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Referencia: QT-L260

INSTITUTO TÉCNICO ESPAÑOL DE LIMPIEZAS CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y ASESORAMIENTO PARA LA LIMPIEZA

C/Cadí, 27- C/Moixeró, s/n – Pol. Ind. Riu d’Or 08272 Sant Fruitós de Bages (Barcelona)

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Título:

Importancia del secado para la eliminación de gérmenes en el

proceso de lavado

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Introducción Los Cuadernos Técnicos son una respuesta. Responden ante todo a una necesidad de todos los que ejercen desde puestos de responsabilidad o de producción, dentro del sector de Limpiezas Textiles. Este sector profesional es poco conocido, mal conocido y a menudo -si hay que decirlo todo, desconocido. Esta ignorancia del gran público, al cual sin embargo le concierne, es sentida profundamente por todos los que de alguna forma nos dedicamos a la Limpieza Textil. Ignorancia no quiere decir falta de información. ITEL (Instituto Técnico Español de Limpiezas) ha iniciado desde hace algunos años un trabajo de relaciones públicas y comunicaciones acentuadas a nivel de todos los medios. Pero para que el germen de la información se desarrolle, se necesita tiempo. Mucho tiempo para que nuestro sector profesional aparezca a los ojos de todos como un sector importante de la vida económica y activa de nuestra sociedad. Información y formación son dos palabras que tienen la misma profunda resonancia. Y la puesta en marcha de la formación continua para la limpieza textil a todos los niveles, ha hecho surgir la necesidad de crear una documentación, base de nuestras actividades. Si la revista REVITEC ha permitido alcanzar una parte de estos objetivos, nos ha parecido necesario reunir en los cuadernos técnicos, documentación general sobre temas concretos que el análisis periódico de la prensa técnica no permite delimitar con tanta precisión. He aquí nuestro propósito. Esperamos que el objetivo se logre incluso si nuestra publicación parece modesta a los ojos de algunos. Hay muchísimos matices en nuestros objetivos: Informar y Formar, Analizar y Divulgar, Informar y Enseñar.

Valentí Casas

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Importancia del secado para la eliminación de gérmenes en el proceso de lavado Los problemas higiénicos del lavado, pueden solucionarse utilizando una limpieza química desinfectante. También se puede emplear la llamada desinfección químico-térmica. Aquí se aprovecha la posibilidad de aumentar la eficacia de ciertos desinfectantes a una temperatura moderada (hasta 50ºC), de forma que es suficiente emplear concentraciones relativamente bajas de dichos desinfectantes. Otro método de aplicación de temperaturas altas para tejidos delicados consiste en un secado a temperatura alta a continuación del proceso de lavado. Este procedimiento es especialmente adecuado para las fibras químicas, que desprenden la humedad relativamente pronto, y que tampoco presentan deterioros a temperaturas relativamente altas. Se puede contar con que, por regla general, existe en el «Tumbler» o en la lavadora una elevada humedad debida a la ropa mojada. La temperatura usual es de hasta 100ºC., pero se mueve generalmente entre 50 y 60ºC. A continuación informaremos sobre ensayos propios, llevados a cabo en una lavadora comercial. Esta máquina corresponde a una lavadora a tambor con centrifugado, que, junto a la posibilidad del lavado, enjuagado y centrifugado automáticos, posee un dispositivo para secar la ropa en el tambor giratorio con ayuda de una calefacción por irradiación. La humedad evaporada de la ropa durante el proceso de secado se condensa en la camisa del tambor con ayuda de un dispositivo de refrigeración del agua y es desaguada junto con el agua de refrigeración gastada. El modelo utilizado por nosotros tiene, en un diámetro de 520 mm., una capacidad del tambor de lavado y secado de aprox. 60 l. El peso de carga, estando la máquina medio llena, fue de unos 2,5 Kg. de ropa seca. Debido a la alta velocidad de centrifugado de esta máquina, de aprox. 835 rev/min., se desagua la misma en un tiempo de centrifugado de 5,5 minutos a

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una humedad residual de aprox. 65%.En un secado total de 2,5 Kg. de ropa seca en 90 minutos se consumen 90 a 95 litros de agua de refrigeración para la condensación de la humedad. Los últimos 15 minutos transcurren sin calefacción y sirven para aprovechar el calor acumulado, y también para que la temperatura baje lo suficiente para poder sacar la ropa bastante fría de la máquina. Junto a la calefacción existente en el fondo del tambor exterior para el calentado del baño hay dispuesto en la zona superior, entre el tambor interior y el exterior, otro registro de calefacción, que, con ayuda de una plancha de radiación, proporciona calor al tambor giratorio y a la ropa a secar. Nuestra máquina estaba equipada con un registrador de temperatura. Un termoelemento de este aparato (Metrawatt-Punktschereiber-Multiscript) estaba situado en un dispositivo aislante relleno de hielo, mientras que el otro termoelemento se colocaba durante el lavado en las proximidades de la rejilla y durante el secado en el interior del tambor, introduciéndolo a través de la abertura de carga. El automatismo de la máquina utilizada comprende un total de 16 programas de lavado, de los cuales aprovechamos únicamente unos pocos para nuestros ensayos. En ensayos previos comprobamos que solamente los programas 6,7 y 8 estaban dentro de los límites de temperatura a los cuales no se puede esperar una destrucción de las bacterias por la temperatura del baño, que para este fin ha de ser superior a 60º C.

