Estimado Padre Edgardo Ocola, Canciller de la Arquidiócesis de ArequipaPadre Carlos Rodríguez, director del Colegio San JoséEstimados Padres y Hermanos JesuitasQueridos catequistas, padrinos, familiares y amigos todos.

En la vida hay momentos en que debemos tomar decisiones importantes que marcan un antes y un después en nuestro caminar. Confirmar nuestra fe es una de estas elecciones fundamentales. Somos conscientes que en el sacramento de la confirmación reafirmamos libremente nuestra fe recibida de nuestros padres en el bautismo.

Han pasado varios meses desde que iniciamos nuestra preparación. Podemos decir que esta experiencia nos ha fortalecido y enriquecido espiritualmente. Al comenzar la catequesis de la Confirma, creíamos que se trataba de encontrarnos con nuestros amigos y hacer "vida social". Sin embargo, desde los primeros encuentros, nos percatamos que podíamos saber muchas cosas de Dios y al mismo tiempo no conocerlo. Comprendimos que teníamos información sobre las cosas de la fe; no obstante, la fe es mucho más que información, es conocer internamente.

En ese sentido, nuestra experiencia de catequesis se enriquecido y ha sido novedosa porque hemos compartido los temas de preparación junto con las chicas de los Sagrados Corazones. En los grupos mixtos hemos profundizado nuestra fe desde dos perspectivas complementarias. Las chicas nos han ayudaron a comprender que la fe es más que razones. La fe también incorpora nuestra sensibilidad; una sensibilidad especial para descubrir a Dios en lo cotidiano.

En nuestra preparación hemos aprendido que usualmente el ser humano está a merced de la sociedad y de sus dinámicas que nos desorientan y que en ocasiones van en contra de lo que Jesús quiere para nosotros. Ante ello, en nuestra reflexión sobre la persona de Jesús nos dimos cuenta que Él decidió compartir nuestra humanidad y que a través de sus palabras y acciones nos demostró quién es Dios y el proyecto que tiene para la humanidad: el Reino de Dios. Jesús nos invita a construir el reino de su Padre y quiere que lo edifiquemos a través de nuestros actos.

A modo de testimonio personal puedo decir que este mensaje ha generado un cambio en mí. Después de esta catequesis tengo deseos de compartir con los demás las maravillas del Señor y ayudarlos en sus necesidades. No he sido el único que ha aprendido esta actitud de servir; creo que este aprendizaje nos ha involucrado a todos nosotros.

Estimados amigos, hoy estamos aquí para confirmar nuestra fe, cada uno de nosotros lo ha decidido libremente. Estamos aquí para renovar nuestro seguimiento de Jesús y hacer de sus enseñanzas nuestro estilo de vida. Este compromiso nos mueve a compartir el Evangelio con los demás, a través del servicio. Hoy hemos decidido decirle sí a Cristo.

Por todo esto queremos agradecer a cada uno de nuestros catequistas y equipo de confirma, que nos brindaron su tiempo y dedicación en este camino de preparación; nos han enseñado que somos jóvenes para el servicio del prójimo. Con ellos aprendimos que si estamos junto a Dios, podremos sobrellevar las dificultades que se nos presentan. Nuestros catequistas han sido un ejemplo de entrega y servicio; quiero que sepan que aquello que nos enseñaron quedará marcado en nuestras vidas.

Queremos agradecer a nuestros padres que, desde pequeños, nos guiaron en la fe. Gracias por este regalo que nos ha permitido hacer de nuestras vidas algo bueno para Dios y para los demás; si no hubiera sido así, tal vez hoy no estaríamos en esta ceremonia en la que reafirmamos nuestra fe.

Por otro lado, agradecemos al colegio, por acompañarnos en esta preparación, a veces no valoramos esta preocupación y sólo entendemos su importancia tiempo después. Gracias por el regalo de la espiritualidad ignaciana que nos ilumina en la vida.

Agradecemos a nuestros padrinos, los queremos y sabemos que vamos a contar con ustedes en todo momento y confiamos que, como nuestros padres, nos acompañarán en el camino de la fe. Nos fiamos en ustedes porque son un testimonio de fe y compromiso que nos ilusiona.

Finalmente y con todo el cariño de nuestra promoción, queremos darle las gracias al Señor por María nuestra Madre que siempre ha estado presente en los momentos importantes de nuestra vida de fe.

Compañeros, quisiera que al salir de esta ceremonia nos pongamos al servicio de los demás como “Amigos de Jesús”; empecemos con gestos pequeños, de este modo construiremos el Reino de Dios. Continuemos nuestras vidas con amor y compartamos todo lo que somos para que así nuestro mundo sea "A Mayor Gloria de Dios".

Estimado Padre Edgardo, este es el testimonio sobre nuestra preparación para la confirmación y el cambio que ha suscitado en nuestras vidas.