27,8% de las personas en Chile reporta que los ingresos no le alcanzan para comprar alimentos, mientras que en los países de la Unión Europea solo el 9,2% reportó esta carencia en plena crisis económica.

Pero el crédito no solo está suscrito a la alimentación, esta misma tarjeta, también sirve para pagar prestaciones de Salud en las ISAPRES, quienes en los últimos 10 años han registrado una ganancia por más de $500 mil millones (SBIF 2014). También la Educación según la Superintendencias de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF 2014), señala que los créditos para financiar estudios en educación superior han crecido a un 19% anual, superando el 12% de los prestamos de créditos de consumo o hipotecarios. De esta forma casi la mitad de los estudiantes en Educación Superior está con algún tipo de créditos de los cuales el 72% corresponde al Crédito con Aval del Estado. Ante esto ¿será tan plausible el sobreconsumo como explicación del sobreendeudamiento? Los datos muestran que la cantidad de deudores bancarios ha disminuido y que lo que ha aumentado a sido el monto de la deuda (Banco Central 2014).

Este escenario se complejiza si agregamos la inyección de capital y liquidez que entregan las AFP, con dinero de todos los trabajadores, a Bancos (donde US$ 29.447 millones son invertidos en 10 bancos asociados a los grupos económicos más poderosos); Retail, donde tienen el 17,2% de las acciones de CENCOSUD, Ripley con 14,4%, y el 4,1% de Falabella, invirtiendo en total US$ 3.412 millones en las familias Paulmann, Calderón y Solari. Una legislación laboral pro empresario, que restringe la fuerza de negociación de los sindicatos y destruye la posibilidad de formar salarios vía distribución de la producción. Una estructura tributaria regresiva con énfasis en los impuestos indirectos (principalmente IVA).

22

Esta serie de factores, influye directamente en el endeudamiento, generando: a) mayor liquidez para el ofrecimiento de créditos; b) segmentación de las instituciones oferentes de crédito, donde los hogares de más bajos ingresos tienen acceso a los créditos más caros del mercado (avances en efectivo, créditos de casas comerciales, etc.); d) bajo valor del trabajo y por último, e) endeudamiento como sustituto de los bajos salarios.

Al crecer la productividad, pero no crecer los salarios al mismo nivel, la brecha que se produce entre ambos, disminuye el poder de compra de los trabajadores. Por ende, esta disminución es inversamente proporcional al crecimiento de la disposición de artículos y la expansión del crédito. En otras palabras, existen menores salarios, más necesidades socialmente constituidas (el acceso al LCD, si bien no es de primera necesidad, es parte de la canasta media de la sociedad nacional en este minuto) y mayor utilización del crédito para solventar los bajos salarios.

A su vez, la evidencia internacional apunta a que este modelo de salarios que crecen por debajo de la productividad y el aumento de la deuda de los hogares, ha traído aparejado grandes fortunas asociadas a este modelo productivo. En el caso de Chile es evidente: la familia más rica del país, los Luksic de la que forma parte Iris Fontbona, tienen una fortuna según Forbes de US$ 14.2 billones ($7.952.000.000.000), fuertemente impulsado por el Banco de Chile que lideró las ganancias de la industria bancaria el 2013 con US$ 885 millones. La segunda familia más rica, encabezada por Horst Paulmann, con una fortuna de US $5.9 billones ($3.304.000.000.000) y la tercera familia, vinculada a los Solari Falabella, con una fortuna (en conjunto) de US $ 2.9 billones ($1.624.000.000.000). Ésta última además, tiene las tarjetas de crédito no bancarias más usadas con 6,3 millones del total de 15 millones que existen en la actualidad según la SBIF. El monto total de las operaciones relacionadas con tarjetas de crédito de Falabella durante el 2013 llegó a $ 239.901 millones.

Diagrama de acumulación por desposesión vía endeudamiento de los hogares

23

Se observa aquí una acumulación de capital perpetrada por grupos económicos que están asociados al mercado del crédito. Para el caso del llamado retail financiero, que opera fundamentalmente en el mercado interno y tiene como clientes preferentes precisamente a los hogares trabajadores, es posible realizar una hipótesis sugerente: el problema de la educación financiera de los hogares, oculta un proceso sistémico de apropiación de la renta del trabajo para la acumulación financiera.

No es sólo el circuito “consumidor” - “vendedor” el que está involucrado en la deuda, sino que también las instituciones laborales y la matriz productiva del país, las que operan de forma simultánea para el paraíso acumulador que es Chile. A partir de esta evidencia, no es de extrañar que los procesos multicausales que producen el alza de la deuda, sean reducidos a un simple problema de educación financiera. ¿Se trata realmente de una mala educación financiera o de acumulación por desposesión?

