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PRESENTACIÓN
El beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno fundó la congregación de las hermanas
mercedarias de la caridad con una misión: “La práctica de la caridad redentora para
ejercer todas las obras de misericordias espirituales y corporales en la persona de los
pobres, sirviéndoles en cuantas obras pueden redundar en beneficio de la humanidad
pobre y necesitada, según el lema: ”Todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios
y para a Dios” y siguiendo su ideal: “Curar todas las llagas, remediar todos los males,
calmar todos los pesares, desterrar todas las necesidades, enjugar todas as lagrimas,
no dejar, si posible fuera, en todo el mundo, un solo ser abandonado, afligido,
desamparado, sin educación religiosa y sin recursos”. (Const. No. 4).
La congregación nació con una vocación de servicio de caridad a los más necesitados,
para acompañar la vida de los crucificados de la tierra. Por esta razón todos los que se
asocian a nuestra obra de redención deben cultivar la virtud de la caridad e identificarse
con ella para propagarla en los ambientes donde nos desenvolvemos, en a familia, en la
escuela y en la sociedad.
Que nuestro caminar va sembrando caridad
en la medida en que nos entregamos a los demás?
Que los adolescentes mercedarios liberadores descubran y
experimenten que llevan la semilla de la caridad injertada en sus
vidas y que están llamados a sembrar esta semilla con sus actitudes
en las acciones de la vida diaria.
I .-DEFINICIÓN
La caridad es la tercera y mayor de las virtudes Divinas enumeradas por San Pablo. Se
define como un hábito divinamente infundido, que inclina al humano a amar a Dios por
él mismo y sobre todas las cosas, y al hombre por amor a Dios. Es la principal de las
Virtudes Teologales, el amor de Dios habitando en el corazón.
Entre todas las virtudes, la Caridad es la virtud más sublime...ya que está íntimamente
ligada con el amor divino y es una manifestación de amor para con nuestros semejantes.
Podríamos decir que la caridad por definición es una “Virtud teologal infundida por
Dios en la voluntad, por la que amamos a Dios por sí mismo sobre todas las cosas y a
nosotros y al prójimo por Dios.
El objeto formal de la caridad es único: la Bondad de Dios, y no puede ser alcanzada
por las propias fuerzas naturales.
El sujeto donde reside la caridad, es la voluntad del hombre ya que es un movimiento
del amor hacia el Sumo Bien (Dios). El amor a Dios ha de ser el motivo de todos los
demás amores, y ha de prevalecer sobre ellos, a Dios se le ama por sí mismo por ser
nuestro último fin.
El Apóstol San Pablo en su primera carta a los
Corintios señala:
"Si yo tuviera el don de profecías, conociendo las
cosas secretas con toda clase de conocimientos, y
tuviera tanta fe como para trasladar los montes,
pero me faltara el amor, nada soy.
Si reparto todo lo que poseo a los pobres y si
entrego hasta mi propio cuerpo para ser quemado,
pero sin tener amor, de nada me sirve"
El concepto de la caridad, está íntimamente ligada con el amor divino y fraterno más
que otra virtud o manifestación humana y su espíritu trasciende más allá de las culturas
y religiones.
¿Porque la caridad es la primera de las virtudes, nunca muere y se planta en el corazón
del hombre aumentando con nuestra entrega a los demás sin distinción de raza, religión
o color?
II.- CARACTERISTICAS DE LA CARIDAD
Su origen es por infusión Divina
Su morada está en la voluntad humana
Su acto corresponde al amor de Dios
Su motivo es la bondad Divina
Su alcance va desde Dios al hombre
III.- JESUS FUENTE DE LA CARIDAD
3. 1.- JESUS SE HIZO SIERVO
Jesús se hizo llamar siervo de Yahvé y en la ultima cena se ciñó una toalla y se puso a lavar los pies de sus discípulos en un gesto sin precedentes, del cual llegó a decir que lo mismo que El había hecho teníamos que hacer todos los que habíamos sido llamados a compartir su vida y su proyecto de amor a favor de la humanidad. El servicio siempre tendrá que ver con esa calidad del amor (caridad) que se adelanta en gratuidad e incondicionalidad pasando por la vida como Jesús haciendo el bien a la humanidad en Dios, por Dios y para Dios.
El Beato Zegrí dijo.......
Dios desciende hasta el seno de la humanidad para curar, acompañar, cuidar, consolar,
salvar, derramando amor y vida sobre cada uno de nosotros, es decir, para servir su vida
a los siervos que El mismo elevará a la dignidad de hijos, en base al mismo amor filial.
Dios es el que sabe descender para regalar vida a sus hijos
Todos los días el seguidor mercedario tendrá que ceñirse la toalla de la caridad para
revelar a los menos favorecidos el amor de Dios en acciones concretas de servicio y la
toalla de la caridad, que nos ceñimos cada día irá revestida de todas aquellas virtudes
que convierten el servicio en redentor y que lo hacen entrañable elevando la dignidad de
todo el que recibe este don:
Misericordia: Amar desde las entrañas inclinando el corazón hacia el más
necesitado.
Humildad: Abajándonos, anonadándonos hasta dar la vida.
Abnegación: Negándonos a nosotros mismos para que los otros sean.
Disponibilidad: Saliendo constantemente de si para llegar a todos y a todas las
necesidades.
Universalidad: No excluyendo a nadie, globalizando el amor, llegando a todos
los lugares del mundo.
Gratuidad: Adelantarnos siempre al amor y en la donación, dando la vida sin que
nadie nos la pida.
Afabilidad: Poniendo entrañas de misericordia, calidad en lo que hacemos y
dulzura en cada gesto de amor.
Sencillez: La cercanía y simplicidad debe distinguirnos en todo.
Alegría: Mostrando gozo, satisfacción e ilusión en todo lo que realizamos.
Acogida: Abriendo el corazón al otro y a la otra, no importa de donde proceda,
donde esté o hacia donde vaya.
Al lavar los pies a los pobres buscamos la liberación de los seres humanos en su
totalidad, en su integridad. La simple beneficencia no es suficiente; en la realización de
nuestra misión hemos de contemplar al ser humano en su totalidad, a cada persona
concreta, real, histórica, querida por Dios, elegida por El eternamente, llamada y
destinada a la gracia y a la gloria, porque cada ser humano ha sido comprendido en el
misterio de la redención y con cada uno se ha unido Cristo para siempre (del folleto
“Recuperando nuestra IDENTIDAD” No.4).
IV.- CUENTO PARA LA REFLEXIÓN
LA VERDADERA CARIDAD
Había una reina tan buena y tan virtuosa, que atendiendo a la gran misión que Dios le
diera poniendo el cetro en sus manos, solo pensaba en hacer virtuosos, religiosos y
felices a sus vasallos.
Estableció esta gran reina un premio para aquel que en el año transcurrido, hubiese
hecho la mayor obra de caridad; pensando, con razón, que era esta una gran enseñanza
practica al alcance de todas las inteligencias.
Cuando todos se hubieron reunido y la reina estaba en su trono, se acerco uno y dijo que
había labrado en su pueblo un hermoso hospital para los pobres. El corazón de la reina
se lleno de gozo al oír esto y pregunto si estaba concluido.
-Sí, señora- contesto el interrogado-; solo falta ponerle la lapida con letras de oro que
diga por quien y cuando se laboro.
La reina le dio las gracias y se presento otro.
Este dijo que había constelado, a sus expensas, un cementerio en su pueblo que de este
carecía.
Alegrosa la virtuosa reina y le pregunto si estaba concluido, a lo que contesto que solo
faltaba rematar el hermoso panteón que en el centro estaba concluyendo para el y su
descendencia. Dile las gracias la reina y se presento una señora que dijo había recogido
a una niña huérfana que se moría de hambre y la había criado, dándole lugar de hija.
-¿Y la tienes contigo? pregunto la reina.
-Sí, señora, y la quiero tanto que jamás me separare de ella; es tan dispuesta que cuida
de toda la casa y me insiste a mí con cariño y esmero.
1.- ¿Cuál sería la reacción de la reina ante las
exposiciones de sus vasallos?
2.- ¿Como sería la verdadera caridad?
3.- Que merito tienen los vasallos ante las obras
realizadas?
4.- ¿Es esta la caridad que Dios quiere.....? ¿Quiere Dios
que busquemos algún beneficio al realizarla?
5.- Confronta estas preguntas con la Ira. Carta de San
Pablo a los Corintios, capitulo 13 y con el tipo de
caridad que realizas.
6.- ¿Que enseñanza te deja este cuento?
V .-REQUICITOS
Los requisitos fundamentales para que la caridad se haga vida en nosotras/os son los
siguientes:
Alimentarse en la Palabra por medio de lectura y la oración.
Son los sacramentos, y sobre todo la Eucaristía, los que comunican y alimentan
en los fieles la caridad que es como el alma de todo apostolado (Apostolicam
actuositatem 3).
Sostenerse en Dios por medio de la oración y las demás virtudes (fe y
esperanza) que acompañan a la caridad.
Ser testigos desde la comunidad eclesial
Compromiso misionero como un reflejo vivo y gestual de la caridad en las
acciones que realizamos en los diferentes ambientes donde nos desenvolvemos
en la vida normal.
VI.- La Caridad como compromiso misionero. El apostolado se ejercita en la fe, la esperanza y la caridad que el Espíritu Santo difunde
en el corazón de todos los hijos de la Iglesia. Más aun, el precepto de caridad, que es el
mandamiento máximo del Señor, urge a todos los cristianos a procurar la gloria de Dios
por el advenimiento de su reino y la vida eterna a todos los hombres, a fin de que
conozcan al único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo.(JN17,3).
Tenemos que servir el Evangelio de la caridad redentora a los seres humanos, según el
deseo del P. Zegri, con todas las dotes naturales que hemos recibido y con todas las
gracias que nos otorga el Espíritu, derramando en nuestros corazones por la gracia. Así
decía él: “La alegría y satisfacciones prudentes, lo apacible y bondadoso del rostro, la
atención en sus acciones, la finura en el trato, y las demás dotes naturales y adquiridas
por la educación, reguladas por la virtud, sirven para ganar almas a Dios”(dirt. No.
27.
La primera y verdadera acción evangelizadora es el testimonio de la propia vida de
caridad, esa manifestación gozosa del amor del discípulo por su Señor y el deseo
profundo de vivir su misma vida, correr su misma suerte y sufrir su misma muerte,
actitudes que evidencian de manera clara el aspecto redentor del carisma mercedario.
Jesús, Tu que pasante por el mundo haciendo el bien y curando a
todos, por la caridad que ardía en tu corazón de hombre. Enséñanos
a vivir la caridad como una exigencia de nuestro cristianismo de
joven, danos fortaleza para ayudar, corazón abierto para compartir,
manos solidarias para colaborar con todos aquellos que no te
conocen en el mundo,
Haciendo de nuestra caridad una manifestación gozosa de nuestro amor al prójimo,
especialmente aquellos que necesitan de nuestra ayuda fraterna. Enséñanos cómo
sembrar caridad en los jóvenes que no te conocen ni te siguen con nuestro ejemplo, para
que así se multiplique lo que tú nos inspira y el amor con que Tu nos sostiene.
Por Jesucristo nuestro Señor y María de las Mercedes que vivió haciendo merced de
Dios a la humanidad y continua mostrando su misericordia para con todos.
VII.- LA CARIDAD ES SIEMBRA DE LIBERTAD
LOS NIÑOS Y EL PAJARO HERIDO
En una casita, junto al bosque, Vivian Enrique y Ana. Eran obedientes y estudiosos y
sus papas estaban orgullosos de ellos.
Cuando salían del Colegio, Ana y Enrique jugaban junto a la fuente del sendero. El
sitio era delicioso; el agua se deslizaba tranquila; crecían a su lado los arboles y
multitud de pájaros cantaban en las ramas y tenían allí sus nidos.
Una Tarde, mientras jugaban, oyeron un ruido cerca de ellos: era un pájaro que se
esforzaba por levantar el vuelo, pero no podía. Los niños corrieron junto a él; tenía un
ala rota.
A NALIZA
Decidieron llevarlo a su casa para cuidarlo bien. Y así lo hicieron. Todos los días,
después de curarlo, le daban de comer, le cambiaban el agua y, limpia la jaula,
colocaban en ella a su pajarito.
Como hacía ya buen tiempo y el pájaro estaba curado, Ana le dijo a Enrique: _Mira,
Enrique, nuestro pájaro esta ya bien. No canta porque se siente preso, sin la alegría del
campo y sin libertad. Vamos a abrir la jaula y que se vaya.
Enrique se resistía un poco, pues lo quería mucho, pero al fin consintió.
Abrieron la jaula y el pájaro voló contento hacia el bosque, sin que los niños volvieran a
verlo.
Pero una mañana de primavera, Ana y Enrique, oyeron alegres trinos en la ventana. Se
asomaron y su sorpresa fue grande al ver que era el pajarito que ellos habían cuidado.
Desde entonces, todos los días, el pájaro acudía a la ventana, donde sus amigos lo
esperaban.
CONTESTA.......
1.- ¿A que nos invita esta historia?
2.- ¿Cual fue la gratificación o regalo que recibieron los niños al hacer la caridad?
3.- ¿Es solo a las personas que debemos hacer la caridad? ¿Por qué?
4.- Como hacemos caridad con la naturaleza, los pájaros, las plantas, los ríos, la tierra?
RECUERDA.…. .....
Feliz encuentro
de
ADMEL