temas sobre restauración ecológica

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  • 7/29/2019 Temas sobre restauracin ecolgica.

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    Secretara de Medio Ambiente y Recursos NaturalesInstituto Nacional de EcologaU.S. Fish and Wildlife Service

    Unidos para la Conservacin A.C.

    Temas sobrerestauracin

    ecolgica

    U no de los aspectos ms urgentes que debe atender la conservacin de lariqueza natural de nuestro pas es la restauracin de aquellos ecosistemasque, en mayor o menor medida, ya se encuentran alterados y que enMxico representan mucho ms que la mitad del territorio nacional. Una largahistoria de modificaciones, frecuentemente severas, de muchos tipos de ecosiste-mas terrestres y acuticos, ha acompaado la compleja evolucin de nuestra

    Nacin hasta su estado actual, con todas las contradicciones que el crecimientoeconmico implica desde las perspectivas ecolgica, social y econmica.

    Por fortuna, hoy se conocen un poco mejor muchos de los factores socialesy econmicos que toman parte en los procesos de degradacin y de recupera-cin de ecosistemas. Este saber tiene el potencial para construir relaciones msestables entre el desarrollo humano y la conservacin, una vez que asumamosen los hechos que l as sociedades humanas no han sido ni son espectadores oactores externos, sino partes actuantes dentro de los ecosistemas.

    Aunque no existe un recetario para la restauracin ecolgica hay, en cam-bio, una serie de fundamentos que, articulados de manera inteligente en laprctica, pueden contribuir a atenuar los daos causados a distintos ecosiste-mas. Probablemente nunca podremos recuperar la condicin prstina de cadauno de ellos, pero s podremos devolver a zonas actualmente inservibles unaproporcin significativa de su composicin, estructura y funciones originales,de suerte que buena parte de su riqueza y productividad se recuperen y que,con ello, los servicios y bienes ambientales que demandamos puedan estar dis-

    ponibles por ms tiempo.A lo largo de este libro (el cuarto de una serie iniciada en 1999 con distin-tos temas de conservacin, principalmente orientados hacia los contextos mexi-cano y latinoamericano), un grupo de especialistas aporta sus opiniones y ana-liza conceptos, mtodos y tcnicas. Es una obra indispensable para que profe-sionales del rea y tambin el pblico en general interesado en estos temasencuentren conocimientos y referencias tiles a travs de estudios de caso, queincrementen y actualicen sus propios conocimientos sobre la recuperacin deecosistemas.

    Temassobrerestauracinecolgica

    scarSnchez,

    EduardoPeters,

    RobertoMrquez-Huitzil,

    ErnestoVega,

    GloriaPortales,ManuelValdez

    yDanaeAzuara(editores)

    scar Snchez, Eduardo Peters,Roberto Mrquez-Huitzil, Ernesto Vega,Gloria Portales, Manuel Valdezy Danae Azuara (editores)

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    Temas sobre restauracin ecolgica

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    Agradecemos muy especialmente a las siguientes personas sin cuya colaboracin hubie-

    ra sido imposible la realizacin eficiente del diplomado que dio origen a este libro:

    Mtro. Guillermo Vargas Secretario de Urbanismo y Medio Ambiente

    del Gobierno del Estado de Michoacn

    Ricardo Medina Director Administrativo de Unidos para

    la Conservacin

    Alejandra Garca Naranjo Unidos para la Conservacin

    Sergio Zamudio Departamento de Flora del Bajo del Centro

    Regional del Bajo

    Francisco Ruz Orozco Director del CREDES, Ptzcuaro

    Vicente Salom Administrador del CREDES, Ptzcuaro

    Rosa Elena Velsquez Molina Coordinadora Acadmica del CREDES, PtzcuaroRita Salinas Cerreteo Cocinera del CREDES, Ptzcuaro

    Mariana Lpez Salinas Ayudante de cocina del CREDES, Ptzcuaro

    Miriam Lpez Salinas Ayudante de cocina del CREDES, Ptzcuaro

    Christian Lpez Salinas Ayudante de cocina del CREDES, Ptzcuaro

    Alejandra Salinas Cerreteo Ayudante de cocina del CREDES, Ptzcuaro

    Rita Salinas Cerreteo Ayudante de cocina del CREDES, Ptzcuaro

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    scar Snchez, Eduardo Peters,

    Roberto Mrquez-Huitzil,Ernesto Vega, Gloria Portales,

    Manuel Valdez y Danae Azuara

    (E)

    Secretara de Medio Ambiente y Recursos Naturales

    Instituto Nacional de Ecologa

    U.S. Fish & Wildlife Service

    Unidos para la Conservacin, A.C.

    Temas sobre restauracin ecolgica

    D

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    ISBN: 968-817-724-5Impreso y hecho en Mxico

    Primera edicin: septiembre de 2005

    Instituto Nacional de Ecologa (INE-S)

    Perifrico sur 5000, Col. Insurgentes Cuicuilco,

    C.P. 04530. Mxico, D.F.

    www.ine.gob.mx

    C : Ral Marc del Pont Lalli

    D : lvaro Figueroa

    F : Claudio Contreras

    D.R.

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    ndice

    Prefacio 7Adrin Fernndez Bremauntz

    Prlogo 9Gerardo Bocco

    Introduccin 11scar Snchez

    PRIMERAPARTE. ELCONTEXTOGENERALDELARESTAURACINECOLGICA

    Restauracin ecolgica: algunos conceptos, postulados 15y debates al inicio del siglo XXIscar Snchez

    La influencia de los aspectos sociales sobre la alteracin ambiental y 31la restauracin ecolgicaMara Zorrilla Ramos

    Consideraciones socioeconmicas en el diseo de proyectos sustentables 45de restauracin ecolgicaNayeli Cardona Carlin

    La investigacin educativa y su aplicacin en la restauracin ecolgica 57

    Laura BarrazaComunicacin para la restauracin: perspectivas de los actores e 67intervenciones con y por medio de las personas

    Alicia Castillo

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    SEGUNDAPARTE. ELUSODELOSRECURSOSBITICOSYLARESTAURACIN

    La restauracin en relacin con el uso extractivo de recursos biticos 79Diego R. Prez Salicrup

    La legislacin forestal y su efecto en la restauracin en Mxico 87Heidi Cedeo Gilardi y Diego R. Prez Salicrup

    TERCERAPARTE. ALGUNASBASESDELARESTAURACIN

    Algunas bases del enfoque ecosistmico para la restauracin 101Felipe Garca-Oliva

    Consecuencias de la fragmentacin de los ecosistemas 113Yvonne Herreras Diego y Julieta Bentez-Malvido

    Las especies introducidas: benficas o dainas? 127Sal G. Segura Burciaga

    El anlisis del paisaje como base para la restauracin ecolgica 135Helena Cotler, Gerardo Bocco y Alejandro Velzquez

    Algunos conceptos de la ecologa y sus vnculos con la restauracin 147Ernesto Vicente Vega Pea

    CUARTAPARTE. APLICACIONESDELATEORAENLAPRCTICADELARESTAURACINECOLGICA

    Fundamentos tericos y convenciones para la restauracin ecolgica: 159aplicacin de conceptos y teoras a la resolucin de problemas en restauracin

    Roberto Mrquez-HuitzilPlanificacin para la restauracin asociada con el aprovechamiento 169de los recursos naturalesRoberto Mrquez-Huitzil

    La evaluacin socioeconmica de proyectos de restauracin de ecosistemas 181Enrique Sanjurjo y Vernica Espinosa

    La restauracin de humedales 201Roberto Lindig-Cisneros y Joy B. Zedler

    El control y la erradicacin de fauna introducida como instrumento de 215

    restauracin ambiental: historia, retos y avances en MxicoAlfonso Aguirre Muoz, Araceli Samaniego Herrera, Csar Garca Gutirrez,Luciana Magnolia Luna Mendoza, Marlenne Rodrguez Malagn y Francisco Casillas Figueroa

    Los efectos de la contaminacin: el caso de las sustancias txicas persistentes 231Mario Yarto

    ndice analtico 251

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    7Prefacio

    Prefacio

    Temas sobre restauracin ecolgica es el cuarto librode una serie iniciada en 1999, que abarca diferentestemas vinculados con la conservacin y el manejoadecuado de la vida silvestre y de los ecosistemas, connfasis en los contextos mexicano y latinoamericano.En este trabajo, un grupo de especialistas de diversasinstituciones aporta conceptos, mtodos y tcnicasacerca de uno de los procesos cruciales en la ecologay el manejo de los recursos naturales: la restauracinecolgica.

    Este libro consta de cuatro partes que agrupantemas complementarios en materia de restauracin.En la primera seccin se aborda el contexto generalde la restauracin ecolgica. Aqu los autores ofrecenuna revisin de conceptos socioeconmicos y sociales,y analizan la importancia que tienen la educacin y lacomunicacin aplicadas para lograr los objetivos dela restauracin. La segunda parte se enfoca al uso delos recursos biticos y a la legislacin forestal. En latercera se revisan las bases tericas de la restauracin

    ecolgica desde un enfoque ecosistmico, y a nivelde paisaje; tambin se abordan las consecuencias dela fragmentacin y de la introduccin de especiesexticas. En la ltima parte se pasa revista a varios

    temas vinculados con las aplicaciones prcticas de lateora sobre restauracin ecolgica, que contribuyena la resolucin de problemas puntuales, tales como laplanificacin territorial y el aprovechamiento de re-cursos, el control y erradicacin de fauna introducida,los efectos de la contaminacin o la restauracin deecosistemas clave, tales como los humedales.

    En esta obra los interesados encontrarn conoci-mientos y referencias tiles, que seguramente les permi-tir incrementar y actualizar sus propios conocimientossobre este aspecto crucial del manejo de los ecosistemas.La expectativa principal es que los distintos captulospuedan generar en los lectores inspiraciones propias,innovadoras, tanto individuales como colectivas, parabuscar nuevas rutas en este quehacer.

