tea t ro - revistadelauniversidad.unam.mx · que toda obra de arte lleva implícita una ......
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
tre ellos, tienen expe~iencia como mimos,o como bailarines, 10 cual le abre a estegrupo posibilidades que los demás no tienen. Otros integrantes son Lilia Carrilloy Felguérez, responsables de la' escenografía y el vestuario, Raúl Cossío, de lamúsica, y Alexandro de la dirección.
Como suele suceder en las empresaseconómicamente desahuciadas,. el ritmode trabajo es muy intenso y la disciplina cuidadosamente observada. La c1asi~icación funesta de primera dama, galánJoven, actor de carácter, ·etc., no existe,y la ¡:>ersona que tiene un primer papelen una obra, puede hacer uno insignificante en la siguiente, 10 que sólo puedelograrse en grupos de reperto_rio, o comoes el caso, cuando el número de obrasmontadas es muy grande.
El Teatro de Vanguardia ha montadonueve obras en menos de un año, 10 quesería una labor considerable aun sin tener en cuenta que opera con pérdidasque aterrarían a cualquier persona. sen-.sata, que no cuenta con ningún subsidiofijo, y que en realidad vive de milagro.Las obras en cuestión, que son tres deBeckett, dos dé Ionesco, una de Alexandro, .una de Tardieu, una' de Strindberg,y una de Margarita Urueta, pueden calificarse, excepto la última, de "teatro deagresión": se trata de mostrarle al expectador algo que no quiere ver; ahorabien, a qi ferencia de la mayoría. de laspersonas que se dedican a escandalizar alos demás y que generalmente resultanlos únicos escandalizados, Alexandro 10gni en sus producciones 10 que pretende.No se necesita ninguna perspicacia paracomprender que el grupo se enfrenta aun problema casi insoluble, por una parte se trata de montar espectáculos quepor definiéián son - desagradables, porotra, de que el espectador acuda a sermolestado, y pague. ¿Habrá en Méxicodiez mil gentes capaces de aceptar estacondición? Está por verse. Por una parte las entradas han ido aumentando considerablemente, por otra tenemos el antecedente de Las criadas de Genet, quellenaba el Fábregas todas las noches, debuenas personas que iban esperando veruna comedia que tratara del problemaque son las criadas, y se encontraban debuenas a primeras ante aquellos personajes diabólicos. Noch~ tras noche el público salía de estampida en el momentoen que Ofelia Guilmáin empezaba a azotar la silla, y noche tras noche volvía elFábregas a llenarse. Lo triste de los casos en que la obra no se llama Las criadas, es que se agrede a quien no se debe.El público que me parecería más dignode ser mo!estádo nunca verá el Teatroele Vanguardia, porque está muy ocupado viendo las obras completas de. Alfonso Paso, así es que, con el tiempo, se formará un público "snob", que es el peorde todos, porque no participa, pues asistirá a la representación para ver cómo esque i\le;candro agrede en ausencia a losfilis'eos.
Déidos los antecedentes, la primera impresión de los ensavos es francamentealarmante. pues Alex;nclro no sólo es capaz de ·escoger una obra, traducirl:!, yconseguir de la nada dinero para montarla, sino que como buen actor y mimoque es, también puede marcarle él cadaactor los movimientos y la expresiónexactos que espera.de él, y luego exigírselos hasta lo último. Se ocurre pensarque después de se:s meses de trabajar eneste grupo los actores acabarán' siendo
talón de Aquiles de muchos cineastassoviéticos) que demuestran una voluntadde salir de lo convencional y de entré\ren los terrenos de 10 insólito. Recuérdesela brusca transición a un tren en movimiento, que nos tiene despistados hastael momento en que nos damos cuenta deque se trata de una película exhibida den-
. tro de la película misma.Es verdad que del mundo de Seriozha
se 'nos da una dimensión elemental, y elmundo de un niño está lleno de abismosinsondables _y terribles. Pero, aun dentrode esa limitación, cabe apreciar un intento de penetrar en lo subjetivo y, nuevamente, en lo insólito. La música cumple,a ese respecto, una función interesante yasí, la irrupción en la vida de Seriozhadel tío marinero de uno de sus amigos vaacompañada de unas notas que recuerdanlas canciones de los mares del sur. Tampoco diré que ello supone .un alarde deinteligencia, pero S'í un intento plausiblede superar la realidad inmediata que dela anécdota se desprende.
