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sharingworklife

sharingworklife ofrece acciones concretas, sencillas y gratuitas para que los trabajadores conozcan y entiendan sus derechos laborales

1001 acciones para formar a trabajadores en sus derechos

¿Por qué los proveedores están usando sharingworklife?

Activa y Participativa

Lúdicas y Divertidas Son propuestas atractivas y lúdicas para que el aprendizaje de derechos sea un proceso ameno y divertido.

Son actividades en las que los alumnos participan en su propio aprendizaje de una forma activa y no se limitan a ser simplemente sujetos pasivos – el alumno que en clase sólo escucha al profesor.

Obtienen ideas gratuitas sobre cómo formar a trabajadores. Conocen formas más eficientes y eficaces de formar. Cumplen con los requisitos de sus clientes. Mejoran el ambiente laboral.

Para involucrarse de forma activa en su aprendizaje. Para aprender a ejercer sus derechos. Para adquirir una voz en el centro de trabajo.

¿Por qué necesitan sharingworklife los trabajadores?

¿Qué significan los iconos?

… encuentra aquí las primeras 50 ideas

Cada acción publicada viene acompañada de cuatro iconos que ofrecen información acerca de:

El coste, la dificultad y el tiempo los mido en tres niveles: 1-bajo; 2-medio; 3-alto. El nivel de conocimiento que se transmite también está dividido en tres niveles: el nivel 1 es de concienciación, el nivel 2 de familiaridad y nivel 3 de competencia.

el coste de la acción

la dificultad de su desarrollo o implementación

el tiempo que te va a llevar ponerla en práctica

el nivel de conocimiento que transmitirá

¿Son distintas estas metodologías? Sharingrights redefine la forma en la que un trabajador aprende sobre sus derechos para lograr un aprendizaje eficaz.

¿Quieres participar en talleres y crear tus propias metodologías?

¿Quieres suscribirte a este boletín? ¿Quieres ver más ideas? ¿Quieres las versiones en inglés o en chino? ¿Quieres compartir tus experiencias?

¿Quieres implementarlas en la práctica?

1 Ponte en contacto conmigo Helena Pérez l [email protected] Visita www.sharingworklife.com

Además, todas las acciones desarrolladas a partir de ideas trabajadas en sesiones opensharingworklife llevan este icono.

Pintar no es cosa de niños. ¿Por qué no organizas un concurso de dibujo? Deja que cada trabajador/a que quiera participar en el concurso elija un derecho incluido en el Código de conducta, en el Código de trabajo o en el Reglamento interno. Deben ilustrar un cartel con el derecho que hayan elegido. Pon una fecha límite para recibir todos los carteles. Coloca todos los carteles que os hayan entregado en un lugar muy visible y accesible a todos los trabajadores/as de la empresa. Expón los carteles durante una semana y da la oportunidad a todos los empleados/as para que voten el que les gusta más. ¡Serán los propios trabajadores quienes elijan el mejor! Eso sí, mejor que no publiques el nombre del “artista” hasta que no se conozcan los resultados del concurso. Luego ofrece un obsequio públicamente al ganador del primer, segundo y tercer premio. Ya que has hecho todo esto, sería incluso más eficiente si dejas los carteles expuestos un mes. ¡ Cámara, Luces y Acción! La mayoría de nosotros tiene un actor o director dentro, sólo hay que dejarle salir. Consigue voluntarios de entre los trabajadores y que formen grupos de 3 a 6 personas. Deja que cada grupo elija un derecho incluido en el Código de conducta, pero intenta que dos grupos no escojan el mismo. Sobre ese derecho cada grupo debe escribir el guión y filmar un vídeo de 10 minutos que luego se les enseñará a los trabajadores como parte de su formación. Admite cualquier género: comedias, tragedias, documentales, etc. Una vez que los guiones estén preparados facilita a los grupos una cámara de vídeo para grabar, pero no es necesario comprar varias, sino que se pueden ir turnando la misma. Recuerda que sería bueno que dejaras a los voluntarios que la filmación la hicieran dentro de la empresa si así lo desean y dentro de su jornada laboral. Escoge un día para hacer un cine-fórum y muestra al resto de los trabajadores los videos de sus compañeros. No hace falta que pongas una alfombra roja, pero que aplaudan el trabajo de los artistas. Antes de llegar al trabajo. Muchos de tus trabajadores utilizan el autobús para llegar a trabajar, igual que muchos otros trabajadores de la zona donde está tu empresa. Podrías llegar a un acuerdo con la empresa de transporte -o con el ayuntamiento en el caso de que sean autobuses públicos- para poner unos vinilos –adhesivos transparentes- en las ventanas con textos sobre los derechos de los trabajadores. Así, los trabajadores pueden dedicar un breve tiempo antes de llegar a trabajar a aprender sobre sus derechos. Puedes incluso llegar a un acuerdo con otras empresas de la zona para compartir los gastos de los vinilos, aunque no sean materiales caros. Con esta medida se están formando no sólo los trabajadores de tu empresa sino también los que trabajen por la zona. Recuerda que puedes ir modificando los vinilos para incluir distintos derechos. ¿Qué dices? ¿Qué comportamiento consideras totalmente intolerable en tu empresa? ¿Lo saben todos tus trabajadores? ¿Seguro? ¿Por qué no repartes chapas o pegatinas? Por ejemplo, imagínate que sabes que frecuentemente los supervisores gritan a los trabajadores a pesar de que el reglamento de la empresa insiste en el respeto. Diseña un texto que diga “¡no me grites, por favor!” Imprímelo en chapas y las repartes entre los trabajadores. Una vez que las hayas repartido les recuerdas que tienen el derecho a ser respetados y a llevarlas puesta en la camisa. Puedes incluso crear distintos lemas a lo largo del año.

