teoria revolucionaria y contrarrevolucionaria en geografia (1972) - d. harvey

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  • 8/3/2019 Teoria Revolucionaria y Contrarrevolucionaria en Geografia (1972) - D. Harvey

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    TEORA REVOLUCIONARIA Y CONTRARREVOLUCIONARIA EN

    GEOGRAFAY EL PROBLEMA DE LA FORMACIN DEL GHETTO.

    David Harvey

    Nota introductoria

    Con la publicacin de este artculo y (en el prximo nmero) de algunos de loscomentarios por l suscitados, Geo-Critica pretende contribuir a la difusin de los puntosde vista de los gegrafos radicales, tal como son expresados por la revista "Antipode Aradical Journal of Geography".

    La publicacin de "Antipode" en 1969 signific la presencia en la geografia

    norteamericana de una revista radical, de izquierdas, que se una al amplio movimientoradical que se produca en otras ciencias sociales desde unos aos antes. Los objetivos dea revista fueron caramente expuestos por David Stea desde el primer nmero:

    "Nuestro objetivo es un cambio radical la sustitucin de las instituciones y el ajusteinstitucional de nuestra sociedad, instituciones que no pueden ya responder a lascambiantes necesidades societales, que ahogan los intentos para darnos unos patrones devida ms viables, que frecuentemente no sirven ms que para el propsito de perpetuarse as mismos, No tratamos de sustituir las instituciones existentes por otras que adoptarninevitablemente la misma forma; mas bien tratamos de encontrar una nueva ordenacin demedios de acuerdo con un nuevo conjunto de objetivos".

    Unos aos ms tarde, y precisamente en la introduccin al nmero del que procede elartculo que aqui se publica, estos mismos propsitos volvian a ser reafirmados por eldirector de la revista, Richard Peet:

    "A travs de "Antipode" desebamos desarrollar paradigmas alternativos para estudiar el presente, investigar formas de cambio radical de las sociedades existentes y desarrollarmodelos de sociedades futuras ms justas. La segunda frustracin que gener Antipoderadica en la aparente falta de preocupacin de nuestra disciplina por las cuestiones sociales.una dcada de cambio en ios mtodos de la investigacin geogrfica no haba sido seguida

    paralelamente, segn parecia, de un cambio fundamental en la direccin de laspreocuraciones qeoqrficas".

    Desde su aparicin "Antipode" ha publicado nmeros dedicados a la metodologia radical(vol. 2, n. 1, 1970), la pobreza (vol 2, n 2, 1970) el acceso a los servicios sociales (vol. 3, n.1, 1971), la ingeniera social (vol. 4, n. 1,1972), la Geografia social y las perspectivasgeogrficas sobre la pobreza en Norteamrica (nmero monogrfico especial), la teorarevolucionaria, la ayuda a los grupos afectados por los proyectos de planificacin, y losindios norteamericanos (temas tratados en el vol.4, n. 2, 1972), Appalachia (vol. 5, n. 1,1973) explotacin y destruccin en el Tercer Mundo y la Geografa del "establishment"(vol. 5, n. 2, 1973), Ideologa y medio ambiente (vol. 5, n. 3, 1973) tendencias en

    Geografia urbana (vol. 6, n 1,1974),Geografia de las mujeres, justicia social, (vol. 6, n. 2,1973), imperialismo, Cuba, Geografia del desarrollo (vol. 6, n. 3, 1973), geografa marxista

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    (vol. 7, n o 1, 1974). Los nmeros anunciados incluyen, por su parte, temas como lossiguientes: guia de Marx para gegrafos; geografia de la vejez; enfoques alternativos de lageografa del comportamiento; Norteamerica rural; alternativas en Biogoegrafia; economa

    poltica urbana; subdesarrollo en el Tercer Mundo, etc.

    El artculo de David Harvey que hemos traducido fue publicado en el volumen 4, n.o 2(1972), dedicado parcialmente a la discusin de puntos de vista sobre la Geografia y lateoria revolucionaria, y fue seguido de varios comentarios que publicaremos en el nmerosiguiente de Geo-Critica. Deseamos agradecer a Richard Peet el permiso que nos haconcedido para traducir y publicar estos textos de "Antipode".

    El autor del artculo, David Harvey, es uno de los ms prestigiosos y renovadoresgegrafos britnicos, actualmente de la John Hopkins University en Estados Unidos. Entresus publicaciones destacan las siguientes:Explanation in Geography (Londres, E. Arnold,1969); Social Justice and the city (Londres, E. Arnold, 1973); yA question of method for amatter of survival ("Geographical Papers'', Department of Geography, Universitv of

    Readina, diciembre 1973).

    La direccin de la revista es la siguiente. Antipode. P o. Box 225; West Side Station,Worcester, Mass. U.S.A. 01602 Precio de la suscripcin anual,10$.

    TEORIA REVOLUCIONARIA Y CONTRAREVOLUCIONARIA EN

    GEOGRAFIA Y EL PROBLEMA DE LA FORMACION DEL GHETTO

    Cmo y por qu razn habramos de llevar a cabo una revolucin en el pensamientogeogrfico? Para ahondar un poco en esta cuestin vale la pena examinar cmo se

    producen las revoluciones y contrarrevoluciones en todas las ramas del pensamientocientfico. Thomas Kuhn nos ofrece un interesante anlisis de este fenmeno tal como seda en las ciencias naturales. Sugiere que la mayor parte de la actividad cientifica es lo quel llama ciencia normal, que equivale a la investigacin de todas las facetas de un

    paradigma particular (considerando un paradigma como una serie de conceptos, categoras,relaciones, y mtodos, generalmente aceptados por toda la comunidad cientfica en unmomento dado). A lo largo del proceso de la ciencia normal surgen ciertas anomalas,observaciones o paradojas que no pueden ser resueltas dentro del paradigma existente. Alincrementarse, estas anomalas pasan a convertirse en el foco de atencin hasta que la

    ciencia queda sumida en un perodo de crisis en el que los intentos especulativos seencaminan a solucionar los problemas planteados por las anomalas. Finalmente surgen deestos intentos una nueva serie de conceptos, categoras, relaciones, y mtodos, queresuelven con xito los dilemas existentes a la vez que incorporan con xito los aspectosvlidos del antiguo paradigma. De este modo ha nacido un nuevo paradigma que va a serseguido una vez ms por la actividad cientifica normal (1)

    . El esquema de Kuhn est abierto a la crtica en ciertos terrenos. Tratar brevemente dos problemas. En primer lugar, no existe una explicacin de cmo surgen las anomalas ycmo, una vez han surgido, generan crisis. Esta crtica puede combatirse distinguiendoentre anomalas significantes y anomalas insignificantes. Asi, de este modo durante

    muchos aos se supo que la rbita de Mercurio no coincida con los clculos newtonianos;no obstante, esta anomala era insignificante puesto que no era relevante en la utilizacin

