texto: lis Álvarez de cienfuegos...

12
EN JULIO DE 2007 LOS AUTORES DE ESTE RELATO JUNTO A SU PADRE Y OTROS COMPAÑEROS ASCENDIERON Y DESCENDIERON CON ESQUÍS LA CIMA DE LA EUROPA ORIENTAL. EL ELBRUS, QUE CON SUS 5642 METROS ES UN GRAN RETO PARA CUALQUIER ALPINISTA Y MÁS SI TIENEN ENTRE 14 Y 16 AÑOS COMO ELLOS. Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS, Álvaro PANTOJA y Alberto PANTOJA T ravesía elbrus 27/8/07 08:55 Página 50

Upload: phamkhuong

Post on 25-Sep-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

EN JULIO DE 2007 LOSAUTORES DE ESTE RELATOJUNTO A SU PADRE YOTROS COMPAÑEROSASCENDIERON YDESCENDIERON CON ESQUÍSLA CIMA DE LA EUROPAORIENTAL. EL ELBRUS, QUECON SUS 5642 METROS ESUN GRAN RETO PARACUALQUIER ALPINISTA YMÁS SI TIENEN ENTRE 14 Y16 AÑOS COMO ELLOS.

Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS, ÁlvaroPANTOJA y Alberto PANTOJA

T r a v e s í a

elbrus 27/8/07 08:55 Página 50

Page 2: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

De izquierda a derecha,Lis Álvarez de

Cienfuegos, Álvaro yAlberto Pantoja de

15, 14 y 16 añosrespectivamente, en elcampo base de Barrelsdespués del descenso

de la montaña.

Foto: Jonás Cruces

elbrus 27/8/07 08:56 Página 51

Page 3: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

52 2007-08

nuestro guía, fue todo un placer. Un experimentadoalpinista Peterburgués que, más allá de su trabajo,supo trasmitirnos sus conocimientos y su paz interior.Enviado por la agencia Cetneva, fue quien nos propor-cionó la Carta de Invitación imprescindible para visitarla zona, los permisos para los frecuentes controlesmilitares, y las reservas de alojamiento, incluyendo lassolicitadas plazas en los refugios. Sergei nos acompa-ñaría en todo el viaje excepto durante la ascensión,que queríamos realizar de forma autónoma. Nos aloja-mos en Cheget (1900 m.), un pueblo rodeado de pre-ciosos bosques, pero salpicado de ruinosos edificiosabandonados, y núcleo turístico con unos antiguosremontes de esquí que dan acceso a unas laderasimpresionantes. Aquí pasamos unos días aclimatando,en los que al principio tuvimos mal tiempo, algo quenos llenaba de ilusión pensando que podríamos encon-trar nieve polvo en nuestro descenso del Elbrus.

LA ASCENSIÓN. Tras dos telecabinas, un último telesillanos dejó muy cerca de Barrels, campo base del Elbrusa 3700 m., donde un cálido sol y la deseada imagen de

NO GAME!, ¡NO GAME!- Vociferaba el policíabajo una gorra de plato más grande queuna paella, mientras atravesaba el vestíbu-lo del aeropuerto hacia nosotros. El vueloque debíamos coger en Moscú hacia

Mineralnye Vody llevaba retraso, y apoyados en nues-tras mochilas, jugábamos tranquilamente a las cartas.Parece que en esta ciudad, divertirse no está permiti-do. Y lo digo porque éste fue, solamente, un detalleentre algunos de los que en nuestra fugaz visita aMoscú, pudimos ´disfrutar`. Es una localidad conmonumentos impresionantes, no sólo de piedra yladrillo, si no también de carne y hueso, pero todoscoincidimos en pensar que la alegría y amabilidad noabundan por aquí, quizás fruto de tantos años de opre-sión.

A pesar de estar en julio y a 35ºC, nos pusimos lasbotas de esquí y los pantalones y chaquetas de monta-ña para evitar pagar sobrepeso en el avión –en losaeropuertos rusos son especialistas en ´sablear` por leexceso de equipaje –. Luego, antes de pasar por elarco de seguridad, metimos las botas en el de manopara que los ganchos metálicos no lo hiciesen pitar.Fueron unos minutos de sofoco, pero nos ahorramosun dinerillo, ya que los 25 kg permitidos nos resulta-ban escasos llevando esquís. Y es que, después de unatemporada invernal un tanto escasa de nieve enEuropa, nos quedamos con ganas de continuarla, asíque decidimos ir a lo más alto del continente a ver siallí teníamos más suerte. El grupo lo formamos nos-otros tres (Lis, Álvaro y Alberto), nuestros padres(Visi y Jorge, y Paloma y Luis) y tres amigos (Mariano,Jesús y Rodrigo). Para nosotros, el ascenso de 1900 m.de desnivel de la última jornada hasta los 5642 m. dela cima del Elbrus, y el descenso íntegro con losesquís, es un reto importante, y para el que noshabíamos estado preparando a conciencia: muchascarreras de esquí de montaña entrenados por Javi,Jorge, José y Miguel de la Federación Madrileña deMonaña; muchos kilómetros esquiando fuera de pistaen Pirineos y Alpes; y unas cuantas escaladas en elAtlas, Andes y TienShan.

