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Título: Mujer y deporte. Desigualdades que se mantienen en el tiempo. Autor principal: Eloy García García. Palabras clave: Deporte, género, funcionalismo, socialización diferenciada. Resumen: El cambio en los estilos de vida y en los usos de tiempo está propiciando el auge de la práctica deportiva en España. Pese a este aumento, en las últimas décadas se han mantenido las desigualdades entre hombres y mujeres en torno a un 18%. En este trabajo se pretende hacer una reflexión desde la perspectiva funcionalista y apoyándonos en los datos cuantitativos del estudio 2833 del CIS sobre hábitos deportivos de los españoles del 2010. La participación en este congreso está subvencionada por la beca predoctoral a tesis que contemplen la perspectiva de género convocada en el 2016 por el Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad de Alicante. La socialización diferenciada de género en las principales instituciones sociales de forma general y en los deportes de manera específica, están manteniendo los estereotipos de masculinización de muchas actividades deportivas y su estructura social. El propio proceso de socialización continúa institucionalizando rasgos de la organización patriarcal. Por ejemplo según la encuesta de hábitos deportivos en el 2010 las familias españolas desean como actividad extraescolar prioritaria para los hijos e hijas las actividades deportivas, para el caso de las hijas danza y ballet ocupa el segundo lugar. Desde la perspectiva funcionalista algunos autores interpretan que el deporte es un subsistema propio que pertenece al sistema social dominante y entre ellos existe correlación. Tanto las funciones manifiestas del deporte, por ejemplo los eventos deportivos, como las funciones latentes, que son las consecuencias indirectas de las funciones manifiestas, ayudan a la construcción de género en el deporte, hombres y mujeres aprenden cuál es su rol en el ámbito deportivo. Podemos decir que el deporte es un espacio de satisfacción de necesidades que reproduce desigualdades de género presentes en otros ámbitos. Un 33% de los españoles dicen haber practicado deporte aunque ahora lo han tenido que dejar, si relacionamos este grupo de población con las variables como las cargas familiares los datos ratifican las teorías clásicas de organización patriarcal en el entorno familiar: cuando en las familias hay hijos menores de 14 años, aumenta el porcentaje de hombres que hacen menos deporte del deseado, en el caso de las mujeres aumenta porcentaje que dejan de hacer deporte.

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Título: Mujer y deporte. Desigualdades que se mantienen en el tiempo.

Autor principal: Eloy García García.

Palabras clave: Deporte, género, funcionalismo, socialización diferenciada.

Resumen:

El cambio en los estilos de vida y en los usos de tiempo está propiciando el auge de la práctica deportiva en España. Pese a este aumento, en las últimas décadas se han mantenido las desigualdades entre hombres y mujeres en torno a un 18%. En este trabajo se pretende hacer una reflexión desde la perspectiva funcionalista y apoyándonos en los datos cuantitativos del estudio 2833 del CIS sobre hábitos deportivos de los españoles del 2010. La participación en este congreso está subvencionada por la beca predoctoral a tesis que contemplen la perspectiva de género convocada en el 2016 por el Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad de Alicante.

La socialización diferenciada de género en las principales instituciones sociales de forma general y en los deportes de manera específica, están manteniendo los estereotipos de masculinización de muchas actividades deportivas y su estructura social. El propio proceso de socialización continúa institucionalizando rasgos de la organización patriarcal. Por ejemplo según la encuesta de hábitos deportivos en el 2010 las familias españolas desean como actividad extraescolar prioritaria para los hijos e hijas las actividades deportivas, para el caso de las hijas danza y ballet ocupa el segundo lugar.

Desde la perspectiva funcionalista algunos autores interpretan que el deporte es un subsistema propio que pertenece al sistema social dominante y entre ellos existe correlación. Tanto las funciones manifiestas del deporte, por ejemplo los eventos deportivos, como las funciones latentes, que son las consecuencias indirectas de las funciones manifiestas, ayudan a la construcción de género en el deporte, hombres y mujeres aprenden cuál es su rol en el ámbito deportivo.

Podemos decir que el deporte es un espacio de satisfacción de necesidades que reproduce desigualdades de género presentes en otros ámbitos. Un 33% de los españoles dicen haber practicado deporte aunque ahora lo han tenido que dejar, si relacionamos este grupo de población con las variables como las cargas familiares los datos ratifican las teorías clásicas de organización patriarcal en el entorno familiar: cuando en las familias hay hijos menores de 14 años, aumenta el porcentaje de hombres que hacen menos deporte del deseado, en el caso de las mujeres aumenta porcentaje que dejan de hacer deporte.

Introducción

En el año 2010 un 40% de la población dice practicar uno o varios deportes. Si nos detenemos a comparar los datos de las diferentes encuestas sobre hábitos deportivos que se han realizado gracias al trabajo de García Ferrando vemos que se pueden diferenciar dos periodos desde la primera encuesta hasta el 2015.