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    ordinaria del sistema newtoniano. Si, por otra parte, hubiesen surgido ciertas anomalas en,por ejemplo, la construccin de puen tes, entonces, stas hubiesen tenido obviamente unagran importancia. As, el paradigma newtoniano sigui siendo satisfactorio y no fue puestoen tela de juicio hasta que algo de importancia prctica y relevante no pudo realizarseutilizando el sistema newtoniano. En segundo lugar, existe la cuestin, nunca planteada

    satisfactoriamente por Kuhn, concerniente al modo cmo un nuevo paradigma llega a seraceptado. Kuhn admite que esta aceptacin no es cuestin de lgica y sugiere que suponeun acto de fe. Un acto de fe basado en qu? Subyacente al anlisis de Kuhn se halla unafuerza directriz que nunca es examinada explicitamente. Esta fuerza directriz equivale auna creencia fundarnental en los aspectos positivos del control y manipulacin del medioambiente natural, y el acto de fe, por lo tanto, est basado en la creencia de que el nuevosistema permitira una extensin de la posibilidad de manipulacin y de control sobrecualquier aspecto de la naturaleza. Qu aspecto de la naturaleza? Presumiblemente, seruna vez ms un aspecto de la naturaleza importante en trminos de una actividad cotidianay de una vida cotidiana tal como se da en un momento concreto de la historia.

    La critica central a Kuhn a la que estos dos ejemplos apuntan, es su abstraccin delcnocimiento cientfico de su base materialista. Kuhn ofrece una interpretacin idealistadel avance cientfico cuando est claro que el pensamiento cientfico estfundamentalmente engranado a actividades materiales. Esta base materialista para elavance del conocimiento cientfico ha sido explorada por J. D. Bernal (2).

    La actividad material incluye la manipulacin de la naturaleza por los intereses del hombrey un conocimiento cientfico no puede ser inter pretado independientemente de esta presingeneral. Pero al llegar a este punto estamos obligados a aadir una perspectiva posterior,

    porque "el inters del hombre'' est sujeto a una varie dad de interpretaciones segn elgrupo de hombres en el que pensemos. Asi, Bernal seala que las ciencias en Occidentehan sido, hasta muy recientemente, un terreno acotado por un grupo de la clase media, e,incluso recientemente, con el auge de lo que se llama a menudo la"meritocracia", elcientfico se ve impulsado invariablemente a unos modos de vida y de pensar propios de laclase media a lo largo de su carrera. De este modo, es de esperar que las ciencias naturalesreflejen tcitamente una tendencia a la manipulacin y al control en aquellos aspectos de lanaturaleza pertinentes a los empresarios capitalistas. Sin embargo, mucho ms importantees el enjaezamiento de la actividad cientifica por un proceso de proteccin y deinvestigacin financiada con vistas a los intereses especiales de aquellos que detentan elcontrol de los medios de produccin. La coalicin de la industria y del gobiemo encauzanfuertemente la actividad cientifica. De este modo, manipulacin y control significan

    manipulacin y control segn los intereses de un grupo particular dentro de la sociedadms que segn los intereses de la sociedad tomada en su conjunto (3). Con estas perspectivaspodemos entender ahora mucho mejor el impulso general del avance cientfico camufladobajo las peridicas revoluciones cientificas que Kuhn tan claramente describi.

    Se ha discutido frecuentemente sobre si se debia o no extender el anlisis de Kuhn a lasciencias sociales. Kuhn adopta el punto de vista de que las ciencias sociales son "pre-cientficas", en el sentido de que ninguna ciencia social ha establecido realmente el cuerpode conceptos, categoras, relaciones y mtodos generalmente aceptados que forman un

    paradigma. Este punto de vista que considera a las ciencias sociales como precientificas esde hecho bastante corriente entre los filsofos de la ciencia (4). Sin embargo, una rpida

    ojeada a la historia del pensamiento en las ciencias sociales muestra que las revolucionesocurren realmente y que tales sucesos estn marcados por muchas de las mismas

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    caractersticas que Kuhn identific en las ciencias naturales. No hay duda de que AdamSmith proporcion una formulacin paradigmtica para el pensamiento econmico, de lacual ulteriormente parti Ricardo. En tiempos modemos Keynes logr hacer algoesencialmente similar. Johnson, en un artculo reciente, explora este tipo de revolucionesen el pensamiento econmico y su anlisis es en muchos aspectos paralelo al de Kuhn,

    dndole, sin embargo, un par ms de giros. En el fondo de la revolucin de Keynes, afirmaJohnson, se halla una crisis generada por el fracaso de los economistas pre-keynesianos ensolventar el ms urgente y significativo problema de la dcada de 1930 -a saber, eldesempleo-. El desempleo produjo una anomala significativa. Johnson indica que:

    Con mucho, la circunstancia ms til para la rpida propagacin de una nueva yrevolucionaria teora es la existencia de una ortodoxia establecida claramente incompatiblecon los hechos ms destacados de la realidad, y que sin embargo est lo suficientementeconvencida de su poder intelectual como para intentar explicar estos hechos, Y que en susesfuerzos para hacerlo pone al descubierto su incompetencia de un modo ridiculo''(5) .

    De este modo, las realidades sociales objetivas del momento dejaron atrs a la sapienciaconvencional y sirvieron para poner sus fallos al descubierto:

    "En esta situacin de confusin general y de obvia falta de eficacia de la economiaortodoxa frente a los problemas reales, el camino estaba abierto para una nueva teoria queof reciese una explicacin convincente de la naturaleza del problema y una serie de

    prescripciones polticas basadas en esta explicacin"

    Hasta aqu la similaridad con Kuhn es notable. Pero Johnson aade entonces ciertasconsideraciones nuevas, algunas de las cuales proceden realmente de la propia sociologade la ciencia. Indica as que para ser aceptada, una teora precisa de cinco caractersticas

    principales:

    ''En primer lugar, debe atacar la proposicin central de la ortodoxia conservadora... con unnuevo aunque acadmicamente aceptable anlisis que invierta la proposicin... En segundolugar, la teoria debe aparecer como nueva, aunque incluyendo el mayor nmero posible delos componentes vlidos, o por lo menos no discutibles fcilmente, de la teoria ortodoxaexistente. En este proceso, ayuda mucho el dar a los antiguos conceptos nombres nuevos yque confundan, y enfatizar como pasos analticos cruciales los que han sido tomadosanteriormente como triviales... En tercer lugar, la nueva teora debe poseer el apropiadogrado de dificultad para ser entendida... de modo que los colegas acadmicos ms viejos no

    la encuentren ni fcil ni interesante de estudiar, para que as empleen sus esfuerzos en puntos tericos perifricos, ofrecindose a s mismos como fciles blancos a la crtica yrefutacin de sus ms jvenes y sedientos colegas. Al mismo tiempo, la nueva teora tieneque parecer por un lado lo suficientemente difcil para poner a prueba el inters intelectualde los colegas ms jvenes y de los estudiantes, pero, de hecho, lo suficientemente fcilcomo para que puedan llegar a conocerla a fondo con la adecuada inversin de esfuerzointelectual... En cuarto lugar, la nueva teora debe ofrecer a los estudiantes ms dotados ymenos oportunistas una nueva metodologa ms atrayente que las disponiblescorrientemente... Finalmente, (debe ofrecer) una importante relacin emprica... quemedir"(6).

