Tiempo para

Amar

Alicia Salgado F.

Tiempo para

Amar

Es lo inesperado lo que te cambia la vida.

Prologo

¿Cómo comenzar? Bueno… mi nombre es Esmeralda,vivo en Cancún, tengo 18 años, estoy estudiando quinto semestre en la preparatoria Sanders, soy de estatura normal, tengo ojos color cafe, mi cabello es castaño, largo y lacio, me considero una persona positiva, alegre y divertida, pero no me considero muycariñosa.

Él, es algo muy parecido al príncipe azul de los cuentos, tiene la misma edad que yo, cabello castaño, ojos cafés, es alto, estudia en la misma escuela que yo y por desgracia es un odioso.

Ella, la mejor amiga con la que siempre puedo contar, decirle mis problemas y hacer tonterías sin importarme nada. Es alta, cabello negro, chino y un poco corto.

Quien diría que esta historia comienza por una tonta apuesta entre amigos…

Esmeralda-.

Era el primer día de clases en la Preparatoria Sanders,camine por los pasillos de la escuela hasta llegar a mi casillero, no les voy a mentir la verdad este año habían entrado muchos chicos guapos. Abrí mi mochila para poder ver mi horario, las primeras dos horas tenia matemáticas. Mientras iba caminando hacia mi salón viendo lo que pasaba alrededor sentí que mis libros se caían de mis manos.

¡Fíjate! – Escuche una voz mientras recogía mis libros.

Cuando me alce y vi quien era enseguida puse los ojos en blanco, Emiliano el chico más odioso, guapo y se podría decir que el popular de la escuela.

Tú fuiste el que tiro mis libros, no yo, así es que por favor ten más cuidado tú. – Le dije amablemente, la verdad es que no me quería meter en problemas, menos siendo el primer día de clases.

Me di la vuelta y seguí caminando hacia mi salón de clases.

¡Esmeralda! – Dijo una voz que podría reconocer aunque estuviera dormida.

¡Jacky! ¿Cómo has estado? – Le dije a mi mejor amiga abrazándola.

Excelente gracias, ¿tu? ¿Cómo has estado? ¿Qué hay de nuevo en tu vida? – Dijo Jacky muy emocionada.

Tranquila Jacky, esas son muchas preguntas, solo tiene 3 semanas que no nos vemos.

Está bien, creo que me emocione un poco ¿Qué clase tienes? – Me preguntó.

Ahorita tengo dos horas de matemáticas.

Genial, entonces me toca contigo – Dijo mi amiga.

Eso me alegra, podemos platicar en el salón de clases, pero ya vámonos que se nos hace tarde. – Le dije agarrándola del brazo para que caminara.

Emiliano-

Iba caminando por los jardines de la escuela, entonces me encontré a mis amigos Mateo y Santiago.

¿Qué pasa chicos? – Dije.

Nada amigo, solo estamos viendo a las chicas de nuevo ingreso hay unas muy guapas. – Dijo Mateo.

La verdad es que sí. – Dijo Santi dándole la razón.

Bueno, vámonos a clases se nos hará tarde y no quiero otro reporte.

Llegamos al salón de clases y había tres lugares vacíos atrás, podía sentir las miradas intensas y cuchicheos de las chicas mientras pasaba por las bancas. Amaba causar ese efecto en ellas. La clase de química se

pasó de lo más lento y aburrido, creo que era la clase que menos me gustaba, y la verdad es que soy muy bueno en eso de la química pero, es la maestra Sara la que hace que la clase sea pesada y aburrida.

Por fin dieron el toque, fueron las dos horas más aburridas de la vida. Mis amigos y yo salimos del salón lo más rápido posible. Aún faltaba una clase más solo que esa a mí no me tocaba con mis amigos.

Bueno chicos, iré al otro salón los veos en el descanso.

¿Qué clase tienes? – Pregunto Mateo.

Biología, con la señorita Hernández - Le respondí.

Está bien, nos vemos después – Dijo Santi.

Esmeralda-.

Bueno por suerte me tocaron casi todas mis clases con Jacky, hasta ahorita ha sido lo mejor de la escuela. Nos fuimos y entramos al salón justo a tiempo me senté con Jacky, la señorita Hernández estaba pasando lista mientras todos los alumnos hablaban de lo que habían hecho en sus vacaciones y unos cuantos chismes de la escuela. Cuando la maestra ya estaba dando la clase escuche que alguien tocaba la puerta.

¿Puedo entrar? – Dijo Emiliano.

¡¿Qué?! ¿Qué estaba haciendo el aquí? No aceptaba la idea de que pasaría todo un año con él en el mismo salón de clases.

¿Por qué tan tarde joven? – Dijo la maestra.

Estaba con el director – Dijo él.

Está bien pase, pero que sea la última vez que llegue tarde a mi clase. –Dijo ella.

Claro que sí, no se volverá a repetir. – Dijo el de forma amable.

Entro y se sentó en la banca de tras de mí.

Emiliano-.

Llegue al salón y creo que ya me había pasado por unos minutos, entonces me arme de valor y toque la puerta.

¿Puedo entrar? – Pregunte.

No sé si era mi imaginación pero podría jurar que a Esmeralda no le gusto para nada verme ahí.

¿Por qué tan tarde joven? – Dijo la maestradistrayéndome de mis pensamientos.

Estaba con el director – Mentí, no le iba a decir que me quede hablando con mis amigos.

Está bien pase, pero que sea la última vez que llegue tarde a mi clase –Dijo ella.

Claro que sí, no se volverá a repetir. – Dije con amabilidad.

Entre al salón y me senté justo atrás de Esmeralda.

Bueno jóvenes, ni crean que se quedaran en los lugares en donde están, esta clase la aprovechare para asignar sus lugares de todo el ciclo escolar. Así que más vale que se lleve bien con el compañero que les toque porque si no, esto se les hará pesado - Dijo la señorita Hernández.

Esmeralda-.

Cuando la señorita Hernández dijo la grandiosa idea de que ella iba asignar los lugares, solo deseaba que me tocara con todos pero menos con el odioso de Emiliano. La maestra empezó a asignar lugares a,Jacky le toco sentarse con un chico nada feo déjenme decirles.

Esmeralda le toca con el joven… - Dijo la maestra.

Que no me toque con Emiliano, que no me toque con Emiliano por favor.

Con el joven Emiliano – Dijo señalándolo.

¡Demonios! Esto no podía estar peor.

Me senté donde la maestra nos dijo y entonces llego el, con una sonrisa en su cara como si esto fuera para estar feliz. Coloco sus libros en la mesa y se sentó.

Hola – Dijo el

¿Es enserio que me está hablando? En verdad este chico no tiene límites.

Hola – Dije sin ganas.

¿Cómo estás? – Me preguntó.

Bien – Respondí cortantemente.

Yo estoy bien gracias – Dijo él.

Primero me tira los libros y me dice que fui yo y ahora me habla como si no hubiera pasado nada.

De ahora en adelante se van a sentar así en todas mis clases y si veo que alguien se cambia de lugar estará en serios problemas – Advirtió la maestra.

Ahora tienen 5 minutos para conocerse y hablarse, podrán salir cuando suene el timbre. – Dijo ella.

Yo me puse mis auriculares la verdad es que no queríaplaticar con Emiliano, estaba escuchando mi canción favorita y así estuve durante toda la clase mientras el solo jugaba con la pluma y se ponía a dibujar garabatos en su cuaderno.

Emiliano-.

Trate de ser amable con ella por lo mal que me porte cuando le tire sus libros, pero creo que en verdad ese chica tiene un gran rencor hacia mí. No sé por qué pero creo que me sentía enojado porque ella no contestaba como se debía. En ese justo momento sonó el timbre y me pare enojado haciendo que la silla se callera y espantara a Esmeralda.

Necesitaba urgentemente un cigarro para tranquilizarme, si ella se comportaba conmigo así, entonces también yo lo podía hacer. Se supone que yo le gusto a todas las chicas, simplemente ella es muy difícil de tratar.

Después de tranquilizarme fui a la cancha de futbol y ahí se encontraban mis amigos.

¿Emiliano, estas bien amigo? – Pregunto Santi.

Sí, ¿Por qué lo dices?

Porque te ves muy distraído y pensativo – Dijo Mateo.

Tranquilos chicos, no hay nada de qué preocuparse. –Les dije dudando.

El resto del día se pasó igual de aburrido, no pude de dejar de pensar en la actitud de Esmeralda, ninguna otra chica me había tratado así jamás. Todas son súper lindas y cariñosas conmigo. Por fin ese era el toque para salir de la escuela, tome mis cosas rápido, me despedí de mis amigos y me subí a mi moto y fui rumbo a un bar, quería ir solo para pasar el rato y olvidarme de todo. Llegué a mi casa como a las 9 de la noche, la verdad es que tenía mucho sueño y no pensaba hacer la tarea.

Esmeralda-.

Después de que Emiliano me espantara con la silla y salir como si hubiera estado muy enojado me fui con

Jacky vi que ella ya había hecho una nueva amiga, fui a su mesa y me la presento.

Esmeralda ella es Fernanda – Dijo Jacky.

Mucho gusto yo soy Esmeralda – Dije con amabilidad.

El gusto es mío – Dijo ella.

Estuvimos un buen rato ahí mientras empezaban de nuevo las clases y en ese rato no vi por ningún lado a Emiliano.

Acabaron todas las clases y resulta que Fernanda tiene un auto y las tres vivimos cerca y se ofreció llevarnos a nuestras casas. Una vez ya en mi casa llegue salude a mi mamá y a mi hermana menor, la comida ya estaba hecha cuando llegue. Después de terminar de comer me subí a mi habitación a hacer la tarea, prendí mi compu y puse música. Después me puse mi pijama y me dormí.

Al otro día sonó mi despertador a las 5:30 a.m como odiaba despertarme tan temprano, me pare me bañe, me vestí y baje a desayunar leche. No soy de esas niñas que se ponen mucho maquillaje, no me siento muy cómoda. Fer y Jacky quedaron de pasar por mí, en seguida escuche el carro. Llegamos a la escuela y como de costumbre pasamos a nuestros casilleros, está viendo que clase me tocaba y vi que tenía biología creo que esa es la materia que más odio. Escuche unos pasos a lado de mi volteé para ver quién era y ahí lo vi con esos hermosos ojos cafés y su barba de tres días. ¡Por dios! ¿Qué estaba diciendo? Bueno… tengo que aceptar que no es nada feo, lo malo de él es que

era un odioso y un engreído y entonces me percate que era mi vecino de casillero. Llegue a mi salón de clases y me senté en mi lugar asignado. Después llego Emiliano y se sentó azotando sus libros en la mesa, se veía muy enojado y no dijo nada en toda la clase pero no me dio la mínima importancia.

Emiliano-.

La clase se pasó igual de aburrida que las otras sonó el timbre y salí rápido del salón. Okay Esmeralda me estaba empezando a caer muy mal. Seguí caminando.

¿Hey, que pasa chicos? – Les dije a mis amigos.

Emiliano, queremos hablar contigo ¿Qué tienes? –Dijeron los dos.

Está bien chicos, verán es esa chica, Esmeralda es la primera en tratarme mal es la única que no ha caído en mis encantos no suelo causar ese efecto en ella que le causo a todas las chicas. Pero es cosa de esforzarse más y verán que rápido caerá – Dije yo.

Pues yo no estaría tan seguro de eso Emi, dicen que esa chica es de carácter fuerte – Dijo Mateo.

Emiliano no podría conquistar a esa chica ni aunque le pagaran por eso – Dijo Mateo.

¿De qué hablas? – Pregunte confundido.

Todos sabemos que Esmeralda jamás te tomaría en cuenta como pareja… simplemente te aborrece –Menciono Santi.

¿De verdad piensan que no podría conquistar a Esmeralda? – Pregunte incrédulo.

No lo pensamos… lo sabemos – Aseguro Mateo.

Pero soy Emiliano saben bien que puedo obtener a la chica que quiero cuando yo quiera - Dije bastante seguro.

Mentira – Dijo Santi, estoy completamente seguro de que Esmeralda no caería en tus jueguitos – Eso estaba golpeando mi ego.

¡Ya se! – Dijo Santi.

¿Qué? – Les respondí con curiosidad.

Hagamos una apuesta, si logras enamorar a Esmeralda de aquí hasta que terminen las vacacioneste doy mi nueva moto, pero si no lo logras tú me darás tu moto – Dijo Santi muy interesado.

Ese chico en verdad es muy listo, el bien sabe cuánto adoro a mi moto pero está bien, no creo que sea muy difícil ¿o sí? ¿Qué estás pensando? Por supuesto que no es difícil solo es cosa de enamorarla para ganar una nueva moto.

¿Quieren que la lastime? –pregunté

No seas tan duro… -mencionó Mateo

Pero…

De todas formas no creo que ella caiga, lo más probable es que sea él quien termine enamorado de ella –yo lo fulminé con la mirada.