    Una actitud de responsabilidad efectiva hacia larestauracin nos permitir ejercer en Mxico, conefecto y trascendencia reales, la tarea de mayordomaque le debemos a la naturaleza de este pas, generosaproveedora de los elementos que han permitido nues-

    tro desarrollo social y cultural durante al menos losltimos 10,000 aos.

    A F B

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    9Prlogo

    Prlogo

    Una parte sustancial de las actividades de cooperacininternacional que la S en general, y el Insti-tuto Nacional de Ecologa en particular, mantiene conel U. S. Fish & Wildlife Service de los Estados Unidosde Norteamrica, es la capacitacin de personal enmateria de conservacin biolgica. Aunado a ello, elInstituto Nacional de Ecologa, a travs de la DireccinGeneral de Investigacin en Ordenamiento Ecolgicoy Conservacin de los Ecosistemas, tiene tambincomo una de sus metas la capacitacin y difusinde temas que sean relevantes para la conservacin ymanejo de los recursos naturales.

    Para cumplir con lo anterior este Instituto haimpulsado desde 2003 un diplomado anual con valorcurricular, como parte del programa binacional Mxi-co-Estados Unidos Vida Silvestre sin Fronteras. Esteesfuerzo ha sido posible con la participacin decididade diversas universidades, autoridades nacionales yestatales y organizaciones no gubernamentales rela-cionadas con la conservacin,

    Los diplomados que se desarrollan bajo dicho pro-grama estn dirigidos a miembros del sector pblicoque requieren de una constante actualizacin para in-crementar la calidad de los servicios que prestan. Igual-mente, se incluye entre los participantes a miembrosde organizaciones no gubernamentales vinculadas conla gestin, la conservacin y el manejo sustentable del

    ambiente y los recursos naturales. Gracias a estos diplo-mados, se ha incrementado sustancialmente el nmeroy la capacidad del personal directamente involucrado enprogramas de conservacin de la biodiversidad.

    Los diplomados anteriores han abordado tantotemas de conservacin de fauna como de ambientes.Las experiencias previas desarrolladas con los go-biernos estatales de Nuevo Len y Yucatn (con susuniversidades estatales) han tratado sobre el manejoy conservacin de fauna silvestre en el norte rido(1999) y en el trpico (2000), respectivamente. Encambio, el diplomado de 2003 se enfoc a la conser-vacin de ecosistemas templados de montaa. En lparticip el Instituto de Geografa y el gobierno delEstado de Mxico.

    En 2004, el Diplomado, que se realiz duranteel mes de octubre en Pztcuaro, Michoacn, abordun tema de particular relevancia en la actualidad: larestauracin ecolgica. Nuestro inters por este temasurgi de la imperiosa necesidad de recuperar ecosis-

    temas (o partes de ecosistemas) que corren el riesgo dedesaparecer por las graves alteraciones que han sufridocomo resultado de actividades humanas desarrolladasbajo un esquema de no sustentabilidad. Esto implicaun enorme riesgo de erosin, de desaparicin de labiodiversidad y de prdida de los servicios ambientalesque derivan de los ecosistemas.

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    Restauracin ecolgica10

    La restauracin ecolgica es un campo de cono-cimiento an en construccin. Es una herramientafundamental de manejo; sin embargo, es importantereconocer que las bases tericas y, sobre todo, lastcnicas estn an en desarrollo. Por ello es particular-mente importante mantener actualizados en este temaa quienes, de una u otra forma, estn vinculados a la

    recuperacin de zonas drsticamente perturbadas. Larestauracin requiere de conocimientos en diferentesreas, tales como la erosin, la desertificacin, la suce-sin, la dinmica de las comunidades animales y vege-tales, el flujo de energa y los componentes sociales yeconmicos que subyacen a los disturbios ambientales.Por ello, el estudio de la restauracin requiere de unenfoque multidisciplinario integrado, que permita alos restauradores ponderar el tipo de perturbacin a la

    que se enfrentan y disear estrategias que sean de largoplazo. Las mismas deben incluir planes de seguimien-to, desarrollo de indicadores de rehabilitacin de losecosistemas y mecanismos de participacin pblica.Todo ello para que la restauracin y la conservacinsean vistas como actividades necesarias y redituablespara el bienestar colectivo.

    Es opinin de este Instituto que la capacitacin delpersonal gubernamental en este tema es una tarea fun-damental que debe abordarse de manera coordinadaentre los distintos actores sociales e institucionalesinvolucrados en la conservacin y manejo de la bio-diversidad del pas.

    G B

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    11Introduccin

    Introduccin

    La conservacin ecolgica es un camino complejo queno solamente pasa por la prevencin de la prdida dela diversidad biolgica, por evitar el deterioro de lospaisajes nativos y por evitar la simplificacin indebidade las funciones de los ecosistemas que aun perma-necen. Actualmente la conservacin tiene una de susvertientes ms urgentes en la restauracin de aquellosecosistemas que, en mayor o menor medida, ya seencuentran alterados y que en Mxico representanmucho ms que la mitad del territorio nacional.

    Una larga historia de modificaciones, frecuen-temente severas, de muchos tipos de ecosistemasterrestres y acuticos, ha acompaado la evolucin deMxico hasta su estado actual, con todas las contradic-ciones que el crecimiento econmico implica, desdelas perspectivas ecolgica, social y econmica. Sabe-mos que en muchos casos las exorbitantes demandasde bienes y servicios ambientales estn relacionadascon un sndrome de hiperconsumo, inducido, a suvez, por arrolladoras tendencias de comercializacin

    global. Y tambin sabemos que la conservacin y larestauracin efectivas dependen de moderar cuantoantes ese consumo, pues los recursos naturales sonfinitos y no pueden crecer al ritmo que lo hace lademanda.

    En este complejo panorama, ningn esfuerzorazonable de la imaginacin permitira aspirar al

    retorno del mundo a un estilo de vida preindustrialo a mantener a un pas totalmente aislado de las de-mandas mundiales de bienes y servicios ambientales.Pero tampoco es aceptable asumir una actitud pasivamientras el deterioro avanza. De hecho, existe la opor-tunidad de ingeniar maneras para reencauzar nuestrasactividades de consumo y produccin, para orientarlascorrectamente respecto del medio natural y para man-tenerlas en niveles realistas de compatibilidad, todo locual puede garantizar la permanencia y estabilidad, alargo plazo, de los procesos ecolgicos y evolutivosque sostienen la vida. Sin nimo panfletario, puededecirse que la humanidad debe lograr elucidar cuantoantes cmo pueden revertirse las nocivas tendenciasactuales de globalizacin salvaje y mercantilista, peroal mismo tiempo, es urgente buscar maneras de ase-gurar la permanencia de la integridad estructural yfuncional de los ecosistemas.

    La resistencia de los ecosistemas naturales respectode los cambios provocados por distintas actividades

    humanas, es uno de sus atributos. A su vez, esta re-sistencia se debe a la resiliencia (o elasticidad) queposeen los ecosistemas. Y la elasticidad de cualquierecosistema depende de varios factores; por ejemplo,de que su riqueza y composicin de especies nativasno se deteriore; de que la estructura fsica formadapor suelo, agua, microorganismos, hongos, plantas

    A scar Emiliano; uno ms entre millones denios mexicanos cuyo mundo dependerde aquellos ecosistemas que hoy logremosconservar y restaurar.

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    Restauracin ecolgica12

    y animales se conserve; y de que las funciones deri-vadas de todo ello se mantengan dentro de un flujodinmico no interrumpido. Los procesos ecolgicos amediano plazo son la base de los procesos evolutivosa largo plazo; por ello es indispensable mantener lafuncionalidad y continuidad de ambos, en todo tipode ecosistemas.

    Para la mayor parte de los cientficos y otros inte-lectuales existe una preocupacin filosfica perfec-tamente vlida por mantener la continuidad de laevolucin de las formas de vida actuales y la variedady belleza del mundo natural. Pero adems, desde unaperspectiva prctica, debemos reconocer que muchosecosistemas ya han sido alterados de modo significa-tivo y que slo ser posible continuar disponiendode los servicios y bienes ambientales que sustentan lacivilizacin, si se logra regresar esos ecosistemas haciaun estado de composicin, estructura y funcin, al

    menos semejante al que tenan a fines del siglo XIX oal principio del siglo XX.

    La diversidad de tipos de ecosistemas naturales enMxico es muy grande, por lo que el conocimiento de-tallado acerca de los patrones de regeneracin naturalen cada uno de ellos aun se encuentra en construccin.No obstante, muchos principios generales descubier-tos por la investigacin cientfica sobre los ecosistemasya se encuentran al alcance. stos proveen una basesuficientemente slida para emprender iniciativastendientes a devolver, a esos ecosistemas alterados, almenos una parte significativa de sus rasgos originalesde composicin, estructura y funcin. De la recupera-cin de esos atributos depende el resarcimiento de laresistencia y la resiliencia de los ecosistemas.

    Por fortuna, hoy se conocen un poco mejor mu-chos de los factores sociales y econmicos que tomanparte en los procesos de degradacin y de recupera-cin de ecosistemas. Este saber tiene el potencial paraconstruir relaciones ms estables entre el desarrollohumano y la conservacin, una vez que asumamos en

    los hechos que las sociedades humanas no han sidoni son espectadores o actores externos, sino partesactuantes dentro de los ecosistemas. En tal calidadcorresponde a las sociedades aportar mantenimientoa los ecosistemas, para poder cosechar de ellos los

    bienes que se necesitan, con la calidad y continuidadque se desea.

    Lo anterior deja claro que no existe un recetariopara la restauracin ecolgica. En cambio, s existeuna serie de fundamentos los cuales, si se articu-lan de manera inteligente en la prctica, puedencontribuir a atenuar los daos causados a distintos

    ecosistemas. Probablemente nunca podremos re-cuperar la condicin prstina de cada uno de ellos,pero s podremos devolverle a reas actualmenteinservibles una proporcin significativa de sucomposicin, estructura y funciones originales,de suerte que buena parte de su riqueza y produc-tividad se recuperen y que, con ello, los serviciosy bienes ambientales que demandamos puedantenerse disponibles por ms tiempo.