    La historia del pensamiento geogrfico de los ltimos diez aos est reflejada exactamenteen este anlisis La proposicin central de la vieja geografa consista en lo cualitativo y en

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    lo singular, y estaba claro que no podra resistir la evolucin del conjunto de las cienciassociales en lo que se refera los instrumentos de manipulacin y control social querequeran una comprensin de lo cuantitativo y lo general. No puede caber duda tampocosobre el hecho de que durante el proceso de transicin se les dieron nuevos ydesorientadores nombres a los antiguos conceptos y que supuestos totalmente triviales

    fueron sometidos a una rigurosa investigacin analtica. Tampoco puede negarse que lallamada revolucin cuantitativa brind la oportunidad de exponer al ridculo a los msviejos jerarcas de la disciplina, especialmente cuando se aventuraron en puntosrelacionados con la recin creada ortodoxia.Ciertamente, el movimiento cuantitativo

    propor cion un desalo de apropiada dificultad y oireci una perspectiva para nuevasmetodolologas, muchas de las cuales resultaron ser bastante provechosas en lo querespecta a los enfoques analticos que generaron. Por ltimo, abundaron nuevas cosas quemedir y en la funcin de la distancia, el umbral y el alcance de un bien, y la medicin deuna pauta espacial, encontramos tres nuevos tpicos empricos aparentemente decisivoscon los que podamos gastar un considerable tiempo extra en su investigacin. Elmovimiento cuantitativo, por lo tanto, puede interpretarse, en parte, en trminos de una

    desafiante nueva serie de ideas cuya respuesta debe ser hallada, en parte como una luchabastante mezquina por el poder y la jerarqua dentro de una marco acadmico, y en partetambin como una repuesta a presiones exteriores que pugnan por poner a punto sistemasde manipulacin y control en lo que puede definirse a grandes rasgos como "el campo del

    planeamiento". En el caso de que alguien interprete mal mis observaciones, como sisealasen a un grupo en particular, me permito decir que todos nosotros quedamosinvolucrados en este proceso y que no existi ni existe modo alguno de poder escapar a talsituacin.

    Johnson introduce asimismo el trmino de "contra-revolucin" en su anlisis. En estesentido sus ideas no aclaran gran cosa ya que diriga sus ataques contra los monetaristas, alos que designa como contra-revolucionarios incluso a pesar de que existe una anomalasignificativa (la combinacin de la inflacin y el desempleo) como apremiante reto a laortodoxia de Keynes. Pero hay algo muy importante en esta nocin, que requiere unanlisis, ya que intuitivamente parece vlido pensar en el movimiento de ideas en lasciencias sociales como un movimiento basado en revoluciones y contra revoluciones,contrastando con las ciencias naturales a las que una nocin de este tipo no parece seraplicable tan de inmediato. Podemos analizar el fenmeno de la contra-revolucinutilizando nuestra comprensin de la formacin del paradigma en las ciencias naturales.Esta formacin del paradigma est basada en la extensin de la habilidad para manipular ycontrolar fenmenos que ocurren naturalmente. De un modo similar, podemos anticipar

    que la fuerza motriz que se halla detrs de la formacin del paradigma en las cienciassociales es la manipulacin y control de la actividad humana y de los fenmenos socialesen inters del hombre. Inmediatamente surge la cuestin de quin va a controlar a quin, eninters de quin va a ser el control. y, si el control es ejercido en inters de todos, quin vaa encargarse de definir este inters pblico. Nos vemos obligados asi a confrontardirectamente en las ciencias sociales lo que en las ciencias naturales slo surgeindirectamente, a saber: las bases sociales y las implicaciones del control y lamanipulacin. Seramos sumamente necios si presupusiramos que estas bases se hallandistribudas equitativamente por toda la sociedad. Nuestra historia, hasta el momentoactual, muestra que normalmente han estado muy concentradas en unos pocos grupos clavedentro de la sociedad. Estos grupos pueden ser benevolentes o explotadores respecto a los

    dems grupos. Sin embargo, la cuestin no est ah. La cuestin es que la ciencia socialformula conceptos, categorias, relaciones y mtodos, que no son independientes de las

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    relaciones sociales que existen en la sociedad. As, los conceptos utilizados son ellosmismos producto de los mismos fenmenos que deberian describir. Una teorarevolucionaria sobre la que se basa un nuevo paradigma slo lograr la aceptacin generalsi la naturaleza de las relaciones sociales comprendidas en la teoria estn realizadas en elmundo real.Una teora contra-revolucionaria es una teora propuesta deliberadamente para

    habrselas con una teoria revolucionaria con el fin de evitar los cambios sociales con queamenaza la aceptacin general de la teora revolucionaria, sea por adaptacin o subversin.

    Este proceso de revolucin y contra-revolucin en las ciencias sociales puede serexaminado ms explcitamente estudiando la relacin entre la economa poltica de AdamSmith y Ricardo por un lado y de Karl Marx por otro. A este respecto, Engels, en elPrlogo al volumen l del Capital, realiza algunas observaciones muy interesantes. Estabaen disputa la cuestin de si Marx haba plagiado la teora de la plusvala. Marx, sinembargo, haba reconocido claramente que tanto Adam Smith como Ricardo haban tratadoy comprendido la naturaleza de la plusvala. Engels empieza a expl icar lo que era nuevoen las expresiones de Marx sobre la plusvala y cmo ocurri el que la teoria de Marx

    sobre la plusvala "di en lo vivo como un rayo procedente de un cielo sereno"(7). Paraexplicar sto, Engels recurri a una analoga con un incidente en la historia de la qumicaque, curiosamente, resulta ser una de las inspiraciones para la tesis de Kuhn sobre laestructura de las revoluciones en las ciencias naturales(8). El incidente se refiere a larelacin entre Lavoisier y Priestley en el descubrimiento del oxigeno. Ambos efectuaronexperimentos similares y llegaron a resultados similares. La diferencia esencial entre ellosfue, sin embargo, que Priestley insisti durante el resto de su vida en intentar interpretarsus resultados en trminos de la vieja teoria del flogisto, y, por lo tanto, llam a sudescubrimiento "aire desflogistizado". En cambio, Lavoisier, se di cuenta de que sudescubrimiento no poda conciliarse con la vieja teoria del flogisto, y, en consecuencia, fuecapaz de reconstruir la estructura terica de la qumica sobre una base totalmente nueva.Asi, tanto Engels como Kuhn sugieren que Lavoisier fue el "verdadero descubridor deloxgeno frente a los otros que slo habian llegado a producirlo sin saber lo que habian

    producido".