Cada periodo consta de 20 años, el primero desde el 75 hasta el 95 es donde se da un gran empujón al deporte en nuestro país, la población española pasa de un 22% a un 39% de práctica deportiva. El segundo periodo abarca desde el 95 hasta el 2015 donde vemos cierta estabilidad en las cifras, en torno a un 40%. Habría que matizar la evolución de la intensidad y características del deporte dentro de esas cifras, pero la intención en este trabajo es hablar de las diferencias entre hombres y mujeres centrándonos en los datos del 2010.

Aunque la población española en los últimos 40 años casi ha doblado el porcentaje en cuanto a práctica deportiva las mujeres siempre han mantenido grandes diferencias frente a los hombres, en torno a un 18%. Entre 1968 y 1995 el aumento de participación deportiva de los hombres creció en un 30% mientras que en las mujeres fue de un 25% (Puig, N. Soler, S. Soler, 2004)

Si profundizamos un poco más vemos que la diferencia de 5 puntos en la práctica de un deporte entre hombres y mujeres se dispara cuando los encuestados dicen practicar varios. En ese caso la diferencia es de 13 puntos, pero lo que es más llamativo es que representa más del doble que las mujeres, 23,8% frente a 10,8%.

Deportes practicados según año por sexo, (datos en porcentaje)

Uno Varios Ninguno

2000 2005 2010 2000 2005 2010 2000 2005 2010

Hombres 24 25 25 22 20 23 54 55 51

Mujeres 18 21 20 9 9 10 73 70 69

Fuente: elaboración propia a partir de “García Ferrando, M. y LLopis Goig, R. (2011) Encuesta sobre los hábitos deportivos en España 2010” y estudio del Cis 2833.

Partiendo de esta secuencia vemos claramente la diferencia que se ha producido en cuanto a la práctica de deporte por parte de las mujeres. Después veremos particularidades de esa práctica entre distintos sexos.

Desde la perspectiva funcionalista algunos autores interpretan que el deporte es un subsistema propio que pertenece al sistema social dominante y entre ellos existe correlación (García Ferrando, Puig y Lagardera 2002). Tanto las funciones manifiestas del deporte, por ejemplo los eventos deportivos, como las funciones latentes, que son las consecuencias indirectas de las funciones manifiestas, ayudan a la construcción de género en el deporte, hombres y mujeres aprenden cuál es su rol en el ámbito deportivo.

Desde la familia, pasando por la institución educativa y con el refuerzo de los medios de comunicación se manifiestan unos roles de cultura deportiva diferente entre hombres y mujeres.

El propio sistema deportivo es considerado como una institución socializadora.

Socialización de género, aspectos diferenciadores

Para explicar la cultura deportiva y por tanto cómo se trasmiten los roles de género en este ámbito tenemos que recurrir a conceptos clásicos y a la dualidad sistema sexo-género.

Cuando describimos el concepto de género debemos hacerlo desde la perspectiva de construcción social y elemento de nuestra cultura. A diferencia del sexo, que son las características genitales que determinan si somos hombres o mujeres, el género son los roles o atribuciones de comportamiento que se asignan a cada uno de esos sexos en un contexto sociocultural, y estas atribuciones pueden ser distintas en otra cultura, y en otro momento histórico temporal. Dicho de otra manera, los roles de género, tanto el masculino como el femenino, son las normas, funciones y expectativas que se atribuyen a cada sexo y que se convertirán de forma efectiva en los comportamientos que todos conocemos y aceptamos.

Estos roles, normas y estereotipos forman parte de nuestra cultura, y progresivamente se van trasmitiendo y van moldeando a los niños y niñas a un comportamiento masculino o femenino a través del proceso de socialización, que podemos definirlo como:

“El proceso por medio del cual la persona humana aprende e interioriza, en el transcurso de su vida los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integra en la estructura de su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales significativos, y se adapta así al entorno social en cuyo seno debe vivir” (Rocher 80)

La definición es muy clarificadora, los individuos de la especie humana aprenden la cultura para adaptarse al entorno en el que viven. Tras recibir este aprendizaje lo integran en su personalidad, ya que existe consideración de predisposición individual a conocer, a objetivar y a interiorizar los rasgos culturales, y entre ellos

los rasgos de género. La identidad y personalidad diferencian a cada individuo, a cada mujer y cada hombre dentro del mismo grupo y contexto social.

Socialización que se recibe de forma diferenciada entre los hombres y las mujeres. A los niños y niñas se les va trasmitiendo unas “normas” de comportamiento distintas entre ellos, en un proceso dialéctico (Berger y Luckmann 68). Ese aprendizaje es el que les va a permitir desarrollarse y ser miembros de una sociedad y vivir acorde al comportamiento hegemónico dominante, es decir, tener un comportamiento socialmente aceptado.