“Me liamo Sergei y típicamente voy a acompañarospor el Cáucaso”. Tras las rancias caras moscovitas,encontrarnos con el rostro amable y sonriente de

Junto al campo base deBarrels, hay un snowparkcon bastantes saltos,desde que hace años seinstalara aquí un campde verano parafreeriders. En la foto, un´local` en pleno vuelo.Tanto en los pueblos delvalle como en la cercanaciudad de Piatigorst hayuna gran cantera deesquiadores.

Parte del equipo deesquiadores-alpinistascomenzando el ascensoen una de lasaclimataciones previasal intento definitivo. Enel Elbrus aclimatar bienes uno de los secretospara el éxito.

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u sFo

to: J

onás

Cru

ces

Foto

: Lui

s P

anto

ja

elbrus 27/8/07 08:56 Página 52

Page 4: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

54 2007-08

la montaña sobre nuestras cabezas, nos dieron la bien-venida. Al borde mismo del glaciar Garabishi se ubicanunas grandes barricas de chapa que sirven de refugio.Son calientes y confortables, pudiendo albergar a unasnueve personas, pero los servicios (mejor dicho, letri-nas) comunes a todas las barricas son vomitivas.Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitudte altera el metabolismo, tienes dolores de cabeza,taquicardias y nauseas, nosotros por suerte no nosdimos cuenta de nada. El primer día, ascendimosfoqueando hasta el Priut 11 a 4100 m., un antiguorefugio que se quemó y ya ha sido reconstruido, ydesde el que algunos prefieren atacar el Elbrus (nos-otros optamos por las comodidades de Barrels).Confirmando nuestras esperanzas, la montaña estabacargada de nieve polvo y las grietas del glaciar total-mente tapadas, así que el descenso por esta suaveladera lo realizamos a gran velocidad y con amplísimosgiros. Siguiendo con nuestro plan de aclimatación, aldía siguiente subimos hasta las rocas Pastukhov a4900 m., y que desde abajo parecían ser una meta rela-tivamente fácil. Tardamos 3 horas en lugar de las 4 ó 5habituales, disfrutando de otro rápido descenso quenos elevó la moral a todos. Aunque no presentábamossíntomas de mal de altura, valoramos la posibilidad dedescansar un día y atacar la cima después. Pero fueSergei quien nos dio la clave para el éxito de estaascensión: mañana se preveían temperaturas suaves(entre –5º y 0ºC) y vientos flojos (de 20 a 30 km/h) enla cima, algo fuera de lo común en el Elbrus, mientrasque pasado mañana podría ser inestable. El Elbrus yano estaba tan lejos ni tan arriba, y no podíamos des-aprovechar esta oportunidad.

ESA NOCHE LOS NERVIOS apenas nos dejaron dormir y a lasdos de la madrugada estábamos en pie. A las tres noscalzamos los esquís, siendo los únicos en salir desdeBarrels, ya que la mayoría de la gente que sube alElbrus es trasportada en máquinas pisanieves hastaPastukhov (4.800 m.), perdiendo mucho de ese carác-ter montañero que tiene un pico tan alto, y dejandoreducida la ascensión a la mitad. Teníamos media lunaalumbrándonos el camino, pero con los frontales seríamucho más fácil evitar las huellas de los que subenandando o incluso algunos agujeros del glaciar. Uncielo estrellado y una leve brisa nos animaban a conti-nuar. A 4700 m. y a las seis y media de la mañana, aun-que hiciera un tiempo anormalmente bueno, no es

Edificios como el de laimagen podían versehabitados hace tres

años, en 2007 esta molede hormigón estaba ya

en ruínas. A la derecha, mucha

basura y chatarra detodo tipo a los pies del

campamento deBarrels. En estos

detalles se ve que laPerestroika no ha

llegado a todos losrincones de Rusia.

