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UNIVERSIDAD DE OVIEDOUNIVERSIDAD DE OVIEDOUNIVERSIDAD DE OVIEDOUNIVERSIDAD DE OVIEDO
DEPARTAMENTO DE FILOSOFA
MARX Y ENGELS: DOS SISTEMAS MATERIALISTAS DIFERENTES
Autor: Jos Pablo Noriega de Lomas Director: Dr. D. Modesto Berciano Villalibre
Oviedo 2.011
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INTRODUCCIN
1. Tema
El pensamiento de Marx y Engels ha sido estudiado ampliamente y desde las
ms diversas perspectivas. No en vano se da la circunstancia de que estos dos grandes
pensadores inauguran una tradicin terica que ser seguida por un gran nmero de
intelectuales y polticos.
Por nuestra parte, en la presente tesis pretendemos estudiar y exponer las
doctrinas del materialismo histrico y del materialismo dialctico, mostrando sus
diferencias as como el hecho de que son doctrinas distintas, aunque esto ltimo no haya
estado claro en la tradicin marxista, especialmente en la ruso- sovitica. Esto forma el
tema general del trabajo.
Por ello, haremos un estudio sistemtico de la obra en la que los dos filsofos
exponen su pensamiento en lo referente a sus materialismos. Como consecuencia, se
requieren ciertas precisiones que tienen que tener en cuanta los objetivos, la
metodologa y los lmites de la presente tesis.
2. Objetivos
El estudio del materialismo histrico y del materialismo dialcticos que
abordamos tiene por el carcter propio de lo dicho unos objetivos claros:
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1. En primer lugar se trata de exponer claramente los sistemas
filosficos de Marx y Engels, el materialismo histrico y el materialismo
dialctico.
2. En segundo lugar se trata de sealar y analizar los lmites de
ambos sistemas y las lneas claras de demarcacin que existen entre ambos, en
tanto que el materialismo histrico trata de motivos antropolgicos; y el
materialismo dialctico, de temas ontolgicos, de Filosofa de la Naturaleza, de
Epistemologa, sin que olvide los propiamente antropolgicos; aunque en esto
depende claramente del materialismo histrico. As, la distincin temtica es
clara; y por tanto, salvo en asuntos antropolgicos, tocan tpicos distintos y
desde perspectivas distintas.
3. En tercer lugar, mostrar como los dos sistemas filosficos no
estn coimplicados, de tal manera que el materialismo dialctico no viene
determinado como una implicacin del materialismo histrico, ni inversamente,
el materialismo histrico se presenta como la concrecin necesaria del
materialismo dialctico. En este sentido, nuestra posicin es contraria a la del
pensamiento materialista ruso que concibe el materialismo histrico y el
materialismo dialctico como sistemas solidarios, subsumiendo el histrico en el
dialctico.
4. Distinguir ambos materialismos desde el punto de vista de la
dialctica en tanto que el materialismo histrico muestra una dialctica histrica
no determinista; y el materialismo dialctico tiene una dialctica natural,
determinista y necesitarista.
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3. Metodologa
El mtodo que seguiremos en la exposicin de los temas comprende varias
partes. En primer lugar, (captulos 1, 2, 3, 4 y 5) tratamos los elementos fundamentales
de materialismo histrico: en cuanto fundamento materialista de la historia, en cuanto
desarrollo del materialismo en la dicotoma infraestructura-superestructura, y en cuanto
conceptualizacin del desarrollo histrico (etapas de la historia como desarrollo pasado,
y comunismo como prospectiva o escatologa histrica).
En segundo lugar (captulo 6), explicitamos la doctrina filosfica del
materialismo dialctico como sistema que engloba la Metafsica, la Epistemologa y la
Antropologa. Consiguientemente se exponen el concepto de materia y la concepcin
del conocimiento en general y, en particular, la del conocimiento cientfico.
En tercer lugar (captulo 7), de la evidencia de los datos se educe la tesis de la
gran diferencia entre la concepcin de la dialctica de ambos sistemas y la no
coimplicacin de los dos materialismos, al tiempo que se critica la interpretacin ruso-
sovitica de los dos sistemas de pensamiento, que supone el materialismo histrico
como una concrecin o desarrollo del dialctico, sin distinguir sus claras lneas de
demarcacin.
Para lograr los objetivos que nos hemos trazado hemos utilizado dos fuentes
principales. Una- la ms importante- son las obras de los mismos autores, en especial
las que tocan de una u otra manera los dos ncleos de los materialismos. La otra de
menor importancia en el trabajo- que lo completa ha sido la abundante literatura que
existe sobre el pensamiento de los dos autores. En este sentido, el esfuerzo de
interpretacin, exposicin y crtica de los dos materialismos ha sido ingente, pero
nosotros nos limitamos a una referencia final a la tradicin ruso-sovitica que tanta
influencia filosfica y poltica ha tenido en el siglo XX y an conserva.
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4. Justificacin de este estudio
Como es conocido y acabamos de indiciar, existe una abundante literatura sobre
el tema objeto de nuestra investigacin. Pero existe tambin mucha confusin sobre los
conceptos de materialismo histrico y materialismo dialctico, as como sobre las
relaciones entre ambos. As, el tema no ha sido aclarado suficientemente, y se tiende a
confundir los dos materialismos vindolos como una nica doctrina. As, se entiende
que estn las dos solidariamente unidas, bien porque se comprenda que el materialismo
dialctico est implicado en el materialismo histrico o bien porque se entienda que el
materialismo histrico es un caso del dialctico. Esta confusin, puede registrarse hasta
el punto de que se da la contradiccin de que se entiende por materialismo histrico lo
que es materialismo dialctico. As por ejemplo, toda la corriente de pensamiento ruso-
sovitico que incluye el llamado marxismo-leninismo.
Pretendemos, por nuestra parte, desmontar estas tesis mostrando, en primer
lugar, que materialismo histrico y materialismo dialctico son dos sistemas filosficos
distintos, con temticas distintas, que adems aplican dos mtodos distintos: la
dialctica histrica y la dialctica determinista. En segundo lugar, pretendemos
demostrar que, aunque materialismo histrico y dialctico no son sistemas
contradictorios, no se encuentran en el primero elementos que prefiguren o que
conduzcan a las teoras del segundo. En este sentido, se ver que no por tener el
materialismo histrico elementos dialcticos, se convierte en materialismo dialctico,
pues el sistema, el concepto y el nombre corresponden al materialismo que construy
Engels en exclusiva, que toma forma fundamentalmente en el Anti-Dhring y en la
Dialctica de la Naturaleza. Por todo ello el materialismo engelsiano constituye un
sistema con elementos especulativos de carcter metafsico u ontolgico, que va ms
all del campo antropolgico del materialismo histrico, aunque lo incluya el
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materialismo histrico como un caso de concrecin de su propio materialismo, el
dialctico
5. Seleccin de fuentes
Los escritos de Marx y Engels son muy extensos y complejos. Adems,
presentan una serie de caractersticas que hay que tener en cuenta a la hora de elaborar
un tema concreto y con unos objetivos determinados.
En general, aunque se considera que la filosofa que construyeron Marx y Engels
es un amplio sistema, sus autores no dejaron una presentacin sistemtica de su
filosofa, de tal manera que existen versiones diferentes de lo que es esencialmente la
misma filosofa marxista y parece difcil encontrar una definicin de cual fue la forma
definitiva de esta filosofa.
Bernstein o Rosa Luxemburgo y ms recientemente Marcuse entienden que no
hay un sistema en el marxismo y que lo que es fundamental del mismo est constituido
por los ideales ticos y humanistas1.
Por su parte Kautsky, en su obra de dos volmenes, Die materialische
Geschitsauffassung llega a la conclusin de que el materialismo es una doctrina
puramente cientfica que como tal no est ligada al proletariado2 . Otros crticos del
marxismo han querido ver en su teora una especie de historia de salvacin o el sustituto
de una fe. As, donde los marxistas han visto una garanta de cientificidad, otros han
visto rasgos casi religiosos en la misma concepcin marxista de la historia3.
1 Vase T. HANAK, Die Entwicklung der marxistischen Philosophie, p. 24.
2 Vase T. HANAK, op. cit., p. 23. Este autor cita a K. KAUTSKY, Die Materialische
Geschichtauffassung, II, p. 681. 3 Vase LWITH, Historia del mundo y salvacin,. p. 52-53.
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Por ello, Hanak sostiene que la filosofa marxista no est formada como un
sistema cerrado, sino que representa varias concepciones y principios tericos que
tienden a formar una unidad de discurso. En este sentido, parece un hecho que no existe
un sistema marxista completamente desarrollado, por lo cual habran surgido varias
direcciones dentro de la tradicin marxista4. Para De Yurre el centro del pensamiento
marxista est en la misma accin humana y en su desarrollo a travs del proceso
histrico5. Por ello puede decirse que no est acabado, pues faltan desarrollos
filosficos. En cambio, para la filosofa sovitica el marxismo es un sistema unitario
que no depende de otros autores. Para Stalin, el marxismo no solamente es una teora
del socialismo, sino una visin total del mundo (Weltanschauung). Por ello sera un
sistema ya hecho (fertiges System) que no necesita ningn desarrollo ulterior, pues est
acabado6.
Por otra parte, hay en Marx y Engels una evolucin. Marx en 1844 y Marx y
Engels conjuntamente en 1845, ya defienden una concepcin materialista del hombre,
de la sociedad y de la historia, que presupone una concepcin materialista del mundo.
Pero no desarrollan sta, sino que se centran en una temtica antropolgica en sentido
amplio. Despus se produce el hecho de que los dos autores del materialismo histrico
se dedican a campos temticos diferentes. Marx se ocup de la economa y de la
sociedad, y Engels, por su parte, de las Ciencias Naturales y de problemas filosficos de
Lgica, Teora del Conocimiento y Ontologa o Metafsica; y por ello intent explicar el
mundo, su origen, la naturaleza, aunque no lo hiciera con planteamientos exhaustivos.