¿Quieres ver que puedo? –pregunté y él sonrió.

Pruébalo –pidió. . Esto se volvería un juego realmente divertido. Esmeralda pagaría por haberme tratado así y Santi se callaría y me daría su moto.

Está bien, acepto la apuesta, vas a ver que yo me quedare con tu nueva moto – Dije muy seguro de mí mismo.

La apuesta empieza desde ahorita, yo que tu no perdería el tiempo – Dijo Mateo.

Entonces agarre mi mochila y fui a buscar a Esmeralda, no la encontré por ningún lado así que mejor decidí que empezaría mañana en las dos horas de biología.En fin tenía de aquí hasta las vacaciones. No me acordaba que hoy me cambiaba de casa y tenía que estar con mi mamá para ayudarle con lo de la mudanza. Llegamos a la nueva casa y el lugar se veía muy tranquilo y la casa estaba muy bonita, ya era de noche cuando llegamos entonces empezamos a meter todas las cajas a la nueva casa.

Esmeralda-.

Ese mismo día llegue a mi casa bastante casada, solo recuerdo que me acosté y dormí toda la tarde, un

ruido de afuera me despertó y mire el reloj y vi que eran ya las ocho, entonces me fije por mi ventana que daba a la ventana de la casa del otro lado y casi se me sale en corazón cuando vi quien era el que estaba abajo cargando una caja. ¡No lo puedo creer! Se está mudando aquí, alado de mi casa. Me desagradaba la idea de que el viviera aquí. Al siguiente día tenía dos horas de biología fue a mi casillero y ahí lo vi parado. Abrí mi candado y saque mis libros.

Hola, Esmeralda – Dijo el con una sonrisa.

Hola, Emiliano – Le respondí.

¿Cómo estás? – Me pregunto con interés.

Muy bien, y ¿tú? – Le pregunte confundida.

Excelente gracias, ¿nos vamos a la clase? – Me pregunto.

Si, vámonos.

¿Qué estaba pasando? ¿Porque su cambio repentino de humor? Tal vez solo quería arreglar las cosas conmigo. Llegamos al salón y nos sentamos mientras hablábamos de cualquier cosa.

Oye - Dijo él.

¿Mande?

Solo quería disculparme por haberte tratado así el primer día de clases. Solo quiero hacer las paces contigo.

Está bien, no te preocupes tal vez yo exagere mucho -Le dije como en forma de disculpa.

Entonces ¿amigos? – Dijo ofreciéndome su mano para poder estrecharlas.

Amigos – Dije dándole mi mano.

Emiliano-.

Nos pasamos toda la clase hablando, así de fácil era hacer las paces. Si seguía así iba a ganar la apuesta muy rápido. Cuando terminó la clase me despedí de ella y también la busque en la salida pero no la vi. Me subí a mi moto y conduje hasta mi nueva casa, al llegar pude notar a tres chicas en la casa de al lado, eran… ¡Las amigas de Esmeralda y ella! ¿Qué estaban haciendo aquí? Me escondí y vi que dos de ellas se iban y Esmeralda se metió a la casa, ¡no lo puedo creer ella vive al lado de mi! Esto no podía estar más perfecto. Tenía el plan perfecto para mañana por suerte todos los días nos tocaba biología.

Al siguiente día la vi salir de su casa la verdad es que no estaba nada mal era muy guapa y atractiva. Vi que se subió a un carro entonces vi que las que estaban adentro eras las dos chicas de ayer y así se fue alejando el carro hasta que ya no lo puede ver más.Me subí en mi moto y me dirigí a la escuela mientras iba llegando a los casilleros la vi ahí parada sola este es un momento perfecto.

Buenos días Esmeralda - Dije con una sonrisa.

Buenos días Emiliano – Me respondió con cortesía.

¿Nos vamos?

Claro que sí.

Mientras íbamos caminando hablábamos de lo que habíamos hecho ayer, me pregunto si ella sabrá que vivo a lado de ella.

Esmeralda-.

Últimamente había estado hablando mucho con Emiliano creo que tiene un buen sentido del humor y es divertido. Hace que las clases de biología no sean tan pesadas y aburridas. En la hora de la salida me encontré con Fer y Jacky y nos quedamos hablando un rato de los chimes que se hicieron y creo que yo ya tenía problemas, resulta que a una chica llamada Carla le gusta Emiliano y ella piensa que a mí también me gusta pero no, la verdad es que solo somos amigos y en tan poco tiempo ya tengo a alguien que me odia. En fin, salimos de la escuela porque Fer nos llevaría a nuestra casa, estaba en la puerta de la escuela cuando escuche que alguien decía mi nombre.

¡Esmeralda!.

¿Emiliano? ¿Qué pasa?

Adiós, que te vaya muy bien – Me dijo agarrándome de la cintura.

Adiós Emiliano – Dije sorprendida y dándole un beso en la mejilla.

¿Quiénes son ellas? – Me preguntó.

Ah ellas son Jacky y Fernanda.

Mucho gusto –Dijo él dándoles la mano.

Y ellas le devolvieron el saludo.

Bueno Esmeralda nos vemos el lunes.

Si, adiós.

Emiliano-.

¡Por fin! ya era viernes ya llevábamos un mes y medio en la escuela, que rápido se pasa el tiempo ya faltaba más poco para las vacaciones y mi plan iba funcionando a la perfección Esmeralda ya estaba cayendo a mis pies por su puesto los dos ya sabíamos que vivíamos a un lado del otro.

En cuanto a Santi y Mateo decían que no iba a poder y que iba a perder la apuesta pero yo les decía todo lo contrario, ya me juntaba mucho más con Esmeralda y sus amigas. Se me hacía tarde para la clase de biología no había visto a Esmeralda en los casilleros ni en la entrada, cuando llegue al salón su lugar estaba vació no sé por qué sentí feo no verla ahí. Esmeralda y

yo habíamos estado platicando sobre las cosas que nos gustan y que no nos gustan, ahora se mas cosas de ella y ella sabe más cosas de mi. Me senté, no tenía ganas de hacer nada mas bien no tenía con quien platicar. En el descanso busque a Jacky y Fer para preguntarles sobre Esmeralda.

Chicas, ¿Saben porque no vino Esmeralda?

Si, dijo que se sentía mal y que estaba enferma – Dijo Jacky

Está bien, muchas gracias chicas. - Les dije mientrasme despedía.

El resto del día se pasó igual de pesado estuve con mis amigos y en la salida salimos y nos fuimos a un bar en fin era viernes. Nos la pasamos muy bien esta noche ya era muy tarde cuando llegue a mi casa eran exactamente las 2 de la mañana entonces recordé lo que me dijeron sus amigas pobre de Esmeralda debe estar muy enferma y cansada la verdad ya estaba un poco pasado de copas pero no era muy grave.

Esmeralda-.

Mamá no quiero ir a la escuela, me siento muy mal.

Está bien, Esmeralda quiero que te quedes y descanses para que se te quite ya está gripa y el lunes puedas ir a la escuela.

Me la pase todo el día durmiendo solo me paraba para comer e ir al baño moría de frio. Cuando llego mi

mamá del trabajo eran las 9 de la noche y subió a verme para ver como seguía.

¿Cómo te sientes hija? – Me pregunto.

Ya me siento un poco mejor mamá, gracias.

Está bien, me iré a dormir porque estoy muy cansada tuve mucho trabajo hoy.

Claro que si mamá, descansa. – Mientras decía eso ella cerró la puerta y volvió a dejar todo mi cuarto oscuro.

Me puse a pensar que este tiempo que había estado en la escuela y en lo bien que me la he pasado Emiliano es un chico muy bueno creo que me equivoque acerca de él. Estas semanas nos habíamos estado conociendo más.

Me desperté rápidamente juraba que había escuchado un ruido en mi habitación eran como las 2 de la mañana y si era cierto estaban golpeando mi ventana se podía ver la sombra de un hombre afuera me estaba muriendo de miedo entonces escuche una risa de afuera y lo peor era que yo conocía esa risa era el ¿Qué estaba haciendo aquí? Me pare y abrí la ventana.

¿Emiliano, que estás haciendo aquí? – Le pregunte desesperada porque mi mamá nos podía ver.

Solo quería ver como seguías, tus amigas me dijeron que estabas enferma – Dijo con una voz muy tierna.

Ya estoy mejor gracias.

¿Sabes? Hoy te extrañe en la escuela – Me dijo con esa mirada hermosa que tiene.

Oh por dios, me dijo que me extraño. Eso no puede ser posible. Pero cuando se acercó más a mi pude oler su aliento a alcohol.

¡Emiliano estas borracho! – Dije decepcionada y enojada. Porque sé que si estuviera sobrio no me hubiera dicho que me extraño en la escuela.

Claro que no, ¿puedo pasar? Me estoy muriendo de frio.

Por supuesto que no, mi mamá te puede ver aquí.

Por favor, quiero estar contigo y hablar lo que no hablamos en la escuela – Dijo mientras iba entrando a mi habitación.

¿Cómo decirle que no a este hombre? Está bien, pero no hagas mucho ruido que puedes despertar a mí mamá y solo será un rato después te iras a tu casa.

Está perfecto me conformo.

Le preste una cobija para que no le diera frio y nos sentamos en el suelo a platicar a veces me hacía reír con las tonterías que hacia pero me gustaba que me hiciera reír. Así estuvimos sentados como una hora y yo ya moría de sueño.

Bueno Emiliano creo que ya es tiempo de que te vayas – Le dije mientas me paraba.

Está bien, ha sido un honor estar contigo platicando a escondidas – Me dijo mientras sonreía y se paraba.

Pásate con cuidado a tu cuarto no quiero que te caigas.

Lo intentare – Me dijo mientras se empezó a reír.

Emiliano no te rías, vas a despertar a mi mamá.

Por fin Emiliano se puedo pasar a su cuarto, no era peligroso porque nuestros balcones estaban muy juntos. Creo que me gusta vivir a lado de él. Al siguiente día escuche música que provenía de afuera era mi vecino eso me enojaba eran las 12 de la tarde eso es muy temprano para mí. Salía a mi balcón el sol ya estaba a todo lo que daba.

¡Emiliano! Puedes bajarle un poco a tu música por favor – Dije mientras le gritaba.

Vi que las cortinas se abrieron y entonces salió el, solo con unos jeans ¡oh por dios¡ ¿acaso lo hacía a propósito?

Perdón si te desperté Esmeralda ahorita le bajo el volumen – Dijo en forma de disculpa y con una sonrisa.

Está bien, no te preocupes gracias.

Me di la vuelta y cerré mi ventana, a los pocos segundos escuche que decían mi nombre.

Esmeralda…

Salí de nuevo… ¿Qué pasa?

Quería ver si querías ir a comer un helado esta tarde –Dijo agarrándose su cuello con la mano.

Este hombre me quería volver loca, es un dios, después de unos segundos de admirarlo le conteste - Está bien, solo porque no tengo nada que hacer esta tarde, te veo afuera a las 6 ¿te parece?

Me parece perfecto, te veo ahí – Dijo con una sonrisa.

Eran las 12 así que todavía me quedaba bastante tiempo me puse a leer un libro, después le ayude a mi hermana a bañar a Tommy nuestro perro, mi mamá me dijo que si le podía pintar las uñas y así lo hice mientras platicábamos de muchas cosas y entre ellas estaba Emiliano y le dije que hoy iría a comer un helado con él. Mientras hice todo eso se me paso el tiempo súper rápido mire el reloj y ya eran las cuatro y media me metí a bañar, me cambie y me puse unos jeans, una blusa cómoda y unos tennis. De maquillaje me puse solo rímel y un poco de labial.

Emiliano-.

Ya eran las 6 entonces decidí bajar, me despedí de mi hermano y de mi mamá. Llevaba unos jeans, un suéter, unos tenis y mi reloj. Espere a Esmeralda como unos cinco minutos más, después salió de su casa ¡vaya! Se veía muy bien hoy, camine hacia ella y la salude.

Hola Esme – Le dije.

¿Esme? – Me pregunto.

Perdón, ¿te molesta que te diga así? – Dije apenado.

No, claro que no. Solo que se me hizo raro.

Está bien, ¿nos vamos?

Claro – Dijo con media sonrisa.

Ten – Le dije mientras le daba el casco.

¿Qué es esto? – Dijo confundida.

Un casco, ¿nunca los habías visto?

Obviamente si, Emiliano. Quise decir ¿para qué es esto? – Me preguntó.

Es por si te caes de la moto no te lastimes, es por seguridad.

¿Moto? ¿Nos iremos en moto? – Preguntó.

Sí, no creo que te quieras ir caminando o ¿sí?

Obviamente no, pero no me pienso ir en una moto, nos vamos a matar, me dan miedo las motos – Me dijo espantada.

Por favor Esme, no te va a pasar nada yo te voy a cuidar.

¿Lo prometes? - Me dijo con esos ojos cafés hermosos.