LA BASURA DE STALINY LAS MULAS DE FRANCOE. Ribas

Aunque las cosas han cambiado y están cambiando temporada a temporada,más aun desde que la cercana ciudad de Sochi ha sido designada para sersede de los JJOO de Invierno de 2014, no hay que sorprenderse ante los res-

tos del más puro estilo de vida soviético de los sesenta. Construcciones mastodónti-cas de cemento en lamentable estado afeando hermosos valles, basuras amontona-das en los bosques de montaña y ríos que reciben los vertidos de los pueblos, sonalgunos ejemplos de la herencia de la Rusia postbélica. Más arriba, en las faldas delElbruss y hasta donde la nieve no es permanente, hacia los 4000 metros de altitud,todavía se encuentran restos de munición, armamento, cadenas de carros de com-bate, restos de pertrechos e incluso cascos y mobiliario de campaña usados en laBatalla del Caúcaso, que durante más de tres años se libró aquí añadiendo dramatis-mo a la contienda. Cuando se está en el Elbrus en mitad de una tempestad, sobre-coge pensar lo que tuvo que ser la guerra en pleno glaciar, en invierno, con escasezde comida y abrigo y obligado a matar o morir.En la Segunda Guerra Mundial el Elbrus fue más un objetivo moral que estratégicopero la bandera que ondease en su cima determinaba a quién pertenecía la cordille-ra que abre y cierra las puertas de Europa con Asia. En este crudo escenario la mula española se hizo famosa. Así se recoge en numero-sos documentos y fotografías de la época que se pueden encontrar en el Museo dela Guerra en la estación superior del telecabina Myr (3200 m.). Está registrado que elgeneral Franco regaló al ejército alemán medio millar de mulas que resultaron ser elúnico animal capaz de sobrevivir y transportar el material en las terribles condicionesde frío, hambre y altitud del Elbrus. Los animales supervivientes fueron pasando deuno a otro bando como botín de guerra según se conquistaba o reconquistaba cadazona, siendo valiosísimos y determinantes para el abastecimiento de las tropas ya queeran el único medio de transporte capaz, tanto animal como mecánico, de resistir lasextremas condiciones de la montaña y la guerra.

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

A 4700 m. y a las seis y media de la mañana, aunquehiciera un tiempo anormalmente bueno, no esprecisamente calor lo que sentíamos a la luz de unsol que llevaba pocos minutos alumbrandotímidamente unas cumbres minuciosamente talladas

A quienes sufrieronla Segunda GuerraMundial en la zona

les suena lafortaleza de las

mulas españolas.Los pocos animales

supervivientessirvieron luego enlas granjas y para

carga. Lástima queno fuese posible su

cría.

Fotos: E. Ribas

Foto: Luis Pantoja

elbrus 27/8/07 08:56 Página 54

Page 5: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

Amanecer en las faldasdel Elbrus, el triángulode sombra que se ve enel horizonte es la queproyecta la cima de lapropia montaña cuandolos primeros rayos desol tocan la pirámide dela cumbre.

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

Foto: Luis Pantoja

elbrus 27/8/07 08:56 Página 55

Page 6: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

56 2007-08

Arriba, Barrels por lamañana, a la derecha,esa misma tarde. Loscambiosmeteorológicos sondrásticos a 4.000metros.

Lis disfrutando losúltimos metros deladera antes dealcanzar Barrels.Desde la cima, hastadonde la nievetermina, unos 1.900metros de desnivelesquiable en veranoy casi 3.000 entemporada.

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

precisamente calor lo que sentíamos a la luz de un solque llevaba pocos minutos alumbrando tímidamenteunas cumbres minuciosamente talladas. Y es quenunca se nos borrará de la memoria el momento en elque miramos hacia atrás y contemplamos cómo lasombra del Elbrus cortaba el horizonte, dando laimpresión de que hubiera dejado el cielo dividido endos. Pero no había tiempo para detenernos a obser-varlo y quedarnos fríos, así que inmersos en nuestrospensamientos seguimos avanzando en lo que sería eltramo más inclinado hasta el momento.