    Engels continua diciendo:

    Marx se halla en la misma relacin con sus predecesores en la teora de la plusvala que enla que se hall Lavoisier respecto a Priestley... La existencia de esta parte del valor del

    producto al que hoy llamamos plusvala haba sido descubierta mucho antes que MarxTambn se habia expuesto, con mayor o menor claridad, en qu consistia... Pero no

    mucho ms que sto... (todos los economistas) permanecieron prisioneros de las categoriaseconmicas tal y cmo habian llegado a ellos. Al entrar Marx en escena toma un punto devista directamente opuesto al de todos sus predecesores. Lo que habian considerado unasolucin, l lo toma como un problema. Vi que no se enfrentaba ni a aire desflogistizadoni a aire igneo, sino al oxgeno -que no era simplemente cuestin de definir un hechoeconmico o de sealar un conilicto entre este hecho y la justicia y la moralidad eternas,sino de explicar un hecho destinado a revolucionar toda la economa, y que le ofreci a lque sabia cmo usarla la clave para Ina comprensin de toda la produccin capitalista. coneste hecho como punto de partida, examin todas las categorias econmicas que encontr amano, tal como Lavoisier habian examinado a partir del Oxgeno las categoras de laqumica flogstica(9)

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    La teora marxista era claramente peligrosa ya que pareca proporcionar la clave para lacomprensin de la produccin capitalista desde el punto de vista de aquellos que no sehallaban en el control de los medios de produccin y en consecuencia las categoras,conceptos, relaciones y mtodos que tenian el potencial de formar un paradigmaconstituan una enorme amenaza para la estructura de poder del mundo capitalista. La

    subsecuente aparicin de la teora marginal del valor di al traste con gran parte de loselementos bsicos de los anlisis de Smith y Ricardo (en particular la teora del valor deltrabajo) y tambin sirvi incidentalmente para dar la espalda al desafio marxista enecomonia. La adaptacin contra-revolucionaria de la teora marxista en Rusia despus de lamuerte de Lenin, y la adaptacin contra-revolucionaria similar de la mayor parte dellenguaje marxista en la sociologia occidental (hasta tal punto que algunos socilogossugieren que "ahora todos somos marxistas"), sin que sto implique expresin de la esenciadel pensamiento marxista, ha impedido eficazmente el verdadero florecimiento del

    pensamiento marxista y al mismo tiempo la aparicin de la sociedad humanistica que Marximaginaba. Tanto los conceptos como las proyectadas relaciones sociales inherentes a losconceptos quedaron frustrados.

    Revolucin y contra revolucin en el pensamiento son, por consiguiente, caractersticas delas ciencias sociales de un modo no caracterstico, aparentemente, de las ciencias naturales.Las revoluciones en el pensamiento no pueden, a la larga, divorciarse de las revolucionesen la prctica. Esto parece indicar la conclusin de que las ciencias sociales se hallan,efectivamente, en un estado pre-cientfico. Esta conclusin es, sin embargo, infundada, enla medida en que las ciencias naturales nunca han dejado de estar durante un largo espaciode tiempo bajo el control de un grupo restringido de intereses, y es este hecho, ms quealgo inherente a la naturaleza propia del conocimiento de las ciencias naturales, lo que ha

    producido la falta de contra-revoluciones en las ciencias naturales. En otras palabras, lasrevoluciones del pensamiento que se han realizado no plantean una amenaza al ordenexistente si parten de los requerimientos de este orden existente. Con sto no quiero decirque no existan algunos incmodos problemas sociales que solucionar al paso, ya que undescubrimiento cientfico no es predecible y puede, por lo tanto, convertirse en fuente detensin social. Lo que, sin embargo, si indica es que las ciencias naturales se hallan en unestado pre-social. Asi, cuestiones de accin social y de control social que las tcnicas de laciencia natural ayudan frecuentemente a resolver no estn incorporadas a la ciencia natural

    propiamente dicha. De hecho, existe un cierto fetichismo en el inters por mantenerlasalejadas, ya que incorporarlas "influir" supuestamente en una investigacin dirigida por elmandato del orden social existente. Los consiguientes dilemas morales para aquelloscientficos que se toman en serio sus responsabilidades sociales son realmente grandes.

    Contrariamente a la opinin popular, parece apropiado, sin embargo, llegar a la conclusinde que la filosofa de la ciencia social es muy superior, en general, a la de la ciencia naturaly que la consiguiente fusin de ambos campos de estudio no se producir a travs de"hacer ms cientfica" la ciencia social, sino que, por el contrario, requiere la socializacinde la ciencia natural(10). Esto puede significar el reemplazar la manipulacin y el control

    por la realizacin del potencial humano como criterio bsico para la aceptacin del paradigma. Dado este caso, todos los aspectos de la ciencia experimentarn fases de pensamiento tanto revolucionarias como contra-revolucionarias, que sin duda alguna irnasociadas a revoluciones y contra-revoluciones en la prctica social.

    Volvamos ahora a la cuestin inicial. ~Cmo y porqu llevariamos a cabo una revolucin

    en el pensamiento geogrfico? La revolucin cuantitativa ha seguido su curso yaparentemente los resultados son cada vez menos interesantes mientras que los repetidos

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    trabajos de ecologia factorial, los intentos de medir el efecto de la distancia, o los quetratan de indentificar el alcance de un bien, sirven para decirnos cada vez menos sobrecuestiones de escasa importancia. Adems, existe gente ms joven ahora, ambiciosos comolo fueron los "cuantitativos" a principios de los aos sesenta, un poco sedientos,y en ciertomodo hambrientos de cosas interesantes que hacer. As, se oyen murmullos de descontento

    dentro de la estructura social de la disciplina, ya que los "cuantitativos" se han apoderadode la "produccin" de estudiantes graduados y de los planes de estudio de variosdepartamentos. Esta condicin sociolgica dentro de la disciplina no es suficiente para

    justificar una revolucin en el pensamiento (ni deberia serlo), pero la condicin est ah.Ms importante todava es la existencia de una clara disparidad entre la sofisticadaestructura terica y metodolgica que estamos utilizando y nuestra capacidad de decir algorealmente significativo sobre los acontecimientos tal como se desarrollan a nuestroalrededor. Hay demasiadas anomalas entre lo que queremos explicar y manipular y lo querealmente ocurre. Existe un problema ecolgico, un problema urbano, un problema decomercio internacional, y sin embargo somos incapaces de decir algo de cierta profundidadacerca de cualquiera de ellos. Cuando decimos algo resulta bastante trillado y absurdo.

    Resumiendo, nuestro paradigma no est a la altura. Est maduro para un derrocamiento.Las condiciones sociales objetivas requieren que digamos algo sensible y coherente o que(a causa de la falta de credibilidad o, lo que es peor incluso, a causa de la posteriordeteriorizacin de las condiciones sociales objetivas) que permanezcamos callados parasiempre. Son las condiciones sociales objetivas que estn surgiendo y nuestra patenteincapacidad para hacerles frente lo que explica en esencia la necesidad de una revolucinen el pensamiento geogrfico.