En resumen, quizá haya valido la penaextenderse tanto sobre un film secunda··rio, porque Seríozha abre nuevas perspectivas para un cine soviético más diverso y moderno. En realidad la mayoríade las películas soviéticas que hemos visto'recientemente dan la misma sensación.y mieiltras tanto, ahí están los Raizman,los Donskoi, los Ermler y los Chujraicapaces de seguir realizando el cine soviético clásico que amamos, el cine de lapasión.
pero todo tiene sus límites. Cuando elTeatro de Vanguardia presentó La lección, en vez de seguir la indicación delautor. que dice: "DECORADO: el gabinetede trabajo que tambié'n sirve de comedor;en la casa del viejo .profesor, etc.", eldecorado presentaba una máquina, muybonita, pero máquina al fin y al cabo. Lacriada, que según el texto ha de ser" fuerte, rubicunda. con cofia rústica, y de unos45 o 50 años de edad"; era manca yhombre.
Preguntar por qué el decorado es U'lamáquina, por qué la criada es un hombre,por qué la silla tiene unas manos que secierran soore el vientre de la alumna
. cuando ésta se:· sien'.a, es un poco ocioso,pero de IQ :qt:e no queda lugar a dt.:ciases de que 'I.a interpre~ación es efectiva·mente "creativa".
Con todo esto "~in mente" y con la al'titud hipQcrita de parte ofendida, aceptéla hospitalidad de Alexandro asistiendoa varios de los ensayos con toda la intención de que no me gustara ·10 que iba áver.
El grupo lo fo~man cerca de v~inte' actores y ,actrices -jóvenes de los cualesninguno de los' hombres es especialmen~te desagradable, y las mujeres, todas, sonmuy bellas, ,hecho insólito, hay que acep:'ta.rl?, en los anales -del teatro mexicano;a (lt,f1~r~ncia de los jóven~s que segreganlas :~¡lqas es.cuelas d~ teatro que hay e?,la' IUdad, ~p1l1guno tIene la voz atercid-·'~elada,-.yibrante.'b-atariciatlóra·y el ';cirrcuenta -por ciento, cuando menos, de en-
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mno. (Los casos de Joselito, el ruiseñorde España, o' de María Gracia son .clarosejemplos de ello).
No creo que Danielya y Talankin hayan tenido tales propósitos. Su Seriozha,simpático como todos los niños de suedad, puede muy bien resultamos conmo'vedor y hasta hacernos llorar con sus desventuras; pero ello no nos lleva a prescindir de una actitud crítica frente a losrealizadores, porque es evidente que éstoshah buscado algo más que una p~líCula
"conmoyedora". I~cluso, hay en Seriozhauna sutil ironía: recuérdese la escena.enque Bondarchuk se ve a sí mismo, en unapelícula, recitando rígidamente la lista deperspectivas y realizaciones del sovjósque dirige. Se trata de un ironía inofensiva y cordial, sin duda, pero no por ello'menos sintomática de una madurez y deun espíritu de observación que muy bienpueden anunciar las futuras buenas comedias soviéticas; tan necesarias. Por otraparte, hay en los directores una encomia- .ble preocupaciqn por los problemas de forma que los lleva, en algunos momentos,a excederse en su búsqueda de encuadresoriginales. Y algo más: la voluntad dedescubrir los muy difíCiles resortes del"gag" cinematográfico. En ese terreno,los "gags" de la escena' con la bicicleta,por ejemplo, son primarios y deficientes.Pero ¿no es interesante que se puedahablar de "gags" al referirse a una película soviética? Asimismo hay algunos detalles en lo que al corte de la películarespecta (ya se sabe que el corte es el
TEA T ROPor Jorge IBARGÜENGOITIA
EL GRUPO DE TEATRO DEVANGUÁRDIA EN LA ESFERA
"EN UNA REPRESENTACIÓN de tea~,ro na~uralista", dic~ A!exandro,.me siento como SI mfrara por
el ojo de una cerradura una escena queno me interesa". .
"Me pongo a la defensiva; porque esaafirmación elimina no sólo las obras queyo prefiero, sino las qu~escribo."
" "~n el teatro"', prosigue Alexandro,. lo. Importantt; es el espectáculo, no elautor".. .
Protesto enérgicamente.Siempt:e hecreído que el día que me enseñen unamáquiI!a capaz de escribir obras de. tea~tro, aunque sean como Susana y los ióvenes, la rompo. Saco a coladiW-el argumento tan sabido' de que el meollo deldrama es el diálogo, etc. (Debo advertirque estoy' tratando de relatar una conversación entre Alexandro y yo.) ¿ Qué harán con los autores? ¿Eliminarlos? "No",dice Alexandro, "interpret¡;p-Ios de unamanera creativa". Si se traUi de asesinarla alguien, cO'f!.1tlM>to, ¿ por qué no poner'a los Alvarez Quintero en vez de Strind-'berg? .
