tema 7 liberalismo y absolutismo en el marco del orden internacional

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Tema 7 Liberalismo y absolutismo 1 Liberalismo y absolutismo en el marco del orden internacional 1. La doctrina de la “balanza de poderes” y su ruptura: 1792-1814 El gobierno francés reivindica sus “fronteras naturales” en dirección al Rin y los Alpes (1792) La ruptura de hostilidades con Austria desencadena la formación de la primera coalición europea contra la República de “ciudadanos armados” De 1793 a 1812: Todo este periodo de guerras de la revolución y el Imperio oscila entre el intento de Napoleón Bonaparte por establecer la hegemonía francesa en Europa a partir del 18 de Brumario y la voluntad de las monarquías de restituir al viejo mundo el principio de la balanza entre las grandes potencias Derrota del Emperador francés en la batalla de Leipzig. Abdicación del trono y restauración de los Borbones (1813 – 1814) La primera fase de la reconstrucción de Europa, después de la caída de Napoleón quedaba establecida por la Paz de París. La restauración de la dinastía Borbón en Francia hizo caer a los aliados en la cuenta de que no era conveniente ensañarse con Francia, ya que podría retrasarse la tranquilidad y seguridad que deseaban desde hace tanto tiempo. Eso explica que los términos del tratado de París no fueran muy exigentes con los vencidos: o Francia conservaba los límites que tenía en enero de 1792 e incluso ganaba algunos enclaves que no le habían pertenecido antes o A pesar de las intenciones de Gran Bretaña y Prusia, Luis XVIII dejó bien claro desde el principio que no estaba dispuesto a que se le impusiesen indemnizaciones de guerra, a lo cual accedieron los aliados. La firma del Tratado de París daba por terminada la primera fase de la reconstrucción europea, pero al mismo tiempo anunciaba en su propio texto, la apertura de una segunda fase que tendría lugar de forma inmediata: Todas las potencias comprometidas en cualquiera de los bandos de esta guerra enviarán plenipotenciarios a Viena en el espacio de dos meses con el propósito de regular, en un Congreso General, los acuerdos que deben completar las provisiones del presente tratado. Para entender correctamente el nuevo orden internacional que se configuró en el Congreso de Viena, es necesario recordar como la oleada revolucionaria de 1789-1814 sacudió los fundamentos de la balanza de poderes. La creencia de que un equilibrio entre las grandes potencias de Europa era la norma que convenía a las monarquías del viejo mundo, fue regla de oro aceptada expresa o tácitamente a lo largo de la Edad Moderna. El siglo XVIII asistió a la madurez de este principio regulador de las relaciones entre las naciones, muy en particular durante el periodo que se extiende desde la firma del tratado de Utrecht (abr-1713), hasta la formación de la primera coalición europea contra Napoleón Bonaparte en 1792.

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UNED. Licenciatura en Historia. Historia Contemporánea Universal. Siglo XVIII

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Tema 7

Liberalismo y absolutismo 1

Liberalismo y absolutismo en el marco del orden internacional

1. La doctrina de la “balanza de poderes” y su ruptura: 1792-1814 • El gobierno francés reivindica sus “fronteras naturales” en dirección al

Rin y los Alpes (1792) • La ruptura de hostilidades con Austria desencadena la formación de la

primera coalición europea contra la República de “ciudadanos armados”

• De 1793 a 1812: Todo este periodo de guerras de la revolución y el Imperio oscila entre el intento de Napoleón Bonaparte por establecer la hegemonía francesa en Europa a partir del 18 de Brumario y la voluntad de las monarquías de restituir al viejo mundo el principio de la balanza entre las grandes potencias

• Derrota del Emperador francés en la batalla de Leipzig. Abdicación del trono y restauración de los Borbones (1813 – 1814)

• La primera fase de la reconstrucción de Europa, después de la caída de Napoleón quedaba establecida por la Paz de París. La restauración de la dinastía Borbón en Francia hizo caer a los aliados en la cuenta de que no era conveniente ensañarse con Francia, ya que podría retrasarse la tranquilidad y seguridad que deseaban desde hace tanto tiempo. Eso explica que los términos del tratado de París no fueran muy exigentes con los vencidos:

o Francia conservaba los límites que tenía en enero de 1792 e incluso ganaba algunos enclaves que no le habían pertenecido antes

o A pesar de las intenciones de Gran Bretaña y Prusia, Luis XVIII dejó bien claro desde el principio que no estaba dispuesto a que se le impusiesen indemnizaciones de guerra, a lo cual accedieron los aliados.