    Cmo podriamos llevar a cabo una revolucin de este tipo? Hay cierto nmero decaminos a seguir. Podriamos, como algunos parecen sugerir, abandonar la base positivistadel movimiento cuantitativo por un idealismo abstracto y esperar que las condicionessociales objetivas mejorarn espontneamente o que los conceptos forjados medianteformas idealistas del pensamiento alcanzarn finalmente un contenido capaz de facilitar elcambio creativo de las condiciones sociales objetivas. Sin embargo, constituye unacaracteristica del idealismo el estar condenado eternamente a buscar sin xito un contenidoreal. Podemos asimismo desechar la base positivista de la dcada de 1960 por una basefenomenolgica Esto parece ms atractivo en la medida en que, por lo menos, nosmantiene en contacto con el concepto del hombre como un ser en constante interaccinsensitiva con las realidades sociales y naturales que le rodean. No obstante, los enfoquesfenomenolgicos pueden conducimos a un idealismo o, de nuevo, a un ingenuo empirismo

    positivista con la misma facilidad que a una forma socialmente consciente de materia

    lismo. La llamada revolucin del comportamiento en Geografia apunta precisamente entodas esas direcciones. La estrategia ms provechosa en esta coyuntura consiste, por lotanto, en explorar esta zona de conocimiento en la que ciertos aspectos del positivismo, delmaterialismo y de la fenomenologia coinciden en parte, para proporcionar adecuadasinterpretaciones de la realidad social en la que nosotros mismos nos encontramos Este

    punto de confluencia est estudiado con mayor claridad por el pensamiento marxista.Marx, en los Manuscritos econmicos y filosficos de 1844 y en La Ideologaa/emana

    (11),da a su sistema una poderosa y atrayente base fenomenolgica. Asimismo,existen ciertos puntos comunes entre el marxismo y el positivismo. Ambos poseen una

    base materialista y ambos recurren a un mtodo analtico. Como est claro, la diferenciaesencial es que el positivismo slo intenta comprender el mundo, mientras el marxismo

    intenta cambiarlo. Dicho de otro modo, el positivismo traza sus categoras y conceptos apartir de una realidad existente, con todos sus defectos, mientras que los conceptos y las

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    categoras marxistas estn formulados a travs de la aplicacin del mtodo dialctico a lahistoria, tal como est escrita aqu y ahora a travs de acontecimientos y acciones. Elmtodo positivista incluye, por ejemplo, la aplicacin de la lgica aristotlica bivalente,tradicional, para comprobar las hiptesis (la hiptesis nula de la inferencia estadstica es

    propiamente un recurso aristotlico). Segn sto las hiptesis son verdaderas o falsas y una

    vez clasificadas lo son ya para siempre. La dialctica propone en cambio un proceso decomprensin que permite la interpretacin de contrarios, incorpora contradicciones y

    paradojas y apunta a los procesos de resolucin. En ello es del todo improcedente hablar deverdad y falsedad, ya que la verdad est ligada al proceso dialctico ms que a los juiciosderivados del proceso, que pueden ser considerados como "verdaderos" slo en un puntodado en el tiempo y que, en cualquier caso, son contradichos por otros juicios"verdaderos". Este mtodo nos permite si es necesario invertir los anlisis, considerar lassoluciones como problemas y las cuestiones como soluciones(12)

    Resumir brevemente un conocido razonamiento sobre la teoria de la utilizacin del suelourbano para of recer un ejemplo de cmo funciona la estrategia descrita anteriormente. Los

    gegrafos sacan gran parte de su inspiracin inicial de la escuela de socilogos de Chicago(especialmente Park y Burgess), los cuales observaron que las ciudades presentaban ciertasregularidades en la estructura espacial. Esta estructura espacial era mantenida por algunaforma culturalmente derivada de la solidaridad social que Park denominaba "el ordenmoral"(13). Engels, que escribi unos 80 aos antes que Park y Burgess, seal el fenmenode las zonas concntricas, interpretndolo en trminos de clases econmicas, e identific elmecanismo de mercado que opera bajo las instituciones capitalistas como la fuerzageneradora de la estructura urbana. Su descripcin de Manchester es clarividente y vale la

    pena citarla:

    "Manchester alberga en su corazn un distrito comercial bastante extendido, quizs de unamedia milla de largo y de una anchura similar, y que consiste en su casi totalidad enoficinas y almacenes. Casi todo el distrito carece de moradores, y de noche es solitario ydesierto... El distrito est dividido por ciertas vias pblicas principales sobre las que seconcentra el trfico, y cuyas aceras estn llenas de luminosas tiendas. En estas calles, los

    pisos superiores estn ocupados, aqu y all, y existe gran movimiento en ellos hasta altashoras de la noche. Con la excepcin de este distrito comercial, todo Manchester

    propiamente dicho, Salford y Hulme... se componen de barrios de gente trabajadoraexclusivamente, que se extienden formando un cinturn de una anchura de milla y media,alrededor del distrito comercial, Ms all de este cinturn, vive la alta y mediana

    burguesa; la mediana burguesa en calles dispuestas regularmente en la vecindad de los

    barrios de trabajadores... Ia alta burguesa, en casas ms alejadas con jardines... en mediodel aire libre y saludable del campo, en elegantes y confortables hogares, enlazadas con elcentro de la ciudad por omnibuses que pasan cada cuarto o cada media hora. Y lo mscurioso de esta disposicin de cosas es que los miembros de la aristocracia del dinero

    pueden tomar la carretera ms corta que atraviesa todos los barrios de trabajadores sin nisiquiera ver que se hallan en medio de la mugrienta miseria que se oculta a derecha eizquierda, ya que las vas principales que conducen desde el Exchange hacia todas lasdirecciones fuera del centro de la ciudad tienen, a ambos lados, una serie initerrumpida detiendas, que se hallan en manos de la mediana y pequea burguesia... ocultando a los ojosde los hombres y mujeres adinerados de fuertes estmagos y nervios dbiles la miseria y la

    porquera que forman el complemento de su riqueza... S muy bien que este plan hipcrita

    es ms o menos comn a todas las grandes ciudades; tambin s que los comerciantesconsiderados uno a uno se ven obligados por la naturaleza de su trabajo a tomar posesin

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    de las grandes vas; s que en todos lados existen en las calles de este tipo ms edificiosbuenos que malos, y que el valor del suelo es mayor en su proximidad que en los distritosalejados; pero al mismo tiempo, nunca como en Manchester he visto un alejamiento tansistemtico de las clases trabajadoras de las vas principales, un camuflamiento tanmeticuloso de todo aquello que puede molestar a la vista y a los nervios de la burguesa. Y

    sin embargo, en otros aspectos, Manchester no est edificada conforme a un plan que sigaunas regulaciones oficiales, sino que se trata ms bien de un crecimiento accidental, comoen cualquier otra ciudad; y cuando considero en relacin con sto las afirmaciones de laclase media en el sentido de que todo va bien para los obreros, no puedo evitar pensar quelos industriales liberales, los Big Wigs de Manchester, no son tan inocentes despus detodo en la cuestin de este delicado mtodo de construccin" (14).

