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TEXTOSESCOGIDOS

VIRGILIODÍAZGRULLÓN

Textosescogidos

SELECCIÓNYPRÓLOGODEPEDROVERGÉS

BIBLIOTECADOMINICANABÁSICAMINISTERIODECULTURADELAREPÚBLICADOMINICANA

NARRATIVA

MINISTERIODECULTURAEDUARDOSELMANHASBÚN

MINISTRO

EDITORANACIONALJOSÉENRIQUEGARCÍA

DIRECTOR

CONSEJOEDITORIALADRIANOMIGUELTEJADA,BRUNOROSARIOCANDELIER,DIÓGENESCÉSPEDES,FRANKLIN

DOMÍNGUEZ,LEÓNDAVID,RAFAELCASTILLO,REIBERROAYSABRINAROMÁN.

BIBLIOTECADOMINICANABÁSICA

©Delaprimeraediciónimpresadeestacolección:diciembre2017,EditoraNacional.

PlazadelaCulturaJuanPabloDuarte.Av.MáximoGómez,SantoDomingo,

RepúblicaDominicana.Tel.(809)2214141(ext.5537)

Diseñodelacolección:ALEJANDROCASTELLI.Fotografíadeportada:PIXABAY.

Cuidadodeedición:MARÍADELCARMENVICENTEYCLARADOBARRO.Diagramaciónyartefinaldelaediciónimpresa:AMADOSANTANA.

ISBNLIBROIMPRESO:978-9945-503-16-6

ImpresoenlaEditoraBúho,enSantoDomingo,RepúblicaDominicana

Deestaedicióndigital:mayo2019,EditoraNacional.http://www.cultura.gob.do

ElaboraciónePub:DIGNAVARGASGRULLÓN.Primeraedicióndigital(ePub):mayode2019.

SANTODOMINGO,REPÚBLICADOMINICANA

Este eBook hace parte de la Colección Biblioteca Dominicana Básica (BDB),publicaciones de la Editora Nacional del Ministerio de Cultura de la RepúblicaDominicanayhasidocreadoapartirdelaobraconelmismotítulo.Setratadeuncontenidogratuitoquepuedescompartirenviandoelsiguientelinkatusamigosocontactos o usando el mismo para compartir en redes sociales:http://www.cultura.gob.do/LibrosBDBparadescargar.

ESTAOBRAESTÁSUJETAALALICENCIARECONOCIMIENTO-NOCOMERCIAL-SINOBRADERIVADA4.0INTERNACIONALDECREATIVE

COMMONS.PARAVERUNACOPIADEESTALICENCIA,VISITEHTTP://CREATIVECOMMONS.ORG/LICENSES/BY-NC-ND/4.0/.

ÍndiceLaobranarrativadeVirgilioDíazGrullónoeldesarrollodeunesquemaocultoBibliografía

DeUndíacualquiera(1958)JornadacompletaPropiedadprivadaElrelojPesadilla

DeCrónicasdeAltocerro(1966)CírculoElpequeñoculpableDospesosparaCiriloUnepitafioparaDonJusto

DeMásalládelespejo(1975)BiografíadeunsuicidaDoblepersonalidadÍcaroLamutaciónLainvasiónElunoyelotroLaparejaElmaleficioLaresignadainmortalidaddeDonCástuloPasdedeuxRetornoMásalládelespejoLaenemiga

Losalgarrobostambiénsueñan(1977)DeAntinostalgiadeunaEra(1989)

TelóndefondoHomenajepóstumoBautismorevolucionarioLanochedel26deoctubreMipersonajeinolvidableCarmenNataliaLasangrefríadelgeneral

CitaclandestinaElbatallónsuicidaProtocolotrujillistaHumornegrodeTrujilloEladiósdeJuanchoMoralesLaúltimaapelacióndeMarreroAmnesiacolectivaporordensuperior

BibliotecaDominicanaBásica(BDB)SobreelautordelostextosseleccionadosSobreelautordelprólogo

LAOBRANARRATIVADEVIRGILIODÍAZGRULLÓNOELDESARROLLODEUNESQUEMAOCULTO

PedroVergés

PRELIMINARESEnelaño1981,alreunirsuobracompleta,elautordecidiódividirlaentres

partes y de esa división extrajo el título del conjunto: De niños, hombres yfantasmas. 1 El dato es importante porque nos proporciona la posibilidad deentenderunacaracterísticafundamentaldelacuentísticadeDíazGrullón,ladeuna tripartición temática que va a ir manifestándose de forma paulatina yencadenada hasta que cada una de sus partes (niños, hombres y fantasmas)adquierasupesoespecífico,sudesarrollopleno,dentrodelconjunto.EnUndíacualquiera2aparecensolodosdeellas,“niños”y“hombres”.Los“fantasmas”,elotrocomponentedelatríada, loharáenCrónicasdeAltocerro,3enloscuentos“Másalládelespejo”,queleprestaráel títuloasutercer libro,y“Retorno”.Deahí en adelante ya no será posible leer la obra de Díaz Grullón sin tomar enconsideración esa convivencia. Claro que tales “niños” tales “hombres” y talesfantasmas” no equivalen exclusivamente —salvo que nos quedemos en lasuperficie— a niños, hombres y fantasmas. Equivalen también, amén delsimbolismo que pueda hallarse en ellos, a tres distintos modos de percibir larealidad y de comunicárnosla y a tres distintosmodos de enfrentarla antes deconvertirlaenmaterianarrativa.Son,porúltimo,elresultadodelaaplicacióndeunesquemaocultocuyaspeculiaridadesseñalomásadelante.Perovayamosporpartes.

INTERMEDIO

1

LaobradeVirgilioDíazGrullónseiniciaen1958conlapublicacióndeUndíacualquiera,unlibroyamaduro,enelquedemuestraunaconcienciaclaradeloficio y con el que obtendría el premio nacional de literatura de ese año. Es,además,ellibrodeunautorqueconocemuybienlasreglasdelgénero—muchas

de lascualessiguensiendo, todavía,motivodediscusión—, 4yqueseaferraaellas condeterminación, convencidodeque todobuen cuentodebe ser lo queQuirogaensuDecálogodelperfectocuentista 5yBoschensusApuntes sobreelartedeescribircuentos6habíanqueridoquefuese.Perouncuentonoessolounaestructuranarrativaderasgosespecíficos,sean

estoscualessean,sinotambién,ysobretodo,enlaintenciónalmenos,unaobradearte.Demaneraqueparacomprenderloesnecesarioqueloconsideremosalaluz del contexto que le es propio—lomismo si lingüístico, histórico o social,como si de otra índole— y que nos esforcemos por entender a fondo suscaracterísticas más relevantes. En el aspecto formal-estilístico de Un díacualquiera, por ejemplo, se destacan de entrada, y entre otras, dos que sonesencialesenlaobranarrativadeDíazGrullón:sencillezexpresivayconcisión,o,loquevieneaserlomismo,unatendenciadecididaporlafraseprecisa,breve,demuyescasaadjetivación,quehuyedelosincisosydelrebuscamientoyenlaqueno hay cabida, salvo en muy raros casos, para espejismos metafóricos nicomplejidadessintácticas.Aresultasdeesoseproduceenellibrounainnegableidentificación entre la claridad, digamos expositiva, que se pretende y laaplicación estricta de unas normas narrativas previamente aceptadas comobuenasyválidas.EsesasimbiosislaquehacedecadacuentodeUndíacualquieraunaunidad

de comunicación estética casi siempre acertada, aunque a veces condicione alautoryleresteposibilidadesexpresivas.Poresonocompartolaapreciacióndequienesquierenverenlaeleccióndelostemasdeeseprimerlibrolacausadelasencillezydelaconcisiónyaseñaladas.Admitoqueentrelounoylootroexisteunparentescoinobjetablecuyoanálisisconsidero,porcierto,conveniente.Peromeparecemuchomásacertadorelacionarlaimportanciaconcedidaporelautoratalesrasgos,másqueconcualquiercosa,conlanecesidaddemantenersefielalaadopcióndeunasleyesformalesdetantaenvergaduracomolasmuyestrictasdictadasporelgénero.Convieneamipropósitoadelantaraquíque laproduccióndeDíazGrullón

no nos depara, en cuanto al aspecto formal se refiere, demasiadas sorpresas.Quiero decir que existe en toda ella —desde Un día cualquiera hastaAntinostalgiadeunaEra—unafidelidadasuspropiosorígenesquenosealtera,osealteramuypoco,conrelaciónala“manera”establecidaensuprimeraobra.No es Díaz Grullón un escritor que se caracterice por la búsqueda de una“marca”estilísticade identificaciónespecíficayúnica (en lamedidaenque talcosaesposible)quesedefinapor laexcentricidaddesu lenguaje.Antes,porel

contrario,parecequesuempeñoenesecamposeconcentraenloopuesto,enlabusca de esa “neutralidad”, de esa asepsia, de esa contención tan difícil deconseguir que consiste en no decir ni más ni menos que lo absolutamentenecesarioparacumplirconlademandadelaacción.Otra cosa es hablar de sus historias y sus personajes, a través de los cuales

DíazGrullónintroduceciertoselementosqueloconviertenenuninnovador.Elmás importante de ellos es, tal vez, la atmósfera netamente urbana de suscuentos, con lo que contradice lo que había sido la norma en la tradicióncuentística dominicana, dominada hasta entonces por temas y personajes delambienterural. 7Poresavía,despojadodeunavinculacióncon lo ruralque lohubiera constreñido a tipos y situaciones específicas, Díaz Grullón pondrá sunarrativa en contacto con una serie de ideas y de concepciones que se habíanconvertidoenprototípicasdelaliteraturaoccidental.NolohacetodavíaenUndíacualquiera, onodel todo.Peronocabedudadequeeneste libro, y comoconsecuenciadeese saltohacia lourbano, seencuentra,másqueelgermen,elpuente ya tendido hacia esto último. A eso se le añade lo que yo llamaría lavoluntad realista, que influirá poderosamente en el tratamiento del materialnarrativo—yhastaenlaelección(enestecasosí)delashistorias,lospersonajesy los ambientes de cada una de ellas— y alguno que otro rasgo de ordensecundario, como el autobiográfico, imprescindible para entender laspreferenciastemáticasylastendenciasimaginativasdelautor.

2

EntreUn día cualquiera y las Crónicas de Altocerro existen unas cuantasdiferencias notables. En el segundo de ellos el caudal narrativo presenta hastacierto punto unamayor complejidad. La causa está, a mimodo de ver, en elhechodequeenCrónicasdeAltocerroladramatización,tanacentuadaenUndíacualquiera, le cede terreno a la narración, a consecuencia, tal vez, del mayorénfasis que pone el autor en el deslinde psicológico de los personajes. Comotambién sucede que en varios de sus cuentos el autor abandona el terreno delrealismo, el conjunto resulta, temáticamente hablando, menos compacto, másdesigualqueeldeUndíacualquiera,enelque,comohemosvisto,habíaciertasnotas comunes que impedían todo desequilibrio. Ni siquiera la creación enCrónicas de Altocerro de un ámbito especial (al estilo del Yoknapatawpha delnorteamericanoFaulkneryde loqueañosdespuésseríaelMacondodeGarcíaMárquez) reduce el efecto de esta impresión. Contribuye, más bien, apotenciarla, al poner en evidencia la contradicción entre el mundo cerrado y

provinciano de Altocerro, cuya configuración nos haría esperar en todomomentonarracionesdecortepuntillosamenterealista,einclusocostumbrista,yladesviaciónqueseproduceenporlomenosdosdeellas:“Másalládelespejo”y“Retorno”.Por eso no dudo en calificar a Crónicas de Altocerro como un libro

intermedio, de transición entre el realismo del primero y el desborde deimaginacióndeMásalládel espejo. La variación temática que completa el trío“niños”,“hombres”y“fantasmas”,seiniciaaquí,sinningúngénerodedudas.Elautorsemuestrayadehechotanproclivealatripartición,quenocreoqueseaajenaa esa actitud la inclusión, enel conjuntode lasCrónicasdeAltocerro, dedoscuentosdeniños,“Matarunratón”y“Elreloj”,yunodehombres,“Edipo”,delosdeUndíacualquiera.Eslomismoqueharádespués,cuandolleveaMásallá del espejo tres de los cuentos de las Crónicas, en un proceso deencadenamiento que mantendrá unidos de un modo sutil, aunque noimperceptible,sustresbloquesnarrativos.En lo que sí coincidenCrónicas de Altocerro yUn día cualquiera es en la

ahistoricidad de que hacen gala. Tanto lo histórico como lo epocal están, enefecto,ausentesdeambos libros(¿enquémomento,bajoquécircunstancia,enqué país, incluso, sucede lo que se nos narra?), y eso les proporciona a susnarracionesunaatmósferadeintemporalidadsumamenteacusada.Alfinal,porsupuesto, sabremos de qué se trata, de qué se nos ha estado hablando. Perosiempredeunamaneraindirecta,pordetallesaislados,porsugerenciasyporesaespecie de identificación con el referente—con el contexto—, que se produceimperceptibleeinevitablementeentreautorylector.Esaahistoricidadestantomásimportantecuantoquecontribuyeapotenciar

elesquemaocultosobreelquesesustentalanarrativadelautoryqueconsiste,comodigoenseguida,eneltrazadoinicialyenelmantenimientoposterior,ensuslibrosdecuentos,dedoslíneasdeacciónvinculadas,launa,conunrealismoestricto (“niños” y “hombres”) y, la otra, con la irrealidad, con la fantasíamásabsoluta (“fantasmas”). Lo histórico, perteneciente al ámbito de la primera dedichaslíneas,surgirádespués,enlanovelacortaLosalgarrobostambiénsueñanyadquirirá,depronto,unaimportanciaextraordinariaparalacomprensióndelanarrativa virgiliana tanto en lo que respecta a su evolución externa como encuantoalainterna.Odichodeotraforma:tantoenloquerespectaalostemas,lasformas,elestilo,comoencuantoalafidelidaddelautoralesquemaocultodequevengohablando,quesenospresenta,eneseúltimolibro,almismotiempofinalizadoyresuelto.

3

Eneltríoconstituidoporsuslibrosdecuentos,elúltimodeellos,Másalládelespejo, es, en cierto sentido, el polo opuesto deUn día cualquiera. Así nos loindica ladesapariciónenélde loqueyahe llamadolavoluntadrealista,que ledabaalprimerosumásauténticarazóndeser.Peronosoloeso.Nos lo indicatambiénelpredominioabsoluto—norelativo,comoenCrónicasdeAltocerro—delanarración,quecolocaalosescasosdiálogosqueencontramosahoraenunarelacióndesubordinaciónydependenciaylosllevaaperder,porestemedio,suautonomíaysufuerza.Lo curioso del caso, sin embargo, no es eso, sino que tales aspectos,

concernienteslosdosaltratamientodelmaterialnarrativo,nonosimpidenverenMás allá del espejo un (o el) equivalente de Un día cualquiera. Hablo,naturalmente, de una equivalencia de carácter compositivo—estructural, si sequiere—, para cuya comprensióndebemos recurrir al esquemaoculto sobre elquesesustenta laobravirgiliana.Fiela supropioproceso interno, superada laetapa de transición representada por Crónicas de Altocerro, Díaz Grullón hadecidido recorrer otros caminos y se ha metido de lleno en el terreno de lairrealidad que despuntaba allí tímidamente. La preferencia por la contenciónnarrativa, el sometimiento a cánones bien precisos, que exhibía en su primerlibro, encuentra enMás allá del espejo su más acabada manifestación. DíazGrullónnosepermiteenélnidigresionesnidesvíosquepuedansepararlodelobjetivo básico, llegando incluso, como sucede en varios de sus cuentos, a lareducciónmáxima,al límitede lamínimaexpresión.EstohacedeMásalládelespejo, al margen ya de la consideración individual de las narraciones, elconjuntomáshomogéneo—nodigoelmáslogrado—desuobra.Perotodavíahaymás.Esabúsquedaintencionaldelaunidadtemáticaydela

coherencia interna del libro, que se desprende de lo que llevo dicho, esinseparabledelanuevavisiónnadarealistadelarealidad(delaexistenciaenelmundo)quepredominaahoraenelautor.Tantolounocomolootrotienensumás fiel expresión en la similitud compositiva de las narraciones, todasevocadoras,paradecirloconunsímilgráfico,de lacerrada imagendelcírculo.TodaslashistoriasdeMásalládelespejodescriben,enefecto,situacionesenlasque tan importante es lo que se nos cuenta como la sensación que pretendeproducirnosoelcorolarioquesedesprendedeellas.Suspersonajes(antihéroescompletamenteanónimos)inicianencadaunadeellasunaespeciedeviajeporregionesomundosinterioresofantásticos—irreales,ensuma—,que,cuandonolos fuerzan a retornar al punto de partida, como un castigo, como una

demostracióndelainutilidaddetodo,losconducealugaresyespaciosidénticosoparecidos,quevieneaserlomismo.Enamboscasosseproduceelcierredeunperiploemocionalquenostransmitesiemprelamismasensacióndepesadillaodeinutilidad(deabsurdo)enelqueviven.Resulta fácil, apartirdeestosdatos,emparentar laobravirgilianacon lade

otrosautores.Lacríticahaseñaladoalgunosparaloscuentosdecorterealistayaotrosparalosdeíndolefantástica.8Peroconvienequenonosapresuremosenelestablecimiento de una vinculación inmediata y mecánica. Más que elreconocimientodetalesnexos—seandedependenciaoseandecoincidencia—,conviene insistir en el grado de contemporaneidad que, por medio de ellos,alcanzaDíazGrullónconrelaciónaciertasmanifestacionesformalesyaciertaspreocupaciones estéticas e intelectuales de la literatura de la época. Laimportancia de ese hecho es innegable desde el punto de vista de la literaturadominicana y a él habrá que referirse cuando nos interese conocer a fondo laaccidentadaevoluciónseguidaporestaaraízdelamuertedeTrujillo.

4

Enlíneasanterioresheindicadoyaqueelesquemaocultoquelesirvedeguíaa Díaz Grullón no se agota en sus libros de cuentos, sino en su novela Losalgarrobos también sueñan. Lo hace, además, cumpliendo una doble funciónformal y estética. La primera porque rompe el paralelismo de las dos líneasnarrativas implícitas en él,mezclándolas, cruzándolas y haciéndolas pasar, porconsiguiente,delaconvivenciaseparadaalasíntesis.Lasegundaporque,lejosdecrearconsemejantedecisiónunacontradiccióninadmisible,elautorlaconvierteenunacierto,alcanzandoasíunefectoqueenriquece lanarracióntantopor laequiparación cualitativa de ambas tendencias como por la incorporación aluniversonovelísticodevariasdelascaracterísticas(hechoúnico,brevedad,finalsorpresivo...)queformabanpartedelfundamentoteóricodesuscuentos.La inclusiónde lanovelaen lapresenteselecciónmeexcusadedescribirde

manera exhaustiva los rasgos de su estructura interna para demostrar laveracidaddeloqueafirmo.Peronoestarádemásindicarqueelcontrapuntoqueseverificaentrelosdos“planos”delanarración(planodelsargento,planodelavíctima)contieneensímismoelanunciode lasíntesisqueseproduceal final,vieneasercomosupreparación, su faseprevia.Quierodecirquesienunodeellos, el del sargento, no se atisba la más mínima señal de transgresión de lavoluntadrealistaqueyaconocemos(setratadeunadescripciónprecisa,puntual,asépticadelhecho),enelotro,eneldelguerrilleroquecae,heridoyademuertey

que,mientraslohace,evocasupasado,nosucedelomismo.Seexpresaenél,porel contrario, una dosis de irrealidad cuya función no parece otra que la depreparar el ánimo del lector para que termine aceptando, como, en efecto,acepta, la solución final: la identificaciónplena de realidad y fantasía, objetivointernodelanarración.Esta confrontación tan desigual es doblemente efectiva por cuanto,

previamente, el lector ha dado como buena —compelido, sin duda, por lapuntillosa veracidad de la narración—, la imposibilidad, en tan adversascondiciones,de tantay tanprecisa remembranza, sinqueenningúnmomentosospecharasiquieralasorpresafinal.Encualquiercaso,loquesíquedaclaroesqueelautorlehadadocumplimientoalareglamentaciónaquesesujetódesdeun primer momento, cerrando así un proceso de comienzo aparentementeunívoco, y hasta único (Un día cualquiera), desarrollo plural (Crónicas deAltocerroyMásalládelespejo)yfinalsintético(Losalgarrobostambiénsueñan).Laintensidaddeeseprocesoes,además,acumulativa,loquequieredecirquelasíntesisnoselimitaalengarcedelaslíneasdeacciónnarrativasdelesquema.Yodiríaque,másbien,lastrasciendeyrecogeensuseno,comoparamostrarsemáscompleta, todos los elementos (tanto formales comode contenido)quehabíanido surgiendo en las dos fases previas. O, lo que es lo mismo, que en Losalgarrobos también sueñan se produce un fenómeno mediante el cual loselementosfundamentalesdelaobradeDíazGrullón(narración,dramatización,psicologismo, técnicasnarrativas y compositivas, sin excluirde ellas la circularque indiqué como aporte específico deMás allá del espejo, escenario urbano,etcétera) se dan cita de manera armoniosa y acaban siendo parte, así seasecundaria,delresumenenelquedicholibroterminaconvirtiéndose.

UNPARÉNTESISNECESARIODejo almargende estas consideraciones el últimode los títulosdeVirgilio

DíazGrullón,Antinostalgia de unaEra. Y no porque entorpezca o contradigaunaparteolatotalidaddeloquevengososteniendo,sinoporque,strictosensu,nopertenecealaobranarrativadelautory,portanto,nocabíaestudiarlojuntoaella.AntinostalgiadeunaEraesuntestimoniopersonaldeindudableméritoenelque, sinembargo, la ficcióncomo talno tienecabida.Suparentescocon loscuatroanteriores,quesíserelacionanentresí,comocreohaberdemostrado,seestablecepormuydistintasvías.Citarédosdeellas.Una,elmantenimientodeunasecuencianarrativatodavíacaracterizadaporlasencillezylaconcisión,susdosrasgosestilísticosfundamentales.Otra,elcarácterautobiográficodeloquese

nos narra. Ambas representan, por separado o juntas, un innegable punto departida,nosoloparaelanálisisintrínsecodeAntinostalgiadeunaEra,sinoparaun estudio comparativo que nos ayude a determinar con precisión los nexosentreestaúltimaobradeDíazGrullónylasotrasdelciclomencionado.Soloasíconoceríamosafondoenquémedidasetratadeunapéndicecomplementariodecuandomenosciertosaspectosdelaobradeficciónyenquémedidaesúnicayexclusivamente loquepretendeser:un testimoniopersonal (intransferible,porlotanto)deunodelosmomentosmásoscurosdenuestrahistoria.

FINALEstaaproximaciónalaobradeDíazGrullónnopretendeser—sobradecirlo

—única.Enrealidad,noesmásqueeso,unaaproximación.Silahepreferido,enlugar y en detrimento de cualquiera de las no pocas que podrían hacerse, esporquepiensoque su interés radicaprecisamente en el carácter generalde susafirmacionesyporque,siendoasí,ningunaotrapodríadejardetenerlaencuentaa la hora del análisis. La circunstancia de que, tras la publicación de Losalgarrobostambiénsueñan,VirgilioDíazGrullón—escritormesuradoyestricto,nadaproclive a los excesos—nohaya ampliado ese ciclonarrativoni iniciadotampoconingúnotro, favorece,sinduda, lasíntesisquepretendohaberhecho.Pero nome parece que lo opuesto la hubiese contradicho en lomásmínimo.Todolomáslahabríaconvertidoenunpuntodevistaenconvivenciaconotrossimilaresodistintosquelohabríanenriquecidoporsemejanzaocompletadoporcontraste. Quede lo escrito, en todo caso, como lo que he dicho: unaaproximacióna laobranarrativadeunodelosmejoresescritoresdominicanosdelsigloXX.

1 Colección Montesinos, n.o 2, Editora Taller, Santo Domingo, 1981. (Las edicionesposterioresvanprecedidasdeunprólogodeJuanBosch).2EditorialLibreríaDominicana,CiudadTrujillo,1958.3ColecciónPensamientoDominicano,SantoDomingo,1966.4Parauna visiónpanorámica y resumidade losprincipales ydistintospuntosde vistaacercade laconcepcióndelcuento,consúlteseLos cuentistasy el cuento (encuesta entrecultivadores del género), de Carmen Lugo Filippi, Instituto de Cultura Puertorriqueña,PuertoRico,1991.5V.HoracioQuiroga,Cuentos,BibliotecaAyacucho,Caracas,1981,pp.307-308.6EditoraAlfayOmega,SantoDomingo,1984.7V.elprólogodeBoscha lasegundaedicióndeDeniños,hombresyfantasmas y eldeJosé Alcántara Almánzar a Antinostalgia de una Era. Pero también las opiniones del

propio autor en torno al tema publicadas en Coloquio, el suplemento cultural delperiódicoElSiglo,elsábado15dejuliode1989,enSantoDomingo.Allí(p.7),diceDíazGrullón:“Demaneraconscienteyomepropusetraerelcuentoalaciudad;peroenloqueyodisientodeBoschesenqueyonofuielprimeroqueincursionóenlaliteraturaurbana;loquepasaesquequienfueelprimero,nopublicóaquí,sinofueradelpaís,setratadeÁngelRafaelLamarche,quefueungrancuentista.ÉlpublicócasitodasuobraenNuevaYork,enPuertoRicoyMéxico”.LaentrevistaesdeJoséTavárezyMagdaRodríguez.8Consúlteseparatalesfineslabibliografíaincluidaalfinal.

BIBLIOGRAFÍA

DELAUTORUndíacualquiera,CiudadTrujillo,EditorialLibreríaDominicana,1958.Crónicas de Altocerro, Santo Domingo, Colección Pensamiento Dominicano,

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Domingo,EdicionesFerilibro,2002.

VirgilioDíazGrullón

TEXTOSESCOGIDOS

DEUNDÍACUALQUIERA(1958)

JORNADACOMPLETA

Entreabrió losojos lentamentey la luzdelsolqueentrabapor laventana leobligóacerrarlosdenuevo.Parecíaquelacabezaibaaestallarle.Se llevó ambasmanos a las sienes y las apretó con fuerza. El dolor agudo,

intermitente, le martilló con violencia las paredes del cráneo mientras seincorporaba hasta quedar sentado en el borde de la cama, los párpadosfuertemente apretados y la cabeza reposando entre los puños cerrados yconvulsos.—¡Malditoron!...—murmurómientrassentíasupropioalientoimpregnado

dealcohol.Conlosojosaúnsemicerrados,seseparódellechoysedirigióvacilantehasta

ellavabo.Abriólallavedeaguaysumergiólacabezabajoelchorrorefrescante.Después de algunos instantes se incorporó, enfrentándose a la imagen de símismoqueleofrecíaelespejocolgadoenlapared.Coneldedoíndiceseestiróhaciaabajoelbordeinferiordelosojosponiendo

al descubierto la región amarillenta, estriada de rojo, que le circundaba laspupilas...Otravezelhígado...¡Valienteherenciadeunpadreborracho!...Sepasólamanoporlabarbapunzanteycrecidaqueseextendíaalolargodelmentónylas mejillas... ¿Cuánto tiempo hace que no te afeitas?... ¿Dos días?... ¿Tres?...Inclinó la frente y se miró: estaba vestido con pantalón de casimir y camisablanca y había huellas de barro en ambas prendas...Has dormido con la ropapuesta...¿Cómollegasteacasaanoche?...¿Cuándosalisteporúltimavezdeella?...Se despojó de la camisa, la arrojó al suelo y comenzó a afeitarse

apresuradamente...No enfrentarte con laVieja ahora...Después,más tarde, talvez...peronoahora.Cuandoterminóderasurarse,semudóderopasysaliócasifurtivamentedela

habitación. Justamente al trasponer la puerta de la calle lo sintió venir... Llegócomo siempre: pareció nacer en el centro de sí mismo y luego creció y seextendió por todo su cuerpo impregnándolo de un ansia irresistible,impostergable...Vacilóuninstantesobresuspiernasyserecostóenelquiciodelapuerta,peronoletomódesorpresaenmodoalguno:paraél,aquelloeracomoun viejo conocido que acostumbra a visitar nuestra casa sin anunciarsepreviamente...

Introdujo lasmanos en los bolsillos del pantalón, aspiró profundamente elairefrescodelamañanaycruzóconpasorápidolacalle,conscientedequeallí,apocospasosdedistancia,encontraríalaúnicafuentecapazdeapagarlasedqueledevoraba.El bar estaba en la próxima cuadra. A veces, a aquella hora de la mañana

estabaaúncerrado;peroesoeralossábadosydomingosyhoyeramiércoles...¿ojueves? Desde el lugar por donde ahora caminaba no podía saber si estaba yaabierto.Lapuertapermanecíacerradaporunmecanismoautomáticoy,amenosque uno tratara de abrirla, no podía saber si estaba o no con llave... Una vezprobóentraryalgunaspersonasquepasabanlevieronsacudiendoinútilmentelapuerta... Fue humillante: uno nunca sabe lo que puede pensar la gente.Desdeaqueldíaadoptólacostumbredeesperarenlaesquinalaentradadelencargadoo de que se le adelantase algún otro cliente... Pero hoy es distinto: no podríasquedarteaquíparado,esperando...Hoytienesquecorrerelriesgo...Al llegar frente a la puerta del bar, sacó la mano derecha del bolsillo y

agarrando el picaporte... Dios mío, ¡que no tenga llave...! lo hizo girarpresionandohaciaadentro...Lapuertacediófácilmenteyélatravesóaliviadoelumbral.Nohabíanadieenelbar,exceptoelencargado,depiejuntoalescaparatede

bebidas,secandounvasoconunaservilleta.—¡Hola!—losaludóalsentarseenuntaburetefrentealmostrador.—Buenosdías.Llegaustedtempranohoy.—Siempremelevantotempranolosdíasdetrabajo...Sírvemeuno,porfavor.—Sí,señor,¿dequémarcaloprefiere?—Meesigual:todossonelmismoveneno.Elencargadosonriómientrasescanciabaelronenunvasoquecolocósobreel

mostrador. El otro lo rodeó con la mano haciéndolo girar entre los dedos...Esperaunpoco...Noledemuestresaesehastaquépuntoestáslocoporbeberlo...—Leechamosdemenosporaquíayer—dijoobsecuenteelcantinero.—Estuvefueradelaciudad...Negocios,¿sabes?...Puedoaguantar las ganas... puedoposponerlo aúnmás tiempo, ahoraque lo

tengoenlamano...Elimperiosodeseovinodegolpe.Conunmovimientobruscosellevóelvaso

aloslabiosyapuróelcontenidodeunsolosorbosintiendocómoelcálidoaliviole bañaba las entrañas. Colocó de nuevo el vaso sobre el mostrador, yempujándolodemandó:—¡Otro!...Siempreesmásfácilesperarelprimeroquelosdemás...

Apuróelsegundotragoconelmismogestodesesperado.Hizounamuecaderepugnanciaylimpiándoselabocaconeldorsodelamanodijo:—Está cada vez peor. Estos licoreros semerecen la cárcel por estafadores...

¡Estánjugandoconlasaluddelpueblo!...El cantinero sonrió comprensivamente haciendo gestos afirmativos con la

cabezamientrasleservíadenuevodiciendo:—¿Yquétallosnegocios?—¿Losnegocios?...Bien.—Bebióelsiguientetrago...¿Cuántotiempohaceque

no consigues un pedido?... ¿Quince días?... ¿Un mes?... ¿Dos?...—. Siempre sevende cuando se trabaja. Es cuestión de estadística: de cada diez comerciantesquevisites,unoporlomenostecompraráalgo...—Sin embargo, dicen que el negocio de comisiones no estámuy bueno en

estaépoca...—Estácomosiempre:elquetrabajagana,elharagánsemueredehambrey

comienzaainventarhistoriasparajustificarse...Sírvemeotroydejaahílabotella.Elencargadoescancióunnuevotragoyluegosevolviómaquinalmentepara

colocardenuevolabotellaenelescaparate.—¡Tedije que la dejaras aquí!...—gritó el otro arrebatándole la botella con

manoávida.Sesirvióybebióconsecutivamentedoslargostragos.Luegoinclinólafrenteycontemplópensativolahuellaquehabíadejadoelvasomojadosobrelamaderadelmostrador... ¡Qué familiar te resulta ese pequeño círculo húmedoquetepersigueportodaspartesdesdehacetantotiempo!...Coneldedoíndicedelamanoizquierdacomenzóacambiarlaformadelamanchahastatransformarlaenunaestrelladeseispuntas...Anochehicisteesemismomovimiento... ¿Dónde?¿Enelcristaldelamesadecuálrestaurantearistocrático?¿Sobrelatoscamaderadequémesadecafetíndemalamuerte?...Levantó la cabeza. A pocos pasos de distancia le observaba huraño el

cantineroconlosbrazoscruzadossobreelpecho.—Perdona que te gritara hace un momento... No supe lo que hacía —le

aseguróconciliadormientrasseservíanuevamentedelabotella.—Noesnada.Nosepreocupe.—Hacedíasquemesientonervioso, irritable...Quizásseaelcalor...Nosé...

Biensabesquenoeselcalor...esquetesientesahogado...esquesabesquetodosestán contra ti... los que te miran por la calle con sonrisas burlonas... los queinterrumpensus conversaciones tanpronto teacercas... los culpables... losúnicosculpables...Luegocontinuóenvozalta:

—Es terrible vivir en unmedio tan estrecho. Rodeado por todas partes deprejuicios.Sentirse solo... Sinpodercontarconnadie...Porque todos sonunoshipócritas,¿sabes?...¡Unoshipócritasyunoscobardes!...¿Creesquesoncapacesde darte el frente? ¿De decirte cara a cara cómo piensan?... No. Viven en lasombra, como ratones, y solo salende sus cuevas asquerosaspara susurrar susmentiras... ¡Ah!siyotuvieraalgúndíaelpodersuficiente... ¡Sipudieratenerlosfrenteamí,derodillasyaplastarleslacabezacontraelsuelo,comoaalimañas!...—Laindignaciónleinundódesúbito,comounaolaquenacieseenelfondodesímismoyseexpandierahaciatodocuantolerodeaba.Terminódehablarconlospuñosapretadosylabocatorcidadeodio.Quedó un momento inmóvil, con la cabeza inclinada sobre el pecho y

respirandoentrecortadamente.Luegoasió labotellay escancióunnuevo tragoconademánvacilante.Albeberlo torpemente,unhililloderon lecorriópor labarbillaycayósobreelmostrador.Elencargadolimpióconelpañolaregiónhumedecidaysearriesgó:—Creoqueyahatomadosuficiente,¿noleparece?...Elotroirguióconbrusquedadeltorso:—¿Quién? ¿Yo? ¿Estás loco?... ¡Puedo beber cien veces lo que he tomado

hoy!...Se sirvió nuevamente, como si quisiera robustecer su afirmación. Luego se

inclinóhaciaadelante,apoyandoloscodossobreelmostradorydijo:—Mi última juerga duró tres días con sus noches... ¡Aguanto más que

cualquierasinemborracharme!Hizounapausaypermaneciópensativo;luegocontinuóenvozaltaelcurso

desuspensamientos:—Miproblemaencasa es laVieja... Siempreandametiéndose en todo...—

Parodióunavozgangosa—:“¿Porquénohacesesto?¿Porquénohaceslootro?¿PorquénolehablasaFulano?¿PorquénolepidesunempleoaMengano?...”.¡Comosiyoestuviesehechoparaserviranadie!...Bebió una vezmás, derramando parte del contenido de la botella sobre el

mostrador.Seinclinóalcontinuar:—...Yesoqueanteserapeor...Meolíaelalientocuandollegabaalacasa...Me

sermoneaba cuando volvía tarde... —Bajó la voz y agregó, como si hablaseconsigomismo—:¡Tuvequeacabardeunavezcontodoaquello!...Seinclinóaúnmáshaciaelotro:—Unanoche,a lahoradecena, laViejacomenzóa recriminarmecomode

costumbre... No le respondí una sola palabra... Me levanté de la mesa y me

encerré en mi habitación... Me bastó una herida superficial con la navaja deafeitar... Mira, aún se ve la huella... —Con la mano derecha retiró la mangaizquierdadelacamisa,dejandoaldescubiertolacicatrizrojizadelamuñeca.Seirguió y agregó sonriéndose—: Aún me parece oír sus gritos desesperadosretumbandoenlasparedesdelacasa...Ysantoremedio:desdeaquelmismodíadescansé para siempre de sus reproches...Pero cuando estás allí, siempre andadándotevueltas,comounasombra...ytieneunamanerademirartealosojos...Permanecióunratoensilenciomientrasseservíaybebíadenuevo.Enaquel

instanteun ratón saliódedetrásdel escaparatedebebidasyatravesóen raudacarreradeunoaotroextremodelmueble,haciendotintinearlasbotellas.El cantinero, asustado, dio un paso atrás al sentirse asido inesperadamente

por la muñeca mientras la cara desencajada por el terror se acercaba a él ypreguntabaanhelante:—¿Quéfueeso?—No es nada... Cálmese... Son ratones... Hay muchos en el local... No he

podidoacabarconellos...—Sesoltóaprovechándosedelaliviosúbitodelotro.—Perdóname...Meponennerviosolosratones.—Sesirvióyapuróunnuevo

trago;y,despuésdeunsilencioreconcentrado,hablóotravezcomosilohiciesepara sí mismo—: Una vez, la casa estuvo llena de ratones... Entraban en mihabitación...Setrepabanporlasparedes...Sesubíanenmicama...Seenredabanenmiscabellos...—Despuésdeunapausa,ycomosisoloentoncessepercatarade la presencia del otro, le gritó mirándole a la cara—: ¡Eran ratones!, ¿meoyes?...Gordos,enormes,asquerosos...Inclinólacabezayañadióenvozbaja:—Fue el año pasado, mientras estuve enfermo... El médico y la Vieja me

decíanquenohabíatalesratones,yyotuvequecallarmeytragarmeaquelloparamísolo...—Suvozsequebróenalgoparecidoaunsollozocuandoagregó—:Ylosratonesvolvíancadanocheenoleadasinterminables...yyoallí,mudobajolassábanas,conlosojosdesorbitadosdeterror...Sacudiólacabezacomosiahuyentaseaquelrecuerdodepesadillaytomando

labotellaconmanovacilantesirvióenelvasoloquequedabadesucontenido.Conservando aún en la mano izquierda la botella, bebió sin respirar hasta elfondodelvasoy,vencidoalfin,seprecipitósobreelmostradorpermaneciendoinmóvil,conlacabezaentrelosbrazosylabocaentreabierta.Alcaerdebruces,soltólabotellaquegirósobresímismaycayórodandoal

suelo.Sin pronunciar una palabra, el cantinero se agachó lentamente, recogió la

botella,pasóelpañoporelmostradorydespuésdecolocaraquellajuntoconelvasoenelescaparate,sedirigióhacialaparteposteriordellocalyllamóenvozaltaaalguienqueparecíaestardetrás:—Vengaallevárselo,señora,queparasuhijoyaterminóeldía...

PROPIEDADPRIVADA

Tanprontooyóelcacareoasustadodelasgallinasyobservóporlaventanasucarreracirculardentrodelgallinero,Manueldescolgódelaparedlaescopetadecaza,colocódoscartuchosenlarecámaraybajócorriendoalpatioconelarmafuertementeapretadaentrelasmanos.—¡Pájarodeldiablo,estaveznovasallevartenadadelomío...!Enel espacio abiertoquedejaba libre a la vista el ramajede los árboles,no

había trazas del guaraguao, pero su presencia se sentía en el ambiente delgallineroyenelterrorqueimpulsabalalocacarreradelasavesprisioneras.Desde el lugar donde permanecía en acecho, dominaba el hombre toda la

extensión de su predio, excepto la pequeña porción que le ocultaba el tupidoplatanar del fondo. No era mucha tierra, apenas ocho tareas con cultivos deplátanosenunextremo,hortalizasenelotro,frijolesenelcentro,yesparcidosalolargodeljardínquerodeabaporcompletolacasa,unaceiba,dosalgarrobosycuatromangos.No,noeramuchatierra,perocadametrocultivadodentrodelatriplehileradealambredepúasquecircundaba laheredaderaobradesusoloesfuerzo.Cadaplanta,excepto losgrandesárboles, fuesembradaporsupropiamano.Todoloqueallíhabíaeradesuexclusivapropiedadynoeraélquienibaapermitirqueunmalditopájaroladrónlerobaralosuyo.Permanecía alerta, con cadamúsculo y cada nervio de su cuerpo en plena

tensión,recorriendoconlamiradalosrinconesdelpatiooadivinandoenelcieloelcaminoqueescogeríaelenemigoparaatacar,paradoapocospasosdelrústicogallineroquelevantabasusparedesdetablasdepalmayalambretejidoalrededordelacrianzaincipiente.Esperóinmóvilduranteunbuenrato,peroelastutoanimalnosedejóver...

¿sabráque lo estoyacechando, elmaldito?...Se corrió luego algunospasos a suizquierda sin abandonar un momento su actitud vigilante, hasta alcanzar elanchotroncodelaceiba.Serecostóuninstanteyjustoenelmomentodeapoyaren el suelo la escopeta, y cuando ya las gallinas reiniciaban tímidamente labúsquedadelalimentoesparcidoenelpisodelgallinero,viodesúbitovenirelguaraguaoconlasalasdesplegadase inmóviles,planeandoencírculoscadavezmásestrechoshaciaabajo.Sin perder un segundo se echó la escopeta a la cara y disparó... ¡Toma,

desgraciado!... Por unmomento creyó que lo había alcanzado. El ave cerró lasalasypareciócaer,perodeinmediatolasbatióconbríoinesperadoydesaparecióvolandoenlínearectatraseltupidoramajedelaceiba.Manuel corrió separándose del árbol... ¡Pájaro del demonio!..., hasta

convencerse de que era inútil disparar de nuevo porque el enemigo estaba yafuerade su alcance... ¡Maldita sea! Era la tercera vez que se le escapaba de lasmanos.Parecíaquemientrasmásganastuviesedecazarlo,másdifícilresultabaacertarle.Se paró en seco y agitando el puño cerrado hacia lamancha negra que se

empequeñecíaenelcielo:—¡Lapróximavez,pormimadrequetetumbo!Colocólaescopetabajoelbrazoycaminóhaciaelplatanarqueseextendíaen

elfondodelpredio.

