tic, tac
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Literatura, microTRANSCRIPT
Ediciones La Nieve
Tic, tac
Aster Navas
Cuenta la leyenda que el Rey mandó construir una cárcel en la capital
donde recluir a los mayores criminales de su reino y que puso al frente del
penal a uno de sus lugartenientes.
El monarca se acercó un buen día a la fortaleza como quien se acerca a
un museo.
Éste degolló a los siete miembros de una familia; el de más allá estranguló
a treinta y cuatro niños –se regodeó su general en los detalles y en el
número de víctimas de los nuevos condenados.
El oficial acompañó hasta la puerta a su señor y leyó la desilusión en sus
ojos.
Os falta, amigo mío, encerrar al homicida más desalmado –dijo
inesperadamente.
Decidme, majestad, dónde está e iré personalmente a prenderlo –
respondió el soldado.
En mi bolsillo –le contestó entonces el Rey, mostrándole su delicado reloj
de plata.
En fin.
