tiempo de vacaciones como marco de vida

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VOL. XLI—NÚM. 117 TIEMPO DE VACACIONES COMO MARCO DE VIDA 7—(399)--CURSO 1959-60 Tiempo de vacaciones como marco de vida PERSPECTIVAS PEDAGÓGICAS DEL, TEMA. El hecho de las vacaciones escolares se ha enfo- cado de tantas formas distintas que el primer pro- blema con que nos encontramos es precisamente el de determinar el punto de vista en que tenemos que situarnos para su comprensión. No porque este tema requiera una perspectiva distinta de la de los demás fenómenos pedagógicos, sino porque en él se hace es- pecialmente sensible la ausencia de una postura ade- cuada y porque la manera habitual de tratarlo no suele corresponder a la que exige su naturaleza. El punto de vista en la educación y en la pedago- gía ha variado históricamente del mismo modo que ha ocurrido en los otros sectores de la cultura hu- mana y obedeciendo a las mismas leyes (1). De una visión del proceso educativo desde el contenido o el fin de la educación se pasó a considerarlo en la pers- pectiva del educador. Más tarde el centro de grave- dad se desplaza al método (s. XVII). Poco a poco co- mienza a sentirse la necesidad de mirar las cosas des- de el educando mismo. Lo que se hallaba ya latente en el espíritu del tiempo alcanza una expresión ve- hemente y apasionada, romántica, en Rousseau. Pero con él no se ha hecho más que comenzar un camino que no ha terminado todavía. En 1900, cuando el im- perativo "commencez par étudier vos élèves, car tres assurément vous ne les connaissez point" se ha tra- ducido ya en una abundantísima literatura sobre si- cología infantil y se inicia la segunda generación de la Escuela Nueva, nos hallamos todavía en una pers- pectiva exterior. A partir de entonces vamos pe- netrando cada vez más en el interior del educando. el estrato sicológico va quedando atrás y se comien- za a ver la educación en el plano de la vida del hom- bre con el significado metafísico que esa palabra tie- ne en la filosofía de hoy. La sucesión de todos esos puntos de vista no significa exclusión. El proceso edu- cativo es como un poliedro transparente en el que los vértices fuesen aquellos elementos esenciales que el análisis descubre. Al ir cambiando la posición del sólido no se pierde la visión de ningún vértice, pero cambia su distancia al observador y a través del que Se halla en el primer plano se hacen visibles los demás. Las vacaciones escolares son algo que acontece en la vida del estudiante y hay que mirarlas desde él. Generalmente se las estudia como un problema de organización escolar, en un plano determinado por el docente, por el educador. Desde luego se tienen en cuenta las necesidades del educando, aunque la ma- yor parte de las veces se trata de necesidades que el sujeto mismo no siente, pero se olvidan otras ne- cesidades y problemas relacionados de un modo más intimo con su personalidad. Lo inadecuado de tal pos- tura resulta evidente cuando se examinan con un poco de atención las definiciones ordinarias: "suspen- sión de los estudios por algún tiempo", "tiempo en que no se enseña", "período en que se interrumpen (1) Véase J. Ortega y Gasset: Sobre el punto de vis- ta en las artes, O. C., t. IV, paga. 443-457 las actividades escolares", es decir, tiempo en que los docentes se despreocupan, no se cuidan de sus alum- nos; aunque luego se haga entrar en la definición la razón del fin: tiempo dedicado a "proporcionar al escolar y al maestro la posibilidad de descansar y restablecerse corporal e intelectualmente del quebran- to que el duro trabajo escolar produce". Dos hechos subrayan esta perspectiva docente: la escasez de es- tudios sobre las vacaciones, como problema que cae fuera de la órbita del docente profesional inactivo en ese momento, y los asuntos que tratan los escasos tra- bajos monográficos, consistentes en peoyectos de re- gulación del tiempo escolar sobre bases higiénicas y estadísticas y consideraciones sicológicas y fisiológi- cas para fundamentar lo anterior (geosicología, fati- ga, etc.). Otras veces se refieren a los problemas de aquellas instituciones que se ven obligadas a hacer- se cargo de los escolares en épocas que coinciden con las vacaciones oficiales o de las que reclutan su alum- nado entre los escolares que acaban de terminar un curso y que en realidad no hacen con ello más que comenzar "otro". Parece como si el alumno en va- caciones no existiera para los tratados y enciclope- dias de pedagogía. Pero la ciencia de la educación colocada en la actitud adecuada tiene que preocu- parse del hombre en todas las circunstancias. La pe- dagogía vista desde la vida del educando concibe a éste como una continuidad de existencia sin posibles interrupciones en sus progresos y limitaciones, inde- pendiente de las incidencias de los sistemas educati- vos. El cuerpo docente podrá desentenderse de sus alumnos durante unos días o unos meses, la pedago- gía no y acaso descubra en esos momentos algunas de sus mejores posibilidades. Claro está que la ad- ministración y la organización escolar establecen los períodos de vacaciones sobre una base científica que forma parte de los estudios pedagógicos, pero esto debe hallarse subordinado a lo otro y permanecer en un segundo término en el orden de prioridad de la atención. Tres cosas hemos de preguntarnos en relación con las vacaciones: 1. ¿ Qué son? 2. ¿ Cómo son vividas por los sujetos que las disfrutan ? 3. Misión de la educación en ese período. Al responder a las dos pri- meras preguntas tendremos que señalar las limita- ciones surgidas en el sujeto como consecuencia de los caracteres del tiempo de vacaciones y las ener- gías transformadoras positivas que éste lleva consi- go. Sobre el esquema general que tracemos habría que señalar después las matizaciones diferenciales que le imprimen la edad, el sexo, los tipos de perso- nalidad, etc., pero por ahora vamos a prescindir de este último punto, que requiere un estudio mono- gráfico especial que no altera, sin embargo, los ras- gos esenciales de nuestro estudio. ORIGEN DE LAS VACACIONES. Las vacaciones son un hecho con que se encuentra el escolar de todos los grados. La forma fundamen- tal que adoptan en la actualidad es la de un acto ofi- cial, reglamentado incluso por prescripciones legis- lativas. Pero la administración escolar no ha hecho más que admitir y regular lo que ya existía de un