Aloír eldisparo, lamujer sehabía separadobruscamentede losbrazosdelhombreyconlosojosagrandadosdemiedodijoenvozbajayangustiada:—¿Oísteeso?...EsManuelconlaescopeta...¡Veteprontodeaquí!...¡Queno

tevea,Diossanto!Habíanestadoacostadosenelsuelo,protegidosdelasmiradasdelacasapor

lamalezatupidadelplatanar,peroyaelhombresehabíaincorporadodeunsaltoysearreglabaapresuradamentelasropas.—¿Pordóndesalgo?...—Porallí,porlacercadealambresdelfondo...¡Perodateprisa,porDios!...Él corrió desesperadamente, pero cuando se abría paso a través de los

alambres,Manuel irrumpió en el claro, y apenas con el tiempo suficienteparaecharunarápidaojeadaalamujeraúnrecostadaenelsuelo,levantólaescopetaydisparósobrelacerca.Elhombreenredadoen losalambresabrió losbrazosycayópesadamentea

tierra.Juntoalamujermudadeespanto,Manuelmurmurómientrasdescansabaen

elsuelolaculatadelarma:—Yadecíayoquelapróximaveztetumbaba...

ELRELOJ

—Selodiréyo—dijoelabuelo.Empuñósubastónyponiéndoseelsombrerodepajillaamarillentosedirigióenbuscadelniñoquejugabaenunrincóndelagalería.—Ven,mihijo,vamosapasear.—¿Tantemprano,abuelito?El niño, sentado junto al ferrocarril eléctrico, miraba interrogante hacia el

anciano.—Noestantemprano:sonyamásdelascuatro.El niño se incorporó un poco y, de rodillas, comenzó a desarmar

cuidadosamentelosrielesdelatón.—Dejaeso.TíaIrenelorecogerámástarde.Elabuelo,inclinándose,tomódelamanoalniñoyloayudóalevantarse:—Lávate lasmanos y pásate un poco el peine...—Y, al ver que el niño se

dirigía hacia el interior de la casa—: ¡No!... ¡No entres ahí!... Lávatelas en elfregadero...Elniñovolviósobresuspasoscondocilidadyentróporlapuertaquedabaa

lacocina.Seacercóallavaderoy,abriendolallavedeagua,semojóunpocolasmanos alisándose con ellas el pelo rebelde. La mujer que estaba a su espaldaextendiósusmanoshaciaélcomosiintentaseayudarlo,pero,arrepentidadesugesto,secontuvoypermanecióinmóvilobservándoleconunaexpresiónextrañahastaqueelniñosaliódelacocina.En la galería, el abuelo se paseaba impaciente con las manos a la espalda

sujetandotrasdesísubastón.—¿Yaestáslisto?...Anda,vamos.Lotomódelamanoysalieronjuntosalacalleemprendiendolamarchahacia

elcentrodelpueblo.—¿Porquésalimostantempranohoy,abuelito?—Yatedijequeeranmásdelascuatro.El anciano sacó del bolsillo el reloj de plata reluciente y, desprendiendo la

leontinadelatrabilladesupantalón,selopasóalniñodiciéndole:—Toma,llévalotú;perotencuidadodequenosetecaiga.—¿Puedollevarlotodoeltiempo?

Elniñohabíaasidoelrelojconambasmanosylocontemplabaasombrado.—Sí, mi hijo. Me lo devolverás cuando lleguemos de nuevo a la casa—le

respondióelancianoponiéndoleunamanoenelhombro.—¿Yporquémelodejashoy,abuelito...?—Porqueyaeresunhombre...Estiempodequevayasaprendiendoacuidar

lascosas...Elniñomiródenuevoelrelojobservandoelgirarapresuradodelsegundero.—¿Yporquésolosemuevelaagujitadorada,abuelito...?—Lasotrastambiénsemueven,peromásdespacio...—No,no...Nosemueven...Míralas...Acercó el reloj al rostro del anciano, celosamente aprisionado entre sus

manosjuntas.—Nosemuevencuandolasestánmirando.Perositeolvidasdeellasynolas

miras,aprovechanentoncesycorrenpararecuperareltiempoperdido.—Pero pormás que corran no podrán alcanzar nunca a la agujita dorada,

¿verdad,abuelito?—No,mihijo,nopuedenalcanzarlanunca...—¿Yporquénopuedenalcanzarla...?—Pues...porqueesaagujitadoradaenrealidadnoesunaagujita,esunrayito

desolqueyotengoaquíprisionero...Ytúsabesquédeprisacorreelsol,cuandoatraviesatodoelcieloenunsolodía...Elniño,pendientedecadapalabradelabuelo,asintióconlacabezayquedó

un rato silencioso hasta que luego siguió en voz alta el curso de suspensamientos:—¿Ycuándoconseguisteeserayitodesol,abuelito?—Anoche,mientrasdormía...—¿Anoche...?¿Yquiéntelodio?—Melotrajounviejitoconunabarbamuyblancaquelellegabaalacintura.—¿Yporquéelviejitoteníaelrayitodesol?...¿Quiénseloregalóaél?—No era de él, era deDios...YDios se lo había entregadopara queme lo

trajeraamí...—¿Dios?—Elniñopermanecióuninstanteabrumado—.¿YporquéDioste

regalóelrayitodesol,abuelito?—Nofueunregalo:fueuncambio...YoledialgomíotambiénaDios...—¿Yquéledistetú?Elabuelopermanecióunmomentoensilencioyluegorespondiósinmiraral

niño:

—Yoleregaléalgomuypreciosohoy,mihijo...Ydespuésdeunapausa:—Ven,vamosasentamosallí...Sedirigieronhastaunacercademamposteríaquecircundabaunsolaryermo

yse sentaronsobreella, elancianoapoyandosusmanosenelbastóncolocadoverticalmente frente a él, y el niño a su lado, con el reloj entre lasmanos quereposabanensusrodillasyelrostroexpectantevueltohaciaelabuelo.Esteporfinhabló:—FueunacuerdoentreDiosyyo,¿sabes?...Élnecesitabadealguienaquien

yoqueríamucho,ydeseabatenerlaasuladoparasiempre...Yyoledijequeélera dueño de mí y de todo lo mío, y que podía llevársela cuando quisiera...Entoncesélmediolasgraciasymedijo:“Deseodartealgoacambiodelsacrificioquetepido:tomaesterayitodesolyguárdaloparati...”.Elabuelo,quehabíahabladoconlacabezainclinadasobreelpecho,hizouna

pausayluegoagregómirandoalniñoalosojos:—...yesaeslahistoriadelrayitodesol...Desdehoylotendremostúyyopara

nosotrossolos.Seránuestrosecretoynoselodiremosamásnadie...—¿Amásnadie,abuelito?...Peroyoquierocontárseloamamá...El abuelo colocó el brazo alrededorde los hombros del niño y acercándolo

haciasupechomurmuró:—No,mihijito...Nopodrásdecírseloamamáporqueellayanoestaráencasa

cuandovolvamos...Elniñose levantóde lacercayanduvoalgunospasoscomosidiera tiempo

para que el sentido de las palabras se abriera paso en su cerebro. Después depermaneceruninstanteinmóvil,levantólasmanosenlasqueconservabaelrelojyapretándolofuertementecontrasupechodijo:—Yapodemosvolveracasa,¿verdad,abuelo?Elancianoselevantótrabajosamenteyrespondiómientrasiniciabanjuntosel

retorno:—Sí,vamos...—Ydespuésdeunabrevepausaagregó—:...ypuedesquedarte

parasiempreconelreloj…

PESADILLA

Elmiedoinsuperable,absurdo,paróensecolacarreradelniñoatravésdelacalleyleapretóconmanodehierroelcorazón.Elmonstruoestabaotravezallí,agazapadotraslaaltaparedquelevantabasuargamasadetierraypiedrasfrentealacasa.Desdedondeelniñoobservaba,angustiado,solopodíaverlelacabeza,peroadivinabasucuerpoinmenso,enroscadocomoeldeunaculebragigantesca,fueradelalcancedesuvista.Inmóvil, como si una fuerza poderosa lo clavara en el suelo, comprobó

aterrorizado que el monstruo se daba cuenta de su presencia. Al principio semovió lentamente, como si se desperezase al final de una siesta. Después,mirándole con su único horrible ojo desorbitado, resopló con estruendo ycomenzóaarrastrarsehaciaélrugiendolúgubremente.Solocuandovioqueselevenía encima echando fuego, tuvo el niño fuerzas para girar sobre símismoyemprender desesperado la carrera hacia la seguridad de la casa, mientras elmonstruocorríaaullandotrasdeél.Dandogritosdeespanto, elniñoabriódeunempujón lapuertademadera

que cerraba el callejón al borde de la casa y atravesó corriendo el patio hastaabrazarsellorandoalasfaldasdelamujerquecolgabalaropareciénlavadaenelcordelextendidosobrelacerca.—¡Ahívieneotravez,Tata!...¡Mequierecomer!...Lamujer, impasible, con un gancho demadera apretado entre los dientes,

extendía con cuidadouna sábana doblada en dos sobre el cordel. Sinmirar alniño,dijo:—¿Quétienes?...¿Porquéllorasdeesamanera?—¡Mevaacomer,Tata!...Lamujer terminó de extender cuidadosamente la sábana, y asegurando un

extremoconelganchoquehabíasostenidoenlaboca,seinclinóhaciaelniñoylocargóenlosbrazos.—Nadiesevaacomeraminiño;no,señor.Nadieselovaacomermientras

suTataestéaquí.Conlamanolibreleacaricióelpeloagregando:—Ande,dígaleasuTataquiénesqueseloquierecomer...—Me venía siguiendo... Está allí... —El niño, ahogado aún por el llanto,

señalabaconeldedohacialacalle.—Bueno, vamos a ver de qué se trata —repuso ella, condescendiente,

iniciandolamarchaatravésdelpatio.—¡No, no!... ¡No quiero volver!... ¡No me lleves allí otra vez!... —El niño

apretócondesesperaciónlosbrazosalrededordelcuellodelamujer.—Perosinohaynadaenlacallequepuedaasustaraminiño...¿Noquieresir

alláconTataparaqueteconvenzas?...El niñomovió la cabeza, hundida en el hombro carnoso de lamujer, y se

apretóaúnmáscontrasupecho...—Estábien.Nosiremosalfondodelpatio,lomáslejosposible,yentoncesme

dirásaquéletienestantomiedo...Volviósobresuspasos,yyajuntoalatapiadelfondo,sesentósobreunasilla

ycolocóalniñoensuregazo.Este, hipando suavemente y enjugándose los ojos con el dorso de lamano,

hablóconvozentrecortada:—Quierovolverotravezalacasavieja...Nomegustaviviraquí...—Pero,miniño, hace solamentedosdías quenosmudamos...Al principio

siempreesdifícil...Yateacostumbrarásmástarde.—No,Tata,estacasanomevaagustarnunca...Haymonstruoshorriblesque

meacechan...—¿Monstruos que te acechan?... Pero, mi niño, eso no es verdad... —Y

despuésdeunapausa:—¡Yaledecíayoatumadrequenoteleyeraesoscuentos!...—Perono,Tata.Esverdadloquetedigo...Elmonstruomeacechaescondido

detrás de la pared que está allí enfrente, y tan pronto cruzo la calle, vienecorriendohaciamíparacomerme...—¿Ycómoesesemonstruoterriblequetequierecomer?...—Parece una culebra, pero es grande como una casa... y se arrastra por el

suelo,yechafuego,yruge.—Pero,miniño,nohaycosasasí...Esaculebraenormesoloexistedentrode

tucabeza...Esalgoqueteimaginas,comolossueñosquesetienenporlanoche...Lamujersepusoenpiecolocandoalniñoenelsuelo:—Ven,vamosaasomarnosa lacalleparaqueveasqueallínohayninguna

culebra...—Yalnotarqueelniñoseresistía:—Bueno,iréyosolayteavisaré...Mecreerásloquetediga,¿verdad?...Elniñoasintióconunmovimientodecabezaypermanecióesperandojuntoa

latapiamientrasellacruzabaelpatioydesaparecíaenel interiordelacasa.Su

esfuerzo,sinembargo,fueinútil,porquecuandoseasomóalapuertadelacalle,ya la locomotora había desaparecido en la lejanía con su sarta de vagonestrepidantes.

DECRÓNICASDEALTOCERRO(1966)

CÍRCULO

Soy un hombre ordenado. Extremadamente ordenado y cuidadoso. Tanpronto abro los ojos a las cinco en punto de cadamañana, inicio un sagradoritual de movimientos precisos —siempre los mismos— que transportan micuerpo, desde la estrecha cama arrimada a la pared, hasta el oscuro cuarto debañoanexoamihabitación,dondecompletomiprolijoaseopersonal.Veamos:emerjosuavementedelsueñoymeencuentroamímismoacostadodeespaldas,en el centro exacto del lecho, con las piernas juntas y estiradas y los brazosreposandoenambosladosdelcuerpo,formandounligeroánguloconel torso,pero absolutamente rectos sin flexión alguna en el codo. Lasmanos, apoyadasporeldorso,mantienenlosdedosligeramentecurvadoshacialaspalmas,enunasuerte de crispación natural, desfallecida y estática. Mi cabeza se apoya en elmediodelaalmohada,yyoadivinojuntoamissieneslossimétricosplieguesqueprovoca su peso en la tela blanca y tersa que la envuelve. Más allá del suavegénerodemipijamadepálidoscolores,observomispiessobresalirdelasábanacuidadosamentedobladaquemeenvuelvetansololaspiernasyelvientre.Estánallíerguidos,gemelos,escrupulosamentelimpiosycuidados.Losveocomosinome pertenecieran y alguien los hubiera puesto allí aprovechando mi sueño.Duranteunossegundos,juegoconestaideaabsurdaquesequiebrabruscamente—comoestallaunapompadejabón—cuando,conmovimientoininterrumpidoycertero,meincorporo,apartolasábanaconlamanoizquierda,ygirosobreelcoxis hasta sentarme en el lecho. Entonces los pies —prodigiosamentereconquistadospormi cuerpo—descansan suavemente enel suelo, juntoa laspantuflas de cuero colocadas simétricamente delante de la cama. Sucede a eseinstante preciso un momento breve, pero intenso, de meditación yensimismamiento.Colocoloscodossobrelasrodillasyreposolacabezaentrelasmanos.Meconcentro,meabsorboenmipropioyo,yahuyentodeesemodolaspostrerasnieblasdelsueño.Despuésdealgunossegundos,yaestoylisto.Sacudola cabeza, me calzo las pantuflas (sin ponerles las manos, con solo un doblemovimiento de los pies) y doy los cinco pasos queme separan del cuarto debaño.Esestaunahabitaciónestrecha,asfixiante,malventiladaypeoriluminada.Mehequejado sin éxito...Heprotestadode esoydeotras cosasqueahoranorecuerdo.Cadavezqueentroaquímesublevayme irritael recuerdodelpoco

casoquehanhechosiempreamisjustasreclamaciones.Estabrevesensacióndeiraconcentradaestambiénpartedelritualsagradodecadamañana.Ladesecho,no obstante, casi de inmediato, enciendo la bombilla y me dedico a laobservacióndelrostroquemedevuelveelespejoincrustadoenlaparedsobreellavabo. Frente amplia de pensador.Ojos negros, profundos, penetrantes. (Hayque cuidarse, sin embargo, de ese atisbo de desconfianza que se trasluce en elgirarnerviosodelapupila,yenesatendenciaamirardesoslayo).Frunzoelceñoymepongoaensayar frenteal espejounamirada recta, fijay limpia sobremímismo.Mehagoelpropósitoderepetiresteejerciciocincovecespordía,cincominutos cada vez. Abro la boca y me examino detenidamente la lengua,extendidasobreellabioinferior.Bien.Laescondoyrecojoloslabios,dejandoaldescubierto los dientes blancos, cuidados, sanos. Tomo el vaso metálico delpequeño escaparate y lo lleno de agua hasta tres cuartos de su capacidad. Locolocosobreellavabo.Cojoelcepillodedientesconlamanoizquierdayeltubode pasta dentífrica con la derecha, los reúno frente a mi rostro y vigiloatentamentequelapresióndelosdedosseala justaparaextraeruncentímetrode pasta. Arrastro el tubo sobre las cerdas del cepillo y allí queda la familiarsustanciablanquecina,prolijamentedistribuidaenlasuperficieraspante.Retirounpocolasmanosdemirostroyadmiroporunbuentiempolaperfeccióndelaobra (digna de un anuncio a todo color de una revista americana). Entoncesiniciolaoperacióndelimpieza,conmovimientosrítmicos,deabajohaciaarriba,de arriba hacia abajo. (Es preciso seguir las estrías naturales de los dientes...Lavárselostresvecespordía...Elcepillonodebehumedecerse...Soncincopesosla consulta...). De arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba. Lentamente,lentamente...Una,dos, tresveces,hastacontarquince.Alprincipioelbrazosemecansabaextraordinariamente.Yano.Ahoraresultaalgomásbiendivertido...(Cuatro,cinco,seis,siete...).Aunqueavecessienteunolatentacióndecambiarladirección ymover el cepillo dederecha a izquierda y de izquierda a derecha...(Ocho,nueve,diez,once...).Ohacerlogirarencírculos,cadavezmásestrechosyrápidos.... (Doce, trece, catorce y quince...). La boca tiene ahora un agradablefrescor,peroesprecisoenjuagarla,yellotambiénprocuraungoceespecial.Abrolallavedeaguaysumerjoenelchorrolapuntadelcepillo.Conelpulgarbarrohastaelúltimovestigiodepastasobrante,yluegoobservolascerdasaltrasluzdela pequeña ventana enrejada.Noquedan trazas.Tomo el vaso de agua y bebocuatro buches sucesivos arrojándolos cada vez sobre el lavabo. Coloconuevamentevasoycepilloensulugarrespectivoyrealizounnuevoexamendemi dentadura frente al espejo. Al bajar la vista, distingo junto al grifo una

mancha blancuzca pequeña, pero deprimente, afrentosa, sobre la limpiasuperficieesmaltada.Noquierotocarlaconlasmanos.Produzconuevamenteelchorro de agua, tomounpoco en el huecode lasmanos juntas y lo dejo caerpocoapoco sobre lapequeñamancha.Nodesaparece totalmente, auncuandoqueda borrosa, invisible tal vez para otra mirada menos perspicaz. Vuelvo ainsistir con el agua derramada desde arriba, aún sin tocar la desagradablemancha,peroestanodisminuye,másbienpareceahoracrecery tornarsemásoscura. Miro a mi alrededor. Allá, doblada en dos sobre la pequeña mesitaniquelada de medicinas, hay una toalla. Corro hacia ella, la tomo, vuelvo allavabo y froto desesperadamente, una, dos, tres, más de cien veces. Sudocopiosamente,peronomeatrevoamirar los resultadosdemi labor.Al fin, elcansanciomeparaliza losbrazosymeobligaadetener la faena.Tiemblo,dejocaerlentamentelatoalla...¡Estáhorriblementesucia!Laarrojoconascolejosdemíymiroconhorrorlamanchadellavaboagrandándosecadavezmás.Yanoesblanca,sinorojaymanacomounaheridaabierta... ¡Essangre,Diosmío!...Nonecesitomás,huyohaciamihabitaciónycierroconviolencia lapuerta trasdemí.Meapoyojadeantesobreella.Presientoqueaquellasustanciasanguinolentaquemanasincesardellavaboterminaráporinundarelcuartodebañoeinvadirdespuésmipropiahabitación.Measegurodequelapuertaestáherméticamentecerrada.Luegome separode ella y busco ansiosamente algo conque tapar losintersticios. ¡Dios mío! ¿Qué veo? Toda mi precisa y ordenada personalidadparece estallar de repente. (¿Me habré equivocado de puerta otra vez...?). Noestoyenmihabitación,sinoenelcentrodeunallanurainmensaquesecombaenelhorizonteinfinitamentelejano,enunaparodiaabsurdadelacurvaturadelaTierra.Despuésdeunprimermomentodehorrorizadoestupor,comprendoquees preciso escapar de aquella espantosa soledad y refugiarme de nuevo en laseguridaddemihabitaciónquedebeestarenalgunapartedetrásdeestepáramoinfinito. Elijo al azar la dirección que debo imprimir a mis pasos, e inicio lapenosa marcha hacia el confín del mundo. Camino con rapidez. Corro casi,durantehoras interminables, jadeante, conteniendo la respiración, con losojosfijosenelhorizontedesierto.Elsueloesviscoso,resbaladizo,peromemantengoen prodigioso equilibrio. De repente, un temor súbito me asalta. Estoy en elmismolugar,yapesardemisobrehumanoesfuerzonohelogradoavanzarunasola pulgada. Sin dejar de mover las piernas, bajo la vista y compruebo,asombrado, que el terreno se mueve hacia atrás a medida que voy mudandopasos, como si mi loca carrera siguiera la dirección inversa de una de esasescaleras automáticas de las tiendasde lujo.Comprendoquedebo caminar en

dirección contraria para aprovechar el movimiento del terreno. Doy vuelta eintento desandar el inexistente trayecto que creí haber recorrido. Mas, tanpronto lo hago, el gigantesco mecanismo subterráneo modifica a su vez ladirecciónconunruidoatronadordesusengranajesinvisibles,yelterrenovuelvea correr en contrademimarcha.Cambiodos vecesmás el cursode la ruta, yotras tantas vuelvo a ser víctima de la trágica jugarreta. En el último de misbruscos virajes, doy un traspié y caigo de bruces en el suelo. Compruebo quemientraspermanezcoinmóvil,latierratampocosemueve.Despuésdeuncortorespiro de alivio,me incorporo lentamente, pero al intentar el primer paso, elominosoestruendomeanuncia loquesucederíade llevaracabomipropósito.Optoporpermanecerinmóvil,acostadosobreelpecho,conlamiradaprendidaalhorizonteinaccesibleyeloídoatentoalosruidosquepodránproducirsebajola tierra.El silencio es total, espantoso.Porun largo ratonadaparece suceder,hasta que noto, con una súbita sensación de inmenso júbilo, que el final delmundohavenidopasoapasoacercándosehaciamí,ytrayéndomeensuconfínmianheladahabitación.Porunossegundosdisfrutodeeseengañosoespejismo.Luego, un inesperado ramalazo de angustia: soy yo quien se hundeinexorablementeenlamateriaviscosaquemerodea,súbitamentereblandecidayabsorbente.Aterrorizado,miromispiernas,desaparecidasyabajolatierra,yalversusmuñonesdesolados,mesientodeprontovíctimadelamásespantosadelas mutilaciones. Puedo, sin embargo, con un supremo esfuerzo, rescatar mismiembrosdelatrágicatrampayrodarmeaunladoenbuscadealgúnapoyomásfirme.Todoinútil:enelnuevorefugio,vahundiéndosemibrazoderechoypartedelpechoy lacadera.Agitobrazosypiernasenuna infeliz tentativadenadar,pero cadanuevo intento ahondamás la fosa quemedevora.En esemomentosobreviene la desesperación. Lloro amargamente, me agito con furia, profieroespantosos alaridos. Tengo ya totalmente paralizados piernas y torso,comprimidoshasta ladesesperaciónpor lamasaasfixianteque losaprietacadavezmás.Sobre la superficie, tansolo losantebrazosymanos, loshombrosy lacabeza, a punto de estallar de temor y desesperación, pero lúcida aún, con suprecioso bagaje de facultades visuales y auditivas en angustiosa expectativa dealgunaayudaprovidencial.Yjustamenteenesteprecisoinstante,laplantademipie izquierdo, de la que había perdido ya toda conciencia, parece renacer depronto:algosólido—¡maravillosamentesólido!—permitequeseasienteenunmilagrososoporte.Afirmotodoelpesodelcuerposobreestesosténsalvador,yasumo la postura ridícula de una estatua deMercurio, con solo un punto deapoyoparasualadopie.Meaferrodesesperadamenteaunanuevaesperanza:mi

lenta absorción por aquella materia repugnante ha detenido su inexorablecurso... Pero ahora el cielo se oscurece. Una mancha inmensa cubre elfirmamento y me sumerge en la penumbra. Miro hacia arriba y veo un avegigantesca cuyo tamaño inverosímil llena toda la comba celeste. El avemonstruosa agita susnegras alas enun velozdescenso sobremi cabeza.Vienehaciamídirectamente,mas,amedidaqueseacerca,poralgunarazónabsurdaimposibledeexplicar,sutamañosereducecadavezmás,yalposarsesobremifrentenoesyamásqueunamoscapequeñitadenerviosaspatasyalasinquietasyvivaces.El insectorecorremicabezaconcarreritascortas,produciéndomeunadesagradablepicazónque seconviertealpoco ratoenescozor insoportable.Laposición de los brazos, atrapados hasta el codo, me impide espantarla de unmanotazo. Mi única posibilidad es alejarla con bruscos movimientos de lacabeza. Al intentarlo, compruebo que la materia en que estoy hundido hafraguadoytieneyalasolidezdelcemento.Estanuevadesventuratruecaunavezmás mi angustia en desesperación. Muevo la cabeza de uno a otro lado conímpetuextraordinario,peroelmalditoinsectonoseapartademifrente.Despuésde un largo batallar, ceso de esforzarme para comprobar, horrorizado, que nopuedo ya detener elmovimiento y la cabeza continúa por sí sola el incesantebamboleo. Ahora mi cuello comienza ya a sufrir las consecuencias delprolongado esfuerzo, sobre todo cuando el cabeceo se transforma en un girarapresurado sobre el propio eje. Sientoquemi cráneogira comounapelotadegomaalaquesehubieraimpresounmovimientoderotaciónconlapuntadelosdedos.Entoncesoigounlevecrujidoseguidodeunfuertedolorenlagarganta.Después,unasensacióndeasfixiaylaconviccióndequeelcuellosemeretuercecomo una tela húmeda escurrida por manos vigorosas. Por fin, un últimodesgarramientodefinitivo, ymipobrecabeza salta comouncorchoy caeamiladodespuésdeproducir el sonido característicodeunabotellade champagneque se destapa... Está ahí, frente amí, apoyada sobre la sien izquierda, con sufrente pálida, susmejillas sin afeitar, cubiertas de retorcidos pelos rojizos, suscejashirsutas y los ojosde córnea amarillenta ribeteadade rojo.Pero tambiénestán allí, junto a ella,mismanos crispadas, sobresaliendo apenas de la tierraendurecidaenlaqueparecensembradas,comodosplantasmalditas.Ymásalláaúnmishombrosraquíticos,conlallagapurulenta,elcírculodecarneysangre,nerviosyarteriascercenadosdondeunavezreposómicabeza.Estántodosahí,yyolosmiro(¿desdedónde?)comosinomepertenecieran,ysetrataradeobjetosextrañosencontradosalazarduranteunpaseoporelcampo...Ahoracomienzoaoír de nuevo el crujido de los goznes subterráneos. Los siento crecer bajo la

tierra,yobservoqueelsueloseconviertepocoapocoenunplanoinclinado.Micabezacomienzaarodarsobresímisma.Elterrenoqueaprisionamicuerposeagrietasúbitamenteymitronco,consusextremidadesagitándoseasualrededorcomo tentáculos, se ve de pronto liberado, y principia a rodar en pos de micabeza, en una carrera que va acelerándose paulatinamente. Yo (pero, ¿dóndeestoy yo, Dios mío?...) corro desesperadamente detrás de mis miembros.Tropiezo, caigo.Me levanto.Vuelvo a caer.La inclinación cadavezmayordelterreno me arrastra en vertiginoso descenso. Pierdo todo dominio de mismovimientos.Mesientoenelvérticedeunavoráginedeobjetosyruidosgirandoamialrededor.Ahoravoyacercándomeamicuerpodecapitado.Loalcanzo.Meposesionodeél.Mesumerjomásbienensutibiaarmazóndehuesosytejidos.Sigorodandohaciaelabismo.Presientoqueelfinalestácerca.Micabezaruedaun pocomás adelante. Extiendo los brazos. Logro tocarla con la punta de losdedos, perono puedo asirla.De pronto vislumbrouna puerta cerrada.Contraellachocamicabezaysedetiene.Latomocuidadosamenteentrelasmanos.Mepongoenpie.Laexamino:estáprodigiosamenteintacta.Limpiosusmejillas, learreglounpocoelpeloylacolocosobremishombros.Lahagogiraraderechaeizquierda:bien.Abrolapuerta.Penetroenelcuartodebaño.Memiroalespejo:perfecto. Salgo por la otra puerta. Llego al fin a mi habitación... Necesitodescansar.Miconfortablelechomeesperaacogedoramente.Mearrojosobreélycierrolosojos.(¿Durantecuántotiempo?...).Losabrodenuevo.Sonlascincoenpuntodelamañanayyosoyunhombreextremadamenteordenadoycuidadoso.Juntoamicabeza,en la telasuavey frescade laalmohada, simétricosplieguesrodeanmi amplia frente de pensador. En el extremode la cama,mis dos piesgemelos sobresalen de la sábana que abraza amorosamente mis piernas y mivientre.Unligeromovimientoderotación,conelcoxisdepuntodeapoyo,ymispies descansan sobre el suelo junto a las pantuflas de cuero.Allí, a solo cincopasos de distancia, la puerta entreabierta de la pequeña y oscura estanciacontigua me promete deliciosas y refrescantes abluciones matinales. Meconcentroenmímismo,ahuyentolospostrerosvestigiosdelsueño,mecalzolaspantuflasymarcholentamentehaciaelcuartodebaño,optimistaysinmemoria,ajeno por completo a la espantosa amenaza que me acecha tras su aspectoinocenteypueril.

ELPEQUEÑOCULPABLE

Hoyme dijo tíaClara que yo cumplía cuatro años.NiChacha ni papámehabíandichonada.En casanadiehablanuncademi cumpleaños.A vecesmellevanaalgunas fiestasdondeserepartenbizcochosyhelados,perosiempresetratadecumpleañosdeotrosniños,nuncadelmío...Pasécasi toda la tardeencasadetíaClara.Megustaestarallí.Hayunpatiograndeconárbolesmuyaltos.Sobre todo uno, con ramas fuertes y un tronco grueso, fácil de trepar. Meencaramé hasta casi la mitad. Había dos ramas cruzadas y me senté en ellas,comoenunasilla.Conlauñaabríunazanjitaenlaramamásgordaysalióunacosablancaqueparecíaleche.Semepusieronlasmanospegajosas.Melaslimpiéconlashojasquearranquédelaotrarama.Eranverdes,delmismocolorquelaalfombra que está en la sala de la casa. Sacándoles pedacitos a cada lado mefabriquéunasplumasymelaspuseenlacabeza,comolosindios...Pasémuchoratosubidoenelárbol,ycuandoChachasalióalpatioabuscarme,yomequedéquietecito hasta que, después de dar algunas vueltas, alzó la cabeza yme vio...Chachaesdifícildeengañar.Unopuedeescondersedeella,peronopormuchotiempo. Me agrada estar con Chacha. Sabe contar cuentos e inventar juegos.Cuandosalimosapasear,mellevadelamano.AmínomeimportaquemecojadelamanodentrodelacasaoenelpatiodetíaClara,peronomegustaquelohaga en la calle.A veces yo halo lamano hacia abajo para soltarme, pero ellaentoncesmeaprietamásfuerte.Unaveztropezóycayóalsuelo,peroyonomereí. Se quedó enmedio de la acera, con los ojos cerrados, sin hablar, y yomesentéasu ladoy llorémucho,comosihubierasidoyoquiensehubiesecaído.Despuésselevantóymeapretócontrasupecho.Entoncesfueellaquienlloró...Volvimosacasadespacito,porquecaminabacojeando...Chacha es quien viene cada mañana a sacarme de la cama. Mi cama es

chiquita, con rejasdemaderaque enunode los lados sebajany se suben.Encambio, la de papá no tiene rejas y esmuy grande, tanto que él duerme en lamitad de ella solamente... Cuando Chacha llega por las mañanas yo estoy yasiempredespiertoperomequedotranquilito,sinllamar,porquemegustaestarbajo el calorcito de las sábanas y esperar hasta oír los pasos deChacha por elpasillo.Cuandoellaentraalahabitación,bajalasrejasdelacamaymecargaensusbrazos,yyomantengolosojoscerradosparahacerlecreerquetodavíaestoy

dormidoypodertenerlacabezarecostadaensuhombro...Chachaentoncesmellevaalbaño.Elbañoestájuntoamicuarto.Tienemosaicosazulesenelpisoylasparedes.Amímegustatocarlosconlasmanosporquesonsuaves.Chachameponeenelsueloyyoentoncesabrolosojosy,comoestoydescalzo,sientoelfríodelpiso.Ellamelavalosdientesconuncepillitoquesiempreestácolgadoenlapared,alladodeotro,másgrande,queeseldepapá...Nomegustaquemelavenlosdientesporquemehacendañolospelitosdelcepillo.Escomocuandovieneabuelitodelcampoymebesa.Megustacuandollegaabuelito,perocadavezqueme besa me pincha la cara... Abuelito tiene un bigote blanco. Se ríe fuerte ymucho.Mesientasobresusrodillasymealborota loscabellos.Séque legustaestar conmigo, porque pasa en casa todo el tiempo que duran sus visitas a laciudad.Tanprontollegaconsumaletanegra,Chachalecuelgaunahamacaenlagaleríaquesoloseusacuandoélestáenlacasa.Allíseacuestadespuésdecadacomida y me lleva con él. Extiende un brazo para que yo apoye la cabeza ycomienzaahacermepreguntasyareírsedeloquelerespondo.Despuésseponeserioymehacehistoriasdereyesyguerreros.Poresoséya

quiénes fueron Alejandro el Grande, Napoleón y Luis Catorce. También mehabla de otras cosas, pero yo prefiero queme cuente historias de guerras quepasaron hace mucho tiempo, como la de Troya, en la que había un caballograndedemaderaconmuchossoldadosdentro...Cuandoabuelitosevadenuevoalcampo,yomequedomuysoloymesiento

triste, porque papá casi nunca está conmigo. Pasa todo el día fuera de casa yvienesoloporlasnoches,alahoraenqueChachamehapuestoyaelpijamaymeestápreparandoparadormir.Entoncespapáentraenmicuartoymebesaenla frente, sin mirarme, y se va enseguida, sin decirme nada. Solo algunosdomingos,por lastardes,mellevaapasearysiemprevamosalmismositio.Esun lugar bonito, pero triste. Tiene unas paredesmuy altas y adentro hay unaespeciedejardínconmuchosárbolesyflores.AunqueesmásgrandequeelpatiodetíaClara,amínomegustaestarallí,porquemeasustaelsilencioquehay,ylaspocaspersonasquevanhablansiempreenvozbajayestánmuyserias.Papáeselmásseriodetodosyponeunacaraquemedamiedomirarladetantristequees...Noestoyseguro,peromeparecequeunavezlovillorar.Puedeserquemeequivoqueporquepapáesmuygrandeparaeso;perouna tardeestábamosfrenteaunacosacuadradadecementodeltamañodeuncama,queselevantabadelatierrayteníaunasfloresencima.Papálamirabaylamiraba,sincansarse,hastaqueal finvolvió lacaraysepasólamanopor losojos.Despuéssedio lavueltay,sinhablar,sefuealejando.Yoleseguídetrás,peroélnomemiróniuna

solavezhastaquellegamosalacasa...Estatarde,despuésquevolvimosdedondetíaClara,llegaronunasvisitas.Al

principiocreíquehabíanvenidopormicumpleaños.Peronoeraeso:todoserangrandes y estabanmuy tristes.Abrazaban apapá y se sentaban en la salamuyserios, sin hablar... Chachame sacó al patio y se quedó allí conmigomientrasduraronlasvisitas.Nossentamosenlagramadel jardincitoquehayfrentealacasay jugamosconlossoldaditosdeplomo.Por laventanaoíaa lagenteenlasalahablarenvozbaja.Noentendíabien loquedecían,perooídosvecesunapalabrararaquenoconocía.Creoqueeraaniversario,peronoestoymuyseguro.Tambiénoílapalabrapartoylapalabramuerte.Yoséloqueeslamuerte;fueloquelepasóalperritoaquelcuandolopisóuncamiónfrentealacasa;peronuncahabía oído aquello demuerte de parto. Cuando le pregunté a Chacha lo quequeríadecir,noquisoexplicármelo...Yamímegustasaberlascosas,sobretodocuandonoquierendecírmelas.EsigualquecuandoChachameescondeunacosaporquenoquierequejuegueconella.Entoncesmedanmásganasdetenerlaylabusco por toda la casa hasta encontrarla. Ymientras no la he encontradomesientotriste,ypiensosiempreenesoy,porlasnoches,nopuedodormirme...Asíharé conestaspalabras.Lepreguntaré a abuelito cuandovuelvay, sinome lodice, se lopreguntaré a tíaClara.Y, si tampoco ella quiere explicármelo, se lopreguntaré al hombre que trae la leche por las mañanas y al que deja elperiódico...Yasíseguiréhastaaveriguarlo,porquenohaynadaenelmundoqueyoquisiera sabermásqueeso...Aquienno se lopreguntaré es apapá...No, apapá no... Quizás porque le tengo un poco demiedo, o quizás pienso que sepondríamástristetodavía...No,aélnoselovoyapreguntar;peroalgunodelosotros me lo dirá y entonces yo me sentiré mejor, y volveré a jugar sin estarpensandosiempreeneso,yestarécontentoy,sobretodo,podrédormirtranquiloporlasnoches...

DOSPESOSPARACIRILO

Pedro Valbuena se detuvo frente a la ventanilla de la oficina de pagos yobservó atento a través del enrejado cómo manipulaba el cajero los billetescrujientes,reciénestrenados.Sinapartarlamiradaunsoloinstantedelashábilesmanosdelhombre,admiróunavezmásladestrezaconquerompíanelcintillodepapelycontabanconrapidezincreíble losbilletesamontonados, levantandolosextremosconmovimientosimpecablesdelosdedos,nerviososyágiles.Comosiempre,intentóseguirmentalmenteelconteovertiginoso,peroquedórezagadoantelapericiadelotro.Lasmanosprodigiosasejecutarondosmovimientoscasisimultáneos,yelfajodebilletesquedóaprisionadodentrodeunacintaelásticaquesonóruidosamentealchocarcontraelpaquete.Unnuevomovimiento,yelrestodelosbilletesquedóalalcancedePedro,enelespacioabiertoquedejabaensuparte inferior larejillametálica.Conuna levesonrisa, loretiróhaciendounimpreciso gesto de conformidad: por nada del mundo habría confesado suincapacidad para realizar tan velozmente como el otro el conteo, y esperaríahastadesaparecerdesuvistaparacomprobarsisusueldoestabacompleto.Se retiró cuatro pasos y, protegido tras una columna, contó lentamente los

billetesabriéndolos enabanicoentreelpulgary el índice... “Cincodeaveinte,cuatrodeadiezydocedeauno”...Seguramentehabíacontadomalyvolvióahacerlo:“Cincodeaveinte,cuatrodeadiezydocedeauno...Docedeauno”...Sí. Le habían pagado dos pesos demás. Conmovimiento impulsivo giró a suderechaydiodospasoshacia laventanilladelpagador,perosedetuvoensecoantesdealcanzarla.Nadieleviorealizaraquelmovimiento:elcajeroconservabalacabezabajamientrasejecutabasusmanipulacioneshabituales,ylalargafiladehombrespor cobrar avanzaba lentamente, sinhacer casode supresencia.Trasunbreveinstantedevacilación,Pedrosedirigióalapuertadelafábricaconlamanoderechadentrodelbolsillodelpantalón,cerradaconfuerzaalrededordelpequeñofajodebilletes...

JoséCambronalsedespojóde lacamisay lacolgódeunode lospostesquesostenían la alambrada de púas. Echó una ojeada sobre el terreno que debíadesbrozarycalculóquehabía trabajopara treshorascuandomenos.Secolocó

lasmanosfrentealacarayescupióconfuerzasobrelaspalmasencallecidas;lasfrotóentresíyempuñóelmachetequerecogiódelsuelo.Con laspiernasbienabiertas y el torso inclinado hacia adelante inició el golpear rítmico del brazoarmadosobrelamalezatupidaqueseentrelazabaasuspies.Elmachetesealzabaydescendía enmovimientos regulares yprecisos.Unodesde la izquierda,otrodesdeladerecha...Uno,dos.Uno,dos.Uno,dos...“Dospesos”,lehabíadichoalamujery,paraevitartodoregateo,reafirmó:“Niuncentavomenos”.Peroelladijo, simplemente, “Está bien”, y le volvió la espalda. Dos pesos era un buenprecio por aquel trabajo. Aunque era preciso desmontar primero, desyerbardespués,y,finalmente,amontonareldesbrozoparafacilitarsuquemacuandosesecara,no le tomaríamásdetreshorasrealizarlotodo.Podríaestar llegandoalrancho alrededorde las tres.Aquel día se comería tarde, pero se comería... Laculpanoseríadeélestavez.Habíasalidocasidemadrugada,dejandoatrás losgritosdelosniños.Conelmacheteenlamanofueofreciendosutrabajodecasaencasaalolargodelacarretera,perohastalasdocenohabíaencontradonadaquehacer.Valiólapena,sinembargo,esperarhastaentonces:dospesosentreshoras estabanmás que bien, sobre todo en esta época de paro. En tiempos dezafra siempre había el recurso de ofrecerse a última hora a los blancos delIngenio, pero en este tiempomuerto se necesitabamucha suerte para ganarsedospesostanfácilmente...Ylamujernohabíaregateado.Talvezhubierapodidopedirleunpocomás...

CiriloVillamánmordió lacolillaapagadadel cigarroy lo trasladódeunoaotro extremo de la boca con un movimiento lateral de los labios fruncidos.Estabasentadoenuncajón,ocupandounodeloscuatroladosdelaimprovisadamesadedominócolocadahorizontalmentesobreunbarril, lasfichasformabanuna letra L negra, punteada de blanco. Mientras chupaba maquinalmente elcigarrosinlumbre,Cirilocolocóruidosamente—casiconrabia—unapiezaenelextremode lahileraque se extendía sobre lamesa... “Cuadréa cinco”, sedijo.“Haycuatrocincosenjuego.Yotengoeldoble,peromifrentesalióacincoydiodespuésotro:debetenerporlomenosunomás.Aunquememateneldoble, ledoyunpaseaestedemiderechayleabrojuegoalfrente...”.Estabanenelpatiodelabodega,protegidosdelsolporelramajetupidodel

mangoqueextendíasufollajesobre lascuatrocabezasinclinadashacia lamesadejuego.LastardesdelosluneserandepocomovimientoenelnegocioyparaCiriloconstituíayaunacostumbrellenaraquellashorasmuertasorganizandola

mesadedominó.Aparte del hechode que tres de los tercios eran siempre losmismos,otracircunstanciajamásvariabaenaquellassesiones:elbodegueroysufrente ganaban siempre, porqueCiriloVillamánno era hombre que dejara lascosasalazar...