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No sabemos cuánto sabemos. ¿Pues es el momento de averiguarlo. Compra tarjetas de colores de un tamaño aproximado de 15x10 cm, una o dos por cada trabajador. Redacta unas tres o cuatro preguntas por cada tema del código de conducta. Te doy tres ejemplos sobre distintos temas: para libertad de asociación: “Tienes derecho a asociarte libremente, ¿qué significa?”; para igualdad: “¿Qué razones no pueden servir de base para tratarte de forma distinta?”; para seguridad e higiene: “¿Por qué es importante dejar los pasillos despejados?”; etc. Una vez que tengas tu batería de preguntas –al final debes tener entre 30 y 50 preguntas distintas- escribe (o imprime) una pregunta en cada tarjeta. Distribuye una o dos tarjetas a cada trabajador y pídele que conteste a la pregunta de forma anónima. Que todos los trabajadores te entreguen sus tarjetas. Clasifica las tarjetas por tema –igualdad, libertad de asociación, OSH, etc. (si has utilizado un color distinto para cada tema, este paso te resultará más sencillo). Dedícale tiempo a leerlas, te van a contar muchas cosas: qué saben tus trabajadores/as, a qué le dan más importancia, te sirve como análisis de necesidades de formación (TNA), para conocer el lenguaje en el que tus trabajadores/as traducen los conceptos, etc. Luego elige una muestra representativa de las contestaciones correctas y publícalas en un lugar visible en la empresa para que los trabajadores que quieran se acerquen y las lean. Así, además, consigues valorar positivamente a los que han contestado bien. Puedes también incluir las palabras textuales de los trabajadores como parte de las diapositivas que prepares para la siguiente formación sobre ese derecho. ¿Quién es el profesor? ¿Por qué no cambiamos los papeles y dejamos que los trabajadores sean los profesores? Forma grupos de entre 5 y 10 personas. Pueden ser de un mismo equipo de trabajo o trabajadores/as que nunca hayan trabajado juntos. Cada grupo va a ser un grupo de aprendizaje (un GDA). Elige un tema (o un derecho) en el que centrar la actividad de aprendizaje, por ejemplo, el acoso sexual en el trabajo o el procedimiento de quejas de la empresa. Elabora una lista de los 10 conceptos, ideas, conocimientos básicos sobre ese tema. Por ejemplo, en el caso del acoso sexual, un conocimiento clave sería la definición, otro a quién puede afectar, otro sería mecanismos internos de solución en la empresa, y así hasta que los 10 conceptos básicos estén cubiertos. A cada componente del GDA le asignas uno de esos conceptos o conocimientos clave. Cada componente es responsable de que en el plazo de una semana el resto de sus compañeros de grupo conozca el contenido que le han asignado. A la semana les realizas un examen a todos los GDAs para comprobar que los componentes del GDA han transmitido los conocimientos a sus compañeros y ver qué GDA ha obtenido los mejores resultados. No se te olvide dar a cada componente del GDA una hoja con la lista de los 10 elementos que se les van a explicar esa semana, así ellos también saben qué van a aprender y pueden incluso marcar aquellos temas que sus compañeros les vayan explicando. Esta dinámica la puedes hacer sobre distintos temas y una vez se hayan completado varios temas, cinco por ejemplo, dar un premio público al GDA que mejores resultados haya obtenido.

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Un mes una causa. ¿Qué te parece si el segundo martes de cada mes es el día de los derechos en la empresa? Puedes elegir ese o cualquier otro día del mes, lo importante es que sea el mismo todos los meses y los trabajadores lo conozcan y lo recuerden. Se trata de que durante ese día organices actividades relacionadas con los derechos de los trabajadores/as. Pueden ser días temáticos, por ejemplo el primer mes empiezas por OSH y realizas actividades sobre el tema, una conferencia, posters por la empresa, una actividad formativa, que el comité de seguridad e higiene esté hablando con los trabajadores/as, etc. Es más, puedes realizar cualquiera de las que incluimos en sharingworklife. El mes siguiente, por ejemplo, el día se lo dedicas a igualdad en el trabajo, el siguiente a horarios del trabajo, y así recorres en un año todo el código de conducta. ¡Al año siguiente puedes empezar con nuevas actividades! Así garantizas que los nuevos trabajadores/as conozcan sus derechos. Tócala otra vez. No hay nada como cantar en la ducha esa canción que te encanta. Pues imagínate que todos tus trabajadores/as se levantan por la mañana cantado esa canción pegadiza que les recuerda sus derechos y obligaciones. ¿Y si la canción la ha compuesto un compañero/a del trabajo? Pues eso, propón a los trabajadores/as que le pongan letra a una melodía –¡los melómanos a lo mejor pueden incluso componer su propia melodía!- sobre un derecho en concreto. Para ayudarles en la tarea ofrece tres conceptos básicos de cada derecho que deben incluir en sus canciones como parte de los versos. Si hay muchas propuestas de canciones en cada derecho puedes organizarlo en forma de concurso… siempre se puede hacer una votación en el comité mixto de la empresa, o haber formado un tribunal ad hoc para el evento. No te olvides de ponerles la canción por megafonía de vez en cuando para que se la aprendan. Puzlemanía. Hay muchos momentos en los que un descanso o cambiar de actividad puede sentar muy bien. Transforma esos momentos aburridos o improductivos en una actividad formativa. Escribe tres conceptos o frases sobre un derecho, por ejemplo: “(1) Las horas extraordinarias siempre se realizan de forma voluntaria; (2) Las horas extraordinarias se pagarán a un porcentaje más alto; (3) Recuerda que no se es más productivo porque se trabajen más horas seguidas.” Esas tres frases maquétalas encima de una foto o en letras de distintos colores y luego hazlas imprimir en forma de puzle. Coloca distintos puzles en distintos sitios, por ejemplo: en una mesa en la cafetería, en la sala de descanso, en los dormitorios de los trabajadores/as… Ofrece a los trabajadores/as la posibilidad de hacer estos puzles. Puedes elegir entre que los puzles se deshagan y otros trabajadores puedan volver a hacerlos o engomarlos y colgarlos por la fábrica. Si los cuelgas en las paredes de la empresa, es una forma de tener posters de distintos formatos que son más atractivos para los trabajadores.

