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TEMA 7: LA COMPOSICIÓN EN FOTOGRAFÍA II.

PERSPECTIVA. La perspectiva afecta profundamente a la imagen. Buscar perspectivas distintas de las habituales, va a dotar a nuestras fotografías de mucha creatividad. La perspectiva es lo que hace que se simule profundidad en una imagen de dos dimensiones. Cuando vemos una foto, lo que vemos es una representación en dos dimensiones de una escena de tres dimensiones. Traducimos esas tres dimensiones en dos, pero buscamos crear la ilusión de tres con la perspectiva: la perspectiva en fotografía es la ilusión de tridimensionalidad en un medio bidimensional. Aprovechamos la ubicación de los objetos para determinar tamaños, distancia, profundidad… La relación espacial que hay entre los objetos. Los tipos de perspectiva que tenemos que conocer para aprovechar en nuestras composiciones son, básicamente: - Perspectiva lineal. - Perspectiva de superposición. - Perspectiva aérea. - Perspectiva forzada. Perspectiva Lineal: Utiliza las líneas para obtener la ilusión de espacio dentro de la imagen. Esas líneas invitan a la mirada a hacer un recorrido sobre la foto, logrando dar sensación de distancia. Las líneas nos llevan hacia un punto en el horizonte en el que parecen converger, llamado punto de fuga. Da una sensación de profundidad importante, representando volumen, conforme disminuyen los objetos de tamaño. El punto de fuga es un concepto utilizadísimo en dibujo y en pintura.

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Perspectiva de Superposición: Cuando un objeto está mas cerca nuestra que otro, lo vemos más grande, incluso nos puede tapar la visión de lo que está detrás. Así es como nuestro cerebro capta las distancias. Cuando fotografiamos una escena que tiene distintos planos, unos más cerca de la cámara que otros, obtenemos esa sensación de distancia y espacialidad. Nuestro ojo traduce la diferencia de tamaño de los objetos como distancia entre ellos.

Perspectiva Aérea: El aire no es transparente, sino que está cargado de partículas de agua, polvo, contaminación… Cuando sacamos fotos de motivos que están a gran distancia, el aire va perdiendo transparencia, y hace que lo que está cerca de la cámara esté nítido, y lo que está lejos pierde nitidez. Esa diferencia nos hace percibir la distancia que existe en el paisaje. Leonardo da Vinci ya usaba esto en sus pinturas, creando la técnica del sfumato, dando profundidad a sus cuadros.

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Perspectiva Forzada: Un truco divertidísimo, que nos permite crear imágenes irreales. Se juega con los planos, y la distancia entre los objetos de esos planos, para crear una ilusión óptica. Así los objetos parecen mas grandes, mas pequeños, mas cercanos o mas lejanos de lo que están en realidad. Parece que los objetos están en el mismo plano cuando realmente no lo están.

(Fotos: Wire Hon)

REGLAS Y LEYES COMPOSITIVAS. Aunque se llaman reglas y leyes, y es importante conocerlas y empezar a usarlas, os comento una vez mas que no hay nada inamovible en fotografía. Siempre se puede jugar con todos estos conceptos que estamos viendo, no de forma rígida, sino mezclándolos y adaptándolos. Nuestras fotografías van a mejorar mucho. Hay muchas reglas y leyes, os comento aquí las que considero mas relevantes para empezar a tratar de introducirlas en nuestras composiciones: - Simplicidad. - Aire (mirada) - Horizonte. - Las líneas: rectas, curvas, oblicuas. - Repetición. - Los grupos de tres. - Enmarcado natural. - Los colores. - Simetría o asimetría. - La regla de los tercios. - La proporción áurea.

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Simplicidad. Responden al sencillo y efectivo concepto de “menos es mas”, tan extendido en arte y en otras disciplinas. Si metemos mucha información y objetos en nuestra foto, la mirada no se va a dirigir con preferencia hacia ninguno de ellos. La foto debe tener un centro de interés (que no tiene que estar en el centro de la foto). Antes de disparar, tenemos que saber cual es el motivo importante en nuestra fotografía. No saquemos demasiadas cosas en una única foto, pues no quedará claro lo que queríamos enseñar.

Aire. Cuando hagamos un retrato, en que el modelo mire hacia algún lado, la zona hacia la que se dirige la mirada del modelo debe tener lo que se llama “aire”. Tenemos que dejar un cierto espacio libre, como dejando que el modelo pueda mirar en esa dirección. No hay que cerrar el encuadre y dejar ese desahogo a la mirada. En general, “aire” es el espacio que se deja alrededor del objeto para no dejarlo encerrado en el encuadre, demasiado cerca de los bordes. Si el punto de interés muestra movimiento, hay que dejarle aire para que se pueda mover. Si va a moverse, hay que dejarle espacio por delante. Si va a caer, hay que dejar aire por abajo.

