tecnologÍa aplicada a la investigaciÓn...

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Complutum Extra, 6 (II), 1996: 77-88 TECNOLOGÍA APLICADA A LA INVESTIGACIÓN - MUSEOGRÁFICA CAPTACIÓN DE IMÁGENES, CATALOGACIÓN INFORMATIZADA Y AUTENTIFICACLÓN DE PIEZAS (DOS EJEMPLOS DEL MUSEO DE AMÉRICA) t Luis Ramos Gómez *, Concepción Blasco Bosqued* t Concepción García Sáiz * ** RssuMxzv.- En la primera parte del trabajo se da cuenta de la elaboración de un catálogo informatizado aplicado a la colección de keros y pajchas del Museo de América de Madn’d que copista de una base de datos alfanumérica y de un fichero de imágenes interrelacionables. Se trata de un sistema que puede ser aplicado a cualquier otra colección museográfica. facilitando su gestión e investigación. En la segunda parte, se ofrecen los resultados de unos análisis de Ti aplicada a la autentificación. Esta analitica ha permitido corregir o con- firmaría datación de piezas antiguas asi como detectar algunas falsificaciones. Aamuci-. - Tite first pan of tite work describes the production of a computerised catalogue applied to the collection ofkeros and pajchas in tire Madrid ,Vluseum of Amen cas. It izas un alphanumenic dato base atid afi- le of images which can be corre/alee? Mit)> it It is a system which could be applied to any otiter museographic collection, factlitating management ene? researciz. The second pan gives tite results of some TI analysis app¡ied to autitentication. Titis analysis has mar/e it possible to correct or to confirm tite date of ancient pieces and to detecí tite existente of a number offorgeries. P,&4ms~s Ci~vx: Museografia, Catalogación informatizada, TL Autentficación. ¡<sí Wo,ws: Museographv, Computenised caíalogning, TL Autitentication. Durante más de diez años, entre los que se cuentan los tres que el Profesor Manuel Fernández- Miranda estuvo en la Dirección General de Bellas Artes, el Ministerio de Cultura dedicó parte de sus recursos a la remodelación del Museo de América, que finalmente —como se había previsto en 1941— pasó a ocupar la totalidad del edificio donde radica- ba, al recuperar los espacios perdidos en favor del Instituto Central de Conservación y Restauración, la Escuela de Restauración, el Museo de Reproduccio- nes Artisticas y la Parroquia Universitaria. Como es lógico suponer, la ampliación de espacio estuvo acompañada de una remodelación y reorganización total del centro, que desde entonces cuenta con más y mejores salas de exposición y con locales y servicios más acordes con las nuevas ideas de conservación y restauración del patrimonio, admi- nistración, investigación y divulgación; entre lo se- fialado creemos que debe resaltarse una mejora sus- tancial en servicios tan fljndamentales como restau- ración, biblioteca y documentación, y la puesta en marcha de un departamento de difusión que cuenta con aulas y un moderno salón de actos, espacios des- tinados a dar cobijo a una serie de actividades enca- minadas a difundir no sólo los fondos que guarda la institución, sino también todos aquellos temas rela- cionados con el acervo cultural americano. El patrimonio que custodia el Museo no es el que podríamos calificar como «usual», ya que cl núcleo principal de sus fondos procede de remisiones de época colonial o del siglo XIX y de donaciones y compras de colecciones privadas cuya formación es dificil de rastrear; estas particularidades no sólo ha- cen que la procedencia y el contexto de las piezas sean poco firmes, sino que su autenticidad deba com- probarse con un exhaustivo examen de los objetos. A * Departamento de Historia de América II. Universidad Complutense. Ciudad Universitaria, sin. 28040 Madrid. Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad Autónoma. Cantoblanco. 28049 Madrid. ~ Museo de América. Av. Reyes Católicos 6. 28040 Madrid. Biblioteca de la Red Española de Historia y Arqueología www.historiayarqueologia.com

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ComplutumExtra, 6(II), 1996: 77-88

TECNOLOGÍA APLICADA A LA INVESTIGACIÓN- MUSEOGRÁFICA

CAPTACIÓN DE IMÁGENES, CATALOGACIÓN INFORMATIZADA YAUTENTIFICACLÓN DE PIEZAS (DOS EJEMPLOS DEL MUSEO DE AMÉRICA)t

LuisRamosGómez*, ConcepciónBlasco Bosqued*t ConcepciónGarcía Sáiz* * *

RssuMxzv.-En la primera parte deltrabajo seda cuentade la elaboraciónde un catálogoinformatizadoaplicadoa la colección dekerosy pajchasdelMuseodeAméricade Madn’d quecopista de una base dedatosalfanuméricayde unficherode imágenes interrelacionables. Se trata deun sistema quepuedeseraplicadoacualquierotra colecciónmuseográfica.facilitando su gestión einvestigación.Enla segunda parte, seofrecenlos resultadosdeunos análisis de Ti aplicada ala autentificación. Esta analiticaha permitidocorregir o con-firmaría datacióndepiezasantiguas asi como detectar algunasfalsificaciones.

Aamuci-.- Tite first panof tite work describestheproduction of a computerised catalogue appliedto thecollectionofkerosandpajchasin tire Madrid ,VluseumofAmencas. It izas un alphanumenic dato base atidafi-le ofimages which can becorre/alee?Mit)> it It is a systemwhich couldbe appliedto anyotiter museographiccollection,factlitating managementene?researciz.Thesecondpangivestite resultsofsomeTI analysisapp¡iedto autitentication. Titis analysishasmar/eit possibleto corrector to confirmtite dateof ancient piecesandtodetecítite existenteof a numberofforgeries.

P,&4ms~sCi~vx:Museografia, Catalogacióninformatizada,TL Autentficación.

¡<sí Wo,ws:Museographv,Computenised caíalogning,TL Autitentication.

