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Boletín Música # 34, 2013 61 Develar los secretos de esa realidad imaginada que el compositor nos ofre- ce desde la música. Desplegar como en una suerte de origamis la multiplicidad de ideas y significados que han de que- dar atrapados en la forma convencional o engañosa de la obra arte. Participar juntos del crecimiento intelectual y hu- mano de aquellos que hacen de la crea- ción musical el espacio natural de su existencia. Contribuir al dialogo artístico y a la visibilidad de esa otra música, «la no popular» como diría el maestro Ha- rold Gramatges, ha sido el propósito de este Premio que por quinta vez convoca la Casa. Cuarenta y dos obras llegadas bajo seudónimo desde Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, México, Perú, Venezuela y Cuba, compartieron el desafío de optar por un premio único e indivisible desde los más diversos for- matos instrumentales, estilos y recursos de la creación contemporánea. En esta ocasión la convocatoria exigió la respon- sabilidad del compositor ante la puesta, por lo que el registro de audio en su pro- puesta final fue una novedad en el con- curso y un reto que cada artista tuvo que superar desde los límites y posibilidades de sus respectivos entornos. Por eso cada obra concursante constituyó en sí mis- ma una meta lograda. Actuaron como jurado cinco compositores de reconocida autoridad en el arte latinoamericano y caribeño: Alfredo Rugeles (Venezuela), Carlos A. Vázquez (Puer- to Rico), Rodrigo Sigal (México), Guido López-Gavilán (Cuba), José Loyola (Cuba). Amigos y colaboradores fieles de la Casa de las Américas, tuvieron el compromiso de decidir sobre las obras en concurso y de conducir las jornadas del Taller Lati- noamericano de Composición e Interpretación, que se ha hecho acción habitual del Premio. Otra vez, la muestra de arte ocupó la atención del público más amplio en los espacios vespertinos Del compositor y su obra y en los conciertos que se reserva- ron para esa semana. El 12 de abril a las siete de la noche en la Sala Guevara, poco antes del concierto final el jurado del 2013, se dio a conocer su dictamen que integró una nueva obra a la Colección Premio de Composición Casa de las Américas. Casa y los creadores latinoamericanos y caribeños seguiremos apostando por develar el talento. Tiempo para ComPoner

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Boletín Música # 34, 2013 61

Develar los secretos de esa realidad imaginada que el compositor nos ofre-ce desde la música. Desplegar como en una suerte de origamis la multiplicidad de ideas y significados que han de que-dar atrapados en la forma convencional o engañosa de la obra arte. Participar juntos del crecimiento intelectual y hu-mano de aquellos que hacen de la crea-ción musical el espacio natural de su existencia. Contribuir al dialogo artístico y a la visibilidad de esa otra música, «la no popular» como diría el maestro Ha-rold Gramatges, ha sido el propósito de este Premio que por quinta vez convoca la Casa.

Cuarenta y dos obras llegadas bajo seudónimo desde Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, México, Perú, Venezuela y Cuba, compartieron el desafío de optar por un premio único e indivisible desde los más diversos for-matos instrumentales, estilos y recursos de la creación contemporánea. En esta ocasión la convocatoria exigió la respon-sabilidad del compositor ante la puesta, por lo que el registro de audio en su pro-puesta final fue una novedad en el con-curso y un reto que cada artista tuvo que superar desde los límites y posibilidades de sus respectivos entornos. Por eso cada obra concursante constituyó en sí mis-ma una meta lograda.

Actuaron como jurado cinco compositores de reconocida autoridad en el arte latinoamericano y caribeño: Alfredo Rugeles (Venezuela), Carlos A. Vázquez (Puer-to Rico), Rodrigo Sigal (México), Guido López-Gavilán (Cuba), José Loyola (Cuba). Amigos y colaboradores fieles de la Casa de las Américas, tuvieron el compromiso de decidir sobre las obras en concurso y de conducir las jornadas del Taller Lati-noamericano de Composición e Interpretación, que se ha hecho acción habitual del Premio.

Otra vez, la muestra de arte ocupó la atención del público más amplio en los espacios vespertinos Del compositor y su obra y en los conciertos que se reserva-ron para esa semana.

El 12 de abril a las siete de la noche en la Sala Guevara, poco antes del concierto final el jurado del 2013, se dio a conocer su dictamen que integró una nueva obra a la Colección Premio de Composición Casa de las Américas. Casa y los creadores latinoamericanos y caribeños seguiremos apostando por develar el talento.

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JURADOS

Alfredo Rugeles (Venezuela, 1949)Compositor y director de orquesta. Realizó sus estudios musicales en la Escuela Juan Manuel Olivares de Caracas. Obtuvo diplomas en Canto y Dirección Coral de sus profesores Fedora Ale-mán y Alberto Grau, respectivamente. Estudió Composición con Yannis Ioannidis hasta 1976, año en que viaja a Alemania con una bolsa de trabajo del CONAC, para continuar estudios en el Instituto Robert Schumann de Düsseldorf, donde obtiene los diplomas de Composición y Dirección Orquestal —en 1979 y 1981— como alumno de Günther Becker y Wol-fgang Trommer, respectivamente.

Asistió a los Cursos Latinoamericanos de Música Contemporánea como alum-no y como docente. Fue Becario del Taller de Composición durante los Cursos de Nueva Música en Darmstadt. Participa en Cursos Internacionales de Dirección de Orquesta dictados por Sergiu Celibidache, Michel Tabachnik y Franco Ferrara. En 1979 obtuvo el Premio Nacional de Composición por su obra Somosnueve y en 1985 el Premio Municipal de Música por su obra Tanguitis.

Su catálogo incluye obras de cámara, sinfónicas, corales y electroacústicas. Su música ha sido interpretada en toda América Latina, así como en los Estados Uni-dos, Canadá, España, Portugal, Austria, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Bélgi-ca, Grecia, Rumania y Hong Kong. Es Miembro de Número fundador del Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte.

Como Director, su repertorio abarca tanto la música sinfónica universal como la ópera, habiendo dirigido numerosos estrenos de obras de autores venezolanos y primeras audiciones del repertorio contemporáneo internacional. Alfredo Rugeles ha actuado frente a la Orquesta del Instituto Robert Schumann de Düsseldorf, la Orquesta Siegerland de Hilchenbach, la Orquesta de Cámara Neerlandesa, la Orquesta Sinfónica del Estado-Kiev, grupos de Cámara de Música Contemporánea en Düsseldorf, Colonia y Darmstadt, la Sinfónica Nacional de México, la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Orquesta de Cá-mara Mayo de Argentina y la Orquesta Sinfónica de El Salvador. Fue Director Aso-ciado (1982-84) y Director Artístico (1984-87) de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas y desde 1987 hasta 1990 Director Musical del Teatro Teresa Carreño. Desde 1989 es el Director Musical del Ensemble Nova Musica, especializado en difundir la música contemporánea.

Director del Circuito Sinfónico Latinoamericano Simón Bolívar; Director Artísti-co de los Festivales Latinoamericanos de Música de Caracas; Director Musical Aso-ciado de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Director de la Fundación Orquesta de Cámara de Venezuela, Director Musical de la Fundación Pro Arte Musical y Miembro del Comité Ejecutivo de la Sociedad Internacional de Música Contem-poránea, ISCM.

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Ha dictado clases magistrales en la Universidad de Yale y en la Juilliard School of Music, el Instituto de Nueva Música de la Escuela Estatal de Altos Estudios de Música de la ciudad de Freiburg, Alemania (Institut für Neue Musik der Staatlichen Hochschule für Musik Freiburg), así como en las ciudades de São Paulo y Santos, Brasil.

En el año 2000 graba su primer fonograma con motivo del setenta aniversario de la Orquesta Sinfónica Venezuela, con Edith Peña y Arnaldo Pizzolante como solistas. Durante los años 2002 y 2003 grabó siete discos compactos con la misma orquesta que incluyen la serie Mi Querida Venezuela, Música Latinoamericana y Serenata Sinfónica en Navidad con la Serenata Guayanesa. En el 2006 fue publi-cado por la Universidad de Puerto Rico el disco Conciertos festivos con obras de Carlos Vázquez, Ernesto Cordero, Diana Arismendi y El ocaso del héroe, de su pro-pia creación, al frente de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. En el 2007, la edi-torial Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar publica un CD monográfico de la obra de Rugeles en varios formatos titulado Mutaciones a través del tiempo…

Actualmente tiene a su cargo una tutoría en Composición Contemporánea y una Cátedra de Técnicas de Dirección Orquestal en el Instituto Universitario de Estudios Musicales (IUDEM).

Carlos A. Vázquez (Puerto Rico, 1952)Compositor y pedagogo. Realizó estudios de composición en las Universidades de Puerto Rico, Pittsburgh —en donde realizó la Maes-tría— y Nueva York, y más tarde obtuvo el doctorado en la Sorbona, presentando una tesis sobre la canción de arte contemporá-nea en Puerto Rico. Tomó cursos de informá-tica musical en la Universidad de Stamford auspiciado por la Fundación Rockefeller. Ha

estudiado composición con los maestros Rafael Aponte-Ledée, Frank MacCarty y Bruce Saylor.