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¡Yo estuve allí! ¿Qué has hecho con la foto que te hicieron al final del último curso que hiciste? Hay que sacarles partido a esas fotos. Como última actividad del curso pide a los participantes que escriban en una hoja con letras mayúsculas y muy grandes algo que hayan aprendido durante el curso, preferiblemente una frase. Lo que han escrito tiene que poder leerse a distancia. Cuando llegue el momento de hacerse la foto de grupo, tienen que sujetar el folio de papel delante del pecho para que se pueda leer. Asegúrate de que todo el mundo lo coloca al derecho. Luego amplía e imprime la foto. Coloca la foto en un lugar visible para que los trabajadores asistentes se localicen y recuerden que asistieron al curso, repasen lo que aprendieron, y para que los que no estuvieron también le saquen provecho a partir de lo que les cuenten sus compañeros. A ti te va a servir como herramienta para saber qué han aprendido los participantes y evaluar los contenidos del curso. ¿Negro sobre blanco? ¡Qué aburrido! ¿Cuándo fue la última vez que viste a un trabajador/a acercarse al tablón de anuncios para leer algo? ¿Cuántos papeles hay colgados? ¿En qué tipografía están impresos? ¿A qué tamaño? Déjame adivinarlo: hay un montón de papeles blancos escritos en letra negra Times New Roman tamaño 12, no se distingue si hay algo nuevo colgado o si lleva meses ahí y no hay ninguna razón o atractivo que lleve a nadie a mirar en la dirección del tablón, menos aún detenerse a leerlo. Si quieres que alguien se fije en algo que has colgado esta mañana imprímelo en un color distinto. Si quieres que alguien lo lea imprímelo en una letra más atractiva y más grande. Si quieres que alguien recuerde lo que ha leído redáctalo de forma sencilla y directa. No es difícil, no es costoso, solamente tienes que dedicarle un poco de tiempo a pensar cómo quieres comunicar lo que vayas a colocar en el tablón, sea tu nueva política, un cambio de personal, o cualquier otra noticia. Hemos aprendido. En ocasiones, al terminar un curso salimos tan saturados de información que no sabemos lo que hemos aprendido. Además, pensamos que a otros colegas de trabajo también les hubiera venido bien el curso. Hagamos algo al respecto. La próxima vez que organices un curso dentro de la empresa reserva la última hora para una última actividad. En grupos de trabajo pide a los asistentes que lleguen a un acuerdo sobre las 3 cosas más importantes que han aprendido en el curso. Seguro que cada grupo identifica diferentes ideas. Haz un listado en la pizarra de todas ellas. Logra un consenso sobre las 3 más importantes, que les hayan impactado más, las más novedosas –elige un criterio que le resulte útil a la empresa-. Ofrece a la clase una pancarta vacía, una tela blanca, o un papel grande. Ahora pide a los grupos que escriban en ella las tres elegidas en letra muy grande y visible y el resto en un tamaño menor, pero que estén presentes en la pancarta. Que ellos se organicen en cómo escribirlas, pero recuérdales que esa tela o papel va a estar colgado y visible para el resto de sus compañeros durante las próximas semanas y que tiene que servir para que el resto entienda qué han aprendido durante el curso.

