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1 Un vínculo afectivo con la familia claretiana - Año 13 - Nº 48 - Santiago de Chile - Agosto 2011 - Colaboración voluntaria. Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias ¡Bienvenidos a la nueva provincia de San José del Sur!

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Revista Telar para la Familia Claretiana

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Un vínculo afectivo con la familia claretiana - Año 13 - Nº 48 - Santiago de Chile - Agosto 2011 - Colaboración voluntaria.

Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias

¡Bienvenidos a la nueva provincia de

San José del Sur!

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Familia del P. Mariano, “concienciada” con él

Apreciado Alfredo:Recibí tu atento envío. Muchas gra-

cias por ello; intentaré difundirlo. Me sorprendió ver en TELAR una rese-ña de fotografías de mi sobrina “Suca” sobre su boda, e incluso nuestra foto familiar.

Mi hermano Jesús, ya jubilado, cuando trabajaba en su negocio de artes gráficas fue presidente de la Aso-ciación Empresarial de Artes Gráficas de Aragón. En unos de los congresos que realizó en tierras hispanas, visitó Chile. Estuvo en la Iglesia del Corazón de María, dónde están los restos del tío Mariano, y trajo un recuerdo inol-vidable. Igual que el resto de la fami-lia, está concienciado en el tema del tío Mariano.

He ido a misa en la capilla de los Padres Claretianos muy cerquita de casa. Conseguí hablar con el padre Jorge Ayala. Estuvimos cambiando impresiones sobre el tío Mariano.

En lo que a mí se refiere, sigo difun-diendo el sentir por el tío Mariano en el hospital donde trabajo. Digo a mis compañeros que cuándo se encuen-tren en un apuro se encomienden al tío Mariano y digan: “padre Mariano, échame una mano”.   Quizás sea una simpleza, pero a mí me vale.

Deseo que la situación en Chile siga mejorando después del terremoto.

Gracias, una vez más, por tus aten-ciones.

María José Avellana IguazZaragoza, España

Telar http://claretianos.cl/telarEs una publicación de los Misioneros Claretianos. Director interino: José Agustín Cabré Rufatt, cmf. Editada por ECCLA, Ediciones y Comunicaciones ClaretianasZenteno 764 - Casilla 2989 Santiago-21. Santiago - ChileF. (56-2) 695 34 15, Fx. (56-2) 695 34 07.E-mail: [email protected] · www.eccla.cl CARTAS

Cartas

Agradece sobrina del Venerable

Querido Alfredo:He recibido el material sobre mi

tío el Padre Mariano, que me enviaste. Además mi tía María José me hizo lle-gar varias otras cosas.

¡Vaya sorpresa cuando vi las fotos de mi boda en la revista TELAR!

¡Me hizo muchísima ilusión! La verdad es que todo el mate-

rial está muy bien. Muchas gracias por acordarte de mí, y por los envíos. Te mando un fuerte abrazo, y anhelo sigamos en contacto.

Teresa “Suca” Obón Avellana

Zaragoza, España

Agradece emotivo reportaje

Sra Silvia Yermani: Quisiera darle las gracias por la

maravillosa entrevista que me hizo, y a la revista TELAR. Realmente emoti-va; se transmitió exactamente el pro-ceso que viví tras el accidente en que perdí un brazo trabajando como buzo.

Dios, la familia y mi comunidad de los Molinos han sido pilares fun-damentales para mí en esta etapa. Le reitero las gracias por darme la opor-tunidad de dar a conocer mi testimonio.

Rodrigo AlvarezNiebla, Valdivia

Difunde al P. Mariano en las Antillas

Apreciado Alfredo: Gracias por el recordatorio formi-

dable del Padre Mariano que nos hicis-te con motivo de su último aniversario.

Inmediatamente lo envié a todos y cada uno de los miembros de nues-tra delegación claretiana de Anti-llas. Me temo que muchos de ellos, al leer el nombre del futuro santo, se quedarán “in albis”. En los años de formación creo se ha descuida-do el proponer a nuestros semina-ristas estos estupendos modelos de identificación claretiana y misionera. Ojalá les entre ahora curiosidad y, por medio de tu lindo artículo, ten-gan un primer contacto estimulan-te con el gran misionero aragonés y se sientan movidos a emularle. Un gran abrazo.

Carmelo Astiz L.Misionero Claretiano en

República Dominicana

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Foto Portada: Diego Haristoy P.

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Editorial

EDITORIAL

Una joven primaveracualquier promesa electoral se olvi-dan tan pronto se juramenta el nuevo cargo.

El resto de la sociedad apoya desde sus propias trincheras un movimiento que pide lo razonable. Artistas, depor-tistas, periodistas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos comu-nes adhieren a él con gestos, llamados, sumándose a los actos, golpeando una cacerola o proponiendo el tema en sus círculos sociales. Estos movimientos se han caracterizado por la transversali-dad y la solidaridad que concitan.

El poder político -atrapado fren-te a un movimiento que despreció en sus inicios pero que, al tomar fuerza, impuso temas de discusión en la socie-dad, despertó solidaridad y apoyo de los otros estamentos sociales- se ve en la obligación de cortar de raíz el pro-blema. Sin dar respuesta a las deman-das, ataca los métodos, no el fondo de las solicitudes: reprime las reuniones, acusa el vandalismo, desvía la atención de un movimiento que ve las calles como su lugar de exigencias y en cada convocado un voto de apoyo para sí y otro de castigo para el poder político.

Una generación hiperconectada utiliza las redes sociales para organi-zarse y convocar a sus actos, que han

desbordado imaginación y rebeldía. En Tunez se rayó en una pared “Merci le peuple, merci Facebook” (gracias a la gente, gracias a Facebook). Es que mediante estas redes virtuales se con-vocó, se organizó la revolución que más tarde llegó a las calles, y también se denunció a la represión y a los infil-trados. Las redes se convirtieron en los medios de comunicación de la gente y para la gente, en oposición a los medios tradicionales, que se centra-ban en la destrucción y el peligro para la sociedad que significan las revuel-tas juveniles. Las cámaras que cada joven llevaba en sus teléfonos celu-lares se convirtieron en escudos para protegerse de los abusos policiales y en armas de denuncia.

La primavera que se anuncia de modo especial en América latina viene con energía juvenil de cambio. Una renovación que parte por remecer a una sociedad que parecía dormida. Esta revolución abre las ventanas y puertas para ventilar un sistema políti-co que estaba demasiado cómodo en sus sitiales de poder, apoyado sobre una sociedad largamente aletargada.

Cristian Herrera Villena.

La población más joven de la socie-dad ha florecido últimamente en diver-sas latitudes con bríos suficientes para encabezar los cambios sociales que hoy se exigen a los gobiernos centra-les. Esta juventud es política, pero no se siente representada ni quiere ser mani-pulada por las formas tradicionales de hacer política, léase partidos, congreso ni gobiernos locales.