• La firma del Tratado de París daba por terminada la primera fase de la reconstrucción europea, pero al mismo tiempo anunciaba en su propio texto, la apertura de una segunda fase que tendría lugar de forma inmediata:

Todas las potencias comprometidas en cualquiera de los bandos de esta guerra enviarán plenipotenciarios a Viena en el espacio de dos meses con el propósito de regular, en un Congreso General, los acuerdos que deben completar las provisiones del presente tratado.

Para entender correctamente el nuevo orden internacional que se configuró en el Congreso de Viena, es necesario recordar como la oleada revolucionaria de 1789-1814 sacudió los fundamentos de la balanza de poderes. La creencia de que un equilibrio entre las grandes potencias de Europa era la norma que convenía a las monarquías del viejo mundo, fue regla de oro aceptada expresa o

tácitamente a lo largo de la Edad Moderna. El siglo XVIII asistió a la madurez de este principio regulador de las relaciones entre las naciones, muy en particular durante el periodo que se extiende desde la firma del tratado de Utrecht (abr-1713), hasta la formación de la primera coalición europea contra Napoleón Bonaparte en 1792.

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La serie de coaliciones ulteriores formadas para derrotar al Emperador francés e impedir la realización de su sueño político (un gran imperio continental centrado en Francia y rodeado de Estados-vasallos), terminaron por dar el fruto apetecido, no sin

grandes esfuerzos, gastos y víctimas para ambos contendientes. Los tratados de París (may-1814) fueron tanto un armisticio entre Francia y sus enemigos de la coalición como un ensayo general del futuro Congreso de Viena. La idea de restaurar en Europa la balanza de poderes entre las monarquías de primer rango (Rusia, Austria, Prusia, Gran Bretaña y la misma Francia, a la que se le reconocían las fronteras existentes en 1792) volvió a abrirse paso en todas las cancillerías del continente y en Londres. El episodio de los “Cien Días” (mar-may 1815) no pudo dar marcha atrás a los acontecimientos. El final del ciclo de guerras desatado por la Revolución Francesa impulsó a las Cancillerías a restaurar un orden internacional conservador. En la Europa contemporánea, al menos hasta 1945, las relaciones internacionales bascularán siempre entre la fidelidad al principio de la balanza de poderes y la tentación de implantar una hegemonía imperial en todo o en parte del continente.

2. Fundamentos político-ideológicos del Congreso de Viena • Se convocó un Congreso en la capital austriaca para que las

potencias del continente se pusieran de acuerdo en un nuevo y definitivo ordenamiento de Europa después de las guerras napoleónicas

• El propósito de los aliados era: o Impedir que se reprodujese un nuevo caso de dominio de Europa por parte

de una sola potencia, asegurando su división política en estados dinásticos o Encontrar los medios para resolver los conflictos entre ellos y para

concertar conjuntamente sus acciones o Junto a este doble objetivo se planteó también el reparto territorial del

continente que tenía la finalidad de dar forma y perpetuar la idea del concierto de Europa

• Figura clave en este proceso fue el canciller austriaco Metternich, verdadero jefe del gobierno desde 1809.

o Donde demostró su auténtica talla fue en la política exterior en la que jugó a contrarrestar su odio a Napoleón con el temor al engrandecimiento de la Rusia del zar Alejandro

o Durante el enfrentamiento de ambos en 1812, se mantuvo a la expectativa para prestar en último término ayuda a aquel contendiente que pudiera beneficiar más a Austria

o Su intervención fue decisiva en la campaña de 1814 y como resultado de su política, Austria se convirtió en potencia dominante de los aliados victoriosos

o Estaba convencido de que un Imperio austriaco fuerte sería su mejor baluarte contra el avance de las fuerzas revolucionarias

o Se convirtió en el mayor adalid de la paz y de la unidad en Europa y en esta línea hasta tuvo que exiliarse en Londres con motivo de la revolución de 1848

o El prestigio y la personalidad de Metternich tuvieron una decisiva importancia para escoger Viena como sede del Congreso previsto en la Paz de París

• En otoño de 1814 se reunieron en Viena los dignatarios de los países que iban a participar en el Congreso

o Asistieron 6 soberanos: el zar Alejandro de Rusia, el emperador Francisco I de Austria, Federico Guillermo III de Prusia y los reyes de Dinamarca, Baviera y Wurttemberg.

o Gran Bretaña estaba representada por su ministro de Asuntos Exteriores Robert Stewart, conde de Castlereagh.

