teología i sobre la fe

16
TEOLOGÍA I LA FE VISIONES INADECUADAS DE LA FE EN LA ACTUALIDAD 1. Cuando preguntaba algo sobre la religión que no entendía mi padre me decía:” No hay que preguntar es peligroso2. Mi catequista me dijo un día cuando le pregunté sobre Adán y Eva y la evolución: “¡Chiquito!, Usted tiene que creer o no creer en la Iglesia3. Un cura me decía:”No hay que preguntar, porque es un misterio4. La fe es como el olfato, algo que se siente y no que se ve. 5. A la gente no hay que darle mucha explicación, no vaya ha ser que pierda la poca fe que le queda(Un cura de parroquia justificando el porque no era conveniente que vean ciertas películas polémicas sobre la vida de Jesús) 6. “Se dieron tantas definiciones de ella que quisiera, de una vez por todas, decir que es indefinible. Para unos, es una adquisición de la palabra de Dios, pero aun para eso es necesario que exista Dios, y que hable, lo cual presupone que se lo pueda demostrar. Para otros, es una gracia, de manera que es inútil buscarla cuando no se la tiene. La mayoría de los pensadores modernos, ven en la fe la acción de una inteligencia que toma conciencia de sus límites, y se remite, para lo demás, una misteriosa potencia que regiría el mundo e incluso su propia existencia. Se encuentra un rasgo de ese género de abdicación intelectual en la expresión popular:” Para creer eso, hay que tener verdaderamente fe”, lo cual, en resumen, quiere decir, que, a veces, para creer es preciso acallar a la propia razón. Para otros aún, la fe establece una relación entre Dios y el ser humano, generalmente con la mediación de las Escrituras o de Una Iglesia; pero una relación o un diálogo exige la existencia de dos interlocutores, y volvemos a caer en nuestra primera objeción. Para Bernanos, la fe no será otra cosa que “veinticuatro horas de duda, menos un minuto de esperaza”. Según esta bella formula, la fe sería una duda superada de vez en cuando por un sentimiento irracional. Por lo tanto, no se puede ni definirla, ni explicarla” 7. “Se conoce la célebre respuesta del sabio marqués de Laplace, teórico del determinismo integral:” ¿Dios? Es una hipótesis de la cual no tengo 1

Upload: jocelyn-stout

Post on 10-Dec-2015

213 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Teologia de la fe de FriesPara alumnos del nivel terciario.Resumen del libro: Introduccion a la teologia

TRANSCRIPT

Page 1: Teología i Sobre La Fe

TEOLOGÍA I

LA FE

VISIONES INADECUADAS DE LA FE EN LA ACTUALIDAD

1. Cuando preguntaba algo sobre la religión que no entendía mi padre me decía:” No hay que preguntar es peligroso”

2. Mi catequista me dijo un día cuando le pregunté sobre Adán y Eva y la evolución: “¡Chiquito!, Usted tiene que creer o no creer en la Iglesia”

3. Un cura me decía:”No hay que preguntar, porque es un misterio”

4. La fe es como el olfato, algo que se siente y no que se ve.

5. A la gente no hay que darle mucha explicación, no vaya ha ser que pierda la poca fe que le queda(Un cura de parroquia justificando el porque no era conveniente que vean ciertas películas polémicas sobre la vida de Jesús)

6. “Se dieron tantas definiciones de ella que quisiera, de una vez por todas, decir que es indefinible. Para unos, es una adquisición de la palabra de Dios, pero aun para eso es necesario que exista Dios, y que hable, lo cual presupone que se lo pueda demostrar. Para otros, es una gracia, de manera que es inútil buscarla cuando no se la tiene. La mayoría de los pensadores modernos, ven en la fe la acción de una inteligencia que toma conciencia de sus límites, y se remite, para lo demás, una misteriosa potencia que regiría el mundo e incluso su propia existencia. Se encuentra un rasgo de ese género de abdicación intelectual en la expresión popular:” Para creer eso, hay que tener verdaderamente fe”, lo cual, en resumen, quiere decir, que, a veces, para creer es preciso acallar a la propia razón. Para otros aún, la fe establece una relación entre Dios y el ser humano, generalmente con la mediación de las Escrituras o de Una Iglesia; pero una relación o un diálogo exige la existencia de dos interlocutores, y volvemos a caer en nuestra primera objeción. Para Bernanos, la fe no será otra cosa que “veinticuatro horas de duda, menos un minuto de esperaza”. Según esta bella formula, la fe sería una duda superada de vez en cuando por un sentimiento irracional. Por lo tanto, no se puede ni definirla, ni explicarla”

7. “Se conoce la célebre respuesta del sabio marqués de Laplace, teórico del determinismo integral:” ¿Dios? Es una hipótesis de la cual no tengo necesidad”. Lo mismo ocurre para el conjunto de las ciencias, que avanzan sobre datos seguros y reconocidos, verificados por la experiencia y que excluyen toda intervención exterior a la naturaleza. Ese no es el caso de la fe que utiliza los datos no verificables de la Revelación, constituye en dogmas misterios que son desconcertantes para la razón, e invita a creer, a despecho de todo lo que puede incitar a dudar, como el mal, el sufrimiento, la muerte y lo que se podría llamar “la evidente ausencia de Dios”. Además, la historia demuestra que los progresos del conocimiento restringen inexorablemente el terreno religioso, reducido hoy en día al territorio impreciso del sentimiento y de la moral. Cada vez que se descubre un secreto de la vida, la

1

Page 2: Teología i Sobre La Fe

religión pierde un argumento. Por lo tanto, se puede considerar que la ciencia y la fe son incompatibles”

8. “Desde el punto de vista moral, muchos incrédulos igualan o superan a los creyentes en bondad, en devoción, en probidad o en el ejercicio de las virtudes sociales y familiares; si existieron progresos en el terreno social, es a los revolucionarios ateos a quienes se les deben, más bien que a los cristianos, muchos tiempo inclinados a remitir la justicia a un mundo mejor; si hoy en día están más atentos a los derechos de los pobres, es precisamente en la medida en que creen un poco menos en el paraíso y un poco más en este mundo. Desde el punto de vista intelectual, la diferencia es mínima entre aquel que cree, el que duda la mayor parte del tiempo, y aquel que no cree, interrogándose sin cesar. Finalmente, están buscando, y creer, o creer que se cree, no hace más que simplificar arbitrariamente un problema, que consiste en saber “por qué hay algo más bien que nada”, y uno tiene más posibilidades de resolverlo que cuando se le dan las respuestas convencionales de la fe. En lo que concierne al destino individual, al no ser pruebas los artículos de fe, el creyente no está mejor informado que el incrédulo. Por lo tanto, de nada sirve creer”

9. Comprendo que haya gente que se confiese creyente y que eso la ayude a vivir. Respeto a los que viven su fe con sinceridad. Pero creer o no creer es sólo una cuestión de sentimientos y opiniones. Yo, personalmente, prefiero aceptar que el hombre es un ser limitado, temporal, y que no hay más mundo que el que vemos. Lo considero más honrado y realista.