“Es la primera vez que se equivoca”, pensaba Pedro Valbuena en tanto sedirigíaalaparadadeautobuses.Tresañosrecibiendosusueldocadamesatravésdeaquellarejilla,yerahoycuandocomprobabaelprimererror...Pero,¿porquéno había devuelto los dos pesos, como fue su primera intención? A Pedro legustaba analizar sus propios actos y sentimientos, y ninguna ocasión másindicada para hacerlo que aquellos largos recorridos en el autobús que lotransportaba diariamente desde la fábrica hasta su casa de las afueras de laciudad... Aunque su primer impulso había sido devolver el dinero, algo leimpidió llevar a cabo su propósito. Fue como si una fuerza extraña hubiesedetenido su ademán.Pero él sabíaqueningúnactohumano seproducepor sísolo;queaunlosqueaparentansermásimpulsivos,tienenunacausaocultaquepuedesiempredescubrirse.YnadaleplacíamásaPedroquehallaresarazóndeser escondida ymisteriosa... Evidentemente, ni el cajero ni ningúnotro de lospresentessehabíapercatadodelosucedido.Nadietampocoobservósugestotruncoalacercarsedenuevoalaventanilla.

Ningunapersonapodíapuesacusarlodehaberdispuestodeaquellosdospesos...Pedro se sonrió imperceptiblemente: aquella impunidad le proporcionaba unasensación de íntimo bienestar... Cuando se comprobara la falta del dinero, semovilizaríatodoeldepartamentodecontabilidaddelafábrica.Serevisaríanunayotravezlasnóminas.Secontaríayrecontaríaelefectivoencaja.Talvezfueranecesario trabajar hasta la noche... Cerró los ojos y se acomodó mejor en elasientodelautobús,ampliandolasonrisaquejugueteabaensurostro.Leparecióver encendidas las bombillas de la oficina y a los empleados en camisa,sudorosos, inclinados sobre los libros y las máquinas de sumar, tratandoinútilmentededescubrireldestinodeaquellosdospesos...

JoséCambronal, encuclillasbajoel sol inclementequecastigaba suespaldadesnuda, se ensañaba contra la yerba crecida.Despuésdeunahorade trabajo,había logrado avanzar hasta casi lamitad del terreno. Probablemente acabaríaantesdeltérminoquesehabíafijado.Elsecretoeranopararniunmomento.Si

lo hacía, el cansancio llegaba de golpe y le llenaba de dolores la espalda y lacintura,agarrotándolelosbrazos.Peromientrassiguieraasí,golpeandosincesarconelmachete,nosentía la fatigay leparecíaquesubrazonoerapartedesucuerpo,sinoalgoindependientequesemovíaporsísolo,comodotadodevidapropia.Élmismose sentíaeneste instantecomounamáquinamovidaporunimpulsoextrañoasuvoluntad,aunqueavecescreíaestaroyendolosgritosdelosniños... Sus hijos tenían varias formas de llorar y José sabía distinguirlasmuybienunasdeotras.Había losgritosderabia,queeranagudosy largoscomolasirena del Ingenio.Había los de dolor,más cortos y graves.Y había los otros,roncos,profundos, interminables: losgritosdehambre. Josénopodíaoírestosúltimos.Simplementenopodía...Esamadrugadalohabíandespertadoaquellosgritos.Comenzaronsuavemente,comomurmullos,sehincharonluegohastasercomo aullidos, y luego bajaron de nuevo hasta convertirse en una especie deestertor... No soportó mucho tiempo: se tiró del catre, se puso a oscuras elpantalónylacamisa,afilóbrevementeelmacheteenlapiedradeamolar,ysalióalacarreterasintomarsiquieraunjarrodeagua...

Con las manos abiertas y las palmas boca abajo sobre la mesa, Ciriloentremezclabalasfichasparainiciarunanuevapartida.Habíanyajugadocincoyseguramente aquella sería la última para el infeliz que estaba sentado a suizquierda: ya no daba para más... A veinticinco centavos por partida, lasgananciassumaríanunpesoymedio.Claroquehabíaquereducirlasalamitad,porque lapartedePepehabíaquereembolsárseladespuésqueelotrose fuera.Pero así y todo quedaban setenticinco centavos, que repartidos entre los trestocarían a veinticinco por cabeza. No había estado mal la tarde. Cirilo seasombrabadequenadiehubieranisiquierasospechadodeltrucoqueempleabaeneljuego.Ysinembargolohacíafrentealasnaricesdetodos.Elsistemaensíera sencillísimo. Lo único necesario era cierta habilidad manual y muchapráctica. Él necesitómeses para dominarlo a la perfección. Todo estaba en laformadevoltearycolocarlasfichasdespuésdecadapartida.Agrupándolasporpintas ymezclándolas con cuidado, sin separar los grupos uno de otro, Cirilosabía,alcomenzareljuego,cómoestabacompuestalamanodecadaunodelosjugadoresconunochentaporcientodeexactitud.Conesoyunaseriedeseñalessecretas cuidadosamente ensayadas, no se podía perder. Había practicado elsistema con su compadre Pepe y elmuchacho que le ayudaba en la bodega, yparalostresaquellayaconstituíaunafuenteregulardegananciasseguras.Cirilo

clasificabaalosclientesendiferentescategorías,peropreferíatrabajaralvicioso.Esta especie no le costaba esfuerzo alguno: ellos mismos se colocabanvoluntariamentedentrodelatrampa.Bastabaquesesentaranlostresalamesadejuego.Eltiposeacerca,sedetienetrasunodeellosycomienzaporobenquear.Luegopideunlugar,yunavezallí,nadaninadieescapazdedesprenderlodelamesa hasta haberse dejado desplumar el último centavo. Cuando las cosassucedíandeesemodo,Cirilosesentíacomounpescadorquehacogidounpezsin usar carnada. Claro que a veces surgían problemas, porque este tipo deindividuossuelepedircrédito.Enestepuntoeranecesarioparar,yenocasionesestocostabatrabajoyalgunaviolencia.ACirilonolegustabalaviolencia.Enloscasos en que las circunstancias la hacían indispensable, intervenía Pepe. Peroestas situaciones críticas no eran frecuentes. Lo corriente era ver al hombreregistrarseunavezmáslosbolsillos,ponerseenpietranquilamenteylargarsesindecirnada...

CuandoPedroValbuenahabíayaabandonadoelautobúsy seacercabaconpasorápidoasucasa,violaespaldadesnudadelhombreoscuroagachadoeneljardín.Sintióunsúbitodesagradoyreprimióungestodeimpaciencia.“OtravezAdela tirando los cuartos”, sedijo.En estepunto sumujer era completamenteirresponsable. Parecía no haber conocido jamás el valor del dinero y lomalgastabaenunaformaqueloindignaba.Pedronopodíasoportarsuhábitodecomportarsecomosifueranricos.PasójuntoaJosésinmirarlo,ytanprontolapuerta giró sobre sus goznes, interpeló a la mujer que venía a su encuentro:“¿Qué hace ese hombre en el patio?”. Ella se detuvo bruscamente: “La yerbaestabamuyalta.Apesardequemehasestadoprometiendoocupartedeesocadasemana, nunca lo has hecho. No podía esperar más. Sabes muy bien que nopuedo tolerar el abandono y el descuido”. “¿Cuánto?”, le interrumpió él. “Locontratépordospesos...”dijoella,conunhilodevoz.Era, sin duda, realmente curioso: dos pesos, precisamente... Se asomó a la

ventanaypreguntóenvozalta:“¿Dospesosnadamásqueporcortaresayerba?”.

José Cambronal estaba dándole los toques finales a su labor. Junto a laalambrada en que remataba el patio, amontonaba la yerba recién cortada parafacilitarsuquema.Despuésdeprepararelúltimomontón,sepusolacamisaysedirigióhaciala

casa. Sentía los riñones destrozados y las manos hinchadas apenas podíansostener el machete. “Ya terminé, doña”, dijo mientras subía lentamente losescalones que conducían del patio a la cocina. Adela se dirigió a su marido:“Anda,Pedro,daledospesosaestehombre”.Sinmirarla,Pedroseasomódenuevoalaventana.Hubieradeseadoquealgo

estuviesemal;queeltrabajoadolecieradealgúndefectoquepudieraecharleencaraaaquelhombre.Perotodoparecíaestarbien.Layerbahabíadesaparecidopor completo y en el fondo del patio se alzaban cincomontones de desbrozoperfectamente alineados y de igual tamaño. Introdujo lamano en el bolsillo ysacóelfajodebilletes.Noeraprecisamenteesteeldestinoqueélhubiesedeseadodarlesaaquellosdospesos,peronohabíaotraalternativa.Separódosbilletesdelrestoyselospasóalhombrequeloobservabaensilencio...

Aquel resultó ser un caso normal: no hubo contratiempo alguno. Una vezfinalizada la partida, el hombre se puso en pie, se despidió con una fraseininteligible y se marchó tranquilamente. Cirilo sabía que las cosas iban asuceder así. Él conocía la gente. A veces le bastaba unamirada para saber deantemano cómo reaccionaría una persona. ¿Dónde habría llegado si hubieseestudiado?Peroélno tuvo tiempode ira laescuela.Siemprehubootrascosasmás importantesquehacerdesdequeeraniño.Porejemplo, trabajarcomounburro,desolasol,mientraselviejoseemborrachabatranquilamenteenlacasa...Pero, después de todo, no le pesaba. El contacto directo con la vida y lasdificultades que tuvoque vencer le enseñarondesdemuy tempranomásde loque hubiera aprendido en cualquier escuela. Sobre todo en lo que se refiere aconocer a la gente. En ese aspecto,Cirilo se consideraba elmejor.No solo noconocíaanadiecapazdeengañarle,sinoqueseconsiderabaasímismocapazdeenredaracualquiera.Había encendido de nuevo la colilla del cigarro y estaba en aquel instante

apoyadoenelmostradordelabodega,mirandohacialacarreteraporlapuertaentreabierta.Unhombreveníaacercándoserápidamenteporlaorilla.Aunantesde distinguir sus facciones, lo conoció por la forma de caminar. Era JoséCambronal,elnegroquevivíaconCaridad.Entrecerrandolosojosyexpulsandouna nube de humo por la boca, Cirilo se entregó con fruición a sumanía deadivinarlosactosypensamientosdelagente...Vieneconelmacheteysonyalasdosymediadelatarde.Debehaberencontradoalgúntrabajohoy,porquedelocontrariohabríavueltoantesacomerle lacomidaaCaridad.Estuvochapeando,

porque tiene las rodilleras del pantalón sucias y húmedas. Viene cansado, sinduda, porque cojea un poco al andar y camina sin mover casi los brazos.Probablementeestálocoporbeberseuntragoderon:poresoapuróelpasotanprontoviolabodegaabierta...Ydebetenerenelbolsilloalgoasícomounpesoymedio...Talvezdos...Solotendréquedejarlobeberuntrago,y,conunapequeñainsinuación, lo haré sentarse a la mesa de juego... “Una manito nada más,mientrastelobebestranquilamente,José...”.UnavezmásCirilotuvorazón.Mediahoramástarde,exactamentealastres,

cuandoPedroValbuenarepetíaenlacasaunavezmásasumujerque“apesardetodo, aquel trabajono valía dos pesos”, JoséCambronal abandonaba conpasolento la bodega, presa de un cansancio infinito. Cirilo, con una sonrisa en loslabios, cerraba el cajón de madera del mostrador donde quedaban, bienacondicionados con los demás, dos billetes crujientes de a peso. Y trescientosmetrosmás abajo, al borde de la carretera, en un rancho de yaguas y cana, elgrito ronco de dos niños desnudos crecía interminablemente bajo el cieloindiferente y gris de Altocerro que se tiende por igual sobre la casa de PedroValbuena,labodegadeCiriloVillamányelranchodeJoséCambronal.

UNEPITAFIOPARADONJUSTO

Hoy tuve una verdadera sorpresa en la peluquería. Estaba ya sentado en elconfortablesillón,conelblancopañoanudadoalcuello,enesperainmóvildelaeficienteintervencióndemibarbero,cuandoalcancéaveratravésdelespejounafiguraextrañajuntoalapuertadelacalle.Aunquearaízdelaprimeraojeadamepareció desconocido aquel hombrecillo enteco y encorvado, había en él algofamiliar que pugnaba por despertar enmimemoria algún recuerdo inasible ydormido.Permanecíunlargoratoobservándolo,intrigado,hastaqueunasúbitaluzparecióiluminardeprontomicerebro.Amediasgozoso,amediasincrédulo,meincorporébruscamenteenelsillón,volvílacabeza,ycomprobédirectamentequelaimagenquemeofrecíalasuperficieazogadadelespejonoeraunavisióndesconocida,sinoquecorrespondíarealyexactamentealahumanapresenciadeDonJustodelaBarcayTéllez.HacíamásdequinceañosquenoveíaaDonJustoynocreoqueeneselapso

haya pensado en él más de dos veces. Mas, tan pronto como identifiqué sufamiliar figura, todo un tropel de recuerdos perdidosme asaltó de inmediato.Duranteelcortedepelo,ymientraselmetálicoaleteodelastijerasrevoloteabasobremicabeza,permanecíconlosojosfijosenlaimagendelespejo,sumergidoen una tibia ola de evocaciones que me arrastró suavemente hacia mi lejanopueblecito natal de Altocerro, poderosamente revivido por aquel encuentroinesperado.Y es que Don Justo fue sin duda el más singular de los habitantes de

Altocerro. Parecía escapado de otra época, incrustado por error en un siglo alqueevidentementenopertenecía,nifísicaniespiritualmente.Muchasvecesmepreguntéalpensarensudesapariciónsúbitadelminúsculoescenariopueblerinosi acaso laSupremaVoluntad, alpercatarse al finde su equivocación, lohabíasustraído del presente y transportado a través del tiempo hasta la épocacaballerescaylejanaalaquerealmentecorrespondía.Don Justo era de baja estatura y delgado, pero enhiesto hasta donde se lo

permitíanlasevidenteslimitacionesdesuconformaciónósea.Sedejabacrecerelcabello, suavemente ondulado, hasta mucho más allá de lo consentido por lamoda, y los mechones grisáceos que sobresalían por debajo de las alas de susombrerofueronsiempreladeliciadelamuchacheríaregocijadayburlonaque

loencontrabaporlascalles.Usabalentesdepresiónsujetosconunnegrocordónde seda que descendía en armoniosa parábola sobre el pecho enjuto hastaperderse en el bolsillo superior del chaleco. El soporte de aquellos lentes, lacurvadanarizdecorteclásicoeraloúnicoagresivodelconjunto,todoéldiscretoysevero,opacadoytímido.Suindumentaria,concebidadentrodelosmásestrictoscánonesdelasastrería

delsiglopasado,era ladignayadecuadaenvolturadeDonJusto.Secomponíaexteriormentedeunaanticuadacasacanegrayunospantalonesoscuros,derayaslos días festivos y sin ellas los demás de la semana. El inevitable chaleco,atravesadoaloanchoporlagruesaleontinadeoro,permitíaunavisiónreducidade la blanca camisa siempre recién planchada, sobre la cual derramaba suromántica cinta la corbata floja, anudada con calculado descuido en redor deldurocuellodeceluloide,inflexibleybrillante.Don Justo fue siempre lamás acabada personificación del formulismo y la

etiqueta.Deunaimpolutacorrección,sinhaberalzadolavozensuvidamásalláde lo conveniente, ni agitado los brazos más de lo que permiten los buenosmodales, parecía deslizarse más que caminar por las calles del pueblo, en uncontinuo quitar y colocarse el sombrero al encuentro de las personas que suestrictoconceptode las jerarquíassocialesconsiderabadesumismacondición,adoptando en cada caso el grado de cortés inclinación del torso a la exactaubicación del objeto de su reverencia en la escala—rebosante de categorías—queutilizabaparacalificaralossencilloshabitantesdeAltocerro.Noteníaedad.O,porlomenos,habríasidoimposiblecalculárselapartiendo

desuaspectoydelastransformacionesquehubiesendebidoafectarloalolargodel tiempo.Siempre fueelmismoentodas lasépocas,y laevocaciónquedeélhacía el más viejo lugareño parecía coincidir con la figura parsimoniosa ydiminuta que se movía entre nosotros repartiendo saludos y prodigandoreverencias.Mimemorialorecordabadesdelosdíasenqueibayoalaescuela,conmipila

delibrosbajoelbrazo,yloveíacruzarfugazmentealgunacalle,inclinadoavecesparaapartarunapiedradelcaminoconlapunteradelbastón,encerradosiempreen su irreprochable y severa parsimonia. Era muy madrugador, y en muchasocasiones,cuandolaseñoritaAmparoorganizabaendíasdeasuetoexcursionesescolares,loencontrábamosenlasafuerasdelpueblo,consuinvariableatuendodominguero,tomandoelsolecitoreconfortanteydiscretodelasprimerashorasdelamañana.Tanprontonosveía,aumentabalarigidezdesuentecafigurillayseinclinaba,destocadoyreverente,alpasodelaprofesora,beneficiariasinduda

dealgunode losmásencumbradosescalafonesde la jerarquía socialquehabíaestructuradoDonJustoparasuusoparticular.Ycadavez, laseñoritaAmparo,desde la cumbre de sus cuarenticinco años de jamonería recatada y cursi,enrojecíadeturbaciónyapurabaostensiblementelamarchadelpequeñoejércitobajosumandohastaperderdevista,atolondradayruborosa, lacausa inocentedesudesconcierto.Indudablemente,eraundevotoamantede lanaturaleza.Así loatestiguaban

sus largas caminatas por las afueras del pueblo, interrumpidas de trecho entrechoparapermitirquesucuriosidadse inclinaseabsortasobrealgunaplantarara o algún extraño insecto; como también sus paseos nocturnos, en los queparecíaestarmásenelcieloqueenlatierra,absortocomoquedabamirandolasestrellasydescifrandosumensajeprofundoymisterioso.Vivíasolo,enunacasitahumildedemadera,recostadaenelflancodelcerro

queselevantabaalasalidadelpueblo.Descolorida,agobiada,lasencillaviviendarefulgíasinembargodepurolimpiaycuidada.Francisca,lamujerdelsacristán,acudía dos veces por semana a realizar las labores de limpieza general y delavado, pero las comidas se las preparaba el propio Don Justo, y él mismocomprabalossimplesingredientesquecomponíansufrugalalimentocotidiano.¡Cuántas veces le vi regresar del mercado, con su estrafalaria vestimenta,llevandoensartadoenelbrazoelmodestocanastodemimbre,regandoasupasounaestela invisibleenquesemezclabael frescoaromade las legumbresconeldesagradableolorde lacarnecrudaysangrante! ¡Ycómointuíayoentonces,adespechodemis escasos años, que aquella figuradesconcertante y ridícula eratodo un símbolo de valor y dignidad humanos, enhiestos como unmástil porencimadealgúnnaufragiodesoladoreinexorable!NadiesupoenelpueblodedóndeprocedíaDonJusto.Muchospensabanque

eraespañol,yvariosleañadíanlacondicióndenoblevenidoamenos,inducidosa ello por la sonoridad de sus apellidos y por sus maneras ampulosas yaristocráticas. Pero estas suposiciones quedaron siempre en el terreno de lashipótesis, porque Don Justo guardó siempre respecto de su origen el másinabordablemutismo.En realidad, no tuvo amigos en el verdadero sentido de la palabra, y sus

relaciones con los lugareños se limitaban al intercambio de protocolaresfórmulasdecortesíaquealprincipiodesconcertaronalossencilloshabitantesdelpueblo y a las que al final se acostumbraron, considerándolas comosingularidadespropiasdeunexcéntrico.DespuésdesuprimerañoenAltocerro,porgraciadelarutina,DonJustopasóaseralgotodavíainexplicableyextraño,

perocotidianoyhabitual,comolasalidadelsol,lasfasesdelalunaoelarcoirisquecruzabaelcielopueblerinolastardesdelluvia.Notrabajaba,yparecíavivirexclusivamentedeunapequeñaremesamensual

querecibíaporcorreoeldíaquincedecadames,procedentedelacapital.Conella pagaba escrupulosamente el reducido alquiler de la vivienda y sus cuentaspendientesconFranciscaylasvendedorasdelmercado.Nofumaba,nibebía,nisepermitíaotradiversión,yel sobrantedesumodestapensión,religiosamenteseparadomes pormes, engrosaba en algún rincón oculto de la casita la sumadestinadaaremozarcadaciertotiemposusextravagantesprendasdevestir.No parecía tener familia en parte alguna porque, descontando el remitente

anónimode lasmensualidades,nadieescribiónuncaunacartaaDon Justo,ninadie vino tampoco a visitarlo en el lejano rincón provinciano que habíaescogidoparaexprimirgotaagota,conresignadapaciencia,eljugoespesodesuexistenciamonótonayoscura.Asíhabíavividoentrenosotros,alolargodediezaños,DonJustodeLaBarca

yTéllez,hastaqueundíaquincedemes,pagadohastaelúltimocentavodesushumildesdeudaspendientes, tanmisteriosamentecomovino,desaparecióparasiempre de Altocerro, sin dejar tras de sí amigos ni enemigos, sin que nadiederramaraunasolalágrimaporsupartidaniseregocijaradesuausencia,ysinque su recuerdo dejara otra huella que alguna sonrisa burlona o un leveencogimientodehombroscuandoalguien,poracaso,mencionabasunombreenla tertulia cotidiana. Y solo tal vez la señorita Amparo se hizomás seca,máscallada,más intransigente,yaunquenunca laoípronunciarelnombredeDonJusto, la sorprendímásdeunavezdesdeaqueldíamirandosilenciosamente, através de la ventana abierta del salón de clases, hacia el caminito sinuoso ypolvoriento cuyo curso, en algún ignorado y lejano lugar, enlazaba nuestropueblitocongrandesciudadesmodernas,ruidosasyañoradas.

Dosgolpessuavesdecepilloenelcuelloyloshombrosyunaespesanubedepolvodetalcobaratoflotandoamialrededormesustrajerondelmundomágicodeevocaciónenquemehallabainmerso.Elcortedepelohabíaterminado.DonJustopermanecíaenlamismaposturaparadoenlaacera,ofreciendocon

humildad su modesta mercancía a transeúntes presurosos e indiferentes. Meacerqué a él. Lo saludé efusivamente, y, aunque nome reconoció de primeraintención, al poco ratopareció identificar al niño solitariodeAltocerro con elhombrequeloestrechabaentresusbrazos.

Pasada laprimera impresión, loarrastréhastaelrestaurantemáspróximoyallínossentamos,enmediodelsalóndesierto,frenteadostazashumeantesdecafé.Me quedé observándolo fijamentemientras se acomodaba frente amí, con

movimientos lentosycansadosy lamiradasinbrillo fijaensuspropiasmanosentrelazadas.Desuporteseñorial,desuprestancia,desuerguidahidalguía,noquedabaelmásligerorastro.Vestíaprendasraídasydedudosalimpieza.Sobresus rodillas, ocultospor elmantel amismiradas curiosas, había escondido losbilletesdeloteríaquepregonabaunmomentoantesenlaacera,yseadivinaba,bajolaaparenteresignaciónsumisa,elhondodisgustoquemisúbitaapariciónleprovocara.Unresabiodesuantiguacomposturapareciórevivirenelgestoconquetratódeesconderamivistaelpuñodeshilachadoysuciodelacamisa,peroelademánquedótrunco,disolviéndoseenunadesfallecidarenunciación,comosisoloentoncessepercataradequeyaerainútiltodofingimiento.—¡Quién lo hubiera dicho! Don Justo —dije rompiendo el silencio—.

Despuésdetantosaños...—Porfavor,nadadeDonJusto...Perico,PericoPérezMartínez...—¿PericoPérezMartínez?—repuseasombrado—.Pero,¿hacambiadousted

denombre?...—Sí, lo cambié, pero no ahora... Antes fue cuando lo hice... Justamente

cuandomefuiaviviraAltocerro.—¿Demanera quenunca se llamóustedDon Justo de LaBarca yTéllez?...

¡Quélástima!Tansonorocomoresultabaesenombre.—¿Verdadquesí?...—ylorepitióconverdaderafruición—:DonJustodela

Barca y Téllez... Fue sin duda un verdadero acierto... Me sentía realmenteorgulloso de él. Para encontrarlo me ayudaron mucho mis conocimientos deLiteraturaClásicaespañola...Usted recuerda, ¿verdad?...CalderóndeLaBarca,FrayGabrielTéllez...Yo, claro, recordaba, pero la verdad era que jamás se me habría ocurrido

aquello.—Nacíaquí,enlacapital...—Laválvuladelasconfidenciasparecíahaberseya

abiertodeparenpar—.Enelmásmiserabledelosbarriospobresdelaciudad.Nuncaconocíamipadre,ymimadremurióenlacárcelpública,pocodespuésdehabernacidoyo...Desdeesaépocatuvequeaveriguármelassolo...Conocípordentroelreformatoriodemenoresdesdemuytemprano...Cuandomeenderecé,mefuiatrabajardemandaderoenunaescuela.Allíaprendíaleer...Despuésquemedespidieron,melasarregléparaconseguirlibros...Mividafueazarosayllena

detumbos,perosiempretuve tiempoyocasiónde ilustrarme...Talvezesomeayudó a no meterme en líos con la justicia: no he vuelto jamás a visitar unacárcel...—Alzólamanoprovistadelfajodebilletesdeloteríaylaagitófrenteamí—.Con estomehedefendido en todomomento.Hacemásde treinta añosque estoy en el negocio.De día pregonaba los boletos, y de noche asistía a labibliotecapública,dondevivíaalgunashorasdeirrealidadyfantasía...Eracomovivirdosvidasenunasola,¿ustedmeentiende?...Yoasentí, sinproferirpalabras,mientrasélparecióconcentrarseyolvidarse

demipresenciaalañadir:—Yundía,alfin,seabrióinesperadamentelapuertadelamásfantásticade

las posibilidades... Un billete cuyo número acostumbraba a reservar para uncliente fue rechazado a última hora sin darme tiempo a devolverlo a laAdministración... Resultó el tercer premio. No tuve lamásmínima vacilaciónacercadecómoemplearaquelregalodelcielo.Calculéquelasumabastabaparaproporcionarme la existencia con la que había soñado siempre, exactamentedurantediezañosycuatromeses.Escogíenunmapadelaislaellugarapropiadoparatrasladarme,depositéeldineroenunbancoconinstruccionesderemitirloensumasmensualesenfavordelnombrequehabíaescogidoenunmomentodefelizinspiración,ymemarchéaAltocerro...Nopudemenosqueinterrumpirle:—Pero, ¿y después?... ¿no pensó en lo que pasaría cuando se le agotase el

dinero?...—¡Claroquelopensé!Perovalíalapenaynomearrepientodeloquehice...

Además, ¿sabe usted?, siempre tuve la secreta esperanza de que lamuertemesorprendieraallí,mientrasgozabadel respetode losdemás... Soñabaconunosfunerales dignos, con asistencia del cura y las autoridades y todo eso... Nosucedió así, claro, peropudohaber sucedido, ¿no es cierto?... quehubiera unatumbaahoraenAltocerro,conuna inscripciónquedijeraalgoasícomo“Aquíyacen los restos mortales del señor Don Justo de La Barca y Téllez”, y algúnrecuerdoamablemásabajo...¿Verdadquehubierapodidoserasí?¿Verdad?—Ymemiróconojosporprimeravezluminososyvivos.—Naturalmentequesí,naturalmentequesí...—lerespondíapresuradamente

mientras calculaba en secreto el costo aproximado del traslado de un cuerpodesde la capital a Altocerro, y el valor de una lápida de mármol digna deconservarparalaposteridadelepitafiodeDonJustodeLaBarcayTéllez.Unavezconvencidodequepodíapermitirmeelgasto,mepuseenpieyayudé

a incorporarse al tembloroso anciano. Lo miré marcharse lentamente, con la

cabezabajayarrastrandolospieshacialapuerta.Yaenelumbral,sevolvióymedijo:—Y,porfavor,nodigaanadiedeallá...—Peroyoleinterrumpíconvozalgo

másroncaquelonormal:—No se preocupe en lo más mínimo, Don Justo: eso, la lápida y todo lo

demáscorrenpormicuenta...

DEMÁSALLÁDELESPEJO(1975)

BIOGRAFÍADEUNSUICIDA

Laprimeraconcienciaquetuvodesímismofue ladeunniñosuccionandocon avidez el pezónmaterno: era demasiado brumosa su anterior vivencia deestar flotando de cabeza en una laguna viscosa, oscura y tibia, con las piernascontraídasenposicióninverosímil.Creció solitarioenun inmensopatio repletodepinosy flamboyanesdonde

sus únicos compañeros fueron dos lagartos, hinchados y lánguidos, que lohipnotizaban cada tarde con el verde nervioso de sus cuerpos pulidos y seperdíanalanochecerentrehojastruncadasyrotostallosamontonados.Se hizo hombre una noche de trote sudoroso sobre el lomo arisco de una

negrita iniciadora. Después la vida lo arrastró muy lejos de la seguridadprotectoradelpatiodondedejóparasiempresu inocencia,perdidaentre tallostronchadosyasiduoslagartosvespertinos.Penetróentoncesciegamenteenlapesadaatmósferadelfanatismoreligiosoal

conjuro de agrios y adustos exorcistas de negras sotanas malolientes. Ellos leenseñaronlaangustiayelmiedoy,sinquererlo, loempujaronhacialalibertaddecriterioylabúsquedaconscientedelaverdad.Luego se sumergió con igual fruición en ávidas lecturas científicas que

hicieron renacer por un tiempo su esperanza. En el ínterin odió y amó conpasiónytantolounocomolootroledejaronidénticasensacióndefrustraciónyhastío,perocargósucruzconhidalguíasinpedirjamáslaayudaajena.Alfinaldelarutavolviósobresuspasosdesandandorápidamenteelcamino

recorrido.Pasó indiferente juntoalamoryelodio.Ignoró los librosdecienciaqueencontróasupaso.Cruzósindetenerseporentreunenjambredesotanaspolvorientas.Entróalpatiodesuinfanciaysetiródebrucesenellagooscuroytibioqueloestuvosiempreesperandoderegresodesdeeldíaenquenació.

DOBLEPERSONALIDAD

Cuando el siquiatra le explicó que sufría de un desdoblamiento de lapersonalidad,rechazócompletamentetanabsurdaidea.Pero,yaderegresoasucasa, comenzó a tener experiencias extrañas. Dos personas conocidas lesaludaron con un nombre que no era el de él y otras dos, desconocidas, ledirigieronalcruzarseensucaminotorvasmiradasderencor.Alllegarasucasatrató de abrir la puerta y la cerradura no respondió al estímulo de su llave.Oprimióentonceseltimbrey,alentreabrirselapuerta,vioasomarseelrostrodesumadreconunamiradadedesconfianzatalydetanabsolutodesconocimientoquelodejóparalizado.Convencidoyadequenoeraélmismo,retornócorriendoalconsultoriodelsiquiatraparareclamarleladevolucióndesuotrapersonalidad.Pero fue inútil su esfuerzo porque este tampoco lo reconoció y lo enviódirectamentealmanicomioconunaparejadepolicías.

ÍCARO

Hizo aquel día lo que desde muy niño había siempre deseado hacer sinatreversejamásarealizarlo:lanzarsealvacíodesdelaventanadesuapartamentodeunsextopiso.Talcomo lohabíaanticipado,extendió losbrazosyvolócongraciaysinningunadificultadenlasinmediacionesdelaventanaabierta.Planeóconeleganciasobrelacopadelalmendroarrancándolealdesgairealgunashojas.Evadió con pericia los alambres del tendido eléctrico. Ejecutó variadasmaniobras de vuelo aprovechando las corrientes de aire y luego, a los tressegundosexactosdeiniciarsuviaje,seestrellóviolentamentesobreelpavimentodelacallecomounafrutapodrida.

LAMUTACIÓN

La transformación le comenzó en el pecho, donde sus tetillas se hincharonhasta alcanzar el tamaño de dos naranjas gemelas. Se le pronunció después lacurvadelascaderas,selecayeronlosvellosdelacaraydeltorsoyelcabellolecreció aceleradamente, descendiendo en suave cascada hasta los hombros,mientras las carnes de los brazos y los muslos se le aflojaban como flácidasvejigasdesinfladas.Elsexoselecayódeentrelaspiernas,casisindarsecuenta,unatardeenqueesperabasentadoenunbancodelaplazapúblicalahoradelacena.Simplementeseledesprendiósindoloryrodólentamentepordentrodelaperneraizquierdadesuspantaloneshastaquedarinmóvilsobrelagravadelsuelocomo un objeto despreciado e inútil. Una vez transmutado totalmente inicióresignado una nueva existencia colmada de hermosas e íntimas prendasfemeninas, cremas para el cutis, eficaces depiladores, perfumes franceses ymusculosos amantes de ocasión.Unode ellos, durante una sórdida cita en unhotelucho demalamuerte, después de oír de sus propios labios el secreto, lodespojóconrudezadesussenospostizos, learrancóbrutalmente lapelucay lepateó el sexo con furia implacable hasta convencerle de que aún tenía yconservaría,porlossiglosdelossiglos,aquelobjetoextrañoygrotesco.

LAINVASIÓN

Como lehabíadadovacacionesdurante el finde semana a lamujerque seocupaba de la limpieza, regresó temprano aquel viernes y, para su sorpresa,encontró la casa ya totalmente invadida. Las gavetas de la cómoda abiertas, laropa tirada en desorden en el piso y la profusión de bombillas encendidas lehicieronpensaralprincipioquehabíasidovíctimadeunrobo,peroalnoechardemenosningunadesusescasaspertenencias,rechazólahipótesisdequeeranladrones los que habían invadido su hogar. La verdadera naturaleza de losusurpadoresselerevelómomentosdespués,cuandolosmueblescomenzaronamoversedeunextremoalotrodelashabitacionesylosenseresdecocinaavolarpor los aires y chocar estrepitosamente en las paredes.Convencidodeque erainútil intentarporelmomentounaresistenciafrontalcontra los invasoresydeque necesitaba ganar tiempo para planear su estrategia futura, concluyó en lanecesidaddeestablecerdealgúnmodoconestos lasnormasqueregiríanenelcortoplazo la situacióndehechoyacreada.Estaconclusión lo llevóa suvezaplantearse la urgencia de encontrar alguna forma de contacto directo con losocupantes que le permitiera enterarse de sus propósitos y poner en claro losderechosqueleasistíanaél,ensucalidaddelegítimopropietariodelacasa,dedisponer de un mínimum de espacio para moverse libremente, en completaseguridadysinsobresaltos.Prontocomprendióqueestableceresecontactoerauna meta difícil de lograr: el comportamiento escurridizo y tímido de losinvasoresnoindicabadeseoalgunodemostrarseabiertamente.Porelcontrario,solo señalaron su presencia durante aquella primera fase de la invasión pormedios oblicuos y tortuosos que tenían más de travesuras infantiles que deexpresiones adultas de un deseo serio de comunicación. Fueron frecuentesduranteesashorasbromascomolasdearrebatarleobjetosdelamano,soplarleinesperadamente las orejas, retirarle las sillas donde se disponía a sentarse ydespojarle bruscamente de las colchas en el momento en que, rendido por elsueño,cerrabaporprimeravezsusojosesanoche.Alamañanasiguienteensayósinsuertevariadosmétodosdecomunicación,oralyescrita,queculminaron,losunos en tristesmonólogos sin respuesta y los otros enuna inútil profusióndepapelitos abandonados por todos los rincones de la casa. Trató entoncesvanamente la concentración mental en una búsqueda estéril de contactos

telepáticos. Finalmente, cuando al mediodía del sábado comenzaba ya adesesperarse,recibiólaprimerapercepciónsensorialdirectadelosinvasores:unolorpenetrante,denaturalezaespecial,quenopodíaemanardeningunapersonahumana ni objeto conocido. Durante la siesta de ese mismo día percibió lasegundaseñalaltravésdeunapagadomurmulloqueoyójuntoasucamay,yaalanochecer,alcanzóaverdosfigurasdifusasquesemovíanlentamentealolargodelpasillo.Estasúltimasmanifestaciones,quepresagiabanclaramenteladecisióndelosinvasoresdeaceptarsusreclamosdecomunicación,lepermitierondormirtranquilamenteelrestodelanoche,confortadoporlaesperanzadequeyaestabapróximo el intercambio abierto y franco que deseaba. Despertó optimista eldomingo,y, sinabandonarel lecho,esperópacientementeque losusurpadorestomasenlainiciativa.Porfin,cercanoelmediodíaeinmediatamentedespuésdepercibir el penetrante olor que estos despedían, sintió el peso de una manohelada sobre su hombro al propio tiempo que se iban formando lentamenteborrosasfigurasalrededordelacama.Alponerseenpienotóquelosinvasoreseran de sumisma estatura y, al completarse la definición de sus contornos yadquirir sus rostros rasgos precisos, comprobó que su apariencia era la de laspersonas comunes y corrientes que uno se encuentra en todas partes, lo cualcontribuyó a tranquilizarlo y aumentó su confianza en sí mismo. Tras elintercambiousualdelasexpresionescortesesqueprecedensiempreacualquiernegociación, se iniciaron las conversaciones—que se prolongaronpor el restodel día y tomaron buena parte de la noche— y ya en lamadrugada del luneshabíanlogradoacordarhastaensusmenoresdetalleslasnormasaplicablesalaocupaciónde la casa.El éxito alcanzado en las negociaciones lo colmódeunaingenua satisfacción, porque él todavía ignoraba a esa altura su traslación alnuevoplanodondeahorasehallaba.Esdecir,aúncreíaqueeranlosinvasoreslosque habían entrado en su mundo y acatado sus reglas, y no lo contrario. Suverdaderasituaciónsoloseleevidencióhorasmástarde,cuandoregresóalacasala mujer de la limpieza y esta no le vio ni le oyó—a pesar de sus múltiplestentativas de comunicación— y de que tampoco le vio ni le oyó ninguna otrapersonavivaenlatierraporelrestodeltiempo.

ELUNOYELOTRO

Eran gemelos tan idénticos que ni su propia madre fue nunca capaz dedistinguirlos.Peroeseextraordinarioparecidoera tansoloexterior:desdemuytemprano sus personalidades fueron diferenciándose la una de la otra y, ya alcumplir los cinco años de edad, la brecha temperamental que separaba a losmellizos había devenido insuperable. Así, mientras el uno era arisco,indisciplinado y mostraba definida vocación a la perversidad, el otro eradulcemente comunicativo, suave de trato y compasivo con los demás.Aunquesiempre fueron inseparables y llenaban de travesuras compartidas la desoladacasonadondetranscurriósuinfancia,eraevidentesudiversidaddecriteriosparadiscernir el biendelmal.Uno era todo el tiempo el quemartirizaba los gatos,clavabaalfileresalosinsectoscautivosydecapitabaloslagartos,mientraselotrose empeñaba en libertar los insectos capturados, curaba los pájaros heridos yllorabaanteloscuerposdescuartizadosdelosgatos.Conelpasodelosañosesasdiferenciasdecarácterseacentuarony,al llegaralamadurez, losgemeloserandosseresubicadosenlosextremosopuestosdelaconductahumana:elunoconmarcadastendenciasdelictuosasyelotroviviendounaexistenciahonestaqueleganaba el respeto de todos. El notable parecido físico entre ambos —quepermaneció siempre inalterable—provocónumerosas y divertidas confusionesentrelaspersonasquelostratarondurantesuvida(comovíctimasenelcasodeuno,comoseresagradecidosenelcasodelotro),alpuntoqueeldíaqueambosmurieron,a causadeunedemapulmonar, la circunstanciadeque se sepultaraunsolocadáverprodujounacuriosadisparidaddeopinionesentrelosasistentesalsepelio: lamitaddeestoscreyósiemprequehabíapresenciadoelentierrodeunoy laotramitad estuvo siempre convencidadequehabía sido testigode lasepulturadelotro.

LAPAREJA

Larelaciónentreambosseestablecióenformacasualyseestrechóamedidaque fueron descubriendo rasgos y características comunes que indicaban unamarcada afinidad. Los dos tenían la piel morena, los ojos negros y el cabelloabundanteylustroso.Enverdad,sialgolosdiferenciabafísicamente,eraqueelmástímidodelosdoserazurdo.Desdelosprimeroscontactossehizoevidentequeesteúltimo—enrazóndesufaltadeiniciativa—estabafatalmentedestinadoaserelsúcubodelaparejay,coneltiempo,estaactituddesubordinaciónsehizotan completa que lo convirtió prácticamente en un imitador servil de sucompañero, a quien remedaba hasta en susmás insignificantes ademanes. Susencuentrosseefectuabanesporádicamenteen lashorasavanzadasdeldíapero,comoamboseranmadrugadores,coincidíansiempreenelcuartodebañoenlasprimeras horas de la mañana. Estos contactos cotidianos cimentaron unaestrecha amistad que duró hasta el día en que uno de ellos—agobiado por ladepresiónylaangustia—sedisparóunbalazoenlasienqueatravesóelespejoymatóasucompañero.

ELMALEFICIO

Lehabíacompradoel tapiz, enpreciodeocasión,aunárabeparlanchínenuna calle tórrida de ElCairo durante su único viaje alMedioOriente. La telamostraba a un califa gordinflón y mofletudo, sentado a la sombra de unalmendroflorecidoyrodeadodenumerosasysolícitashuríes.Ellejanoparecidoque creyó encontrar entre sus propios rasgos y los del personaje central de laescenafuetalvezelfactordeterminantequeloimpulsóaadquiriraquellapiezaartesanal de dudoso buen gusto.De regreso a su casa colgó orgullosamente eltapiz en la pareddel comedor y se dispuso a reanudar el cursohabitual de suexistenciarutinariadecomercianteenprovisiones.Esarutina,noobstante,seviointerrumpida al tercer día de su retorno por la súbita enfermedad de su hijamenor,agravadaporlaimpotenciadelosmédicosparadiagnosticarlacausadesumal.Lasiguientesemanaseprodujoelaccidenteautomovilísticoquepusoasu esposa al bordede lamuerte y, antesdeque finalizara elmes, su tiendadecomestibles quedó totalmente destruida como consecuencia de un misteriosoincendiocuyoorigenfueimposibledeterminar.Convencidodequeeltapizerala causa de la cadena de desgracias que lo acosaban, resolvió liberarse de élcuantoantesycolocóunanuncioclasificadoen losperiódicosofreciéndoloenventa.Perocomoyalahistoriadelmaleficiohabíacirculadoprofusamente,nadieaceptó la oferta. Decidió entonces destruir el tapiz dándole fuego después deimpregnarloconcienzudamenteengasolina.Las llamasconsumieronel líquidoinflamableperorespetaronrigurosamenteelmaterial,quequedóintactodespuésdel atentado. Intentó a seguidas cortar en pedazos la maléfica tela y en suempeñoembotótodoslosinstrumentoscortantesdequedisponía.Desesperado,arrojóeltapizenelpozosecodelpatiodesucasa,peroaquelrebotóenelfondode este como una pelota de goma y retornó a sus manos de inmediato. Esamismanoche,coneltapizenrolladobajoelbrazoyunapalaenlamano,caminóhasta las afueras del pueblo y cavó un hoyo en un paraje solitario a fin deenterrarlo lo más profundamente posible. Completada la excavación, lanzó eltapizalfondodelagujero,quecomenzóarellenarafanosamentedetierra.Mas,en lamedidaqueesta caíadentrodelhoyo, el tapiz flotabaen su superficie—como si fuese agua lo que estuviera paleando— de modo que al terminar elrelleno el diabólico objeto había alcanzado el nivel del suelo y permanecía

inocentementeextendidoasuspies,mientraselcalifamofletudoparecíamirarloburlonamentedesdeelcentrodelatela.Eneseprecisoinstante,derrotadoporlafatalidad, se rindió a lo inevitable: se lanzó sobre el tapiz, desplazó de unempellónalcalifaytomósulugarbajoelalmendrojuntoalassonrienteshuríesdisponiéndoseaaguardar,conorientalpaciencia,quealgúninocentetranseúntese antojaradelmágicoobjeto abandonado y, repitiendo suhistoria, lo liberaradelmaleficioquelohabíaapresadoentresusredes.