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o Francia también estaba representada, aunque sin voz, por su veterano ministro de Asuntos Exteriores Talleyrand.

o El Congreso de Viena nunca reunió a todos los representantes como un cuerpo deliberativo: únicamente se reunieron conjuntamente en numerosas recepciones oficiales, festejos y ceremonias que tuvieron lugar durante los días que duraron las sesiones

o La idea de Metternich era la de que las cuatro grandes potencias aliadas resolvieran entre sí todos los asuntos y que después presentasen estas resoluciones a los demás participantes para que fuesen ratificadas de manera formal.

o Sin embargo, Talleyrand se negó a que Francia fuera excluida, invocando primero el Tratado de París y más tarde aprovechando las diferencias entre las cuatro grandes para mediar entre ellas.

o Las pequeñas potencias, España, Portugal y Suecia juegan un papel protocolario y sin posibilidad alguna de alterar las decisiones de los “grandes”.

• Los acuerdos a los que se llegó en Viena estaban basados en tres principios: compensación por las victorias, legitimidad y equilibrio de poder

• Ya que no se había podido conseguir de Francia una reparación económica para compensar los gastos de la guerra, las grandes potencias esperaban al menos obtener una compensación territorial

o Gran Bretaña se hizo fuerte en el Mediterráneo, con sus bases en Malta y en las islas Jónicas (Gibraltar aparte, que poseía desde 1713). Obtuvo también posiciones estratégicas en Ceilán, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, que explicarían el hecho de que mostrara menos interés en el Congreso

o Austria aprovechó la ocasión para deshacerse de algunos territorios cuyo control le resultaba problemático, como Bélgica y de los territorios del sur de Alemania. A cambio, Metternich obtuvo para Austria la recuperación de sus antiguos territorios en Polonia y nuevos territorios en Tirol e Iliria

o Prusia y Rusia se enfrentaron en agrias discusiones a la hora de plantear sus reclamaciones territoriales pero llegaron a un acuerdo final al obtener Rusia la devolución de los territorios del Gran Ducado de Varsovia napoleónico mientras que Prusia se hacía con el reino de Sajonia

• Una vez que las potencias participantes en el Congreso vieron satisfechas sus ambiciones territoriales, la atención se volvió hacia las áreas liberadas. Aquí fue donde Talleyrand consiguió que se aplicase el principio de legitimidad para significar que los derechos de los gobernantes europeos existentes antes de Napoleón debían ser respetados y éstos restablecidos en el poder si habían sido desalojados como consecuencia de las guerras.

o Según este principio se aceptó la restauración de los Borbones en España y las Dos Sicilias, de la casa de Orange en Holanda, de la de Saboya en Cerdeña y el Piamonte y del Papa en sus dominios temporales de la Italia central.

o En los arreglos territoriales de Alemania no hubo mucho interés en insistir, para no resucitar los numerosos estados eclesiásticos y diminutos principados suprimidos en 1803

• En lo que hubo unanimidad fue en la aplicación del principio del equilibrio de poderes:

o Se puede criticar el no haber tenido en cuenta la fuerza emergente de los nacionalismos, de forma que territorios como Noruega, Finlandia y Bélgica

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fueron utilizadas como peones para contener a los firmantes de los tratados, sin atender para nada los deseos de sus habitantes

o Las consideraciones estratégicas, de poder o de conveniencias dinásticas se pusieron por delante de los intereses nacionales o económicos

o No obstante hay que reconocer la importancia de los aciertos, a pesar de las dificultades que hubo que salvar:

� Establecimiento de asambleas en todos los miembros de la Confederación Germánica

� Garantía de la independencia y neutralidad de Suiza � Condena de la esclavitud � Acuerdos en Alemania e Italia

• El balance final de aquel importante encuentro no fue despreciable: o Se logró verdaderamente un equilibrio europeo o Se consiguió contentar a todos sin que se produjeran grandes agravios o Y ante todo, Viena tuvo el mérito de proporcionar a Europa casi medio siglo

de relativa paz, que era lo que Europa deseaba desde 1815.