Te lo prometo Esme – Le dije poniéndole un mechón de cabello atrás de su oreja.

No sé, porque pero en ese momento sentí mucha ternura cuando la vi, como si fuera una niña pequeña y yo fuera el hermano mayor que la tiene que proteger a toda costa. Me puse el casco y vi que ella no se lo podía poner.

¿Te ayudo? – Le pregunte.

Por favor, no sé cómo se pone –Dijo con pena.

Entonces me acerque a ella agarre el casco y se lo puse tome las cintas del casco y se las abroche y lo ajuste a su medida para que se sintiera cómoda, solo estábamos a centímetros y podía oler su perfume tenía que admitir que olía muy bien, entonces nuestras miradas se encontraron y vi de nuevo esos hermosos ojos.

Listo, ya estas lista – Dije alejándome de ella.

Gracias – Dijo con una sonrisa.

Me subí a la moto y después se subió ella entonces prendí la moto.

Sostente de mi cintura – Le dije.

Está bien, por favor no nos mates – Dijo espantada y eso me causo risa.

Prometo no ir rápido Esme, tranquila.

Entonces en ese momento pude sentir sus manos alrededor de mí apretándome muy fuerte.

Esme, tranquila me estas sacando el aire apretándome así de fuerte.

Si, perdón no era mi intención – Dijo disculpándose.

En ese momento arranque y me dirigí hacia donde había un puesto donde venden helados deliciosos, mientras iba manejando pude sentir el nerviosismo de Esme me apretaba fuerte, cuando por fin agarro confianza y se dio cuenta de que no pasaba nada me dejo de apretar muy fuerte y sentí que recargo su cabeza en mi espalda y con el aire podía presenciar su perfume y así se quedó hasta que llegamos.

Emeralda-.

En todo el camino pude sentir la adrenalina de todo lo que había pasado hace un rato, eso que hizo al ponerme el casco fue hermoso lo mejor fue cuando se encontraron nuestras miradas, ¿Qué me está pasando? ¿Por qué estoy sintiendo esas cosas raras en mi estómago? ¿Me estaré enamorando de Emiliano? ¡Por favor Esmeralda! No digas tonterías. Llegamos al puesto de helados y nos bajamos de la moto.

¿Fue tan malo como pensabas? – Me preguntó.

No, una vez que agarras confianza ya no.

Ven, entremos – Me dijo mientras me agarró de la mano para entrar.

Otra vez volví a sentir esas cosas raras en mi estómago, ¡me estaba agarrando la mano!

Buenas tardes, ¿de que van a ser sus helados?

Yo quiero uno de limón, ¿tu Esme? – Me pregunto.

Yo uno de vainilla por favor.

Fuimos a sentarnos mientras esperábamos nuestros helados y estuvimos platicando sobre como aprendió a andar en moto y como le empezaron a gustar.

Aquí están sus helados – Dijo el mesero dándonoslos.

Gracias, dijimos al unísono.

Mientras estábamos platicando dije una cosa graciosa e hice que él se riera fue justo en ese momento que me percaté de que tenía una hermosa sonrisa de esas que con solo verlas te alegran el día y su risa era como música para mis oídos. Nos acabamos nuestros helados y propuso ir al parque que estaba cerca a dar un paseo entonces el pago nuestros helados y nos paramos.

Gracias por el helado – Le dije amablemente.

No hay de que Esme.

Seguimos caminando hasta el parque era muy pacifico estar ahí con él nunca pensé que estaría en un parque con Emiliano solos, veíamos niños jugando, a unos que otros enamorados, personas haciendo ejercicio, paseando a sus mascotas y también gente mayor caminando. Era hermoso ver como el aire tiraba las hojas de los arboles ya empezaba a oscurecer y también a hacer frío.

¿Tienes frío? – Pregunto.

No, para nada – Mentí la verdad me quería hacer la fuerte pero creo que no lo pude ocultar porque mis dientes me delataban. Entonces pude sentir como Emiliano me puso su suéter en mi espalda eso en verdad ayudaba.

Gracias Emiliano – Le dije con ternura.

De nada, no quiero que te enfermes por mi culpa.

Nos quedamos un rato más hablando y riéndonos de todo, lo voy a admitir me gustaba estar con este chico.Después nos fuimos a nuestras casas y nos volvimos a subir a su moto venia otra vez esa sensación de adrenalina. Es hermoso ver la ciudad de noche. Cuando llegamos me acompaño a mi casa.

Bueno, me agrado mucho salir contigo Esme, espero y se pueda repetir – Dijo de una forma muy tierna.

Yo también me divertí mucho, hasta mañana – Dije dándole un beso en la mejilla y el correspondió agarrándome la cintura.

Hasta mañana – Fue lo único que escuche antes de cerrar la puerta.

Emiliano-.

Después de despedir a Esme me metí a mi casa y estuve un rato con mi mamá y mi hermano viendo una

película. Mientras la “veía” estaba pensando en lo bien que me la había pasado con Esme, no me podía estar pasando esto, no me podía estar enamorado de ella después de todo esto solo era una apuesta, la enamoraría y después la dejaría solo para poder vengarme por tratarme mal y para poder mostrarle a Santi y Mateo que yo puedo conquistar a todas las chicas. Después fu a mi habitación la verdad tenía mucho sueño y me acosté en la cama, después de unos minutos sentí como alguien me jalo el pie, no sé qué paso pero en verdad grite y solo empecé a escuchar una risa bastante familiar era ella, ¿Qué hacía en mi habitación?

¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? La puerta está cerrada.

La puerta sí, pero las de tu balcón siempre están abiertas – Dijo, y yo me senté en la cama ella se sentó enfrente de mí y me miró fijamente con una sonrisa traviesa. Perdón no te quería despertar pero vengo a entregarte tu suéter, gracias por prestármelo.

Me voy descansa…

Duerme bien Esme.

Bueno, por lo menos al final del día ella no me odiaba tanto. Mañana empezaría a ser más cariñoso de lo normal. Mi plan no era tan malo, poco a poco Esmeralda caería en mis brazos y una vez que yo la tuviera en el cielo, la dejaría caer.

Emeralda-.

Estaba completamente dormida cuando comencé a escuchar música en mi habitación. Abrí los ojos y Emiliano estaba sentado frente a mí. Me le quedé mirando fijamente y él me sonrió.

Te traje esto –dijo entregándome una caja. Sin decir nada me senté en la cama y la abrí. Eran mis chocolates favoritos, sin nuez porque la odiaba, caros y difíciles de encontrar, supongo que lo sabía porque yo le había dicho. Me le quedé mirando y sonreí un poco.

¿Por qué? –pregunté quitándome algunas lagañas de los ojos.

Supongo que hoy que salí temprano por la mañana con mis papás… recordé que te gustaban y decidí traértelos -se encogió de hombros.

¿Enserio? -pregunté y él asintió.

Emiliano, odias despertarte temprano tú me lo has dicho. -dije tirándome de nuevo en la cama.

-Lo odio tanto como tú -dijo con media sonrisa-. Bueno, solo venía a eso... si en la tarde quieres dar una vuelta, estaré disponible -anunció.

Emi, perdón pero no voy a poder salir hoy, mi mamá dijo que iríamos a otro lado con mi papá y mi

hermana. Supongo que te veré hasta el lunes en clase de biología.

Está bien Esme, te veré el lunes o en la noche – Dijo guiñándome mientras salía de mi habitación.

¿En la noche? ¿Qué quería decir con eso? Da igual, más tarde me arregle para salir con mi familia y hacer algo juntos iríamos a comer y después a ver una película. Toda mi tarde se fue en eso.

Emiliano-.

Ese día decidí salir con los chicos ya que Esme no iba a estar en toda la tarde… me di cuenta de que ya me empezó a llamar Emi eso es bueno.

Esmeralda-.

Cuando llegue a mi casa me acosté en mi cama y escuche que mi celular empezó a sonar era Jacky…

¡Hola Jacky! – Dije emocionada.

Hola Esme, ¿cómo estás?

Muy bien gracias, ¿querías algo? – Le pregunte.

Nada gracias, solo quería platicar contigo.

Ay Jacky tengo muchas cosas que contarte pero no se pueden contar por teléfono, mañana sin falta te cuento en la escuela no faltes por favor.

Está bien Esme, mañana Fer y yo pasamos por ti a tu casa. Nos vemos mañana descansa.

Igualmente, las esperare aquí, también descansa – Dije mientras colgaba.

Fui al baño y me lave la cara para después meterme a la cama y dormir.

Al otro día me despertó mi alarma, creo que empezaba a odiar la canción que tenia por alarma, me pare fui al baño a darme una ducha después me cambie por algo muy cómodo, unos jeans, un suéter y mis converse me puse un poco de rímel y brillo. Baje a la cocina y mamá ya tenía el desayuno listo para mi, comí lo más rápido posible porque en cualquier momento llegarían Fer y Jacky por mí. Vi el carro estacionado en frente de mi casa, me despedí de mi mamá y mi hermana y salí de la casa.

Hola Jacky, hola Fer – Dije con alegría.

Hola Esme – Dijeron al unísono.

Tus nos tienes que contar muchas cosas señorita – Dijo Jacky

Si, tienen razón son muchas las cosas que tengo que contarles.

Si, y nos las tienes que contar hoy mismo – Dijo Fer.

Llegamos a la escuela y Fer se estaciono, como siempre las tres nos dirigimos a nuestros casilleros, solo

que el mío estaba lejos del de ellas. Cuando iba hacia mi casillero lo vi, ahí parado perfecto como siempre. Me acerque para saludarlo.

Hola Emi – Dije

Hola Esme – Dijo dándome un beso en la mejilla.

¿Cómo estás? – Me preguntó.

Excelente, gracias. ¿Tu? – Le pregunte.

Muy bien, ¿nos vamos?

Claro

¿Hiciste la tarea? – Me preguntó.

¿La del resumen? Si, si la hice.

Y así nos fuimos platicando hasta el salón de clases, llegamos y la maestra aun no estaba, nos sentamos en nuestros respectivos lugares y seguimos hablando hasta que llego la maestra.

Buenos días jóvenes, hoy tenemos mucho trabajo que hacer lo bueno es que hoy tenemos dos horas. Quiero que saquen su libro y me hagan un resumen del tema también los tres ejercicios y el cuestionario.

Eso es mucho trabajo – Dijo el

Ya sé, será mejor comenzar para acabar rápido.

Por fin, acabamos el trabajo – Dijo él.

Si, vamos a calificar.

Muy bien hecho, pueden salir.

Salimos del salón y fuimos al jardín.

Tengo mucha hambre – Dije

Yo igual, ¿quieres ir a desayunar Esme?

Si, está bien.

Nos dirigimos al estacionamiento porque ahí estaba su moto me dio el casco para que me lo pusiera, ahora si ya iba a poder ponérmelo porque ya sabía como, por fin iba a sentir de nuevo esa adrenalina.

¿Lista? – Me pregunto.

Claro que sí, pero tú, ¿no llevas casco?

No, es que es el que traes puesto, pero no te preocupes primero es tu seguridad, no me lo perdonaría si te pasa algo.

Gracias – Sonreí tímidamente.

Me subí a la moto y lo agarre de la cintura cuando arranco recargue mi cabeza en su espalda amaba sentir el aire fresco en mi cara mientras iba viendo la hermosa ciudad, llegamos a la cafetería y nos sentamos en una mesa para dos.

¿Están listos para ordenar? – Preguntoó la mesera.

Si, para mí un café y un pastel de chocolate, por favor – Pidió el.

Para mí un café y un pastel de zanahoria, por favor.

Enseguida viene su orden - Dijo la mesera.

Mientras esperábamos nuestra comida empezamos a hablar de muchas cosas divertidas que nos habían pasado a los dos y así se nos fue el tiempo entre risas.

Esme no me había dado cuenta de lo maravillosa que es tu risa me encanta como te ríes y no hablemos de tu sonrisa es más hermosa – Dijo el con ternura.

Pude sentir como mis mejillas se ponían rojas.

Muchas gracias Emi – Dije tímidamente.

Aquí esta su orden – Dijo la mesera poniendo la comida en la mesa, buen provecho.

Gracias – Dijimos unísono.

Cuando acabamos, Emi pago la cuenta y salimos de la cafetería.

Muchas gracias por invitarme Emi.

De nada Esme, ojala se vuelva a repetir pronto.

Espero que sí.

Volvimos a la moto y nos dirigimos a la escuela llegamos y se estaciono.

Bueno Esme fue un placer desayunar contigo, tengo clase de historia, nos vemos después ¿sí?

Está bien, te veo después Emi – Dije dándome la vuelta.

Tenía clase de francés y después receso, odiaba esa clase, la verdad no me gustaba mucho el francés. Llegue al salón y el profesor empezó a hablar no le ponía mucha atención estaba pensando en lo que había pasado hace unos minutos, sonó el timbre y salí a receso fui a buscar a Fer y Jacky.