Es Catedrático en el Departamento de Música de la Universidad de Puerto Rico donde también se ha desempeñado desde 1978 como Director del Laboratorio de Música Electrónica. Desde 1972 sus obras se han estrenado e interpretado tanto en Puerto Rico como en diferentes países de América y Europa. Como composi-tor, maestro y conferencista, ha sido invitado a una gran diversidad de festivales, cursos y eventos de carácter internacional. Fue Artista invitado del Kean College, de Nueva Jersey en marzo de 1993 e invitado por el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea para componer una obra en el Laboratorio de Informática y Electrónica Musical (1999) con el co-auspicio de la Sociedad General de Autores y Editores de España y la Universidad de Puerto Rico. Ha recibido comisiones de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, el Consejo Interamericano de Música (OEA), el Coro de la Universidad de Puerto Rico y el Festival Casals entre otros. Su música ha sido grabada en los sellos Leonardo Música Journal, Albany Records, Foro de Compositores del Caribe y Computer Musica Journal.

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Fue miembro fundador y primer Presidente de la Asociación Nacional de Composi-tores de su país. Originador y Director Ejecutivo del Foro de Compositores del Caribe. Es Miembro de Número fundador del Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte.

José Loyola Fernández (Cuba, 1941)Compositor, musicólogo e intérprete. Gra-duado en la especialidad de flauta por la Escuela Nacional de Arte de La Habana en 1967, con los profesores Juan Pablo Ondina y Emigdio Mayo. En ese mismo centro cursó Composición con el profesor norteamericano Federico Smith. En 1967 viajó a Polonia para estudiar Composición, bajo la orientación de Grazyna Bacewicz, Andrzej Dobrowolski y

Witold Rudzinski, obteniendo el título de Master of Art en Composición en el año 1973. De 1981 a1985 realizó el Doctorado en la Academia de Música Fryderyk Chopin de Varsovia y obtuvo el grado científico de Doctor en Ciencias Humanísti-cas en la especialidad de Teoría de la Música.

Ha realizado una extensa carrera como flautista en agrupaciones de música po-pular, bandas de concierto, música de cámara y sinfónica. En Polonia fue integrante del Trío de Jazz del pianista Fryderyk Babinski, con el que participó en los festivales polacos, Festival Internacional Jazz Jamboree, de Varsovia y en el Jazz del Oder, de la ciudad de Wroclaw, así como también en el Festival Komeda, de Varsovia.

Como compositor ha participado en varios eventos y festivales internacionales, en los cuales se han ejecutado sus obras entre otros, Festival Internacional de Música, Moscú, 1984; Festival Internacional de Música, Leningrado, 1988. Festival Internacional de Música, Rosario, Argentina, 1995 y el Festival American Compo-ser, New York, 2001.

Su catálogo de obras abarca la ópera, música sinfónica, banda de concierto, de cámara, coral, música para el cine y el teatro, entre las que se cuentan Monzón y el Rey de Koré, ópera en tres actos para orquesta sinfónica, coro y cantantes solistas, epopeya bambara, de Mali, traducida al español por Rogelio Martínez Furé, con libreto del propio compositor; Poética del Guerrillero, dedicada a Ernesto Che Gue-vara para coro y orquesta sinfónica, sobre el poema Oda al Che, del mexicano Car-los Pellicer; y Sinfonietta para orquesta de cámara. Sus obras sinfónicas, de cámara y piano han sido ejecutadas en varios países, entre otros: Polonia, Unión Soviética, Bulgaria, Hungría, Checoslovaquia, México, Argentina y los Estados Unidos.

Como teórico, ha participado en numerosos coloquios internacionales y sim-posios e impartido clases magistrales de interpretación y composición contem-poránea en Argentina, Bulgaria, Colombia, México, Nigeria, Puerto Rico, República Dominicana, Unión Soviética, Venezuela y Cuba.

Cuenta con una larga trayectoria docente como profesor de composición, or-questación, armonía, contrapunto, historia de la música y acústica musical, en la Universidad de las Artes de La Habana, en cuyo centro es Profesor Titular desde

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1976 y continúa su trabajo docente impartiendo imparte clases de Composición y Orquestación.

Actualmente es flautista y director del trío de música de cámara Música Viva, con el cual mantiene una vida musical muy activa, habiendo realizado giras internacionales, Gran Caimán, 2001, y conciertos en el Conservatorio Ghedini, de Torino-Piemonte, Italia, 2001; Conservatorio de Florencia, Italia, 2004. Paralelamente, mantiene una intensa vida artística en la música popular como líder de la orquesta Charanga de Oro. Es presidente y fundador del Festival Internacional Boleros de Oro y del Festival Internacional Danzón Habana, que tienen lugar en La Habana, y fundador del Festival Internacional de Música Contemporánea de La Habana.

Guido López-Gavilán (Cuba, 1944) Compositor y director. Graduado de Direc-ción Coral en el Conservatorio Amadeo Rol-dán, de La Habana, en 1966 y de Dirección de Orquesta en el Conservatorio Chaikovsky, de Moscú, en 1973. Ha desarrollado una exito-sa carrera como director tanto en el ámbito nacional como en el internacional, dirigiendo en la Sala de la Filarmónica de Varsovia (Po-lonia), en la Gran Sala de la Academia Franz Liszt (Budapest, Hungría) y en el Teatro Lisinsky (Zagreb, Yugoslavia), así como en ciudades de Rusia, Alemania, Bulgaria y Rumania. Todas las orquestas sinfónicas de Cuba y varias agrupaciones en México, Colombia y Ecuador, son testigos de su trabajo.

López-Gavilán ha participado en numerosos eventos internacionales, tales como el III Encuentro Interamericano de Composición de Indiana, Estados Unidos; Festival Iberoamericano de Música Contemporánea, en España; Festival Franco Donatoni, en México; y el VIII Foro de Compositores del Caribe, en Venezuela. Es Jefe de la Cátedra de Dirección del Instituto Superior de Arte de La Habana.

Sus obras han sido premiadas en los concursos de composición más impor-tantes de Cuba. Desde hace varios años es presidente del Festival de La Habana, prestigioso evento internacional dedicado a la música contemporánea al que se convoca anualmente. Es miembro de número del Colegio de Compositores Lati-noamericanos de Música de Arte, desde su fundación.

De su catálogo se destacan Victoria de Esperanza, para orquesta sinfónica, coro, solistas, actores, danza y cine; Guaguancó para orquesta, Variantes, coral y leyen-da, para saxofón y orquesta, De cámara traigo un son, para orquesta de cuerdas; Caribe nostrum, para orquesta, y ¡Qué saxy!, para cuarteto de saxofones; además de Cuadros de otra exposición, para orquesta. Entre su más reciente discografía se cuentan los fonogramas De Cuba, música eterna (Egrem, 2010) y Caribe Nostrum (La Ceiba, 2013).

Fue miembro fundador y primer presidente de la Asociación Nacional de com-positores de su país, así como gestor y Director ejecutivo del Foro de Composi-

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tores del Caribe. Es miembro de número fundador del Colegio de Compositores latinoamericanos de Música de Arte. Entre sus obras se destacan: Casa llena, para orquesta; Sinfonía de la nacionalidad, para soprano y orquesta; Brisa del Caribe, suite sinfónica, y Caballo de palo, para soprano, percusión y cinta.

Rodrigo Sigal (México, 1971)Compositor. Realizó un Doctorado en Com-posición Musical con Medios Electroacústicos en la City University de Londres, Inglaterra, y una licenciatura en Composición Musical en el Centro de Investigación y Estudios de la Música (CIEM) de la Ciudad de México. Por varios años formó parte del taller de com-posición del Prof. Mario Lavista, además de haber estudiado con Denis Smalley, Javier Álvarez, Franco Donatoni, Judith Weir, Michael Jarrel, Alejandro Velasco y Juan Trigos, entre otros. Terminó un post-doctorado en la Escuela Nacional de Música en México y desde el año 2006 se desempeña como director del Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (www.cmmas.org). Tiene una especialización en Gestión Cultural (BID/UAM) y realiza actividades artísticas y académicas de mane-ra permanente en México y el extranjero

Desde 1991 ha trabajado como compositor, ingeniero de sonido y grabación en las ciudades de México, Londres y Santiago de Chile, creando obras de cámara, electroacústicas, para danza, cine y otros medios. De 1994 a 1998 coordinó el Laboratorio de Música por Computadora del Centro de Investigación y Estudios Musicales (CIEM). Desde el año 2004 es miembro del consejo de la Red de Arte Sonoro Latinoamericano (www.redasla.org).

Ha recibido apoyos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), del CIEM, del Banff Centre for the Arts en Canadá, de la ORS, de la Sidney Perry Foundation en Inglaterra, del Estudio LIEM, del Ministerio de Cultura de Espa-ña, y del Estudio Agon en Italia. En 1999 su obra Cycles obtuvo el primer pre-mio en el Concurso Internacional de Composición Luigi Russolo de Italia. Sus obras Tolerance y Twilight obtuvieron mención honorífica en 2000 y 2001 respectivamente en el mismo concurso, y la segunda fue finalista en el Concurso Bourges 2002. Su obra Friction of Things in Other Places obtuvo el tercer lugar en el Premio JTTP 2003 de la CeC (Canadá) y la SAN (Inglaterra). Desde 2012 pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte. Sus obras son interpretadas regularmente en diferentes países y están disponibles en más de trece discos compactos. Sus discos Manifiesto, Space within y Bblind Cciego han recibido excelentes críticas y se han programado en estaciones de radio de México y del extranjero.