• Cuando aún no se habían ultimado las firmas de los acuerdos, llegaron noticias a Viena de que Napoleón había escapado de la isla de Elba y desembarcado en Francia, dando comienzo a los Cien Días.

o Tras la derrota de Waterloo (12-jun-1815), se produjo la segunda abdicación de Napoleón y se entregaba el 15-jul-1815, para ser desterrado a la isla de Santa Elena, en el Atlántico Sur.

o Luis XVIII fue repuesto en el trono (Segunda Restauración), pero en esta ocasión iba a reinar sobre un territorio más reducido

o La Segunda Paz de París, firmada el 20-nov-1815 privaba a Francia de una serie de posiciones estratégicas y la obligaba a pagar una indemnización de guerra y a aceptar un ejército de ocupación durante al menos tres años.

• Al mismo tiempo que se firmaba el tratado de París de 1815, las cuatro potencias aliadas (Austria, Rusia, Prusia y Gran Bretaña) firmaban otro tratado que perpetuaba la Cuádruple Alianza (brazo armado de la Restauración) y se comprometían a convocar en el futuro otros congresos diplomáticos para el mantenimiento de la paz y del statu quo que se había conseguido en Chaumont, Viena y París.

o Esta Cuádruple Alianza se basaba en el establecimiento de un equilibrio de poder entre Estados, asumiendo las rivalidades entre ellos, independientemente de sus respectivos sistemas de gobierno

o Su propósito de que las grandes potencias se reunieran periódicamente en congresos para controlar el equilibrio resultaba más viable

o Este sistema de congresos pudo proporcionar a las naciones europeas un mecanismo realista y eficaz para seguir y controlar los cambios pacíficos mediante las consultas periódicas entre las grandes potencias

o Su desgracia es que se convirtió en un instrumento en las manos de Metternich, el cual trató de utilizarlo para impedir los cambios en una época en que éstos pugnaban con gran ímpetu para imponerse a las fuerzas conservadoras.

• El zar Alejandro promovió la formación de la Santa Alianza e indujo al rey de Prusia y al emperador austriaco a firmarla. Considerada como un instrumento para poner en práctica una política reaccionaria, dispuesta a mantener los principios del Antiguo Régimen, la Santa Alianza no funcionó porque apelaba a la antigua noción de la Cristiandad como comunidad de Estados basados en unos principios idénticos y organizados como monarquías legitimistas.

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Tres ideas-eje gobiernan las actuaciones de monarcas y plenipotenciarios congregados

en Viena: 1. El reforzamiento del principio de legitimidad monárquica y tradición histórica,

sintetizado en la unión indisoluble del trono y el altar. Se invocaba el maridaje de las fuerzas predominantes en el Antiguo Régimen. El texto de la Santa Alianza, atribuido al zar Alejandro I, sintetizó por largo tiempo el espíritu de la Restauración y lo que se denominó “supervivencia del Antiguo Régimen” en el orden de intereses internacionales

2. La solidaridad de las monarquías europeas ante el enemigo común. O sea, ante la revolución liberal-burguesa y el amenazante derecho de los pueblos a la auto-determinación. De poco hubiera valido si no se hubiera suscrito la Cuádruple Alianza, que dio nacimiento al denominado concierto de Europa para velar por el cumplimiento de los principios conservadores en la esfera internacional. Cada reino signatario de la Alianza se comprometió a contribuir con un contingente de 60.000 soldados en caso de violación del statu quo por parte de cualquiera de las grandes o pequeñas potencias del sistema.

3. El mantenimiento del equilibrio político entre las potencias del sistema internacional o Pentarquía. En la balanza de poderes reside la clave de la bóveda de las relaciones internacionales del sistema multipolar que prevaleció en Europa hasta el final de la segunda guerra mundial.

3. El Concierto de Europa y las “disonancias” revolucionarias durante la primera mitad del siglo • Durante los años que siguieron al Congreso de Viena se fue

desarrollando el sistema de Metternich, canciller austriaco que había inculcado a la alianza europea un carácter conservador y antiliberal, pero que estaba destinado a servir a los intereses de Austria.

o Para él, los asuntos internos y los internacionales eran inseparables, de forma que lo que ocurría dentro de algún estado interesaba en cierta medida a los demás y justificaba el que éstos recabasen información y que, incluso, pudieran ponerse de acuerdo para llevar a cabo una intervención.

o El zar Alejandro sostenía la misma doctrina, pero en su forma más radical: quería que la alianza de las grandes potencias sirviese para sofocar la revolución dondequiera que se manifestase

• Frente a esta concepción, los liberales y nacionalistas sostenían lo contrario: los gobiernos debían depender única y exclusivamente de los pueblos a quienes gobernaban y por lo tanto, éstos no podían estar supeditados a los intereses y a los deseos de otros gobiernos extranjeros porque eso violaba el ideal de la independencia nacional y de la autodeterminación.