Sobre todo es problemtica la evolucin de Marx, en la que se distinguen varios
perodos: el Marx joven, el Marx maduro y el Marx tardo.
4 Cf. T.HANAK, op. cit., pgs- 21-24.
5 DE YURRE, El marxismo, I, p. XVIII.
6 Vase T. HANAK, op. cit., p. 22. El autor cita a J. STALIN, Anarkismus oder Sozialismus, Mosc
1930.
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1- El joven Marx, 1843-1845. En este perodo Marx usa el trmino hegeliano de
alienacin (Emtfremdug) y la liberacin de ella hay que alcanzarla no solamente con la
filosofa sino con las obras. Para ello toma de Moses Hess la idea de que la filosofa no
debera quedarse en palabras, sino pasar a la accin, a la realizacin ya que la teora no
basta para resolver los problemas societarios. En efecto, si el hombre se forma por la
situacin y las circunstancias del entorno hay que cambiar estos factores7 . En este
sentido, se seala que Marx no quiso aceptar puros problemas tericos, pues entendera
que los enigmas tericos hallan su solucin en la praxis, por lo que nuestro pensador no
estara de acuerdo con L. Feuerbach en el hecho de que ste se hubiese centrado tanto
en la naturaleza, ya que era necesario el trabajo en el campo poltico, en el terreno de la
Poltica8 . No obstante, es en esta etapa, concretamente en los Manuscritos de Economa
y Filosofa, de 1844, cuando se produce el brote del materialismo histrico, teora en la
que explica las formaciones superestructurales como provenientes de la infraestructura
material, econmica o social.
2- Es en el Marx maduro donde se encuentra la elaboracin del materialismo
histrico. En este perodo escribe Marx obras muy importantes. Unas l solo: Tesis
sobre Feuerbach, La Miseria de la Filosofa, Las luchas de clases en Francia; y otras
con Engels: La Sagrada Familia, La Ideologa Alemana, Manifiesto del Partido
Comunista. El final de este perodo se suele ver en la publicacin del Manifiesto
Comunista.
3- El Marx tardo se ocup fundamentalmente en trabajos para la elaboracin de
El Capital, siendo en este sentido importante la obra los Fundamentos de la Crtica de
7 Cf. H. POPITZ, Der entfremdete Mensch. Zeitkritik und Geschichtsphilosophie des jungen Marx. El
autor se centra sobre todo en los Manuscritos de Pars. 8 K. MARX, Carta a Ruge, de 13 de Marzo de 1843.En MEW, vol. 27. p.417.
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la Economa Poltica. La praxis revolucionaria es suplantada por las leyes objetivas de
la mercanca y del dinero en el capitalismo9.
Es pregunta obligada si hay continuidad o discontinuidad en Marx en estos
perodos. Igualmente si Marx abandon el humanismo y la filosofa de la emancipacin
en el tercer perodo para dedicarse al anlisis cientfico del capitalismo; o si, por el
contrario, la filosofa tarda no representa otra cosa que la traslacin de los ideales ticos
de juventud al lenguaje de la Economa. Permtasenos dejarlo en suspenso por ahora
para responder ms adelante.
Y aqu nos interesa sobre todo saber en que obras de Marx hay que centrarse
para los objetivos de esta tesis. Hanak, Maximilien Rubel, Pierre Bigo y Karl Lwith
creen que hay continuidad entre las obras de juventud de Marx y las tardas, en las que
el autor se centra en la Economa. V. Adoratskij, que edit las obras completas de Marx
y Engels, dice que en los escritos de Marx de los aos 1843- 1845 (Marx joven) se
contiene lo esencial de la teora de Marx. Vranicki en su historia de la filosofa marxista
defiende que Max y Engels en los aos 1844-1845 (por tanto, el Marx maduro)
formulan sus ideas de forma ms profunda, ms amplia y ms coherente que
posteriormente10. Y de esta opinin son tambin H. Popitz y L. Althusser.
Por nuestra parte, consideramos que tiene razn De Yurre en que el pensamiento
de Marx como materialismo histrico brota en los Manuscritos de Economa y Filosofa
de 184411. De una opinin parecida, aunque ms imprecisa, es Lichtheim que sita la
aparicin del pensamiento maduro de Marx entre 1843 y 184512. Creemos tambin que
esta doctrina se desarrolla fundamentalmente en el perodo que va de esa fecha al ao
9 Vase T. HANAK, op. cit., p.18.
10 P. VRANICKI, Geschichte des Marxismus, I, p. 134; T. HANAK, op.cit., p.19; H. POPITZ, op. cit.,
pp. 7-8. 11
G. DE YURRE, El Marxismo ,I , p.128 12
Vase G. LICHTHEIM, Los orgenes del socialismo, p. 197-8.
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1848. Este perodo en general corresponde con el Marx maduro y en l se da la gnesis
y la elaboracin madura de la doctrina del materialismo histrico
Por otra parte, somos de la opinin deque las tesis fundamentales del
materialismo histrico elaboradas en este perodo permanecen invariables a lo largo de
la obra de Marx, de tal manera que no se pueden apreciar diferencias significativas entre
el Marx maduro y el Marx tardo, aunque la temtica que desarroll fundamentalmente
se centra en el campo de la ciencia econmica con el consiguiente anlisis del
capitalismo. Por ello no habra que entender que exista una ruptura o un cambio
sustancial entre el Marx maduro y el Marx tardo, en el sentido de que el primero fuera
humanista, dedicndose el segundo a otro tipo de anlisis, al anlisis cientfico del
capital y que, por ello, abandonara sus teoras y sus ideales anteriores. En este sentido,
lo que cambia es la temtica pero en ello no hay que suponer un cambio doctrinal.
Nos parece tambin que la contraposicin que se hace entre el Marx joven y el
Marx maduro debe ser muy matizada por la que distingue entre el Marx prematerialista
y precomunista, que a grandes rasgos corresponde al perodo de juventud, y el Marx
materialista y comunista que aparece en 1844 y perdura durante el resto de su vida. Por
otro lado, en lo que respecta al sistema de doctrina marxista, puede afirmarse que no
est estrictamente elaborado como tal, pero que es reconstruible, puesto que la obra de
nuestro autor contiene en lo fundamental una unidad de pensamiento que se manifiesta
en la concepcin materialista del hombre y de la historia, la cual incluye el comunismo
como fin escatolgico. As que podra decirse que el sistema es antropocntrico y
sociocntrico, incluyendo como partes del mismo los estudios y anlisis de otros
campos cientficos o filosficos (Arte, Teora del Conocimiento, Historia de la
Filosofa) en cuanto que estn entendidos como provenientes de la base material.
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Por todo ello, parece que la exposicin del Marx materialista tendr que tener en
cuenta el conjunto de la obra de Marx desde que inaugura el materialismo histrico,
aunque dando una presencia especial al Marx maduro, en la medida en que en las obras
de este perodo son ms abundantes las exposiciones de sus tesis originales.
En lo que se refiere a la filosofa de Engels, hay que hacer fundamentalmente
dos apreciaciones. En primer lugar, que es coautor del materialismo histrico, como es
sabido. En segundo lugar, que construye su propio sistema. Por tanto la visin
materialista del hombre, de la historia y de la sociedad fue completada por Engels con
una visin del mundo. De ah que de forma errnea se centren en Engels los que ven en
el marxismo un sistema ms amplio que el del materialismo histrico, y privilegien a
Marx los que nicamente ven en el marxismo una teora de la revolucin, la historia y el
comunismo.
Como sabemos, en Engels hay algo ms. Hay una teora del conocimiento,
aunque se pueda decir que es simple: El mundo es cognoscible y se presenta el
conocimiento como un reflejo o copia de la realidad. Hay una metafsica u ontologa: El
ser se representa como materia y est en constante movimiento y desarrollo, segn las
leyes de la dialctica. Hay tambin una teora de la ciencia y una cosmologa etc.
Parece tambin bastante unnime y bastante claro que los escritos ms
importantes para el estudio del materialismo dialctico de Engels son: el Anti-Dhring y
la Dialctica de la Naturaleza. Tambin son de consideracin Ludwig Feuerbach y el
fin de la filosofa clsica alemana, y Del socialismo utpico al cientfico
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6. Agradecimientos
No puedo menos que agradecer la colaboracin y el nimo de las personas que
han acompaado mi trabajo. En primer lugar, la simpata de mi familia, mi esposa e
hija, mis compaeros y mis amigos (de entre ellos especialmente D. Arsenio Alonso
Rodrguez). En segundo lugar, al Profesor D. Modesto Berciano Villalibre quin dirigi,
impuls y acompa mi trabajo sabiendo vencer las dificultades. En tercer lugar, al
Profesor D. Jess Avelino de la Pienda por su ayuda y colaboracin. En cuarto lugar, a
mi compaero y amigo D. Ramn Martnez Sobrino cuya valiosa asesora tcnica y
ayuda en informtica fue muy importante para la realizacin de la presente tesis.
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CAPTULO 1: FUNDAMENTO MATERIALISTA DE LA HISTORIA
1. Planteamiento general
Es por primera vez en los Manuscritos de economa y filosofa, escritos en el ao
1844, cuando podemos ver verdaderamente formulado el ncleo del materialismo
marxista ya formado como teora de la evolucin de la sociedad y del hombre, aunque
no tenga la precisin de anlisis que muestra en otras obras posteriores. En esta obra
tambin podemos estudiar a Marx, ya hecho comunista, que presenta la comuna como
alternativa poltica y como fin del desarrollo poltico y social. Dice Marx en esta obra:
Religin, familia, Estado, derecho, moral, ciencia, arte, etc., no son ms que formas
especiales de la produccin y caen bajo su ley general. La superacin positiva de la
propiedad privada como apropiacin de la vida humana es por ello la superacin
positiva de toda enajenacin, esto es, la vuelta del hombre desde la Religin, la familia,
el Estado, etc., a su existencia humana, es decir, social. La enajenacin religiosa, como
tal, transcurre slo en el dominio de la conciencia, del fuero interno del hombre, pero la
enajenacin econmica pertenece a la vida real; su superacin abarca por ello ambos
aspectos13.