Durante másde diez años,entre los que secuentan los tres queel ProfesorManuelFernández-Miranda estuvo en la Dirección General deBellasArtes, el Ministerio de Culturadedicó partede susrecursos a la remodelacióndel Museo de América,que finalmente—como se habíaprevisto en 1941—pasó a ocupar la totalidaddel edificio donderadica-ba, al recuperarlos espacios perdidos enfavor delInstituto Central deConservacióny Restauración, laEscuelade Restauración,el Museo de Reproduccio-nes Artisticasy la ParroquiaUniversitaria.

Como es lógico suponer, la ampliación deespacioestuvo acompañadade una remodelaciónyreorganizacióntotal del centro, que desde entoncescuentacon másy mejores salas deexposicióny conlocales y servicios más acordes conlas nuevas ideasde conservacióny restauracióndel patrimonio,admi-nistración,investigacióny divulgación; entre lo se-

fialado creemosque debe resaltarse una mejorasus-tancial enservicios tan fljndamentalescomo restau-ración, biblioteca y documentación,y la puesta enmarchade un departamentode difusión quecuentacon aulasy un modernosalón de actos,espaciosdes-tinados adar cobijo a una serie de actividadesenca-minadas a difundirno sólo los fondos que guarda lainstitución, sino también todos aquellos temasrela-cionados conel acervocultural americano.

El patrimonio que custodia elMuseo no esel que podríamos calificarcomo «usual», ya queclnúcleoprincipal de susfondosprocedede remisionesde épocacolonial o del siglo XIX y de donacionesycomprasde coleccionesprivadascuya formaciónesdificil de rastrear;estasparticularidadesno sólo ha-cen que la procedenciay el contextode las piezasseanpocofirmes, sino que suautenticidaddebacom-probarse conun exhaustivoexamende los objetos.A

* DepartamentodeHistoriadeAméricaII. UniversidadComplutense. CiudadUniversitaria,sin. 28040Madrid.

Departamentode Prehistoriay Arqueología.UniversidadAutónoma.Cantoblanco.28049Madrid.~ Museo de América.Av. ReyesCatólicos6. 28040Madrid.

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estascaracterísticasdelas colecciones,debemos unirla lógicapreocupacióndelos encargadosdecustodiarel patrimoniodel Museopor compaginar la másidó-neaconservaciónde las piezascon lade favorecer suinvestigación,equilibrio quees particularmentedeli-cadocuandola indispensablemanipulaciónque re-quiere la observacióny estudio directo delobjetopuedeafectar a su preservación, porestaréstetotal oparcialmenterealizadocon materiales degradablesode fácil deterioro.

Estos doselementos: la correctacataloga-ción de las piezasy la necesidad deconservarsinobstrnir la investigación, son aspectos paracuyo lo-gro no deben escatimarse esfuerzos y que nos vienenpreocupandodesde hacetiempo. Comoconsecuenciade ello, hace años queuno de nosotros inició unaIi-neade trabajo relacionada con elprimer campo,co-mo es lafechacióny autentificación portermolumí-niscencia2—cuyas posibilidadescreemosqueno hansido aprovechadasconvenientementepor las diversasescalasde los responsablesdel patrimonio—,encon-trándonoslos firmantesactualmente trabajando enelsegundo, en concreto en la catalogacióny captacióninformatizadade las imágenes delas piezas.

1. LA CATALOGACION Y CAPTA-CIÓN INFORMATIZADA DE LASIMÁGENES DE LAS PIEZAS.LOS «¡<EROS»Y LAS «PAJCHÁ5»DEL MUSEO DE AMÉRICA

En un momento en el que la tecnologíaofre-ce ya grandes posibilidades yventajas,una de lasasignaturaspendientesen la mayoríade los museosespañolessigue siendola catalogacióny la captacióninformatizadade las imágenesde las piezasque cus-todian, especialmente las deaquéllascuyo manejoacarreaun grave riesgo para suconservación.Evi-dentemente anadiese le escapa que la catalogacióninformatizadade los fondosde un museo,entreotrasmuchasventajas—como las de evitar el deterioro yextravíode las fichas— permiteunaordenaday con-tinua puestaal dia de los inventarios por laposibili-dad de unaactualizaciónconstante,y facilita un ac-ceso rápido a losdatos y a los fondos,ahorrandotiempoy esfuerzo tanto alpersonalfacultativocomoa los investigadores;pero generalmentenos hemosquedado amedio camino, ya queparece que bastatrasladara una basede datoslo que antesse escribíaen papel,olvidando que es necesario asociarlas imá-genes de la piezaa sufichainformatizada.

Li. La selecciónde la coleccióny el problemade la reproducción de la decoración de laspiezas

La preocupación por la conservaciónde losobjetosy por la tecnología aplicada a la museografia,así como la experienciade alguno de nosotros en lacaptacióny digitalización deimágenes,fueron lacausa de que nos planteásemos la posibilidaddeaportar alguna solución a la problemática antesapuntada.Parala realizacióndel trabajo, tomamoscomobase una seriede piezasdel Museode Américade Madrid, en concreto los keros y pajchas colo-niales3fabricados en madera,cuyo largo uso ylas re-paraciones sufridas «envida» hancausadoimportan-tes desperfectos en muchas de ellas,especialmenteensu decoración, que esla mejor muestra dela icono-grafía del mundo indígena andino de aquelmomen-to; efectivamente,la ornamentaciónde estas piezasha sufridoparticularmentepor ocuparla cara externade sus paredesy haberserealizado rellenando conpintura los espacios creadosen la madera medianteexcisioneso incisiones.