    La descripcin ofrecida por Engels puede aplicarse sin casi necesidad de cambio, a laciudad norteamericana contempornea, lo que indica que las ciudades capitalistas tienden auna similaridad estructural debido a que las fuerzas bsicas que las modifican son lasmismas. Ciertos pasajes escritos por Engels, por ejemplo, son comparables a los que se

    encuentran normalmente en los informes gubefnamentales contemporneos sobreproblemas urbanos (tales como el Informe de la Comisin Kemer(15)). Al parecer es, pues,una pena que sigamos mirando a Park y Burgess como inspiradores (tal como lo hacen losgegrafos de Chicago) en lugar de seguir el planteamiento adoptado por Engels. De hecho,la tradicin que ms estrechamente entronca con la de Engels procede del anlisis de vonThunen que ha sido aplicado por Alonso y Muth(16) al mercado del suelo urbano. En estosmodelos el uso del suelo urbano est determinado por un proceso de competencia por elsuelo. Diferentes grupos de la poblacin poseen diferentes recursos que ofrecer y puedesurgir toda una variedad de estructuras de la ciudad segn las preferencias de los gruposadinerados que pueden utilizar siempre sus recursos para dominar las preferencias de losgrupos pobres. Este es el resultado natural de los modelos construdos segn los principiosmarginalsticos neoclsicos -modelos considerados generalmente como el ptimo dePareto-.

    Las desviaciones a partir del modelo normativo pueden considerarse como una indicacinde desequilibrio Se admite generalmente que existe un considerable desequilibrio en laciudad norteamericana en la actualidad, al haberse suburbanizado el empleo pero habersido excluidas de las ubicaciones suburbanas las poblaciones pobres por una variedad deacciones (tales como el zonng). Es interesante anotar que gran parte de las polticas

    propuestas por grupos liberales (planificadores, grupos pro derechos civiles, etc.) equivalena abogar por un retorno al equilibrio del tipo identificado en la formulacin Alonso-Muth.

    Ello es favorecido por importantes corporaciones que en algunos casos estn sufriendo porla escasez de mano de obra en las reas suburbanas.Todas estas propuestas indican unavuelta a un equilibrio en el que los pobres todavia viven alli donde pueden "necesitarmenos para vivir" - en otras palabras, se aboga por una vuelta al status quo del tipo descrito

    por Engels. Cmo poder identificar soluciones ms revolucionarias?

    Muth intentaba demostrar que el modelo normativo que proponia tenia una pertinenciaempirica. Hizo la prueba y encontr que era muy correcto como modelo del uso residenciadel suelo en Chicago. Aceptemos que la teoria es cierta, en el sentido empleado por los

    positivistas lgicos. Esta verdad puede ser utilizada para ayudamos a identificar cul es el problema. Lo que Muth consideraba como una prueba con xito de una teoria vamos a

    considerarlo nosotros como un indicador de cul es el problema. La teoria predice que losgrupos pobres vivirn all donde pueden necesitar menos para vivir. Por lo tanto, la nica

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    poltica vlida es eliminar las condiciones que dan pie a la verdad de la teora. En otraspalabras, queremos que el modelo del mercado del suelo de von Thunen no sea verdad. Elmodo ms sencillo de llegar a ello es eliminando el mecanismo que da pie a la verdad de lateoria. El mecanismo en este caso es la competencia para la utilizacin del suelo. Sieliminamos este mecanismo eliminaremos probablemente el resultado. La competencia

    deber ser reemplazada, por lo tanto, por un mercado del suelo urbano socialmentecontrolado y por un control socializado del sector de la vivienda. Convertiremos asi lateoria de von Thunen en no pertinente para nuestra comprensin de la estructura espacialde las ciudades. Este proceso se ha iniciado en Cuba y en La Habana, donde lacompetencia ha sido completamente eliminada as como los pagos de alquiler denumerosas viviendas.(17)

    No deberiamos aceptar este razonamiento con excesiva rapidez, pues ocurre a menudo queel mecanismo que se adopta para el propsito de la teoria no es necesariamente el mismoque el mecanismo real que produce resultados de acuerdo con la teoria. Deberiamos estarsimplemente alertados sobre la posibilidad de que el mecanismo de mercado tenga un fallo

    en su misma base y est buscando mayores pruebas de afirmacin. Estas pruebas puedenobtenerse a partir de un razonamiento procedente de las caracteristicas generales delcapitalismo y del comportamiento del mercado. Un sistema de mercado se hace posible

    bajo condiciones de escasez de recursos, ya que slo bajo estas condiciones puedellaparecer mercados que determinen los precios. La extensin del intercambio mercantil ha

    permitido un inmenso incremento en la produccin de riqueza. Nos encontramos, por lotanto, con la paradoja de que la riqueza es producida bajo un sistema que se basa en laescasez para su funcionamiento. De lo que se deduce que si la escasez es eliminada,entonces la economia de mercado, que es la fuente de la riqueza productiva bajo elcapitalismo, est expuesta al colapso. No obstante, el capitalismo sigue aumentando sucapacidad productora. Para resolver este dilema se han constitudo muchas instituciones ymecanismos para asegurarse de que la escasez no desaparezca. De hecho, muchasinstituciones estn montadas con vistas al mantenimiento de la escasez (siendo lasuniversidades un excelente ejemplo de ello, aunque se haga en nombre de la"calidad") Unanlisis general del capitalismo y de las economas de mercado indicara que una barreraesencial para la eliminacin de la escasez en las sociedades productoras avanzadas comoUSA radica en el complicado juego de instituciones entrelazadas (financieras, judiciales,

    polticas, educacionales, etc.) que sostienen el proceso mercantil.

    Si nos fijamos con mucha atencin podemos identificar manifestaciones de esta condicingeneral en el mercado urbano de viviendas. Los especuladores del mercado de viviendas

    (propietarios, bancos y otras instituciones, promotores, etc.) no estn interesados enalbergar per se, sino que su inters estriba en maximizar sus ganancias (rentas, intereses, benelicios,... o, tal como lo llama Marx, la plusvala). Incluso si cada uno de ellos secomporta ticamente de acuerdo con las normas usuales del comportamiento empresarialcapitalista, el resulado neto de las interacciones de todos ellos es trasladar valores de usode la vivienda en una parte de la ciudad con vistas a obtener valores de cambio en otra

    parte de la ciudad En otras palabras, se est creando la escasez en una parte de la ciudad,de modo que el mercado pueda funcionar (a un cierto nivel de beneficio) en el otroextremo Este proceso puede ser pormenorizado Si este proceso es general, y la evidenciaindica que lo es, entonces podemos anticipar que el sistema de mercado tratar de eliminarnaturalmente cualquier poltica que se proponga evitar la escasez en el mercado de la

    vivienda. De nuevo, existen algunas asombrosas semejanzas entre los informes of recidos