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Page 1: Tiempo de vacaciones como marco de vida

VOL. XLI—NÚM. 117

TIEMPO DE VACACIONES COMO MARCO DE VIDA 7—(399)--CURSO 1959-60

Tiempo de vacacionescomo marco de vida

PERSPECTIVAS PEDAGÓGICAS DEL, TEMA.

El hecho de las vacaciones escolares se ha enfo-cado de tantas formas distintas que el primer pro-blema con que nos encontramos es precisamente elde determinar el punto de vista en que tenemos quesituarnos para su comprensión. No porque este temarequiera una perspectiva distinta de la de los demásfenómenos pedagógicos, sino porque en él se hace es-pecialmente sensible la ausencia de una postura ade-cuada y porque la manera habitual de tratarlo nosuele corresponder a la que exige su naturaleza.

El punto de vista en la educación y en la pedago-gía ha variado históricamente del mismo modo queha ocurrido en los otros sectores de la cultura hu-mana y obedeciendo a las mismas leyes (1). De unavisión del proceso educativo desde el contenido o elfin de la educación se pasó a considerarlo en la pers-pectiva del educador. Más tarde el centro de grave-dad se desplaza al método (s. XVII). Poco a poco co-mienza a sentirse la necesidad de mirar las cosas des-de el educando mismo. Lo que se hallaba ya latenteen el espíritu del tiempo alcanza una expresión ve-hemente y apasionada, romántica, en Rousseau. Perocon él no se ha hecho más que comenzar un caminoque no ha terminado todavía. En 1900, cuando el im-perativo "commencez par étudier vos élèves, car tresassurément vous ne les connaissez point" se ha tra-ducido ya en una abundantísima literatura sobre si-cología infantil y se inicia la segunda generación dela Escuela Nueva, nos hallamos todavía en una pers-pectiva exterior. A partir de entonces vamos pe-netrando cada vez más en el interior del educando.el estrato sicológico va quedando atrás y se comien-za a ver la educación en el plano de la vida del hom-bre con el significado metafísico que esa palabra tie-ne en la filosofía de hoy. La sucesión de todos esospuntos de vista no significa exclusión. El proceso edu-cativo es como un poliedro transparente en el que losvértices fuesen aquellos elementos esenciales que elanálisis descubre. Al ir cambiando la posición delsólido no se pierde la visión de ningún vértice, perocambia su distancia al observador y a través del queSe halla en el primer plano se hacen visibles los demás.

Las vacaciones escolares son algo que acontece enla vida del estudiante y hay que mirarlas desde él.Generalmente se las estudia como un problema deorganización escolar, en un plano determinado porel docente, por el educador. Desde luego se tienen encuenta las necesidades del educando, aunque la ma-yor parte de las veces se trata de necesidades queel sujeto mismo no siente, pero se olvidan otras ne-cesidades y problemas relacionados de un modo másintimo con su personalidad. Lo inadecuado de tal pos-tura resulta evidente cuando se examinan con unpoco de atención las definiciones ordinarias: "suspen-sión de los estudios por algún tiempo", "tiempo enque no se enseña", "período en que se interrumpen