El material nospareció idóneopara nuestrotrabajo no sólo por el tamaflo de la colección —76piezas—y por su interés cultural, sino también porelriesgo que paralos recipientessuponiasu manipula-ción, absolutamentenecesariapara poder reproducirsudecoración.Si el acceder a ellaera imprescindibleno sólo parael estudio deJapieza en sí misma, sinotambién paraaproximarnosa la mentalidad desusautoresy usuarios, sin embargola realizaciónmate-rial de esa laborno era fácil. Efectivamente,por unlado resultaba imposibleabarcarel conjunto de la de-coración con unsolo golpe de vistao con unasolafo-to, al desarrollarse aquélla sobre la totalidado buenapartede la cara externa deestaspiezas;y, por otro, elmaterial en el que están hechoslos kerosy pajchas,suscomplejasformas y las irregularidadesde su su-perficie, no permitíanla ejecuciónde calcosdirectos,sino sólo de copiasa mano alzada4,cuyos erroreseinexactitudesse acrecentaban en esta ocasión por ladificil comprensión demuchos motivosdado suesta-do de conservación.

Estosproblemasse solventaron gracias a laprofesionalidad del fotógrafo Don Tomás Antelo,quien realizóun completo registrode las piezasfoto-grafiándolas desdetodos los ángulos necesarios,yhaciendo también tomas de detalle cuando parecióoportuno. De este material debemosdestacarel co-rrespondiente ala obtencióndel desarrollode las de-coraciones,que se realizó haciendogirar la pieza yfotografiándola desde un puntofijo, de forma que lasecuencia obtenida abarcasela totalidadde sudeco-

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Lámina 1.- Desarrollofoto&áfleo dc la decoracióndel kcro núnlero7524 del inventario generaldel Museo de América de Madrid.

ración; estas tomasse unieronlateralmente unasconotras (Lámina1). con lo quese consiguió reproducirla ornamentaciónde la vasija sin tenerquedependerde la mayoro menor exactitudde un calco realizadoa manoalzada,ventaja a la que debemosunir la depoderapreciarel colorido original y el estadode con-servaciónde los motivos,asi como detallesde surea-lización. El montaje de algunasde estastomaspar-ciales presentó un problema queno hemospodidoso-lucionar, puesal estarla superficie dela piezacurva-da ensentidovertical y horizontal, nosresultó impo-sible trasformarlaen unasuperficieplana; esteesco-lío se resolvió reduplicando minimamente algunosmotivos, pararespetaral máximo eldiseñooriginal.

12. La realizaciónde lacatalogacióny

captación informatizada de las imágenesde los keros y pajchas coloniales

Para efectuarel catálogo informatizadode lacolecciónde kerosy pajchas, realizamos dosficherosclaramente diferenciadosque pudiesen serutilizadosde manera independientco entrelazarse; el primeroes una basede datos alfanuméricaen la que se hanincluido los campos que nos interesaban delinventa-no de los fondosdel Musco de América5,y el segun-do es el correspondiente alas imágenes delos kerosypajchas.La base dedatosseconfeccionóinicialmenteen el programa DBASEIV, versión 1.5, que eraelseleccionadopor el Museo pararealizarel «inventa-rio general»de sus fondos, pero la exportamos alprogramaACCESS poradaptarsemejor a nuestrasnecesidades.

Los archivos de imágenesse han realizadorasterizandocon escanerde mesalas fotografíasdelas piezas,almacenándolasen formato TIFFno sóloen disco duro, endiskettesde ~‘~2 UD —una imagenpor diskette—y en cinta DAT (Baenael al. 1994:

161-162). sino también enCDRom, soporteéste quecreemosseráel que el personalde los museosy losinvestigadoresutilizarán normalmente, dadas susventajas.Efectivamente,el CDRomes elsistemamásextendido en losequipos multimedia, los discostie-nen capacidad suficiente para guardar en ellosgrancantidadde información—en uno sólo hemosalma-cenado los 254 megas correspondientes alas 153imágenes comprimidas dclas 76 piezas de estacolec-ción— y lo en él grabado no puedealterarseni vo-luntariamenteni por descuidosi no se incorporaungrabador; en estesoporte.y para conjugarla buenacalidadde las imágenes con laoperatividaddel pro-grama,las fotografias de las piezasse han grabadocon una resolución de300 puntos por pulgaday 256colores,salvo enel casode algunos desarrollosdeco-rativos de grantamaño,que se han introducidoa 250puntos por pulgadapara reducir el volumendel ar-chivo yasí hacermásrápidala manipulación.

Estos dos ficheros:el de la basede datosy elde imágenes,estáninterrelacionadosentresí< defor-ma que una vez situados en la fichacorrespondientea la pieza quedeseaestudiarse,se selecciona elco-mando IMAGEN para obtenerel listado delas fotos,así como la enumeraciónde las clavescorrespon-dientes alas característicasde esasimágenes7;al ac-tivarse el número dela seleccionada,ésta —yades-comprimida— aparece automáticamente enpantallaen el programaALDUS PHOTOSTYLER,que hasi-do el quese ha adaptadomejor a nuestrasnecesida-des, si bienexistela posibilidadde obtenerla sinnin-gún problemaen otros programascomo Photofínisho Photoshop.Una vez enpantallala correspondienteimagen, podemosmanejarlaa nuestraconvenienciautilizando las ventajas que ofrecen este tipo depro-gramas,como sonel efectuarzoomsparaampliarde-terminados detalleso figuras, realzar bordes paradestacarperfiles algodesdibujados,modificar colo-res, etc.,pudiendo almacenar la imagen—modifica-da o sin modificar— enel disco duro, en cinta datoendiskettes.así como imprimirla.

El equipo recomendablepara el manejodelas fichas informatizadasy su correspondienteima-gen es —en octubre de1995— un ordenadorperso-nal con procesador PENTIUM con un minimo de16Mbytes de memoria RAMy disco duro de 850 Mby-tes, con tarjetagráfica SVGA de 2 Mbytesy sistemaWindows.El equipodebede contar con una diskette-ra paradiskettesde 3’/~ de alta densidady lector deCDRom, así como con un monitor de al menos15’para visualizar convenientementelas imágenes.También esnecesariauna impresoralaser color parapasarlas apapel.

