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    1/58Sin teora revolucionaria no hay accin revolucionaria!

    Revista de teora y poltica delPartido Popular Socialista de Mxico

    V. I. LEN

    Vladmir lich Lenin / La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo Mao Tse-tung/ Las tareas del PartidoComunista de China en el periodo de la resistencia al Japn Jorge Dimitrov / La ofensiva del fascismo y las tareas de lanternacional en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo Vicente Lombardo Toledano / La sucesin presiden

    de 1958. Un programa de las fuerzas patriticas Juan Campos Vega / Democracia del pueblo, antesala del socialismoCuauhtmoc Amezcua Dromundo / El libro de Lpez Obrador, nuevos elementos de juicio para 2012.

    Puede te

    alia

    tempor

    aunque sea

    personas p

    seguras, slo q

    desconfa

    mismo, y sin

    alianzas no po

    existir nin

    partido pol

    Segunda poca. ao IOctubre-Diciembre de 2010

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    forros

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    . , . 4, - 2010

    del Partido Popular Socialista de MxicoRevista de teora y poltica

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    D G:Cuauhtmoc Amezcua Dromundo

    D:Jos Santos Cervantes

    S:Juan Campos Vega

    C E:Miguel Guerra CastilloLuis Miranda Resndiz

    Martn Tavira UristeguiJorge Tovar MontasSantos Urbina MendozaC R:Carmen Chinas Salazar

    Martha Elvia Garca GarcaMario Efrn Ochoa Vega

    A:Bartolom Gonzlez Galindo

    D :Comisin de Diseo

    Directorio

    es una publicacintrimestral, de teora y poltica, del Partido

    Popular Socialista de Mxico; corrreo electrnico:[email protected]; Internet: hp://www.ppsm.org.mx/teoriaypractica. Se permite la

    reproduccin total o parcial del material publicado,mencionando la fuente.

    Portada:Boceto para un retrato de Vicente

    Lombardo ToledanoDavid Alfaro Siqueiros

    Contenido

    A

    Vladmir lich Lenin 5

    L

    Mao Tse-tung 11

    L P C C J

    Jorge Dimitrov 23

    L I

    Vicente Lombardo Toledano 45

    L U

    Juan Campos Vega 48

    D ,

    Cuauhtmoc Amezcua Dromundo 51

    E L O,

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    A manera de presentacin

    Los tiempos electorales para renovar los poderesejecutivo y legislativo federales se aproximan yla necesidad de asumir una postura poltica correctaante la sucesin presidencial, se convierte en un temanodal tanto para las fuerzas de izquierda, revolucio-narias, como para el conjunto de fuerzas progresistas.

    Decidir quien ocupar la silla presidencial no esun asunto menor; durante treinta aos han asumidoel gobierno nacional cinco personajes vinculados endiverso grado a las polticas neoliberales: Miguel dela Madrid, que siempre se dijo ajeno a ese proyectopero que impulso los cambios constitucionales parahacerlo realidad, inaugur est etapa; le siguieron dospolticos, educados en las universidades yanquis, queprofundizaron la aplicacin de esas polticas: CarlosSalinas y Ernesto Zedillo.

    El primero realiz privatizaciones de grandes eimportantes empresas y bancos estatales, suscribi elTratado de Libre Comercio de Amrica del Norte y

    promovi cambios constitucionales y legales de carc-ter regresivo antinacionales y antipopulares, ademsde la enorme corrupcin que acompao a su mandato.

    El segundo continu con la misma poltica de ven-der empresas y modicar las leyes para apuntalar elproyecto neoliberal, el que quiso convertir en normaconstitucional, pero se enfrent al rechazo de diversossectores progresistas que lograron impedir que modi-cara la Constitucin con esa nalidad y tambin quemodicara la Carta Magna para privatizar la industriapetroqumica y la industria elctrica.

    En ese escenario se produjo la primera derro-ta en la lucha por la presidencia del pas, del partido

    fundado por el general Plutarco Elas Calles y quehaba gobernado desde 1929, primero como PartidoNacional Revolucionario (), luego como Partidode la Revolucin Mexicana () en los sexeniosde los generales Lzaro Crdenas del Ro y Manuelvila Camacho, y como Partido RevolucionarioInstitucional (), a partir del gobierno reaccionarioy proimperialista de Miguel Alemn.

    Los pristas neoliberales fueron sustituidos pordos panistas orientados por la misma ideologa, pero

    que adicionalmente, de inmediato atentaron contra elya tradicional Estado laico que haba caracterizado alpas desde que ocupara la presidencia de Mxico el in-signe Benemrito de las Amricas, Benito Jurez.

    Vicente Fox, desde la campaa, utiliz imgenes yexpresiones vinculadas a la religin y recibi recursos

    econmicos del exterior que utiliz para nanciar supropaganda poltica lo que expresamente prohbe lalegislacin electoral vigente, a pesar de esa conductaviolatoria de las normas que rigen los procesos elec-tivos, la autoridad correspondiente no lo sancion enforma alguna. En el momento en el que tomo posesinde su cargo, de inmediato realiz actos en el mismosentido y con el mismo propsito y as ocurri a lolargo de su mandato. En el terreno de la poltica pues-ta en prctica durante su mandato, continu con laaplicacin del neoliberalismo, ni siquiera trat de di-ferenciarse de su antecesor, ya que impuls, tambinsin xito, la misma propuesta de modicacin consti-

    tucional de Zedillo con la que se pretenda privatizarla industria elctrica.En el proceso electivo de 2006, de nueva cuenta

    delinqui en materia electoral, como lo reconoce eldictamen emitido por el Tribunal Electoral Federal,al intervenir no tanto en favor del candidato panis-ta, sino en contra de su principal oponente: AndrsManuel Lpez Obrador

    Ahora que se acerca la etapa de designacin de can-didatos presidenciales y se preparan las plataformaselectorales que le darn sustento a sus campaas, esnecesario conocer los aspectos de esencia que puedencontribuir a lograr uno de los objetivos fundamenta-

    les de la etapa actual: impedir que contine al frentedel gobierno nacional, la derecha es sus dos versiones,la tradicional que naci vinculada al fascismo y paraoponerse a la poltica progresista del rgimen car-denista representada por el Partido Accin Nacional(), y la que se form al interior de la administracinpblica durante los gobiernos pristas, a los que pri-mero se les bautiz con el calicativo de "tecncratas"y que despus constituyeron la corriente neoliberal, esdecir, individuos que no tienen relacin alguna con el

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    camino abierto por la revolucin mexicana, y que ac-tan al servicio del capital nanciero internacional yde sus instrumentos ms signicativos como el FondoMonetario Internacional (), el Banco Mundial (),la Organizacin Mundial de Comercio (), el BancoInteramericano de Desarrollo (), y otros semejantes

    El otro objetivo fundamental est relacionado conel conjunto de fuerzas, unidas en torno a un programacomn, capaces de impulsarlo y ponerlo en prctica,no slo para erradicar la poltica neoliberal, sino paraconstituir un gobierno de nuevo tipo que mire, antesque nada, a los intereses nacionales y populares.

    Para contribuir a la discusin que se ha generadoen torno a todos estos temas hemos incluido en estenmero, como siempre lo hacemos, un conjunto demateriales de distintas pocas y pases, que estn rela-cionados con esta preocupacin que est presente enel debate poltico actual.

    El primer material, es un fragmento de una obra

    clsica de V. I. Lenin: La enfermedad infantil del "izquier-dismo en el comunismo. El nombre del captulo queseleccionamos, por s mismo, los dice todo, ya que elautor se pregunta si el partido de la clase obrera deberenunciar a realizar todo tipo de compromisos.

    El segundo de los materiales, es un fragmento deuna de las obras de Mao Tse-tung: Las tareas del PartidoComunista de China en el periodo de la resistencia al Japn,el cual est relacionado con la poltica de alianzas paraenfrentar al enemigo comn.

    El tercer escrito, es un captulo del Informe rendi-do por el comunista blgaro, Jorge Dimitrov, en sucarcter de presidente de la Comintern, ante el

    Congreso Mundial de la Internacional Comunista,realizado el 2 de agosto de 1935, publicado con el ttu-lo: La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacionalen la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascis-mo, que tambin aborda el tema de las alianzas.

    El cuarto trabajo de este primer bloque, es unartculo de una serie relativa al tema de la suce-sin presidencial, elaborado por nuestro fundadore idelogo, el maestro Vicente Lombardo Toledano,realizado para la revista Siempre! y publicado con elttulo La sucesin presidencial de 1958. Un programade las fuerzas patriticas que, como su nombre lo in-dica, seala los elementos esenciales que deba incluir,en ese momento, un programa capaz de aglutinar ensu torno al conjunto de las fuerzas democrticas y pa-triticas de Mxico.

    El segundo bloque, breve en esta ocasin, inclu-ye dos trabajos: est constituido por una entrevistaimaginaria y la presentacin de un libro, ambos rea-lizados por integrantes de la direccin poltica denuestro partido.

    El primero denominado Democracia del pueblo,antesala del socialismo, elaborado por Juan CamposVega, miembro de la direccin poltica, en la mo-

    dalidad de una entrevista imaginaria a VicenteLombardo Toledano, aborda el tema de las etapasprevias a las que los revolucionarios y el pueblo deMxico podran arribar antes de alcanzar la constitu-cin del Estado de transicin previo a la instauracindel socialismo.

    El segundo material de este bloque y ltimo trabajoque incluimos en este nmero de nuestra revista Teoray Prctica, est constituido por los comentarios delpresidente de nuestro partido, Cuauhtmoc AmezcuaDromundo, en torno al libro de Andrs Manuel LpezObrador, La maa que se adue de Mxico... y el 2012.

    Esperamos que los materiales que hemos selec-

    cionado para este nmero 4, proporcionen a nuestrosamigos, simpatizantes y militantes ideas y propuestasque contribuyan al anlisis de los temas menciona-dos que estn en el primer plano de la agenda polticanacional.

    www.ppsm.org.mx

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    La enfermedad infantil del

    izquierdismo en el comunismo1

    (fragmento)

    Vladmir lich Lenin

    .

    En la cita del folleto de Francfort hemos vistola energa con que los "izquierdistas" plan-tean esta consigna. Es triste ver cmo hombresque, indudablemente, se consideran marxistasy quieren serlo han olvidado las verdades fun-

    damentales del marxismo. Engels que, comoMarx, pertenece a esa rarsima categora de es-critores cada una de cuyas frases de sus obrasimportantes tiene una asombrosa profundidadde contenido escriba en 1874 lo siguiente con-tra el Manifiesto de los treinta y tres blanquistas2

    miembros de la Comuna:

    Somos comunistas (decan en su maniesto loscomuneros blanquistas) porque queremos llegar anuestra meta sin detenernos en paradas intermedias,sin aceptar compromisos, que no hacen ms que ale-

    jar el da de la victoria y prolongar la esclavitud.