10. Lo único que hace la religión es llenarte la cabeza de historias raras, de normas y de prohibiciones. La vida hay que gozarla lo más posible. ¿Para que estamos aquí si no? La fe te puede amargar la existencia.

11. Yo creo en Dios. Pienso que algo tiene que haber. Me casé por la Iglesia y he bautizado a mis hijos. Pero no soy de los que se comen los santos, que se suele decir. No veo por qué hay que ir tanto a la Iglesia, a misa, a reuniones y a cosas de ésas. Todo esto es muy personal y cada uno sabrá lo que hace.

12. Ahora ya no me plateo la cuestión de la fe. Vivo la vida sin más, y no necesito de la religión. Hace tiempo que prescindí de ella. No la echo en falta. Me parece una complicación innecesaria.

13. Creo que, en este momento, mi vida no tendría sentido sin la fe. Cuando uno se pone a vivirla en serio, llena muchísimo. Pero yo he ido descubriendo esto poco a poco. No se trata sólo de ir a misa y rezar. Además hay que juntarse con otros cristianos, apoyarse, formarse en cosas de la fe, compartir un poco lo que cada uno vive, y echar una mano en lo que se pueda.

14. La fe cristiana, como toda fe religiosa, hay que eliminarla. Es un engaño que perjudica mucho al hombre y a la sociedad. Además, es un arma poderosísima para manipular a las personas. Me declaro decididamente antirreligioso.

15. La fe es un sentimiento.

2

Page 3: Teología i Sobre La Fe

16. La fe es cumplir los preceptos que manda la ley de Dios.

17. La fe no se puede ni explicar ni razonar. Se cree porque sí.

RESPUESTAS A LAS VISIONES INADECUADAS

Objetivo: descubrir los supuestos y establecer el contexto desde donde poder hablar de la fe en sentido teológico.

Su espíritu y tarea La necesidad de un aggiornamento. Es decir, evitar la mera repetición o afirmación de lo que se dijo y de lo que siempre ha sido válido; es necesario una traducción y transposición radical del ayer al hoy. Hay que asumir el nuevo horizonte.Hay que ser fiel a los orígenes y adaptarse a la situación, respetando tanto la fe del mensaje como las exigencias del hombre concreto al que ha de transmitir ese mensaje, de tal modo que el hombre pueda entenderlo y experimentarlo como una respuesta a sus preguntas a la vez que como un cuestionamiento de las respuestas que él mismo se da. Cuando no hay preguntas, las respuestas caen en el vacío.

Definición Teología es la reflexión metódica sobre la fe en Dios, que se ha dado a conocer, comunicado y revelado de múltiples formas, pero de un modo definitivo e insuperable en Jesucristo cuya presencia, palabra y obra sigue presente en la Iglesia.Fundamental es todo aquello que se refiere a los supuestos, y condiciones que hacen posible una realidad.Concretamente los supuestos y condiciones de la teología son: la fe, la revelación y sus contenidos específicos como lo es la Iglesia y su misión. Ahora bien, tales supuestos son para la teología fundamental, objeto del conocimiento humano y de la comprensión racional. “Estad siempre dispuestos a responder a cualquiera que os pida razón de vuestra esperanza” (1 Ped 3,15) La esperanza es la forma futura de la fe.La nota específica de la teología fundamental es el problema de la credibilidad de la fe.

Apologética y teología fundamental Es permanente la capacidad de dar respuesta de la fe cristiana, en el sentido de dar cuenta, tomar posición y defenderse frente a los cuestionamientos, que se le hacen. Es una dimensión de la teología. La fe se orienta al encuentro y a la confrontación creativa con el espíritu de su respectiva época histórica.

Advertencia Es exagerado afirmar que con el estudio de los fundamentos de la credibilidad de la fe cristiana se seguiría con necesidad lógica o psicológica la fe misma, como se sigue la conclusión de las premisas. Ninguna credibilidad ninguna racionalidad de la fe, dispensa de creer o puede sustituir a la fe. La fe no deja nunca de ser un acto nuevo, propio e irreductible.

IFE Y CIENCIA DE LA FE.

La fe

Existe una interconexión entre fe, revelación y la Iglesia. La fe es el correlato subjetivo de la revelación. La fe equivale a la revelación que ha llegado a sus destinatarios y que, por lo mismo, ha alcanzado su meta. En cuanto a la Iglesia cabe preguntarse: en qué sentido tiene que ver con los supuestos, y condicionamientos de a posibilidad de la fe, y cuál es la función que asume como instancia para la transmisión de la fe.Intentaremos descubrir las estructuras fundamentales del ser cristiano.

Condicionamientos antropológicos de la fe

3

Page 4: Teología i Sobre La Fe

Evitar presentar a Dios y sus contenidos revelados como una superestructura o una alienación sin relación alguna con la realidad y con la realidad del propio hombre.

La fe como acto personal

Lenguaje cotidiano1. “Yo creo” = no sé; pienso; podría ser; pero lo contrario es perfectamente posible.2. “Yo creo que fulano está equivocado” = hay motivos y fundamentos para hacer tal

afirmación, pero que no llega a una firmeza y seguridad resolutiva.