- Hemos llegado a la “eterna diagonal”- ComentabaÁlvaro mientras observábamos el tramo que teníamospor delante. Nos esperaban unas inclinadas pendien-tes de nieve helada que hubiéramos podido afrontarcómodamente con las cuchillas que dejamos en casa

para reducir peso. Al final, con los esquís a la espalda,el buen ritmo que hasta ese momento llevábamos, sevio bastante ralentizado. Alcanzados los 5000 metrosiniciamos la diagonal, que en travesía remonta 400 m.de desnivel flanqueando la ladera de la cumbre Este,hasta el collado que separa las dos cimas llamado Lasilla de montar. Ya veíamos cercanas las rocas a partirde las cuales se llanea hasta dicho collado. Esta visiónnos empujaba a seguir, pero cuando tras media hora teparece que siguen estando igual de lejos, es el desáni-mo lo que te invade. Una hora después, parece que lamontaña se ha estirado y que las malditas rocas siguena la misma distancia. Ya no miro hacia arriba y sigorepitiendo esa cancioncilla que me ronda la cabezadesde hace horas y de la que estoy tan harto como delas putas piedras. Ahora, según Sergei, quedaba laparte psicológicamente más dura de la subida, y con elestómago vacío no se discurre con claridad. Así quenos sentamos en la nieve, abrimos el macuto, y saca-mos el bocata de jamón. Ninguna otra cosa te haceseguir hacia delante con tanta energía como el jamónserrano, por muchas barritas energéticas que tetomes.

UNA VEZ RECARGADAS LAS PILAS iniciamos de nuevo lamarcha hasta el collado, con los esquís calzados. Aquíhay unas ruinas de un antiguo refugio en donde lamayoría de los esquiadores dejan sus tablas y continú-an andando a la cima. Nosotros seguimos con ellos,

Foto: Luis Pantoja

Foto: Luis Pantoja

Foto: Jonás Cruces

elbrus 27/8/07 08:57 Página 56

Page 7: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

¡Cima! de izquierda aderecha y de arriba aabajo: Luis Pantoja,Alberto Pantoja, LisÁlvarez de Cienfuegos,Álvaro Pantoja, MarianoFrutos y Jorge Álvarezde Cienfuegos.

57 2007-08

Álvaro bajando la largarampa que va desde

Pastukova a Barrels, untramo de 1.000 metros

de inclinaciónmoderada.

nuevamente en la espalda, y es Lis la que ahora va encabeza, marcando el ritmo en estas rampas finales,que son también las más inclinadas. Tenemos que rea-lizar frecuentes paradas para coger aliento y mientrastanto, aprovechamos para estudiar las posibles líneasde descenso en esta zona de la montaña.Ensimismados en nuestros pensamientos, levantamosla vista y por fin contemplamos la cima en el otroextremo del plató. Nos quedaban unos 250 metros a´ojímetro`, cuando Jorge y Jesús nos alcanzan y juntosllegamos el techo de Europa entre felicitaciones yrisas. El sentimiento de éxito no es fácil de describircon palabras, pero sí con abrazos a nuestros amigos.

EL DESCENSO. ¡Ya estamos en la cumbre, y ahora viene lobueno!.- Los primeros virajes en la nieve helada de lacima nos han hecho entrar en calor enseguida, y noshemos desviado hacia las rampas más inclinadas einteresantes que descienden directamente hasta elCollado. La ladera de unos 45º –50º está dividida porun gran serac central, y tiene en su parte superior unresalte de unos 4 m. casi verticales de hielo del glaciarsomital. Descartamos el lado izquierdo ya que nossupondría tener que realizar una travesía ascendentedesde el plató cimero que nos obligaría a volver a colo-car las pieles de foca. Las espátulas de nuestros esquísasoman por encima de la cornisa, y de un salto acce-demos a esta preciosa ladera, de nieve un poco cos-trosa, en la que encadenamos unos cuantos virajescada vez más amplios y rápidos. Con el excelente com-portamiento de nuestros Fischer, resulta sencillo eldescenso por esta nieve y la confianza aumenta encada giro. Continuamos la bajada por una nieve polvo-húmeda muy divertida de esquiar, en la que es fácil

dejarse llevar por el entusiasmo. La velocidad deAlberto nos pone los pelos de punta, pero no hay queolvidar que estamos en una zona glaciar de profundasgrietas. De hecho, cuando llegamos a la parte inferiordel mismo, con la nieve más blanda, pudimos observarcómo se habían abierto ya algunas de ellas, formandograndes y oscuros agujeros. La velocidad a la que des-cendemos nos proporciona cierta seguridad, siemprey cuando se tenga en cuenta la zona en donde vas acargar el peso en los virajes o en las detenciones. Nosentretenemos en fotografiar y filmar este largo des-censo hasta Barrels, y en disfrutar de la última esquia-da de la temporada.