El resto de la población ha visto en esta juventud una nueva propuesta, y en gran número la ha apoyado, com-prendiendo que las demandas son váli-das, y además valorando un liderazgo que ellos no se atrevieron a tomar.

Las demandas de los movimientos son tan justas como obvias, lo que ha hecho imposible rechazar la esencia de lo solicitado. Educación gratis, distri-bución equitativa de la riqueza, condi-ciones laborales respetuosas, adecua-dos sistemas de salud, justicia social y democracia, son algunos de los gritos que se han escuchado desde Egipto hasta Chile, pasando por España, Méxi-co y Argentina, entre muchos otros países. Estas solicitudes enfrentan al poder político ante un gran problema. Son reclamaciones razonables, pero imposibles de cumplir. Son el lema de cualquier campaña política, pero como

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4 100 AñOS COLEGIO ANTOFAGASTA

100 años del Colegio Corazón de María de Antofagasta:

Educar en el amory una fe liberadora

Fotos: Diego Haristoy P. y Silvia Yermani V.

5100 AñOS COLEGIO ANTOFAGASTA

Entre el desierto y el mar, Antofagasta se alza hoy como una ciudad pujante. Con más de 493 mil habitantes, es reco-nocida como la capital minera del país, pues allí se explota la riqueza de las minas del cobre que constituyen el principal recurso económico chileno. En este vital contexto está cum-pliendo cien años de vida el Colegio Corazón de María, inau-gurado por los misioneros claretianos como un curso esco-lar en 1911 para dar formación a centenares de niños que por entonces deambulaban sin rumbo por sus calles polvorientas.

Fue el primer colegio católico de Antofagasta y, a cien años de su creación, celebra esta fecha memorable en medio de un 2011 marcado por la crisis de la educación en Chile.

En medio de las movilizaciones estudiantiles, TELAR viajó hasta Antofagasta para internarse en la realidad del Colegio Corazón de María, emblemática institución educa-tiva de la congregación claretiana en Chile.

Quizás al padre Gustavo Verdugo, oriundo de Curicó, aún le hagan falta los verdores de cualquier ventana sure-ña. Pero desde hace tres años y medio habita en cuerpo y alma los paisajes áridos de Antofagasta. Asumió como representante legal del Colegio Corazón de María. Sabe que está inmerso en un medio educacional donde se respi-ra una suerte de microclima, con un estilo educativo basa-do en el amor y en metas exigentes: mejorar el rendimiento de la enseñanza básica en el Sistema de Medición de la Cali-dad de la Educación, Simce, instalar la educación media en el querido edificio de calle Copiapó, y avanzar con las obras de infraestructura. Se le ve satisfecho al observar las nue-vas edificaciones para recibir a los alumnos de la enseñan-za media y el nuevo salón auditórium del establecimiento.

Evaluando lo realizado hasta hoy afirma: -Vivo años difíciles, gratificantes y formadores. Al llegar a

este cargo, algunos me vieron con temor, porque generaría cambios, y eso siempre es doloroso. Dialogué respetando a las personas, pero sin transar las metas necesarias para ofrecer mejores oportunidades a nuestros alumnos, optimizando la calidad de nuestra oferta educativa.

Lo entusiasma sentir que la comunidad educativa valo-ra los cambios que se han realizado. Por ejemplo, el colegio está obteniendo mejores puntajes en el Simce. Su afán es lograr que alcance los más altos puntajes regionales.

De naturaleza práctica, trabaja con los profesores el tema de la resiliencia, proyecta actividad pastoral con las familias y sueña con incorporar un sicólogo de jornada completa. Aspira a consolidar un equipo directivo e inter-cambiar experiencias con los otros 9 colegios claretianos de la nueva provincia San José del Sur, para el perfeccio-namiento docente inspirado en una educación claretiana.

Entre los obstáculos del trabajo docente recalca la difi-cultad para sumar a los papás como aliados:

-Abundan el dinero y los regalos, pero les falta tiempo para los niños, pues los mineros cumplen largos turnos fuera de sus casas. Eso genera niños con tendencia a la depresión y a mani-pular a sus madres, quienes en un alto porcentaje llevan solas la responsabilidad de la crianza.

Comenta que la experiencia del padre Teodoro Arranz en Temuco y la de otros colegios de la congregación han sido su principal fuente de inspiración. Sabe que esta etapa de ser-vicio misionero marcará definitivamente su vida sacerdotal.

“Hacer sentir que eres persona”

Desde 1973 el colegio es mixto, y existe conciencia entre los profesores de los problemas que se presentan en la formación de adolescentes y jóvenes, en esta sociedad consumista y gozadora de la vida.

La coordinadora de la Unidad Técnico Pedagógica, UTP, de nivel general básico, María Inés Rojas, afirma:

-Educar es hacer sentir a otro que es una persona. La edu-cación de calidad no sólo entrega contenidos; aporta calidad emocional. En la educación básica trabajo mucho la integri-dad y el autorrespeto. En quinto o sexto básico los niños cam-bian la voz, y las niñas tienen su primera menstruación. Es el punto en que me empeño por el respeto hacia todos y el de unos a otros. La educación sexual no sólo tiene que ver con

Continúa >>

6 100 AñOS COLEGIO ANTOFAGASTA

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comprender la mecánica de la reproducción. También la con-ciencia de la responsabilidad de ser padres se aprende de muy niños. Ahí hacemos nuestra primera apuesta formativa.

Signo de los tiempos

Al momento de realizar este reportaje eran decenas los colegios en toma a favor de reestructurar el sistema educa-tivo nacional. El centro de alumnos del Colegio Corazón de María, como signo de los tiempos, tampoco restó interés a estos hechos, y de diferentes maneras discutió y reflexionó en torno a los acontecimientos. Como señaló el profesor de historia y geografía Carlos Mena Hernández, encargado de la UTP de enseñanza media, “nuestros alumnos no pueden aislarse de los problemas que movilizan al país. Debemos ayu-darlos a entender esta crisis por caminos racionales y desde la perspectiva valórica que les imparte este establecimiento”.

“Nos define la pedagogía del amor”

Si hay un valor que define a esta institución educati-va, es el Amor. El profesor Carlos Mena Hernández sostiene:

-“Desde allí nacen la solidaridad, la honestidad, los valores éticos. Nuestros alumnos se forman en la socialización misio-nera afectuosa, que crea lazos de cercanía, cariño y preocu-pación por el prójimo. Queremos jóvenes con autoconfianza, con los valores que Cristo enseña y el padre Claret fraguó para nosotros. Asimismo es importante - subraya- desde lo acadé-mico, que logren ingresar a la educación superior. Pero por sobre todo, deseamos darles una formación cristiana que sea un aporte a una mejor sociedad.

El docente se convirtió en un cristiano fervoroso desde que el accidente de una alumna en gira de estudios lo llevó a sumarse a las oraciones de la comunidad escolar y obser-

vó que la fe produce milagros porque el mismo Dios actúa a través de la ciencia médica. La niña logró recuperase satis-factoriamente. Desde ese momento asumió con pasión los valores cristianos y los principios de la filosofía claretiana.