Resultado: la fe equivale a saber sólo de una manera aproximada. Esta por encima de la sospecha vaga pero por debajo del saber. Hay un grado de certeza más elevado con respecto al primero. Pero no deja de ser un modo transitorio o deficiente de conocimiento. Es una figura intermedio entre la mera sospecha y el conocimiento exacto y fundado. Sospecha-Creer-Saber.¿Qué ocurre si se la mide a la fe desde el criterio expuesto? La fe sería un modo transitorio o deficiente de conocimiento. Sería un conocimiento inferior respecto al saber. En resumen, cuando se parte de este planteamiento, la fe entra de antemano en una perspectiva muy sospechosa y vulnerable. Además se comprendería que la fe (teológica) aparezca irreconciliable con la razón.

3. “Yo creo en ti; te creo” = Aquí el creer es un acto de encuentro y de confianza, que abarca inteligencia, voluntad y sentimiento en su unidad originaria. La expresión “Yo creo en ti” es radical y universal pues se refiere a la totalidad de la persona. Estamos en el marco del encuentro entre Yo-tu es un acto dentro de la intersubjetividad. Además aparece que es una eminente forma de conocimiento. Es, nada menos, la forma en que yo tengo acceso por la vía del conocimiento a la persona del otro. Sin ese “creer” la persona en tanto que persona queda cerrada para mí en su realidad genuina, en su hondura, en aquello que la mueve, en su mismidad.

Argumentación ¿Cómo puedo yo conocer a la persona en lo que le es propio?Con la utilización del método científico: se lograría mucho, por medio de la observación, el análisis, la descomposición, la experimentación, la medición por medio de test, el control de acción reacción, y la averiguación de sus sueños. Sin duda que es posible llegar a un conocimiento ancho y profundo, pues hoy sabemos más que antes sobre los muchos condicionamientos que padecen las personas.Pero existe el peligro de pensar que el hombre no es más que el producto el resultado de los condicionamientos de tipo psicológico, biológico, social y económico hasta el punto de que se le conocería en tanto que conocemos los factores que lo condicionan. Este peligro sería un reduccionismo, o una visión unilateral del hombre. En definitiva no se llega nunca a un conocimiento individual. Explicar lo inconsciente individual y colectivo con sus estructuras constantes, como clarificar los mecanismos de represión y el funcionamiento nos permite sorprendernos de algo que antes no se tenía conciencia o bien, considerado a la luz como hoy se la ve. Pero el individuo no es lo impersonal ni un mecanismo pues queda saber no el funcionamiento de un mecanismo como la represión, sino cómo vive la represión “esa persona” su modo de enfrentarse, su intensidad, sus compromisos e historia dentro de la cual se da la llamada represión, o el llamado inconsciente.La persona no es un objeto como otros objetos científicos. La dimensión profunda la mismidad la hondura que es una persona sólo es posible conocerlo cuando se puede creer a la persona en sí misma. Es cuando ella se da a conocer, cuando se revela y manifiesta la oportunidad de acceder a sus expresiones, actos, obras, gestos y sobre todo en sus palabras en la conversación a su intimidad, su mismidad. Es necesario entonces creer que lo externo corresponde al interior del que deriva.

4

Page 5: Teología i Sobre La Fe

La persona puede revelarse porque se posee a así misma, porque está en sí. El que la persona se manifieste revelándose es decisión de su libre albedrío, porque también puede encerrarse en el silencio, y es a la vez un acto de su buena disposición a abrirse y de su donación ya que podría negarse, podría disimular y hasta engañar.Hago mía esa revelación de la persona, en tanto que creo en ella, en tanto que la creo. A la revelación de la persona responde el acto de fe y la comprensión que se abre paso y que acompaña a esa fe. Pero también ese acto se encuentra bajo el signo de la libertad. No es que deba, es que puedo y quiero creer.

Las implicaciones de la fe Debemos agregar algo importante: “Yo creo en ti- te creo” = “Te confirmo y estimo, te reconozco y afirmo, te amo”, creemos porque amamos. “Te creo” es tener comunión con la persona, participar de ella, de su vida, pensamiento saber y querer, en la forma y manera con que se ve a sí misma y el mundo de las cosas y de las personas. Asumo la persona que se me abre y a la que yo me abandono creyendo. Veo ahora con los ojos de otro, y así en cierto modo acontece un nuevo existir: yo me fundamento en el otro.Gracias a la intersubjetividad se abre un campo de conocimiento como gracias a la comunicación surge un conocimiento nuevo.Ahora bien, cuando más alta está una persona en la categoría humana, tanto más tiene que decir y que dar, y tanto más dependo yo, para conocerla y para encontrarme con ella, de la revelación con que se abre a mí y del yo creo en ti yo te creo. Cuando se trata de un anciano, de los padres, de grandes maestros, reconocidos científicos o destacados filósofos-pensadores tanto mayor es el derecho y las exigencias de esas personas para que yo les crea.Cuando le digo a alguien que no creo en él, que no creo de él nada, ni una sola palabra, esa negativa mía es la expresión de mí poco estima hacia él, de un grado de desprecio, insulto y ofensa. Cuando se trata de un persona que veneramos, estimamos y amamos más nos comprometemos en el Creer. “La autoridad no tiene nada que ver con la sumisión sino con el conocimiento” Gadamer.

Consecuencia Es falso pensar en el creer como una forma disminuida o insignificante de conocimiento según la consigna de que creer = no saber, opinar, sospechar, saber aproximativo. El creer es conocimiento. La fe como el amor no ciega sino que hace ver. Lo que ciega es la pasión y las ideologías dogmáticas. El conocimiento posibilitado por el creer, se realiza cuando se trata de conocer a la persona. Sin el creer la persona y su mundo específico permanecen cercados e inaccesibles.Un rechazo de la fe no representa precisamente una liberación para el conocimiento, sino una pérdida del mismo o al menos una merma de las posibilidades cognitivas, y en concreto de aquellas que son de extraordinaria importancia para el hombre como persona, para su vida; más aún, que son de un alcance existencial. Ningún hombre, y menos aún una sociedad o comunidad podría vivir humanamente sin creer.

