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Textos de trabajo TP Nº1 Universidad Nacional de Córdoba UD1 Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Cátedra B INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA ARQUITECTURA Y EL URBANISMO IHAUB. FAUD. UNC 2011 1

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  • Textos de trabajo TP N1

    Universidad Nacional de Crdoba

    UD1

    Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseo

    Ctedra B INTRODUCCIN A LA HISTORIA DE LA ARQUITECTURA Y EL URBANISMO

    IHAUB. FAUD. UNC 2011 1

  • Universidad Nacional de Crdoba

    GuaFacultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseo Ctedra B

    UD 1INTRODUCCIN A LA HISTORIA DE LA ARQUITECTURA Y EL URBANISMO Personal docente 2011: Joaqun Emiliano Peralta: Profesor titular Diana Cohen: Profesora adjunta Patricia Bugu: Profesor asistente Catalina Cometta Profesor asistente Silvia Costanzo Profesor asistente Guillermo Ferrando Profesor asistente Josefa Martnez Profesor asistente Alejandro Romanutti Profesor asistente Cristian Terreno Profesor asistente Paula Ilvento Adscripta egresada Mara Lorena Fernndez Adscripta egresada Gisele Daga Adscripta alumna Carmen Mara Yoma: Adscripta alumna Patricia Carballo Adscripta alumna Coronado Valeria Ayudante alumna rentada Gabriela Ayeln Pawluchuzk Alumna invitada La presente seleccin de textos ha sido elaborada por la ctedra, para uso exclusivo de los alumnos de la carrera de arquitectura de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseo de la Universidad Nacional de Crdoba. Crdoba, Marzo de 2011 Compilacin y diagramacin: Arq. Joaqun Peralta [email protected] Colaboran en esta versin: Seleccin y procesamiento de textos: Patricia Bugu Procesamiento grfico: Gisele Daga Gua de lectura y procesamiento didctico de textos: Cristian Terreno y Patricia Bugu Correccin de originales: Alejandro Romanutti y Joaqun Peralta Procesamiento de originales e impresin: Color Magenta. Av Vlez Srsfield 254. Crdoba

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  • Presentacin Esta seleccin de textos para la Unidad Didctica 1, fue elaborada como material complementario para la realizacin del trabajo prctico Nmero 1, correspondiente a la Primera Larga Duracin, segn el criterio de periodizacin que plantea la ctedra. Abarca, por lo tanto, contenidos histricos referidos al origen y formacin de las primeras ciudades, en la mesopotamia asitica, a la creacin y desarrollo de ciudades en las culturas clsicas europeas y a las caractersticas del ambiente temprano y alto medieval, en Europa occidental. El material consiste en compilaciones de textos seleccionados por su claridad y posibilidad de procesamiento por parte de alumnos que se encuentran en etapas iniciales de la carrera, considerando adems, su pertinencia en relacin a los contenidos de la Unidad didctica. En algunos casos se seleccionaron textos contemporneos actuales y en otros se opt por referentes clave histricos, a partir de los textos originales cuyos desarrollos han sido relevantes para la elaboracin de conceptos instrumentales histricos. Tal el caso de Gordon Childe, cuyo concepto de revolucin urbana ha sido y es utilizado por numerosos autores posteriores. Se trata, en este caso, de uno de los textos citados con mayor frecuencia por los ensayistas, historiadores o docentes de la disciplina. El texto de Morris, es relevante, no slo por la repercusin alcanzada por el autor y su obra, sino por su valor descriptivo. Los textos de Iglesia y Sabugo, fueron seleccionados por su claridad y

    porque representan aportes locales a la interpretacin de la historia universal de la ciudad. El texto de Fumagalli es interesante por su valor interpretativo y la capacidad evocativa de su prosa. Los textos son presentados en el formato de ficha bibliogrfica, reprocesados digitalmente a partir de ediciones en castellano. Se procur respetar en lo posible el criterio de presentacin de los originales, con los grficos y notas que acompaan las versiones utilizadas. Se acompaan de una breve caracterizacin del contexto de produccin del texto, y algunos datos del autor, considerando las condiciones particulares en que fue elaborado. En algunos casos, se complementan con ilustraciones o notas ampliatorias que pueden enriquecer o hacer ms amena su lectura. No es intencin de esta compilacin sustituir las fuentes originales, sino complementar la informacin disponible, y contribuir a su acceso inmediato por parte de los estudiantes, como material de apoyo al trabajo prctico. La seleccin forma parte del material puesto a disposicin de los alumnos, junto con el programa de trabajo, la gua de estudio y las consignas para su procesamiento. Joaqun Peralta Prof. Titular IHAUB

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  • ndice Morris, A.E.J. Las primeras ciudades Pgina 05 Sjoberg, Gideon Origen y evolucin de las ciudades Pgina 21 Gordon Childe La revolucin urbana Pgina 33 Iglesia, Rafael E. J. El legado Griego Pgina 41 Sabugo, Mario Roma. Territorio, ciudad y arquitectura Pgina 51 Fumagalli, Vito Las piedras vivas Pgina 64

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  • Morris, A.E.J.

    Las primeras ciudades En la evolucin histrica de las primeras civilizaciones urbanas y de sus ciudades es posible distinguir tres fases principales. Cada una de stas comport "...en el mbito econmico, innovaciones radicales y realmente revolucionarias en los mtodos por los cuales las sociedades ms progresistas aseguran su subsistencia, y cada una de dichas fases dio lugar a tales aumentos de poblacin que, de disponer de estadsticas fiables, a cada una le correspondera un notable salto en la curva demogrfica".1 La primera de estas fases cubre todo el Paleoltico, desde sus orgenes, hace medio milln de aos, hasta 10.000 a.C., seguido por el Mesoltico y el Neoltico. Estos, a su vez, conducen a la cuarta fase, la Edad de Bronce, que se inicia entre 3500 y 3000 a.C. y dura unos 2.000 aos. Durante este ltimo periodo se establecieron firmemente las primeras civilizaciones urbanas. En su excelente libro The First Civilizations: The Archaeology of their Origins, Glyn Daniel afirma que "ahora creemos que por la arqueologa conocemos el lugar y el momento en que surgieron las primeras civilizaciones: en el sur de Mesopotamia, en Egipto, en el Valle del Indo, en el Ro Amarillo en China, en el Valle de Mjico, en las junglas de Guatemala y Honduras y en las costas y altiplanos del Per. No las denominaremos civilizaciones primarias pues esto nos obligara a referirnos a Creta, Micenas, los hititas y Grecia y Roma como civilizaciones secundarias, y el trmino secundario parece tener una connotacin peyorativa. Preferimos hablar de las primeras civilizaciones, las ms tempranas, y de civilizaciones posteriores". La figura 1.3 muestra la ubicacin geogrfica de estas siete civilizaciones urbanas primigenias y las relaciona con las regiones agrcolas ms tempranas, conocidas o supuestas.2

    Como muestra el cuadro cronolgico adjunto, las siete civilizaciones surgieron en momentos marcadamente distintos. Las tres primeras, en el supuesto orden de aparicin -Mesopotamia, Egipto e India- son las denominadas culturas "muertas", a partir de las cuales se desarroll la civilizacin occidental. Aunque sus orgenes son mucho ms recientes que el de la civilizacin china, que sigue a las anteriores en antigedad, las tres culturas americanas -mejicana, centroamericana y peruana- son asimismo civilizaciones muertas: brutalmente destruidas, en sus respectivos estadios de desarrollo o declive, por los conquistadores espaoles en los quince aos que van de 1519 a 1533. Ah, en pleno siglo XVI, "Europa encontr, si no su propio pasado, al menos una forma de su propio pasado",3 donde, por ejemplo, la tecnologa del metal se encontraba o bien estrictamente limitada, o bien an por descubrir. China constituye una fascinante excepcin. Desde sus orgenes, en la cuenca del Ro Amarillo a finales del tercer milenio a.C., su cultura ha perdurado hasta el siglo XX sin interrupcin duradera. Ms an, durante el siglo VIII d.C. -uno de los momentos culminantes de su poder e influencia- la civilizacin urbana china fue introducida en Japn, donde hasta entonces slo haban existido asentamientos agrcolas. El presente captulo tratar de los orgenes de los asentamientos urbanos en Mesopotamia, Egipto e India. En el Apndice A y en el Captulo 9, se dan unas descripciones ms breves de los orgenes urbanos en China, Mjico, Amrica Central y Per. El Apndice B resume la historia del Japn urbano, desde los orgenes de las primeras ciudades hasta su propia revolucin industrial, que se inici en la segunda mitad del siglo XIX (los orgenes urbanos en Europa en general y de las Islas

    Morris A.E.J. Historia de la forma urbana. Captulo 1. Las primeras ciudades Ttulo original History of urban Form. Before the industrial revolution. Londres: George Goldwin Limited. 1974 Versin castellana Reinald Bernet AEJ. Morris 1979 Edicin castellana Barcelona: Editorial Gustavo Gili. 1984

    Figura 1.1. Cuadro que muestra los periodos cronolgicos comparados de las siete primeras civilizaciones.

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  • Britnicas en particular se tratarn en el captulo 4 como parte de los antecedentes de la poca medieval). En algunas partes del mundo, sobre todo en Norteamrica y Australasia, la cultura urbana fue introducida en territorios deshabitados o impuesta a pueblos esencialmente primitivos. Existen todava socieda-des aisladas que no han avanzado ms all de la fase paleoltica. Este captulo parte de la base de que el desarrollo de la agricultura fue un requisito previo esencial para el nacimiento de los asentamientos urbanos. Hasta hace poco este punto de vista no haba sido seriamente cuestionado. Sin embargo, la obra de Jane Jacobs Economy of Cities, publicada en 1969, sostiene la tesis contraria, a saber, que "el dogma de la primaca agrcola es tan peregrino como la teora de la generacin espontnea" y que en realidad "la agricultura y la ganadera surgieron en las ciudades". Se deduce, por tanto, que "las ciudades debieron prece-der a la agricultura". Es probable que Jane Jacobs concibiera su teora para responder a ciertos descubrimientos arqueolgicos recientes en Anatolia que muestran que, en varios aspectos, atal Hyk posea al parecer un estatus de "ciudad" hacia el sptimo milenio a.C. o incluso antes;

    Tres mil aos antes de los comienzos de la civilizacin urbana sumeria. (Jeric tambin ha suscitado controversias en cuanto a su temprano estatus urbano y se describe, junto atal Hyk, en otra parte de este mismo captulo). Una crtica detallada de esta tesis, presentada con conviccin pero decididamente sospechosa, no reviste importancia inmediata para las conclusiones de este capitulo; nuestro inters principal se centra en mostrar la forma de las primeras "ciudades" o "pueblos". En tanto que hecho arqueolgico, la forma urbana en s misma no se ve afectada por esta polmica. Sin embargo, la revolucin neoltica y la revolucin urbana revisten ambas tal importancia que no podemos desechar sin ms la argumentacin de Jane Jacobs, por lo que en el Apndice D, se recoge una rplica a la misma.

