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  • 8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local

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    Grietas narrativas: la cocina de la no-ficcin en la prensa local

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    Agradecimientos

    A la profesora de Redaccin Male Snchez por su tutora y ojo crtico,

    A mam Marcela, mi editora personal y mentora,

    Mi hermana Lishai y mi amor Ezequiel, por su apoyo y paciencia,

    y a Fabricio Simeoni, periodista y poeta, por los mundos inventados.

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    ndice

    Proyecto aprobado del Trabajo Final Integrador..........05

    Introduccin.10

    Desarrollo

    CAPTULO 1

    1.1 Los orgenes de un estilo ..16

    1.2 En Argentina20

    1.3 En la ciudad.22

    CAPTULO 2

    2.1 Definiciones y especificidades.24

    2.2 La idea de Grieta Narrativa..26

    2.3 Definicin de Periodismo..28

    2.4 Definicin de Literatura....29

    2.5 El periodismo narrativo.30

    2.6 La no-ficcin...32

    2.7 Definicin de crnica.36

    2.8 Otros textos periodsticos literarios.38

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    CAPTULO 3

    3.1 Actualidad de un estilo sin puestos fijos.40

    3.2 Caracterizacin de los medios y los periodistas44

    3.3 El suplemento literario? Seales...48

    3.4 Policiales: el gnero literario por excelencia..50

    3.5 La relacin con el periodismo audiovisual..52

    3.6 El periodista es escritor? ..........55

    3.7 Las posibles rutinas productivas.............................................................................57

    CAPTULO 4

    4.1 Los recursos literarios: las tcnicas que los periodistas utilizan.67

    4.2 Los recursos mal utilizados..78

    4.3 La instancia del taller .80

    4.4 Reflexiones a modo de conclusin..83

    Bibliografa88

    Anexo documental (en Versin Digital del TFI)

    1. Entrevistas a los periodistas Daniel Briguet, Virginia Giacosa, Juan Mascardi,

    Silvina Tamous, Osvaldo Aguirre, Beatriz Vignoli y Pablo Makovsky y Eliezer

    Budasoff.

    2. Artculos periodsticos literarios de los periodistas entrevistados:

    El Fisgn. Al final de la cortada, de Daniel Briguet:

    http://www.elruidodelasnueces.com.ar/?p=7605http://www.elruidodelasnueces.com.ar/?p=7605
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    Esperando el 107, de Beatriz Vignoli:

    El arenero, de Osvaldo Aguirre. Publicado en su libro de no-ficcin Notas en un

    Diario

    El fuego y las cenizas, de Osvaldo Aguirre. Publicado en su libro de no-ficcin

    Notas en un Diario

    El atleta que renaci de los escombros en el atentado a la AMIA, de Juan

    Mascardi:

    Un fenmeno editorial llamado Florencia Bonelli, de Virginia Giacosa:

    La balada del perro y la muerte, de Eliezer Budasoff:

    http://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muerte

    El jugador que se haba olvidado de hacer goles hizo uno que lo cambi todo,

    de Juan Mascardi:

    Una trans en un cuerpo de varones, de Virginia Giacosa:

    http://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amiahttp://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amiahttp://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muertehttp://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muertehttp://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muertehttp://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amiahttp://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amia
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    Alumna: Hagar Blau Makaroff

    Docente: Jos Dalonso

    Taller Integrador

    Proyecto aprobado: Informe Final del Trabajo Final

    Integrador

    Tema El Periodismo Literario en Rosario

    Descripcin general

    Del amplio espectro que el periodismo abarca, se desarrollar el campo escrito

    referido a la prensa diaria. Pero adems de dicho recorte, el enfoque a investigar ser

    un detenimiento en la produccin local de periodismo literario.

    Tcnicamente no hay en Rosario una investigacin que aborde las prcticas y rutinas

    periodsticas de prensa con perfil literario. Sin embargo se destacan varios periodistasde plumas afiladas en los diarios actuales y de antao, que muestran una produccin

    local activa y experimentada.

    La alumna revis los trabajos de investigacin de los ex alumnos Mara Sol Rivera y

    Luciano Sagripanti sobre dicha temtica. Ambos abonan a la idea del periodismo

    literario a travs de un nuevo gnero periodstico en boga, conocido como no ficcin.

    Estos trabajos no se enfocaron en las prcticas locales concretas como aqu se

    pretende, sino en el anlisis sobre la experiencia de un slo entrevistado con perfil deperiodista literario. Ambos periodistas reflexionan sobre los cruces entre las dos

    disciplinas: periodismo y literatura y la diferenciacin necesaria de los trminos

    literatura periodstica y periodismo literario.

    Para plantear un trabajo de campo que permita llegar a conclusiones generales sobre

    la prctica periodstica de estilo literaria, lo que se pretende es en entrevistar a cinco o

    seis trabajadores de prensa de diversos diarios rosarinos, y comparar prcticas

    periodstico-literarias, para obtener una respuesta al interrogante ya planteado en la

    presentacin del tema a investigar: Cmo se hace periodismo literario en Rosario?

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    En su introduccin Briguet especula: Liberada de la tentacin literaria, la escritura

    periodstica est en mejores condiciones de probar sus lmites. Sin perspectiva de

    redencin futura debe jugar su suerte a cada instante. La presin del reloj es su

    condena y a la vez su karma. Lo que apenas est sujeto a correccin tiene un impulso

    que no se encuentra a menudo en aquello que es indefinidamente revisable. Es ste

    el quiddel inters de la alumna por desentraar la cocina de la difcil tarea de contar la

    realidad del modo ms ficcional o potico con la auto exigencia que ese objetivo

    conlleva, y sin un espacio concreto en los medios de prensa locales.

    Descripcin particular

    Los medios a analizar son el suplemento Seales (de tirada semanal los domingos)del diario La Capital, las contratapas del suplemento Rosario/12 del diario nacional

    Pgina/12, diario El Ciudadano, el peridico y web Cruz del Sur y el sitio web

    Rosario3.com. Se trata de ediciones con diferencias en tirada, desarrollo, tipos de

    textos e inclusive con enfoques dismiles. Sin embargo todos estos medios poseen

    objetivos y probables denominadores comunes, como por ejemplo la concurrencia de

    colaboraciones externas a los diarios.

    En esta seleccin cabe aclarar que el enfoque es en la prensa escrita ms que en elperiodismo online, el cual opera con otros tiempos y costumbres. El trabajo del

    periodismo digital ser tomado en cuenta, aunque no de un modo cabal, ya que estos

    sitios web no se destacan (en la ciudad) por su publicacin periodstico-literaria,

    aunque s haya en ellos trabajadores de prensa con perfiles literarios.

    La ciudad de Rosario cuenta con grandes periodistas que trabajan en los medios de

    prensa tradicionales y que por otro lado, realizan un camino literario desde sus

    publicaciones espordicas en los medios y por fuera de ellos . Se trata de periodistas

    narrativos, denominacin que la alumna elige para delimitar el objeto de estudio.

    Desde el incipiente conocimiento de quien escribe sobre cmo trabajan esos actuales

    exponentes y el rol cultural que ocupan, nace una curiosidad de conocer de modo

    intrnseco las rutinas productivas de Pablo Makovsky, Beatriz Vignoli, Daniel Briguet,

    Osvaldo Aguirre, entre otros. En Rosario es desconocida la cocina de estos

    periodistas narrativos que, en opinin de quien escribe, abonan a una sociedad un

    poco ms desprejuiciada, creativa y con una mirada ms lcida hacia la realidad.

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    Justificacin

    Relevancia acadmica

    El periodismo literario es un tema previamente analizado en varias oportunidades, porlo que se renovar el estado del Arte desde una nueva perspectiva. Se innovar en el

    enfoque local, ya que no hubo relevamientos en la ciudad de Rosario sobre las

    prcticas de los periodistas literarios rosarinos que lleven a cruzamientos y

    conclusiones generales sobre cmo trabajan este estilo sin puestos especficos.

    Solamente en los trabajos finales integradores de Bernarda Gueretza y David Capilla

    observan estas prcticas pero especficamente dentro del gnero periodstico de la

    crnica.

    Se busca descubrir las coincidencias y diferenciaciones marcadas en las experiencias

    de los periodistas rosarinos a entrevistar. Se pretende aportar de esta manera al

    conocimiento de este estilo periodstico, que no es oficialmente conocido como gnero

    pero s como un estilo con su modo de trabajo, con sus caractersticas y con una

    cantidad considerable de lectores interesados.

    Relevancia personal

    Quien escribe dedica su tiempo libre a la escritura tanto de textos literarios como de

    artculos de extensin (entrevistas en profundidad, coberturas de eventos culturales y

    crnicas) para los medios en que colabora: Rosario Express, Info341.com, Rosario

    Invisible, Una Mano. All encuentra la veta de su mayor inters en la especializacin de

    la profesin periodstica para el futuro deseado.

    La alumna acostumbra desde hace tiempo a leer crnicas en libros de autores como

    Martn Caparrs o Roberto Arlt, as como artculos de diversos estilos publicados en

    contratapas, secciones culturales o revistas semanales como ADN Cultura, Revista ,

    Radar (Pagina/12), Orsai, Anfibia.

    Es por eso que de la oscilacin entre periodismo escrito y literatura surge la bsqueda

    de la configuracin de un comn denominador entre los pocos trabajadores de prensa

    rosarinos que escriben textos de no-ficcin

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    Interrogante

    De qu manera se producen artculos periodstico-literarios en los medios grficos

    rosarinos, en detrimento de otras tareas periodsticas que se cumplen primero?

    Objetivos

    General

    Identificar las prcticas del periodismo literario, en el proceso de produccin de las

    notas, delimitando al objeto de estudio.

    Especficos

    Identificar las rutinas productivas que tiene el periodismo literario en Rosario, siendo

    estas prcticas relegadas por las notas de mayor urgencia y de entrega obligatoria.

    Reflexionar sobre sus variados tipos de texto, las tcnicas que utilizan y los espacios

    donde publican.