(1) Véase J. Ortega y Gasset: Sobre el punto de vis-ta en las artes, O. C., t. IV, paga. 443-457

las actividades escolares", es decir, tiempo en que losdocentes se despreocupan, no se cuidan de sus alum-nos; aunque luego se haga entrar en la definición larazón del fin: tiempo dedicado a "proporcionar alescolar y al maestro la posibilidad de descansar yrestablecerse corporal e intelectualmente del quebran-to que el duro trabajo escolar produce". Dos hechossubrayan esta perspectiva docente: la escasez de es-tudios sobre las vacaciones, como problema que caefuera de la órbita del docente profesional inactivo enese momento, y los asuntos que tratan los escasos tra-bajos monográficos, consistentes en peoyectos de re-gulación del tiempo escolar sobre bases higiénicas yestadísticas y consideraciones sicológicas y fisiológi-cas para fundamentar lo anterior (geosicología, fati-ga, etc.). Otras veces se refieren a los problemas deaquellas instituciones que se ven obligadas a hacer-se cargo de los escolares en épocas que coinciden conlas vacaciones oficiales o de las que reclutan su alum-nado entre los escolares que acaban de terminar uncurso y que en realidad no hacen con ello más quecomenzar "otro". Parece como si el alumno en va-caciones no existiera para los tratados y enciclope-dias de pedagogía. Pero la ciencia de la educacióncolocada en la actitud adecuada tiene que preocu-parse del hombre en todas las circunstancias. La pe-dagogía vista desde la vida del educando concibe aéste como una continuidad de existencia sin posiblesinterrupciones en sus progresos y limitaciones, inde-pendiente de las incidencias de los sistemas educati-vos. El cuerpo docente podrá desentenderse de susalumnos durante unos días o unos meses, la pedago-gía no y acaso descubra en esos momentos algunasde sus mejores posibilidades. Claro está que la ad-ministración y la organización escolar establecen losperíodos de vacaciones sobre una base científica queforma parte de los estudios pedagógicos, pero estodebe hallarse subordinado a lo otro y permanecer enun segundo término en el orden de prioridad de laatención.

Tres cosas hemos de preguntarnos en relación conlas vacaciones: 1. ¿ Qué son? 2. ¿ Cómo son vividaspor los sujetos que las disfrutan ? 3. Misión de laeducación en ese período. Al responder a las dos pri-meras preguntas tendremos que señalar las limita-ciones surgidas en el sujeto como consecuencia delos caracteres del tiempo de vacaciones y las ener-gías transformadoras positivas que éste lleva consi-go. Sobre el esquema general que tracemos habríaque señalar después las matizaciones diferencialesque le imprimen la edad, el sexo, los tipos de perso-nalidad, etc., pero por ahora vamos a prescindir deeste último punto, que requiere un estudio mono-gráfico especial que no altera, sin embargo, los ras-gos esenciales de nuestro estudio.

ORIGEN DE LAS VACACIONES.

Las vacaciones son un hecho con que se encuentrael escolar de todos los grados. La forma fundamen-tal que adoptan en la actualidad es la de un acto ofi-cial, reglamentado incluso por prescripciones legis-lativas. Pero la administración escolar no ha hechomás que admitir y regular lo que ya existía de un

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modo natural o establecido por el hombre con diver-sos motivos.

En su fase natural aparecen primero como el vacíode actividad que dejan entre sí dos períodos de acti-vidad impuesta por las necesidades de la vida. Son,pues, una consecuencia del cese, de la conclusión de

algún trabajo (cosecha, guerra, construcción) y se ex-perimentan como una tregua que otorga la circuns-tancia hostil. Otras veces vienen dictadas por la Na-turaleza misma como interrupción forzosa de las la-bores por su manifestación adversa (estaciones delluvias, sequías, períodos de frío) o por las leyes queimpone a los fenómenos que dependen de ella (ma-duración, migración, ocasión) y que fuerzan a la es-pera. La aparición de motivos estrictamente huma-nos no anulan las causas anteriores que subsisten to-davía hoy apareciendo bajo una u otra forma, sobretodo en aquellos círculos en que rigen condiciones devida elementales. Pero el perfil característico de lasvacaciones aparece por razones espirituales. Antetodo por motivos religiosos: imitación de la divini-dad, mandato sobrenatural, necesidad de un tiempodedicado al culto y a las manifestaciones sagradas.Otras veces son motivos económicos o sociales. Todoesto se transfiere al campo de la educación, como unalabor más de la comunidad sujeta a las mismas con-diciones y circunstancias de las otras actividades. Hay.sin embargo, causas particulares de la cesación del

trabajo docente y discente como la ocupación perió-dica de maestros y alumnos en los trabajos generalesdel círculo de vida a que pertenecen y que determi-nan una alternancia de las tareas escolares y extra-escolares. Por otra parte el sentido de las vacaciones

va evolucionando también al compás de la historia.En los pueblos clásicos se considera el proceder for-/nativo como la mejor ocupación de la gran vacacióndel trabajo servil de que disfruta el hombre libre. Esel concepto de ocio tan esencial para la com-prensión de la cultura griega y romana. La institu-ción educativa, la escuela (.3 )( 0 ),-/ = ocio; en latín