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¿Preguntas? ¿Cuántas veces quedan sin contestar preguntas en clase? Muchas veces. Pero esto no se debe necesariamente a que el profesor no haya hecho un buen trabajo, sino que a veces no se pregunta en clase o las dudas surgen después. Puedes habilitar un tablón de anuncios donde los trabajadores puedan colgar las preguntas que tengan sobre sus derechos, ya sea porque algo no les quedó claro en clase, o porque todavía no han recibido formación al respecto. El mismo tablón puede servir para publicar las respuestas. Así para los trabajadores será un lugar de referencia donde pueden encontrar información sobre sus derechos. El tablón te ayudará además a identificar posibles necesidades de formación. Educando a distintas generaciones. Yo pienso que en los colegios debería haber una asignatura obligatoria sobre los derechos y obligaciones de los trabajadores ya que todas las personas se incorporarán de una forma u otra a la vida laboral, ya sea como empresario o como trabajador. Como esa convicción parece todavía una realidad muy lejana, tenemos que suplir esa deficiencia formando a los hijos de los trabajadores, involucrándolos en el aprendizaje. De esta forma los pequeños de la casa también tienen un papel activo en la concienciación y formación de sus padres. Igual que oímos a los hijos decirle a sus padres “no corras al volante” o “no fumes”, deberíamos oírles decir “ponte el casco y la mascarilla”. Organiza jornadas sobre –por ejemplo- seguridad e higiene ocupacional para toda la familia. Las actividades deben ser diversas y variadas, desde charlas más formativas para los padres como juegos educativos para los más pequeños. Celébralas al menos una vez al año. Puedes claramente celebrarlas sobre cualquier derecho. ¡Ahora está mucho mejor! Hay dos cosas que me hacen sentir un poco torpe: los billetes de avión y mi nómina. ¿Por qué no entiendo un billete de avión a la primera? Y ¿Por qué tengo que estudiar un master para entender mi nómina? Hay que buscar formatos que sean sencillos, atractivos, fáciles de entender y amigables. ¿Sabes quiénes son los mejores diseñadores? Los usuarios. Pide a tus trabajadores/as que te den ideas sobre cómo mejorar el formato de sus nóminas. Es más, pídeles que las diseñen. Busca voluntarios y crea grupos de trabajo para que se reúnan y revisen el formato que existe actualmente e identifiquen sus fortalezas y debilidades. Que sean creativos y lleguen a un modelo mejor para sus compañeros. Esta actividad puede incluso ser parte de una clase sobre salarios y beneficios. Una imagen se entiende en cualquier idioma. Ilustra tu código de conducta. Muchas empresas se quejaban de que pocos de sus trabajadores conocían el código de conducta a pesar de tenerlo colgado en sus tablones de anuncios y en otros lugares visibles. Algunas de esas empresas han decidido ilustrarlo, asociar una imagen a cada elemento del código para que sea más fácil ver, entender y recordar. Algunas de esas empresas han optado por contratar a una persona ajena u otra empresa para que lo dibuje pero otras de ellas han involucrado a sus propios trabajadores en el proceso creando a un equipo que se ha encargado de idear, diseñar y dibujar el mismo. Recuerda que reconocer y elogiar públicamente la autoría de los artistas siempre motivará al resto a participar en más actividades de la empresa.

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A nadie le amarga un dulce. ¿Tienes un cuenco con caramelos en recepción o encima de tu mesa? ¿Hay dulces en las mesas donde se sientan los trabajadores al recibir formación? Puedes incluir textos cortos sobre derechos dentro de los envoltorios de los caramelos o los dulces. Es una forma muy dulce de comunicar ciertos contenidos que a veces resultan algo amargos. Recuerda que los textos deben ser sencillos, breves y muy claros. Al leerlos a los trabajadores no les debe quedar ninguna duda sobre lo que han leído. No debes limitarte a transcribir simplemente elementos del código de conducta sino deberías ir un poco más allá, siendo lo más específico posible. Intenta incluir tanta variedad que sea complicado que a un trabajador le toque dos veces el mismo mensaje, además, así incentivarás que los trabajadores compartan sus textos. ¡No pises mis derechos! No se me ocurriría pisar los derechos de nadie, aunque estuvieran escritos en el suelo con letras gigantes. Propón escribir distintos derechos en esas zonas del suelo que deben quedar siempre despejadas. Por ejemplo en las salidas de emergencia, debajo de los extintores … Incluso en la entrada a la fábrica puedes escribir la frase “¡No pises mis derechos!” Deja escrito en diversos suelos de toda la fabrica distintos derechos y obligaciones de los trabajadores. ¿Cuántos en total? ¿Cuántos te caben? Conquista estómagos, comparte secretos. ¿Cuántas nacionalidades conviven en tu empresa? La movilidad de trabajadores es cada vez más frecuente y nos encontramos que en una misma empresa pueden convivir chinos, salvadoreños y nicaragüenses, o malayos, bangladesis e indios. A pesar de que la diversidad enriquece a la empresa, a veces es difícil de gestionar e incluso frecuentemente se forman guetos en las empresas. Organiza un concurso gastronómico de las distintas nacionalidades. Elige un día, a ser posible un día laboral para convocar el concurso a la hora del almuerzo. Cada trabajador que quiera participar debe elaborar un plato típico de su país y traerlo. Convoca a un jurado formado por trabajadores que deben probar y puntuar los platos. El jurado debe seleccionar a un ganador de cada nacionalidad. Puedes pedirle a los trabajadores que junto con el plato traigan la receta para cocinarlo. Ese conjunto de recetas las puedes organizar y publicar con algún formato atractivo, ya sea como folleto, como pdf, como hojas sueltas, carteles, etc. Así el resto de trabajadores podrán elaborar los platos de sus colegas y preguntarles cuando quieran sus trucos secretos para preparar un gran cena. Aprovecha el tiempo. ¿Utilizas un autobús para trasladar a trabajadores a distintas localidades, o entre distintas sedes de la empresa? Si el autobús tiene una pantalla puede ser una buena oportunidad de proyectar vídeos con contendidos específicos de los derechos de los trabajadores. Estos vídeos pueden ser de producción propia involucrando a tus trabajadores en el proceso o mediante vídeos de la Organización Internacional del Trabajo u otras entidades, asociaciones o empresas que tienen elaborados vídeos de distintos contenidos sobre los derechos, obligaciones y su ejercicio.