Evidentementeel procedimiento descritoes

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aplicable a cualquier colecciónde cualquiermuseo,yseriadeseablequelas distintasescalasde losrespon-sablesde nuestropatrimoniodiesenlos pasosnecesa-ñosparaaplicar éstau otraspropuestasencaminadasa salvaguardarlos fondos de nuestrosmuseosal mis-mo tiempo que a aumentar sudisponibilidady difu-sión. Efectivamente,la catalogación informatizadapermitiráal personalde estoscentrosrealizarsu tra-bajo con mucho menorcostoparadios y para la con-servación delas piezas, viéndose su labor aún másfavorecidacuandolos distintosmuseosesténinterco-nectados; por otra parte. conestosprocedimientossefacilitan las tareas de los investigadores almismotiempo quese preservanmejor las piezas,puesaun-queseguirásiendonecesarioel manejoy la visión di-recta delos objetos,buenapartcdcl trabajo —alme-nosdcl iconográfico— podrá realizarsesobre imáge-nes informatizadas; por último,las exposicionesper-nianenteso temporalesseverán enriquecidasno sólopor podersemostrarpiezas que fisicamentese en-cuentranen otrolugar, sino porqueel visitante podrárelacionarse activamente con ellas.

2. LA FECHACION DE LAS PIEZASPOR TERMOLUMINISCENCIA

Otro de los problemas quetiene planteadoelMuseode América es,como antes anticipábamos,elde la fechaciónde algunasde las piezas que formanparte de sus colecciones,pues no sólo puede haberfalsificaciones,sino tambiénfechacioneserróneasde-bidas bien a quese ha tomado como fósil directoruna aparienciaexterna engañosao insuficienteínentccontrastada, biena que se han consideradocomo co-rrectas referencias antiguas que en realidad sonine-xactas.En el casodel Museode América es evidentequeel problema más gravees el de la falsificación depiezas, tanto porque susfondossc nutren de compraso de donacionesen las que,voluntaria o involunta-riamente, hayobjetos falsos,como porque resultaim-posible que quienes debengarantizarla autenticidadde los objetos acierten en el ciento por ciento de loscasos consólo un examen ocular,dadala inmensidady heterogeneidaddel patrimoniodel continenteame-ricanoy la profesionalidadde los falsificadores.

Parasolventar esedoble problema dedetec-tar adscripciones erróneas dc piezasde coleccionesantiguasy de localizarpiezasfalsificadas,hemosde-sarrollado una segunda línea deinvestigación: laaplicación de latermoluminiscenciacomo métododeautentificaciónde materialescerámicos,realizándoselos análisis en el laboratoriode termoluminiscenciade la UniversidadAutónomadeMadrid5.

Esta técnicade aiítentificaciónno suponeuncálculo de la edadabsolutade las piezas. sino sóloaproximada,ya que. por una parte,la medición serealiza con una pequeñacantidadde muestra—me-dida necesariapara evitar el deterioro de la pieza--queno permitedeterminarlas correspondientescan-tidadesde U2>’-2>5, Th2>2 y K’>. y por otra, no es posi-ble comprobarlas característicasdel entornogeológi-co y medioambientalen el que ha estado inmersa lapiezapor sernosdesconocido,o lo que es lo mismo,no es posible calibrar la «dosis anual externa»ra-dioactiva queha recibido el objeto. Por ello, de unanálisis determoluminiscenciade este tipo, lo únicoque puedeaveriguarsees si la dosisde radioactividadadquirida porel objeto es la que correspondería a susupuestaedadsegúnlo calculadoexperimentalmente,puessi aquéllafuesemenor,el objeto seria tantomásmoderno cuantomás bajafuese,y si fuesemayor, su-cederiatodo lo contrario (Arribaset al. 1992:35-38).

Estemétodose experimentóen 1990y 1992—contrastándose algunas muestrasen 1995— en al-gunas piezasdel Museo de América.escogiéndosepara ello variascerámicasandinasque se habíanin-corporado a suscoleccionesen épocasy circunstan-ciasdiversas,y que teóricamente pertenecían tantoalas culturasprehispánicasnazca.huari ~ chimú.co-mo al periodocolonial; las piezas encuestióncorres-ponden alos números5785, 5800, 5829,7700, 7701,8443. 8444,10067. 10774.10778y 10978 dclinven-tario generaldel referidocentro.

21. La autentificación de piezasde la«cultura nazca»

De la culítíra nazca,que tuvo su desarrolloentreel 100-200y el 600 de nuestraera en la costasur del Perú,seleccionamostres piezas (Lámina II)de las quedesconociamosel lugar y circunstanciasdesu hallazgo.así comoel momentoy forma en laquese incorporaronal patrimonioespañol (Blascoy Ra-mos 1980: 9). Estas tres piezas correspondían alosnúmeros5785. 5800y 5829 delos fondosdel Museode América,y habían sido clasificadascomo pertene-cientes ala cultura nazca por dos denosotrosen elestudio publicadoen [991, donde aparecen reseñadascon los números505, 577 y 629 (Blasco y Ramos1991).