Hola chicas

Hola Esme, ¿dónde estabas?

Eso es sobre lo que les tengo que contar…

Cuenta – Dijo Fer.

Bueno, estas últimas semanas he estado saliendo con Emiliano y la verdad es que me la paso muy bien a su lado, esto me preocupa porque ustedes saben que a principios del año escolar me llevaba muy mal con él, pero en este tiempo que hemos pasado juntos me he dado cuenta de que no es como yo creía, es un chico muy lindo y caballeroso y les tengo que confesar algo creo que me está empezando a gustar…

¡ESME! Lo sabía, te lo dije Fer.

¿Cómo que lo sabías?

Era obvio Esme, le dije a Fer que tú y Emi terminarían juntos.

No te confundas Jacky, él y yo solo somos amigos nada más.

Bueno por ahora…

Ay chicas ya acabaron las clases, ya vámonos ¿sí?

Está bien, vámonos – Dijo Jacky apoyándome.

Nos subimos a su coche y me dejaron en mi casa.

Adiós, las veo mañana.

Adiós Esme – Dijeron despidiéndose con la mano.

Llegue a mi casa y salude a mi mamá quien como siempre ya tenía la comida hecha.

¿Puedes poner la mesa Esme?, por favor.

Claro mamá.

Acabamos de comer y me subí a mi cuarto a hacer mi tarea, no era mucha solo era hacer unos resúmenes y ya.

Cuando acabe no tenía nada que hacer así que decidí invitar a mi hermanita por un helado salimos de la casa la nevería nos quedaba muy cerca.

¿De qué quieres tu helado?

De chocolate, por favor – Dijo mi hermana.

Me da uno de chocolate y otro de vainilla por favor.

Nos fuimos a sentar y llego el chico con nuestros helados, cuando terminamos volvimos a casa, ya era un poco tarde.

Me fui a mi cuarto, me puse la pijama, me lave los dientes y me acosté.

De repente sentí como una piedra golpeaba mi ventana y no paraba de sonar, el ruido ceso. A los cinco minutos una corriente de aire entro por las ventanas, alguien había entrado a mi cuarto, ahora si me estaba empezando a dar miedo, sentí un peso en el lado de mis pies, el colchón se hundió.

Sé que estas despierta – Dijo esa voz.

¿Qué hacia Emiliano en mi cuarto?

Lo siento si te asuste.

Eres un tonto – Dije furiosa, a quien se le ocurre entrar a estas horas por mi ventana.

Lo siento, solo quería invitarte a salir.

¿A salir?, yo te invito a salir de mi cuarto.

Emiliano rio y me miro.

Vamos, recién son las diez…

Pero mañana tenemos escuela y mi mamá está en la casa.

Tu mamá no se levantara y si, mañana hay escuela pero no importa, vamos, será divertido.

Suspire y me senté a su lado, mi mamá me mataría si descubre que no estoy en la casa, no solo eso sino que pasaría un gran susto. No sabía a donde quería llevarme Emiliano pero tenía un poco de intriga.

Tengo que vestirme – Dije en modo de aceptación, Emiliano sonrió pero no se movió de donde estaba.

¿Qué parte de tengo que vestirme no has entendido?

Dime donde quieres que me ponga para que no te vea – Preguntó, a menos que quieras que salga de tu habitación.

¡No! ni se te ocurra salir, mi madre llega a verte y me mata.

Pero al parecer me mataría antes de que eso pase, alguien había tocado la puerta de mi habitación. Mi corazón volvió a latir con fuerza, Emiliano me miro preguntándome a donde se podía esconder.

Debajo de la cama –Susurre.

¿Esme, estas ahí? ¿Puedo entrar?

Me acosté en mi cama y me tape, tenía que aparentar que me sentía mal, de esa manera mi mamá me daría una pastilla y se iría a dormir para no molestarme.

Pasa – Dije

Escuche voces y ruidos ¿ha paso algo? – Pregunto preocupada.

No, seguramente fueron mis quejidos – Dije tratando de sonar segura – Me duele el estómago.

Ay mi niña, ¿quieres que te deje algo para el dolor?

Si… una pastilla, por favor.

Salió rápido y después volvió con una pastilla.

Bueno, iré a dormir o mañana no podre levantarme. Buenas noches Esme.

Después de cerrar la puerta baje la mano para visarle a Emi que espere unos minutos antes de salir. Al ver que todo estaba tranquilo Emi salió.

Cierra los ojos, tengo que cambiarme.

No puedes pedirle eso a un hombre ¿sabes?

Fulmine a Emi con la mirada y me metí dentro del armario a los pocos minutos salí del armario ya vestida.

Luces bien.

Gracias – Conteste bajando la mirada.

No hacia frio así que decidí no llevar suéter.

Lo que me preguntaba era ¿Cómo iba a salir de aquí? No pensaba tirarme por la ventana y caer hecha trizas.

¿Lista? – Pregunto Emi poniendo sus manos en los bolsillos de su chamarra.

Si – Afirme, pero antes que nada quiero saber cómo saldré de aquí.

Emi no respondió y salto hacia abajo.

Definitivamente no haría eso, no aceptaría tirarme. Acomode mi cama por las dudas, tenía que parecer

que yo estaba allí. Me asome a la ventana, Emi reía, al parecer sabía que no aceptaría saltar.

¿Qué esperas? – Pregunto desde abajo, yo te cacho.

No, ni creas que bajare como tú lo hiciste.

Vamos, estaré abajo no tocaras el suelo – Dijo él.

Asome mas mi cabeza, me daba vértigo pero ya estaba vestida y no tenía ganas de quedarme durmiendo. Me senté en la ventana con los pies colgando.

No… no quiero – Dije mirando hacia abajo nuevamente – Creo que saldré por la puerta.

Te expones a que te descubran, no te va a pasar nada confía en mí, o ¿es que no puedes?

Me parece bastante difícil confiar en alguien el cual entra a mi habitación a escondidas – Confesé.

Apúrate Esme, no te puedes quedar ahí o por lo menos trata de no hablar porque tu madre se volverá a despertar.

Mire hacia atrás controlando que todo esté en orden, mire a la cama con los ojos de mi madre ¿si llegara entrar, pensaría que era yo? Parecía bastante convincente la figura que llegue a armar, el problema era si me hablaba.

Saltare pero ponte abajo… llego a caer y te matare.

Emi solo sonrió pero no se movió.

Cerré los ojos y me abalance hacia delante, unos segundos sentí como si estuviera volando pero luego caí. No en el piso si no en los brazos de Emi.

Te dije que estaría abajo – me recordó, no eres tan pesada.

Ya puedes bajarme – Dije riendo.

Emi me dejo en el suelo y comenzó a caminar hacia su moto, no sabía hacia donde iríamos, Emi no me quería decir.

¿Es largo el viaje? – Pregunte mientras me subía a la moto.

Deja de hacer preguntas ya lo veras.

Me dio su casco y nos subimos la moto, de nuevo me estaba dando el aire en la cara como ya lo dije era la mejor sensación del mundo, podía ver toda la ciudad como se veían las luces de los edificios y de las casas.

Llegamos – Anuncio el.

¿En dónde estamos?

En un restaurante, hacen unas pizzas deliciosas, ¿si te gustan las pizzas?

Sí, me fascinan.

Entremos – Dijo agarrándome de la mano.

Nos sentamos una mesa para dos y en cuestión de segundos llego la mesera.

¿Qué van a ordenar? – Dijo amablemente.

Una pizza hawaiana y un vino – Por favor.

Enseguida viene su orden – Dijo retirándose.

¿Qué harás en las vacaciones Esme?

Aun no lo sé, ¿tu?

Tampoco lo sé.

Aquí esta su pizza y su vino – Dijo la mesera poniendo la comida en la mesa.

Mientras comíamos seguíamos hablando sobre cualquier tema, me gustaba pasar tiempo con Emiliano.

Cuando acabamos Emi pago la cuenta y nos retiramos.

¿Quieres ir a dar un paseo? – Pregunto él.

Me parece muy bien, sirve que así se me baja la comida, quede llenísima.

Vamos al parque que está aquí cerca, ¿te parece? –Pregunto él.

Me parece perfecto – Dije con una sonrisa.

Nos fuimos caminando hacia el parque, ya me empezaba a dar frio pero no quería que Emi lo notara, pero creo que no funciono mis dientes me delataron.

¿Tienes frio Esme? – Pregunto.

Sí, pero solo un poco, no te preocupes – Le dije.

¿Cómo no me voy a preocupar?, ten mi suéter, no quiero que te enfermes Esme por favor.

Se quito su suéter y me lo dio, y como si moría de frio decidí ponérmelo. Eran ya como las 12 y yo estaba fuera de mi casa, pero no importaba si estaba con el empezamos a caminar me encantaba estar en el parque se podía ver de todo, había parejas caminando de la mano, y aunque ya era tarde había personas paseando a sus mascotas también podías ver como se caían las hojas de los arboles, me gustaba estar aquí. De repente sentí esa sensación en mi estomago, esas mariposas otra vez… Emi me había agarrado la mano creo que me estaba muriendo por dentro pero no quería que lo notara. Seguimos caminando de la mano por todo el parque y hablando de cualquier cosa.

¿Te quieres sentar? – Pregunto.

Si, por favor.

Nos sentamos en una banquita que estaba debajo de un árbol podía sentir como nos caían las hojas de los arboles.

Esme, ¿puedo intentar algo? – Me pregunto serio.

Asentí con la cabeza, no sabía que iba a hacer pero en verdad tenía mucha curiosidad.

Cierra los ojos – Me dijo susurrando.

Cerré los ojos, tengo que admitir que estaba muy nerviosa.

No te muevas, no hagas nada…

Pude sentir su respiración en mis labios entonces mi respiración se empezó a agitar.

Creo que nuestros labios estaban a centímetros de tocarse, cuando una gota cayó sobre mi cara y no solo fue una si no muchas ¡estaba lloviendo! No ahorita por favor, no podía estar lloviendo en este justo momento.

Será mejor que nos vallamos – Dijo Emi separándose de mí.

Si, vamos.

Me tomo de la mano y empezamos a correr hacia donde estaba la moto, mientras llegamos la lluvia paro, nos subimos a la moto y nos dirigimos hacia nuestras casas.

Ahora se venía la parte difícil, entrar a mi cuarto y ver las consecuencias. Aunque supongo que todo saldrá bien ya que mi madre no me ha llamado.

¿Crees que se haya dado cuenta de que no estés en casa? – Preguntó tratando de comenzar una nueva conversación.

Si se hubiera dado cuenta tendría un montón de llamadas perdidas pero no tengo nada. Tengo una duda.

¿Sí? – Si pregunto para que continúe hablando.

¿Cómo subiré a mi habitación? Bajar ha sido fácil pero dudo mucho que subir lo sea.

Colgándote de los tejados, es como escalar, si se te da bien hacer bien el deporte créeme será muy fácil.

¿Y si no se me da bien el deporte? – Pregunte ya que ese era mi caso, era pésima para los deportes.

Bueno no digo que vaya a ser difícil pero te costara un poco mas – Contesto con una sonrisa.

Caminamos en silencio hasta debajo de mi balcón, tal vez, si ahorraba un poco conseguiría comprar una escalera para subir y bajar más rápido. Nunca me había puesto a mirar mi casa con detenimiento, recién me daba cuenta que teníamos tejados.

Iré yo primero, si encuentro una cosa para que subas más rápido te la daré.

Hay una cuerda debajo de mi cama, no es muy larga pero creo que puede servir.

Emi subió demasiado rápido, dudaba mucho que yo lo puede hacer igual que el. Al parecer todo está bajo control, la habitación estaba igual a como la había dejado.

Comienza, cuando estés por la mitad te daré la cuerda.

Con mucho esfuerzo comencé a subir por los tejados, se requería mucha fuerza para hacerlo y eso era lo que más me faltaba.

Dame la cuerda por favor – Suplique, cuando estaba casi por caer, Emi me lanzo la cuerda y me sostuve de ella, así me resulto más fácil. Cuando llegue a la ventana me tendió su mano para que pudiera entrara, la agarre y con cuidado pase. Suspire de alivio al encontrar todo en orden.

Bueno, he logrado lo que quería, comento riendo mientras enrollaba la cuerda – Logre que bajaras del balcón y subieras del balcón pero sobre todo logre que salieras conmigo a estas horas de la noche.

Que no diga nada sobre el casi beso, que no diga nada sobre el casi beso – Me repetí internamente.

No la he pasado tan mal como pensé…

Qué bueno Esme, bueno, me voy… tengo un poco de hambre así que buscare un lugar donde cenar – Meaviso.

¿Es que tus padres no saben en donde estas? –Pregunte con intriga.

A ellos no les preocupa y a mi mucho menos.

Bueno – Lo mire a los ojos, cosa que casi nunca hacia ya que me perdía en ellos, - tengo que dormir por si no te acuerdas tengo escuela mañana.

