tema 2: vocación al amor

Vicariato Apostólico de Yurimaguas

Tema 2: Vocación al amor

A través de este tema queremos identificar diversas vocaciones dentro

de la Iglesia como camino de la realización personal, asumiendo su

libertad de elegir, por lo que respeta la opción de los demás.

y valorar los hechos que transformaron la sociedad de un imperio, gracia

Para ello vamos a trabajar con el pasaje de la Primera Carta de San Pablo

a los Corintios, que se desarrolla en el Capítulo 12, desde el versículo 4

hasta el versículo 27.

COMPETENCIA CAPACIDAD DESEMPEÑO

Asume la

experiencia del

encuentro personal

y comunitario con

Dios en su proyecto

de vida en

coherencia con su

creencia religiosa.

Actúa

coherentemente en

razón de su fe según

los principios de su

conciencia moral en

situaciones

concretas de la vida.

Expresa en su proyecto

de vida, personal y

comunitaria coherencia

entre lo que cree, dice y

hace contrastándolo con

la realidad a la luz del

mensaje bíblico y los

documentos del

Magisterio de la Iglesia.

DESEMPEÑO

PRECISADO

EVIDENCIA INSTRUMENTOS


SUGERENCIAS

Estimados maestros y maestras:

Las circunstancias nos han llevado a iniciar una nueva manera de llevar a cabo nuestra

enseñanza, por eso, es que les presentamos los temas y los cuadernos de Educación

Religiosa.

Para un mejor desarrollo de las sesiones de aprendizaje de religión, sugerimos lo

siguientes:

• Presentar el trabajo a los directores, contextualizando de acuerdo a la realidad

en la que se vive.

• Es importante tener claro, al inicio de las actividades, lo que se va a realizar,

sabiendo el propósito de lo que se quiere logar.

• Los temas a realizar deben tener momentos o acciones claras que el estudiante

debe desarrollar, por ejemplo: (una reflexión de inicio, acciones prácticas,

celebración.)

• Formar subgrupos con los estudiantes, en el caso de que se tenga algún

inconveniente para el desarrollo de las actividades.

• También se pueden realizar algunos videos, grabaciones de los temas para enviar

a los estudiantes, sin descartar el envío de materiales a los que nos es posible.

• Si es posible realizar un pequeño plan de trabajo que oriente las actividades para

presentar al director.

En el Cuaderno de Trabajo para los estudiantes, hay un resumen de lo que

consideramos interesante, así como varias actividades a realizar. Queda a criterio

de ustedes cuántas actividades dan o cuáles son las que quieren que desarrollen, así

como añadir otras que no están aquí. Lo que hemos tratado es de darles unas

sugerencias que les ayuden en la realización de actividades para reforzar el

aprendizaje de los estudiantes.

Tengamos siempre presente la realidad en que viven nuestros estudiantes para

adaptar mejor las enseñanzas que queremos transmitir. Y tengamos también

presente, de dar al estudiante las actividades necesarias, pero sin saturarlo entre

unos y otros con demasiadas tareas.

Les agradecería que me hicieran llegar cualquier sugerencia o cambio que considere

la mejora de este material. Pueden hacerlo a:


Llersi Casternoque Peña

Celular: 965 678 825

Correo electrónico: [email protected]

Victor Hidalgo Chumbre

Celular: 952 202 840

Correo electrónico: vittor_78”Hotmail.com

Muchas gracias por su trabajo y su dedicación a la educación de los adolescentes y

jóvenes.

Llersi Casternoque Peña

Coordinadora ODEC Nivel Secundario

Victor Hidalgo Chumbe

Coordinador ODEC Nivel Secundario

TEMA 2: VOCACIÓN AL AMOR Vicariato Apostólico de Yurimaguas

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Tema 2.- Vocación al amor

FUNDAMENTACIÓN

Una de las grandes búsquedas que realiza la persona es saber aquello que realizará con agrado y que le permitirá realizarse plenamente, tanto en el cuerpo, como en la mente, como en el espíritu.

No es fácil encontrar eso que buscamos, a lo que llamamos vocación. Entran en juego tantos elementos que fácilmente podemos confundirnos. A veces nos gusta algo, pero no tenemos la capacidad de realizarlo. Otras pareciera que tenemos esas capacidades, pero no nos gusta. Encontrar ese punto intermedio, justo, necesita de madurez, de oportunidades y de consejo.