Desde hace varios años, desarrolla los proyectos de laptop y multimedia «Oreja Digital» y «Lumínico» junto con el flautista Alejandro Escuer, presentándolos en diferentes foros de México y del extranjero.

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COMPOSITORES INVITADOS

Keyla Orozco (Cuba, 1969)Compositora. Laureada de varios premios internacionales como las becas Guggenheim y Cintas, reside y trabaja en Holanda como compositora y profesora independiente. En 1988 obtiene su diploma de profesora de piano en la Escuela Nacional de Arte de La Habana. En 1993 finaliza su licenciatura en composición con el maestro Harold Gramat-

ges en el Instituto Superior de Arte (La Habana), donde luego enseña contrapunto. Entre 1995-1998 cursa estudios de post-grado con Theo Loevendie en los conser-vatorios de La Halla y Amsterdam. En este último funge como profesora asistente en la clase de composición de dicho profesor por tres años. Ha recibido numerosos encargos de prestigiosas agrupaciones musicales holandesas como Nieuw Ensem-ble, Asko Ensemble, Nederlands Kamerkoor, Nederlands Fluitorkest, entre otros. Algunos de sus trabajos están publicados por la editorial Donemus de Amsterdam y otros han sido grabados en CD por destacados intérpretes internacionales.

Manuel Ceide (España-Puerto Rico, 1964)Compositor y director. Realizó estudios mu-sicales en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, el Berklee College of Music de Boston, el Conservatorio de Rotterdam y la Hogeschool voor de Kunsten Utrecht (HKU) en Holanda, donde estudió composición con Henk Alkema y Peter-Jan Wagemans.

Su estrategia artística ha estado carac-terizada por la interacción entre sus labores como compositor, director y educador. Ello

ha tenido como consecuencia la creación de proyectos que han funcionado como verdaderos motores de producción en diversas áreas relacionadas con la Músi-ca Contemporánea, destacando su labor al frente de Composers of New England Collective en Boston, el Nieuw Muziek Group en Utrecht, Holanda o más recien-temente la creación y dirección artística de Alea 21, grupo de Música Contempo-ránea en residencia del Conservatorio de Música de Puerto Rico.

Como compositor, su música ha sido interpretada por diversas agrupaciones a nivel internacional, así como en distintos festivales especializados. En Puerto Rico, destacan sus frecuentes colaboraciones con el Festival Interamericano de música y con la Fiesta Iberoamericana de las Artes, donde obras suyas tales como Radicalia, Milton no Existe, La gris melancolía de Ulrike Meinhoff o Fiero y Tierno, han sido una buena muestra de su estética dentro de la música de cámara.

Ha sido docente en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, presentán-dose además como profesor visitante en el Instituto Butarque de Madrid, Berklee College of Music y los recintos de Río Piedras y Bayamón de la Universidad de

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Puerto Rico. Ha sido también frecuente colaborador con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico en la redacción de programas y como conferencista. Desde el año 2000 desempeña su labor docente como parte del departamento de Composición del Conservatorio de Música de Puerto Rico, departamento en el cual ha ejercido labores de dirección, teniendo también bajo su cargo los laboratorios de música experimental.

Dentro de su actividad en Puerto Rico destaca de manera muy especial su tra-bajo al frente de Alea 21, grupo que se ha convertido en pieza clave de cara al desarrollo de la música contemporánea en el país. Bajo su dirección se han llevado a cabo numerosos estrenos de obras de compositores jóvenes, además de traer a la luz tendencias alternativas dentro del panorama internacional.

Responsable de varios estrenos al frente de sus proyectos: Folk Songs de Lu-ciano Berio; Okaganon de Giacinto Scelsi; Bolívar de Francis Schwartz. Reciente-mente dirigió el estreno en Puerto Rico de El Cimarrón de Hans Werner Henze en su versión en español al frente de Alea 21. En la actualidad, trabaja en el desarrollo del proyecto «Gente que grita...» cuyo objetivo es crear un canal de comunicación entre compositores e investigadores cubanos y puertorriqueños dentro de pro-yectos temáticos creados a partir de estéticas de vanguardia. Así, en los próximos meses, dentro del primer ciclo de este proyecto, con el título de Ecos, Huellas y Memorias, las obras Camino a la ciudad de Maureen Reyes y Móviles de Harold Gramatges, junto con su propia obra Gente que Grita recibirán su estreno en Puer-to Rico a cargo de Alea 21 bajo su dirección.

Marius Díaz (Colombia, 1985)Compositor, director y editor. Especializado en Armonía y Contrapunto; y Licenciado en Música de la especialidad Composición del Instituto Superior de Artes de Cuba (ISA) con Titulo de Oro, bajo la tutoría de los maestros Alfredo Diez Nieto y Tulio Peramo. Inició su formación profesional en la Orquesta Sinfó-nica Juvenil de Colombia, la Academia Supe-rior de Artes de Bogotá (ASAB) y la Escuela

Nacional de Artes de Cuba (ENA) en Asignaturas Teóricas. Estuvo a cargo de la dirección editorial de los Cuadernos de Teoría 1-5, Lecciones Básicas del Solfeo, Lectura de las Claves Musicales y Entrenamientos para Solfear de la maestra Elvi-ra Fuentes y los libros de Contrapunto y Armonía y Formas Musicales del maestro Alfredo Diez Nieto, de quien es además biógrafo y editor.

Su catálogo abarca diferentes formatos camerales y su música ha sido inter-pretada por artistas de prestigio en diferentes escenarios de Colombia, México y Cuba. En el 2008 obtuvo el Primer Premio de Composición en la categoría B, con el quinteto para instrumentos de viento Popol Vuh y una Mención en la categoría E con la pieza electroacústica Ap. 17 La madre de las rameras, del concurso interna-cional Musicalia celebrado en la Habana, Cuba. Ha participado en la composición y dirección musical de tesis, largometrajes y cortometrajes de la Escuela de Cine San Antonio de los Baños y Telesur. En septiembre de 2009 crea la Fundación COLarte

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café, la cual preside y con la que está desarrollando la edición integral de la obra del maestro Alfredo Diez Nieto y organizando eventos de promoción e intercambio cultural entre Colombia, México y Cuba.

En el verano de 2011 participa en taller de composición impartido por los maes-tros norteamericanos James Aikman y Marc Satterwhite durante la 33 Edición del Festival de Música de Cámara de San Miguel de Allende, México; donde trabaja paralelamente como asistente de la directora cubana Greta Rodríguez. Posterior-mente, durante el XIV Festival de Ópera al Parque en Bogotá, Colombia; participó en los talleres: Hablar la ópera, impartido por doctor Víctor Manuel Rodríguez (Colombia); Cómo llegar a la ópera, impartido por el periodista cultural José Daniel Ramírez (Colombia); Seminario de crítica de la ópera, impartido por el periodista y crítico musical Javier Pérez Senz (España). En noviembre de 2011 es convocado por la entidad mexicana Alianzas Educativas AC, para estructurar y dirigir el Sistema Estatal de Orquestas y Ensembles Alianzas Educativas AC en Guanajuato; basado en las experiencias músico-pedagógicas del Sistema de Orquestas Sinfónicas de Venezuela y Batuta de Colombia; proyecto que se encuentra en discusión y ges-tión. En abril de 2012 ingresa como miembro de número al Círculo Colombiano de Música Contemporánea CCMC.

Actualmente se encuentra realizando una Maestría en Procesos Culturales Cu-banos en el Instituto Superior de Artes de Cuba (ISA), durante su primer semestre de estudios obtuvo en el mes de diciembre de 2012 un Premio Especial por la obra El reino de este mundo para cuarteto de cuerdas basada en la novela homónima de Alejo Carpentier, en el concurso de composición Harold Gramatges realizado por la Unión Nacional de Artistas y Escritores de Cuba (UNEAC), concurso hasta antes de su participación exclusivo para cubanos; y en el mes de enero de 2013 un Premio Relevante por la obra Tres Héroes para quinteto de flautas en el concurso realizado por el Departamento de Estudios Cubanos del (ISA) en conmemoración al 160 aniversario de natalicio del Poeta Nacional de Cuba José Martí.

Martín Queraltó (Argentina, 1974)Compositor. Comienza sus estudios de piano a la edad de 19 años, y posteriormente ingre-sa en el conservatorio Nacional Carlos López Buchardo, donde se graduó de piano, compo-sición y dirección orquestal.

En 2003 el Coro Polifónico Nacional, bajo la dirección del maestro Néstor Zadoff, estre-na su primera pieza, Agnus Dei para coro a

capella, que fue reestrenada por el Coro Nacional de Jóvenes dos años más tar-de. En 2004 gana el primer premio del concurso 80 Aniversario del Conservatorio Nacional.

Ha realizado numerosos cursos como compositor y director, en Argentina y el exterior. Entre ellos cabe destacar, Spyer (Alemania), con el gran director coral Georg Grun, Acanthes 2007 y 2008, con Marco Stroppa, Yan Maresz, Salvatore Sciarrino, Bruno Nieder y otros. En 2012 es seleccionado para el curso en el IRCAM en donde trabaja con Philippe Manoury, Luca Francesconi y con ensambles como

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el cuarteto Arditti, El ensamble Intercontemporaneo y la orquesta Radio Sinfónica de Francia.