    "Los comunistas alemanes son comunistas por-que, a travs de todas las paradas intermedias y loscompromisos creados por la marcha del desarrollohistrico, y no por ellos, ven con claridad y persi-guen sin cesar la meta nal: la supresin de las clasesy la creacin de una sociedad en la que no habr lu-gar para la propiedad privada de la tierra y de todoslos medios de produccin. Los treinta y tres blan-quistas se guran que son comunistas porque, desdeel momento en que su deseo es saltarse las paradasintermedias y los compromisos, la cosa est hecha, yque si "comienza" uno de estos das de lo cual estnrmemente seguros y el poder cae en sus manos,

    pasado maana "ser instaurado el comunismo". Porconsiguiente, si no se puede hacer eso en el acto, noson comunistas.

    "Que ingenuidad pueril presentar la propia im-paciencia como argumento terico!" (F. Engels. Elprograma de los emigrados blanquistas de la Comuna, delperidico socialdemcrata alemn Der Volksstaat3,1874, nm. 73, incluido en la recopilacinArtculos de1871-1875, traduccin rusa, Petrogrado, 1919, pgs.52-53).

    Engels expresa en ese mismo artculo su profundorespeto por Vaillant y habla del "mrito incontestable"de ste (que fue, como Guesde, uno de los jefes msdestacados del socialismo internacional antes de sutraicin al socialismo en agosto de 1914). Pero Engelsno deja de analizar con todo detalle el error manies-to. Est claro que a los revolucionarios muy jvenes

    e inexpertos, lo mismo que a los revolucionarios pe-queoburgueses, incluso de edad muy respetable ycon gran experiencia, les parece extraordinariamente"peligroso", incomprensible y errneo "autorizar loscompromisos". Y muchos sostas (como politicastros"superexpertos" o excesivamente "experimentados")razonan del mismo modo que los jefes del oportunis-mo ingls mencionados por el camarada Lansbury: "Silos bolcheviques se permiten tal o cual compromiso,por qu no hemos de permitirnos nosotros cual-quier compromiso?" Pero los proletarios educadospor repetidas huelgas (para no considerar ms queesta manifestacin de la lucha de clases) asimilan de

    ordinario magncamente la profundsima verdad (-losca, histrica, poltica y sicolgica) enunciada porEngels. Todo proletario conoce huelgas, conoce "com-promisos" con los odiados opresores y explotadores,despus de los cuales los obreros han tenido que rein-tegrarse al trabajo sin haber logrado nada o accediendoa una satisfaccin parcial de sus reivindicaciones. Elambiente de lucha de masas y de brusco enconamien-to de los antagonismos de clase en que vive permitena cada proletario observar la diferencia existente entrecompromisos de dos tipos. De una parte, un compro-miso impuesto por condiciones objetivas (pobreza dela caja de los huelguistas, que carecen de apoyo, pa-

    decen hambre y estn extenuados hasta lo indecible),compromiso que en nada disminuye la abnegacin re-volucionaria de los obreros que lo han contrado nisu disposicin a continuar la lucha. De otra parte, uncompromiso de traidores que achacan a causas objeti-vas su vil egosmo (tambin los esquiroles conciertan"compromisos"!), su cobarda, su deseo de ganarse labuena disposicin de los capitalistas, su falta de rme-za ante las amenazas y, a veces, ante las exhortaciones,las limosnas o los halagos de los capitalistas (estos

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    compromisos de traidores abundan especialmente enla historia del movimiento obrero ingls por parte delos jefes de las tradeuniones, aunque, en una forma oen otra, casi todos los obreros de los dems pases hanpodido observar fenmenos anlogos).

    Por supuesto, se dan casos aislados difciles ycomplejos en extremo en los que slo realizando losmayores esfuerzos se logra determinar con exactitudel verdadero carcter de tal o cual "compromiso", dela misma manera que hay casos de homicidio en losque no es nada fcil decidir si ste era absolutamen-te justo e incluso obligatorio (por ejemplo, en casode legtima defensa), o bien resultado de una impru-dencia imperdonable o incluso de un plan perversoejecutado con habilidad. Es indudable que en poltica,donde se trata a veces de relaciones muy complejasnacionales e internacionales entre las clases y lospartidos, se registrarn numerosos casos mucho msdifciles que la cuestin de saber si un "compromiso"

    contrado con motivo de una huelga es legtimo o setrata de una alevosa de un esquirol, de un jefe trai-dor, etc. Es absurdo preparar una receta o una reglageneral ("ningn compromiso"!) para todos los casos.Hay que tener la cabeza sobre los hombros para saberorientarse en cada caso concreto. La importancia deposeer una organizacin de partido y jefes del mismodignos de este nombre consiste precisamente, entreotras cosas, en llegar mediante un trabajo largo, te-naz, mltiple y variado de todos los representantesde una clase determinada capaces de pensar4 a ad-quirir los conocimientos y la experiencia necesarios y,adems de los conocimientos y la experiencia, la pers-

    picacia poltica indispensable para resolver pronto ybien los problemas polticos complejos.Las personas ingenuas y totalmente inexpertas se

    guran que basta con admitir los compromisos en ge-neral para que desaparezca toda lnea divisoria entreel oportunismo contra el que sostenemos y debemossostener una lucha sin cuartel y el marxismo revolu-cionario o comunismo. Pero a esas personas, si ignoranan que todas las lneas divisorias en la naturaleza yen la sociedad son mutables y hasta cierto punto con-vencionales, se les puede ayudar slo por medio de lainstruccin, la formacin, la ilustracin y la experien-cia poltica y prctica prolongadas. En los problemas

    prcticos de la poltica de cada momento particular oespecco de la historia es importante saber distinguiraquellos en que se maniestan los compromisos de laespecie ms inadmisible, los compromisos de traicinque encarnan un oportunismo funesto para la claserevolucionaria y consagrar todos los esfuerzos a ex-plicar su sentido y a combatirlos. Durante la guerraimperialista de 1914-1918 entre dos grupos de pasesigualmente bandidescos y rapaces, el oportunismoprincipal y fundamental fue el que adopt la forma

    de socialchovinismo, es decir, el apoyo de "la defen-sa de la patria", lo cual equivala de hecho, en aquellaguerra, a defender los intereses de rapia de la bur-guesa "propia". Despus de la guerra fue la defensade la expoliadora "Sociedad de Naciones"5, la defensade las alianzas directas o indirectas con la burguesadel propio pas contra el proletariado revolucionarioy el movimiento "sovitico" y la defensa de la de-mocracia y del parlamentarismo burgueses frente al"Poder de los Soviets". Tales fueron las manifestacio-nes principales de estos compromisos inadmisibles yalevosos, que, en suma, han terminado en un oportu-nismo funesto para el proletariado revolucionario ypara su causa.

    Rechazar del modo ms categrico todo compromi-so con los dems partidos... toda poltica de manio-

    bra y conciliacin,

    dicen los izquierdistas de Alemania en el folleto deFrncfort.Es sorprendente que, con semejantes ideas, esos

    izquierdistas no condenen categricamente el bolche-vismo! Los izquierdistas alemanes no pueden ignorarque toda la historia del bolchevismo, antes y despusde la Revolucin de Octubre, est llena de casos demaniobras, de acuerdos y compromisos con otros par-tidos, incluidos los partidos burgueses!

    Hacer la guerra para derrocar a la burguesa inter-nacional una guerra cien veces ms difcil, larga ycompleja que la ms encarnizada de las guerras co-rrientes entre Estados y renunciar de antemano a

    toda maniobra, a explotar los antagonismos de in-tereses (aunque slo sean pasajeros) que dividen anuestros enemigos, renunciar a acuerdos y compro-misos con posibles aliados (aunque sean temporales,inestables, vacilantes, convencionales), no es, acaso,algo innitamente ridculo? No viene a ser eso comosi en la difcil ascensin a una montaa inexplorada,en la que nadie hubiera puesto la planta, se renuncia-se de antemano a hacer a veces zigzags, a desandar aveces lo andado, a abandonar la direccin elegida alprincipio para probar otras direcciones? Y gente taninconsciente e inexperta (y menos mal si la causa deello es la juventud, autorizada por la providencia para

    decir semejantes tonteras durante cierto tiempo) hapodido ser sostenida directa o indirectamente, fran-ca o encubiertamente, ntegra o parcialmente, pocoimporta cmo, por algunos miembros del PartidoComunista Holands!!

    Despus de triunfar la primera revolucin so-cialista del proletariado, despus de ser derrocadala burguesa en un pas, su proletariado sigue sien-do durante mucho tiempo ms dbil que la burguesa.Dbese ello, simplemente, a las inmensas relaciones

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    internacionales de sta y, adems, a la restauracin, alrenacimiento espontneo y continuo del capitalismo yde la burguesa por los pequeos productores de mer-cancas del pas donde esta ltima ha sido derrocada.Slo se puede vencer a un enemigo ms poderoso po-niendo en tensin todas las fuerzas y aprovechandoobligatoriamente con el mayor celo, minuciosidad,prudencia y habilidad la menor "grieta" entre losenemigos, toda contradiccin de intereses entre laburguesa de los distintos pases y entre los diferen-tes grupos o categoras de la burguesa en cada pas.Hay que aprovechar, asimismo, las menores posi-bilidades de lograr un aliado de masas, aunque seatemporal, vacilante, inestable, poco seguro y con-vencional. Quien no haya comprendido esto, no hacomprendido ni una palabra de marxismo ni de so-cialismo cientco, contemporneo, en general. Quienno haya demostrado en la prctica, durante un perodobastante considerable y en situaciones polticas bas-

    tante variadas, su habilidad para aplicar esta verdad,no ha aprendido an a ayudar a la clase revolucio-naria en su lucha por liberar de explotadores a todala humanidad trabajadora. Y lo dicho es aplicable porigual tanto al perodo anterior a la conquista del poderpoltico por el proletariado como alposterior.

    Nuestra teora no es un dogma, sino una gua parala accin, decan Marx y Engels.6 Y el gran error, el in-menso crimen de marxistas "patentados" como CarlosKautsky, Oo Bauer y otros consiste en no haber en-tendido esto, en no haber sabido aplicarlo en losmomentos ms importantes de la revolucin proleta-ria. "La accin poltica no es una acera de la avenida

    Nevski" (la acera limpia, ancha y lisa de la calle princi-pal de San Petersburgo, absolutamente recta), deca yaN. G. Chernyshevski,7 el gran socialista ruso del pero-do premarxista. Desde los tiempos de Chernyshevski,los revolucionarios rusos han pagado con innume-rables vctimas el desconocimiento u olvido de estaverdad. Hay que conseguir a toda costa que los comu-nistas de izquierda y los revolucionarios de EuropaOccidental y de Amrica eles a la clase obrera pa-guen menos cara que los atrasados rusos la asimilacinde esta verdad.