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Enganchados. Todos nosotros nos hemos enganchado alguna vez a una teleserie, telenovela, culebrón o de un libro. Se puede hacer uno en tu propia empresa: escribir una pequeña una obra/historia que tenga por ejemplo la duración máxima de 50-60 minutos, que se pueda retransmitir durante 10 minutos todos los días durante una semana por el altavoz o megafonía de la empresa. Pero si lo haces, hazlo bien y (1) consigue la participación de los trabajadores y (2) asegúrate que incluye unos contenidos relacionados con los derechos y obligaciones de los trabajadores. Recuerda que puedes dar a los trabajadores que lo van a desarrollar unos contenidos básicos como definiciones o conocimientos específicos que tienen que incluir y transmitir en su guión. Los trabajadores se convierten en escritores, actores e indirectamente en formadores de sus propios compañeros. Pide un deseo. ¿Cómo celebraste tu último cumpleaños? ¿Pediste un deseo al soplar las velas? Hay empresas que aprovechan el cumpleaños de los trabajadores para tener un pequeño detalle, sea una felicitación oral, sea traerles una tarta o incluso comprarles un regalo. Os propongo que aparte de lo que ya venís haciendo le entreguéis por escrito una pequeña tarjeta de felicitación y que añadáis dos preguntas que luego os debe responder o por escrito o de forma oral: (1) ¿Qué es lo que te gustaría que se hiciera más en la empresa porque es algo que te encanta? y (2) ¿Qué es lo que te gustaría que se hiciera menos porque no te gusta? Es una forma estupenda de escuchar a todos los trabajadores al menos una vez al año y te brinda la oportunidad de reforzar las cosas que tus trabajadores aprecian y revisar aquellas que no están funcionando lo bien que debieran. Empieza por “d”. Es más divertido ofrecer a los trabajadores formas alternativas de adquirir ciertos conocimientos que asistir a una presentación powerpoint de 20 minutos en los que no tienen la oportunidad de participar y sólo escuchan al profesor. Diseña crucigramas con un contenido similar al siguiente: (1) vertical: empieza por “v”, tiene 11 letras; pista: “nadie puede obligarte a realizar horas extras porque las horas extras son _______”; (2) Horizontal: empieza por “r” y termina con “n”, tiene 8 letras; pista: “una de las razones por las que no te pueden discriminar en el trabajo”. Diseña crucigramas para temas concretos y pide a los trabajadores que los completen, a lo mejor como parte de su formación, como si fuera un examen post-formación o simplemente por diversión, para llevar los derechos y obligaciones a otros espacios en la empresa.

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Blanco y en botella. No hay nada que agradezca más que la claridad. El otro día en el aeropuerto había un cartel que decía: “¿Se ha cancelado tu vuelo? Estos son tus derechos:(...)” y había un listado de cosas concretas que podía reclamar (incluso alguna que no se me hubiera ocurrido) y además me decía donde tenía que acudir. ¿Por qué no podemos ser igual de claros en la empresa? Cuando le preguntas a un trabajador “¿te han discriminado? ¿has sufrido acoso? ¿la empresa restringe tu derecho de libertad de asociación?” … ¿Qué porcentaje de trabajadores crees que te ha entendido la pregunta? Le podemos dar una vuelta a estas preguntas y formularlas de forma distinta. Siguiendo con los ejemplos anteriores…. “¿crees que por ser mujer, o inmigrante, o tener la edad que tienes alguien te trata diferente? ¿te hacen sentir mal e incómodo? ¿crees que alguien te miraría mal si decidieras defender tus derechos junto con otros compañeros de trabajo?”. Piensa en 10 preguntas básicas, una para cada elemento de tu código de conducta y diseña un cartel cuyo título sea la pregunta que has elegido y venga seguido de un listado de los derechos que tiene el trabajador y a donde puede acudir en caso de que piense que no se los están respetando. Recuerda que debes utilizar un lenguaje sencillo y directo.

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¿De qué color te sientes hoy? No hay nada como un color para cambiarle el humor a uno. Vístete de negro una semana entera y ya verás como te sientes más triste que si vas de naranja. Asigna un color a cada derecho contenido en el código de conducta, por ejemplo: azul para igualdad, verde a la libertad de asociación, rojo a la limitación de horas de trabajo, amarillo a la seguridad e higiene en el trabajo. El segundo martes de cada mes –o el día que asignes, pero siempre el mismo día cada mes- los trabajadores deben vestirse con el color del derecho que piensen que hay que mejorar en la empresa. Cuando veas a una marea roja o azul entrar por la puerta ya sabes lo que te están diciendo tus trabajadores. Si piensas que es complicado, reparte tarjetas de colores a cada trabajador y que las coloquen visiblemente, que las levanten todos a la vez en su espacio de trabajo a las 12 en punto ese día, tendrá el mismo efecto.