En 2010 es becado por el gobierno Español para realizar un curso en el CDMC, situado en Madrid.

Como Director ha estrenado numerosas composiciones de autores argentinos y fue invitado, en 2011, a dirigir la Sinfónica Nacional de Guatemala con la que interpretó, entre otras obras, la Cuarta Sinfonía de Robert Scumann.

Desde 2009 es el Director general y programador del ciclo de Música contem-poránea del Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires.

Su catálogo cuenta con más de cuarenta obras para ensamble, coro, orquesta y dos operas. La más reciente, El Cuerpo Deshabitado, se estrenó en el ciclo de Óperas de la Secretaría de Cultura de la Nación.

PALABRAS PRONUNCIADAS POR CARLOS VAZQUEZ EN EL ACTO INAUGURAL DEL PREMIO DE COMPOSICIONUna vez más la Dirección de Música de Casa de las Américas convoca a un con-curso de composición para creadores latinoamericanos y, una vez más, muchos de estos responden sometiendo una gran diversidad de obras. Esta acción por parte de María Elena Vinueza y su valioso equipo de trabajo, aporta de manera signifi-cativa a que la composición latinoamericana se enaltezca, dándole un sitial de alto reconocimiento.

Los compositores de esta gran región, de todos sus rincones, y aún aquellos que habitan en otras latitudes, miran hacia Casa de las Américas como aquel lugar que los respeta, los reconoce y los valora. En este sentido, hacen falta más de estas instituciones en cada uno de nuestros países que digan con dignidad que hay una creación musical contemporánea, nacional y regional que amerita ser difundida por todos lados.

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Nos toca a este jurado —constituido por los maestros Guido López Gavilán, José Loyola, Rodrigo Sigal, Alfredo Rugeles y este servidor— evaluar cuarenta y dos obras con la mayor objetividad, buscando y premiando la excelencia. Nos com-prometemos a llevar a cabo un examen riguroso de cada obra en la búsqueda de aquella que muestre un perfil de maestría y calidad estética.

Este certamen, unido al Tercer Taller Latinoamericano de Composición y la serie Del compositor y su obra hacen que La Habana tenga una semana donde reine la composición actual. Muchas gracias a todos los organizadores y participantes por hacerle este hermoso regalo a la música en general.

Con estas palabras a nombre del jurado y de los organizadores doy por comen-zado el Premio Casa de las Américas del 2013. Dado en La Habana, Cuba, hoy 8 de abril de 2013

ACTA DEL JURADO

El jurado de la quinta edición del Premio de Composición Casa de las Américas, integrado por Carlos A. Vázquez (Puerto Rico), Rodrigo Sigal (México), Alfredo Rugeles (Venezuela), José Loyola (Cuba) y Guido Ló-pez-Gavilán (Cuba), reunido en La Habana del 8 al 12 de abril de 2013, tuvo a su cargo la valoración de cuarenta y dos obras presentadas bajo seudónimo y procedentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Guatemala, México, Perú, y Venezuela. Tras el análisis de las obras en concurso, el jurado acordó:

PRIMERO: Por su excelente calidad profesional y presentación, por el empleo eficaz de una instrumentación que incluye flauta, clarinete, per-cusión, hatun charango, piano, violín y violonchelo, en una propuesta de gran coherencia que posee un sonido y timbre muy originales, otor-gar por unanimidad el Premio de Composición Casa de las Américas 2013 a la obra Chavín, presentada bajo el seudónimo «Iskonawa», que corresponde al compositor Federico O. Tarazona Francia, de Perú.

SEGUNDO: Otorgar, por unanimidad, Mención a la obra Ascendiendo al abismo, para flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano presentada bajo el seudónimo «Vicente Martínez Parra», que corresponde al com-positor Álvaro Pacheco Bascuñán, de Chile.

Dado en La Habana a los 12 días del mes de abril de 2013

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SUENA EL HATUN CHARANGO. CONVERSACION CON FEDERICO TARAZONAMarianela González

Desde el pasado 12 de abril, cuando en la Sala Che Guevara de la Casa de las Amé-ricas se anunció el ganador del Premio de Composición 2013, el nombre de Fede-rico Tarazona ha suscitado el interés de quienes han seguido el certamen en cada una de sus cinco ediciones. ¿Quién es el autor Chavín, obra que el jurado eligió de entre otras cuarenta y uno, justamente por su «excelente calidad profesional y presentación»? ¿Quién se había presentado bajo el seudónimo de «Iskonawa», y tan eficazmente hacía converger en una pieza las sonoridades de la flauta, el clarinete, la percusión, el hatun charango, el piano, el violín y el violonchelo?

Desde la voz del premiado recibimos un testimonio de primera mano. Sobre Chavín, el peruano confiesa que la concepción estética provino de su

imaginación y reflexión sobre la arquitectura del Templo de Chavín de Huantar, monumento arquitectónico que se sitúa en la región Ancash, al norte del Perú, y que fue construido aproximadamente en el siglo 1500 a.C. «El proceso creativo de la obra —dice— parte de imágenes y percepciones creadas a partir de mi experien-cia en el lugar. Las estructuras sonoras que conforman las partes y el total de la obra musical son el resultado de mi percepción sobre el ambiente interior, sobre acontecimientos humanos (en mi imaginación), y, principalmente, sobre las carac-terísticas acústicas del templo. Con las estructuras sonoras creadas intento hacer una descripción o representación del fenómeno acústico producido al interior de este gran monumento».

Chavín es una obra escrita para ensamble de ocho instrumentistas; flauta, clari-nete, percusión 1 (crótalos tibetanos, claves, maracas, cajas chinas, redoblante, bom-bo de orquesta), percusión 2 (platillo suspendido, gong, vibráfono), hatun charango, piano, violín y violoncello. Según su autor, no incluye precisamente el charango tradicional peruano, sino una variante de su propia creación y que se llama hatun charango (el gran charango), instrumento que «posee más ordenes de cuerdas que un charango convencional y cuyas posibilidades técnicas y sonoras son superiores».

Lo que hasta hoy desconocía el público no especializado es que la obra de Tara-zona destaca justamente por la integración de elementos andinos o de la cultura peruana en general. Y que la integración de estos elementos, en su caso, «no se manifiesta como una evocación romántica o lirismo musical andino. Quiero decir: no me sirvo de la música peruana para estructurar mi obra ni uso elementos del folclor musical para diseñar un discurso sonoro, sino que me valgo de instrumen-tos musicales e imágenes de mi cultura, principalmente andinos. Lo primero me proporciona el material sonoro que necesito, y lo segundo me inspira, me da ideas con las cuales creo la forma musical».

Además de luthier y guitarrista, Federico Tarazona es uno de los más grandes virtuosos del charango andino y está considerado también como uno de los más destacados compositores peruanos contemporáneos. Realizó estudios de guitarra clásica y composición en el Conservatorio Nacional de Música de Lima, desempe-ñándose paralelamente durante cuatro años como profesor de la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas.

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Ahí comenzó a elaborar los primeros bosquejos de «La Escuela Moderna del Charango», al tiempo que iba madurando su vocación por la creación musical. Obtuvo el Premio Nacional de Composición del CNM de Lima en 1995 y el premio Southern Perú al talento musical en 1997. Realizó estudios de Composición en el Conservatorio de San Petersburgo; de Composición y Guitarra clásica en el Ins-tituto Superior de Música de Friburgo, Alemania; de Composición electroacústica en el Conservatorio de Burdeos; y una Maestría en Composición Instrumental en la Facultad de Música de la Universidad Laval en Québec.

La utilización del charango en el ensamble instrumental de la música occidental es algo que este compositor ha venido haciendo desde hace mucho tiempo. Su primera experiencia en este campo la tuvo en su país, cuando aún estudiaba en el Conservatorio Nacional de Música. En 1998 «estrené mi primer concierto para charango con la Orquesta Sinfónica del Conservatorio —cuenta. Este concierto lo compuse fuera del marco de mis estudios superiores y la presencia en aquel entonces del maestro René Peñaloza, un gran músico peruano que estudió en Cuba, hizo que esta obra se hiciera realidad. Una gran parte de mis obras incluye charango porque es el instrumento que más domino y al cual me he consagrado. Como decía anteriormente, el uso del charango u otros instrumentos andinos en mi obra es reflejo puro, a veces involuntario; simplemente cojo el instrumento, improviso y escribo».

Con todo este arsenal y universo creador, Tarazona llegó al Premio de Compo-sición Casa, «animado por el prestigio que tiene este concurso en América latina y, en segundo lugar, por la institución que lo organiza». Y pensó, incluso, que sería una gran oportunidad «para poner a juicio lo que vengo produciendo desde hace mucho tiempo en el campo de la creación». Como compositor, Tarazona ha escrito obras para diversos instrumentos; conciertos, música de cámara, electroacústica y orquesta. En 2005, 2008 y 2009 mereció reconocimientos honoríficos de la Uni-versidad Nacional de Educación La Cantuta, de la ciudad de Huaraz en Perú y de la Universidad Ricardo Palma, respectivamente, por sus aportes en la difusión del arte contemporáneo y tradicional peruanos. En 2008, fue reconocido por el Viceministro de Educación, y en 2011, obtuvo también el primer premio del concurso de obras para guitarra organizado por la prestigiosa editorial canadiense Productions d’Oz.