    Los socialdemcratas revolucionarios de Rusiaaprovecharon en repetidas ocasiones antes de la ca-

    da del zarismo los servicios de los liberales burgueses,es decir, concluyeron con ellos innumerables compro-misos prcticos. Y en 1901 y 1902, antes incluso deque naciera el bolchevismo, la antigua Redaccin deIskra (de la que formbamos parte Plejnov, Axelrod,Zaslich, Mrtov, Potrsov y yo) concert (es ciertoque no por mucho tiempo) una alianza poltica formalcon Struve, jefe poltico del liberalismo burgus, sindejar de sostener a la vez la lucha ideolgica y polticams implacable contra el liberalismo burgus y con-

    tra las ms mnimas manifestaciones de su inuenciaen el seno del movimiento obrero. Los bolcheviquesaplicaron siempre esa misma poltica. Desde 1905defendieron sistemticamente la alianza de la claseobrera con el campesinado contra la burguesa libe-ral y el zarismo, sin negarse nunca, al mismo tiempo,a apoyar a la burguesa contra el zarismo (por ejem-plo, en la segunda etapa de las elecciones o en lassegundas vueltas electorales) y sin interrumpir la lu-cha ideolgica y poltica ms intransigente contra elpartido campesino revolucionario burgus, los "so-cialistas-revolucionarios", desenmascarndolos comodemcratas pequeoburgueses que se incluan falsa-mente entre los socialistas. En 1907, los bolcheviquesconstituyeron, por poco tiempo, un bloque polticoformal con los "socialistasrevolucionarios" para laselecciones a la Duma. Con los mencheviques hemosestado formalmente durante varios aos, desde 1903hasta 1912, en un partido socialdemcrata nico, sin

    interrumpir jams la lucha ideolgica y poltica con-tra ellos como vehculos de la inuencia burguesa enel seno del proletariado y como oportunistas. Durantela guerra concertamos una especie de compromisocon los "kautskianos", los mencheviques de izquierda(Mrtov) y una parte de los "socialistas-revoluciona-rios" (Chernov, Natansn). Asistimos con ellos a lasconferencias de Zimmerwald y Kienthal8 y publica-mos maniestos conjuntos, pero jams interrumpimosni atenuamos la lucha poltica e ideolgica contra los"kautskianos", contra Mrtov y Chernov (Natansnmuri en 1919 siendo un "comunista revoluciona-rio" populista,9 muy afn a nosotros y casi solidario

    nuestro). En el momento mismo de la Revolucin deOctubre concertamos un bloque poltico, no formal,pero muy importante (y muy ecaz) con el campesina-do pequeoburgus, aceptando ntegro, sin el menorcambio, el programa agrario eserista, es decir, contra-jimos un compromiso indudable para demostrar a loscampesinos que no queramos aprovecharnos de sumayora de votos, sino llegar a un acuerdo con ellos.Al mismo tiempo, propusimos a los "eseristas de iz-quierda"10 (y poco despus lo realizamos) un bloquepoltico formal, con participacin en el gobierno, blo-que que ellos rompieron despus de la Paz de Brest,llegando en julio de 1918 a la insurreccin armada y,

    ms tarde, a la lucha armada contra nosotros.Es comprensible, por ello, que los ataques

    de los izquierdistas alemanes al Comit Centraldel Partido Comunista de Alemania por admi-tir la idea de un bloque con los "independientes"(con el "PartidoSocialdemcrata Independiente deAlemania", los autskianos) nos parezcan carentes deseriedad y veamos en ellos una demostracin evi-dente de la posicin errnea de los "izquierdistas". EnRusia haba tambin mencheviques de derecha (que

    Cuarto trimestre de 2010

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    colaboraron en el Gobierno Kerenski), equivalentes alos Scheidemann de Alemania, y mencheviques de iz-quierda (Mrtov), que se hallaban en oposicin a losmencheviques de derecha y equivalan a los kautskia-nos alemanes. En 1917 observamos con claridad quelas masas obreras se separaban paulatinamente de losmencheviques para sumarse a los bolcheviques. Enel I Congreso de los Soviets de toda Rusia, celebra-do en junio de dicho ao, tuvimos slo un 13 % delos votos. La mayora perteneci a los eseristas y a losmencheviques. En el II Congreso de los Soviets (25 deoctubre de 1917, segn el viejo calendario) tuvimosel 51 % de los sufragios. Por qu en Alemania unatendencia igual, completamente anloga, de los obre-ros a pasar de la derecha a la izquierda ha conducidoal fortalecimiento inmediato no de los comunistas,sino, al principio, del partido intermedio de los "in-dependientes", aunque este partido jams haya tenidoninguna idea poltica independiente y ninguna polti-

    ca independiente y se haya limitado a vacilar entre losScheidemann y los comunistas?Una de las causas ha sido, sin duda, la tctica

    errnea de los comunistas alemanes, los cuales de-ben reconocer ese error honradamente y sin temor yaprender a corregirlo. El error ha consistido en negar-se a participar en el Parlamento reaccionario, burgus,y en los sindicatos reaccionarios; el error ha consisti-do en mltiples manifestaciones de esa enfermedadinfantil del "izquierdismo" que se ha exteriorizadoahora y que, gracias a ello, ser curada mejor, mspronto y con mayor provecho para el organismo.

    Es evidente que el "Partido Socialdemcrata

    Independiente" alemn carece de homogeneidad:al lado de los antiguos jefes oportunistas (Kautsky,Hilferding y, por lo que se ve, en gran parte Crispien,Ledebour y otros), que han demostrado su incapacidadpara comprender la signicacin del Poder soviticoy de la dictadura del proletariado y para dirigir la lu-cha revolucionaria de este ltimo, en dicho partido seha formado y crece con rapidez singular una ala iz-quierda, proletaria. Cientos de miles de miembros deeste partido que tiene, al parecer, unos 750 000 a-liados son proletarios que se alejan de Scheidemanny caminan con rapidez hacia el comunismo. Esta alaproletaria propuso ya en el Congreso de los indepen-

    dientes, celebrado en Leipzig en 1919, la adhesininmediata e incondicional a la III Internacional. Temerun "compromiso" con dicha ala es sencillamente rid-culo. Al contrario, para los comunistas es obligatoriobuscar y encontrar una forma adecuada de compro-miso con ella, que permita, por una parte, facilitar yacelerar la fusin completa y necesaria con la mismay, por otra, que no cohba en nada a los comunistasen su lucha ideolgica y poltica contra el ala derecha,oportunista, de los "independientes". Es probable que

    no resulte fcil concebir una forma adecuada de com-promiso, pero slo un charlatn podra prometer a losobreros y a los comunistas alemanes un camino "fcil"para alcanzar la victoria.

    El capitalismo dejara de ser capitalismo si el pro-letariado "puro" no estuviese rodeado de una masaabigarradsima de elementos que personican la tran-sicin del proletario al semiproletario (el que obtienela mitad de sus medios de existencia vendiendo sufuerza de trabajo), del semiproletario al pequeo cam-pesino (y al pequeo artesano, al obrero a domicilio yal pequeo patrono en general), del pequeo campe-sino al campesino medio, etc., y si en el seno mismodel proletariado no hubiera sectores de un desarro-llo mayor o menor, divisiones de carcter territorial,profesional, a veces religioso, etc. De todo eso se de-duce la necesidad una necesidad imperiosa parala vanguardia del proletariado, para su parte cons-ciente, para el Partido Comunista de recurrir a la

    maniobra, a los acuerdos, a los compromisos con losdiversos grupos proletarios y con los diversos parti-dos de obreros y de pequeos patronos. El quid dela cuestin est en saber aplicar esta tctica para ele-var, y no para rebajar, el nivel general de concienciadel proletariado, su espritu revolucionario y su ca-pacidad de lucha y de victoria. Es preciso advertir,entre otras cosas, que la victoria de los bolcheviquessobre los mencheviques requiri, no slo antes de laRevolucin de Octubre de 1917, sino tambin despusde ella, aplicar una tctica de maniobras, acuerdos ycompromisos, aunque de tal naturaleza, claro est,que facilitaban y aceleraban la victoria de los bolche-

    viques y consolidaban y fortalecan a stos a costa delos mencheviques. Los demcratas pequeoburgue-ses (incluidos los mencheviques) vacilan de manerainevitable entre la burguesa y el proletariado, entre lademocracia burguesa y el rgimen sovitico, entre elreformismo y el revolucionarismo, entre el amor a losobreros y el miedo a la dictadura del proletariado, etc.La tctica acertada de los comunistas debe consistiren aprovechar esas vacilaciones y no, en modo alguno,en desdearlas. Y para aprovecharlas hay que hacerconcesiones a los elementos que se inclinan al prole-tariado en los casos y en la medida exacta en quelo hagan y, al mismo tiempo, luchar contra los que

    se inclinan a la burguesa. Debido a que aplicamosuna tctica acertada, el menchevismo se ha ido des-componiendo y se descompone ms y ms en nuestropas. Dicha tctica ha ido aislando a los jefes obstina-dos en el oportunismo y atrayendo a nuestro campoa los mejores obreros y a los mejores elementos de lademocracia pequeoburguesa. Es un proceso largo, ylas "soluciones" irreexivas, como "ningn compro-miso, ninguna maniobra", slo pueden dicultar elcrecimiento de la inuencia del proletariado revolu-

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    cionario y el aumento de sus fuerzas.Por ltimo, es un error indudable de los "izquier-

    distas" de Alemania su insistencia rectilnea en noreconocer el Tratado de Paz de Versalles.11 Cuantomayores son "el aplomo" y "la importancia", el tono "ca-tegrico" y sin apelacin con que formula este puntode vista, por ejemplo, K. Horner, tanto menos inteli-gente resulta. No basta con renegar de las agrantesestupideces del "bolchevismo nacional" (Laufenberg yotros), que, en las condiciones actuales de la revolu-cin proletaria internacional, ha llegado a hablar dela formacin de un bloque con la burguesa alemanapara hacer la guerra a la Entente. Debe comprender-se que es errnea por completo la tctica que niegala obligacin de la Alemania Sovitica (si surgiesepronto una repblica sovitica alemana) de reconocerpor cierto tiempo el Tratado de Versalles y someter-se a l. De esto no se deduce que los "independientes"tuvieran razn al reclamar la rma del Tratado de

    Versalles en las condiciones existentes entonces, cuandose hallaban en el gobierno los Scheidemann, cuandono haba sido derribado todava el Poder sovitico enHungra y no estaba excluida an la posibilidad deuna ayuda de la revolucin sovitica en Viena paraapoyar a la Hungra Sovitica. Entonces, los "indepen-dientes" maniobraron muy mal, pues asumieron unaresponsabilidad mayor o menor por los traidores tipoScheidemann y se apartaron ms o menos del puntode vista de la lucha de clases implacable (y reexivaen grado sumo) contra los Scheidemann para situarse"al margen" y "por encima" de las clases.