Como se ve en la cita, la teora materialista est ya formulada, pues su principal
postulado (la primaca de la vida econmica sobre otras realidades o formas de vida) ya
se encuentra en ella. Es, pues, en la vida econmica donde hay que buscar la gnesis de
las otras realidades. En efecto, aunque en el texto citado lo que ms tarde sern las
13K. MARX, Manuscritos de Economa y Filosofa, p. 144.
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realidades superestructurales aparecen como formas especiales de la produccin, stas
caen bajo su ley general. Adems, el carcter derivado de estas realidades (estado,
derecho, religin) con respecto a la realidad econmica, se puede observar en que la
superacin en el dominio de la economa, que constituye la vida real, es la base del
cambio de las otras realidades y especialmente del de la conciencia enajenada. La vida
econmica es la vida real y su cambio no slo la altera a ella, sino tambin la
conciencia, que de esta forma aparece como realidad derivada de la econmica. En este
sentido opera toda la obra citada, pues trata la alienacin econmica como la
fundamental, y la alienacin que se da en la conciencia depende de la alienacin
econmica, en tanto que, como tambin puede verse en el texto citado, la realidad
econmica toma la forma o existe como propiedad privada.
Pero el anlisis materialista alcanza ya grados de explicitacin mayores cuando
lo extiende a temas concretos en la obra escrita en colaboracin con Engels La Sagrada
Familia14. As lo aplica al estudio del judasmo. En este estudio reconoce que el mundo
religioso del judasmo no se expresa a s mismo, ni la realidad material del mundo judo
es expresin de su conciencia religiosa (tal ser por ejemplo la tesis de Max Weber
cuando defiende que la religin protestante fue un factor fundamental en el desarrollo
del capitalismo). Por el contrario, el orden causal es el inverso: es la realidad material la
que permite comprender la gnesis de su mundo espiritual a lo largo de la historia. As
pues, son las condiciones materiales, esta vez el sistema financiero, como expresin de
la vida burguesa, las que dan la explicacin del judasmo religioso. As, el judasmo
real, profano, y por consecuencia el judasmo religioso, es constantemente producido
por la vida burguesa moderna; y encuentra su ltima expresin en el sistema
financiero15. En este sentido, tambin contempla al judasmo como fenmeno histrico
14 Vase K. MARX-F. ENGELS, La Sagrada Familia, p. 125.
15 Op.cit., p. 125.
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con el mismo esquema de interpretacin materialista, en este caso para la historia,
basado en lo ms real y en lo que es generante, en la prctica industrial y comercial.
Dice: Se ha probado que el judasmo se conserv y desarroll por, en y con la historia,
pero que ese desarrollo no puede ser constatado ms que con los ojos del hombre de
mundo y no con los ojos del telogo, puesto que hay que basarlo en la prctica
industrial y comercial y no en la teora religiosa16. Digamos de paso, que aqu se trata
la teologa y la teora religiosa como falsa conciencia, pues la conciencia no ideolgica
contempla los fenmenos ideolgicos como consecuencia de la praxis econmica, que
es la praxis real, sobre la que se fundan las dems.
En el libro Miseria de la Filosofa, publicado en 1847, Marx critica con dureza
la obra de Proudhon Filosofa de la miseria. Es una obra fundamentalmente econmica,
pero en ella no se encuentra formulado todava lo que ser el pensamiento econmico
maduro de Marx. Este aparecer fundamentalmente con la publicacin de El Capital.
No obstante, en ella pueden encontrarse afirmaciones que de forma inequvoca nos
ponen en contacto con el ncleo de la teora marxista de la sociedad y de la historia
como vamos a ver. Tambin aqu mediante la crtica de las concepciones idealistas de lo
real pondr de manifiesto, resaltndolas, las suyas. As, en lo que se refiere a las
categoras de las mismas relaciones de produccin (que aqu juegan el papel de base)
como forma terica que brota de estas relaciones, ocurre que el que intenta ver en dichas
categoras ideas o pensamientos puros se cae en un craso error. Dice Marx: Pero desde
el momento en que no se persigue el movimiento histrico de las relaciones de
produccin, cuyas categoras no constituyen ms que su expresin terica; desde el
momento en que no se quiere ver en las categoras ms que ideas, pensamientos
espontneos, independientes de las relaciones reales, se obliga uno a designar el
16 Op .cit., p. 125.
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movimiento de la razn pura como el origen de tales pensamientos17. Aqu, como se
puede comprobar, hasta las mismas categoras tericas con las que se expresa la realidad
tienen un origen material, econmico ms concretamente.
En lo atinente a una expresin positiva del ncleo materialista, en el sentido de
que la vida mental, ideolgica o espiritual se encuentra determinada por la materialidad
de la infraestructura, tambin se encuentra expresado en esta obra. Por ejemplo: Los
mismos hombres que establecen las relaciones sociales conforme a su productividad
material producen tambin los principios, las ideas, las categoras conforme a sus
relaciones sociales18. Igualmente, lo que llama las relaciones de hombre a hombre
resulta de un ncleo material que esta vez conoce como condiciones de existencia y
que hace a los hombres autores de su propia historia. Por tanto, se abandonan aqu los
principios eternos, mostrando el verdadero punto de partida19.
En el famossimo Manifiesto Comunista, escrito en 1848 junto con su amigo
Engels, Marx aplica esencialmente los mismos criterios de anlisis del ya bien
construido materialismo histrico. As, por ejemplo, las leyes de la superestructura,
expresada esta vez como moral y religin, dependen tambin de las condiciones
materiales, esta vez entendidas como intereses de clase, intereses de la clase burguesa; e
incluso la nacin como realidad desaparece ante el empuje de las condiciones
materiales: el moderno trabajo industrial, la moderna sumisin al capital ha quitado
por entero al proletariado su carcter nacional. Las leyes, la moral, la religin son
para l prejuicios burgueses, bajo los cuales se esconden otros tantos intereses
burgueses20.
17 K. MARX, Miseria de la Filosofa, p. 167-8.
18 Op. cit., p. 173-4.
19 Op. cit., p. 181.
20 K. MARX-F. ENGELS, Manifiesto Comunista, p. 55.
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As pues, como estamos viendo, es la base econmica o social la que genera las
realidades polticas o espirituales. As, tanto el derecho como las ideas son constituidos
por esta realidad material, en este caso de las relaciones de produccin y propiedad
burguesas. Vuestras propias ideas son producto de las relaciones de produccin y
propiedad burguesa, igual que vuestro derecho no es otra cosa que la voluntad de
vuestra clase llevada a derecho, una voluntad cuyo contenido se halla dado en las
condiciones materiales de vida de vuestra clase21. Por ello, el derecho de la poca
contempornea es, en ltima instancia, un producto de una clase, la clase burguesa, que
domina en la sociedad; y ste se concreta como determinacin de una voluntad
edificada por unas condiciones materiales especficas.
2. Las clases sociales
Por otra parte, la infraestructura, esta vez determinada como clases sociales, es
tambin aqu la que determina los materiales producidos por la teora o los mismos
autores de sta. As los economistas o los comunistas son otros tantos productos de las
clases sociales. De ellas brotan. As como los economistas son los representantes
cientficos de la clase burguesa, los socialistas y los comunistas son los tericos de la
clase proletaria22. Como se ve, se puede hablar de una ciencia burguesa y de una
ciencia proletaria.
Igualmente se puede afirmar que en el Manifiesto Comunista est claramente
operando la teora del materialismo, como estamos viendo. No obstante, en el
Manifiesto, el papel de condiciones materiales, sobre las que se construyen las
realidades derivadas de la superestructura, viene en la mayora de las ocasiones
21 Op. cit., p. 63.
22K. MARX, Miseria de la Filosofa, p. 194.
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representado por la estructura u organizacin de la sociedad en clases. As son las
clases, o la dinmica que ellas generan, las que son originantes. Son entonces las clases
sociales y la lucha entre ellas, que tiene lugar a lo largo de la historia, las que
determinan en este caso el ncleo material sobre el que giran otras realidades, como la
poltica o la educacin, como as se muestra en la siguiente cita: Y no est
determinada tambin vuestra educacin por la sociedad? No lo est a travs de las
relaciones sociales en cuyo seno educis, a travs de la intervencin directa o indirecta
de la sociedad, mediante la escuela etc.? Los comunistas no inventan el influjo de la
sociedad en la educacin; simplemente cambian su carcter, arrancan de ella el influjo
de la clase dominante23. De todas maneras, como se observa, este influjo de la sociedad
tambin est mediado por el de la clase dominante; y a fuer de buen marxismo, hemos
de suponer que el mismo transparenta los intereses de la misma. Estos intereses son los
que los comunistas combaten e intentan eliminar.
Este antagonismo de clases, esta lucha de clases crea, pues, formas de
conciencia que lgicamente cambian y desaparecen cuando cambian o desaparecen
aquellas. Dicho en trminos ms generales: las formas de conciencia dependen de la
realidad material porque brotan de ella. Nada tiene, pues, de extrao que la conciencia
social de todos los siglos, pese a su variedad y diferencia, se mueva dentro de ciertas
formas comunes de conciencia, formas que slo se disolvern por completo con la
entera desaparicin del antagonismo de clases24. Como se ve, aparecen las ideologas,
la conciencia social con un cierto paralelismo con la realidad social, pues a ella
corresponden; y el cambio que trae el comunismo, como etapa del desarrollo de la
sociedad, acarrear el correspondiente cambio en la conciencia con la desaparicin
consiguiente de las anteriores.
23 K. MARX-F. ENGELS, El Manifiesto Comunista., p. 64.
24 Op. cit., p .67.
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Por otra parte, este tipo de anlisis y fundamentacin de las formas de
conciencia lo ensaya con una extensin mayor en el captulo tercero del Manifiesto
Comunista25 en el que estudia la literatura socialista y comunista que no era marxista de
aquel tiempo. En este sentido, estas ideologas tambin responden a las maneras de ser o
a los intereses de determinadas clases sociales, as como a la situacin concreta de lo
que se determina como condiciones materiales. As, por ejemplo, el socialismo cristiano
responde a la conjuncin de los intereses del clrigo y de la aristocracia. El socialismo
cristiano es slo el agua bendita con la que el clrigo bendice la rabia de aristcrata26.