-¡Estoy “matao”, no puedo más!- Son las únicaspalabras que puede articular Álvaro al acabar el des-censo. Pero las que nos dedicó Sergei al bajar nos lle-garon al corazón: - ¡Gracias por el espectáculo de labajada!. Después de unas 30 ascensiones al Elbrus,nunca había visto a ningún grupo subir desde Barrelsy bajar desde la misma cima con esquís, y muchomenos de chavales tan jóvenes.- Había subido a suritmo hasta la cumbre y pudo ver el descenso. En todocaso, fueron sus consejos los que nos empujaron a ele-gir las condiciones ideales para ello, ya que al díasiguiente, mientras bajamos en el telesilla, la tormen-ta arreciaba y los rayos que caían cerca nos mantení-an un tanto asustados bajo aquellos cables. Ese díanadie pudo alcanzar la cima, todos los grupos se die-ron la vuelta debido a la nieve y la tormenta. Incluso aldía siguiente, tras una nevada de 30 cm. sólo algunosllegaron a la cumbre, bajo unas temperaturas de -20ºCy vientos de 100 km/h., que provocaban tal ventiscaque no se veían ni los pies. Tuvimos mucha suerte conel tiempo, pero una buena planificación y entrena-miento son imprescindibles para tener éxito en estamontaña que aunque fácil, es alta, ventosa y fría.

Ahora sabemos que han merecido la pena tantoentrenamiento y esfuerzo. Ni las quemaduras en lanariz, ni los labios hinchados, ni las ampollas en lospies, pudieron borrar nuestras caras de satisfacción.De hecho, ya estamos planeando el próximo descenso:tal vez el Denali, el Lennin, el Aconcagua. Soñar nonos cuesta y nos mantiene vivos.

Los primerosvirajes en lanieve helada dela cima nos hanhecho entrar encalorenseguida, ynos hemosdesviado hacialas rampas másinclinadas einteresantesque desciendendirectamentehasta el Collado

Foto: Luis Pantoja

Foto: Jesús Mayor

elbrus 27/8/07 08:57 Página 57

Page 8: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

Alberto en plenodescenso, a unos 5.000metros, con unas vistasespectaculares sobre elGarabishi, uno de losinmensos glaciares delas laderas del Elbrus.

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

Foto: Luis Pantoja

elbrus 27/8/07 08:57 Página 58

Page 9: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

La cordillera del Cáucaso es de origen alpi-no, de rocas cristalinas (cuarzos y gnei-ses) y en las que la fuerte erosión glaciarle ha conferido un carácter muy agreste.Posee varios picos de más de 5000 m. y

muchísimos superan los 4000 m, y en ellos, impo-nentes agujas se elevan por encima de glaciares degran extensión. Sus pendientes son ideales para elesquí extremo o esquí de montaña de dificultad. ElElbrus, sin embargo, es un volcán de dos cimas casigemelas formadas por rocas plutónicas y magmáti-cas, con un relieve mucho más suave que sus mon-tañas vecinas, pero a las que supera en más de1000 m de altura, y rodeada por un casquete gla-ciar de gran extensión. Esta gigantesca nevera encombinación con las masas de aire húmedo del marCaspio y Negro, y del aire frío continental delnorte, provocan que las precipitaciones sean muyabundantes y en su mayor parte en forma de nieve,pero que, igualmente, los vientos sean a menudofortísimos, haciendo descender la sensación tér-mica muy por debajo de los 0º C. Aquí, abundan

59 2007-08

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

en el ElbrusFreeride

Texto: Luis PANTOJA, guía de Alta Montaña y profesor de Esquí

Sobre estas líneas rutanormal al Elbrus.

A la derecha, tres líneasmuy interesantes para

bajar la pirámidesomital hasta el collado

de La Silla de Montar(The Saddle). El elegidopor el grupo fue el que

aparece más a laderecha en la imagencuya mayor dificultadestá en el escalón de

inicio.

5.642 m.

Collado 5.400 m.

Escalón 65º

Barrels 3.750 m.

Refugio Pruit 11 4.100 m.

Glaciar Volshoi Glaciar Garabishi

Pastukova rocs 4.900 m.

Collado 5.400 m. La Diagonal

Cima 5.642 m.

45º45º

25º

30º

20º

50º

40º

35º

45º

40º

35º

elbrus 27/8/07 08:58 Página 59

Page 10: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

602007-08

las amplísimas laderas salpicadas de pequeños ygrandes cortados, que son perfectas para el freeride.Es, en resumen, una montaña fría, ventosa y cargadade nieve.