Yo también, por si no recuerdas vamos en la misma escuela – Dijo con gracia.

Adiós Emi – Le di un beso tierno en la mejilla.

Adiós Esme en verdad me ha gustado estar contigo esta noche – Dijo sentándose en la ventana listo para tirarse.

Se despidió con la mano, me quede allí mirando hasta que lo perdí de vista. Sin duda esta había sido una noche muy rara.

Emi -.

Llegue a mi casa después de ir a cenar, me encerré en mi cuarto y me puse a pensar sobre todo lo que había pasado estas últimas semanas en verdad me gustaba estar con esa chica y mucho, ahorita que la conozco puedo decir que me encanta amo reírme con ella de todo y poder pasar tiempo juntos sin aburrirnos, este día fue perfecto no puedo creer que casi le di un beso, lo tengo que confesar me hubiera encantado que hubiera pasado. Creo que ahorita lo mínimo que me importaba era la apuesta, le diré a Mateo que ya no la quiero hacer no se qué pasaría si ella se entera de esa apuesta tal vez ahora si me odiaría para toda la vida y la lastimaría eso no me lo perdonaría por nada del mundo. Bueno, mañana ser otro día ya no aguanto las ganas de verla a pesar de que la vi hace unos minutos.

Esmeralda -.

Dormí cinco horas nada más pero eso no me impidió levantarme de un humor excelente. Sabia porque pero me costaba aceptar la idea de que estoy empezando a sentir cosas por él. No quería admitirlo, no quería seguir pensando ni recordando lo que paso ayer porque sabía que me perdería.

¿Te encuentras mejor del dolor de estomago? –Pregunto mi madre, mientras bebía un poco de café.

Sí, mucho mejor, gracias.

Me colgué la mochila en el hombro y salí de la casa, Fer ya me estaba esperándome en el auto estacionado en mi casa me subí en el lugar del copiloto ya que Jacky iba atras. Algo me decía que este sería un buen día.

Fui a mi casillero y no estaba ahí, creo porque aun era muy temprano agarre los libros y me fui al salón para tener mi clase de biología, mientras iba caminando hacia el salón escuche que alguien me llamaba.

¡Esme! – Grito Emi a lo lejos.

Hola Emi – Dije mientras me paraba para esperarlo.

¿Cómo estás? – Dijo agitado ya que había corrido hacia donde yo estaba.

Muy bien, gracias. ¿Tu?

Bien, se me hizo un poco tarde.

Si, ya me di cuenta, será mejor que nos apuremos si no nos van a dejar entrar.

Corrimos juntos hacia el salón y llegamos como en tres minutos.

Eso de correr, no es lo mío – Dije agitada.

Si ya lo note – Dijo el riéndose.

Entramos al salón y nos sentamos en nuestros respectivos lugares, la maestra nos deje unas páginas del libro y nos dejó escuchar música.

¿Quieres escuchar? Dijo él.

Claro

Nos pusimos sus audífonos y empezó a escucharse una música.

Dieron el toque y salimos al receso, me fui con Jacky y Fer.

Hola, ¿Cómo están? – Pregunte.

Muy bien y ¿tu?

Bien, gracias.

Oye Esme hoy no las podre llevar a su casa, perdón.

¡Demonios! ¿Cómo iba a regresarme a casa?

No te preocupes Fer, no hay problema.

Al salir de la escuela, no me quedo otra solución más que irme caminando a mi casa.

A lo lejos escucho una voz que me llama…

¡Esme! ¡Esme! – Era imposible no reconocer su voz.

Emiliano, ¿Qué pasa?

Es que veo que estas caminando, ¿quieres que te lleve a tu casa?

No, no hay problema. No te preocupes.

Ándale, déjame llevarte a tu casa.

Está bien, solo porque no quiero caminar y porquevives a lado de mí.

Me subí a la moto y él se quitó el casco y me lo dio a mí.

Ya sabes que es por tu seguridad, ángel – Dijo él.

¿ángel? ¿A caso escuche bien lo que dijo? No lo puedo creer me acaba de decir ángel y estoy sintiendo esas mariposas de nuevo.

Arranco y llegamos a mi casa.

Camine hasta la puerta de entrada y abrí la puerta.

Adiós- dije tratando de no sonar muy fría-. Nos vemos luego. ¿Sí?

¿No me invitarás a entrar?- pregunto con una sonrisa.

Antes de que pudiera contestarle él ya estaba parado en la sala de estar. Por suerte mi madre no se encontraba en casa si no... Estaría muerta. ¿Para qué quería entrar Emi? No podía decirle que no, él se había ofrecido a llevarme a casa lo mínimo que pude haber hecho es eso; invitarlo a entrar.

¿Quieres algo de tomar?- le ofrecí mientras me dirigía a la cocina.

No gracias- contestó-. ¿Qué quieres comer?

¿Cómo que quiero comer?- pregunte entre risas mientras me servía un vaso con agua.

Emi dio una vuelta por la cocina revisando lo que había en la heladera y la lacena. ¿Qué tramaba? ¿Acaso quería cocinar?

¿No tienes hambre?

Sí, pero...

¿Te gusta la pizza?- me interrumpió- Hay suficientes cosas aquí como para hacer una.

Emi... ¿qué haces?- pregunte mientras veía como sacaba las cosas de la heladera.

Pensé que te gustaría comer algo hecho por mí, además tengo hambre- dijo con una sonrisa.

Suspiré no había más remedio que dejarlo hacer lo que quería. Me iría a sentar al sillón mientras el trataba de cocinar la pizza. Espero que esto valga la pena si no tendría que salir a reponer los materiales que uso. Si mi madre pregunta le diré que intente hacerle una sorpresa pero que tenía hambre y la terminé comiendo yo.

Ya que tenía tiempo libre decidí mandarle el mensaje a Jacky, ella estaba en medio de la clase de

Matemáticas pero siempre pone su celular en vibrador por las dudas. Al parecer estaba bastante ocupada ya que no tardó en responder con un “en la noche te marco”'. Un estruendo se escuchó de la cocina. Solo espero que no se hayan roto los platos, solo eso. Entre con los ojos cerrados, no quería ver lo que había pasado.

¿Qué tienes?- pregunto Emi, no ha pasado nada.

Abrí los ojos de apoco, tenía razón solo se le habían caído unas ollas. Me senté en la mesada, por dé tras se encontraban unas cucharas.

¿Cómo va... eso?- pregunte mirando la masa.

Bien, solo falta la salsa. ¿Sabías que soy un gran cocinero?

No, y la verdad todavía eso está en duda- Emi se puso enfrente de mí y estiró una mano para quitar una de las cucharas. Su cara estaba a centímetros de la mía y a él se le había curvado una sonrisa. Esto me ponía nerviosa, solo estaba tratando de no mirarlo a los ojos cosa que él estaba haciendo conmigo.

¿Por qué tardaba tanto en quitar esa cuchara? Levanté la mirada para encontrarme con sus ojos... esos ojos que enseguida me marearon.

Em yo...- no sabía que decir, me había quedado sin palabras, sentía su respiración ¡Que se quite de ahí!-Creo que deje la televisión prendida.

Emi enseguida se corrió dejándome bajar de la mesada. Esto había sido completamente incómodo.

Nunca pensé que... no, él no iba a querer besarme, yo fui la tonta que se sentó de tras de las cucharas el solo quería agarrar una. Me acosté en el sillón esperando a que la comida estuviera hecha. Lo que acaba de pasar hace minutos... ¿cómo lo miraría a la cara? En este momento me preguntaba porque motivo lo deje entrar a casa.

Diez minutos más tarde la pizza estaba hecha. Emi cocinaba bastante bien para ser un chico de dieciocho años bastante descontrolado. Como no tenía ganas de preparar la mesa comimos en el sillón mientras mirábamos la tele. Traté de hablar lo menos posible, sabía que a él no le daba vergüenza en lo más mínimo, sabía que él ya se había olvidado de lo cerca que estuvimos recién en la cocina. ¿Y qué pasaba si me besaba? ¿Le hubiera seguido? Ya basta, tengo que dejar de pensar en eso.

¿Y bien, como estuvo?- pregunto mientras recogía los platos.

Bien- contesté-. Eso déjamelo a mí, tú te encargaste de la comida.

Emi dejo los platos en la mesada al lado del fregadero. Los platos los lavaría yo, por otro lado él se sentó en la mesada donde hace ya casi una hora estuve yo. Miraba como lavaba los platos sin decir nada. Odiaba hacer esto, nunca fui muy amante de la limpieza si fuera por mi todo estaría sucio en esta casa pero es mi madre la que mantiene el control.

Bueno, ya debo irme- me avisó-. Me alegra que te haya gustado lo que cocine, ya sabes, no es fácil encontrar chicos así.

Me lleve una gran sorpresa- dije con sarcasmo, lo estaba acompañando hasta la puerta.

Bueno adiós Esme, nos vemos mañana en el colegio.

Con un gesto de adiós lo despedí. No le di un beso en la mejilla porque la vergüenza me sobrepasaba. Apenas cerré la puerta subí corriendo a mi cuarto, casi tiro la puerta del portazo que di. Me acosté boca abajo y ahogue un grito en la almohada. Esto me confundía, no entendía que me pasaba.

¿Qué me paso cuando lo mire a los ojos? simplemente sentí que no estaba en ningún lado, me sentí como en las nubes.

Sabía que él no pretendía nada conmigo, él siempre me habla con esa voz... fría y desinteresada y tiene esa manera de ser tan distante sea con quien sea. Cuando vi sus ojos solo noté protección, nada más. Todo esto pasó por sentarme delante de las cucharas, él no lo hizo apropósito, no quiso acercarse a mí de esa manera. Lo tuve tan cerca, tan pero tan cerca. Cerré los ojos tratando de recordar exactamente como fue. A todo esto había una pregunta que no me quería responder y me daba miedo la respuesta que podría salir. ¿Sentía algo por él? No, no podía sentir nada más que un gran aprecio.

Él se ha convertido en un gran amigo, pero nada más. Esto simplemente fue una gran equivocación, seguramente él ya se olvidó de lo que paso.

Al otro di me desperté y fui a la escuela mis amigas pasaron por mí, como de costumbre fui a mi casillero y ahí estaba el, fui caminando y lo salude.

Hola Emi

Hola Esme, ¿cómo estás?

Muy bien, gracias. ¿Tu?

Excelente.

Que bien, ¿nos vamos?

Claro vámonos.

Llegamos al salón y nos pusimos a trabajar, cuando escuchamos que tocaron la puerta, eran unas chicas.

¿Podemos pasar a dar un anuncio?

Claro que sí, pasen – Dijo la maestra.

Bueno chicos, como ya saben ya casi salimos de vacaciones y eso conlleva a que ya se viene en baile de fin de clases, será dentro de tres semanas en la cancha de la escuela, espero y puedan asistir todos, no se arrepentirán se divertirán mucho y habrá muchas cosas. Tienen tiempo para ir eligiendo a su pareja.

Muchas gracias maestra.

De nada chicas, buena tarde.

Todos empezaron a hablar de lo del baile, mientras Emi y yo no dijimos nada solo seguimos haciendo nuestro trabajo. Sonó el timbre y salimos a receso.

Bueno Esme, iré con mis amigos, ¿te veo después?

Claro, yo iré con las chicas, ¡adiós!

Nos vemos después Esme, cuídate.

Igualmente Emi, adiós – Dije despidiéndome con la mano.

Emiliano-.

Ahora hablaría con ellos, les diré que quiero cancelar esa tonta apuesta que hice, la verdad es que Esme es una de las pocas chicas que valen la pena y no quiero perderla y tampoco le quiero hacer daño así que hare esto a tiempo.

¡Hey! Qué onda chicos – Dije saludándolos con un abrazo y una palmada en la espalda.

¿Qué pasa hermano? – Dijo Mateo.

Bueno chicos, la verdad es que quiero ya romper la apuesta que hice con ustedes, me he dado cuenta de que Esme es una gran chica y que vale la pena, y no quiero que ella se entere de esto porque si no me

odiara por el resto de su vida. Quédate con mi moto, solo no quiero que ella se entere de esto por favor.

Está bien Emi, solo queríamos que vieras que no solo tú puedes enamorar si no que a ti te pueden enamorar también.

Y por lo de la moto, no te preocupes, quédatela en verdad no importa.

Gracias chicos, en verdad creo que Esme me trae loco, es un amor de niña, súper divertida y hermosa.

Me tengo que ir chicos, los veo después.

Adiós Emi – Dijeron los dos.

Esmeralda-.

Estaba sentada en la banquita del jardín esperando a que llegaran Fer y Jacky, mientras estaba pensando en lo del baile ¿Emi me invitaría al baile? La verdad es que Emi ya me gustaba y mucho y sabía que ya sentía algo muy fuerte por él y algo me hacía sentir que el sentía lo mismo por mí. Espero que sí porque si no, no sabría con quien iría y por supuesto no iría sola. Cuando escuche unos pasos que venían hacia mi levante las vista y ahí estaba Carla, la que estaba loca por Emiliano.