Los análisis deTL delas tres piezasfue de-talladamente publicadoen 1992 (Arribas el al. 1992:46-47), demostrándosela autenticidaddc estosobje-tos, si bien las fechasobtenidasles otorgaban unaan-tigliedad mayor a la que se les suponía: lOO-O a.C.La falta de correspondenciaentrela edadsupuestayla obtenidamediaíxle análisis de TL no era cierta-

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Lámina II.- Cerámicas nazcas autentificadas como tales por Tl.

mente alarmante, ya que no se trataba de una data-ción absoluta, sino sólo de una autentificación en laque no había sido posible introducir el dato corres-pondiente a las características de¡ entorno en que sehallaron, siendo factible que la «dosis externa anual»recibida de ese medio fuese mayor a los valores con-siderados estándar, lo que habría provocado un enve-

jecimiento añadido a las piezas. Esta posibilidad se veapoyada por la circunstancia de que muy proba-blemente estos objetos formaron parte de un ajuar fu-nerario y que, por tanto, estuvieron en contacto conmaterial orgánico, cuya dosis de radioactividad es su-perior a los valores medios; además debemos hacernotar que el período en el que las vasijas pudieron es-

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tar en contacto con ese materialdebióde ser muylar-go —posiblemente hastalos años30 o 50 de estesi-gl&—, ya que el climadesérticode la costa surpe-manafavorecela conservaciónde los productosor-gánicos.

2.2. La autentificación de supuestas piezasdel«Horizonte Medio»

Una de las colecciones más importantesdelMuseode Américaes la quelleva el nombre de sure-copilador,el investigador yescritorDon Juan Larrea,quien en1937 la donó al Estadoespañol;entre laspiezas de esta colección,seleccionamoslas corres-pondientes a los números186 y 187, quecorrespon-den a los números8443 y 8444 del InventarioGene-ral del Museo(LáminaIII). Nada sabemosdel lugarni de las circunstanciasdel hallazgo de estas piezas,pues Trimborn yFernándezVega sólo indican en susfichas que procedende la “región de Tiahuanaco”(1935: 66); conrespectoa suclasificación,las inclu-yen en lacultura incaica pues parecen referirse aellas cuandohablandepiezasincas con“una hereda-da reminiscencia tiahuanaquense(1935: 37) y laspublican enel capítulo titulado“recipientescerámi-cos [incas]”. Ningunareferenciaa estasvasijashe-mos encontrado enpublicaciones posterioreshasta1980, cuandoMariano Cuestaeditó su obraArqueo-logia Andina:Perú,en la quelas clasificó como per-tenecientes al“Horizonte Medio. Tiahuanacoide” osimplemente“Horizonte Medio. Tiahuanaco”(1980:161-162,173).

No obstante estas clasificaciones«legitima-doras»,la inspecciónocularde las dospiezasobligaa considerarlassólo como burdasimitacionesde lascerámicas tiahuanacotas,y no comoobjetosdel Hori-zonteMedio o de la culturainca. Aunque un estudiocomparativoentrela tecnología cerámicay la icono-grafía de la pieza y las correspondientesal mundohuari e inca permitiria asentaresta afirmación,otroprocedimientoposiblees el de someter aestosobjetosa un análisis por termoluminiscencia. Estese efectuóen 1990 y fue publicadodetalladamenteen 1992 (A-rribaset al. 1992: 48-49), concluyéndoseentodoslosapartados que“en ningún caso la muestra haabsor-bido la dosis mínima compatible con laedadsupues-ta”, por lo que estábamos antepiezasde producciónreciente;su edadpudo fijarse tentativamentegraciasa “los cálculos aproximadosefectuadospara la vidamedia delpico de TL detectadoa 212 [... que] re-velan que lamisma es del ordende 60 aflos”, lo quesignificará que ambas vasijasse fabricaron en elmo-mentoen el que Juan Larrea estabareuniendosuco-lección:entre1930y 1932 (Larrea 1960:31-32).

23. La autentificacióndepiezasde laculturachimú y de la faciesdenominada«chimú-inca tardía» o colonial

Otro grupode piezas quehemosselecciona-do para su autentificación sonseisvasijas cuyafactu-rae iconografiarespondea la de la costanorteñadelPerú y cuya adscripción temporal oscilabaentreelperiodolambayeque—900 a 1200—, chimú—1200a 1470—,inca —1470 a 1533—y colonial. De nin-gunade las seis piezastenemosdatosfirmes respectoa su procedencia e ingreso enel patrimonioespañol,si biense ha defendido que tresde ellas —lascorres-pondientes alos números7700,7701 y 10978—fue-ron remitidas a la corte en 1765 por el Virrey Ma-nuel Amat y Junyent,apareciendoreseñadasen uninventariofechado tentativamenteen 1775 (CabelloCarro 1989:87, 1991:469-470).

En este inventario publicado por CabelloCarro,se habla de “tres barros en todo igualesa losantecedentes,y del mismoparaje [—no se cita cuales—], con la excepciónde tener algo deguarniciónde hoja deplata”; estas piezas,al igual que otrasenumeradasen el texto, podrian proceder“de lashuacasde los indios del Perú, encontrados ensepul-cros” (1989: 87 y 1991: 470). Si bien algunosinves-tigadorespueden opinar quelas tres piezas queco-mentamos sonlas citadas en el inventariode 1775,nosotroscreemosque a esadescripciónsólo se ajustaa la vasija10978,así como otrosejemplaresdel Mu-seo de América, perono las otras dos piezas delasquevenimosocupándonos;efectivamente,el dato da-do en el inventariode que las vasijastienen“algo deguarnición de hoja deplata” no puede aplicarse alaspiezas7700 y 7701. ya que el trabajo realizadoconesemetalpor unapartesuperalo que seentiendepor«guarnición»y por otra no correspondea una laboren «hoja».En nuestraopinión, por tanto, almenosdosde las trespiezascarecende datos sobresu incor-poraciónal Patrimonio.

De las seis piezas citadas, únicamentehe-mos podidolocalizar la descripciónde dos de ellasen el antiguo «Libro de registro del MuseoArqueo-lógico Nacional» —actualmente en elMuseo deAmérica—, correspondiendo estasvasijas a las pie-zas770010y 7700’. Si biennadasenosdice en elci-tado inventario sobreel lugar y circunstanciasdelhallazgoo sobrela colección a al que pertenecieron,sin embargo enlas antiguasfichas del Museo Ar-queológico se da una opiniónque luego no hemosvisto contempladay que nos haaprecidomuylógica:que las vasijas podian ser anteriores a los elementosde plata quelas complementan,pues se escribió:“Vaso antiguo adornadomodernamente”.