    Pero la situacin es hoy tal que los comunis-

    tas alemanes no deben atarse las manos y prometerla renuncia obligatoria e indefectible al Tratado deVersalles en caso de triunfar el comunismo. Eso se-ra una tontera. Hay que decir: los Scheidemann y loskautskianos han cometido una serie de traiciones quehan dicultado (y, en parte, hecho fracasar) la alian-za con la Rusia Sovitica y con la Hungra Sovitica.Nosotros, los comunistas, procuraremos por todos losmedios facilitar y preparar esa alianza; en cuanto a laPaz de Versalles, no estamos obligados en modo algu-no a rechazarla a toda costa y, adems, sin demora. Laposibilidad de rechazarla con ecacia depende de losxitos del movimiento sovitico no slo en Alemania,

    sino tambin a escala internacional. Este movimien-to ha sido obstaculizado por los Scheidemann y loskautskianos; nosotros lo favorecemos. Ah est el fon-do de la cuestin, la diferencia cardinal. Y si nuestrosenemigos de clase, los explotadores, y sus lacayos, losScheidemann y los kautskianos, han dejado escaparuna serie de posibilidades de fortalecer el movimientosovitico alemn e internacional y la revolucin sovi-tica alemana e internacional, la culpa es de ellos. Larevolucin sovitica en Alemania vigorizar el mo-

    vimiento sovitico internacional, que es el baluartems fuerte (y el nico seguro, invencible y de poten-cia universal) contra el Tratado de Versalles y contrael imperialismo mundial en general. Colocar sin faltaen primer plano, a toda costa y en seguida, la libera-cin del Tratado de Versalles, antes que el problema deliberar del yugo imperialista a los dems pases opri-midos por el imperialismo, es una manifestacin denacionalismo pequeoburgus (digno de los Kautsky,los Hilferding, los Oo Bauer y Ca.), pero no de in-ternacionalismo revolucionario. El derrocamiento dela burguesa en cualquiera de los grandes pases eu-ropeos, incluida Alemania, es un hecho tan favorablepara la revolucin internacional que, en aras de l, sepuede y se debe aceptar, si es necesario, una existenciams prolongada del Tratado de Versalles. Si Rusia ha po-dido resistir sola durante varios meses con provechopara la revolucin la Paz de Brest, no es ningn im-posible que la Alemania Sovitica, aliada con la Rusia

    Sovitica, pueda soportar por ms tiempo con prove-cho para la revolucin el Tratado de Versalles.Los imperialistas de Francia, Inglaterra, etc., pro-

    vocan a los comunistas alemanes, tendindolesesta trampa: "Decid que no rmaris el Tratado deVersalles". Y los comunistas "de izquierda" caen comonios en la trampa que les han tendido, en vez demaniobrar con destreza contra un enemigo prdoy, en el momento actual, ms fuerte, en vez de decirle:"Ahora rmaremos el Tratado de Versalles". Atarnoslas manos con antelacin, declarar pblicamente alenemigo, hoy mejor armado que nosotros, si vamos aluchar contra l y en qu momento, es una tontera y

    no tiene nada de revolucionario. Aceptar el combatecuando es ventajoso a todas luces para el enemigo, yno para nosotros, constituye un crimen. Y los polticosde la clase revolucionaria que no saben "maniobrar",que no saben concertar "acuerdos y compromisos" an de rehuir un combate desfavorable a ciencia cierta,no sirven para nada.

    Notas1 Lenin escribi el libro La enfermedad infantil del

    "izquierdismo" en el comunismo en vsperas del II Congreso

    de la Internacional Comunista. El trabajo principal lo efectuen abril de 1920 (el manuscrito qued terminado el 27 de dichomes); el Anexo lo escribi el 12 de mayo, cuando se estabancorrigiendo ya las galeradas. Lenin control personalmentelos plazos de composicin e impresin del libro, a n de quesu aparicin coincidiera con el comienzo del II Congreso de laComintern. El libro vio la luz el 12 de junio de 1920 y casi almismo tiempo, en julio, se edit en la Rusia Sovitica en francse ingls. La obra La enfermedad infantil del "izquierdismo" enel comunismo -cuyas tesis y conclusiones principales sirvieronde base a los acuerdos del II Congreso de la Comintern- fuedistribuida entre los delegados al congreso. Este libro ha

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    alcanzado gran difusin, habindose editado en numerosospases

    2 Blanquistas: partidarios de una corriente en el movimientosocialista francs encabezada por Luis Augusto Blanqui (1805-1881), eminente revolucionario y destacado representante delcomunismo utpico francs. Los blanquistas, como sealaraLenin, esperaban que "la humanidad se liberara de laesclavitud asalariada no por medio de la lucha de clase delproletariado, sino por medio de un complot de una pequeaminora de intelectuales". Los blanquistas, que sustituan laactividad del partido revolucionario con las acciones de unpuado de conspiradores, menospreciaban los vnculos conlas masas y no comprendan la necesidad del movimientorevolucionario de masas.

    3 Der Wolksstaat (El Estado Popular): rgano central de lasocialdemocracia alemana (partido de los eisenacheanos); sepublic en Leipzig, bajo la direccin de Guillermo Liebknecht,desde 1869 hasta 1876.

    4 Hasta en el pas ms culto, toda clase, aun la ms avanzaday con mayor orecimiento excepcional de todas sus fuerzasespirituales en virtud de las circunstancias del momento,cuenta y contar sin falta mientras las clases subsistany la sociedad sin clases no est aanzada, consolidaday desarrollada por completo sobre su propia base conrepresentantes que no piensan y que son incapaces de pensar.Si no ocurriera as, el capitalismo dejara de ser el capitalismoopresor de las masas.

    5 Sociedad de Naciones: organizacin internacional que existidurante el perodo comprendido entre la primera y la segundaguerras mundiales. Constituida en 1919, en la Conferenciade la Paz que celebraron en Pars los pases vencedores enla primera conagracin universal, empez a actuar en1920. La Carta de la S. de N. formaba parte del Tratado dePaz de Versalles de 1919, siendo rmada por 44 Estados. En1920 y 1921, la Sociedad de Naciones fue uno de los centrosorganizadores de la intervencin armada contra el Estadosovitico.

    6 Lenin recuerda un pasaje de la carta que F. Engels envia F. Sorge el 29 de noviembre de 1886. En ella, al criticar el

    carcter sectario de la labor de los socialdemcratas alemanesemigrados en Norteamrica, Engels dice que, para ellos, lateora "es un dogma y no una gua para la accin".

    7 En una resea del libro Cartas poltico-econmicas al Presidente delos Estados Unidos de Amrica, del economista norteamericanoH. Ch. Carey, N. Chernyshevski dijo: "El camino de la historiano es una acera de la Avenida Nevski; pasa plenamente porcampos ora polvorientos, ora fangosos, ora por pantanos, orapor bosques espesos. Quien tema cubrirse de polvo y mancharlas botas, que no se dedique a la actividad social"

    8 Se alude a las conferencias socialistas internacionales deZimmerwald y Kienthal (Suiza).

    La Conferencia de Zimmerwald, o Primera Conferencia SocialistaInternacional, se celebr del 5 al 8 de septiembre de 1915.

    La Conferencia de Kienthal, o Segunda Conferencia Socialista, secelebr en la localidad de Kienthal (Suiza) del 24 al 30 de abrilde 1916.

    Las conferencias de Zimmerwald y Kienthal contribuyeron aagrupar, sobre la base ideolgica del marxismo-leninismo, a los

    elementos de izquierda de la socialdemocracia internacional.Ms tarde, estos elementos desempearon un papel activo enla lucha orientada a formar partidos comunistas en sus pasesrespectivos y fundar la III Internacional, la InternacionalComunista.

    9 "Comunistas revolucionarios": grupo que se separ de loseseristas de izquierda despus del levantamiento organizadopor dicho partido en julio de 1918. En septiembre de1918, el grupo form el llamado Partido del ComunismoRevolucionario, que se manifest en pro de la colaboracincon el PC(b) de Rusia y declar que apoyara el Podersovitico. Aun reconociendo que el Poder de los Soviets creabalas premisas necesarias para establecer el rgimen socialista,los "comunistas revolucionarios" negaban la necesidad dela dictadura del proletariado en el perodo de transicindel capitalismo al socialismo. Cuando el II Congreso de laComintern acord que en cada pas deba haber un soloPartido Comunista, el Partido del Comunismo Revolucionariodecidi, en septiembre de 1920, ingresar en el PC(b) de Rusia.

    10 "Eseristas de izquierda": partido de los socialistas-revolucionarios de izquierda; tom forma orgnica en su ICongreso de toda Rusia, celebrado del 19 al 28 de noviembre(2-11 de diciembre) de 1917. Con anterioridad, estossocialistas-revolucionarios constituyeron el ala izquierda

    del partido eserista. En el II Congreso de los Soviets de todaRusia, los eseristas de izquierda votaron con los bolcheviquesal decidirse los problemas ms importantes que guraban enel orden del da; sin embargo, rechazaron la propuesta de los

    bolcheviques de que colaborasen en el Gobierno sovitico.Tras largas vacilaciones, y movidos por el deseo de conservarsu inuencia entre los campesinos, los eseristas de izquierdaaccedieron a colaborar con los bolcheviques y formaron partede varios organismos colegiados de los comisariados delpueblo. A pesar de haber aceptado la colaboracin con los

    bolcheviques, los eseristas de izquierda discrepaban de ellosen cuestiones cardinales de la edicacin del socialismo yrechazaban la dictadura del proletariado. En enero y febrerode 1918, el CC de los eseristas de izquierda emprendi la luchacontra la conclusin del Tratado de Paz de Brest-Litovsk, ycuando ste fue rmado y raticado por el IV Congreso de

    los Soviets (marzo de 1918), abandonaron el Consejo deComisarios del Pueblo, pero siguieron formando parte delos organismos colegiados de los comisariados del puebloy de los rganos locales de poder. A medida que avanzabala revolucin socialista en el campo, entre los eseristas deizquierda fueron acentundose las tendencias antisoviticas.En julio de 1918, el CC de los eseristas de izquierda organizen Mosc el asesinato del embajador alemn -con el propsitode provocar una guerra entre la Rusia Sovitica y Alemania- y,al mismo tiempo, un levantamiento armado contra el Podersovitico. Con este motivo, el V Congreso de los Soviets detoda Rusia, una vez sofocado el motn, acord expulsar delos Soviets a los eseristas de izquierda que compartan lasopiniones de su camarilla dirigente.

    11 Tratado de Paz de Versalles: tratado imperialista que la Ententeimpuso a Alemania, derrotada en la primera guerra mundial

    (1914-1918). Fue rmado el 28 de junio de 1919 en Versalles.

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    Las tareas del Partido Comunista de China

    en el periodo de la resistencia al Japn1

    Mao Tse-tung

    1.Debido a que la contradiccin entre China y elJapn ha pasado a ser la principal y a que lascontradicciones internas de China han quedado re-

    legadas a un plano secundario y subordinado, en lasrelaciones de China con el exterior y en las relacionesde clase dentro del pas se han producido cambios,que inauguran una nueva etapa de desarrollo de la si-tuacin actual.

    2. Hace mucho que China vive dos contradiccionesagudas y fundamentales: la contradiccin entre ella yel imperialismo y la contradiccin entre el feudalismoy las grandes masas populares. En 1927, la burgue-sa, representada por el Kuomintang, traicion a larevolucin y vendi los intereses nacionales al impe-rialismo, creando as una situacin caracterizada porun agudo antagonismo entre el Poder obrero-campe-

    sino y el Poder kuomintanista y por el hecho de que elPartido Comunista de China tuvo que asumir l solola tarea de llevar adelante la revolucin nacional ydemocrtica.