A ti te quería encontrar Esmeralda, como eres tonta, ¿En verdad crees que Emiliano está enamorado de ti? Pobre ilusa.

¿De qué me estás hablando Carla?

De que solo eres una apuesta para Emiliano, ¿acaso no sabes? Pensé que ya sabias porque toda la escuela lo sabe.

¿Que me estas queriendo decir?

Que Emiliano hizo una apuesta con sus amigos Santiago y Mateo para ver si te podía enamorar antes de salir de vacaciones y si Emiliano lo lograba hacer se ganaría una moto nueva, en verdad no creas que te quiere o que está enamorado de ti.

Dime que solo lo estás diciendo para molestarme Carla – Dije con los ojos llorosos.

No Esmeralda, lo hago para que te des cuenta de que Emiliano solo te está usando y que solo te está usando para demostrarle a todos que él puede enamorar a todas y lastimarlas. Así es el.

Me sentía de lo peor, me sentía mal, decepcionada, triste, enojada, usada y ya no soportaba esto, después me puse a pensarlo bien y es por eso que Emiliano cambio mucho conmigo de un día para otro, solo por su maldita apuesta. Todas las cosas bonitas que me decía y los momentos románticos que el planeaba para que yo callera en sus brazos. Tome mis cosas y fui rápido a buscarlo ahora estaba más que enojada.

¡Emiliano! ¡Emiliano! – Dije gritándole.

Hola ángel, ¿Qué pasa? – Dijo.

¿Qué pasa? Me empecé a reír de los nervios.

Esto es lo que pasa que ya me entere de tu maldita apuesta, ¿Ya estas contento? Ya puedes ir por tu nueva moto, ya conseguiste lo que querías ¿no? No lo puedo creer, ¿por qué hacérmelo a mí? Pensé que esto era de verdad, pensé que en verdad estabas sintiendo algo por mí, pero creo que me equivoque, como fui tan tonta como para creerte.

Esmeralda yo… no te vayas por favor, ¿Quién te dijo esto?

No importa quién me lo dijo, el punto es que lo hiciste.

Esmeralda por favor hay que hablar bien.

¿Y que estamos haciendo?

Mira, sé que fui un tonto en hacer esa apuesta pero te juro que en verdad siento algo muy fuerte y verdadero por ti, al principio si quería hacer la apuesta pero cuando fueron pasando los días y hablaba más contigo y te conocía más, esos momentos juntos contigo juro que en verdad fueron maravillosos, yo cancele la apuesta hace unos días porque ya teníaclaro que es lo que siento por ti y les dije que yo ya no quería hacer esa apuesta solo quería estar contigo y nadie más, me di cuenta de que eres lo que buscaba y lo que necesitaba y que me cambiaste mucho, que eres la indicada para mí, y que no sé qué haría sin ti. Pero lo entiendo es mi culpa por haber hecho esa

apuesta, y entiendo si estas enojada conmigo, te entenderé si no me quieres volver a hablar en tu vida, fui yo el que tuvo la culpa de todo esto. Perdóname Esmeralda.

Ya es demasiado tarde para tus disculpas y tu arrepentimiento Emiliano, el daño ya está hecho, ya me ilusionaste y me dejaste caer, no sé qué pensar ya de ti, solo quiero decirte que en verdad me hiciste sentir cosas muy bonitas y bellas, pero ahora me lastimaste y eso no lo perdonare, espero que estés contento y disfrutes de tu nueva moto.

Pero antes te quiero decir una cosa, si sigues así jugando con las mujeres para tener tu ego alto estas muy mal Emiliano, yo no sé qué ganas con hacer eso, pero al final de todo vas a ser tú el que va sufrir en un futuro porque cuando tú te enamores de verdad de una persona esa persona ya no te va a tomar en cuenta como pareja ¿Por qué? Porque ya va a saber cómo eres y va a pensar que no la vas a tomar en cuenta y te vas a quedar solo por ser así de patán ahorita. Debes entender que una mujer es para que la cuides, la quieras, la valores, la admires, la respetes, le recuerdes lo mucho que la amas, que la hagas sentir que es la única para ti. Y al final de todo las personas siempre vamos a necesitar a una persona que nos recuerde lo mucho que nos quiere, que nos admira, que nos ayude en nuestros momentos malos, que nos saque una sonrisa todos los días, nos ayude en todo, nos valore, nos ame, nos respete, nos cuide, que nos haga sentir bien pero que sobretodo nos quiera como somos. Pero para eso necesitas aprenderte a quererte

a ti mismo Emiliano, y tal vez pienses que es muy exagerado lo que te estoy diciendo pero es la verdad tarde o temprano entenderás de lo que te estoy hablando y vas a querer a una persona que sienta todo eso por ti. – Dije con lágrimas en mis ojos y yéndome.

Enseguida me fui a mi casa, sin importarme las clases en lo absoluto me sentía mal, muy mal. No quería hablar con nadie solo quería estar sola, esto es mucho para mí no puedo creer que el haya hecho esto, todo parecía tan real, tan hermoso. Creo que había encontrado al indicado para mí pero ya vi que solo fue una ilusión. Llegue a mi casa y me tire en mi cama, no podía dejar de llorar, ya tenía los ojos hinchados de tanto llorar, no tenía ganas de hacer nada, me quede dormida en un profundo sueño.

Emi-.

Me quede solo viendo como se iba ella llorando, en verdad esto me dolía mucho, era lo que no quería que pasara, pero todo esto es mi culpa solo por una apuesta tonta, acabe lastimando a la persona que me salvo, que me cambio la vida, ahora todo mi mundo dependía de ella y es por eso que ahora mi mundo se ha caído, yo solo hice que ella se fuera, juro que yo no

quería lastimarla, menos ahorita verla así me destroza en mil pedazos y más saber que es por mi culpa que esta así.

No podía perderla ahora que le necesita mucho en mi vida, haría todo lo posible para que me perdonara y para tenerla conmigo y protegerla siempre.

Al otro día llegue a la escuela y no la vi en los casilleros y cuando entre a la clase biología tampoco estaba ahí, eso me deprimía mucho en verdad, no vino a la escuela, el día se pasó bastante aburrido en la escuela, me fui al jardín y me encontré a las amigas de Esme.

A ti te queríamos hablar… - Dijo Jacky

Perdónenme, no fue mi intención lastimar a Esme bueno tal vez al principio sí, pero ahorita juro que me arrepiento demasiado y que ya no puedo vivir sin ella, juro que la necesito e mi vida.

Es muy tardo para eso Emi, lo hiciste y ya no tiene remedio, solo te queremos decir que ya no busques a Esmeralda, ella está muy mal y se pondrá peor si le hablas, la veras todos los días, pero tú ya actúa normal solo no le hables, si tanto la quieres deja de hablarle es lo mejor para ella. Dijo Fer.

Es que no puedo, les digo que la necesito a mi lado, y que sin ella no soy nadie.

Bueno Emi, sabes que cometiste un error y que tienes que enfrentar las consecuencias de la situación, pero se porque Jacky y yo sabemos que lo que nos dices es

verdad, somos niñas y en verdad se ve que quieres mucho a Esme y ya tus amigos nos dijeron que les dijiste que querías cancelar la apuesta.

Esmeralda-.

Le dije a mi mamá que hoy no quería ir a la escuela y como un día antes le conté todo lo que había pasado me dejo quedarme en casa, ese día no hice absolutamente nada más que pensar en lo que estaba pasando y llorar.

Al otro día tuve que ir a la escuela y por desgracia siempre lo veía a él, o lo veía en los casilleros, o en la cafetería, o en la entrada o en mi mesa en biología. Ya no aguantaba esto, no podía soportar estar con la persona que me hizo feliz y que me hizo daño al mismo tiempo.

Toda la semana se pasó así, aburrida, sin chiste alguno, ya no tenía caso venir a la escuela más que solo para ver a Jacky y Fer quienes siempre están ahí para mí, queriéndome hacer sentir bien y alegrándome un poco el día.

También estaban mi mamá y mi hermana apoyándome en todo, y pues mi papá no sabía sobre Emiliano ya que solo lo veo los fines de semana.

Ya habían pasado dos semanas de no hablarle a Emiliano eso era muy difícil para mí, es sorprendente como una persona puede afectar tu estado de ánimo,

necesitar estar con él, tener esos momentos hermosos de nuevo, me acostumbre tanto a él que ahora ya lo necesitaba más que nunca. Y por otro lado ahora todos se estaban volviendo locos por el baile de fin de año y por salir de vacaciones. A Jacky y a Fer ya las habían invitado al baile, irían a comprar sus vestidos este fin de semana, a mi también ya había varios chicos que me habían invitado pero les decía que no, la verdad no estaba en condiciones para ir al baile.

Emiliano.-

Estaba esperando a que Esme saliera de la escuela ya me había puesto de acuerdo con Jacky y Fer para que no llevaran a Esme a su casa así tendría un pretexto para hablar con ella. Ya iban dos semanas de no hablar con ella no sé cómo he sobrevivido tanto tiempo, la extrañaba demasiado, la quería de nuevo conmigo, a mi lado, extrañaba su risa, sus ojos, sus pestañas largas, su sonrisa, su cabello, su forma de ser, la extrañaba de una forma inexplicable, es por eso que se me ocurrió esto.

Ahí venia era ella, es hora de hacerlo.

Esme… - Dije nervioso.

Volteó.

¿Qué quieres Emiliano? – Dijo calmada.

Este... Yo, quería hablar contigo – Dije agarrándome el cuello.

No hay nada de qué hablar entre tú y yo – Dijo molesta.

Por favor Esme, dame una oportunidad de arreglar esto, sé que los dos estamos muy mal por esto, déjame arreglar lo que hice mal. Déjame demostrarte que haría cualquier cosa por ti.

No se Emiliano, no sé si sea lo correcto.

Créeme que es lo mejor, ángel, dame una oportunidad por favor.

Está bien, ¿dónde quieres hablar? - Respondió.

Súbete, conozco un lugar muy bonito.

Le di el casco y ella se lo puso.

Esme, quiero que te subas ahora delante de mí…

No, estás loco si crees que hare eso.

Por favor, ángel no te arrepentirás.

Si subo adelante nos vamos a matar, no quiero manejar yo, no sé, más bien.

No vas a manejar tú, manejare yo, y no nos vamos a matar sabes que siempre cuidare de ti ángel.

Okay – Dijo cortante, no hizo ninguna expresión.

Yo ya estaba arriba de la moto, cuando ella se subió delante de mí.

Pon las manos en las agarraderas – Dije mientras ella la iba poniendo, entonces yo agarre sus manos para poder manejar, es como si ella estuviera manejando pero no.

Pondré tu cabello solo de un lado, porque si no me dejara ver.

Ella asintió con la cabeza.

Puse su cabello de lado izquierdo de forma que podía ver su cuello, cuando arranque mientras iba manejando podía presentir el olor de su perfume, y ver su cuello cuando le daba el sol, y esos aretes en verdad se le veían hermosos, pude sentir como su cabeza volteo un poco para verme y vi sus hermosas y largas pestañas, no cabe duda de que Esmeralda era la chica más perfecta en este mundo, y que quería pasar el resto de mi vida con ella.

Llegamos ángel.

¿Recuerdas que yo te dije que mi sueño era encontrar a una persona con la que pudiera pasar el resto de mi vida?

Bueno, ya hizo realidad, ¿te digo por qué? Por qué justo ahora tengo a esa persona en frente de mí, porque sé que ella es la indicada para mí y que siempre la voy a proteger pase lo que pase, y que mi intensión no fue lastimarla, y que haría cualquier cosa por ella, que siempre estaré ahí para ella y que ella no

lo sabe, pero, sin ella no soy nada, y la verdad esa personita me hace muy feliz con tan solo verla sonreír.

Esmeralda por favor perdóname por todo el daño que te hice, juro no volverá a pasar nunca en la vida, dame una segunda oportunidad de hacerte feliz, prometo que nunca te voy a fallar ángel, estoy muy arrepentido, estas dos semanas no han sido las mismas, me haces mucho falta, te extraño de una manera inexplicable, quiero decirte que nunca había conocido a una chica tan mas perfecta en mi vida, amo que seas amable, cariñosa, simplemente me encantas mucho y quiero estar contigo siempre.

Emiliano son muchos sentimientos encontrados para mí, pero si, te daré una segunda oportunidad, espero y no me falles como dices, no quiero salir lastimada de nuevo, créeme que no es nada bonito eso.

Te lo prometo Esme te voy a cuidar como a mi vida, siempre, lo prometo, nunca te dejare ir de mi lado, eres todo para mí. Ven quiero llevarte a otro lugar – Dije.

Nos subimos a la moto y ella me agarro de la cintura, la llevaría a la playa yo creo que la playa siempre es buen lugar para estar.