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84 LUIS RAMOS GÓMEZ, CONCEPCIÓN BLASCO BOSQUBD Y CONCEPCIÓN GARCÍA SÁIZ

De las seis vasijas chimús o de tradición chimú seleccionadas, la 10067 permanece inédita, la 10774 sólo ha sido publicada una vez, la 10778 en dos ocasiones atribuyéndosele cronologías muy dis- pares, y las tres restantes -7700, 7701 y 10978- lo han sido por diversos autores en distintos catlogos, y si bien han sido siempre adscritas al periodo colo- nial, el arco cronológico asignado ha sido muy am- plio, pues cubre los siglos XVI, XVII y XVIII.

2.3.1. La pieza 10.067 (Lamina IV. 1) La pieza 10067 del inventario general co-

rresponde a un recipiente de barro negro que repro- duce una cabeza humana realizada por modelado; tanto su acabado, como su técnica de ejecución hacen suponer que pertenece a la cultura Chimú, si bien el ejemplar no ha sido incluido en el estudio y catalogo de la colección del Museo de América (Martínez 1986). La autentificación por termoluminiscencia realizada con la vasija ha confirmado nuestra apre- ciación, ya que su resultado ha sido de 694 f. 216 años antes de 1992, lo que da una fecha para su ela- boración de 1298 d.C. + 216, es decir, dentro de la cronología de la cultura chimú.

Lámina IV. l.- Cerámica chimú autentificada como tal nor Tl

Lamina IV.2.- Ceramica chimú autentificada como tal por Tl

2.3.2. La pieza 10774 (Lamina IV.2) La pieza que corresponde al número 10774

del inventario general es una vasija zoomorfa, en concreto un batracio; ha sido descrita pór Martínez, quien la ha asignado al periodo chimú medio, entre 1200 y 1350 (1986: 304-305, ficha 3 14). Los analisis de autentificación por termoluminiscencia han arro- jado para ella una’ antigüedad de 1247 + 388 anos antes de 1992, lo que equivale a una fecha de elabo- ración en el 745 d.C. t 388, la cual, a pesar del alto margen de aproximación (388 anos), resulta excesi- vamente antigua para la cronología de esta cultura, pero podría encajarkon las dataciones que se están atribuyendo a sus ‘origenes -la facies Lambaye- que-, con una cronología entre los siglos VIII y el XI d.C. Otra posibilidad que debemos contemplar es que, al igual que ocurre con los ejemplares nazcas antes vistos, la pieza haya adquirido una «dosis ex- terna anual» superior a los valores considerados es- tándar, lo que habría provocado un envejecimiento añadido.

2.3.3. La pieza 10778 (Lámina IV.3) La tercera vasiia de este gruuo. la número

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Lámina IV.3.- Cerámica chimú autentificada como tal por Tl

10778, fue publicada en 1980 por Cuesta Domingo como “cerámica coloniae’ o “cerámica hispano-in- dígena” (1980: 397, 444) sin dar razón alguna ni re- ferirse a ella ni en el texto ni en el catalogo. Cierta- mente ni su apariencia formal ni la realización de la decoración abonan tal suposición, por lo que nos pa- rece más acertada, su adscripción al período prehispá- nico, bien a la cultura chimú, como indica Martínez (1986: 428, pieza 718) o al chimú-inca posterior, co- mo se indica en el catalogo Piedras y oro (1988: pie- za IV.4). Ante estas discrepancias, optamos por so- meter a la pieza aun análisis de TL, dando una anti- güedad de 656 + 205 anos antes de 1992, lo que la sima en el 1336 + 205 d.C., fecha perfectamente a- justada a la indicada por Martínez, si bien también se corresponde -aunque de forma más forzada- con lo supuesto en el citado catálogo Piedras y oro.

2.3.4. Las piezas 7700,770l y 10978 (Lámina V. 1 y 2) Caso muy distinto es el de las tres piezas

restantes -10s números 7700, 7701 y 10978-, todas ellas publicadas en varias ocasiones’* y que tienen en común el estar adornadas o complementarse con ele-

mentos de plata. Las dos primeras son dos vasijas an- tropomorfas chimúes en las que se representan a sen- dos personajesI en posición sedente y en las que son visibles las costillas y la columna vertebral así como una serie de bultos en las plantas de los pies, que pa- recen corresponder a papilomas; la pieza 10978, por contra, es la representación modelada de un zapato de tipo europeo. Como indicábamos, estas tres piezas tienen una serie de elementos de plata claramente hispanos, que son sencillos en dos de ellas -la 7700 tiene su gollete cubierto con una tapadera de ese me- tal que se sujeta al asa-puente de la pieza y la 10978 tiene la boca guarnecida con un anillo de plata- y complejos en la tercera. Efectivamente, la pieza 770 1 por una parte tiene un asa de plata que arranca del gollete y finaliza en la espalda del personaje repre- sentado, cuya cabeza está cubierta por un tocado de ese metal que se une al anillo que forra el gollete de la pieza, que también soporta una tapadera; y por otra tiene una vertedera de plata que finaliza en una cabeza zoomorfa y arranca del estómago del persona- je representado.