"ludus" = juego) es un excelente instrumento para

llenar el tiempo que se halla libre de trabajos. Loshombres aparecen divididos en dos grupos: los for-zados a la labor manual y los que vacan. En estaconcepción las vacaciones escolares son, pues, vaca-ciones menores de esa feria radical que posibilita elperfeccionamiento de lo más humano del hombre. Sonvacíos de ejercicio espiritual lleno con la alegría yel complejo significado de los juegos y fiestas. Los

romanos selectos tuvieron una clara visión de los de-beres del tiempo de vacaciones manifestada, por ejem-plo, en la famosa inscripción de las villas estivales("Quieti non otio"). El Cristianismo coloca en el pri-mer plano la motivación religiosa, de tanta importan-cia ya en el pueblo hebreo. Junto al descanso domi-nical han de existir períodos dedicados a conmemo-rar los misterios de la religión. Las vacaciones hande acomodarse a los ciclos del año litúrgico.

En el monasterio medioeval, donde el trabajo de lasmanos acompaña a las tareas del espíritu, motivosreligiosos y naturales se combinan para determinarlos cambios de actividad que jalonan la vida ininte-rrumpida de los "pueri oblati" del cenobio. En el fa-

mosísimo diario de Walafrido Strabo (A. rx) encon-

tramos -anotaciones como la siguiente:

"En otoño, durante la época de la vendimia, hubovarios días de vacación; salíamos con nuestros pro-fesores al lago o nos dedicábamos a recoger manza-nas bajo los árboles cargados de frutas que rodeaban

al monasterio."La primera apelación sistemática a los habituales

motivos higiénicos sicológicos y fisiológicos apareceen el Renacimiento con su preocupación por el hom-bre y su exaltación de la vida corporal. Cuando porprimera vez se intenta el establecimiento de un plangeneral de organización escolar para todo un paísse utiliza como criterio científico la concepción neo-platónica mística del universo que el mismo Renaci-miento había resucitado. El fundamento racional quesirve de base a las vacaciones viene determinado porla idea de que la realidad repite una misma estruc-tura a diferentes niveles, con grados distintos de per-fección, a distancia regular y progresivamente leja-nas de la plenitud del ser. Por eso las leyes funda-mentales, la estructura general de todo, puede serdescubierta en cualquiera de los estadios de esa ema-nación, sobre todo en el que nos es más inmediato y

constante: la Naturaleza. Comenio, quien represen-

ta del modo más consecuente esta concepción, se ex-

presa así :"... Tiene también el árbol necesidad de descanso

durante determinados periodos. Es decir, no debe es-tar siempre produciendo semillas, flores y frutos, sinoque a veces debe atender a sus operaciones internas,elaborar savia y fortalecerse. Por eso quiso Dios quetras el estío viniese el invierno para proporcionardescanso a todo cuanto crece sobre la tierra y a latierra misma, de igual modo que ordenó en su leydejar descansar la tierra cada siete años (Lev. 25).Asimismo dispuso la noche para los hombres (y tam-bién los demás animales), a fin de que durante ellase reparasen las fuerzas gastadas en las fatigas deldía, no solamente mediante el sueño, cuanto por elreposo de los miembros. Aun en el breve intervalode las horas hay que dar, tanto al entendimiento co-mo al cuerpo, alguna quietud para que nada se hagacon violencia, que es contraria a la naturaleza. Enmedio de los trabajos diarios hay que procurar al-gún respiro, conversación, juegos, recreos, música uotras cosas parecidas que distraen los sentidos exter-

nos e internos" (2).Nuevas fuentes de la disposición de las vacaciones

serán luego el filantropismo, la atención a la sicolo-

gía particular de la infancia, a la libertad del edu-

cando."... Laissons-le se développer aussi librement que

possible, ne génons en rien son épanouissement, assis-tons en retenant notre souffle ä l'éclosion et au pro-

grès de son génie naturel" (3).Más tarde aportarán nuevos criterios los métodos

estadísticos y experimentales.

TIEMPO LIBRE.

De origen natural o artificial, inesperadas o pre-vistas, las vacaciones se presentan en la vida del es-colar, del estudiante, como algo que le llega de fuera,

(2) Did. Mag., XV, 12.(3) 2mile, II.

