teoria social de los media

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Teoría social de los media: de Adorno a Eco y Bourdieu; de la televisión a internet Introducción ¿Sirve lo que sabemos hoy sobre los medios de comunicación para teorizar sobre los nuevos entornos multimedia? Esta es la cuestión fundamental a que me enfrento en este breve ensayo. Internet parece estar cambiando nuestras vidas en más de un aspecto. Desde los muy, digamos, íntimos (micro, cuestiones sobre la identidad personal, por ejemplo) hasta más públicos (macro, activismo social antiglobalización, también por ejemplo). Y todo ello parece estar haciéndolo en base a una tecnología comunicativa nueva de la que ya sabemos algo, pero para cuyo análisis tenemos que estar reinventando constantemente nuevas ideas. Esas ideas nuevas no deben partir de cero; es imposible, además de inconveniente. Por eso, tal y como se me propone, el objetivo prioritario de las próximas líneas es ver cuáles de las ideas, digamos, clásicas en torno a los media son de utilidad en el contexto contemporáneo y reflexionar sobre cómo podrían ser reformuladas para seguir avanzando en nuestros análisis. En este ensayo transito por las diferentes escuelas y autores que se han ocupado de los media desde su eclosión como mass-media y finalizo con una propuesta de discusión en torno a la televisión, el medio –quizá- por excelencia hasta la aparición de la red. La escuela de Frankfurt o de la Teoría Crítica No renuncio –y creo que no debemos hacerlo- a un análisis sobre las relaciones de poder que los media generan. La cuestión del poder y su ejercicio es central en la teoría crítica marxista de que se nutre la escuela de Frankfurt. La reflexión en torno a la concentración de los medios de comunicación me parece fundamental tanto desde un punto de vista ideológico como económico, puntos de vista que me parece vano desligar.

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  • Teora social de los media: de Adorno a Eco y Bourdieu; de la televisin a internet

    Introduccin

    Sirve lo que sabemos hoy sobre los medios de comunicacin para teorizar sobre los nuevos entornos multimedia? Esta es la cuestin fundamental a que me enfrento en este breve ensayo.

    Internet parece estar cambiando nuestras vidas en ms de un aspecto. Desde los muy, digamos, ntimos (micro, cuestiones sobre la identidad personal, por ejemplo) hasta ms pblicos (macro, activismo social antiglobalizacin, tambin por ejemplo). Y todo ello parece estar hacindolo en base a una tecnologa comunicativa nueva de la que ya sabemos algo, pero para cuyo anlisis tenemos que estar reinventando constantemente nuevas ideas. Esas ideas nuevas no deben partir de cero; es imposible, adems de inconveniente. Por eso, tal y como se me propone, el objetivo prioritario de las prximas lneas es ver cules de las ideas, digamos, clsicas en torno a los media son de utilidad en el contexto contemporneo y reflexionar sobre cmo podran ser reformuladas para seguir avanzando en nuestros anlisis.

    En este ensayo transito por las diferentes escuelas y autores que se han ocupado de los media desde su eclosin como mass-media y finalizo con una propuesta de discusin en torno a la televisin, el medio quiz- por excelencia hasta la aparicin de la red.

    La escuela de Frankfurt o de la Teora Crtica

    No renuncio y creo que no debemos hacerlo- a un anlisis sobre las relaciones de poder que los media generan. La cuestin del poder y su ejercicio es central en la teora crtica marxista de que se nutre la escuela de Frankfurt. La reflexin en torno a la concentracin de los medios de comunicacin me parece fundamental tanto desde un punto de vista ideolgico como econmico, puntos de vista que me parece vano desligar.

  • Herbert Marcuse (1954) contempla los medios de comunicacin potenciados por la tecnologa- como una invasin de lo privado, de aquel espacio de libertad en que los poderes tradicionales el del estado fundamentalmente- no pueden entrar, Hoy en da este espacio privado ha sido invadido y cercenado por la realidad tecnolgica (pg. 40).

    Esa realidad tecnolgica se concreta en la industria cultural (Adorno; Horkheimer, 1944) que pretende la uniformidad de todas las manifestaciones comunicativas humanas, incluyendo las artsticas.