El primer autor que recogió la existencia de dos de estas tres piezas -en concreto las dos prime- ras- fue Cuesta Domingo, quien las clasificó como “cerámica coloniae’ o “cerámica hispano-indígena” (1980: 397, 444) sin dar razón alguna ni referirse a ellas ni en el texto ni en el catalogo. La primera des- cripción y adscripción fundamentada de estas vasijas la realizó uno de nosotros en 1983 (García Sáiz 1983: 13-14) cuando las fechó en el siglo XVIII dentro de la tradición chimú, al considerar que ésta perduraba hasta entonces; la hipótesis se basaba no sólo en las características estilísticas del trabajo en cerámica, sino sobre todo en el de la plata, que ade- más de la composición general, tenía elementos in- discutiblemente hispanos, como la técnica decorativa del nielado de la pieza 770014 o detalles ornamentales como el asa o la venera de la tapa de la pieza 770 1.

Desde entonces, ninguno de los autores que se han ocupado de estos tres recipientes ha tenido du- da en cuanto a su a@ipción, pues todos loshan si- tuado en el período colonial de la costa norte del Pe- rú, viendo en ellos, además de elementos españoles, pervivencias de la tradición cerámica prehispánica del área, es decir, de la cultura chimú sola o influen- ciada por la inca15. A esa conclusión han conducido por una parte la valoración de elementos indígenas como la característica coloración negra, el acabado bruñido, la temática y la forma de las piezas, y por otra la apreciación de elementos hispanos como la factura y los detalles ornamentales de los comple- mentos de plata16.

Si bien todos los autores están de acuerdo en

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86 LUII RAMOS GÓMEZ, CONCEPCIÓN BLASCO BOSQUED Y CONCEPCIÓN GARCÍA SÁIZ

Lámina V.-1 y 2: Cerámicas chimúes, autentificadas como tales por T1. Poseen adornos de plata realizados y aplicados en época colonial. Ceránúcacolonial con adorno de plata autentificada como tal por T1. . 1

que se trata de piezas de época colonial, sin embargono lo están en cuanto a su cronología concreta y a ladenominación de una de las dos tradiciones que hainfluido en la realización de las piezas: la indígena.Así, algunos autores las han incluido en la facies«chimú colonial», fechando Martínez la pieza 10978-la única de la que trata- en la segunda mitad del sigloXVI (1986: 428, pieza 687), mientras que --como yavimos- García Sáiz fecha las tres piezas en el sigloXVHI (1983: 13, 15). Otros autores han optado porincluir estas vasijas en el llamado estilo "Chimú-lnca", "Chiniú-lnca Tardío" o en el "Chimú-lnca.Tardía y colonial", si bien les han asignado

una cronología muy variable, pues si los dos vasosantropomorfos se fechan en Gold und macht en el si-glo XVI (1986: piezas 4120 y 4121), Cabello Carrolos sitúa en el segundo tercio de esta centuria en elcatálogo Los incas y el antiguo Perú (1 99 1, vol. 11:182-183, piezas 23l y 232) y los autores de las fichasdel catálogo Piedras y oro en los siglos XVII y XVIII(1988: 143, piezas V-5 y V-6), publicación que porotra parte adscribe la pieza 10978 a los siglos XVI yXVII (1 988: 144, pieza V-8).

Las discrepancias existentes sobre la crono-logía de estas vasijas sólo podía resolverse sometién-dolas a un análisis por termoluminiscencia que fuese

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lo máspreciso posibleparareducirel arcodevariabi-lidad de las fechasobtenidas. Evidentementeno eraésteel únicoanálisisal quedebíansersometidaslaspiezasparaaveriguarmássobre ellas,ya que. dadoslos materialesque habíanintervenido ensu realiza-ción, también erapertinenteestudiar el estilo y latecnologíade los elementosde plataquelas ornaban,camposéstos porlosquenadiese ha interesado hastael momento.

Con respectoa losanálisisde termoluminis-cencia efectuadoscon la cerámica,las fechasobteni-das han sidomuy satisfactorios tanto desde el puntode vista técnicocomodesdeel museográfico. Así,lasdos muestrasanalizadasde la pieza7700 la handa-tado respectivamente enel 1469 + 53 d.C. y en el1474 + 54 d.C., situándola enel periodo chimúochimé-inca;la pieza 7701 ha sido fechadaenel 1567+ 45 d.C.. esdecir,en el períodochimú-incao enelcolonial; y la pieza 10978—la únicade temahispa-no— en el 1607 + 41 d.C.. esdeciren plenoperiodocolonial.

De estosdatos debemosconcluirquelas dosprimeraspiezas—la 7700 y la 7701— fueron reali-zadasen épocaprehispánica. pero quecontinuaronen uso o fueron recuperadas deun entornodescono-cido en épocacolonial, momento enel que se les a-fiadió unaserie deelementosde plataclaramentehis-panos paraadaptarlasa los nuevosgustos de quieneslasveníanutilizandoo queríanusarlas;setratapues

Este articulo esresultado del proyectode investigación“Propuestade conservacióny estudio> catalogacióninforínaazadade loskg-ros y pajchascolonialesdelMuseode An,érica”. financiadoporCICYT dentrodel plan nacional 1+0, n

0 sEc92-0426.

2 En elproyectodeinvestigación“Termolun,iniscencia aplicadaa la

Arqueología’ —subvencionadopor la DIGICYT entre1987 y 1990,y dirigido por C. Blascoen coordinacióncon T. Calderón—,secon-teznpló como una delas lineas prioritariasa desarrollar, la autentifu-cación de materiales cerámicos para paliar, en parte, problemasderi-vadosdefechacionesdudosasy falsificacionesintroducidasen elmer-cadodeantigaedadesyenviejascoleccionesdemuseos.