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algo que le acontece. "Vienen" o "llegan" como in-defectiblemente hacen su aparición las distintas ho-ras, las estaciones, las edades, el azar. Desde luegocabe la posibilidad de "tomárselas", es decir, estable-cerlas por un acto de la propia voluntad, pero estono altera su naturaleza ni anula la necesidad deafrontarlas. Es más bien una modalidad que adoptael problema de su origen y una forma de las actitu-des frente a la educación impuesta desde fuera; laactitud de su negación. También el más decisivo delos "acontecimientos", la muerte, puede ser buscadoy establecido por un acto de libre voluntad (4).

Cuando las vacaciones llegan, ¿qué es lo que enrealidad nos traen ? Con qué nos encontramos? Elentusiasmo con que se las acoge es casi siempre lamanifestación de sentimientos de alivio, de esperanza,de ilusión por contar con un tiempo libre. Pero espreciso tomar estas dos palabras en todo su alcan-ce. Las vacaciones significan plena posesión de tiem-po, son ante todo tiempo, no simplemente algo quesucede en el transcurrir de los días, en la sucesiónde los giros de nuestro planeta sobre sí mismo y entorno al sol, sino el tiempo mismo, el tiempo vivido,en una concreción particular que le imprime deter-minadas características y un perfil propio del ma-yor interés educativo.

La primera nota es la de su situación. Se trata deun tiempo que sucede a una tarea cumplida, y cum-plida de una forma que puede revestir todos los gra-dos posibles de estimación o desestimación; a vecestambién sucede a una labor incompleta, inconclusa.fracasada. Esta tarea anterior destila sobre la viven-cia de este nuevo lapso de tiempo que hace su irrup-ción en la vida un matiz especial. Puede vivirse comotiempo de expiación o gozarse como recompensa, comotiempo premio. Puede ser fase de olvido o períodode recapitulación, orden, síntesis y balance.

La segunda nota es común al tiempo escolar y alas demás unidades tópicas que integran la experien-cia discontinua del tiempo de la vida : su previstalimitación. Pero la nota de libertad, de plena pose-sión del tiempo feriado otorga a esta limitación unaelasticidad interna de que se halla desprovisto, porejemplo, un curso académico, ocupado sistemática-mente por dosis regulares de prescripciones y man-datos que, en definitiva, son ajenos (5). Por el con-trario, el plazo de las vacaciones, por ser verdadera-mente nuestro, puede prolongarse o reducirse, hacer-se denso o fluido, ya que su medida ha de referirseal contenido y no al volumen del recipiente, como yahacia observar Séneca (6).

Esa plena posesión del tiempo matiza asimismo elcarácter de tiempo menguante o "emplazamiento" (7)que podemos percibir en las vacaciones, como la vidaentera o cada uno de los tramos en que se vive. Eltiempo como instante, el mero pasar del tiempo ca-recería de sentido si no se superase con la visión del

(4) Uno de los más importantes problemas pedagó-gicos es el de conseguir en el educando la actitud deapropiación de las tareas "propuestas".

(5) Otra de las cuestiones más esenciales en la edu-cación es la de los problemas que implica su caráctertutelar.

(6) Epist. 94.(7) Véase el resumen de las ideas actuales sobre el

tiempo, hecho por J. L. L. Aranguren en su Etica, pá-ginas 191-197.

futuro, pero esta previsión del tiempo humano nopermite tenerlo como una realidad de volumen cons-tante. El bloque de tiempo que nos queda va decre-ciendo en nuestra imaginación como el trozo de hie-lo en el agua templada. Al principio son posiblesmuchas cosas, mas con el transcurso de las horasesa posibilidad va tomando una forma cónica cuyovértice es ya el inamovible pasado.

Otras dos notas especialmente enlazadas entre síacaban de caracterizar el plazo de vacaciones: surepetición periódica y su nivel, ascendente o descen-dente. Con el término repetición no me refiero a larecapitulación instantánea del pasado que ha estu-diado de una forma tan aguda nuestra metafísicaactual, sino a un hecho más simple. Se trata de unreiterado retorno de situaciones y, por tanto, de po-sibilidades, de oportunidades y ocasiones. Indepen-

dientemente de la importancia que la repetición pe-riódica de situaciones tiene en la génesis de muchasde nuestras ideas más elementales, encierra el sig-nificado pedagógico de una insistente, obstinada in-vitación a la rectificación, a la superación, a nuevastensiones y grados de plenitud. Es como una pacien-te llamada a la perfección de la existencia, al cumpli-miento de un destino. La repetición implica la limi-

tación de que hablamos antes; es un lapso limitadode oportunidad lo que se nos brinda a un ritmo fijo.Límite y repetición se completan en sus funcionesCuando el límite del tiempo no se percibe o se lesiente lejano, la vida cobra su máximo de energía yvigor, lo mismo en lo individual que en lo colectivo.