Como intérprete, es conocido por su audaz colorido, abierta expresividad y ex-traordinaria técnica, que pone al servicio de las diferentes exigencias estilísticas de su repertorio. Conocedor a profundidad de los diversos estilos y técnicas tradi-cionales del charango peruano, ha trasladado con gran éxito a este instrumento la técnica de la guitarra clásica, lo cual le ha permitido ejecutar con maestría las más exigentes obras del repertorio clásico latinoamericano y europeo, con magníficas adaptaciones de obras originales para vihuela, laúd, guitarra y violín.

El autor de Chavín es también fundador de una nueva escuela del charango andino que, sin duda, forma parte del patrimonio musical latinoamericano. Junto al colombiano Fabián Harbeith Roa Dueñez, el peruano Nilo Velarde Chong y el venezolano Diego Rafael Silva, integra ahora el registro de compositores premia-dos por la Casa de las Américas en un certamen que, con su más reciente edición, permite augurar un luminoso sexto encuentro para abril de 2015.

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TALLER LATINOAMERICANO DE COMPOSICIÓN Ailer Pérez, Karina Rumayor y Gisell Pupo

Del 9 al 12 de abril sesionó el III Taller Latinoamericano de Composición e Interpreta-ción convocado por la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Casa de las Américas. Compositores, intérpretes y musicólogos de la región se reunieron en La Habana con la finalidad de ahondar y discurrir sobre las técnicas y estrategias más actuales de la creación musical. Este taller fue un laboratorio, una plaza ventajosa para el intercambio de experiencias y el trabajo colectivo desde la creación, un fértil terreno para la experimentación y el crecimien-to profesional y artístico.

La primera sesión del III Taller Latinoamericano de Composición e Interpretación funcionó como el espacio propicio para meditar y reflexionar en torno a conflictos, preocupaciones y posibles soluciones para el compositor, específicamente en la realidad latinoamericana. De ahí que se concibieran las sesiones a partir de in-tervenciones centrales a cargo fundamentalmente de los compositores asistentes como jurados de la quinta edición del Premio de Composición Casa de las Améri-cas e invitados a intercambiar sus propuestas creativas con todos los interesados.

Así, se ofrecieron a los presentes las intervenciones de Carlos A. Vázquez y Keyla Orozco. El primero propuso el tema «Circunstancias, coyunturas y necesidades; herramientas para la composición de obras auténticas y genuinas». Inicialmente agradeció y felicitó la presencia entre la audiencia no solo de compositores o estudiantes de composición, sino también de intérpretes y musicólogos, puesto que considera vital la integración de todas estas áreas para lograr la viabilidad de proyectos musicales, de proyectos de composición. A modo de relato de ex-periencias, el maestro ilustró cómo aun existen serias dificultades en la gestión de la música contemporánea, específicamente en su país, Puerto Rico, y comenta algunas circunstancias específicas y condicionantes de creación de obras suyas, desde su Réquiem (dedicado a las víctimas de la violencia doméstica), hasta la ópera La mina de oro, aun en producción. Con esto muestra como existe una «cri-sis de mentalidad en las instituciones que se supone promueven la composición». Sin embargo recomienda que a pesar de que la circunstancia pueda desmotivar y que componer sea un ejercicio intelectual muy fuerte, hay que saber revertir la situación y disfrutarlo.

Otros consejos y estrategias para componer que propuso fueron estudiar y co-nocer muy bien los medios con los que se trabaja, el género utilizado: «[…] un com-positor tiene que ser un conocedor de todo, sobre todo de la historia de la música […] más allá de la academia, el folclore, las diferentes culturas […]».

Por su parte la compositora cubana Keyla Orozco definió tres preguntas para su intervención: «¿A qué llamamos música contemporánea? ¿Existe total libertad de creación en el ámbito de la música académica? ¿Por qué y para qué escribimos música?» Con ello pretendió incitar al debate, al pensamiento, que considera tan importante para el creador. Comenzando por qué se entiende por música contem-poránea, de vanguardia, nueva o académica. Partió de cuestionar una definición muy generalizadora que homogeniza el concepto de música contemporánea a partir de evidentes prejuicios en relación a sus sonoridades (difíciles de escuchar y

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reconocer), y consideró que lo contemporáneo se puede definir como lo que está pasando ahora, pero eso son muchas cosas, entonces, no se puede definir como un único estilo.

La discusión suscitada puso otro tema en la mesa: la inserción de los reperto-rios contemporáneos en los diferentes niveles de la enseñanza musical, lo cual generalmente no se articula. Así como las posibilidades que ofrece al compositor latinoamericano salir de su medio para estudiar en otro país y abrir sus horizontes respecto a la cultura musical y su perspectiva como creador.

La segunda jornada abrió sus puertas con a conferencia ofrecida por Liliana González y Darsi Fernández. Bajo el título «La gestión de la música académica en Cuba, una fotografía a principios del tercer milenio», se asomó a las estrate-gias institucionales que implementa la política cultural cubana para la promoción y difusión de la música de nuestros compositores en estos tiempos. González y Fernández peinaron minuciosamente la variedad de instituciones nacionales que apoyan la creación musical académica, cubriendo los espacios de gestión, produc-ción, promoción, circulación y consumo de las músicas en análisis.

Por su parte, el compositor Manuel Ceide expuso a los talleristas sus ideas y teorías sobre las texturas como una de las técnicas de composición contemporá-neas que utiliza en su obra. En este sentido aclara que la cuestión de la notación en el caso de las texturas es polémica. Afirma que el nivel de comunicación que tiene los intérpretes con las texturas complejas depende de la notación. Además aclara que la escritura musical de las texturas cambia si existen fines editoriales de la partitura.

La tercera jornada de taller se acercó a las problemáticas de la interpretación en la música contemporánea. «Interpretaciones sobre el Cimarrón» fue la rúbrica que agrupó las intervenciones de Marius Díaz y Manuel Ceide. El primero mostró su ballet El retorno del cimarrón, el cual se inserta en una línea de trabajo que desarrolla actualmente con música dramática basada en obras de la literatura la-tinoamericana. Desde el inicio abundó sobre la motivación de Barnet y los valores que se encuentran en la obra Cimarrón. Su análisis de la novela parte de la con-cepción del arte como lenguaje secundario, una aproximación desde la semiótica del signo que toma como referente a Iuri Lotman. Así, asume a Esteban Montejo como símbolo de rebeldía cultural y ética, pues a través de su larga vida fue es-clavo, cimarrón, mambí, se incorporó a la sociedad durante la Pseudo República y era miembro del Partido Socialista Popular al momento de ser entrevistado por Miguel Barnet. Profundizó en la relación de la novela con el contexto cubano de principios de la Revolución y el boom de la literatura latinoamericana, resaltando el valor simbólico, sociocultural y literario de la misma.

Por su parte Manuel Ceide, acercó a los presentes a una pieza peculiar dentro de la estética de Hans Werner Henze (1926-2012), compositor alemán que se tras-lada a Italia siendo joven. Henze visitó Cuba en 1969 para el estreno de su sexta sinfonía, la cual fue dirigida por Manuel Duchesne Cuzán. La razón de fondo de esa visita era ponerse en contacto con el proceso revolucionario cubano. Durante su estancia, de más de diez meses, tuvo conversaciones con Miguel Barnet, Leo Brouwer, Carlos Fariñas y Carlos Malcom. Parte de esos meses los dedicó a la composición de la ópera El cimarrón, original para guitarrista y flautista —donde

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ambos funcionan como percusionistas— y un cantante actor (barítono). La obra cuenta con dos actos, el primero autobiográfico y el segundo dedicado a las reac-ciones del cimarrón ante los que sucede a su alrededor. Se pasa de la historia de un individuo esclavizado en el siglo XIX a una alegoría del momento presente.

La adaptación al español de Jorge Berroa se utilizará en la puesta de la obra que próximamente se realizará en Puerto Rico bajo la dirección del propio Ceide, quien ilustró la manera en que se efectúa el montaje con la colaboración de un grupo de participantes en el taller. Ellos experimentaron con «La batalla de mal tiempo», luego de lo cual Ceide explicó: «una vez que la música está controlada se pasa al trabajo en el aspecto teatral».

Antes de cerrar el espacio dedicado a las interpretaciones sobre el Cimarrón, Guido López Gavilán reflexionó sobre la coincidencia de la representación en Cuba y Puerto Rico (en un lapso relativamente corto) de una obra cuya interpretación no es muy frecuente. A partir de entonces describió el proceso de ensayos y puesta en escena de la versión de Henze en Cuba, en la cual participó.

Entrando al tema de su conferencia programada, dedicada a la interpretación de Custodias de la luz, de Diego Silva Silva, Premio de Composición Casa de las Américas en 2004, recordó que uno de los estímulos de este premio es la publica-ción de la partitura y la grabación de la obra. Sobre el trabajo en la pieza para dos flautas, percusión y orquesta de cuerdas con vistas a su estreno en la siguiente edición (la cual le tocó dirigir) dijo que parecía difícil en principio. Pero el modo en que se fueron relacionando con la música, sumado al intercambio con su au-tor, ayudaron a hacer una buena defensa de Custodias de la luz. Para concluir se escuchó la grabación.