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Para examinar la acción ejercida sobre las bacterias durante el lavado y el secado agregamos a la ropa esterilizada retales de algodón de aprox. 1 cm2. Estos retales estaban infectados con bacterias de los cuatro tipos siguientes, especialmente adecuadas para ensayos con ropa. Se utilizaron las bacterias siguientes: 1. Staphylococcus aureus haemolyticus 2. Escherichia coli 3. Proteus vulgaris 4. Pseudomonas aeruginosa Con estas bacterias, y de acuerdo con las indicaciones para el examen de desinfectantes químicos, se inocularon substratos nutritivos líquidos, que seguidamente se incubaron durante 24 horas a 37ºC. Los retales fueron empapados a continuación durante una hora con esta suspensión y secados durante 48 horas en la incubadora. Los portadores de bacterias fueron introducidos antes del proceso de lavado en bolsas de nylon marcadas y agregados a la ropa a lavar. Los retales fueron sacados de la lavadora al final de los procesos de lavado y secado a examinar. Después de enjuagados en agua esterilizada para eliminar los restos de jabón llevamos los portadores de bacterias nuevamente a la incubadora a 37ºC. Después de un tiempo de observación de 48 horas se examinó el crecimiento de las bacterias no destruidas, utilizando para ello los métodos microscópicos y de cultivo usuales. En las primeras series de ensayos se examinaron los programas de lavado 1 a 5. Generalmente pudo comprobarse que la temperatura de 60 a 90ºC. alcanzada en el lavado bastó para destruir todas las bacterias.

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Todos los ensayos se llevaron a cabo con una cantidad pesada de un detergente determinado (40 grs. para el prelavado y 40 grs. para el lavado). La tabla indica que en los programas 6,7 y 8 se utilizan únicamente temperaturas hasta 30ºC.

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Por consiguiente no se pudo esperar una acción adecuada sobre las bacterias. De esta forma se pudo examinar bien la eficacia del posterior proceso de secado. Primeramente comprobamos las temperaturas que se podían alcanzar al cabo de un cierto tiempo de funcionamiento del dispositivo de secado. Se vio que la temperatura había subido al cabo de 10 minutos a 45ºC., al cabo de 30 minutos a 60-65ºC., y que luego volvió a descender lentamente hasta 45ºC. El contenido de humedad de los retales bajó del 90% en 20 minutos al 10% y menos. Los resultados de nuestros ensayos con los programas de lavado 6, 7 y 8 se representan en las Figuras. En la parte superior de la Figura se indican en una curva las temperaturas alcanzadas, mientras que en las columnas inferiores se señala el resultado del examen bacteriológico de los retales ensayados bajo las condiciones mencionadas. En estas Figuras se indica siempre el porcentaje de retales que no pudieron quedar libres de las bacterias agregadas al ensayo, es decir, las bacterias que habían sobrevivido.

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De estas Figuras se ve claramente que la sensibilidad de las bacterias en este ensayo es distinta, pero que al aumentar el tiempo de secado disminuye el número de retales con bacterias supervivientes. Después de un tiempo de secado de más de 60 minutos no quedaron en ningún caso bacterias. En otra serie de ensayos, representada en la Figura siguiente, se examinó la acción del secado sin haber lavado previamente los retales. Aquí fueron necesarios tiempos de secado más prolongados para alcanzar una destrucción. Esto se habrá de atribuir a la acción mecánica y química más intensa y más prolongada del proceso de lavado anterior. Sin embargo, una auténtica destrucción se consigue únicamente cuando se añade la acción de temperatura de secado.

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Resumen Resumiendo se puede decir, por ello, que por medio de un secado, llevado a cabo a continuación del proceso de lavado, se consigue una notable acción sobre las bacterias, si la temperatura es de unos 60ºC. en un tiempo de aproximación de 50 a 60 minutos. De esta forma se puede alcanzar un notable perfeccionamiento en la destrucción de las bacterias por medio del proceso de lavado, cuando la ropa, por consideración a la fibra o al acabado, no puede ser sometida a las temperaturas de 80 a 85º C. necesarias para la destrucción de las bacterias. Por regla general soportan las fibras químicas sin deterioro temperaturas de secado altas, lo que no ocurre con las temperaturas elevadas del baño de lavado.

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