Esta situacin se produce en la medida en que el clrigo (que representa genricamente
a la iglesia) estuvo siempre aliado con el feudalismo. Esta situacin se prolonga y se
concreta en su poca en las doctrinas de socialismo cristiano, que son feudales.27
El caso del llamado socialismo conservador o burgus responde al mismo
esquema, aunque esta vez sea la sociedad burguesa, dividida en clases antagnicas, la
responsable de estas posiciones polticas. As, este tipo de socialismo es una teora de la
burguesa, que busca defender los intereses materiales de ella, aunque presente una
apariencia de fines altruistas, como puede ser el de remediar la situacin del sistema
social. As: Un sector de la burguesa desea remediar la penosa situacin social, con el
fin de asegurar la continuidad de la sociedad burguesa28. Como es claro, la burguesa
no busca realizar un cambio de las relaciones de produccin que sustentan su
dominacin como clase, sino simplemente, cambios en el mismo marco del capitalismo
con el fin de perpetuarse en el poder. Por cambio en las relaciones materiales de vida
no entiende este socialismo, en absoluto, abolicin de las relaciones de produccin
25 Vase op.cit., captulo III; pgs 70 a 83.
26 Op. cit., p. 72.
27 Vase op. cit., p. 72.
28 Op. cit., p. 78.
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19
burguesassino mejoras administrativas que se realizan en el marco de esas relaciones
de produccin29.
3. Formaciones ideolgicas.
En La Ideologa Alemana, obra tambin escrita con Engels, explica nuestro
autor en muchas ocasiones, cmo las formaciones ideolgicas dependen
inexcusablemente de la base material. En esta obra, como se ver, aparece ya
claramente la distincin entre la base econmica y la superestructura estatal e
ideolgica. As por ejemplo, partiendo de la base material, explicar tanto la historia,
como las producciones tericas (en este caso la filosofa moral)30.
Aqu se explica la realidad de lo ideolgico sobre lo que llama prctica material,
que se concreta como infraestructura. En este pasaje explica cmo brotan las
formaciones ideolgicas, pero tambin cmo hacerlas desaparecer de una manera muy
emprica y muy materialista, la cual se hace por el derrocamiento de las relaciones
sociales reales.
En este caso se comprende que Marx opera con el razonamiento adecuado, pero
entendido en la direccin contraria. Es decir, que puesto que las ideologas brotan de
unas condiciones materiales determinadas, la manera de hacerlas desaparecer, en cuanto
que son falsa conciencia, es por la desaparicin de las mismas condiciones materiales
que las originan y las sustentan.
En este sentido, que marca la necesidad de transformar la realidad para, por
medio de ello, cambiar la ideologa, se mueve tambin el opsculo Tesis sobre
29 Op. cit., p. 71.
30 Vase K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 40.
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Feuerbach. As por ejemplo, la undcima tesis: Los filsofos se han limitado a
interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo31. Con
ello, como se ve claramente, el filsofo verdadero es el revolucionario, pues cambiando
las condiciones reales se cambia la conciencia, la representacin de estas condiciones.
A esta manera de entender la realidad acompaa una crtica sobre lo que se
puede entender como posiciones idealistas acerca de las representaciones ideolgicas.
En este sentido, la contradiccin espiritual es una representacin de una contradiccin
material, la cual al desaparecer hace que se desvanezca tambin la primera. As, cuando
critica a Stirner, dice: los comunistas no hacen valer ni el egosmo en contra del
espritu de sacrificio ni el espritu de sacrificio en contra del egosmo, ni envuelven
tericamente esta contraposicin en aquella superabundante forma ideolgica, sino que
ponen de manifiesto, por el contrario, su fuente material, con lo que desaparece su
contraposicin misma32.
Es lgico, entonces, que se abra la crtica contra posiciones idealistas y as, por
ejemplo, lo hace contra el mismo Stirner porque en su teora se da la separacin entre la
conciencia y las condiciones materiales, es decir que realiza el divorcio total entre la
conciencia y los individuos que le sirven de base y sus condiciones reales33. En este
sentido, tambin manifestar que tampoco la satisfaccin de la pasin individual
depende de la conciencia sino de la realidad. Por ello, volviendo a la concepcin que
despus expresar tambin en las citadas tesis, la voluntad de un individuo aplicada de
manera idealista no permite desembarazarse de sus limitaciones y ello solamente puede
ser hecho de manera materialista. As: si, por tanto, la satisfaccin del individuo se
manifiesta como la satisfaccin (uni)lateral de una sola pasin, ello no depender en
modo alguno de la conciencia o la buena voluntad, y menos que nada de la falta de
31K. MARX, Tesis sobre Feuerbach, en K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 668. 32
K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p.287-8. 33
Op. cit., p. 290-1.
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reflexin acerca del concepto, como san Max se imagina. No depender de la
conciencia, sino de la realidad; no del pensamiento, sino de la realidad; depender del
desarrollo emprico y de las manifestaciones de vida del individuo, determinadas, a su
vez, por las condiciones del mundo34. As puede verse que el origen de la conciencia y
sus problemas est centrado en las condiciones materiales, en la base; y que cambiar
esta base lleva implicado un cambio de las representaciones35.
Tambin los problemas que presentan las retorsiones de los ideales que se
presentan histricamente tienen como base esta infraestructura material; en este caso,
porque las contradicciones que se manifiestan en la base material hacen que la
conciencia se torne idealista, falsa conciencia, como aos ms tarde manifestar
tambin, en el conocido prlogo a la Contribucin a la crtica de la Economa
Poltica36. As: cuanto ms la forma normal de intercambio de la sociedad se enfrenta
al desarrollo de las fuerzas productivas, tanto ms se degrada la conciencia hasta
idealizarse y convertirse en hipocresa37.
Hay tambin una crtica de las posturas idealistas, contrarias a su teora, las
cuales anteponen la formacin de la conciencia a la realidad de la base material. Es
decir, cuando el orden de la gnesis del pensamiento y de lo real va en la direccin
inversa a la establecida por nuestro autor. As dice: Para el idealista todo movimiento
transformador del mundo existe solamente en la cabeza de un hombre elegido38. En
este mismo sentido tambin dice: Para el idelogo todo el desarrollo histrico se
reduce a las abstracciones tericas del desarrollo histrico39. O dicho con un grado
de acritud bastante mayor y defendiendo lo mismo: Los Dalais-Lamas idealistas tienen
34Op .cit., p. 304. 35Vase tambin op. cit., p. 304-6. 36
Vase K. MARX, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, pgs 36-37- 38. 37
K. MARX- F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 340-1. 38
Op. cit., p. 651. 39Op. cit., p. 651.
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en comn con los vulgares y corrientes el que no quieren convencerse de que el mundo
que los alimenta pude existir sin sus sagrados excrementos40.
Se puede, pues, notar con claridad meridiana la primaca extremada que da
Marx a lo real, a lo material frente a lo espiritual e ideolgico y la feroz crtica que
acompaa a sus teoras materialistas en lo que se refiere a cualquier tipo de idealismo.
Como vemos, esta crtica se desarrolla tanto en la del idealismo que cree tener unas
representaciones autnomas de la realidad material, como en la de aquel que intenta
transformar la realidad slo mediante las ideas, sin intentar cambiar la base, que
constituye el origen de las representaciones ideolgicas.
De nuevo encontramos en el Manifiesto el anlisis de las ideas y las ideologas
como mscaras detrs de las cuales se oculta la realidad material de las relaciones de
produccin, con los intereses de dominacin que stas conllevan. De aqu que con Marx
tambin se pueda elaborar una filosofa de la sospecha, al igual que con Nietzsche para
quien la moral es la mscara de los resentidos. Las interesadas representaciones en que
vosotrosconverts vuestras relaciones de produccin y propiedad en leyes eternas de
la naturaleza y la razn, esas representaciones las comparts con todas las clases
dominantes desaparecidas41. Aqu, como se ve, puede decirse que la propia filosofa es
producto de estas condiciones materiales expresadas como relaciones de produccin,
pues una de las labores de la filosofa es la elaboracin de teoras generales que den
cuenta de la realidad. No obstante, el trabajo de crtica de la Filosofa lo realizar Marx
especficamente y aplicado a filosofas de autores y de pocas, como se ver.
Por otro lado, especialmente a partir de su asentamiento en Londres, Marx se
dedica al tratamiento de la temtica de la Economa Poltica; y su obra girar
fundamentalmente hacia la problemtica econmica, en particular en el estudio y
40 Op. cit., p. 651.
41 K. MARX-F. ENGELS, El Manifiesto Comunista, p. 63.
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23
anlisis del modo de produccin capitalista con un gran detalle, aunque no deje de tratar
los conceptos econmicos ms generales en cuanto totales. No obstante, estos
tratamientos se harn como propeduticos para el anlisis del capitalismo y sus
presupuestos. Como consecuencia, las aseveraciones que se refieren a la concepcin
materialista de la historia y de la sociedad aparecern, con mucha frecuencia,
enmarcadas en el contexto de dichos anlisis. La primera obra importante de esta poca
es la Contribucin a la crtica de la economa poltica, que fue publicada en 1859. En
ella se pueden encontrar algunos de los fundamentos de lo que luego ser el anlisis y la
crtica del capitalismo, especialmente en lo que se refiere a los conceptos de mercanca
y dinero, pero tambin otros como la distincin entre valor de uso y valor de cambio,
por ejemplo.