Semillas evangelizadoras

La vida al interior del Colegio Corazón de María trascurre en medio de una notoria confianza, en especial en el sector de los párvulos, donde el juego, el canto y la oración nos conta-gian de ánimo. La tía Marta Gamboa, coordinadora de párvu-los, relata que la enseñanza en esta etapa es lúdica y concre-ta. Los infantes entienden perfectamente cuando se les habla de la creación, ya que ésta se les muestra como un regalo que nos dio el Señor. Define a los niños como piadosos y dispues-tos a oír y trasmitir los valores cristianos, al punto que se trans-forman en verdaderas semillas evangelizadoras en sus pro-pios hogares.

-Con ellos –sostiene la “tía de la guitarra”, como cariñosa-mente se la llama en el colegio– uno se revitaliza: este nivel es el cimiento en la formación claretiana, y tenemos muy pre-sente llevarlos a conocer realidades distintas. Desde los cuatro a los seis años los niños son inquietos y absorben el Evangelio aun sin palabras; sólo mediante el testimonio y actitudes; por eso debemos ser intachables, porque ellos ven en cada parvu-laria un modelo a seguir.

Jesús en medio de los jóvenes

Para Luis Amigo, profesor de religión y encargado de la pastoral, quizás el mayor desafío con el que cotidianamen-te se enfrenta es mostrar la presencia de un Jesús cercano al alumnado. Precisa que ellos tienen la libertad de elegir. El secreto está en que los jóvenes conozcan diferentes rea-

Nicolás González, 14 años. Alumno de Primero Medio:

“Quiero ser un doctor que trate bien a sus pacientes”Ingresó en pre-

kínder y terminará la enseñanza media en el

Corazón de María. Recuerda la primera clase de su vida:

-Sentí una sensación de paz cuando llegué. No lloré; me quedé altiro con la tía.

Admira a san Antonio Mª Claret y lo define como un “gran misionero. Ayudó a personas abandonadas y pobres”. Le gusta que ese ejemplo se replique en su educación:

-Por cursos nos organizamos y vamos a lugares de escasos recursos, a ver a niños o ancianos. Llevamos ali-mentos, cariño y la palabra de Dios. Es bonita experiencia.

Le alegra que el colegio haya incor-porado la enseñanza media:

-No me quería ir. Los profesores pasan la materia de manera entreteni-da, son lúdicos para enseñarme.

-¿Qué opinas de la crisis de la educa-ción en Chile?

-Entiendo que las manifestaciones son para lograr que la educación no sea tan cara. Mi sueño es la medicina. Quiero ser un doctor que trate bien a los pacientes. Sobre Chile: el país está vendiendo su agua, que a futu-ro valdrá más que el oro. Me preocu-pa que se construyan las represas de Hidroaysén, que se pierdan patrimo-nios importantes y que vayan a exter-minar el huemul.

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lidades y descubran los signos de los tiempos desde la fe. Les presenta un Jesús mucha veces contrario a lo estableci-do, característica joven que logra acercar la figura del Hijo de Dios entre ellos. Tal vez, indica, lo más grande sería con-seguir hacerlos crecer en la fe.

-Me gustaría lograr más animadores jóvenes y despertar vocaciones para religiosos y laicos comprometidos. Tenemos una gran tarea, pero han sido notorios los avances desde la lle-gada del padre Gustavo. Hay una pastoral mejor constituida y un plan pastoral que involucra a toda la comunidad estudiantil.

Deuda con Claret

La directora Zulinda Guerrero es una experimentada docente que se reúne periódicamente con sus colegas cla-

retianos del resto del país. Señala: -Hemos formado un secretariado y ya hemos iniciado

encuentros con los colegios claretianos de Argentina.Para ella, el proceso de unificación en la nueva Provin-

cia de San José de Sur está bastante adelantado en el área de educación:

-"Esperamos tener todos los colegios claretianos del Cono Sur una carta de navegación común”

Finalmente Zulinda siente que hay una deuda con el fundador de la congregación. Y lanza su propuesta:

-Me gustaría que en este centenario el plantel pasara a lla-marse Colegio Claretiano Corazón de María.

Dejamos abierta la iniciativa.

Silvia Yermani V.

gio que tiene prestigio en la ciudad.Su mensaje en este centenario es

llamar a los padres a que se acerquen al colegio, para mostrar a los niños que aquí cuentan con una segunda familia, atenta y preparada para acom-pañar y proteger su desarrollo”. t

100 AñOS COLEGIO ANTOFAGASTA

Sandra Ortiz, apoderada:

“Este colegio entrega el sello que queremos como familia”Integra el Centro de

Padres y Apoderados porque –dice- quiere contribuir a forta-

lecer un colegio “que tiene el sello de lo que queremos como familia”.

-La incorporación de la enseñan-za media es la mejor noticia que pudi-mos recibir.

No hay problemas de bullying (matonaje escolar) o drogas entre los alumnos, y los profesores están siempre atentos. Si alguno baja las notas, llaman de inmediato para ofre-cer reforzamiento, evitar que repitan o incentivarlos para la Prueba de Selec-ción Universitaria, PSU. Este es un cole-

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ción del mismo durante casi 40 años; le dedicó su vida. Su influencia llegó más allá de nuestras aulas; fue un refe-rente conocido y admirado en Córdo-ba. Participó en debates legales sobre la educación y fue consultado en repe-tidas oportunidades por las más diver-sas personalidades de la educación de Córdoba durante los años en que diri-gió el colegio. Una enfermedad lo llevó a la tumba el 6 de agosto de 1996. Pero no se fue; está siempre con nosotros.

Un carisma permanente y renovado

El hecho de celebrar durante el año 2010 los 100 años de educación evangelizadora, significó reiterar una decisión que marca y modifica nues-tra cotidianeidad. El Colegio Corazón de María permanece en el tiempo

100 AñOS COLEGIO ARGENTINA

Colegio Corazón de María de Alta Córdoba

celebró también su CentenarioEl hoy centenario colegio cordima-

riano cordobés incuba sus orígenes en los primeros años de la congregación claretiana en Argentina.

Cumpliendo los deseos de los superiores de la Congregación, los cla-retianos llegaban en agosto de 1906 a la diócesis de Córdoba, Argentina, jurisdicción que comprendía las pro-vincias de Córdoba y la Rioja, y se ins-talaban concretamente en el llamado pueblo de San Vicente, barrio de esa ciudad.

La naciente misión se trasla-dó pronto al barrio de Alta Córdo-ba, sector considerado periférico, con muchos desafíos pastorales. En 1908 abrieron los misioneros su capilla pre-sidida por una imagen del Corazón de María. El lugar se iba a conocer en adelante como la “Turris Davídica”, por la llamativa construcción que toda-

vía hoy puede verse en la esquina de Antonio del Viso y Sucre. A mediados de 1912 se colocaría la primera piedra del templo.