    La industria, pues, lo invade todo incluso los espacios ntimos de libertad individual, que se sustituyen por la methodical idolisation of individuality (Adorno; Horkheimer, 1945)-. Y su racionalidad se constituye como la racionalidad de la dominacin. El consumidor es un nmero estadstico not its subject but its object (de la industria; Adorno, 1975, pg. 3) a quien no hay que dejar abandonado a su albedro, sino que debe ser mimado y conducido por el productor.

    La publicidad, que en su origen tiene unos objetivos de informacin y servicio social, pasa a constituirse en un fin en s, que sustituye los bienes culturales por mercanca de consumo, en un proceso manipulativo que Adorno y Horkheimer califican como psycho-technology (1945, pg. 20).

    De acuerdo con estos dos autores, pues, la industria de la cultura tiene por objeto la estandarizacin y racionalizacin del comportamiento de sus consumidores mediante el control de la opinin pblica en un contexto ideolgico de individualismo y liberalismo, propios del sistema capitalista occidental.

    Jrgen Habermas dota de una caracterstica de ms protagonismo al consumidor de la industria cultural. Si sus antecesores consideraban que este estaba absolutamente a merced de las intenciones de produccin y consumo de la industria, el filsofo de la segunda generacin de la Teora Crtica opina que el consumidor tiene una cierta capacidad de accin, diferenciando entre la publicidad pura y dura y la opinin pblica (1989). Las sociedades democrticas basan su legitimidad no slo en las urnas, sino en

  • la opinin pblica de sus ciudadanos, que tiene un papel preponderante en las democracias de masas. Pero, cmo se hace pblica perdn por la redundancia- esa opinin pblica? Mediante su institucionalizacin a travs, precisamente, de grupos de presin que van ocupando situaciones hegemnicas de influencia sobre las instituciones democrticas a las que se ha delegado el poder poltico. Grupos de presin/opinin que son los dueos de la industria cultural y de la comunicacin y que llevan (y aqu Habermas se inspira en Adorno y Horkheimer) a los individuos a negar su propia subjetividad y reprimir la espontaneidad de su naturaleza interna (1984, pg. 378). El filsofo nos alerta sobre las pretensiones de la nueva derecha detener el cambio cultural, la construccin de la identidad, el cambio de motivaciones y actitudes y congelar la tradicin (1981, pg. 353). En ocasiones son estas las pretensiones de muchos de los grupos que dominan la industria cultural y de la comunicacin, grupos que se convierten en autnticos lobbys de presin hacia quien detenta la legitimidad representativa de toda la ciudadana: el estado.

    La escuela de Toronto

    La comunicacin ocupa el lugar central en las interacciones sociales de modo que, incluso, el cambio en las formas de comunicarse lleva a cambios en la propia estructura social. Las tecnologas en que se apoya la difusin de la informacin y se materializa la comunicacin mediatizan sus contenidos y usos. Harold A. Innis, en 1951, muestra la historia de esa mediacin tecnologa/comunicacin. En el centro de su teora sita la idea de que el sistema conceptual de cada poca se configura en torno a los medios de comunicacin al mismo tiempo que las estructuras econmicas pre-existentes disean el modo de controlarlos (Heder; Crowley, 2003).

    Innis independiza el estudio de las comunicaciones de la psicologa social, de la que era una rama (Carey, 1989). Y su discpulo Marshall McLuhan lo eleva a la categora de ciencia. Insiste en la teora central de Innis de que los modos en que nos comunicamos determinan la configuracin de nuestras relaciones sociales. McLuhan aboga por una frmula cualitativa de comunicacin, ms que la lineal y priorizante propia de la cultura occidental (McLuhan, 1989; Powers, 1996). Y alerta sobre los peligros de la inconsciencia ante la masificacin de la comunicacin, ante la posibilidad de entrar a nivel de aldea global- en una fase de terror pnico, que corresponde

  • exactamente a un mundo de tambores tribales; en una fase de total interdependencia y de coexistencia impuesta desde arriba (1973, pg. 73).