Pero lo cierto es que cuando somos capaces de elegir nuestra vocación correcta, la vida toma un sentido de esperanza que nos hace realizar grandes cosas para nosotros mismos y para los demás.

Primera Carta de San Pablo a los Corintios 12, 4-6.12-27

CONOCEMOS LA REALIDAD

•••• Despertamos el interés

Escuchan esta historia: “De vocación… maestro”.

Hace años, un monitor visitó una escuela de primaria. En su recorrido observó que una maestra estaba detrás

de su escritorio; los estudiantes hacían gran desorden; el cuadro era caótico. Entonces decidió presentarse:

_ Permiso, soy el monitor de turno... ¿algún problema?

_ Estoy abrumada señor, no sé que hacer con estos estudiantes... No tengo láminas, el Ministerio no me manda

material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni que decirles...

El monitor vio un corcho en el escritorio. Lo tomó y preguntó:

_ ¿Qué es esto?

_ Un corcho, señor.

_ Bien, ¿De dónde sale el corcho?

_ De la botella, de un árbol… de la madera.

_ ¿Y qué se puede hacer con madera?

_ Sillas..., una mesa..., un bote...

_ ¿Dibujen un bote? ¿Dónde está el puerto? ¿En qué región está? ¿Qué

produce? ¿Alguien recuerda una canción, un personaje, una historia?

Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía,

literatura, religión… La maestra dijo:

_ Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias.

Otro día el monitor volvió a la escuela y encontró a la maestra detrás del escritorio y los alumnos en desorden.

_ Señorita, ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?

- Si señor, ¡cómo olvidarme! Que suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?

•••• Recogemos los saberes previos

¿Han tenido alguna ocasión similar en que los estudiantes no obedecían a los docentes?

¿Qué experiencia tienes de la enseñanza que se imparte en tu institución educativa?

¿Qué hizo el monitor que resultó tan atrayente para los estudiantes lo que decía y hacía?

¿Cuál de los dos crees que tenía verdadera vocación de maestro? ¿Por qué?

•••• Confrontamos los saberes

¿Crees que es importante la vocación para hacer bien y con gusto las cosas?

¿Has pensado alguna vez en la vocación que tienes?

¿Crees que es difícil encontrar la vocación que cada persona tiene?

¿Has escuchado alguna vez lo que es la vocación de estado? ¿Sabes en qué consiste?


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CONSTRUIMOS EL APRENDIZAJE

• Iluminamos con la Palabra de Dios

La vocación es la inclinación a cualquier estado, carrera o profesión y aparece relacionada con los anhelos y con aquello que resulta inspirador para cada sujeto. Se supone que la vocación concuerda con los gustos, los intereses y las aptitudes de la persona.

Consideraciones Para el cristianismo, el valor de una acción está en función del servicio que este acto aporta a la construcción del Reino de Dios, aquí en la tierra. Para la elección de la vocación, el criterio debe ser este: en qué forma puedo yo, con todo lo que soy espiritual e intelectualmente, con mi temperamento, mi educación y mi cuerpo, servir mejor al Reino de Dios.

Al mirar la vocación de esta manera, viene directamente una pregunta: ¿Cuál debe ser mi criterio para elegir la compañía de mi vida (esposo o esposa); una vida consagrada; una carrera profesional, un trabajo, el lugar donde vivir, hacer una cosa u otra, mirando la relación con Dios, el bien del mundo, el bien de la comunidad cristiana? Una pregunta como esta, supone una gran dificultad, por lo que con frecuencia se deja de lado, perdiendo la oportunidad de cuestionarnos sobre la necesidad de un cambio de vida, de una conversión.

Cada uno de nosotros sabe por experiencia, que la vida cristiana implica un compromiso serio, por lo que sería ilógico querer vivirla en unas cosas sí y en otras no, dependiendo de mi gusto, del momento, de la oportunidad. Es como aquel hombre que participa devotamente en una procesión con su vela, pero que volviendo a casa apalea a su mujer e insulta a sus hijos. Esa vida cristiana no tiene sentido. Si va a la procesión es porque ama y trata con cariño a su esposa y a sus hijos. Por ello, esta decisión sobre la vocación afecta a nuestra felicidad y, por tanto, a la realización de nosotros mismos.