Pero fue en marzo de 1910 la fun-dación que marcaría el futuro de la comunidad: la apertura de una escuela para niños, iniciada con 80 alumnos, bajo la dirección del P. José Galbete. Sería esta la primera entrada de los misioneros claretianos al campo edu-cativo en tierra argentina. Tiempos de decisiones, de sueños y compromisos auténticos, esforzados y generosos.

Una figura histórica

Uno de los misioneros más desta-cados en la historia del Colegio Cora-zón de María fue el P. Bernardo Quiro-ga, quien estuvo a cargo de la direc-

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en el año; entre ellas el reconocimien-to a educadores que pasaron por esta comunidad, expresiones solidarias destacando nuestra identidad, misas de egresados, los 25 años del Jardín cumplidos el mismo 2010, entre otras.

Actualmente el colegio cuenta con casi 2.100 alumnos, desde los 3 a los 17 años de edad, fruto del camino recorrido por tantas personas que se implicaron en el crecimiento de una semilla como de mostaza que ahora es un árbol frondoso.

A quienes pasamos por el “Cora” se nos estremece el corazón al sentir-nos parte de un proyecto inspirado en la misión de san Antonio M. Claret, un servicio a la educación evangelizadora en Córdoba mantenido por 100 años. Inmensamente gracias a los miembros de esta gran familia claretiana; a los de ayer y de hoy.

Mario Bússolo, cmf.

como fruto de este tipo de decisio-nes. Permanece y se enriquece con-forme cambian los escenarios políti-cos, eclesiales y congregacionales, y se integran nuevas sensibilidades encar-nadas en rostros concretos. Nuestra identidad se conjuga, de este modo, con los fragmentos de una memoria significativa y la novedad que irrumpe desde el hoy, desafiándonos a nuevas definiciones de aquel núcleo inspira-dor que nos vio nacer, o mejor dicho nos engendró.

Hoy, en nuestros países, el hecho educativo corre el riesgo de vaciar-se por falta de horizonte claro o por improvisación, entre otros factores. La necesidad de afianzar un modelo educativo de calidad y que considere la realidad de los alumnos, nos obliga a trabajar en conjunto varios actores sociales. Porque, al fin y al cabo, la pre-gunta es ¿qué educación, y para qué?

Vivimos tiempos de encrucijadas, o de transición, a algo que aún no vis-

lumbramos. Sin embargo hay certezas que resisten y terminan por expresar-se. Frente a un mundo que a veces nos cerca con sus imposibilidades y hasta imposturas, existe la experiencia del Dios de Jesucristo que se hace pre-sente en la comunidad creyente deve-lándonos tantos impulsos de vida que desde dentro y fuera nos convocan, desde que Dios tiene para cada uno de nosotros y para la humanidad en su conjunto una llamada que hay que discernir y responder en las encrucija-das de la historia que transitamos.

Como la semilla de mostaza

El lema que acompañó los feste-jos centenarios del colegio fue: “100 años comprometidos con la Educa-ción Evangelizadora”. El 29 de octu-bre nos convocó la Eucaristía para agradecer dicha vocación educado-ra anunciando a Jesús misionero. Fue en el gimnasio del colegio. Se suma-ron varias actividades desarrolladas

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San José del Sur

NIEBLA, CHILE· Vicaría de la Costa Valdiviana

ANTOFAGASTA, CHILE· Templo- basílica del Corazón de María, Parroquia de la Inmaculada Concepción

· Colegio Corazón de María

ANDACOLLO, CHILE· Santuario de Andacollo

· Parroquia Nuestra Señora del Rosario

SANTIAGO, CHILE- El Llano, Santiago, Chile

· Parroquia San Antonio M. Claret· Comunidad El Llano

- Zenteno, Santiago, Chile· Comunidad Zenteno, Santiago, Chile

· Basílica del Corazón de María

TALAGANTE, CHILE· Centro Claret,

casa de encuentros y formación· Las Praderas de Magín, centro recreativo familiar

* Dependencias: Santuario de San Judas Tadeo, Mausoleo P. Mariano Avellana,

Casa central de los claretianos en ChileEdiciones y Comunicaciones Claretianas (ECCLA),

Centro Bíblico Claretiano (CEBICLAR),Secretariado de Misión solidaria y JUPIC

Archivo y Museo claretiano de Chile,Radio Telar CURICó, CHILE

· Santuario del Carmen· Casa de Formación Pastoral

“María de Fusimaña”· Radio El Carmen

TEMUCO, CHILE· Parroquia Corazón de María

· Instituto Claret· Escuela Especial Claret

La nueva provincia

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YHÚ (CAAGUAZÚ), PARAGUAY · Parroquia Virgen del Rosario

LAMBARé, PARAGUAY· Seminario Claretiano

PROGRESO, URUGUAY· Parroquia San Antonio M. Claret

INCA, MONTEVIDEO, URUGUAY· Parroquia Corazón de María

FáTIMA, MONTEVIDEO, URUGUAY· Parroquia Ntra. Sra. de Fátima· Colegio y Liceo Ntra. Sra. de Fátima

HumaHuaca (JuJuy), argentina

Parroquia de la Candelaria

La iruya, HumaHuaca, argentina

Casa Parroquial La Iruya

La Quiaca, HumaHuaca, argentina

Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

catamarca, argentina

Parroquia Corazón de María

Los Peregrinos, córdoba, argentina

Prenoviciado Los Peregrinos,

ceFyt, córdoba, argentina

Centro Estudios Filosóficos y Teológicos (CEFyT)

eL tambo, córdoba, argentina

rosario (santa Fe), argentina

Escuela Padre Claret

Parroquia Corazón de María

PaternaL, buenos aires, argentina

Colegio Claret

FLorencio VareLa (buenos aires), argentina

Parroquia San Jorge

constitución, buenos aires, argentina

Parroquia Corazón de María

cHascomús (buenos aires), argentina

Parroquia Corazón de María

Instituto Corazón de María

mendoza, argentina

Santuario Nuestra Señora de Lourdes

baHía bLanca (buenos aires), argentina

Colegio Padre Claret

Jacobacci (ProV. río negro), argentina

Hogar de Ancianos San José

12 NUEVA PROVINCIA

A partir del 16 de julio –aniversario de la fundación de la Congregación por san Antonio Mª Claret hace 162 años- los misioneros claretianos de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay se unieron en un solo equipo bajo un sistema conjunto de gobierno.

Hasta entonces, en cada país los misioneros estaban organizados en “provincias” u otras modalidades autó-nomas. Las congregaciones religiosas, como los países, se organizan gene-ralmente en “provincias” o “delegacio-nes”, según su tamaño y el número de sus integrantes.

Un signo de los tiempos Desde el 16 de julio los claretia-

nos del Cono Sur del continente han asumido la responsabilidad de evan-gelizar a los cuatro países -Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay- congrega-dos como un solo territorio de misión. Con tal objeto, ese día quedó cons-tituida oficialmente la nueva Provin-cia Claretiana de San José del Sur, que agrupa en un solo equipo a los misio-neros de los cuatro países.