La fe afirmativa Creer a alguien y creer algo forman un todo.“Yo creo en ti- yo te creo” = “creo lo que tú dices” “Creo lo que prometes” “Creo lo que me confías”.Aquí el creer adquiere la forma en que por lo general viene presentada. Se convierte en acogida (aceptación) de unos contenidos de índole muy concreta y específica, se convierte en fe-afirmativa. Las afirmaciones o contenido de las mismas no me son accesibles, o al menos no en primer termino, por mi propia intuición y experiencia. Las acepto más bien de aquel, en quien creo y a quien creo, las acojo en virtud de su testimonio, de su conocimiento de su visión, en virtud de la autoridad que subyace en sus palabras.Existe una ordenación de la fe afirmativa a la fe-confianza. El creer en algo, el creer en unos contenidos como verdaderos no es una ato aislado, sin relaciones y flotante en el aire, sino un acto fundamentado, sostenido y enmarcado por algo más grande y más vasto: se fundamenta en la persona a la que creo.

5

Page 6: Teología i Sobre La Fe

La forma fundamental de la fe, su núcleo es la confianza, la afirmación y reconocimiento de la persona y el conocimiento de lo que en ella se manifiesta. Ante todo y sobre todo como afirmación de la persona sobre sí misma sobre sus sentimientos, sus propósitos y su mismidad. La afirmación que afecta a la persona en su mismidad es aceptada, porque también se acepta a la persona en la que creo y a la que creo.Ahora bien, la experiencia de la autoridad en el marco del proceso enseñanza-aprendizaje encontramos que incluso las afirmaciones que no se refieren al desvelamiento de la persona en sí sino a enunciados que esa persona hace, y que son por tanto enunciados de tipo objetivo, puedo aceptarlas en razón sobre todo de la persona, por su calificación y competencia. El niño pequeño cree lo que su madre le dice por el único motivo de que lo dice ella. Que el niño no tengo otro fundamento para considerar algo como verdadero no es reprochable, pero una persona mayor puede y debe superar ese estadio. Cuando se trata de enunciados de tipo objetivo no solo es posible sino necesario separar tales enunciados de la persona. Lo cual no niega que el conocimiento de la realidad dentro del proceso de apropiación de los conocimientos haya podido tener ahí su origen. Aquí tenemos por lo tanto una frontera en el fenómeno humano de la fe, entre el creer a alguien y creer lo que alguien me afirma como verdadero.Lo decisivo en este punto es que para el conocimiento de la persona como tal persona en su mismidad hay un acceso cognitivo por la fe, y porque ésta sigue siendo indispensable en tal sentido. Este modelo básico antropológico es necesario para la comprensión de la fe que quiere ser una fe en Dios y su revelación. La fe en Dios se realiza en al relación Yo-tu, sujeto-sujeto.La fe en Dios es ante todo un acto personal. El contenido de una posible revelación de Dios tiene que ver incomparablemente más con Dios mismo y su misterio y que es inseparable del mismo mucho más de lo que ocurre con las afirmaciones objetivas de tipo empírico. El problema de Dios no es tanto una cuestión de capacidad cognoscitiva cuanto de capacidad de encuentro.

La credibilidad Si la fe personal, en tanto que encuentro entre hombres es una fuente de conocimiento irreductible e insustituible entonces debemos ahondar más y preguntarnos por su fundamento. Si uno no sólo puede sino debe apoyarse en el “tú” para acceder a su mismidad ¿cómo legitimar tal proceder? ¿Puedo y debo dar mi sí amplio (confianza) e ilimitado sin más ni más al otro (tu) tal como él es? ¿No es, acaso como exigirme que dé mi asentimiento a sus fallos y limitaciones, a sus defectos y debilidades? ¿No equivale eso a entregarme ingenua y abiertamente al error y al engaño? ¿Se fundamenta la fe únicamente en la libertad (decisión personal) del hombre que no puede ser aprehendida racionalmente, o en su simpatía o en un amor al tú, menos racionales, aún? ¿Es la fe, fe ciega irresponsable? ¿Se puede creer a cualquiera incluso a quien nada sabe o nada puede afirmar o a quién me estafa, y confunde, me engaña y usa?Hay grados de fe, de fe personal. Importa saber en quién y a quién creo. Importa si aquel en quien creo es digno de que yo pueda y deba creerle, merece mi fe, es digno de crédito.El “yo creo en ti” tiene como supuesto la credibilidad de aquel a quien creo y en quien creo. Ahora bien, esa credibilidad no puede en principio ser creída a su vez, se llegaría al infinito con lo cual no se llegaría a nada.La credibilidad tiene que ser sabida y conocida: tengo que saber a quien creo, debo conocer a aquel el que le otorgo mi fe. “Confía, pero mira en quien confías”. Aquel, en quien creo y a quien creo tiene que legitimarse, tiene que hacerse creíble, y dejarse y darse a conocer como alguien que merece fe.La credibilidad es un supuesto del creer.¿De qué naturaleza es el conociendo, el saber de la credibilidad?

Es un conocimiento ordenado a lo concreto. Es una visión panorámica. Es un conocimiento valorativo de numerosos indicios, sopesa muchas pruebas y signos

y contempla el conjunto.

6

Page 7: Teología i Sobre La Fe

Es una argumentación convergente del sentido ilativo que se refiere a experiencias, hechos y observaciones particulares y concretas. Se funda en el hecho de que el hombre tiene distintas formas de experiencias y de fuentes experimentales, pero no puede aprehenderlo todo de una vez. Apunta a la acción común de varios elementos y factores y nos permite operaciones por je, en las decisiones que afectan a nuestra vocación o cuando nos atamos de por vida a una persona con el matrimonio así como en las decisiones importantes acerca de problemas políticos, jurídicos y sobre todo éticos.

El médico (ojo clínico), el juez (con experiencia) el sacerdote (santidad), todos manejan la argumentación convergente. “Lo que pienso puede aclararse muy bien con un cable, que está formado por cierto número de alambres, cada uno de los cuales resulta débil, pero que juntos son tan fuertes como una barra de hierro” Una barra de hierro representa la demostración matemática y el cable es la demostración moral. “Si para todas las decisiones exigiéramos una demostración matemática o lógica evidente, jamás llegaríamos a la acción jamás tomaríamos una decisión. Esta es la ley a la que hemos de acomodarnos porque no tiene sentido pretender hacerlo todo al modo geométrico”.Ahora bien, la credibilidad no se puede imponer. “Argumentos concluyentes a favor de la credibilidad de una persona puede haber muchos, pero ninguno puede obligarnos a aceptarlos. La credibilidad está en el horizonte de la libertad y de la voluntad: nadie creer a no ser que quiera hacerlo”.“¿Podrías por tal persona la mano en el fuego?”