    Figura 1.2. Cuadro que muestra los perodos cronolgicos comparados del Neoltico y de otras culturas con-temporneas en Oriente Medio y Europa.

    Es imposible llegar a establecer la cifra exacta de la poblacin mundial en pocas remotas, pues no se dis-pone de datos fehacientes. No obstante, los cientficos han intentado determinarla con la mxima precisin posible. Esta es una estimacin reciente, forzosamente aproximada (E.S. Deevey, "Human Population", Scientific American, septiembre 1960, pp. 195-196): Poblacin mundial en la Prehistoria Paleoltico Inferior (hace 1.000.000 de aos) 125.000 habitantes Paleoltico Medio (hace 300.000 aos) 1.000.000 habitantes Paleoltico Superior (hace 25.000 aos) 3.340.000 habitantes Mesoltico (hasta hace 10.000 aos) 5.320.000 habitantes Aun cuando estas cifras fueran correctas tan slo en parte, resultara que existan poco ms de cinco millones de seres humanos cuando la etapa de caza y recoleccin de alimentos de la existencia humana alcanz su pleno desarrollo. El prolongado y lento aumento de poblacin fue debido a las mejoras introducidas en las armas, en las tcnicas de caza y a la mayor eficacia de los mtodos para hacer frente a las inclemencias del clima, a los animales predadores y a otras amenazas naturales que pesaban sobre la existencia. La obtencin alimentos en cantidades mayores Permiti la supervivencia de ms seres humanos y mejores condiciones para la procreacin. Phillips van Doren Stern, Prehistoric Europe

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  • Los primeros asentamientos

    Figura 1.3. Situacin geogrfica de las primeras civilizaciones (delimitadas por una lnea de trazo grueso) en relacin a la situacin de las ms tempranas comunidades agrcolas conocidas (reas rayadas) y otros hipotticos centros agrcolas tempranos. 1, Mesopotamia meridional (civilizacin sumeria); 2, Valle del Nilo (egipcia); 3, Valle del Indo (cultura de Harappa); 4, Ro Amarillo (Shang); 5, Mesoamrica (azteca y maya); 6, Per (incaica).

    Las primeras criaturas de forma humana aparecen por primera vez sobre la tierra hace quizs un milln de aos, y "...se dispersan desde Inglaterra hasta China, y desde Alemania hasta el Transvaal".4 Se considera que alrededor de 25.000 aos a.C. la evolucin fsica y orgnica del Homo sapiens lleg a su fin y empez el proceso moderno de evolucin cultural. Desde su primera aparicin hasta el inicio del Neoltico el hombre subsisti partiendo de bases muy similares a la de los otros animales, recolectando los alimentos que encontraban en la naturaleza en forma de bayas, frutos,

    races y nueces, y algo ms tarde, alimentndose de otros animales y de la pesca. La unidad social era la familia, pero la sociedad era nmada por necesidad; tena que desplazarse constantemente en busca de nuevas fuentes de alimento y llevar consigo sus escasos enseres de un primitivo refugio temporal a otro. No hubo unidad fsica permanente hasta aproximadamente 140.000 aos a.C. cuando "...al aproximarse la ltima gran glaciacin los hombres se encontraban lo suficientemente pertrechados para desalojar a otros habitantes de sus cuevas y encontrar en stas cobijo para si mismos. Por primera vez nos encontramos con verdaderas viviendas".5 Sin embargo, el tiempo de permanencia en tales refugios estaba

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  • determinado por la continuidad en la disponibilidad de alimentos en los alrededores de la "vivienda". El profesor Childe observa que esta economa de recoleccin corresponde a lo que Morgan6 llama Perodo Salvaje y que "... proporcion la nica fuente de subsistencia abierta a la sociedad humana durante casi el 98 por ciento de la permanencia del hombre en este planeta".7 Tal economa impona un limite al ndice de poblacin que estaba en relacin directa con las condiciones climticas y geolgicas reinantes. Toda la poblacin de las Islas Britnicas alrededor del ao 2000 a.C. ha sido cifrada por Childe en no ms de 20.000 individuos, con un incremento de hasta un mximo de 40.000 durante la Edad de Bronce. En Francia la cultura magdaleniense, entre los aos 15.000 y 8.000 a.C., con unas fuentes de alimentacin iniciales excepcionalmente favorables, tuvo una densidad de poblacin mxima de 0,4 habitantes por kilmetro cuadrado, con un promedio general que oscilaba aproximadamente entre 0,04 y 0,08.8 Otros ejemplos citados por Childe indican que "...se cree que en todo el continente australiano la poblacin aborigen nunca ha sobrepasado los 200.000 habitantes, con una densidad de slo 0,01 habitantes por kilmetro cuadrado",3 mientras que para las praderas de Norteamrica cita la estimacin de Kroeber de que "...la poblacin cazadora no debi sobrepasar los 0,04 habitantes por kilmetro cuadrado".10 En algn momento, entre 8.000 y 10.000 aos atrs, la humanidad empez a ejercer un cierto tipo de control sobre la produccin de alimentos mediante el cultivo sistemtico de ciertas especies de plantas, sobre todo las semillas comestibles de gramneas silvestres, antecesoras de la cebada y del trigo, y la domesticacin de animales. "La salida de la situacin sin solucin a que estaba abocado el Perodo Salvaje constituy una revolucin econmica y cientfica que convirti a los partcipes de sta en socios activos de la naturaleza, dejando de ser parsitos de sta."11 La revolucin agrcola neoltica transform la economa confirindole una base creciente en la produccin de alimentos, permitiendo que la unidad

    social se ampliara, aunque slo fuera de modo marginal, hasta alcanzar la del clan. La permanencia en un lugar de residencia estable tuvo a partir de este momento muchas ms posibilidades, al tiempo que la unidad fsica pasaba a ser la de la aldea, aunque los primeros asentamientos no fueran ms que un grupo de chozas rudimentarias. Morgan denomina Perodo Brbaro a este estadio del desarrollo de la civilizacin. El hombre neoltico no logr la produccin controlada de alimentos nicamente con su esfuerzo. Por el contrario, hay evidencias que apuntan hacia el hecho de que, tal vez abandonado a su propia suerte, "el Homo sapiens hubiera continuado siendo un animal raro, como de hecho lo es el salvaje".12 El paso decisivo que finalmente condujo a la civilizacin urbana tuvo que esperar el estmulo externo de los cambios climticos que tuvieron lugar al final del ltimo periodo glacial, hacia el 7.000 a.C. La fusin de las vastas masas de hielo del norte "no slo convirti las este-pas y tundras de Europa en bosques templados, sino que inici tambin la transformacin de las praderas al sur del Mediterrneo y Cercano Oriente en desiertos jalonados por oasis".13

    Aunque por conveniencia a menudo se hace referencia al Neoltico como poca, ste no se limita a ningn perodo de tiempo en particular, sino que su duracin vara en las diferentes zonas. En algunos casos, los hombres seguan dependiendo de la caza, la pesca y la recoleccin mientras sus vecinos ms avanzados practicaban una economa neoltica. De modo similar, los pueblos neolticos de determinadas zonas seguan empleando utensilios de piedra mucho despus de que otros utilizaran herramientas y armas de bronce o de hierro. De hecho, el trmino Neoltico implica simplemente que la produccin de alimentos se basaba en la agricultura y la ganadera, sin que se conociera la tecnologa de los metales. Aunque no cabe duda que el Neoltico supuso una "revolucin" en el modo de vida del hombre, se ha sugerido que el trmino "evolucin" sera ms apropiado puesto que la transformacin tuvo lugar de manera gradual. Las investigaciones recientes han demostrado que existan comunidades parcialmente sedentarias, desde 8900 a.C., entre pueblos antes calificados de mesolticos, y a los que hoy se suele hacer referencia como proto-neoltcos. El desarrollo de la plena produccin alimenticia fue ms una evolucin que una revolucin repentina: sin embargo, es indudable que las consecuencias de este cambio fueron revolucionarias en el ms amplio sentido de la palabra. Son/a Col, The Neolithic Revolution

    En estas praderas "...cuando el norte de Europa era todava una tundra o incluso una superficie permanentemente helada... crecan gramneas silvestres que se convirtieron mediante el cultivo en nuestros trigos y cebadas; las ovejas y ganado apto para la domesticacin vagaban libremente. En tal entorno las sociedades humanas podan adoptar con xito una actitud agresiva hacia la naturaleza que les rodeaba y proceder a la explotacin activa del mundo orgnico. La cra de ganado y el cultivo de plantas constituyeron el primer paso revolucionario en la emancipacin del hombre de su dependencia del medio ambiente".14

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  • Se acepta generalmente que las condiciones favorables para la revolucin agrcola se dieron inicialmente al sur y al este del Mediterrneo, en el rea que se conoce como el "Creciente Frtil", trmino introducido por el Profesor Breasted15 y sinnimo de la expresin "Cuna de la Civilizacin".

    Esta zona frtil, con la cual estn relacionadas todas las civilizaciones primero rurales y posteriormente urbanas el Cercano y Medio Oriente, se muestra en sombreado claro en la figura 1.4. La zona tiene la apropiada forma de una hoz y parte del extremo septentrional del Golfo Prsico, extendindose en direccin norte hacia las fuentes montaosas del Tigris, antes de torcer hacia el oeste atravesando el ro Eufrates. Desde all describe un arco a travs de Siria y los valles y llanuras de Palestina, quedando interrumpida por el desierto del Sina, pero el amplio delta y el estrecho valle del Nilo forman una

    substancial prolongacin hacia el interior de Egipto, en direccin sur.

    Figura 1.4 . Mapa del Cercano Oriente que muestra el "Creciente Frtil", en sombreado claro, y los antiguos yacimientos de cobre, en sombreado oscuro. A, Mesopotamia meridional, valles del Tigris y del Eufrates; B, Palestina; C, Egipto, valle y delta del Nilo.