El día, si es- que lo hubo, en que losautores te~trales, fueron túdopoderosos,no, me toco a nil, y puedo contar variasan' ~dbta~ en las que liar frases tales co~mo.: '~S!4<:escena me Ja quita, porque esantimexicana"; "la paus¡;l, como la tieneusredi-rm-~tla,"'f1Zl'S tif;F~bajb -la escena""es~e parlamento no da un telón", etc.:
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autómatas. Para un tímido, el panoramaes terrible, pues el grupo está en realidad dirigido por un individuo que piensaque toda obra de arte lleva implícita unaagresión, y que no tiene empacho en agredir no sólo al público, sino al autor dela obra que está montando, y a los actores de su compañía. Pero este juicio apriori resulta muy injusto, pues si alguien a firma que en el teatro 10 importante es el espectáculo, hay que partir delespectáculo para emitir el juicio.
La sonata de los espectros. Al abrirseel telón del teatro de la Esfera nos encontramos con que todas aquellas gentesguapísimas han hecho hasta 10 imposiblepor verse espantosas, y lo han conseguido. Con unos costales viejos, unas cajasde jitomate, y un "colage", Felguérez hizouna escenografía que ofrece un espacioescénico que para lograrlo López Mancera hubiera necesitado el estadio de laCu. Durante los siguientes minute:; presenciamos hors texte el derrumbe de!edificio a que se refiere e! estudiante enel s-exto parlamento, su diálogo con laaparición, y otra vez h01'S texteel avance de los mendigos que son rechazadospor la portera (que es un ave), y queculmina con la violación a due de la dama de negro; alguien padece un ataqueepiléptico, un muerto en su sudario cruzala escena, el derrumbe del edifiéio se repite como en "flash back", hay un ritovudú, y por fin el acto termina con lafrase: "¿ qué significa todo esto ?", quecon seguridad es la que está en la mentedel lector de este artículo, y 10 más extraño es que sí signi fica, se significa así misma, y no puede ser expresada enotros términos que los de su forma escénica. No es una interrogación ni una respuesta, ni una obra que trate de esto ode 10 otro, sino que es una revelación, esel ejemplo perfecto de aquél axioma quedice que el arte es a la vida animalIa quela locura es a la inteligencia.
¿ Que se han agregado cosas? Muycierto, pero el texto de una obra teatralestá hecho para que se le agreguen ~osas,
y más e! de una obra como ésta, tan escueto y tan sugerente.
El espectáculo, que tiene una unidady una fuerza extraordinarias, es el resultado de un esfuerzo titánico de conjunto,en el que ninguna inteligencia privó sobre las demás, sino que cada una, puestaen libertad, produjo una parte de! efectogeneral, que milagrosamente armonizacon las demás: Cossío, por ejemplo, compuso especialmente para la obra una música expresiva, adecuada, y de un sabormuy personal; Fe!guérez, con su terceraescenografía, demostró que la labor delescenógrafo no es hacer diseñitos enacuarela sobre su restirador, sino construir efectivamente aparatos bellos quefuncionen escénicamente; Lilia Carrillopor su parte, diseñó un vestuario que noestá hecho para que las actrices luzcanmás apetitosas, sino para realzar e! ambiente y la expresión de la obra (dichosea entre paréntesis, esta puesta en escena es la antítesis de lo cursi, y recuerdahipoCl'de lecteur la frase que dice que losestúpidos son aquellos que encuentran labelleza sólo en las cosas bellas.)
En cuanto a la dirección y la actuación,hay que tomar en cuenta que Alexandrotiene, por angas o mangas, un grupo deactores, que salvo dos o tres excepciones saben actuar decorosamente. El reparto es en general un acierto, y sólo pudo hacerse con un profundo conocimien-
to de la personalidad, las posibilidades ylas especiales limitaciones de cada unode los actores: Héctor Ortega y BeatrizSheridan, actores ambos de grandes posibilidades, con un dominio de sus recursosraro a su corta edad, tienen papeles quehubieran hecho reventar a cualquier otrode la compañía; en cambio, Elda Peralta, 'que padece cierta tendencia a ser "mona" cuando se mueve o habla en escena,tiene un papel en el que está casi inmóvil, lo que hace resaltar su belleza extraordinaria, y una cualidad muy especialque ella tiene, de proyectar en reposo;el aspecto de Carlos Ancira, ayudado conuna barriga postiza, lo hace crear un señor Hummel verdaderamente siniestro;Farnesio de Bernal, que regresa al teatro después de varios años de danza encarna un Johansson casi líquido que sal-
LUIS REYES DE LA MAZA, El teatm enJvlé."Cico en la época de Juárez. UNAM.México, 1961, 250 pp.