Los kerosson recipientescuya forma másgeneralestárelacionadacon un troncodecono,y laspajehastienenun cuerpocentralglobularque seprolongaen un largo vástago.Setrata depiezasde largatradi-ctón prehispánicaque continuaron realizándose—v utilizándose—durante laépocacolonial y la contemporánea,comoreflejansusfor-masy decoraciones,asi como los materiales utilizadosen laconfec-ción deestosobjetoso desusdecoraciones.

de piezas quese ajustan perfectamente a lo reseñadoen las antiguasfichas del MuseoArqueológico,don-de se escribió“vaso antiguo adornadomodernamen-te , siemprequeentendamospor«modernamente»laépocacolonial. La tercerapieza —la 10978—res-pondeclaramentea la tradición indígenaprehispání-cade plasmar—se suponeque confinesvotivos—elpie con su calzado,si bien, dadoel momento enelquese realizó, éste es un zapatode tipo español;elanálisis por termoluminiscenciaha confirmado laapreciacióniconográfica,ya que ha situadola vasijaenépocacolonial.

3. COLOFON

De lo expuestocreemos que pueden con-cluirse las posibilidadesqueparala preservación,ca-talogación e investigaciónde las colecciones denues-tros museostiene la aplicaciónde líneasde investiga-ción como las expuestas.Sin embargotambiéndebe-mosseñalarque es absolutamente necesario que éstasu otras iniciativasno quedensólo en formulacionesteóricaso en cortas aplicaciones,ya que su viabilidady conveniencia deberían sersometidasa análisis porlos responsablesde nuestroPatrimoniopara, graciasal esfuerzo detodos, poderavanzaren un caminoqueya dejó trazadoManuel Fernández-Miranda.

NOTAS

en Arle peruano(1935) y enPiedrasyoro (1988) —éstosrealiza-dos por AmparoNIoltó—, de dondelos hantomadootros autores;enBaenae:al. (1994)publicamosnosotrosotro deestoscalcosdigitali-zandoel desarrollode ladecoración.

En elinicio del proyecto,confeccionamosunasegundabasede datosen la queincorporamoslasreferencias correspondientesa lamanipu-lación efectuadacon las imágenespara sugrabaciónen diskettesy

cinta DAT (BaenaelaL 1994:160);sin embargodichosdatosno sonnecesariossi seutiliza cl programaALDUS PHOTOSTYLEIt, yaque da lacorrespondienteinformación seleccionandoel comandoINFO.

Esta interrelaciónha sido realizadapor el técnicoinformáticoDonIgnacio Martinez Iñiguez.

‘Las imágenesde laspiezasse handenominadopor elnúmerodein-ventariodel ceroo pajchaseguidode unao variasletrasque orientansobrelascaracteristicasde laimagen;estacodificaciónes lasiguien-te: C: visión cenital;D: desarrollode ladecoración;F: vista frontal;L: vista lateral(cuando sehan fotografiadolos dos laterales—casodelas pajchas—,se han diferenciadoamboscomplementandola L conLos calcosdealgunasdeestaspiezassepublicaronpor vezpnmera

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88 LUIS RAMOS GÓMEZ. CONCEPCIÓN BLASCO BOSQUED Y CONCEPCIÓN GARCÍA SÁIZ

un 1 o un 2): P: vista posterior.y Z: zoomo detalle.

• Este laboratorioestá dirigido por el Dr. l’on,ásCalderón.quien haparticipadoen larealizaciónde los análisisjunto con l)res. Pedrolic—ngilez -e Asunción\lillán a quienesagradeceniossucolal,orac,on,

Las tí-es piezas í,osiblen,entefonnaron parte deuna colección quellegó a Españaentre 1940 y 1959 (Arribas et aL 1992: 43). no de-biendoser muy anteriorst’ hallazgo.

~Su textoes clsiguicntt-: ‘292. fleo peruano.Representaun cadá-

ver sentadocon laspiernascrtendidasj uno panochade tao:: enla “tana izquierda. lapón sujeto con cadenaa unaasile, de harto.pendientes>’unaplanchoen elpie detecho,todo de plata. Colornegro. A Ita0.168. Circuní O. 3381 l~uí la lelia manuscritade la iííis—ma procedenciae- añade atinta: ‘ l-?,so ontigtío adornado¡nade,--nataente

El texto es el siguiente: ‘293. l’~so pe-aano. Cadáver conlaspiel-nosrecogidasy lo izquierdosujetocon atahas alanos. El aso>’abrazaderas del tubo y dela baca, can lo topo. e igualmente elado,noque va desde éstasa lo cabezo dela figura. así canta elto-codo, el collary un pilón que sale dela patieinferior delpecho.son todos de plata. Color negro. Alto0.16 Circtínj? 0.31”; al mar-genseescribe,’ ‘Serantpiá —dadoquee1 “asoestáentero.supone-

que esta circunstanciase relierea alguno de los elementosdeplata—. En la ticha manuscritade la misma procedenciaseañadeatinta: ~ antiguoadornadoatodernataente-

2 Paratilia descripciónconípletaremitimosa labibí ogralia citadaen

el presenteapartado.

u En ambas piezasespatenteelsexo lnnenino.si bien carecendepe-

dios.

¡ l.a alternanciadecolor que presentala tapade lapieza7701 sc de-be alempleodc estatécnicadel nielados’no al techodequeestuvie-separcialmentepintada.coitio interpretan\ lartinezy Cabello.quie-neslo relacionancon latradición indígena(1985k53-54).

¡ ‘ CabelloCari-o s- N tanmexen 1 988señalan.auntíuesin salorarla. lalot-ma ;tribaloidede lasdos piezasantropomorlhs(198S: 53): sin ení—bargo. etí 1991. CabelloCarro y-a Inína este elementocotno rasgoidentiticadorde la tradición ‘‘ea ca en lacosta norteperuana(tichas231 ‘232 en el sol. II deLas incasyel antigtíoPerú. 1991).

‘ Al respectodel,emosseñalar queetí 1988Níartinez~- CabelloCarroindicabanque no 5-ciantiingun elementoeuropeoen la pieza77<10. nisiquieraen eltrabajode plata. cuyo colorido lo atribuiaí, a la tradi-ción indigetía (1988:53-54).

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