    A lo largo de este libro (el cuarto de una serie ini-ciada en 1999 con distintos temas de conservacin,

    principalmente orientados hacia los contextos mexi-cano y latinoamericano), un grupo de especialistasaporta sus opiniones y analiza conceptos, mtodosy tcnicas. Espero que en esta obra los interesadosencuentren conocimientos y referencias tiles, queincrementen y actualicen sus propios conocimien-tos sobre la recuperacin de ecosistemas. Pero laexpectativa principal es que los distintos captulospuedan generar en los lectores inspiraciones propias,innovadoras, tanto individuales como colectivas,para buscar nuevas rutas en este quehacer. Unaactitud de responsabilidad efectiva hacia la restau-racin nos permitir ejercer en Mxico, con efectoy trascendencia reales, la tarea de mayordoma quele debemos a la naturaleza de este pas, generosaproveedora de los elementos que han permitidonuestro desarrollo social y cultural al menos durantelos ltimos 10,000 aos.

    La restauracin ecolgica debe entenderse comouna muestra de solidaridad transgeneracional, dirigi-da hacia la poblacin humana que en el futuro tambin

    necesitar recurrir a los ecosistemas naturales parasubsistir. Esto queda fuera de cualquier duda.

    S

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    Primera parte

    El contexto general de la restauracin ecolgica

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    15Restauracin ecolgica: algunos conceptos

    Restauracin ecolgica: algunos

    conceptos, postulados y debates

    al inicio del siglo XXI

    scar Snchez*

    * Consultor en Conservacin de Vida Silvestre.Correspondencia: Av. Ixtlahuaca 609, Col. Snchez, Toluca50040, Estado de Mxico. Correo-e: [email protected].

    Los Dioses Viejos le dijeron a un macehual:es menester que tus hijos conozcan nuestro mensaje

    de vida. Nuestra palabra est escrita en esta mazorcade maz pinto; has de esforzarte en entenderla y usar de ella.

    El hombre, contento, tom la mazorca y ech a correr, peroen su prisa tropez y la mazorca se desgran en el suelo.

    El macehual, sbitamente lloroso, quiso componerla;pero no logr restaurar el orden original de los granos.

    Haba destruido el mensaje antes de entenderlo.Por eso hoy, los descendientes de ese hombre sabemos

    muy poco y enfrentamos un destino tan incierto.

    scar SnchezN ( )

    Introduccin

    Dos perspectivas contemporneas confluyen en eltema de la restauracin ecolgica: por un lado, la plenademostracin cientfica de que los ecosistemas no sehallan en estados estticos de equilibrio, sino en flujo,con etapas sucesivas, unas de cambio drstico y otrasde cambios paulatinos. Esto implica que ciertos tipos

    de disturbios en los ecosistemas forman parte de ladinmica normal de stos (Pickett y White, 1985). Porotro lado, finalmente se ha generalizado la percepcinde que los seres humanos debemos considerarnos,sin duda, parte actuante dentro de los procesos queocurren en los ecosistemas, lo cual es especialmenterelevante por la intensidad, extensin y recurrenciade los disturbios que logramos ocasionar y que suelenexceder, con mucho, a los que causan otros agentesbiticos.

    La especie humana ha estado ntimamente vincula-da con la mayora de los ecosistemas naturales, en esecarcter histrico de actor trascendental respecto a loscambios que stos han experimentado. En el continen-te americano, por al menos 15 milenios, el hombre hacoexistido con especies vegetales, animales, fngicas ymicrobianas de distintos ecosistemas, mediante rela-ciones que tienen que ver con el alimento, el vestuario,la habitacin, la salud y otros aspectos.

    Hasta el advenimiento del paradigma estandari-

    zante de los actuales mercados globales, la formacinde las distintas culturas autctonas, en mltiplesregiones de la Tierra, fue una funcin directa de lainteraccin humana con otros componentes de labiodiversidad en cada sitio. Por ello, no es una meracoincidencia que las diferencias etnogrficas entrepueblos oriundos de desiertos, de bosques templados,

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    Contexto general16

    de selvas y litorales, y sus culturas respectivas, hayansido tan notorias. Incluso entre pueblos originariosde selvas, en frica, Amrica, Asia y Oceana, es claroque cada entorno selvtico local determin los mate-riales con que cada cultura contara para satisfacersus necesidades. A escala local, los humanos hemosconstruido cada cultura (incluidos los mitos y las ex-

    presiones artsticas; Levi Strauss, 1962), en funcin deelementos utilizables, existentes en el medio natural.Estas experiencias locales, generadas a travs de mi-lenios, implican algn manejo de los recursos, desdeleve hasta intenso y que no puede ser ignorado.

    El uso de elementos de la biodiversidad implicaalteracin de los ecosistemas locales. Mientras losgrupos humanos fueron pequeos y nmadas, quiz larestauracin no fue una preocupacin para ellos pues,eventualmente, podran pasar lapsos largos antes deque el grupo volviera a cazar y recolectar en un mismo

    sitio. Pero con el advenimiento de la agricultura, queocurri en varias partes del mundo, la vida se hizo mssedentaria y probablemente el uso de muchos recursossilvestres se intensific localmente. Esto gener unanueva preocupacin: la necesidad de dar algn tipo demantenimiento al entorno natural cercano, para evitarque otros recursos los no cultivables, como caza, lea,frutos silvestres, juncos para cestera, entre otros seagotaran. Numerosos ejemplos de grupos indgenas enAmrica muestran que stos desarrollaron prcticasde manejo para restaurar, en alguna medida, los daoscausados por el propio uso de las tierras y sus recursosbiticos. (Nabhan, 2003; Fowler et al., 2003). Tan anti-gua como esto es la nocin intuitiva de la restauracinecolgica. Por otra parte, las culturas nativas, aunquehoy severamente fragmentadas por los impactos de lassociedades industriales, aun mantienen una sabiduraecolgica significativa, basada en una larga experienciade interaccin con lugares particulares del planeta(Martnez, 2003).

    Pero el esfuerzo por ejercer una mayordoma efec-

    tiva a favor del medio natural local se vio disminuidoprogresivamente, en particular por la aparicin de unmodelo para la produccin econmica a gran escalay con mercados de alcance global, basado en la pro-mocin del consumo excesivo en los pases ricos, ygrandes exigencias en detrimento de los pases pobres(en los que se concentra tambin la biodiversidad,

    fuente de materias primas). En cosa de cincuenta aos(desde mediados del siglo XX a la fecha) el modeloeconmico de asalto al entorno natural propici quela escala del deterioro ambiental alcanzara grandesmagnitudes. Por s mismas, stas rebasaron notoria-mente los efectos de cualesquiera medidas locales deconservacin y restauracin que, a travs de decenas

    de miles aos, se hubieran desarrollado.Hoy, dentro del marco general de la conservacin

    de la biodiversidad, la restauracin ecolgica ha expe-rimentado un nuevo pulso de inters. Este nuevo em-puje busca, sobre todo, poder reaccionar (a tiempo yen las escalas correctas) ante el grave deterioro que hansufrido numerosos ecosistemas y procesos ecolgicos.Para ello pretende aprovechar, como coadyuvantes,los conocimientos cientficos, socioeconmicos yhumansticos actuales. En esta nueva fase, la propiadiversidad de ecosistemas en el planeta igualmente ha

    significado que los enfoques, mtodos y tcnicas parala restauracin ecolgica sean muy variados. A estose agrega que las distintas circunstancias, que rodeana cada caso particular, significan otro factor de com-plejidad en el abigarrado panorama de la restauracinen el mundo.

    Histricamente es posible detectar ejemplos deintentos de restauracin ecolgica moderna, antesde la llamada Revolucin Industrial, pero en realidadel desarrollo de la restauracin se ha intensificadorecientemente, a partir de que los efectos del abuso seconsideraron preocupantes y de trascendencia global(el abuso, claramente fue ocasionado por las demandasde la poblacin humana, que creci explosivamenteen la segunda mitad del siglo XX y por el desarrollode mercados de consumo de gran escala).

    Las enormes dimensiones de este fenmeno hacendifcil el abordaje de soluciones viables. En principioesto ocurre, aparentemente, debido a que la percep-cin y la actitud humanas suelen ser distintas cuandose refieren a lo mundial, que cuando se relacionan con

    lo domstico. Por un lado, la prdida y la degradacinde ecosistemas a escala mundial preocupan al indivi-duo, pero esto no suele ocuparlo de manera directapues, frecuentemente supone que las soluciones estnfuera de sus capacidades y esfera de influencia. Por elotro lado, para un individuo o grupo determinado,cuesta mucho esfuerzo reconocer que muchas de sus

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    17Restauracin ecolgica: algunos conceptos

    actividades cotidianas (especialmente aqullas que leproducen riqueza econmica) son parte de los facto-res nocivos para la salud de los ecosistemas locales.Claramente se tiende a minimizar el mbito local ypersonal de las causas que, sin embargo, son parte dela afectacin global). Si reconocer esto resulta difcil,tambin lo es tomar una actitud responsable; y ms

    an emprender acciones concretas que puedan ayudara revertir daos locales que, sin embargo, forman partede la afectacin global.

    La leccin central que parece derivarse de esto esque, mientras que la estrategia de restauracin ecol-gica necesariamente debe tener una visin global, lasacciones concretas de solucin tendran que abordarsea las escalas local y regional.

    Hoy, al principio del siglo XXI, los retos de la res-tauracin ecolgica son mltiples, aunque las basesconceptuales y operativas de sta aun estn en desa-

    rrollo. Pero, dentro de este complejo proceso, quizla pregunta ms importante que haya que responder,y pronto, sigue siendo: hacia qu estado debera-mos restaurar los ecosistemas? Esto lo expresan conclaridad autores como Shrader-Frechette y McCoy(1995): Because natural systems are in flux, how willmanagement choose a point in time or any particularcondition that can be called natural? Conceptual diffi-culties in defining a community or an ecosystem furthercomplicate efforts to decipher the natural. El punto dela difcil delimitacin de la extensin fsica de los eco-sistemas ha sido discutido tambin por Maass (2003)y por Snchez (2003).