LARESIGNADAINMORTALIDADDEDONCÁSTULO

Segúnlasmásantiguastradicionesdelpueblo,transmitidasdegeneraciónengeneración en íntimas tertulias nocturnas, la primeramuerte de Don CástuloArgüellofuemuysentidaportodosloshabitantesdellugary,tanprontocundiólanoticia,muydemañanaenaqueldíamemorable,comenzóacongregarseunaverdadera muchedumbre frente a la maciza casa de dos plantas donde viviósiempreDonCástuloalolargodetodasuininterrumpidaexistencia.Para aquella reverente manifestación de duelo fueron indiferentes la

atmósferacargadayloshinchadosnubarronesgrisesqueseamontonaronaquelamanecer en el cielo pueblerino en claro presagio de un día de torrencialesaguaceros.Estacircunstancia,porcierto,tampocoobstaculizóeldesarrollodelosfebriles preparativos que los familiares y allegados de Don Cástulo seapresuraronarealizardesdelasprimerashorasdelamañanaparaasegurarasucadáverunavelacióndignayproporcionara sus restosmortalesunaadecuadasepultura.Tales preparativos, efectuados dentrode las estrictas normas que rigen esta

delicada materia en nuestra comunidad, comprendieron la adquisición de unhermoso sarcófago, bellamente terminado en maderas preciosas y tapizadointeriormentecondelicadosgénerosdesuavescolores;latomaapréstamoenlascasasvecinasdelassillasnecesariasparaacomodaralosamigosdelafamiliaquede seguro acudirían a tributar al difunto supostrerhomenajededespedida; laadopción de urgentes disposiciones para el suministro de café y refrescos enbeneficiodelosparticipantesenlavelación,asícomolasconsiguientesgestionescon las autoridades municipales y eclesiásticas para asegurar que elenterramientoseajustaraalasdisposicioneslegalesvigentesysecomplementaraconexequiasreligiosastansolemnesyprolongadascomoloameritabalaelevadacategoríasocialdelfallecido.De los primeros en llegar a la casamortuoria fue el DoctorVitaca, elmás

prestigioso galeno del pueblo y médico de cabecera de Don Cástulo. Arribóenfundado en el inevitable atuendo que usaba para las grandes ocasiones:chaqueta negra, pantalones grises rayados, chaleco oscuro y sombrero hongo.Inmediatamente detrás llegó el cura de la parroquia, Fray Ambrosio, con susfranciscanasbarbasysotanaagitadasporlascorrientesdeaireprovocadasporsu

caminar apresurado y nervioso. Poco después hizo su entrada Don ToribioCastamargo, el boticario más connotado del lugar, trajeado de domingo yolorosocomosiempreapomadasyungüentosmedicinales.Yahacialasnuevedelamañanayrodeadoentremuchosotrosdolientespor

tan distinguidos personajes, el cadáver de Don Cástulo Argüello yacíacuidadosamentecolocadoensulujosoataúd,todavíadescubierto,quereposabasobredossillasenelcentrodelaampliasalaprincipaldelacasa,flanqueadoporcuatro imponentes candelabros de bronce provistos de sus respectivas velasencendidas. Junto al féretro, la desconsolada viuda rodeada de sus dos hijas,todas trajeadas de un negro irreprochable, recibían con discreta expresión dedesconsuelo las frases de simpatía prodigadas por los presentes que, poniendocaradecircunstancias,seacercabanordenadamenteasaludarlas.Cercana ya la hora delmediodía y con la temperatura a treintiocho grados

centígrados a la sombra, uno de los asistentes, con evidente sentido de lainiciativa,sedirigióalaúnicaventanadelaestanciaylaabriódeparenparparaaliviar el sofocante ambiente que imperaba en el recinto. Fue en ese precisoinstantecuandoelenjambredemoscashizosuapariciónentrandoencorrectaformaciónporlaventanareciénabierta.Deinmediatolosinsectosiniciaronunvuelo circular alrededor de la pieza que los llevó en espirales descendientessucesivas cada vez más estrechas hasta muy cerca del sarcófago, amenazandorealizarunaterrizajeirreverentesobrelafrenteindefensayyertadeDonCástulo.Pasado un primer momento durante el cual todo el mundo se limitó a

presenciar con expectación pasiva las peripecias del vuelo, Don ToribioCastamargorompiólainerciareinanteyseacercóalataúdagitandoconademánresueltounblancopañueloolorosoaalcanfor,resueltoaimpediratodacostalaculminación del inminente ultraje. Su intento, no obstante, no llegó amaterializarseporqueantesdequeeldecididoboticarioalcanzaraunadistanciaadecuada para lograr su objetivo, el propio Don Cástulo, de un soberbiomanotazo, espantó el enjambre en su conjunto, cuyos componentes volarondespavoridosatravésdelaventanaabiertahacialaseguridaddelespacioexteriormientras las personas presentes, sin excepción y encabezadas por la enlutadaviuda, corrían presas del pánico atropellándose unas a otras, en formidableestampida,hacialapuertadesalidadelaestancia,únicocaminodeescapedeunmundo donde acababa de romperse sin previo aviso la más antigua einconmovibledelasleyesdelanaturaleza.En el ínterinDonCástulo se incorporó, saltó ágilmente fuera del ataúd, se

frotólosojos,sedesperezóestirandoampliamentelosbrazosymiróconestupor

a su alrededor. Pasado el primer instante de asombro y caminando a grandeszancadasapagóentoncesunaaunayconpoderosossoplidoslascuatrovelasquelocircundaban.Fuerade lacasa, lamultitudaterrorizadasedesbandóendesordenhacia los

cuatro puntos cardinales y luego, en masivo y espontáneo movimientocentrípeto,seconcentródenuevofrentea lacasadeDonCástulocomentandocondesconciertoelsucesoreciénacontecido.“¡Milagro!”,gritabaFrayAmbrosiocon los ojos en blanco y las manos en alto. “¡Catalepsia!”, rebatía el DoctorVitacaconacentoagnóstico.“¡Hipnosiscolectiva!”,alegabaasuvezDonToribioCastamargo,dadoenesaépocaalalecturadelibrosdeilusionismo.Aparte de esta última hipótesis, descartada como resultado del hecho,

comprobado posteriormente, de que Don Cástulo continuó viviendo suexistencia habitual durantemuchos añosmás, nunca se produjo un consensogeneralenelpueblosobresilaresurreccióndeesteteníaexplicacionescientíficaso causas sobrenaturales.Demodo que las discusiones entre los partidarios deuna y otra teoría se prolongaron por algún tiempo hasta que, transcurrido elperíodo de excitación producido por la resurrección de nuestro distinguidocompueblano,loscomentariosypolémicassobreelextraordinariosucesofueronapagándose hasta extinguirse totalmente. En realidad, la falta de interés por elcasodevino tanpatenteque la segundamuertedeDonCástulo, acaecidaa lostres años escasos de la primera, no produjo la conmoción que debía esperarsetomandoencuentalosantecedentesconocidossobreelparticular.En lanuevay triste circunstancia se repitieron,másomenos con lamisma

eficiencia yparecida cooperaciónde los allegadosde la familia, las ceremoniasprevias al sepelio con la diferencia de que, esta vez, se prolongaron hasta lacelebracióndelasexequiasfúnebresenlaiglesiaparroquial.UnavezallíyenelprecisoinstanteenqueFrayAmbrosio,luegodecantadoelresponso,incensarioenmanoypronunciandoininteligiblespalabrasenlatín,seaprestabaainiciarlasvueltas ceremoniales en derredor del sarcófago, de este comenzaron a salirextraños ruidos sordos y, en el silencio sobrecogedor de la iglesia, se escuchóclaramente lavoz roncadeDonCástulogritando: “¡Sáquenmedeaquí, carajo,quemeestoymuriendodelcalor!”.Deinmediatoseprodujounacopiafieldelaprimera estampida de aterrorizados dolientes y a los pocos segundos quedó laparroquia completamente vacía, hecho que prolongó por media hora cuandomenos la incómodaprisióndeDonCástulodentrodelataúdy las irreverentesvociferacionesqueesteproferíaatronandoelrecintosagrado.Al fin, gracias a la intervención de dos valerosos monaguillos y de un

carpintero con el sentidodelmiedo atrofiado aqueldía comoconsecuenciadeexcesivas libaciones en el anterior, se procedió a abrir el sarcófago y ponernuevamenteenlibertadalreincidenteDonCástulo.Escuriosocomprobarlafacilidadconquelanaturalezahumanaseadaptaa

lasmásextraordinariascircunstancias.Bastaqueunhechoinsólitoserepitaunnúmerodeterminadodevecesparaque llegueaconvertirseenalgocorrienteyaceptable.Así, laperplejidadqueprovocóenelpueblo lasegundaresurrecciónde Don Cástulo y las discusiones sobre su explicación duraron la mitad deltiempoquelasproducidasporlaprimeray,alefectuarseeltercerfallecimientodelseñorArgüello,yaprácticamentenadieestabaocupándosedelasunto.Ni que decir que la asistencia a los terceros funerales fue realmente escasa,

limitadaa losparientescercanosyamigosmuyíntimos,actitudquequedópordemásjustificadaporque,juntoalmausoleoqueseaprestabaarecibirlosrestosde Don Cástulo, después de completadas en aquella ocasión las exequiasreligiosas, fuenecesarioabrirunavezmáselataúdparapermitirle,asupropioinsistentereclamo,unanuevareincorporacióna lavidadenuestracomunidad.Enel caminode regresodel cementerionoacompañaronal resucitadomásdeveintepersonas.En la próxima oportunidad nadie se enteró de la muerte de Don Cástulo

aparte de sus más cercanos familiares. Cuando una de sus hijas encontró elcadáverunamañana,aúnencamayconpijamas,locomunicóasumadreyasuhermanaconlamismanaturalidadconlaquehubieraanunciadolapresenciadelcarteroa lapuertade lacalle.Lafamilia tuvovergüenzaestavezdedivulgar lanoticiaylavidaenelhogarcontinuónormalmentedentrodelarutinahabitual.Hicieron bien, porque Don Cástulo bajó a desayunar al tercer día con vorazapetito como sinadahubiesepasadoy conaspecto rozagantey enmuybuenasalud.A partir de esa cuarta resurrección el rastro de la historia deDon Cástulo

Argüello se dificulta enormemente porque este ya había pasado a ser por esaépocauna leyendadelpueblo,desfiguradaa travésde lasgeneraciones, enqueeraimposiblesepararlarealidaddelafantasía.Sísesabe,noobstante,queelartede la resurrección fue algo de su dominio exclusivo y no transmisible porherencia,comolodemostróelhechodequepresidió,conelpasarde losaños,los funerales definitivos de su esposa, sus dos hijas, sus yernos y sus cuatronietos.En loqueaélpersonalmenteatañía, lacostumbrede tratardeenterrarlo se

abandonóporcompletodesdeépocasinmemorialesyestolepermitíapasardela

vida a la muerte —y viceversa— sin molestas intervenciones de personasextrañas. A veces, cuando el período de lamuerte se prolongaba lo suficienteparapermitirlaputrefaccióndelcadáverprovisional,suhedoralcanzabaatodoslosrinconesdelpuebloyobligabaacerrarlaspuertasyventanasdelascasas.Deese modo se enteraban sus compueblanos del nuevo fallecimiento de DonCástulo,indefectiblementeseguidodelaresurrecciónrespectiva,anunciadaasuvezporlaextincióndelmalolor,lareaperturadeventanasypuertasyelretomoalanormalidadlugareña.Durante todos esos años, Don Cástulo vivía y moría en un aislamiento

absoluto, porque alrededor de su casa, por decisión espontánea de todos, seestableció una zona vedada que nadie osaba violar. La enorme construcción,privadadecontactosexteriores,fuedeteriorándoseconeltranscursodeltiempoy la maleza que la circundaba, con su verde vientre henchido de lagartos,lombrices y alimañas, la invadió implacablementemientras lasmoscas, ligadasen el recuerdo del pueblo a la primera resurrección, se enseñoreaban de losalrededores estableciendo un dominio absoluto, inexpugnable a todaintervención humana. Desde lejos podía vérselas volando en formacionescerradas como una convulsa y zumbante nube negra suspendida eternamentesobrelaviejamansión.Esta, por suparte, fue adquiriendo con los añosun aspecto fantasmal y, ya

por el tiempo en que nacieron los biznietos de los testigos de la primeraresurrección,parecíacomovistaatravésdeunvidrioahumado,detalmodosehabían esfumado sus contornos y adquirido un color gris brumoso sus altosmurossemiderruidos.Mástardesecompletóelprocesodeesfumacióny,apartirde la sexta generación de descendientes de aquellos testigos remotos, la casahabíadesaparecidototalmentedelavistadetodos.YDonCástulocontinuóviviendoymuriendoyvolviendoanaceryamorir

indefinidamentemientras el pueblo, adormecido en el hábito de presenciar laeternarepeticióndeunhechoqueunavezleparecierainsólito,llegóaaceptarlocomo algo tan natural y consustanciado con su propia existencia que terminóolvidándoloporcompleto.

PASDEDEUX

Cuando lavioporvezprimera le fue imposibledistinguirconprecisiónsusfacciones, esfumadas en la penumbra que apenas reducía con timidez lamortecinaluzdelfarolcallejero.Soloelcontorno,esbeltoynúbil,seleofrecióenel segundo efímero que duró su tránsito por el estrecho marco de la puertaentreabierta hacia la calle. Pero aquella visión fugaz le bastó para intuir unafiguradeniñaalgomásaltaydelgadaqueélmismo.Unaclarablusademangascortasyholgadasyfaldanegraceñidaquedejabaaldescubiertolaspiernashastamás allá de las rodillas. Una larga melena castaña de cabellos que seentrecruzabanendesordenydesmayadamentecaíansobreloshombrosairososyhasta la mitad de la espalda erguida y grácil. Pequeños pies cuya desnudahermosuraseadivinabaapesardelpolvogrisqueloscubría.Manospálidasdeunligerotonocobrizo,unadelascualesdescansabaentreabiertasobreelpechoinfantil al tiempoque su rostro, bañado en ese instante por la luz del farol, leofrecíadesúbito,conplenaentrega,unadesconocidamiradaqueloinundóporcompleto de una desconocida sensación. Hasta entonces, él no había tenidoconciencia plena de su presencia, pero tan pronto se produjo el milagro deaquellamirada,todaellacobróderepenteunaprofundayenigmáticavigenciayaún horas después, desdibujada ya en el recuerdo la visión prodigiosa,semidormido en el lecho, revivió la tristeza luminosa de aquella mirada, sudelicado matiz verdigris, la expresión asustada y audaz a la vez con que loescrutaronfugazmenteaquellosojosinsondables.Ydesdeaquelinstantepreciso,aún sin revelársele la trascendencia de aquel primer encuentro, presintió quealgosustantivohabíacambiadoensuvida;queyaélnoseríaelmismodeantes;que por alguna razón cuyo origen remoto intuía en las etapas primigenias deltiempo,elniñodespreocupadoyfelizquehabíasidohastaahorasetransformabadesúbitoenalgosustancialmentedistintocuyanaturalezaleatraíayasustabaalpropio tiempo. Inmerso en su dulce inocencia amenazada, se quedó dormidoaquellanocheconlaalmohadaestrechamenteabrazadacontrasucuerpo,ajenoalhechodeque en el centrovitalde su tierno ser sinprotecciónhabíanacidoaqueldíaunaangustiadelaquenopodríalibrarseyajamás.Elsegundoencuentroseprodujounatardealsalirdelaescuelaenbullicioso

tropel con los demás niños del barrio. La presencia inesperada de ella,

caminandolentamentepocospasosdelantedeélconsuslibrosbajoelbrazo,losustrajode inmediatode lasvocesy ruidosque lo rodeaban.Quedóaisladodetodo,comosuspendidoenelvórticesilenciosoyserenodeunhuracáncuyafurialeeratotalmenteajena.Paralizado,mudo,hechizado,todosuserseconcentróenmirarlamientrasacortabaelpaso,rezagándosedesuscompañerospresurososyconservando,entreellayél, ladistanciaprecisaparacontemplarlaasusanchassin que nadie lo notara. Llevaba ahora el pelo recogido en dos rubias trenzasgemelasquesebalanceabansuavementeasupasoysucuerpo,encerradodentrodel estirado uniforme escolar de burdo paño, se inclinaba levemente hacia unlado al andar, imprimiendo a sus movimientos un algo peculiar que él,predispuesto a toda ciega admiración, juzgó que aumentaba la gracia adorabledelconjunto.Yasíanduvotrasella,cazadorvoluntariamenteinhibidodecobrarsupresa,hastaquedesapareciódesuvistatraslapuerta,quesecerróasupaso,deunasencillacasitademadera,congaleríaalfrente,dondeunenormegatodemustia pelambre gris se relamía con fruición las rosadas patas delanteras. Lasprimeras furtivas estrellas lo sorprendieron esa noche haciendo guardasonámbulafrenteaaquellahumildeconstrucción.Duranteelpróximoencuentrosehablaronporvezprimera.Aligualqueenel

génesis bíblico, ella fue quien tomó la iniciativa. Una lluviosa mañana deinvierno, a las puertas del liceo, mientras la seguía con su habitual fidelidadperrunaapocospasosdedistancia,prolongandocomosiempreelgozoinfinitodemirarla,ellasevolvióderepentehaciaélyenfrentándoloconosadíalesolicitóconlavozlevementenasalqueahoratenía:“¿Meprestasunlápiz?”,mientraslomirabaconsusentoncesyaoscurosojosdesafiantes.Loinesperadodelaactituddeellaleprodujounbruscosobresaltoyquedótotalmentedesconcertado.Sintióquesehabíanroto,sinrazónniavisoprevio,normasqueélcreíainmutables.Surostro enrojeció, un sudor pegajoso y frío le bañó la frente y sus entrañasparecieronrecogersebruscamentesobresímismasprovocándolelasensacióndeun inmenso vacío interior.Aún sin recuperarse completamente y balbuciendoalgunasfrasesentrecortadas,hurgóyextrajocondedostemblorososunpequeñolápizrojoqueofreciótímidamentea lamanoextendidaquelorequería.Ella lotomó con decisión, pero él prolongó la acción de soltarlo y permanecieroninmóviles,mirándosealosojos,poruninstanteeterno,duranteelcualélsintióquetoda lasangredesusvenasenfilabasucursohacia lamanoquesosteníaelsencilloycotidianoobjetoquelosuníatandulceyferozmente.Luegoserompióel encantamientoyella,mirándolo todavíaconojos indefinibles,humedecióellápizconsunerviosalenguasonrosada,garrapateóalgunasfrasesmisteriosasen

unahojadepapelyselodevolviósinproferirpalabra.Estuvomucho tiempo sin volver a verla. La buscaba sin hallarla en graves

paseossolitariosporlascallesdelaciudadyenrecorridosnocturnosjuntoalacosta,bajoestrellasinsomnesylunaspálidasyesquivas.Yundíainesperadosereprodujoelmilagro.Élestabafrentealmar,absortoanteunlánguidoatardecerde verano que salpicaba de un rosado malva las pesadas nubes que colgabansobre la costa. De pronto oyó a su espalda su risa inconfundible, que en eseentoncesteníaunestridentetonoagudo,yquedósobrecogidoalverlaaparecerentreungrupodebañistasalborotadoresqueeransombrasapenasmoviéndosealrededordeella,opacas figurasque soloexistíancomo telónde fondopara ladiosaqueerguíasuvictoriosahermosuraenelcentrodelmundo,forzandoconmanoshábiles bajo laproteccióndel elástico gorrodebaño algunos rezagadosmechonesrebeldesdesuahorarojizocabellodefuego.Todoelesplendordesucuerposeofrecióentoncesasuexpectanteadmiración:lasimétricaarquitecturadeloshombrosmacizosdescendiendoensuavesparábolashaciaeldobletriunfodelossenosaltivos,presionandohastaelparoxismoelextendidogénerodeltrajedebaño.Ladulcecurvadelvientre,apenasinsinuadaantesdeconfundirseenelocultoprodigiode las ingles.Lascolumnassoberbiasde laspiernas levantandosu estructura paralela desde la doble maravilla de los pies desnudos sobre laarena,alolargodelosfirmesmuslosespléndidos,hastaencontrarseyperdersejuntas,trasunadivinadoamasijodecarnessonrosadasytibiasvellosidades,enelmisterioso centro vital de su anatomía. Ella lo miró de frente, con sus ojosentonces color violeta, y el mar con sus olas y sus rocas, y las nubes y el solmoribundoy todoel restodeluniversodesapareciódeprontoy soloexistió lamiradade ella y su sonrisa y su cuerpodediosa irreductible. Él se acercó contimidezalfinvencidayletendiólamano.Desdeaqueldíafueroninseparables.Poraqueltiempolapieldeellasehabía

tornadodelcolordelamielysuhablarhabíaadquiridountonograveypausado.La ciudad los contempló recorrer sus calles cada día, tomados del brazo,inventandojuntoselreinodelafelicidad.Bajoarcadasvetustasoalasombradeinmensos laureles, o simplementedescubriendopaso apaso rinconesperdidosde la ciudad —que cobraba ahora un inédito sentido—, o bajo nochesconsteladaseinfinitas,fuerontejiendodulcementeunespesovelodeintimidadcompartida que poco a poco los envolvió y aisló del resto delmundo. Él solovivía para aquellos encuentros cotidianos y el tiempo restante del día loformaban lapsos vertiginosos que transcurrían sindejar otrahuella que la queapenas insinúaalgúnrecuerdo lejanoyperdido.Yasívivieron largosmesesde

dicha abstraída y egoísta hasta que un día ella tuvo que partir y fue comodespertar bruscamente de un sueño profundo y feliz y sentirse abatido sinremedio por la cruda y amarga realidad. Llegó entonces para él el tiempo deldolor. Lacerante, brutal, sin esperanzas. Recorriendo los propios rinconesextraviados de la ciudad, pasando bajo las mismas vetustas arcadas,guareciéndosealasombradeigualesárbolescentenariosycaminandosinrumbobajo similares noches consteladas, trató en vano de reconstruir el pasado—yairremisiblementeperdido—oadivinarelpresentedeella, igualmente inasible.¿Bajoqué solesdesconocidos refulgía ahora su roja cabelleradesafiante? ¿Antecuálesnievesremotasseasombrabansusnegrosojosinsondables?¿Quévientosignorados jugueteaban hoy con sus rubias trenzas gemelas? ¿Qué lejanasconstelaciones inciertas escrutaban entonces sus húmedas pupilas verdigrises?¿Cuálesfríosimplacablesheríansucobriza-oscura-lechosapieldorada?Yundíaimprecisoellavolvió,cargadadeálbumesfotográficos,desmadejados

libros demúsica y apresurados recuerdos de países brumosos y lejanos. Trajoentonces la piel trigueña y firme, la estatura breve, el pelo negro y rizado, lasmanoscortasycarnosasylosojosgrandesyprofundos.Yél,asícomodeniñoreuníasabiamentelaspiezasdispersasdeunrompecabezas,juntódulcementeelpasadoy el presente y la ciudad resucitódeprontoy fue el tiempode arcadasantiguas redimidas, reconquistados rincones extraviados y rescatadasconstelaciones familiares. Y continuaron recorriendo los atardeceres frente almar y leyeron losmismos libros y escucharon lamismamúsica y se pasearonbajo la lluviaajenosa sucariciapertinazy sebañaronde lunaydemaren lasnochescálidasdeveranoe,indiferentesacuantolesrodeaba,perdidosyciegos,seabandonaronen íntimosabrazossin términohastaqueunanoche—ferozynupcial—ellarecibióconentregaestremecidalastibiasyhúmedasurgenciasqueél venía acumulandodesde elprincipiode los tiempos,desde la época remota,perdida en el origen del mundo, en que una niña descalza y núbil lo habíamiradocondulcemelancolíainiciandoasíelprocesomisteriosodesulargoviajehastaelamor.

RETORNO

Nosoyloquecorrientementesellamaunhombredebuenamemoria.Desdemuy joven he sido distraído y poco dado a recordar detalles. Mas como estacondición pareció siempre formar parte de mi propia naturaleza, mis padresprimero,misamigosdespués—inclusoyomismo—noshemosadaptadoaesemododeseryasímisdistracciones,misbrevesraptosdeamnesia,hanvenidoasercosacorrienteyaceptableparaelestrechocírculodepersonasentrelascualessedesenvuelvenmismodestasactividadesdepueblerinoagentedeseguros.Ylomáscuriosodetodoesquemimemoria—oloquedeellafunciona—es

caprichosa en extremo. Tomemos el ejemplo demis padres. Ambosmurieroncuandoyoapenascontabacuatroañosdeedad.Demipadrenorecuerdonada.Nisusrasgosfísicos,nielmetaldesuvoz.Nisiquieraalgúnsucesocualquierademi vida en que él participara. En cambio, la imagen de mi madre vivepersistentementeenmirecuerdo.Consolocerrarlosojospuedoevocarsurostropálido,sufrentesurcadaporlevesarrugasqueseacentúansobrelassienes.Susojos clarosy siempre tristes... Sientoaúneldulcepesode sumanocerrándoseprotectoramenteenredorde lamíaduranteelpaseodominicalhasta la iglesia.Puedo asimismo —como antes— aspirar el aroma de su piel, oír el tonoligeramenteroncodesuvoz...Comoconsecuenciadeesoscaprichosdelamemoria,mesucedeavecesque

norecuerdo loacaecidohaceapenasunmomentoy sinembargosoycapazdereconstruir en susmenoresdetalles sucesos sin importanciaacontecidosen loslejanosdíasdemiinfancia.¿Seráquelamemoria,comoelorganismohumano,envejececon losaños? ¿Oseráesteunmecanismodefensivodel subconscienteque tiende a arrojar en el olvido lodesagradablepara conservar en su lugar loquenosrelacionaconunaexistenciamásfeliz?Algodeesoheleídoalgunavezylociertoesque,enmicaso,estapareceríaserlaexplicaciónvaledera,porquemividapresentenotienenadadeagradableysímuchodefrustraciónydevacío.Enrealidad,miexistenciapodríarepresentarseconunalínearecta,perodibujadadearriba hacia abajo, con inexorable trazo... Provisto de una buena educación,herederoalamayoríadeedaddeunaregularfortuna,vegetoahora,altérminode los sesenta años de una vida uniforme y gris, en este rincón pueblerino deAltocerro, ganandoapenas eldineroquedemandacada findemes la exigente

propietariadelacasadepensiónenquehabito.Los afanes demi negocio de seguros—aunque ya convertidos en rutina—

colmanmidiaria jornadayasí,mientraselardientesoldeAltocerroseensañacontra el poblado, deambulo aturdidamente por las calles, visitando clientes yañorandosecretamenteel instanteenque,cadaatardecer,habrédeencerrarmeen mi modesta habitación. Aquí, de codos en la tosca mesa que me sirve deescritorio o de bruces en el lecho, me dedico a esperar el sueño cotidianomientrasmimentevaga,dispersa,recorriendocaminosqueavecesmeresultandesconocidosyllenosdesorpresas…Rodeado de oscuridad y de silencio,me siento fuerte y seguro. Es como si

ellosmeprotegiesende todos lospeligros.Comosisoloentreellosmesintieraseryomismo.Porque,enrealidad,laluzyelruidomeaturden,meespantan.Poreso,durantelashorasdeldía,aguardoconimpacienciaelmomentodellegaramioscurahabitaciónysumergirmeenlaprotectoraintimidaddesusilencio.¿Quémeatraeenesteclaustrodondemesientocomosiflotaraenelcentro

de una espesa masa, a la vez muelle y protectora? ¿Será un sentimiento deanticipaciónalamuerte—secretamenteanhelada—loquemehacepreferirestaoscuridadyestesilencioquemuchotienendetumba?Nolocreo.Letemoalamuerte desde que tengo uso de razón.Me aterra su naturaleza irrevocable, sucarácterdeviajesinretorno.Pero, ¡por Dios!, no es para relatar las locas digresiones nocturnas de mi

mentequeescriboestasnotas.Tampocoparacontar loqueha sidohastahacemuypocotiempomipobreytristevidasininterés.Escriboparahacerconocerdeotros los singulares acontecimientosque sehanprecipitadoami encuentrodurantelasúltimastressemanas.Porquehaceapenaseselapsosucedióalgoqueahora, desde la perspectiva que me ofrecen —vistas en conjunto— lascircunstanciasquehevividodurantelosúltimosveintedías,reconozcocomoelpuntodepartidadeunbruscovirajedemiexistencia.A mediados del mes pasado había concertado una entrevista con un

comerciantedeimportanciadelpoblado.Miclientepotencial,conpocotiempodisponibleparaatenderagentesdeseguros,mehabíacitadoensuoficinaa lastresdelatardedelsábadosiguiente.Lamañanadeldíaseñaladotranscurriósinnovedad.Almorcéfrugalmenteal

mediodíay,alasdosymedia,medirigíallugardelacita.Hastaeseinstantetodohabía sucedido normalmente y es justamente a partir de entonces cuandocomenzóaacontecerloextraordinario.Ylopeordetodoesqueestecalificativonoloempleoparadefinirloquemimemoriaguardadeaquellatarde,sinopara

describir precisamente lo contrario: el impenetrable vacío, la absoluta falta decontenidodeltiempotranscurridoapartirdelasalidademicasahastaquemehallé,a lasseisymediadelmismodía,sentadoenunbancodelaplazacentraldelpueblo,sinsaberporquéestabaallíysintenerlamásremotaideadeloquehabíahechodurantelascuatrohorasanteriores.Naturalmente, perdí la oportunidadde realizar elnegocio, pero estonome

importómayormenteporque todami capacidaddepreocuparme se concentróentratardedescifrarelmisteriodeaquellashorasperdidascuyocontenidomeera imposible descubrir pormás que torturabamimemoria. ¿Existe acaso unsupliciomayorquelabúsquedainútildeunaporcióndelapropiavida,perdidaparasiempre?Tratédeconformarmealaideadeque,despuésdetodo,loquemehabíasucedidonoeramásqueloquetodosexperimentamoscadanochedurantelas horas del sueño cotidiano. No obstante—me respondía a mí mismo— elsueño nos mantiene en un lugar fijo que reencontramos en el instante dedespertar, garantizándonos que, no importa cuánto tiempohayamos dormido,hemos permanecido silenciosos, inmóviles, protegidos —precisamente por lainmovilidadyelsilencio—detodacontingenciaexterna,detodaposibleactitudcomprometedorasobrelacualnohubiésemospodidoejercerningúndominio.Ylo que me aterraba era precisamente lo contrario: la conciencia de haberefectuado movimientos, proferido palabras, contraído quién sabe quéresponsabilidades de las cuales no quedaba en mi recuerdo ni el más ligerovestigio.Durante los primeros días que sucedieron a esa experiencia permanecí en

casa, sinatrevermea salira lacalle, temerosodeencontrarmeconalguienquehubiesesidotestigodemiconductaduranteaquellashorasperdidasyque,portalrazón,tuviesemotivospararecriminarmealgunaofensaoparareclamarmeelcumplimiento de algún compromiso inconscientemente contraído, pero, porotraparte,sentíaunairrefrenablecuriosidaddesaberloquehabíahechoenlashoras de amnesia. Fue, pues, una curiosa lucha la que se libró enmi interiorentre este último sentimiento y el temor de enterarme de alguna accióncomprometedoradelaquehubiesesidoprotagonista.Triunfóal fin lacuriosidadymearmédelvalornecesariopara trasponerel

umbral de mi casa. Salí a la calle e hice mi recorrido habitual por la zonacomercialdelpueblo.Visitéclientes,meencontréconamigosyestuveenelcaféqueacostumbrofrecuentar.Nadiemehizolamenoralusiónembarazosa.Todosmostraron frente a mí una actitud normal y mi preocupación disminuyó enparte.Digoenparteporqueloquedeverasmeimportabaseguíaconstituyendo

unmisterioindescifrable:nopodíarecordarnadadelosucedidoaquellatardedesábadoyestaideamesacudíaelcuerpodeescalofríoscadavezquemeasaltaba.Talvezmehubieseacostumbradoconeltiempoavivirconesaobsesión—al

finyalcaboelhombreescapazdehabituarseatodo—denohabersidoporlarepetición, en este segundo caso con características aún más graves, de ladolorosa experiencia pasada. Esta vez el tiempo perdido abarcó casi un díacompleto.Una semanadespués del primer ataque de amnesia, salí demañanarumboamioficina,situadaenlacalleprincipaldelpueblo,aunasseiscuadrasdemicasa.Amitaddelcamino,medetuveuninstantefrentealasvidrierasdeunatiendadejuguetes.Distraídamentemirélosescaparatesdelestablecimientoyenelmismoinstante,esdecir,despuésdehaberlosrecorridoconlavistaduranteapenasunsegundo,mehallédesúbitoenun lugardespoblado, rodeadode lasdensas sombras de una noche sin luna, débilmente combatida por las luceslejanas deAltocerro, cuya silueta se perfilaba difusamente en el horizonte.Mesobrecogióunintensopavorycorrídesesperadohacialacasa,refugiándomeenmihabitación,nosinanteshaberechadounamiradaaterrorizadaalrelojde lasala y comprobado que eran exactamente las cinco y diez minutos de lamadrugada.¡Habíaestadoveintehorasconsecutivassinconcienciaalgunademímismo!Desdeesedíanohevueltoasalirdemicuarto.Pornadadelmundohubiese

sidocapazdeenfrentarmeconlarealidadexterior.Permanezcoencamatodoeltiempo,conlasmanoscruzadasdebajodelanucaylosojosfijosenlasgrietasdeltecho.Lacriadametraelascomidasahorasregularesyenconsumirlastresvecespordíayescribirestasnotassehaconcretadoprácticamentetodamiactividaddurantelaúltimasemana.Notengolibrosqueleer.Apenasunviejoálbumdefotografíasfamiliarescon

las hojas semidesprendidas por efecto del uso. Paso el tiempo hojeándolomaquinalmenteymequedodurantehorasabsortoantelaimagendeunniño—yomismo—jugandoconobjetosdeloscualesmimemoriaguardaunrecuerdooriginalmente borroso que siento volverse más nítido cada día... Un oso depeludapielrojiza,untrendelatónconvagonesmulticoloresdesvencijados,unosmutiladossoldaditosdeplomo...Ayer sobrevinoel tercerataqueyhoyapenas convalezcode sus efectos. Sin

embargo, algo ha cambiado, porque ya no me asombra ni desconcierta laexperienciaporlaqueatravieso.Yestoobedeceaqueyasé...Elúltimoraptomeha servido para descifrar el enigma. No es que recuerde con precisión lo quesucedióperoguardo,sí,unavagareminiscencia,unaespeciededulcenostalgia,

como se siente después de un sueño cuyo contenido —aunque no podamosreconstruir— nos deja en el espíritu la sensación de que hemos tenido unahermosaexperienciamientrasdormíamos...Yanosufro.Ahoramásbienesperoconimpacienciaqueseproduzcaelnuevorapto.Séquetodatransformaciónesdolorosa y que, por ello, los primeros síntomas me causaron sufrimiento. Encambio,ahora,lacertezadeconocerelfinaldelviaje,deadivinarqueretornoalpuntodepartida,mecolmadeunaserenafelicidad.Ynomeequivocaba.Elúltimoraptomehatransportadodefinitivamente—

estavezconplenaconciencia—al lugarquemecorresponde,aldestinoqueyapresentía. Estoy en un patio enorme, con árboles infinitamente altos que dansombraaunacasagigantesca.Comienzoasubirtrabajosamenteunosmajestuososescalonesdepiedra,pero

no obstante la seguridad y confianza con que me aprestaba al tránsito, tardoalgún tiempo en comprender que lo que me rodea no tiene proporcionesmayores de lo normal y soy yo quien todo lo observa desde una perspectivadistinta—¡alfinrecuperada!—:laalturadelosojosdelniñoquesubegateandoporlosaltosescalonesmientrasarrastratrasdesíunosodejuguetedehirsutospelosrojizos.He logrado alcanzar el nivel de la amplia galería bordeada de blancos

balaustres.Enunrincón,tiradosunossobreotros,veolossoldaditosdeplomo.Másallá,elpequeñotrendevagonesdestartalados.Mearrastrolentamentehaciaellospero, amitaddel camino,me sientodeprontocansado.Todavíanoes lahora de la merienda y tardarán todavía algún rato en traerme la leche. Haytiempo,pues,paraecharunsueñitosobre losmosaicosfrescos.Cierrolosojos,mas, en el instantepreciso enque voy a abandonarme,un temorme asaltaderepente:inconscientementeherecogidolaspiernasflexionándolasenlasrodillasyhe colocado entre ellas la cabeza abarcándola con losbrazos.Asíparezcounfeto, loqueme convencedeque solo estoydepaso en esta estación, yquemilargoviajederetornoapenascomienza.

MÁSALLÁDELESPEJO

Todo comenzó aquella tarde lluviosa de noviembre, cuando visité encompañíademiesposaunapequeñatiendadeantigüedadescercadelpuertoenocasión de nuestro último viaje a la capital. Mientras ella curioseaba unasminiaturas renacentistas y regateaba su precio con el dueño, yo pasé a latrastienda y me dediqué a observar varios espejos que estaban en el suelo,recostadosdelapared.Unoentretodosllamópoderosamentemiatención.Eraunespejoovalado,demedianotamaño,conmarcodoradodemaderalabradaenestilo rococó, en el cual pequeños querubines semidesnudos, de caritassonrientes,enmarcabanunalunaqueapenasseadivinababajolaespesacapadepolvoque la cubría.Me inclinépara limpiarla conelpañueloy allímismo, encuclillas frente a aquel curioso objeto, sentí el primer escalofrío de los quehabríandesacudirmealolargodelosúltimosmeses.Elrincónenquemehallabaestabasumidoenlasemioscuridadymivisiónno

podíaserclara.Sinembargo, tuve la indiscutiblesensacióndequeelespejonohabía reflejadomi cara.Desde la borrosa superficie en penumbrasmemirabaotrafazquenoeralamía.Aquellasensacióndurótansolounbreveinstante.Meacerquémásalespejo, limpiémejorsusuperficie,ylasangrequehabíasentidoparalizarse enmis venas reinició su fluir normal: estaba ya contemplandomipropia imagen. Con los ojos desorbitados y la tez un poco pálida, peroindiscutiblementelamía.Meincorporé,toméelespejoconmanostemblorosasyconélbajoelbrazomereuníconmiesposa.Aúnrecuerdosuextrañezaalvermedecidido a comprar aquella “horrorosa cosa de mal gusto”, como la calificóentonces.Opusounaresistenciaimpotenteantemiobstinadadeterminacióndeconservarlo a toda costa, y durante el trayecto a nuestra casa, me recriminóamargamente por haber pagado un costo exorbitante por algo completamenteinútil. ¡Qué irónico fue que calificara el espejo de aquel modo cuando,precisamenteconél,seiniciabaunarevolucióntotaldemiexistencia!Para ella el incidente terminó aquella misma noche cuando guardamos el

espejoeneldesván,juntoalmontóndecosasendesusoquemantenemosenestaestrecha y oscura habitación en donde ahora escribo estas notas. Para mí, encambio,se inicióunanuevavidadeextraordinariocontenido.Desdeaqueldía,cadavezquesalíamiesposadelacasasubíayoaldesványmecolocabafrenteal

espejo,mirandofijamente,durantehoras,mirostroreflejado.Durante laprimerasemananoocurriónadaextraordinarioy lleguéa temer

queaquellaprimeraexperienciaen la trastienda solohabía sidouna ilusióndemissentidos.Mas,alfin,miconstanciafuepremiada.Recuerdoperfectamenteloque llamó inicialmentemiatenciónalcabodeaquelladurasemanadeprueba.Enlosprimerosdíassolíaquedarmepasivamentefrentealespejo,esperandounarevelaciónquenollegabanunca.Apartirdelcuartodía,comencéahablarle.Alprincipiomis palabras no producían resultado visible alguno, y la imagen delespejoselimitabaareproducirfielmenteelmovimientodemislabios.Peroluegoobservéque,aunqueyohablasecontinuamente, laimagenmanteníaavecesloslabiosfruncidoseinmóviles.Cadavezqueestosucedía,mifazenteradentrodelespejoasumíaunaexpresióndeinfinitatristeza.De ese modo se inició el escalofriante proceso del desdoblamiento.