• Estas dos concepciones estuvieron vigentes en Europa al menos hasta 1848 y marcaron el desarrollo de las relaciones internacionales en el continente. Los conflictos que pudieran surgir habría que resolverlos por medio de una acción concertada. Esta fórmula del “concierto de Europa” consistía en la celebración de congresos periódicos en los que los gobiernos de las naciones más importantes pudieran ponerse de acuerdo para resolver las disputas y los problemas que amenazasen con quebrantar la paz y el equilibrio europeo.

• En el congreso de Aix la Chapelle (1818) o Se trataron los asuntos de la Francia restaurada y las grandes potencias la

invitaron a entrar en una Quíntuple Alianza para preservar la paz europea o A la vez, renovaron en secreto la Cuádruple

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o El zar Alejandro intentó que se acordase la creación de una fuerza multinacional para que se detuviese cualquier intento revolucionario, pero Metternich y Castlereagh bloquearon el proyecto

o Tampoco prosperó el intento del zar de organizar una ayuda a España para impedir la emancipación de sus colonias en América.

• Congreso de Troppau (oct-1820) o El zar intentó convencer a sus socios de que había que intervenir en

España, donde acababa de triunfar la revolución de 1820 que había obligado al monarca Fernando VII a aceptar la Constitución de 1812 y sustituir a la Monarquía absoluta por otra de corte liberal.

o Castlereagh se opuso, sentando así las bases de la futura política exterior británica (no intervencionismo en los asuntos internos de los países)

• Congreso de Laybach (ene-1821) o Metternich, con el apoyo de Prusia y Rusia, decidió reprimir la revolución

del Piamonte y Nápoles, a pesar de las protestas británicas o En mar-1821 los ejércitos austriacos restablecieron la soberanía de los

respectivos reyes

• Congreso de Verona (1822) o Fue convocado con motivo del levantamiento griego frente al dominio

turco, y ante la posibilidad de que el zar interviniera en apoyo griego o En el momento del congreso, cobraron más importancia los asuntos de

España, y Rusia ofreció sus ejércitos, ante la alarma de Austria. Pero fue Francia la que se ofreció para enviar a España a los Cien Mil Hijos de San Luis, consiguiendo su propósito de restablecer la monarquía absoluta de Fernando VII y tal vez contribuyó a consolidar la Monarquía restaurada en Francia.

o Pero fue también causa de la desintegración del sistema de Congresos, pues Gran Bretaña se retiró definitivamente de la Alianza, Rusia acabó disgustada por no intervenir y Francia actuaba de manera cada vez más independiente.

o En definitiva, la política de concertación sería sustituida por la actuación individualista de cada potencia hasta desaparecer por completo con motivo de la oleada revolucionaria de 1830.

• Las revoluciones de 1830 y 1848 actuaron como ráfagas de ametralladora que asolaron las grandes ciudades de Europa (París, Viena, Praga, Milán, Roma) y fortificaron en las minorías burguesas, primero, y en muchos de los pueblos europeos, después, el sentimiento de una necesidad política, económica e internacional de contenido diferente al que, a contracorriente, impusieron los artífices de la Restauración, con Metternich a la cabeza

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Los arcos en crisis: los imperios turco-otomano y austro-húngaro

• En resumen, y reteniendo solamente la idea central, puede afirmarse que los “arcos de la crisis” internacional a lo largo de la primera mitad del siglo XIX y, de hecho, durante todo el siglo –hasta el estallido de la primera guerra mundial- fueron en esencia los siguientes:

o Provincias y territorios europeos y asiáticos del Imperio turco-otomano. Grecia y el resto de los países de los Balcanes iniciaron su larga marcha hacia la autodeterminación y la independencia entre 1822 y 1830.

o El Imperio austro-húngaro mismo, en la medida en que las “nacionalidades” de tradición etno-cultural eslava (Serbia) existentes en su seno no dejaron de retar, sin tregua alguna, la soberanía de la corona y la administración vienesas hasta julio de 1814.

4. De la Guerra de Crimen al Congreso de París • 1848–1840. A la tempestad sigue la calma; a las aspiraciones

revolucionarias, el restablecimiento de un equilibrio doméstico, tanto en Francia como en Austria

• En la localidad de Olmütz, el reino de Prusia renuncia (nov-1850) a ser el eje de la formación del estado alemán, prolongando así la vida de la caduca Confederación Germánica, tan cara a la dinastía austriaca.