La dimensión trascendente Hay algo extraordinariamente importante que señalar: la fe en sentido pleno e ilimitado no es posible ni lícita en el marco y campo de las relaciones interhumanas. Es precisamente el conocimiento de la credibilidad el que llama la atención sobre los límites, fallos y debilidades imperfecciones y limitaciones propias del hombre en general y, en particular. Cuando en las relaciones entre hombre y hombre se reclama o lleva a término una fe en sentido radical, total e ilimitado, se realiza algo inhumano algo que no se condice ni con la capacidad ni con la dignidad del hombre. La fe en sentido pleno sólo sería posible en la condición de que exista alguien que esté incomparablemente por encima del hombre y que haya hablado de una manera que el hombre puede percibir.Se alcanza así un punto de apoyo y una especie de mediación para reflexionar sobre la fe en sentido teológico. De esta manera, la fe no sería una alienación del hombre sino que representaría una consumación suprema. Con todo hemos desmontado las limitaciones y barreras que, con frecuencia y especialmente hoy, se encuentran o se ponen en el camino de la fe y de su plena y genuina comprensión.Leer textos: André Frossard: Dios en preguntas. Trabajos de reflexión.

II

LA FE EN EL HORIZONTE DE LA CUESTIÓN DEL SENTIDO

Luego de analizar la dimensión personal dialógica de la fe humana abordaremos la dimensión totalizante. Ambas tienen en común que son accesos a la fe en sentido estrictamente teológico. Lo nuevo de la dimensión totalizante es pretender hacerse cargo de lo que caracteriza a la fe teológica en su aspecto: afecta a todos los hombres, tiene una pretensión pública, tiene relación con el conjunto de la realidad y de la experiencia real.

Significación del sentido ¿Qué entender por sentido?Puede entenderse como camino o viaje, y significa la dirección que se toma la meta al final de una vía.

7

Page 8: Teología i Sobre La Fe

Originariamente es la determinación de una dirección dentro de un amplio sistema de relaciones, subordinando así lo particular al conjunto, en y con una conexión que resulta patente.También es concordancia. Es comprobar que algo está bien, que las cosas van como deben. Es una coincidencia entre lo que es y lo que realmente debe ser. Descubro un sentido cuando algo se consigue y sale bien.Descubro sentido cuando iluminan mi pensamiento y comprensión unos significados y relaciones que a la vez, son satisfactorios para mí sentimiento vital. Descubro sentido cuando puedo decir sí y amén a aquello que me sale al encuentro, aquello que hago, expresando así mi asentimiento y refrendo, mi paz, felicidad, realización y alegría.El sentido va ligado a las experiencias de salvación y totalidad.

Experiencias El sentido se experimenta en los momentos de triunfo y felicidad. En la respuesta encontrada, la visión y el conocimiento obtenido. En una esperanza colmada una acción buena. En una obra completa. En la meta que se alcanza, un gran amor correspondido que se logra en la medida en que se da. En el perdón otorgado, y en la vivencia de lo bello en la naturaleza y en el arte.

Búsqueda Impulsada de un modo concreto y primario por experiencias negativas. Todas aquellas experiencias donde el sentido aparece encubierto distorsionado o roto.Experiencias de infelicidad bajo sus distintas formas y aspectos: el dolor, el sufrimiento la pérdida, el fracaso de unos planes, el no conseguir una meta la destrucción de la obra de una vida, la desgracia de los inocentes que sufren. En definitiva: el absurdo.Es absurdo porque no entendemos lo que ocurre y no podemos establecer conexiones, porque se entrecruzan nuestro pensamiento y nuestras representaciones nuestros esquemas de causalidad y correlación, que tenemos de nosotros mismos, del hombre y del mundo. Cuando nace la pregunta “¿por qué?” “¿Por qué yo precisamente?” “¿Por qué precisamente a mí?”Es también cierta experiencia del absurdo allí donde encontramos personas que ya no tienen futuro, personas y destinos humanos que en cierto modo no justifican ni legitiman ningún mérito, ningún trabajo ninguna utilidad. Tales son los inválidos totales, los enfermos incurables, los que han perdido el juicio, casos todos en los que la razón no puede formular un “para qué” lógico y con sentido.Otra experiencia de absurdo como privación o vacío de sentido encontramos en la saciedad aburrimiento y hastío. En medio del bienestar puede la existencia seguir sin felicidad ni hondura. Es la situación de aquella persona que realiza su profesión trabajo, actividad sin participar de un contexto de totalidad y por ello no sabe qué hacer consigo mismo vive simplemente el día, que gasta o mata el tiempo, que no aguanta el quedarse solo en su habitación. Es la situación del hombre de la pura superficialidad, la indiferencia o el puro funcionalismo así como en la fuga constante de sí mismo en la diversión, y droga.El suicidio, cuando se llega a la conclusión de que todo es absurdo. La forma extrema de la experiencia del sentido en su aspecto negativo es la experiencia de la muerte.

Observaciones

1. El sentido en su experiencia positiva como en su experiencia negativa, ambas son comprobaciones accesibles no por vía de una deducción sino de una vivencia.

2. La notoriedad y relevancia que para nosotros adquieren todas aquellas experiencia de sin razón, absurdo, maldad, odio, injusticia, egoísmo, violencia, brutalidad, el poder del más fuerte y hasta la misma muerte no lo podrían ser sino gracias a que se confrontan contrastan y reposan sobre el sentido positivo y sobre un íntimo anhelo de un sentido definitivo-total y pleno. A modo de ej, proponemos: una mancha en medio de una pintura paisajista tradicionalista; un nota musical errónea en medio de la ejecución de la frase melódica; un paso en falso en un valet clásico; un tropiezo durante una

8

Page 9: Teología i Sobre La Fe

marcha militar oficial; un mamarracho en la presentación por escrito de un trabajo de investigación etc. Todos estos ejemplos muestran cómo el contexto general de sentido contrasta con el hecho puntual negativo de sin sentido. Tenemos una experiencia múltiple del sentido en la forma de experiencia de la negatividad, del absurdo. Tenemos la esperanza de que el amor no muere y de que lo que cuenta sobre todo es la verdadera vida.