Por ello, en esta obra escasean las formulaciones del pensamiento puramente
materialistas. No obstante, en el Prefacio de esta obra se encuentran los textos ms
citados de lo que es la formulacin del materialismo histrico, textos en los que el
propio Marx extracta su concepcin. En l, en primer lugar aclara el planteamiento
general del tema a partir de la crtica a Hegel.42 En este sentido, explica cul es el lugar
de donde brotan las formaciones superestructurales (relaciones jurdicas y formas de
estado). Este lugar lo conoce esta vez como condiciones materiales de existencia y
concretamente donde surgen es en la sociedad civil. El anlisis de la sociedad civil, por
su parte, habr de hacerse basndose en la economa poltica. As dice: Mis
investigaciones dieron este resultado: que las relaciones jurdicas, as como las formas
de estado, no pueden explicarse por s mismas ni por la llamada evolucin general del
espritu humano; que se originan ms bien en las condiciones materiales de existencia,
que Hegel, siguiendo el ejemplo de los ingleses y franceses del siglo XVIII, comprenda
42 Vase K. MARX, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, p. 36.
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24
bajo el nombre de sociedad civil; pero que la anatoma de la sociedad civil hay que
buscarla en la economa poltica43.
Es entonces la economa poltica de una sociedad determinada, la base sobre la
cual se elevan la superestructura del Estado y el Derecho y las formas de conciencia que
le corresponden. Por ello: El conjunto de estas relaciones de produccin constituye la
estructura econmica de la sociedad, la base real sobre la cual se eleva una
superestructura jurdica y poltica a la que corresponden formas determinadas de
conciencia44. As pues, la vida material organiza la vida poltica y espiritual. Dicho con
las propias palabras de Marx, que aqu usa el concepto econmico-social de modo de
produccin: El modo de produccin de la vida material condiciona el proceso de la
vida social, poltica e intelectual en general45. En este sentido, se manifiesta claramente
la oposicin a Hegel, el cual ve dimanar la estructura social y toda la realidad humana
del desarrollo general del Espritu. Los sentidos de la produccin, como se ve, son
contrarios, pues mientras que en Hegel va del Espritu a lo material, en Marx va de lo
material a lo espiritual. Por tanto, en Marx es lo material lo que precede a lo espiritual, a
la conciencia y sus formas. Dicho por l en una frase muy conocida y citada en muchas
ocasiones como apretada sntesis de su concepcin de lo real: No es la conciencia de
los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que
determina la conciencia46.
Pero esta conciencia no siempre se adecua a la realidad y las pocas histricas
pueden presentar una autoconciencia distorsionada. No obstante, an as, este tipo de
conciencia tambin es explicada como producto de las condiciones materiales que la
sustentan y originan. En concreto, puede ser expresada como resultado del conflicto,
43Op. cit., p. 37. 44
Op. cit., p. 37. 45
Op. cit., p. 37. 46
Op. cit., p. 37.
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25
que se da en la infraestructura, entre las fuerzas productivas y las relaciones de
produccin. De este modo: Tampoco se puede juzgar tal poca de trastorno por la
conciencia de s misma; es preciso, por el contrario, explicar esta conciencia por las
contradicciones de la vida material, por el conflicto que existe entre las fuerzas
productivas y las relaciones de produccin47.
Por otra parte, el mismo planteamiento de los problemas de una poca histrica,
como forma de conciencia que es, depende del desarrollo material de la sociedad , en la
medida en que estn desarrolladas las condiciones que permiten resolverlos. En efecto:
la humanidad no se propone nunca ms que problemas que puede resolver el
problema mismo no se presenta ms que cuando las condiciones materiales para
resolverlo existen o se encuentran en estado de existir48.
Los manuscritos conocidos, por su nombre alemn, como Grundrisse,
traducidos como Los fundamentos de la Crtica de la Economa Poltica, son los
escritos anteriores a su obra magna de Economa, El capital. En ellos ya se encuentra la
crtica muy elaborada del capitalismo, crtica que perfeccionar en El capital. Aunque
son escritos que tratan sobre todo de temas econmicos, en ellos tambin pueden
encontrase algunos elementos de la crtica marxista de la sociedad y de la historia en sus
aspectos generales. En este sentido parecen interesantes los anlisis de ideas concretas
como las de igualdad y libertad.49En ellos estas ideas aparecen como producto de la
base econmica, aunque ms adelante criticar sus manifestaciones concretas como
aparentes50. As por ejemplo: No solamente la igualdad y la libertad se respetan en el
cambio basado sobre los valores, sino que el cambio de valores es la base productiva y
47 Op. cit., p. 38.
48 Op. cit., p. 37.
49 Vase K. MARX, K., Fundamentos, pgs. 132-133-134.
50 Vase op. cit., p. 133.
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real de todas las libertades y de la igualdad51. Pero an as tambin la acepcin de la
libertad y de la igualdad no es la misma en la sociedad burguesa que en otra sociedad y
eso tambin depende de las condiciones econmicas, en este caso del valor de cambio.
En esta acepcin, la igualdad y la libertad son exactamente lo contrario de la antigua
libertad e igualdad: no solamente no tenan por base el valor de cambio evolucionado,
sino que fueron destruidas por su desarrollo. Presuponen relaciones de produccin que
todava no estaban realizadas en el mundo antiguo52.
De todas maneras, en alguna ocasin Marx parece reconocer una virtualidad
propia de las ideas, cierta capacidad de desarrollo o concrecin en otras realidades, pues
en alguna medida parecen imbricarse en otras instancias, aunque sigan dependiendo de
su base. As: cuando se desarrollan en relaciones jurdicas, polticas y sociales su base
sigue siendo la misma53. An con todo, como se puede ver la prioridad en el orden
causal sigue estando en la base, que es las ms de las veces, la economa, puesto que
puede decirse que es en ella donde tienen su origen en el sistema econmico, como ya
hemos dicho. As, por ejemplo: el valor de cambio y an ms el sistema monetario
constituyen de hecho el fundamento de la igualdad y de la libertad54.
De cualquier modo, puede tambin decirse que estas ideas tambin son el
resultado de una falsa conciencia, y tienen una dialctica que depende del desarrollo del
sistema econmico, una dialctica que las convierte en una realidad contradictoria con
ellas, pues, en realidad, el valor de cambio se desarrolla en un poder (el capital) que
domina al trabajador. De esta manera, las ideas de igualdad y libertad son como una
mscara de lo que en realidad es una forma de dominio: dicho de otro modo la relacin
de la igualdad y de la libertad provoca desigualdad y despotismo. Pretender que el valor
51Op. cit., p. 133. 52
Op. cit., p. 133. 53
Op. cit., p. 133. 54
Op. cit., p. 136.
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27
de cambio no se desarrolle en capital o que el trabajo que produce valor de cambio no
desemboque en el salariado es un deseo tan piadoso como absurdo55. Con ello, como
se ve, se desarrolla una crtica al sistema econmico, pues las libertades de que deriva y
que produce son aparentes, siendo la opresin la realidad (la desigualdad y el
despotismo).56
4. Materialismo y realidad
Marx aplica esta base materialista a los diferentes campos de la realidad.
4.1 Produccin y desarrollo tecnolgico.
Al igual que las diversas formas de conciencia, tambin el desarrollo
tecnolgico, que como tal se incorpora, lgicamente a la infraestructura como fuerza
productiva, est condicionado por la realidad material, econmica que lo precede. As,
por ejemplo, la invencin del ferrocarril y su desarrollo tiene su causa en las
necesidades econmicas. Cuando ya la diligencia y la carreta no satisfacan las
exigencias ms desarrolladas del comercio, cuando, entre otras cosas, la centralizacin
de la produccin por la gran industria exiga nuevos recursos para el ms rpido y ms
voluminoso transporte de sus masas de productos, se invent la locomotora y, con ella,
la aplicacin del ferrocarril al trfico en gran escala57.
En otro lugar desarrolla la tesis materialista refirindose a las condiciones de
produccin. Es en la apropiacin de estas condiciones donde se define lo sustancial de
lo real, porque ello es la premisa de la actividad subjetiva, de las representaciones
55 Op. cit., p. 136.
56 Vase op. cit., p. 136.
57 K: MARX- F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 353.
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mentales. Ello implica que la verdadera apropiacin es la que se da en estas condiciones
de produccin, que son las verdaderas condiciones objetivas. As: La apropiacin
efectiva no se desarrolla primero en la relacin mental sino en la relacin real y activa
con las condiciones objetivas de la produccin, al representar realmente estas las
condiciones de la actividad subjetiva58. Como se ve, tambin se da aqu una gradacin
de la realidad, teniendo la realidad econmica ms consistencia. En este sentido, es
tambin en la realidad de la economa donde nace la actividad subjetiva, en tanto que
comunicacin y lenguaje. Gracias a la cual se modelan fuerzas e ideas nuevas, as
como modos de comunicacin, necesidades y lenguajes nuevos.59 As pues es del
mundo de la produccin de donde viene la creatividad y la formacin sustancial de
nuevas realidades: las espirituales, que en trminos marxistas, son superestructurales.
Esta preeminencia de la realidad econmica es la que hace que el cambio de las
fuerzas productivas conlleve la transformacin de las relaciones polticas, la religin, el
carcter, la concepcin de los individuos etc., siendo, en este sentido, incluso el
desarrollo de la ciencia un aspecto del desarrollo de las fuerzas productivas.60
Igualmente, la esencia del fenmeno de la alienacin se debe encontrar en el
hecho de la realidad infraestructural y no en un producto subjetivo que estuviera en la
mente de los trabajadores. Por ello su ubicacin se encuentra en la produccin. Ms en
concreto, en la apropiacin del trabajo del obrero, en la actividad que realiza para el
capital: La produccin de ese cuerpo objetivo de la actividad se efecta en oposicin
a la fuerza de trabajo inmediato; ese proceso de objetivacin poseer el carcter de
alienacin para el obrero, o de apropiacin del trabajo de otro para el capital. Esta
subversin y esta inversin son totalmente reales; no estn en el espritu de los
58 Op. cit., p. 359.
59 Op. cit., p. 360.
60 Op.cit., II, p. 30.
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29
trabajadores y de los capitalistas.61 As pues, al igual que en los Manuscritos de
Economa y Filosofa, la alienacin es econmica en cuanto que el obrero es desposedo
por el capitalista, que se apropia del trabajo ajeno, del trabajo del aqul. Por ello, como
ya dijimos, es una alienacin que tiene su base en la economa, su raz en el mismo
funcionamiento del sistema capitalista y no, por ejemplo, en la subjetividad del
capitalista particular.