    En los siguientes prrafos y en los captulos sub-secuentes de este libro, trataremos de adentrarnos eneste debate y en sus diversas facetas.

    Postulados generales de la restauracinecolgica

    Los ecosistemas no responden a finalidad alguna, es

    decir, no son entidades teleolgicas (Maass, 2003). Enrealidad son conjuntos de factores biticos y abiticoscuyos variados componentes interactan, medianteadaptaciones locales mutuas desarrolladas a travsdel tiempo. Claramente las interacciones y sus cir-cunstancias varan segn los lugares y de un tiempoa otro, por lo cual puede decirse que los ecosistemas

    no tienen un estado particular que pueda considerarsecomo ptimo.

    En todo caso, parece ms justificable suponer quebajo un grupo dado de condiciones de estabilidadprevalecientes del medio fsico y para lapsos relati-vamente largos, los componentes biticos (plantas,animales, hongos y microorganismos), desarrollan

    una serie de interrelaciones cuyos resultados con-fluyen en una cierta apariencia del entorno, en unaestructura general reconocible del ecosistema, en unacomposicin particular de especies y, sobre todo, enuna serie de funciones que se desarrollan, con ciertaestabilidad y en una progresin ms o menos clara, atravs del tiempo. Por ello, aunque existen perturba-ciones, mientras estas no rebasen un cierto lmite, unecosistema natural suele tener una trayectoria generalms o menos definible.

    Los ecosistemas son entidades naturales que

    en funcin de su propia estructura, composicin yfuncionamiento, tienen algn grado inherente deresistencia a ciertos cambios originados por per-turbaciones. Por otra parte, se ha demostrado quealteraciones relativamente modestas pueden ser ab-sorbidas o restauradas de manera autnoma y eficazpor un ecosistema dado, el cual se reorienta hacia unatrayectoria similar a la inmediata anterior al disturbio(esta propiedad elstica se conoce como resiliencia).Resistencia y resiliencia son propiedades emergentesde los ecosistemas (Maass, 2003). Esto significa queno estn presentes en los componentes por separado,sino que son propiedades nicas, propias del conjuntollamado ecosistema.

    Lo anterior permite a los ecosistemas un ciertogrado de estabilidad. Pero cuando la extensin, lamagnitud y la recurrencia de las alteraciones sonmayores, rompen la resistencia y ocasionan que lascapacidades de resiliencia (recuperacin de la trayec-toria) de un ecosistema sean insuficientes. Es as quecambios cuantitativos pueden desencadenar cambios

    cualitativos en los ecosistemas, que muchas vecesresultan poco reversibles. Pero en casos de ese tipo,la intervencin humana puede ser la nica respuestaviable para intentar recuperar la mayor cantidad po-sible de los componentes originales, de la estructuray de las funciones de un ecosistema daado. Es unprincipio simple de entender aunque difcil de poner

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    Contexto general18

    en prctica y, por si fuera poco, constituye la esenciade la restauracin ecolgica.

    A escala mundial, los patrones de distribucin de labiodiversidad obedecen en cada continente a diferen-tes razones, tanto de historia geolgica y biogeogrfica,como de las condiciones ambientales actuales. En elcaso particular de Mxico, la dotacin de diversidad

    biolgica es grande y, por ello, se nos ha consideradoun pas megadiverso. Pero tal como ocurre en mu-chos pases de este tipo, la riqueza biolgica no estconcentrada en una sola regin. Por el contrario, sehalla distribuida en mltiples formas e integrada enmuy distintos tipos de ecosistemas en toda la exten-sin nacional. Asimismo, histricamente la poblacinhumana ha logrado ocupar la mayora de las reas delpas; por ello las interacciones de nuestra especie con elresto de los componentes de los ecosistemas tambinresultan diversas en tipos y magnitudes.

    Pero volviendo al caso general, el proceso de ocu-pacin y uso humano de ecosistemas ha implicado,progresivamente, el deterioro de muchos de ellos ypor las ms diversas causas. La afectacin a la vidasilvestre nativa comprende desde casos relativamenteleves, hasta otros de remocin total de la cubierta ve-getal original y sus acompaantes; animales, hongosy microorganismos. En funcin de los tipos y magni-tudes de los factores que originan tales alteraciones,algunas de ellas son susceptibles de mitigacin, perootras no. Si se consigue mitigar oportunamente unaalteracin dada, en algunos casos el ecosistema localpuede regresar, por s mismo, a una trayectoria ecol-gicoevolutiva similar a la que tena antes del distur-bio, en tanto que casos de dao profundo requierencomplejos y costosos intentos de reparacin a travsde actividades humanas, normalmente intensas y que,en general, apenas consiguen el retorno de una partede los procesos que eran caractersticos del entornoen su estado nativo.

    En la disciplina hoy llamada restauracin ecolgica

    hay un concepto que debe quedar claro: la diversidadactual en todas sus manifestaciones (genes, organis-mos, poblaciones, comunidades, ecosistemas), esconsecuencia de los caminos seguidos por la evolucinbiolgica en cada lugar. Esta evolucin, a su vez, esconsecuencia de la continuidad de los procesos ecol-gicos en los cuales a travs de perodos muy prolon-

    gados esos componentes han estado interactuandocomo un todo funcional. Por esa razn es muy pocoprobable que las circunstancias ecolgico-evolutivasoriginales de un ecosistema (i.e. aquellas previas aeventos de deterioro), se repitan exactamente. Enconsecuencia, el objetivo de la restauracin ecolgi-ca no puede ser el regresar a un ecosistema al punto

    exacto en el que se hallaba antes de la alteracin, sinopropiciar que ste asuma una trayectoria de reparacincongruente tanto como sea posible- con los rasgosgenerales del entorno.

    Puede decirse que existen condiciones que resultansine qua non para la restauracin ecolgica. Si stasno se cumplen, es difcil que se logre el resultado, o sise alcanza, es poco probable que tal resultado tengapermanencia. Estas condiciones necesarias para larestauracin incluyen, al menos:

    a) la remocin o reduccin al mnimo de las causasque originaron el deterioro y

    b) la reconsideracin efectiva de aquellas actividadeshumanas que originaron esas causas de dao,buscando la mayor compatibilidad posible delas actividades humanas con el funcionamientoecosistmico.

    En resumen, la expectativa respecto de la restaura-cin ecolgica es que, mediante una primera etapa deremocin de factores adversos y acciones subsecuentesque propicien la recuperacin de trayectorias ecolgi-cas similares a las originales, se induzca al ecosistemaa asumir un curso autgeno de reparacin.

    La conservacin de ambientes naturales y la res-tauracin de sitios daados son conceptos distintospero, al mismo tiempo, son partes complementariasde una misma estrategia de supervivencia que sinduda requieren las sociedades humanas. En el mundoactual, la necesidad de mantener en el mejor estadoposible aquellos ecosistemas naturales que han logra-

    do persistir parece estar fuera de cualquier duda. Enaproximadamente 30 aos el concepto de la conserva-cin ecolgica ha arraigado en el gran pblico (mues-tra de ello es que la idea de las reservas ecolgicas seha convertido en un valor social de gran aceptacin).Pero, lamentablemente, la extensin de las reservasecolgicas representa slo una fraccin nfima de la

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    19Restauracin ecolgica: algunos conceptos

    superficie de las tierras y los mares del planeta. En con-traste, la mayor parte de la vida silvestre del mundo,terrestre y acutica, se encuentra en cercana vecindado en franca superposicin con las reas en las quelos humanos desarrollamos actividades productivas;esta es una situacin propensa al conflicto.

    Muchas de las actividades humanas orientadas

    al crecimiento econmico siguen dependiendo dela extraccin de organismos silvestres, de agua y deotros recursos abiticos, de la degradacin de distin-tos ambientes naturales o, incluso, de la destruccinde ecosistemas. Algunas lesiones a los ecosistemasnaturales ocurren por afectaciones directas y otrasmuchas por afectaciones indirectas. Algunos daosson deliberados y otros, inadvertidos.

    Por todo ello, la conservacin de ecosistemas y deespecies nativas que estn dentro de reas protegidasdebe complementarse con el rescate y la restauracin

    de ecosistemas con sus comunidades caractersticasde especies, en aquellas reas previamente afectadaspor acciones humanas. Es urgente buscar solucionescreativas para conciliar las actividades humanas conla permanencia de un entorno natural que, a su vez,pueda hacerlas viables en el largo plazo.

    Debe mantenerse en mente que largo plazo resultaun concepto mvil segn el contexto y, a veces, segn losdistintos intereses humanos; pero para la permanenciay continuidad de los ecosistemas naturales, con unelemental sentido de solidaridad hacia nuestra propiaespecie, largo plazo debera entenderse como un lapsode al menos diez generaciones humanas.

    Con estos antecedentes, el tema de la restauracinecolgica actualmente queda delineado como untema en construccin, ms que como una disciplinaplenamente consolidada. El debate de sus conceptosfundamentales, de sus postulados filosficos y cient-ficos, de sus enfoques, estrategias, mtodos y tcnicas,es una actividad vigorosa en nuestros das. Incorporara un mayor nmero de cientficos, tcnicos y otros

    especialistas a este debate, equivale a reforzar nuestracapacidad de acceder a opciones viables de restaura-cin que, al menos, permitan recuperar las estructurasy los servicios ecolgicos ms importantes de los eco-sistemas daados, as como una fraccin significativade la diversidad de formas de vida y especies nativasde cada uno de ellos.

    La eleccin del tema de la restauracin ecolgica,para esta publicacin con nfasis en Mxico se bas,entre otros factores importantes, en que:

    Una parte muy importante de la biodiversidadde Mxico no se halla dentro de los lmites delas reservas ecolgicas y otros tipos de reas

    protegidas. La expansin humana contina planteando cre-cientes demandas de bienes y servicios del medionatural, las cuales frecuentemente resultan en eldeterioro de los ecosistemas nativos y, por ende,de los propios bienes y servicios que se deman-dan.