    En Mesopotamia la relacin de los asentamientos neolticos "...se inicia en los pequeos oasis de estepas y mesetas. A pesar de la amenaza de sequa, las dificultades de dominar la tierra fueron menos arduas en estos lugares que en las llanuras aluviales de los ros principales".16 Hacia 5500 a.C., despus de al menos tres mil aos de lento desarrollo, existan comunidades agrcolas firmemente establecidas en las tierras ms elevadas, comunidades que fueron descendiendo gradualmente ha-cia los valles del Tigris y del ufrates a medida que se secaban los depsitos aluviales y mejoraban las tcnicas, especialmente las de regado. El profesor Fairman menciona que en Merimde, Egipto, al noroeste del delta, "tal vez en poca tan lejana como es el ao 4000 a.C., el asentamiento primitivo ocupaba una

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  • superficie de 550 por 365 metros como mnimo, y en una parte algunas de las chozas se encuentran dispuestas en dos hileras claramente definidas con un camino en medio".17 Se han descubierto otros lugares identificados como poblados neolticos egipcios en Fayum, a orillas de un lago al oeste del Valle del Nilo, y que estuvieron ya firmemente consolidados durante la primera mitad del quinto milenio. La Edad de Bronce Antes de pasar a describir el proceso de transformacin que entre los aos 3500 y 3000 a.C. experimentaron los asentamientos de la sociedad neoltica hasta convertirse en las primeras ciudades -la "revolucin urbana" del profesor Childe- es necesario dar una definicin del concepto de ciudad. Gideon Sjoberg lo ha definido concisamente como "una comunidad de considerable magnitud y elevada densidad de poblacin que alberga en su seno a una gran variedad de individuos especiali-zados en tareas no agrcolas, incluyendo entre stos a una lite culta".18 En esta definicin se encuentran implcitos dos requisitos para la revolucin urbana: primero, la produccin de un excedente almacenable de alimentos y otras materias primas por parte de un sector de la sociedad a fin de mantener las actividades de los individuos especializados; segundo, la existencia de alguna forma de escritura, sin lo cual no se puede establecer un registro permanente de los acontecimientos y no es posible el desarrollo de las matemticas, la astronoma y otras ciencias. Hay otros requisitos a considerar, entre los cuales los principales son: tercero, una organizacin social que garantice la continuidad de los aprovisionamientos a los individuos especializados urbanos y que controle las fuerzas de trabajo para obras de envergadura de carcter comunitario; cuarto, una capacidad tecnolgica que proporcione los medios para el transporte de los materiales en bruto, y aporte unas mejoras significativas a la naturaleza y a la calidad de los utensilios. Como ha dicho Childe, "la posibilidad de producir el excedente necesario era inherente a la naturaleza misma

    de la economa neoltica; su materializacin, sin embargo, precis de aportaciones al caudal de ciencia aplicada que posean los brbaros, as como de una modificacin en las relaciones sociales y econmicas".19 En el transcurso del cuarto milenio a.C. se reunieron los requisitos suficientes para llevar a cabo la revolucin urbana, ya fuera por invencin o descubrimiento. Para citar de nuevo a Mumford, "hasta donde alcanzan los conocimientos actuales, el cultivo de cereales, el arado, el torno de alfarera, la embarcacin a vela, el telar, la metalurgia, las matemticas abstractas, las observaciones astronmicas exactas, el calendario, la escritura y otros modos de discurso inteligible en forma permanente, surgieron todos ellos casi al mismo tiempo hacia el ao 3000 a.C., siglo ms o siglo menos".20

    La mayor parte de las principales innovaciones tecnolgicas de la Antigedad se produjeron dentro del rea limitada del Oriente Prximo y el extremo oriental del Mediterrneo, y nada ms errneo que imaginar que estas regiones eran en la Antigedad como las conocemos hoy. Incluso en los ltimos diez mil aos tuvieron lugar enormes transformaciones que nada tienen que ver con los cambios de poblacin (migraciones o explosiones demogrficas), ni con el reciente desarrollo de las ciudades, las carreteras y los ferrocarriles. Es mu-cho ms esencial el hecho de que toda la ecologa de la regin ha experimentado cambios drsticos. Lo que hoy conocemos como llanuras abiertas y polvorientas o frtiles tierras de cultivo, estuvieron hace ms o menos diez mil aos densamente cubiertos de bosques, en los cuales viva una amplia variedad de nima/es salvajes. Esto no quiere decir que no existieran desiertos, sino ms bien que muchas colinas que en la actualidad son estriles cordilleras rocosas estuvieron, al menos en parte, cubiertas de rboles, mientras que sobre los valles ribereos probablemente se extendan densos bosques.

    El requisito indispensable para la revolucin urbana es la produccin de un excedente de alimentos. Por lo que se sabe esto fue posible por primera vez en las llanuras aluviales del Tigris y el ufrates.21 Entre 4000 y 3000 a.C. -o tal vez antes- algunas comunidades rurales de la baja Mesopotamia no slo aumentaron en tamao sino que sufrieron cambios en su estructura. Estos procesos culminaron en las ciudades-estado sumerias a partir del ao 3000 a.C., con sus decenas de miles de habitantes, sus complejas religiones, su estructura de clases poltica y militar, su tecnologa avanzada y sus amplios contactos comerciales. Los procesos agrcolas sobre los suelos aluviales dependan del regado; ste se realizaba inicialmente en forma rudimentaria y en reas muy localizadas, pero ms tarde se recurri a las obras de canalizacin y contencin a gran escala, hecho ste vinculado al advenimiento de las ciudades plenamente establecidas. "El territorio que ms tarde habra de convertirse en Sumer careca de piedra para la construccin e incluso de madera (exceptuando los troncos de palmeras), y la escasez de minerales era absoluta; su clima era seco y el rgimen de sus ros no daba lugar a crecidas anuales como las del Nilo. Y a pesar de todo, era una tierra de oportunidades."22

    Henry Hodges, Technology in the Ancient World

    No se sabe con certeza cundo se fundaron los primeros asentamientos en las tierras aluviales. Grahame Clark

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  • indica que "los primeros habitantes que nos son conocidos con cierto detalle son los pobladores de al'Ubaid, una humilde aldea situada en un exiguo montculo o islote que se eriga sobre el aluvin del ro en el valle del ufrates. Estos pueblos aparecen por primera vez en los anales arqueolgicos hacia finales del quinto milenio...".23 Hasta aproximadamente el ao 2750 a.C., cuando Sargn fund la ciudad de Agade cerca de Babilonia como capital de un estado sumerio unido, los principales asentamientos urbanos fueron ciudades-estado efectivamente autnomas de las que "al menos once de ellas, incluyendo Ur, Erech, Larsa, Kish y Nippur, mantenan simultneamente dinastas independientes y a veces en lucha abierta entre s".24

    A su vez la dinasta de Akkad fue derrocada y la ciudad de Ur asumi el control del imperio sumerio durante la Tercera Dinasta, entre 2110 y 2015 a.C. aproximada-mente. Ur constituye el ejemplo ms significativo de ciudad sumeria tanto por su importancia como capital de una de las dinastas como por la gran magnitud de las excavaciones llevadas a cabo en ese lugar. Ur est situada aproximadamente a medio camino entre el actual extremo septentrional del Golfo Prsico y Bagdad. Durante la Tercera Dinasta se encontraba a orillas del ufrates (que ahora discurre unos 15 kilmetros al oeste) a pocos kilmetros del mar.

    Antes de describir la ciudad de Ur, es preciso dar una breve explicacin de la formacin de los tells tanto en la Mesopotamia arcaica como en la historia urbana posterior. El trmino tell es de origen pre-islmico y se refiere a aquellos montculos claramente formados por la mano del hombre que como tales constituyen un elemento arqueolgico caracterstico de Irn, Irak, Palestina, Turqua, Rusia meridional y algunos lugares europeos muy determinados. Generalmente estos montculos han estado habitados hasta tiempos recientes; no obstante, son el resultado de la ocupacin del lugar a lo largo de varios milenios.

    En efecto, se sigue viviendo en Erbil (la antigua Arbela, figura 1.11) y en Kirkuk, o, en palabras de Glyn Daniel, "tal vez debera decirse que se vive sobre tales lugares; han estado habitados de forma ms o menos continua desde tiempos muy lejanos hasta la actualidad, desde hace quiz seis u ocho mil aos".25

    Figura 1.6. Megiddo, en Palestina; seccin transversal del tell, mirando en direccin norte.

    Figura 1.5. Centros urbanos en Mesopotamia, las estribaciones montaosas aparecen sombreados

    Un tell se formaba por las sucesivas reconstrucciones de una ciudad sobre las ruinas de las anteriores. En Mesopotamia y en otros valles fluviales la mayora de los edificios se construan con ladrillos de arcilla secados al sol; los ladrillos cocidos en hornos slo eran utilizados para el revestimiento de las murallas de las ciudades o en palacios y templos.

    1, Eridu; 2, Ur; 3, Erech (todas ellas ciudades sumerias); 4, Babilonia; Assur; 6, Arbela (Erbil); 7, Nnive; E, Ro ufrates; T, Ro Tigris. La lnea punteada representa el perfil de costa hacia el ao 2000 a.C.

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  • La vida de una casa construida con ladrillos de adobe se reduca probablemente a un perodo de 75 aos, al cabo del cual se desmoronaba por la accin de los agentes atmosfricos. Los cascotes se nivelaban y servan de cimientos a la nueva casa, con lo que se elevaba el nivel efectivo del suelo. Este proceso sola ser continuo; la ciudad se regeneraba clula a clula. En ocasiones tambin tena lugar una reconstruccin total, probablemente despus de una completa destruccin de la ciudad o de un perodo de desocupacin. Podemos sealar al respecto que en otras ciudades el nivel actual del suelo est situado a una altura considerable, muy por encima del nivel original, como consecuencia de procesos anlogos; en Londres o en Roma, entre otras muchas ciudades fundadas en la Antigedad, son caractersticos los edificios histricos cuyas plantas bajas estn por debajo de los niveles de las calles circundantes. Sir Leonard Woolley indica que "los pavimentos de mosaico de la Londinium romana se encuentran entre 7 y 9 metros por debajo de las calles de la City moderna".26 La misma topografa de las colinas de Roma, tal como la describe el Profesor Lanciani, sufri cambios radicales incluso antes de finalizar la Edad Anti-gua; la colina del Palatino, por ejemplo, fue cubrindose de una "capa de escombros que oscila entre 2 y 20 metros de espesor".27 En las ciudades abandonadas durante periodos prolongados el polvo se acumula de forma natural. Lanciani observa que "si el Foro de Trajano, excavado por Po VIl (1800-1823), no fuera barrido una

    vez por semana, al final de cada ao se encontrara cubierto por ms de dos centmetros de polvo, o lo que es lo mismo, por ms de dos metros al cabo de un siglo".28 La civilizacin sumeria Ur de los Caldeos El nivel mejor conservado de las ruinas de la ciudad corresponde al perodo de Ibin-Larsa, hacia el 1700 a.C., cuya excavacin describe Sir Leonard Woolley en su fascinante obra Ur of the Chaldees. En este perodo tardo el trazado conservaba la forma bsica de la ciudad de la Tercera Dinasta y "las excavaciones efectuadas en otros lugares evidencian que Ur fue, en todos sus puntos esenciales, perfectamente representativa de las capitales del estado sumerio desde el Golfo Prsico hasta Mari, en el curso medio del ufrates".29 En la ciudad de Ur correspondiente a la Tercera Dinasta se distinguen tres partes fundamentales: la antigua ciudad amurallada, el temenos o recinto sagrado y la ciudad exterior. La ciudad amurallada tena forma ovalada irregular, de unos 1.200 metros de longitud por 800 metros de anchura. Se ergua sobre el montculo formado por las ruinas de las edificaciones precedentes; el ufrates discurra por el lado oeste y un amplio canal navegable la rodeaba por el norte y el este. Dos puertos situados al norte y al este proporcionaban fondeaderos protegidos, y es posible que un canal menor atravesara el rea urbana. La muralla de fortificacin era bsicamente la construida durante los 18 aos que dur el reinado de Ur-Nammu, el fundador de la Tercera Dinasta. Sir Leonard Woolley la describe "de una altura de 8 metros o ms por encima de la llanura; serva de muro de contencin a la plataforma sobre la que se levantaban los edificios de la ciudad. La subestructura de la muralla estaba enteramente construida en adobe, y en su base tena un espesor de no menos de 23 metros. El muro propiamente dicho, construido de ladrillo cocido, que coronaba toda la subestructura, ha desaparecido, al menos en los puntos en que se han efectuado las excavaciones, pero a juzgar por el tamao

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    Figura 1.8. Ur; plano del trazado general del periodo 2100-1900 a.C. (tal como fue excavada por Sir Leonard Woolley). La superficie urbana intramuros era de 89 hectreas y su poblacin mxima pudo alcanzar los 35.000 habitantes. Se ha estimado una cifra de 250.000 habitantes para la totalidad de la poblacin de la ciudad-estado. A, puerto del norte; B, puerto del este; C, el tmenos (vase figura 1.9); D, barrio de viviendas de alrededor de 1900 a.C. (vase figura 1.10). El cauce principal del Eufrates discurra a lo largo del lado occidental de la ciudad.