Teniendo presente esto y continuando con otros aspectos de la definición veamos cuáles son los agentes sociales significativos que influenciarán con su estructura y su generación de experiencias a la construcción social de género deportivo.

Los agentes sociales significativos son las instituciones de socialización tradicionales, la familia, la escuela y los medios de comunicación.

Funcionalismo, orden social y división sexual del trabajo.

El principal agente de socialización es la familia. En la familia los niños y niñas reciben la socialización primaria, se identifican con los roles que representan los padres, y en definitiva serán lo que los padres determinen que ellos deben ser y sin cuestionarlo, para los más pequeños es entender el primer mundo, los primeros roles y comportamientos. (Berger y Luckmann 68).

En este proceso los niños y niñas se identifican con las características y roles de sus padres. Por tanto la estructura de la familia y la educación que reciban será importante en la consideración que tengan de género y de deporte.

En el seno de la familia es donde se empieza a ver la división sexual del trabajo, las mujeres y hombres tienen determinadas funciones que garantizan el orden social, el funcionalismo explica cómo deben de ser esos roles, para garantizar el buen funcionamiento de la estructura social. Dentro de la institución familiar podemos descubrir la esfera de la reproducción ligada a la mujer y la esfera de la producción ligada al hombre. El reparto de trabajo ligado a las cargas familiares recae sobre la mujer, las mujeres siguen siendo las responsables del cuidado de los niños.

Los cambios que se están produciendo en la estructura familiar están permitiendo reducir las desigualdades, y cada vez más se diluye la línea entre lo productivo y productivo. La pérdida de legitimidad del patriarcado, la penetración del mercado y del estado en el ámbito familiar y la intensificación del proceso de individualización, (Flaquer, L. 2002) están produciendo un vaciado de elementos tradicionales en el espacio doméstico y la diferenciación de género que se producía. Sin embargo las cifras siguen anunciando cierta desigualdad, como se puede ver en la siguiente tabla.

Duración media diaria dedicada a actividades de hogar y familia según tipo de

hogar, por las personas que realizan dicha actividad. 2009-2010 (horas y minutos)

Hombres Mujeres

Pareja con hijos 2:34 4:45

Pareja sola 2:34 4:37

Otro tipo de hogar 2:34 4:26

Hogar unipersonal 2:23 3:38

Padre o madre solo con algún hijo 2:15 3:48

Fuente: Encuesta de Empleo del Tiempo. INE

En todos los tipos de familia se producen diferencias importantes en los tiempos de dedicación al hogar, pero donde son más visibles es en las familias formadas por parejas.

El mayor poder cultural de los hombres con respecto a las mujeres, que también se pone de manifiesto en el ámbito deportivo, se materializa en la desigual distribución del tiempo que unos y otras dedican a ellos (Muñoz, Rivero y Fondón 2013)

El hecho de crear una familia, de tener hijos trae como consecuencia una reducción del tiempo libre que hay que dedicar a los nuevos miembros del hogar, pero esta reducción se produce de forma desigual entre madres y padres.

Otro dato importante que pone de manifiesto las características de la estructura familiar hoy en día es el porcentaje de madres que optan por la excedencia para poder hacerse cargo de los niños y niñas. Los hombres apenas tienen excedencias para dar respuesta a las cargas reproductivas. Esta situación que afecta sobre todo a las mujeres no es más que un cambio de trabajo remunerado por trabajo no remunerado, que en ocasiones ni siquiera es socialmente considerado trabajo.

Un problema asociado a este hecho es que el trabajo remunerado está desligado al ámbito privado y tiene reconocido el tiempo de descanso, pero el trabajo que implica una excedencia difícilmente se desliga del ámbito doméstico familiar y va mermando sin apenas reconocimiento el tiempo y el descanso de las personas que lo asumen, y por consiguiente la capacidad de elegir las actividades, deportivas o no, en las que invierten ese tiempo libre.

Se puede dar una explicación multicausal, donde influye la política, la historia, la legislación laboral, la organización patriarcal, o en resumen, aunando todas estas causas como parte de un sistema social global, serían los rasgos de nuestra cultura en todas sus expresiones y dimensiones. En definitiva el resultado es el que muestran las cifras expuestas.

Excedencias por hijos según sexo, valores en porcentaje.

Hombre Mujer

Menos de 1 mes 9,2 13,1

De 1 a 3 meses 4,2 47,5

De 3 a 6 meses 1 46,4

De 6 a 12 meses 1,1 78,4

Más de 12 meses 0,9 44

Aun no se han incorporado 0 10,1

Fuente: elaboración propia a partir del módulo sobre conciliación entre la vida laboral y la familiar. Año 2010. Encuesta de Población Activa. INE.

En el caso de los hombres hay una relación diferente a las mujeres, cuando tienen hijos son más empleados, mientras que entre las mujeres se da un proceso inverso.