    Las causas del deterioro son numerosas y distin-tas, en naturaleza, magnitud, historia, tendenciasy grados de persistencia.

    Muchas actividades humanas son, simplemente,

    incompatibles con la vocacin natural de los eco-sistemas en los que se hallan enclavadas y debenser modificadas hasta que encuentren su puntode congruencia funcional con el entorno.

    Una parte importante de los intentos actualespor restaurar ecosistemas, parcial o totalmentedaados, no necesariamente ha pasado por unaetapa de remocin o de reduccin significativa delas causas del deterioro.

    Muchos proyectos de restauracin se han basadoen modelos desarrollados para tipos particularesde ecosistemas, en regiones no necesariamentesimilares a aquellas en las que se intenta aplicarlossubsecuentemente.

    En muchos casos, los criterios para la restaura-cin ecolgica son insuficientes, reducindose ala plantacin de especies vegetales cualesquiera,con el nico propsito de retencin del suelo uotras consideraciones similares.

    Muchos programas de restauracin se reducena una visin simplista de reverdecimiento de un

    rea, sin considerar que las complejas interaccio-nes entre mltiples especies nativas son lo que daa los ecosistemas sus caractersticas propiedades(de composicin, estructura, funcin, adaptabi-lidad, resistencia y resiliencia ante cambios am-bientales y, sin duda, sus opciones de evolucincontinua).

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    Contexto general20

    En muchos casos, la eleccin de las especies conque se pretende restaurar se basa en meros crite-rios indebidamente pragmticos, como el que noimporte si se trata de especies exticas propias delotro extremo del planeta, con tal de que sobrevi-van en el sitio de plantacin o introduccin.

    En muchos casos se ha subestimado la importan-

    cia de la restauracin del suelo, especialmente encasos drsticos de alteracin de la cubierta vegetalnativa.

    Muchos proyectos de restauracin de ecosistemasdulceacucolas solamente han tratado de restituircuantitativamente el agua de un sitio, sin conside-rar suficientemente la importancia de la calidaddel agua que se pretende retornar a los cauces,vasos y cuencas originales.

    Muchos problemas de restauracin de cuerposde agua, lticos y lnticos, se han desarrollado

    intentando el tratamiento de las aguas en lospropios cuerpos, sin considerar la mayor efec-tividad de tratarlas directamente en cada fuenteo microcuenca de emisin, antes de llegar a loscuerpos de agua receptores.

    Programas oficiales, dedicados a incorporar tie-rras a la produccin econmica agrcola mediantedesecacin de cuerpos de agua, han confundidoa la opinin pblica al ir equivocadamente con-tra la vocacin natural de distintos ecosistemasacuticos, en lugar de promover la produccineconmica en funcin de las bondades propiasde la vida acutica vegetal y animal originales.

    Indisolublemente vinculada a las situaciones deconflicto entre el quehacer humano y la permanenciade la biodiversidad y sus funciones, la restauracinecolgica es otra tarea pendiente que debe abordarsecuanto antes, especialmente en pases megadiversos(Snchez, 2003).

    La restauracin ecolgica en general

    Desde una perspectiva simplista, la restauracin eco-lgica podra entenderse como lograr el retorno de unecosistema dado al estado previo, del cual fue sacadocomo consecuencia de alguna actividad humana. Perocomo arriba se dijo, un ecosistema tiene propiedades

    emergentes; es decir, que surgen como resultado dehaberse logrado un complejo nivel de integracinentre sus componentes, biticos y abiticos (Maass,2003). Esto deja ver que la restauracin ecolgica no esel mero hecho de plantar especies vegetales en un sitio,o de reintroducir especies animales espectaculares;por el contrario, es un proceso de emulacin de esta-

    dios de sucesin de distintas comunidades biolgicasconocidas en un sitio, hasta lograr que stas tomenuna trayectoria autnoma y viable de establecimientopermanente en el lugar.

    Es momento para recordar lo antes dicho, acerca deque un ecosistema significa ms que la simple suma desus especies, comunidades y procesos componentes.Entre esas propiedades emergentes de orden superiordestacan la resistencia y la resiliencia, las cuales, sinembargo, tienen lmites. Si la resistencia se rompe, unecosistema tiende a cambiar drsticamente; la resi-

    liencia, asociada ntimamente con la complejidad delecosistema original, tiende a cicatrizar daos, peroal igual que la resistencia, no es ilimitada. Una veztraspuesto el lmite de ambas un ecosistema no puedevolver, por s mismo, a un estado similar al que tenaantes de una cierta perturbacin trascendental.

    Esto tiene implicaciones, pues aquello que origi-nalmente se haba interpretado como un equilibriollano entre los componentes de un ecosistema es,en realidad, el resultado de un delicado balance deprocesos, que resulta esencialmente inestable. Parala escala y el modo de percepcin humana, unecosistema parece mantenerse estable (al menos encuanto a sus componentes y estructura), en tanto noacontezcan eventos trascendentes de disturbio. Vistoen plazos ms largos que una vida o una generacinhumana, las propiedades de un ecosistema dado sonel producto de una cadena de eventos sucesivos deperturbacin y de estabilizacin temporal. Los factoresde disturbio pueden tener orgenes muy distintos yefectos diferentes pero, adems de su propia naturale-

    za, tambin la intensidad, la extensin y la recurrenciade los disturbios determinan si estos son trascendenteso no. Por ejemplo, disturbios de baja intensidad queocurren localmente (i.e. en escalas de espacio muypequeas para un ecosistema) y en una sola ocasin,suelen causar efectos que pueden ser compensadospor la dinmica de los componentes y procesos del

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    21Restauracin ecolgica: algunos conceptos

    propio ecosistema. En un contraste extremo, cuandoocurren disturbios intensos en espacios amplios delecosistema y de manera recurrente, todos los lmitesde compensacin del ecosistema son excedidos, lo quetrasciende en un dao profundo o en la remocin decomponentes biolgicos crticos.

    Cabe mencionar que existen distintos casos que

    van al extremo de la remocin total de las formas devida de un rea dada. Por ejemplo, indudablementeuna erupcin volcnica arrasar con los ecosistemasen un paisaje determinado. Sin embargo, la existenciade germoplasma en regiones vecinas ofrece la posi-bilidad de recolonizacin del rea y, aunque esto nosea necesariamente un hecho para todas las especiesoriginales, s puede serlo para una parte considerablede ellas. El proceso ser largo, pero eventualmente irconstruyendo nuevos ecosistemas, basados en algunasde las especies biolgicas nativas aun disponibles. Este

    ejemplo quiz de pie a preguntarse: entonces tienesentido intentar la restauracin de un sitio devastadopor un fenmeno natural? La verdad es que en eventosnaturales de disturbio, a menos que hubieran afectadodirectamente a una comunidad humana, realmenteno se justificara emprender programas de restaura-cin, sino que resulta muy razonable dejar que el sitioemprenda una nueva trayectoria, sin asistencia. Peroun caso muy distinto sera el de algn rea en la que,por ejemplo, una actividad industrial previa hubieradejado suelos y aguas contaminados, sin vegetacin,fauna ni otras formas de vida. La restauracin allresulta una actividad obligada, aunque represente unreto muy difcil (Chase y Boudouresque, 1987; Wardet al., 1996).

    Lo anterior define los extremos entre los cuales seencuentra la especie humana, al confrontar eventosde perturbacin ambiental trascendentes. Entre estosextremos deberemos encontrar maneras de apoyar larecuperacin de los atributos de composicin taxon-mica, estructurales y funcionales de los ecosistemas, de

    manera que, en la medida de lo posible, el entorno sigaofreciendo condiciones propicias para la vida humanay para la vida silvestre en el largo plazo.

    El caso que plantea la restauracin es devolver unecosistema a un estado en el cual se hayan recuperadola mayor parte de los componentes, procesos y atribu-tos que lo hacen autosustentable. Esto significa devol-

    verlo a un estado en el cual, bajo las condiciones queahora prevalecen, sea capaz de retomar una trayectoriaecolgica autnoma, continua hacia el largo plazo. Sinembargo, es posible que no se logre recuperar la tra-yectoria evolutiva original (al menos no para todas lasespecies eliminadas), lo cual es particularmente ries-goso en aquellos ecosistemas que contenan especies

    microendmicas, provenientes de linajes evolutivoscuya larga historia biogeogrfica les dio origen porvicarianza u otros procesos irrepetibles.

    El uso de los ecosistemas naturales siempre hatrado a mi mente un idea contenida en un viejoproverbio: si haces fuego, no puedes evitar el humo.Con base en esta metfora, puedo decir que si se usaun ecosistema, inevitablemente se producirn conse-cuencias. Por ello, la aspiracin de sustentabilidad deldesarrollo econmico tan manoseada actualmentepor polticos y otros personajes pblicos; comnmente

    sin mayor reflexin tendra que basarse, sin la menorduda, en mantener las actividades humanas por debajode los umbrales de resistencia y de resiliencia propiosde cada ecosistema. As, las consecuencias del uso semantendran en posibilidad de ser atenuadas por elpropio ecosistema.

    Pero en la mayor parte de los casos ya hemos tras-cendido esos umbrales gracias al consumo excesivo ydesequilibrado, tanto entre pases como entre gruposdentro de cada sociedad. Por lo tanto, no queda msque asumir una actitud dinmica, intentando restau-rar al menos los componentes y procesos mayores decada ecosistema alterado, modificar los hbitos deconsumo desmedido, dispendioso e innecesario, ybuscar alternativas para producir algunos de los bienesnaturales que necesitamos, restaurando la riqueza yproductividad de ecosistemas previamente daados.Con ello, la esperanza es que la dinmica bsica del en-torno natural se recupere y cruzando los dedos quealgunas de las especies, extirpadas por perturbacionesprevias, hayan sobrevivido en algn sitio vecino y

    eventualmente recolonicen las reas restauradas.La necesidad de hacer reflexiones como las ante-

    riores, ha conducido a algunos organismos interna-cionales a proponer definiciones operativas para larestauracin ecolgica en busca de unificacin. As,por ejemplo, la Society for Ecological Restoration, ensu documento oficial ms reciente, fruto del trabajo

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    Contexto general22

    de un grupo de especialistas miembros (SER, 2002),plantea la siguiente definicin: Ecological restorationis an intentional activity that initiates or acceleratesthe recovery of an ecosystem with respect to its health,integrity and sustainability.Esclarecedora en general,esta definicin hace nfasis en la recuperacin de lasalud, la integridad y sostenibilidad del ecosistema.