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Con este ejemplo se entiende mejor. ¿Cómo logras que los materiales de formación que preparas “lleguen” realmente a los trabajadores? ¿Cómo garantizas que los temas que incluyes son los que realmente les preocupan? ¿Cómo sabes si realmente el lenguaje que utilizas y los ejemplos son los más adecuados para que comprendan la materia? Creo que la forma más eficaz es que los mismos trabajadores participen en la elaboración de los materiales de formación que vayas a utilizar. Consigue varios voluntarios y crea equipos de trabajo sobre distintos derechos y que tus formadores o personas que desarrollen los materiales trabajen conjuntamente con ellos. Además, ¡los trabajadores que participen en el desarrollo de materiales se van a volver unos expertos en la materia!

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¿Confías en mí? Muchos trabajadores no utilizan el buzón de quejas o sugerencias porque no confían en que sus comentarios se vayan a tomar en serio, a resolver, y a veces simplemente no consideran que se vayan a tener en cuenta. Algunas mejoras que puedes hacer son las siguientes. Localiza el buzón en un lugar visible, accesible y que de alguna manera garantice cierta intimidad. Fabrícalo de un material transparente de forma que un trabajador siempre sepa si su queja o sugerencia ha sido revisada o no, y las personas encargadas de abrirlo sepan desde lejos si deben acercarse o no. Facilítales la labor a los trabajadores incluyendo al lado del buzón papel y algo con lo que escribir. No te olvides de que además de buzones de quejas deberías habilitar otros mecanismos de comunicación para aquellas personas que prefieren comunicarte las quejas de forma oral. Las soluciones que les des a aquellas quejas o sugerencias que afecten a un grupo de trabajadores publícalas en el tablón de anuncios o en un lugar específico, pero sí mantén la confidencialidad de los casos individuales. Recuerda que te interesa conocer las opiniones de tus trabajadores y actuar sobre ellas para garantizar un ambiente de trabajo seguro, amigable y productivo. Pregúntame lo que quieras. ¿Y si motivamos a los trabajadores para que se sientan orgullosos de conocer sus derechos laborales? Podríamos crear un distintivo que colocasen en su ropa o uniforme que simbolice la formación que han recibido. Con el distintivo puesto todo el mundo sabría que ese trabajador ha recibido formación y conoce sus derechos. Cualquier trabajador que tuviera dudas sobre temas de horas de trabajo, de seguridad e higiene, igualdad, etc., podría acudir al trabajador para que le resolviera sus dudas. Así, además, los trabajadores que se hubieran “ganado sus galones” se podrían convertir en tutores o en “guardianes de los derechos”. Realmente, lo ideal sería que a lo largo de unos años no fuera necesario el distintivo porque todos los trabajadores estarían formados. El mero hecho de trabajar en esa empresa ya supondría un conocimiento de sus derechos.

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¡Sonríe! Yo echo de menos mi cámara de fotos constantemente sobre todo para fotografiar lo que no quiero que se me olvide. La siguiente actividad da la oportunidad a las personas, a ver, a mirar y a recordar lo bueno pero también a identificar las cosas que querrían cambiar. Presta una cámara de fotos a un trabajador (puede que sea el más productivo esa semana, un voluntario, un cumpleañero, alguien que hizo muchas horas extra esa semana ….) y dile que haga 5 fotos ese día durante su jornada laboral, 4 fotos de cosas que le gustan de la empresa y una cosa que cambiaría. Publica esas fotografías, refuerza las cosas positivas y actúa sobre las que cambiarían los trabajadores/as. Esas fotos van a hacer que todos miren el lugar de trabajo con otros ojos.

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Es un pájaro, es un avión, es ¡Trabajaheore! Puedes diseñar un cómic protagonizado por un "trabajador perfecto", que no sólo cumple con todas sus obligaciones sino que también ejerce sus derechos. Si además tu protagonista forma parte del sindicato le estarás enviando a tus trabajadores un mensaje muy potente. Pueden ser viñetas cortas que saques una vez al mes o un cómic más largo que distribuyas en una sola ocasión. Piensa que es una forma de reproducir el manual del trabajador muy amena y seguro que garantizas su lectura.

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También depende de ti. Con demasiada frecuencia ponemos toda la responsabilidad en los hombros de otros sin pensar en qué responsabilidad tenemos nosotros. Debemos responsabilizarnos todos en el cumplimiento de los derechos. Una forma de empezar a hacerlo es hacerle la siguiente pregunta a todos los trabajadores: “¿Qué puedes hacer tú para que se respeten los derechos y haya un buen ambiente en esta empresa?” Pide a cada trabajador y empleado que en una tarjeta conteste a esa pregunta de forma individual y sin compartirlo con nadie. Ellos deben comprometerse a cumplir con ese granito de arena que han escrito. Puedes decirles que lo compartan con otra persona así siempre tendrán a una persona en la que confían que les recuerde que el que haya un buen ambiente en la empresa depende de todos.

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Lo primero que veo por las mañanas. Lo primero que haces por la mañana puede que sea desayunar, ya sea un té, un café, leche, chocolate… ¿dónde lo tomas? Podrías diseñar 10 tazas o vasos de desayuno. Cada una de las tazas con la temática de un derecho, y sobre ese derecho redactar 3 conceptos básicos que todo trabajador debería conocer sobre ellos. Regala esas tazas por distintas razones: puntualidad, asistencia, participación en cursos, buen trabajo en equipo, etc., y motiva a los trabajadores para que quieran coleccionar las 10 tazas. Puede que incluso ellos mismos se las regalen a otros trabajadores o a familiares y se pueda incrementar el grado de concienciación sobre los derechos.