Cuando se desbordan los antiguos límites, cuando sesuperan los anteriores inventarios y la humanidad seabre a nuevo campo inexplorado, todo parece posible,todo verosímil. Así se explican, por ejemplo, las noti-cias fantásticas sobre seres fabulosos que tanto abun-dan en las relaciones de los primeros viajes y descu-brimientos. Si, por ejemplo, las características de es-

tatura o color de los hombres que se está habituadoa ver y que se creen propios y exclusivos de la espe-cie humana se ven desmentidas, al hallar en las nue-vas tierras indígenas de estaturas insospechadas ode intenso color, no hay razón para no creer ya enlos seres de formas más variadas. Sólo la comproba-ción empírica y el nuevo inventario señalarán los con-fines de la realidad. Por el contrario, el tiempo que

se agota se traduce en sentimientos de desesperan-za, de pesar, de cansancio, de añoranza o de compla-cencia en el recuerdo, pero el tono creador, genesia-co ha desaparecido. Es entonces cuando la reitera-ción del tiempo nos coloca en un nuevo comienzo, enuna resurrección. En esto consiste fundamentalmen-

te la "alegría del despertar", el nacimiento de un nue-vo día, de un nuevo curso, de un nuevo ario, de unasvacaciones nuevas. No obstante, la virtualidad pe-dagógica de la repetición se halla contrarrestada por

la limitación que representa la ilusión que engendraen nosotros. Este rítmico latir de jornadas, de actos—como los de un drama— nos proporciona la ilu-sión de que el tiempo es siempre el mismo, de que nopasa, de que "hay tiempo siempre". Para percibir eltiempo es necesario asistir al cambio, a la variación,por eso se le definió como la "medida del movimien-to", por eso una semana repleta de actos diversos

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parece un mes y la vida monótona de un año la vivi-mos como unas semanas. Como decía ingenuamenteun escolar, "si a uno le encierran en un sótano os-curo con cuatro paredes, un techo y un piso y sepasa toda la vida mirando una pared oscura, enton-

ces el tiempo no existe" (8).Cada nueva vacación se vive a un nivel distinto.

Se es el mismo y no se es el mismo. Hay una dife-rente conciencia de la realidad, un grado distinto demadurez sicológica, un volumen diferente de expe-riencia. Cada nuevo nivel trae nuevas energías trans-formadoras y nuevas limitaciones.

Pero el tiempo de vacaciones es tiempo libre. Li-

bertad significa aquí dos cosas. Por una parte es so-ledad. El escolar se queda solo, abandonado de la ac-ción educativa sistemática, a solas con el bagaje es-

Inritual adquirido, a solas con su imaginación y suvoluntad, a solas sobre todo con su responsabilidad.Por eso las vacaciones son una condensación para-digmática de la soledad radical de la existencia. delo inalienable de la vida, un tiempo de prueba dondese evidencia, se ensaya o quizá se ejecuta todo unprograma de vida. Libertad quiere decir también eneste caso independencia de las exigencias elementa-

les de la vida. Las vacaciones sólo pueden darse so-bre un fondo de seguridad, de suficiencia, de blandu-ra que suele ocultar al mismo tiempo la verdaderamenesterosidad y deficiencia de todo hombre.

VERSIONES DEL TIEMPO LIBRE.

El problema pedagógico fundamental del empleode las jornadas de vacaciones viene planteado poruna de las condiciones esenciales de la existenciahumana: la ocupación constante. Este es el único li-mite continuo de la libertad. No se es libre para noocuparse. Aun dentro de la máxima quietud corpo-ral, el espíritu se halla ocupado siempre. No se pue-de suspender el quehacer constante de la vida sinsuspender la vida misma. Es falsa, pues, aquella con-cepción de las vacaciones según la cual la educacióndebe dejar de ocuparse del individuo periódicamentepara que éste rehaga sus energías. A semejanza delllamado "letargo o sueño estival" a que se ven so-metidos los miembros de algunas especies animales,esa concepción haría de las vacaciones un "letargoestival", un período en el que, suspendidas las activi-dades humanas, se irían acumulando energías paraun nuevo plazo de actividad.

Forzado, pues, el hombre a la ocupación, ¡, qué gé-

nero de acciones suele elegir? primero las más sen-cillas. La vida se teje con la imaginación, que pro-yecta, y con la voluntad, que ejecuta. Cuando losproblemas del fondo primario de la existencia sehallan resueltos (por si o por los demás), la imagina-ción se ve tentada a reproducir como tema el argu-mento que le proponen las tendencias genéticas dela especie humana o las inclinaciones individuales.Cabe así una actitud de regreso a lo biológico, a lovegetativo. Más que ninguna otra ciencia, la pedago-gía debe estar atenta al problema de los distintosgrados de humanidad y. por tanto, prevenir aquellas

(8) Citado por Gesell, Sicologia evolutiva, trad espa-hola, 1958, pág. 507.

ocasiones en que ésta tiende a minimizarse. Las va-caciones son precisamente uno de esos momentos.