    Figura 1.7

  • extraordinariamente grande de los ladrillos empleados, debi constituir una estructura de gran solidez".30 El tmenos ocupaba la mayor parte del sector noroeste de la ciudad. Con excepcin de los puertos, contena los nicos espacios abiertos significativos de la ciudad, aunque su uso estaba esencialmente reservado a los sacerdotes y miembros de la corte. El trazado del tmenos (vase la figura 1.9 y el plano general de la ciudad) data del reinado de Nabucodonosor (hacia 600 a.C.) cuando la ordenacin irregular de la zona fue reorganizada siguiendo alineaciones rectilneas. El resto de la ciudad intramuros estaba densamente edificado con barrios de viviendas. Se ha excavado una parte considerable de unos de estos barrios, al sureste del tmenos. Esta zona de viviendas parece constituir una de las partes mas antiguas de la ciudad, "donde durante muchos siglos se haban ido edificando casas que posteriormente se haban desmoronado, pasando a formar parte de una plataforma donde construir nuevos edificios, de tal modo que hacia 1900 a.C. era una colina que se destacaba sobre la llanura".3' Al parecer las casas estaban habitadas por individuos pertenecientes a la clase media. Su tamao era variable, al igual que su planta, en funcin de la disponibilidad de espacio y de los medios del propietario. Pero en lneas generales las casas se construan de acuerdo con un plan general. La construccin de estas casas result ser mucho ms sofisticada y sus proporciones mucho ms ambiciosas de lo que Woolley haba imaginado. Esperaba encontrar edificios de una sola planta, construidos en ladrillos de adobe y con slo tres o cuatro habitaciones, y en su lugar descubri casas de dos plantas, construidas con ladrillos cocidos en la planta baja y adobes en la planta superior; el yeso y la cal ocultaban el cambio de material. Haba hasta 13 y 14 habitaciones alrededor de un patio central pavimentado que permita la iluminacin y la aireacin de las estancias de la casa. En palabras de Woolley, Ur fue sin lugar a dudas una gran ciudad cuyas sofisticadas condiciones de vida

    demostraban que haba heredado las tradiciones de una civilizacin antigua y altamente organizada. El desarrollo de la edificacin en torno a un patio como respuesta a una supuesta necesidad de intimidad domstica en condiciones urbanas de gran densidad de edificacin, donde las estrechas calles debieron ser ruidosas, sucias y potencialmente peligrosas, tiene un paralelo en nuestros das en la adopcin del tipo de la casa "patio". Este tipo de vivienda hace compatible la intimidad en condiciones de elevada densidad hasta un punto imposible de lograr con tipos edificatorios convencionales abocados al exterior. Adems de la razn expuesta, las casas con patio tanto en Mesopotamia como en Egipto y en el valle del Indo, y posteriormente en Grecia y en las regiones clidas del Imperio Romano, habran favorecido la conveccin natural del aire, permitiendo alcanzar unas condiciones ambientales ms frescas. Estas casas, con su distribucin de estancias altamente civilizada y dotadas de los servicios adecuados, representan el resultado evidente de un largo proceso evolutivo, si bien aparecen agrupadas en trazados que "han rebasado las condiciones de la aldea primitiva y no se ajustan a ningn sistema de planeamiento urbano".32

    Figura 1.9. Ur; plano del tmenos, la ciudadela religiosa de la ciudad, rodeada de slidas murallas y dominada por un ziggurat de varias plantas situado en la esquina occidental. La disposicin del ziggurat, de los templo- palacios y edificios gu-bernamentales anexos se organiz con arreglo a alineaciones planeadas bajo Nabucodonosor. Woolley opina que la forma del tmenos al comienzo del segundo milenio a.C. es decir, contempornea del barrio de viviendas que muestra la figura siguiente) haba sido asimismo el resultado de procesos de crecimiento orgnico, aunque los edificios concretos del tmenos de aquella poca tuvieran plantas rectilneas.

    Esta evolucin natural no planificada de una ciudad, originada generalmente a partir de una aldea, se denomina "crecimiento orgnico" y representa, con mucho, la ms extendida de las dos tendencias de actividad radicalmente opuestas con arreglo a las cuales la humanidad ha fundado y ensanchado sus asenta-mientos urbanos a lo largo de la historia. La segunda tendencia, que, en comparacin con la anterior, no ha producido ms que un nmero muy reducido de ciudades y que es de origen relativamente ms reciente, es aquella basada en un mtodo planificado, predeterminado.

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  • El crecimiento orgnico, al menos hasta tiempos recientes, denota una expansin incontrolada. Es posible llegar a un crecimiento orgnico de estas caractersticas partiendo de un origen planificado con el estatus urbano resultante de, por ejemplo, la decisin de edificar en un lugar elegido. Muchas ciudades a lo largo de la historia se han originado de este modo.

    El crecimiento orgnico produjo paisajes urbanos de pintoresca variedad, cuyo mejor exponente tal vez sea la forma urbana medieval. A pesar de sus serpenteos y su estructura viaria aparentemente ilgica, esos trazados urbanos no obstante se ajustan claramente a un patrn natural indefinible. El plano de detalle de la agregacin tpica de viviendas de Ur demuestra explcitamente el

    Figura 1.10. Ur, plano de detalle del barrio de viviendas del perodo 1900-1674 a.C., excavado por Sir Leonard Woolley al sureste del tmenos (vase figura 1.8, D). A, Plaza de la Panadera, un pequeo espacio destinado a mercado; B, Callejn del Bazar que conduce a ste desde la calle principal; C, pequeos altares locales. Las calles se muestran en sombreado; los patios de viviendas se representan con una trama de puntos.

    Figura 1.11. Erbil (la antigua Arbela) en el noroeste de Irak, a unos 300 kilmetros al norte de Bagdad y al pie de las montaas del Kurdistn. El tell, en el centro de la fotografa, ha sido ocupado de modo ms o menos continuo desde hace 6.000 u 8.000 aos. La densa trama celular compendia la forma urbana debida a un crecimiento orgnico de-sarrollado a lo largo de toda la historia de la civilizacin humana. Las estrechas calles, los patios particulares de las casas y probablemente la plaza del mercado constituyen los nicos espacios abiertos interiores al ncleo urbano. Erbil no debe haber sufrido cambios fsicos significativos desde el cuarto o el quinto milenio a.C.; el barrio de viviendas de Ur (figura 1.10) hubiera tenido prcticamente el mismo aspecto visto desde el aire. Las recientes vivien-das "suburbanas" en la parte superior izquierda, tambin compuestas por casas con patio pero estructuradas con arreglo a un trazado en retcula, pueden considerarse como la vista area equivalente de los "poblados" egipcios planeados de Tel-el-Amarna (figura 1.18) y Kahun (figura 1.19), as como de los barrios de viviendas de las ciudades pertenecientes a la cultura de Harappa, en el valle del Indo (pginas 28 a 34).

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  • resultado de este crecimiento orgnico (figura 1.10). En el capitulo 4 se exponen ulteriores consideraciones acerca de la evolucin de los asentamientos urbanos originados a partir de una aldea primigenia. La forma urbana planificada con trazados viarios predeterminados basados generalmente en una simple retcula rectilnea, debe hacer aparecido, por razones que se expondrn ms adelante en este mismo capitulo (en relacin con los ejemplos ms tempranos de los que se tiene noticia), con posterioridad a que los primeros asentamientos hubieran adquirido el estatus de urbe a travs de procesos de crecimiento orgnico. Jeric y ata! Hyk La antigua Jeric, de cuyos restos arqueolgicos se tiene conocimiento desde hace varias dcadas, y atal Hyk, excavada hace relativamente poco tiempo, son dos de los desafos ms poderosos a la tesis que defiende que la civilizacin surgi inicialmente en Mesopotamia. Se sabe que Jeric fue un asentamiento densamente urbanizado dotado de poderosas murallas y que contaba con una administracin evolucionada ya en el ao 8000 a.C. Kathleen Kenyon, responsable de la direccin de las excavaciones de Jeric, seala en la tercera edicin de su Archaeology in Ihe Holy Land que "despus de que el asentamiento alcanz su tamao mximo, fue rodeado de slidas murallas y asumi pleno carcter urbano". atal Hyk (que se ilustra con mayor detalle en el Apndice G de la presente obra) posea asimismo ciertas caractersticas urbanas hacia el 7000 a.C. Sin embargo, ni Sir Mortimer Wheeler en Civilizations of the Indus Valley, ni Glyn Daniel en The First Civilizations se muestran convencidos por tales aseveraciones, Wheeler escribe que "segn la aceptacin usual de la palabra, la idea de civilizacin parece implicar ciertas cualidades que van mas all de los logros que pueden atribuirse a Jeric", y "el importante asentamiento de atal Hyk representa una aproximacin a esta condicin". Daniel es an ms

    rotundo: "ni Jeric ni Catal Hyk podran denominarse proto-ciudades. No cumplan los otros requisitos de la definicin de Kluckhohn. Pueden haber sido intentos fallidos hacia la civilizacin, una sinoecia que no fructific- o tal vez podramos etiquetarlas simplemente como aldeas rurales afectadas por un crecimiento des-proporcionado" (vase nota 18). Jerusaln La larga historia urbana de Jerusaln se remonta a casi 4000 aos atrs, pero por fortuna para los arquelogos, el rea de la ciudad moderna no ocupa el lugar de los asentamientos ms tempranos, emplazados al sureste. Kathleen Kenyon en Jerusalem: Excavating 3000 Years of History describe cmo la importancia de la ciudad a partir del tercer milenio reside en el hecho de que su ubicacin haca posible el control de la importante ruta que atravesaba el altiplano central de Palestina de norte

    Figura 1.12. Jeric, perfil de las murallas y de las zonas excavadas (segn Kathleen Kenyon). La fecha ms temprana que se ha podido obtener hasta ahora por el carbono-14 se remonta aproximadamente al ano 9000 a.C. para lo que se supone fue una especie de santuario fundado por cazadores mesolticos junto a una fuente, que ms tarde iba a hacer posible el cultivo de regado en el valle del Jordn, que en Jeric est situado a unos 275 metros por encima del nivel del mar. Los descendientes de estos cazadores debieron hacer progresos notables para lograr la "plena transicin desde una existencia nmada hasta una existencia sedentaria, en lo que debi ser una comunidad de considerable complejidad" durante un periodo de tiempo de unos mil aos.