Al final de cada una de estas sesiones de trabajo se procedió a la escucha y valoración de obras de jóvenes compositores, en esta ocasión de México y Cuba, los cuales tuvieron el privilegio de escuchar criterios, recomendaciones, propues-tas y relatos de todos los maestros invitados al taller. Los consejos que recibieron estuvieron encaminados al logro de una mayor elaboración estética en piezas de carácter virtuoso y a la utilización de diversos recursos que contribuyan al análisis de la originalidad a través del empleo de la cita en el siglo XXI.

Como colofón de tan intensa semana de trabajo, se reservó la conferencia ofrecida por el compositor mexicano Rodrigo Sigal «Estrategias de composición en música electroacústica. Nuevas tecnologías y programas de creación. Su pro-blemática», tema polémico tanto para compositores como para los musicólogos, intérpretes y públicos. En el encuentro Sigal describió las características, posibili-dades tecnológicas y oportunidades que brinda el Centro Mexicano de la Música y las Artes Sonoras (CMMAS). En esta institución se promueve, no sólo la creación sino la investigación, algo que nos recuerda a la labor del Grupo Recherches Mu-sicales. A este centro le interesa toda la música que se relaciona con la tecnología, pero además intenta incluir a todas aquellas maneras originales de tratar el sonido y de crear un lenguaje con él, ya sea por medio de las tecnologías informáticas o no. En una segunda parte de la intervención el compositor mexicano se detiene a definir qué es la música electroacústica y aclara que para él no debería delimitarse por sus herramientas sino por su lenguaje. Para todos es sabido que esa discusión ha sido un debate de ya más de medio siglo y aún estamos lejos de un acuerdo, de una convención sobre el asunto. Otro elemento sustancial de la conferencia fue

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el tema de la calidad de audio que se debe tener en cuenta para la música elec-troacústica. Insiste en el actual interés de hacer cada vez más portátil un producto sonoro o visual, lo que nos conduce contrariamente al goce total del valor estético de la obra.

El taller continuó con la presentación del libro Música académica contempo-ránea cubana. Catálogo de difusión (1961-1990) de Ailer Pérez Gómez. En este momento la autora expresa que el impulso del estudio realizado era el desconoci-miento de la difusión de la música contemporánea cubana. Ignorancia que con el tiempo y el transcurso de la investigación demostró no ser tan cierta. El libro ex-pone en sus páginas todo un minucioso levantamiento de los espacios de difusión de la música académica contemporánea desde los inicios de la Revolución hasta los años noventa. Aclara Pérez que no es tanto el desconocimiento como la dispersión de la abundante información que existía sobre el tema. Por ello toma en cuenta la labor realizada para la difusión de la música contemporánea cubana a todos los festivales, concursos, notas de prensa, notas de programas de conciertos, eventos, discos, programas de radio y televisión. De estas acciones varias de ellas se han mantenido desde su fundación hasta la actualidad, tal es el caso del Festival de Música Contemporánea, o la emisora CMBF, etc. También destaca que la historia que devela este catálogo no es solamente la de los compositores, sino la de los intérpretes, los teatros, los medios de difusión, entre otros. Como final, fueron presentados los números 32 y 33 de la revista Boletín Música y se lanzó la convo-catoria para un próximo taller en 2015, que continúa apostando por la creación e interpretación de la música contemporánea de nuestro continente.

Sesión de trabajo en la Casa

Sesiones de trabajo del taller en la SalaVillena de la Uneac Ailer Pérez en la presentación de su libro

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Manuel Ceide dirige el ejercicio de interpretación El cimarrón de Henze

Sesiones de trabajo del taller

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MUESTRA DE ARTEAiler Pérez, Karina Rumayor y Gisell Pupo

Las jornadas sonoras ofrecieron un recorrido por las más diversas estéticas de la composición contemporánea latinoamericana. El mismo se inició con el concierto inaugural el día 8 de abril en los acordes de emblemáticas obra para guitarra del continente. El programa inició con Tres danzas latinoamericanas interpretadas por el joven guitarrista Joe Ott. Estas fueron: Danza característica (1957), de Leo Brouwer; Danza paraguaya (1927), de Agustín Barrios Mangoré; y Seis por dere-cho (1967), de Antonio Lauro. La selección de piezas permitió apreciar distintas formas de vincular el acervo de los pueblos (cubano, paraguayo y venezolano res-pectivamente) con técnicas de composición académica. Un lenguaje más contem-poráneo se utilizó en Tanguitis (1998), de Alfredo Rugeles, obra en la cual Ott se hizo acompañar por la violinista Maybel Peña Delgado.

También se escuchó música de Harold Gramatges, específicamente Fantasía, de 1973, defendida por Rosa Matos en la guitarra. En la pieza predomina un carácter serio, a lo cual contribuye la utilización del registro grave fundamentalmente, en un aire pausado. De gran peso en el impacto de la obra resultan los contrastes de tempo, factura y carácter, así como la diversidad de timbres requeridos por el autor y logrados por la guitarrista.

En Brain in pulse (2012), obra electroacústica de Rodrigo Sigal, se añaden di-ferentes efectos a un pedal que transita por registros extremos. En ocasiones la superposición de pedales llaga a conformar grandes clusters. A esto se suma el trabajo con la factura (que por momentos se clarifica y en otros se hace más densa) y el uso de los matices, elementos que aportan significativamente a la dramaturgia de la obra.

Por su parte la joven compositora Maureen Reyes presentó Oshosi, de 2011, para electrónica con sintetizador en vivo, percusión y bailarina. Al igual que la mú-sica, la bailarina Yunaikys Zulueta mezcló los códigos de la liturgia africana ances-tral con recursos expresivos contemporáneos. Los tambores batá fueron tocados por el percusionista Frank Fuentes, y el sintetizador lo asumió la propia composi-tora, quien utilizó como base el tema Oshosi, interpretado por Diana Fuentes en la trilogía discográfica Ancestros, del grupo Síntesis.

Para el cierre del concierto se reservó La vuelta al mundo en 80 flautas, compuesta por Carlos Vázquez en 2004. Floraimed Fernández interpretó la flauta en do, el piccolo y la flauta en sol, junto a sonido electrónico y proyecciones realizadas por el composi-tor que refuerzan el llamado a la paz durante un recorrido sonoro por el Oriente.

Al finalizar la tarde del miércoles se reserva el espacio de concierto a los más jóvenes compositores cubanos laureados con la beca de creación musical Con-mutaciones de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), que potencia y difunde la obra de la novel generación de intérpretes y compositores, y en la cual han resultado laureados, por tres años consecutivos, compositores formados por el Instituto Su-perior de Arte con proyectos visiblemente experimentales y contemporáneos.

Uno de los méritos del concierto como puesta en escena fue el de lograr arti-cular en un discurso coherente las propuestas y personalidades diferentes de los compositores, que a pesar de pertenecer a una misma generación, poseen visiones y referentes diversos.

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Ernesto Oliva, primero en ser escuchado tuvo la oportunidad de ofrecer él mis-mo como intérprete, su suite para piano Sinco…pa’ Changüiza (2008-2010), ciclo que desde el propio título se devela como un juego de referentes que van desde los elementos rítmicos, armónicos o estructurales de géneros de la música popular cubana, hasta el acervo lingüístico de su región natal. Destaca en la construcción de la obra, no solo la presencia de reconocibles elementos cubanos a través del empleo de recursos compositivos e interpretativos de la música popular cubana, sino también en un trasfondo que refleja la tradición de danzas para piano, tan arraigada entre los compositores académicos de la Isla, práctica que implica ya en sí misma la asimilación de rasgos propios de los diferentes estilos populares y folclóricos. Justamente esta obra le propició recibir la Beca de Creación Conmuta-ciones en el año 2012.

También de Ernesto Oliva fue presentada la obra Sin nombre (siempre) (2013), la creación más reciente de las escuchadas en esta tarde-noche, y como tal asumi-mos se encuentra aún en construcción. La representación, en la que el espectador tiene el reto y la potestad de decidir el protagonismo entre el performance de los intérpretes-músicos y el de los intérpretes-bailarines (uno de ellos el compositor) —más allá de la relación entre el argumento que es revelado anteriormente y lo que sucede en escena—, plantea el conflicto de hacer coherentes, aunque pugnan-tes, estos dos estatus expresivos. El lenguaje musical supera las expectativas de simple acompañante o descriptor de la historia contada por los cuerpos en escena, esto en buena medida producido por los matices observados entre los intérpretes: Alejandro Martínez en el violoncello solista, el cuarteto Aché.lo y el pianista Yan-ner Rascón, además de la bailarina Katherin Boizán y el propio Ernesto Oliva con coreografía de Diana Cano.