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Imagínatelo. Imagina una fabrica donde el trabajo no fuera aburrido, como dice Banksy: “una fábrica (mundo) en la que sintieras que era una fiesta a la que todos estuvieran invitados”. ¿Cómo sería? ¿Te la imaginas? Yo veo en una pared un mural, un mural que lo han pintado los propios trabajadores y la temática del mural es el respeto y los derechos de los trabajadores.

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Escribir o no escribir, esa es la cuestión. Hay muchas personas que les encanta escribir en su tiempo libre y que además lo hacen muy bien. Podríamos incentivarles para que lo hicieran y además reconocerles el mérito que tienen. ¿Por qué no organizas un concurso de relatos cortos? Claro que la temática tendría que estar relacionada con el ejercicio de los derechos laborales. Podrías celebrarlo una vez al año. Cada año sobre un derecho. Celebra una votación entre los trabajadores para premiar a los tres mejores y recompensa a los ganadores con algún premio atractivo. A lo mejor en poco tiempo puedes publicar un libro de relatos cortos de trabajadores que os hace a todos famosos. ¡Gracias! Nuestros compañeros de trabajo y nuestros supervisores hacen constantemente cosas por nosotros que a veces no valoramos o lo damos por hecho. ¿Se lo hemos agradecido recientemente? ¿Lo hemos hecho en público? Reparte post-its un día y pide a los trabajadores que si quieren escriban el nombre de uno o dos trabajadores a los que les quieren dar las gracias y que luego lo cuelguen en el tablón.

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Los discos tienen dos caras. ¿A qué documento escrito prestan los trabajadores mayor atención? Efectivamente, a su recibo salarial. Todos los meses podrías incluir en la parte de atrás del recibo un mensaje clave sobre un derecho, un contenido básico que deban saber. A lo mejor quieres ir más allá y desarrollar algún material más elaborado que logre familiarizar al trabajador con sus derechos. Recuerda que el lenguaje que utilices debe ser sencillo y directo. Si tienes trabajadores que no dominan el idioma, sería conveniente que su recibo salarial y el material que incluyas esté en un idioma que ellos puedan comprender.

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Respeta el semáforo. Si no fuera por los semáforos el tráfico sería un caos –a veces incluso a pesar de ellos lo es-. ¿Por qué no traemos los semáforos a nuestra empresa? Reparte una tarjeta verde y una tarjeta roja a cada trabajador/a. Pídeles que escriban en la tarjeta verde una cosa que se debe mantener o fomentar en la empresa y en la tarjeta roja algo que debe cambiar. Al mes siguiente puedes utilizarla para otra pregunta, por ejemplo que en la verde escriban algo que les gustaría aprender en el lugar de trabajo. Puedes hacer este ejercicio de tarjetas de satisfacción con alguna frecuencia para medir como están los ánimos. Recuerda que si les pides opinión a tus trabajadores/as es para escucharles y actuar en consecuencia.

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¿Dónde lo pone? En todas partes. A veces es necesario ver algo repetidas veces y en distintos sitios para recordarlo. Se me ocurren muchos sitios donde se puede imprimir el código de conducta aparte del tablón de anuncios, donde además es más probable que los trabajadores lo lean, por ejemplo en el salvamanteles de las bandejas de la cafetería, detrás de su tarjeta de identificación, detrás de las puertas de los aseos, etc. Pero recuerda que debes utilizar un lenguaje y terminología simple para que sea fácil de comprender. Si tienes trabajadores de distintas nacionalidades garantiza que esté en un idioma que comprendan. Somos distintos pero somos iguales. ¿Por qué tendemos a esconder aquellas características que nos hacen diferentes, aquellas cosas que hacen que resaltemos del grupo? La siguiente actividad propone anunciar las diferencias e incluso promoverlas. Es una forma de resaltar y premiar la diversidad. Pregúntale a cada trabajador “¿qué tiene o hace que sea distinto de sus compañeros de trabajo?”: ¿su nacionalidad? ¿que lleva gafas? ¿que es vegetariano? ¿que tiene 8 hijos? ¿que es el único hombre en el departamento? Hazle una fotografía al trabajador/a, imprímela, cuélgala en un lugar visible y coloca su nombre y la característica diferenciadora que te ha contado. Puede incluso ser un tablón que tenga como título: “Somos diferentes pero somos iguales”. Puedes mantener colgada la fotografía de ese trabajador una semana. Elegir qué trabajador fotografiarás depende de ti. Pueden ser trabajadores que cumplan años ese día, por productividad, etc. Idealmente todos los trabajadores deberían ser fotografiados una vez ese año para concienciar a toda la fuerza de trabajo de que todos tenemos diferencias que se pueden valorar de forma positiva. Al año siguiente puedes cambiar la estrategia y preguntar –“¿en qué quieres ser distinto?”.