Cuando llegamos nos sentamos en la arena y estuvimos platicando sobre muchas cosas, en verdad cuanto la extrañe estas dos semanas.

Esme

¿Qué pasa? – Respondió ella.

¿Quieres ir al baile de graduación conmigo?

Claro que si Emi, me encantaría – Dijo con una sonrisa.

Gracias Eme.

Después estuvimos caminando en la orilla del mar, ya era tarde entonces decidimos volver a nuestras casas.

Esmeralda-.

Ya faltaba poco para el baile y aun no compraba mi vestido, eso empezaba a preocuparme, lo que me ponía feliz es que ella casi acababan las clases, en la tarde iríamos a comprar nuestros vestidos, ya que el baile era en dos días, como siempre todo lo dejo a la ultima hora. Tarde años en encontrar mi vestido, pero seguí buscando y encontré el indicado, era muy sencillo, blanco, corto y tenía encaje de flores. Los de Jacky y Fer también eran hermosos.

¡Es mañana!-exclamó Jacky cuando entré a su coche el viernes por la mañana-. ¡No puedo creerlo!

Ya, ni que fuera para tanto-comenté, la verdad es que yo no era mucho de esas cosas de baile.

Estoy nerviosa, nunca he ido a uno de esos bailes en el colegio-dijo-. Dicen que son en el gimnasio ya que es enorme.

¿A qué hora vendrán a casa?

El baile empieza a las ocho así que supongo que a las seis te estaremos tocando el timbre.

Oh... genial-murmuré con sarcasmo-, imagino que hoy tendremos hora libre todo el día. Es el último día de clases y estamos libres.

Así es... pero eso podremos decirlo mañana después del baile-me corrigió-. Ahí si serán oficialmente vacaciones.

Decidí no ir a buscar los libros a mi casillero. Lamentablemente hoy tendría que vaciarlo y llevarme todos los libros a casa. Por suerte Fer me llevaría en el auto así no cargaría con tanto peso. Me dirigí directamente al salón dieciséis. Ese salón que... por más que lo haya odiado me había hecho compartir la clase con una persona demasiado importante.

Sonreí al ver que Emi se encontraba allí. No lo veía desde un día y medio. Poco para algunas personas pero una eternidad para mí. Me senté y se me quedó observando.

¡Hola!-lo saludé-. Te vez cansado. ¿Cómo estás?

Bien-respondió-, ayer por la noche fui a tu casa. Menos mal que te dije que no iría, estabas durmiendo.

Me hubieras levantado-me quejé-, o bueno en realidad no. Tenía mucho sueño.

Lo supuse-dijo-, de todos modos me quedé un rato hasta que decidí que era tiempo de irme. ¿Fueron a comprar los vestidos?

Sí-respondí, igual no me entusiasma mucho la idea de ir. Me harán usar tacones y maquillaje-agregué frustrada, sabes que no soy de esas chicas que les encanta usar tacones.

¿Eso te molesta?-preguntó-, nunca te he visto usando mucho maquillaje. Estoy seguro de que te verás hermosa-mis mejillas se encendieron y Emi rio-más de lo que lo eres sin él.

Cállate-le ordene, y no. El vestido es cómodo pero no me siento muy a gusto con el pero las chicas me obligaron a comprarlo.

No les hubieras echo caso.

Lo intenté pero según ellas nací para usarlo-comenté riendo-, además están emocionadas. Supongo que debo ser la primera chica que acepta ser vestida por ellas.

Tal vez.

El día pasó bastante divertido. El hecho de que los profesores nos dieran todas las horas libres nos daba la posibilidad de hacer lo que queríamos. Fer no paraba de hablarme sobre los vestidos, la fiesta, el maquillaje, Luis y los zapatos. ¡Me tenía cansada! Llegó un momento en el que decidí dejarla hablando y no prestarle atención.

¿Dónde está Jacky? pregunté para cambiar un poco de tema.

Supongo que debe estar con Kevin –respondió.

Ahora que recuerdo debo ir a vaciar mi casillero.

Yo también... esta es la última hora. Supongo que nos vemos en el coche ¿no?

Sí, pero no tardes porqué los libros pesan.

Me dirigí a mi casillero. ¡Al fin! último día! Ya no tendría que levantarme más a las seis de la mañana por unos dos largos meses.

Tal vez pensarán que con 18 años no puedo decir que Emi es el amor de mi vida pero puedo decir que con 18años pocas chicas han vivido lo que yo viví y han encontrado a un chico que haya dado todo por estar contigo.

Lo primero que hice al entrar a casa fue tirar todos los libros y carpeta de este año a la basura. No las necesitaría para nada. Tanto trabajo a lo largo del año para terminar tirando todo. ¿Genial, no? Lo único que guardé fue la libreta para tener el comprobante de que había pasado de año.

Subí a mi habitación. Ahora sí, estaba completamente aburrida. Mi madre no trabajaba pero tampoco se encontraba en casa. Me había dejado una nota diciendo que iría a hacer las compras. Ahora solo me quedaba cerrar los ojos y esperar a que se hiciera de

mañana para poder esperar a las chicas y prepararnos para ir al baile. Me daba un poco de intriga saber cómo nos veríamos. Sabía que las chicas lucirían genial... ¿pero yo? bueno yo soy un caso perdido.

Esme ¡llegué!-me avisó mi madre desde abajo-, baja a comer. He comprado hamburguesas.

Bajé rápido ya que moría de hambre. Además unas hamburguesas no se le niegan a nadie. Mi madre parecía estar de buen humor.

¿Qué tal te ha ido en tu último día de clases?-preguntó.

Genial, no hemos hecho nada-respondí sonriente-, los profesores nos dieron todas las horas libre.

¿A qué hora vendrán las chicas mañana?-hizo una pausa-, quiero tomarles algunas fotografías antes de que se vayan.

Mamá...-me quejé-, te dejaré pero con la condición de que no te pongas pesada. No me hagas pasar vergüenza.

Está bien, está bien-aceptó-. No te molestes si le pido una foto a cada una con su pareja. Serán lindas fotos de recuerdo.

Estaré en mi cuarto-le avisé mientras terminaba la comida-, me iré a dormir. Tengo sueño y además quiero que las horas pasen rápido.

Subí a mi habitación lentamente, no tenía ganas de saltar los escalones de dos en dos. Al abrir la puerta

casi me da un paro. Que susto me había llevado al verlo sentado en mi cama. Me llevé las manos al corazón.

Hola ángel, supuse que estarías despierta así que vine a visitarte- dijo con una sonrisa. Sabía que por dentro se estaba muriendo de la risa.

¡Estúpido! ¿Quieres matarme o qué?- murmuré enojada mientras cerraba la puerta-, no puedes hacerme esto.

No era mi intención- se lamentó divertido-, pero...nunca viene mal un buen susto.

Créeme que yo ya he tenido bastantes.

Saqué el pijama del armario y me dirigí al baño para cambiarme lo más rápido posible. Cuando salí Emi ya no se encontraba más allí. ¿Se había ido? no era mi intención tratarlo mal.

¿Sigues aquí?-pregunté algo ofendida por su reacción

Nadie contestó.

Emi, ¿estás aquí?-volví a preguntar-. Oye lo siento no quise tratarte así. ¿Dónde estás?

¡BU!-la puerta del armario se abrió y me tomó por la cintura.

Deja de asustarme-le dije molesta-. No te dejaré entrar más si sigues así.

¿Así como?-preguntó acercando su cara a la mía-, ahora que son vacaciones podemos salir más seguido.

El simple hecho de mirarlo a los ojos ya me desconectaba del planeta.

Ah... este...- Emi me interrumpió posando sus labios en los míos.

Era un beso subido de tono, por lo menos eso era para mí. Sabía que mi mamá no tardaría en subir a fijarse si estaba durmiendo y si me encontraba en esta situación podría dar por hecho que las vacaciones las pasaría encerrada en mi habitación.

Ya...-dije separándome de el-, mi madre está subiendo las escaleras-me metí rápidamente en la cama.

Mi madre entro abrió la puerta y se fijó si estaba dormida. A veces me preguntaba si ella escuchaba los ruidos en mi habitación cuando Emi venía. Tal vez por eso entraba a fijarse si estaba durmiendo o no.

Ya puedes salir-le avisé a Emi que estaba dentro del armario-, mi madre se ha ido.

Me estaba ahogando allí dentro-comentó mientras se sentaba en mi cama-. ¿No teníamos algo pendiente?

No, no teníamos nada pendiente-le respondí sonriente-. Nosotros no pero yo sí, tengo que dormir.

Entonces que descanses, ángel.

¿No te irás?-pregunté-, imagino que no debe ser nada divertido quedarse a ver como duermo.

Lo es, a veces hablas en sueños-respondió riendo.

¿Enserio?-pregunté algo avergonzada-, pues entonces ya te puedes ir retirando de mi habitación. No quiero que sigas escuchándome.... ¿Puedes decirme que cosas digo?-agregué rápidamente para sacarme la intriga.

Pues... la mayoría del tiempo dices que me amas-me contó con una sonrisa-, luego que no me quieres perder. También sueñas con Fer y Jacky.

Oh... bueno, debes tener en cuenta que las cosas que digo no las digo consiente-bromeé.

No lo creo, si lo estás soñando es porqué lo sientes-comentó-. Lo que más dices es que me amas. ¿No crees que puede ser verdad, ángel?

Tal vez sí, tal vez no-respondí riendo-. Ya, estoy bromeando pero no te contestaré. Tú confórmate con lo que te digo en sueños.

Me di vuelta para quedar cara con la pared y no distraerme mirando a Emi. Podría pasarme horas mirándolo sin decir nada pero lo encontraba algo inapropiado para hacer ahora ya que él estaba observándome también.

No sé cuánto tiempo se pasó Emi sentado a mi lado escuchando lo que soñaba sólo que cuando me desperté el ya no estaba allí. Eran las dos de la tarde para ese entonces y faltaban cuatro horas para que Fer y Jacky lleguen con todas las cosas. Me

preguntaba si Emi había visto el vestido cuando se metió en el armario. No creo que lo haya hecho ya que estaba guardado en una bolsa pero quien dice... na, mejor ni lo pienso.

No falta mucho para que lleguen las chicas-me avisó mi madre mientras ponía el almuerzo en la mesa. Ella parecía estar más entusiasmada que yo-. ¿A qué hora pasarán los chicos a buscarlas?

A las ocho-respondí.

Está bien, quiero sacarles una foto a todos juntos pero no creo que lleguen al mismo tiempo-se lamentó-, bueno ese chico Luis me cayó bastante bien. Al que no conozco es a Kevin…

Es una excelente persona-le aclaré-, no hace falta conocerlo para darse cuenta.

Me quedé en el sillón viendo un maratón de películas que estaban dando en la tele hasta que Jacky y Ferllegaron. Casi más me mato por atender la puerta rápido. Estaba nerviosa, jamás me había producido tan... tan formal para ir a una fiesta y temía no lucir lo suficiente bien.

- ¡AAAH!-gritó Fer al entrar a mi habitación-. Pensar que faltaban dos meses... y ahora ya estamos vistiéndonos.

¿Con que empezaremos?-preguntó Jacky, yo creo que el maquillaje primero sería mejor.

Verdad, sería terrible que lo manchemos con polvo-mencionó Fer. Bien, primero nos maquillaremos nosotras y luego Esme.

Me senté en mi cama ya que lo del maquillaje era lo que más tiempo tardaría. Mientras veía como Jacky y Fer caminaban por la habitación buscando los labiales, delineadores y esas cosas que necesitaban yo me encargaba de pintarme las uñas. No estaba haciendo la gran cosa pero el esmalte combinaba con el vestido. La primera en terminar fue Fer, Jacky todavía se iba a tardar con el maquillaje.

Bien, ahora ven al baño-me pidió-. Manos a la obra. ¿Cómo llevarás el pelo?

Suelto-contesté algo obvia-, no me lo ataré no me gusta cómo me queda.

Ya deja de menos preciarte-me regañó Fer mientras me ponía frente al espejo-, comenzaré con los ojos y luego lo demás.

Mientras trataba de descifrar que era lo que Fer me ponía podía escuchar los pasos de Jacky poniéndose el vestido y caminando con los tacones. Al parecer solo me había puesto delineador, máscara para las pestañas y sombra para los ojos.

Bueno Esme, es hora de abrir los ojos.

No quiero verme-protesté.

Te lo pierdes, luces realmente hermosa con este maquillaje ya quiero verte con el vestido-dijo-. Ya te estoy envidiando desde este momento.

Cállate-le ordené mientras abría los ojos de golpe-. ¡MI-RA-ME!- exclamé. Realmente me parecía una exageración lo que me había puesto. Lo único que me gustaba era el pintalabios natural. El maquillaje en los ojos me quedaba... no lo sé, tal vez no era exagerado y como yo nunca había usado me parecía así.

¡ESTÁS HERMOSA!-exclamó Fer, deja de decir que no y nada de quitarte el maquillaje a escondidas-me advirtió.