    No obstante, al menos desde mi punto de vista, elconcepto de salud de un ecosistema implica ciertaambigedad y, a su vez, la integridad de un ecosistemaresulta algo irrecuperable una vez que ha ocurrido undisturbio trascendente.

    Indudablemente, el perfeccionamiento de unadefinicin satisfactoria de restauracin ecolgicaes una tarea colectiva, que tomar varios aos ms.Por mi parte hago una pequea contribucin a esteproceso de debate, proponiendo que la restauracinecolgica es la prctica de acciones orientadas a

    propiciar una trayectoria de reestablecimiento deun ecosistema previamente alterado, en compatibi-lidad con las condiciones actuales y con la historiabiolgica del entorno, tal que enfatice una recupe-racin significativa de sus atributos originales decomposicin taxonmica, de rasgos estructurales yde funciones generales.

    Adems de seguir aportando esfuerzos al logrocolectivo de una definicin operativa de restauracinecolgica, habr que buscar la manera de unificar ellenguaje de esta especialidad. En numerosos reportestcnicos y otros textos, es posible ver usos an pocodiferenciados de trminos como restauracin, rehabi-litacin, reclamacin, remediacin, mitigacin, rever-decimiento, revegetacin, forestacin y reforestacin,entre otros ms. La Society for Ecological Restoration(SER) ha provisto un documento crucial: e SER Pri-mer on Ecological Restoration (SER, 2002) en el cualse proponen conceptos unificadores, que resultarnindispensables para los lectores vinculados directa-mente con programas de restauracin. Esperamos que

    el contenido del presente libro tambin contribuya adocumentar el debate y la estructuracin conceptualy jerrquica de estos y otros trminos relacionados,para volverlos exactos y de mayor utilidad prctica.Lo exige el resarcimiento de los vastos daos causadosal planeta en el curso de nuestra corta, pero explosivaevolucin como especie.

    Algunos supuestos de la restauracin

    La restauracin ecolgica supone, entre otras cosas, lamejor restitucin posible de los ciclos biogeoqumicosy de otros rasgos crticos de un ecosistema dado. Sinembargo, la complejidad intrnseca de los sistemasecolgicos y su importancia para la continuidad de

    la evolucin de las especies hacen necesario que larestauracin se emprenda: a) con especies oriundasdel lugar y b) intentando reconstruir la estructura queguardaban los componentes originales del ecosistema,antes del evento de disturbio humano responsabledel dao.

    Otro supuesto bsico de la restauracin ecolgicaes que, con un poco de ayuda humana, es factibleinducir el retorno de un ecosistema dado hacia unatrayectoria bitica y abitica ms o menos similar ala que tena antes del deterioro. Bajo tal supuesto los

    prerrequisitos de una restauracin razonada quizdebieran incluir, entre otros:

    disponibilidad oportuna de un inventario sufi-ciente de la biodiversidad original del sitio deinters,

    disponibilidad de un conocimiento suficientesobre la estructura de las especies dominantes enel ecosistema antes del deterioro,

    disponibilidad de un conocimiento suficienteacerca de los ciclos y procesos ms importantesdel ecosistema antes del deterioro,

    disponibilidad de una idea suficientemente claraacerca de las escalas de espacio y tiempo en lascuales se desarrollaban los ciclos y procesos en elecosistema, antes del deterioro,

    disponibilidad de un conocimiento suficientesobre las presiones que originaron la alteracin;su naturaleza y sus causas, su severidad, la escalaespacial de los impactos, y sus posibilidades derecurrencia y frecuencia,

    disponibilidad de alguna informacin acerca delas trayectorias ecolgicas de los principales indi-cadores del ecosistema, antes del deterioro, y

    disponibilidad de informacin descriptiva ehistrica, suficiente, acerca de las caractersticassociales, econmicas y polticas vinculadas al sitioque se desea restaurar.

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    23Restauracin ecolgica: algunos conceptos

    Si no se ha logrado construir un inventario sufi-ciente de la biodiversidad que era caracterstica delsitio en su estado inicial (definido ste, convencional-mente, como el que prevaleca en tiempos histricosinmediatamente anteriores al momento de la altera-cin) ser ms probable que se cometan errores adicio-nales en la restauracin. Uno de los ms comunes es la

    introduccin de especies exticas a Mxico (o inclusootras, provenientes de regiones distintas del pas que,para el caso, no dejan de ser exticas al rea receptora).En el pasado, para muchos intentos de restauracinse eligi, con un criterio simplemente pragmtico,utilizar especies que pudieran sobrevivir en un readada; esto no basta ni es lo adecuado pues, frecuen-temente, el problema no es que una planta, animal uhongo extico no se adapten sino, por el contrario, quelo hagan tan bien que inhiban, desplacen o eliminenespecies nativas que son las que estamos obligados a

    conservar (Hobbs y Mooney, 1993). El obsoleto dogmade elegir para la restauracin una especie considerandosolamente su facilidad de adaptacin local, debe des-echarse cuanto antes. Una perspectiva de restauracinrazonada debe considerar la biodiversidad nativa decada rea, de manera que se devuelva en lo posible elpotencial ecolgico y evolutivo anterior a los daoscausados a ecosistemas locales.

    Algunas especies dependen, para su existencia con-tinua, de que un cierto hbitat local mantenga las con-diciones abiticas y biticas que prevalecieron durantemillones de aos. Otras especies, tambin nativas, pormucho tiempo originaron y mantuvieron hbitat crti-cos con su mera presencia. Estas complejas relacioneshicieron surgir las propiedades de los ecosistemas encuanto a composicin taxonmica, estructura, ciclos,resistencia, resiliencia y otros procesos incluyendolos evolutivos (que a diferencia de los ecolgicos,ocurren en escalas no de miles sino de cientos de mi-les o millones de aos). Un buen conocimiento de laestructura y de las funciones que tena, antes del dao,

    un ecosistema el cual se pretende restaurar, ayudar aelegir las especies locales formadoras de hbitat msimportantes, en funcin de la dinmica de la sucesinvegetal conocida para el rea de inters.

    En muchos casos se tiene alguna idea de los proce-sos propios del ecosistema original, lo cual en muchopuede ayudar a proponer una secuencia factible de

    etapas de restauracin, que emulen lo mejor posible lasetapas de sucesin conocidas de la vegetacin (y de lafauna, la fungia y la microbiota, en un proceso conco-mitante). Muchas especies solamente se reestablecernsi sus entornos y nichos caractersticos ya se hallandisponibles en un ecosistema sujeto a restauracin.Esto destaca la importancia de conocer lo esencial

    de los procesos de sucesin locales, lo que permitirevitar la introduccin de especies nativas sensibles,antes o despus del tiempo en que esto resultara msadecuado. Por supuesto, una visin clara de las escalasde tiempo y espacio respecto a los procesos involucra-dos resulta fundamental (Clewell, 1999).

    Una de las principales metas de la restauracinecolgica es tratar de revertir, en forma significativa,los procesos de deterioro causados por las actividadeshumanas. A diferencia de catstrofes naturales comolas ya mencionadas (erupciones volcnicas, huraca-

    nes u otros) los cambios provocados al ambiente poractividades humanas tienen tres caractersticas muyrelevantes: suelen ser severos, recurrentes y, en casos,frecuentes, lo que no deja tiempo suficiente en el cuallas especies nativas pudieran reubicarse y readaptar-se. Me atrevera a llamar a ese tipo de alteracionesdisturbios de degradacin progresiva. En casos deese tipo, al proceso de extincin natural de especiesse suma la extincin muy acelerada inducida pornuestras actividades. En rigor la restauracin deberaestar dirigida a reducir (o eliminar, si es posible) losfactores de perturbacin de origen no natural, demodo que estos no afecten irreversiblemente a losprocesos de supervivencia y extincin de las especiespropias del rea.

    Bajo ciertas circunstancias, la mera suspensinde actividades humanas que son deletreas para unecosistema puede proveer las condiciones bsicas parala restauracin, en forma autnoma, especialmentesi la extensin del dao es pequea, o si existen reasaledaas que cuenten con germoplasma nativo local

    (microorgansmico, vegetal, fngico y animal) y sino existe una secuela de contaminacin residual delarga duracin en suelos, agua y aire. En esos casos,varias especies pioneras pueden reiniciar la secuenciade colonizacin y restablecimiento de la vida silves-tre local de manera continua y, en consecuencia, larecuperacin de las propiedades de orden superior

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    Contexto general24

    del ecosistema (resistencia, resiliencia, entre otras).Para esas circunstancias la actividad principal de unrestaurador, aparte de vigilar que las causas del dete-rioro no regresen, debiera ser al menos el seguimientocercano de la marcha de los procesos de sucesinvegetal y animal.

    Sin embargo, es ms frecuente que la extensin

    y magnitud de los daos causados por actividadeshumanas sean considerables e, incluso, que tenganefectos sinrgicos con otros factores ambientales; porejemplo, un dao severo, causado en un rea grande,que se ha dejado contaminada y en cuyos alrededoresya slo existen vestigios del germoplasma original,tiene muchos factores adversos. Esto implicar unadificultad mucho mayor para propiciar procesos derecolonizacin natural (Wiens, 1997). Estos casosrepresentan los verdaderos retos para la restauracinecolgica, pues para ellos habr que proponer mto-

    dos tanto ingeniosos como viables (y aceptables) pararevertir los efectos del grave deterioro.