Estos datos respaldan las teorías de división sexual del trabajo, generando etiquetas y estereotipos de hombres y mujeres. Las mujeres optan por la excedencia en un porcentaje bastante algo, mientras que los hombres que tienen hijos menores de 12 años, al contrario son más empleados.

Tasa de empleo de personas de 25 a 49 años con hijos menores de 12 años. Datos del 2014, en porcentaje.

Hombre Mujer

Con hijos 77,8 60,2

Sin hijos 67,4 68,4

Diferencia con hijos-sin hijos 10,4 -8,2

Fuente: elaboración propia a partir del módulo sobre conciliación entre la vida laboral y la familiar. Año 2010. Encuesta de Población Activa. INE.

Iniciamos este trabajo diciendo que las diferencias de práctica deportiva entre hombres y mujeres oscilaban en las últimas décadas en torno a un 18%. Si precisamos un poco más y relacionamos estos resultados con la variable clásica de cargas familiares los datos nos arrojan una realidad aun más desigual.

Al dividir la población en dos grupos, los que tienen hijos menores de 14 años y los que no los tienen, vemos otros resultados: entre los que no tienen hijos menores de 14 años los hombres practican algún deporte en un 15% más que las mujeres, pero en los que tienen hijos este porcentaje representa un 25% de diferencia.

Práctica de deportes según si tienen hijos menores de 14 años por sexo. Datos en porcentaje.

Hombre Mujer

Con hijos menores de 14 años

Practica uno o varios deportes 54,3 28,9

No practica 45,6 70,9

Sin hijos menores de 14 años

Practica uno o varios deportes 47,3 32,1

No practica ninguno 52,7 67,8

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente: elaboración propia a partir de estudio del Cis 2833.

Un 33% de los españoles dicen haber practicado deporte aunque ahora lo han tenido que dejar, y relacionándolo de nuevo con la variable cargas familiares los datos ratifican las teorías clásicas de organización patriarcal en el entorno familiar: cuando en las familias hay hijos menores de 14 años, aumenta el porcentaje de hombres que hacen menos deporte del deseado, en el caso de las mujeres aumenta porcentaje que dejan de hacer deporte.

Práctica deporte según su situación actual, si tiene hijos o no por sexo

Hombre

Mujer

Con hijos menores de

14 años

Sin hijos menores de

14 años

Con hijos menores de

14 años

Sin hijos menores de

14 años

Practica deporte suficientemente

19 24 8 12

Practica deporte no tanto como quisiera

34 22 19 18

Ha practicado deporte pero ahora ya no lo practica

36 32 44 27

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente: elaboración propia a partir de estudio del Cis 2833.

Las familias españolas desean como actividad extraescolar prioritaria para los hijos las actividades deportivas. Si desagregamos ese dato vemos que un 61% de los encuestados le dan importancia como primera actividad extraescolar cuando se trata de los hijos, en el caso de las hijas el porcentaje es un 39%. La segunda actividad deseada para las hijas es la danza y ballet con un 16%, en el caso de los hijos la danza y ballet es deseado en un 1%. Esto demuestra que la trasmisión cultural y la creación de hábitos deportivos mantienen diferencias de género en las nuevas generaciones.

Actividad extra extraescolar importante para los hijos en primera opción

Hijas Hijos

Actividades deportivas

38,5 Actividades deportivas

60,5

Danza/ballet 15,6 Música 10,8

Música 12,5 Pintura/artes plásticas

5,5

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente: elaboración propia a partir de estudio del Cis 2833.

Y lo que es más llamativo, las propias mujeres, en mayor medida que los hombres prefieren danza para sus hijas como vemos en la siguiente tabla.

Preferencias actividad extraescolar para las hijas

Hombre Mujer

Teatro 7,1 9,4

Danza/ballet 10,4 20,6

Pintura/artes plásticas

6,6 8,3

Actividades deportivas

43,1 34,1

Música 12,6 12,4

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente: elaboración propia a partir de estudio del Cis 2833.

El deporte escolar

La escuela es, junto con la familia, uno de los principales agentes de socialización. En la escuela se trasmite la socialización secundaria y cada vez más la primaria, ya que se va reduciendo la edad de entrada al sistema educativo.

Son muchas las funciones de la escuela que influyen en la socialización, no sólo son importantes los conocimientos establecidos en el currículum, que hacen homogéneas a las generaciones de niños de nuestro país, sino también las actividades. En los conocimientos y habilidades cobra más o menos importancia a través del currículum obligatorio la educación física, en calidad y en cantidad, en roles y estereotipos.