3. Quien habla de absurdo supone un saber y una inteligencia de cualquier tipo, que sea, una preinteligencia del sentido, desde la que se diferencia el absurdo y se define como una réplica u oposición al sentido. De toro modo no cabría hablar de un absurdo. Dicho de otro modo, el sentido es lo primario, el absurdo es siempre un secundario. Todo absurdo es a la manera de un parásito. El sonido precede a la disonancia, que el sí llega como adelantado del no, que es el sí el que aguanta al no, y no la inversa.

4. Quien declara que todo es absurdo y ve ahí una afirmación legítima, honrada y hasta cargada de sentido no hace más que tener que reconocer la primacía del sentido sobre el absurdo. ¿Cómo argumentar a favor de una decisión por el absurdo sino es atribuyendo sentido a la su fundamentación?

¿Cómo tiene el hombre la experiencia del sentido? En el comportamiento de los animales notamos que el mundo para ellos es propiamente un entorno preparado de antemano a razón de su previa configuración instintual que le permite con seguridad moverse y desarrollarse en ese mundo acotado. EL hombre propiamente no se mueve en un entorno, sino en el mundo como totalidad. La totalidad le esta como ofrecida gracias a su apertura. Esta apertura la experimentamos en una doble vertiente: conocimiento y deseo. El hombre pregunta por todo y puede desear todo. El hombre quiere conocer la realidad total, desea establecer y conocer conexiones y llegar más allá. Una y otra vez reconoce que su pensamiento su querer y su anhelo no encuentran satisfacción en lo particular y concreto, que cada respuesta es el comienzo de una nueva pregunta, que toda obra terminada representa el fundamento para otra nueva, que cada meta alcanzada es un punto de trasbordo para nuevas singladuras (rumbo dirección) y que cada encuentro feliz mantiene abierto el anhelo de lo totalmente otro. Que el hombre se pregunte por el sentido como por el todo tiene su razón de ser en el propio espíritu humano abierto y sin fronteras, que certifica su apertura sin límites en el hecho de preguntar.Bernhard Welte habla del postulado de sentido de la existencia”” ¿Tiene entonces realmente un sentido el amor y la fidelidad, por ejemplo? ¿Cabe el seguir manteniendo en serio la distinción entre justicia e injusticia, entre verdad y mentira, entre libertad y esclavitud? ¿A qué conduce el que personas notables y puras dediquen su vida al servicio de los enfermos o la pongan al servicio desinteresado de la libertad y la justicia? ¿A nada? Y más tajante se alzan aún las preguntas análogas frente a las experiencias y hechos negativos. ¿Se puede pensar que el sufrimiento de los inocentes sea absurdo? ¿Se puede y debe pensar que los grandes interrogantes, que un Dostoievki y un Camus han formulado en presencia del dolor, no tienen respuesta alguna? Si más pronto o más tarde todo vuelve a la nada, no tienen efectivamente ninguna respuesta. Y en tal caso tampoco las respuestas a corto plano aportan anda. El vaticinado paraíso futuro no es una auténtica solución del problema, porque si sola la última generación podrá entrar en él y todas las precedentes se perderán en la nada, ¿por qué no pensar que tenemos toda la razón para suponer que también ese paraíso pronosticado se disolverá en la nada, y que todo corre hacia la nada? Si todas las cosas, las buenas y las malas, la felicidad lo mismo que la desgracia en definitiva están condenadas indistintamente a la vieja marmita de la nada y en ella quedarán para siempre sin distinción ¿tiene todavía sentido comprometerse por la verdad y la justicia y no por la injusticia y la mentira? ¿Tiene sentido comprometerse por la felicidad de los hombres más que aceptar indiferentes su desgracia? La nada, entendía y explicada como nada absoluta, pone de raíz en tela de juicio todo sentido y toda actitud ética del hombre. Es una consecuencia a la que no se puede escapar en se5rio, aunque los hombres escapen alegremente y de continuo a la misma. Los hombres parecen protegidos de es última consecuencia gracias a un instinto ético

9

Page 10: Teología i Sobre La Fe

que nadie puede extirpar. Nosotros, sin embargo, hemos de afrontar sin temor justamente esa consecuencia última. Si todas las cosas indiscriminadamente y para siempre están condenadas a la nada, que es una nada absoluta y completa, entonces no hay cosa alguna que tenga un verdadero sentido. Ahora bien, esa solución es insostenible; no podemos aceptarla. Se le opone frontalmente el postulado de sentido de nuestra existencia humana y de nuestros semejantes. Ese postulado, a poco que lo consideremos de un modo lo bastante concreto, es irrenunciable. Y se convierte en un postulado básico de la ética, que requiere a su vez una decisión ética de fondo. Decisión que puede expresarse con la frase: todo tiene sentido. Porque no se puede eliminar la distinción entre el bien y el mal; porque es necesario mantener que leamos tiene un sentido; que la lucha por la liberad y la justicia tiene un sentido asimismo, y que tiene un sentido el dolor de los que sufren. El irrenunciable postulado ético hay que hacerlo valer contra la amenaza absoluta del absurdo absoluto y universal, que arranca de la experiencia de la nada mantenida consecuentemente”El postulado de sentido es un ato de confianza, de fe como decisión de todo el hombre por la totalidad de su vida.