Las vacaciones suelen significar también juego, di-versión. Es un género de actividad originado en elplacer funcional que encierra aliado con un segun-do procedimiento de programación que sucede en sen-cillez al anterior: el contraste. Interrumpidas o aca-badas las ocupaciones serias la primera ocurrenciaes pasar a las actividades opuestas. Dentro del bos-que inmenso de publicaciones en torno al juego nose ha prestado toda la atención que merece a una delas leyes estructurales de la vida que tanta partetiene en su origen. Es la ley de forzosa ocupación deque hemos hablado más arriba. Cuando los proble-mas y las dificultades de nuestro contorno no se ma-nifiestan, no se perciben o se hallan resueltas por laprovidente tutela de los otros, como forzosamente hayque ocuparse en algo, se establecen situaciones ficti-cias, se crean artificialmente problemas que permi-ten, al afrontarlos, adquirir un grado de ciencia su-ficiente sobre el ritmo normal de la propia vida. Deaquí el volumen considerable que ocupa el juego enlos períodos de la vida exentos de auténtica respon-sabilidad y en aquellos sectores sociales donde lo másgrave se halla resuelto o artificialmente oculto. La edu-cación debe tener en cuenta en este período la ambi-valencia del juego como factor formativo, problemaque no puede ser resuelto simplemente con aquellaconcepción un tanto ingenua que pretendía hacer deljuego un trabajo y del trabajo un juego.

Tan frecuente como las actitudes anteriores es lade la reducción del tiempo libre al "instante". El ocu-parse en un sin de menudencias inconexas, con lo quetrae a cada hora el azar. La deficiencia que entra-ña esa pérdida de la visión del futuro (9) se agravapor unirse a ella la ausencia de la visión profunda delas cosas que convierte el trato con ellas en frivoli-dad. El frívolo, como dice W. J. Revers recogiendo un

pensamiento de Schopenhauer (10), "borgt die Zu-kunft fur die Gegenwart und entleert so die Zu-kunft", empeña el futuro por el presente y vacía aside contenido el futuro. En relación con lo anteriorse hallan el callejeo y el vagabundeo a que tanto seprestan los días sin clase.

La vacación puede significar también trabajo. in-telectual o manual. pero trabajo libremente elegidoDe especial interés es la ocupación manual para laque existen tan pocas oportunidades en la vida de lamayoría de los estudiantes, ocupación manual a laque la técnica moderna a abierto nuevas posibilida-des y que es excelente ocasión para la convivencia delos diversos grupos sociales.

Pero el tiempo de vacaciones es la mejor coyunturapara la expresión y realización de las propias ten-dencias, de los deseos, íntimos, preparando así el co-mienzo del propio destino, pues, como asegura Goe-the, "nuestros deseos son presentimientos de las ap-titudes que hay en nosotros". La "vacación" será asíocasión para el despliegue de la "vocación".

Cada uno de estos grupos de direcciones de la ac-

(9) Véase la descripción que hace Ortega de la vidadel aventurero, hombre sin futuro, en el prólogo a Aven-turas del Capitán Alonso de Contreras, O. C., t. VI, pá-ginas 492-512.

(10) Articulo Leichtsinn, en el "Lexicon der Padago-gik", de Herder, Breslau, 1952-1955, 4 vol.

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tividad es origen en cada individuo de estados afec-tivos determinados —tedio, aburrimiento, hastío, obien entusiasmo, ilusión-- que originan a su vez nue-vas limitaciones y nuevas energías.

PROYECCIONES ESPACIALES.

Las versiones personales del tiempo libre adquie-ren una mayor concreción si las examinamos en re-lación con los objetos sobre los que se ejerce la acti-vidad y las áreas o espacios donde ésta se lleva acabo.