    3. Desde el Incidente del 18 de Septiembre de 1931,y especialmente a partir de los acontecimientos delNorte de China en 1935,2 esas contradicciones han ex-perimentado los siguientes cambios:a) De las contradicciones entre China y las potencias

    imperialistas en general, la contradiccin entreChina y el imperialismo japons se ha acentuadoy agudizado sobremanera. Este imperialismo si-gue una poltica de conquista total de China. En

    consecuencia, las contradicciones entre China yalgunas otras potencias imperialistas han sido re-legadas a segundo plano, mientras la grieta entredichas potencias y el imperialismo japons se haampliado. Por lo tanto, se plantea ante el PartidoComunista de China y el pueblo chino la tarea deligar el frente nico nacional antijapons con elfrente mundial de la paz. En otras palabras, Chinano slo debe unirse con la Unin Sovitica, queha sido siempre amiga el del pueblo chino, sino

    tambin, en la medida de lo posible, establecerrelaciones de lucha conjunta contra el imperia-lismo japons con aquellos pases imperialistasque en el presente estn dispuestos a mantener lapaz y se opongan a nuevas guerras de agresin.Nuestro frente nico debe tener como objetivo re-sistir al Japn, y no oponerse a todas las potenciasimperialistas a la vez.

    b) La contradiccin entre China y el Japn ha con-ducido a la modicacin de las relaciones de claseen el pas y ha planteado ante la burguesa e in-cluso ante los caudillos militares la cuestin de supropia supervivencia, de manera que en su seno ydentro de sus partidos se ha iniciado un procesode cambio gradual de actitud poltica. Esto plan-tea al Partido Comunista de China y al pueblochino la tarea de formar un frente nico nacio-nal antijapons. Nuestro frente nico incluir a laburguesa y a todos aquellos que estn en favorde la defensa de la patria, y encarnar la unidadnacional contra el enemigo extranjero. Esta tarea

    debe y puede ser cumplida.c) La contradiccin entre China y el Japn ha hechocambiar la situacin en que se encontraban lasgrandes masas populares de todo el pas (el pro-letariado, el campesinado y la pequea burguesaurbana) y ha originado modicaciones en la pol-tica del Partido Comunista. La lucha del pueblopor la salvacin nacional ha cobrado mayor am-plitud. El Partido Comunista ha desarrollado lapoltica que adopt despus del Incidente del 18de Septiembre, consistente en concluir acuerdos,bajo tres condiciones (cesar los ataques contra lasbases de apoyo revolucionarias, garantizar las li-

    bertades y derechos del pueblo y armar al pueblo),con los sectores del Kuomintang que estuvierandispuestos a cooperar con nosotros para resistiral Japn, y la ha transformado en la poltica defrente nico antijapons de toda la nacin. De estose han derivado, entre otras, las siguientes medi-das de nuestro partido: en 1935, la declaracin deagosto3 y la resolucin de diciembre;4 en mayode 1936, el abandono de la consigna de "AbajoChiang Kai-shek!";5 en agosto, la carta dirigida al

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    Kuomintang;6 en septiembre, la resolucin sobrela repblica democrtica;7 en diciembre, la insis-tencia en un arreglo pacco del Incidente de San,y, en febrero de 1937, el telegrama dirigido a la Sesin Plenaria del Comit Ejecutivo Central delKuomintang.8

    d) La contradiccin entre China y el Japn tambinha producido cambios en lo que se reere a losregmenes instaurados por los caudillos militareschinos y a las guerras intestinas entre ellos, fen-menos engendrados por la poltica imperialista deesferas de inuencia y por las condiciones econ-micas semicoloniales de China. El imperialismojapons estimula tales regmenes y guerras intes-tinas, con el propsito de facilitar su dominacinexclusiva sobre China. Algunas otras potenciasimperialistas, en aras de sus propios intereses,favorecen temporalmente la unidad y la paz deChina. Por su parte, el Partido Comunista de

    China y el pueblo chino se esfuerzan al mximopara poner n a las guerras civiles y a las divisio-nes y conseguir la paz y la unidad.

    e) Con su desarrollo, la contradiccin nacional entreChina y el Japn ha superado en peso poltico re-lativo a las contradicciones entre las clases y entrelos grupos polticos dentro del pas, relegndolasa un plano secundario y subordinado. Pero estascontradicciones continan existiendo, y en modoalguno han disminuido o desaparecido; lo mis-mo ocurre con las contradicciones entre China ylas potencias imperialistas excepto el Japn. Enconsecuencia, se plantea al Partido Comunista de

    China y al pueblo chino la siguiente tarea: efec-tuar, de acuerdo con la tarea general de unidadpara resistir al Japn, los ajustes apropiados res-pecto a las contradicciones internas y externasque hoy puedan y deban ser ajustadas. De ah lapoltica del Partido Comunista de China, que exi-ge paz y unidad internas, democracia, mejorescondiciones de vida para el pueblo y negociacio-nes con los pases que se opongan al Japn.

    4. La primera etapa del nuevo perodo de la re-volucin china, iniciada el 9 de diciembre de 1935,termin en febrero de 1937, cuando el Comit Ejecutivo

    Central del Kuomintang celebr su Sesin Plenaria.Durante esa etapa, los acontecimientos ms importan-tes fueron: el movimiento por la salvacin nacional enlos medios estudiantiles, culturales y periodsticos;la entrada del Ejrcito Rojo en el Noroeste; la laborde propaganda y de organizacin efectuada por elPartido Comunista en relacin a su poltica de frentenico nacional antijapons; las huelgas antijaponesasen Shanghai y Chingtao;9 la tendencia de Inglaterra aseguir una poltica relativamente dura con respecto al

    Japn;10 el Incidente de Kuangtung-Kuangs;11 la re-sistencia de Suiyun y el movimiento en su apoyo; 12la actitud relativamente rme de Nankn en las ne-gociaciones chino-japonesas;13 el Incidente de San y,nalmente, la Sesin Plenaria del Comit EjecutivoCentral del Kuomintang, celebrada en Nankn.14Todos estos acontecimientos gravitaron alrededor dela contradiccin fundamental, el antagonismo entreChina y el Japn, y, directamente, en torno a la nece-sidad histrica de establecer un frente nico nacionalantijapons. La tarea fundamental de la revolucinen esa etapa consista en luchar por la paz en el pas,poner trmino a los conictos armados internos, conel n de lograr la unidad para resistir conjuntamen-te al Japn. En esa etapa, el Partido Comunista lanzel llamamiento: "Poner n a la guerra civil y unirsepara resistir al Japn!", llamamiento que se ha hechorealidad en lo fundamental, crendose as la primeracondicin para la efectiva formacin de un frente ni-

    co nacional antijapons.5. Debido a la presencia del grupo projapons ensus las, el Kuomintang no introdujo ningn cambiontido y radical en su poltica ni solucion concreta-mente ningn problema en la Sesin Plenaria desu Comit Ejecutivo Central. Pero, gracias a la presindel pueblo y a los cambios ocurridos en su propio in-terior, el Kuomintang se vio constreido a comenzara modicar su errnea poltica de los ltimos diezaos, es decir, su poltica de guerra civil, de dictadu-ra y de no resistencia al Japn, para orientarse haciala paz, la democracia y la resistencia al Japn, y acomenzar a aceptar la poltica de frente nico nacio-

    nal antijapons. Este cambio inicial se manifest enla Sesin Plenaria del Comit Ejecutivo Centraldel Kuomintang. De ahora en adelante, debe exigir-se al Kuomintang un cambio completo de su poltica.Para ello, nosotros y todo el pueblo tenemos que de-sarrollar an ms ampliamente el movimiento por laresistencia al Japn y la democracia; criticar, espoleary presionar an ms al Kuomintang; unirnos con susmilitantes que se pronuncien por la paz, la democraciay la resistencia al Japn; hacer avanzar a sus elemen-tos vacilantes e indecisos y descartar a los elementosprojaponeses.

    6. Actualmente vivimos la segunda etapa del nue-

    vo perodo. Tanto la anterior corno la presente sonetapas de transicin hacia la resistencia armada en es-cala nacional contra el Japn. Si la tarea de la etapaanterior consista principalmente en luchar por la paz,la de la presente es, ante todo, luchar por la demo-cracia. Hay que comprender que as como sin la pazinterna no es posible establecer un autntico y slidofrente nico nacional antijapons, tampoco es posiblehacerlo sin la democracia dentro del pas. Por eso, enla actual etapa de desarrollo, la lucha por la democra-

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    cia constituye el eslabn central en la cadena de lastareas de la revolucin. Si no vemos con claridad laimportancia de la lucha por la democracia y si debili-tamos nuestros esfuerzos en esta lucha, no lograremosestablecer un autntico y slido frente nico nacionalantijapons.

    L

    7. El imperialismo japons est intensicando suspreparativos para invadir la parte de China situada alSur de la Gran Muralla. De concierto con los intensospreparativos de Hitler y Mussolini para una guerrade rapia en Occidente, el Japn, en Oriente, estconcentrando todos sus esfuerzos en la preparacin,conforme a un plan bien denido, de condiciones que

    le permitan acabar con China de un solo golpe: estcreando condiciones militares, polticas, econmicase ideolgicas en su propio pas y condiciones diplo-mticas en el plano internacional, y sustentando a lasfuerzas projaponesas en China. Su propaganda acercade "colaboracin chinojaponesa" y la suavizacin deciertas medidas diplomticas obedecen precisamentea las necesidades tcticas de su poltica de agresin envsperas de la guerra. China se aproxima ahora a unmomento crtico en que ha de decidir su subsistenciao extincin, y debemos apresurar al mximo los pre-parativos para resistir al Japn y salvar a la nacin. Deningn modo estamos en contra de los preparativos;

    a lo que nos oponemos es a la teora de la preparacinprolongada, as como a la indolencia y vida frvola delos funcionarios civiles y militares, de funestas conse-cuencias para la nacin. Todas estas cosas, de hecho,ayudan al enemigo y hay que terminar con ellas lo an-tes posible.

    8. Los preparativos para la defensa nacional enlos terrenos poltico, militar, econmico y educacio-nal son condiciones necesarias para resistir al Japn ysalvar a la nacin, y ninguno de ellos puede ser pos-tergado ni por un solo instante. Pero la clave para lavictoria de la guerra de resistencia es la conquista dela democracia y la libertad en el terreno poltico. La

    guerra de resistencia requiere la paz y la unidad entodo el pas, pero sin democracia y libertad, es impo-sible consolidar la paz ya conquistada ni fortalecer launidad interna. La guerra de resistencia requiere lamovilizacin del pueblo, pero sin democracia y liber-tad no hay manera de movilizarlo. A menos que seconsoliden la paz y la unidad y se movilice al pueblo,nuestra guerra de resistencia correr la misma suerteque la de Abisinia. Este pas fue vencido principal-mente porque su rgimen feudal era incapaz de lograr

    una slida unidad interna y despertar la iniciativa delpueblo. Sin democracia ser imposible forjar en Chinaun autntico y slido frente nico nacional antijapo-ns ni cumplir sus tareas.