Lentamente, tan imperceptiblemente que sería imposible fijar gradaciones aaquellapaulatinatransformación,fueronmodificándoselosrasgosdelaimagenqueproducíamipresenciafrentealespejo.(Meresistoyaahablaraestasalturasdeimagen“reflejada”).Elprocesoseprodujoensuprimeraetapamedianteundesdibujamientode las facciones,que llegaronaadquirir,al finalde laprimerafase, la apariencia de esas viejas fotografías desvaídas por el efecto del tiempo.(Ciertoparecidoconmigo,muyleveyaenaquellosdías,acentuabalasemejanzadelaimagenconelantiguoretratodeunremotoantepasado).Aestaesfumacióndelasfaccionessiguióunperíodoinversodeacentuacióndelosrasgos,ymefuedado presenciar cómo, día a día, nacía asombrosamente frente a mí un serdesconocidoquenada teníaya encomúnconmipropiaapariencia.Almismotiempo,comosiestuviesesiendodibujadoporunamanomisteriosa,elfondodelespejo iba adquiriendo contornos propios, independientes del desvánpolvorientodondeseproducíaaquelacontecimientoextraordinario.¿Dequémodopodríaexpresarlaextrañasensación,mezcladefascinacióny

de temor, queme embargaba cada vez queme asomaba ante aquella ventanaabiertaanteelmisterio?Solopodríadecirque,amedidaquepasabanlosdías,deaquelconjuntodesensacionescontradictoriasfuesurgiendopoderosamenteunsentimientoúnicodesolidaridadyternura,alavez,haciaaquelserquepalpitabayaconvidapropiamásalládelespejo...¿Quiénera?¿Dedóndevenía?¿Porquémehabía seleccionadoamícomopuntodecontactoentreelmundocomúnycorriente y el misterioso mundo de donde procedía? Estas preguntas sinrespuestatorturabantodoslosinstantesdemisdíasymisnoches.Fue entonces cuando comenzaron a manifestarse los estragos visibles que

sobre mi organismo venía produciendo la increíble experiencia por la queatravesaba.Mis insomnios,mi irritabilidad,mipermanentedesasosiego... ¡Quélejosestabantodosdesospecharentonceslaverdaderacausademiestado,yquéimpotente me sentía yo para comunicar a nadie la verdad increíble que seocultaba tras la aparente sintomatología del trastornomental! Porque yo sabíaque el secreto solo amípertenecía, y tenía conciencia plenade quedivulgarlohubierasidounatraiciónalaconfianzaquesehabíadepositadoenmí.Poresome mantuve absolutamente mudo e inconmovible, tanto frente al amorosorequerimientodemiesposacomoantelaastuciainfernaldelossiquiatras...Peronohablemosdeltristeepisodiodelosmédicos.Desusindagacionesatrevidasysuslucubracionesestúpidas.Hablemos,sí,delmaravillosomundoqueyosentíapalpitaralalcancedelamano,másalládelespejo,yquereservabaparamísolotodasuasombrosayenigmáticaestructura.Me refería anteriormente al sentimientode solidaridadqueme inspiraba el

misterioso ser con quien me comunicaba a través del espejo. Sentía que unpoderosolazoseibaanudandocadavezmásestrechamentealrededordeambos,yesasensaciónprogresivaculminóprecisamenteeldíaqueescuchéporprimeravezelllamado.Unapremiantellamado,sinvoz,peroperfectamenteaudibleparamí.Nopodríadecirdedóndevenía,aunquesospechoquenacíaenaquellosojosquememirabanatravésdelespejo.¿Cómodefinirlainfinitatristezadeaquellamirada? La sentía, casi físicamente, depositar sobre mi pecho su mudadesesperación. Jamás en todami vida había sido sacudido tan poderosamenteporunpedidodeayudacomoentonceslofui...“¿Quéquieres?”, lepreguntaba,llenodeprofundacompasión.“¿Quépuedohacerparaborraresatristezadetusojos?”.Y la imagen continuabamirándome,muday sin esperanza, conmayorpesartodavía,comosimiincapacidaddecomprenderlalaentristecieseaúnmás.Pero fue ayer cuando sucedió lo más extraordinario de todo. Había

permanecidoporlargotiempoabsortofrentealespejo,tratandoinútilmentededescifrarsuincomprensiblemensaje,cuandoobservéquelaimagensecubríalosojos con la mano y que cierto desfallecimiento en su actitud presagiaba unainminente caída. Actuando bajo un impulso reflejo, extendí la mano hacia laimagencomosiintentasebrindarleapoyoysostenerla.Noalcancéacompletarelademánporque, antes de tocar el cuerpo vacilante y al propio instante enquecomenzabaarecriminarmementalmenteporloabsurdodemigesto,medetuvohorrorizadounacircunstanciaincreíble:mimanohabíatraspasadolasuperficiedel espejo... Sí, he escrito “traspasado”. No podría emplear otra palabra paradescribirlo. Más allá del espejo, mis dedos se movían dentro de una masa

gelatinosa,perfectamentesensiblealcontactoestremecidodemipiel.Nopuedodescribir la horrible sensación que experimenté. Aunque fue algo parecido asumergirymoverlamanobajoelagua,laresistenciaalmovimientoeramuchomayorquelaquenormalmenteejercelapresióndeunamasalíquida.Aunqueyodiríaque,másbienque resistencia, loque seprodujo fueunacombinacióndeatracciónyrechazo,delacualresultabaunatercerafuerzadesconocida,fueradetodaslasleyesdelafísica,quetirabapoderosamentedemimanodesdeelfondodelespejo.No sé cuánto tiempo duró aquel extraordinario fenómeno. De igualmodo

que los conceptos corrientes del espacio, las reglas y medidas ordinarias deltiempohabíanyaperdidotodasignificaciónparamí.Soloséque,despuésdeungranesfuerzodesesperado,logrévencerlafuerzaqueintentabaarrastrarmeycaíenelsuelodeldesván,temblandodepavor,nubladatodafacultadderaciocinio,absolutamente perdido dentro de la intrincada red que lo absurdo había idotejiendoamialrededor.Ysinembargo,apesardelaaterradoraexperienciaquesignificóparamí,este

episodiomehaofrecidolaoportunidaddehallarelverdaderocamino.Elúnicocaminoposibleaseguir.Estamismanochesemeocurrió lasolución,mientrasmi esposa dormía dulcemente a mi lado, ajena al drama que se estabadesarrollandojuntoaella.Fuecomouninesperadorelámpagoqueiluminaraenunsegundofugazlasendaextraviadaenmitaddelanoche.Tanprontovitodoclaromearrojédelacama,subíaldesványmepuseaescribirestasnotas.Notengomásqueunaalternativa.Poralgunarazónincomprensiblehesido

elegido para protagonizar un acontecimiento extraordinario. Tal vez unexperimento que revolucionará todo el edificio científico que ha levantadotrabajosamentelahumanidaddurantesiglos.Tengoplenaconcienciadequenodebo ni puedo rehuir esa responsabilidad.No sé quiénme ha seleccionado niparaqué,peroestoyconvencidodequeelretoesauténticoyvoyaaceptarlo.Nosé dónde iré ni por cuánto tiempo, pero tengo que ir. Sé que mi ausenciaproducirá pesar a muchas personas y les pido resignación. Espero que mecomprendan, pero aunque así no fuese, nada que hagan o que digan podríaalterarmi decisión porque ella es irrevocable.Tanpronto termine estas notas,daré el paso definitivo, el final: atravesaré el espejo y me enfrentaré con midestino.Adiós.

LAENEMIGA1

Recuerdomuybieneldíaenquepapá trajo laprimeramuñecaenunacajagrandedecartónenvueltaenpapeldemuchoscoloresyatadaconunacintaroja,aunque yo estaba entoncesmuy lejos de imaginar cuánto iba a cambiar todocomoconsecuenciadeesallegadainesperada.AquelmismodíacomenzabannuestrasvacacionesymihermanaEstheryyo

teníamos planeadas un montón de cosas para hacer en el verano, como, porejemplo,laconstruccióndeunrefugioenlaramamásgruesadelamatadejobo,la cacería de mariposas, la organización de nuestra colección de sellos y lasprácticasdebéisbolenelpatiodelacasa,sincontarlasidasalcineenlastardesdedomingo.NuestrovecinitodeenfrentesehabíaidoyaconsufamiliaapasarlasvacacionesenlaplayayestomedejabaaEstherparamísolodurantetodoelverano.Esther cumplía seis años el día en que papá llegó a casa con el regalo.Mi

hermanaestabaexcitadísimamientrasdesatabanerviosamentelacintayrompíael envoltorio. Yo me asomé por encima de su hombro y observé cómo ibasurgiendo de los papeles arrugados aquel adefesio ridículo vestido con untrajecitoazulqueledejabaalaireunabuenapartedelaspiernasylosbrazosdegoma.Lacabezaeradeunmaterialduroyblancoyenelcentrodelacarateníaunaestúpidasonrisapetrificadaqueodiédesdeelprimermomento.CuandoEsthersacólamuñecadelacajaviquesusojos,provistosdenegrasy

gruesas pestañas que parecían humanas, se abrían o cerraban según se lainclinarahaciaatrásohaciaadelanteyqueaquellaidiotezseproducíaalmismotiempoqueuntenuevagidoqueparecíasalirdesuvientreinvisible.Mihermanarecibiósuregaloconunentusiasmoexagerado.Brincódealegría

alcomprobarelcontenidodelpaqueteycuandoterminódedesempacarlotomólamuñecaenbrazosysaliócorriendohaciaelpatio.Yonolaseguíypaséelrestodeldíadeambulandoporlacasasinhacernadaenespecial.Esthercomióycenóaqueldíaconlamuñecaenelregazoysefueconellaala

camasinacordarsedequehabíamosconvenidoenclasificaresanochelossellosafricanos que habíamos canjeado la víspera por los que teníamos repetidos deAméricadelSur.Nada cambió durante los días siguientes. Esther se concentró en su nuevo

jugueteenformatanabsorbentequeapenasnosveíamosenlashorasdecomida.Yoestaba realmentepreocupado,yconrazón,envistade las ilusionesquemehabía forjado de tenerla a mi disposición durante las vacaciones. No podíaconstruirelrefugiosinsuayudaymeeraimposibleocuparmeyosolodelacazade mariposas y de la clasificación de los sellos, aparte de que me aburríamortalmentetirarhaciaarribalapelotadebéisbolyapararlayomismo.Al cuartodíade la llegadade lamuñecaya estaba convencidodeque tenía

que hacer algo para retornar las cosas a la normalidad que su presencia habíainterrumpido. Dos días después sabía exactamente qué. Esa misma noche,cuandotodosdormíanenlacasa,entrédepuntillasenlahabitacióndeEstherytomélamuñecadesuladosindespertaramihermanaapesardeltristevagidoqueprodujoalmoverla.Pasésinhacerruidoalcuartodondepapáguardasucajadeherramientasycogíelcuchillodemonteyelmáspesadode losmartillosy,todavíadepuntillas, toméuna toalla del cuartode baño yme fui al fondodelpatio,juntoalpozomuertoqueyanadieusa.Puselatoallaabiertasobrelayerba,coloquéenellalamuñeca—quecerrólosojoscomosipresintieraelpeligro—yde tres violentos martillazos le pulvericé la cabeza. Luego desarticulé con elcuchillolascuatroextremidadesy,despuésdesobreponermealsustoquemediooír el vagido por última vez descuarticé el torso, los brazos y las piernasconvirtiéndolosenunmontóndepiececitasmenudas.Entoncesenrollélatoallaenvolviendolosdespojosytiréelbultocompletoporelnegroagujerodelpozo.Tan pronto regresé ami camame dormí profundamente por primera vez enmuchotiempo.Los tresdías siguientes fuerondedueloparaEsther.Lloraba sinconsueloy

me rehuía continuamente. Pero a pesar de sus lágrimas y de sus reclamosinsistentesnopudoconvenceramispadresdequelehabíanrobadolamuñecamientrasdormíay ellospersistieronen su creenciadeque lahabíadejadopordescuido en el patio la noche anterior a su desaparición. En esos días mihermanamemirabaconunatisbodedesconfianzaen losojosperonuncameacusóabiertamentedenada.DespuéslasaguasvolvieronasunivelyEsthernomencionómáslamuñeca.

Elrestode lasvacaciones fue transcurriendoplácidamenteyyaamediadosdelverano habíamos terminado el refugio y allí pasábamosmuchas horas del díapegandonuestrossellosenelálbumyorganizandolacoleccióndemariposas.Fue hacia fines del verano cuando llegó la segunda muñeca. Esta vez fue

mamáquienlatrajoynovinodentrodeunacajadecartón,comolaotra,sinoenvueltaenunafrazadacolorderosa.Estheryyopresenciamoscómomamála

colocabaconmuchocuidadoensupropiacamahablándoleconvozsuave,comosiellapudieseoírla.Enesemomento,mirandodereojoaEsther,descubríensuactitudunsospechosointerésporelnuevojuguetequemehaconvencidodequedebolibrarmetambiéndeesteotroestorboantesdequemearruineelfinaldelasvacaciones.Apesardequeadivinoestavezunasecretacomplicidadentremamáy Esther para proteger la segundamuñeca, nome siento pesimista: ambas seduermenprofundamenteporlasnoches,lacajadeherramientasdepapáestáenelmismo lugar y, después de todo, yo ya tengo experiencia en la solución delproblema.

1Nota: Este cuento forma parte de los textos nuevos queDíazGrullón incluyó enDeniños,hombresyfantasmas.

LOSALGARROBOSTAMBIÉNSUEÑAN(1977)

LOSALGARROBOSTAMBIÉNSUEÑAN

Cincoañosdehistéricasarengasenelpatiodelcuartel,doscientossermonesapocalípticos del capellán militar durante las obligadas misas dominicales,sesentamesesdediatribasanticomunistasrepetidashastalanáuseaenlaradioyla prensa,mil ochocientos días—en fin— de adoctrinamiento obsesionante ysistemático estaban detrás del sargentoPorfirio Sención, con todo su inmensopoderacondicionador,cuandoapretóelgatillodesusancristóbaldespertandolafuria dormida en el pedazo de plomo escondido en la recámara del arma. Yestabatambiénlapesadillavividadurantelosúltimostensosdíasdelacampañaenloscualeslasescaramuzaspropiasdelaguerrasemezclaban,nocheanoche,con extrañas consejas escuchadas a la luz de las fogatas de los campamentossobre guerrilleros que se esfumaban como el humo o se transformaban enculebrasypuercoscimarrones.Elgolpesordodelpercutorsobreeldetonanteiniciólatrayectoriadelabala

que giró alocadamente sobre sí misma, deslizándose por el estrecho túnelmetálicoenbuscadelaúnicapuertadeescapedesurabiadesatada.Yaencampoabierto, el proyectil aceleró su marcha en línea recta hacia arriba, silbandoominosamentea lo largode larutaardientequetrazabaenelespaciomientrasAlberto, a horcajadas en una de las ramasmás altas del algarrobo, trataba dedescubrir la llanuraapartandocon losbrazos el cerrado follajeque impedía suexploración.Labalaquebróentoncesunaramadelgadaqueapenasalterósutrayectoriay,

después de perforar la débil resistencia de tres hojas, horadó limpiamente elmaxilar inferior deAlberto, dibujando a su paso un pequeño agujero circular,destrozóluegounabuenapartedelsuperiory,perdidayasusimétricaestructuraoriginal, se aplastó inmóvil en el rincón oscuro y tibio que formaba su masaencefálicaconeltopedelasparedesinterioresdelhuesooccipital.Albertonosuponuncadedóndeprovinoelproyectilque se incrustóen su

cerebro precipitando su cuerpo en el vacío, rumbo a las raíces invisibles delalgarrobo,mientrassumente,iluminadaporelresplandordelaagonía,buscabafebrilmentesuspropiasyrecónditasraícesreordenando losepisodiosclavesdesuvidaenotroplano simultáneodentrode inéditasnocionesdel tiempoydelespacio.

Así, cuando las hojasmás altas se doblegaban al peso inerte de su cuerpo,Alberto daba ya los toques finales al escondite que empezó a construir en lasprimerashorasdelamañanadeldíaanteriorycolocabalasyerbasyramasquecubrirían la entrada del pequeño túnel donde había escondido losmedicamentos,losinstrumentosdeprimerosauxiliosylasracionesalimenticiasenlatadas.Alalejarsealgunospasosparacomprobar laeficaciadel“camuflaje”y llegar

rápidamentealaconclusióndequeestecumpliríasuobjetivo,recordódeprontolaavionetaysuvuelolentoyacuciososobreelcampamentodosdíasatrás.Era un pequeño aeroplano de una plaza pintado de amarillo, conmotor a

hélice,anticuadosinduda,peroaptoparael serviciodereconocimientoalqueseguramentelodestinabaelgobierno.Solosobrevolóunavezlaplaniciecreandolaimpresióndequenohabíaencontradonadasospechoso.Sinembargo,Víctor,quenosedormía,ordenóaAlbertolaconstruccióndeltúneltanprontoelavióndesapareciódetrásdelacrestadelalomaytodossalierondelosesconditesquehabíanimprovisadorápidamentealoírelamenazanteronroneardesumotor.Estadecisiónestabapordemásjustificadaporque,adiferenciadelosfusiles,

las granadas y el resto del parque —que estuvieron desde el primer díaalmacenadosenlacueva—,lascajasqueconteníanlasracionesymedicamentoshabíanpermanecidoamontonadasenelclaro,constituyendoelúnicoindiciodelapresenciadelasguerrillasenlazona.Y,aunquelacircunstanciadequenosehubiesenrepetidolosreconocimientosaéreosparecíaindicarqueelcampamentono había sido detectado, era reconfortante para Alberto saber que las cajashabían desaparecido del radio de observación de futuros incursionistasindeseados.Laverdaderaque todo sehabíadesarrolladohasta elmomentode acuerdo

con loplaneado.Eldesplazamientode los guerrillerosdesde las zonasurbanashastalasestribacionesdelaCordilleraCentralserealizóenpequeñosgruposquenodespertaronsospechas.Eltrasladodelasarmashastaloslugarespreviamenteacordados se produjo sin tropiezos y los campesinos reclutados como guíashabíancumplidolealmentesutareatransportándolossinincidenciasalaszonasprevistas.Hacía seisdíasqueAlberto y sugrupohabían acampadoen el lugardonde

ahora se hallaban, luego de agotar penosas jornadas nocturnas a través de laslomas.Desdequedescubrieronelclaroyunavezcomprobadalaexistenciadelacueva y de un arroyo cercano, Víctor seleccionó el sitio para establecer el

primero de los campamentos. Manuel, al frente del otro grupo, continuó lamarcha para establecer el segundo a algunos kilómetros de distancia. AunqueVíctor había elegido el lugar antes de ordenar la exploración de las áreasaledañas, sin duda acertó en su selección porque la zona estaba prácticamentedespobladaylatopografíaeraextremadamentefavorableparasudefensa.AltiempoqueAlbertosecolocabasobreelcuerpolacamisadelaquesehabía

despojadopara trabajarenel túnelyrepasabaensumenteesascircunstancias,DiegoyFelipeirrumpieronenelclaro.Veníancansadosperoalegres.AlreunirseconAlbertocolocaronsusarmasenelsueloysedescargaronconaliviodesuspesadas mochilas mientras que Diego decía: “Misión cumplida: establecimoscontacto.Manuelysugenteestánaunosdiezkilómetrosalsur.Hanencontradounbuenlugar,alpiedeuncerro,juntoaunenormealgarroboflorecido...”.“El algarrobo más alto y frondoso que he visto en mi vida”, interrumpió

Felipe.“Hacrecidojustamentealladodelcerro,quetieneunostreintametrosdealto,ylacopadelárbolsobrepasasutope.Esalgoextraordinario”.“Es necesario informar inmediatamente a Víctor sobre la ubicación de

Manuel”,indicóAlberto,desechandolasúbitavivenciaquelehabíadespertadoelnombrefamiliardelalgarrobo.“ÉlestádeguardiaconRafaelyvoyareunirmeahoraconellos.Peroyohagomiturnodesdeesteladodelacarreterayellosdelotro. Lo encontrarán en la grieta de la ladera. Tendrán que dar un rodeoalrededordelaloma,ynopierdantiempoporqueesimportantequeVíctorestéenteradocuantoantes”.AldecirestaspalabrasAlbertorecogiódelsuelosufusilysumochilaeinició

surecorridohaciaelpuntodeobservaciónquelecorrespondía,ubicadoenunadelastreslometasquecircundabanelcampamento.“Creoqueesteseráotrodíasin jaleo”,sedijomientrastrepabaágilmente la

escarpadacuestacubiertadeyerba.Sesentíaoptimistaylapreocupaciónquelehabía producido la avioneta se había desvanecido ante la calma de las últimashoras.Eramuyimportantenoseradvertidosenestaprimeraetapadelaluchaenque el foco guerrillero trataría de afincarse en la zona e iniciar las labores dereclutamientoevitandoencuentrosconlasfuerzasdelgobierno.Alllegaraltopedelalometasesentóenlatierracolocandosuarmasobrelas

piernascruzadasy,despuésdecerciorarsedequelastresgranadasfragmentariasestabanal alcancede sumano, junto a lapeñadonde lashabía colocado en elturnoanterior,paseóunamiradaporlosalrededores.Sehallabaenunventajosolugardeobservaciónquedominabaporcompleto lacarreteradecaliche,únicoaccesopara vehículos próximo al campamento, y, si algún ataque se producía,

aqueleraelcaminopordondeibaallegar.Lavigilanciadelacarreteraeracontinua,conformealasórdenesdeVíctor,y

se ejecutaba desde tres posiciones distintas. Desde el lugar en donde seencontraba, Alberto podía ver perfectamente a los dos compañeros quecompartíanconéllaguardiaenelpresenteturno.Delotroladodelacarretera,juntoalrugosotroncodeunpinogigante,estabaRafael,consugorraverdeolivodelaquesesentíatanorgullosoy,asuderecha,enunagrietaqueformabandosprotuberanciasdelaladera,sonriéndolecomoelsantodeuníconorusodesdesunicho,Víctorleofrecíalablancuramatedesusdientesquerelucíanalsolenelcentrodesucaranegrayangulosa.Habíaaprendidoagozaraquellaslargasjornadasdeguardiaquelepermitían

sumergirseenlomásíntimodesunaturalezaylasaprovechabaparahurgarensuconcienciayplantearse las interrogantesque leasaltabanamenudosobreelpapelquelehabíacorrespondidovivirenelmundo.Contemplandoahoraelfusilqueapretabaentresusmanosylasgranadasqueestabanasulado,sepreguntabaqué haría en el momento en que le tocara utilizar aquellos instrumentos demuerte.Porqueunacosaerahacerejerciciosdetiroalblancoocorrerdeunladopara otro y arrastrarse bajo las cercas de alambre de púas en el campo deentrenamiento,enunaespeciedeinocentejuegosinconsecuencias,yotramuydistintaenfrentarseconlaterribledisyuntivademataromorir.Todavíanohabíaprobadosucapacidaddeaplicarenlaprácticaloqueenel

terreno intelectual había aprendido a considerar correcto: la justificaciónde laviolenciaendeterminadascircunstancias.Ignoraba,pues,cuálseríasureacciónante la necesidad de suprimir una vida humana para preservar la propia y elhechodeque laoportunidaddeelegir, laocasióndeenfrentarsebrutalmenteaesaalternativaestabapróxima, leprovocabaunaextrañasensaciónen laque laimpacienciasemezclabaconoscurosdeseosdeposposición.Eldíaeraespléndido.Losrayosdelsol,yacasienelcenit,caíandellenosobre

laslomascubiertasdeespesavegetacióndibujandodiversastonalidadesdeverdesobrelacopadelosárbolesylassabanasapretadasdeyerba.Labrisa,frescaaúnaaquellahora,jugueteabaconelpelodeAlbertoyleacariciabasuavementelasmejillas.Tal vez porque dedicó en ese instante un fugaz pensamiento a Rosina, se

sentía serenamente feliz cuando comenzó el ataque de morteros. No vio laprimeragranadalevantarseasusespaldasdesdealgúnlugarsituadomásalládela lometa, ni percibió la parábola perfecta del vuelo por encima de su cabeza,pero sí oyó el inesperado estruendo que produjo al caer,multiplicadohasta el

infinitoporlassucesivasresonanciasquedespertóalolargodelaslomas.¡Estabandescubiertos!El aviónde reconocimientohabíacumplidoal finde

cuentas su misión y este bombardeo era sin duda el preludio de un ataquedirecto al campamento por parte de unidades de infantería que debíanencontrarseporlosalrededores.AlbertomiróaVíctorquelehacíaseñalesconlamano indicándole que no abandonara su posición y mantuviera su atenciónsobrelacarretera.Lasgranadassiguieroncayendosucesivamente,aunritmouniforme,cadavez

más cerca del campamento. De pronto se escuchó una explosión infernal, altiempoqueunasúbitallamaradaacentuólaclaridaddiáfanadeldíayunanubenegra se levantó a la izquierda de Alberto y se expandió como un gigantescoparaguas abierto encima de la loma. De inmediato se produjo una serie dedetonacionesquesesucedieronsininterrupciónporespaciodevariossegundosyVíctoryAlberto intercambiaronentoncesa travésde la carreterauna rápidamirada cuyo secreto mensaje era obvio para ambos: el enemigo había hechoblancosobreeldepósitodegranadasde lacuevayelarsenalenterohabía sidodestruidoenunsegundoporunatrágicajugarretadelasuerte.Unsilencioabsoluto,macizo,siguióalaextincióndelosecosdelaexplosión

que se habían adueñado instantes antes de todo el lugar. Luego de algunosminutosdeangustiosaesperaAlbertoobservóqueVíctor,despuésderepetirsugesto ordenándole que continuase en su posición, abandonaba su refugio ytrepabaencompañíadeRafaelporlaladeraopuestadelacarretera,seguramenteendirecciónalcampamento.Mientrasveíadesaparecerasuscompañerostraseltopedelalometa,Alberto

pensabaquenoeraprobablequeelataquedemorterossereanudaraporquelaenormeexplosión indicó sindudaal enemigoquehabía logradoconcreces suobjetivo.Sinquitarlavistadelacarretera,AlbertoseimaginóaVíctoryRafaelcomprobando losdestrozosquehabíaocasionadoelbombardeo,descubriendoquizás los cadáveres de los camaradas, percatándose de que el parque demuniciones había sido destruido y que las raciones alimenticias y losmedicamentos habían corrido la misma suerte. Pero no pudo dedicar muchotiempoaesospensamientosporqueenesemomentopercibióelruidodelmotorydeinmediatoobservóelcamióntomandoelrecodoenqueseiniciabasuradiodevisiónsobrelacarretera.Comprobóunavezmáslapresenciadelasgranadasa su ladoy esperó con impacienciaque el vehículo,queavanzaba con lentitudpor la escarpada pendiente, tomara la recta que lo acercaría lo suficiente paraconstruirunobjetivoseguro.

Albertoestimóenunosdiezlossoldadossentadosendosfilasunosfrenteaotros en el camión. Se incorporó lentamente, tomó una de las granadas y,mientrasdesprendíalaespoleta,recordódeprontolaspalabrasdelinstructor:“Elentrenamiento del guerrillero no termina hasta lograr un acondicionamientototalquelepermitaactuarporreflejos.Uncombatenodatiempoparapensar,hay que reaccionar al instante, comoun autómata...”.Y, sin embargo,Albertopensabaenelmomentodeentrarensuprimercombate,peronopensabaenloque estaba haciendo, no tenía su mente en el movimiento semicircular queimprimíaahoraasubrazoparaimpulsarlagranadahaciasuobjetivo,niveíaelblancoperfectoqueofrecíaelcamióntrepandoperezosamenteporlacarretera,porque lo que tenía ante sus ojos era una imagen borrosa de Víctor y Rafaeltratandode identificaren lasemioscuridadde lacueva loscuerposdestrozadosdeloscompañeros.La granada describió una trayectoria cerrada que terminó justamente en el

centrodel grupode soldadosqueocupabanel camión.La explosión los arrojósobrelacarretera.DeunaprimeraojeadaAlbertocalculóencuatrolasbajas:dosmuertos,porlomenos,ydosheridosquelograronsalirporsuspropiosmediosdel vehículo pero quedaron de inmediato tendidos y ensangrentados en lacarretera. Los otros seis se arrojaron voluntariamente a tierra desplegándosealgunosconevidentedesconciertoalolargodelacarreteraycorriendolosotrosdevueltahaciaelrecodo.Como estos últimos continuaban agrupados, Alberto aprovechó para

arrojarles la segunda granada, provocando una baja adicional que pudocomprobarantesqueelrestodesapareciesedesuvista.Treshombresestabantodavíaenlacarreteradisparandohaciatodosladossin

tenerideaalgunadesuobjetivo.Albertosepusoderodillasenlatierra,tomóelrifle y disparó al que estaba más alejado (“este por Felipe, coño”) que sedesplomódeinmediato.Apuntóluegoalsegundo,queyacorríahaciaelrecodo,y fallóeldisparo.El tercero fueunblanco fácil (“yesteporDiego, coño”)quequedó sobre el caliche con los brazos y las piernas abiertas comoun fantochedesarticulado.Albertoseincorporó,recogiólaúltimagranada,setercióelfusilalaespalday

decidió que era hora de reunirse con Víctor y Rafael porque aquella accióndetendríaalenemigoduranteel tiemponecesarioparaprocederaunaretiradaordenadaconloquepudieransalvardelcampamento.Enel trayectoseencontróconambos,queveníancorriendoasuencuentro

desde que oyeron los disparos. Alberto les ofreció un breve resumen de la

operacióny,despuésdealgunosinstantesdedudaduranteloscualesdebatieronsiquedarseonoprotegiendoalgúntiempomáslacarreteraycausandomayoresbajasalenemigo,decidieronabandonarellugarybuscarcontactoconManuel.Solo después de adoptada la decisión e iniciada la marcha a través de la

maleza fue que Alberto inquirió sobre las consecuencias del bombardeo. ElinformedeVíctorfueescueto:FelipeyDiegohabíanmuertoenlaexplosióndelarsenal, el resto había escapado y las provisiones y medicinas habían sidototalmentedestruidas.“¿No tuvieron tiempo Felipe y Diego de informarte dónde está el segundo

campamento?”,preguntóAlbertoaVíctorconvozfalsamenteseguracuandoyase habían adentrado suficientemente en la maleza. “Ni siquiera sabía que lohabían ubicado”, repuso el último mirándolo de soslayo sin interrumpir lamarcha.“Sí,loencontraronhaciaelsur,juntoauncerro,comoadiezkilómetrosde

aquí.Seguramenteelataque los sorprendióantesdequepudieranavisarte.Memencionaronunalgarroboflorecidocomolugardereferencia”.Eltrayectofuelargo,muchomáslargodelquerecorrieronensuoportunidad

Diego y Felipe, porque perdieron varias veces la ruta y dieronmuchas vueltasinnecesarias,peroyaalamanecerdeldíasiguiente,cuandocaminabansedientosy hambrientos a través de una pequeña planicie, vieron de pronto la copaflorecidadelalgarrobosobresalirdel límitedel llanoenunestallidoinesperadode lívidas espigas apretadas. Los tres guerrilleros detuvieron su marcha y seagruparonencuclillastrasunarocapeladaalbordedelllano.“Allíasomaelalgarrobo”,murmuróVíctor.“Manuelysugenteseguramente

estaráncerca”.“Iréaexplorarellugar”,intervinoAlberto.“Tengoexperienciaenalgarrobos

porque cuando era niño pasémuchas horas trepado en uno que teníamos encasa”.“Bien”,aceptóVíctor.“Tecubriremosdesdeaquí”.Alberto se incorporó, se terció el fusil a la espalda junto a la mochila y

atravesócorriendoelclaro.Cuandollegójuntoalacopadelárbolydespuésdeestudiar su estructura y comprobar la resistencia de la gruesa rama que casidescansabasobreelbordedelaplanicie,lautilizócomopuenteparapenetrareneldensofollaje.Trasunabreveluchaporascenderhastalacopadelárbolqueelimpedimento

del fusily lamochilahicieronardua, logrócolocarseenelánguloque formabaunaramarobustaconeltroncoyleofrecíaunaposiciónadecuadaparaintentar

laexploración.Alberto realizaba confiadamente estas maniobras porque no sabía que

algunos segundosdespués cuandoestuviese apartando lasúltimashojasque seinterponíanen suvisióny apuntode asomarse al vacíopor labrechaque susbrazoshabríanabiertoenelfollaje,secolocaríaexactamenteenlatrayectoriadelproyectilqueenaquelmomentoestaríadisparandoelsargentoSención.

Enlarutadesuinexorabledescensohacialatierra,elcuerpoalcanzóunadelas ramas más fuertes del árbol y allí quedó, apoyado por la cintura, con losbrazos, la cabezay el troncodeun ladoy laspiernasdelotro, jugandoporunbreve instante al equilibrio, mientras Alberto abría los ojos y, como siemprehacía cuando despertaba, trató de reunir los trozos dispersos de su concienciaque el sueño había desarticulado. Tardó, pues, algún tiempo en descubrir lacausa que lo había traído de nuevo a la vigilia: unos golpes contundentespropinadosalapuertadesuhabitación.“Yavoy,yavoy”,murmuróconlavozroncaqueusabadurantelosprimeros

minutosdelamañana.Selevantódelacama,sepusotorpementelospantalonessobre el cuerpo desnudo y abrió la puerta aún descalzo y con los ojossemicerrados.Rafaelestabaenelumbralylaexcitaciónqueadivinabaensusmovimientos

nerviosos y el brillo inusitado que observó en sus ojos le advirtieron que algoimportantesucedía.“Entra y siéntate”, recomendó mientras señalaba la mecedora que estaba

junto a la cama. Pero Rafael no estaba en esos momentos para sentarse enmecedoras ni en ningún otro sitio. Mientras recorría con pasos rápidos laestanciayserestregabalasmanos,decíaconvozquetraslucíasuemoción:“Yallegóelmomento,Alberto,yallegóelmomento...”.Alberto sabía a qué se refería Rafael pero no deseaba manifestarlo.

Inconscientemente tratabadeposponer ladiscusión inevitableque surgiría tanprontosepronunciaranlaspalabras.“¿Quéquieresdecir?”,preguntóconaparentecalma.“El alzamiento, hombre, ¿qué otra cosa podría ser? Nos vamos a las

montañas.Elfrenteinternolodecidióanochemismoylasinstruccionessonlasde iniciar lospreparativos inmediatamente.Antesde findemesdebemosestarenlaslomas.”ApesardequeAlbertoesperabaquefueseesoloqueoiría,nopudodejarde

sorprenderse.Sesentóenelbordedelacamaconlacamisaenlasmanosy loshombroshundidos.Despuésdeunosinstantestragóensecoypreguntó:“¿Ladecisiónfueunánime?”.La respuestadeRafaelno resultóalentadora: “Absolutamenteunánime.Los

tresdelegadoslaaprobaron”.“Pero laU.R.D. estuvohasta ahoraopuesta a la lucha armada, ¿quépudo

hacerlescambiardeopinión?”.“Nosé.Talvezeltemoraunarevueltatriunfanteenlaqueellosnohubiesen

participado. O, quizás, alguna información que hayan recibido sobre algúnapoyoexterioralqueellosatribuyanmuchaimportancia...”.“¿Losyankis?”.“Pudieraser.Otalvezundesembarcodeexiliados.SabesquelaU.R.D.tiene

ciertasrelacionesalasquelasotrasorganizacionesnotienenacceso”.“Pero en ese casonuestroComitéCentral debería saber algo. ¿Hashablado

conVíctor?”.“No. Vine directamente hasta aquí tan pronto Diego me comunicó la

decisión”.Albertoselevantódelacamaydioalgunasvueltasensilencioalrededordela

habitaciónmientrastratabadeponerenordensusideas.Deprontosedetuvoenseco frente a Rafael y, poniéndole las manos sobre los hombros y mirándolofijamentealosojos,ledijo:“Hablemosfrancamente,comodebenhablardoscompañerosdeluchaquese

han tratado comohermanospormásde cuatro años”.Hizouna cortapausa yluego prosiguió: “Dime con sinceridad lo que piensas de esto. Nome repitasfrasesdecliché.Dametuopiniónsimpleydirecta.¿Quéposibilidadesdeéxitolevestúallevantamientoarmadoenlaspresentescondiciones?”.Rafael sepusodealgúnmodoa ladefensiva. “Nosoyunexpertomilitar—

respondió—,nitengolainformaciónnecesariaparadarteunaopinión...”.“...¿entonces?...”,interrumpióAlberto.“... pero tengo confianza en losdirigentesdenuestraorganización, que son

personasdeprobadosentidoderesponsabilidadynovanacometerunalocuranivanaarrastraraotrosacometerla...”.“¿HasolvidadolaexperienciadeloslevantamientosarmadoscontraTrujillo

desdeDesiderioAriashastalainvasiónporLuperón?”,interrumpiónuevamenteAlbertolevantandoahoralavoz.“Lascosashancambiadomuchodesdeentonces.Nuestropueblotieneahora

unaconcienciapolíticaqueantesnoteníaycontamosyaconunaorganización

de militantes conscientes y decididos, con alto espíritu combativo y bienentrenados...”.“¿Llamas bien entrenados a los que apenas hemos hecho unos cuantos

ejerciciosdetiroalblancoenalgunaqueotrafinca?”.“Sí—respondióRafael—,porqueloquenosfaltaenpericiamilitarnossobra

encojones...”.Alberto sonrió con tristeza. “Eres un idealista incorregible”, murmuró.

“Desgraciadamentelasrevolucionesnolashacenlosidealistas.Lasrevolucioneslas hacen aquellos que saben interpretar con frialdad las condiciones que losrodeanyescogencorrectamenteelmomentoadecuadoparadarcadapaso...”.“¿Quéreglasexistenparadeterminaranticipadamente lacorreccióndecada

pasoenelcaminodelarevolución?”,ripostóRafael.“No existen reglas infalibles —repuso pacientemente Alberto—, pero

contamosconpautasmuyclarasparainterpretarlasdiferentesetapashistóricasporlasqueatraviesanlospueblos.Yesaspautasteenseñanqueunaorganizaciónquepretendeser lavanguardiade larevoluciónnopuedeaislarsede lasmasas.Debeestaralfrentedeellas,peronodemasiadolejos.Tienequetenerdoscaras,una mirando al futuro y la otra vuelta hacia el pueblo para asegurarse deconservarentodomomentounadistanciamínimaconeste”.“¿Qué tiene que ver toda esa palabrería con lo que estamos discutiendo?”,

inquirióRafael.“Tienemuchoquever,porque,enlascircunstanciasactuales,laguerrillasería

unmovimientoaislado.Nocontamostodavíaconelsuficienteapoyourbanonirural”. Y, después de una pausa, Alberto agregó: “Comprende, Rafael, que ladecisión de irse ahora a las montañas fue tomada por un pequeño grupo depersonasquenodisponedemediosdecomunicaciónque lepermitanconocerlos sentimientos del pueblo sobre su propósito. En esas condiciones resultaprácticamente imposible asegurar la sustentación necesaria, sobre todo en elcampo,queesvitalparalasupervivenciadelasguerrillas”.“¿Quépretendes—interrumpiódenuevoRafael—,quesalgamosaconsultar

unoaunoanuestroscampesinos?¿Quellamemosaunplebiscitonacionalparadeterminar si la luchaarmada tieneonoapoyomayoritario?No seaspendejo,Alberto, el apoyo, tanto del campo como de la ciudad, vendrá después, comoresultadodenuestros éxitosmilitares yde la difusióndenuestroprogramadereivindicaciones”.“¿Notedascuenta—refutóAlberto—quelarepresiónquehamantenidoel

gobiernodurante losúltimosmesesha surtido su efecto? ¿Que lasdeserciones

estánaumentandoyquemuchoscompañerosestándefinitivamentequemadosynopodráncolaborarmásconnosotros?”.“Precisamenteestosúltimosseránlosmejorescandidatosparareclutamiento

enlasguerrillas”.Alberto sonrió al decir: “Eres una vaina, Rafael”. Y, después de una corta

pausa,agregó:“Estadiscusiónnonosllevaráaningunaparte,yteadviertoqueno era ese el nivel en que yo deseaba sostener este diálogo. Creo que, a estaaltura, debo pedirte que oigas sin interrumpir lo que tengo que decirte”. Diounoscuantospasosalrededordelahabitaciónyluegoprosiguió:“Nodiscutolaguerrillacomoestrategiaglobal,sinolaconvenienciadedesarrollarlaahora.Creoque no existen las condiciones mínimas para su éxito y que, por tanto, seráderrotada. Pero no veo este asunto como un problemamilitar, sino como unproblema de disciplina revolucionaria. La decisión ha sido adoptada por elComitéCentralyporelfrenteinternoyesinapelable.Yolaacatoysubiréalaslomas con ustedes. Pero, óyeme bien —agregó deteniéndose ante Rafael ymirándolo nuevamente a los ojos—: voy a ir convencido de que ninguno denosotrosbajaráporsuspropiospies,porquenosvanamataratodos,yojaláseaallá,porqueaquíabajo,enlasceldasdetortura,serámuchopeor...”.LasúltimaspalabrasdeAlbertoquedaronflotandoenlaatmósferacargadade

lahabitación.SeprodujoentoncesunsilencioquefinalmenterompióRafael:“Noteentiendo.Sipiensasdeesemodo,¿porquéinsistesenirconnosotros?

Esposiblequeotroscompañerosopinencomotúyseguramenteoptaránpornoparticiparenlaacciónarmada.¿Porquénohaceslomismo?...Siquieres,vamosjuntos donde Víctor para que aclares tu posición. Estoy seguro de quecomprenderáylaexpondrálealmentealComitéCentral.Podríanencomendartetareasenlaretaguardia:habrámuchoquehacerenelfrenteurbano...”.“No, Rafael. No voy a abandonarlos. Pertenezco a los comandos que

voluntariamenteseofrecieronpararecibirentrenamientomilitar...Peronovoyasubir a las lomas impulsado por un optimismo irracional. Lo haré por dosrazones.Una formal: cumplimiento del deber puedes llamarla si quieres.Otraíntima que solo a ti confiaré: entre tú y yo, Rafael, odio la violencia, aunquecomprendo que es necesaria en ciertas circunstancias.Ahora bien, existen dosmaneras de ejercer la violencia: matando violentamente o muriendoviolentamente,yyoestoydispuestoaseguiresteúltimocamino”.Mientras decía estas palabras, Alberto tenía la vaga sensación de haberlas

pronunciadoenotraocasión,aunqueenaquelmomentonorecordabacuándo.Despuésdeuncortosilencio,prosiguió,comoensimismadofrenteaunavisión

quesoloélpodíacontemplar:“Creoqueeldestinonosestáforjandounaclasedemuertequeheconsideradosiemprecomoelremateidealdelavida.Unamuerteque de alguna forma nos proyectará hacia el futuro, que servirá de ejemplo aotros grupos que empuñarán las armas en condicionesmás favorables que lasnuestras. Prefiero eso a irme de este mundo por causa de cualquier vulgarenfermedad.Enrealidad,sisetienelaoportunidaddeelegir,¿porquénoescogerunamuertequetengaalgúnsignificado,quedejeunahuellaenelporvenir?”.