    La escuela hermenutica

    Siguiendo al etngrafo Clifford Geertz (1973, pg. 90) lo simblico construye las representaciones sociales, es decir, los objetos, actos, hechos, cualidades o relaciones que conceptualizan qu y quines somos en relacin con nuestra

    cotidianeidad, nuestro entorno social y nuestra cultura. Los medios de comunicacin tienen una influencia directa en la construccin de esos smbolos, de ese imaginario cultural. La escuela hermenutica propone la contextualizacin e interpretacin de esos smbolos, recordando siempre que sus significados no son nicos ni universales.

    John B. Thompson (1997) identifica el poder simblico con el cultural de forma que quien domine los medios de transmisin de la informacin y la comunicacin dominar la identidad cultural de la sociedad en que se site. Supera definitivamente la idea de la pasividad de los consumidores de bienes culturales y/o mediticos, a pesar de la unidireccionalidad mayoritaria de su flujo. El proceso de interpretacin simblica es interactivo. Los nuevos escenarios tecnolgicos son ms flexibles que los precedentes.

    La actividad del consumidor se caracteriza por ser situacional y rutinaria, estando sometida a constantes procesos hermenuticos. Fruto de esa actividad se genera la apropiacin de aquellos bienes, es decir la comprensin de los mismos lo que, contextualizado, supone la autocomprensin del propio sujeto receptor. Autocomprensin dependiente de la intersubjetividad (Gadamer, 1975) que es el microproceso social comunicativo cotidiano que, en definitiva, dota de sentido y construye la realidad social.

    Umberto Eco

    Eco es, seguramente, una de las figuras ms relevantes del mundo intelectual contemporneo. Semilogo, profesor y comuniclogo es, adems, uno de los protagonistas de la industria cultural de nuestros das. No en vano sus novelas se

  • encuentran entre las ms vendidas de los ltimos aos y alguna de ellas ha sido llevada al cine con grandes medios y notable xito.

    Si sus metforas sobre la tecnologa bsica de la comunicacin humana (1962; 1976) son muy ilustrativas, quiero ahora centrarme en On truth a fiction (1988). Su lectura me ha entusiasmado. Y lo ha hecho porque en apenas 20 pginas resume los ms recientes avances de la semitica, la etnografa, la psicologa cultural, la psicologa del pensamiento, el smil mente-ordenador, la teora cognitiva conexionista, e, incluso, el socioconstruccionismo. Todo lo que desde estos mbitos se podra aportar a la teora comunicacional y de los media est fenomenalmente resumido y mostrado en la conversacin entre el Doctor Smith y el computador antipodeano, Charles Sanders Personal.

    El modo de funcionamiento inductivo del pensamiento humano. Su capacidad de computacin. La constante referencia de las palabras a otras palabras para definirse, sin poder mostrar ninguna realidad ms all del propio lenguaje (Rorty, 1979). La construccin cultural de la realidad natural. La ausencia de verdades absolutas. Su negociabilidad. Las reflexiones en torno a la interpretacin y el significado. La subjetividad. La retrica Todo, y seguramente ms cosas, est contenido en esas 20 pginas. Y todo y ms- es til para establecer niveles de anlisis en torno a los media.

    Pierre Bourdieu

    Puede contribuir la ciencia social a resolver un problema que ella misma provoca? (Bourdieau, 2001). He seleccionado esta cita de uno de los ltimos cursos dictados por el francs porque resume, en mi opinin, su actitud ante la ciencia sociolgica y tambin una de las que creo que deben de ser ideas clave de la misma: la problematizacin. Especialmente la problematizacin de lo evidente.

    Bourdieu problematiza, hace difcil lo que hasta l parece fcil. Por ejemplo, aqulla distincin entre el poder fsico y el simblico (1994) que para el socilogo son, sin embargo, inseparables. Para acercarse al anlisis de los mbitos del poder construye su teora de los campos (Couldry, 2003) ms como una herramienta metodolgica que como una hiptesis sobre la realidad fsico/simblica. Su objetivo no es otro que el

  • poder objetivar los distintos detentores del poder meditico en la literatura, en el arte, en la economa- y cules son sus espacios. En una de sus obras capitales, Distinction (1979) se acerca tambin a la arena de lo micro-social proponiendo su teora del habitus, como both the generative principle of objectively classifiable judgements and the system of classification () of these practices (1979, pg. 170). El anlisis del pedigr cultural, de los espacios sociales, de los estilos de vida, del consumo de bienes comunicativos en lo cotidiano va siempre a la bsqueda de su propia lgica; lgica que parte de la co-participacin del consumidor en la construccin de los propios bienes y de la legitimacin quiz por la costumbre de lo cotidiano- de su apropiacin.