4.2. Psicologa y lenguaje.
Por otra parte, el anlisis materialista alcanza dominios que, en un principio,
podran parecer como no susceptibles de l por la gran sutileza que implican; y as, en
un tipo particular de analtica del lenguaje, busca el significado materialista de palabras
tales como misin o destinos refirindolas a las condiciones sociales que son
manifestacin de las necesidades de emancipacin. As: Misin, destino, objetivo,
ideal son, para repetirlo en pocas palabras: la representacin de las tareas
revolucionarias que tiene ante s, materialmente hablando, una clase oprimida;62.
Poco se escapa al anlisis materialista del marxismo, ya muy clara y
repetidamente formulado en esta obra; y en este sentido, tambin el comportamiento
individual est determinado por la materialidad de la base, por la materialidad del medio
en el que vive63.
En fin, la concepcin materialista de la realidad abarca tambin lo que podra
llamarse (siguiendo a Wundt) la Psicologa de los Pueblos porque tambin la
mentalidad o el carcter de un pueblo es producto de lo material. As, por ejemplo: Ya
hemos tenido repetidas ocasiones de ver que a esta inflada y superabundante soberbia
61 Op. cit., II, p. 344.
62Op. cit., p. 501-2. 63
Vase op. cit., p. 501-2.
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30
nacional corresponde, en el terreno de los hechos, una prctica totalmente mezquina, de
tenderos y artesanos64.
4.3. Leyes e ideas.
Como se ve en este trabajo, Marx opera con el condicionamiento o la
determinacin de lo poltico por lo econmico, expresado como relaciones de
produccin, o como fuerzas productivas. Es entonces coherente con su sistema de
pensamiento que el autor entienda que las reglas que regulan el funcionamiento de la
sociedad, las leyes, no son establecidas por el legislador, sino que son producto de lo
material, de la produccin. Efectivamente: Tales reglas, han sido establecidas por el
legislador? No. Nacidas primitivamente de las condiciones de la produccin material65.
Por todo ello, casi como una consecuencia que se desprende de estas premisas, se dice
que el poder poltico deriva, proviene del lugar donde se determinan la condiciones
materiales, de la sociedad civil : el poder poltico constituye precisamente el
resumen oficial del antagonismo de la sociedad civil66. Esta vez la dialctica de la base
se traslada a la esfera del poder poltico, de la cual es manifestacin.
Tambin, como puede observarse, aparece el tpico de la ideologa como
mscara que esconde realidades materiales, en este caso los intereses de la burguesa,
derivados de una situacin material concreta, que ya son reaccionarios porque la misma
clase se ha hecho reaccionaria. Para el materialismo marxista no se escapa nada a su
teora de la gnesis de las ideas. Incluso una idea tan digna de respeto, tan valiosa como
la libertad es producto de esa realidad de las condiciones materiales, de la base, ahora
vista como realidad econmica: Por libertad se entiende en las actuales relaciones
64 Op. cit., p. 565.
65 Op. cit., p. 208.
66 Op. cit., p. 259.
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31
burguesas de produccin el comercio libre, la compra y la venta libres.67 Como se ve,
aqu tambin hay que poner en relacin los intereses con la conformacin concreta de
las ideas. En este caso la libertad se concreta como libertad de comercio, como libertad
econmica. En efecto, las ideas son producto de las relaciones sociales concretas; en el
caso de la sociedad burguesa, de relaciones burguesas.
4.4. Poltica.
Aunque no falten algunas contradicciones sobre este tema68, puede afirmarse
que en Marx la relacin entre las infraestructuras y las superestructuras no es biunvoca,
sino que el orden causal est marcado en la direccin que nace de la economa y va
hacia la conciencia o, en general, la superestructura. As la economa es independiente
de la poltica y sta le est subordinada. De este modo dice: Y si semejantes ilusiones
filosficas pudieron tener curso, antes, en Alemania; ahora resultan ya completamente
ridculas, a partir del momento en que el comercio mundial se ha encargado de mostrar
palmariamente que el lucro burgus es totalmente independiente de la poltica y que
sta, por el contrario, se halla totalmente subordinada al lucro burgus69. Otro caso se
ve en que el estado acta conforme a la direccin que le impone el fundamento material
del que depende, en este caso su endeudamiento con la burguesa70.
Por ello, es natural que, siguiendo su esquema de pensamiento, Marx critique en
su obra a los polticos y juristas que cultivan los conceptos del derecho, pero sin ver en
ellos lo que son: la expresin de la realidad econmica en tanto que sta se manifiesta
como relaciones de produccin71. Como consecuencia, seala que no se pueden cambiar
67 Op. cit., p. 61.
68 Vase K. MARX, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, p. 281.
69 K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 425.
70 Vase op. cit., p .427-8.
71 Vase op. cit., p. 430.
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32
las relaciones existentes por medio de la buena voluntad sino por medio del cambio que
se ha de operar en las condiciones materiales, pues (otra vez repite) la conciencia es
producto de las condiciones existentes, entendiendo por ellas la materialidad de lo que
es la base econmica. Por el contrario, intentar transformar la conciencia es producto de
la impotencia. En este sentido, se supone que impotencia para cambiar cualquier tipo de
realidad, pues no se opera un verdadero cambio si no se transforma la infraestructura,
que podemos decir que tiene ms peso ontolgico, de realidad. Una buena prueba de lo
que se afirma sera la cada de la filosofa burguesa del disfrute cuando cambia la base
material, en este caso, las contradicciones entre el proletariado y la burguesa.72
Lo mismo ocurre con las ideologas polticas que, como representaciones de la
conciencia que son, dependen de la infraestructura econmica o social. En efecto, el
liberalismo y el socialismo alemanes dependen del movimiento obrero de Francia e
Inglaterra. Este estudio de las ideologas polticas alemanas de su poca se aplica a una
crtica a los comunistas alemanes en cuanto que no ve en la literatura producida por
ellos la expresin de un movimiento real, porque piensa que sta brota sin sentido. As,
aunque estos comunistas se basan en las necesidades prcticas, separan la ideologa de
la vida real, construyendo as una relacin fantstica entre las ideas y el mundo real. Por
todo ello Marx refiere esta literatura a las condiciones materiales alemanas de la
poca.73
El librito traducido al espaol con el ttulo de La diplomacia secreta se public
por entregas en The free press (Londres) en 1857. En l Marx presenta un estudio sobre
algunas relaciones internacionales durante el siglo XVIII. Como es de suponer, tambin
en esta obrita aplica la teora del materialismo histrico al campo que le ocupa, es decir,
al anlisis de las relaciones diplomticas, aunque podamos sealar que hay ocasiones en
72 Vase op. cit., pgs. 499-500.
73 Vase op. cit., p. 543-4-5.
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33
que el modo en el que procede el anlisis histrico no es materialista.74As, por ejemplo,
el captulo III, en el que aplica el oscuro concepto de raza al anlisis. Pero en esta obra,
cuando se aplica el modelo materialista, se habla de intereses materiales de los estados,
intereses en los que est el origen de las mismas relaciones diplomticas. Las
relaciones diplomticas entre Inglaterra y Rusia no constituan otra cosa que la
consecuencia natural de los mutuos intereses materiales existentes entre los dos
pases.75
De igual manera el materialismo se aplica a las ideas polticas, esta vez con una
gran dosis de irona y en un sentido laxo, queriendo con ello indicar la movilidad de las
representaciones en funcin de las conveniencias. La idea de patria, por ejemplo,
depende de intereses concretos que son econmicos As podr decirse que Holanda
haba extendido la patria en funcin de los intereses de su capital, pues el mercado ruso
le haba permitido la inversin de su capital financiero y humano: La patria haba
comenzado a extenderse all donde pagaran mejores intereses. Por tanto Rusia result
poseer un inmenso mercado, no tanto por lo que se refera al comercio, sino a la
inversin del capital y hombres.76 Del mismo modo, como consecuencia de las
premisas materialistas, el llamado rusianismo de los estadistas holandeses e ingleses
aparece explicado por los intereses econmicos de sus pases, que representan los
intereses de sus burguesas. Por tanto aqu tambin exista una base slida como en
Inglaterra para el rusianismo de los estadistas77
Como conclusin, puede afirmarse que las condiciones materiales, esta vez
sobre todo econmicas, hacen de causa de otras formas de vida, como la vida nacional y
las que mantienen entre s los pueblos. Se trata esta vez de que la extensin del mercado
74 Vase K. MARX, La diplomacia secreta, pgs. 127-134.
75 Op. cit., p. 33.
76 Op. cit., p. 83,
77 Op. cit., p. 83.
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a nivel mundial y la produccin industrial forman el ncleo sobre el cual se ordenan
otros de tipos de realidades en transformacin. Escribe Marx: Los particularismos
nacionales y los antagonismos de los pueblos desaparecen cada da ms, simplemente
con el desarrollo de la burguesa, con la libertad de comercio, el mercado mundial, la
uniformidad de la produccin industrial y las formas de vida que a ella corresponden78.
4.5. Proceso de liberacin.
Pero tambin la misma lucha poltica, y la liberacin y su proceso, dependen de
su base material, de las condiciones socio-econmicas. En este sentido, es el desarrollo
de esta base la que permite que puedan madurar las condiciones de la liberacin del
proletariado, que no son otras que las condiciones que permiten la revolucin y la
instauracin del comunismo. En 1847 escriba Marx: las fuerza productivas no se han
desarrollado bastante todava en el seno de la sociedad burguesa misma, para dejar
entrever las condiciones materiales necesarias para la liberacin del proletariado79.