    El primer asentamiento ocupaba el extremo meridional de un cerro limitado, al oeste, por el valle llamado Siloam (antiguo Cedrn) y, al este, por el valle llamado Tyropoeon. La historia escrita de la ciudad se anticipa en varios siglos a los extensos testimonios bblicos por cuanto es mencionada ya en cartas enviadas por los gobernadores locales a tos funcionarios de Akhenaten en Egipto entre los aos 1390 y 1360 a.C. El estado de los conocimientos actuales demuestra que el primer asentamiento ocupaba una superficie de poco ms de 4 hectreas y que la primera muralla data de alrededor de 1800 a.C. La alineacin de esta fortificacin es la misma que seguira la de la Jerusaln yebusita, tomada por David hacia 996 a.C. David y su hijo y sucesor, Salomn, fundaron Jerusaln corno el centro religioso destinado a unificar las tribus de Jud e Israel. Salomn construy el primer templo sobre una amplia terraza artificial situada al norte del antiguo ncleo urbano, templo que probable-mente estara unido con su complejo palaciego. Sin embargo, nada se sabe acerca

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  • de estos edificios: lo que quedaba de ellos en tiempos de Herodes el Grande (37 - 4 a.C.) qued sepultado en el interior de la vasta plataforma construida para levantar un nuevo templo. El templo de Herodes tambin ha desaparecido por completo, pero la gran plataforma, limitada por imponentes muros de contencin, ha sobrevivido como uno de los rasgos ms caractersticos de la ciudad moderna. Babilonia Originariamente Babilonia estaba situada en la orilla izquierda del brazo central del antiguo curso del ufrates, en la confluencia de las rutas comerciales entre el Golfo Prsico y el Mediterrneo. La historia de la ciudad se remonta a fechas muy lejanas y en el transcurso de aquella sufri los efectos de numerosas batallas hasta que fue reconstruida por ltima vez bajo Asarhadon a partir de 680 a.C. El plano de la ciudad, descubierto por las excavaciones arqueolgicas corresponde esencialmente al de la ciudad de Nabucodonosor, que rein de 605 a 561 a.C., poco despus de la cada del Imperio Asirio a manos de los babilonios. Tras la toma de Jerusaln por Nabucodonosor en 587 a.C., Johoakim, rey de Jud, y miles de los suyos fueron desterrados y conducidos a Babilonia. A partir de 680 a.C. Babilonia se convirti en una ciudad estructurada con arreglo a una retcula y qued dividida en dos partes por el encauzamiento del ufrates mediante terraplenes ptreos cuyo curso salvaba un puente permanente.

    Figura 1.13. Jerusaln, plano general que sita el lugar del primer asentamiento con respecto a la Jerusaln medieval encerrada por las murallas de Solimn el Magnfico, de 1538-41 d.C.

    Figura 1.14. Babilonia, plano general de la ciudad de Nabucodonosor. La ciudad estaba rodeada en toda su extensin, de unas 36 hectreas, por una doble muralla. La Gran Babilonia estaba rodeada por una muralla exterior de unos 17 kilmetros de longitud; las estimaciones sobre la poblacin total alcanzan la cifra de casi 500.000 habitantes.

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  • Uruk Uruk, conocida tambin como Warka, la Erech del Antiguo Testamento, estaba situada cerca del ufrates a unos 100 kilmetros ro arriba de Ur. Fue la mayor de las ciudades sumerias conocidas, con una extensin de 500 hectreas dentro de las murallas del tercer milenio a.C. Este permetro fortificado ha sido localizado en su totalidad y consista en un doble muro de unos 10 kilmetros de longitud reforzado por casi un millar de baluartes semicirculares. Uruk floreci entre 3500 y 2300 a.C., aproximadamente. Egipto Aunque a primera vista pueda parecer perfectamente comparable con Mesopotamia por el hecho de que ambos pases estaban atravesados por grandes ros que discurran por valles y llanuras inmensamente frtiles y que ofrecan anlogas oportunidades al hombre primitivo, la evolucin de los asentamientos urbanos en Egipto se desarroll segn lneas totalmente opuestas. Jacquetta Hawkes y Sir Leonard Woolley afirman que "nada ms diferente del mosaico de ciudades-estado que se repartan el valle del Tigris y del ufrates, que el reino unificado de Egipto, donde la ciudad realmente no exista".33 La ausencia de restos urbanos de alguna significacin anteriores al 2600 a.C., aproximadamente, ha favorecido la opinin errnea de que la civilizacin de Egipto tiene un origen mucho ms reciente que la de Mesopotamia. Nada ms lejos de la verdad, como evidencia el avance tecnolgico necesario para llevar a cabo la construccin de la Gran Pirmide de Keops (c. 2600 a.C.).

    Figura 1.15. Uruk, plano general de la ciudad que muestra la lnea de la muralla del tercer milenio a.C. y la ubicacin del ncleo ocupado por el complejo del templo de Eanna. Durante el periodo de Uruk (aproximadamente de 3500 a 3000 a.C.) este conjunto consista en el habitual grupo de templos, palacios y edificios administrativos y de almacenamiento. El impresionante ziggurat de Ur Nammu data de 2100 a.C. aproximadamente.

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  • Existe hoy un consenso general sobre la existencia de "ciudades" en Egipto, al menos tan antiguas como las sumerias, pero por una serie de razones tomaron una forma completamente diferente, lo que dara como resultado la ausencia de restos tempranos identificables. La razn principal, tal vez determinante, de este hecho es la paz interna que rein en Egipto desde los primeros tiempos; no haba la necesidad econmica, como ocurri en Mesopotamia, de ocupar continuamente el mismo lugar a fin de aprovechar la enorme inversin de capital que representaba la muralla defensiva. Una segunda razn que tiene relacin directa con la primera, es que dada la movilidad urbana, los sucesivos faraones tenan libertad para pasar el tiempo de su reino en este mundo, preparando su tumba para la otra vida que seguira despus de la muerte (la base de la religin egipcia), en un lugar diferente al de su predecesor. Otra razn ulterior sobre la escasez de restos urbanos en comparacin con el gran nmero de edificios religiosos que han perdurado, est basada en que casi todos los recursos de la industria de la construccin, junto con la totalidad de los materiales duraderos, eran puestos a disposicin del proceso edificatorio de tumbas y templos. Las reas urbanas egipcias fueron construidas en adobe al igual que en Mesopotamia, pero al no producirse un tell claramente reconocible como resultado de la ocupacin de un lugar por un largo perodo de tiempo, no existe ninguna posibilidad de localizar las antiguas ciudades, incluso en el caso en que hubieran podido sobrevivir ciertos restos de inters, sin la proteccin de posteriores estratos de edificios. Como explica acertadamente Henri Frankfort, "cada faran fij su residencia cerca del lugar elegido para su tumba, en aqul donde se llevaran a cabo las obras de la pirmide y del templo durante la mejor parte de su vida, mientras que el gobierno se estableca en la ciudad ms prxima. Tras la muerte del faran el lugar se abandonaba a los sacerdotes, quienes se encargaban de mantener su culto y administraban su complejo funerario, a no ser que el sucesor tambin decidiera construir su tumba en esa rea".34

    La construccin de ciudades bajo los faraones sola ser un proceso rpido realizado en una sola fase, a fin de no retrasar las obras funerarias. Esto queda ilustrado en la antigua ciudad egipcia de Tel-el-Amarna, slo parcialmente excavada todava. Este asentamiento, situado a medio camino entre El Cairo y Luxor, estuvo ocupado durante un perodo de slo 40 aos. La ciudad fue construida en la orilla oriental del Nilo "en un lugar donde los acantilados retroceden para formar un gran semicrculo de unos 11 kilmetros de longitud por 4 kilmetros de fondo".35 El motivo que estuvo en la base de la fundacin de la nueva ciudad hay que buscarlo en las dificultades que se le plantearon al faran Akhenaten para instituir reformas religiosas en la entonces capital, Tebas, trasladndose ro abajo hasta el nuevo emplazamiento. Dos aos despus de su muerte, acaecida en 1356 a.C., su sucesor regres a Tebas y a la antigua fe. Amarna fue abandonada y nunca volvi a ser ocupada.

    Figura 1.16. Centros urbanos de Egipto. 1, Akhetaten (Tel-el-Amarna); 2, Tebas; 3, Menfis (A, poblados neolticos en Merimde; B, en Fayum)

    El plano de la ciudad muestra un desarrollo urbanstico lineal a lo largo del Nilo, con tres arterias principales paralelas al ro, que enlazaban las diversas zonas entre s. Su longitud mxima es de unos 8 kilmetros, con una extensin hacia el interior, medida desde la orilla, que oscila entre los 800 y los 1.600 metros. Existen escasas evidencias de que su trazado haya estado sometido a un planeamiento urbano deliberado y controlado. Los templos y dems edificios no estn agrupados en una nica zona, de modo que, como constata Henri Frankfort, "mientras existe un grupo central que incluye el vasto Templo del Disco Solar, el palacio oficial, la Sala de Tributos Extranjeros y la Secretara, el Palacio del Norte se encuentra a ms de dos kilmetros en esa direccin y el principal parque recreativo a unos cinco kilmetros hacia el sur".36

    Figura 1.17. Trazado de Akhetaten (Tel-el-Amarna). 1, ncleo urbano; 2, suburbio norte; 3, ciudad meridional; 4, edificio de tributos; 5, poblado obrero (figura 1.18).