En cantidad podemos decir que los colegios españoles dedican menos tiempo a la educación física que los colegios europeos. El porcentaje mínimo de horas lectivas recomendado para educación física está entre un 6% y un 8%, en educación primaria llegamos al mínimo pero en educación secundaria sólo llegamos al 3% ocupando los últimos puestos entre los países europeos. (Comisión Europea/Euryce 2013)

En cuanto a la calidad y a la trasmisión de roles y estereotipos tenemos cierta garantía de coeducación amparados en las leyes de igualdad, sin embargo hay elementos que se nos escapan como es el currículum oculto. Lo podemos definir como los valores y trasmisión de contenidos relacionados en contextos específicos en los que cada profesor, como miembro de una sociedad en la que ha recibido una cultura, la trasmite de forma no explícita, a través de ejemplos, del lenguaje, de comparaciones, de expectativas hacia el alunado.

Otro elemento importante que trasmite diferencias de género es la organización escolar, en cuanto a número de profesores de educación física, de manera específica, y al posicionamiento de la mujer en la estructura educativa, en general.

El número de mujeres que acaban en el 2013 la diplomatura en educación física es un 25% del total. Si nos fijamos en el mismo dato pero en relación al grado, apenas llega al 19%. (Fuente MECD. Estadísticas de enseñanzas no universitarias y estadísticas de estudiantes universitarios). Nuestros hijos e hijas serán educados y formados en educación física fundamentalmente por hombres.

Si pensamos en las enseñanzas o entrenamientos a partir de entrenadores de cualquier tipo que tengan formación específica no universitaria de cualquier deporte, vemos que ocurre exactamente igual, cualquier deporte, individual o grupal que practiquemos será entrenado y guiado fundamentalmente por hombres.

En los datos de enseñanzas específicas no universitarias de todos los deportes a nivel nacional los datos son aplastantes, entre el 75 y el 80% del total de técnicos y entrenadores son hombres salvo alguna excepción como es el 68% de mujeres como técnico medio de hípica, y el 28% de balonmano. (Fuente MECD. Estadísticas de enseñanzas no universitarias y estadísticas de estudiantes universitarios)

En el sistema educativo hay más mujeres que hombres, sin embargo de forma general ocupan distinta estructura en la jerarquía educativa. Hay mayor presencia de la mujer en personal de administración y servicios, y en profesorado existe mucha concentración de mujeres en las primeras etapas, infantil y primaria, mientras que en secundaria y etapas superiores se equilibra y sobrepasa el porcentaje masculino. Por otro lado, en el consejo escolar, los cargos directivos son ocupados en su mayoría por hombres. (García, Quiñones y Espigares 2013)

Por otro lado, dentro de las actividades escolares, es importante ver cómo los niños participan más en el deporte y las niñas menos, esto se traduce en una especialización masculina de muchos deportes.

Participación en Campeonatos de España según sexo. Datos en porcentajes.

Hombres Mujeres

Escolares 56 44

Universitarios 60 40

Fuente: Ministerio de educación, Cultura y Deporte, Consejo Superior de Deportes. Subdirección general de Promoción deportiva y Deporte Paraolimpico.

En la tabla podemos ver cómo las niñas y las jóvenes universitarias participan menos en los campeonatos de España.

Los medios de comunicación

Otro agente de socialización muy importante son los medios de comunicación de masas, tradicionalmente considerados como agente que trasmite socialización secundaria, pero cada vez más considerado también como agente de socialización primaria ya que los niños pequeños que conviven con los adultos participan de contenidos de los medios.

Los medios de comunicación de masas cada vez tienen más importancia en el proceso de socialización, son considerados por algunos autores como el cuarto

poder, ya que tienen capacidad de fiscalizar y aportar cierta carga positiva o negativa a las informaciones, o lo que es más grave, naturalizar los constructos sociales, es decir, trasmitir de manera generalizada los roles y estereotipos de género fomentando que las nuevas generaciones reciban información de cómo es el deporte femenino y masculino.

En las sociedades modernas de comunicación se han convertido en el centro de la vida política y cultural y componen una imagen de la realidad que presenta dificultad para ser verificada y además los receptores la van integrando como propia, como real (Liceras 2005) y por tanto cambiando o mejor dicho, construyendo su visión del mundo y la forma de concebir e interactuar con su entorno social. El propio lenguaje audiovisual utiliza la cámara a modo de visión del personaje o del telespectador, es decir, lo que se ve en la cámara simula la mirada del sujeto.

Por otra parte, el aumento del tiempo que dedicamos a ver la televisión, y sobre todo los niños, repercute en la importancia de esa representación social que vamos obteniendo a través de los medios; algunos autores simplemente se centran en el concepto de presencia o ausencia de contenidos, dicen que lo que no sale en la televisión deja de existir en nuestra realidad, por ello, la cantidad de deporte femenino o masculino que se expone en televisión engrandece o recrudece las diferencias de género y contribuye a la representación social que tenemos del deporte femenino y masculino.