    Analizar las posibilidades de publicacin que tienen estos periodistas en los medios

    locales.

    Planificacin

    Primera etapa: un mes de bsqueda y lectura bibliogrfica.

    Segunda etapa: un mes de trabajo de campo a travs de entrevistas en profundidad a

    algunos periodistas literarios de los medios locales de prensa masiva.

    Tercera etapa: tres meses de procesamiento de datos y redaccin del Trabajo Final

    Integrador para su entrega en Noviembre de 2013.

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    Nuestra profesin requiere de un alto nivel, como se espera de la literatura, del mismo

    esfuerzo y el mismo talento. Vivimos en una poca de mezcla de los gneros, de un borrar de

    las fronteras; un tiempo en que se desarrolla el arte del llamado Nuevo Periodismo, que escribe

    sobre asuntos y personas reales, pero que utiliza la literatura ficticia. Es por una sencilla razn:

    porque nuestro idioma periodstico profesional es bastante limitado y pobre, si se quiere

    describir realidades tan abundantes, de colores, de atmsferas que no podemos expresar en el

    estilo tradicional de noticia informativa. Hay que tomar esta riqueza de la literatura ficticia para

    llenar nuestro escribir.

    Ryszard Kapuscinski

    Los acontecimientos de la realidad (revoluciones, luchas, crmenes polticos) no precisan de lo

    imaginario para constituirse en relatos, ya que por su fuerza son suficientemente literarios.

    Ana Mara Amar Snchez

    El estilo no es una salsa que se agrega a la prosa: es la manera de enfocar esa prosa, y esa

    manera comienza por la comprensin de su tema.

    Homero Alsina Thevenet

    Aprender a escribir historias es llegar a tener un manejo del relato que te permita afrontar

    cualquier tema. Y no me importa si hay un canon que diga que ya no se puede escribir

    historias, porque lo que busca la gente siguen siendo historias, sea en el cine, la literatura o el

    periodismo. La industria cultural sigue funcionando con historias.

    Daniel Briguet

    Es probable [] que un nuevo tipo de sociedad y nuevas formas de produccin exijan un

    nuevo tipo de arte ms documental, [] la denuncia traducida al arte de la novela se vuelve

    inofensiva, no molesta para nada, es decir, se sacraliza como arte.

    [] En un futuro (es posible que) lo que realmente sea apreciado en cuanto a arte sea la

    elaboracin del testimonio o el documento [] evidentemente el montaje, en la compaginacin,

    en la seleccin, en el trabajo de investigacin se abren inmensas posibilidades artsticas.

    Rodolfo Walsh

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    INTRODUCCIN

    En la ciudad de Rosario se destacan varios periodistas de plumas afiladas en los

    medios masivos escritos, que vislumbran una produccin local creativa y que a su vez

    mantienen un inters personal en experimentar en el periodismo narrativo. Sin

    embargo no hay una investigacin acadmica que aborde las prcticas de la prensa

    con dicho perfil.

    El trajn de las obligaciones de los periodistas de prensa suele ser un impedimento

    para la produccin de textos que, adems de informar, lleven a la reflexin, puedan ser

    ledos como relatos atemporales lleven a sus lectores a nuevas cosmovisiones,

    siempre en torno a hechos y protagonistas reales. A esto se suma una migracin delos lectores de la prensa hacia los medios digitales, que ofrecen la informacin en

    nuevos formatos y una constante actualizacin de la misma, que lleva

    inexorablemente a que el periodista digital tenga menor margen para otra clase de

    escritura.

    El interrogante que la alumna se hace es de qu manera obran los periodistas de cada

    medio escrito de la ciudad para producir textos que tambin puedan entrar en el

    parmetro de lo literario. Sobre los cruces del gnero periodstico con el literario se

    ahondar a travs de la observacin de estas diversas prcticas en textos de los

    periodistas entrevistados.

    Se parte de que el acontecimiento que el periodista debe cubrir nunca es describible

    tal cual es, porque el lenguaje es otra realidad e impone sus leyes: de algn modo

    recorta, organiza, ficcionaliza (AMAR SANCHEZ, 1992: 19). Se trata de una lnea

    delgada que hace algunos aos cronistas, acadmicos, comunicadores, crticos

    literarios y editores latinoamericanos, delimitan y analizan.

    Con la intencin de aportar al estado del Arte sobre el periodismo narrativo en la

    ciudad, quien escribe pretende llegar a conclusiones que arrojen luz sobre esta

    prctica poco vislumbrada pero incipientemente trabajada por periodistas con perfiles

    muy divergentes y en diversos medios grficos.

    Los trabajos de investigacin sobre el periodismo literario realizados anteriormente en

    el Posttulo en Periodismo y Comunicacin (UNR) se enfocan en el anlisis sobre la

    experiencia de un slo entrevistado referente en este campo en el gnero de la

    crnica especficamente. Quien escribe revis los trabajos de investigacin de los ex

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    ex alumnos Mara Sol Rivera y Luciano Sagripanti sobre dicha temtica. Ambos

    reflexionan sobre los cruces entre las dos disciplinas (periodismo y literatura), y en la

    diferenciacin necesaria de los trminos literatura periodstica y periodismo literario.

    stos abonan a la idea del periodismo literario a travs de un nuevo gnero

    periodstico en boga, conocido como no-ficcin. En esta investigacin se tomar dicho

    concepto (entre otros) y se desarrollar para pensar todos sus posibles recursos y

    estilos en la prctica local.

    Adems de los Trabajos Finales Integradores nombrados, cabe mencionar que hubo

    otros dos relacionados en la temtica, pero desde otro gnero (que se desarrollar

    tambin), que es la afamada crnica narrativa. En el trabajo de los ex alumnos Mara

    Bernarda Gueretza y David Capilla, y un poco menos en el de Juan Pablo Robledo, se

    observa una dedicacin a investigar especficamente ste gnero del periodismonarrativo, dejando as un camino inconcluso en torno a definir las prcticas rosarinas.

    S son una antesala a la bsqueda que se aspira aqu, dado que los tres se enfocan

    en las prcticas de varios cronistas locales, y dejan el camino abierto a la indagacin

    en una mayor cantidad de periodistas, para que las conclusiones sean representativas.

    Para plantear un trabajo de campo que permita llegar a conclusiones generalizadoras,

    se ha entrevistado a ocho trabajadores de prensa de referencia, que trabajan o

    trabajaron en diversos medios escritos rosarinos. Luego de indagar en sus prcticas

    se pretende comparar sus rutinas productivas y sus impresiones sobre el periodismo

    narrativo, para, con material bibliogrfico sobre el campo periodstico-narrativo,

    obtener una respuesta al interrogante: Cmo se hace periodismo narrativo en

    Rosario cuando no existe un espacio para ello en los medios?

    Resulta curioso el cruce eterno entre las dos disciplinas del periodismo y la literatura,

    que como grandes cronistas latinoamericanos sealan, son un matrimonio de

    relaciones promiscuas (CHILLN, 2007) o el ornitorrinco de la prosa (VILLORO,

    2012: 577), de donde nacen textos hbridos y donde las fronteras son confusas y

    controversiales1, o como Mario Jursich, editor de El Malpensante, lo define: Gnero

    que tiene un pie en la ficcin y otro en la notara.

    1La idea de el ornitorrinco de la prosa de Juan Villoro es porque de la novela extrae la condicin

    subjetiva, la capacidad de narrar desde el mundo de los personajes y crear una ilusin de vida parasituar al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los datos inmodificables; del cuento, el sentidodramtico en espacio corto y la sugerencia de que la realidad ocurre para contar un relato deliberado,

    con un final que lo justifica; de la entrevista, los dilogos; y del teatro moderno, la forma de montarlos;del teatro grecolatino, la polifona de testigos[];del ensayo, la posibilidad de argumentar y conectarsaberes dispersos; de la autobiografa, el tono memorioso y la reelaboracin en primera persona.

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    De aquellos intercambios histricos que pudieran haber comenzado en las novelas

    realistas de Balzac o de Dickens (para las cuales el escritor se dedicaba a reportear y

    tomar nota de las relaciones reales en sus crculos sociales), aqu se convoca el

    devenir del auge actual de la crnica latinoamericana.

    El periodista Tom Wolfe destaca la influencia de la novela realista en el New

    Journalism: Se observar que los periodistas aprenden las tcnicas del realismo [].

    A base de tanteo, de instinto ms que de teora, los periodistas comenzaron a

    descubrir los procedimientos que conferan a la novela realista su fuerza nica,

    variadamente conocida como inmediatez, como realidad concreta, como

    comunicacin emotiva, as como su capacidad para apasionar o absorber (WOLFE

    1976: 51).

    Cabe recapitular que la crnica latinoamericana es la otra heredera de aquellas

    novelas europeas pues como indica Jorge Carrin, lo real es un laboratorio tanto para

    la literatura de ficcin como para el periodismo. Pero tambin hereda de las primeras

    Crnicas de Indiasde los conquistadores de Amrica. La historia continu a fines del

    siglo XIX y comienzos del XX con las crnicas de Jos Mart y Rubn Daro, los

    modernistas (en Argentina el exponente fue Roberto Arlt), con pequeos poemas en

    prosa sobre las realidades que observaban en las diversas tierras latinoamericanas.

    Luego en la dcada del sesenta, el aceitado (en inversiones editoriales y en

    masividad) New Journalism estadounidense abri el juego a la crnica, auto-

    adjudicndose el primer origen de la no-ficcin, aunque el periodismo narrativo

    latinoamericano haya surgido aos antes. Se puede decir que naci en 1955 con

    Relatos de un nufrago de Garca Mrquez y en 1959 con Operacin Masacre de

    Rodolfo Walsh, nueve aos antes que el grupo neoyorquino.

    En el mismo ao Jorge Masetti y Rogelio Garca Lupo, fundaron en La Habana la

    agencia Prensa Latina en la que Mrquez y Walsh trabajaron, por lo que, comoCarrin detalla, la llegada del periodismo narrativo latinoamericano hay que leerla

    como la vanguardia silenciosa o el prlogo discreto a lo que se llam despus New

    Journalism (CARRIN, 2012: 24).