Ha culminado así un proceso de unificación acordado por los misio-neros del área tras varios años de dis-

cernimiento sobre la mejor forma de potenciar su labor misionera y racio-nalizar los recursos humanos y mate-riales.

La nueva estructura responde a un “signo de los tiempos” a nivel gene-ral de la Iglesia. Numerosas otras con-gregaciones han adoptado decisio-nes similares para responder mejor a los desafíos y necesidades del mundo de hoy.

Promisorias perspectivas

La ampliación del campo misio-nero en el extremo sur de América mediante el nuevo organismo unifi-cado permitirá que en adelante traba-jen en los cuatro países como un solo equipo 125 misioneros en 24 comu-nidades, las que, entre otras activida-des, tendrán a su cargo 22 parroquias, 10 colegios, 5 santuarios, 2 editoria-les y otros tantos equipos de comuni-caciones.

Para conducir y animar esta tarea asumió un primer equipo interino de gobierno. Lo encabeza como pri-mer superior provincial el P. Mario Gutiérrez Medina, chileno, hasta ahora director del Instituto Claret de Temu-co, quien en octubre próximo cumple

37 años. Lo acompañan como consul-tores los misioneros Juan José Cha-parro Stivanello y Gustavo Larrazá-bal Volpe, ambos argentinos, Joaquín Medina Romero, español, hasta ahora superior delegado de las  comunida-des claretianas de Paraguay, y Alon-so Sánchez Matamoros, igualmente español, con largo desempeño en las comunidades misioneras de Huma-huaca, en el norte argentino.

Este equipo directivo conducirá la nueva provincia hasta enero del próxi-mo año, cuando se realizará una asam-blea conjunta o “capítulo provincial” en Buenos Aires, para elegir un equi-po de gobierno por seis años y apro-bar las líneas defintivas de trabajo que éste deberá liderar en ese período.

La nueva organización de los equi-pos misioneros en el continente nace 141 años después que los primeros 7 claretianos pusieron pie en Chile, primer país donde la Congregación lograría consolidarse fuera de su natal España. Desde aquí los hijos de Cla-ret iniciaron su avance hacia los países limítrofes. La primera “provincia” clare-tiana de Chile y América llevó el nom-bre de San José, el mismo que ahora ha asumido el equipo misionero con-junto del Cono Sur. t

Claretianos del Cono Sur se unen en un solo equipo misionero

Gustavo Larrazábal, Alonso Sánchez, Joaquín Medina, Mario Gutiérrez y Juan José Chaparro.

Alfredo Barahona Z.

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La provincia claretiana San José del Sur

Presidida por el superior general de la Congregación, P. Josep Abella Batlle, quien con tal objetivo estuvo de visi-ta en Chile por una semana, tuvo lugar en Talagante la asamblea de los misio-neros claretianos del cono sur conti-nental, que concitó durante tres días a delegados de los cuatro países y dio origen oficial a la Provincia Claretiana de San José del Sur.

El histórico encuentro fue sellado con una solemne y emotiva eucaris-tía que el sábado 16 de julio congregó a más de 60 misioneros de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, a numero-sos laicos responsables de las diversas aéras de apostolado y a unos 40 invita-dos de las comunidades locales.

La eucaristía fue presidida por el padre Abella, con quien concelebra-ron los miembros del primer gobierno de la nueva provincia: el flamante pro-vincial, P. Mario Gutiérrez Medina, y sus consejeros.

Dos nacimientos bajo el mismo sello

El P. Abella destacó en su homilía los rasgos fundamentales con que el 16 de julio de 1849 nació la Congregación en Vich, cerca de Barcelona. Esta fue –dijo el P. Abella- una pequeña agrupación de seis sacerdotes con profundas inquietu-des misioneras, que se reunieron aquel día en una estrecha habitación del semi-nario diocesano de Vich para constituir la que el Fundador, san Antonio Mª Cla-ret, no dudó en calificar como “una gran obra”. Ante las dudas de sus compañe-ros sobre cómo podría ser ello posible

con sus pobres capacidades y recursos, Claret esgrimió como gran argumento la confianza en los planes del Señor, en el Corazón de su Madre y en el sentido de eclesialidad con que los misioneros debían realizar sus obras.

Sobre estas mismas premisas surge en la región más austral de América la

NUEVA PROVINCIA

En histórica asamblea nació

nueva provincia de San José del Sur –señaló el P. Abella-. La gran tarea que ella tiene por delante deben empren-derla sus integrantes con igual confian-za, y con amor profundo a esa iglesia “que a veces criticamos como los hijos a sus padres, sin perder de vista que son los padres”.

Continúa >>

P. Juan José Chaparro junto al P. General y a P. Mario Gutiérrez.

Fotos: Diego Haristoy P.

14

tados fueron recibidos por el con-junto folklórico del Instituto Nacional -el más antiguo y prestigiado plantel educativo estatal de Chile-, el que se lució con una muestra selecta de dan-zas tradicionales, bajo la dirección de Manuel Puerto, activo miembro de la familia claretiana.

La grata y alegre convivencia, que permitió el reencuentro de muchos de los asistentes, algunos de los cua-les no se habían visto por largas déca-das, puso el broche de oro a una jor-nada que será recordada como una de las grandes fechas en la historia de los claretianos en América.

NUEVA PROVINCIA

Signos que harán recuerdo

Momentos relevantes en la euca-ristía fueron: la lectura de los decre-tos de constitución oficial de la nueva provincia y su gobierno; el juramen-to de fidelidad del primer provincial, P. Mario Gutiérrez; la entrega de los decretos de nombramiento al nuevo consejo provincial; la renovación de los votos religiosos por parte de todos los claretianos presentes; la entrega de estolas a los presbíteros; la presen-tación de las ofrendas en manos de los superiores mayores que cesaban en sus cargos, y de quienes celebraban su cumpleaños o aniversarios de su pro-

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fesión religiosa. Gran emotividad tuvo el testimonio entregado al respecto por el P. Angel Pérez Serrate, misione-ro en Lambaré, Paraguay, quien cum-plía 50 años de profesión religiosa.

Entre las ofrendas presentadas al altar destacaron un hermoso cuadro de la imagen histórica de María que presidió la fundación de la Congrega-ción, y otro de san José.

Animado encuentro familiar

Tras la eucaristía, los asistentes fue-ron invitados a compartir un ágape familiar en el comedor del centro de formación talagantino. En él los invi-

Grupo folclórico "Cantos de mi tierra".Gilda María Gutiérrez, Florisa Medina y Arnoldo Gutiérrez,

hermana y papás del P. Mario Gutiérrez.

Josep Soren y Agustín Cabré junto al mapa de la nueva provincia. Mario Gutiérrez y Gustavo Larrazábal.

Roberto Domínguez y Silvia Villagrán del área educativa de la Provincia.

En la eucaristía del día final.

Alfredo Barahona Zuleta.