    En suma, los supuestos y fundamentos de la restau-racin ecolgica requieren que todo esfuerzo prcticosea precedido por un razonamiento claro, basado enla evidencia biolgica, la historia del sitio en variasescalas de tiempo, el conocimiento de las causalesde deterioro, su extensin, severidad y recurrencia,as como los alcances y posibilidades reales de sueliminacin o reduccin. Igualmente, es importanteque todo proceso de restauracin ecolgica se planteeposibles objetivos concretos, a la escala adecuada y conel nfasis puesto en la recuperacin a largo plazo.

    Otros aspectos de debate actual sobre larestauracin

    La mayor parte de las opiniones y algunos textos actua-les sobre restauracin versan acerca de la restauracinde los componentes vegetales. En ellos generalmente sehace nfasis en componentes que son dominantes o que,

    estructuralmente, dan su fisonoma general al paisajenatural. Son mucho menos los textos que se refierenexplcitamente a otros tipos de especies vegetales, o a larestauracin integral (incluyendo enfoques florsticos,faunsticos, fngicos y microorgansmicos).

    Por ejemplo, los hongos frecuentemente son sub-estimados en programas de restauracin, a pesar de

    que muchas especies fungales resultan decisivas (prin-cipalmente mediante procesos micorrcicos asistidospor la actividad animal (Maser et al., 1978) en el esta-blecimiento de especies vegetales importantes en losecosistemas. Muchas relaciones de interdependenciaentre muy distintos elementos de flora, fungia, fauna yotros, son poco conocidas y esto constituye un factor

    de dficit, que es importante remontar para mejorar elpanorama actual de la restauracin ecolgica.Por otra parte, los procesos de restauracin que

    se han emprendido no superan, en los mejores casos,los 50100 aos; esto significa que, a las escalas detiempo en que ocurren muchos procesos ecolgicosy evolutivos, an no sabemos qu tan permanentes yexitosos sern los resultados de tales esfuerzos. Estosubraya la necesidad de ir documentando mejor losesfuerzos de restauracin emprendidos, procurandoinstalar esquemas sistemticos para el seguimiento de

    los resultados y para mejorar estudios comparativos(Westman, 1991; Snchez, 2000).

    Para verificar si se estn obteniendo los efectosdeseados de la restauracin ecolgica, naturalmentese requiere disponer de una idea mnima acerca de latrayectoria esperada del ecosistema en restauracin.Pero no se trata de un asunto menor; existe evidenciade casos en los cuales la trayectoria de sucesin en unecosistema, originalmente supuesta por un equipo derestauradores, se ha apartado de lo esperado (Zedler yCallaway, 1999). Esto puede ocurrir debido a factorescircunstanciales, a un conocimiento insuficiente dela sucesin en el tipo de ecosistema de que se trate(bosque, selva o humedal, slo como ejemplos entremuchos ms), a errores en acciones especficas derestauracin, a la persistencia de secuelas de conta-minacin o erosin derivadas de las actividades queoriginaron el disturbio, u otros.

    Para ello, otra necesidad sobresaliente en el mo-mento actual es reunir la mejor informacin que seaposible en relacin con proyectos de restauracin en

    marcha, respecto de sus supuestos, su organizacin,sus acciones y los resultados de stas. Por razoneshistricas, claramente la mayor parte de la literaturaacerca de restauracin se relaciona con ecosistemastemplados, en tanto que los subtropicales y los tropica-les son entornos en los cuales la restauracin ha depen-dido ms del impulso intrnseco de la vida silvestre,

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    25Restauracin ecolgica: algunos conceptos

    que de acciones claramente exitosas por parte de loshumanos, ms interesados en la produccin de maderay otros bienes, que en la restauracin integral de losecosistemas (vase, por ejemplo, Lieth y Lohmann,1993). Los resultados obtenidos de la restauracin dehumedales en Mxico tambin estn en espera de serdocumentados de manera ms contundente.

    La definicin de tipos generales de trayectorias desucesin ecolgica, para distintas clases de ecosistemasen diferentes regiones, es un asunto cuyo desarrolloaun es incipiente. La acumulacin de ms y mejorevidencia al respecto permitir alimentar el actualdebate, acerca de qu tanto los procesos de restau-racin de ecosistemas naturales pueden inducirse ypreverse, y qu tanto el resultado final depende de lascircunstancias actuales, distintas de las originales, y defactores estocsticos (Zedler y Callaway, 1999). Si stees un trabajo arduo en pases con una biodiversidad

    limitada, lo es ms aun en pases megadiversos.La sustentabilidad es otro concepto que contina

    sujeto a debate. Y lo est, en principio, porque lacapacidad de los recursos naturales para regenerarseen calidad y cantidad tiene un lmite y, si bien al-gunos ecosistemas son capaces de mostrar resistenciay resiliencia iniciales buenas, ante peticiones de ex-traccin moderadas, ante una demanda reiterada omayor pierden esa capacidad. El punto de discusines si realmente puede existir compatibilidad entre losrequerimientos actuales y futuros de esos recursos, ylas capacidades reales de regeneracin autnoma delos ecosistemas naturales, en caso de que los modelosde produccin y consumo no cambien. Se remite allector a Jordan (1995) para una discusin a fondosobre estos temas.

    Un ejemplo que ilustra claramente este debateacerca de la sustentabilidad es el relacionado con la res-tauracin de bosques boreales del noroeste de Nortea-mrica, una vez cortados con propsitos comerciales.Alrededor de 1990, los proyectos tradicionales de uso

    forestal (i.e. los basados en la remocin total de mate-rial maderable dejando claros evidentes) comenzarona preocupar a una nueva generacin de especialistasen asuntos del uso forestal. Los datos (que al menosera algo de lo que se dispona) indicaban que muchosbosques no se haban alterado significativamente por eluso de la madera sino hasta que, concluida la II Guerra

    Mundial, la demanda experiment un vigoroso incre-mento relacionado con la expansin industrial (Harris,1984). Esas personas, preocupadas por la prdidade biodiversidad atribuible a las prcticas forestalestradicionales, propusieron un enfoque distinto a laremocin total y que se basaba en el corte selectivo decantidades moderadas de madera, a fin de no afectar

    demasiado la estructura, las funciones y la propia res-tauracin autgena en las reas sujetas a uso.Lertzman (1990) defini esa Nueva Forestera

    como forest management with timber production as aby-product of its primary function: sustaining biologicaldiversity and maintaining log term ecosystem health.El postulado bsico de esta tendencia era dejar, trasel corte, un legado biolgico consistente en rbolesverdes en pie, rboles secos en pie, troncos cados,arbustos y otros materiales de desecho. Con ello sepropona facilitar la restauracin de los daos causa-

    dos por el aprovechamiento, promoviendo as un msrpido retorno a los procesos naturales, partiendo deun entorno con daos menos drsticos. Otros promo-tores de la llamada Nueva Forestera expresaron queparte de la filosofa de sta era una actitud de humildaden el manejo forestal, dado lo incompleto de nuestroconocimiento (Franklin et al., 1989).

    Pero simultneamente, para los expertos forestalestradicionales, cuyo enfoque estaba evidentemente basa-do en maximizar la produccin de madera por acre, lavisin era muy distinta. Como ejemplo, Atkinson (1990)escribi: For whatever its virtues, New Forestry will notproduce anything like the timber that can be producedunder plantation forestry e wood supply situation istoo serious for hobby silvicultureWe see a tremendousincrease in world population and soaring demand forwood products. Where are we going to grow wood?

    A ambos grupos contendientes les importabarestaurar el bosque, pero mientras que a los tcnicosforestales con educacin tradicional les interesaba larecuperacin de especies arbreas de inters econ-

    mico (i.e. producir calidad y cantidad de madera),el objetivo de los proponentes del otro enfoque erarestaurar ante todo la biodiversidad y considerar lacosecha mesurada de madera como un subproductodeseable del manejo forestal.

    El debate se recrudeci cuando una especie de aveasociada con bosques antiguos (el bho manchado,

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    Contexto general26

    Strix occidentalis) se incluy en la ESA (EndangeredSpecies Act). Esto oblig legalmente a conservar ex-tensiones de bosque antiguo, sin tocarlas en absoluto.Mientras eclogos y promotores de la Nueva Foresteracelebraron el acontecimiento, las airadas protestas delos leadores comerciales (principal ocupacin eco-nmica por cientos de aos en Oregon y Washington)

    propiciaron, incluso, remociones de personas en car-gos muy altos de la autoridad forestal norteamericana.El debate acerca de cul pareca ser la mejor manerade cortar rboles y de restaurar los ecosistemas asalterados continu por algunos aos y an hoy exis-te, en tanto que la evidencia indica claramente queninguno de los dos enfoques garantiza el retorno delecosistema a un estado previo deseable para todos.Como se dijo en prrafos anteriores, las trayectoriasde la restauracin pueden depender de situacioneslocales propias de la regin (y de factores aleatorios),

    as como de los mtodos para propiciarla.En algn momento se propuso que podra hallarse

    una solucin intermedia para propiciar la restauracinecolgica de esos bosques del noroeste de los EstadosUnidos de Norteamrica, manteniendo su potencialde produccin econmica. Se sugirieron, entre otrostemas: el hacer claros razonablemente dimensionadosy separados entre s; el efectuar un solo evento de cor-te cada 50 o ms aos; dejar la materia muerta en elclaro, aunque quiz permitir su colecta parcial comolea; dejar rboles, tanto vivos como secos en pie,para uso de fauna silvestre en el borde de cada claro yreplantar los claros con especies nativas de inters. Nose logr un acuerdo pleno en esos aos, aunque hoylas posibilidades para ello pareceran relativamentealentadoras.

    Las controversias no se han zanjado del todo,especialmente porque la evidencia de los resultadosde la restauracin, bajo uno u otro esquema, requiereacumularse para plazos mucho ms largos que 50 aos.En cualquier caso, si algo ha sido incuestionable en

    todo este asunto, es la demostracin de un hecho: o lademanda de madera se racionaliza, o no habr enfoquefilosfico ni mtodo de manejo forestal alguno quelogre estirar los lmites de integridad, productividad,resistencia y resiliencia de los ecosistemas. De hecho,con los actuales niveles de consumo, la sustentabilidadde los aprovechamientos forestales queda en entredi-

    cho bajo casi cualquier esquema de uso y pretendidarestauracin de bosques.