Por su parte Wilma Alba Cal, ganadora de la Beca en su edición de 2011 lo-gró mostrar en este concierto dos facetas bien diversas de su creación. La pieza Hej! (para electroacústica y violoncello), según la información recibida con an-terioridad «pretende de reflejar la incomunicación entre los seres humanos en la sociedad», y la realización visual que la acompaña —a cargo de Claudia Ruiz—trata de expresar ese principio con imágenes sugerentes de múltiples caminos interpretativos, propuestos a la audiencia, a pesar de algunas dificultades técnicas asociadas a la sincronización entre el sonido y la imagen, lo cual quizás puede haber afectado en parte la comprensión de la obra en su dimensión audiovisual. La vertiente coral, muy fuerte en esta compositora y validada con lauros anterio-res en el Concurso Nacional de Composición Alejandro García Caturla, no se hizo esperar, y como cierre del concierto se mostró su Retrato de Bola (2012). La obra, para coro femenino, creada especialmente para la celebración del décimo aniver-sario del Ensemble Vocal Luna, formación que también en esta ocasión asumió la obra en el final de este concierto, bajo la dirección de Wilmia Verrier Quiñones. A modo de citas y elaboraciones temáticas la autora utiliza como materia prima una selección de canciones del repertorio abordado por Ignacio Villa, «Bola de Nieve». El excelente manejo del medio sonoro abordado se combina con un cuidadoso estudio de los referentes populares y los rasgos interpretativos característicos del propio Bola, asumidos de forma coherente por el coro que ya se apropia de esta pieza como parte de su repertorio habitual.

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También Luna asumió las piezas para coro femenino presentadas en esta ocasión por Luis Ernesto Peña, ganador de la Beca en el año 2008. En toda la muestra ofreci-da se observó la clara apropiación de este joven de la tradición occidental de música vocal, así como la propia tradición de música coral cubana, expresadas aquí de di-ferentes maneras, no solo en el manejo de recursos polifónicos para la construcción de atmósferas específicas, sino en la búsqueda y resultados de las relaciones música-texto, imprescindibles en este tipo de repertorio. De ello dio fe Me besaba mucho (2006), con texto de Amado Nervo, una de las obras que integran el ciclo Tres cancio-nes y una lágrima, compuestas especialmente para el Ensemble Vocal Luna, además de Cuatro canciones para coro femenino («Introito», «Rey», «El precio de un señor», «Nacimiento»), de 2012, micro piezas compuestas a partir de frases de Luis Enrique Duarte, donde de forma sutil se refleja la utilidad de los recursos contrapuntísticos como reflejo de la asimilación y apropiación de una tradición vocal.

En El llanto de la rosa de Oyá (2002), la primera pieza de su catálogo para coro femenino, llama la atención justamente la renuncia a emplear elementos eviden-tes de la tradición músico-folclórica a la que podrían asociarse las características de esta deidad del panteón yoruba con una peculiar significación específicamente en Cuba. Con lo cual trastoca las posibles expectativas de una potencial audiencia, que tampoco esperaría el uso de referentes propios del ámbito rumbero cubano (a manera quizás de evocación de clásicos del repertorio de maestros como Guido López-Gavilán o Roberto Valera), en un evidente estilo de «nana», inspirado en «…escenas de la infancia del autor y entonaciones y sonidos onomatopéyicos que son utilizados para dormir a los niños…».

Justamente esta obra, compuesta por encargo de la Cantoría Solfa y su direc-tora Mailán Ávila —quienes también asumieron la interpretación esta vez— obtuvo premio de composición en el Concurso de Canto Coral Florilèje de Tours, Francia 2012. Lo cual reafirma los valores y potencialidades del compositor más allá del ámbito local.

Este concierto fue muestra de las nuevas fuerzas que toma el trabajo de la Aso-ciación Hermanos Saíz en la promoción y reconocimiento de la música académica contemporánea, especialmente de la composición e interpretación protagonizadas por jóvenes. Sin dudas, este es un importante estímulo para estos protagonistas en el presente, además del buen augurio de un próspero futuro

El viernes 12 de abril, a las siete de la noche, tras efectuar la ceremonia de pre-miación, el pianista Aldo López Gavilán junto a la Orquesta de Cámara de La Haba-na (OCH), bajo la dirección de Daiana García, fueron los encargados de clausurar con broche de oro las jornadas del Premio. Integrada por una selección de jóvenes que pertenecieron a la cátedra del Maestro Evelio Tieles y que recién se gradúan de la Universidad de las Artes (ISA), la OCH fue la encargada de interpretar todas la piezas del concierto: Adivinanzas I y II (2012), de Alejandro Saúl Martínez, ade-más de Epílogo (2001), Danza del dragón (2012), Paisaje con Luna Roja (2004) y Viernes de Ciudad (1996), de Aldo López-Gavilán, quien desde el piano se sumó a la Orquesta en la interpretación de sus obras. El concierto puso fin al Premio de Composición Casa de las Américas 2013, señalando el camino hacia nuevas ediciones de un certamen que constituye hoy un estímulo para los compositores cubanos y latinoamericanos.

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Este recorrido incluyó las tardes Del compositor y su obra, que tradicionalmente propician el intercambio y la reflexión entre el artista y el público en torno a la creación, la interpretación y la relevancia social de la obra musical. Este espacio ha acompañado al certamen desde su primera edición y pone en primer plano la figu-ra del compositor y su visión, como resaltara en sus palabras iniciales la directora de Música de la Casa, María Elena Vinueza.

El compositor y director de orquesta venezolano Alfredo Rugeles inauguró el espacio poniendo a consideración sus obras El ocaso del héroe (1982), para recita-dor, coro mixto y orquesta de cámara, con poesía de Manuel Felipe Rugeles —rea-lizada por encargo del décimo tercer aniversario de la Universidad Simón Bolívar y el bicentenario del nacimiento de El Libertador—; Sal-cita (2003-2004), que formó parte de un proyecto didáctico que buscaba las tradiciones y géneros populares, y Todo lo que es mi vida está en tu vida (2009), encargada por Ensamble «La Folía», de España, con versos de su padre y dedicada a su esposa, la también compositora Diana Arismendi.

Por su parte, el compositor y director puertorriqueño Manuel Ceide confesó que siempre ha buscado coherencia en sus trabajos, los cuales toma siempre como puntos de partida para los siguientes. Tras afirmar que intenta ser fiel al espíritu del texto, aun cuando privilegie el juego con la palabra y la complicidad con el autor, presentó su obra Fiero y tierno, con texto de Ángela María Dávila, para voz femenina, flauta, clarinete, violoncelo y otros instrumentos.

A continuación, el compositor, musicólogo e intérprete cubano José Loyola, también jurado del Premio, aseveró que el enfoque de su música se basa en la im-bricación de sonoridades cubanas. Hizo un poco de historia sobre sus experiencias con orquestas sinfónicas y sus estudios en Polonia, y luego regaló a los oyentes dos piezas suyas: Música viva II, especie de poema sinfónico, estudio sobre el carnaval cubano, y Canción del soy todo II, interpretada por Meta Dúo, Kientzy y Portuondo, con poema de Eloy Machado.

La sesión, llena de buena música, cerró con broche de oro tras la presentación que hiciera el pianista, gestor, colaborador de la Casa, Ulises Hernández, de una de las más recientes producciones del sello Colibrí: Capricho cubano, del maes-tro Alfredo Diez Nieto, quien mereció el premio de Composición del más reciente Cubadisco

La segunda tarde Del compositor… fue dedicada a la creación de los más jóve-nes. Así, tres compositores de reconocida trayectoria expusieron este miércoles los orígenes de sus procesos creativos.

Al joven compositor colombiano Marius Díaz le han inspirado sus lecturas. De Biografía de un cimarrón, la novela testimonio del cubano Miguel Barnet, le nació una pieza para ballet; de obras de Rafael Pombo, el poeta nacional de su país, diez piezas para distintos formatos de cámara. Y así, Los pasos perdidos y El reino de este mundo, de Carpentier; Tres héroes, de José Martí; el Popol Vuh… no le han sido placeres independientes del proceso de escritura musical. Así, fueron inter-pretadas en vivo Pombonianas, obras basadas en los cuentos del poeta nacional de Colombia Rafael Pombo por la pianista Karla Martínez y proyectados fragmen-tos de Los tres héroes, para quinteto de metales, basada en el texto homónimo de José Martí. En este marco Díaz presentó la Fundación ColArte café, con la que

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desarrolla la edición integral de la obra del maestro Diez Nieto y organiza eventos de promoción e intercambio cultural entre Colombia, México y Cuba.

A continuación, Keyla Orozco discursó sobre cómo sus influencias musicales no pueden desligarse de las sonoridades tradicionales del Caribe, y la mixtura que se produce entre esas asociaciones y sus referentes clásicos, produce un sello que la ha distinguido con varios premios internacionales. En la media hora que ocupó de la charla, Keyla sorprendió primero con Maní electrónico, inspirada en El Manisero, de Moisés Simmons; y remató luego con una composición para veintiséis músicos y bailarín de tap holandeses, Con los zapatos. Sonoridades del siglo XIX cubano, de sutil ascendencia afro, la devolvieron luego en sus Piezas de bolsillo: cortísimas composiciones para piano y viola, con las que terminó de ganarse al público.

La última intervención de la tarde correspondió al joven argentino Martín Que-raltó. Desde que empezó a escribir música, «seriamente», con unos veinticinco años, de su genio han nacido unas cuarenta obras para ensamble, coro, orquesta y dos óperas. De vuelta también a esos momentos en que la creación se origina, Queraltó se arriesgó en presentar al público de la Casa su primera obra: Agnus Dei para coro a capella. Asegura que se trata de una especie de obra aislada en el con-texto de su producción; pero quienes la escucharon y pudieron apreciar también otras de sus más recientes piezas, comprendieron el salto.