    Resumen

    Es fcil observar cmo en este brevsimo recorrido por algunas de las escuelas y autores que se han ocupado de lo meditico apenas me he referido al fenmeno de internet1[1], a pesar de que algunos de ellos ya lo hacen. Y he actuado as porque es ahora cuando quiero extractar una idea de cada uno de los apartados en que he dividido este trabajo y relacionarla ahora s- con el medio que nos ocupa.

    De la escuela de Frankfurt me quedo, sin ninguna duda, con esa intencin crtica hacia el sistema establecido. Entiendo que los anlisis de Marcuse, Adorno, Habermas y otros tienen ese valor de ataque directo a las bases de explotacin y alienacin de un sistema integrador y absorvente de cualquier medio de comunicacin humana. Internet y otras tecnologas, como la telefona mvil- no escapan a la tirana de la industria cultural y de los medios de comunicacin; a su centralizacin y monopolizacin.

    De la escuela de Toronto hago mas las teoras de Innis y McLuhan en el sentido de que el medio es el mensaje, que enlazan perfectamente con los supuestos psicosocioconstruccionistas de que no hay nada ms all de la representacin de la realidad. Volver sobre la cuestin de la aldea global cuando hablemos de eso, de la globalizacin. Pero ahora quiero destacar que, efectivamente, cada sociedad tiene los medios tecnolgicos de comunicacin que necesita. Y viceversa. En este sentido, internet no constituye ninguna revolucin especial. La base tecnolgica es la que deriva

  • de una evolucin lgica de la tecnologa en general y de las necesidades del propio sistema social que, a su vez, alimenta aqulla.

    La escuela hermenutica es la que ms parece ocuparse por los usos cotidianos de la comunicacin, de sus significados e interpretaciones en el entorno microsocial; a diferencia de las anteriores escuelas, cuyo objetivo est ms (no solamente; pero s ms) en el anlisis de lo institucional, de lo macro. Las aportaciones en cuanto a los usos cotidianos de -y en- la red de las personas comunes; de sus interacciones simblicas y de las nuevas construcciones (nuevas, aunque no revolucionarias) en torno a la identidad, la comunidad y la cultura exigen, sin duda, un acercamiento hermenutico que facilite su comprensin y la construccin de nueva teora crtica psicosocial y etnogrfica.

    Poco que aadir a lo dicho sobre Eco y Bourdieu. Del primero me quedo con su clarividencia, cualidad que nos es cada da ms necesaria a los que nos ocupamos de la Sociedad de la Informacin y el Conocimiento, cuando esa informacin y ese conocimiento estn ms al abasto de todo el mundo pero tambin se multiplica da a da, corriendo el peligro de generar el colapso intelectual en algunos de nosotros. Y del francs me apropio de esa intencin problematizadora que no persigue ms que iluminar al mximo el camino del cientfico social. Cada problema resuelto es un grado ms de conocimiento, aunque fuente de nuevos problemas. Bourdieu me invita a reflexionar muy en serio sobre las metodologas de acercamiento a las nuevas realidades comunicacionales, en las que los sujetos y objetos de consumo ya no son seres inertes, ya no son la masa objeto de los media, sino jvenes, mujeres, homosexuales y otros grupos sociales marginados; activistas, artivistas, hacktivistas, que encuentran en las tecnologas nuevas formas de hacerse a s mismos y de hacer su entorno.

    De la televisin a Internet

    He querido dejar para el final esta reflexin en torno a la televisin, el medio paradigmtico por excelencia. Es difcil encontrar a algn socilogo o comuniclogo que no se ocupe en algn momento de ella. Adorno, en su artculo How to look at

  • televisin2[2] (1991) adopta una postura enormemente crtica, considerndola como un medio institucional de control social en el que se repiten constantemente mensajes subliminales, estereotipados y multisignificados que dificultan la idea of autonomous individuals in a free democratyc society (pg. 166).