Aun así y pese al carácter de excepcionalidad del contenido que trasmiten los medios el tiempo dedicado al deporte femenino es casi inexistente

Si los medios tienen importancia y trascendencia en cuanto al papel fundamental que juegan en la socialización a través de aprendizajes informales y refuerzo de estereotipos, la cantidad de retrasmisiones deportivas y el carácter sexuado de las mismas también serán decisivos en la construcción social de género.

En la siguiente tabla podemos ver los porcentajes de hombres y mujeres que ven las retrasmisiones deportivas de futbol

Frecuencia visionado en televisión de partidos de futbol según sexo. Datos en porcentaje.

Hombre Mujer

Ve casi todos o bastantes 59 23

Nunca o casi nunca los ve 15 50

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente: elaboración propia a partir de estudio del Cis 2833

Frecuencia lectura prensa deportiva según sexo. Datos en porcentaje.

Hombre Mujer

Todos los días 22 3

Algún día a la semana/los domingos/ algún día cualquiera

30 8

Nunca o casi nunca los ve 35 81

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente: elaboración propia a partir de estudio del Cis 2833

Tanto los hombres como las mujeres tienen claro que se la televisión dedica mucho

más espacio al deporte masculino, sin embargo, cuando se pregunta de forma más

específica si debería ocupar el mismo tiempo los hombres no están tan de acuerdo

con esta afirmación.

Este porcentaje se puede interpretar como el sentido del valor que tiene el deporte

femenino entre un pequeño grupo de hombres que lo siguen considerando algo

masculino, y por tanto les molestaría que se redujese el tiempo dedicado para el

deporte masculino, quizá para el futbol.

Las retrasmisiones deportivas femeninas y masculinas deberían ocupar el mismo tiempo

Hombre Mujer

Muy de acuerdo/ bastante de acuerdo

72 80

Poco de acuerdo/ nada de acuerdo

19 8

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente. Elaboración propia a partir de los datos del estudio 2833 del Cis.

La publicidad es otro elemento más en el que aparecen, entre otros, los roles de género en cuanto a los juguetes relacionados con el deporte.

En los programas en general y en la publicidad de forma específica, y concretamente la publicidad de juguetes o artículos deportivos para niños y niñas, se trasmite un contenido acorde a los valores y roles establecidos en la cultura dominante en relación al deporte.

A través de técnicas cualitativas la publicidad intenta acertar en los rasgos culturales para apoyarse en las institucionalizaciones o convencionalizaciones establecidas como buenas. Este hecho podemos decir que refuerza el sistema de desigualdad de género en el ámbito deportivo. Un ejemplo de ellos puede ser el futbol, la cantidad que aparece, las características de los anuncios en los que aparecen futbolistas importantes, y los anuncios de juguetes vinculados a este deporte.

La dicotomía sexo-género no sólo otorga unas características sociales a cada uno de los géneros sino que establece una jerarquía en esas funciones (Espinar, E. 2007), en la que, por lo general lo femenino es “menos” es “peor” que lo masculino. El deporte espectáculo es masculino, el deporte mejor pagado es masculino, el deporte de competición es masculino, el deporte en el que participan los hombres es popular…etc.

También es común encontrar representaciones femeninas en el ámbito deportivo, pero muy distintas a las que vemos en los hombres, y completamente aceptadas en los roles establecidos y relacionados con competiciones en las que participan hombres: un ejemplo de ello son las animadoras, o las azafatas en la formula 1 y otros deportes de motor o en la entrega de premios de cualquier etapa en una importante vuelta ciclista como el tour de Francia o la vuelta a España.

Por tanto, el que las chicas no practiquen futbol y por tanto no compitan y no estén presentes en este deporte está vinculado directamente a la inexistencia o baja representación en los medios de comunicación.

La sociedad se refleja en los medios y los medios refuerzan lo ya establecido en la sociedad, las chicas que juegan al futbol se salen de la norma social y se salen del estereotipo que todos tenemos de chica en el ámbito deportivo. Las chicas no juegan al futbol o lo hacen muy poco, porque, aunque les gustara sufren cierta presión desde la familia y el colegio, y del propio sistema deportivo con estructuras donde no tienen cabida las mujeres porque no hay, y además lo interiorizan día a día en cada informativo, en cada periódico, en cada mundial, cada europeo, cada sesión de liga de fin de semana.

El resultado es que muchas mujeres no se sienten atraídas por ciertos deportes porque no se les ha educado ni enseñado para ello (Mosquera 2012)

Hacemos referencia al futbol porque es el deporte más practicado en España. De las licencias federativas de futbol, sólo un 5% son femeninas

Comportamientos habituales entre la población masculina es ver los partidos de futbol, el 59% de los hombres ven todos o bastantes partidos de futbol en televisión, y por supuesto estos partidos de futbol se dan entre equipos masculinos. Este porcentaje es casi tres veces superior al de las mujeres. El 15% de los hombres casi nunca ve futbol en la televisión, en el caso de las mujeres es un 50%.

Los datos son algo inferiores cuando se trata de otras retrasmisiones deportivas.