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Era el mes de noviembre de 1901. Después de ser some-tidos a una cuarentena en aguas del Río de la Plata, tres cla-retianos españoles, provenientes de Brasil, pudieron poner pie en Buenos Aires. Unas semanas después se les sumaron otros dos, que venían de Chile. El animador de aquel grupo era el P. Ramón Genover, con cargo de superior también para las comunidades claretianas de Chile y Brasil.

Por cuatro años alquilaron su primera vivienda en una esquina del barrio de Montserrat en la Capital Federal. Desde allí, donde habilitaron enseguida una capilla dedica-da al Corazón de María, comenzaron a recorrer el territorio del país predicando misiones al pueblo y ejercicios espiritua-les a toda clase de grupos. Aunque su llegada a territorio argentino había sido por propia iniciativa, luego recibieron la invitación de varios obispos que los querían en sus dió-cesis para esa misma tarea.

NUEVA PROVINCIA: ARGENTINA

1901: Así llegaron los claretianos a la Argentina

Primera casa que habitó la comunidad (en Punta Alta ) Bahía Blanca en 1908.

Continúa >>

En la eucaristía del día final.

Fotos: Archivo.

Rosario. Rosario.

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Una rápida expansión

Por eso, en el lapso de los diez primeros años, los misio-neros debieron establecer otras once comunidades, entre Argentina y Uruguay. Es que, en la visión del segundo supe-rior, P. Zacarías Iglesias, era importante “tomar posiciones” mediante casas-misión o centros desde donde desplazarse por doquier con vistas a la evangelización popular en todo el territorio.

Estas casas-misión, a su vez, contaron desde muy pron-to con templos dedicados al Corazón de María, que miraban al cultivo de la vida cristiana del pueblo mediante la predi-cación, la catequesis, los sacramentos y la promoción de asociaciones de clara proyección apostólica y social. Desde la segunda década del siglo estos templos irían pasando a ser también sedes de parroquias.

Al estilo de Claret

Tratando de dar un aporte en un terreno que los obis-pos locales consideraban muy necesitado, y siguiendo la experiencia del P. Fundador, aquellos misioneros comenza-ron pronto, aunque modestamente, a valerse de los medios de comunicación para la obra evangelizadora: publicación y distribución de hojas dominicales, opúsculos y libros de alcance popular, a los que acompañaron poco después dos revistas que, en Buenos Aires y en Montevideo, expresaron

su sintonía temática caracterizada por lo mariano, lo popu-lar y lo misionero. Andando el tiempo, todo esto llevaría al nacimiento de la Obra de la Buena Prensa y, más tarde, de la Editorial Claretiana.

Urgencias de la época

La presencia en el campo de la educación era otra de las urgencias que, en tiempos de fuerte laicización y de escasa alfabetización, la iglesia argentina percibía en los inicios del siglo. La formación de los obreros estaba también entre los propósitos fundacionales de los Círculos Católicos de Obre-ros, que tuvieron entonces un importante desarrollo en el país. En esa misma línea se colocaba el compromiso de varias comunidades de los misioneros que determinaron la apertura de escuelas nocturnas para adultos, cuyos servi-cios se extenderían por algunas décadas. Más lentamente, y comenzando por el Colegio Corazón de María de Córdo-ba (1910), se iría dando también la implicación en la ense-ñanza primaria y secundaria.

Sería en los inicios de los años veinte cuando la provin-cia argentina de los misioneros claretianos comenzó a abrir sus centros de acogida vocacional o postulantados, y desde ahí, a desarrollar en el territorio las etapas subsiguientes de la formación para la vida misionera de personal autóctono.

Gustavo Alonso, cmf.

NUEVA PROVINCIA: ARGENTINA

Antigua capilla Rosario, Argentina. Altar. 1920.

Misión 1951, Bahía Blanca.

Llegada de la Virgen al nuevo templo en Fátima, Uruguay.

Entrando al terreno de Pocitos. Año 1951.

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Cuando tres meses después pudie-ron habitar una humilde y destartala-da casita propia, organizaron la vida comunitaria y salieron por todos los rincones del valle central del país a predicar misiones al pueblo necesita-do de la Palabra tanto como de pan y de esperanzas.

Tres años después ya se instaba otra comunidad, en La Serena. Siete años más tarde ya estaban en Valpa-raíso y Curicó. Y desde esa semilla que ya se convertía en brote, la congrega-ción se extendió en ramajes frondosos por todo el continente. t

Chile: histórico salto “al otro mundo”

Los primeros claretianos llegaron a Chile en el vapor Magallanes, que ancló en Valparaíso, puerto principal, a mitad de enero de 1870. Era el primer salto de los misioneros desde Europa “al otro mundo”. Al otro lado del mar, el P. Claret lo supo y se le esponjó el corazón de gozo: sus hijos estaban pisando tierras de América, allí donde paisajes y pueblos eran “viña joven” para la vendimia del Reino de Dios.

Al amanecer del 21 de enero, con un cielo sereno y el sol apareciendo tras la cordillera de nieves, llegaron a la ciudad capital. Santiago recibió al

grupo de siete misioneros con el letar-go de su estilo campestre, sus ace-quias a tajo abierto, su alameda ya sin álamos pero con arboledas umbrosas.

La primera comunidad se insta-ló por unos meses en una casa ofreci-da por el cura Santiago de la Peña en la calle del Dieciocho. Sus integran-tes eran: Pablo Valier (36 años y con el título pomposo de “provincial de América meridional”); Marcos Domín-guez (43, el “viejo del grupo); José Coma (28); Jaime Heras (38); Santiago Sánchez (32); Miguel Baró (40), y José Escriú (23).

NUEVA PROVINCIA: CHILE

Tercer grupo de misioneros llegados a Chile, en 1873. Interior Basílica Corazón de María en Zenteno.

P. Vallier. Basílica Corazón de María de Santiago.

Agustín Cabré Rufatt, cmf

Fotos: Archivo.

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Dicen que el tiempo se detuvo en las alturas de la meseta andina donde vivían los “omahuacas”. Por esas tie-rras andan ahora las fronteras de Boli-via y Argentina. Ahí permanece, sere-na como su cielo y agreste como sus montes, la Quebrada del Río Grande de Jujuy que se conoce como Huma-huaca.

Ahí llegaron un día los claretianos, no a la caza de oros perdidos ni llevan-do espadas de muerte. Traían la cruz al pecho, el cantar de Andalucía y el anuncio del Evangelio para esos pue-blos remotos.

Fue en 1967, cuando se aceptó la Misión de Humahuaca como territo-rio a cargo de los claretianos de Béti-ca, España.

En pocos meses comenzaron los preparativos para poner en marcha esta nueva empresa evangelizadora, y en junio de 1968 lle-garon a Humahuaca los primeros misioneros: José Mª Már-quez, Tobías Martín y José Marrero.

A lo largo de más de 40 años han sido cerca de 50 los claretianos de Bética que han prestado o siguen prestan-do su servicio misionero en esta iglesia. De entre ellos, dos han sido los pastores que han guiado y siguen guiando esta

parte de la Iglesia que es la Prelatu-ra de Humahuaca: los padres José Mª Márquez Bernal, obispo desde 1973 hasta 1991, y Pedro Olmedo Rivero, obispo desde 1993.