Vocación como elección del estado de vida En la elección del estado la persona tiene dos opciones:

a.- Aquella en que la persona se coloca delante de Dios acompañada, sea por un hombre o por una mujer, unidos por el vínculo del amor y la fidelidad que Cristo les presenta. Esta opción sigue la gran ley que une al hombre con Dios a través de la realidad social. En el ámbito cristiano, la realidad de este estado es fundamental, porque a él se confía la posibilidad misma de que el Reino de Dios se extienda en el mundo.

b.- Aquella en que la persona se presenta ante Dios con el don de la virginidad, que constituye también una opción fundamental, por la cual, la persona se ofrece a Dios, imitando a Cristo, en su elección de célibe ante el mundo para estar más libre en el servicio a los demás.

El matrimonio y la virginidad son maneras de relacionarse con Dios, de poseer a Dios, de presentarse ante la realidad social. El matrimonio no se limita solamente a una relación hombre-mujer, sino que influye sobre la forma de relacionarse con toda aquella realidad que le rodea. Por eso, si esta elección matrimonial se vive en cristiano, se convierte en una dimensión que afecta a todas las relaciones de la vida.

La relación hombre-mujer por tanto no es solo un problema importante o interesante, sino que es un problema radical para comprender todo el juego de la posición del hombre ante Dios y ante las cosas. Jesucristo, con su virginidad, no era un mutilado. El concepto de virginidad, desde el punto de vista del valor, no supone una renuncia a algo, sino el adentrarse en una experiencia afectiva que afecta a toda la vida. La virginidad de Cristo era una forma diferente de relacionarse con las personas y con las cosas.


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En este sentido, la fidelidad al amor, en el ámbito de la comunidad cristiana, es la situación ideal, a la que deben remitirse todos. Si un hombre y una mujer casados tienen este ideal, vivirán una dimensión profunda de su relación, que identificará su unión física con la unión de sus corazones y la unión con Dios. Lo mismo para los célibes consagrados, la fidelidad al amor, les hará darse por completo a todos aquellos que se acerquen a su entorno, haciéndoles sentir su amor profundo en la vivencia de su virginidad.

La fidelidad al amor en el ámbito de la comunidad cristiana, constituye un testimonio de vida para toda la sociedad. Por eso, allí donde una comunidad cristiana vive en serio la fidelidad al amor, los llamados a la virginidad y los matrimonios, sienten un afecto y una compenetración mutuos, constituyendo una compañía profundísima, porque no son dos cosas separadas, sino dos funciones distintas de la misma realidad.

Para ver qué camino tomar, hace falta ser sincero consigo mismo al mirar el conjunto de indicios que Dios nos va presentando en nuestra vida. Estos indicios pueden resumirse en tres puntos:

1.- El conjunto de las disposiciones naturales que cada uno tiene.

2- El conjunto de los indicios surgidos a partir de la experiencia de nuestra vida.

3.- La necesidad social, la necesidad del mundo, la necesidad de la comunidad cristiana.

El juicio debe brotar del conjunto de estos factores considerados en su totalidad. Por eso es importante el diálogo y la reflexión con la comunidad. Es curioso ver cómo hablamos y reflexionamos para todas las cosas de la vida, mientras que con respecto a la vocación, de la que depende toda la estructura de nuestra vida en su valor más personal, hacemos automáticamente lo que sentimos en nuestro interior. Es necesario reflexionar midiéndose con el propio destino, con el propio fin, con Dios, con la finalidad de la vida, con el servicio al Reino de Dios.

En la comunidad cristiana cualquier separación entre el laico, entendido como cristiano que maneja las cosas de este mundo, y el hombre “religioso”, entendido como la persona que vive la meditación, el testimonio y el reclamo inmediato a los valores últimos, significa la muerte de uno y del otro: del laico, que cederá a la mentalidad del mundo, y del hombre religioso, que se volverá abstracto y... eunuco. La acción cristiana en el mundo está hecha de esta unidad lógica entre estos dos caminos de consagración y amor a Dios y a las personas.