No es de extrañar, a partir de esta evidencia, que los procesos multicausales que producen. De hecho el impuesto indirectos en Chile llega al 51%, cuando en países como Alemania es del 28%, Italia 25% y Francia 24% (Fundación SOL, 2014). Es decir, los hogares trabajadores con baja educación financiera financian la estructura tributaria, y aumenta la amplia desigualdad ya existente producto de la baja participación del trabajo en la renta total y aumentando las ganancias del retail financiero y los bancos. La acumulación histórica de las AFPs –pilares de la circulación monetaria y financiera de la economía- que emerge directamente de las comisiones cobradas por el manejo de cotizaciones de los salarios de los trabajadores llega a $2,5 billones.

Mientras que la deuda entre 200 y 2009 creció a un promedio anual de 12,8%, los ingresos autónomos promedio de los hogares lo hicieron a un ritmo de 0,8% anual, y el PIB a un 3,6%. Lo que se refleja en que la relación deuda ingreso esté en la actualidad en un 57% (Banco Central 2014).

24

0,8%3,6%

12,8%

Promedio Anual de

crecimiento Ingresos Autónomos Promedio de

los hogares 2000-2009

(CASEN)

Promedio Anual de

Crecimiento del PIB 2000-2009 (Banco

Central)

Promedio Anual de

crecimiento de la deuda 2000-2009 (EFH)

Promedio Anual de Crecimiento deuda, PIB e Ingresos Autónomos de los hogares

2000-2009

Crecimiento Anual Promedio

Respecto a la carga financiera, que corresponde a la razón entre los pagos mensuales que realiza el hogar en cumplimiento de sus obligaciones (incluyendo amortización e intereses), y su ingreso total mensual, la información recogida por la EFH 2011-12 indica que para el estrato de más bajos ingresos32 esta fue del 45% promedio de carga financiera. La mitad tiene una carga financiera superior a 24,2% (versus el 17,1% del estrato de más altos ingresos) y el 10% de los hogares con mayor carga financiera esta es en promedio del 97,6%, versus el 54,3% del estrato más rico.

Es decir, los estratos de más bajos ingresos tienen mayor flujo de pago de deuda que los hogares de más altos ingresos, que si bien tienen mayor “monto” (stock) de deuda que el resto de los hogares, sus altos ingresos les permite tener menor probabilidad de sobre endeudamiento. La vulnerabilidad financiera es evidentemente más intensa en los hogares de más bajos ingresos, que cómo hemos analizado implica un consumidor precario. Pero este consumo dinamizó a la economía interna el último año. El trabajador precarizado en la esfera de la producción (aunque sea en Comercio o Finanzas) incuba una posibilidad de detener el flujo de pago afectando sistémicamente al conjunto de la economía, en la medida que existen instituciones laborales precarizadas que ya no cumplen en plenitud su función de protección al trabajo en relación al poder económico y político del capital y no es capaz de resistir la contención salarial por desactivación colectiva del trabajo, iniciada por el Plan Laboral de 1979.

De esta forma, las estrategias privadas e individuales de aumento de ingresos vía endeudamiento y acceso masivo al crédito y consumo, han traído aparejado un aumento

32 El Banco Central reorganiza los déciles en 3 estratos. El estrato 1 que corresponde del decil 1 al 5, y el estrato 2 que corresponde al decil 6 a 8 y estrato 3 es del decil 9 a 10.

25

de los pasivos de los hogares y un aumento de los activos de los empresarios asociados al crédito y el consumo. La deuda opera como expropiación de valor futuro y como disciplinamiento de la fuerza de trabajo que permite soportar las asimétricas condiciones del sistema de relaciones laborales.

Según la Encuesta Nacional de Salud y Trabajo (ENETS) al 55% del proletariado

informal –todo aquel obrero o cuenta propia no calificado y sin protección laboral- no le alcanza su salario para sus gastos ´básicos y regulares, seguido del Proletariado formal –obrero no calificado con contrato formal- con un 40%. Esto en contraste con el 96% de los gerentes expertos (todo aquel directivo o profesional con alto nivel educativo con autoridad y control sobre otros trabajadores) que siempre les alcanza su salario para cubrir sus necesidades básicas.

Pues bien, de esa población que no les alcanza para cubrir sus gastos básicos, el 55% de los proletariados formales que cuenta con tarjeta de crédito, ya sea de banco, centro comercial, supermercados, etc. la utiliza para cubrir tales gastos. Para el caso del proletariado informal, el cual tiene menos acceso al mercado del crédito (el 74% declara no tener tarjeta), el 30% de los que sí tienen tarjeta la utilizan para sobrevivir por sus bajos salarios.

La financiarización pasa así a utilizar el endeudamiento como una forma estructural y habitual de operar las relaciones sociales, fuertemente coordinadas social y económica por medio de la deuda. En sistemas sociales altamente desiguales y con aguda concentración del ingreso, el acreedor explota al deudor: no es un mercado de crédito de oferentes y demandantes de crédito. Es un sistema de dependencia y subordinación para lograr reproducir la fuerza de trabajo como resultado bajos salarios opera como un complemento de los mismos pero para suplir necesidades básicas.

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---------Vol I. “La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI”.

----------Vol II. “El mercantilismo y la consolidación de la economía-mundo europea, 1600-1750”.

--------- Vol III.” La segunda era de gran expansión de la economía-mundo capitalista, 1730-1850.”

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