• En nov-1853 estalla la guerra de Crimen, que enfrenta a Rusia con sus aliados (Gran Bretaña, Francia, cuerpos expedicionarios de Italia) y con la “Sublime Puerta” (Imperio turco-otomano). La cuestión de Oriente hace así acto de aparición internacional constituyendo un “arco de crisis” del sistema centroeuropeo edificado en 1815.

• Paz y congreso de París, 1856. Esta reunión de las grandes potencias sella el conflicto armado de Crimen provisionalmente. De hecho, pospone el tema de la desintegración del Imperio turco-otomano y la sucesión de Estados en los Balcanes y en las provincias asiáticas de aquel vasto imperio islámico gobernado desde Estambul.

En los meses de febrero-marzo de 1856 los plenipotenciarios de Rusia, Austria, Gran Bretaña y el Imperio turco-otomano se congregaron en Paría para firmar el protocolo que ponía punto final a la guerra de Crimen y pretendía zanjar la “cuestión de Oriente”. O sea, la decadencia de los que en la historiografía internacionalista se llama la Sublime Puerta o Imperio turco-otomano. El sistema de resolución de conflictos internacionales mediante negociación de las grandes potencias volvía, en consecuencia, a abrirse paso como el procedimiento político-diplomático adecuado para mantener el statu-quo que se concibió en Viena en 1815. Hacia 1830 eran perceptibles, sin embargo, algunas disonancias en aquel sistema europeo: localización territorial y naturaleza propia. Ahora bien, el cuadro general

quedaría incompleto si no se recuerda que Prusia y la “entidad alemana”, como se entendía ésta culturalmente entonces, no parecían satisfechos con la hegemonía de

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Viena en Centroeuropa, ejercida a través de una entelequia conocida como la Confederación Germánica. No sólo el conglomerado territorial de Centroeuropa constituía a la altura de la mitad

de siglo un factor de potencial conflictividad, sino que la evolución misma de la política exterior británica en materia continental (contrapuesta a la proyección colonial del Imperio) fue cambiando desde los días de Castlereagh. La idea de un aislamiento espléndido con respecto del sistema de estados continental ganó favor en Londres a lo largo del siglo XIX. La base económica y comercial de esta política por parte de la nación industrial por excelencia y reguladora del comercio mundial de la época fue factor claro y determinante del progresivo distanciamiento británico del concierto de Europa, aunque bajo la era de Lord Palmerston, Gran Bretaña hizo sentir su presencia en los asuntos de Europa. El sistema de Viena, empero, funcionó bien, hasta el punto de contribuir al no estallido de una gran guerra en el siglo XIX. El Congreso de París, aunque más localizado en su agenda de trabajo diplomático (pugna entre las apetencias expansionistas de Rusia hacia las orillas del Mar Negro y los Estrechos, y simultáneos esfuerzos turco-otomanos por plantar cara al vecino del norte), logró apuntalar el sistema de Viena hasta su transformación a partir de 1870.

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El Congreso de Viena, que clausuró la época de las guerras napoleónicas, restauró el mapa de Europa a base de dos principios contrapuestos: el de la legitimidad y el de las apetencias de expansión de los Estados vencedores. De este modo surgió una nueva ordenación política del continente, destinada a durar hasta la unificación de Italia y Alemania. Su rasgo más evidente es la simplificación del mapa europeo.

Los hechos territoriales más notables son, sin duda, la desaparición del Estado polaco, absorbido por Rusia, Austria y Prusia, y la constitución de las monarquías sueconoruega y belgoholandesa. La primera castigaba a Dinamarca por el apoyo prestado a Napoleón y la segunda tendía a forma un bloque político que taponara una posible agresión francesa en los Países Bajos. Respecto a Rusia, se le reconocieron las anexiones de Besarabia y Finlandia; Austria, por su parte, se incorporó, con la Galitzia polaca, Venecia y sus posesiones adriáticas, formando el reino Lombardovéneto. También Prusia logró un gran aumento de su territorio, no sólo con la mitad del reino de Sajonia, sino con la importante región de Renania, fronteriza con Francia y el nuevo reino de los Países Bajos.

En cambio, los diplomáticos de Viena no recogieron el manifiesto sentimiento nacional unitario que animó a los patriotas de Alemania en 1812, por lo que el país continuó disgregado en varios reinos y principados, bajo una innocua Confederación Germánica. Sus principales miembros fueron Austria, Prusia, Baviera, Sajonia, Wurtemberg, Hannóver y Baden.

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