La opción por los más pobres, el trabajo misionero evangelizador en condiciones muy duras, los esfuer-zos por la implantación de una igle-sia autóctona, la formación del lai-cado, la lucha por la justicia, la pro-moción social, el respeto y promo-ción de la propia identidad cultural, la misión compartida… han sido y son las señas de identidad que han estado presentes en el trabajo evangelizador de nuestros hermanos en la Misión humahuaqueña.

No menos importante ha sido el testimonio de fe, entrega, comunión, trabajo en equipo, vida misionera y

santidad que han dado los misioneros que han pasado por la Misión. Algunos de ellos, ya en la Casa del Padre, tan que-ridos y venerados por el pueblo sencillo como los padres José Mª Márquez, Tobías Martín, Manuel Santiago, Domin-go Condado, José Marrero…

Sobre un texto del P. Félix Martínez, cmf.

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NUEVA PROVINCIA: HUMAHUACA

Humahuaca: el Evangelio en las alturas andinas

Mons. Márquez.

Iglesia Yoscaba.

Fotos: Archivo.

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Paraguay: De la confusión de lenguas al despliegue vocacional

Seis misioneros claretianos llega-ron en enero de 1979 a la noble tierra paraguaya. Todos jóvenes, ilusiona-dos, comprometidos con la evangeli-zación de los pueblos que esperaban siembra de buenas noticias. Venían desde las orillas zaragozanas del río Ebro, donde la Virgen del Pilar tiene su casa, y el barrio típico de El Tubo reúne a turistas y “maños” locales que andan degustando buenas “tapas”.

Los claretianos de Aragón funda-ban así posición misionera en Para-guay. Y fue en Yhu, zona yerbatera, agrícola, maderera y de cultivos de algodón, donde se levantó la primera comunidad. Y se encontraron también con la primera dificultad: los aragone-ses, que hablaban en abundancia un castizo idioma castellano y se defen-dían en su propia y antiquísima len-gua aragonesa (en la que, por ejem-plo,. “a plebiu y ya esta xuta la carrera” quiere decir que ha llovido y ya está seca la calle) chocaron con el idio-ma guaraní que hablaba el 70% de la población.

Los misioneros tuvieron que hacer muchas gárgaras con jugo de guaya-ba para proclamar el lema de la pri-mera visita a las comunidades huma-nas de la región: “Ñandejara ñane renoi

jajapo haguá la comunidad cristiana ijespíritupe” (“El Señor nos reúne para construir la comunidad cristiana por medio de su espíritu”).

Pero vencieron todos los obstá-culos. En su programa priorizaron la catequesis, la formación de comuni-dades, el mejor conocimiento de la realidad, el problema de la tenencia de la tierra, la religiosidad popular, los problemas de higiene, salud, educa-ción… Todo un plan de evangeliza-ción integral.

Hoy, esa es la zona del sur de Amé-rica que está fructificando en mayor grado las vocaciones misioneras. t

NUEVA PROVINCIA: PARAGUAY

Llegada de los misioneros claretianos a Paraguay. Recorrido Virgen Caacupe - Bellavista en 1980.Misión joven Yhú 1987.

Iglesia de Yhú en 1980.

Pascua joven en Pirayu en 1989.

Agustín Cabré Rufatt, cmf

Fotos: Archivo.

20 MÁRTIRES DE BARBASTRO

El testimonio martirial de los 51 de Barbastro

La congregación claretiana conmemora en agosto de este año el 75º aniversario

de una de sus glorias máximas en sus 162 años de vida: el extraordinario testimonio protagonizado por todos los miembros de

un seminario claretiano español, quienes, en medio de las mayores barbaries desplegadas

en una guerra fratricida, no titubearon en ofrecer su pecho a las balas antes que

apostatar de su fe y su condición de religiosos.

Docientos setenta mártires claretianos

El testimonio martirial de Barbas-tro fue brindado en los comienzos de la llamada Revolución o Guerra Civil Española, atroz enfrentamiento fra-tricida que entre los años 1936 al ‘39 asoló a la península hispánica totali-zando más de un millón de muertos. Fue el preámbulo de la Segunda Gue-rra Mundial.

21MÁRTIRES DE BARBASTRO

Tan feroz conflicto tuvo su origen más próximo en la etapa turbulenta que España vivía desde que en 1931 la monarquía histórica fue sustituida por un sistema de gobierno republica-no con acentuado signo izquierdista. Se abrió así un período de creciente inestabilidad y enfrentamiento social. Pero aun hoy los analistas no logran explicarse cabalmente la saña antirre-ligiosa de 1936.

Su detonante estalló el 17 de julio de ese año, cuando el general Francis-co Franco —triunfador tres años des-pués y luego dictador por otros 36— se alzó contra la república izquierdis-ta. El país quedó dividido en dos. En el sector republicano se culpó a la Iglesia de complicidad en el golpe. De inme-diato se inició la persecución, en la que serían asesinados 6.832 consagra-dos, entre obispos, sacerdotes y reli-giosos/as, por el mero hecho de serlo.

La congregación claretiana fue la más golpeada de todas, totalizando 270 mártires.

El emblemático testimonio de Bar-bastro no es así el único. Aparte de sus 51 mártires, ya beatificados, se encuentran en proceso similar otros 132 claretianos victimados en diversas localidades a lo largo del conflicto. De los restantes 87 faltan aún anteceden-tes por recopilar.

Resistencia heroica

En Barbastro, ciudad del histórico reino y hoy comunidad autónoma de Aragón, tenía su sede uno de los más importantes y tradicionales seminarios de la congregación claretiana.

El 20 de julio de 1936, a 3 días del alzamiento franquista y con el país ali-neado en dos bandos irreconciliables, el seminario fue allanado, y sus semina-ristas y formadores fueron recluidos en

el salón de actos de un colegio confis-cado a los religiosos escolapios.

Salvo algunos extranjeros liberados luego por presiones de sus gobier-nos, los restantes 51 permanecerían allí hasta su muerte.

Sobrevivieron entre tanto en con-diciones deplorables: hacinados; dur-miento tirados en el suelo; con un míni-mo de alimentos y agua para beber en lo más tórrido del verano; sin asearse ni cambiar de ropa.

Sometidos a constantes vejámenes, presiones y amenazas, se les expuso varias veces a los típicos simulacros de fusilamiento. Cambiando luego de tác-ticas se les ofrecía libertad y salvocon-ductos si renegaban de su hábito o pisoteaban el Cristo.

Nada de eso dio resultado. Tampo-co lo obtuvieron prostitutas semindes-nudas introducidas para provocarlos.