Mientrasotraramadelárbolimponíaunsegundoybrevedescansoasuviajehacialatierra,AlbertooíalavozpersuasivadeVíctorexplicándoleelpropósitodelacita.Habíatenidomuchotiempoparapensardurantesusmesesdesoledad,decía,yhabíallegadoaconclusionesmuyconcretas.Era necesario cambiar la estrategia de la lucha. La represión que había

desatado el gobierno contra la organizaciónhabíadesarticulado totalmente loscuadrosdirectivos,lamayoríadeloscualesestabanactualmenteenlacárcel.DelComitéCentral soloél,Víctor,habíapodidoescaparde laprisión.Laetapadeluchaabierta,demovilizacióndemasas,demítinesypublicacióndeperiódicoshabíaterminado.Elmínimodelibertadesqueeltiranosehabíavistoforzadoaconceder por presión externa había sido barrido de un plumazo, como lodemostrabanlaspresentesactuacionesdelgobierno.Habíallegado,pues,lahorade revisar la estrategia aprobada el año anterior y encaminar la organizaciónhacia la acción subversiva. Y, concretamente, hacia la preparación de un focoguerrilleroenlasmontañas.AlbertohabíaoídoensilenciolasargumentacionesdeVíctorhastaquellegóa

estepunto.Sintióquealgodentrodesímismoserebelabacontraestasoluciónyrepuso:“No dudo que tengas razón. Quizás la lucha armada sea nuestro objetivo

obligado en esta etapa. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que esa salidacontradice los principios que proclamamos en elmomento en que sacamos laorganización a la luz pública. Entonces expresamos nuestro propósito deacogernos a las leyes vigentes y de ceñir nuestra lucha a lo establecido en laConstitución”.“Esaestrategia—interrumpióVíctor—surgiódelcompromisoasumidopor

Trujillo de ofrecer garantías mínimas a nuestra acción política. Trujillo hatraicionadosupalabrayesonosliberaanosotrosdenuestrocompromiso”.“Nocreoquelacosaseatansimplecomolaplanteas,Víctor.Aceptarloque

dices significaría aceptar también que nos equivocamos cuando tomamos ladecisión de acogernos a las garantías ofrecidas e iniciar la lucha abierta. Seríadarleslarazónalossectoresdelaoposiciónquecriticaronnuestraestrategiadelañopasadoynosacusaroninclusodevendidosalgobierno”.“La opinión de esos sectores no importa, Alberto. Es del seno de nuestra

propia organización de donde tiene que surgir cualquier decisión. Creofirmemente que fue correcta nuestra estrategia de entonces porque no haberaprovechadolacoyunturaquesepresentabahabríasidoestúpido.Setratabadeun riesgo calculado: conocíamos los peligros a que nos exponíamos y no nosengañábamossobrelaverdaderanaturalezadelrégimen,peronossentíamoseneldeberdeexplorarunaposiblesalidadelasituaciónqueseapoyaba,además,enuna correlación internacional de fuerzas favorable entonces al desarrollodemocrático.Yhabíatambiénotrasclarasventajas:laluchaabiertanosfacilitabauna extensamovilización demasas y una labor de concientización del puebloque no hubiese sido posible dentro del marco de una lucha puramenteclandestina”.Comotantasotrasvecesdurantesusdiscusiones,losrazonamientosdeVíctor

vencieronlaresistenciadeAlbertoque,noobstante,asumióotralíneadedefensadesuposición.“Hacerunlevantamientoarmadonoestareafácil—dijo—,¿quéposibilidades

habríadeobtenerlasarmasnecesariasyentrenarnosensuuso?”.“Hemos establecido algunos contactos interesantes. Hay un grupo de

sargentosdelejércitoenplanconspirativoyenelCibaohaygentetambiénqueestá en eso. El problema es que el objetivo que todos persiguen es el atentadopersonal contra Trujillo. Estamos tratando de convencerlos de cambiar eseobjetivoporeldellevantamientoarmado”.“Porcierto—interrumpióAlberto—, laposibilidaddelatentadoestá siendo

discutida por muchos compañeros de base de nuestra organización, que laconsideranlaúnicasalidaenlaspresentescircunstancias”.“Losabía,ytenemosqueparareso.Enrealidadelmotivoprincipaldepedirte

quevinierasavermeesencomendarteesatarea.SolicitartequetransmitasalosdemáscompañerosnuestraopinióndequelamuertedeTrujillo,porsísola,noresolveríanada.Quetodaesainquietudyesedeseodeacciónquetienendebencanalizarsehacia lacreacióndel focoguerrillero.Tenemosquesentar lasbases,militaresypolíticas,paraunintentodetomadelpoder.Lodemásesterrorismopuroysimplequenoconduciríaaningunaparte”.“¿Creesqueseríansuficienteslasarmasquepodemosobtenerenelpaíspara

mantenerunaluchadeguerrillas?”.“No,nolocreo.Peroestamosdandoalgunospasosparaconseguirayudadel

exterior.UnemisarionuestroestáactualmenteenCubaestableciendocontactoscon los exiliados.Tenemosbuenasperspectivaspor ese lado.LosgobiernosdeCostaRicayVenezuelahanofrecidotambiénsuayuda.Pero,paramaterializarla,debemosmostrarlesnuestracapacidaddeutilizarla.Unaaccióncoordinadaparael suministro de armas desde el exterior no sería posible a menos de quedispongamos de puntos controlados para recibir los pertrechos, aparte de queningunode esos gobiernos hará nada hasta no comprobar quenosotros, en elfrenteinterno,hemostomadolainiciativa”.Los dos camaradas permanecieron en silencio durante un rato hasta que

Albertodijo:“De acuerdo. Hablaré con los compañeros y trataré de convencerlos. ¿Qué

papeldesempeñaréyodentrodellevantamientoarmado?”.“Por ahora, te limitarás a esas tareas de concientización. Luego, cuando se

inicie el adiestramiento militar que hemos proyectado, tendrás la opción deincorporarteonoaeste.Queremosque ladecisiónsea libreencadacaso.Unacosa es aceptar como correcta la estrategia del levantamiento armado ysustentarlayotracosaesparticipardirectamenteenlaacción.Contamosyaconhombresdevocaciónyexperienciamilitarennúmerosuficienteparaintegrarelfocoguerrillero”.“Ytú,Víctor,¿quéesperaspersonalmentedemí?”,preguntóAlberto.Víctor sonrió al responder: “Túno eres unhombrede armas.No creoque

hayas disparado en tu vida un rifle de perdigones. No esperaría que teconvirtiesesde lanochea lamañanaenun soldado:habrámuchasotras cosasquehacerademásdeempuñarunfusil”.Albertonodisimulósualivio.“Mealegroqueesteseatuparecer”,confióasuamigo.“Laverdadesqueno

estoyhechoparalaviolencia.Puedojustificarlaintelectualmente,peromesientofísicamente incapazde ejercerla amenosque sea endefensapropia.Ynocreoqueseacobardía.Es,simplemente,queparamíesmásfácilmorirquematar”.“Claroquenoerescobarde,Alberto.Lohasdemostradoconcrecesdurante

estos años.Hay hombres para todo. Tu papel dentro de la revolución es otro.Ojaláquepuedasseguirmanteniéndolosiempre”.“¿Porquédiceseso?”.“Porquenadiepuedeestarsegurodesudestino.Noconocemoselfuturoy,en

el tuyo,quién sabe si te esperancircunstanciasque te forzaránamodificar esa

actituddeantiviolencia”.

Tanpronto la fuerzade la gravedadvencía el efímeroobstáculode la ramapermitiendo a su cuerpo reiniciar la caída, Alberto contemplaba la multituddesde lo alto de la rústica tarima improvisada en un extremo de la plaza.Mientras esperaba el inicio del mitin junto a otros compañeros que tambiénagotarían turnoseneste,dejabacorrer suvistaconprofundaemociónsobre lamasa humana que les rodeaba gritando consignas revolucionarias y agitandopancartasporencimadesuscabezas.Él había sido uno de los principales responsables de la preparación de la

manifestación,elprimermitindemasasdelaorganizacióndespuésdesusalidaala luzpública, y se sentía íntimamente satisfechode los resultadosde su laborporque la respuestadelpueblohabía superadoconcreces susexpectativas.Erarealmente impresionante que con solo dos meses de acción abierta laorganizaciónhubieseconquistadotalgradodeconfianzayapoyodelasmasas.Mirando elmar de cabezas que se aglomeraban a su alrededor, Alberto se

decíaqueaqueleraeltipodeluchaquemejorseaveníaasutemperamento.Legustabaactuaralaluzdeldía,dandolacaraalenemigo,muchomásquetrabajarclandestinamente en las sombrasde lanoche.Tenía el convencimientodequeesa etapa de la lucha permitía una comunicación más profunda entre laorganizaciónyelpuebloyuncontactomuchomásrealyhumanoque losquehabían sido posibles hasta ahora.Conquistar esa etapa, sin embargo, no habíasido fácil, y no porque el gobierno hubiese creado las principales dificultades,sino por los sectores oposicionistas que sustentaban el criterio de que sacar laorganizaciónalaluzpúblicaerahacerleeljuegoaTrujilloyproporcionarleunafachadaliberalasurégimen.Laestrategiahabíasidodiscutidaa todos losniveles, tantoenelconsejodel

frenteinternoqueintegrabanlasagrupacionesclandestinasexistentes,comoenelsenodecadacomitéinstitucionalobarrialydecadacéluladelaorganización.Fue una labor paciente y ardua y Alberto, ya en su calidad de dirigenteintermedio,seentregóaellacongranentusiasmo.Cuandofinalmentelanuevaestrategia fue aprobada, él, que había sido expulsado de la universidad estataldesde la época de su prisión, se dedicó por entero a las labores organizativasinternasyalapreparacióndeconcentracionesdemasasendiversaslocalidadesdelpaís.Comenzaronentoncesarespirarseairesdelibertad,precariossinduda,pero

no por ellomenos reconfortantes y eufóricos. Desde el lugar prominente queahora ocupaba en la tribuna, Alberto se llenaba de ese aire los pulmonescontemplandoaloscompañerosqueseagolpabanenfilascompactasjuntoalatarima, a los miembros de las brigadas de orden con los brazaletes que losidentificaban, a Rosina, algo atrás, mirándolo con los ojos del amor, y a losrepresentantes de los sindicatos obreros que la organización había ayudado aformar, agitando sus rudimentarias pancartas con consignas revolucionariasescritasenellenguajesencilloydirectodelpueblo.Más allá de las personas reunidas en la plaza, formandoun círculo cerrado

alrededor de la zona, Alberto observó algo que no había visto antes: unosdoscientosagentespolicialesdeuniformeasumían laactituddeguardianesdelorden prestos a intervenir ante cualquier incidente que pretendiese alterarlo.Alberto consideró de inmediato desproporcionado ese despliegue de fuerzas ydedujo que tenía el propósito de amedrentar a los participantes en elmitin ydisuadiralosqueveníanacercándoseporlascallesdeaccesoparaincorporarseala manifestación. No obstante, como era obvio que los agentes aprovecharíancualquierpretextoparareprimirlaconcentración,decidióadvertiralasbrigadasde orden para que reforzaran el acecho de cualquier posible provocadorinfiltradoenlaconcurrencia.Cuando se disponía a bajar de la tribuna para cumplir su propósito, se

produjo el primer incidente. Alguien trepó sorpresivamente a un poste delalumbrado público y desprendió de cuajo un altoparlante antes de que nadiepudiese evitarlo.Aquel acto inesperado fue la chispaque encendió lahoguera.Tanpronto losmiembrosde labrigadadeordenatraparonalprovocadorparaentregarlo a las autoridades, los agentes policiales cargaron sobre la multituddisparandosusarmasdefuegoyrepartiendomacanazosindiscriminados.Alberto observó impotente desde la tribuna a la multitud concentrarse

primero,enactituddefensiva,alrededordelaplataformayluego,enirresistiblemovimiento centrífugo, expandirse arrolladoramente sobre los represores,atropellándolos, y desaparecer corriendo en grandes oleadas por las calles deaccesoalaplaza.Enunlapsotrágicodeapenascincominutos,lamanifestaciónque les había costado tantas horas organizar había sido disuelta sincontemplaciones.La frustración le ahogaba la voz y le llenaba los ojos de lágrimasmientras

tratabadecongregaralrededordelatarimaalpequeñogrupoqueaúnquedabaenlaplazaenundesesperadointentoderescatarlosrestosdelahecatombe.Perosuesfuerzofueinútilymientrasbajabacabizbajodelaplataformaytomabadel

brazoaRosinarefugiándoseensuternura,comprendióqueelhermosoepisodiode la lucha abierta y de cara al sol contra la tiranía quedaba definitivamenteliquidado.

Enelprecisoinstanteenqueunadesuspiernasrebotabaconunaramabajadelalgarroboimpulsandotodoelcuerpoavariarligeramentelaposiciónenquecaía,Albertoemergíadelainconscienciaenquelohabíasumidolagolpiza.Conlamejilladerechaaplastadasobreelduropisodecementoobservabaunprimerplanodebotas lustradas e inmóviles cuya furiahabía sentidopocoantes sobremuchaspartesdesuanatomíay,másallá,elrostroimpasibledelpadreAnselmosobresaliendo del tope de caoba pulida del escritorio y fumando un cigarrillorubioenboquillademarfil.Permanecióinmóvilporalgunossegundos,conlosojoscerrados,tratandode

reconstruir los acontecimientos anteriores a su detención. Recordó lasinstrucciones del Comité Central de distribuir la proclamamediante brigadasqueactuaríansimultáneamenteenhorasdelamadrugadaendiversaszonasdelaciudad.Sevioasímismointroduciendolashojasmimeografiadaspordebajodelaspuertasdelascasasydurmiéndoseesanocheconlaideadequelaoperaciónhabíasidounéxitocompleto.Rememorósuangustiaenlamañanasiguientealenterarsedequeunosquincecompañeroshabíansidosorprendidosporagentessecretos en plena labor de distribución y que la policía había incautadocentenares de ejemplares de la proclama y localizado esamisma tarde, en unafinca de las afueras de la ciudad, el mimeógrafo en que había sido impresa.Reconstruyó las medidas de seguridad adoptadas de urgencia para destruirdocumentos comprometedores y asegurar escondites a varios de suscompañeros,asícomolaslargashorasenesperadeindiciosquedeterminaranelalcance de la información de que disponía la policía sobre la organización.Revivióelperíododecalmadelosdíasposterioresquelosllevaronacreerquelaacciónpolicialnopasaríadeloquehabíasidodurantelasprimerashoras.Pensóque vivía nuevamente el instante en que, una semana más tarde, un agenteuniformado detuvo junto a él en plena calle la motocicleta que conducía y,después de identificarlo y decirle: “siéntese atrás y agárrese bien, que vamos acorrer”, lo había llevado hasta la jefatura central de la policía a una velocidadvertiginosa.Sintiónuevamentelosempellonesconquesuapresadorlocondujohasta el lugar en donde ahora se hallaba y que contrastaron con las manerascortesesquehabíausadohastaelmomentodetrasponerlaspuertasdelrecinto

policial. Oyó su voz cuando les dijo a los agentes que rodeaban el escritorio:“aquí lestraigocarnefresca”ysufriónuevamentelosgolpessobreelpecho, lasespaldas,elvientrey laspiernasysúbitamenterecordóque, justoantesdecaersemidesvanecido al suelo, había visto al Coronel, sentado tras su escritorio,fumandopausadamenteuncigarrillorubioenboquillademarfil.Esta última reminiscencia impulsó a Alberto a abrir los ojos para volver a

contemplar al padre Anselmo, pero este no estaba más allí y, en su lugar, elCoronel se levantó conparsimonia de su silla giratoria, se le acercódandounrodeoalrededordelescritorioy,desprendiendoconelegancialaboquilladeloslabios, se inclinó sobre Alberto para decirle suavemente: “Este es solo elprincipio,jovencito,amenosquesuelteslalenguaynoscuentesalgunascositasquequeremossaber.Tedaréalgúntiempoparaquelopiensesytedecidas,portupropiobien,acolaborarconnosotros”.Y,volviéndosehaciasussubalternos,ordenóconvozcortante:“Tránquenmeloenunasolitariaymelovuelvenatraermañanaaestamismahora”.Cuatro sesiones similares se realizaron los días siguientes en las cuales los

golpesdelosagentespoliciales,disciplinadamentedistribuidosendiversaszonasdelcuerpo(“comunistademierda,maricón,hijodeputa”),sealternabanconlosinterrogatoriosconducidosporelCoronelconmodalespausadosyvozatipladaen los que la boquilla de marfil jugaba un destacado papel. Con la boquillaapretadaentre losdientes: “¿Cómote llamas?¿dóndenaciste? ¿quiénes son tuspadres? ¿qué hacen? ¿tienes hermanos? ¿dónde vives?” Con la boquilladelicadamentesujetaentreelpulgaryelíndice:“¿Quéestudias?¿conquiénestejuntas?¿conocesaPedro?¿aJuan,aAlfredo?¿dequéhablasconellos?”Otravezlaboquillaentreloslabiossubiendoybajandoalcompásdelaspalabras:“¿SabesloqueeslaJ.R.?¿quépersigue?¿quélibroslees?¿hasviajadoalextranjero?”Denuevo laboquillaentre losdedos: “¿Tegusta lapolítica? ¿sabesquiénesMarx,quiénesLenin?¿quéopinasdelosEstadosUnidos?¿tegustaríavivirenRusia?”.Cientosdepreguntasrepetidasunayotravezconpersistenciamonótonaque

hicieron comprenderprontamente aAlbertoque lapolicíano tenía evidenciasconcretasdesuvinculacióncon laorganizaciónyqueactuabaenbaseamerassospechas. Esa seguridad le permitió adoptar una línea de defensa eficaz yabstenerse de dar informaciones que no estuviesen de antemano enconocimientodesuinterrogador.Albertoseenorgulleciósiempredesuhabilidadparamanejárselasduranteel

período de su encarcelamiento y a menudo repetía con aire satisfecho laspalabras que le había dirigido el Coronel, boquilla en mano, al momento de

ordenar su libertad: “Aprenda a escoger sus amigos, jovencito, y deseche lacompañíadeloscomunistasporquesimelovuelvenatraerporaquínosaldrávivodeesterecinto”.Y,cuandoyaAlbertosealejabaporelcorredoryalzandolavoz:“¡Ysepa,coño,queestegobiernazonosetumbaconpapelitos!”.

Altiempoquesufrentequebrabaunaramadelgadadelalgarroboyarrastrabaasupasounmanojodehojasverdesquecrecíanmásabajo,Albertodescendíadel autobús en el lugar acordado, la última parada de la periferia norte de laciudad,ycaminabalentamentehastalapróximaesquina.Caía una llovizna menuda que producía un ligero vapor al chocar con el

asfaltocalientedelacalleyquesehacíamásvisibleenloslugaresbañadosporlaluzdelfaroljuntoalcualAlbertosehabíadetenidoenesperadelcontacto.A los pocos minutos un hombre alto, de hombros cuadrados, de saco y

corbata y cubierto con un sombrero oscuro de fieltro, se le acercó caminandoconpasosrápidos.Tanprontolovio,Albertocumpliólasinstruccionesrecibidascambiándosedelamuñecaizquierdaaladerechaelrelojpulsera.Terminadoestemovimiento,eldesconocido lepreguntóenvozbaja:“¿Qué

hora es?” “Las siete y venticinco”, respondió Alberto, convencido de que elcumplimientodelasconsignasestablecidasgarantizabalaidentidaddelcontacto.“Sígameacuatropasosdedistancia”,ordenóentonceselhombresinmirarlea

los ojos y con una voz ahora firme y segura, emprendiendo lamarcha por laoscuracallejuelatransversalqueseiniciabajuntoalfarol.LalluviahabíaarreciadobastantecuandoAlbertoysuguíaalcanzaronelfinal

delascasasyseadentraronenunazonaabiertaydespobladacubiertademalezaysalpicadadealgunosárbolesdispersos.Enesemomento,mientrascaminabaconfiadamentedetrásdeldesconocido

poraquelparajesolitario,Albertosepreguntabaquélohabíaimpulsadoaseguirlasinstruccionesrecibidassinmolestarseenrealizarlasinvestigacionesmínimasque la prudencia aconsejaba. Hasta ese momento, las sesiones de la célulaclandestina a la que pertenecía desde que se integró en la organización seefectuaban en las casasde los compañerosque la formaban con el pretextodequesereuníanparaestudiar.Estaera,pues,laprimeraocasiónenqueeracitadoen un lugar que no conocía y por intermedio de una persona tambiéndesconocida. Pero bastó que Juan le transmitiera la tarde anterior lasinstrucciones correspondientes y las consignas para identificar a quiendeberíaconducirloallugarelegidoparaqueélaceptaralasituaciónsinvacilar.Aunque

enrealidad,esanoeralapreguntadefondosinomásbienunavariante—entrecientos—delainterroganteúnicaqueveníahaciéndosedesdehacíaunañosinhaberencontradotodavíaunarespuestaque lodejarasatisfecho.¿Qué lohabíallevadorealmenteaincorporarsealaorganización?Sisedeteníaenelterrenodelosuperficialpodríaencontraresarespuestaen

la serie de incidencias que lo condujeron a conocer a Víctor y a aceptar lainfluencia creciente que ejerció sobre él desde sus primeros contactos. PeroAlbertosabíaquelaverdadhabíaquebuscarlaenotrazonamásprofundadesunaturaleza,porqueconformarseconesaexplicaciónsimpleeraaceptaralgoquesiemprehabíarechazado:queelazardeterminabaeldestinodeloshombres.Mientrascaminabatrassuguía,sonriódeprontoalrecordarlaconversación

banalquehabíasostenidoconRafaelunañoantes,enlaestrechahabitacióndelapensión de estudiantes que ambos compartían. Durante aquella conversaciónRafael cometió inadvertidamente la indiscreción que reveló a Alberto laexistenciadelaorganización.Quiénsabeporqué,RafaelpensabaenesetiempoqueAlbertoyapertenecíaa

esta y mencionó de pasada su existencia. Aún podía repetir de memoria eldiálogo:“CreoquelaJ.R.eslasalidacorrectaparalajuventud”,habíadichoRafaelen

mediodeunadiscusióngeneralsobrelasituacióndelpaís.“¿LaJ.R.?¿QuéeslaJ.R.?”,interrumpióAlberto.“¿Nolosabes?¿Acasonopertenecesaella?...”.“No.Nisiquieraconocíadesuexistencia.Sospechabaquealgosetramabaen

laUniversidad,peronoteníaideadequehubieseyaunaorganización”.“Sí,lahay.SetratadeunasociedadsecretacomoLaTrinitaria,delaqueuno

noconocemásquea los integrantesdesucélula...Pero,por favor,nosigamoscon este tema.He cometido una indiscreción. Prométeme que no comentarásconnadieloquetehedicho”.“Tienesmipalabra,Rafael.Y tienes tambiénalgomás:mi solidaridad.Creo

firmementequelosestudiantesuniversitariostenemosquehaceralgofrentealatiraníaquenosoprime.Seríaunavergüenzacontinuarcomohastaahora...”.“Nosetratasolamentedelosestudiantes,Alberto.Niestampocolatiraníala

únicacosaqueesprecisodestruir...”En aquel tiempo las concepciones políticas de Alberto eran demasiado

simplescomoparanoasombrarsedelaspalabrasdesuamigo.“¿Quéquieresdecir?”,inquiriósorprendido.“Latiraníaessolouninstrumento.Elverdaderoenemigoestádetrásdeella”.

“¿Trujillouninstrumento?Nomehagasreír”.Algohabíainterrumpidoestediálogo,queinicióelenvolvimientodeAlberto

en la organización. No obstante él sabía que, aunque Rafael no hubiera sidoindiscreto en esa oportunidad, su incorporación a la lucha revolucionaria sehabría producido de todasmaneras,más tarde omás temprano, porque él yatenía dentro de sí el germenque lo conduciría fatalmente a involucrarse en elproceso.Un movimiento extraño de su guía, tratando de esquivar la rama de un

almendroquesecruzabaensucamino,distrajoaAlbertodesusmeditaciones.Lainterrupciónlollevóaobservarconmayoratenciónalhombrequecaminabafrente a él y de súbito sufrió un angustioso sobresalto porque ciertos detallessueltosquenohabíaregistradoapesardehaberlosvistorecientementesurgieronconplenitudensuconcienciaysearticularonderepente formandouncuadrocerrado y coherente: esos zapatos que ahora apenas distinguía en lasemioscuridadperoquehabíavistoconprecisiónduranteunbreveinstantealaluzdelfarol;esosenormeszapatoscolormarrón,conpunteraabombadaysuelaherradaquesonaronominosamentecondurosonidometálicocuandoelhombreseleacercóenellugardelacita,eranloszapatostípicosdelaguardianacional.Esa voz áspera y cortante con que le había ordenadomomentos antes que lesiguieseeralavozautoritariaysecacaracterísticadelasórdenesmilitares.Esospasos uniformes que daba el desconocido con precisión cronométricacaminando frente a él eranproductodel hábito de lasmarchasmilitares. Esoshombros erguidos, esa posición erecta del torso y esa barbilla levantada coninsolentedesplanteeralaclásicaposturadelmilitaracostumbradoamostrarsuprepotenciaentodomomento.No podía ser otra cosa, se dijo Alberto: aquel hombre a quien se había

confiadocontantaingenuidadloestaballevandomansamenteaunatrampa.Enalgúnlugardesconocidoysolitarioperosituadosindudaenlamismadirecciónhacialaqueencaminabaentoncessuspasos,estaríanloscómplicesaguardandoenlasombrasullegadaparaasesinarloconlaayudadequienloibaconduciendoinexorablementealmatadero.Impulsadoporunprofundoinstintodeconservación,buscóenelsuelocon

losojosagrandadosdehorroralgunapiedra, algún trozodemadera, cualquiercosaquepudieraservirleparadefendersedelainminenteagresión,peronadavioasualrededorquepudieseserviraesepropósito.En aquel momento pensó en huir, más una fuerza irresistible parecía

atenacearlelavoluntadobligándoleamantenerlamarchaaigualdistanciadesu

verdugo.Se sintiódeprontoabrumadopor la fatalidad, incapazde reaccionar,vencidodeantemanoporsudestino.Todavía tuvo tiempo de cerrar un instante los ojos y de compadecerse a sí

mismoantesdeagacharseparapasardócilmentetrassuguíabajolaramadeuncerezoyencontrarsedeprontoenelpatiodetierraapisonadaquerodeabaunahumildecasitademadera.La luzinesperadadeunabombillacolocadasobre lapuerta de la vivienda lo deslumbró por un segundo pero no le impidió ver,erguidaenelumbral,lafigurafamiliardeVíctorqueleesperabaconunasonrisaenloslabiosylosbrazosabiertos.Loscamaradasseabrazaronestrechamente,pasaronalinteriordelavivienda

yocuparondosmecedorasenlapequeñaestanciaqueservíadesalaycomedor.Elguíapermaneciófuera,loqueestimulóaAlbertoaconfiarleasucompañerosurecienteexperiencia.Víctorserioconestrépito.“Diego es una de las personas más confiables con que contamos”, dijo.

“Pertenecealaorganizacióndesdesuconstitución.Esvalientecomonadieydeprobadalealtadrevolucionaria.Nolecontaréqueloconfundisteconunguardiaporqueesonoloharíanadafeliz”.

La velocidad de la caída aumentó a la altura de las ramas más bajas delalgarrobopor el efecto combinadode las leyesde la gravedady la ausenciadeobstáculos en esa etapa del descenso. Pero Alberto no tuvo conciencia de esecambioderitmoporqueestabademasiadoconcentradoenlaobservacióndelafiguraimponentedelcura,paradoenelumbraldelapuertareciénabiertaconlasotana abotonada hasta arriba y el rostro enrojecido por la presión del últimobotónsobresucuello.El padreAnselmono era de estatura elevada pero parecía enorme desde el

ánguloenquelomirabaAlberto,derodillasenunrincóndeloscurocuartodecastigos.Con losbrazosen jarras, labarbilla levantadaagresivamentey laduramirada rencorosa clavada en los ojos del niño, el cura habló con frases queparecíanpasarconesfuerzoporentrelospálidoslabiosapretados.“Espero que estas horas de castigo te habrán ayudado a aclarar tus

confusiones.¿Estásarrepentidodetuspalabras?”.Alescucharlo,Albertosentíacasifísicamentetodoelpesodelaautoridaddel

colegiogravitarsobresushombros.Sinembargo,encontrandomuyhondodentrodesímismounafuerzasecreta

queleimpulsabaaresistir,respondióentrecortadamente:“Notengonadadequé

arrepentirme”.“¿Queno tienesnadadequéarrepentirte?”,bramóel curadesorbitando los

ojosyendureciendolavoz.“¿HasperdidotanprontoeltemoraDios?¿Estátualma tan envilecida que no sabes discernir el bien delmal? ¿Que ya no tienesnocióndeloqueesunpecado?”.Albertosintióquelosojosselellenabandelágrimassinpoderevitarlo,pero

apretó los labios con firmezay tratódecontenerlas conbravura.Enel ínterin,haciendounevidenteesfuerzoporserenarse,elcuradioalgunospasosdentrodelahabitacióndespuésdehaber cerrado lapuerta trasde sí. Se enjugó la frenteconunpañueloquesacódelbolsillodesusotanaysesentóenlasillaenqueseapoyabaelniño,aúnderodillas.“Compréndeme,Alberto—dijoconvozahorasuaveypausada—,estoyaquí

paraayudarteasalirdeunerror.Cuandose tiene laedadquetú tienesunosesienteinclinadoaactuarsinhaberpensadolosuficienteenlasconsecuenciasdesus actos. Yo tengo muchos años más que tú y he adquirido la experiencianecesaria para juzgar las cosas con serenidad y no dejarme llevar por losimpulsos.Poresopuedohablartecomounpadreasuhijo”.Hizounapausaymiróalniñodereojo:“¿Conoceslahistoriadelagallinita

imprudentequeoyócaeralríounaramadeárboly,sincomprobarloquehabíasucedidoenrealidad,saliócorriendoygritandoaloscuatrovientosqueelcieloseestabacayendoapedazos,provocandoconellounpánicogeneralentretodoslos animales de la comarca? Está en tu texto demoral y la leeremos en clasepróximamente.Lamoralejadeesahistoriaesquenodebensacarseconclusionesapresuradas sobrehechoso situacionesqueno se conocen completamente.Túhas actuado en esa forma temeraria. Sin conocer a fondo los hechos, te haslanzadoahacerunaacusacióngravísimacontraelcolegioysusautoridades”.Alberto escuchaba en silencio mientras trataba de contener las lágrimas.

“Creo,padreAnselmo—dijo—,quecumplíundeberaldenunciarunacosaqueestámalhecha.Noestabatratandodeperjudicaralcolegiocuandoledijeloquehacía el padre Damián. Cómo perseguía a los alumnos en los pasillos y losmanoseabaenlosrinconescuandoteníalaoportunidad...”.Lainterrupcióndelcurafuetajante:“¿Tehizoalgoatipersonalmente?¿Viste

contuspropiosojosquemolestabaaalgunosdelosalumnos?”.“No,perovarioscompañerossílovieron”.“¿Cómolosabes?”.“Porqueellosmelodijeron...”.“¿Ves? —exclamó el cura—. Te has hecho eco de calumnias y eres más

culpabletodavíaquelosqueinventaronesascalumnias,porqueellosnohicieronmásquecomentarlasenconversacionesíntimasmientrasquetúhastraspasadoese límite, pretendiendo utilizar la maledicencia para desacreditar a tusprofesores y trastornar el orden establecido en el colegio… Tu pecado es elorgullo,unorgullodesmedidoquetehaarrastradohastaelextremodeenlodarla reputación de tusmaestros, de los que se han desvivido por proporcionarteinstrucciónyenseñartelosprincipiosdenuestrasantareligión…”.“Pero,padreAnselmo—osódecirAlbertoaprovechandolapausaquesiguió

a las últimas palabras del cura—, yo no le dije nada en contra de los otrosmaestros.SololehablédelpadreDamiánydelascosasmalasquehace.¿Noesmejor para el colegio saber que esas cosas pasan y corregirlas que cerrarsimplementelosojosydejarquetodosigacomoestá?”.El enojodel cura crecía amedidaque avanzaba la intervencióndeAlberto.

“¿Vesloquetedecíahaceunmomento?Eresunorgullososinremedio,incapazde aceptar con humildad cristiana el lugar que te corresponde en la vida ypiensasqueeressuperioralosdemás.¿Conquéderecho—agregóalzandolavoz—uninfelizchiquillopuedepretendermanchar lareputacióndepersonasquesonmuy superiores a él,depersonasque, además,por su investidura religiosaestán muy por encima de las insinuaciones malévolas de cualquiermequetrefe...?”.Un rapto de rebeldía impulsó aAlberto a interrumpir la perorata del cura.

“Esasotananodebeservirparaescondercosasmalas”,dijoconfirmeza.ElpadreAnselmopalidecióderabia.“Estehábito—gritósacudiéndoseconla

manolasfaldasdelasotana—merecerespeto,sobretododequienes,comotú,nosondignos siquierade llevarelnombredecristianos...”Yarrastradopor lafuerza de sus propias palabras, perdida ya toda compostura, el cura agarró aAlbertoporelcuelloconlamanoderechaytorciéndolelacabezahaciaabajoendirecciónalbordeinferiordesusotanaordenóconvozhistérica:“¡Bésala,carajo,bésala,bésala!”,acompañandosuspalabrascontironescadavezmáscruelesdelcuellodelniño.Alberto,conlosojoscerradosyloslabiosfuertementeapretados,resistiócon

firmeza la afrenta sin permitir que su rostro tocara el hábito del cura. Este,jadeante, abandonando finalmente su intento, empujó con rudeza al niño quecayóalsuelo.“Noquierovertemásenelcolegio.Recogetuslibrosylárgatedeaquí”,vociferómientrassalíadelaestanciadandounportazo.

Enlaetapafinaldesulargoviajehacialatierra,cuandolacrecidamalezaquerodeabaelalgarrobocomenzabaaacariciarlelafrente,unsegundoantesdequetodosucuerposeaplastasecomounamasauniformesobrelasraícesdelárbol,Alberto estaba en cuclillas concentrado en la tarea de desatar tres paquetescolocados junto a él en el suelo de su habitación. Era muy temprano en lamañana de aquel día de enero y el aire fresco que penetraba por la ventanaabierta hacía tiritar su cuerpo, apenas cubierto con el delgado género de supijamainfantil.Elprimerode lospaquetes reveló su contenidodespuésdeunabreve lucha

victoriosa con las cintas y los papeles de colores que lo envolvían. Era unhermoso tambor de latón pintado de rojo con sus dos palillos de maderaformandounacruzsujetaconesparadrapossobreunadesuscaras.Poniendoaunladoeljuguetededicósuatenciónalsegundobulto:setrataba

deunacajarepletadesoldaditosdeplomo,en losqueunoserande infantería,otros de caballería y losmenos de artillería. Había, además,muchas clases dearmas,entreellascañones,fusiles,sablesypistolas.Elterceroyúltimopaqueteencerrabasindudaelregalomásimportante:todo

uncomplicadosistemaferroviarioconlocomotoras,vagones,rielesdesarmablesycasetasparalosguardavías.Albertodesplegó frente a sí todas laspiezasdel sistemay luego sededicóa

armarlaspacientemente.Primeroensamblóunasconotras lasdiferentespartesde los rieles formando a su alrededor una figura que remedaba la pista de unhipódromo y distribuyendo a lo largo de ella las casetas de los guardavías.Después unió la locomotora con uno de los vagones y los restantes entre sícolocandocuidadosamente el conjunto sobre la vía férrea. Sepusodepieparaobservarmejorelresultado.Ahorafaltabadescubrirelmecanismoparaponerenmovimiento el ferrocarril porque en algún lugar de aquel complejo conjuntodebíahaberalgunapalanquitaescondidaqueseríacapazdeoperarelmilagro.Pero Alberto no la encontró y, después de algunas tentativas infructuosas,

desviósuatenciónhaciaeltambor.Tomólospalillosyprodujountorperedoblesobreelcírculodelatónquenoleprodujoplaceralguno.En vista de ello abandonó el tambor y los palillos y se concentró en los

soldaditosdeplomo.Distribuyólaspiezasendosgruposasignandoacadaunoigual número de soldados a pie y a caballo e idénticas piezas de artillería, asícomodel restode las armasdisponibles.De inmediato alineó ambos ejércitos,uno en frente del otro, poniendo a la vanguardia las respectivas caballerías, lainfanteríaenelmedioyloscañonesenlaretaguardia.

Seimaginóentoncesunabatallacampalcuyodesarrolloindicómoviendodeunoaotroladolosdiferentescomponentesdelosejércitosyremedandoconlavoz el estampidode losdisparosy el galopede los caballos,mientras tumbabaconeldedoalgunosdeloscombatientes.Peroalcabodepocosminutosperdiótambién interés en este juego. Barrió con las manos el equipo bélico y lossupervivientesdelabatalla,seincorporóycaminóhaciaelpequeñoarmarioqueestabaenunrincóndelahabitación,abriólapuertaytomódeltramoinferiordeesteunaenormecajadecartón.Volvióentoncessobresuspasos,empujóconelpielossoldaditos,lasarmas,

eltamboryelferrocarrilhastaamontonarlosenunrincónysesentóenelcentrodelapiezacolocandolacajafrenteaél.Congransolemnidad,comocumpliendounaceremoniasagrada,ladestapólentamenteydejóaldescubiertosucontenido.La caja estaba llena hasta el tope de semillas de flamboyán. Miles de ellas,amontonadasunasconotrasenunamasaoscuraycompactacomoresultadodeunapacienteylargalaborderecolección.Entrecerró los ojos y sumergió lasmanos en el conjunto y lo acarició con

fruición dejando que los granillos resbalasen por el dorso y la palma,estremeciéndosedeplaceralrocesuaveytersodelaspequeñassemillassobresuepidermis. Luego tomó un puñado de ellas, levantó un poco el brazo yentreabriendo losdedosdejóquecayesenpocoapocoen lacaja,enunadulcecascadalevementesonoraquehumedecíadeplacercadamilímetrodesumano.Yunayotravezrealizóelritoreviviendoelmismogocehastaquelavozdelamadreasusespaldaslosacóconbrusquedaddesuéxtasis.“¿Qué le han traído los Reyes Magos a mi niño? ¿Eh?... Vamos a ver”, y

arrodillándosejuntoaAlbertoyrodeándoleelcuelloconsubrazolobesóenlamejilla mientras sus ojos se posaban primero en las semillas de flamboyán ydespuésenlosjuguetesamontonadosendesordenenelrincón.“¿No te han gustado tus regalos?”, agregó sin transición, sacando una

conclusiónlógicadeloqueveíansusojos.“Sí, mamá, me han gustado mucho... Pero tienes que explicarme cómo

funcionaeltrencito.Nosécómoponerloacorrer”.Mientrashablaba,Alberto tapóconprecipitación la cajade las semillasy la

cubriócuidadosamenteconambosbrazos.“Debefuncionarconbaterías.¿Notefijastesiestabanenelenvoltoriocuando

lodesataste?”.“No,mamá,noestaban”.“Entonces las compraremos. Seguramente a los Reyes se les olvidó ese

detalle”.“Pero—intervinoAlberto con extrañeza—a losReyes nodebe olvidárseles

nada,porqueellossoncomoDios,quelosabetodo,¿noesverdad?”.“Sí,esverdad.Esbienraroquehayasucedidoesto.Peronoimporta,puedes

jugarhoycontusotrosjuguetesyyaconseguiremoslabatería...¿PorquénovasdondeJoséErnestoyleenseñastussoldaditosyeltambor?Podríanjugarjuntosyéltendráseguramenteotrosregalosdespuésquemostrarte”.“No,mamá,quierojugarconLuisito.NomegustaJoséErnesto”.“¿QuenotegustaJoséErnesto?¿Yporqué?”.“JoséErnestonoesbueno,mamá.Ayermismolecayóagolpesybotódesu

casaaLuisito”.“AlgodebióhacerleLuisito.JoséErnestoesunniñomuyeducado”.“Nolehizonada.Luisitoyyoacabábamosdellegary,tanprontolovio,José

Ernestoselefueencimaylepegóconlospuñosenlacarayledijoquesefueraynovolvieranuncaasucasa”.LamadredeAlbertopensóunratoantesderesponder.“JoséErnestohizomal,sinduda.Nodebióusarlaviolencia,perotalveztuvo

razónenecharaLuisito...”.“¿Porqué?”,inquirióAlbertoasombrado.“Porlamismarazónconqueahorayotedigoquenodebesjugarmásconél.

PorquenoesuncompañeroparatiniparaJoséErnesto”.“Peroesmiamigoymegustaestarconél”.“Luisito no tienemaneras. Sus padres no le han dado educación. Recuerda

quenoesmásqueelhijodeunanegracocineraqueestáanuestroservicio.Austedesnolesconvienesucompañíaporquenadabuenopodránsacarconella”.Alberto bajó la cabeza y meditó un rato sobre la respuesta de su madre.

Deseabacomprendersusrazones,peronopodía.“¿Qué importa que sea hijo de una cocinera o que sea negro?”, dijo al fin.

“Cuandoestoyconélnopiensoensumadrenilemiroelcolor”.“Puesyaestiempodequevayasprestandoatenciónaesascosas”,advirtióla

madre.Y,despuésdeunacortapausa,agregó:“Mira,mihijo,elmundohasidocreadoenesaformaytenemosqueaceptarlocomoes.Noesciertoquetodoslosquelohabitansonigualesynosotros,losquesomosmejores,debemosagradecera Dios que nos haya colocado en este lado de la raya. Aunque ahora puedaparecerteinjustaesasituación,cuandocrezcasymaduresteconvencerásdequees inevitable y nada podemos hacer para cambiarla. José Ernesto y su familiatambiénestándeestelado,Luisitoylasuyaestándelotroyesarayanodebeser

traspasada.AsílohaqueridoDiosyasíserásiempre”.El asombro de Alberto crecía a medida que escuchaba las palabras de su

madre.“PeroDiosnopuedequerereso”,adujo.“Diosesbuenoynopodríacastigara

una gran parte de la gente obligándola a vivir siempre como sirvientes de losdemás”.“Dios sabe lo que hace y aunque sus decisiones puedan a veces parecernos

injustas,tienensiempreunaexplicación”,sentenciólamadre.Albertopermanecióunratoensilencioyluegoresignadamenteaceptó.“Está

bien,mamá.IréacasadeJoséErnesto,peroantesquieroenseñarlemisregalosaLuisitoyverloquelosReyesletrajeronaél”.“NocreoquelosReyeslehayantraídoregalosaLuisito,seguramenteseportó

mal”, opinóde pasada lamujer,mientras salía de la habitación sinmirar a suhijo.Alberto quedó solo, entregado a sus pensamientos, incapaz de comprender

perooscuramenteconscientedequealgomuyimportanteandabamal,porquesidealgunacosaestabaélseguroeradequeLuisitohabíasidounniñobuenotodoelaño.Ayudabaa sumamáenel trabajo levantándosedemadrugadacadadíapara acarrear el agua del pozo y llevarla a la cocina. En los días en que sedespertabatemprano,Alberto loveíapor laventanadesuhabitacióncargandolosenormescubosllenosdeagua,demasiadopesadosparasusescasasfuerzasyquehacíanbambolearcómicamentesuescuálidafigurilladurantesuscaminatasatravésdelpatio,encuyoextremoelalgarroborompíaconsuhumildadplebeyalaaristocráticamonotoníadelosflamboyanes.Despuésacompañabaasumadreal mercado y la ayudaba en el transporte de las grandes fundas que sealmacenabanen ladespensade lacasa.Y todavía le tocabahacerunoqueotrorecado antes de ir a la escuelita del barrio al tiempo queAlberto salía para elcolegiocatólico.Cuando regresaba a la casa por las tardes encontraba a Luisito regando las

flores,desyerbandoelpatioohaciendoalgunasotrastareaseneljardínysoloalanochecerteníanoportunidadlosniñosdejugarunratojuntosbajoelalgarrobo.Nunca había visto Alberto a Luisito cometer una mala acción, ni serdesobediente,ni tenerningúnotrosignoderebeldía.Porel contrario, siempreestabade buenhumor y dispuesto a cumplir con alegría cualquier cosa que lepidiesen. ¿Cómo era posible, entonces, que los Reyes no le hubiesen traídoregalos cuando a él, que no había sido tan bueno con los demás, le habíanobsequiadoeltambor,lossoldaditosyelferrocarril?