En la parte de la obra que estamos estudiando, tambin Marx y Engels, en lo que
llaman socialismo utpico, desarrollan el esquema materialista. En efecto, este
socialismo es, de la misma manera, producto de un desarrollo social y econmico
previo80. ste determina las posibilidades de liberacin, esto es, las posibilidades de
alcanzar la sociedad socialista. Del mismo modo, las posibilidades de acabar con el
feudalismo fracasaron porque todava no estaba desarrollada plenamente la sociedad
burguesa. Por tanto, incluso la liberacin o la transicin de unas sociedades a otras
depende del ncleo material, del desarrollo econmico y social. Dice nuestro autor:
Las primeras tentativas del proletariado de imponer directamente sus propios intereses
78 Op. cit., p. 65.
79 K. MARX, Miseria de la Filosofa, p. 195
80 Vase K. MARX- F. ENGELS, El Manifiesto Comunista, p.80.
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de clase en una poca de agitacin general, en el derribo de la sociedad feudal,
fracasaron necesariamente por la forma an no desarrollada del mismo proletariado,
como tambin por la falta de condiciones materiales de su liberacin, condiciones que
son precisamente producto de la poca burguesa81. As pues, las condiciones materiales
no solamente condicionan las posibilidades de liberacin sino tambin la produccin
terica en general y, en particular, la literatura del socialismo que tendr caractersticas
que se derivan de ellas. Escribe Marx: La literatura revolucionaria que acompa a
estos primeros movimientos del proletariado es, por su contenido, necesariamente
reaccionaria. Ensea un ascetismo general y un tosco igualitarismo82. En el sentido del
anlisis que se realiza, es lgico pensar que la realidad de lo material tambin
condicione la accin poltica del socialismo utpico, que es el que corresponde a esos
momentos histricos concretos.83 De la misma manera, tambin estarn determinados
por esas condiciones los roles y el momento de su declive, esta vez vistos como
desvalorizndose y perdiendo justificacin terica.84
5. Conclusiones
Parece bastante claro que el ncleo del materialismo marxista explicita que lo
esencial de la realidad humana se encuentra en lo que puede ser comprendido como
condiciones materiales de desenvolvimiento de la vida humana; y que por ello todo otro
tipo de realidades son derivadas de las primeras. De este modo, se distingue entre la
infraestructura y la superestructura, de tal manera que los fenmenos religiosos,
artsticos, filosficos y espirituales en general, as como el tipo de estado, son resultado
81 Op. cit., p. 79-80.
82 Op. cit., p. 80.
83 Vase op. cit., p. 81.
84 Vase op. cit., p. 82.
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de las relaciones que se originan en la infraestructura, entendida fundamentalmente
como infraestructura econmica, que es el ncleo originante.
Por ello, se defiende que la vida econmica y tambin la vida social son la vida
real. As, por ejemplo, se explica que el mundo religioso judo sea una expresin de la
materialidad econmica, en este caso del sistema financiero judo. O bien- poniendo
otro ejemplo- a partir de la vida econmica se explicar la filosofa moral de una poca.
Por tanto, tambin a la dinmica de la vida material corresponde otra dinmica
determinada en la ideologa o en la vida espiritual, siendo stas una especie de reflejo de
aqullas. En general, se ve que la relacin de origen es unvoca y va en la direccin de
la infraestructura a la superestructura, aunque en ocasiones se reconozca que tambin la
superestructura influye sobre la base o infraestructura. Pero ello se hace ms bien
ejercindose que representndose en el sistema marxista.
Tambin existe en Marx, lgicamente correspondiendo con sus posiciones
materialistas, una crtica de los sistemas idealistas que no entienden que la formacin de
la conciencia depende de las realidades materiales; es decir, que cambian la direccin de
la produccin en los dos mbitos que estamos reconociendo y transitan invirtiendo la
verdadera relacin.
Ello da lugar, por su parte, a la crtica de las ideologas en cuanto falsa
conciencia de la realidad, puesto que no representan el orden real sino que esconden,
por ejemplo, intereses de clases o, en general, las situaciones concretas de las
condiciones materiales.
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CAPTULO 2: LA INFRAESTRUCTURA Y LA SUPERESTRUCTURA
Como hemos visto, la concepcin del materialismo marxista del hombre, de la
sociedad y de la historia incluye un orden causal en los fenmenos antropolgicos
(sociales, histricos). Este orden de causalidad significa que lo que, en general se
conoce como condiciones materiales, tiene la preeminencia, hace de lugar de los
elementos condicionantes o determinantes; y de ah dimanan los condicionados (tales
como las ideologas o el estado). Este orden causal da lugar a la conocida distincin
entre la base o infraestructura y la superestructura, siendo la primera el lugar donde
podemos decir que se originan los fenmenos que son propios de la segunda. Pero
puede decirse que, tanto la base como la superestructura, admiten muchas concreciones
y son, en gran medida, movibles. As por ejemplo, el estado es considerado siempre
como superestructural, pero en algn momento puede jugar un papel de base en cuanto
que produce intereses que mueven una determinada poltica, como hemos visto cuando
expusimos la parte dedicada al libro La diplomacia secreta.
De igual manera, la base admite diferentes concreciones y en el orden causal,
dentro de la misma base, hay elementos causantes y causados. No obstante, esto ltimo
no altera la relacin entre la base y la superestructura porque sta ltima siempre es
precedida, causada por aquella. Puede decirse que la superestructura goza de menos
entidad que la base; y esto hasta tal punto que en muchas ocasiones los contenidos de
ella se desacreditan cuando se muestra su origen. As, por ejemplo, la ideologa poltica
burguesa queda descalificada en cuanto que es la plasmacin de los intereses de clase
que posee del capital.
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Por otra parte, esencialmente puede considerarse que son infraestructurales en
especial las realidades econmicas, pero tambin las sociales. Por tanto, son base
fundamentalmente los conceptos de produccin, la forma de intercambio, las fuerzas
productivas, las relaciones de produccin, la sociedad civil, las relaciones sociales de
produccin, la organizacin de las clases sociales, el comercio y la industria, la
propiedad privada y la circulacin, como iremos detallando. En cuanto a las realidades
superestructurales, tambin existe un amplio abanico de posibilidades. As: la Filosofa,
la conciencia en general con sus formas, el lenguaje, la religin, el desarrollo de la
historia, las ideologas polticas, las ideas polticas como las de Libertad, incluso la
esencia del hombre, la produccin espiritual en general, el Estado y con ste la ley y el
Derecho, el arte etc.
1. La infraestructura
Como ya hemos dicho, el sentido general que tiene la base en la obra
materialista de Marx es el de ser el zcalo sobre el que se asienta la superestructura. Al
mismo tiempo es la fuerza que lo genera. Esto significa que en el orden del ser, en el
orden ontolgico, la base es lo primitivo y por tanto lo es tambin en el orden de las
causas, pues casi siempre es presentada como lo que produce las realidades de la
superestructura, que lgicamente son el efecto, lo causado.
Como ya hemos sealado, la primera obra del Marx ya materialista (tambin ya
comunista) son los Manuscritos de Economa y Filosofa, conocidos tambin como los
Manuscritos de Pars. No obstante, en esta obra la distincin entre infraestructura y
superestructura est ejercida, pero poco representada. En este sentido, se puede destacar,
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por una parte, que el mismo hombre enajenado es resultado de la produccin;85 de la
misma manera que el trabajo enajenado es la base de la alienacin86; y que en general el
hombre es creacin de su propio trabajo87. Por otra, que la alienacin, que es el principal
objeto de estudio de esta obra, es como tal econmica y que desde este sentido pueden
comprenderse los otros tipos de la misma.88
2. Concreciones de la infraestructura.
El concepto de infraestructura se concreta en diferentes aspectos.
2.1. Fuerzas productivas.
En La Sagrada Familia concreta Marx la infraestructura como condiciones de
produccin y de ellas se deduce la supremaca poltica de una clase, la burguesa.
Sealan Marx y Engels: la supremaca poltica de la burguesa tiene su origen en esas
condiciones modernas de la produccin89. Del mismo modo, en la infraestructura
existe orden de causacin; y as existen realidades bsicas que provienen de otras que
tambin son de la infraestructura. La cuestin de la propiedad vara enormemente de
acuerdo al grado de desarrollo general de la industria y al grado de desenvolvimiento
particular de los diferentes pases.90 En este caso podemos comprobar que la propiedad
depende del desarrollo de la industria. Podramos incluso decir, usando otro trmino
marxista, que depende del desarrollo de las fuerzas productivas, puesto que el grado de
industrializacin es una manifestacin de ellas.
85 Vase K. MARX, Manuscritos de Economa y Filosofa, p. 125.
86Vase op. cit., p. 113. 87
Vase op.cit., p 155. 88
Vase op. cit., p. 144. 89
K. MARX- F. ENGELS, La Sagrada Familia, p. 242. 90
Op. cit., p. 245.
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En La Ideologa Alemana, obra de1845 en la que crtica a los hegelianos
alemanes de la poca y que est escrita por Marx y Engels, se manifiesta ms
claramente que en La Sagrada Familia esta prioridad de lo material sobre lo ideolgico
o espiritual y lo poltico. En el caso que vamos a explicar el papel de la infraestructura,
es decir, de condiciones materiales, lo cumplen el desarrollo de las fuerzas productivas
y el intercambio que les corresponde. Los hombres son los productores de sus
representaciones, de sus ideas, etc., pero los hombres reales y actuantes, tal y como se
hallan condicionados por un determinado desarrollo de las fuerzas productivas y por el
intercambio que a l corresponde.91 As pues, las relaciones empricas que descansan
en la produccin y el intercambio se expresan en la produccin espiritual. En este
sentido, tanto la forma de produccin como la forma de intercambio congruente con
l forman la base sobre la que se asientan los fenmenos ideolgicos.92
Se puede asimismo estudiar cmo la infraestructura, en la dialctica entre sus
partes, ejerce ese papel de motor de la superestructura del que hemos hablado en
trminos generales. Estas partes se especifican, en este caso, como fuerzas productivas,
formas de intercambio y organizacin social. De esta manera, hay una cadena causal
desde la economa (fuerzas productivas y formas de intercambio) a la sociedad
(relaciones sociales de produccin, sociedad) que tiene la propiedad de llegar a la
superestructura. As, el enfrentamiento entre la forma de intercambio y el desarrollo de
las fuerzas productivas lleva a las discordias sociales, lo cual hace que la conciencia
vaya cambiando. Estas formas de conciencia pueden cambiar, por ejemplo, hasta
convertirse en hipocresa93. Por tanto, la infraestructura en sus contradicciones, lleva a
enfrentamientos sociales (por ello, en otro nivel de ella misma) que determinan despus
las formas de conciencia.