    Si los modernistas describieron los cambios de poca con pequeos poemas, los

    cronistas latinos y norteamericanos del medio siglo las dotaron de estructura, de

    personajes, de flashbacks, de monlogos interiores y de captulos, como denota

    Jorge Carrin.

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    Tal movimiento latino tuvo una reciente reaparicin con la creacin de la Fundacin

    Nuevo Periodismo Iberoamericano, despertando vocaciones dormidas en aquellos

    periodistas que tienen la curiosidad intacta y la mirada literaria, a pesar del ajetreo

    cotidiano y la hper actualizacin de las noticias. El sitio oficial del organismo detalla

    sus inicios: La Fundacin Nuevo Periodismo Iberoamericano fue establecida en

    Cartagena de Indias, Colombia, en octubre de 1994 como resultado de una antigua

    preocupacin de Gabriel Garca Mrquez -quien inici como reportero su carrera de

    escritor-, por estimular las vocaciones, la tica y la buena narracin en el periodismo2.

    El reciente resurgir de la crnica y la no-ficcin, estimulado y analizado desde los

    talleres y seminarios del FNPI fue teniendo en paralelo un crecimiento exponencial de

    publicaciones en formato de libros y de revistas de periodismo narrativo de los pases

    latinoamericanos, como Gatopardo (Colombia, Mxico y Argentina), Soho (Colombia),Anfibia(Argentina) o Etiqueta Negra(Per).

    Cuando Gabriel Garca Mrquez convoca a periodistas y escritores, y crea la

    Fundacin para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, ese punto fue el momento de

    fundacin de la crnica como hoy la entendemos, porque all surge toda una

    preocupacin por la forma y las capacitaciones. sto se ha desplegado desde

    entonces en todos estos aos, y lo vemos hoy con la cantidad de gente que escribe

    crnica, analiza el periodista rosarino Osvaldo Aguirre.

    La necesidad de una fundacin de capacitaciones surge a partir de que Garca

    Mrquez observaba un bajo nivel de escritura en el periodismo. Pero eso no significa

    que el gnero existe desde entonces, porque Tomas Eloy Martnez haca periodismo

    narrativo para la revista Primera Plana en la dcada del sesenta, y anticip entre otros

    como Enrique Raab y Osvaldo Soriano, esta tendencia en el periodismo narrativo.

    Pero en esta investigacin es necesario un anlisis a nivel local, para poder definir una

    hiptesis propia sobre este inters en un periodismo narrativo que resurge en algunospocos periodistas locales sin mayor incentivo que el placer de producir textos que,

    como explica claramente el cronista (paranaense y rosarino por opcin) Eliezer

    Budasoff, nos detendramos a leer un domingo en la cama.

    El enfoque de esta investigacin est puesto en los periodistas de Rosario que de

    alguna manera se relacionan con el periodismo narrativo, para conocer cul es su

    modo de relacionarse, de qu manera lo utilizan (o no) en sus tareas diarias, y cunto

    2Ver historia del FNPI en http://www.fnpi.org/fnpi/historia/

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    hay del boomde la crnica latinoamericana en esta ciudad reconocida en lo cultural y

    en las buenas plumas literarias, pero no en las grandes crnicas.

    De esta forma, dentro de los medios escritos locales, hay editores, colaboradores

    permanentes, cronistas freelance, periodistas de policiales o de sitios web, que lededican un poco de su tiempo laboral o por fuera de l, a la escritura creativa (no

    adornada, sino pensada con recursos literarios) de la informacin. Estas prcticas,

    resultado de mucho esfuerzo y estudio, son las que aqu se dan a llamar grietas

    narrativas dada su existencia sin funcin formal en la rutina productiva de los medios

    locales. Luego se ahondar en dicho concepto.

    Ser ineludible la referencia al otro oficio que compete a este perfil: el del escritor, que

    con miradas muy diversas desde el periodismo (hay periodistas que se consideran

    escritores por la prctica de escribir y quienes le otorgan otro canon), es en s mismo

    un trabajo con sus costumbres, sus tiempos y demandas. Es saludable la comparacin

    de los oficios para entrever qu tiene el periodista de escritor, o si en realidad slo

    toma algunos recursos tcnicos de dicho oficio.

    La seleccin de los entrevistados fue pensada en forma eclctica y representativa: son

    todos periodistas rosarinos de prensa, pero a su vez de diversas edades y de cada

    uno de los variados medios escritos de mayor relevancia: Silvina Tamous de diario El

    Ciudadano, Osvaldo Aguirre de diario La Capital, Beatriz Vignoli del suplemento

    Rosario/12 (diario Pgina/12) y Pablo Makovsky de diario Cruz del Sur; la cronista

    digital Virginia Giacosa que escribe tambin en prensa nacional (del sitio

    Rosario3.com), y dos casos freelance diferentes: Juan Mascardi, cronista audiovisual y

    Eliezer Budasoff, cronista de UNO Paranque colabora en La Capital.

    La diversidad de perfiles tiene el objetivo de llegar a alguna conclusin lo ms definida

    posible de la realidad local. A stos entrevistados se suma el caso del periodista

    Daniel Briguet, quien trabaj en casi todos los medios grficos locales durante ms detreinta aos, y actualmente colabora en revistas locales (Rosario Express y El Vecino).

    La percepcin, ms a nivel nacional y continental, es que efectivamente hay un auge

    de la crnica como aseguran los docentes y periodistas de la Fundacin Nuevo

    Periodismo Iberoamericano y los directores de revistas. Pero pareciera ser que, en la

    ciudad de Rosario son en realidad muchos los formatos y recursos que se utilizan hoy

    para narrativizar o como menciona Jaramillo Agudelo croniquear los textos

    periodsticos, ms que la crnica como formato duro y nico. Es difusa la respuesta si

    se pretende saber por qu no hay en la ciudad (con la excepcin de Eliezer Budasoff)

  • 8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local

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    Grietas narrativas: la cocina de la no-ficcin en la prensa local

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    periodistas que se dediquen especialmente a la crnica narrativa: si la causa es

    empresarial, de falta de inquietud o de urgencia.

    Pero ms que una bsqueda de ese por qu no hay cronistas especializados, es

    interesante pensar cmo operan algunos periodistas con la inquietud literaria, quejuegan con los formatos, dejan colar algn verso, o que por fuera de sus rutinas se

    forman en talleres literarios de nivel (con periodistas como Cristian Alarcn, Sandra

    Russo o Josefina Licitra) o escriben libros de no-ficcin, cuentos, novelas o poesa. Se

    considera que hay una gesta de un estilo periodstico in crescendo.

    Hay quienes aseguran que el problema no es el espacio en los medios para una

    crnica extendida, sino que lo que falta es la inquietud, ya que vale aclarar que se

    estima que no son ms de veinte los periodistas que realizan dichas prcticas en la

    ciudad. Segn el emblemtico Tom Wolfe, a los directores de peridicos les gusta

    argir que el Nuevo Periodismo no puede adaptarse a la prensa diaria, basndose

    tanto en que funciona slo a nivel de temas triv iales (pop), como en que no satisface

    las exigencias de la hora de cierre.

    La mayora de los periodistas consultados para esta investigacin coincide en el

    problema del espacio para publicar, y busca otros espacios como medios nacionales,

    revistas continentales o sitios online. Pero como se dijo anteriormente, interesa ms el

    cmose apropian del estilo narrativo, cmo se volcaron a ste, qu tcnicas utilizan y

    cmo son los medios donde trabajan, ms que los probablemente inhallables porqus.

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    CAPTULO 1

    1.1 Los orgenes de un estilo

    Es menester desarrollar la dimensin histrica de dicho estilo a investigar,

    comenzando cronolgicamente por retomar la tesina de la licenciada en Comunicacin

    Social (UNR, 2009) Mara Florencia Benedetti, que ubica la gnesis del gnero no-

    ficcin mucho antes que la mayora de los periodistas y acadmicos. Benedetti seala

    que sta procede del gnero interpretativo o de explicacin en Rusia a fines de la

    Primera Guerra Mundial.

    Con la aparicin de la radiodifusin como nuevo medio de comunicacin de masas, la

    prensa escrita realiz sus primeros esbozos para recuperar o retener a sus lectores de

    la novedad radial, y dejaron por primera vez en la historia de reflejar los hechos tal

    cual son, o con una pretensin ms subjetivista. De todas formas la denominacin del

    trmino no-ficcin vendra despus.

    En los comienzos de la dcada del sesenta, en los Estados Unidos surge el afamado

    Nuevo Periodismo que revolucion al oficio en el mundo a travs de la industria

    editorial, y en simultneo se fue gestando en Amrica Latina. Todas las tesinas de la

    Escuela de Comunicacin de la Universidad Nacional de Rosario que analizan el tema

    coinciden en que surgi ante la necesidad de un pblico lector exigente de cubrir un

    hueco dejado por los grandes escritores como Hemingway y Fitzgerald tras el fin de

    las Guerras Mundiales.

    Terminado el furor de las novelas de la posguerra, las editoriales buscaban historias

    entraables y fueron varios los periodistas norteamericanos que aprovecharon a

    crecer en su ambicin literaria, trasgrediendo las fronteras entre un gnero y otro, y

    causando ciertos resquemores en los crculos de la alta alcurnia literaria. Entre ellosestaban Norman Mailer, Tom Wolfe, Hunter Thompson y Gay Talese. En menor

    medida, ocurra lo mismo en Europa occidental, con Oriana Fallaci y Ryszard

    Kapuscinski a la cabeza.

    El estadounidense Wolfe recuerda en qu se basaba esta tendencia: Era posible

    escribir artculos muy fieles a la realidad empleando tcnicas habitualmente propias de

    la novela y el cuento. [] Para los Nuevos Periodistas que se sumergan donde

    pasaban cosas, haba que tomar contacto con completos desconocidos, meterse en

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    sus vidas de alguna manera, hacer preguntas a las que no tenas derecho natural a

    tener respuesta, pretender ver cosas que no se tenan que ver (WOLFE, 1976: 26).

    Dentro de esta corriente trasgresora se forma concretamente el trmino no-ficcin

    como gnero, definido por el periodista de The New Yorker, Truman Capote, luego depublicar su emblemtica novela A sangre fra(1966). Capote fue precursor en dicho

    trmino y tambin en que otorg al periodismo un nuevo modo de mostrar la realidad

    al pblico lector con un estilo mejorado de periodismoen sus palabras, llevando un

    aspecto de mayor realidad a la literatura, enfoque sin dudas atractivo para un pblico

    lector vido de nuevas aventuras.

    En Amrica Latina la no-ficcin comenz nueve aos antes (o de eso se jactan

    muchos tericos de la comunicacin y del periodismo) aunque de un modo intuitivo,

    con la publicacin a travs de entregas peridicas en medios clandestinos, del libro

    periodstico de cabecera Operacin Masacrede Rodolfo Walsh (1957).

    El objetivo de este nuevo estilo latino no era competir con otros estilos, vender libros

    para editoriales ni consagrarse en la fama, sino en un punto diametralmente opuesto,

    contrarrestar el discurso meditico predominante y represor de las dictaduras

    latinoamericanas. El argentino Walsh y el colombiano Gabriel Garca Mrquez estaban

    a la cabeza del movimiento con sus publicaciones en la Agencia de Noticias Prensa

    Latina, en plena poca de la Revolucin Comunista Cubana.

    El rosarino Daniel Briguet analiza ambos fenmenos paralelos del nuevo periodismo

    en su libro Ficciones Periodsticas: Los nuevos periodistas irrumpieron en la escena

    cultural, y casi sin proponrselo, hicieron aicos el edificio levantado pacientemente

    por los popes de la tradicin literaria. [] En la non fiction, la literatura parece

    apropiarse de ciertos procedimientos propios de la crnica y el relato informativo, pero

    slo para integrarlos en una nueva modalidad de la ficcin, definida por su opuesto.

    Capote o Mailer, all; Rodolfo Walsh en estas tierras, son casos ejemplares.

    El periodista de investigacin Daniel Santoro ubic en Garca Mrquez y otros

    escritores la toma consciente de responsabilidad de comenzar a escribir la historia del

    periodismo narrativo, y lo ubica en un lugar y tiempo especficos: Caracas, 1958, a

    travs de la escritura en una revista semanal llamada Momentos (SANTORO, 2004:

    147). A esto agrega que se trata de un estilo latinoamericano que haba sido

    fecundado por los previos cronistas Jos Mart y Alejo Carpentier (Cuba), Rubn

    Daro (Nicaragua-Espaa), Csar Vallejo (Per), Juan Carlos Onetti (Uruguay), y los

    argentinos Jorge Luis Borges y Roberto Arlt. Estos ltimos dos, desde experiencias y

  • 8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local

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    estratos sociales diferentes, pero con coincidencias en sus bsquedas. El concepto de

    real maravilloso3 era tomado en aquellos aos incipientes de periodismo

    costumbrista donde los incipientes cambios de costumbres con la modernidad llevaban

    a los periodistas a narrar la poca.

    El periodismo latinoamericano desde sus inicios se ha relacionado de manera

    intrnseca con la literatura, y cabe recordar que fue en el mismo contexto del afamado

    Boom de la narrativa latinoamericana. Los grandes escritores como Borges,

    Cortzar, Neruda, Paz, Onetti, Fuentes, Vargas Llosa y Garca Mrquez, eran de oficio

    periodistas. Publicaban sus reflexiones, poesas, cuentos cortos y novelas a travs de

    folletines de entrega peridica en los diversos medios escritos de Amrica Latina. No

    existan an las editoriales libreras que con su nacimiento y expansin comenzaran

    luego a difundir a los escritores como tales, ya por otro camino que el de los medios decomunicacin.

    La historia del periodismo literario, con el tiempo y la industria editorial, ha dado un

    vuelco: antes los grandes escritores slo queran ser publicados y tener un sueldo, y el

    nico modo era a travs de prensa; hoy la instancia superadora es que los periodistas

    quieren mejorar la calidad de sus artculos, publicando textos literarios en los medios y

    tambin en formato de libros. De esta manera se puede decir que pasaron de ser

    escritores periodistas a periodistas escritores.

    Como corolario de esta corriente, la Fundacin Nuevo Periodismo Iberoamericano fue

    establecida en octubre de 1994 en Cartagena de Indias (Colombia) a modo de escuela

    del periodismo narrativo a travs de concursos, becas, seminarios y talleres. De este

    modo se ha generado, desde hace casi dos dcadas, una red que se retroalimenta

    para fortalecer un estilo de periodismo que no tiene suficiente cabida en los medios, y

    que sin embargo recoge adeptos y tiene una cada vez mayor masa crtica, llegando a

    los institutos, escuelas y academias de periodismo como una especialidad ms

    (aunque no formalizada) entre policiales, deportes, poltica o economa.

    En palabras de Daro Jaramillo Agudelo, entrados en el siglo veintiuno, la crnica

    latinoamericana ha creado su propio universo, una extensa red de revistas que

    circulan masivamente y que se editan en diferentes ciudades del continente. Hay una

    abundante produccin de crnicas en forma de libros que pasan rpidamente a figurar

    en las listas de los ms vendidos (JARAMILLO AGUDELO, 2012: 12).

    3Concepto acuado por el escritor Alejo Carpentier donde describa historias reales latinoamericanas y

    paisajes desde una mirada maravillada. Ver:

    http://www.ecured.cu/index.php/Real_Maravillosohttp://www.ecured.cu/index.php/Real_Maravillosohttp://www.ecured.cu/index.php/Real_Maravilloso
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    Pero segn la mirada de algunos cronistas argentinos como Josefina Licitra y Hernn

    Casciari, hoy la realidad del FNPI es otra. La realidad es que Garca Mrquez ya no

    est en la Fundacin por su avanzada edad, y que no est no vende, por lo que los

    sponsors (como CEMEX) se fueron bajando, y la FNPI ya no tiene el dinero que tena

    al comienzo, objeta Licitra.

    Otra mirada crtica de Licitra es sobre el auge de la crnica latinoamericana, que

    asegura que no es ms que un boom dentro de un crculo pequeo del periodismo,

    mientras que el pblico general no compra crnicas sino novelas: En octubre fui a un

    Festival de la Palabra en Repblica Dominicana, y ah observ que lo que se lee, que

    es poco, es la novela.

    La crnica despus de casi veinte aos de FNPI se empez a estandarizar, y en

    palabras de Josefina Licitra, da la sensacinque los cronistas tenan que mostrar que

    podan escribir narrativamente, y quizs ya es hora de volver a una crnica ms

    clsica y limpia como eran las de Garca Mrquez en los aos 60 y 70.

    1.2 En Argentina

    Si se quiere hacer un recorte de la historia argentina del periodismo literario, existen

    textos gauchescos que Ana Mara Amar Snchez vincula con el ensayo histrico,

    como el Cielito patritico (1818), la Relacin (1822) de Bartolom Hidalgo, y la

    Biografa de Rosas(1830) de Luis Prez, que postulan relaciones de transformacin

    del material similares a la que se sealan como especficas del relato de no-ficcin

    (AMAR SNCHEZ, 1992: 20).

    Tambin cabe mencionar el racconto realizado por la licenciada en Comunicacin

    (UNR 2002) Natalia Terencio. En su tesis indica cmo Jos Hernndez y Eduardo

    Gutirrez narraron las penurias del gaucho pampeano perseguido por el gobiernodurante el siglo XIX. Terencio destaca que tomaban hechos reales cuyos

    protagonistas son personas que han vivido lo narrado, y a travs de la utilizacin de

    tcnicas propias de la ficcin, trasladaban esos personajes a una novela ficcional,

    ubicndose as dentro del relato de la no-ficcin.

    Luego del gauchesco, Roberto Arlt fue quien hizo su gran aporte a este estilo en la

    dcada del veinte, desde sus correspondencias con los lectores y sus conocidos

    aguafuertes, introduciendo el estilo de narrar la poca en los medios de prensa.

    Aunque l no haya definido su propio estilo de un modo consciente, se lo considera

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    como periodismo costumbrista o de poca, que observaba una sociedad modernizada,

    industrializada, de mixtura de inmigrantes, y la narraba en folletines por entrega en el

    diario El Mundo.

    Se toma en cuenta el recorte histrico de Toms Eloy Martnez, quien plantea (en sunota introductoria al libro de narraciones periodsticas de Martn Caparrs, Larga

    Distancia) que la crnica es, tal vez, el gnero central de la literatura argentina. La

    tradicin literaria parte de una crnica magistral, el Facundo de Domingo F. Sarmiento.

    Otros libros capitales como Una excursin a los indios ranqueles, de Mansilla; Martn

    Fierro, de Hernndez; En viaje, de Can; La Australia Argentina, de Payr; los

    Aguafuertes de Arlt; Historia universal de la infamia y Otras inquisicionesde Borges;

    los dos volmenes miscelneos de Cortzar (La vuelta al da y Un ltimo round); y

    los documentos de Rodolfo Walsh son variaciones de un gnero que, como el pas, eshbrido y fronterizo (CAPARRS, 2004: 11).

    A fines de la dcada del cincuenta el periodista Rodolfo Walsh utiliz el estilo desde

    una mirada politizada, de un modo comprometido con la realidad, en su reconocida

    intencin de denunciar los fusilamientos clandestinos en Jos Len Suarez,

    investigados por l en Operacin Masacre, as como en todas sus obras de

    investigacin periodstica.

    Luego retomaron el estilo Toms Eloy Martnez, Martn Caparrs, Jorge Halpern,

    Jacobo Timerman (con su gran revista Primera Plana) y Osvaldo Soriano, entre otros

    pocos que, en consonancia de un periodismo comprometido tambin perfeccionaron la

    bsqueda estilstica de un campo casi sin espacio en los medios tradicionales. Como

    destaca Jorge Carrin, fue la obra de Caparrs, el ms inquieto de los cronistas de

    este cambio de siglo la cual inyect una ambicin global al periodismo narrativo en

    nuestra lengua con su publicacin Larga distancia, crnicas de viaje en 1992.

    Aprendices de estos maestros, en la dcada del noventa se fue gestando un semillerode cronistas como Leila Guerriero, Cristian Alarcn y Josefina Licitra, quienes fueron

    abrindose paso en publicar en revistas y diarios (Lamujerdemivida, ADN la revista

    dominical de La Naciny Rolling Stone) que hasta ahora no apostaban a este estilo.

    Adems de reportear y publicar sus no-ficciones, stos hoy se dedican a editar a otros,

    y a seguir sembrando un estilo en expansin a travs de talleres en ciudades de todo

    el pas en pases del continente latinoamericano.

    Segn Julin Gorodischer y Javier Sinay en un informe para la revistade Clarn, el

    camino recorrido desde los noventa hasta hoy fue trazado desde la mirada subjetiva

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    hacia la realidad: El nfasis en el individuo, que haba sido postergado [] para el

    acontecimiento de inters masivoque marc el pulso de la narrativa en el corazn de

    los medios masivos del siglo XX, influida por una idea de mercado asociada a grandes

    masas lectoras, abre paso a una nueva confianza en la capacidad transformadora

    que ejerce la mirada sobre la realidad. En este camino hoy el periodismo narrativo

    argentino prevalece en el yo biogrfico, omnvoro, especializado, crtico y/o analtico,

    sobre el mundo, la ciudad, el barrio4.

    Prueba de esta realidad actual en que existen ya numerosos periodistas narrativos, un

    mercado, un pblico lector y una industria editorial, es que en 2012 se publicaron dos

    ambiciosas antologas muy similares entre s. Antologa de crnica latinoamericana

    actual (Alfaguara) y Mejor que ficcin(Anagrama) son compilaciones de textos de alta

    calidad literaria, donde preponderan los periodistas argentinos (entre otrasnacionalidades tambin), y donde coinciden en afirmar que la mejor prosa narrativa

    de Hispanoamrica hoy est en la crnica.

    Otra indudable prueba, y ya detectando los nuevos pblicos virtuales, es que en los

    ltimos dos aos surgieron dos revistas digitales dedicadas al periodismo narrativo y

    que supieron cosechar un amplio pblico online. Ambas revistas fueron gestadas por

    argentinos y para un pblico iberoamericano: se trata de la revista Anfibia (de la

    Universidad de San Martn y dirigida por Cristian Alarcn, donde se articulan el trabajo

    periodstico con el de socilogos, antroplogos y otras ciencias sociales), y Orsai (una

    ambiciosa revista sin publicidades, de descarga gratuita en formato PDF y de

    distribucin interpersonal por correo postal, donde priman la calidad de escritura y de

    ilustraciones).

    Anfibia y Orsai poseen perfiles similares y pblicos preponderantemente virtuales,

    aunque cabe aclarar que en el segundo caso, para comienzos de 2014 los mismos

    directores decidieron que lanzarn su ltima edicin, porque su idelogo Hernn

    Casciari aduce: No queremos que la revista se convierta en una costumbre

    matrimonial. Ni para nosotros ni para los lectores. Pero tambin reconocen problemas

    econmicos que evidencian la dificultad de sostener un medio masivo de perfil

    periodstico-literario por fuera del mercado editorial y publicitario: No alcanzamos

    rentabilidad: tenamos una previsin de venta de seis mil revistas, y estamos

    rasguando las cuatro mil por edicin5. El panorama de la no-ficcin en el pas sigue

    4Informe Crnica argentina, modelo siglo XXIde Julin Gorodischer y Javier Sinay:

    5Declaracin de Hernn Casciari, director de Orsai en

    http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/cronica-argentina-siglo-XXI_0_955104490.htmlhttp://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/cronica-argentina-siglo-XXI_0_955104490.htmlhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/cronica-argentina-siglo-XXI_0_955104490.html
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    siendo una incertidumbre, donde existe un pblico lector fiel y donde la migracin

    hacia el mundo virtual parece inminente y a su vez poco rentable.

    1.3 En la ciudad

    Sobre el devenir histrico del periodismo literario en Rosario las tesinas,

    investigaciones, ensayos, ponencias y libros de Historia hacen aguas. No existe un

    texto que trace una lnea histrica de este estilo. Tal vez no existe porque es

    incipiente, o no hay una historia concreta, o porque no hubo inters en reparar en este

    estilo que no termina de definirse en la ciudad.

    Pocos periodistas locales han explorado con tcnicas literarias en sus publicaciones,

    entre los que cabe nombrar a Gary Vila Ortiz y a Elvio Gandolfo con la revista El

    Lagrimal Trifulca, y quienes han fortalecido varias revistas literarias y diarios locales.

    No sin pena, y luego de un amplio anlisis, quien investiga decidi no realizar una

    entrevista al periodista Vila Ortiz, quien reside hoy en la ciudad, pues se ha dialogado

    con varios periodistas que indicaron su estado de salud delicado con sus ms de

    ochenta aos, por lo que sera dificultosa la tarea.

    Osvaldo Aguirre menciona en un artculo sobre el suplemento Seales que edita, que

    existen datos sobre publicaciones aparecidas en Rosario a fines del siglo XIX, y que el

    periodismo cultural tiene experiencias interesantes y poco documentadas, como la

    etapa en que Irma Peirano trabaj en el suplemento literario de La Tribuna, o el ciclo

    que abri la revista Boomen 1968 y continuaron Zoomy Etctera, de menor magnitud

    que la primera.

    Aguirre indica que el estudio y la difusin de las obras del pasado cultural es una

    preocupacin reciente en Rosario, y tal es as que por estos meses (octubre de 2013),

    el mismo periodista public, en formato de libro, una antologa sobre la experiencianica de la revista BOOM.

    Dicha antologa es de gran valor a la hora de caracterizar el pasado periodstico-

    narrativo de la ciudad, ya queBOOM fue representativa de una poca culturalmente

    rica, y fue el nico ejemplo de que era posible tener en la ciudad un medio con los

    rasgos del Nuevo Periodismo latino y norteamericano, y contemporneo a stos.

    En un anlisis de Julieta Tonello, caracteriza sus rasgos distintivos que la

    posicionaban en el mismo discurso del entonces contemporneo Nuevo Periodismo:notas extensas y de gran calidad narrativa, [] un alto nivel grfico y tapas

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    controversiales, la pluralidad de voces, [] el narrador que no juzga [] los dilogos

    realistas y las descripciones a modo de escenas(AGUIRRE, 2013: 18-21).

    BOOM emulaba a los semanarios nacionales Confirmado, Primera Plana, y a los

    estadounidenses Newsweeky Time, y cabe situarlo tambin en la poca del boom dela narrativa latinoamericana. Era dirigida por Ovidio Lagos Rueda y all trabajaba un

    destacado grupo de periodistas, escritores, fotgrafos, diseadores y dibujantes.

    En palabras del propio Lagos Rueda, no era una revista popular, pero tampoco una

    revista literaria, sino un medio provocador: Esa poca era contestataria. Haba que

    demoler las estructuras, demoler el establishment. Haba cierta irreverencia, cierto

    desenfado en las cosas que se publicaban. Y como el mismo director reconoci, lo

    que llev al cierre de BOOMes que los periodistas escritores como yo nunca pueden

    ser buenos administradores.

    Si bien circulaban por entonces las tambin rosarinas El arremangado brazo,

    Setescientosmonosy El lagrimal trifulca, la primera de ellas no tuvo tanto alcance ni

    duracin, y las otras no se consideran como revistas periodsticas sino directamente

    literarias.

    Desde la dcada del ochenta se puede aseverar que el periodista que indagaba en el

    frgil terreno de la no-ficcin fue el entrevistado para esta investigacin Daniel Briguet.

    Su camino ha sido silencioso aunque reconocido a la vez, ya que cada medio escrito

    en el que trabaj ha publicado algn texto hbrido en su contratapa o en secciones

    culturales.

    Los casos de revistas periodstico-literarias recientes son espasmdicos y poco

    definidos. Desde la mirada de quien investiga, slo hubo un intento de dicho perfil con

    la revista 32 Pies,fue un proyecto ambicioso y con mucha inversin por parte de la

    Fundacin Puerto de la Msica. Como anuncia en su sitio oficial6, se propona

    registrar, haciendo eje en la regin litoral, las manifestaciones artsticas de los pases

    que integran el Mercosur. Sus personajes, sus historias, las nuevas tendencias, lo

    clsico y lo moderno, lo popular.

    La alta calidad del formato, la imagen y la variedad de artculos coincidan con la idea

    editorial de notas culturales desde Rosario para un pblico iberoamericano,

    probablemente para visibilizar el proyecto arquitectnico lanzado por el gobierno

    actual, diseado por el brasilero Oscar Niemeyer. Pero ante otras prioridades

    6Sitio Web del Proyecto del Puerto de la Msica y su revista cultural 32 Pies:

    http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/
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    econmicas, el Puerto de la Msica fue postergado, e inevitablemente meses despus

    la revista cerr, habiendo publicado slo cuatro ediciones trimestrales entre 2011 y

    2012.

    Una revista de tirada actual pero que an no sale de un circuito reducido de lectoresde la ciudad esApologa7, la cual se puede comparar en objetivos (de denuncia y

    provocacin) con la eximia BOOM, pero que no posee un equipo de redaccin

    concreto ni grandes tiradas, y no pareciera que pretenda ampliar su pblico lector. En

    el mismo sentido, pero desde una bsqueda de historias desde el periodismo bizarro,

    fue creada hace poco tiempo, y por ex alumnos del Posttulo en Periodismo (UNR), la

    revista Rosario Gonzo8, la cual tampoco aspira a una difusin meditica masiva.

    Lo que se puede percibir, y por esto la hiptesis de dicha investigacin, es que existe

    un caldo de cultivo cada vez ms incipiente en periodistas con inters en mejorar sus

    plumas y con compromiso de narrar con tica y esttica para el pblico lector. Cabe

    preguntarse por el espacio que le dan los medios donde trabajan, y en todo caso

    analizar en qu espacios publican sus textos periodstico-literarios.

    Es notorio el auge de este estilo en los ltimos tres aos, si se observa la oferta de

    talleres periodstico-literarios. Se trata de un estilo que no termina de emerger en la

    ciudad, pero que segn varios periodistas con este perfil y tambin el Sindicato de

    Prensa, es un modo de narrar que se encuentra en perodo de gestacin.

    7Ver Blog de la revista:

    8El Blog de la revista Rosario Gonzo:http://rosariogonzo.com/

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    CAPTULO 2

    2.1 Definiciones y especificidades

    Una salvedad es necesaria en la delimitacin del objeto de estudio, y es la de aclarar

    que no se trata aqu de analizar al periodismo cultural, sino al hbrido cruce entre

    periodismo y literatura, catalogado como periodismo narrativo, periodismo literario, de

    Autor o simplemente no-ficcin (trmino que luego definiremos). En cambio el

    periodismo cultural se relaciona con la cobertura de eventos artsticos y culturales, y

    como menciona Jorge B. Rivera, la realizacin de crticas, perfiles, necrolgicas,

    notas de aniversario, crnicas, columnas noticiosas, entrevistas culturales y ensayo

    (RIVERA, 2000).

    De todos estos tipos de texto, seguramente ms de uno es realizado por losperiodistas que aqu se entrevist. Pero esta salvedad pretende despejar dudas sobre

    la delimitacin y concepcin del tema, que no se enfoca en el periodismo cultural

    (tomado por muchos como un gnero) porque lo que se busca es observar a quienes

    escriben cualquier tipo de texto periodstico con formas y/o tcnicas literarias.

    En todo caso se toma al periodismo cultural como Rivera, en dos hipotticas formas:

    la produccin creativa, que explora con fines de produccin, campos estticos e

    ideolgicos inditos y disponibles, y la produccin reproductiva, que contribuye a la

    difusin de patrimonios. Siguiendo esta divisin, el periodismo cultural con produccin

    creativa es el que aqu se evoca, dado su necesario complemento estilstico.

    Cabe detallar la reflexin de Rivera: Convencionalmente se admite que un poema o

    un cuento incluido en una revista o un suplemento no poseen el estatuto periodstico

    que s se confiere a una nota de divulgacin, una resea bibliogrfica e incluso un

    ensayo. [] Podra decirse, de forma transaccional, que los textos literarios de

    creacin son insumos empleados por la prensa cultural, pero que slo la definen de

    modo parcial. Tan parcialmente por lo menos, como el empleo exclusivo de insumos

    informticos.

    Dicha visin de Rivera es loable en el sentido de diferenciar que los textos literarios no

    reciben el estatuto de ser periodsticos, dado que no hablan de hechos reales, y de

    esta manera queda aclarado que no todo lo que se publica en los medios es

    periodstico, pues el lmite es la ficcin: si el hecho no sucedi, no es periodismo.

    Lo que aqu se difiere es con la forma utilitaria de Rivera de concebir a los recursos

    literarios al punto de compararlos con insumos informticos. Son tcnicas estudiadas

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    para su correcta utilizacin (se ampliar sobre stas luego), y por tanto la escritura

    periodstica creativa que Rivera denomina, se posicionar en ese difuso lmite que

    existe entre periodismo y literatura.

    2.2 La idea de grieta narrativa

    En el diccionario de la Real Academia Espaola, el origen etimolgico del trmino

    grieta en latn es reventar. Y entre sus significados se destaca el de dificultad o

    desacuerdo que amenaza la solidez o unidad de algo. Es justamente la zona gris del

    periodismo que aqu se analiza, que conlleva una mayor dificultad por no tratarse de

    una especializacin formal dentro de la carrera periodstica, y por el poco espacio que

    tienen sus tipos de textos en los medios escritos de la ciudad, que se considera que eltrmino grieta narrativa es propicio para revalorizar, como un caldo de cultivo de una

    expresin que brota espordicamente en los diarios y en las publicaciones digitales,

    hacindose lugar de manera intersticial, y amenazando la solidez del pretendido

    periodismo objetivo.

    La expresin de grieta narrativa denota que el lugar que est moldeando este estilo,

    debe hacerlo en medio de una cierta solidez en la distribucin espacial de

    publicaciones, provocando entonces en el proceso, intersticios que vale su

    detenimiento para hipotetizar sobre un curso trazado en este estilo. Si esta nueva

    expresin encuentra su curso y sobre todo si suma adeptos en el camino, como viene

    sucediendo, se puede decir que el periodismo escrito, que es mayormente un estilo

    duro, tiene amenazada su solidez ante stos textos hbridos que se abren espacio, y

    tambin ante la paulatina migracin del pblico lector hacia los medios digitales en su

    bsqueda de nuevos tipos de lectura periodstica.

    En palabras de Ana Mara Amar Snchez, lo especfico del gnero est en el modo en

    que el relato de no-ficcin resuelve la tensin entre lo ficcional y lo real. El

    encuentro de ambos trminos no da como resultado una mezcla (aunque sea posible

    rastrear el origen testimonial o literario de muchos elementos), sino que surge una

    construccin nueva cuya particularidad est en la constitucin de un espacio

    intersticial donde se fusionan y destruyen al mismo tiempo los lmites entre distintos

    gneros (AMAR SNCHEZ, 1992: 19).

    El discurso no-ficcional responde de esta manera a la necesidad de fractura y

    renovacin literarias con circunstancias histricas en las que los acontecimientos(revoluciones, luchas, crmenes polticos) no precisan de lo imaginario para

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    constituirse en relatos, como si pertenecieran a una realidad de por s suficientemente

    literaria(AMAR SNCHEZ, 1992: 28).

    Una grieta es tambin una fisura, una huella que habla de otros registros, y como

    analiza Jorge Carrin, en esa consciente ambivalencia, en las fisuras de lo real y delos gneros que tratan de representarlo, trabaja buena parte de la no-ficcin de este

    cambio de siglo (CARRIN, 2012:26).

    La fisura desde la mirada de Amar Snchez, permite que los textos del gnero dejen

    de ser ledos como trabajos periodsticos y cambien de funcin: abandonan la

    inmediatez de la nota y se constituyen en relatos, establecen su propia filiacin, su

    propia tradicin y se postulan de algn modo como literatura (AMAR SNCHEZ,

    1992: 30).

    En la experiencia del periodista Daniel Briguet, la redaccin suele ser un

    pandemonium9de gente apurada, voces entremezcladas, rdenes contradictorias [].

    Nada menos parecido a la soledad recoleta del creador que crea . En este marco, la

    escritura periodstica est dominada por la contingencia, y cuando el redactor busca

    una escritura de mayor vuelo a una noticia corriente, surge la tensin entre sus

    propias visiones, a menudo reducidas a la filigrana de un esbozo, y las presiones del

    mundo exterior. En su experiencia ste es el punto en que se puede hablar de una

    autonoma que se conquista, precisamente, en los lmites del trabajo subordinado.

    La hiptesis que aqu se acua es que el camino a recorrer por el periodista para tener

    estos espacios intersticiales, estas grietas narrativas, lo consigue a travs de la

    autogestin. Beatriz Vignoli teoriza que ese es el modo ms indicado de trabajar el

    arte (en cualquier disciplina) para que funcione, y en el periodismo no puede ser

    diferente: Defiendo a muerte la autogestin, es la forma de empezar, y es donde

    surgen cosas muy buenas. Te pods quedar en tu casa esperando porque llevaste

    doscientos currculums, pero hay que empezar a trabajar, a conocer el terreno, que teconozcan por tu producto, y ya con ese antecedente pods entrar en una empresa

    ms grande.

    El periodista mexicano Juan Villoro cita en una crnica para la revista Orsai al

    pensador Giorgio Agamben en su ensayo Qu es lo contemporneo: [] repara en la

    paradoja que define a los mejores testigos de una poca: inmersos en su realidad, le

    descubren un error, una fisura; adquieren distancia para entender lo actual en una

    9Pandemonium: Segn la Real Academia Espaola, Capital imaginaria del reino infernal. Lugar en que

    hay mucho ruido y confusin.

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    desconexin y en un desfase. [] Lo contemporneo slo se entiende de manera

    genuina si escapa a la norma, la costumbre, la moda, la opinin generalizada. Alguien

    es de su tiempo cuando se aparta lo suficiente para advertir el pliegue oculto de la

    poca, su lnea de sombra. Y retoma a Agamben nuevamente: Es en verdad

    contemporneo aquel que no coincide a la perfeccin con su tiempo ni se adeca a

    sus pretensiones y es, por ende, en este sentido, inactual; pero justamente por eso, a

    partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es ms capaz que los otros de percibir y

    aprehender su tiempo.

    Probablemente de esta misin, ms difcil y profunda, se trate el camino del

    periodismo narrativo. Quizs como realiz Roberto Arlt hace un siglo atrs, hoy la

    ambiciosa misin sea, como menciona el entrevistado Pablo Makovsky, cifrar y

    descifrar", o percibir como Daniel Briguet el sensorium de la poca, un trminocreado por otro pensador que fue de su tiempo y en paralelo inactual, el filsofo Walter

    Benjamin.

    2.3 Definicin de periodismo

    El periodismo es un oficio porque se ejerce en el 99% de los casos desde una

    empresa, todos los das, dentro de determinados horarios, bajo una estructura

    jerrquica, a cambio de un salario, y enmarcado en un estatuto (en Argentina, el

    Estatuto del Periodista, Ley 12.908), segn Alfredo Serra y Edgardo Ritacco en su

    libro Curso de Periodismo Escrito(SERRA Y RITACCO, 2005).

    Por otra parte, los mismos Serra y Ritacco aclaran que el periodismo tambin es un

    arte, ya que su punto de partida es la escritura, definida como el arte de las artes.

    Bajo esta perspectiva, cabe recordar que la mayor parte del contenido de un diario

    son los textos, que se diferencian de los literarios por ser su deber de informar con

    reglas tcnicas, como la pirmide invertida, la economa de palabras y el lenguaje al

    alcance del lector medio.

    Se coincide en la caracterizacin del concepto realizada por el filsofo Daro

    Sztajnszrajber en el marco de la Jornada Crecer como periodistas del Posttulo en

    Periodismo: El periodismo es una manera de escribir, como la poesa, que tiene sus

    normativas, sus problemas, sus registros, su cadencia, su propia bsqueda. Est

    bueno aceptar que todas las disciplinas que se hacen con palabras son, en algn

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    sentido, gneros literarios []. Entender que cuando escribimos un texto lo hacemos

    para otro10.

    Sobre el trmino periodismo, tambin se coincide y recapitula la delimitacin

    realizada por los ex alumnos Luciano Sagripanti y Mara Sol Rivera: Por periodismose entiende la funcin social de recopilar, procesar y difundir por cualquier medio de

    comunicacin una noticia de inters pblico, con la finalidad de informar y formar, as

    como tambin la de persuadir y entretener.

    El mensaje periodstico, aparte de ser un hecho comunicable en el ms amplio

    sentido, cumple con la funcin formativa por los juicios de valor que se emiten. Otra

    finalidad del periodismo es la recreacin, abarcando diversos gneros: humorismo,

    costumbres, viajes, etc. As, el periodismo incluye comunicacin por esencia,

    informacin por necesidad, formacin por deseo de orientar, entretenimiento por

    naturaleza, y todo ello dentro de un rea envolvente que incluye estilo, tcnica y

    representacin adecuada11.

    2.4 Definicin de literatura

    Para un entendimiento cabal de la temtica a investigar, es necesario tambin definir

    el concepto de Literatura. Albert Chilln lo define como un modo de conocimiento de

    naturaleza esttica que busca aprehender y expresar lingsticamente la calidad de la

    experiencia" (CHILLN, 2007).

    El exalumno Sagripanti reproduce el encuadre de la Lic. Andrea Bocco, y aduce que

    se trata de una manifestacin artstica de una cultura constituida fundamentalmente a

    travs de la palabra (oral o escrita). Es el marco para definir las formas (gneros

    literarios), como tambin las lenguas, las voces y usos12.

    La literatura, en palabras de Amar Snchez, no puede tener postulados deuniversalidad e intemporalidad, porque ella es lo que en cierto momento histrico se

    entiende como tal []. La literatura se define en trminos de lo que algn grupo social,

    alguna institucin llaman y usan como literatura. De esta forma los factores histricos

    10Cuadernos de comunicacin 8. Publicacin del Posttulo y Licenciatura en Periodismo, Facultad de

    Ciencia Poltica y RR.II., Universidad Nacional de Rosario. Editorial Armoa Rosario. 201311

    Rivera, Mara Sol, Periodismo Literario: un desafo para el siglo XXI(Trabajo Final Integrador para elttulo de grado de Lic. En Periodismo UNR), Julio de 2005, Rosario12

    Bocco, Andrea, Literatura y Periodismo, 18301861, Tensiones e interpretaciones en laconformacin de la literatura Argentina, 2004, Editorial Universitas, Facultad de Filosofa yHumanidades, Universidad Nacional de Crdoba.

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    e ideolgicos determinan la aceptacin y los lmites de lo literario (AMAR SANCHEZ,

    1992: 29).

    Sobre el oficio del escritor, la reconocida Marguerite Duras analiza que la persona que

    escribe tiene las manos vacas, la cabeza vaca, y que, de esa aventura del libro, sloconoce la escritura seca y desnuda, sin futuro, sin eco, lejana, con sus reglas de oro,

    elementales: la ortografa, el sentido. []Escribir tambin es no hablar. Es callarse. Es

    aullar sin ruido. Un escritor es algo que descansa, con frecuencia, escucha mucho .

    (DURAS, 2006: 22)

    Ms especficamente sobre las rutinas de quien ejerce la literatura, Marguerite Duras

    diferencia su oficio de los dems: Podemos escribir a cualquier hora. No sufrimos

    sanciones de reglas, horarios, jefes, armas, multas, insultos, polis, jefes y ms jefes.

    (DURAS, 2006: 54). En este punto se puede ver la diferencia con el oficio del

    periodista que en general trabaja para un medio y posee contrato, horarios y rutinas

    establecidas por un jefe.

    Tambin cabe mencionar la mirada del lingista Roland Barthes sobre el oficio del

    escritor, que se diferencia con la visin de Duras por su mirada comprometida con la

    sociedad: En toda forma literaria, existe la eleccin general de un tono, de un ethossi

    se quiere, y es aqu donde el escritor se individualiza claramente porque es donde se

    compromete. [] Lengua y estilo son objetos; la escritura es una funcin: es la

    relacin entre la creacin y la sociedad, el lenguaje literario transformado por su

    destino social (BARTHES, 2003: 21-22).

    En su mirada al devenir literario actual la multiplicacin de las escrituras es un hecho

    moderno que obliga al escritor a elegir, que hace de la forma una conducta y provoca

    una tica de la escritura. [] La escritura moderna es un verdadero organismo

    independiente que crece alrededor del acto literario, lo decora con un valor extrao a

    su intencin, lo compromete continuamente en un doble modo de existencia.

    2.5 El periodismo narrativo

    Si el periodismo es un oficio donde lo que prima es informar, y la narrativa hace uso de

    herramientas estilsticas, se puede pensar al periodismo narrativo como un subgnero

    de ambos gneros donde lo que se narra son hechos reales a travs de tcnicas

    literarias. Y se puede pensar como denota Daniel Briguet que dentro de ese

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    subgnero, los gneros son menos definidos, a veces no se sabe bien dnde termina

    uno y dnde empieza el otro.

    El periodismo narrativo, en palabras de Vctor Latorre, rompe con los esquemas

    periodsticos clsicos al aplicar tcnicas narrativas propias del mundo de laimaginacin. De esta forma el estilo imita a la literatura de ficcin para humanizar el

    relato de una historia, buscando transmitir al lector una fuerza emotiva muchas veces

    ausente en la crnica noticiosa tradicional.

    Por poner un comienzo del periodismo narrativo, Jorge Carrin puntualiza: Charles

    Danah, el director de The Sun, y Joseph Pulitzer, fundador de World,sentaron desde

    sus redacciones respectivas las bases de un periodismo de investigacin con

    conciencia de autora y con voluntad de seduccin. [] Tambin Daro o Mart o

    Manuel Gutirrez Njara participan de esa nueva forma de narrar la realidad. La

    misma que aos despus, adaptada a cada contexto particular y segn las

    convicciones ticas y estticas de cada cual, participarn Corpus Varga, George

    Orwell, Joseph Roth, Ernst Hemingway o Josep Pla: las ciudades, los pases, los

    viajes, el pasado, las guerras pueden ser narrados mediante el retrato de lo mnimo,

    de lo cotidiano, con un estilo literario absolutamente personal. Se puede ser, a un

    mismo tiempo, extremadamente literario y extremadamente popular.

    Briguet indica que en el periodismo narrativo hay cierta oscilacin entre la ficcin (que

    parece entrar a travs de la forma) y la llamada realidad. Para esto se refiri a la idea

    de Jean Baudrillard de que el simulacro no miente, sino que borra los lmites entre

    realidad e imaginacin, y recuerda: En Matrix en una toma aparece el libro Cultura y

    simulacro de este autor, que desarrolla la idea de que si uno est adentro de una

    sociedad no es consciente de que esta misma puede ser una simulacin. Y los

    hermanos Wachowsky admitieron haber ledo ese libro.

    En una buena caracterizacin del periodismo narrativo, Beatriz Vignoli reflexiona: Elarte es todo lo que busca un objetivo esttico en primera instancia. Vos pods hacer

    arte con una noticia pero tu primer objetivo es informar qu pas y dnde, quin y por

    qu. A lo sumo se puede opinar un poco y dar una forma bella al texto, pero siempre

    va a ser literatura al servicio del periodismo. Ms que periodismo narrativo, Vignoli lo

    toma como crnica literaria, que es un gnero entre gneros: Es ms que un cruce

    entre gneros, es un gnero en s mismo. Pero que puede ser subgnero de los dos,

    del periodismo y de la literatura.

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    de estar en varios sitios a la vez, dotado adems de la capacidad de mostrar lo que

    piensa o siente un personaje; El empleo de monlogos interiores; La pluralidad de

    puntos de vista; El apoyo en tcnicas de suspenso; El uso de metforas; La

    manipulacin del orden temporal, con saltos del presente al pasado o al futuro y

    viceversa.

    Albert Chilln realiz una fina clasificacin en torno a los grados de ficcionalizacin13

    (de mayor referencialidad a mayor fabulacin) de un texto, que cabe reproducir para

    hacer diferencias entre los diversos tipos de textos, y detallar en qu terrenos opera el

    periodismo y en cules no se debe incurrir. Se trata de una diferenciacin entre

    enunciacin facticia y enunciacin ficticia. En la enunciacin facticia que se utiliza en

    periodismo, puede ser de tenor documental (veracidad y alta verificabilidad: Crnica,

    reportaje, documental, informativa) la enunciacin de tenor testimonial (veracidad yescasa verificabilidad. Libros de memorias, epistolarios, relatos de viajes, retratos,

    semblanzas). La enunciacin ficticia, dado que prima la ficcin por sobre la realidad,

    queda por fuera del trabajo del cronista, y puede ser:

    1) De tenor realista: relato, novela y cine realistas.

    2) De tenor fabulador: verosimilitud autorreferencial con apelacin a realidades

    interiores como fantasas y sueos. Relato, novela, cine fantstico. Mitos y

    leyendas.

    3) De tenor falaz: bsqueda de la mentira, el engao.

    Una vez diferenciada de la ficcin, se puede avanzar sobre la definicin de no-ficcin.