La fe en Dios a la luz de las definiciones antropológicas de la fe

Las reflexiones anteriores sirven en vista a conocer los supuestos y condicionamientos de a fe en sentido teológico.La razón principal de tales reflexiones se debe a que cuando se pone en tela de juicio cuando se la describe como un defecto intelectual o como una incapacidad para mantener unas exigencias , y en consecuencia se la rechaza, entonces hay que preguntar sobre el cómo tiene que vérselas el hombre con lo que se llama fe en Dios. La relación mutua entre la llamada fe-teologal y la confianza-humana puede adoptar las formas más diversas: pregunta---------respuesta; expectativa------------cumplimiento; probabilidad--------evento; fragmento--------------totalidad; impropio---------------propio.Nos preguntamos ahora: ¿cómo se llega de los supuestos antropológicos a la fe en Dios?Nos hemos referido al hecho de que no es posible la realización radical e ilimitada de la fe en el horizonte y marco de la persona y de las personas humanas, aunque la fe tienda a eso. La plena realización de la fe fracasa una vez, y otra en la limitación intelectual y ética del hombre, en la deficiencia, en la debilidad y falta de fiabilidad, en la distancia diferenciadora credibilidad de la persona y de las personas en las que creo y a las que creo.El grado e intensidad suprema de la fe personal se da entre personas vinculadas entre sí por amor. Pero también ahí la fe se desilusiona o se rompe a menudo por fracasos, estrechez de mira, deslealtad, inconstancia y sospechas. Además, las personas que aspiran a realizarse con la fe y el amor son precisamente las que mejor de un modo más doloroso saben que no se consigue realizar una fe infranqueable y sin engaños, limitaciones y reservas. Desde este punto de vista se crea un horizonte de expectativa y esperanza a una verdadera consumación donde sea posible una ilimitada fundamentación de sí mismo en el otro.Queda claro a la vez, cuán humano y cuán existencial es que el hombre creyente pueda creer en esa realidad personal trascendente y encontrar así la plenitud de sentido de su existencia, y cómo, por otra parte, el hombre y su intención más profunda son fracaso y caducidad en la fe y en amor anejo, si la idea de la trascendencia fuera mera ilusión.Dios nos sale al paso también en el contexto de la cuestión del sentido. Si el sentido afecta al conjunto y al fundamento de la realidad, si además ese conjunto y su fundamento no se encuentran dentro del mundo y de la historia, tenemos una referencia a una realidad trascendente no objetiva y que todo lo determina, que se llama Dios.Permítasenos en este contexto aducir un texto de Martín Buber, en la visita que hizo a un profesor de Alemania, que era Karl Jaspers. Por la mañana leyó Buber las galeradas de un libro suyo y recitó en voz alta lo impreso a su anfitrión. Y continúa el relato de Buber:” Escuchaba complaciente, pero sorprendido a todas luces y con una extrañeza creciente. Cuando yo terminé, dijo él primero con voz vacilante y después, impulsado por la grave del propósito, cada vez más apasionado: “¿Pero cómo puede usted decidirse a pronunciar una y

10

Page 11: Teología i Sobre La Fe

otra vez la palabra Dios? ¿Cómo puede usted esperar que sus lectores tomen la palabra en la significación que usted ha querido darle? Lo que usted quiere decir con ella está por encima de toda captación y comprensión humana. Usted piensa justamente en esa excelsitud, pero al pronunciarla la están arrojando a la comprensión humana. ¿Qué palabra del lenguaje humano ha sido objeto de más abusos, contaminaciones y deformaciones que ésta? Toda la sangre inocente que ha sido derramada por esa palabra le ha robado su esplendor. Toda la 8injsuticia que se ha querido encubrir con ella ha borrado su fisonomía. Cuando oigo nombrar al Dios altísimo, a veces me suena como una blasfemia. Sus claros ojos de niños flameaban. Y flameaban su vos. Después nos sentamos frente a frente permaneciendo un rato en silencio. La habitación yacía en la claridad huidiza de la madrugada. Yo tuve la sensación de que la luz me llenaba de fuerza. Hoy no puedo explicar ni sugerir lo que entonces experimenté. Si, dije yo, es la mas contaminada de todas las palabras humanas. Ninguna ha sido tan manchada, ninguna tan desgarrada. Precisamente por ello no debo renunciar a la misma. Las generaciones de los hombres han volcado la carga de su vida angustiada sobre esta palabra y han aplastado contra el cuelo; yace en el polvo y sostiene la carga de todos ellos. Las generaciones de los hombres con sus partidismos religiosos han desgarrado la palabra, han matado por ella y por ella han muerto; lleva la huella dactilar y la sangra de todos ellos. ¿Dónde hallaré una palabra que se le asemeje para designar lo más alto? Si tomo el concepto mas puro y relampagueante del tesoro más oculto de los filósofos, con él sólo podrá apresar una imagen mental indigente, pero no la presencia de aquel al que yo pienso, de aquel al que las generaciones de los hombres han adorado y humillado con su vida y muerte inauditas...Ciertamente que dibujan caricaturas grotescas y debajo escriben Dios; se matan unos a otros y dicen que lo hacen en nombre de Dios. Pero cuando desaparece el error y la mentira de todos, cuando se enfrentan a él en la oscuridad más solitaria, y ya no hablan de él, de él, sino que suspiran tú, tú, y gritan tú, todos lo mismo, y cuando después agregan Dios, ¿no es el Dios real al que todos ellos invocan el único Dios vivo, al Dios de los hijos de los hombres? ¿No es él quien los escucha? ¿Quien los escucha a ellos? ¿Y no se consagra precisamente con ellos la palabra Dios, la palabra de la invocación, la palabra que se ha convertido en nombre propio, en todas las lenguas humanas y tren todos los tiempos? Debemos respetar a quienes las prohíben, porque se alzan contra la injusticia y el abuso, que tan gustosamente recurren a la justificación por parte de Dios; pero no debemos abandonarla. Entendemos perfectamente bien que algunos propongan callar por algún tiempo acerca de las cosas últimas y redimir así las palabras que han sido objeto de abuso. ¡Pero así no se redimen! Nosotros no podemos purificar la palabra Dios ni podemos darle su pleno valor; pero sí que podemos, manchada y destrozada como está, levantarla del suelo y enarbolarla en una hora de gran angustia. La habitación se había iluminado por completo. La luz no fluía, esta allí. El anciano se levantó, vino hacia mí, me puso la mano sobre el hombre y me dijo: Vamos a tutearnos. La conversación había terminado, porque cuando dos personas están realmente justas, lo están en nombre de Dios”

Definición teológica de la fe como correlato de los proyectos antropológicos

Es el momento de plantearse si las expectativas y aperturas que en la fe subyacen han sido asimiladas de hecho por la historia para la realización genuina y radical de la fe. Se trata de saber si existe una correspondencia y respuesta a esas expectativas, que aseguren un cumplimiento.