Vocación como elección de la profesión El criterio que hemos visto vale también para la elección de la profesión. También en este caso, muy a menudo, los grandes criterios para las decisiones son la ganancia y la posición social, y, aunque hay que tenerlas en cuenta, no deben constituir el único elemento de juicio. En la elección del trabajo y de la profesión deben estar presentes las necesidades de la sociedad. Para el cristiano la necesidad de la sociedad no es otra cosa que un aspecto de la necesidad de la comunidad cristiana, de la necesidad de la Iglesia en cualquier tiempo. ¿Qué clase de comunidad cristiana vivimos si esta gran decisión de emprender un camino, que definirá el rostro concreto de nuestra persona para toda la vida, o para gran parte de ella, se toma de forma individualista; si nuestra comunión no llega hasta interrogarse sobre qué profesión o trabajo elegir? Por lo menos en el cristiano este criterio debe estar vivo y presente, lo cual significa, que la elección de la profesión o del trabajo, en la medida de lo posible, debe ser fruto de un diálogo, pues la disponibilidad hacia Dios es estar disponible a la vocación.

Es bueno recordar que la vocación no es una fórmula matemática, ni un proyecto que elaboro en mi cabeza. La vocación coincide siempre con una posibilidad, y debe ser una posibilidad concreta para mí, tal y como soy.


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Contexto de la Lectura

Parece que en la comunidad cristiana de Corinto había una discusión para ver quién era más grande o tenía más autoridad o era el más importante. San Pablo les recuerda que nadie debía presumir de su don milagroso, pues no lo ganó, ni mucho menos lo mereció; le fue dado por la gracia de Dios. Uno de los dones no era más importante que otro, pues todos fueron distribuidos por el mismo Espíritu Santo. Andaban mal, pues, los corintios al pelear sobre los diferentes dones y sus supuestas importancias relativas. Si los corintios hubieran tenido presente que los dones se impartían para el propósito de servir a la iglesia del Señor, en lugar de servir para su propio honor, no habrían tenido celos y envidias al respecto. No habría habido problemas en la asamblea con respecto a los dones.

Y para que entiendan mejor, Pablo les presenta una comparación entre los dones en la iglesia en Corinto y los diferentes miembros del cuerpo físico, explicándoles por qué los diferentes dones correctamente empleados son un bien, traen un beneficio para la iglesia entera.

No puede haber cuerpo físico sin la combinación de todos los miembros que deben componerlo. Una orquesta no es un solo instrumento; un gobierno no es una sola persona; un equipo no es un solo atleta. De igual manera la iglesia no tiene una sola función. Que exista una persona mandona en la iglesia local es un fenómeno tan ridículo como que hubiera un “cuerpo” compuesto únicamente de ojo.

Los problemas en la iglesia en Corinto, sobre el uso y la distribución de los dones milagrosos, hubieran desaparecido si los hermanos siguieran la armonía manifestada en el cuerpo físico. Cada cristiano es parte de la iglesia local con su función y responsabilidad. La iglesia local es un cuerpo, pero el cuerpo es todo el conjunto de los miembros individuales.

Escuchamos la Palabra

Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra. Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno. Así también Cristo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo, ya

fuéramos judíos o griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu.

Un solo miembro no basta para formar un cuerpo, sino que hacen falta muchos. Supongan que diga el pie: "No soy mano, y por lo tanto yo no soy del cuerpo." No por eso deja de ser parte del cuerpo.

Dios ha dispuesto los diversos miembros colocando cada uno en el cuerpo como ha querido. Si todos fueran el mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero hay muchos miembros, y un solo cuerpo.

Todas las partes del cuerpo han de tener la misma preocupación unas por otras. Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro recibe honores, todos se alegran con él. Ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno en su lugar es parte de él. (1

Corintios 12, 4-6.12-27)


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• Interiorizamos la Palabra

Desde el principio, Dios siempre ha pensado en la felicidad del hombre y de la mujer, por eso los colocó en lo que la Biblia llama el Paraíso Terrenal, es decir, un lugar donde podían amarse y desarrollar todos los talentos que tenían. Al rechazar esta forma de vida basada en la amistad con Dios, la humanidad quiso seguir su propio camino, que le ha traído sufrimiento y frustración.

Dios sabe que si vivimos de acuerdo a su mensaje de amor, nuestras vidas tendrán sentido, seremos capaces de poner nuestros talentos al servicio de los demás, trabajaremos por un mundo mejor y seremos solidarios ante las adversidades que se vayan presentando. Por eso es tan importante saber elegir bien nuestra vocación de estado, saber las condiciones que tenemos y lo que la comunidad necesita. Y teniendo esos datos, tomar la decisión de una vida matrimonial o de una vida célibe, ambas consagradas a Dios y dedicadas al bien de los demás.

Si esta decisión es la correcta, nuestra vida tendrá siempre sentido y recorreremos un camino que nos llevará a la plenitud personal, tal como es el gran sueño de Dios para toda la humanidad.

Por eso San Pablo en esta lectura nos dice que todos somos parte de Cristo, aunque con diferentes tareas, pues esa es la forma en que un cuerpo funciona y vive. Dios quiere que cada uno, desde su estado de vida, contribuya a la extensión del Reino de Dios en este mundo.

Mensaje para hoy

Hoy en día, cuando se habla de vocación, la mayoría entiende que se trata de una cuestión laboral para elegir la profesión que más nos conviene, aunque en esa elección, no entren en reflexión nuestras capacidades ni las necesidades de la familia o la sociedad. Lo que prima, es el dinero que se va a ganar y la posición social que se va a adquirir. Con este criterio, estamos viendo muchos profesionales que ejercen su trabajo sin alegría, sin creatividad, sin modales, sin… porque les molesta la gente, les molesta los compañeros, les molesta el trabajo mismo, les molesta… Y eso ocurre porque han elegido una profesión que no les gustaba, pero que quizás les proporcionaba dinero o posición social.

Que agradable es encontrarse con una persona que le gusta su trabajo, que le permite desarrollar nuevas ideas, que le permite hacer nuevas amistades, conocer nuevas experiencias, estar abierto a lo que la vida presenta. Una persona así transmite alegría, acogida, ganas de hacer bien las cosas.

Tengamos siempre presente que, como cristianos, nuestro trabajo debe estar orientado hacia el bien de las personas, porque así es como llegaremos a Dios. De qué me sirve ir a misa cada día, si después soy un déspota y un violento con mis compañeros. De qué me sirve rezar el rosario cada tarde, si al día siguiente desprecio a los que están a mi lado, sea por su condición social u otra. En la medida que nuestras acciones vayan encaminadas al bien de los demás, es en la medida que estaremos cumpliendo nuestra vocación, tal como Dios desea y quiere para nosotros.

Conversamos

Con tus propias palabras explica lo que entiendes por vocación.

¿Crees que en la decisión de tener una pareja e hijos hay una gran reflexión y un diálogo con otras personas?

¿Crees que la familia y el colegio te preparan para saber elegir tu vocación?

¿Estás convencido de que es muy importante para tu vida saber elegir tu vocación? ¿Cuáles son los criterios que estás teniendo para elegir tu vocación profesional? ¿Crees que

son los correctos?


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Recordamos

La vocación es la inclinación a cualquier estado, c arrera o profesión y aparece relacionada con los anhelos y con aquello que resul ta inspirador para cada sujeto. Para la elección de la vocación, el criterio debe ser este: en qué forma puedo yo, con todo lo que soy espiritual e intelectualmente, con mi temperamento, mi educación y mi cuerpo, servir mejor al Reino de Dios. En el matrimonio la persona se coloca delante de Dios acompañada, sea por un hombre o por una mujer, unidos por el vínculo del amor y la fidelidad que Cristo les presenta. En el celibato la persona se presenta ante Dios con el don de la virginidad, que constituye también una opción fundamental, por la cual, la persona se ofrece a Dios, imitando a Cristo, en su elección de célibe ante el mundo para estar más libre en el servicio a los demás

APLICAMOS LO APRENDIDO

• Actuando en la vida

Reflexiona sobre las siguientes frases y después

coméntalo con tus compañeros.

Escoger una forma de vida es relativamente sencillo, llevar a cabo esa forma de vida es mucho más complicado.

La vocación es siempre un misterio de fe y de amor que se despierta en el hombre poco a poco.

Una buena decisión cambia tu vida, hazlo con conciencia.

No hagas lo que los demás hacen, haz lo que los demás quisieran hacer y no se atreven.

En grupo realizan una encuesta entre los estudiantes de cuarto año sobre cuál es su orientación vocacional de

vida: matrimonio, célibe (laico comprometido) o consagrado (religioso/a sacerdote). También preguntan por qué eligen esa vocación de estado. Al final hacen un consolidado de la encuesta y sacan sus conclusiones que las hacen conocer a todos.

Se dividen en tres grupos: uno representa al

matrimonio, otro al célibe y otro al consagrado. Cada grupo hace un mural sobre las bondades de esa vocación y escoge un lema que invite a elegir esa vocación de estado.

Se realiza un panel de personas que representan:

matrimonio, laicos, religiosos y sacerdotes. Se le pide a cada uno que defina por qué eligió esa vocación de estado y después se abre un momento de preguntas y respuestas sobre el tema.


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Reflexionan y comentan sobre las siguientes imágenes:

Encuentran en el pupiletras las siguientes palabras:

VOCACION, ESTADO, PROFESION, MATRIMONIO, LAICO, RELIGIOSO, SACERDOTE, CELIBE, VIRGINIDAD, INCLINACION, ELECCION, CRITERIO, ESPIRITUAL, REINO, DIOS, PERSONA, VINCULO, AMOR, OFRECE, IMITA.

E M A T R I M O N I O A G O B H P C I D

S J R E K F M L G M H N O I C C E L E N

T I E Ñ C E L I B E J O K R P L R Q V N

A M L R N S Ñ O T T O F R E C E S O I O

D V I R G I N I D A D O U T P V O C N I

O Q G W O I R N O I C A N I L C N I C C

X R I Y E M S S Z T A U B R V C A A U A

W D O R X O A E T O D R E C A S E L L C

Y E S P I R I T U A L F Z G A H B I O O

C J O D D K E L F M N O I S E F O R P V

En grupos ven las necesidades de profesiones que se necesitan en nuestra zona para lograr un desarrollo sostenible y humano, así como un proceso de desarrollo de capacidades personales. De esas profesiones, eligen aquellas que les gustaría prepararse. Luego ven los lugares dónde se están impartiendo esas profesiones. Por último, ven si tienen posibilidades de llegar a prepararse en la profesión que les gusta. Hacen una síntesis de todo lo presentado por los integrantes y lo explican a los demás.


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• Compromisos

Personal: Reflexiono sobre mis cualidades y gustos.

Social: Me informo de las necesidades que tiene la sociedad.

Eclesial: Oro para que el Señor me ayude en la decisión de elegir una vocación.

Ecológico: Anoto en un cuaderno o libreta lo que voy haciendo sobre mi vocación.

• Viviendo la Celebración

En este momento vamos a colocar una mesita en el centro del aula, con una Biblia y una vela encendida, significando que Dios está en medio de nosotros. En su presencia, realizamos esta celebración.

Iniciamos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Entonamos el canto: “Me has seducido, Señor”.

Señor, no soy nada, ¿por qué me has llamado?

Has pasado por mi puerta y bien sabes que soy pobre y soy débil.

¿por qué te has fijado en mí?

Me has seducido Señor, con tu mirada.

Me has hablado al corazón y me has querido.

Es imposible conocerte y no amarte.

Es imposible amarte y no seguirte. Me has

seducido, Señor.

Señor, yo te sigo, y quiero darte lo que pides,

aunque hay veces que me cuesta darlo todo Tú lo

sabes, yo soy tuyo.

Camina, Señor, junto a mí.





seducido, Señor.

Señor, hoy tu nombre es más que una palabra,

es tu voz que hoy resuena en mi interior y me

habla en el silencio.

¿Qué quieres que haga por ti?





seducido, Señor. (2)

Recordamos brevemente la lectura bíblica de hoy.

A continuación se realiza un pequeño comentario sobre el mensaje que nos deja la Lectura para nuestras vidas.

Juntos recitan la siguiente oración:

Ayúdanos, Señor, a nosotros jóvenes, para que seamos libres y no esclavos, para que tengamos el corazón sólo para ti, y así tu llamada nos llegue y pueda dar fruto. Amén.

En forma espontánea los alumnos y alumnas hacen una oración de petición o de agradecimiento, relacionada con el tema de hoy.

Al finalizar las peticiones, oramos con el Padre Nuestro.

Terminamos la celebración con el canto: “Me has seducido, Señor”.

tema 2: vocación al amor

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