    Los cruzamientos entre periodismo y literatura confluyen en un gnero periodstico

    ms nuevo que la crnica, llamado no-ficcin, nacido de las crnicas, reportajes,

    reflexiones y entrevistas, y que es el ms utilizado en la cotidianeidad del periodismo

    literario.

    El nombre de no-ficcin fue determinado por Truman Capote, y segn Ana Mara AmarSnchez, dicho trmino se mantiene por razones de convencin, ya que su uso se ha

    generalizado, aunque sobre la denominacin relato de no-ficcin pasa el implcito

    prejuicio de que todo relato normaldebe ser de ficcin. Por esto Snchez seala que

    los crticos [] ven el gnero como una forma ambigua, mezcla de ficcin y

    testimonio, y lo definen como un hbrido, producto de un cruce en el que los

    13Se puede observar la clasificacin realizada por Chilln en el resumen realizado por la ctedra de

    Redaccin 1 de la Facultad de Comunicacin Social de la UNR en su sitio web

    http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.php
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    procedimientos literarios mejoran la condicin inicial del material(AMAR SNCHEZ,

    1992: 13-14).

    Para Amar Snchez, si en los medios se trata de construir un sistema de estrategias

    que produzca un efecto de verdad, en la no-ficcin, por el contrario, se cuestionapermanentemente todo intento de lectura consumista. De esta manera, mientras el

    periodismo corriente objetiviza los sucesos, el cronista, en oposicin, subjetiviza y

    humaniza por completo enfocndose en momentos y sujetos especficos y recortes de

    sucesos clave.

    Para Amar Snchez el rasgo principal de los textos de no-ficcin es que respetan

    estrictamente los registros, sean testimonios, documentos o grabaciones- con los que

    se constituyen. La lnea es delgada, ya que la tarea es de ficcionalizar a los

    protagonistas, disolviendo el lmite entre lo real y lo narrativo, pero nunca agregando

    rasgos o declaraciones que no hayan existido. Como figura la periodista rosarina

    Silvina Tamous en su experiencia, no pods mentir ni en el color de ojos. La pluma

    personal del periodista debe mantener a raya la tentacin ficcional , en palabras de

    Jorge Carrin.

    En el libro Tcnicas de Investigacin, el destacado periodista argentino Daniel Santoro

    retoma cuatro procedimientos en Tom Wolfe de la no-ficcin (SANTORO, 2004: 145),

    que se enumeran a continuacin:

    El fundamental es la construccin de escena por escena, contando la historia

    saltando de una escena a otra y recurriendo lo menos posible a la mera

    narracin histrica [].

    El dilogo realista capta al lector de forma ms completa que cualquier otro

    procedimiento.

    El punto de vista en tercera persona, como tcnica de presentar la escena a

    travs de los ojos de un personaje particular, para dar al lector la sensacin deestar metido en la piel del personaje y de experimentar la realidad emotiva de

    la escena tal como l la est experimentando.

    Los detalles simblicos que pueden haber en el interior de una escena.

    Consiste en la relacin de gestos cotidianos, hbitos, modales, costumbres,

    estilos de mobiliario, de vestir, de decoracin, estilos de viajar, de comer, de

    llevar la casa, modos de comportamiento frente a nios, criados, superiores,

    inferiores, iguales, adems de las diversas apariencias, miradas, pases, estilos

    de andar.

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    Pero el trmino no-ficcin no es compartido por todos los tericos. Toms Eloy

    Martnez prefiere hablar de ficciones verdaderas14, y Albert Chilln delimita el trmino

    de faccin15, para poner acento en lo fctico. Todos los tericos coinciden en que se

    trata de un gnero que oscila permanentemente entre la literatura y el periodismo por

    su condicin de relato y a la vez de testimonio. Evidentemente la no-ficcin no puede

    basarse en hechos ficcionales, pero tampoco puede mostrarse como un espejo fiel de

    esos hechos, por lo que se distancia tanto del realismo novelstico como de la

    pretendida objetividad periodstica.

    En palabras del rosarino Briguet, entra en crisis un paradigma periodstico que era

    estrictamente informativo, de pretensiones objetivistas. Lo que hace el llamado

    periodismo narrativo es tomar esa idea de que no hay posibilidad de objetividad

    periodstica estricta. Los mrgenes de subjetividad pueden ser mayores o menores,pero siempre partimos de un sujeto, una mirada, un punto de vista. No importa la

    cantidad de datos duros que se utilicen, en la medida en que haya un sujeto que

    recorta la informacin, hay un punto de vista que incluye lo que dice y lo que no dice, y

    este estilo es honesto en mostrar el punto de vista del autor sin resquemores.

    En la no-ficcin se pueden identificar varios sujetos: los testigos de los hechos, los

    personajes y los sujetos de enunciacin (la voz que elige el narrador), ya que los

    hechos llegan al lector reconstruidos por la experiencia de sus protagonistas. En el

    relato de no-ficcin los hechos pasan a travs de los sujetos que el periodista

    entrevista y luego empalabra16, como postula Amar Snchez: ellos son la clave de la

    transformacin narrativa, su participacin en los sucesos est respetada, pero se

    expanden tanto sus actos y su palabra que en ellos se concentra toda la accin

    (AMAR SNCHEZ, 1992: 49).

    Los dos rasgos de la no-ficcin son: respeto por un material testimonial, oral o

    documental; y trabajo de narrativizacin. (AMAR SNCHEZ, 1992: 73). Segn su

    mentor Truman Capote cuando le preguntan por el New Journalism, lo fundamental es

    que "la forma, por necesidad, demanda que el escritor controle por completo las

    14Ficciones verdaderas, Toms Eloy Martnez (del libro homnimo) en Weblog de Redaccin I, Escuela

    de Comunicacin Social, UNR:15

    Las escrituras facticias y su influjo en el periodismo moderno, Albert Chillon en Weblog de RedaccinI, Escuela de Comunicacin Social, UNR:16Empalabrar: trmino acuado por Albert Chilln en su libro Literatura y periodismo. Una tradicin de

    relaciones promiscuas.

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    Pero dentro de la crnica se puede pensar en dos estilos marcados: la crnica de

    datos duros, de un perfil de investigacin, y la crnica narrativa. En esta distincin se

    considera, en coincidencia con Daniel Briguet, que no son opuestos sino

    complementarios, [] porqueen una hay acceso a lo ocurrido en sentido nato, en otra

    hay acceso a lo que sostiene, envuelve al acontecimiento y le da un color particular.

    Un color que slo se permite en el acceso subjetivo porque no es una cuestin de

    cifras, sino de clima que el cronista debe poder percibir y saber transmitir.

    En el prlogo del libro Mejor que ficcinJorge Carrin lo examina: Para que la palabra

    sea precisa y justa, debe sintonizar con los personajes y con el espacio. Es decir, las

    voces y los lugares que convergen en las pginas de una crnica tienen que ser

    transmitidos segn la forma que mejor se adece a sus particularidades . Por ello

    Carrin percibe que cada crnica tendr un estilo propio de la realidad que representapues no es posible describir con la misma sintaxis ni con el mismo ritmo y metforas

    los desiertos patagnicos que la ciudad de Nueva York(CARRIN, 2012: 16).

    En la mirada del cronista paranaense Eliezer Budasoff, desde las crnicas se apela a

    otro tipo de sensibilidad y a construir otra mirada sobre los hechos, y eso sirve para

    sortear filtros de lectura sobre algunos temas. Esto significa que en una crnica se

    puede decir algo que tal vez no entra en una noticia. Este rasgo del gnero posibilita la

    escritura de grietas narrativas, por publicarse en un lenguaje ms literario y a eso se

    suma el hecho de publicar temas que no podran ser publicados en otros formatos.

    En su experiencia de haber sido editado por Leila Guerriero y haber ido a un taller con

    Alberto Salcedo Ramos en Mxico, Budasoff aprendi que un gran cronista es un gran

    lector, y no un iluminado divino, porque se trabaja mucho sobre sus propios textos.

    Son grandes lectores y grandes laburantes, denota.

    En la mirada de la crtica de Arte Beatriz Vignoli, el cronista tiene una capacidad de

    llegar hasta ciertos lugares que un periodista tpico no llega. De esta manera lo figura:A Claudio Bern le metieron un tiro en la panza en su cobertura de los saqueos del

    2001. Y aun con el tiro hizo la nota. Eso es un cronista, se mete en el territorio, habla

    con la gente, mira alrededor y tambin es amante de la literatura.

    Se coincide en la definicin de Carrin de que toda crnica es un compromiso doble:

    Con el otro (el testigo, el entrevistado, el retratado y sus contextos, el lector) y con el

    texto, que tras un complejo proceso de escritura (y montaje) lo representa en su

    multiplicidad. Tambin se coincide con Osvaldo Aguirre, en que la crnica es

    periodismo con conciencia crtica, porque hay mucha gente que hace periodismo que

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    no se preocupa, que cree que tiene todo resuelto, y otra gente que por el contrario ve

    que el aprendizaje nunca termina, busca mantener siempre la curiosidad despierta, la

    inquietud.

    2.8 Otros textos periodsticos literarios

    Adems de los dos grandes gneros ya definidos que son la no-ficcin y la crnica,

    existen otros tipos de texto que entran en el estilo hbrido del periodismo narrativo. Se

    trata de textos mixtos. Albert Chilln clasific seis narrativas facticias, entre otras

    posibles: literatura del yo, gnero epistolar, crnicas de viaje, biografa o retrato,

    artculo de costumbres y ensayo18.

    La l i teratura del yo es una representacin contrastada de los hechos

    observados o reconstruidos por el periodista con documentacin que lo

    sustenta.

    El gnero ep is to lar se basa en la publicacin de cartas, sea de manera

    informativa o literaria. La carta como gnero testimonial aparece en los

    reportajes novelados como A sangre fra de Capote, a la manera de gnero

    intercalado, como dira (Mijal) Bajtn, detalla Chilln.

    La crnica de v iaje es una de las modalidades