    Respecto a los barrios y viviendas, el profesor Fairman seala: "no haba manzanas definidas en insulae, ni tamaos normalizados de las propiedades. Lo que parece haber ocurrido es que las gentes ms adineradas elegan los emplazamientos de sus propias viviendas y construan a lo largo de las principales calles, atenindose en general

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  • a las alineaciones de las mismas. Los menos pudientes edificaban a continuacin en los espacios vacantes situados detrs de las viviendas de los ricos, y finalmente las casas de los pobres se apretujaban, apenas sin pretender un orden, en aquellos lugares en donde quedaba algn hueco. Se han descubierto casas de todo tipo en un mismo barrio, y aunque haba reas especficas ocupadas por barrios pobres, es evidente que no exista el zoning".37 Al este de la ciudad se encuentra el poblado de los obreros, que, en contraste, fue trazado con arreglo a un plan preconcebido (figura 1.18). La significacin del planeamiento en retcula en el caso de Tel-el-Amarna y su aplicacin similar, incluso ms temprana, en Kahun (figura 1.19) en 2670 a.C., ha sido generalmente mal interpretada. Los restos arqueolgicos descubiertos tanto en Tel-el-Amarna como en Kahun no son ms que los barracones dispuestos por los contratistas destinados a alojar a los obreros cualificados, ocupados respectivamente en la construccin de la nueva ciudad y de la pirmide de Illahun para el Faran Usertesen II. No hay indicios de que la utilizacin de la retcula tanto en Tel-el-Amarna como en Kahun sea ms que un medio para lograr un fin: proporcionar alojamiento a los obreros cualificados del modo ms rpido posible; por su parte, el vasto ejrcito de obreros ordinarios tena que conformarse con cobertizos rudimentarios. La utilizacin de la retcula limitada a una parte relativamente insignificante de Tel-el-Amarna pudiera parecer un claro ejemplo del sentido prctico de los polticos del siglo XIV a.C.; en otras palabras: el planeamiento urbano como arte de lo prctico. De esta manera es posible resolver la aparente anomala por la cual se consinti que la principal rea urbana se desarrollara segn las directrices que marcaba el crecimiento orgnico laissez-faire, a pesar de comprender el valor de la retcula en el trazado de una ciudad de nueva planta. La ejecucin de cualquier plan ciudadano implica un control poltico, autocrtico o democrtico, para asegurar que los habitantes se adapten a las especificaciones de aqul. Era perfectamente posible imponer un plan a los obreros;

    por desgracia, nunca sabremos si Akhenaten hubiera preferido o no imponer un control del planeamiento similar a sus ricos y poderosos parientes y a sus funcionarios polticos o religiosos.

    Figura 1.19. Kahun. Detalle de ordenacin del campamento obrero de 2670 a.C.

    El ms temprano poblado obrero de Kahun ocupaba menos de 8 hectreas. Estaba rodeado por un muro, destinado, entre otras cosas, a evitar que sus moradores se escapasen del recinto, y parece haber sido ocupado durante tan slo 21 aos. Sir Flinders Petrie observ que "cada calle estaba compuesta de un tipo uniforme de casas; no tenan jardines, pero cada casa, por pequea que fuera, posea su propio patio al aire libre igual al que tienen las casas egipcias en la actualidad. La vivienda de un obrero comn contaba con tres estancias como mnimo, adems del patio, y las otras casas -en funcin del rango de los ocupantes- posean cuatro, cinco o seis estancias, mientras que algunas de las casas ms grandes eran de dos plantas".38

    Figura 1.18. Trazado detallado del poblado obrero de Tel-el-Amarna. Sir Leonard Woolley, director de las excavaciones en esta ciudad, escribi: "desenterramos un poblado modelo destinado a alojar los trabajadores que excavaban las tumbas en la roca viva de las colinas del desierto. Un recinto cercado, de planta cuadrada, apareca completamente ocupado por pequeas casas dis-puestas en varias hileras, separadas por estrechas calles; a excepcin de la vivienda del capataz si-tuada cerca de la puerta, todas las dems eran montonamente iguales, cada una tenia su cocina -recibo al frente, sus dormitorios y su alacena en la parte trasera, el verdadero precedente de las viviendas industrializadas concebidas maquinal-mente" (Digging up the Past

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  • Notas Las primeras ciudades 1. Gordon Childe, What Happened in History (versin castellana: Qu sucedi en la Historia). 2. Es fundamental tener en cuenta que los arquelogos continan recomponiendo las pginas de la historia arcaica de la humanidad. Constantemente se producen nuevas interpretaciones de segundo orden; sin embargo, no pueden ignorarse las ms importantes que hacen referencia a las "primeras" civilizaciones (por ejemplo la Teora de Nueva Obsidiana de Jane Jacobs, citada en la pgina 14 y que se tratar con mayor detalle en el Apndice D). 3. Glyn Daniel, The First Civilizations. 4. Lewis Mumford, The City in History (versin castellana: La ciudad en la Historia, Ediciones Infinito, Buenos Aires, 1966). 5. Gordon Childe, op. cit. en n. 1. 6. Lewis H. Morgan, Ancient Society; or Researches in the Lines of Human Progress from Savagery through Barbarism to Civilization, 1877 (reeditado bajo el ttulo Ancient Societies, Harvard University Press, 1964). Morgan defini estos trminos de modo ms preciso con arreglo a la ampliacin de las fuentes de subsistencia del hombre. Distingua siete periodos, que llam periodos tnicos. Los primeros seis eran: Perodo Salvaje Inferior, desde la aparicin del hombre hasta el descubrimiento del fuego; Periodo Salvaje Medio, desde el descubrimiento del fuego hasta la invencin del arco y la flecha; Perodo Salvaje Superior, desde la invencin del arco y la flecha hasta el advenimiento de la alfarera; Perodo Brbaro Inferior, que empez con el advenimiento de la alfarera (que para Morgan supona la lnea divisoria entre el Perodo Salvaje y el Perodo Brbaro) y termin con la

    domesticacin de animales; Perodo Brbaro Medio, desde la domesticacin de animales hasta la fundicin del mineral de hierro, y el Periodo Brbaro Superior, desde el descubrimiento del hierro hasta la invencin del alfabeto fontico. Finalmente, el sptimo periodo fue la civilizacin con la escritura y el alfabeto (citado por Daniel, en The First Civilisations). 7. Gordon Childe, op. cit. en n. 1. 8. Gordon Childe, The Dawn of European Civilization. 9. Gordon Childe, op. cit. en n. 1 10 A.L. Kroeber, a Roster of Civilizations and Cultures. 11. Gordon Childe, op. cit en n. 1. 12. Gordon Childe, op. cit. en n. 1. 13. Ibdem. 14. Lewis Mumford, op. cit. en n. 4. 15. James Breasted, Ancient Times. 16. Ibdem. 17. H.W. Fairman "Town Planning in Pharaonic Egypt", en Town Planning Review, abril, 1949. 18. Gideon Sjoberg, "The Origin and Evolution of Cities", en Scientific American, septiembre, 1965 (tambin en Cities, un libro de Scientific American, 1967; versin castellana: "Origen y evolucin de las ciudades" en La Ciudad, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1967). Algunas otras definiciones de civilizacin: "Para que una sociedad pueda llamarse civilizada debe cumplir, al menos, dos de las siguientes condi-ciones: tener poblaciones de ms de 5.000 habitantes; poseer un lenguaje escrito; y albergar centros monumentales de ceremonias" (profesor Clyde Kluckhohn). "La escritura es de tal importancia que la civilizacin no puede existir sin ella, y recprocamente, la escritura tan slo puede existir al amparo de una civilizacin" (U. Gelb, A Study of Writing: the Foundations of

    Grammatology; versin castellana: Historia de la escritura, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1976). "Una civilizacin era una sociedad con un conjunto de instituciones sociales funcionalmente interrelacionadas tales como: a) estratificacin en clases determinadas por los diferentes grados de control sobre los principales recursos productivos; b) jerarquas polticas y religiosas que se complementaban mutuamente en la administracin de estados territorialmente organizados; y c) compleja divisin laboral con artesanos, sirvientes, soldados y funcionarios de plena dedicacin a los que hay que agregar la gran masa de productores primarios del campesinado" (profesor Robert Adam). Pasaje citado por Daniel y extrado de Cari H. Kraeling y Robert C. Adams (eds.), City Invincible: a Symposium on Urbanization and Cultural Development in the Ancient Near East 19. Gordon Childe, op. cit. en n. 1. 20. Lewis Mumford, op. cit. en n. 4. 21. Para la proposicin contraria, que afirma que las ciudades precedieron a la agricultura, y que este hecho aconteci primero en lugares alejados de los valles fluviales, proposicin que ser objeto de comentario en el Apndice A de la presente obra, remitimos al lector a Jane Jacobs, The Economy of Cities (versin castellana: La Economa de las Ciudades, Ediciones Pennsula, Madrid, 1972). 22. Grahame Clark, World Prehistory-an Outline (versin castellana: La Prehistoria, Alianza Editorial, SA Madrid, 1981). 23. Ibdem. 24. Leonard Woolley, Ur of the Chaldees (versin castellana: Ur, la ciudad de los caldeos, Fondo de Cultura Econmica, Mjico). 25. Glyn Daniel, op. cit. en n 3 26. Leonard Woolley, Digging up the Past. 27. Rodolfo Lanciani, The Ruins and Excavations of Ancient Rome 28. Ibdem.

    29. Leonard Woolley, op. cit. en n. 22. 30. Ibdem. 31. Leonard Woolley, op. cit. en n. 22. 32. Ibidem. 33. Jacquetta Hawkes y Leonard Woolley, Preshistory and the Beginnings o Civilization. 34. Henri Frankfort, The Birth of Civilization in the Near East. 35 H.W. Fairman, op. cit. En n. 17. 36. Henri Frankfort, op. cit. en n. 34. 37. H.W. Fairman, op. cit en n. 17. 38. W.M. Flinders Petrie, Some Sources of Human History. 39. Bridget y Raymond Allchin, Birth of Indian Civilization. 40. Ibdem. 41. Vase tambin el tema de los orgenes urbanos en la Europa medieval, capitulo 4. 42. Vase tambin la descripcin sobre la aplicacin de la retcula en los EE.UU., captulo 10. 43. Vase la ulterior discusin sobre la posicin de Hipodamo de Mileto en la historia del urbanismo, en el captulo 2, pgina 44. 44. Bridget y Raymond Allchin, op. cit. en n. 39 y 40. 45. Ibidem. 46. Ibidem.

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  • Gideon Sjobert Origen y evolucin de las ciudades

    Gideon Sjobert El origen y evolucin de las ciudades Captulo 2 del libro: La ciudad. Su origen, crecimiento e impacto en el hombre Selecciones Scientific American. Ediciones Herman Blume. Madrid 1976 Tambin disponible en:

    Las primeras ciudades surgieron hace unos 5.500 aos; la urbanizacin en gran escala se inici hace slo 100. Los pasos intermedios de la evolucin de las ciudades fueron, sin embargo, requisito previo para llegar a las sociedades urbanas modernas El hombre comenz a vivir en ciudades hace unos 5.500 aos. Sin embargo, como vimos en el articulo anterior, la proporcin de la poblacin humana concentrada en ciudades no empez a aumentar de forma signifi-cativa hasta hace unos 100 aos. De aqu se desprenden las dos interrogantes que este artculo intenta contestar. En primer lugar, qu factores causaron la aparicin de las ciudades? Y en segundo, cules fueron las fases evolutivas experimentadas por las ciudades con anterioridad al ciclo de urbanizacin contemporneo? Las respuestas a estos interrogantes estn ntimamente relacionadas con la existencia de tres grandes niveles de organizacin humana, cada uno de los cuales posee sus propias estructuras polticas, sociales, econmicas y tcnicas caractersticas. El menos complejo de los tres la sociedad que llamaremos primitiva es preurbano e incluso preliterario; est tpicamente formado por un nmero pequeo de personas, reunidas en grupos homogneos y autosuficientes, cuyas energas estn total o casi totalmente absorbidas por la bsqueda de alimento. Bajo unas condiciones tales el excedente alimenticio es pequeo o inexistente, y, en consecuencia, en la sociedad primitiva no tiene cabida apenas la divisin del trabajo o la aparicin de clases sociales.