Si hacemos referencia a la lectura de la prensa deportiva las diferencias son mayores. El 80% de las mujeres no leen nunca o casi nunca los periódicos deportivos. El 52 % de los hombres lo hace diariamente o algún día de la semana frente al 11 % de las mujeres.

Cuando se pregunta por el deseo de que un hijo o hija hubiera practicado deporte profesional, los porcentajes de aceptación son altos, y apenas hay diferencia de respuesta cuando se pregunta por hijos o hijas, 74,6 y 71% respectivamente.

Cultura deportiva femenina.

Las mujeres van incorporándose al deporte creando su identidad cultural deportiva, de tal manera que, por una parte, a través de la socialización van reproduciendo los valores hegemónicos dominantes de otras esferas, y por otra van definiendo unas características distintas a los hombres pero propias de la relación femenina con el deporte, lo que podemos llamar cultura deportiva femenina. (Puig y Soler 2004)

Las niñas y jóvenes en las familias aprenden una cultura y con ella se construyen también unos hábitos deportivos, y se trasmite un hábitus y con él unos estilos de vida (Mosquera 2012)

El habitus es un concepto elaborado por Bordieu, asociado a determinados capitales, económicos y culturales que configuran un modo de ser, un modo de sentir, un modo de relación con determinados aspectos de la vida en los que la persona se siente identificada, asociado a un estilo de vida, a las prácticas de la vida cotidiana al ocio y al consumo. Existen diferencias entre las prácticas cotidianas de los hombres y las mujeres, el habitus, y por tanto el capital cultural implícito en él y los estilos de vida que se generan se transfieren con unas características distintas entre ellos y ellas.

Esto les condiciona en su trayectoria deportiva y por tanto en su cultura deportiva. Además de las comparaciones y diferencias sobre deporte femenino que hemos ido comentando a lo largo de estas líneas ahora queremos descifrar algunas características identitarias de la mujer en el deporte.

Para empezar debemos decir que la mujer simpatiza y practica por tanto unos deportes distintos a los hombres. Los deportes practicados están vinculados al bienestar, al concepto del cuerpo y de la salud, son deportes más estéticos y deportes en centros deportivos o gimnasios.

En la siguiente tabla aparecen los deportes en los que las mujeres representan un porcentaje superior a los hombres.

Porcentaje de mujeres sobre el total de participantes

Porcentaje sobre el total

Bailes de salón 74

Actividades físicas yoga/taichi 71

Actividades físicas con acompañamiento musical 71

Gimnasia en piscina 70

Pilates 69

Patinaje 61

Aerobic 56

Gimnasia en casa 54

Natación 50

Voleivol/ voley playa 47

Esquí 38

Balonmano 37

Senderismo 37

Carreraa pie 35

Fuente. Elaboración propia a partir de los datos del estudio 2833 del Cis.

El sombreado representa un porcentaje igual o superior a la práctica masculina.

Las mujeres se inician más tarde que los hombres en el ámbito deportivo. Como actividad extraescolar lo realizan en un 41%, diez puntos menos que los hombres. Un 70% se inician antes de los 10 años, un 81% antes de los 26, y lo que es importante es que un 17% lo hace después. Las mujeres entran más tarde en el sistema deportivo y aguantan menos años de media, algo menos de 6 antes de abandonar.

Entre las mujeres que han dejado de hacer deporte hay cierta indecisión a la hora de volver a practicar. Este hecho está ligado a la incertidumbre de tiempo disponible, de cargas familiares, de organización social que les permita de nuevo el regreso.

Las mujeres conciben el deporte como un medio para estar en forma y para cuidar el cuerpo, y menos como un medio de entretenimiento o de relacionarse. Realizan deportes individuales y relacionados con centros deportivos. No lo relacionan como un medio de competir y entre los motivos más puntuados por los que se realiza deporte está el primero mantener la línea y el segundo hacer ejercicio físico. Solamente un 9% de las mujeres que realizan deporte tiene licencia federativa y compite en ligas locales o nacionales.

El grupo de mujeres está dividido en dos en torno al interés manifestado por el deporte, casi, un 50% de las mujeres manifiestan no tener interés por el deporte en sus distintas expresiones.

Sólo un 11% de las mujeres dice practicar deporte suficientemente, y el abandono se sitúa en torno a un 30%.

Un dato a destacar es que un 15% de las mujeres les gustaría iniciarse en la práctica deportiva. De las mujeres que hacen deporte, un 19% piensan que no hacen tanto como desearían. Un 22% de las mujeres no practican deporte ni les gustaría hacerlo.

Los hombres manifiestan tener mayor interés por el deporte espectáculo que las mujeres. Un porcentaje más alto de mujeres dicen tener más interés por el deporte en general para todos.

Interés según tipo de deporte y sexo. Datos en porcentaje.