El problema del espacio y de la vida se ha estu-diado mucho menos que el del tiempo, aun teniendoen cuenta la respectiva proporción de su importan-cia. Los eh-culos en que el hombre vive vienen biendefinidos mucho más por su "papel" en la existenciaque por sus condiciones geométricas y geográficas.Hay un espacio natural y un espacio humano cuyaforma más densa es la ciudad (11). Pero aun dentrode ésta hay diferentes géneros de espacio en cadauno de los cuales rigen condiciones distintas —lugarsagrado, áreas institucionales, solares públicos, cam-pos de juego, la plaza... y la casa—. La casa es fun-damentalmente el espacio privado, en cierto modo deespaldas a la comunidad. En ella se desarrolla enprimer lugar la actividad del joven en vacaciones. Es-pacio privado en el que, sin embargo, los aparatosde la técnica moderna han aumentado la potenciade penetración de lo público que iniciaron la prensay la ilustración. Esa penetración se verifica a travésdel filtro de individualidad que el "carácter" de cadahogar impone y que se manifiesta en las múltiplesformas particulares de criterios y normas de detec-ción, selección, asentimiento, discrepancia y reacción.Los aspectos positivos y negativos que esta tecnifica-ción de la vida cotidiana ofrece a la educación sonmuy numerosos y variados. Se han señalado comoprincipales peligros la mecanización del espíritu. laexterioridad en el trato con los instrumentos (ra-dio, TV. fonógrafo, cine), la superficialidad del co-nocimiento, la habituación del pensamiento a lo con-creto y funcional y, sobre todo, la pasividad, comoha hecho notar muy bien W. Hansen con numerosos

ejemplos (12). La postura de la educación frente aeste problema debe ser la misma que expone M. J.

Hillebrand refiriéndose concretamente a la escuela :"Es ist sicherlich richtig und notwendig. dass die

Schule die techniche Arbeitswelt in ihr Bildungsgutaufnehmen soll, aber sie muss sich auch dessen be-

wusst bleiben, dass ein blass technisches Denken den

Menschen Schaden an seiner Seele leiden lässt, dasses menschliche Kraft lahmlegt und den Menschen inseiner Bestimmung gefährdet" (13).

Las vacaciones pueden dedicarse también a la lec-tura. Uno de los indices más expresivos de ese "ca-

(11) Véase Ortega, O. C., t. IV, págs. 250 y na.(12) Die geistige Welt der heutigen Volksschuljugend.

"Zeitschrift für Pädagogik", 1957, Heft 1.(13) Psyrhologie des Lernens und Lehrens, 1958. pa-

gina 165.

rácter" del hogar, de que hablábamos antes, es subiblioteca —inexistente, reducida, selecta, copiosa, et-cétera—. El escolar en vacaciones suele penetrar enella como en un mundo nuevo donde son posibles to-das las aventuras y donde se encuentran grandes re-velaciones. El papel de la educación en relación conel trato espiritual con el libro es quizá una de lasmás decisivas en las vacaciones.

Fuera del hogar es la ciudad el más frecuente es-pacio de vacaciones, y dentro de ella los círculos quehemos denominado "campos de juego" —teatro, cine,estadio, etc.— con sus problemas y virtualidades par-ticulares.

También es posible y deseable la salida al campo.Esta salida debe significar el contacto intelectual yafectivo de la Naturaleza, contacto que nutrirá lamemoria del escolar de imágenes y experiencias. Lanecesidad de este "tesoro" de ideas, o por lo menosde representaciones, viene subrayada por el hecho delasombroso desconocimiento intuitivo y vivencial delas realidades más elementales de la Naturaleza que,según los inventarios realizados, suelen padecer losescolares de los sectores precisamente más adelan-

tados.Como las vacaciones del escolar suelen coincidir

en parte con los periodos de descanso de los padres.se invierten muchas veces en viajes más o menos le-janos, lo que añade a las actividades reseñadas elconocimiento y el trato con realidades, personas, cos-tumbres y lenguas desconocidas. El interés de losviajes para la educación aumenta a partir de la ado-lescencia (14).

ACTITUD DE LA EDUCACIÓN.

Al lado de la caracterización de las vacaciones te-nemos que señalar el hecho creciente de su falsifica-ción, que consiste en mantener su forma quitándoleslo más esencial de su contenido: la libre disponibili-dad del tiempo. La primera exigencia educativa res-pecto a las vacaciones es la de respetar su esencia.Fundamentalmente la educación ha de orientar nocon los clásicos "consejos para las vacaciones" en elúltimo dla del curso, de eficacia limitada, sino con

una constante ayuda. Generalmente la solicita el pro-pio escolar, pero de todas formas no resulta dificilla labor de dirección orientadora y de informaciónsobre el sentido mismo del tiempo de que dispone eleducando cuando se respeta y se alienta su iniciativapersonal. Esta labor corresponde en primer lugar ala familia y a una serie de instituciones en las queel escolar se integra por si mismo con el mayor en-tusiasmo —clubs diversos, congregaciones y asocia-ciones similares— de indiscutible eficacia educativa.

ANTONIO ALCOBA.Director de Ia Escueladel Magisterio Masculi-

no de Santander.

(14) J. Locke: Some thougths os education. 1693, y,

212-217.