La única respuesta que se le ocurrió a esa pregunta fue la de que ladesigualdadquesumadreacababadeinformarlequeexistíaenelmundonoselimitabaaestesinoqueseextendíatambiénalcielo.Peroestarespuesta,asuvez,lo llevabaahacerseotrapregunta,aúnmásdifícil:¿CómoeraposiblequeDiosdispusieraqueensupropioreinohubierainjusticias?Enverdad,noleeraposibleentenderloquepasaba,perounafirmedecisión

fuetomandoformadentrodeéltanprontoreparóenqueconservabatodavíaensusmanoslacajadecartónqueconteníaelmásmaravillosodesustesoros.Sinmedirlaimportanciadelaacciónqueseproponíarealizar,ajenoporcompletoalaideadequeaquelactopuerilmarcaríaparasiemprelatrayectoriadesuvidayseríalaraízdedondecreceríatodolodemás,Albertocolocóbajosubrazolacajay salió en busca de su amiguito porque había decidido que la colección desemillasdeflamboyánibaaserelregalodeReyesdeLuisito.

Almomentodedisparar,el sargentoSenciónno teníaninguna ideadecuálerasuobjetivo.Solohabíavisto—ocreídover—unbrevealeteodehojascercadelacopadelalgarroboquelevantabasuimponenteestructurahastamásalládeltopemismodelcerroacuyaladerasehabíadetenidobrevementelapatrullaquecomandaba. Solo un minúsculo remezón en las hojas más altas, quesobrepasaban el borde de la planicie que remataba el cerro y que debíaextenderseenterrenollanomásalládelalcancedesuvisión.Unperfectolugar,sedijo,paraquealgúnfrancotiradorenemigopudieraconvertirlofácilmenteenunatrampamortal.Peronoeraélquienibaadejarsecogerdesprevenido.Nolepasaríaloquele

sucedióa ladocenadecompañerosheridosomuertosquehabíavistocon suspropios ojos en el puesto de socorro improvisado en las afueras del pueblo,camino del campo de batalla. Tenía demasiado vivo el recuerdo de aquelloscuerpos ensangrentados y de aquellos ojos desorbitados por el terror parapermitirseningunaimprudentenegligencia.“Estos comunistas parecen brujos”, le había advertido la noche anterior un

compañero de armas, el sargento Montero. “Ayer teníamos a un grupocompletamenterodeadoenunbajío,alaveradeunacañada.Laaviaciónhabíasaturado la zona con bombardeos por más de dos horas y no debió haberquedadounosolovivo,perocuandofuimosarastrearel lugarnoencontramosmás que dos culebras y cuatro puercos cimarrones. Los comunistas se habíanesfumado como el humo. Y te aseguro que teníamos todos los accesos

bloqueados.Nomeexplicocómolohacen,amenosquetenganarreglosconeldiablo”.Al oír esto, el sargento Sención había recordado lo que le dijo un soldado

heridoenelpuestodesocorro:“Teníamosaunodeellosacorraladoenunbohío.Letiramoscomodoscientostirosylasbalaslerebotabanenelcuerpo.Senosfuecaminando,despacito,entrelaslomas”.Pero ahora el sargento tenía algo más que habladurías para justificar la

creencia de que aquellos comunistas estaban protegidos por el diablo, porquehabían desaparecido también de la zona que acababa de explorar con sushombres. Y, sin embargo, el informe de las patrullas de reconocimiento habíasidopreciso:ungrupodeochoguerrillerosestabaacampadoesamañanaenelclaro, junto al algarrobo que crecía a la vera del cerro. Más de trescientossoldadosacordonaroneláreabloqueandotodoslosaccesosparanada:nohabíanencontradoniunosolodeellos.“Son cosas que no tienen explicación”, acababa de decirse a sí mismo el

sargento cuando observó de soslayo el extraño movimiento en la copa delalgarrobo.Así que, sin pensarlo dos veces, levantó su sancristóbal y disparó albulto. El estampido alborotó algunos pájaros dispersos y liberó el rebuznoprolongado de un asno que pastaba del otro lado del cerro. Pero el sargentoSenciónnoestabaatentoaesosresultadosremotosdelestampido,porquetodossus sentidos se mantenían en concentrada vigilancia de las ondulaciones queobservabaenlashojasdelacopadelalgarroboyenelsonidoderamasquebradasque había comenzado un pocomás abajo de aquella y se prolongaba hacia elsuelocadavezmáscercadelatierra.Aunqueelcerrado follajedelárbol le impedíaunaobservacióndirecta,esos

indiciosbastaronparaqueelsargentoSenciónsupiesequehabíahechoblancoylepermitieronadivinarelcursodelacaídadesupresaalolargodelaltotroncodelárbol,apenasinterrumpidadurantebrevísimoslapsosporlaresistenciadelasmásgruesasdelasramasqueencontrabaasupaso.UngolpesecosobrelasraícesinvisiblesdelalgarroboavisóalSargentoquesu

presahabía alcanzado elnivel del suelo y sehallaba inmóvil, apocospasosdedistancia,ocultaenlayerbacrecidaquerodeabaeltronco.Sinproferirpalabras,con un breve gesto de lamano derecha, designó un par de soldados para quefueranaidentificarelobjetivo.Avanzandocuidadosamente,conlasarmasautomáticasprestasadispararyla

vistafijaenlacopadelárbol,losdoshombresseacercaronaltroncoseparandoasu paso con las culatas de los fusiles la cerradamaleza que se interponía a su

paso.Laexploraciónfuelargayminuciosa.DesdesuposiciónelsargentoSención

observaba a sus hombres rastrear concienzudamente los alrededores delalgarrobo,detenerseduranteunbuenratocon lasmiradasclavadasenunsolopunto,rascarseconazoramiento lascabezasyretornar lentamentehastaélconuninformeinverosímil:“Loquecayódelamatafueuncarajitoquenopodíatenerfuerzanipa’cargar

lamochilaquellevaba,cont’imáelfusil...Y,otracosa,sargento,vimounmontóndesemilladeflamboyánregáporelsuelo.¿Dedóndehabránsalíosiestamatae’unalgarrobo?”.Sin responder, el sargento Sención se dirigió solo al pie del árbol para

comprobarpersonalmentelaveracidaddelinforme.Allí,conel torsoy laspiernas formandoentreellosunánguloabsurdo,con

losbrazosabiertosencruz,elcráneoaplastadoydeforme,elrostrocubiertodesangre y lamirada inmóvil vuelta hacia el cielo impasible, un niño de apenasocho años, absurdamente vestido con el uniformede campaña de un adulto yrodeadodeunmardesemillasdispersasdeflamboyán,lesonreíaconlasonrisapetrificadayfinaldelosmuertos.

DEANTINOSTALGIADEUNAERA(1989)1

1 Nota: Varios de los episodios narrados en Antinostalgia de una Era se relacionandirectamenteconloscapítulosdeLosalgarrobostambiénsueñan.HansidoseleccionadosadredeparaqueseveacontodaclaridadlacorrespondenciaentrerealidadautobiográficayficciónenlaobradeDíazGrullón.

TELÓNDEFONDO

Comounnecesario“telóndefondo”delasvivenciasrelatadasenestelibroseofreceacontinuaciónunrecuentosucintodelosacontecimientospolíticosmásrelevantesqueseprodujeronennuestropaísdesdemediadosdelaDécadadelosAñosCuarentayenloscualestuvoelautor laparticipaciónindispensableparapermitirlesertestigopresencialdelonarrado.Laluchacontraladictaduratrujillistaquerealizólageneraciónjuvenildela

queyoformabaparteseinicióconlaconstitucióndelaJuventudRevolucionariaen el año 1944, integrada inicialmente por jóvenes estudiantes, en sumayoríauniversitarios,opuestosaladictaduradeTrujillo.Operóenlaclandestinidadhastaelmesdeoctubrede1946,fechaenquesalió

alaluzpúblicaconelnombredeJuventudDemocrática.Duranteelperíododeclandestinidad, la Juventud Revolucionaria fue una organización celular quecreciódearribahaciaabajo,esdecir,primeroseconstituyóunComitéCentraly,luego,cadaunodelosmiembrosdeesteComitéorganizabacélulas.Ningunodelos miembros de estas células, con excepción del que las organizaba, conocíaotrosmiembrosdelaJuventudRevolucionaria.Elfundadordelacélulaconstituíaelúnicoenlace,pues,deestaconelrestode

laOrganizaciónylasinstruccionessetransmitíanexclusivamenteatravésdelosrespectivosenlaces.Esemétodoorganizativoestuvoinspirado,obviamente,enlasociedad secretaLaTrinitaria, fundadaporelPatricio JuanPabloDuarte enelaño1838 conelpropósitode luchar contra ladominaciónhaitianadenuestropaís.ElprimerComitéCentraldelaJuventudRevolucionariaestuvointegradopor

Manuel Mena Blonda, Félix Servio Ducoudray Mansfield, Diego BordasHernándezyCarlosLeónPumarol.Unmiembro designado de ese Comité Central era el representante ante el

frenteinternodelaoposiciónclandestina,integradoporelPartidoDemocráticoRevolucionario Dominicano (que luego se llamó Partido Socialista Popular,actualmente integrado al Partido de la Liberación Dominicana bajo lapresidenciadeJuanBosch),laUniónPatrióticaRevolucionaria,lidereadaporelDr. Viriato Fiallo (cuyo núcleo central pasó a ser, a partir de la muerte deTrujillo, el de laUniónCívicaNacional) y la propia JuventudRevolucionaria.

Todasestasagrupacionesoperaban,obviamente,enlaclandestinidad.La primera actividad de la Juventud Revolucionaria, que llegó a organizar

comitésenSantiagoySanPedrodeMacorís,consistióen laelaboracióndeundocumento de denuncia contra la dictadura que fue distribuido secretamenteentrelosparticipantesextranjerosdeunCongresoInternacionaldelaJuventudque había auspiciado la tiranía en ocasión del Centenario de la República. Ladistribución se realizó en el antiguoHotel Jaragua, donde estaban alojados losdelegados.Aprincipiosdelmesdejuliode1945sepreparóunaproclamaqueincitabaa

losjóvenesestudiantesyobreros,yalpuebloengeneral,amanifestarsurepudioal régimenpolítico imperante.Estaproclama fuedistribuida en toda la ciudadporbrigadasdelaJuventudRevolucionariaquelaintrodujeronpordebajodelaspuertasde lasviviendasyde lasoficinaspúblicas.Laoperaciónse realizóa lasdoshorasdelamadrugadadel12dejuliodelañomencionado.Los mecanismos de seguridad y control del Gobierno detectaron con

anticipación esa operación y varios miembros de la Juventud Revolucionaria,sorprendidos en plena distribución, fueron reducidos a prisión, entre ellosManuelMenaBlonda,JoséManueldePeñaGonzález,AlfredoLebrónPumarolyJoséRamónMartínezBurgos.Otros se vieron forzados a buscar asilo en Embajadas y Legaciones

extranjeras,entreellos,JuanDucoudrayMansfieldyLuisIriarteRamírez.Aunque la Juventud Revolucionaria no fue totalmente aniquilada en esa

ocasión, la represión desatada desarticuló gravemente la Organización y susactividadeshubierondereducirseatareasorganizativasydeconcientizacióndejóvenes simpatizantes. Este reflujo de la acción revolucionaria se prolongóprácticamentehastael16deoctubredelaño1946.Paraesaépoca,Trujillo,conscientedelatransformaciónenlacorrelaciónde

fuerzasqueanivel internacionalhabíaprovocado laderrotadelNazi-FascismoenlaSegundaGuerraMundial,sevioforzadoahacerunllamamientopúblicoasusopositoresofreciéndolesgarantíasparaconstituirseenpartidospolíticos.Estaactitud demagógica del dictador, destinada a proporcionar a su régimen unafachadademocráticaatonoconlostiempos,fueaprovechadadeinmediatopordosde lasorganizacionesdeoposición interna: la JuventudRevolucionariayelPartido Democrático Revolucionario Dominicano, que se lanzaron a la luchaabierta y pública de masas rebautizadas con los nombres de JuventudDemocráticayPartidoSocialistaPopular.La Juventud Democrática surgió a la luz pública a mediados del mes de

octubrede1946medianteladifusióndeunaDeclaracióndePrincipiosenlaqueseconsignabanlosobjetivosdelaOrganización.Entreesosobjetivosseseñalabanlaluchaporeldesarrolloyconsolidaciónde

un régimen democrático, progresista y popular; la libertad política y laindependenciaeconómicadenuestropaísyelmejoramientodelascondicionesmaterialesyculturalesdetodoslossectoresdenuestrapoblación,especialmentedelajuventud.La Juventud Democrática proclamaba asimismo en esa Declaración de

Principios suspropósitosde luchar contra todogénerode explotación social yeconómicayabríasusbrazosatodoslosestudiantes,trabajadoresyprofesionalesjóvenes, sin distinciónde sexo, religión, raza o posición social, a condicióndequesulealtadalacausademocráticafueraindiscutible.Firmaban la Declaración, en calidad de miembros del Comité Central,

SalvadorReyesValdés,ManuelMenaBlonda, JosefinaPadillaDeschamps, JoséAntonio Martínez Bonilla, José Manuel de Peña González, Juan DucoudrayMansfield y el autor de este libro. Alfredo Lebrón Pumarol, José RamónMartínez Burgos y Diego Emilio Bordas Hernández integraban también elComitéCentral,aunquenofirmaronlaDeclaraciónporrazonesatendibles.LaJuventudDemocráticateníasusedeenlacasan.o33delacalleArzobispo

Nouel, residencia de los hermanos Martínez Bonilla, ubicada donde ahora seencuentra el cine Colonial. Fundó un periódico quincenal con el nombre de“JuventudDemocrática”queseeditabaenunaimprentasitaenlacalleLuperónn.o 23, hoymarcada con el n.o 105. Esta imprenta era propiedad de EnriqueCambier, único impresor que en aquella época tuvo el valor de asumir esaresponsabilidad.Deeseperiódico,queeradetamañotabloide,setiraroncatorceediciones, lasdosúltimas enmimeógrafoporquepara ese entonces—juniode1947— el gobierno se había incautado de la imprenta que había adquirido laOrganización por suscripción popular. Los ejemplares de “JuventudDemocrática” eran vendidos públicamente por los propios miembros de laOrganización,peroademás teníanunaampliadifusiónclandestina.Enadiciónse editaba un Boletín Interno de orientación para los integrantes de laOrganización.La JuventudDemocrática constituyóComités provinciales públicamente en

SantiagoySanPedrodeMacorísintegrados,respectivamente,porRafaelMooreGarrido,GildaPérez,ManuelGonzálezFranco,FedericoPichardoDíaz,AmiroCordero Saleta, Gustavo Adolfo Patiño Martínez, Tiberio Castellanos, SobeyaMercedesAlmonteyOrlandoBonnelly,enlaprimeraciudad,yenlaúltimapor

JuanCantoyRosario,FélixBarbosaAquino,VíctorManuelOrtiz,JoséAntonioPuello Ortiz, Álvaro Kidd Espinet, Rodolfo Oscar Soñé, Edda Kidd Espinet,DaríoDomínguezCharro,AntonioAlmodóvaryMáximoMejíaMedina.Pero, además, la JuventudDemocrática formó varios comités en la capital,

entreelloseldeestudiantesuniversitarios,elde laNormaldeVarones,elde laNormaldeSeñoritasyvariosotrosendiversosbarriosde laciudadcomoeldeIntramurosyeldeCiudadNueva.LaJuventudDemocráticarealizódosmítinespúblicosmasivos,elprimeroen

laplazaRubénDarío, frentealmalecón,en lacapital, yelotroenSantiago.ElprimerofuebrutalmentereprimidoporlaPolicíaylosagentesdeseguridaddelrégimen,peroelsegundosedesarrollósinincidencias.EnambossecongregaronvariosmilesdeentusiastassimpatizantesdelaOrganización.La Juventud Democrática tuvo asimismo la oportunidad de proyectarse

internacionalmentemediantesuparticipaciónenlaConferenciaContinentaldeDirigentes JuvenilescelebradaenLaHabanaa finesdelmesdemarzode1947con los auspicios de la FederaciónMundial de la JuventudDemocrática. JuanDucoudrayMansfield y quien escribe estas líneas asistieron a ese cónclave enrepresentacióndelaOrganización.LaluchaabiertaypúblicademasasiniciadaporelPartidoSocialistaPopular

y la JuventudDemocráticaenoctubrede1946 seprolongósolohasta juniode1947. Ocho meses de lucha desigual en la cual la poderosa maquinaria de ladictadura fue enfrentada a pecho descubierto por un puñado de hombres ymujeresjóvenesquenoteníanotrasarmasquesuamoralpuebloysuvoluntaddecontribuiralaconquistadeunapatrialibreysoberana.Trujillo,convencidodequeconrepresionesaisladasygolpesesporádicosno

ibaaconteneresepuñadodehombresymujeres,decidióacabardeunavezportodasconaquelexperimentodemocráticoyenfecha8dejuniode1947presentóal Congreso un proyecto de ley que declaraba ilegales las “agrupacionescomunistasyotrasdesusmismastendenciasantidemocráticas”.Naturalmente,alos ojos del gobierno, tan comunista era la Juventud Democrática como elPartidoSocialistaPopular.Tresdíasdespués,el11deesemismomes,sacamosenmimeógrafoelúltimo

númerodenuestroperiódico,que fue el “cantode cisne”de la luchaabiertaypública de Juventud Democrática, en el que denunciábamos la maniobra queestaba a punto de aplastar el movimiento y expresábamos nuestra feinquebrantableenque,aunqueesamaniobraculminara“elGobiernonopodríaaplastarjamáselespíriturevolucionariodenuestraheroicajuventudnielansia

delibertaddelpueblodominicano”.Yteníamostodalarazón:TrujillonopudodestruirlaJuventudDemocrática.

Paralelamenteconsusactividadespúblicas,laOrganizaciónsehabíaocupadodeestructurarunaparatoclandestino,paraleloalComitéCentral,quecontinuó lalucha bajo la dirección de Juan José Cruz Segura y entre cuyos integrantes seencontraban Manolo Tavares Justo y Minerva Mirabal, ambos muy jóvenesentonces.Esteaparatoclandestinopublicabaunperiódicomimeografiadoconelnombre de “Grito”, que dirigía Oscar Torres Soto. Se iniciaba así una nuevaetapadelalargaluchadelajuventuddominicanacontraTrujillo.ConexcepcióndeSalvadorReyesValdés(quehabíaviajadoaMéxicoaprincipiosdelaño1947y luego moriría en la invasión por Luperón del año 1949), Diego BordasHernández(quientambiénviajófueradelpaísaliniciarseelaño1947),AlfredoLebrónPumarol, JosefinaPadillaDeschampsyquienescribeestas líneas, todoslosmiembrosdelComitéCentraldelaJuventudDemocráticafueronreducidosaprisión y distribuidos en varias cárceles del país, donde permanecieronaproximadamenteunaño.Luegofueronpuestosen libertadyviajaronalexiliohastaquemuchosdeellosregresaronconlasarmasenlamanomásdediezañosdespués,el14yel19dejuniode1959,ofrendandosusangregenerosaenaquellagestadegloria.Apartirde la ilegalizaciónde la JuventudDemocráticase inicióparamíun

períodoqueseprolongóporespaciodeochoañosduranteloscualesyoeraalgoasí como un paria social. No me permitían reentrar en la Universidad, nihospedarmeenningúnhotelopensión,nitrabajarenningunaparte,nirealizarsiquiera actividades sociales. En dos oportunidades que intenté alojarme enpensionesubicadasen lascallesArzobispoNouelyPadreBillini lasrespectivaspropietarias fueron conminadas a echarme a las pocas horas de habermeinstalado.Enunaimportanteempresaqueosóofrecermeunempleonolleguénia sentarme en el escritorio que me habían destinado. Una compañía deconstruccionespropiedaddeunciudadanoextranjeroquemeofreciótrabajofuedisueltaysupresidenteobligadoasalirdelpaís.Unproyectodelaboratoriodeproductos farmacéuticos en cuya constitución legalparticipé fuedesmantelado“de orden superior” y yo fui interrogado por el Procurador Fiscal, acusado deactividadesilícitas.ElpadredeunajovenalaquemeatrevíallevarabailarunanochealHotelJaraguafuellamadoaldíasiguienteporelJefedelaPolicíaparaadvertirlequesuhija“andabaconunpeligrosocomunista”.Duranteelprimerañodeaqueloscuroperíodopudealojarmeencasadeun

hermano de mi padre, Miguel Díaz Ordóñez, que resistió valientemente las

presiones que le hicieron miembros de los servicios de seguridad en visitasreiteradasensulugardetrabajo.LuegoregresómipadrealpaísaocuparelcargodeCancillerdelaRepúblicayyomefuiavivirasucasa.Laconvivenciaconmipadre,aunquenoevitómiincorporaciónenelprimer

grupo de conscriptos del recién instalado “Servicio Militar Obligatorio”(experiencia a la que me referiré más adelante), propició mi reingreso a laUniversidad,enlacualmefuepermitidocompletarelúltimoañodelosestudiosdeDerecho.Unavezgraduado,mipadrelogróquesuamigoManuelArturoPeñaBatlle

meadmitiera comopasante en suoficinade abogados,ubicada entonces en lacalleIsabellaCatólica.Comocondiciónpreviadeesaadmisióntuvequefirmaruna carta expresando que abandonaba toda actividad política “contraria a laposicióndemiempleador”.Allí trabajéconlosdestacadoscolegasyeminentesintelectualesFreddyPrestolCastillo, JulioGonzálezHerrerayEnriquilloRojasAbréu.Posteriormente trabajé también en actividades vinculadas conmi profesión

conLuisMoralesPeña,sobrinodePeñaBatlle.Esta situación se prolongó, con algunos altibajos, hasta mediados del año

1955 en que entré a trabajar en la Administración Pública, con el cargo deAsistente del Gobernador del Banco Central, en las circunstancias que másadelanterelataré.Luego,sucesivamente,ocupédiversasSubsecretaríasdeEstado,inclusivelade

laPresidencia,permitiéndome, estaúltima, contactospersonales conTrujillo alosquemereferiréposteriormente.Mi incorporación como funcionario al régimen trujillista me obligaba a

formular declaraciones públicas en favor de este y yo tuve que hacerlasfrecuentemente. No obstante, en mi interior, seguía sintiendo la mismarepugnanciadesiempreporelsistemarepresivoaqueestabasometidoelpaísy,aunque no participaba en conspiraciones ni en nada parecido, continuabamanteniendocontactoconantiguoscompañerosyestosnomeperdieronnuncalaconfianza.Pudemanejarsinmayoresproblemasesadualidadduranteuntiempo,perola

situaciónsecomplicónotablementeconmidesignacióncomoSubsecretariodelaPresidenciael2demayode1959,posiciónquedesempeñéhastael10dejuliodel siguiente año. Esos catorcemeses constituyeron una dura prueba paramiestabilidad mental y emocional porque durante ese lapso ocurrieron los másferocesactosderepresiónquecometieraelrégimentrujillistaensustreintayun

años de existencia. Basta recordar los asesinatos de JuanchoMorales, RamónMarreroAristyyLuisEscotoGómez,decuyosantecedentesdealgunamanerafuitestigo,talcomorelatarémásadelante,asícomoelexterminioinmisericordede los expedicionarios del 14 de junio y la prisión y torturas de los jóvenesrevolucionariosagrupadosconelnombredeesafechagloriosa.Cada uno de esos episodios me había golpeado tan rudamente que yome

sentí,alfinalizarelperíodo,albordedelcolapsonervioso.Recuerdo que recurrí en aquel entonces a mi compañero de estudios de

Derecho y amigo de largos añosOscarGuaroaGinebraHenríquez, a la sazónfungiendodeAsesordeTrujilloenmateriaseconómicas,yquehabíaalcanzadoobvio ascendiente sobre el tirano, el cual escuchaba y atendía susrecomendaciones.Mellevéunanocheamicasaalamigoy,mientrasconsumíamoselcontenido

deunabotelladewhisky,leplanteécontodafranquezamiangustia,miterrordeenloquecerylanecesidadinaplazablequeteníadesalircuantoantesdelPalacioNacional. Oscar Guaroa se percató a plenitud de mi estado y en la próximaoportunidadquetuvoconvencióaTrujillodequeyoeraelcandidatoidealparaelcargodeVicegobernadordelBancoCentral,alasazónvacante.ElBancoCentral,porcierto,hajugadounpapelmuyimportanteenmivida.

A través de sus puertas entré a la administración pública, en la ocasión a queacabodereferirmemesirviódetabladesalvacióny,hoyendía,yaenelocasodemiexistencia,estábrindandounagenerosahospitalidadamipersistenteinstintodesupervivencia.

HOMENAJEPÓSTUMO

Mi incorporación a la organización clandestina JuventudRevolucionaria seefectuóaprincipiosdelaño1944yobedecióaunaindiscrecióndeJoséManueldePeñaGonzález,aliasCuco,miamigoycompañerodealojamientoenlaCasadelEstudiante.Conversandoambosunatardeensuhabitación,Cucomencionódepasadala

existencia de la Organización creyendo que yo pertenecía a la misma. Alinformarle que yo ignoraba su existencia agregué que estaría dispuesto aafiliarmeaella.MiamigoobtuvomástardeautorizacióndesuscontactosenlaJuventudRevolucionariayyomeincorporéalacélulaalaqueCucopertenecía.Cuco era un ser excepcional. Tras una personalidad sumamente sencilla y

modestaseescondíaunainteligenciabrillantequelellevóainventarfórmulasdecálculo para simplificar operaciones matemáticas mientras cursaba el PrimerAño de Ingeniería Civil hasta aprender idiomas a la perfección mediante elhábitodeescucharradiodifusorasextranjeras.Por otra parte, su bondad corría pareja con su inteligencia. De una

generosidadsinlímitesyunprofundoespíritudesacrificio,eralanegacióndelaviolenciaentodassusmanifestaciones:incapaz,comosedicecorrientemente,dematarunamosca.Sufriódoslargasprisionesenlasmazmorrastrujillistasysuscompañerosdecárcelloponíancomoejemplodehumildad,desprendimientoyamorasussemejantes.YohabíaconocidoaCucoenlaantiguaEscuelaNormaldeSantiagoeintimé

conélmientrascursábamoselcuartoañodeBachillerato.Compartíamos en ese entonces la misma aula durante las clases de

asignaturascomuneslosque,comoél,cursabanMatemáticasylosque,comoyo,cursábamosFilosofíayLetras.Durantetodoeseañoestudiábamosenhorasdelamadrugada en el hogar de otro compañero, Secundino Pérez Peña, cuyoshermanos eranpropietariosdel colmadoElFarolito, ubicado en la calleEl SolesquinaMella,anexoalacasadelafamilia.Ofrezco estas informaciones porque, casi veinte años más tarde, iban a

encontrarse de nuevo frente a frente Cuco y Secundino pero en otras muydistintascircunstancias.LuegodesufrirprisióncomoconsecuenciadelailegalizacióndelaJuventud

Democrática(herederadelaJuventudRevolucionaria)Cucoviajóalexiliohastaretornaralpaísenlaexpedicióndel14dejuniode1959.SecundinoPérezPeña,queeraeneseentoncesOficialdelasFuerzasArmadas

Dominicanas,merelatóañosmás tardequeestandoacantonadoenunade laszonasdecombatedurantelaspersecucionesquealasazónserealizabancontralosexpedicionariosseleaproximóunSargentoparainformarlequeacababadeultimaraunodeestosquetenía laspiernasquebradasyque,habiéndosecaídodelcaballosobreelcualloconducíanprisioneroyprofundamenteadolorido,sehabíanegadoasubirdenuevosobreellomodelanimalylerogóquelomatara.SecundinopidióalSargentoquelocondujeraallugardeloshechosydeese

modo le fue dable contemplar el cadáver de nuestro antiguo compañero deestudiosyrendirlecalladamenteunhomenajededespedida.

BAUTISMOREVOLUCIONARIO

La madrugada del 12 de julio de 1945 se realizó la primera actividadclandestinadelaJuventudRevolucionariaenqueyoparticipédirectamente.Setratabadedistribuirenvariaszonasdelaciudadunaproclamaenlaquese

hacían graves denuncias contra la tiranía trujillista y se invitaba a la juventuddominicana y al pueblo en general a apoyar la actividad subversiva de laOrganización.EldocumentohabíasidomimeografiadoenunafincadelpadredeAlfredoLebrónPumarol.Alacélulaaqueyopertenecíaseleasignóunazonadelaciudadintramurosy

a mí, personalmente, la comprendida entre las calles El Conde, Duarte,ArzobispoPortesy19deMarzo.La consigna era lade iniciar simultáneamente laoperacióna las 2:00 a.m.,

introduciendolaproclamapordebajodelaspuertasdelasviviendasyoficinasdecomerciodelasrespectivaszonas.YovivíaentoncesenlaPensiónCarmen,situadaenlacalleArzobispoNouel

esquina19deMarzo,dondeahorahayunedificiomodernodecuatropisos.Lanoche del día 11 de juliome recogí a las once enmi habitación yme acostévestidoenesperadelahorafijadaparalaacción.Recuerdo,comoatravésdeunsueñodesdibujadoenlamemoria,losdiversos

estadosdeánimoporlosquepaséduranteaquellastreshorasinterminablesdeangustiosaespera.Durante los días en que se planearon los detalles de la distribución y se

asignabanlasresponsabilidadesdecadaquienenlaoperación,yoparticipabaentodo ello sin vacilaciones ni temores.Más bien profundamente agradecido deque los dirigentes de la Organización confiasen enmí para esa labor quemehacíasentirorgullosodemímismo.Pero ahora, en la soledad de mi habitación, sin testigos que pudiesen

percatarsedemimiedoosinteneranadieamialrededoraquiendemostrarlemisentidodelaresponsabilidad,measaltabaninconteniblessentimientosdetemoreinseguridadanteloquedebíahaceraquellanoche.¿Enquémehabíametido?O,másbien¿aquémehabíadejadoarrastrar?,me

preguntaba,porqueencircunstanciascomolasquevivíaenesosmomentosunollega a cuestionarse si es propia o no la decisión de incorporarse a la lucha

revolucionaria. ¿Habíayomedidoen todas susconsecuenciasmidecisión?¿Loquepodríaacarrearmeamíy,sobretodo,amipadre,ausenteentoncesdelpaísenuncargodiplomático?Y,lapreguntamásangustiosadetodas,¿tendríayoelvalorderesistirlaprisiónylastorturassindenunciaramiscompañerossicaíaenlasmanosdelatiranía?Esaspreguntas,yotrasmuchas,quedaronsinrespuestaporqueexactamentea

las dos de la madrugada me incorporé de la cama, me puse el saco y unsombrero,mellenélosbolsillosconlospanfletosysalíacumplirmicometido.NoencontréanadieenmirecorridoporlacalleElCondeyenlaDuartealcancéa ver a Félix Servio Ducoudray parado en la puerta de su casa fumando uncigarrillo.Nohabía tenido contactos personales con él, pero conocía sus ideaspolíticasysospechabasuparticipaciónenlaOrganización.Pasédelargofrenteaél, sin saludarlo, y continué mi labor en las calles Arzobispo Portes y 19 deMarzo.Cuando,yaalfinaldemifaena,subíhaciaelnorteporestaúltimacalleyme

encontraba a la altura de la casa de Doña Consuelo Vicini, cerca de la PadreBillini,viadossujetossospechososenlaesquinadeestacalleconla19deMarzo,confachadepolicíassecretos.Yoignorabaenesemomentoquelatiraníahabíatenidoconocimientoprevio

de la operación y había tomado medidas de seguridad para sorprender lasbrigadas de distribución en plena acción e incluso que, ya a esa hora, estabanpresos muchos de los compañeros, entre ellosManuel Mena Blonda, AlfredoLebrónPumarol,JoséRamónMartínezBurgos,LuisIriarte,JoséManueldePeñaGonzálezyJuanDucoudrayMansfield.No obstante esa ignorancia y por la actitud sospechosa de aquellos dos

sujetos, procedí a deshacerme de los panfletos que aún no había distribuido,escondiéndolosenunrincónde lagaleríade lacasadeDoñaConsuelo,dondemeguarecíporun largo ratoenesperadeque losdos sujetosabandonaran suvigilanciaenlaesquina.Cuandoestosalfindejaronlibreelcampoyosalídemiescondite y caminé la cuadra ymedia queme separaba demi pensión dandotraspiés como un borracho, que fue lo único que se me ocurrió hacer parajustificarmipresenciaenlacalleaaquellashorasdelamadrugadasi,poracaso,losdosindividuospermanecíanenlascercanías.Y así, sin otro inconveniente, terminó para mí el bautismo en las lides

revolucionarias.

LANOCHEDEL26DEOCTUBRE

Unavivenciaquesemantienefrescaenmimemoriaesladelamultitudinariamanifestacióndelanochedel26deoctubrede1946,quetalvezmarcóunhitodecisivoenelcursodeaquelproceso,ymástardeveremosporqué.Heleídovariasversionesdelossucesosdesarrolladosaquellanocheenlasque

se expresa que, luegodedisueltounmitindelPartido SocialistaPopular en elParque Colón como resultado de la represión desatada por los esbirros delrégimen contra los asistentes, condujimos los heridos hasta las Embajadas deMéxico,EstadosUnidosyCuba,conelpropósitodepresentarevidenciasdelosatropellosdequeéramosvíctimas.Peroloquenoserelataenesasversioneseslosucedidofrentealaprimeradedichasmisionesdiplomáticas.EneseentonceslaEmbajadadeMéxicoestabaenunacasacontiguaalHotel

Jaragua,conelfrentehaciaelMalecón.Llegamosallíluegodeunrecorridoporlas callesArzobispoNouel,PaloHincadoy el propioMalecón, en el cursodelcuallamanifestación,queseinicióconunreducidogrupodepersonas,sehabíaengrosadosustancialmenteycontabayaconmilesdeparticipantes.Mientras los dirigentes del Partido Socialista Popular negociaban con los

diplomáticosmexicanoselasilamientodealgunosde losheridos,presenciamosuninusitadomovimientodetropasdelejércitoregularquetomabanposiciones,provistosdearmaslargas,inclusiveametralladorasdepie,bloqueandodeunoaotroextremotodoloanchodelMalecón.Noteníamosningunaideadeloquesignificabaaquelominosodesplieguede

fuerzas,peroparecíaobvioquesupropósitoeraimpedirnosquecontinuásemosla ruta que nos habíamos propuesto seguir, que era la de continuar por elMalecón y subir luego hasta la Embajada norteamericana vía la calle SocorroSánchez.Advertidosde loqueestabasucediendo, losdirigentesdelPartidoSocialista

Popular Ramón Grullón y Chito Henríquez se subieron sobre la verja de laEmbajada y explicaron la situación a los manifestantes, advirtiéndoles queaunquenoconocíanlasintencionesdelastropasendespliegue,detodosmodoslamanifestaciónseguiríael trayectoquesehabíaplaneadoyqueelquetuvieramiedoquesefueraparasucasa.Nadie,absolutamentenadie,sefueparasucasaytodos,tomadosdelbrazoy

cantandoelhimnonacional,comenzamosamarcharhacialasametralladoras.Paranuestrasorpresa(porquepensábamosquenosibanamasacrar),cuando

estábamosyaprácticamentesobreellos,lossoldadossereplegaronhaciaelpatiodelJaraguaytomaronposicionesenlosjardines,comosipensasenquenuestroobjetivo fuese el propio hotel. La manifestación entonces siguió su curso sinotrosincidentesycompletósusvisitasalasEmbajadasnorteamericanaycubana,talcomosehabíaprevisto.Soloaldíasiguientesupimosloquerealmentehabíapasado:esanochehabía

unacenadegalaenelroofgardendelHotelJaraguayTrujilloestabapresente.Loque seproponían los contingentes armadosquenosdieronaquel sustono fuereprimirlamanifestaciónsinoprotegeraldictador.Esteacontecimientotuvo,además,unaimportanteconnotación.Porprimera

vezTrujillofuetestigopersonalydirectodelafuerzapopularquehabíaganadoyaelmovimientodemocráticocuyafortaleza,porloqueimplicabaderepudioasu régimen, probablemente le era ocultada por sus colaboradores inmediatos.Quién sabe si fue en aquella ocasión cuando el tirano tomó la decisión deliquidar,mástardeomástemprano,elensayodemocráticoqueélmismohabíaauspiciado.

MIPERSONAJEINOLVIDABLE

Si hubiese de escogermi “personaje inolvidable” entre los compañeros queintegrábamos el Comité Central de la Juventud Democrática, no vacilaría enseleccionar a Salvador Reyes Valdés. Salvador tenía una personalidad sinparalelo,porlodesconcertantesqueresultabansussalidas,siempreinesperadasysorprendentes.Recuerdounavezenquehuíamosambos,descendiendoporlacalleHostos,

despuésdehaberasistidoaunmitinenlapartealtadelaciudadquehabíasidobrutalmente atacado pormiembros de los cuerpos represivos. Enmedio de lacarrera,sedetuvodeprontoyagarrándomedeunbrazomeobligóadetenermetambién.“¡Observaquébellapuestadesol.Detengámonosacontemplarla!”,medijocontodatranquilidad,comosihubiésemosestadoconversandoenlagaleríade su casa de la avenidaBolívar.Tuve que emplear todami fuerza física ymipoderdeconvicciónparalograrquereanudáramoslacarrera.Eramuycuidadosoenelvestiryusabasiempresacoycorbata.Demaneras

extremadamente corteses, se esmeraba en hablar con corrección y en oíratentamente a cualquier interlocutor no importaba quien fuese. Mientras loescuchaba se mesaba continuamente el bigote, manía en la que incurríaconstantemente.Salvador inventaba palabras. Por ejemplo, la expresión “carey” la empleaba

para designar a las personas que compartían nuestra ideología política y queeran, por tanto, confiables. Era un proselitista consumado y reclutó amuchosjóvenes para la Organización. Su lugar preferido para sus sesiones deconcientizacióndefuturoscompañeroseraelrestauranteMoroquito,ubicadoenla calle El Conde esquina 19 de Marzo y solía medir en vasos de cerveza elesfuerzoque le costabaconvencera suscandidatos. “Fulanoesbiencarey, contrescervezasmelogano”,decía.Osino“Zutanoesterco,mecostaránomenosdesiete”.Aveces,aunquepocas,seequivocaba,comocuandoconsideró“carey”yafilió

enlaJuventudDemocráticaalprimerinfiltradotrujillistaquepadecimos.Recuerdoqueenel veloriode supadre, fallecidoaprincipiosdel año1947,

alguien le ofreció un cigarrillo provocando su ira incontenible. “¿Cómo esposiblequeenunmomentocomoestemevengasconuncigarrillo?”,vociferó

fueradesíy,deinmediato,sintransición,lepreguntóconvozsuavealofertante:“¿SonHollywoods?”.Salvadoreraunoptimistairremediable.Recuerdoqueunavezmedijo,llenodeconvicción:“Nosotrosnomoriremosnuncaporque,antesdequenosconvirtamosenviejos, ya la cienciahabrá inventado fórmulasparaconservarindefinidamentelavida”ymeconstaqueestabaabsolutamentesegurode lo que decía. La ironía que remata esta reminiscencia de Salvador ReyesValdés es que él fue, precisamente, el primero de nosotros en fallecer, ya queofrendó heroicamente su vida en las playas de Luperón durante la invasiónantitrujillistade1949.

CARMENNATALIA

Otra persona, también fallecida, que estuvo estrechamente ligada a laJuventud Democrática fue Carmen Natalia Martínez Bonilla. Aunque nopertenecióformalmentealaOrganización(ellaestabaentoncesafiliadaalgrupoopositor clandestino que lidereaba elDr.Viriato Fiallo) fue la inspiración y elalma no solo de nuestro periódico sino de todas las demás actividades querealizábamos. Su casa en la calle Arzobispo Nouel fue la sede de nuestraOrganizaciónyelhogarcomúndetodoscuantosenesaépocaluchabancontralatiranía. Allí efectuábamos las sesiones del Comité Central de la J. D. Allíredactábamos nuestro periódico y todo el material de la organización. Allípreparábamos las manifestaciones y concentraciones populares. En fin, todasnuestras actividades giraban alrededor de aquella casa que nos brindaba unahospitalidadgenerosaysinlímites.Y Carmen Natalia era el centro de todo, ofreciendo su entusiasmo, su

inagotable capacidad de trabajo y su fe en el futuro democrático de nuestropueblo.Laverdadesquenopodríamos imaginarque loquehicimosentonceshubierapodidohacersesinella,sinelejemplopermanentedesufirmeza,desuvalor, de su abnegación. Porque Carmen Natalia, como le dije una vez, fueentoncesunpoquitomadre,unpoquitohermanayunpoquitonoviade todosnosotros. Se había destacado ya como una exquisita poetisa y aquel breveperíododeluchapolíticaquecompartimosconellainfluyódecisivamenteensupoesía,quehastaentonceshabíasidoromántica,extendiendosutemáticahacialos problemas sociales y haciéndolamás recia y combativa pero sin caer en lopanfletarionienellugarcomúnporquesuversoconservósiempresualtura,sinconcesionesalabanalidadnialademagogia.Recuerdodeesaépocasupoema“Lamiseriaestáenmipueblo”quemarcósu

rompimientoconelromanticismoyfuelaprimeramuestradesunuevapoesía.Aúnmepareceestarviendoeloriginaldeesepoema,escritoamanoconaquellahermosa caligrafía suya en la que cada letra tenía su exacta proporción y laarmoníadel conjuntono sealterabaenelmásmínimorasgo.Porqueella,queeraunaestupendamecanografista,manuscribíaprimerosustrabajosyluegolospasabaamaquinilla.CarmenNatalia tenía unahabilidadmanual prodigiosa y todo lo hacía a la

perfección, desde envolver un paquete, confeccionar una pancarta y coser unabandera hasta redactar y mecanografiar un artículo para nuestro periódico“JuventudDemocrática”.Peronofueasítodoeltiempo.Alfinaldesuvida,queseextinguióenelaño

1976,cuandoelmalquefinalmentelallevóalatumbacomenzóacebarseensucuerpo,fueperdiendoaqueldominiomaravillosodesusmanos.Paramíresultóuna experiencia muy penosa ver la escritura vacilante y desmadejada de susúltimascartas.