Hombre Mujer

Deporte espectáculo 39 18,2

Deporte federado 17,8 10,4

Deporte para todos 32,8 43,6

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente. Elaboración propia a partir de los datos del estudio 2833 del Cis.

Las mujeres puntúan en mayor medida como deficiente su estado de forma, y un 50% de los hombres dicen estar en excelente o buena forma, 10 puntos por encima de las mujeres.

Por otro lado hay más hombres que son socios en clubs deportivos o gimnasios, algo paradójico, ya que los deportes en los que la mujer representa un porcentaje igual o superior a los hombres se desarrollan en estos entornos.

Socios de clubs deportivos privados o gimnasios según sexo. Los datos están en porcentaje.

Hombre Mujer

Tienen o han tenido 33,4 9

No tienen 65,7 89,9

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente. Elaboración propia a partir de los datos del estudio 2833 del Cis.

El 36% de los encuestados piensan que el deporte está menos extendido entre las mujeres que entre los hombres, pero el dato que parece más llamativo es que casi el 50% piensan que existe igualdad.

Frecuencia asistencia a espectáculos deportivos. Datos en porcentajes.

Hombre Mujer

Frecuentemente/ de vez en cuando/ poco

62 33

Nunca 37 66

Significación estadística de Chi-cuadrado <0,05

Fuente. Elaboración propia a partir de los datos del estudio 2833 del Cis.

Una de las grandes diferencias que se dan entre hombres y mujeres es la asistencia a espectáculos deportivos, ellas sólo asisten en un 33%, también hay que decir, que estos espectáculos están monopolizados por el futbol y por equipos masculinos.

Conclusiones

El funcionalismo, la sociología del orden a través de mecanismos o instituciones, que son los principales agentes de socialización. Socialización primaria se internaliza un primer mundo en el que ya tenemos unos roles de género, y si consideramos que no es un proceso acabado sino que continua el resto de nuestra vida a través de las propias experiencias y otros agentes sociales podemos decir que se va dando forma a esos roles haciéndolos propios en nuestra identidad o personalidad y creando nuestro self de género.

En conclusión el deporte funciona como subsistema social conectado con otros ámbitos, y entre todos reproducen unos estereotipos de género. El hecho de que la mujer tenga menos presencia en el deporte está ligado a la sobrerrepresentación que tienen en el hogar, y a al aprendizaje que recibe desde pequeña en la familia y en la escuela a través de las actividades escolares deportivas, reforzada posteriormente en los medios de comunicación con la no presencia y la dificultad de acceso a la profesionalización del deporte femenino.

Los valores culturales son elementos de presión, que se manifiestan a través de las distintas instituciones, en la diferenciación de las prácticas deportivas entre mujeres y hombres. Uno de los mejores ejemplos es el futbol y las consideraciones sociales que se atribuyen a las mujeres que lo practican.

No existe una única cultura deportiva de género masculino en la que se insertan las mujeres reproduciendo los roles hegemónicos.

La mujer va creando poco a poco su propia cultura deportiva y su identidad dentro de este ámbito pero con ciertas consideraciones:

Los agentes tradicionales de socialización trasmiten diferencias de género:

La familia es un ejemplo tanto por la educación como en sí misma en su estructura.

En la estructura familiar existen grandes diferencias en el tiempo que se invierte dentro de las tareas del hogar, y por consiguiente se resta del tiempo libre. Estas diferencias generan desigualdad en las mujeres.

Las diferencias de realización de deporte se agudizan cuando las familias tienen hijos menores de 14 años. 25% de diferencia entre hombres y mujeres.

El abandono de la práctica deportiva se agudiza en las mujeres cuando tienen hijos menores de 14 años.

Desde pequeñas encauzan a sus hijas e hijos en actividades propias de su sexo.

La escuela es una institución con una estructura feminizada en sus etapas primeras y se va masculinizando cuando van ascendiendo en jerarquía las distintas etapas educativas. Los cargos de representación y responsabilidad están ocupados por hombres. (sea o no por votación en cada colegio)

El ámbito de la enseñanza de la educación física es dominio de los hombres.

A través del currículum oculto los profesores y profesoras trasmiten los rasgos de una cultura con diferencias de género.

Los medios de comunicación de masas refuerzan los valores hegemónicos de rol de género instaurados en la sociedad. La mujer en el deporte en medios es casi inexistente.

El propio sistema deportivo está conectado con el resto de estructuras sociales y lo podemos considerar una institución. Como tal en sus características podemos decir que está polarizado en unos deportes, y esos deportes son masculinos.

De la misma menera que se asignan espacios distintos en otros aspectos de la sociedad, también se asignan espacios distintos en el ámbito deportivo. La mujer realiza en mayor proporción que los hombres deportes para cultivar el cuerpo y estar en forma, realizados en centros deportivos.

Pese a todo ello, el 33% de deportistas de alto nivel son mujeres.

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