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Taiwan

Marzo 2015

ÀNGEL LÁZARO

Hemos estado recorriendo la isla de Taiwan durante varios días; teníamos buenas

referencias, pero este pequeño estado independiente, que perdió su reconocimiento

diplomático en 1971 (tras la entrada de la República Popular China en las Naciones

Unidas), nos ha sorprendido muy agradablemente por su alto nivel de vida, su

dinamismo comercial, la excelente organización de sus servicios públicos, la diversidad

gastronómica y cultural (influencias aborígenes, chinas, japonesas, norteamericanas...),

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su reconocida tecnología (Acer, HTC, Foxconn, la torre Taipei 101...), una democracia

muy avanzada y tolerante (había manifestaciones cuando llegamos), y la religiosidad,

amabilidad y civismo de la mayor parte de sus habitantes (en abierto contraste con

la China continental en la mayor parte de estos ítems, todo hay que decirlo...).

Pero lo que ha superado nuestras previsiones es su biodiversidad: a pesar de la presión

demográfica y la contaminación, la isla es un jardín, con abundante y variada

vegetación, altas cordilleras en el centro (decenas de montañas entre los 3500 y los

4000 metros de altura) , gran cantidad de zonas vírgenes, arrozales, playas de

arena volcánica, acantilados que dejan sin respiración, cuevas, gargantas de

centenares de metros con paredes de mármol de varios colores y tonalidades, bosques

tropicales y subtropicales, flores y más flores....

Os dejo una selección de fotografías y comentarios, que intentan aproximarse un poco

a todas las impresiones percibidas, aunque probablemente sin conseguirlo

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Taipei

Nuestros primeros días los pasamos en Taipei, la masificada y cosmopolita capital

(con su inevitable caos de tráfico), que vende muy bien la imagen de tradición y

modernidad, combinando logros tecnológicos como la torre Taipei 101 (el sexto

edificio más alto del mundo, con ) y distritos de arte moderno con templos budistas

y taoístas muy bien conservados (como Bao'an, premiado por la UNESCO) y la mejor

colección de arte chino antiguo del mundo, la del Museo del Palacio Nacional, traída

por el gobierno nacionalista en 1948 (y un motivo mñas de controversia con la

China continental....), con jades, bronces, cerámicas y dibujos de gran valor, entre

ellas una original curiosa pieza de jade verde y blanco que representa a una col china

con un insecto, la pieza más visitada de la colección, con colas de centenares de

personas.

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Taroko

El resto de los días recorrimos algunos de los Parques Nacionales de la isla,

combinando el coche de alquiler y el tren de alta velocidad con el hiking y el trekking.

Estuvimos en primer lugar en Taroko, en el Noreste, una espectacular garganta

formada por el río Liwu con paredes de mármol de varios colores y tonalidades, y

centenares de metros de altura, con cuevas, puentes de madera, bosques de canfor....

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Rift Valley y Costa Este

Seguidamente, recorrimos el Rift Valley, un tranquilo y poco habitado valle al pie de

las altas cordilleras del centro, con arrozales en el llano y campos de té oolong en las

laderas; y la Costa Este, completamente abierta al Pacífico, y aún menos habitada,

con cuevas prehistóricas, playas de arena negra y espectaculares acantilados. Es una

zona de gran actividad sísmica (el día antes de llegar nosotros, hubo un terremoto de

4,5 escala Richter) que además recibe una media de 3/4 tifones en verano, nosotros

nos conformamos con algunas tormentillas...

Alishan

En la parte final, estuvimos en la costa oeste. Visitamos el Parque Nacional de Alishan,

la joya de los parques nacionales de Taiwan, no sólo por el gran valor simbólico y

cultural que tiene para todos los chinos han y los aborígenes de la zona (es motivo de

una canción tradicional que todos se saben de memoria), sino también por sus

bosques con árboles milenarios y variada vegetación y fauna (monos, serpientes...).

Además, nuestra visita coincidió con la floración de los cerezos, una de las floraciones

más populares en esta parte del mundo (especialmente, por ejemplo, en Kyoto,

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Japón), pero, tras disfrutarla, conseguimos escapar recorriendo los solitarios senderos

en las montañas que rodean el parque.

Tainan

Para acabar, visitamos la capital histórica de la isla, Tainan, especialmente su distrito

histórico, Anping, que conserva restos de la histórica fortaleza holandesa de Fort

Zeeland (cuya derrota En el s.XVI a manos del general Koxinga -leal a la dinastía

ming, a pesar de que había caído años antes a manos de los Qing o manchúes, y muy

popular también en Xiamen- dió origen a la dominación china del territorio); el

templo de Confucio más antiguo de Taiwan (los templos confucianos cumplían sobre

todo funciones de academia superior). También mantiene (muy adaptadas a las

necesidades comerciales, eso sí), algunas de las calles más antiguas de la isla, además

de ofrecer las mejores muestras de gastronomía marinera (ostras, marisco, pescado...)

mezcladas con salsas agridulces y masas de harina y huevo, muy sabrosos, como

pudimos comprobar en un histórico restaurante.