    Aunque hoy en da existen an algunas sociedades primitivas, hace ya miles de aos que grupos humanos semejantes iniciaron el lento proceso de evolucin que iba a llevarles a convertirse en sociedades ms complejas, a travs de la formacin de aldeas y de los progresos alcanzados en la estructura organizativa y tcnica. Con esto se lleg al segundo nivel de organizacin: el de la sociedad civilizada preindustrial, o sociedad feudal. En sta existen ya los excedentes alimenticios como consecuencia del cultivo selectivo de cereales de rendimientos altos; ricos en energa biolgica y apropiada para el almacenamiento prolongado y a menudo tambin como resultado de la cra de animales. El excedente de alimentos permite tanto la especializacin del trabajo como la existencia de una estructura de clases que haga posible la aparicin de una lite dirigente que encauce la fuerza de trabajo hacia el desarrollo y conservacin de sistemas de irrigacin extensiva (los cuales a su vez posibilitan incrementos adicionales en el suministro de alimentos).

    La ciudad. Scientific American Scientific American Inc. 1965 Ttulo original: Cities. EE.UU. Alfred A. Knoft. Inc. Traduccin Castellana: Guillermo Gay Nicolau Primera edicin en castellano: El libro de bolsillo 1967. Alianza Editorial. Barcelona 1982.

    La mayor parte de las sociedades pre-industriales conocen la metalurgia, la rueda y el arado, inventos todos ellos que multiplican tanto la produccin como la distribucin de excedentes agrcolas.

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  • Otros dos elementos de primera importancia caracterizan al nivel de organizacin civilizado preindustrial. Uno de ellos es la escritura no ya slo de simples operaciones de contabilidad, sino tambin anotaciones referentes a acontecimientos histricos, leyes, literatura y creencias religiosas. La instruccin, sin embargo, suele ser patrimonio exclusivo de una ociosa lite. El otro elemento es que esta etapa de organizacin no conoce apenas otra fuente de energa que no sean los msculos del hombre o los del ganado de labor; las sociedades preindustriales tardas supieron aprovechar la fuerza del viento para navegar y para moler el grano, y aprendieron a utilizar la energa hidrulica. Las primeras ciudades del planeta se desarrollaron precisamente en el contexto de este segundo tipo de sociedad. Aun cuando las ciudades preindustriales sobreviven an en nuestros das, la ciudad industrial moderna se asocia a un tercer nivel de complejidad en la organizacin humana, nivel que se caracteriza por la instruccin masiva, por un sistema de clases fluido y, lo que es ms importante, por un tremendo progreso tecnolgico que ha permitido utilizar nuevas fuentes de energa inanimada, fuentes que produjeron la revolucin industrial y que todava hoy constituyen su motor. Vista en el contexto de esta estructura de tres niveles, la aparicin de ciudades en el plano de la sociedad civilizada preindustrial puede entenderse con mayor facilidad. Para que surgieran las ciudades hacan falta dos factores, adems del progreso tecnolgico que permitiera superar el nivel de la sociedad primitiva. Uno de ellos era la existencia de un tipo de organizacin social particular por medio de la cual pudiese recogerse, almacenarse y distribuirse el excedente agrcola producido por el avance tcnico. El mismo aparato poda tambin organizar la fuerza de trabajo necesaria para la construccin en gran escala, fuese sta de, edificios pblicos, murallas y fortificaciones o sistemas de regado. Una organizacin

    social as requiere la existencia de un estamento de especialistas profesionales dirigidos por una lite gobernante. Esta ultima, aunque numricamente pequea, debe poseer el suficiente poder poltico reforzado por una ideologa, generalmente de carcter religioso para asegurar la entrega peridica, por parte del campesinado, de una parte importante de la produccin agrcola con destino a la manutencin de los habitantes de la ciudad. El segundo factor requerido era un medio ambiente geogrfico favorable, en el que hubiese no slo suelo frtil para los campesinos, sino tambin un suministro de agua adecuado tanto para las necesidades de la agricultura como para las del consumo urbano. Estas condiciones se dan en los valles geolgicamente maduros de la zona templada, y fue precisamente en esas amplias regiones aluviales donde aparecieron las primeras ciudades del mundo.

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  • Qu es una ciudad? Una ciudad es una comunidad de considerable mag-nitud y elevada densidad de poblacin que alberga a una gran variedad de trabajadores especializados no agrcolas, as como a una lite cultural. Pongo tanto nfasis en el papel de la instruccin y el uso de la

    escritura como un ingrediente de la vida urbana popoderosas razones. Aunque los sistemas de escritura tardaron siglos en

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    desarrollarse, su presencia o la falta de ella sirven como un til criterio para distinguir entre las comunidades genuinamente urbanas y aquellas otraque pese a su gran dimensin o elevada densidad depoblacin deben considerarse como semiurbanas o no urbanas en absoluto. Esto se explica por el hecho de que cuando una comunidad logra ese adelanto tcnico que llamamos escritura (bien alcanzndolo por s misma, bien recibindolo de otra comunidad) tiene lugar una transformacin bsica del orden social; cuando la tradicin escrita sustituye a la oral, hace posible la creacin de sistemas administrativos y legales ms complejos, y permite el desarrollo de sistemas de pensamiento ms rigurosos.

    La escritura es imprescindible tambin para el desarrollo de las matemticas, de la astronoma y resto de las ciencias; su existencia implica, por taparicin de un determinado nmero de especializaciones de gran importancia dentro del orden social. Parece ser que las primeras ciudades sur

    alrededor del ao 3500 antes de Jesucristo en el Creciente Frtil, en cuyo segmento oriental se en

    El proceso de la evolucin humana comienza con las primeras ciudades de la mesopotamia; a estas siguen las del valle del Nilo; ms tarde surgen las del Indo y las de la regin oriental del mediterrneo; y, al final, aparecen las de China. En cada una de estas regiones Incluido el nuevo mundo, urbanizado en forma independiente, nacieron y desaparecieron ciudades, pero la vida urbana, una vez establecida, no se extingui nunca por completo

    Mesopotamia: en los valles del Tigris y del ufraprecisamente. En esta zona no eran solamente apropiados el suelo y el suministro de agua; la regin constitua una encrucijada que haba facilitado el repetido contacto entre gentes de culturas muy distinta lo largo de milenios. Se produjo all entonces una mezcla de oficios y tcnicas, tanto extraas como indgenas, que debe sin duda haber contribuido a que los asentamientos rurales de la baja Mesopotamia se convirtieran con el tiempo en las primeras ciudades propiamente dichas. La mayor parte de ellas se localizaron en Sumeria y, hasta cierto punt, tambin en Akkad, algo ms al norte. Algunas de estas ciudades, como Eridu, Erech, Lagash y Kish, son ms

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  • familiares a los arquelogos que otras. Ur, de cms tarda, es la de mayor fama de todas. Estas primeras ciudades eran todas muy semejantes ntre s; para empezar tenan ya

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    esemejante: trigo y cebada, bronce, arado tirado porbueyes, vehculos con ruedas. Por otra parte, sus jefes eran al mismo tiempo reyes y sumos sacerdotes; el tributo de los campesinos al dios de la ciudad se almacenaba en los graneros del templo. Los lujosos objetos encontrados en tumbas reales y en templos atestiguan la existencia de expertos artesanos, y la importacin de metales y piedras preciosas desde mall de los confines de Mesopotamia habla de la existencia de una capa social de mercaderes y traficantes. La poblacin de estas ciudades slo puede calcularse de forma muy aproximada, al carecer dinformacin precisa sobre datos tales como el promedio de moradores por vivienda o la zona de influencia de cada ciudad. El arquelogo Sir Leonard Woolley, que excav la ciudad de Ur, estima que en ella vivan 34.000 perso-nas algo despus del ao 2000 antes de nuestra Eraen mi opinin, sin embargo, parece improbable que por lo menos en los primeros periodos ni aun la mayor de estas ciudades llegase a tener ms de 5 a 10.000 habitantes, incluyendo en esta cifra los agricultores temporales que vivan en las afueras de lciudad. El valle del Nilo, no muy lejos de Mesopotamia, fue ambin tjuzgar por escritos egipcios posteriores, alrededor dao 3100 antes de nuestra Era pudo haber ya comunidades urbanas en el delta del Nilo. El que la idea egipcia de la vida urbana procediera de Mesopotamia o que, por el contrario, hubiera sido desarrollada de forma independiente (quiz inclusoantes que en Mesopotamia) es tema a debatir por leruditos; de todos modos, las etapas iniciales de la vida urbana egipcia puede que sean algn da

    descubiertas en las profundidades de los terrenos daluvin del delta, en donde han comenzado a realizarse excavaciones cientficas recientemente. Las comunidades urbanas, bien fuera por difusin,

    or generacin espontnea, se propagaron pampliamente durante el tercer y segundo milenios antes de nuestra Era. Alrededor del ao 2500 antes de Jesucristo las ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa se hallaban en pleno florecimiento en el valle del Indo, en lo que ahora es el Pakistn. Antes de que hubiera ocurrido a lo sumo otro milenio existan ya asentamientos urbanos en China, localizados en el curso medio del ro Amarillo. Cerca de Anyang se descubantes de la Segunda Guerra Mundial, una capital de la dinasta Shang, que existi alrededor del ao 1500 antes de Jesucristo, y de las investigaciones arqueolgicas actualmente en curso en China se espera la confirmacin de que la vida urbana se inici de hecho all varios siglos antes. La probabilidad de que las primeras ciudades egipciuesen posteriores a las de f

    de que las aparecidas en los valles del Indo y del ro Amarillo lo hicieron an ms tardamente, da mayor peso a la hiptesis de que la nocin de vida urbana se propag a estas zonas desde Mesopotamia. Sea comofuere, nadie puede negar que en cada uno de los casos la poblacin indgena contribuy exclusivamente al desarrollo de las ciudades de su propio territorio. En contraste con lo acaecido en el Viejo Mundo, existe la certeza de que la difusin jur un papel insignificante, por no decir nulo, en la creacin de las ciudades precolombinas del Nuevo Mundo. Los pueblos de Centroamrica principalmente los mayas, zapotecas, mixtecas y aztecas desarrollaron sin lugar a dudas comunidades urbanas en gran escala, cuya exacta dimensin estamos slo ahora empezaa conocer gracias a las investigaciones que actualmense realizan en aquellos lugares. Hasta fecha muy reciente, por ejemplo, muchos arquelogos del Nuevo