Por el valle principal del río Baksan accedemos a laaldea de Cheget o al pueblo de Terskol. Ambos núcle-os urbanos poseen instalaciones de remontes para lapráctica del esquí alpino algo precarias, aunque ya seobservan mejoras en las mismas. Los hoteles son bási-cos aunque confortables, y se respiran aires de cambioen la zona, con modernos restaurantes y ambiente fre-eride por todas partes. De hecho, la atención en loshoteles es muy buena, y en algunos restaurantes nofaltan las últimas películas de freeski. Las instalacio-nes en Cheget constan de tres telesillas y un telea-rrastre que nos elevan desde 2050 m. hasta 2950 m. enla vertiente nordeste del Monte Cheget (3461 m.). Enla zona inferior, los bosques de pinos silvestres y abe-dules nos proporcionan resguardo en esos días depowder y ventisca. La superior da acceso a la laderanorte, más extrema, y con una inclinación de entre 30ºy 50º, en donde el riesgo de aludes es muy elevado.Por cierto, a todos nos sorprendió la existencia decañones antiaéreos militares repartidos por el valle yque, según nos dijeron, en invierno se usan para pro-vocar avalanchas controladas. Desde luego que los

rastros devastadores de aludes abundan por todaspartes, llegando hasta el fondo de los grandes valleshabitados y que han causado más de una catástrofellegando a arrasar algunas poblaciones.

Las instalaciones en Azau, muy cerca de Terskol,tienen orientación sur, pero están situadas en las lade-ras del mismo Elbrus, por lo que la nieve abunda y lasposibilidades para el fuera de pista son ilimitadas. Dehecho, según nos contaba nuestro guía Sergei, los fre-eriders se entrenan saltando el “Culo de Elefante”,que es una barrera rocosa de entre 5 y 30 m. de altu-ra, cerca del telecabina. Partiendo de 2300 m. dostelecabinas y un telesilla nos elevan hasta 3700 m.,justo al pie del glaciar Garabashi, en donde los esquia-dores locales tienen un pequeño snowpark para prac-ticar todo el año. Además existe un servicio de trans-porte en Ratrac para acceder hasta las rocasPastukhov a 4700 m. y darnos el gustazo de un des-censo de 2400 m. hasta Azau. En estos momentosestán terminando la instalación de otro telesilla des-embragable en la zona inferior, confirmando así loscomentarios acerca de grandes inversiones previstaspara el desarrollo turístico de la zona, cuyo potencialexcede con creces el de los mismísimos Alpes.

Un destino interesante para todos los freeridersque quieran ampliar sus fronteras.❋

Arriba, Alberto en la pala que vade la cima al collado (45º), nada

más pasar el escalón primero (65º).

A la derecha , el Usbha (4.710 m.)el Cervino del Caúcaso, uno de

los muchos gigantes de estacordillera.

Desde Barrels las vistasson impresionantesespecialmente a lasalido y puesta del sol.

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

Fotos: Luis Pantoja

elbrus 27/8/07 08:58 Página 60

Page 11: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

61 2007-08

✱ GUÍA PRÁCTICA

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

EL ELBRUS, UN “CUESTÓN” PARA PROBARSELa ascensión al Elbrus supone un reto físico en todaregla. Si estudiamos la vía normal de ascenso a la monta-ña, así como sus peligros objetivos, nos damos cuentade que es una montaña que carece de dificultad técnica.Podríamos pensar que al carecer de ésta, el subir alahora considerado techo de Europa es tarea fácil. Nadamás lejos de la realidad. El afrontar los 5642 metros de sucima Oeste, partiendo desde el refugio más comúnmenteutilizado, el Barrels, y superar los más de 1900 metros dedesnivel que nos separan de su cumbre en una sola jor-nada, merece una preparación, aclimatación y estrategiaexcelentes, de lo contrario estaremos abocados al fraca-so.Siempre he sido un enamorado de los retos físicos quenos brinda la montaña. El Elbrus, me sorprendió grata-mente en cuanto a la dureza física y psicológica queplantea su ascensión. Es una montaña que buscabacomo prueba de altura para futuras ascensiones a cotas

Texto: Mariano FRUTOS, guía de Alta Montaña y profesor de Esquí

mayores y que acabó convirtiéndose en mucho más.Como ya antes he comentado, carece de dificultad técni-ca y esto nos da la posibilidad de “usar” su ascensiónpara centrarnos en escuchar a nuestro cuerpo y aprenderanalizar lo que nos está diciendo. Esto, en montañas condificultad técnica, muchas veces lo pasamos por alto ysólo nos damos cuenta cuando es demasiado tarde y elerror ya está cometido. El Elbrus es en cierta medida,didáctico en ese aspecto.Otro aspecto a destacar es la dureza psicológica de suruta. Es un “cuestón” que parece no acabar nunca. En losdías anteriores durante las ascensiones de aclimatación adistintas alturas de la ruta, vemos que la ruta va total-mente recta desde el refugio hacia la cumbre Este paraluego girar a la izquierda en una larga diagonal, aproxima-damente en la cota 4900-5000. Es en esos días, cuandoerróneamente pensamos que al llegar a la diagonal loduro ya está hecho. Piensas que la pendiente ahí se tornamás suave, pero luego llegas y no es así. Es ahí cuandosufres un golpe psicológico importante y del que uno hade sobreponerse paso a paso. Realmente parece que noacaba nunca.A modo de conclusión, decir que recomendaré el Elbrus aquien me pregunte como montaña para entrenar la acli-matación, testarse en una altura considerable y ganar for-taleza psicológica y física de cara a afrontar retos demayor envergadura. Además disfrutaremos durante esteaprendizaje de unas privilegiadas vistas sobre el Cáucasoy valles de los alrededores, que son ciertamente precio-sos.

SITUACIÓN GEOGRÁFICALa cima del Monte Elbrus se eleva hasta los 5642 m justoal norte del eje principal de la cordillera del Cáucaso. Esteeje separa geográficamente Asia de Europa, por lo cual lecorresponde el título de ser la montaña más alta del ViejoContinente. Se sitúa en la República Autónoma deKabardino-Balkaria, perteneciente a la ConfederaciónRusa, y su capital es Nalchik, aunque el aeropuerto máscercano es Mineralnye Vody. Los pueblos más cercanosson Terskol, Cheget y Elbrus, y se asientan en el valle delrío Baksan.

EXCURSIONES DE ACLIMATACIÓNLas posibilidades para realizar excursiones de aclimata-ción ya sea andando o con los esquís de montaña soncasi infinitas, pero debemos estar muy atentos al riesgode aludes, ya que estos son muy frecuentes y llegan aalcanzar el fondo del valle principal del río Baksan. Entorno al Elbrus tenemos numerosas ascensiones, inclui-das las de las propias cimas Este y Oeste. Nosotros reali-zamos las siguientes excursiones, que en temporadainvernal se realizan con esquís, y que nos sirvieron nosólo para aclimatarnos, si no también para conocer estaregión del Cáucaso y sus gentes:- Cascada “lágrimas de niña”: Partimos de Terskol a2100 m. por la pista que va al Observatorio astronómico.En unas dos horas y a unos 2800 m. nos desviamos a laizquierda y encontramos esta cascada que nos invita aser bautizados con el agua de los glaciares del Elbrus.Podemos proseguir la ascensión hasta los pies del glaciarTerskol en las laderas del Elbrus.- Valle del Shkhelda: Desde el Campamento Shkhelda a

Cheget es junto aTerskot una de lasaldeas desde dondeparten los remontes alElbrus y a unas cuantascimas que rondan loscuatro mil metros. Unparaiso para el freeridey con pocas pero largaspistas pisadas ybalizadas.

MAPA

Foto: Luis Pantoja

elbrus 27/8/07 08:58 Página 61

Page 12: Texto: Lis ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS PANTOJArecmountain.com/wp-content/uploads/PDF-2007-Esquiando-la-cima-de... · Dicen que lo peor es la primera noche, que esta altitud te altera el

62 2007-08

✱ T r a v e s í a e n e l E l b r u s

1700 m. de altitud, ascendemos hasta lalengua del glaciar del mismo nombre a 2200m. Aquí podemos contemplar la gruta de ladesembocadura del glaciar y como crecenincluso árboles encima del hielo del mismo.Remontando el glaciar hacia el sur hastaunos 2800 m., llegamos en 4 horas aproxi-madamente, a la confluencia de los glacia-res que descienden del Yusengi (3800 m.),del macizo del Shkhelda (4320 m.) y delmacizo del Ushba (4710 m.).- Monte Cheget: Desde el pueblo deCheget a 2050 m. podemos ascender a estepico desde el que se tiene una perspectivatotal de la ruta del Elbrus. Nos llevará entorno a las 4 ó 5 horas llegar hasta sus 3461m., aunque podemos acortar la ascensión siutilizamos los remontes mecánicos del lugar.En el pueblo existe un pequeño bazar dondepodremos adquirir souvenirs.- Pico Gumachi: Ascensión a esta montañade 3805 m. que se realiza en dos jornadasdesde el campamento Jantugan a 2000 m.,pernoctando al pie del glaciar. Es un exce-lente mirador de los picos Kashkatash (4302

m.), Bashkara (4241 m.) y Jantugan (3991 m.), y escalónclave en nuestro proceso de aclimatación.

ASCENSIÓNExisten varias rutas normales por las diferentes caras dela montaña, con dificultades similares. La ruta de la carasur es la más frecuentada debido a la facilidad de accesoal refugio Barrels gracias a los remontes mecánicos de laestación de esquí de Azau. Desde Barrels a 3700 m. el iti-nerario es evidente: todo recto hacia la cima este pasan-do de largo el refugio Priut 11 a 4100 m., hasta las rocasPastukhov a 4800 m.(4 h. aprox.) La ruta se va endere-zando hasta los 40º a medida que ascendemos. Desdeaquí el itinerario va girando a la izquierda para flanquearen diagonal la cima este y llegar al collado a 5400 m. lla-mado “la silla de montar” (4 h. aprox.). Las pendientefinales de la cima oeste, algo más inclinadas, las afronta-mos haciendo cetas hasta el plató cimero. Atravesamosel plató hasta el otro extremo, hacia el oeste, y alcanza-mos el punto más alto de Europa a 5462 m. (1,30 h.aprox.).

DESCENSOSus laderas raramente llegan a los 45º de inclinación, ysólo los últimos 300 m. de sus dos cabezas se empinanalgo más, ofreciendo varias posibles líneas de bajadapróximas a las rocas y los seracs realmente interesantes.Algunos de nosotros elegimos descender por una deestas líneas en lugar de por la ruta de subida, y nosencontramos con un escalón superior de 4 m. de hielo de60º a 70º que hay que saltar, para acceder a unas bellaspalas de 45º a 50º. El resto del descenso es muy sencillo,pero no debemos olvidar que todo es glaciar, y que pode-mos encontrarnos zonas de hielo vivo, profundas grietasmedio tapadas, zonas de escorrentía superficial dondenos quedaremos clavados, etc.

MATERIAL NECESARIOLa elección del material fue un quebradero de cabeza yaque buscábamos el mejor compromiso entre lo impres-cindible y lo ligero.

❋ Optamos por dejar en casa nuestros esquís FischerWatea de freeride y llevar los ligeros Xtralite con la fijaciónDynafit. Bastones y botas de esquí de montaña ligeras.❋ No llevamos cuchillas (error), pero sí crampones y piolethiperligeros de Camp.❋ Material mínimo de progresión glaciar: arnés ligero Muk,cordino randonee de 30 m., 2 tibloc, polea, 3 mosquetonesde rosca, un tornillo de hielo, 2 cordinillos y una cinta cosi-da.❋ Casco, gafas de glaciar y de ventisca, gorro, manoplasde plumas y guantes finos.❋ Vestimenta superior en 3 capas, y 2 capas en piernas.Además de pantalón y chaqueta de gore, es muy aconse-jable chaqueta de plumas o primaloft.❋ Saco de dormir hasta -5º❋ Botiquín, pastillas potabilizadoras, kit emergencia,mapa, gps, radios, pilas, …❋ Jamón serrano y lomo envasados al vacío. Fundamental.

OTROSIdioma: rusoMoneda: rublo (34 rublos=1 euro aprox.)Visado imprescindible (unos 50 euros). Solicitar cita contiempo en la Embajada en Madrid. Carta de Invitación yseguro de asistencia médica, necesario para el visado.Vuelo con escala en Moscú. En esta ciudad hay cincoaeropuertos y el traslado de unos a otros puede llevarmucho tiempo. Es preferible volar a Domodedovo, que esde donde salen los vuelos a Mineralnye Vody. Cuidadocon el sobrepeso de equipaje. Nosotros utilizamosAeroflot a Moscú y Siberia Airlines a Mineralnye Vody.Agencia local: Cetneva: [email protected] los pueblos del valle podemos abastecernos de comi-da, pilas, mapas, incluso material de esquí y montaña.En España hay varias agencias especializadas en ascen-siones que ofrecen el Elbruss con o sin esquís comoAragón Aventura www.aragonaventura.es

Este cañón de laSegunda GuerraMundial sirveperfectamente paravolar las cornisas yprovocar avalanchascontroladas entemporada de esquí.Aquí todo vale, cuandola telecabina seestropea, cosafrecuente, se sustituyecon un viejo carro decombate que hasobrevivido desde 1945. Moscú, escala obligada

antes y despues deMineralyne, sobrecogecasi tanto como elCaúcaso por susdimensiones, sumonumentalidad y suscontrastes.

Telecabina que sube delvalle hasta los 3.500metros, punto superiorde la estación de esquídonde está la cafetería,el museo de la Guerra yalgún otro edificio.Desde aquí, unatelesilla tan cutre comola cabina de la foto llevahasta cerca de Barrelsa donde se sube yaandando.

Foto: Luis Pantoja

Fotos: mariano Frutos

elbrus 27/8/07 08:59 Página 62