    De Kerckhove (1999) nos ofrece un acercamiento al medio mucho ms psicologicista que muestra cmo se incrementa nuestra dependencia del medio en funcin de la multiciplidad y discontinuidad de los mensajes que recibimos. Sin duda, la televisin es una invitacin al consumo constante, tanto material como

    simblico/cultural. Lo que la multiplicidad de mensajes y su discontinuidad pretende, efectivamente, es mantener nuestra atencin (Jacoby; Johar; Morrin, 1998) conducindonos a lo que De Kerckhove llama seduccin multisensorial (pg. 42) que tiene su mxima expresin en la emocin del consumo (Gil Jurez, 2002). Ms all del hecho de consumir en s, yo dira que la emocin est en la posibilidad: la televisin nos abre un mundo de posibilidades emotivas impensable antes de su aparicin. Este es el sentido que encuentro tambin en De Kerckhove cuando se refiere a la modulacin de nuestra imaginacin de forma similar a como lo hace la msica.

    Bourdieau (1996) se preocupa ms de las consecuencias politicas de la manipulacin de la informacin periodstica que usa como medio la televisin. Uno de los temas tratados por el socilogo que ms me atrae es el de la censura. Este asunto es comn a la prensa informativa escrita, pero lo que alerta al francs es que en el medio electrnico el tema es impuesto, a que las condiciones de la comunicacin son impuestas y, sobre todo, a que la limitacin del tiempo impone al discurso tantas cortapisas que resulta poco probable que pueda decirse algo (pg. 19). Efectivamente, la televisin se introduce en nuestras vidas casi sin pedir permiso. Por supuesto que es posible apagarla o vivir sin ella! Pero cuando est, est. Omnipresente, multidireccional.

    Y verdadera. Baudrillard afirma que Hace ya tiempo que la informacin ha saltado el muro de la verdad para evolucionar en el hiperespacio de lo ni verdadero ni falso, ya que todo reposa all en la credibilidad instantnea (1997, pg. 101). Y pone un

  • excelente y expresivo ejemplo en cuanto a las noticias metereolgicas. Efectivamente, si lo ha dicho la televisin es verdad.

    No quiero terminar sin hacer mencin a un fenmeno que me ha recordado la lectura de la entrevista con Eco contenida en el Texto de la profesora: la convergencia entre texto e imagen. Sorprendentemente, el medio de la imagen por excelencia no slo no ha conseguido la desaparicin del texto, sino que lo ha integrado hbilmente. Desde hace tiempo la cadena CNN divide su pantalla en varias secciones. La base es la imagen la presentadora, la guerra, el comentarista,- pero, al mismo tiempo se van proyectando otras noticias en texto la mayor parte de las ocasiones mvil. Creo que otras televisiones estn copiando la idea.

    Y hay algo ms: frente a los augurios de hace pocos aos en torno a la desaparicin del libro impreso gracias a internet, no slo como dice Eco- cada vez hay ms gente en las libreras, sino que tengo entendido que el producto ms vendido a travs de la red es el libro!

    Sirva, pues, este recorrido por algunas ideas sobre el medio por excelencia recorrido que ha terminado en la reflexin en torno a la red y el libro impreso- como una invitacin al dilogo y la discusin en cuanto al que lleva todo el camino de convertirse en el nuevo medio excelente: internet.

    Qu hay sobre el control social? Qu sobre nuestra interaccin psicosocial con la tecnologa y sus contenidos? Nos seduce, nos emociona? Podemos escapar a su influencia? Podemos desconectar el ordenador? Nos creemos todo lo que nos dicen? Cmo evaluamos las fuentes? Qu ocurre con la textualidad del medio? Y con las facilidades en cuanto a creacin y difusin de imgenes? Cmo influye en nuestro imaginario social? Caminamos hacia una confluencia de los medios DVD, televisin, cine, playstation, ordenador, telfono mvil-? Son la interaccin y la interactividad las que nos facilitarn la liberacin de algunas de las esclavitudes que apenas hemos detectado en este ensayo?

    Josep Segu Marzo 2005

  • Bibliografa

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