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  • Mundo ponan en duda que los mayas hubieran jaconstruido ciudad alguna, y era habitual el considerar sus impresionantes ruinas como centros ceremoniales que una poblacin rural dispersa visitaba peridicamente. En la actualidad, sin embargo, caben pocas dudas sobre el hecho probado de que muchos de aquellos centros eran autnticas ciudades. En el yacimiento arqueolgico maya de Tikal, en Guatemalase han localizado unos 3.000 edificios en un rea de 16 kilmetros cuadrados: slo el 10 por 100 de estas edificaciones han resultado ser grandes estructuras ceremoniales, Extrapolando sobre la base de excavaciones de tanteo de ms de 100 de estas construcciones menores, se deduce que alrededor dedos tercios de ellas fueron en su da viviendas. Si aplicamos a Tikal solamente la mitad del promedio del nmero de personas que componen una familia de las que actualmente viven en la regin, que es de 5.6 miembros por hogar, resulta que la poblacin de aquella ciudad habra sido superior a los 5.000 habitantes. En otro gran yacimiento arqueolgico maya, Dzibil-chaltun, en Yucatn, la inspeccin de menos de la mitad de la superficie total ha revelaexistencia de ms de 8.500 construcciones. Teotihuel mayor emplazamiento urbano en la regin de la actual ciudad de Mxico, puede haber alcanzado una poblacin de 100.000 habitantes durante el primer milenio de nuestra era (ver la ilustracin) Aunque slo se han identificado unos cuantos ejemplo

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    dsta era conocida, ya que por entonces existan pueblos instruidos por doquier en Centroamrica. Adems, los logros de los mayas en campos tales como las matemticas o la astronoma nos hubieran llevaforzosamente a la conclusin de que se trataba de una cultura urbana, incluso en ausencia de pruebas arqueolgicas. Su introduccin de la nocin del cero (descubrimiento que evidentemente realizaron con anterioridad a los hindes) y su clculo, admi-rablemente preciso, de la duracin del ao solar,

    hubieran sin duda sido imposibles de encontralite instruida desperdigada en aldeas por el camen lugar de estar en ncleos urbanos en los que pudiera darse un intercambio de ideas fecundo. Centroamrica no fue la nica regin del Nuevo Mundo en la que existieron comunidades de gran tamadensidad, ya que stas se dieron tambin, en la zona de los Andes. Una cultura como la de los incas, sin embargo, no puede calificarse de verdaderamente urbana. A pesar de estar en posesin de mtodos mnemotcnicos que facilitaban la contabilidad (basados en un sistema de cuerdas con nudos llamaquipu), o quiz precisamente por eso, los incas no disponan de ningn conjunto de smbolos grficos que les permitiesen representar las palabras y otros conceptos o nociones que no fuesen los nmeros y ciertas categoras de objetos concretos. A consecuencia de ello no pudieron disponer de unos elementos estructurales de tanta importancia para una comunidad urbana como son una lite instruida y un legado escrito de leyes, religin e historia. Aunque los incas tenan en su haber grandes proezas de ingeniera, arquitec-tnicas y militares, y pese a que al parecer se encontraban ya en el umbral de la civilizacin, lo ciertoes que los conquistadores europeos los encontraronun estadio preurbano muy similar al de los pueblos africanos de Dahomey, Ashanti y Yoruba. Dos cosas podemos aprender del Nuevo Mundo. En

    entroamrica las ciudades se crearon enCrasgos tan caractersticos como la cra de animales, lrueda o un extenso emplazamiento aluvial. El cultivo del maz, un cereal excelente que produca importantesexcedentes alimenticios a costa de un esfuerzo relativamente pequeo, pudo haber contribuido a com-pensar lo limitado de sus tiles y la inexistencia de un medio ambiente fluvial. En la regin andina, ni las impresionantes realizaciones de ingeniera ni la existencia de una amplia divisin del trabajo pudieron hacer surgir una sociedad autnticamente urbana afalta de un sistema de escritura.

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  • Pese a la considerable diversidad cultural de los pueblos del Cercano Oriente, del Oriente y del Nuevo Mundo, las ciudades primitivas de todas estas regcompartan un determinado nmero de rasgos orga-nizativos. El principal de ellos era la existencia de una teocracia: el rey y el sumo sacerdote eran una misma persona. La clase dominante tena su residencia principal en la ciudad, en cuyo centro viva junto con su squito y sirvientes. Este centro era precisamente la zona de mayor prestigio, y en l se hallaban enclavados los ms importantes edificios cvicos y religiosos. La cntrica localizacin de la lite tena upropsito doble: en una poca de comunicaciones transportes rudimentarios, la proximidad fsica de sus miembros favoreca el contacto entre ellos; al mismo tiempo, esta situacin deparaba a la clase gobernanteel mximo de proteccin frente a los ataques procedentes del exterior. Ms alejadas del centro se encontraban las alleres de los artesanos

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    therreros, joyeros, alfareros, muchos de los cuales trabajaban para la lite. La divisin del trabajo en oficios, que apareca ya en las primeras ciudades, se hizo ms compleja con el paso del tiempo. Los diversogrupos artesanos, algunos de los cuales pudieron habepertenecido en un principio a minoras tnicas especficas, tendan a establecerse en barrios o calles especiales. Esta conducta se ha dado de forma caracterstica en las ciudades preindustriales de todas las culturas desde los tiempos ms primitivos hasta nuestros das. Los ciudadanos ms pobres vivan en las afueras de la ciudad, junto a los labradores propiamente dichos y los que dedicaban a la agricultura al menos parte de su tiempo; las viviendas dispersas de unos y otros se hacan ms escasamedida que se alejaban de la ciudad, confundindose,por ltimo, con el campo abierto. Desde sus comienzos la ciudad ha sido una continua uente de innovaciones tcnicas, f

    su papel de residencia permanente de los trabajadoespecializados. En efecto, la aparicin misma de las ciudades aceler considerablemente los cambios culturales y sociales; empleando un trmino del desaparecido arquelgo ingls V. Gordon Childe, podemos afirmar que la revolucin urbana tuvo importancia equivalente a la de la revolucin agrcque la precedi y a la de la revolucin industrial que lseguira. La ciudad actu como motor del cambio de distintas formas. Muchas de las ciudades primitivas sur-gieron sobre grandes rutas de trfico; inventos e ideas nuevas llegaban a ellas de forma espontnea. El mero hecho de concentrar en una zona limitada a un gran nmero de trabajadores especializados alentaba y promova todo tipo de innovaciones, tanto en el campo de la tcnica como en el del pensamiento religioso, filosfico y cientfico. Al mismo tiempo, las ciudades pudieron servir de baluartes de tradicin. Algunas, como Jerusaln o Benars, llegaron a ser, a los ojos del pueblo, ciudades sagradas; pese a habesido victima de reiteradas destrucciones, Jerusaln ha mantenido su carcter sagrado durante ms de dos milenios (ver La antigua Jerusaln, por Kathleen M. Kenyon; Scientific American; Julio, 1965) El curso de la evolucin urbana slo puede ser orrectamente interpretado si se estudia en relacin c

    el desarrollo que paralelamente experimentan tecnologa y la organizacin social, as, como, y de forma muy especial, la organizacin poltica; estos factores no son slo requisitos previos para la vida urbana, sino la base misma de su desarrollo. Como centros de innovacin, las ciudades proporcionaron frtil caldo de cultivo para los continuos progresos tcnicos, los cuales a su vez posibilitaron la ulterior expansin de las ciudades. El perfeccionamiento de la tecnologa dependa por su parte de una divisin dtrabajo cada vez ms compleja, sobre todo en lo que respecta a la esfera poltica. Un ejemplo de ello lo constituyen las primeras comunidades urbanas de Sumeria, meras ciudades-estado de reducidos

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  • hinterlands, pero que llegaron a extender sus redecomerciales sobre zonas mucho mayores, permitienestas ciudades beneficiarse de los recursos humanos materiales de una regin mucho ms diversa y extensa, y provocar, incluso, el nacimiento de otras ciudades, Los primigenios imperios de la Edad del Hierro como, por ejemplo, el imperio Aquemnida de Persia, establecido a principios del siglo VI antes de Jesucristo, o el imperio Han de China, establecido en el siglo III antes de Jesucristo tenan una esfera de accin mucho mayor que la de cualquiera de los que existieron en la Edad del Bronce. Y a medida que losimperios se fueron haciendo mayores, crecieron susciudades en tamao y esplendor. De hecho, como Childe haca notar, el proceso de urbanizacin se desarroll ms rpidamente en los cinco primeros side la Edad del Hierro que en los quince que dur Edad del Bronce. Durante los siglos VI y V antes de Jesucristo los persasxtendieron su imp

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    efundando por doquier numerosas ciudades, edificadas a menudo sobre aldeas previamente existentes. AI socaire de esta expansin, Toprakkala, Merv y Murakanda (sobre parte de la cual se edificara posteriormente Samarkanda) llegaron a adquirir rangurbano. De la misma forma en la India, a finales dsiglo IV antes de Jesucristo, los Mauryas del norte llevaron los limites de su imperio hasta Ceiln, incluyendo en l todo el sur hasta entonces rural e impulsando la creacin de ciudades como Ajanta yKanchi. Bajo las dinastas Ch'in y Han, entre el sigloantes de Jesucristo, y el tercero de nuestra era, la viurbana se asent firmemente en la mayor parte de lo que entonces era China y an ms all, particularmente hacia el sur y el oeste. La Gran Ruta de la Seda, que se extenda desde la China hasta el Turkistn, lleg a estar jalonada de ciudades, situadas por lo general en oasis, como Suchow, Khotn y Kashgar; Nankng y Cantn parecen haber alcanzado la categora de centros urbanos por aquella poca, y lo mismo

    aconteci con el asentamiento que ms tarde llegarconvertirse en Pekn. En el otro extremo del continente euroasitico, a finales

    el segundo milenio antes dcomenzaron a extenderse hacia occidente, reavivando o estableciendo la vida urbana a lo largo de las costas septentrionales de frica y las espaolas. Estos traficantes costeros posean por entonces considerables conocimientos sobre la construccin de embarcaciones; y estos conocimientos, combinados con sus extensas redes comerciales y el podero de sus armas, hicieron a los fenicios por un tiempo dueos del Mediterrneo. Algunos siglos mas tarde, los griegos siguieron un rumbo muy semejante. Sus ciudades-estado, en cieno modo equivalentes a pequeos imperios, crearon o reconstruyeron numerosas avanzadas urbanas a lo largo del litoral mediterrneo, desde el Asia Menor hasta Espaa y Francia, y, por el este, hasta las costms remotas del mar Negro. El imperio que ms contribuy a la difusin de la vida urbana en las regiones todava rurales de Occidente Francia, Gran Bretaa, los Pases Bajos, la Alemania al oeste della Europa central e incluso la oriental fue, naturalmente, Roma. Los imperios son unos eficaces propagadormas de vida urbaf

    ciudades que les permitan conservar la supremaca militar, en los territorios conquistados. Las plazas fuertes, a su vez, requieren un aparato administrativpara extraer los recursos de la regin conquistada y para promover un comercio necesario tanto para el mantenimiento de la guarnicin militar como para el aumento de la riqueza de la metrpoli. Aun cuando lanueva ciudad empezara siendo una mera avanzada comercial, como ocurra en el caso de los fenicios, era necesario proporcionarle algn apoyo militar y administrativo a fin de garantizar su supervivencia y sufuncionamiento en territorio extrao.

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  • Existe una significativa relacin entre el ascenso y cada de los imperios y el ascenso y decadencia de las