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    por Engels y los problemas de la poltica urbana contempornea. A continuacin citamoscmo Engels describi los intentos de renovacin urbana en el siglo diecinueve:

    ''En realidad la burguesia no conoce ms que un mtodo para resolver a su manera lacuestin de la vivienda, es decir, para resolverla de tal suerte que la solucin cree siempre

    de nuevo el problema. Este mtodo se llama "Haussmann"... Por "Haussmann" me refiero ala prctica generalizada de abrir brechas en barrios obreros, particularmente los situados enel centro de nuestras grandes ciudades, va responda esto a una atencin de salud pblica ode embellecimiento, ya a una demanda de grandes locales comerciales en el centro, o biena unas necesidades de comuncaciones, como ferrocarriles, calles, etc. (que algunas vecesllevan el estratgico propsito de hacer ms difcil la lucha de barri cadas)... El resultado esen todas partes el mismo, cualquiera que sea el motivo invocado: las callejuelas y loscallejones sin salida ms escandalosos desaparecen y la burguesa se glorifica con unresultado tan grandioso, pero,.. callejuelas y callejones reaparecen prontamente en otra

    parte, y muy a menudo en lugares muy prximos! .., Todos los focos de epidemia, esosagujeros y stanos inmundos, en los cuales el modo de produccin capitalista encierra a

    nuestros obreros noche tras noche, no son liquidados, sino solamente... trasladados a otrolugar La misma necesidad econmica que los haba hecho nacer en un lugar los reproducems all; y mientras exista el modo de produccin capitalista, ser absurdo querer resolveraisladamente la cuestin de la vivienda o cualquier otra cuestin social que afecte la suertedel obrero. La solucin reside nicamente en la abolicin del modo de produccincapitalista, en la apropiacin por la clase obrera misma de todos los medios de subsistenciay de trabajo"(18).

    Resulta dificil dejar de concluir a partir de las pruebas evidentes acumuladas por Engelsque ste se hallaba probablemente en lo cierto. Existen buenas razones para creer que elmecanismo del mercado es el culpable de un srdido drama. Y, sin embargo, es curiosoque aunque todos los analistas honestos manifiestan la importancia de algunos de nuestros

    problemas urbanos contemporneos, pocos ponen en tela de juicio las fuerzas quegobieman en el mismo fondo de nuestro sistema econmico. Asi nosotros discutimos detodo excepto de las caracteristicas bsicas de la economia capitalista. Inventamos todo tipode soluciones excepto aquellas que pueden desafiar la continuacin de esta economa. Esasdiscusiones y soluciones que evitan la solucin central slo sirven para hacemos parecerlocos, porque nos llevan finalmente a descubrir, bastante tardiamente, lo que Engels saba

    perfectamente -en 1872- que las soluciones capitalistas no proporcionan una base paraluchar contra las deterioradas condiciones sociales, estructuralmente necesarias para la

    perpetuacin del capitalismo. Tales soluciones no son ms que "aire desflogistizado".

    Podemos, si queremos, descubrir oxgeno y todo lo que le acompaa sometiendo a lapropia base de nuestra sociedad capitalista (con todas sus escaseces institucionalizadas) aun riguroso examen crtico. Es a esta labor a la que debe dedicarse una teoriarevolucionaria. Qu supone esta labor?

    Primero, permtaseme decir lo que no supone. No supone otra investigacin emprica delas condiciones en los ghettos. Ya poseemos suficiente informacin y es un desperdicio deenerga y de recursos emplear nuestro tiempo en un trabajo de este tipo. De hecho, seguirrecogiendo ms pruebas de la patente inhumanidad del hombre resulta incluso contra-revolucionario en la medida en que permite al liberal de buen corazn pretender que estcontribuyendo a una solucin cuando de hecho no lo est. Este tipo de empirismo est

    fuera de lugar. Ya existe suficiente informacin en comunicados de congresos, peridicos,libros, artculos, etc. que nos proporcionan todas las pruebas que necesitamos. Nuestra

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    labor no reside en sto. Tampoco reside en lo que podriamos llamar masturbacin moraldel tipo que acompaa la recoleccin masoquista de enormes expedientes sobre lasinjusticias que sufre la poblacin del ghetto, con las cuales nos golpeamos el pecho,compadecindonos, antes de retirarnos a nuestro confort hogareno. Esto tambin resultacontra-revolucionario ya que sirve simplemente para que expiemos nuestra culpa sin

    vernos nunca obligados a afrontar las soluciones fundamentales, y no digamos a hacer algorespecto a ellas. Tampoco es solucin abandonamos a este turismo emocional que nos llevaa vivir y trabajar con los pobres "durante un tiempo" con la esperanza de que podamosayudarlos realmente a mejorar su suerte. Esto resulta asimismo contra-revolucionario,

    puesto que de este modo qu ocurre si ayudamos a una comunidad a ganar un patio derecreo en un verano de trabajo para que encuentren que la escuela se echa a perder duranteel otoo? Estos son los caminos que no debemos tomar. Sirven simplemente paradesviamos de la labor esencial que tenemos a mano.

    Esta labor inmediata no es ms que la autoconcienciacin y una informada construccin deun nuevo paradigma para un pensamiento geogrfico social a travs de una honda y

    profunda crtica de nuestras construcciones analiticas existentes. Esto es, aquello para loque estamos mejor preparados. Despus de todo somos universitarios, trabajando con losinstrumentos del comercio acadmico. Nuestra labor consiste, por lo tanto, en movilizarnuestra capacidad de pensar para formular conceptos y categoras, teoras y argumentos,que podamos aplicar en el proceso de realizar un cambio social humanizador. Estosconceptos y categoras no pueden ser formulados en abstracto. Deben ser forjados de unmodo realista con respecto a los acontecimientos y acciones tal como se desarrollan anuestro alrededor. Ciertamente, la evidencia emprica, los expedientes ya recopilados, y lasexperiencias tenidas por la comunidad, pueden utilizarse aqui. Pero todas estasexperiencias y toda esta informacin no significan nada si no las sintetizamos en poderososmodelos de pensamiento. Pero nuestro pensamiento no puede quedarse simplemente en larealidad existente. Debe abarcar alternativas de un modo creativo. No podemos permitirnos

    planear para el futuro sobre la base de la teora positivista ya que hacerlo asi significarareforzar elstatus quo, Sin embargo, como en la formacin de cualquier nuevo paradigma,debemos estar preparados para incorporar y reunir todo aquello que resulte til y valiosodentro de este cuerpo terico. Podemos reestructurar la formulacin de la teora existentedesde el punto de vista de las posibles lneas de accin futuras. Podemos criticar las teoriasexistentes como "simple apologtica para la fuerza dominante de nuestra sociedad, elsistema capitalista y todas sus instituciones concomitantes. De este modo seremos capacesde establecer las circunstancias bajo las cuales la teoria de la localizacin puede serutilizada para crear un futuro mejor, y las circunstancias en las que refuerza modos de

    pensamiento que llevan al mantenimiento delstatus quo. El problema en muchos casos noes el mtodo marginalista per se o las tcnicas optimizadoras per se sino el que estosmtodos estn siendo aplicados en un contexto equivocado. El ptimo de Pareto, tal comointroduce la teoria de la localizacin es un concepto contra-revolucionario y lo esigualmente cualquier formulacin que requiera la maximizacin de alguna de lasmanifestaciones parciales de la plusvala (tales como las rentas o los beneficios de lainversin de capital). Todava ms, las soluciones programadoras son expedientesextremadamente pertinentes para comprender cmo los recursos pueden movilizarse mejor

    para la produccin de la plusvala(19) Por su parte, las formulaciones basadas en laconsecucin de la igualdad en la distribucin son tambin contra-revolucionarias a menosque deriven de la comprensin de cmo la produccin est organizada para crear

    plusvala(20)