Carlos Alberto Vázquez, Rodrigo Sigal y Guido López-Gavilán, jurados del Pre-mio de Composición, protagonizaron la última jornada de muestras de la presente edición.

El puertorriqueño Carlos A. Vázquez mostró en video algunos fragmentos de su obra Requiem Domesticus, estrenada el 21 de marzo de 2009 en la inauguración del Gran Órgano del Teatro de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Pie-dras. Compuesta para soprano, mezzo-soprano, tenor, bajo, coro misto, coro de niños y orquesta, está dedicada a las víctimas de la violencia doméstica y contiene texto de Elidio la Torrey la liturgia latina.

El mexicano Rodrigo Sigal, está muy vinculado a las nuevas tecnologías y ha procurado buscar herramientas tecnológicas para trabajar con la música de cámara, especialmente desde que se integrara al Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras. Mostró varios fragmentos de sus obras las cuales siguen formatos distintos en busca siempre de una mejor interactividad entre la música y la tecnología. Presentó entre otras, Mudra, con tres instrumentistas y posibilidades técnicas hasta para ocho canales; Sonic farfalla, para flauta, la cual desde 2004 se ha ido desarrollando gracias a las interfaces de control y que forma parte de una serie de seis o siete piezas; y Lumínico, un show en el cual él mismo intervino.

El cubano Guido López-Gavilán regaló a los presentes su obra Variantes, co-ral, leyenda, en versión para el Trío Concertante, clarinete, violín y piano. Esta pieza con tres movimientos bien delimitados, aunque se sucedan corridamente, forma parte de un trabajo de Producciones La Ceiba, de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Tras las presentaciones de los últimos tres compositores invitados a este espa-cio que ya se ha hecho habitual dentro del Premio de Composición, Carmen Souto Anido, especialista de Música de la Casa, presentó Espacios, dos movimientos para

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orquesta sinfónica, de Nilo Velarde, Premio de Composición Casa de las Américas 2007. Este libro, parte de la Colección Premio de Composición Casa de las Améri-cas, incluye partituras, las palabras de presentación de Germán Cáceres, jurado de aquella edición, y el disco con la obra de Velarde, grabado en vivo en la sala Roldán del Teatro Auditórium Amadeo Roldán, el 26 de abril de 2009, durante el concierto homenaje al aniversario cincuenta de la Casa de las Américas. Aquel concierto, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional y bajo la dirección del maestro Guido López-Gavilán, cerró las accione de la tercera edición del Premio de Composición.

López-Gavilán culminó la presentación del libro, asegurando que uno de los mayores estímulos del premio era el compromiso de la Casa para grabar, imprimir y circular estas obras en el universo musical.

En suma, una veintena de obras para instrumento solista, corales, realizaciones electroacústicas y de pequeño formato constituyeron la muestra de arte de esta edición, emergiendo tanto desde las salas de concierto como desde espacios de complicidad creativa que solo es posible cuando la música sucede…

Concierto de inauguracion

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Ulises Hernández y Alfredo Diez Nieto

durante la presentación

de Serenata Cu-bana

Karla Martínez, Sesión Del Compositor y su Obra Alfredo Diez Nieto

Concierto Conmutaciones

Concierto de clausura

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CURARSEMuestra sonora para oyentes itinerantes

Gisell Pupo Cardoso

Conversábamos Martín Queraltó, Maday Licor y yo en la tarde de ayer sobre cómo en la actualidad ya los artistas y compositores no pretendían inventar algo nuevo sino recrear, combinar, fusionar… En fin, más que la idea «romántica» de crear algo total-mente novedoso acontece un acto alquimista en cada intento de creación artística. Sin embargo esto no significa la existencia de una crisis en la creatividad, más si un desarrollo de otro ámbito y otros protagonistas no valorados lo suficiente por las concepciones del arte moderno. De este modo descubríamos a la figura del curador y la curaduría.

Todos hemos participado en conciertos dónde las obras presentadas no poseen un gran valor artístico, pero nos llevamos a casa una infinidad de reflexiones evo-cadas por el evento o simplemente una sensación de placer. Es entonces cuando el acto de organizar y ubicar en un determinado espacio una obra de arte especí-fica y crear una dramaturgia entre varias de su categoría, hace que el espectador ausculte inconscientemente otro discurso creativo que no es el de las obras en sí. Curaduría es como se llama a ese otro discurso creativo, curar es la acción de componer en el espacio-tiempo una relación entre obras de arte y el curador es el gestor de ese intervalo en el cual se insertan las obras. Es como componer con sonidos, como trazar líneas e imágenes en un lienzo, lo que en este caso no serían sólo sonidos o imágenes, sino obras completas.

El proceder del ready-made que valida Duchamp al colocar en una galería un urinario bajo el nombre artístico de Fuente se podría interpretar como un acto curatorial. En este caso el artista plástico selecciona un objeto producido indus-trialmente y lo coloca en un espacio, inhabitual para el objeto pero perpetuador de la marca o concepto «arte». Aquí está el ejemplo clásico, o la obra maestra de la curaduría: un objeto acabado que encierra una utilidad, sentido, límites formales, etc.; un espacio que también significa utilidades y funcionamientos, un nombre para la acción y por último una interrelación entre elementos diversos que elabo-ran un discurso, en este caso artístico.

Todas esas reflexiones daban vuelta en mi cabeza durante la charla con los dos compositores sin advertir que en el concierto de las seis de la tarde iba a corrobo-rar varias de estas ideas.

Sonorizar y curar la muestraOcho áreas de la acogedora Casa de las Américas, ocho obras de música elec-troacústica latinoamericana vibrando simultáneamente, un público de creadores, musicólogos e intérpretes, una ruta mapeada y un nombre: Electrónica para las Américas. Estos son los elementos relacionados en la propuesta curatorial que nos presentó en la tarde del 11 de abril en el marco del Premio de Composición Casa de las Américas, el Laboratorio Nacional de Música Electroacústica de Cuba.

Los ocho espacios contaban con un reproductor de audio, ya sea grabadora o computadora, que emitían la obra que le correspondía a cada salón en forma de

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3Planta Baja

Segundo Piso

SemáforoLuis H. Arévalo (México): Agni (2008)

Frente al elevador Aurelio Silva (Chile): Signos (2008-

Galería latinoamericanaEntrepisoJorge Antunes (Brasil): Para nascer aquí (1971)

PatioMuestra Nacional Electrónica

Sala contemporáneaLuis Jure (Uruguay):

Eyeless um Gaza (1992)

Sala GalichRicardo de Armas y Nicolás Testoni (Argentina): A siete kilómetros de acá (2009)

LobbyJosé Loyola (Cuba): Canción del soy todo II (1999)

Espejo frente al bañoAbel Roland (Brasil): Porto das águas (2007)

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bucle. En la puesta de las piezas el espectador escuchaba diferentes diseños espa-ciales según la arquitectura de las habitaciones. Estas locaciones, también hay que señalar, estaban algunas totalmente vacías, otras con exposiciones de cuadros y en otras se colaba el sonido de las obras cercanas, etc. Todos estos aspectos refe-rentes a las características de los locales influenciaron en los procesos perceptivos de los participantes.

Las obras musicales, en su gran mayoría presentaban tiempos relativamente lentos y creaban atmósferas que ambientaban las locaciones. Ambientes mexica-nos, argentinos, cubanos, brasileños, chilenos y uruguayos que geográficamente ubicados eran asaltados por el público que se trasladaba como similitud de un viaje internacional, sin más escala que los pasillos de la Casa y las caras conocidas.

El programa de mano como mapa indicaba en orden numérico una trayectoria que aún así podía el espectador ordenar según su antojo. Es por ello que, para él, la idea del movimiento perenne de una zona a otra proponía que auscultara una muestra sonora de cada una de las obras. Estos fragmentos electroacústicos o muestras eran elementos que el espectador por azar tejía en la escucha y así cons-truía su propia obra como a un Frankenstein. Lo importante de este hecho no está solamente en el acto curatorial que diseñó el LNME y Casa de las Américas sino que le permite al perceptor curar su propio concierto, según donde lo lleven sus pies o la curiosidad.

En el tránsito, los escuchas interactuaban, se encontraban, se separaban o se acompañaban hasta coincidir todos en el patio Casa Tomada para concluir el reco-rrido con el dúo Nacional Electrónica. Alexis de la O y Edwin Casanova intervinie-ron media hora y fue suficiente para dejar a todos con ganas de seguir escuchan-do, y quién sabe si de comenzar a bailar.

Electrónica para las Américas resultó ser un buen intento de curaduría. Logró tejer ese discurso que muchas veces ignoramos como espectadores y convidó al público en un itinerario a curar su propia muestra sonora del rico y abundante paisaje sonoro americano.

Marianela González. Cuba. Periodista de la dirección de Comunicación e Imagen de la Casa de las Américas.

Ailer Pérez Gómez. Cuba. Musicóloga. Investigadora del Centro de Investigación y Desa-rrollo de la Música Cubana (CIDMUC) y profesora del departamento de Musicología de la Universidad de las Artes de Cuba.

Karina Rumayor. Cuba. Musicóloga. Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC). Profesora del Conservatorio Guillermo Tomás, de La Habana.

Gisell Pupo. Cuba. Musicóloga. Instituto Cubano de la Música (ICM). Especialista del Labo-ratorio Nacional de Música Electroacústica (LNME)