SE PRESENTA, a través de programas ycrónicas, un panorama histórico delteatro, desde la caída de Maximilia
no a la muerte de J uárez: 1868-1872. Larecopilación y el estudio preliminar deReyes de la Maza, además de su materialhistórico ofrece un interés dramático; eneste volumen, ameno y pintoresco, se relata la heroica lucha de los artistas porconquistar a un público apático, y pocoacostumbrado a divertirse.
Hacía muchos años que en los teatrosse aplaudían los dramas románticos españoles. Los autores favoritos eran Zorrilla,Larra, Bretón de los Herreros, Nuñez deArce. Y las compañías teatrales tambiénse importaban de España. Por su partelos autores y los actores mexicanos, entusiastas admiradores e imitadores del artedramático español, llevaban una existenciapaupérrima, porque no lograban competirartística ni económicamente con sus modelos.
La invasión francesa fracasó y sus tropas se retiraron; pero e! espíritu francésoperó un cambio en el gusto del publiCOnacional. El cancán, las zarzuelas y la música de Offenbach comenzaron a desterrar de los escenarios las piezas españolas.Un sector austero del público protestó,calificando al cancán de indecente y "endemoniado"; a pesar de todo la cancanomanía se convirtió en epidemia: ya no sesostenía ningún espectáculo teatral, si nose presentaba como fin de fiesta el frenético baile que en Francia había puesto demoda la Rigolboche.
También algunos escritores, como e!maestro Altamirano, combatieron en susartículos al cancán, y lamentaron el afrancesamiento de! gusto; pero sus protestasresultaron inútiles. La música de Offenbach había causado verdadero furor entodos los países civilizados, y México nopodía ser la excepción.
Las crónicas teatrales cuentan los esfuerzos desesperados de los empresariospor atraer a un público indiferente a todolo que no fuera cancán. Además, las compañías extranjeras resultaban competidoras invencibles. La presencia del actory director español José Valero fue ruinosa-para los empresarios mexicanos; Va-
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ta, corre y grita como corresponde al personaje, y como no podría hacerlo ninguno que no fuera bailarín; Bertha LomeIí y Álvaro Carcaño por su parte, hacenuna pareja de enamorados entre graciosay horripilante, como rara vez se ve enel teatro, y muchas en la vida real. Engeneral puede decirse que la mayor virtud de esta representación está en quelos efectos siempre se consiguen: el muerto es espantoso, los mendigos, asquerosos,el estudiante, puro, la mujer sexual espuerca, etc.
¿y el público? Desgraciadamente no10 he visto, pues e! estreno será el dí;; enque D.M. esto entre en prensa, pero esperemos que no reviente y que patrocineuna de las experiencias teatrales que sehacen en nuestra ciudad, de las que no seavergonzaría ninguna otra.
lera llegó precedido de una fama internacional, y e! público aplaudió sin descansoel repertorio clásico que representaba:Calderón, Moliere, Sófocles, etcétera ...
Pero pocos meses después los espectadores cansados de! teatro serio, abandonaron a Valero y buscaron las zarzuelas. Elestreno de Marina alcanzó un gran éxito:al día siguiente en las calles de la ciudadel pueblo cantaba las arias de Marina.
En esa época surgieron algunas novedades en materia de espectáculos. Se iniciaron las ':tandas" del Principal, con susmemorables cancanes; se presentó la primera "revista", de carácter satírico y frívolo, y aún hoy este género se continúarepresentando en nuestros teatros; a imitación de París se abrió un café cantante,que fracasó por la mediocre calidad de sus"variedades", pero se puede decir que fueel antecesor de los actuales cabarets mexIcanos.
En esos dias la ópera mexicana: DonQui/ote en la venta encantada, se sumóa los innumerables fracasos de los auwresnacionales que --como los actores- envano intentaban ganarse el favor del público; en compensación, tiempo después,triunfó desde su estreno el drama romántico El pasado, de Manue! Acuña, y lapieza volvió a representarse muchas veces.
La presencia de Angela Peralta en lacapital, acompañada del famoso cantanteitaliano Tamberlick, fue el acontecimientomás memorable de la época; los aficionados a la ópera asistieron a un duelo defacultades artísticas entre los dos famososcantantes. La popularidad de Angela Peralta no tuvo límites; sus triunfos en elextranjero le aseguraron el reconocim'iento nacional.
c. V.