Sabedores de que les esperaba la muerte, los misioneros pasaban el tiempo entre oraciones, reflexiones comunitarias y cánticos. No perdieron oportunidad de manifestar sus senti-mientos. En las murallas, bajo las sillas y en cuanto papel cayó en sus manos, fueron dejando constancia de su caris-ma martirial: entregaban gozosos la vida por Cristo, por el corazón de su Madre, por su querida congregación, por la redención de su patria y del mundo. Y en especial, perdonaban a sus asesinos. Varios de estos preciosos documentos lograron sortear la férrea vigilancia y se conservan hoy en el museo especial que junto a su mauso-leo guarda su memoria en el exsemi-nario martirial de Barbastro.

Del horror a la gloria

En inútil afán por acobardarlos, los verdugos los fueron sacando por gru-pos en diferentes fechas, para asesi-narlos en las afueras del pueblo, desde

donde los sobrevivientes escucharan las descargas.

El 2 de agosto acribillaron al supe-rior, padre Felipe de Jesús Munárriz, a otros sacerdotes y a seglares del pue-blo. Con el obispo de la diócesis, don Florentino Asensio Barroso, se ensaña-ron en forma horripilante. Tras cortarle a sangre fría los testículos y hacer escar-nio con ellos en el pueblo, le cosieron la herida como a un saco, lo dejaron sufrir así por largas horas, y luego de dispa-rarle lo hicieron agonizar por otras tan-tas antes de darle el tiro de gracia.

Seis de los restantes formadores y seminaristas claretianos fueron marti-rizados el 12 de agosto; otros 20 al día siguientes ; igual número el 15, día de la Asunción, y los dos últimos el día 18.

Ninguno retrocedió ante las balas, que todos enfrentaron entre vítores, aclamaciones y cánticos religiosos.

Tenían en su mayoría entre 21 y 25 años. Muchos habían soñado con misionar en los extremos el mundo; otros, con dedicarse a las misiones populares o al servicio de los margina-dos. Pero murieron seguros de que su martirio daría a su querida congrega-ción un nuevo vigor.

Los 51 Mártires de Barbastro fue-ron beatificados por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992. Su memoria anual se recuerda el 13 de agosto. El mismo venerado pontífice había beatificado al obispo Asensio el 4 de mayo de 1977.

Entre tanto el testimonio heroi-co de otros miles de pastores, religio-sos y laicos que entregaron sus vidas durante el conflicto hispano en supre-mo acto de fidelidad cristiana, es toda-vía un capítulo por cerrar. La mayor parte de sus protagonistas son aún “soldados desconocidos” ante el pue-blo cristiano. t

Alfredo Barahona Zuleta

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Por: José Agustín Cabré Rufatt

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Tapados de cenizas, pero ¿quién nos quita lo “bailao”?

Drama y solidaridad en la Patagonia argentina:

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“No se puede creer. ¡Es impresionante! El paisaje es tris-te, de estepa, hay sequía y cenizas por doquier. La situación es grave… y de consecuencias insospechadas”.

Así comenzaba el angustioso relato que hacía a sus ami-gos de la red social Facebook el misionero claretiano Fran-cisco Chmelar frente a la complicadísima situación que por entonces debían enfrentar los habitantes de la localidad Ingeniero Jacobacci, ubicada en la Patagonia argentina.

El 4 de junio anterior el volcán Puyehue, situado en el cordón Caulle (territorio andino chileno), entró en erup-ción. Las delirantes imágenes que lanzó la televisión mos-traron la catástrofe natural en toda su desbordante expre-sión. En las horas posteriores una inmensa nube de cenizas volcánicas se elevaba por el cielo, para dejar caer en todos los poblados de los alrededores un polvo gris y mortífero.

Este recorrió los cielos por casi dos mil kilómetros, lle-gando hasta el océano Atlántico. Los habitantes de gran-des zonas patagónicas eran evacuados; la agricultura sufría uno de los episodios más nefastos de su historia, y la gana-dería lidiaba por sobrevivir en un paisaje funesto que se vis-tió de gris y dolor.

Esta dantesca situación, sumada a la fuerza de la peque-ña comunidad claretiana, conmovía en el relato de Francis-co en Facebook:

Esta ceniza, “como si se tratara de cristales en suspensión, afecta las vías respiratorias, los oídos, y está en todos los rincones de las casas, de las máquinas y de los alimen-tos… Ni se sabe aún qué será de nosotros. Lo que sí sabemos es que estamos para dar la vida”.

Solidaridad versus maledicencia

Cuando se opta por la vida, el camino es desafiar la emergencia. Y así lo hicieron. El pueblo de Jacobacci necesitaba gente decidida y dispuesta a ofrecer su solida-ridad en medio de la crisis y el desconcierto. Y los misione-ros se involucraron junto a numerosos hermanos en misión compartida: comunidades, docentes, alumnos, otras igle-sias y miembros de todos los partidos.

Sin embargo, hubo dificultades y malas interpretacio-nes del trabajo realizado. Fueron acusados de estar reali-zando una campaña política a favor de uno de los partidos en tiempo de elecciones, y hubo ataques al cura párroco y a la Iglesia Católica.“Nos quisieron dejar mal parados delan-te del pueblo, pero, a la inversa, quedamos en una situación mejor que siempre” , señala el P. Francisco.

¡¡ YA ESTá DISPONIBLE !!

Diario Bíblico 2012

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Tapados de cenizas, pero ¿quién nos quita lo “bailao”?

Pese a los malos presagios, la gente se sumó dando a la parroquia un apoyo impresionante, lo que hizo crecer la credibilidad, por la organización que se dieron, por la forma del trabajo realiza-do y por su trasparencia.

Felices, aunque muertos de frío

Siempre se mantuvieron unidos, porque el fuego del Espíritu fue ilumi-nando sus acciones. De allí que su rela-to por Internet concluyera tan hermo-samente: “Nos sentimos tranquilos; lle-nos de ceniza, pero unidos a la gente, reflexionando la realidad desde la Pala-

Viene de la pág. anterior >> bra y trabajando codo a codo entre todos, porque se trata de una “conducta”, asumiendo la res-ponsabilidad de ponerle el pecho a la crisis, con solida-ridad, organización y justicia social tan largamente espera-da”.

Desde que el padre Francisco escribió, relatando lo acontecido, a sus amigos de la red social, han trascurrido varias semanas. En un correo que hizo llegar recientemente a TELAR se perci-be la emoción y la alegría actual:

-Amigos: les escribo desde un cyber, y se aprecia que el teclado se traba...

Y bueno, la ceniza aún echa a perder todo.

Pero les daré una her-mosa noticia: ano-che nevó. Sí; cayeron como cuatro centí-

metros de nieve. Hace siglos que la esperába-

mos. Es poca, pero es algo. La ceniza quedó tapada, salió el sol y

recuperamos un paisaje fenómeno. Esta-mos felices, aunque muertos de frío. Para mañana nos anuncian una mínima de diez grados bajo cero y una máxima de apenas cuatro sobre cero. No importa. Si hace frío danzaremos, y ¿quién nos qui-tará lo bailao?. t

Silvia Yermani V.

Drama y solidaridad en la Patagonia argentina: