texto de apoyo lengua y literatura - saintbenedict.cl · —que yo no te encuentre, anciano, cerca...

40
Texto de apoyo Lengua y Literatura Nombre: _____________________________ Profesora: Andrea Sarpi Urra Octavo Básico Primer Semestre

Upload: lydang

Post on 19-Sep-2018

222 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

Texto de apoyo

Lengua y Literatura

Nombre: _____________________________

Profesora: Andrea Sarpi Urra

Octa

vo

Básic

o

Prim

er

Sem

estr

e

Page 2: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

2

Unidad 1: “Epopeya”

Actividades:

“La Ilíada (fragmento)”, Homero …………………………………………… 3

“La epopeya de Iquique”, Vicente Huidobro ………………………………...…. 5

Participantes de epopeyas …………………………………………………… 8

Page 3: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

3

«La Ilíada», Homero

Canta, oh, diosa, la cólera del hijo de Peleo, Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los griegos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves —cumplíase la voluntad de Zeus— desde que se enemistaron Agamenón, rey de hombres, y el divino Aquiles.

¿Cuál de los dioses promovió entre ellos la contienda para que pelearan? El hijo de Zeus y de Leto. Éste, airado con el rey por el ultraje que Agamenón infiriera al sacerdote Crises, suscitó en el ejército maligna peste y los hombres perecían.

Deseando redimir a su hija, Crises se había presentado en las veleras naves aqueas con un inmenso rescate y las ínfulas del flechador Apolo, que pendían de áureo cetro, en la mano; y a todos los aqueos, y particularmente a los dos atridas, caudillos de pueblos, así les suplicaba:

—¡Atridas y demás aqueos de hermosas grebas! Los dioses, que poseen olímpicos

palacios, os permitan destruir la ciudad de Príamo y regresar felizmente a la patria. Poned en libertad a mi hija y recibid el rescate, venerando al hijo de Zeus, al flechador Apolo.

Todos los aqueos aprobaron a voces que se respetase al sacerdote y se admitiera el espléndido rescate, mas el atrida Agamenón, a quien no plugo el acuerdo, le mandó enhoramala con amenazador lenguaje:

—Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu partida, ya porque vuelvas luego; pues quizás no te valgan el cetro y las ínfulas del dios. A aquella no la soltaré; antes le sobrevendrá la vejez en mi casa, en Argos, lejos de su

patria, trabajando en el telar y compartiendo mi lecho. Pero vete; no me irrites, para que puedas irte sano y salvo.

Así dijo. El anciano sintió temor y obedeció el mandato. Sin desplegar los labios, fuese por la orilla del estruendoso mar, y en tanto se alejaba, dirigía muchos ruegos al soberano Apolo, hijo de Leto, la de hermosa cabellera:

—¡Óyeme, tú que llevas arco de plata, proteges a Crisa y a la divina Cila, e imperas en Tendeos poderosamente! ¡Oh, Esmintio! Si alguna vez adorné tu gracioso templo o quemé en tu honor muslos de toros o de cabras, cúmpleme este voto: ¡Paguen los dánaos mis

lágrimas con tus flechas!

Tal fue su plegaria. Oyóla Febo Apolo, e, irritado en su corazón, descendió de las cumbres del Olimpo con el arco; las saetas resonaron sobre la espalda del enojado dios, cuando comenzó a moverse. Iba parecido a la noche. Sentóse lejos de las naves, tiró una flecha, y el arco de plata dio un terrible chasquido. Al principio el dios disparaba contra los mulos y los ágiles perros; mas luego dirigió sus mortíferas saetas a los hombres, y continuamente ardían muchas piras de cadáveres.

Page 4: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

4

Actividades de comprensión y análisis:

Debes desarrollarlas en tu cuaderno de la asignatura, de forma ordenada y con letra

legible

1. ¿Cuál es el conflicto que se narrará en la continuación de esta epopeya?

Vocabulario: En el texto hay palabras ennegrecidas y subrayadas, con ayuda de un

diccionario defínelas y escribe una palabra de reemplazo, sin que esta cambie la

coherencia.

2. ¿Quiénes son: Aquiles, Zeus y Apolo? ¿Sabes algo sobre ellos? Describe

Elementos: Identifica los elementos característicos de la epopeya, justificando cada uno

con citas del texto.

3. En tu libro de la asignatura, revisa y lee comprensivamente las páginas 362 y 363.

Resume los hechos más relevantes.

4. Investiga la biografía de Homero y escribe cinco datos que consideres importantes

de su vida.

Page 5: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

5

«La epopeya de Iquique», Vicente Huidobro

Dedicatoria

A ti te la dedico, Prat glorioso Primicia del patriota es mi canción suba mi voz y el aire correntoso Lleve hasta ti mi vaga inspiración

acogedla benigno y cariñoso es fruto de grande admiración

y aunque nada es para tu honrosa fama sabedlo que es amor lo que lo inflama.

Canto I

Después que un hombre ha muerto de sus cenizas brota

el árbol del olvido por una ley fatal; Ya nadie recuerda y en la región ignota

vagando va con su alma su nombre de mortal

Pasaron los antiguos y se olvidó su nombre y así cual se sacuden las olas en el mar

así se va pasando la sucesión del hombre y trozos de esperanzas van en la playa a dar.

Y luego viene otra ola, y sus vestigios deja borrando en la arena esa última señal

porque es cosa muy cierta que todo el que se aleja

será siempre olvidado por una ley fatal

¡Oh, héroes de Iquique, jamás temáis vosotros! La fama hoy os coloca en alto pedestal;

Para guardar tu nombre estamos, Prat, nosotros. No temas Prat glorioso, tu nombre es inmortal

La patria tu servicio de bravo reclamaba partiste de tu pueblo dejando en él tu hogar

tus hijos y la esposa, la patria te llamaba y ante esa madre nada se puede comparar.

A defender a Chile en la Esmeralda fuiste a defender osado el santo tricolor

al norte te mandaron y al norte dirigiste el rumbo de tus naves, emblemas de honor.

Canto II

El mar estaba triste y estaba triste el cielo, Cubierto con las nubes con espacioso tul;

Volaban las gaviotas con más pesado vuelo, Buscando, parecía del cielo el limpio azul.

La Covadonga era una que atenta contemplaba del horizonte luengo las nubes en tropel;

La otra, la Esmeralda, en ella Prat estaba más sobre la cubierta del buque no se ve.

Nacía en el oriente el sol de la mañana dos buques se acercaban con todo su vapor.

La "Independencia", el "Huáscar", la gran nave peruana,

Con que humillar a Chile quería el traidor

Salieron al encuentro las dos naves chilenas y grita Prat valiente: "La lucha es desigual",

Mas viendo de su gente las caras tan serenas, ¡Qué orgulloso sintió entonces el héroe inmortal!

¡Qué horrenda está la lucha! ¡La lucha está violenta!

Ahora todo es humo, retumba ya el cañón Y en la coraza dura la bala se revienta,

Mas del marino maestro ni tiembla el corazón

Espanta al enemigo esa osadía inmensa Con que el chileno firme combate sin cesar; Oscuro está ya el cielo por una nube densa.

De sangre y de despojos cubierto al ancho mar.

Las cargas se renuevan, los golpes se suceden Y por momento aumentan el ímpetu y furor,

Nuestros marinos firme ni un paso retroceden. Y una vez más demuestran su sin igual valor.

Cansados los peruanos de obstinación tan dura. A la "Esmeralda" atacan con el fiero espolón;

Viendo esto Prat exclama con voz firme y segura: "¡Al abordaje bravos, no tiemble el corazón!".

¡Miradlo! Va a lanzarse sobre la nave osada Qué horrible fue el combate que en su alma Prat

sintió Abandonar sus hijos, su esposa idolatrada.

Pues iba allí a la muerte y así lo comprendió.

Por Chile solamente ¡oh genio de la guerra! Por tu querida patria vas pronto a sucumbir Desligaste de todo cuanto amas en la tierra Y sólo son tus ansias por Chile, Prat, morir.

Y espada en mano salta sobre el buque enemigo, Le sigue sólo Aldea, valiente como él:

Mas ¡ay! que ya no tienen sus pechos al abrigo. De la valiente nave de Chile honor y prez.

Y combatiendo siempre con incansable brazo Sucumben bajo el hierro del fiero traidor

Page 6: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

6

Y unidos con su espada en un estrecho abrazo Sus cuerpos de desploman sin fuerza y sin vigor

Tu horrendo sacrificio está ya consumado Lograste al fin tu anhelo, ya puedes descansar...

¡Chilenos, contempladle! Muerto está: no humillado.

Corren bravos patriotas, su frente a coronar.

En tanto la "Esmeralda", ya medio sumergida, No da tregua un momento, retumba su cañón.

En la enemiga nave su jefe está sin vida. Pero en su palo ondea de Chile el pabellón.

El "Huáscar" se prepara a otra feroz descarga, Concluir quiere la lucha y de una vez concluir:

Sobre la débil nave a todo vapor carga, Apenas la "Esmeralda" le pudo resistir.

La lucha continúa con más rabiosa saña, Los ayes del herido aumentan más y más, Y Chile se sostiene ¡milagro de la hazaña! Que arriada su bandera no se verá jamás.

Mas ya la vieja nave no puede sostenerse. Y aguarda el tercer choque dispuesta a sucumbir:

Su casco traspasado de balas puede verse, Si el triunfo es imposible sabrá al menos morir.

Y al darle el tercer choque ya el "Huáscar" se retira, se inclina la "Esmeralda" ladeada hacia

babor; Y así como el anciano que poco a poco expira Empieza a sumergirse con lúgubre estertor.

Y gritan los peruanos: que bajen esa bandera Al bravo de Riquelme de ardiente corazón,

y aun cuando ¡victoria! tronaban por doquiera, Les respondió Riquelme y disparó el cañón.

Y en aquel mar inmenso después de acción tan bella.

Ondeando la bandera sobre el palo mayor, Hundióse la "Esmeralda".

Riquelme hundióse en ella. Envuelto entre los pliegues del santo tricolor.

Y cual el tigre hambriento se queda allí acechando

Los restos de la víctima que él despedazó. Así quedóse el "Huáscar" los restos

contemplando. De la valiente nave que el piélago tragó.

Canto III

Danzando en las olas Del mar espumoso, Del piélago undoso,

Saltando veloz; en forma de rueda. Las bellas sirenas Entonan serenas Su dulce canción

"Cantemos al héroe. Cantemos la gloria. La eterna victoria, Que Chile alcanzó Cantemos su fama,

Cantemos su nombre, Cantemos al hombre Que a Chile sirvió.

Sus bravos marinos, Que aquí están ya muertos,

Buscaban inciertos La gloria, el honor.

Mas ya lo encontraron: Tranquilos descansan, Sus sueños alcanzan...

¡Dormid sin temor!”

"Y así os doy bravos de Iquique, En mi ancho seno un palacio

Allí podréis habitar. Sí. ¡Oh, héroes legendarios!,

Tendréis por tumba las brumas, Por lápidas las espumas,

Por epitafio la mar.”

Page 7: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

7

Actividades de comprensión y análisis: Debes desarrollarlas en tu cuaderno de la asignatura, de forma ordenada y con letra

legible

1. ¿Cómo se describe a Arturo Prat en la epopeya leída? Caracterízalo psicológica y

físicamente

Vocabulario: En el texto hay palabras ennegrecidas y subrayadas, con ayuda de un

diccionario defínelas y escribe una palabra de reemplazo, sin que esta cambie la

coherencia.

2. ¿Qué temática se desarrolla en el primer canto? Explica

Elementos: Identifica los elementos característicos de la epopeya, justificando cada uno

con citas del texto.

3. ¿Qué quiere decir el texto con la frase “la patria te llamaba y ante esa madre nada se puede comparar”? ¿Estás de acuerdo con aquella afirmación? Explica y justifica

4. ¿Qué temática se desarrolla en el segundo canto? Explica

5. ¿Qué temática se desarrolla en el tercer canto? Explica

6. ¿Qué se expresa en la última estrofa? Explica

Page 8: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

8

Participantes de epopeyas: En la sala de computación busca la información necesaria para completar las siguientes

fichas, luego recórtalas y pégalas, junto con las imágenes, en tu cuaderno

LAUTARO

¿Quién fue? ¿Cómo era? __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿En qué epopeya participó? ¿Real o ficticia? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿Qué logró?

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

ENEAS

¿Quién fue? ¿Cómo era? __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿En qué epopeya participó? ¿Real o ficticia? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿Qué logró?

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Page 9: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

9

SÍGFRIDO

¿Quién fue? ¿Cómo era? __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿En qué epopeya participó? ¿Real o ficticia? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿Qué logró?

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

ROLDÁN

¿Quién fue? ¿Cómo era? __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿En qué epopeya participó? ¿Real o ficticia? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________ ¿Qué logró?

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Page 10: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

10

Unidad 2: “Experiencias del amor”

Actividades:

“Amor: un sentimiento complejo” ………………………………………..…. 11

“El regalo de los Reyes Magos”, O. Henry …………………………………… 12

Selección poética …………………………………………………………… 15

Page 11: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

11

«Amor: un sentimiento complejo»

El estudio psicológico ha realizado esfuerzos constantes con el objetivo de acotar el significado y las implicaciones del concepto amor (por qué amamos, a quién amamos, cómo amamos), aunque lo cierto es que esta tarea siempre se ha visto envuelta en dificultades debido a que hay miles de concepciones, opiniones y maneras de enfocar dicha temática.

Los psicólogos P. Shaver y J. Schwartz realizaron en 1992 una serie de estudios. Analizaron detenidamente los juicios de parecido o semejanza entre distintas palabras vinculadas a las emociones, descubriendo que amor, cariño, afecto, atracción y cuidado constituían un bloque bastante uniforme. En consecuencia, los estudios de Shaver y Schwartz concluyeron que la concepción que tenemos del amor resulta muy compleja, y no existe una delimitación clara entre el amor y sentimientos o emociones parecidas.

La clasificación más importante y que congrega a un mayor número de expertos acerca de qué es el amor, es la Teoría Triangular de Sternberg. Esta definición se construye en base a tres dimensiones o elementos esenciales en el amor, que son: pasión, unión y compromiso.

Fuente: https://psicologiaymente.net/psicologia/tipos-de-amor

Actividades de comprensión y análisis

1. ¿Qué es el amor, según la Teoría Triangular de Sternberg?

3. ¿Consideras que el amor que sientes hacia tu familia es el mismo amor que sientes o sentirás por tu pareja? ¿Por qué?

Vocabulario: En el texto hay palabras ennegrecidas y subrayadas, con ayuda de un

diccionario defínelas y escribe una palabra de reemplazo, sin que esta cambie la

coherencia.

2. ¿Qué otros elementos son importantes para ti en el amor? ¿Por qué?

Page 12: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

12

«El regalo de los Reyes Magos», O. Henry

Un dólar y ochenta y siete centavos. Eso era todo… Delia los contó tres veces. Un dólar y

ochenta y siete centavos. Y al día siguiente era Navidad. Evidentemente no había nada que

hacer fuera de echarse al miserable lecho y llorar. Y Delia lo hizo. Lo que conduce a la

reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, con predominio

de los lloriqueos.

Mientras la dueña de casa se va calmando, pasando de la primera a la segunda etapa,

echemos una mirada a su hogar, uno de esos departamentos de ocho dólares a la semana.

No era exactamente un lugar para alojar mendigos, pero ciertamente la policía lo habría

descrito como tal. Abajo, en la entrada, había un buzón al cual no llegaba carta alguna, Y

un timbre eléctrico al cual no se acercaría jamás un dedo mortal. También pertenecía al

departamento una tarjeta con el nombre de “Señor James Dillingham Young”.

La palabra “Dillingham” había llegado hasta allí volando en la brisa de un anterior período

de prosperidad de su dueño, cuando ganaba treinta dólares semanales. Pero ahora que

sus entradas habían bajado a veinte dólares, las letras de “Dillingham” se veían borrosas,

como si estuvieran pensando seriamente en reducirse a una modesta y humilde “D”. Pero

cuando el señor James Dillingham Young llegaba a su casa y subía a su departamento, le

decían “Jim” y era cariñosamente abrazado por la señora Delia Dillingham Young, a quien

hemos presentado al lector como Delia. Todo lo cual está muy bien.

Delia dejó de llorar y se empolvó las mejillas. Se quedó de pie junto a la ventana y miró

hacia afuera, apenada. Al día siguiente era Navidad y ella tenía solamente un dólar y

ochenta y siete centavos para comprarle un regalo a Jim. Había estado ahorrando cada

centavo, mes a mes, y éste era el resultado. Los gastos habían sido mayores de lo que

había calculado. Siempre lo eran. Sólo un dólar con ochenta y siete centavos para comprar

un regalo a Jim. Su Jim. Había pasado muchas horas felices imaginando algo bonito para

él. Algo fino y especial y de calidad para que fuera digno de pertenecer a Jim. Entre las

ventanas de la habitación había un espejo de cuerpo entero. De repente se alejó de la

ventana y se paró ante el espejo. Sus ojos brillaban intensamente, pero su rostro perdió su

color antes de veinte segundos. Soltó con urgencia sus cabellera y la dejó caer.

Los Dillingham eran dueños de dos cosas que les provocaban un inmenso orgullo. Una era

el reloj de oro que había sido del padre de Jim y antes de su abuelo. La otra era la cabellera

de Delia. La hermosa cabellera de Delia cayó sobre sus hombros y brilló. Llegó hasta más

abajo de sus rodillas y la envolvió como una vestidura. Y entonces ella la recogió de nuevo,

nerviosa y rápidamente. Por un minuto se sintió desfallecer y permaneció de pie mientras

un par de lágrimas caían a la raída alfombra roja.

Se puso su vieja y oscura chaqueta; se puso su viejo sombrero. Con un revuelo de faldas

y con el brillo todavía en los ojos, abrió nerviosamente la puerta, salió y bajó las escaleras

para salir a la calle.

Donde se detuvo se leía un cartel: “Cabellos de todas clases”. Delia subió rápidamente Y,

jadeando, trató de controlarse.

-¿Quiere comprar mi pelo? –preguntó Delia.

-Compro pelo –dijo Madame-. Sáquese el sombrero y déjeme mirar el suyo.

Page 13: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

13

La áurea cascada cayó libremente.

-Veinte dólares –dijo Madame, sopesando la masa con manos expertas.

-Démelos inmediatamente –dijo Delia.

Delia empezó a mirar los negocios en busca del regalo para Jim. Al fin lo encontró. Estaba

hecho para Jim, para nadie más. Era una cadena de reloj, de platino, de diseño sencillo y

puro. Era digna del reloj. Apenas la vio se dio cuenta de que era exactamente lo que

buscaba para Jim. Era como Jim: valioso y sin aspavientos. Pagó por ella veintiún dólares

y regresó rápidamente a casa con ochenta y siete centavos. Con esa cadena en su reloj,

Jim iba a vivir ansioso de mirar la hora en compañía de cualquiera. Porque, aunque el reloj

era estupendo, Jim se veía obligado a mirar la hora a hurtadillas a causa de la gastada

correa que usaba en vez de una cadena. Jim no se retrasaba nunca. Delia apretó la cadena

en su mano y se sentó en la punta de la mesa que quedaba cerca de la puerta por donde

Jim entraba siempre. Entonces escuchó sus pasos en el primer escalón y, por un momento,

se puso pálida, murmuró: “Dios mío, que Jim piense que sigo siendo bonita”. La puerta se

abrió, Jim entró y la cerró. Se le veía delgado y serio. Pobre muchacho, sólo tenía veintidós

años y ¡ya con una familia que mantener!

Jim permaneció inmóvil. Sus ojos se fijaron en Delia con una expresión que su mujer no

pudo interpretar, pero que la aterró. No era de enojo ni de sorpresa ni de desaprobación ni

de horror ni de ningún otro sentimiento para los que ella hubiera estado preparada. Él la

miraba con fijeza, con una expresión extraña. Delia se levantó nerviosamente y se acercó

a él. –Jim, querido –exclamó- no me mires así. Me corté el pelo y lo vendí porque no podía

pasar la Navidad sin hacerte un regalo. Crecerá de nuevo ¿no te importa, verdad? No podía

dejar de hacerlo. Mi pelo crece rápidamente. Dime “Feliz Navidad” y seamos felices. ¡No te

imaginas qué regalo, qué regalo tan lindo te tengo!

Jim sacó un paquete del bolsillo de su abrigo y lo puso sobre la mesa. –No te equivoques

conmigo, Delia –dijo-. Ningún corte de pelo haría que yo quisiera menos a mi mujercita.

Pero si abres ese paquete verás por qué me has provocado tal desconcierto en un primer

momento. Los blancos y ágiles dedos de Delia retiraron el papel y la cinta. Y entonces se

escuchó un grito de felicidad; y después, ¡ay!, un rápido cambio hacia un histérico raudal

de lágrimas, lo que requirió el inmediato despliegue de todos los poderes de consuelo del

señor del departamento. Porque allí estaban las peinetas –el juego completo de peinetas,

una al lado de otra- que Delia había estado admirando durante mucho tiempo en una vitrina

de Broadway. Eran unas peinetas muy hermosas, con sus bordes adornados con joyas y

justamente del color para lucir en la bella cabellera ahora desaparecida. Eran peinetas muy

caras, ella lo sabía, y su corazón simplemente había suspirado por ellas y las había

anhelado sin la menor esperanza de poseerlas algún día. Y ahora eran suyas, pero las

trenzas destinadas a ser adornadas con esos codiciados adornos habían desaparecido.

Pero Delia las oprimió contra su pecho y, finalmente, fue capaz de mirarlas con ojos

húmedos y con una débil sonrisa, dijo:

-¡Mi pelo crecerá muy rápido, Jim!

Y enseguida dio un salto como un gatito chamuscado y gritó:

-¡Oh, oh!

Page 14: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

14

Jim no había visto aún su hermoso regalo. Delia lo mostró con vehemencia en la abierta

palma de su mano. El precioso y opaco metal pareció brillar con la luz del brillante y ardiente

espíritu de Delia.

-¿Verdad que es maravillosa, Jim? Recorrí la ciudad entera para encontrarla. Ahora podrás

mirar la hora cien veces al día si se te antoja. Dame tu reloj. Quiero ver cómo se ve con ella

puesta.

En vez de obedecer, Jim se dejó caer en el sofá, cruzó sus manos debajo de su nuca y

sonrió.

-Delia –le dijo- olvidémonos de nuestros regalos de Navidad por ahora. Son demasiado

hermosos para usarlos en este momento. Vendí mi reloj para comprarte las peinetas.

Los Reyes Magos, como ustedes seguramente saben, eran muy sabios –maravillosamente

sabios- y llevaron regalos al Niño en el Pesebre. Ellos fueron los que inventaron los regalos

de Navidad. Y aquí les he contado, en forma muy torpe, la sencilla historia de dos jóvenes

atolondrados que vivían en un departamento y que insensatamente sacrificaron el uno al

otro los más ricos tesoros que tenían en su casa. Pero, para terminar, digamos a los sabios

de hoy en día que, de todos los que hacen regalos, ellos fueron los más sabios. De todos

los que dan y reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los

verdaderos Reyes Magos.

Actividades de comprensión y análisis

Vocabulario: En el texto hay palabras ennegrecidas y subrayadas, con ayuda de un

diccionario defínelas y escribe una palabra de reemplazo, sin que esta cambie la

coherencia.

1. Describe el amor presente entre Delia y Jim, incluyendo 3 características y

justificando cada una de ellas con elementos del cuento

2. ¿Cómo influye la situación económica de esta pareja en el amor entre ambos?

Explica y ejemplifica

3. ¿A qué se refiere el narrador con la última frase del cuento: “De todos los que dan

y reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los

verdaderos Reyes Magos”? Explica

4. A partir de tu lectura y los contenidos revisados en la unidad, ¿a qué tipo de amor

corresponde este cuento? ¿Por qué?

Page 15: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

15

Selección poética

Lee comprensivamente las siguientes estrofas y reconoce los elementos

solicitados

“Yo, para ti.

Tú, para mí.

Siempre al lado mío,

siempre junto a mí

compartiendo mi silencio,

mi soledad y existir.”

"Atrás quedaron las armas

ensangrentadas,

en los campos de batalla.

El guerrero hoy descansa

mientras canta su amor

a la bella cortesana"

“Dios mío, no alejes de mí tu mirada y tu compasión,

cura mi corazón y recoge mi alma”

“Anoche soñé que nos amábamos

y que me aceptabas.

Anoche soñé lo que nunca será.”

¿A quién se dirige el hablante?

________________________

¿Qué sentimientos expresa el hablante?

________________________________

________________________________

________________________________

¿A quién se dirige el hablante?

________________________

¿Qué sentimientos expresa el hablante?

________________________________

________________________________

________________________________

¿Qué tipo/s de amor está/n presente/s?

________________________________

________________________________

¿Qué tipo/s de amor está/n presente/s?

________________________________

________________________________

¿A quién se dirige el hablante?

________________________

¿Qué sentimientos expresa el hablante?

________________________________

________________________________

________________________________

¿Qué tipo/s de amor está/n presente/s?

________________________________

________________________________

¿A quién se dirige el hablante?

________________________

¿Qué sentimientos expresa el hablante?

________________________________

________________________________

________________________________

¿Qué tipo/s de amor está/n presente/s?

________________________________

________________________________

Page 16: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

16

Actividades:

“Las nubes”, Gabriela Mistral ………………………………………..…. 17

“La rama robada”, Pablo Neruda …………………………………………… 18

Cancionero natural …………………………………………… 19

Page 17: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

17

«Las nubes», Gabriela Mistral

Actividades de comprensión y análisis

Nubes vaporosas, nubes como tul, llevad l'alma mía por el cielo azul.

¡Lejos de la casa que me ve sufrir,

lejos de estos muros que me ven morir!

Nubes pasajeras,

llevadme hacia el mar, a escuchar el canto

de la pleamar, y entre la guirnalda

de olas cantar.

Nubes, flores, rostros, dibujadme a aquel

que ya va borrándose por el tiempo infiel.

Se desgaja mi alma sin el rostro de él.

Nubes que pasáis, nubes, detened

sobre el pecho mío la gresca merced.

¡Abiertos están mis labios de sed!

Vocabulario: En el texto hay palabras ennegrecidas y subrayadas, con ayuda de un

diccionario defínelas y escribe una palabra de reemplazo, sin que esta cambie la

coherencia.

1. Según tu interpretación del poema, ¿por qué el hablante lírico expresa sus sentimientos a través de las nubes?, ¿qué quiere representar?

Elementos: Identifica los elementos característicos del género lírico, justificando cada uno

con citas del poema.

- Hablante lírico - Actitud lírica

- Objeto lírico - Motivo lírico

- Temple de ánimo - Tipo de rima

2. Identifica una figura retórica, explicando qué quieren expresar

Page 18: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

18

«La rama robada», Pablo Neruda

Actividades de comprensión y análisis

En la noche entraremos a robar

una rama florida.

Pasaremos el muro, en las tinieblas del jardín ajeno,

dos sombras en la sombra.

Aún no se fue el invierno, y el manzano aparece convertido de pronto

en cascada de estrellas olorosas. En la noche entraremos

hasta su tembloroso firmamento, y tus pequeñas manos y las mías

robarán las estrellas.

Y sigilosamente, a nuestra casa,

en la noche y en la sombra, entrará con tus pasos

el silencioso paso del perfume y con pies estrellados

el cuerpo claro de la primavera.

Vocabulario: En el texto hay palabras ennegrecidas y subrayadas, con ayuda de un

diccionario defínelas y escribe una palabra de reemplazo, sin que esta cambie la

coherencia.

3. ¿Qué van a robar?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿quiénes? y ¿por qué o para qué?

Elementos: Identifica los elementos característicos del género lírico, justificando cada uno

con citas del poema.

- Hablante lírico - Actitud lírica

- Objeto lírico - Motivo lírico

- Temple de ánimo - Tipo de rima

2. ¿A qué se refiere con la expresión “estrellas olorosas” el hablante lírico?

1. Identifica dos figuras retóricas, explicando qué quieren expresar

Page 19: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

19

«Cancionero natural»

Selecciona y escribe dos estrofas de canciones que incluyan referencias a la

naturaleza, pégalas en tu cuaderno y luego reconoce los elementos solicitados

Canción: __________________________ Autor: ____________________________

Canción: __________________________ Autor: ____________________________

Elementos: Identifica los elementos

característicos del género lírico, justificando

cada uno con citas de las canciones.

- Hablante lírico

- Actitud lírica

- Objeto lírico

- Motivo lírico

- Temple de ánimo

¿Con qué finalidad se presenta la naturaleza en cada canción? ¿Qué se destaca de ella?

Page 20: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

20

Unidad 4: “Relatos de misterio”

Actividades:

“Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar al muerto)”, Rodolfo Walsh … 21

“La carta robada”, Edgar Allan Poe …………………………………… 23

Literatura policial y su relación con la prensa …………………………………… 31

Page 21: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

21

«Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar al muerto)», Rodolfo Walsh

El primer portugués era alto y flaco. El segundo portugués era bajo y gordo.

El tercer portugués era mediano. El cuarto portugués estaba muerto.

–¿Quién fue? –preguntó el comisario Jiménez.

–Yo no –dijo el primer portugués. –Yo tampoco –dijo el segundo portugués.

–Ni yo –dijo el tercer portugués. El cuarto portugués estaba muerto.

Daniel Hernández puso los cuatro sombreros sobre el escritorio.

El sombrero del primer portugués estaba mojado adelante. El sombrero del segundo portugués estaba seco en el medio.

El sombrero del tercer portugués estaba mojado adelante. El sombrero del cuarto portugués estaba todo mojado.

–¿Qué hacían en esa esquina? –preguntó el comisario Jiménez.

–Esperábamos un taxi –dijo el primer portugués. –Llovía muchísimo –dijo el segundo portugués.

–¡Cómo llovía! –dijo el tercer portugués. El cuarto portugués dormía la muerte dentro de su grueso sobretodo.

–¿Quién vio lo que pasó? –preguntó Daniel Hernández.

–Yo miraba hacia el norte –dijo el primer portugués. –Yo miraba hacia el este –dijo el segundo portugués.

–Yo miraba hacia el sur –dijo el tercer portugués. El cuarto portugués estaba muerto. Murió mirando al oeste.

–Usted lo mató –dijo Daniel Hernández. –¿Yo, señor? –preguntó el primer portugués.

–No, señor –dijo Hernández. –¿Yo, señor? –preguntó el segundo portugués.

–Sí, señor –dijo Hernández.

En el párrafo siguiente, Daniel

Hernández ya sabe quién

asesinó al cuarto portugués.

Antes de continuar la lectura,

piensa: ¿quién fue? Y ¿por qué?

Tu predicción:

__________________________

__________________________

Page 22: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

22

–Uno mató, uno murió, los otros dos no vieron nada –dijo Daniel Hernández. “El paraguas era chico y ustedes eran cuatro. Mientras esperaban, la lluvia les mojó la

parte delantera del sombrero.” “El que miraba al norte y el que miraba al sur no tenían que darse vuelta para matar al

que miraba al oeste. Les bastaba mover el brazo izquierdo o derecho a un costado. El que miraba al este, en cambio, tenía que darse vuelta del todo, porque estaba de espaldas a la víctima. Pero al darse vuelta, se le mojó la parte de atrás del sombrero. Su sombrero

está seco en el medio, es decir mojado adelante y atrás. El suyo es el único que presenta esa particularidad. Por lo tanto es el culpable.”

El primer portugués se fue a su casa.

Al segundo no lo dejaron. El tercero se llevó el paraguas.

El cuarto portugués estaba muerto. Muerto.

¿Qué características presentes en este cuento crees que son parte de la literatura de

misterio o policial? Identifica un mínimo de 3 características.

1. ____________________________________________________

2. ____________________________________________________

3. ____________________________________________________

Page 23: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

23

«La carta robada», Edgar Allan Poe

Me hallaba en París en el otoño de 18... Una noche, después de una tarde ventosa, gozaba del doble placer de la meditación y de una pipa, en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin, en su pequeña biblioteca o gabinete de estudios del nº 33, rue Dunôt, du troisieme, Faubourg Saint-Germain. Llevábamos más de una hora en profundo silencio, y cualquier observador casual nos hubiera creído exclusiva y profundamente dedicados a estudiar las onduladas capas de humo que llenaban la atmósfera de la sala. Por mi parte, me había entregado a la discusión mental de ciertos tópicos sobre los cuales habíamos hablado al comienzo de la velada; me refiero al caso de la rue Morgue y al misterio del asesinato de Marie Rogêt. No dejé de pensar, pues, en una coincidencia, cuando vi abrirse la puerta para dejar pasar a nuestro viejo conocido G.... el prefecto de la policía de París.

Lo recibimos cordialmente, pues en aquel hombre había tanto de despreciable como de divertido, y llevábamos varios años sin verlo. Como habíamos estado sentados en la oscuridad, Dupin se levantó para encender una lámpara, pero volvió a su asiento sin hacerlo cuando G... nos hizo saber que venía a consultarnos, o, mejor dicho, a pedir la opinión de mi amigo sobre cierto asunto oficial que lo preocupaba grandemente.

—Si se trata de algo que requiere reflexión —observó Dupin, absteniéndose de dar fuego a la mecha— será mejor examinarlo en la oscuridad.

—He aquí una de sus ideas raras —dijo el prefecto, para quien todo lo que excedía su comprensión era "raro", por lo cual vivía rodeado de una verdadera legión de rarezas.

—Muy cierto —repuso Dupin, entregando una pipa a nuestro visitante y ofreciéndole un confortable asiento.

—¿Y cuál es la dificultad? —preguntó. Espero que no sea otro asesinato.

—¡Oh, no, nada de eso! Por cierto que es un asunto muy sencillo y no dudo de que podremos resolverlo perfectamente bien por nuestra cuenta; de todos modos pensé que a Dupin le gustaría conocer los detalles, puesto que es un caso muy raro. A decir verdad, todos estamos bastante confundidos, ya que la cosa es sencillísima y, sin embargo, nos deja perplejos.

—Quizá lo que los induce a error sea precisamente la sencillez del asunto —observó mi amigo.

—¡Qué absurdos dice usted! —repuso el Prefecto, riendo a carcajadas.

—Quizá el misterio es un poco demasiado fácil —dijo Dupin.

—¡Oh, Dios mío! ¿Cómo se le puede ocurrir semejante idea?

—Un poco demasiado evidente.

—Ja, ja! ¡oh, oh! —reía el prefecto, divertido hasta más no poder—. Dupin, usted acabará por hacerme morir de risa.

—Veamos, ¿de qué se trata? —Pregunté.

—Pues bien, voy a decírselo —repuso el prefecto, aspirando profundamente una bocanada de humo e instalándose en un sillón—. Puedo explicarlo en pocas palabras, pero antes debo

Page 24: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

24

advertirles que el asunto exige el mayor secreto, pues si se supiera que lo he confiado a otras personas podría costarme mi actual posición.

—Hable usted ——dije.

—Está bien. He sido informado personalmente, por alguien que ocupa un altísimo puesto, de que cierto documento de la mayor importancia ha sido robado en las cámaras reales. Se sabe quién es la persona que lo ha robado, pues fue vista cuando se apoderaba de él. También se sabe que el documento continúa en su poder.

—¿Cómo se sabe eso? —preguntó Dupin.

—Se deduce claramente —repuso el prefecto— de la naturaleza del documento y de que no se hayan producido ciertas consecuencias que tendrían lugar inmediatamente después que aquél pasara a otras manos; vale decir, en caso de que fuera empleado en la forma en que el ladrón ha de pretender hacerlo al final.

—Sea un poco más explícito ——dije.

—Pues bien, puedo afirmar que dicho papel da a su poseedor cierto poder en cierto lugar donde dicho poder es inmensamente valioso.

El prefecto estaba encantado de su jerga diplomática.

—Pues sigo sin entender nada —dijo Dupin.

—¿No? Veamos: la presentación del documento a una tercera persona que no nombraremos pondría sobre el tapete el honor de un personaje de las más altas esferas, y, ello da al poseedor del documento un dominio sobre el ilustre personaje cuyo honor y tranquilidad se ven de tal modo amenazados.

—Pero ese dominio —interrumpí— dependerá de que el ladrón supiera que dicho personaje lo conoce como tal. ¿Y quién osaría... ?

—El ladrón ——dijo G.— es el ministro D.... que se atreve a todo, tanto en lo que es digno como lo que es indigno de un hombre. La forma en que cometió el robo es tan ingeniosa como audaz. El documento en cuestión —una carta, para ser francos— fue recibido por la persona robada mientras se hallaba a solas en el boudoir real. Mientras la leía se vio repentinamente interrumpida por la entrada de la otra eminente persona, a la cual la primera deseaba ocultar especialmente la carta. Después de una apresurada y vana tentativa de esconderla en un cajón, debió dejarla, abierta como estaba, sobre una mesa. Como el sobrescrito había quedado hacia arriba y no se veía el contenido, la carta podía pasar sin ser vista. Pero en ese momento aparece el ministro D... Sus ojos de lince perciben inmediatamente el papel, reconoce la escritura del sobrescrito, observa la confusión de la persona en cuestión y adivina su secreto. Luego de tratar algunos asuntos en la forma expeditiva que le es usual, extrae una carta parecida a la que nos ocupa, la abre, finge leerla y la coloca luego exactamente al lado de la otra. Vuelve entonces a departir sobre las cuestiones públicas durante un cuarto de hora. Se levanta, finalmente, y al despedirse, toma la carta que no le pertenece. La persona robada ve la maniobra, pero no se atreve a llamarle la atención en presencia de la tercera, que no se mueve de su lado. El ministro se marcha, dejando sobre la mesa la otra carta sin importancia.

—Pues bien —dijo Dupin, dirigiéndose a mí—, ahí tiene usted lo que se requería para que el dominio del ladrón fuera completo: éste sabe que la persona robada lo conoce como el ladrón.

Page 25: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

25

—En efecto —dijo el prefecto—, y el poder así obtenido ha sido usado en estos últimos meses para fines políticos, hasta un punto sumamente peligroso. La persona robada está cada vez más convencida de la necesidad de recobrar su carta. Pero, claro está, una cosa así no puede hacerse abiertamente. Por fin, arrastrada por la desesperación, dicha persona me ha encargado de la tarea.

—Para la cual ——dijo Dupin, envuelto en un perfecto torbellino de humo— no podía haberse deseado, o siquiera imaginado, agente más sagaz.

—Me halaga usted —repuso el Prefecto—, pero no es imposible que, en efecto, se tenga de mí tal opinión.

—Como hace usted notar —dije—, es evidente que la carta sigue en posesión del ministro, pues lo que le confiere su poder es dicha posesión y no su empleo. Apenas empleada la carta, el poder cesaría.

—Muy cierto —convino G...—. Mis pesquisas se basan en esa convicción. Lo primero que hice fue registrar cuidadosamente la mansión del ministro, aunque la mayor dificultad residía en evitar que llegara a enterarse. Se me ha prevenido que, por sobre todo, debo impedir que sospeche nuestras intenciones, lo cual sería muy peligroso.

—Pero usted tiene todas las facilidades para ese tipo de investigaciones —dije—. No es la primera vez que la policía parisiense las practica.

—¡Oh naturalmente! Por eso no me preocupé demasiado. Las costumbres del ministro me daban, además, una gran ventaja. Con frecuencia pasa la noche fuera de su casa. Los sirvientes no son muchos y duermen alejados de los aposentos de su amo; como casi todos son napolitanos, es muy fácil inducirlos a beber copiosamente.

Bien saben ustedes que poseo llaves con las cuales puedo abrir cualquier habitación de París. Durante estos tres meses, no ha pasado una noche sin que me dedicara personalmente a registrar la casa de D... Mi honor está en juego y, para confiarles un gran secreto, la recompensa prometida es enorme. Por eso no abandoné la búsqueda hasta no tener seguridad completa de que el ladrón es más astuto que yo. Estoy seguro de haber mirado en cada rincón posible de la casa donde la carta podría haber sido escondida.

—¿No sería posible —pregunté— que si bien la carta se halla en posesión del ministro, como parece incuestionable, éste la haya escondido en otra parte que en su casa?

—Es muy poco probable —dijo Dupin—. El especial giro de los asuntos actuales en la corte, y especialmente de las intrigas en las cuales se halla envuelto D... , exigen que el documento esté a mano y que pueda ser exhibido en cualquier momento; esto último es tan importante como el hecho mismo de su posesión.

—¿Que el documento pueda ser exhibido? —pregunté.

—Si lo prefiere, que pueda ser destruido —dijo Dupin.

—Pues bien —convine—, el papel tiene entonces que estar en la casa. Supongo que podemos descartar toda idea de que el ministro lo lleve consigo.

Page 26: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

26

—Por supuesto —dijo el prefecto—. He mandado detenerlo dos veces por falsos salteadores de caminos y he visto personalmente cómo le registraban.

—Pudo usted ahorrarse esa molestia —dijo Dupin—. Supongo que D... no es completamente loco y que ha debido prever esos falsos asaltos como una consecuencia lógica.

—No es completamente loco —dijo G...,— pero es un poeta, lo que en mi opinión viene a ser más o menos lo mismo. Como disponíamos del tiempo necesario, buscamos en todas partes. Tengo una larga experiencia en estos casos. Revisé íntegramente la mansión, cuarto por cuarto, dedicando las noches de toda una semana a cada aposento. Primero examiné el moblaje. Abrimos todos los cajones; supongo que no ignoran ustedes que para un agente de policía bien adiestrado, no hay cajón secreto que pueda escapársele. En una búsqueda de esta especie, el hombre que deja sin ver un cajón secreto es un imbécil. ¡Son tan evidentes! En cada mueble hay una cierta masa, un cierto espacio que debe ser explicado.

—Pero es imposible que hayan ustedes revisado y desarmado todos los muebles donde pudo ser escondida la carta en la forma que menciona. Una carta puede ser reducida a un delgadísimo rollo, casi igual en volumen al de una aguja larga de tejer, y en esa forma se la puede insertar, por ejemplo, en el travesaño de una Silla. ¿Supongo que no desarmaron todas las sillas?

—Por supuesto que no, pero hicimos algo mejor: examinamos los travesaños de todas las sillas de la casa y las junturas de todos los muebles con ayuda de un poderoso microscopio. Si hubiera habido la menor señal de un reciente cambio, no habríamos dejado de advertirlo instantáneamente. Un simple grano de polvo nos hubiera saltado a los ojos como si fuera una manzana. La menor diferencia en la encoladura, la más mínima apertura en los ensamblajes, hubiera bastado para orientarnos.

—Supongo que miraron en los espejos, entre los marcos y el cristal, y que examinaron las camas y la ropa de la cama, así como los cortinados y alfombras.

—Naturalmente, y luego que hubimos revisado todo el moblaje en la misma forma minuciosa, pasamos a la casa misma. Dividimos su superficie en compartimentos que numeramos, a fin de que no se nos escapara ninguno; luego escrutamos cada pulgada cuadrada, incluyendo las dos casas adyacentes, siempre ayudados por el microscopio.

—¿Miraron entre los papeles de D..., naturalmente, y en los libros de la biblioteca?

—Claro está. Abrimos todos los paquetes, y no solo examinamos cada libro, sino que lo hojeamos cuidadosamente, sin conformarnos con una mera sacudida, como suelen hacerlo nuestros oficiales de policía. Medimos asimismo el espesor de cada encuadernación, escrutándola luego de la manera más detallada con el microscopio. Sí se hubiera insertado un papel en una de esas encuadernaciones, resultaría imposible que pasara inadvertido.

—¿Exploraron los pisos debajo de las alfombras?

—Sin duda. Levantamos todas las alfombras y examinamos las planchas con el microscopio.

—¿Y el papel de las paredes?

—Lo mismo.

Page 27: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

27

—¿Miraron en los sótanos?

—Miramos. Pues bien, Dupin, ¿qué me aconseja usted?

—Revisar de nuevo completamente la casa.

—¡Pero es inútil! —replicó G...—. Tan seguro estoy que respiro como de que la carta no está en la casa.

—No tengo mejor consejo que darle —dijo Dupin—. Supongo que posee usted una descripción precisa de la carta.

—¡Oh, sí!

Luego de extraer una libreta, el perfecto procedió a leernos una minuciosa descripción del aspecto interior de la carta, y especialmente del exterior. Poco después de terminar su lectura se despidió de nosotros, desanimado como jamás lo había visto antes.

Un mes más tarde nos hizo otra visita y nos encontró ocupados casi en la misma forma que la primera vez. Tomó posesión de una pipa y un sillón y se puso a charlar de cosas triviales. Al cabo de un rato le dije:

—Veamos, G... ¿qué pasó con la carta robada?

—Volví a revisar su casa, como me lo había aconsejado Dupin, pero fue tiempo perdido. Ya lo sabía yo de antemano.

—¿A cuánto dijo usted que ascendía la recompensa ofrecida? —preguntó Dupin.

—Pues... la verdad a mucho dinero... muchísimo. No quiero decir exactamente cuánto, pero eso sí, afirmo que estaría dispuesto a firmar un cheque por cincuenta mil francos a cualquiera que me consiguiese esa carta. El asunto va adquiriendo día a día más importancia, y la recompensa ha sido recientemente doblada. Pero, aunque ofrecieran tres veces esa suma, no podría hacer más de lo que he hecho. —¡Vamos! —exclamó el prefecto, bastante desconcertado—. Estoy plenamente dispuesto a pedir consejo y a pagar por él. De verdad, daría cincuenta mil francos a quienquiera me ayudara en este asunto.

—En ese caso —replicó Dupin, abriendo un cajón y sacando una libreta de cheques—, bien puede usted llenarme un cheque por la suma mencionada. Cuando lo haya firmado le entregaré la carta.

Me quedé estupefacto. En cuanto al prefecto, parecía fulminado. Durante algunos minutos fue incapaz de hablar y de moverse, mientras contemplaba a mi amigo con ojos que parecían salírsele de las órbitas y con la boca abierta. Recobrándose un tanto, tomó una pluma y, después de varias pausas llenó y firmó un cheque por cincuenta mil francos, extendiéndolo por encima de la mesa a Dupin. Este lo examinó cuidadosamente y lo guardó; luego, abriendo un escritorio, sacó una carta y la entregó al prefecto. Nuestro funcionario la tomó en una convulsión de alegría, la abrió con manos trémulas, lanzó una ojeada a su contenido y luego, lanzándose vacilante hacia la puerta, desapareció bruscamente del cuarto y de la casa, sin haber pronunciado una sílaba desde el momento en que Dupin le pidió que llenara el cheque.

Una vez que se hubo marchado, mi amigo consintió en darme algunas explicaciones.

Page 28: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

28

—La policía parisiense es sumamente hábil a su manera —dijo—. Es perseverante, ingeniosa, astuta y muy versada en los conocimientos que sus deberes exigen. Así, cuando G... nos explicó su manera de registrar la mansión de D.., tuve plena confianza en que había cumplido una investigación satisfactoria, hasta donde podía alcanzar. Las medidas adoptadas no solamente eran las mejores en su género, sino que habían sido llevadas a la más absoluta perfección. Si la carta, hubiera estado dentro del ámbito de su búsqueda, no cabe la menor duda de que los policías la hubieran encontrado.

Me eché a reír, pero Dupin parecía hablar muy en serio.

—Las medidas —continuó— eran excelentes en su género, y fueron bien ejecutadas. Continuamente se equivoca por ser demasiado profundo o demasiado superficial para el caso, y más de un colegial razonaría mejor que él. Es esencial identificar el razonamiento del oponente para saber qué medidas tomar.

—Lo que busco indicar —agregó Dupin, mientras yo reía de sus últimas observaciones— es que, si el ministro hubiera sido sólo un matemático, el prefecto no se habría visto en la necesidad de extenderme este cheque. Pero sé que es tanto matemático como poeta, y mis medidas se han adaptado a sus capacidades, teniendo en cuenta las circunstancias que lo rodeaban. Sabía que es un cortesan. Pensé que un hombre semejante no dejaría de estar al tanto de los métodos policiales ordinarios. Imposible que no anticipara (y los hechos lo han probado así) los falsos asaltos a que fue sometido. Reflexioné que igualmente habría previsto las perquisiciones secretas en su casa. Sus frecuentes ausencias nocturnas, que el prefecto consideraba una excelente ayuda para su triunfo, me parecieron simplemente astucias destinadas a brindar oportunidades a la perquisición y convencer lo antes posible a la policía de que la carta no se hallaba en la casa, como G... terminó finalmente por creer. Reflexioné que ese hombre no podía ser tan simple como para no comprender que el rincón más remoto e inaccesible de su morada estaría tan abierto como el más vulgar de los armarios a los ojos, las sondas y los microscopios del prefecto.

Vi, por último, que D... terminaría necesariamente en la simplicidad, si es que no la adoptaba por una cuestión de gusto personal. Quizá recuerde usted con qué ganas rió el prefecto cuando, en nuestra primera entrevista, sugerí que acaso el misterio lo perturbaba por su absoluta evidencia.

—Me acuerdo muy bien —respondí—. Por un momento pensé que iban a darle convulsiones.

"Hay un juego de adivinación —continuó Dupin— que se juega con un mapa. Uno de los participantes pide a otro que encuentre una palabra dada: el nombre de una ciudad, en río, un Estado o un imperio; en suma, cualquier palabra que figure en la complicada superficie del mapa. Por lo regular, un novato en el juego busca confundir a su oponente proponiéndole los nombres escritos con los caracteres más pequeños, mientras que el buen jugador escogerá aquellos que se extienden con grandes letras de una parte a la otra del mapa. Estos últimos, al igual que las muestras y carteles excesivamente grandes, escapan a la atención a fuerza de ser evidentes, y en esto la desatención ocular resulta análoga al descuido que lleva al intelecto a no tomar en cuenta consideraciones excesivas y palpablemente evidentes. De todos modos, es éste un asunto que se halla por encima o por debajo del entendimiento del prefecto. Jamás se le ocurrió como probable o posible que el ministro hubiera dejado la carta delante de las narices del mundo entero, a fin de impedir mejor que una parte de ese mundo pudiera verla.

"Cuanto más pensaba en el audaz, decidido y característico ingenio de D.... en que el documento debía hallarse siempre a mano si pretendía servirse de él para sus fines, y en la absoluta seguridad proporcionada por el prefecto de que el documento no se hallaba oculto

Page 29: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

29

dentro de los límites de las búsquedas ordinarias de dicho funcionario, más seguro me sentía de que, para esconder la carta, el ministro había acudido al más amplio y sagaz de los expedientes: el no ocultarla.

"Compenetrado de estas ideas, me puse un par de anteojos verdes, y una hermosa mañana acudí como por casualidad a la mansión ministerial. Hallé a D... en casa, bostezando, paseándose sin hacer nada.

"Para no ser menos, me quejé del mal estado de mi vista y de la necesidad de usar anteojos, bajo cuya protección pude observar cautelosa pero detalladamente el aposento, mientras en apariencia seguía con toda atención las palabras de mi huésped.

"Dando la vuelta al aposento, mis ojos cayeron por fin sobre un insignificante tarjetero de cartón recortado que colgaba, sujeto por una sucia cinta azul, de una pequeña perilla de bronce en mitad de la repisa de la chimenea. En este tarjetero, que estaba dividido en tres o cuatro compartimentos, vi cinco o seis tarjetas de visitantes y una sola carta. Esta última parecía muy arrugada y manchada. Estaba rota casi por la mitad, como si a una primera intención de destruirla por inútil hubiera sucedido otra. Ostentaba un gran sello negro, con el monograma de D... muy visible, y el sobrescrito, dirigido al mismo ministro revelaba una letra menuda y femenina. La carta había sido arrojada con descuido, casi se diría que desdeñosamente, en uno de los compartimentos superiores del tarjetero.

"Tan pronto hube visto dicha carta, me di cuenta de que era la que buscaba. Por cierto que su apariencia difería completamente de la minuciosa descripción que nos había leído el prefecto. En este caso el sello era grande y negro, con el monograma de D...; en el otro, era pequeño y rojo, con las armas ducales de la familia S... El sobrescrito de la presente carta mostraba una menuda y femenina, mientras que el otro, dirigido a cierta persona real, había sido trazado con caracteres firmes y decididos. Sólo el tamaño mostraba analogía. Pero, en cambio, lo radical de unas diferencias que resultaban excesivas; la suciedad, el papel arrugado y roto en parte, tan inconciliables con los verdaderos hábitos metódicos de D.... y tan sugestivos de la intención de engañar sobre el verdadero valor del documento; todo ello, digo, sumado a la ubicación de la carta, insolentemente colocada bajo los ojos de cualquier visitante, y coincidente, por tanto, con las conclusiones a las que ya había arribado, corroboraron decididamente las sospechas de alguien que había ido allá con intenciones de sospechar.

"A la mañana siguiente volví y reanudamos placenteramente la conversación del día anterior. Pero, mientras departíamos, oyóse justo debajo de las ventanas un disparo como de pistola, seguido por una serie de gritos espantosos y las voces de una multitud aterrorizada. D... —corrió a una ventana, la abrió de par en par y miró hacia afuera. Por mi parte, me acerqué al tarjetero, saqué la carta, guardándola en el bolsillo, y la reemplacé por un facsímil (por lo menos en el aspecto exterior) que había preparado cuidadosamente en casa, imitando el monograma de D... con ayuda de un sello de miga de pan.

"La causa del alboroto callejero había sido la extravagante conducta de un hombre armado de un fusil, quien acababa de disparar el arma contra un grupo de mujeres y niños. Comprobóse, sin embargo, que el arma no estaba cargada, y los presentes dejaron en libertad al individuo considerándolo borracho o loco. Apenas se hubo alejado, D... se apartó de la ventana, donde me le había reunido inmediatamente después de apoderarme de la carta. Momentos después me despedí de él. Por cierto que el pretendido lunático había sido pagado por mí."

Page 30: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

30

Actividades de comprensión y análisis

Ejemplo:

Vocabulario: En el texto hay palabras ennegrecidas y subrayadas, con ayuda de un

diccionario defínelas y escribe una palabra de reemplazo, sin que esta cambie la

coherencia.

1. ¿Cuál es el caso que está intentando resolver el Prefecto? Explica

Elementos: Identifica los elementos característicos del género narrativo en el cuento leído

- Narrador - Tipos de personajes

- Focalización - Tiempo del relato

- Estilo narrativo

2. ¿Por qué no ha podido encontrar la carta a pesar de su intensa búsqueda?

3. ¿Por qué Dupin compara la búsqueda del Prefecto con el juego del mapa? ¿Qué

similitudes hay entre ambos?

5. Realiza un esquema en que se comparen los métodos de investigación utilizados

por ambos para encontrar la carta robada

Búsqueda de la carta robada

Prefecto Dupin

Paso 1 ------ ------

4. ¿Por qué Dupin decide ayudarlo?

Etc.

Page 31: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

31

Literatura policial y su relación con la prensa

En la prensa es común escuchar, leer y/o ver casos

misteriosos o policiales que requieren una investigación

exhaustiva para reconocer al o los culpables, las causas,

entre otros elementos.

Investiga un caso policial real que haya sido resuelto y

completa la siguiente tabla:

Fecha en que ocurrió: _____________________________________________

Lugar donde ocurrió: ______________________________________________

¿Qué pasó? (Resumen): ___________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

Personas involucradas: ____________________________________________

_______________________________________________________________

Investigación realizada: ____________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

Resolución: _____________________________________________________

_______________________________________________________________

_______________________________________________________________

Page 32: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

32

Taller de “Lengua y Literatura”

Actividades:

Ortografía acentual …………………………………………………..……… 33

Ortografía literal ………………………………………………..………… 35

Sinonimia y antonimia ………………………………………………………….. 36

Vocabulario ……………………..…………………………………… 38

Page 33: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

33

Ortografía acentual

I. Marca el monosílabo correcto en las siguientes oraciones:

1. (Si-Sí) hace buen tiempo (te-té) acompañaré.

2. No le (de-dé) tantos dulces a los niños (de-dé) su vecina.

3. No (se/sé) (si/sí) volveré a visitarte.

4. (El-Él) carro de (el-él) es (mas-más) moderno que (el-él) tuyo.

5. (Tu-tú) has sido el responsable de (tu-tú) despido.

6. Ya (se-sé) que (el-él) (se-sé) ha ido para siempre.

7. No le (de-dé) tanta importancia al asunto (de-dé) la herencia.

8. (Se-Sé) más puntual (cuando-cuándo) tengas una cita.

9. Yo (se-sé) mucho (más-mas) de lo que (té-te) imaginas.

10. Mamá, no hagas tantos sacrificios por (mi-mí).

11. (El-Él) es el responsable de lo que le pasa.

12. (Tu-Tú) debes encontrar (tu-tú) camino.

13. (Té-Te) advierto que no debes actuar de esa manera.

14. Iré a (tú-tu) casa (si-sí) tengo tiempo.

15. Yo (se-sé) que caminaron hasta no poder (mas-más).

16. (Té-Te) envié (mí-mi) mensaje por correo interno.

17. Los ingleses tienen por costumbre tomar (té-te)

18. Necesito que me (de-dé) el recibo (de-dé) la compra.

19. Quisiera acompañarte, (más-mas) no puedo.

20. Toma el dólar, (más-mas) no esperes que te (dé-de) (más-mas).

21. (Tú-Tu) progreso me enorgullece a (mí-mi).

Page 34: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

34

II. En los siguientes textos fueron eliminados todos los tildes, por lo que con un color diferente debes agregarlos cuando corresponda:

Bush se abre a posibilidad de cerrar prision de Guantanamo

El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dejo la puerta abierta a un

eventual cierre del centro de detencion de Guantanamo, ubicado en territorio

cubano, tras los ultimos reclamos por escandalos de abusos contra los prisioneros

y las recientes afrentas al Coran.

Durante una entrevista al canal de television Fox News Channel sobre si cerrara el

complejo, Bush replico: "estamos explorando todas las alternativas sobre la manera

de llevar a cabo el objetivo principal, que es proteger Estados Unidos. Lo que no

queremos hacer es permitir que alguien vuelva y nos haga daño".

Nada hacia presagiar lo que ocurriria esa mañana. Carlos se levanto a desayunar muy temprano. Se preparo un rico te. Pero estaba muy amargo y quiso ponerle mas azucar. Como se habia acabado, saco dinero del velador de su madre y fue a comprar. Cuando llego, esta le dijo: “te he dicho que ese dinero no es para ti. Le dire a tu padre que no te de mas tu mesada”. El padre de Carlos, que habia escuchado todo, le respondio a su esposa: “que le de o no dinero es asunto mio. Tu ya me tienes harto, quisiera irme lejos, a vivir solo. No se que te pasa con el”.

Pobre Carlos, no se llevaba bien con su mama y guardaba todo ese dolor dentro de si, aun cuando trataba de disimularlo. Pero si en algo se destacaba, era en su capacidad de enfrentar la adversidad.

Viernes 17 de mayo Al fin sucedio. Yo estaba en el cafe, sentado junto a la ventana. Esta vez no

esperaba nada, no estaba vigilando. Me parece que hacia numeros, en el vano intento de equilibrar los gastos con los ingresos de este mayo tranquilo, verdaderamente otoñal, lleno de deudas. Levante los ojos y ella estaba alli. Como una aparicion o un fantasma o sencillamente —y cuanto mejor— como Avellaneda. «Vengo a reclamar el cafe del otro dia», dijo.

Me puse de pie, tropece con la silla, mi cucharita de cafe resbalo de la mesa con un escandalo que mas bien parecia provenir de un cucharon. Los mozos miraron. Ella se sento. Yo recogi la cucharita, pero antes de poderme sentar me enganche el saco en ese maldito reborde que cada silla tiene en el respaldo. En mi ensayo general de esta deseada entrevista, yo no habia tenido en cuenta una puesta en escena tan movida. «Parece que lo asuste», dijo ella, riendo con franqueza. «Bueno, un poco si», confese, y eso me salvo. La naturalidad estaba recuperada. (…) Entonces dije: «¿Sabe que usted es culpable de una de las crisis mas importantes de mi vida?». Pregunto: «¿Economicas?», y todavia reia. Conteste: «No, sentimental» y se puso seria.

Page 35: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

35

Ortografía literal

I. Escribe las oraciones colocando "c", "z" o "s" según corresponda: 1. ___iempre de___ide___ lo que ha___e el capata___. 2. El portavo___ de los trabajadore___ anun___ió la jornada de paro. 3. He cogido un ra___imo de uva__. 4. Con e___e antifa___ no me recono___co ni yo. 5. Yo te cono___co de___de el año en que fuimo___ al pala___io. 6. A ve___es me gu___ta jugar al ajedre___. 7. No es capa___ de a___ercar___e lo ___uficiente para parti___ipar. 8. Emo___ionado, vi apare___er a mi ve___ina del pi___o on___e. 9. Trope___é con un an___iano de___pi___tado. 10. Cru___é la calle corriendo porque apare___ió un auto. II. Escribe las oraciones colocando "b" o "v" según corresponda: 1. Siempre fue no__le y ama__le con su pueblo. 2. Las comunicaciones del po__lado quedaron __loqueadas. 3. Las __rasas del __rasero le quemaron la __lusa. 4. Las __rillantes estrellas cu__rían todo el cielo. 5. En a__ril, la nie__la no era tan intensa como en diciem__re. 6. La pala__ra sustanti__o esta__a su__rayada. 7. Aquella __roma le costó una __ronca. 8. En la película se __eían grandes manadas de __úfalos. 9. De la __otella salían a__undantes __ur__ujas. 10. __uceando hasta el fondo hallaron un __iejo __uque hundido.

Page 36: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

36

Sinonimia y antonimia

SINÓNIMOS:

ANTÓNIMOS:

apetecer - diáfano - refinamiento - destreza - perseverancia - resolver - integrar -

bueno - forastero - dichoso.

SINÓNIMO

ANTÓNIMO

01.- Avieso _______________ _______________

02.- Repulsar _______________ _______________

03.- Aborigen _______________ _______________

04.- Tenebroso _______________ _______________

05.- Trepidar _______________ _______________

06.- Segregar _______________ _______________

07.- Zafiedad _______________ _______________

08.- Torpeza _______________ _______________

09.- Taciturno _______________ _______________

10.- Volubilidad _______________ _______________

rechazar - vulgaridad - triste - inconstancia - necedad - malo - oriundo - lúgubre -

dudar - separar.

Page 37: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

37

Forma, con las palabras del recuadro, 15 tríos de sinónimos

01. ________________ ________________ ________________

02. ________________ ________________ ________________

03. ________________ ________________ ________________

04. ________________ ________________ ________________

05. ________________ ________________ ________________

06. ________________ ________________ ________________

07. ________________ ________________ ________________

08. ________________ ________________ ________________

09. ________________ ________________ ________________

10. ________________ ________________ ________________

11. ________________ ________________ ________________

12. ________________ ________________ ________________

13. ________________ ________________ ________________

14. ________________ ________________ ________________

15. ________________ ________________ ________________

Diálogo – ducho – relevar – imperturbable – impericia – idóneo – adecuado –

contundente – inútil – suplir – sustraerse – opuesto – hostil – premeditado –

inexpugnable – inalterable – categórico – superfluo – pudor – coloquio – fogueado

– reemplazar – soslayar – invulnerable – inhabilidad – delicadeza – recato –

gentileza – plática – concluyente – necio – inmutable – torpeza – contrario –

deliberado – desatinado – ocioso – intencional – vergüenza – experimentado –

inacatable – ignorante – competente – rehuir – amabilidad.

Page 38: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

38

Vocabulario

abaratar - bagaje - bagatela - estigma - novato - ojeriza - parodia - cavilar

- cisma - benemérito - botarate - aducir - afluir - compaginar - lasitud.

01. ________________ tratándose de pruebas, razones, presentarlas o alegarlas.

02. ________________ acudir en gran número, a un lugar determinado.

03. ________________ disminuir el precio de una cosa, hacerla barata.

04. ________________ conjunto de conocimientos de que dispone una persona.

05. ________________ cosa de poca sustancia y valor.

06. ________________ digno de galardón.

07. ________________ persona derrochadora.

08. ________________ nuevo en cualquier materia.

09. ________________ enojo y mala voluntad contra uno.

10. ________________ imitación burlesca de algo.

11. ________________ desfallecimiento, cansancio.

12. ________________ marca o señal en el cuerpo.

13. ________________ fijar tenazmente la consideración en una cosa.

14. ________________ separación entre dos individuos, discordia.

15. ________________ armonizar, corresponder bien una cosa con otra.

Crea oraciones con cada una de las palabras dadas

Page 39: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

39

Encierra en un círculo la letra de la palabra que corresponda a la definición entregada:

1. Extraordinario, monstruoso, enorme, muy distante de lo común en su línea. a. descomunal b. fantasmal

2. Animadversión, rencor arraigado en el ánimo.

a. molestia b. encono

3. Dicho o ademán inconveniente e inesperado.

a. descuido b. exabrupto

4. Vano, vacío y sin sustancia.

a. huero b. yermo

5. Que se puede hacer.

a. vital b. factible

6. Lleno de furia.

a. furibundo b. enojo

7. Hambriento, voraz.

a. famélico b. magro

8. Noble y valiente.

a. medroso b. gallardo

9. Quebrantar, un precepto, ley o estatuto.

a. romper b. transgredir

10. Movimiento acelerado y ruidoso de varias personas o cosas.

a. tropel b. caos

11. Publicar en voz alta una cosa de interés general.

a. pregonar b. repartir

12. Resentimiento arraigado y tenaz.

a. difamación b. rencor

Page 40: Texto de apoyo Lengua y Literatura - saintbenedict.cl · —Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu ... A aquella no la soltaré; antes

40