Ambas fuimos a la habitación por los vestidos. Ella se lo pondría en el baño y yo aquí. Se me hizo algo difícil ponérmelo pero pude. Me calcé los zapatos y me miré en el espejo. Definitivamente estaba unos ocho centímetros más alta, mi cara era la misma solo que tenía algo de color. No tenía comentarios para decir como estaba, eso me lo dirían las chicas y sabía que por más que no estuviera de acuerdo ya no había vuelta atrás. Tenía que ir con esto sí o sí.

¿Están vestidas ya?-preguntó Fer desde el baño-.

Abrimos la puerta y salimos al pasillo. Las tres nos quedamos con la boca abierta. ¡Jacky se veía genial con ese vestido! el maquillaje rojo combinaba bien con su pelo negro. Se veía realmente hermosa, tanto que hasta me sentía opacada. Si a Kevin no le gustaba podía afirmar que estaba completamente loco.

Por otro lado Fer también estaba hermosa. Como Ferera más morena el color naranja le quedaba genial y el maquillaje que llevaba también le quedaba muy bien.

¿Eres tu Esme?-preguntó Jacky, luces... realmente hermosa.

¿Qué les dije?-respondió Fer- Definitivamente te vez hermosa y no seremos las únicas en decírtelo.

¡Chicas, ya basta!- exclamé cansada de que me dijeran esas cosas-, no hace falta que lo repitan. Ustedes se ven geniales. A parte creo que no podré bajar las escaleras con estos tacones... ¿cuánta altura tienen?

Ocho centímetros, pero no te quejes los míos tienen quince.

Es que tú ya estás acostumbrada a usarlos, Fer -le recordé. Jamás he usado unos tan altos.

¡¿Chicas, ya están?!-gritó mi madre desde abajo-, apúrense que ya es casi la hora y quiero sacarles unas fotos. ¡Bajen de una por una!

La primera en bajar fue Jacky, escuchábamos su risa desde arriba. Mi mamá le había sacado mínimo veinte fotos. Luego bajo Fer ya que me dijo que mi madre se emocionaría más si me veía a lo último. Y después... yo. Me aferré bien fuerte al barandal ya que todavía no lograba mantener el equilibrio con esos tacones. Ya cuando pude ver a mi madre me empezó a llenar de fotografías.

¡Ya basta mamá!-me quejé por el flash-, me estás haciendo mal a los ojos.

¡Luces realmente hermosa!-comentó mientras se acercaba a mí y me abrazaba-, debo agradecerle a las chicas por haberte dejado así- mi madre le entregó la cámara a Fer, sácame una foto con ella.

Mientras mi madre se sacaba fotos conmigo y luego nos sacaba a mí, a Fer y a Jacky juntas posando y haciendo caras raras de esas que nos gustaban esperábamos a que los chicos lleguen. El primero fue Kevin, también se sacó fotos con nosotras y luego se llevó a Jacky dejándonos solas esperando a Luis.

¡Debe ser el!-exclamó Fer-, atiende tú.

Está bien-acepté con una risa-. ¡Ya va!-grité para avisarle.

Busqué la llave y abrí nuevamente la puerta. Luis se quedó mirándome con la boca abierta. ¿Enserio estaba tan distinta a como me veía siempre? Yo me vi igual solo que con un poco más de color y altura.

Luces hermosa-me elogió-. Imagino que la del maquillaje fue Fer. Ya conozco ese tipo de delineado.

Gracias, y pues... supones bien ha sido Fer la del maquillaje-comenté-. Enserio te sorprenderás al verla. Luce realmente bonita.

Hola – Dijo Fer mientras se aparecía por detrás mío con cara graciosa. Luis casi se desmaya al verla-. ¿Y? ¿Luzco mejor de lo que pensabas, Luis?- ellos tan graciosos como siempre.

Mejor de lo que creí-contestó dándole un beso. Bueno, ahí yo ya estaba de sobra.

¿Esme, segura que no quieres que te llevemos?-se ofreció Fer.

No, claro que no.Nos vemos en un ratito.

Casi se me sale el corazón cuando vi quien se encontraba frente a mí. Era Emi, y se veía hermoso como siempre. Llevaba una rosa blanca en la mano y una sonrisa en la cara. Separé el espacio que nos quedaba con un abrazo. Lo sé, no tengo más palabras para poder decir cómo me siento. Él tomó mi cara y sin decir nada me besó. Eso ya se estaba haciendo normal en nosotros.

Toma esto es para ti -dijo entregándome la rosa -Luces realmente... hermosa, enserio. Me dijiste que el vestido no te gustaba pero creo que a nadie se le vería mejor que a ti.

¡Basta!- me quejé, Fer tenía razón ya era como la quinta persona que me lo decía-, no me digas más eso.

Estás hermosa, luces hermosa y eres hermosa- dijo para molestarme-. Bueno... ¿vamos?

Sí... sabes, como has venido tarde también se hará tarde y no habrá lugar para estacionar-le advertí-. Supongo que será mejor dejar el auto a unas tres calles así nos ahorramos la molestia de tener que dar veinte vueltas hasta que se desocupe un lugar.

Como digas, ángel.

Nos subimos al auto. Este día sería genial.

Emi estacionó el auto a unas tres calles del colegio. Algo un poco lejos e incómodo como para ir caminando con unos tacos de ocho centímetros pero bueno, si me concentraba podría caminar.

Ni con esos tacones me alcanzas-se burló mientras me tomaba de la mano y entrelazaba nuestros dedos. No me separé ya que me gustaba estar así-, supongo que ahora te llevo unos tres centímetros.

Probablemente-afirmé-. ¡Mira ese es el auto de Luis!-exclamé entusiasmada al ver que ellos ya habían llegado-. ¡Y allí está el de Kevin!

Wow que emoción-comentó con sarcasmo mientras entrábamos al colegio. Varias personas que se dirigían al gimnasio se nos quedaban mirando.

Jamás se había visto a Emi tomado de la mano con una chica. Tal vez si había rumores pero nunca se confirmaban viéndolo de pareja. Además más de la mitad de las chicas estaban muertas por el... dios me ayude a no ser odiaba por ellas. La música se podía sentir desde donde estábamos y nos encontrábamos a unos cinco metros más o menos.

Entramos al gimnasio. Si no fuera por el hecho de que yo estuve allí casi todo el año podría decir fácilmente que era un salón. Se veía realmente bien. La pista de baile se encontraba en el centro y las mesas circulares de ocho sillas a los costados. Prácticamente ya habían llegado todos. A la primera que pude distinguir entrelas luces del lugar fue a Carla quien me fulminaba con

la mirada cargada de odio. Llevaba un vestido rosa demasiado llamativo, por eso la reconocí al instante. Sentados en una mesa se encontraban Fer y Luis que se nos quedaron mirando sorprendidos y en la pista bailando Kevin y Jacky.

¿Era lo que te imaginabas, ángel?-preguntó Emi. Fer se estaba acercando a nosotros con una sonrisa.

Perdonen por interrumpir pero necesito hablar con Esme un momento. ¿Te la puedo robar?

Claro, no hay problema pero luego me la devuelves- le avisó Emi, estaré con ese chico... Luis en la mesa.

¿Qué es eso de las manos entrelazadas, están saliendo o qué?- preguntó.

No lo sabemos- respondí riendo-, es extraño. Podría decirse que sí pero no lo hemos confirmado.

Lo supuse desde el momento en el que me dijiste que él te había acompañado... bueno ya sabes qué día, prometimos no hablar más sobre el tema. ¿Has visto el vestido de Carla?

Sí... bueno, vino más cubierta de lo que creí- comenté-. No le queda tan mal. ¿Con quién ha venido de pareja?

Con un chico de segundo- respondió con recelo-, era obvio que no vendría sola y siempre hay alguien que aceptará ir con ella- hizo una pausa y miró asía la mesa en donde Luis hablaba entusiasmado con Emi

quien no parecía darle mucha importancia-. ¿No se ven lindos?

Sí, definitivamente sí- afirmé.

Fer se fue y yo salí afuera en busca de mi galán. ¿Galán? bueno, un galán algo informal. Estaba sentado en una banca del patio, si no me equivocaba fumaba un cigarrillo.

¿Podrías dejar de hacer eso?- pregunté mientras se lo quitaba de la boca-, no te hace bien y ya no le veo el porqué.

Me gusta, además no fumo mucho-se excusó-. ¿Me lo devolverías?

No.

Tenemos cosas que hablar- comentó dando el tema por finalizado. Se levantó y me estiró una mano para que me levantara. La tomé y me paré frente a el-, supongo que ya sabrás de que hablo y necesito saber una cosa.

¿Qué?- pregunté débilmente, tenerlo tan cerca y que me esté mirando a los ojos tan fijamente me hacía volar.

Quiero saber qué es lo que sientes por mí, ángel- me pidió-, necesito saberlo.

Yo...- sabía muy bien lo que sentía por el pero la vergüenza me superaba. Cerré los ojos tratando de pensar que él no estaba allí, aunque se me hacía imposible-. Te amo- susurré-, enserio te amo.

Bueno supongo que con eso basta por un tiempo ¿no crees?- preguntó mientras me tomaba por la cintura-, mira sé que lo que hemos pasado nosotros no es lo más normal pero creo que nos ha servido de mucho.

No soy el chico con el mejor pasado, ni tampoco presente, no tengo las mejores actitudes ni las mejores experiencias de vida... ¿crees que podrías aceptarme de todos modos? Soy tuyo, si me aceptas.

Lo miré a los ojos y pude notar que me estaba hablando con total sinceridad. En ese momento se me pasaron por la cabeza todas las cosas que habíamos vivido desde esa primera clase de biología. Todos esos acercamientos que me volvían loca. Emi era peligroso y lo sabía pero que más daba... ya estaba completamente entregada. No me importaba su pasado ni su presente, por eso yo estaba enamorada de él y nada podía hacer contra eso. Ninguna persona habría hecho todo lo que él hizo por mí este tiempo.

No puedo creer como desde que lo conocí mi vida dio un giro de 360 grados. Sabía que había cambiado para bien. Y todo eso gracias a una persona, una persona que se volvió la más especial para mí.

Me estás preguntando si...

En las típicas palabras adolescentes te estoy preguntando si, ¿Quieres ser mi novia?-concluyó.

Me haces sentir cosas que jamás sentí con nadie-hizo una pausa y se acercó a mí-. Aún no me contestas.

¿Quieres que lo haga cuando ya sabes la respuesta?

Quiero que me lo confirmes…

Sí- sonreí,

Quería escucharlo salir de tu boca-confesó mientras se inclinaba y me besaba. Ahora sí, definitivamente estaba saliendo con Emi.

Tenemos que volver adentro- dije luego de separarnos-. No creo que sea conveniente que nos encuentren aquí.

Emi me tomó de la mano y entramos al salón. Nos la pasamos con Fer, Luis, Kevin y Jacky. La noche pasó bastante divertida, sin contar algunas miradas que nos echaban las chicas que estaban enamoradas de Emi.

Estábamos en la pista de baile cuando empezó a sonar una canción lenta, “Flightless bird, american mouth” amaba esa canción.

¿Bailas, ángel?- preguntó con una sonrisa mientras me tomaba de la cintura. Me giré para buscar ayuda de Fer pero ella ya se encontraba con Luis.

¿Qué más da?, que me odien- murmuré mientras colocaba mis manos detrás de su cabeza.

Emiliano-.

La saque a bailar, ella puso sus manos detrás de mi cabeza y mientras bailábamos y la miraba a los ojos, pensaba que me encantaba la idea de que Esme era solo mía y de que iba a ser yo el que la cuidaría por siempre, no sé cómo ni cuándo paso pero, me enamore de ella, y podría afirmar que estaba verdaderamente, locamente y profundamente enamorado de ella, era la chica de mis sueños, la que con solo verla me alegra el día, amo todo de ella, sus ojos, su cabello, su estatura, su personalidad, toda ella es perfecta, nunca la dejaría ir, nunca le fallaría. Sé que la amo porque si a ella le pasa algo mi vida enterase perdería. Ahora más que nunca la protegería y la amaría con todo mi corazón, la quiero por siempre conmigo. Al terminar la canción le di un beso tierno en la frente para que supiera que siempre la iba a cuidar y que siempre la amaría.

Esmeralda-.

Estuvimos bailando toda la canción. Traté de no ponerme nerviosa ya que solía hacerlo cuando bailaba. Mientras bailábamos me miro a los ojos, esos ojos que tanto amaba en los que me perdía siempre, no cabe duda de que Emi era el chico correcto para mí, no sé qué sería de mi vida sin él, lo quería tener para siempre conmigo. Y con esa mirada me lo dijo todo. Al terminar la canción me dio un beso en la frente y me sentí protegida y amada, era algo que

alguien jamás me había hecho sentir. Y sabía que solo él me podía hacer sentir así.

Te amo ángel- susurró.

Yo también te amo.