91 K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 26.
92Vase op. cit., p. 33. 93
Vase op. cit., pp. 83, 86 y 340-1.
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De otro lado, en esta misma obra hay ocasiones en que el concepto de lo
infraestructural viene especificado como realidad emprica o relaciones empricas,
aunque se manifieste tambin como economa. En este caso se ve cmo es esta realidad
emprica la que mueve a los individuos; no, por ejemplo, facultades de la conciencia
como la reflexin o la imaginacin. Lo que permite a los individuos desembarazarse en
condiciones favorables de su limitacin esel hecho de que en su realidad emprica
y movidos por necesidades empricas, logren realmente producir un intercambio
universal.94
En efecto, en lo que se refiere al condicionamiento recproco que se da en los
conceptos de la infraestructura, en general Marx tiende a entender las fuerzas
productivas como la base ms infraestructural , por as decir, mostrndose as como
generadoras de las realidades de la base. As por ejemplo, seala cmo la propiedad
privada es una institucin histrica que corresponde a ciertas fases del desarrollo de
las fuerzas productivas, siendo en este sentido, incluso, una realidad transitoria, pues
con la maduracin material se puede prescindir de ella 95 en el comunismo. En este
sentido, est la propiedad burguesa vinculada a ciertas condiciones econmicas que
son dependientes del grado de desarrollo de las fuerzas productivas y, en este caso
tambin del comercio96.
En este sentido, la produccin de principios o de filosofas depende de las
relaciones sociales que los hombres establecen y que son resultado de la productividad,
por tanto del desarrollo de las fuerzas productivas. Es, por ello, aqu el concepto
material de productividad el que cumple el rol de ser causa primera de todo lo dems.
Los mismos hombres que establecen las relaciones conforme a su productividad
material producen tambin los principios, las ideas, las categoras conforme a sus
94 Op. cit., p. 306.
95 Vase op. cit., pgs. 419-20.
96 Op. cit., p. 421.
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relaciones sociales.97 Pero tambin en esta obra las teoras provienen de la
infraestructura, ahora de las clases sociales con intereses propios, intereses que crean
teora, ciencia. Los clsicos, como Adam Smith y Ricardo, representan una burguesa
que lucha todava con los restos de la sociedad feudal98. Como puede verse con
claridad meridiana estos intereses estn condicionados histricamente por desarrollos
concretos de la sociedad, en este caso por una burguesa que intenta acabar con lo que
queda del feudalismo.
En conclusin, si hacemos un recorrido por las diferentes realizaciones de la
categora de infraestructura en la obra de Marx, como hacemos en el captulo presente,
puede verse que el autor lo hace por medio de conceptos diferentes. As: fuerzas
productivas, relaciones de produccin, formas de intercambio, divisin del trabajo,
clases sociales y otras ms. Pero cabe, adems, la posibilidad de preguntarse si hay
alguna concrecin de la categora que resulte ms apropiada para el concepto; y de
pensar si otras realizaciones de la categora estn determinadas por ella en cuanto que
representase un nivel anterior. No trata Marx el tema especficamente; pero quiz pueda
afirmarse que este lugar lo ocupa el concepto de fuerzas productivas. As, en La
Ideologa Alemana puede constatarse cmo el concepto de fuerzas productivas juega el
papel de base dentro de la base, con respecto a otro concepto infraestructural como es el
de divisin del trabajo: Toda nueva fuerza productivatrae consigo un nuevo
desarrollo de la divisin del trabajo99. Parece, entonces, que a partir de este ncleo se
desarrolla por derivacin el aparato de la superestructura, con ms o menos
mediaciones.
De otro lado y en relacin con la prioridad de que estamos tratando, tambin nos
parece que est expuesta claramente en el Prefacio de la Contribucin a la crtica de la
97K. MARX, Miseria de la Filosofa, pgs. 173-4. 98
Op. cit., p. 192-3. 99
K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 20.
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Economa Poltica, en cuanto que aqu se expone la dialctica entre el desarrollo de las
fuerzas productivas y las relaciones sociales de produccin; y tambin entre stas y la
superestructuras: el Estado y las ideologas100.
Por ltimo, esta anterioridad de las fuerzas productivas con respecto a otras
partes que ocupan el concepto de infraestructura, puede, del mismo modo, ser
refrendada en los Grundrisse. En estos manuscritos se fija a las fuerzas productivas
determinando la organizacin social y la propiedad: La comuna y la propiedad basada
sobre ella corresponden en ltimo trmino a un nivel determinado de desarrollo de las
fuerzas productivas de los sujetos activos, nivel al cual corresponden relaciones
determinadas entre los individuos y respecto a la naturaleza.101 Aqu, como puede
verse, se refiere a un modo de produccin concreto, la comuna primitiva; pero
lgicamente las afirmaciones que realiza son generalizables.
2.2. Relaciones de produccin
En La Sagrada Familia, obra escrita en colaboracin por Marx y Engels, ya
podemos ver mucho ms claramente representada la distincin entre infraestructura y
superestructura. Las sociedades aparecen aqu como la infraestructura de la que
dependen los estados; y en cierto sentido esto se manifiesta en las relaciones de
produccin que son la organizacin misma de la sociedad. As, en la sociedad antigua
su base era la esclavitud; y en el capitalismo la base de la que depende el estado burgus
es la sociedad burguesa. Todos ellos tienen caractersticas propias. La esclavitud era la
base del Estado antiguo; la base del estado moderno es la sociedad burguesa, es decir, el
hombre independiente unido a otros hombres por el vnculo del inters privado102
100 Vase K. Marx, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, p. 37-8.
101 K. MARX, Grundrisse, I, p .361.
102K. MARX, La Sagrada Familia, p. 133.
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De la misma manera, ms adelante, al hablar de la naturaleza del estado moderno,
afirma igualmente Marx que ste se basa en la sociedad burguesa. As dice, refirindose
a Napolen: Ciertamente Napolen ya comprenda la naturaleza del Estado moderno;
se daba cuenta de que estaba basado en el libre desarrollo de la sociedad burguesa, en el
libre juego de los intereses particulares etc.103
Del mismo modo, en el libro de 1847 La miseria de la Filosofa, que es, sobre
todo, una crtica a los conceptos econmicos de Proudhon, emplea y ejerce Marx el
esquema general del materialismo, en cuanto a la distincin que estamos tratando como
ncleo de la concepcin materialista de la sociedad y de la historia. Por tanto, la
divisin entre una infraestructura -concebida aqu, sobre todo en el sentido econmico,
es decir, como fuerzas productivas y como relaciones de produccin- y una
superestructura, es clave en ella. En este sentido, las relaciones de produccin
determinan la teora; y por ello, cuando se intenta una ubicacin en la que la
preeminencia la tienen las realidades espirituales o ideolgicas, se est pensando
inadecuadamente. Vase esta cita: Pero desde el momento en que no se persigue el
movimiento histrico de las relaciones de produccin, cuyas categoras no constituyen
ms que su expresin terica. Desde el momento en que se quiere ya ver en estas
categoras ms que ideas, pensamientos espontneos, independientes de las relaciones
reales, se obliga uno a designar el movimiento de la razn como el origen de tales
pensamientos104. As puede, pues, observarse una inversin terica que no responde a
la realidad, en la medida en que son estas relaciones reales, las relaciones de
produccin, las que efectivamente crean la teora. Como se ve, una vez ms la relacin
causal va de la base a la superestructura, de tal manera que cuando se intenta hacerlo en
otra direccin se da una perversin de la teora, diramos que se incurre en idealismo.
103 Op. cit., p. 145.
104 K. MARX, Miseria de la Filosofa, pgs. 167-8.
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Por otra parte, en El Manifiesto Comunista la infraestructura tambin ejerce el
condicionamiento sobre los conceptos como puede ser el de libertad, pues esta vez las
relaciones econmicas, las relaciones burguesas de produccin son la que conllevan la
manera en que se concibe la idea. Por libertad se entiende en las actuales relaciones
burguesas de produccin el comercio libre, la compra y la venta libres105. Sera difcil
encontrar una cita ms explcita en la que se concrete la infraestructura como relaciones
de produccin y de propiedad, relaciones que forman las ideas, que la siguiente:
Vuestras propias ideas son producto de las relaciones de produccin y propiedad
burguesas, igual que vuestro derecho no es otra cosa que la voluntad de vuestra clase
elevada a derecho, una voluntad cuyo contenido se halla dado en las condiciones
materiales de vida de vuestra clase.106 Aqu puede decirse que incluso la voluntad que
engendra derecho responde a unos intereses; y corresponde a la realidad de la
infraestructura de las condiciones materiales, que pueden ser expresadas como
relaciones de propiedad y produccin.
Siguiendo con esta obra, no hemos de dejar de indicar que en su tercera parte se
hace, como ya se ha visto, un anlisis de las ideologas socialistas, en el que se pone de
relieve que dichas ideologas son un resultado de las condiciones materiales, expresadas
en concretos intereses de clase; o en una posicin inversa, como formas de pensar en el
vaco, en la medida en que, en ocasiones, dejan de expresar verdaderos contenidos
infraestructurales. As, los socialismos feudal, pequeo burgus y utpico.107 Ello, a su
vez, no deja de ser una aclaracin ms sobre las virtualidades y la efectividad de la
realidad de lo bsico, de la realidad de lo material.
105 K. MARX- F. ENGELS, El Manifiesto Comunista, p.61