    9. China debe iniciar inmediatamente reformasdemocrticas en dos aspectos. Primero, en lo referen-te al sistema poltico, hay que sustituir la dictadurareaccionaria kuomintanista de un solo partido y unasola clase por un rgimen democrtico basado en lacooperacin de diferentes partidos y clases. A esterespecto, debe comenzarse por cambiar los proce-dimientos antidemocrticos para las elecciones a laasamblea nacional y su convocatoria, celebrar elec-ciones democrticas y asegurar a esta asamblealibertad en sus reuniones; y luego elaborar una cons-titucin verdaderamente democrtica, convocar unparlamento verdaderamente democrtico, elegirun gobierno verdaderamente democrtico y apli-car una poltica verdaderamente democrtica. Slo

    as se podr consolidar efectivamente la paz inter-na, poner n a los conictos armados en el pas yreforzar la unidad interior, de manera que toda lanacin resista unida al enemigo extranjero. Puedeocurrir que el imperialismo japons nos ataque an-tes de que hayamos dado cima a estas reformas.Por eso, con el n de estar en condiciones de resis-tir en cualquier momento los ataques del Japn yvencerlo completamente, debemos proceder sin di-lacin a las reformas y prepararnos para cumplirlasplenamente en el curso de la guerra de resistencia.Todo el pueblo chino y los patriotas dentro de losdiferentes partidos deben abandonar su indiferen-

    cia respecto a la cuestin de una asamblea nacionaly de una constitucin, y concentrar concretamentesus esfuerzos en el movimiento en pro de una asam-blea nacional y una constitucin, movimiento quees importante para la defensa nacional; deben cri-ticar con severidad al Kuomintang, el partido en elPoder, impulsarla y presionarlo para que renunciea su dictadura de un solo partido y una sola clase yacte de acuerdo con las opiniones del pueblo. Enlos meses restantes de este ao, es preciso promoveren todo el pas un vasto movimiento democrti-co, cuyo objetivo inmediato debe ser una asambleanacional y una constitucin completamente demo-

    crticas. Segundo: el problema de las libertades deexpresin, de reunin y de asociacin para el pueblo.Sin tales libertades, ser imposible poner en prcti-ca las reformas democrticas en el sistema poltico,movilizar al pueblo para que participe en la guerrade resistencia y obtener la victoria en la defensa dela patria y en la reconquista del territorio perdido.En los prximos meses, el movimiento democrticode todo el pueblo debe esforzarse por lograr siquie-ra un mnimo de las mencionadas libertades, entre

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    otras cosas, la liberacin de los presos polticos y ellevantamiento de la prohibicin de los partidos pol-ticos. La reforma democrtica del sistema poltico ylas libertades y derechos para el pueblo constituyenparte importante del programa del frente nico na-cional antijapons; son al mismo tiempo condicionesindispensables para el establecimiento de un autnti-co y slido frente nico nacional antijapons.

    10. Nuestros enemigos los imperialistas japo-neses, los colaboracionistas chinos, los elementosprojaponeses y los trotskistas vienen haciendo todocuanto pueden para torpedear cada paso que se da enfavor de la paz y la unidad, la democracia y la liber-tad en China y la resistencia al Japn. En el pasado,cuando nos esforzbamos por la paz y la unidad, elloshacan todo lo posible para fomentar la guerra civily la divisin. En el presente y en el futuro prximo,cuando dedicamos nuestros esfuerzos a la lucha porla democracia y la libertad, no dejarn de llevar ade-

    lante su labor de zapa. Su objetivo general es impedirque cumplamos con xito nuestra tarea de resisten-cia armada en defensa de la patria, y realizar su planagresivo de acabar con China. En lo sucesivo, en nues-tra lucha por la democracia y la libertad debemos noslo esforzarnos en la labor de propaganda, agita-cin y crtica respecto a los elementos recalcitrantesdel Kuomintang y a los elementos atrasados dentrodel pueblo, sino tambin desenmascarar al mximo ycombatir resueltamente las intrigas de los imperialis-tas japoneses, as como de los elementos projaponesesy de los trotskistas, que les sirven de lacayos en suagresin contra China.

    11. En inters de la paz interna, la democracia y laguerra de resistencia, y con miras a establecer el frentenico nacional antijapons, el Partido Comunista deChina, en su telegrama dirigido a la III Sesin Plenariadel Comit Ejecutivo Central del Kuomintang, contra-jo los siguientes cuatro compromisos:1) Cambiar el nombre del Gobierno de la base de

    apoyo revolucionaria de Shens-Kans-Ningsia,que dirige el Partido Comunista de China,por el de Gobierno de la Regin Especial de laRepblica de China, y cambiar el nombre delEjrcito Rojo hacindolo formar parte del EjrcitoRevolucionario Nacional, de modo que dicho

    Gobierno y dicho Ejrcito queden dentro de la ju-risdiccin del Gobierno Central de Nankn y de suConsejo Militar, respectivamente;

    2) Aplicar un cabal sistema democrtico en el terri-torio administrado por el Gobierno de la ReginEspecial;

    3) Suspender la poltica de derribar al Kuomintangpor la fuerza de las armas, y

    4) Suspender la conscacin de las tierras de losterratenientes.

    Estos compromisos son tan necesarios comopermisibles. Slo as ser posible cambiar la situa-cin caracterizada por el antagonismo entre los dosPoderes dentro del pas y alcanzar la unidad para laaccin comn contra el enemigo, en consonancia conlos cambios operados en el peso poltico relativo de lascontradicciones externas e internas del pas. Estas sonconcesiones permitidas por los principios y sujetas adeterminadas condiciones, concesiones hechas a cam-bio de lo que necesita toda la nacin: la paz interna,la democracia y la guerra de resistencia. Sin embargo,esas concesiones tienen lmites. Preservar la direccindel Partido Comunista sobre la Regin Especial y so-bre el Ejrcito Rojo y mantener la independencia y lalibertad de crtica del partido en sus relaciones con elKuomintang tales son los lmites, que no se permitetraspasar. A ambas partes corresponde hacer conce-siones: el Kuomintang renuncia a su poltica de guerracivil, dictadura y no resistencia al enemigo exterior,

    y el Partido Comunista, a su poltica seguida bajo elantagonismo entre los dos Poderes. Al precio de nues-tras concesiones obtenemos las del Kuomintang, yreanudarnos la cooperacin con l para luchar por lasalvacin nacional. Calicar esto de capitulacin delPartido Comunista no sera sino "A-Q-ism"15 o unaprda calumnia.

    l2. Est de acuerdo el Partido Comunista con los TresPrincipios del Pueblo? Respondemos que s.16 EstosPrincipios han sufrido cambios en el curso de su his-toria. Los Tres Principios del Pueblo revolucionariosdel Dr. Sun Yat-sen, al ser llevados decididamen-te a la prctica por l en cooperacin con el Partido

    Comunista, se granjearon la conanza del pueblo yllegaron a ser la victoriosa bandera de la revolucinde 1924-1927. En 1927, sin embargo, el Kuomintangse volvi contra el Partido Comunista (la "depu-racin del partido"17 y la guerra anticomunista) yadopt una poltica opuesta, llevando as la revolu-cin a la derrota y poniendo en peligro a la nacin;en consecuencia, el pueblo perdi la conanza en losTres Principios del Pueblo. En la actualidad, cuan-do la nacin se debate en una gravsima crisis y elKuomintang ya no puede seguir gobernando talcomo antes, todo el pueblo chino y los elementos pa-triotas dentro del Kuomintang exigen con urgencia

    una nueva cooperacin entre los dos partidos. Porconsiguiente, corresponde enteramente a las necesi-dades histricas de la revolucin china hacer revivirel espritu de los Tres Principios del Pueblo, reanudarentre los dos partidos la cooperacin basada, en loexterno, sobre el Principio del Nacionalismo o luchapor la independencia y la liberacin nacionales y, enlo interno, sobre el Principio de la Democracia o con-quista de la democracia y la libertad, y el Principio dela Vida del Pueblo o fomento del bienestar del pue-

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    blo, y conducir al pueblo a que lleve resueltamentea la prctica estos Principios. Es preciso que esto locomprenda claramente cada unode los miembros denuestro partido. Los comunistas jams renunciarna su ideal de socialismo y comunismo; pasando porla etapa de la revolucin democrtico-burguesa, al-canzarn la etapa del socialismo y la del comunismo.EL Partido Comunista de China tiene su propio pro-grama poltico y econmico. Su programa mximoes el socialismo y el comunismo, cosa distinta de losTres Principios del Pueblo. Incluso su programa parael perodo de la revolucin democrtica es ms radi-cal que el de ningn otro partido de China. Pero elprograma del Partido Comunista para la revolucindemocrtica no est reido, en lo fundamental, conel de los Tres Principios del Pueblo, proclamado porel I Congreso Nacional del Kuomintang. Por lo tan-to, lejos de rechazar los Tres Principios del Pueblo,estamos dispuestos a realizarlos con decisin; ms

    an, exigimos al Kuomintang que los ponga en ejecu-cin junto con nosotros y llamamos a todo el puebloa llevarlos a la prctica. Sostenemos que el PartidoComunista, el Kuomintang y el pueblo de todo el pasdeben unirse en una lucha comn por tres grandesobjetivos: la independencia nacional, la democracia yla libertad, y el bienestar del pueblo.

    13. Era errnea nuestra anterior consigna de rep-blica democrtica de obreros y campesinos? No, no loera. Puesto que la burguesa, y sobre todo la granburguesa, se retir de la revolucin, se entreg al im-perialismo y a las fuerzas feudales y se convirti enenemiga del pueblo, quedaron como fuerza motriz de

    la revolucin nicamente el proletariado, el campesi-nado y la pequea burguesa urbana, y como partidorevolucionario, slo el Partido Comunista; la respon-sabilidad de organizar la revolucin recay por fuerzasobre los hombros del Partido Comunista, el nicopartido revolucionario del pas. Solamente el PartidoComunista continu manteniendo en alto la banderade la revolucin, conserv las tradiciones revolucio-narias, lanz la consigna de repblica democrtica deobreros y campesinos y, para hacerla realidad, sostuvouna lucha ardua durante muchos aos. Esta consignano iba en contra de la tarea de la revolucin demo-crtico-burguesa, sino que, al contrario, signicaba

    cumplirla resueltamente. En ninguno de sus aspectos,la poltica que seguamos en nuestra lucha prcticadiscrepaba de esta tarea. Nuestra poltica, que pre-vea, entre otras cosas, la conscacin de las tierras delos terratenientes y la implantacin de la jornada deocho horas, de ninguna manera traspasaba los marcosde la propiedad privada capitalista y en modo algunosignicaba llevar a la prctica el socialismo. Cul serla composicin de la nueva repblica democrtica? La in-tegrarn el proletariado, el campesinado, la pequea

    burguesa urbana, la burguesa y todos los indivi-duos que en el pas estn en favor de la revolucinnacional y democrtica; ella ser una alianza de estasclases en la revolucin nacional y democrtica. El ras-go distintivo aqu es la inclusin de la burguesa; estoobedece a que, en las circunstancias actuales, cabe laposibilidad de que la burguesa coopere nuevamen-te con nosotros y participe en la resistencia al Japn;por lo tanto, el partido del proletariado no debe re-chazarla, sino acogerla y reanudar la alianza con ellapara la lucha comn, a n de favorecer el avance dela revolucin china. Con miras a poner trmino a losconictos armados internos, el Partido Comunistaest dispuesto a suspender su poltica de conscacinviolenta de las tierras de los terratenientes y a solu-cionar el problema de la tierra por la va legislativa ypor otros medios apropiados en el curso de la cons-truccin de la nueva repblica democrtica. El primerproblema por resolver es si la tierra de China ser de

    los japoneses o de los chinos. Puesto que la solucindel problema de la tierra para los campesinos tienecomo premisa la defensa de China, es absolutamentenecesario pasar de la conscacin violenta a mtodosnuevos y apropiados.