LASANGREFRÍADELGENERAL

La primera vez que fui hecho preso ocurrió en unamañana cualquiera delmesdeoctubredelaño1946,cuandoestabaapocospasosdelaresidenciademitíoMiguelDíazOrdóñez,enlaArzobispoPortes,dondealasazónvivíaacogidoalahospitalidadvalienteygenerosaquemebrindabamipariente.Unagentedelapolicíamontadoenunapoderosamotocicletasedetuvojunto

a mí, me solicitó la cédula y, luego de confirmada mi identidad, me dijosecamente: “Usted está preso. Súbase ahí detrás y agárrese bien, que vamos acorrer”.Luego de un viaje realmente vertiginoso llegamos al Cuartel General de la

Policía,entoncesubicadoenunapartedeledificioquehoyocupaelMuseodelasCasasReales.Unavezallí,ydespojadodemispertenencias,meintrodujeronaempellones

enuna celda improvisadade la plantabajade la construcciónque anteshabíasidouncuartosanitario.Allípermanecíunbuennúmerodehorassinquenadiemeprestaralamenoratención.Pero,mientrastanto,seprodujeronfueradeallívariascosasenformaacelerada.UntestigohabíapresenciadomidetenciónydiolavozdealarmaamiscompañerosdeJuventudDemocrática.A mediodía ya estos habían enviado un mensaje cablegráfico a nuestros

enlaces en Cuba denunciando mi prisión y, esa misma tarde, los periódicosvespertinosdeLaHabana sehacían ecode lanoticia.De esemodo,mipadre,entoncesRepresentanteDiplomáticodelaRepúblicaDominicanaenaquelpaís,se enteródemiarresto elmismodíadeproducido.Esamisma tardeenvióuncablegramaaTrujillopreguntándoleaquiéndebíahacerentregadesucargoyaquerenunciabaalmismo“porseresteincompatibleconlaprisióndemihijo”.Estemensajeresultóunaconfirmaciónenloshechosdelaadvertenciaquele

había formuladoaTrujillomipadreantesdesupartidaparaLaHabanayquehabía sido formulada en los siguientes términos: “Recuerde, Jefe, que esemuchacho es mi Ramfis”. El tirano debió sopesar, con la astucia que locaracterizaba,sivalíalapenamantenermeenprisiónacostadelarenunciadeundiplomáticodelacategoríademipadreque,porproducirseenelexterior,habríacausado indudable revuelo. La respuesta que se dio a sí mismo fue sin dudanegativa y se materializó en un cablegrama del entonces Secretario de la

Presidenciaamipadreenelqueseexpresaba,másomenos,que“alJefenoseledirigíanmensajesdeesanaturaleza”pero,depaso,desmintiendomiprisión.Esamismanoche recibí enmicelda improvisada lavisitadeunoficialque,

con el espadín de uso en aquellos tiempos desenvainado, me condujo a lapresencia del General Ludovino Fernández, Jefe en ese entonces de la PolicíaNacional. Este me recibió con cortesía pidiéndome excusas por lo que habíaocurridoypreguntándomesieraciertoquelanocheanterioryohabíautilizadouncochedecaballos(todavíaeranenlaciudadunmediousualdetransporte)yal llegaral lugardemidestinomehabíanegadoapagarelpreciode lacarreradiciéndole al cochero, al tiempo que llevaba la mano al bolsillo trasero delpantalón(comosiintentasesacarunarmadefuego):“¿Ustednosabequiénsoyyo?¡Carajo,amínosemecobranesascosas!”.Yo,comoesnatural,neguélaversiónyelGeneralFernándezmedijo:“Yole

creo,ustednoparececapazdealgosemejante.Váyaseyvuelvamañanaaquíalasochoparaterminarlainvestigación”.AlamañanasiguienteestabayoalahoraindicadaanteelJefedelaPolicíay

estehacíapasarasudespachoauntipoconunainconfundiblefachadepolicíavestidodecivil,aquienlehizounaprimerapregunta:“¿Cuálestuprofesión?”.“Cochero”, respondió el otro sin vacilar y en posición de firme. Segundapregunta:“¿Conoceustedaesehombre?”,señalándomeconlamano.Respuesta:“Noseñor,elqueusóanochemicochesinpagarmelacarreraeramásgordoymás grande”. Terminado el interrogatorio, o más bien la farsa, el GeneralFernándezsedirigióamíconlassiguientespalabras:“Yasabíayoquesetratabade una equivocación.Usted es unmuchacho decente. Eso sí, déjeme darle unconsejo: cambie sus amistades porque usted anda con alguna gente que no leconviene”.Y de ese modo finalizó el incidente que por primera vez me enfrentó

directamenteconelGeneralLudovinoFernándezysuimperturbablesangrefríaparaencararcualquiersituación.Lasegundaoportunidadlatuvelanochedel26delmismomesdeoctubre,cuandoparticipabaenlamanifestaciónimprovisadaaraízde la represióndesatadacontra losparticipantesdeunmitindelPartidoSocialistaPopularquesehabíadesarrolladoenelParqueColónyalaqueyahehechoreferencia.Cuando nos encontrábamos frente a la Legación de Cuba, el General

Fernández,vestidoderigurosaetiqueta(habíaestadoesanocheenlacenaenelHotel Jaragua junto a Trujillo y había presenciado con él el paso de lamanifestación por la avenida George Washington) montando en un jeep, se

introdujo en el centro de lamultitud, se desmontó del vehículo y con toda lacalmadelmundonosaconsejó“volveranuestrascasasydejartodoesteasuntoquenonosconduciríaanada”.Lamultitud,realmenteexaltada,fuecerrándosepaulatinamente en actitud amenazante alrededor delmilitar, imprecándole sincontemplaciones.Peroestenoperdióenningúnmomentolacalmaycuandountrabajador se le acercó peligrosamente y le gritó: “¡Asesino, tú mataste a mihermano!”, se limitó a alzar ambas manos haciéndolas rotar pausadamente ydiciendo: “Mis manos están limpias de sangre”. Algunos dirigentes del PSPintervinieron en esemomento y calmaron lamultitud, que dejó partir ileso alGeneral Fernández sin lograr provocar el menor resquebrajamiento en suinalterable parsimonia. Aparte de otras características de su personalidad, elGeneralfueunhombredeindudablevalorysangrefría.

CITACLANDESTINA

Prácticamente mi único contacto con el aparato clandestino que mantuvoviva la llamade la lucharevolucionaria luegode la ilegalizaciónde la JuventudDemocráticaerajustamenteelmáximoresponsabledeeseaparato,miamigodetodalavidaJuanJoséCruzSegura.Unatardedefinesdejuliodelaño1947JuanJosémevisitóenlacasademi

tío Miguel Díaz Ordóñez, donde nos reuníamos periódicamente, paratransmitirme unmensaje de Luis EscotoGómez invitándome a visitarlo en ellugardondealasazónestabaescondido.EscotoGómezeraelúnicomiembrodelComitéCentraldel ilegalizadoPartidoSocialistaPopularque seencontrabaenlibertad.Juan Joséhabía recibido elmensaje transmitidoporunhombre aquienno

conocíayqueleindicóqueyodebíaestarenlaentrada,alassietedelanochedeldíasiguiente,deunpequeñocolmadoquehabíaenlaavenidaSanMartínfrenteal antiguoAeropuertoGeneralAndrews, y comprar una cajetilla de cigarrillosCremas. Luego debía pararme junto al farol que estaba frente al colmado ycambiar el reloj pulsera de lamuñeca izquierda a la derecha. EsasmaniobraspermitiríanquemeidentificaralapersonaencargadadeconducirmealesconditedeEscotoGómez.Deigualmodo,lapersona,paraasuvezseridentificadapormí,seacercaríaymepreguntaríalahora.Alahoraseñaladadelsiguientedíameencontraba,bajounalevellovizna,en

ellugaracordadocambiandodemuñecamirelojdepulseracuandounhombredesconocido,dealtaestaturaytocadoconunsombrerooscuro,semeacercóapasosrápidosymepreguntó:“¿Quéhoraes?”.“Lassiete”,respondí.“Sígameacuatro pasos de distancia”, ordenó entonces el hombre, sin mirarme,emprendiendode inmediato lamarcha por la oscura callejuela que se iniciabajuntoalfarol.Recuerdo que la lluvia había arreciado un poco cuando mi guía y yo

alcanzamos el final de las casas y nos adentramos en una zona abierta ydespoblada,cubiertademalezaysalpicadadealgunosárbolesdispersos.Hastaese instanteyohabíaaceptadoconenteraconfianza la invitaciónque

habíarecibido,apesardequelapersonaquelahabíatransmitidoaJuanJosémeera desconocida. Pero ahora, caminando en la noche bajo la lluvia en aquella

zona desolada, sentí de súbito un angustioso sobresalto. ¿Por qué —mepreguntaba—habíasidotaningenuocomoparadejarmellevaraunatrampaqueahora me parecía evidente? Sentí que ese hombre que caminaba ante mí meestaballevandoalmatadero.Enalgúnlugarcercanomeesperabansuscómplicesparamatarmeimpunemente.Presa de terror, busqué en el suelo alguna piedra, algún trozo de madera,

cualquiercosaquemesirvieraparadefendermede la inminenteagresión,peronadaencontréquepudieraservirmeparaesepropósito.Penséenhuirperouna fuerza irresistibleme forzabaacontinuar lamarcha

detrásdemipotencialverdugoymesentídeprontoavasalladoporlafatalidadeincapazde reaccionar.Pero estoduróapenasun instante.Albordearunárboltupido,irrumpimosenunclaroyallí,apocospasosdedistancia,viunacasitademadera en cuya puerta frontal me esperaba con una sonrisa en los labios lapersonaconquienmásdeseabaencontrarmeenaquellosangustiososmomentos:LuisEscotoGómez.Entramosynossentamosendosmecedorascontándonosnuestrasrecíprocas

experiencias durante los últimos días. Luego me informó el propósito de susolicitud de encuentro: había un grupo de conjurados decididos a matar aTrujilloqueteníaaccesoalPalacioNacionalatravésdeelectricistasqueestabanactualmente reparando unas instalaciones en el recinto. Quería saber si yo yalgunosotroscompañerosestaríamosdispuestosaparticiparenelcomplot.Me negué rotundamente, tanto a participar como a transmitir a nadie la

invitaciónaparticipar.“Nosoypartidariodelatentadopersonal”, ledije, “creoqueexistenotrasvíaspararesolverelproblemapolíticodominicano”.AñosdespuésmeencontrédenuevoconLuisEscotoGómezenmuydistintas

circunstancias.TrabajábamosambosenelPalacioNacionalenlosdíaslúgubresque siguieron a la invasión de Constanza, Maimón y Estero Hondo y a losasesinatos de JuanchoMorales y RamónMarreroAristy a los queme referirémástarde.La muerte de este último, sobre todo, nos había impresionado

profundamente,yconrazón,puesenaquellaépocasolíamosreunirnoslostresacomentar los desmanes de la dictadura e intercambiar opiniones sobre latragediaqueagobiabanuestropaísy,siMarreroAristyhabíasidoasesinadoporsu desafección al régimen, esto abría una negra perspectiva para sus doscontertuliossobrevivientes.Al día siguiente de aquel en que Marrero Aristy fue enterrado en el

Cementerio de la Máximo Gómez con cínicos honores militares, Luis Escoto

Gómez,visiblementeaterrorizado,mevisitóenmidespachoparacomunicarmesupropósitodeasilarseenunaEmbajadaextranjera,yaquetemíaporsuvida,einvitándomeaacompañarloenesaaventura.Alnegarmeaelloloexhortévehementementeadesistirdesupropósito,que

considerabatotalmenteimpracticabledadaslasmedidasdeseguridadadoptadasporladictaduraalrededordelasLegacionesyEmbajadas.Mis esfuerzos para convencerlo fueron inútiles y, dos días después de esa

últimaconversación,caíaLuisEscotoGómezacribilladoabalazosenlosjardinesdelaEmbajadadeGuatemala.

ELBATALLÓNSUICIDA

Por los años cincuenta y tantos puso la dictadura en vigencia el serviciomilitarobligatorio,quesoloconsistíaenejerciciosdeentrenamientoconfusilessinbalas y enmarchas agotadorasporunasdoshoras cadamañana, apartedealgunassesionesteóricassobrerudimentosdedisciplinamilitarcuyostérminosdebíamosrepetirinterminablementesinvariarunasolaletra.Aunque luego el reclutamiento se generalizó, en su inicio tuvo obvias

connotaciones políticas y en la selección de los conscriptos se prefería a losjóvenesconsideradoscomodesafectosalGobierno.Amímetocóelservicioenel primer grupo, que fue bautizado como el “batallón suicida”, porque losentrenadores se empeñaban en “sacarnos el cuajo” sometiéndonos a ejerciciosexageradamenteviolentosyseregodeabanvociferándonostodaclasedeepítetoshumillantes.Pero aquella prueba se hizo tolerable con los días y llegamos incluso a

disfrutarconlaoportunidadquenosbrindabalatiraníadepoderreunirnoscadadíaycambiarimpresionessinpeligro.Luegodeexpirareltérminodelservicio,alos tresmeses de iniciado, yo llegué hasta a echar demenos aquellas sesionesdiariasque,además,memanteníanenbuenascondicionesfísicas.El futuromereservaba,sinembargo,unasorpresa:unamañanasepresentó

una pareja de guardias ami casa yme condujo preso en un jeep del EjércitoNacional hasta la oficina del Servicio Militar Obligatorio, que comandaba elentoncesCoronelPluyerTrujilloyestabasituadaenlosbajosdeloquehoyendíaesunadependenciadelPalacioArzobispal.Allí me recibió el mencionado oficial con la noticia de que yo había sido

reclutado nuevamente para el servicio militar, que ahora consistiría en unaincorporacióntotalauncuerpoespecialasimiladoalasFuerzasArmadasyqueaquello significaba el acuartelamiento y residencia permanente en uncampamento situado en la ribera este del río Ozama. Sorprendido con lainesperadanoticia,leexpreséalcoronelqueyomeencontrabainhabilitadoparaelreclutamientoportenerlospiesplanos(loúnicoquesemeocurrióenaquelmomento y que era, además, la pura verdad). La respuesta del militar fuealentadora. “Cuandousted sea sometidoenel campamentoal examenmédico,explíqueleesoaloficialacargo,queseguramenteloexonerará”,medijo.

Luegode una larga espera, durante la cual se fueron incorporando algunos“reclutas” adicionales, nos llevaron a todos al campamento en la cama de uncamióndelEjército.Cuando llegamosanuestrodestinonosencontramosconvariasdocenasde

jóvenes aglomerados en el patio del cuartel, que habían sido “favorecidos”también como nosotros con el reclutamiento forzoso. Nadie sabía de qué setratabaypasamosunbuenratointercambiandohipótesissobrelasuertequenosesperaba, hasta que un oficial nos obligó a alinearnos en posición militar yesperarlasinstruccionesquenosdaríaelGeneral,JefedelCampamento.Luegode varios insultos y algunas patadas sueltas de oficiales subalternos sobre lasnalgas de los reclutas que no mantenían una correcta alineación o noconservaban la rígida postura militar, el General hizo su aparición fumandoparsimoniosamenteuncigarrillorubioenunaboquillademarfil,ynosendilgóuna breve arenga felicitándonos por habernos presentado “espontáneamentecomo voluntarios para ir a pelear en la guerra de Corea en contra delcomunismo”.Noresultadifícilimaginarlareacciónquenosprodujoesanoticiaquerecibimosconsilenciosoyprofundoestupor.Pero claro, no había nada que hacer y cumplimos resignadamente con la

ordendemarcharhaciaunbarracónpróximopara sometemosa losexámenesmédicosreglamentarios.Unavezallísenosordenóquitarnoslasropasyesperarcadaunosuturno.El

oficial médico, corpulento, en camisilla y con cara de pocos amigos, vigilabaceñudoelproceso,que se iniciabacon superficiales exámenesocularesque, enmicaso,seefectuaronsinsiquierahacermequitarmisespejuelosdemiope.Como, una vez terminados estos, mi posición en la fila me permitía

acercarme al oficial médico, aquel me pareció el momento oportuno parapresentarlemisolicituddeexoneracióndelservicio.PensandoenelefectoqueelmágicoapellidoTrujillotendríaencualquiermilitar,armándomedevalorydeunaextremahumildad, levantéunamano tímidahacia él y comencéadecirle:“Yo estuve estamañana conversando con elCoronelPluyerTrujillo y estemedijo...”.Perono tuve tiempode continuarporque el oficial, dandoun salto, sepusoenpieymeinterrumpiógritandoconvozdetrueno:“¿Quécarajointentaustedmencionando ese nombre? ¡Amí nadieme asusta con nombres!... Sepa,coño, que cualquier cosa que usted me vaya a decir, tiene de antemano midesaprobación...Ahora,dígame¿quéquiere?”.Sentíqueelmundosederrumbabaamialrededor.Humillado,encueros,con

la cara enrojecidade vergüenza, balbuceémi pedidode exenciónbasado en el

defectodemispies.Larespuestafue lasiguiente:“Ande,camineavercómolohace”. Yo di unos pasos procurando exagerar la inseguridad de mi andar,mientras me sentía el más ridículo de los mortales. “No me venga conpendejadas, usted puede caminar...”, gritó mi verdugo una vez terminada laprueba. “Además”, agregó, “el ejército americano que está peleando en Coreaestállenodesoldadosconpiesplanos...¡Vuelvaalafilaynojodamás!”.Volvímansamenteamilugar,dispuestoyaaesperarlopeor.Unosminutos

mástarde,alfinaldelproceso,unmarineroqueestabasentadoenunescritoriome preguntó mi nombre para anotarlo en el registro de los que habían“aprobado”elexamen.Eloficialmédicoestabaenesosmomentosalalcancedemivozyyomedijeamímismo:“Siesteenergúmeno,sinsaberquiénsoyyo,meha tratado como lo ha hecho, ¿qué me hará si sabe mi nombre?”. Por tanto,respondíconunhilodevozalapreguntadelmarino,peromipropósitoresultófallido.“¡Hableduro,coño,quenolooigo!”,megritó.Abrumado,dispuestoyaaaceptarlotodo,dijeenvozalta:“VirgilioDíazGrullón”,mientrasobservaba,dereojo,elgestodesorpresadeloficialmédicoquesevolvióhaciamípreguntando:“¿Cómodijoquesellamaba?”.Yorepetíminombreconuntonoquedelatabamiya total resignación. “¿Virgilio Díaz Grullón?”, interpuso con voz de súbitohumanizada, “¿el hijo del poeta Ligio Vizardi con Virginita Grullón, deSantiago?, ¿el sobrinodemicompadreManuelGrullón?Hombre, ¿porquénomelodijisteantes?”,y,sintransición,mepreguntó,“¿porquéusasespejuelos?”.“Soymiope”,repusedesconcertado.Yél,volviéndosedesúbitoaquienmehabíahecho el examen visual y reasumiendo su voz estentórea, le espetó: “¡Animal!¿ustednovequeestehombreestácasiciego?¡Denlelaexoneraciónenseguida!”.Yvolviéndosehaciamípronuncióesta frase salvadora: “¡Váyasea sucasay

salúdemealafamilia!”.Esta experiencia fueunade lasmejorespruebasquehe recibidoenmivida

sobre la importancia que tiene en nuestro país la augusta institución del“compadreo”.

PROTOCOLOTRUJILLISTA

En losprimerosañosde ladécadade losañoscincuenta,durante loscualesvivíamitotalostracismoencasademitíoMiguel,algunoscompañerosyamigosfieles continuaron manteniendo esporádicos y discretos contactos conmigo y,precisamenteunodeellos,meconvencióunanochedeacompañarloapasarunratoenel“NightClub”deLaVozDominicana,propiedaddePetán,elhermanodeTrujillo.Estosucedióhaciaelfinaldeeseperíododeostracismoaquemehereferido

y, luego de algunos momentos de vacilación, decidí aceptar la invitaciónpensando que mi “peligrosidad” se había ya diluido frente a los ojos de ladictadurayquemipresenciaenaquellugarpúblicopasaríainadvertida.Cuando llegamosanuestrodestino,acompañadosdeunreducidogrupode

amigos entre los cuales se encontraba la hija de unEmbajador extranjero, nospercatamos, ya demasiado tarde para retirarnos sin provocar alguna peligrosareacción, que nadamenos que el propioTrujillo estaba en el lugar, ocupandouna gran mesa al fondo del salón y rodeado de una impresionante cohortemilitar.Renegandodenuestramala suerteperoconscientesdequenonosquedaba

otra alternativa que tratar de pasar inadvertidos, nos encaminamos hacia unamesaubicadaenelextremoopuestoaladeltiranoypermanecimosallíhastaqueestedecidiódarpor terminadasuparticipaciónen lareuniónysemarchócongranestrépitodesillasarrastradasypasospresurososdebotasmilitares.Una vez despejado el ambiente nos fuimos también nosotros confiando en

quenuestraimprudencianotendríaconsecuencias.Peroenmicasoesaconfianzanose justificaba:muytempranoa lamañana

siguiente el Subjefe de laPolicía enpersona estaba enmi casa “invitándome aacompañarloporqueelGeneralOlivaqueríavermeconurgencia”.Tan pronto fui conducido a su presencia, el General, entonces Jefe de la

Policía,mepreguntósinpreámbulos:“¿UstedestuvoanocheenelNightClubdeLa VozDominicana?”. “Sí, señor”, repuse. Y él: “¿Por qué no saludó usted alGeneralísimo Trujillo, que es el hombremás grande de este país y merece elrespetodetodos?”.Yonoesperabaqueelinterrogatoriosecondujeraenesadirecciónyrespondí,

desconcertado:“YonoconozcoalGeneralísimopersonalmente...,nomeparecióprudenteirasaludarlo...”.PeroelGeneralmeinterrumpióconvozcolérica:“¡YonohequeridodecirqueustedmerezcasaludarpersonalmentealJefe!...Ningúncarajo tiene derecho a eso... Lo que usted debió hacerle fue una reverencia alpasarcercadeél...”.Recibíensilencioaquellaleccióndeprotocolotrujillistay,paramialivio,una

vezterminadaesta,leoídeciralGeneral:“¡Puederetirarse!”.Había salidomuchomejorparadodeestaaventurade loque suponía,pero

me esperaba aún otra sorpresa. Cuandome dirigía a casa a tranquilizar amisfamiliares y ya cerca de esta,me vi súbitamente rodeadode cuatro policías decivilalmandodelterrible“Olivita”,siniestropersonajedelatiraníayhermanodelJefedelaPolicía.“Súbaseaestejeepqueloquierenverenelcuartel...”.“Perosi yo vengo de allá...”, traté de explicarle ami captor. “No hablemás, coño, ysúbasealjeep”.Nohabíaotracosaquehacerymeapiñéconlospolicíassecretosdentrodelvehículo.Durante el trayecto estaba realmente asustado.Una cosa era que un oficial

regular de la institución policial condujera a alguien preso y otra cosa muydiferentequelohicieraelterriblepersonajequemeteníaahoraasudisposiciónrodeadode cuatromaleantes.Aquello, ami juicio,nopodría significar sino lopeor.La convicciónde queme estaban llevando almataderomeduróhasta que,

unavezconducidonuevamentealapresenciadelGeneralOliva,esteledijoasuhermano:“Suéltaloqueyoyahabléconélestamañana”.Eraevidentequelaordendedarmeunsusto,simplementeparaquenoseme

olvidaracuáleramiverdaderasituación,habíasidoimpartidaporTrujilloamásdeunodesuscolaboradores.

HUMORNEGRODETRUJILLO

Trujillonoteníasentidodelhumoro,mejordicho,sunaturalezaprimitivaysu faltade refinamiento le impedíanejercerelhumorismoen formacivilizada.Sus bromas eran groseras o, en algunos casos, tenían una connotación tanamenazantealaluzdelterrorqueinspirabasupersona,queprovocabanpánicoenlugarderegocijo.Eranmuestrasdehumornegroenelpeorde lossentidos.Miprimerdíade

trabajo en el Palacio Nacional, ejerciendo funciones de Subsecretario de laPresidencia, en las que fui designado sin saber cómo ni por qué —y muchomenosparaqué—,fueunajornadainterminable.Alas7ymediadelamañanadeesedíamecondujeronaundespachodotadodetresbutacasyunescritoriodondereposabandoslápicesyunalibretaenblanco.Desdeesahoraestuveallí,sinmoverme,enesperadequealguien,nosabíaquién,vinieraadecirmealgo,no sabíaqué.Peronadie vinohasta cuando, almorir la tarde, la puertademidespacho se abrió al tiempoqueTrujillo, acompañadode suhermanoHéctor,entoncesPresidente,sedeteníaenelumbralmirándomefijamente.TodavíayonoestabafamiliarizadoconelprotocolovigenteenPalaciopero

miinstintomeaconsejóponermeenpieyavanzarunpardepasosalfrente,sinacercarmedemasiado,enesperadequealgunodeellostomaralainiciativa.“¿Quéhaceustedaquí?”,mepreguntóadustamentecomosinoseexplicase

mipresenciaenPalacio.Miinstintovolvióaintervenirparaadvertirmequedebíaseguirlacorriente.“Acabo de ser nombrado Subsecretario de la Presidencia por el Señor

Presidente”,repusedespuésdeunacortavacilación.Trujillosevolvióasuhermanopreguntándole:“¿Esverdadeso?”.“Sí,esverdad,Jefe”,contestóestecontinuandocontodaseriedadlafarsa.“Está bien”, repuso el tirano y se fue, seguido obsecuentemente por su

hermano,sindecirotrapalabramás.Estafuemiprimeraexperienciaconelhumorismotrujillano,peronolapeor.

La peor la experimenté una mañana, varias semanas después, cuando,obedeciendo el sonido de la estridente chicharra con la que solía llamarme eltirano, acudí a su despacho, libreta y lápiz en mano, como era de rigorpresentarseenesoscasos.

Yomedetuveenelumbralde lapuertamientrasTrujillo,quesehallabaenpieydeespaldasconversandoenvozbajaconelentoncestemibleJefedelSIM,JohnnyAbbes, volvió el rostro y, al verme, exclamó: “¡Oh! ¿Y este hombrenoestabapreso?”.Noesprecisohacerungranesfuerzodeimaginaciónparacomprenderloque

significaba en aquella épocauna expresión como esa, saliendode los labiosdeTrujilloysiendocaptadaporlosoídosdeJohnnyAbbes.Imaginoqueelespantoquesentísereflejóenlapalidezdemirostrooenla

desorbitacióndemisojosporqueTrujillo,comosisecompadecierademiterror,soltóunacortacarcajadaymedijo:“EsqueelpoetaRamónEmilioJiménezmecontóqueustedsehabíallevadounamuchachaanocheylohabíanhechopreso”.SiempremehaquedadoladudadecuálhubiesesidolareaccióndelJefedel

SIMsiTrujillonohubieraagregadoaquellaaclaraciónsalvadora.

ELADIÓSDEJUANCHOMORALES

“Quédate aquí con el Subsecretario mientras averiguo si el Jefe puederecibirte”,dijounodelosmásaltosfuncionariosdelrégimenenaquelentoncesmientras le indicaba a Juancho Morales una butaca que estaba frente a miescritorioysalíaapresuradamentedeldespacho.YoconocíasuperficialmenteaJuancho, un banquero de largos años de experiencia que en esa época eraAdministradordelBancodeReservas.Luegodesaludarlolepaséunejemplardelperiódicodeldíaparaqueseentretuvieraleyendomientrasesperaba.La espera no fue larga.Al poco rato hizo su entrada unode losAyudantes

Militares de Trujillo con la información de que este recibiría de inmediato aJuancho.Nosdespedimosconunapretóndemanosynolovolvíavermás,enelmásdefinitivoyliteralsentidodelaexpresión.Unasdoshorasdespuéssonóamiladoeltimbreconquesolía llamarmeelPresidenteHéctorTrujillo,amitaddemañana,paraque le llevase la correspondencia adespachar cadadía.Conmispapeles bajo el brazo recorrí el largo pasillo que remataba en el despachopresidencial.Alentrareneste,encontréalPresidenteacompañadodesuhermanoNene.

Sostenían una animada conversación que interrumpieron cuando yo abrí lapuertadeldespachosolicitandopermisoparapasaradelante.“¿Supolanoticia,Doctor?”,mepreguntóelPresidentesinotropreámbulo.“No,señor,¿dequésetrata?”,respondíacercándomeasuescritorio.“MataronaMorales”,mecontestó.“¿CuálMorales?”,preguntéextrañado.“El Administrador del Banco de Reservas”, me informó el Presidente. “Lo

matóelcubanoexiliadoPolicarpoSoler”.“Nopuedeser”,ripostéincrédulo,“acabodeverhaceunratoaquíenPalacio

aeseMorales...”.Al propio tiempo que profería ingenuamente esas palabras y ya sin tiempo

paradisimularsusentido,medicuenta,anonadado,dequehabíacometidounaimprudenciapeligrosísima:sinquenadiemelopidieraestabaautocalificándomecomo testigo ocular de la presencia en Palacio de alguien que había sidoasesinadomomentos antes, tal vez allí mismo, presencia que indudablementehabríainterésenocultar.

Mesentídeprontoabrumado,máspor elpesodemipropia estupidezqueporlapeligrosidaddelatrampaenquemehabíacolocadoinvoluntariamente.Porotraparte,laposibilidaddequenosehubiesenescuchadomispalabraso

quenosehubieracaptadosusentido,siacasohabíaexistido,sedesvanecióporcompleto porque en ese instante, al entrar al Despacho el Secretario de lasFuerzasArmadas, JoséGarcíaTrujillo, elPresidente lo recibió con la siguienteinformación:“Mira,Josecito,elDoctordicequevioaMoraleshaceunratoenPalacio...”.García Trujillo me echó una mirada de soslayo pero no tuvo tiempo de

reaccionar porque, en ese mismo instante, entró el propio Trujillo con pasorápidoalaestanciaaltiempoqueexclamaba:“¡Québarbaridad!”.ElPresidentesepusoenpiediciendo:“¡Sí,hombre,pobreMorales...!”.PeroTrujillolointerrumpióhaciendounbruscoademánconlamano,como

si tratasedeborrar laspalabrasdesuhermano.“¡QuéMoralesniquécarajo!...EstoyhablandodelpilotoVicioso...elmuycabrónsequedóenPuertoRico...”.Y luego de una breve pausa añadió, recriminándose a sí mismo: “Y yo lo

sabía,yolosabía...”,mientrassegolpeabaunayotravezconelpuñoderecholapalmadesumanoizquierda.Yo conocía los antecedentes del caso. Hacía algún tiempo que el poeta

Abelardo Vicioso había renunciado públicamente a su cargo de Cónsul enCurazaoparaincorporarsealaluchaantitrujillistaenelexilio.Suhermano,alasazón piloto de las Fuerzas Aéreas Dominicanas, le ofreció a Trujillo suactuacióncomointermediariofrenteaAbelardoparaconvencerloderegresaralpaís y el déspota aceptó la propuesta y lo autorizó a viajar al exterior paracumplir ese propósito. Era evidente que Trujillo acababa de enterarse de ladesercióndelpilotoyserecriminabaporhaberlepermitidoqueloengañara.Aquelladebióserunade laspocasvecesquealguienseburló impunemente

del tirano y la brusca reacción de este ante la mofa me permitió abandonardiscretamente el despachopresidencial antesdeque continuasen losominososcomentariossobremirecienteencuentroconMorales.Nunca se supo a ciencia cierta el porqué del asesinato de JuanchoMorales

perocorrióelrumordequelooriginóelhaberaceptadoqueFulgencioBatista,elexdictadorcubanoporeseentoncesexiliadoenelpaís, retiraraundepósitodecinco millones de dólares que había hecho en el Banco de Reservas arequerimientodeTrujillo.Seafirmabaqueel tiranodominicanopretendíaapropiarsedeaquella suma

en una especie de “cobro compulsivo por servicios prestados” al dictador

cubano. Morales, hombre de honestidad probada, obviamente ignoraba esepropósitoysu“delito”consistióennohaberloadivinado.Laanteriorhipótesiscabeperfectamentedentrodelalógicadelrégimentrujillista.

LAÚLTIMAAPELACIÓNDEMARRERO

Las dos portezuelas giratorias, que remedaban inexplicablemente las de un“Saloon” del viejoOesteNorteamericano, se separaron bruscamente una de laotra y chocaron contra las paredes interiores demi despacho produciendo unruidosordoalempujedelinesperadovisitantequeentrabaconpasorápidoalaestancia.Frenteamí,quemehabíapuestoenpiedeunsaltoantelasúbitaintromisión,

estaba Trujillo, mudo e inmóvil, con los puños cerrados apoyados sobre miescritorioylafrenteinclinada,mostrandolasvenashinchadasquelemarcabanlassienescuandoerapresadelfuror.Estabavestidoconeluniformeverdeolivoquehabíausadodesde eldía en

que se conoció del desembarco de los guerrilleros en Constanza y querepresentaba su simbólica participación en los combates que se efectuaban amuchoskilómetrosdedistanciadelPalacioNacional.TrasdeTrujillo,atropelladamente,habíanirrumpidotambiéneneldespacho

el Jefe de sus AyudantesMilitares y el escritor RamónMarrero Aristy. Aquelpermaneció junto a la puerta, en posición de firme, pero el último se hallabajunto al tirano, hablándole apresuradamente al oído sin obtener respuestaalguna.Paralizadoporlainsólitasituaciónquesedesarrollabafrenteamínopudeoír

ni una sola de las palabras pronunciadas por Marrero, pero adivinaba queestaban dictadas por una urgente premura y traslucían algo parecido a ladesesperación.No sé cuánto tiempo duró aquella escena porque el desconcierto que me

produjo atrofiómis facultadespara comprender el sentidode loque sucedía yasí, luego de un lapso indefinido, Trujillo, en la misma forma abrupta comoentró,levantólospuñosdemiescritorio,diomediavueltaysaliódelaestanciaagrandes zancadas sinmirar ni una sola vez aMarreromientras este lo seguíaapresuradamenteycontinuabamurmurándolealoídopalabrasentrecortadasyansiosas.Antes de sentarme de nuevo al escritorio y mientras oía el sonido de las

portezuelas al cerrarse nuevamente, alcancé a decirme a mí mismo: “¡Quéimprudencia la de Marrero al insistir en decirle a ese hombre algo que

obviamentenoquiereoír!”.Estaba entonces muy lejos de saber lo que fue evidente para mí dos días

después,cuandoaparecióelcadáverdeMarreroenelfondodeunprecipiciodela Cordillera Central. El escritor había estado aquel día luchandodesesperadamenteporsupropiavidafrentealasordaeinsondableinclemenciadeldéspota.

AMNESIACOLECTIVAPORORDENSUPERIOR

Hacia finesdediciembredelaño1960estabayoejerciendo las funcionesdeVicegobernadordelBancoCentralcuyaGobernaciónocupabaenaquelentoncesSalvadorOrtiz,quienseencontrabaalasazónfueradelpaís.Una llamada telefónicadelPalacioNacional interrumpiómi rutinaria labor

deaquellamañana.“ElJefedeseaverloenseguida”.SalíprecipitadamentehacialasoficinasdeTrujillo,encontrándolosentadoensuescritorioconunapequeñahojadepapelenlamano.Unarápidaojeadamepermitiópercatarmedequesetrataba del informe sobre el estado de las reservas de divisas que enviabadiariamenteelBancoCentralaldictador.“¿Quéquieredecir estanota?”,mepreguntó señalandoconeldedo laparte

inferiordelahoja.Yosabíamuybiendequésetrataba.Hacíaañosqueesanotafigurabaenel

informediarioylamismaexplicabaque,deltotaldereservasinternacionalesdeldía,había18millonesdedólaresquenoestabandisponiblesporqueservíandegarantíaauncréditorecibidoporelpaísdeunbancoextranjero.Así se lo expliqué a Trujillo, agregando que el crédito recibido había sido

destinado a cubrir parcialmente el costo de instalación del Central RíoHaina(esteingenioazucareroeraentoncespropiedadprivadadeltirano).“Esonoesverdad”,repusoconvozpausadaaunquefría.Yo insistí ingenuamente repitiéndole la explicaciónconmayordetalle,pero

nopudeterminarlaporque,presadeunsúbitoarrebatodefuror,Trujillodiounpuñetazosobreelescritorioyvociferóconelrostroahoraencendidodecólera:“¡Esonoesverdad!”.Fuelaúnicavezquemehablóentonodestempladoymeturbóloinesperadodelasituación.Acertéadardospasosatrás,inclinélacabezayledije:“Losiento.Parecequelainformaciónquetengoestáerrada”.“¡Puederetirarse!”,meespetóentonocortante.Dimediavueltay salídeldespacho sinentender loqueacababade suceder

aunqueconvencidodequemishorascomofuncionarioestabancontadas.Regresé al Banco, y les conté mi experiencia a mis compañeros de labor.

NadiepudoencontrarunaexplicaciónlógicadelaactituddeTrujilloperotodoscompartieronmiconviccióndequeyoeraprácticamenteuncesante.No fui testigo presencial de lo que sucedió después perome enteré de que

otros funcionariosdelBancofueronconvocadosseparadamenteporel tiranoyhabían dado la misma respuesta que yo a su pregunta, incluso el propioGobernadorOrtiz(queasuretornoalpaísfueconducidodirectamentedesdeelaeropuertoantelapresenciadeTrujillo).Esaunanimidadresultófatalparatodosnosotros, que fuimos destituidos en masa de nuestros cargos sin másexplicaciones.No tengouna certeza absoluta sobre losmotivosdelprocederdel tiranoen

esaocasión,perosospechoquehabríaquebuscarlosenlasprofundidadesdesupsiquis: allá, en lo más recóndito de su conciencia, existía quizás algúnsentimiento de culpa que a veces lo atormentaba y, para amortiguarlo, noconocíaotromedioqueeldeasegurarsequeelrecuerdodesusfeloníassehabíaborradodelamemoriadelaspersonasquelasconocían:unaespeciedeamnesiacolectivaporordensuperior.

BIBLIOTECADOMINICANABÁSICA(BDB)

LaBibliotecaDominicanaBásica (BDB)aspiraa reunir lasobrasemblemáticasdela literaturayelpensamientodominicanosy llevarlasaunpúblicoamplioafinderecuperaryponerenvalorlostítulosesencialesdenuestrocorpusliterario.Esunproyectolargamenteacariciadoquepersigueelrigoreditorialtantoenlaseleccióndelasobrascomoenlaediciónypresentación.Poreso,sehaelegidocomologolaflornacional,labellaysingularrosadeBayahíbe,quesimbolizaunpropósito ambicioso, el de conformar una colección que nos vincule connuestrasesenciasyrindahomenajealosautoresconsagrados,alavezquesirvadeimpulsoalasjóvenesgeneraciones.

PUBLICACIONESBIBLIOTECADOMINICANABÁSICA(BDB)

1.ElderrumbeFedericoGarcíaGodoy

2.ElsembradordevocesFranklinMiesesBurgos

3.PresenciadelosfrutosJuanSánchezLamouth

4.CrepúsculoperplejoManuelZacaríasEspinal

5.LasangreTulioManuelCestero

6.PalabrassintiempoDomingoMorenoJimenes

7.TextosescogidosVirgilioDíazGrullón

8.MateriadelamorManuelRueda

9.YerbasbajolaspiedrasHéctorIncháusteguiCabral

10.DécimasdesiempreJuanAntonioAlix

11.PoemasynarracionesTomásHernándezFranco

12.CosasañejasCésarNicolásPenson

13.IdeadelvalordelaislaEspañolaAntonioSánchezValverde

14.Cuentosescritosantesdelexilio

JuanBosch

15.CuentosescritosenelexilioJuanBosch

16.MáscuentosescritosenelexilioJuanBosch

17.BaníoEngraciayAntoñitaFranciscoGregorioBillini

18.InvitaciónalalecturaCamilaHenríquezUreña

19.OverRamónMarreroAristy

20.SiempremisaguastendránrumoresSaloméUreña

SOBREELAUTORDELOSTEXTOSSELECCIONADOSVirgilioDíazGrullónNacióenSantiagodelosCaballerosel1demayode1924yfalleció en Santo Domingo el 18 de julio de 2001. Doctor en Derecho por laUniversidad de SantoDomingo. Colaboró en diversos periódicos y revistas, yvariosdesuscuentoshansidotraducidosalinglés,francés,alemányportugués.Publicótreslibrosdecuentos,lanovelacortaLosalgarrobostambiénsueñan,asícomo un testimonio de su experiencia personal durante la dictadura trujillistabajoeltítuloAntinostalgiadeunaEra.Unamuestradetodaesaproduccióneslaquesepresentaallectorenestevolumen.En su cuentística asume la estructura primaria del género, que responde a laredondezdelaimagendramática:unplanteamientoinicial,unnudooconflictoyundesenlaceporlogeneralinusualoinesperado.Entroncadeesemodoconlatradición, enfatizadapor JuanBosch enunmomento enque, anivelmundial,primabaunadesbordadaexperimentación.El mundo de sus cuentos es eminentemente urbano. Pedro Vergés señala alrespectoenelprólogoaestaedición:“Poresavía,despojadodeunavinculacióncon lo rural que lo hubiera constreñido a tipos y situaciones específicas, DíazGrullón pondrá su narrativa en contacto con una serie de ideas y deconcepciones que se habían convertido en prototípicas de la literaturaoccidental”.Dueñodeunestilosobrio,contenido,otrodesusrasgosdefinitoriosradicaenlaprofundidad psicológica que otorga a sus personajes. Es el suyo un universonarrativo de temática urbana, donde lo fantástico, lo mágico y la minuciosaobservación realista, en ocasiones de naturaleza histórica, afloran en textos deunagrandepuraciónliteraria.

SOBREELAUTORDELPRÓLOGOLosdatossobrePedroVergéslospuedesencontrarhaciendoclicsobreelsiguientelink:

http://www.epdlp.com/escritor.php?id=8882