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Horizonte. Las líneas en general son un elemento compositivo fundamental. Y en concreto, la línea del horizonte es una de las que debemos saber manejar. La regla dice que no debe dejarse nunca la línea del horizonte en el medio. Ya hemos comentado que puede que haya algún momento en que sí hagamos esto conscientemente pues estamos buscando otro efecto. Pero en principio, la situaremos a una altura diferente del centro de la foto. En el tercio superior si queremos darle preferencia al suelo, y en el tercio inferior, si queremos darle preferencia al cielo.

Las líneas. Son un elemento muy importante para transmitir sensaciones. Y con ellas se dirige la mirada del espectador de una parte de la foto a otra. Las líneas rectas horizontales, verticales, diagonales, aportarán fuerza y firmeza a nuestra imagen. Las convergentes son las que llegarán al mismo punto, el punto de fuga del que hemos hablado. Las líneas curvas, que forman una “S” son relajantes, y aportan suavidad y sensualidad a la toma. En este caso no dirigen tanto la mirada, sino pueden ser el propio motivo de la fotografía.

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Repetición. La repetición de elementos o formas crea un ritmo en la fotografía. Aporta fluidez, orden, estructura.

Los grupos de tres. Un pequeño truco muy útil, pues por alguna razón a nuestro cerebro le resultan agradables las agrupaciones de tres elementos. Uno puede quedar demasiado vacío, con dos elementos la foto puede ser demasiado estática, y cuatro son demasiados. El tres es un número que nos gusta. No tienen por qué ser iguales, ni estar a la misma distancia, pero si deben tener alguna relación entre sí. Combinando una agrupación de tres con otras reglas compositivas conseguiremos esa relación.

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Enmarcado natural. Para resaltar el elemento principal, podemos usar enmarcados que tenemos en la escena: árboles, edificios, puertas, ventanas, puentes… hasta señales de tráfico. Ayudan a que la atención no se escape de la escena enmarcada, pues la encierran en un segundo marco.

Foto: Olga Pepe.

Los colores. Como ya vimos cuando hablamos de la temperatura de color, los colores nos van a transmitir sensación de cálido y frío. Los rojos, naranjas y amarillos los consideramos cálidos (aunque su temperatura de color es mas baja), y los azules, verdes y violetas son considerados fríos. Hay muchos elementos psicológicos ligados a los colores, el rojo da fuerza, el azul, tranquilidad. Es todo un mundo, y el color es fundamental en la composición. Además, influye en el contraste: cuando usemos en la misma foto colores muy distintos (uno cálido y uno frío) se aumentará la sensación de contraste. Si usamos colores parecidos, la sensación será de armonía y tranquilidad.

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Simetría o asimetría. Casi siempre se dice que las imágenes no deben ser simétricas. Como hemos comentado, por ejemplo, al hablar de la línea del horizonte. Pero puede que lo busquemos en nuestra composición, dividiéndola en dos partes iguales. Tanto de forma vertical como horizontal. La composición simétrica es simple, formal, solemne, ordenada. Nos transmite rigidez, quizá frialdad. En una composición asimétrica no vamos a tener dos partes iguales, pero siempre buscaremos el equilibrio visual, usando todo lo que estamos aprendiendo de composición. Son mas dinámicas, menos tensas. La mayoría de las imágenes no son simétricas.

La regla de los tercios. Dejamos casi para el final la famosa regla de los tercios. Quizá la mas básica. Todos la hemos oído nombrar alguna vez. Es un recurso muy efectivo, y a la vez sencillo. Con ella se logra equilibrio y profundidad, y guiamos al ojo directamente hacia el punto de interés. Cualquier imagen podemos dividirla en tres tercios imaginarios, tanto verticales como horizontales.

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Así, la imagen se divide en 9 cuadrículas iguales. Los 4 puntos de intersección, llamados puntos fuertes, son en los que debemos fijar el centro de interés de nuestra foto. Así, rompemos con colocar el objeto en el centro. Si os fijáis, muchas cámaras permiten visualizar en su pantalla LCD o en su visor una rejilla que nos marca estos tercios.

Si tenemos un solo centro de interés, lo colocaremos en uno de ellos.

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Si tenemos dos puntos de interés, lo mejor es situarlos en dos de los puntos en diagonal.

