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SECRETARÍA DE LA VIRGEN PEREGRINA

SANTUARIO DE SCHOENSTATT

Camino de Alcorcón, 17 - 28223 POZUELO DE ALARCÓN (MADRID)Tel: 91 709 00 15 • Fax: 91 709 03 25 • e-mail: snvirgenperegrina@gmail.comDonativo: BARCLAYS IBAN ES53 0065 185 27001035653

Virgen Peregrina de Schoenstatttriduo verano 2O14triduo verano 2O14

Tercer día En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ano JubilarQueridas familias:

La Virgen Peregrina llega de nuevo a nuestra casa. Ella quiere acompañarnos en estos meses de verano en los que ¡No podemos dormirnos ni dejar pasar la oportunidad de seguir preparándonos para recibir las gracias jubilares! A la vuelta del verano nos encontraremos ya de lleno inmersos en la celebración de los cien años de la Alianza de Amor y ahora tenemos frente a nosotros un tiempo privilegiado para seguir preparando el corazón, no en vano, este año jubilar es una llamada a volver a comenzar con la fuerza renovada de la Alianza de Amor.

Durante el curso hemos vuelto nuestra mirada a quienes nos han precedido y nos han mostrado cómo vivieron heroicamente de la Alianza de Amor: El P. Kentenich, José Engling y D. Joao Pozzobon; hemos pedido perdón por

nuestros pecados e infi delidades; hemos ido a beber de la misma fuente de donde nos llega la gracia: del corazón de María y del Santuario de Schoenstatt y ahora queremos manifestar al mundo aquello que carac-teriza la Alianza que María nos ofrece: EL AMOR

“Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, Ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios” (Papa Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium)

El amor debe ser el signo distintivo de los cristianos y nosotros quere-mos, junto a María, aprender a vivirlo en plenitud en este año de gracia. ¡Feliz verano Jubilar!

Refl exión: “¡Hijitos míos! no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y de verdad” (1Jn 3,18). Debemos amarnos entre nosotros. (...) El amor al prójimo debe ser el signo inequívoco del amor a Dios. Así formula su pensamiento: “Si no amo a mi prójimo -si no lo amo correctamente- a quien veo, entonces ¿cómo voy a amar al buen Dios a quien no veo?” (cfr. 1Jn 4,20). Por lo tanto, el amor al prójimo es la prueba más segura del amor a Dios. De allí que quien quiera dibujar correctamente, de modo perfecto, los grandes trazos que confi guran el vivir cristiano, debe llegar a ser un héroe y un apóstol del amor al prójimo” (P. J.K. “Lo que puede el amor”. Plática del 2º domingo después de Pentecostés, 16 de Junio de 1963).

... llegar a ser un héroe y un apóstol del amor al prójimo... Este es el programa que la Virgen Peregrina nos trae en este verano jubilar. Seguro que vamos a tener múltiples ocasiones de ponerlo en práctica: de vencernos a nosotros mismos (nuestros egoísmos, nuestras comodidades...), para poner en primer lugar al hermano que Dios nos presenta en nuestro camino. ¡Estos son los regalos de Amor que queremos hacerle a nuestra Madre! ¡Nada sin Ti, nada sin nosotros!

Oración: Querida Madre y Reina: en este tiempo jubilar te pedimos que nuestro corazón sea como el tuyo y así a través de nuestro actuar tu amor pueda llegar a todos los que diariamente nos confías. Por eso rezamos con el P.Kentenich:

“Aseméjanos a ti, y enséñanos a caminar por la vida tal como Tú lo hiciste: fuerte y digna, sencilla y bondadosa, repartiendo amor, paz y alegría. En nosotros recorre nuestro tiempo, preparándolo para Cristo Jesús. Amén”

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Primer día En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.V

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Segundo díaEn el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.V

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Oración: Querida Madre y Reina, enséñame a mirar con tus ojos, esos ojos que no condenan, que no juzgan sino que elevan a quien se siente mirado por Ti. Tú puedes mirar así porque te sientes especial-mente amada por Dios. Regálame hoy que estás conmigo, el poder también saberme, como tú, amado por Dios. Quiero dejar en tus manos todo lo que llevo en el corazón, lo que me preocupa, lo que me alegra... y agradecer al Señor porque al entregarnos a su Madre como Madre nuestra nos ha hecho un gran regalo de Amor.

Refl exión:

“Quiero llamarles la atención sobre una ley fundamental que he realizado siempre en todas las luchas de mi vida, una ley que me ha ayudado a no sucumbir jamás. (...) ¿Cuál es la gran ley fundamental? Tomar en serio la Alianza de Amor. Es mi total convicción: sobre la Alianza de Amor se puede basar toda la vida. Cuando estuve en la prisión subterránea, cuando fui a Dachau, muchas cosas se derrumbaron. En las situaciones más difíciles, vivió siempre en mí el pensamiento: tengo que realizar la expresión: “Probadme primero que me amáis realmente”. (...) La pro-funda fe en la realidad de la Alianza de Amor nos obliga, en primer lugar, a amar a la Santísima Virgen, y con Ella, al Dios Trino... Todo lo demás, Ella lo hará.” (P. J.K. Fundador a las familias. Conferencia del 19 de Junio de 1966).

María viene a nuestra casa para estar con nosotros, para acompañarnos, para ayudarnos. Esto es una realidad que hemos podido experimentar una y otra vez. Y ¿por qué eso es posible? Porque Ella se ha establecido en el Santuario por la Alianza de Amor que selló con el Padre José Kentenich y los primeros congregantes. Esa Alianza de Amor, María la quiere vivir también con nosotros y para eso nos pide que le demostremos con hechos concretos nuestro amor.

Refl exión:

“En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Dios nos ha amado a nosotros y nos ha enviado a su Hijo” (I Jn, 4,16)

En el amor, es Dios quien toma la iniciativa, quien nos ama prime-ro y es su amor en nosotros el que nos permite crecer en el amor a María y al Señor, el que nos permite vencernos a nosotros mismos y entregarnos a los demás, el ser generosos, el dar el primer paso hacia nuestros hermanos.

También María en las Bodas de Caná toma la iniciativa, en el amor, de ayudar a los novios. Nadie se lo pide, es más, Jesús le dice que eso no tiene que ver con ellos y aún así María intercede por ellos. ¡Así es el amor de María y así quiere Ella que sea también nuestro amor.

Oración: Querida Madre y Reina: Haz crecer en mí el amor a Ti y a tu Hijo Jesús para que todo lo que haga y todo lo que diga sea para estar más cerca de ti, para alegrarte y darte gloria con mi vida. En este año Jubilar de los cien años de tu Alianza de Amor quiero poner bajo tu protección especial a los que llevo en mi corazón y pedirte que también a ellos los ates a Ti con tu amor maternal. Amén.

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