    As como en el pasado fue correcto lanzar la consig-na de repblica democrtica de obreros y campesinos,tambin ahora es correcto renunciar a ella.

    14. A n de crear un frente nico nacional para lu-char juntos contra el enemigo, es menester resolver enforma apropiada ciertas contradicciones internas conarreglo al principio de que la solucin debe contribuiral fortalecimiento y ampliacin del frente nico nacio-

    nal antijapons y no a debilitarlo ni reducirlo. En laetapa de la revolucin democrtica, son inevitables lascontradicciones y luchas entre las clases, los partidosy los grupos polticos del pas, pero es posible y nece-sario poner trmino a las luchas desfavorables para launidad y la resistencia al Japn (la guerra civil, la hos-tilidad entre los partidos, el separatismo provincial,la opresin poltica y econmica feudal, por un lado,y, por el otro, la poltica insurreccional y las reivin-dicaciones econmicas excesivas que perjudiquen laresistencia al Japn, etc.) y continuar las luchas bene-ciosas para la unidad y la resistencia al Japn (por lalibertad de crtica, por la independencia de los parti-

    dos y por el mejoramiento de las condiciones polticasy econmicas del pueblo, etc.).

    15. De acuerdo con la tarea general de la lucha porun frentenico nacional antijapons y por una

    repblica democrtica unicada, las tareas delEjrcito Rojo y de la base de apoyo antijaponesa son

    las siguientes:1) Para adaptarse a las circunstancias de la guerra

    de resistencia contra el Japn, el Ejrcito Rojodebe reorganizarse inmediatamente como unida-

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    des del Ejrcito Revolucionario Nacional, y debeelevar an ms el nivel de su preparacin militar,poltica y cultural con el objeto de llegar a ser unejrcito modelo en esta guerra.

    2) Nuestra base de apoyo debe convertirse en unaparte integrante del Estado en su conjunto, apli-car un sistema democrtico correspondiente a lasnuevas condiciones, reorganizar sus fuerzas depreservacin del orden y eliminar a los colabo-racionistas y saboteadores, y as llegar a ser unaregin modelo en la resistencia al Japn y en elejercicio de la democracia.

    3) En esta regin, hay que llevar adelante la cons-truccin econmica indispensable y mejorar lascondiciones de vida del pueblo.

    4) Es preciso realizar la construccin culturalindispensable.

    16. La burguesa china, que en determinadas cir-

    cunstancias histricas puede participar en la luchacontra el imperialismo y el feudalismo, vacila y clau-dica en otras debido a su debilidad econmica ypoltica. Esta es una ley ya conrmada en la historiade China. De tal manera, por veredicto de la historia,la tarea de la revolucin democrtico-burguesa anti-imperialista y antifeudal no puede cumplirse bajo ladireccin de la burguesa sino nicamente bajo la delproletariado. Adems, slo poniendo en pleno juegodentro de la revolucin democrtica la perseverancia

    y la consecuencia del proletariado, se podr superarla vacilacin y la inconsecuencia inherentes a la bur-guesa y prevenir el aborto de la revolucin. Debe elproletariado seguir a la burguesa, o sta al proletariado?Este problema, el de a quin atae la responsabilidadde dirigir la revolucin china, es la clave de la cualdepende el triunfo o fracaso de sta. La experienciade los aos 1924-1927 muestra cmo la revolucinavanzaba cuando la burguesa segua la direccinpoltica del proletariado, y cmo fracas cuando,en lo poltico, el proletariado se convirti en cola dela burguesa, de lo cual fue responsable el PartidoComunista18. No debemos tolerar que se repita este

    hecho de la historia. En las actuales circunstancias,sin la direccin poltica del proletariado y su parti-do no ser posible establecer el frente nico nacionalantijapons, ni alcanzar los objetivos de paz interna,democracia y resistencia armada, ni defender a la pa-tria, ni fundar una repblica democrtica unicada.Hoy, la burguesa, representada por el Kuomintang,an se muestra muy pasiva y conservadora, y prue-ba de ello es su prolongada vacilacin en aceptar elfrente nico nacional antijapons, propuesto por el

    Partido Comunista. Por eso es tanto mayor la res-ponsabilidad del proletariado y su partido de ejercerla direccin poltica. Es un deber inalienable y unaresponsabilidad ineludible del Partido Comunistaasumir las funciones de estado mayor general en laguerra de resistencia contra el Japn para salvar a lanacin.

    17. Cmo ejerce el proletariado, a travs de su partido,la direccin poltica sobre todas las dems clases revolu-cionarias del pas? En primer lugar, plantea consignaspolticas fundamentales que correspondan al cursodel desarrollo histrico, y, para convertirlas en rea-lidad, lanza consignas de accin para cada etapa dedesarrollo, as como para cada acontecimiento im-portante. Hemos formulado, por ejemplo, consignasfundamentales como la de "Frente nico nacionalantijapons" y la de "Repblica democrtica unica-da", y hemos formulando tambin las consignas de"Poner n a la guerra civil", "Luchar por la democra-

    cia" y "Resistir al Japn", como objetivos concretospara la accin comn de toda la nacin. Sin objetivosconcretos como stos, no puede haber direccin po-ltica. En segundo lugar, cuando todo el pas entraen accin en pos de estos objetivos, el proletariadoy en especial su vanguardia, el Partido Comunista,deben dar el ejemplo en la realizacin de dichosobjetivos mostrando su ilimitado entusiasmo y de-vocin. En la lucha por el cumplimiento de todas lastareas del frente nico nacional antijapons y de larepblica democrtica, los comunistas deben ser losms perspicaces, los ms dispuestos a sacricarse,los ms rmes y los ms capaces de apreciar las si-

    tuaciones sin ideas preconcebidas; y deben apoyarseen la mayora de las masas y conquistar su apoyo.En tercer lugar, cindose al principio de no renun-ciar jams a los objetivos polticos que se ha jado,el Partido Comunista debe establecer relacionesapropiadas con sus aliados, y desarrollar y consoli-dar su alianza con ellos. En cuarto lugar, el PartidoComunista debe engrosar sus las y mantener suunidad ideolgica y su rigurosa disciplina. El PartidoComunista ejerce su direccin poltica sobre todo elpueblo precisamente por medio del cumplimientode todas estas condiciones. Ellas constituyen la baseque garantiza nuestra direccin poltica y asegura el

    triunfo completo de la revolucin impidiendo questa sea socavada por el carcter vacilante de nues-tros aliados.

    18. Una vez lograda la paz interna y establecidala cooperacin entre los dos partidos, deben intro-ducirse modicaciones en las formas de lucha, deorganizacin y de trabajo que en el pasado adoptamosguindonos por la lnea seguida bajo el antagonismoentre los dos Poderes. Esos cambios consisten prin-cipalmente en pasar de las formas militares a las

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    paccas, y de las formas ilegales a las legales. Dichoscambios no sern fciles de realizar y debemos apren-der de nuevo. Dar a los cuadros una nueva formacinconstituir un eslabn clave.

    19. Muchos camaradas han preguntado por la na-turaleza de la repblica democrtica y su porvenir.Nuestra respuesta es la siguiente: en cuanto a su na-turaleza de clase, se trata de una alianza de todas lasclases revolucionarias, y respecto a su porvenir, puedeser que avance hacia el socialismo. Nuestra repblicademocrtica ser establecida en el curso del cumpli-miento de las tareas de la resistencia armada nacional,bajo la direccin del proletariado y en la nueva situa-cin internacional (con el socialismo victorioso en laUnin Sovitica y en vsperas de un nuevo perodode la revolucin mundial). Por lo tanto, aunque so-cial y econmicamente no pasar de ser un Estadode carcter democrtico-burgus, en trminos polti-cos concretos, tendr que ser un Estado basado en la

    alianza de la clase obrera, el campesinado, la pequeaburguesa y la burguesa, y en esto se distinguir delas repblicas burguesas en general. Por eso, en lo quese reere a su porvenir, si bien es posible que tomeun rumbo capitalista, existe tambin la posibilidad deque se dirija hacia el socialismo, y el partido del prole-tariado chino debe luchar con energa por esta ltimaperspectiva.

    20. Luchar contra la actitud de "puertas cerradas"y el aventurerismo y, al mismo tiempo, contra el se-guidismo, es un requisito indispensable para llevara efecto las tareas del partido. En el movimiento demasas, nuestro partido ha tenido tradicionalmente la

    tendencia a una grave actitud de "puertas cerradas",a un sectarismo altivo y al aventurerismo. Esta es unaperniciosa tendencia que diculta la labor del parti-do de forjar el frente nico nacional antijapons y deganarse a la mayora de las masas. Es absolutamentenecesario eliminar esta tendencia en cada uno de lossectores concretos de nuestro trabajo. Lo que debemoshacer es apoyarnos en la mayora y tener en cuenta lasituacin de conjunto. No toleraremos que renazca elseguidismo de Chen Tu-siu, reejo del reformismoburgus en las las del proletariado. Rebajar la po-sicin de clase del partido, desdibujar su sonomay sacricar los intereses de los obreros y campesinos

    a las necesidades del reformismo burgus, conduceindefectiblemente la revolucin a la derrota. Lo quedebernos hacer es aplicar una rme poltica revolu-cionaria y luchar por la victoria total de la revolucindemocrtico-burguesa. A n de superar las pernicio-sas tendencias a que nos hemos referido arriba, esabsolutamente imprescindible elevar el nivel tericomarxista-leninista de todo el partido, porque el mar-xismo-leninismo es la nica brjula que puede guiarla revolucin china hacia la victoria.

    Notas1 Inorme del camarada Mao Tse-tung ante la Conerencia

    Nacional del Partido Comunista de China celebrada en Yenn el 3de mayo de 1937.