La fe en el Antiguo Testamento

Es indiscutible que la fe representa un concepto básico del A. T. A la fe le corresponde esa categoría, porque en ella subyace una experiencia que recorre todo el A.T, y que, junto con ella, es el fundamento decisivo para poder hablar de una unidad. La historia de Israel es una historia de fe. La palabra básica para la fe está formada de la raíz heemin, raíz de la que deriva el famoso amén. El significado de esta palabra es ante todo de tipo formal, y quiere

11

Page 12: Teología i Sobre La Fe

decir que una cosa es firme, fiable, que se puede estar y construir sobre la misma para vivir con ella. Esta definición se trasladará a las relaciones de Israel con su Dios.

La fe de Abraham

En la figura e historia de Abraham la fe aparece de un modo ejemplar y modélico. Constituye el centro de la denominada historia de los patriarcas, que a su vez representa el paso de la historia primitiva a la historia del pueblo de Israel.La conducta de Abraham, su vida, su historia, el destino que vive, quedan elevados según el testimonio del A. T y del N.T a la representación de lo que es la fe. Pablo le llama a Abraham padre de la fe (Rom 4, 11-25). En Gal 3,6-14 se exalta la fe de Abraham y se presenta como modelo. En Jn 8,33ss la fe en Jesucristo es el cumplimiento de la fe de Abraham. En el Ecle 44,19-21 se lo ve en el elogio que hace de los padres. En Heb 11.1-12 Abraham ocupa el puesto más alto. La fuente principal será Gén 12. La llamada en Gen 12,13. Es un pastor nómada un jefe de nómadas. Un desarraigo como el que aquí se describe y una marcha hacia lo desconocido representaban para el hombre antiguo una exigencia casi irrealizable. La fe de Abraham está sujeta a duras pruebas: tierra, parentela, y la casa de sus padres. Además la tierra que se le promete ya está en posesión de unos pobladores; la descendencia le es prometida en una edad avanzada y finalmente la prueba más costosa Gén 22, 2-19 el sacrificio de Isaac. En síntesis: la fe que se le exige a Abraham, y que él vive, significa el olvido del pasado (Vete de tu tierra) y el sacrificio del futuro (Toma a tu hijo). La fe de Abraham es la respuesta a una palabra que se le dirige. Está dispuesto a abandonarse a esa palabra (promesa) apoyarse en ella, adapta a ella su vida y su futuro y darle el sí del amén, “así es, así sea”. La fe de Abraham es una obediencia a la llamada percibida. La fe es un salirse del mundo, un fundamentarse en Dios, un estar vinculado a Dios. La fe se distingue netamente tanto de la angustia y el temor que invaden al hombre como también de la falsa autoconfianza y exaltación de sí mismo. Pero es también más fuerte que cuantas dudas puedan surgir contra esa fe a partir de las apariencias y de lo fáctico. Esa fe de Abraham, tan grandiosamente descrita, no la llevó a afecto con tanta generosidad, en todos sus detalles Gén 12,10-20. Tampoco a esa fe le es extraño el “Señor, yo creo, tú ayúdame en mi falta de fe” Mc 9,24.

La fe del pueblo de Israel

El segundo gran avance en la historia del pueblo de Israel también se trata de una salida, de un éxodo, aunque de forma diferente de la salida de Abraham. El nuevo éxodo va ligado al llamamiento de Moisés. Nos presenta la teofanía del Ex 3. Yahveh no significa, como traduce la Vulgata “yo soy el que soy” ni “yo soy el ser mismo”. El nombre Yahveh no contiene una definición sino un mensaje, que suena así:”Aquí estoy yo”, “aquí estaré”. La verificación de este mensaje se va realizando en los acontecimientos históricos de la liberación de Israel. En concreto Yahveh significa: Yo esté aquí a vuestro lado como el Dios de mi pueblo, al que salvo, redimió y libero.El anuncio de su nombre no sirve, como es el caso en otras religiones, para conseguir poder sobre ese Dios, para que el hombre pueda disponer de él. En Israel la invocación tiene más bien que abrir la posibilidad de asegurarse la presencia y proximidad de Yahveh y estar dispuesto a aceptar sus requerimientos y obedecer sus consignas en el ordenamiento y disposición de la historia.

Fe y existencia

Hay un tercer texto fundamental pues representa una cima de esa historia y que a la vez describe en una forma sumamente concentrada lo que la fe significa para aquel pueblo.(Is 7,1-9; 29,15-16; 30, 15)

12

Page 13: Teología i Sobre La Fe

La escena es la siguiente: Ajaz rey de Israel (739-734 a.C), se encuentra en una grave situación política. Los reyes vecinos de Sumaría y de Damasco quieren obligarle a una coalición contra Asiria mediante el asedio a la capital Jerusalén. Ajaz, por su parte, acaricia la idea de llamar en la ayuda al rey de Asiria para defenderse de aquella amenaza. En tal situación el profeta Isaías apela al rey vacilante y temeroso para que no tiemble frente a los reyes vecinos- a los que lama cabos de tizones humeantes- ni se alíe tampoco con Asiria contra dichos reyes. Y lo hace el profeta con esta palabra “Si no creéis, no subsistiréis (no tendréis consistencia alguna, no sobrevivirás) (7. 6) Tener estabilidad es el fruto de la fe. No creer equivale por el contrario, a no permanecer, a no poder subsistir. Así pues, para Isaías creer y ser son la misma cosa. La riqueza que viene dada con este dato es: el confiar y esperar en Dios, el sentirse aseguro y protegido en él, la liberación del miedo y de la vanagloria la nueva fuerza existencial y la energía vital que con ella se alumbra. Se puede reconocer que la fe de Israel significa una doble exclusividad: Dios sólo Dios en exclusiva, y nada fuera de El, todo el hombre, el hombre con todas sus fuerzas, el hombre con todo su corazón sin particiones.

13