    La historia relatada en prrafos anteriores estocurriendo en una regin biolgicamente menos di-versa que las existentes en Mxico, tiene lugar en unpas en el cual las regulaciones del aprovechamientoforestal tienden a ser estrictas y en general se cumplen

    cabalmente. Aun as, el debate parece centrarse en losmtodos y tcnicas de uso y restauracin y no en lamoderacin del consumo. Como contraste, slo hayque imaginar lo que ocurre en pases en los cualesla tala clandestina no permite siquiera disponer detiempo para deliberar sobre los mtodos menos lesivospara aprovechar un recurso forestal, sino que arrasacon todo a la primera oportunidad que se le presenta.En pases biolgicamente muy diversos y con grandesproblemas sociales y econmicosobviamente inclui-do Mxico adems de la obligacin de conservar las

    extensiones relativamente naturales que han quedado,una necesidad fundamental es buscar lo antes posi-ble mtodos que permitan inducir algn grado derestauracin en las muchas reas previamente taladas,promoviendo una recuperacin parcial de la biodiver-sidad nativa de cada rea, al tiempo que tambin secontribuye a combatir la irracionalidad de los modelosde hiperconsumo global.

    La proteccin de especies, comunidades, paisajesy ecosistemas, en reas legalmente establecidas paraello, es slo una parte de las tareas necesarias. La otra,ms compleja y desafiante, es la restauracin ecolgicade numerosos sitios, terrestres y acuticos, en los quela riqueza natural nativa ha sido objeto del dispendiopropio de estrategias de desarrollo equivocadas (ten-dencia sin duda reforzada por las tensas relacioneseconmicas globales). Lo que es claro, es que una partemuy considerable del territorio nacional ya se halla enurgente necesidad de restauracin ecolgica.

    El qu y el porqu de la restauracin pueden serabordados con mayor facilidad que el cmo. Aunque

    el debate es multifactico y no ha concluido en modoalguno, es tiempo de replantear estrategias y mtodosde restauracin ecolgica, en busca de solucionesprcticas que permitan la supervivencia humana y delresto de la biodiversidad en el largo plazo.

    Para poder recapitular acerca de aciertos y erroresde nuestras acciones de restauracin es necesario

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    27Restauracin ecolgica: algunos conceptos

    publicar ms informes cientficos relacionados conproyectos de restauracin ecolgica en Mxico. Todoesto aportar nuevas evidencias, que cuestionen nues-tros actuales paradigmas y que nos permitan ajustarnuestra percepcin de la realidad.

    Es posible definir lineamientos generales

    para la restauracin?

    Como se explic arriba, son muchos los factores queintervienen en procesos de restauracin ecolgica. Estohace que la incertidumbre sea un factor invariablementepresente en los programas dirigidos a ese fin. Sin em-bargo, en la mayora de las instituciones que tienen quedesarrollarlos, suele requerirse la definicin de objetivosy metas especficas; esto significa potenciales complica-ciones. Entonces es posible aspirar a definir lineamien-tos generales para la restauracin ecolgica?

    Es claro que sera poco realista definir protocolosgeneralizados para lograr resultados especficos derestauracin en cada uno de los distintos ecosistemas.Pero en todo caso, al tratarse con sistemas que invo-lucran alta incertidumbre respecto de la obtencinde resultados positivos, puede al menos recurrirseal mayor apego posible a ciertos lineamientos, confundamento y sentido cientfico. Sin olvidar, nunca,que la restauracin ecolgica requiere tratamientocaso por caso, algunos puntos generales a considerarpodran incluir:

    Desarrollar, como punto de partida, una recons-truccin histrica de las caractersticas (fisono-ma, extensin, composicin taxonmica, estruc-tura y funciones) del ecosistema original que sepretende restaurar, acotando la poca o fecha a lacual se refiere dicha reconstruccin histrica.

    Describir la historia del deterioro enfatizando lascausas, la importancia relativa de cada una de s-tas y sus principales correlaciones con fenmenos

    sociales y econmicos. Definir si los agentes causales del deterioro ya

    desaparecieron o si se mantienen vigentes. Definir hasta qu punto las condiciones que

    prevalecen actualmente en el rea permitirn larecuperacin del ecosistema hacia la condicinconvencionalmente definida como meta.

    Definir, si las condiciones no fueran favorables,cules son stas y cules sus magnitudes.

    Definir un plan de accin que procure, como pri-mera fase, remover permanentemente los agentesdel deterioro del ecosistema original y las condi-ciones que son negativas para la restauracin.

    Buscar que el diseo de restauracin ecolgica

    promueva la recuperacin de la composicintaxonmica, de la estructura, de las funciones delecosistema y de sus relaciones con otros (tanto enlo abitico como en lo bitico).

    Explorar la aceptabilidad que tendra el eventualprograma de restauracin, en funcin del entornosocioeconmico que prevalezca en el rea, conespecial atencin a las aspiraciones propias de lascomunidades humanas locales, en trminos delfuturo que desean.

    Definir si es necesario emprender una fase de

    reacondicionamiento del suelo y el agua pre-sentes, antes de proceder a otros aspectos de larestauracin.

    Evaluar cules son las posibilidades de arribo degermoplasma nativo, una vez que se remuevan lascondiciones desfavorables y los agentes causalesdel propio deterioro.

    Aprovechar la llegada de plantas y otros orga-nismos voluntarios nativos, provenientes deecosistemas naturales vecinos. Esto hace msfcil restaurar procesos complejos como los depolinizacin especializada, mutualismo y muchosotros ms.

    Buscar que la induccin de fases de sucesin eco-lgica siga un orden similar al conocido para cadatipo de ecosistema, al menos hasta que la biota delrea presente tendencias de autoorganizacin sinnecesidad de insumos.

    Procurar, hasta donde sea posible, la integracinnatural del rea restaurada con el aspecto delpaisaje natural remanente.

    Mantener un seguimiento puntual de la llegada deespecies exticas invasoras al rea de restauracin,procurando evitar su establecimiento por todoslos medios posibles.

    Disear un sistema de seguimiento, objetivo ysistemtico, del estado que guarda el rea sujetaa restauracin, dejando claramente establecidos

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    Contexto general28

    los indicadores que resulten ms apropiados parala escala y tipo de caso que se trate y un mtodoestndar para medir sus variaciones, referidas alespacio y al tiempo.

    Slo la prctica permitir saber hasta qu puntoes factible que estas recomendaciones funcionen

    para casos particulares. Por ahora, la convergencia dedistintos sectores sociales, que ya empieza a darse enla tarea comn de la restauracin ecolgica, aparececomo un campo frtil para el desarrollo de puntosde vista ms objetivos y para la propuesta de nuevosconceptos, modelos, mtodos y tcnicas. La sistema-tizacin de las experiencias previas y la publicacinde sus resultados, proveern mejores materiales pararealizar anlisis crticos que permitan evaluar la efec-tividad y permanencia logradas.

    Paralelamente cabe esperar que, si se tiene xito

    en la homogeneizacin de criterios entre los distin-tos actores de la restauracin principalmente de lasociedad civil, acadmicos, oficiales de gobierno y po-lticos podrn darse actividades sinrgicas positivaspara recuperar, al menos en parte, la biodiversidad hoyamenazada en sus distintos niveles de organizacin.Hay que confesar que esto puede calificarse, hoy, comoun simple pensamiento esperanzado; pero segncreo, es posible transformarlo en acciones y resultadosconcretos durante el resto del siglo XXI.

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    Contexto general30

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    31Aspectos sociales de la alteracin ambiental

    La influencia de los aspectos sociales

    sobre la alteracin ambiental y

    la restauracin ecolgica

    Mara Zorrilla Ramos*

    * Cultura Ecolgica, A. C.Correo-e: [email protected].

    El objetivo de este trabajo es presentar la importanciade considerar los aspectos sociales que influyen en laalteracin ambiental y proponer una gua de elemen-tos que describan la relacin entre sociedad y medioambiente como variables a considerar en acciones derestauracin de ecosistemas.

    En primer trmino se expone de manera generalla importancia del vnculo entre sociedad y medioambiente como una relacin doble donde ambasesferas se influyen mutuamente y cules son algunasde las consecuencias de la degradacin ambiental enprocesos sociales como la pobreza y la desigualdad.En segundo trmino se propone un marco de anli-sis a partir de una serie de elementos que permitenordenar la informacin y entender los procesos quevinculan sociedad y medio ambiente.

    Medio ambiente y sociedad

    El deterioro de los recursos naturales a nivel mundial

    ha llevado a cuestionamientos importantes sobre lamanera en la que se estn usando los recursos ascomo sobre las perspectivas de desarrollo futuro al

    ritmo de explotacin actual. El recuento de los daosse incrementa ao con ao, y uno puede encontrar enla actualizacin de las cifras que el deterioro ambientalcontinua a pesar de las polticas, las convencionesinternacionales y las declaraciones de buena voluntadde los gobiernos que supuestamente tienen bien inte-grada en su agenda el tema del desarrollo sustentable.1Por ejemplo, en las actas del XII Congreso forestalmundial, realizado en Qubec en 2003, qued asenta-do que la prdida de la cubierta forestal prosigui enel decenio de 1990 ms o menos a la misma velocidadque en el decenio de 1980, con un promedio de entre12 y 15 millones de hectreas anuales a nivel mundial(XII Congreso forestal mundial 2003). Lo importantede resaltar es que durante la dcada de 1990, con elimpulso de la Cumbre de la Tierra en Ro de Janeiro enel ao de 1992, el tema ambiental estaba posicionadoen la agenda de gobiernos y organizaciones civiles. Sinembargo, esto no ha sido suficiente para disminuir elproblema, por lo que hay que entender las causas reales

    de la degradacin ambiental y profundizar en ellas.La preocupacin por el tema no es gratuita. Toda

    sociedad en mayor o menor medida es vulnerable alas transformaciones de su entor