Vamos a conseguir una sensación de equilibrio, además de dotar a nuestra foto de mayor interés. La foto tendrá más fuerza, y no será tan plana. Como venimos comentando siempre, puede que haya casos en que no la apliquemos, sobre todo si estamos buscando simetría. Pero siempre se trata de pensar nuestra foto antes de la toma. La regla de los tercios está muy relacionada con la última regla que vamos a ver, que es la proporción áurea. La Proporción Áurea. Para entender un poco la proporción áurea, permitidme que hable un poco de matemáticas. Un matemático italiano llamado Fibonacci describió la Sucesión de Fibonacci, que es la que da lugar a la proporción áurea. La Sucesión de Fibonacci es una serie infinita de números, en la que, sumando dos números consecutivos, tendremos el siguiente. Es ésta: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55… etc. Si os fijáis, 0+1 es 1. 1+1 es 2. 1+2 es 3. 2+3 es 5. 3+5 es 8. 5+8 es 13. Y así sigue la sucesión hasta el infinito. Conforme avanzamos en la serie, cada número dividido por el anterior se va acercando al número que se llama que se llama Phi (F) y es llamado el número áureo. Phi: 1,618034. Ahora bien ¿porqué nos interesa todo esto? Pues porque esa proporción, en la que si dividimos un número entre otro nos da Phi, está presente en todo el arte. Pero es que, en la naturaleza, también. Y nos resulta muy atractiva visualmente.

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Cogemos un rectángulo, que guarde la proporción áurea entre sus lados, es decir, si dividimos su lado mayor por el menor, nos da Phi (y, por cierto, esta proporción es la que tenemos en las tarjetas de crédito o en el DNI).

Dividimos el rectángulo siguiendo la serie numérica de Fibonacci.

Y después dibujamos una línea curva que una todos esos recuadros. Nos da una espiral. La conocida como Espiral Áurea.

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Esta espiral, como os he comentado está muy presente en la naturaleza, como por ejemplo en la espiral de las caracolas, o en como se distribuyen las semillas de un girasol (siguen la sucesión de Fibonacci). Componer nuestras imágenes siguiendo esta espiral nos resulta muy agradable visualmente. Y está muy presente en el arte por este motivo.

Ahora bien, tengamos en cuenta que los formatos que hemos visto de imagen no tienen la proporción áurea. Así que la espiral debe ser solo una guía, y no una regla intocable. Es cierto que en muchas ocasiones componemos según la espiral de oro sin ser conscientes de ello, simplemente porque nos resulta atractiva visualmente. Y si todo esto os resulta un poco confuso, no os preocupéis, pues la espiral áurea se puede relacionar con la regla de los tercios. ¿De qué forma? Pues sencillamente el punto en que la espiral converge y empieza a hacer los círculos mas pequeños, corresponde con los puntos fuertes de la regla de los tercios. Por así decirlo, la regla de los tercios es una versión de la proporción áurea. Y nos va a resultar mucho mas sencillo componer con la regla de los tercios en mente, que con la espiral.

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CONCLUSIÓN. Las reglas de composición en fotografía son como una ayuda para guiarnos hacia mejores resultados fotográficos.

Tenemos que practicarlas mucho, y familiarizarnos con ellas. Saber aplicarlas casi sin pensar, y para ello hay que practicar, practicar, y practicar.

Pero una vez las conocemos, ya podemos romperlas. Que no limiten nuestra creatividad. Pero primero debemos conocerlas e interiorizarlas. Así que… ¡a ello! A practicar, y a jugar con todo lo que hemos aprendido.

En la próxima clase:

Vamos a ver los tipos de objetivos y qué es la distancia focal.

Ejercicios:

Os animo a ir probando todas las reglas de composición que hemos ido viendo:

- Una foto con la regla de la simplicidad, con un solo objeto de interés. Podéis aprovechar lo que ya sabemos de la profundidad de campo para esto (que la foto tenga poca profundidad de campo, centrándose en el objeto y difuminando el resto).

- Una foto de paisaje respetando la regla del horizonte.

- Un plano busto o primer plano respetando la regla del aire.

- Una foto de paisaje o arquitectura buscando líneas que dirijan la mirada: rectas, diagonales, convergentes y curvas (carreteras, ríos...).

- Buscad grupos de tres, posibles repeticiones, enmarcados naturales… Lo que os inspire.

- Y en todos los casos, procurando poner los centros de interés de las fotografías en los puntos fuertes de la regla de los tercios, y no olvidando la correcta exposición.