    . Examinando cuestiones como stas podemos empezar, por lo menos, a

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    evaluar la teoria existente y en el proceso (quin sabe? ) quiz empiecen a surgir las lneasbsicas de una nueva teora.

    Una revolucin en el pensamiento cientfico se lleva a cabo poniendo en orden conceptos eideas, categoras y relaciones, en un sistema superior de pensamiento, de modo que cuando

    se le juzga respecto a las realidades que requieren explicacin, se consigue que todaoposicin a este sistema parezca absurdo. Puesto que somos, en la mayor parte, nuestros

    propios oponentes en este asunto, muchos de nosotros encontraremos que un primer pasoinicial en este camino consistira en incomodarnos, en hacernos parecer absurdos anosotros mismos. Esto no es fcil, especialmente si nos hallamos poseidos del orgullointelectual. Adems, el surgimiento de una verdadera revolucin en el pensamientogeogrfico est destinado a ser ajustado por un compromiso en la prctica revolucionaria.Ciertamente, la aceptacin general de la teora revolucionaria depender de la energa

    puesta en la prctica revolucionaria. Aqui habrn muchas y dificiles decisiones personalesque tomar. Decisiones que requieren un compromiso "real" oponindose al "simplementeliberal", ya que realmente resulta muy cmodo ser simplemente liberal. Pero si las

    condiciones son tan serias como muchos de nosotros creemos, entonces llegaremos cadavez ms a la conclusin de que no se puede perder gran cosa en este tipo de compromiso yque lo ganaremos casi todo si lo hacemos y triunfamos.

    NOTAS

    1. KUHN, T. S.: The structure of Scientific Revolutions, Chicago,1962 (trad. cast.,Laestructura de los revoluciones cientficas, Mxico y Madrid, Fondo de Cultura Econmica,1974).

    2. BERNAL, J. D.: Science in History, M.l.T. Press, Cambridge, Massachusetts, ed. de1971.

    3. BERNAL, J. D.: Op. cit., ROSE, H. y ROSE, S.: Science and Society, Harmondsworth,Middx., Penguin Books, 1969.

    4. KUHN, T. s. Op. cit., pg. 37; NAGEL, E.: The Structure of Science, Nueva vork, TheEree Press, 1961.

    5. JOHNSON, H. G.: The Keynesian Revolution and the Monetarist Counter-revolution,

    "American Economic Review", vol. 61, n. 2, pgs.1 14. Deseo dar las gracias a GeneMumy por haberme llamado ia atencin hacia esta referencia.

    6. JOHNSON, H. G.: Op. cit.

    7. MARX, KarlEl Capltal(Se ha utilizado la edicin de Intemational Publishers, NuevaVork, 1967), vol. 2, Prefacio, por F. Engels. Esta cuestin es discutida en profundidad porALTHUSSER, L y sALlsAR, E.:L;re le Capital, Paris, Maspero,1967 (Trad. cast.,Paraleer el Capltal, Mexico, Siglo xx1~ 1969).

    8. KUHN, T. s.: Op. cit. pgs. 52-56.

    9. MARx, Karl: Op cit., pgs.11-18.

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    10. Marx consider claramente esta forma de resolucin del conflicto entre las cienciasnaturales y sociales. vase MARX, Karl The Economic and Philosophic Manuscripts of1844, Nueva Vork, Intemational Publishers, ed, de 1964 (trad. cast. Manuscritos:

    Economa y Filosofa, Madrid, Aiianza Editoriai, I ibro de Bolsillo n. 119,1968).

    11. MARX Karl The Germon Ideology, Nueva York, Intemational Publishers, ed. de1971.MARX Karl: The Economic and Philosophic Manuscripts of 1844, op. cit. Marxdem su posicin fenomenolgica de la obra de HEGELPhnomenologie des Geistes,Jena,1807 ~trad. cast.:La Fenomenologa del Espritu, Madrid,1935).

    12. Marx deriv tambin este mtodo dialctico de Hegel. vanse The Economic c7ndPhi/osophic Manuscripts, op. cit., pg 170-193.

    13. PARK, R. E.: The Urban Community as a Spatial Pattern and c Moral Order, incluidoen BURGESS, F. W.: The Urban Community, Chicago University Press. 1926.

    14. ENGELS, F.: The Condtion of the Working Class in England in 7844 , Londres, Allenand Unwin, ed. de 1962, pgs. 46-47 (trad. cast.La situacin de la clase obrera en

    Inglaterra, Buenos Aires, Editorial Futuro, 1965, pgs. 64-65).

    15. KEMER COMMISSION:Repport of the National Advisory Commission on CivilDisorders, Nueva York, Bantam Books, 1968.

    16. ALONSO W.:Location and Land Use, Harvard University Press, Cambridge, Mass.,1964.MUTH, R: Cities and Housing, Chicago University Press 1964

    17. VALDES, N. P.Heolth ond Revolution in Cuba, "Science and Society", 35, 1971,pgs. 311-335.

    18. ENGELS, F.: The Housing Question, Nueva York, Intemational Publishers, ed. de1935 (trad. cast.:La cuestin de la vivienda, Barcelona, Gustavo Gili, 1975).

    19. La experiencia de la planificacin central en la Unin Sovitica a este respecto facilitaalgunas interesantes lecciones, ya que Kantarovitch desarroll soluciones programadoras amuchos de los problemas de asignacin de recursos que surgieron en la economa. VaseELLMAN, M.: Soviet Planning Today, Cambridge University Press, 1971. Ello sugiereque alguna de las soluciones programadoras pueden ser ms tiles para los problemas de

    localizacin urbana que como bases para una teora revolucionaria de la utilizacin delsuelo,

    20. MARX, KarlEl Capital, vol. 3 (op cit., pgs. 876-886). Es por ello que yo rechazoahora el intento que realic en un anterior trabajo de examinar las cuestiones dedistribucin de manera distinta a los problemas de produccin. Vase HARVEY, D.:Social Justice and Spatial Systems, incluido en PEET, R. (Ed.): Geographical Perspectiveson American Poverty, Antipode Monographs in Social Geography, n. 1, 1972, pgs. 87-106