    2 Se reere a toda una serie de actos de agresin emprendidos

    en 1935 por los invasores japoneses en el Norte de China y deactos entreguistas y humillantes cometidos en esa parte del paspor el gobierno del Kuomintang, acaudillado por Chiang Kai-shek. En mayo de ese ao, los invasores japoneses exigierondel gobierno del Kuomintang la autoridad administrativasobre el Norte de China. En junio, Je Ying-chin, representantede ese gobierno en el Norte del pas, accedi a esta exigencia

    y Firm con Yoshijiro Umezu, comandante de las uerzasinvasoras japonesas acantonadas en dicha zona, un acuerdoconocido como "Acuerdo Je-Umezu", por el cual China se viodespojada de la mayor parte de sus derechos soberanos sobrelas provincias de Jopei y Chajar. En octubre, a instigacin de losinvasores japoneses, los colaboracionistas chinos realizaron unarevuelta en Siangje, provincia de Jopei, y ocuparon la capital deldistrito. En noviembre, al dictado de los invasores japoneses, unnmero de colaboracionistas chinos promovieron un pretendido

    "movimiento por la autonoma de las cinco provincias del Nortede China" y proclamaron un gobierno colaboracionista en el Estede Jopei, el "Gobierno Autnomo Anticomunista. Para satisacerla exigencia japonesa de una "administracin especial para elNorte de China", el gobierno del Kuomintang design a SungChe-yuan y otros para que ormaran un "Consejo Poltico de

    Jopei y Chajar".3 Se reere a la declaracin emitida por el Partido Comunista

    de China el 1 de agosto de 1935. Sus puntos esenciales estncontenidos en los siguientes extractos: "En momentos en queel peligro de una inminente subyugacin y exterminio se ciernesobre nuestro pas y nuestro pueblo, el Partido Comunistaexhorta una vez ms a todos los compatriotas: sean cuales uerenlas pasadas o presentes discrepancias polticas y dierenciasde intereses entre los distintos partidos, sean cuales ueren lasdierencias de puntos de vista y de intereses entre los distintos

    sectores de nuestros compatriotas, y sean cuales ueren laspasadas o presentes hostilidades entre los distintos ejrcitos delpas, todos debemos adquirir clara conciencia de que 'hermanosque se disputan en casa, rente al ataque de uera se unen', y,antes que nada, debemos poner trmino a la guerra civil, a n deconcentrar todos los recursos (humanos, materiales, nancieros

    y militares) de la nacin en la sagrada causa de la resistenciaal Japn y de la salvacin nacional. Una vez ms el PartidoComunista declara solemnemente: basta con que las tropas delKuomintang cesen en sus ataques al Ejrcito Rojo, con que algunaunidad de estas tropas, cualquiera que sea, oponga resistencia al

    Japn, para que el Ejrcito Rojo no slo cese inmediatamente sushostilidades contra ella, sino que se disponga a luchar hombroa hombro con ella por la salvacin nacional, sean cuales uerenlos pasados odios o las actuales divergencias respecto a losproblemas interiores."

    "El Partido Comunista est dispuesto a tomar la iniciativa en elestablecimiento de tal gobierno de deensa nacional y, con mirasa la ormacin conjunta de dicho gobierno, est dispuesto acelebrar inmediatamente negociaciones con todos los que estnprontos a incorporarse a la causa de la resistencia al Japn y dela salvacin nacional partidos polticos, organizaciones sociales(sindicatos, asociaciones campesinas, uniones estudiantiles,cmaras de comercio, asociaciones educacionales, sociedades deperiodistas, asociaciones de proesores y empleados de los centrosde enseanza, sociedades de conterrneos, el Chikungtang, la

    Asociacin de Autodeensa Armada Nacional, la AsociacinAntijaponesa, la Asociacin por la Salvacin Nacional, etc.),

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    eruditos, polticos y otras personalidades pblicas, as comoautoridades militares y administrativas locales. El gobiernode deensa nacional que se establezca como resultado de talesnegociaciones debe ser un rgano dirigente provisional parala lucha por salvar a la nacin de la subyugacin y asegurar susupervivencia. Este gobierno de deensa nacional debe esorzarsepor organizar un cuerpo verdaderamente representativo detodos nuestros compatriotas (compuesto de delegados elegidosdemocrticamente por los obreros, campesinos, militares,

    personal de los organismos gubernamentales, hombres denegocios e intelectuales, por todos los partidos y organizacionesque estn dispuestos a resistir al Japn y salvar a la nacin,as como por todos los chinos de ultramar y por todas lasnacionalidades de China) a n de discutir en trminos msconcretos los problemas relativos a la resistencia al Japn y ala salvacin nacional. EL Partido Comunista har todo cuantoest a su alcance para contribuir a que se organice tal cuerporepresentativo de todo el pueblo, y llevar a eecto rigurosamentesus decisiones."

    "El ejrcito unido antijapons debe estar integrado por todaslas tropas dispuestas a combatir al Japn. Bajo la direccin delgobierno de deensa nacional se establecer un cuartel generalnico de este ejrcito. Tambin sern los representantes de losdiversos sectores y la voluntad de todo el pueblo los que decidirnsi este cuartel general deber componerse de representanteselegidos por los ociales y soldados antijaponeses de las diversasunidades militares, o de alguna otra manera. El Ejrcito Rojoser sin lugar a dudas el primero en ormar parte de este ejrcitounido para cumplir con su sagrado deber de resistir al Japn ysalvar a la nacin. Con el objeto de que el gobierno de deensanacional pueda estar eectivamente a la altura de la inmensaresponsabilidad que le incumbe en la deensa del pas, y de queel ejrcito unido antijapons est en condiciones de asumir suinmensa responsabilidad de resistir al Japn, el Partido Comunistallama a todos los compatriotas a que contribuyan con lo quepuedan: los que tengan dinero, con dinero; los que tengan armas,con armas; los que tengan cereales, con cereales; los que tenganenergas, con ellas, y los que tengan alguna habilidad especial,con su habilidad, de modo que todos nuestros compatriotas semovilicen y que todas las armas de que disponemos, viejas y

    modernas, sean usadas para pertrechar a los millones y millonesde hombres de las masas populares."4 Se reere a la "Resolucin sobre la presente situacin poltica y

    las tareas del partido", adoptada en la reunin del bur polticodel comit central del Partido Comunista de China, celebradael 25 de diciembre de 1935 en Wayaopao, Norte de Shens. EstaResolucin hizo un anlisis completo de la situacin nacionale internacional de esa poca y de los cambios operados en lasrelaciones de clase dentro de China y deni la poltica delpartido. La Resolucin dice en parte lo siguiente:

    "La situacin actual nos muestra que las tentativas delimperialismo japons de anexarse China han sacudido a todoel pas y al mundo entero. En la vida poltica de China, sehan producido o se estn produciendo nuevos cambios en lasrelaciones entre las diversas clases, capas sociales, partidospolticos y uerzas armadas. Est surgiendo una nueva alineacin

    de uerzas tanto en el rente revolucionario nacional como enel rente contrarrevolucionario nacional. De ah que la lneatctica del partido consista en movilizar, unir y organizar a lasuerzas revolucionarias de todo el pas y de toda la nacin paraluchar contra el enemigo principal del momento: el imperialismo

    japons y Chiang Kai-shek, cabecilla de los vendepatrias. Todoslos individuos, todos los partidos, todas las unidades armadas ytodas las clases, siempre que se opongan al imperialismo japons

    y al vendepatria Chiang Kai-shek, deben unirse para emprenderuna sagrada guerra revolucionaria nacional, expulsar de Chinaal imperialismo japons, derribar la dominacin de sus lacayosen China, conquistar la liberacin completa de la nacin china y

    salvaguardar la independencia y la integridad territorial del pas.Slo con el establecimiento del ms amplio rente nico nacionalantijapons (que abarque tanto las capas ineriores como lassuperiores), podremos derrotar al imperialismo japons y sulacayo Chiang Kai-shek. Es cierto que los distintos individuos,organizaciones, clases y capas sociales y unidades armadastoman parte en la revolucin nacional antijaponesa obedeciendoa dierentes mviles y con dierentes posiciones de clase. Algunoslo hacen para conservar sus posiciones actuales; otros, para lograr

    la hegemona en el movimiento de modo que ste no exceda loslmites hasta donde ellos permiten llegar, y los terceros, paratrabajar sinceramente por la liberacin completa de la nacinchina. Precisamente debido a que sus mviles y posiciones declase son dierentes, unos vacilarn y traicionarn en el mismocomienzo de la lucha, otros pueden volverse pasivos o retirarsede la lucha a medio camino, y los terceros lucharn hasta el n.Sin embargo, nuestra tarea consiste en unir no slo a todas lasposibles uerzas bsicas antijaponesas, sino tambin a todos losposibles aliados antijaponeses, y conseguir que en el pas todoscontribuyan con lo que puedan, sean energas, dinero, armaso conocimientos, sin que ningn patriota chino permanezcaal margen del rente antijapons. Tal es la lnea general de latctica del partido para la ormacin del ms amplio rente niconacional. Slo siguiendo esta lnea, podremos movilizar lasuerzas de todo el pueblo para hacer rente al enemigo comn:

    el imperialismo japons y el vendepatria Chiang Kai-shek. Laclase obrera y el campesinado siguen siendo la uerza motrizundamental de la revolucin china. Las amplias masas de lapequea burguesa y los intelectuales revolucionarios son susaliados ms seguros en la revolucin nacional. La slida alianzade los obreros, los campesinos y la pequea burguesa constituyela uerza bsica que permitir derrotar a los imperialistas

    japoneses y a los colaboracionistas y vendepatrias chinos. El queun sector de la burguesa nacional y de los caudillos militaresexprese simpata, mantenga una neutralidad benvola o participedirectamente en la lucha contra el Japn y los colaboracionistas

    y vendepatrias, avorecer la ampliacin del rente antijapons,por mucho que ese sector desapruebe la revolucin agraria y elPoder rojo. Pues tal cosa signicar restarlo a la uerza total de lacontrarrevolucin para sumarlo a la uerza total de la revolucin.Con este propsito, el partido debe utilizar todos los medios y

    ormas apropiados para atraer a esas uerzas al rente antijapons.Adems, dentro del campo de la clase terrateniente y de laburguesa compradora tampoco existe completa unidad. Dadoque la disputa por China entre numerosas potencias imperialistasha hecho surgir dierentes grupos de vendepatrias a su servicio,con sus contradicciones y confictos, el partido tambin deberecurrir a diversos medios para que, por el momento, algunas delas uerzas contrarrevolucionarias no se opongan activamenteal rente antijapons. La misma tctica debe aplicarse hacia laspotencias imperialistas a excepcin del Japn. Al movilizar, unir yorganizar a las uerzas de todo el pueblo chino para luchar contrael enemigo comn, el partido debe combatir resueltamente

    y sin titubeos toda tendencia a la vacilacin, conciliacin,capitulacin o traicin que se observe en el seno del rente nicoantijapons. Quienquiera que socave el movimiento antijaponsdel pueblo chino es un colaboracionista y vendepatria, y todosdebemos combatirlo. El Partido Comunista debe conquistarla hegemona en el rente antijapons mediante sus rmes yacertadas palabras y actos contra el imperialismo japons ylos colaboracionistas y vendepatrias. Slo bajo la direccin delPartido Comunista podr el movimiento antijapons versecoronado con la victoria completa. En cuanto a las grandes masaspopulares que p