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¿Dónde está el buzón de quejas y sugerencias? Ningún trabajador tendría que hacerse esa pregunta porque lo debería tener claro. Debe estar en un lugar visible, accesible y que de alguna manera garantice cierta intimidad. ¿Cómo lograr que nunca olviden dónde está? ¿Qué te parecen unas pisadas en el suelo? Crea un recorrido a través de pegatinas de huellas de pies en el suelo que conduzcan desde algún sitio como la cafetería, los aseos y que lleguen al buzón de quejas y sugerencias. Nunca más un trabajador se volverá a perder mientras intenta decirte como puedes mejorar las condiciones y ambiente de trabajo.

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Cambia el canal. Últimamente me encuentro pantallas a donde quiera que voy: en la calle, en los edificios públicos, en el gimnasio o en el metro. Pero en pocos sitios veo que esas pantallas se utilicen para proyectar algo más que mera publicidad. Puedes colocar una pantalla en la cafetería de la empresa y utilizarla para proyectar vídeos con contenidos educativos durante las horas de descanso de los trabajadores. Tanto la Organización Internacional del Trabajo como muchas otras organizaciones tienen elaborados muchos vídeos de distintos contenidos sobre los derechos y su ejercicio en muchos sectores. Siempre puedes elaborar tú tus propios contenidos, aunque eso pueda ser más costoso: A largo plazo quizás sea más eficaz, sobre todo si logras la participación de tus propios trabajadores en el proceso. ¡STOP! ¿Quién se inventó el icono o símbolo de “STOP” o de “prohibido” o de “reciclado”? Fueran quienes fueran lo hicieron muy bien y ahora mismo todos los identificamos y sabemos exactamente qué nos dice cada uno de ellos. En la próxima clase, organiza una actividad en la que los participantes dibujen un símbolo para un tema que estés tratando en el curso. Por ejemplo, un símbolo para “no-discriminar”, o para el concepto de que “las horas extraordinarias son voluntarias”, “la seguridad en el trabajo es importante” (¡se me ocurren mil!). Los pueden dibujar por ejemplo en post-its o en hojas de colores. Coloca los símbolos por la empresa, sea en un tablón, sea en la cafetería o en los aseos para que todos los trabajadores los puedan ver y sirvan de concienciación y formación al resto de trabajadores.

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¿Qué escuchas? Cada vez que voy en metro o en autobús veo que mucha de la gente va o leyendo o con sus cascos (¡o ambos!). Siempre tengo curiosidad por saber qué están escuchando. Podríamos realizar grabaciones de algunas clases o temas para que los trabajadores pudieran escuchar sus contenidos dónde y cuándo quieran. ¡Asegúrate de que los guiones que realizas son dinámicos y entretenidos para evitar que los trabajadores los escuchen para dormirse!

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¿Tienes un minuto? A veces no tenemos tiempo ni para ofrecer formación ni para recibirla, pero todos disponemos de cinco minutos al día. Ofrece a tus trabajadores píldoras de 5 minutos de formación sobre sus derechos antes de que empiecen a trabajar. Puedes organizarlo de formas muy distintas. Es más, deberías variar la forma de organizarlo para generar expectativas, provocar su curiosidad y mantenerlos atentos. Por ejemplo, un día puedes ofrecerles dos conceptos nuevos, otro día dos iconos, otro día que vean un vídeo, otro día que un compañero les cuente su experiencia. Recuerda: lo importante es que duren sólo 5 minutos y lo hagas regularmente, por ejemplo todos los martes.

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Reírse alivia ansiedades. No todo el mundo se atreve a dejar que sus compañeros se rían de él, pero a todo el mundo le gusta reírse del compañero, y más aún si es en un entorno formativo –porque es un lugar seguro donde lo importante es el aprendizaje y no la competición. Una actividad en la que el aprendizaje y la diversión van de la mano es la mímica. En momentos en los que necesitas hacer un alto en el camino en clase, reparte conceptos que los participantes tengan que escenificar a sus compañeros sin utilizar palabras, sólo mediante gestos y mímica. Imagínate transmitir una lista de principios, o de pasos a seguir de un procedimiento de una forma más entretenida como es involucrando a los participantes en su explicación a través de sus propios gestos. Tienes la atención y diversión asegurada.

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Amplíalo por mil. ¿Dónde tienes colgado el código de conducta o los derechos básicos del trabajador? ¿Es un póster donde incluso con gafas sólo lo puedes leer si estás a 20 centímetros de distancia? Podrías imprimirlo a un tamaño que ocupe toda una pared, o pintarlo en la misma pared para que incluso si una persona se pone de pie al fondo del lugar de trabajo lo vea tan claro como el que se sitúa enfrente. Así nunca más tendrás que preguntarte si lo tienes puesto en un lugar visible, y accesible a todos los trabajadores.

La caja de las preguntas. Cada vez que veo una caja cerrada siempre me pica la curiosidad de saber qué hay dentro. A mí me encanta llevar cajas a clase porque sé que a muchos de los alumnos le pasa lo mismo que a mí. Una de las actividades que me gusta realizar es la siguiente: antes de la clase preparo entre 20 y 30 preguntas que no tengan una complicación excesiva sobre el tema que vamos a ver en clase. Escribo cada una de ellas en un papel. Doblo cada papel individualmente y los meto todos en la caja. Al final de la clase saco mi caja de preguntas y pido a cada participante que tome solamente un papel. Le pido a cada persona que lea su pregunta y que elija una persona que deba contestarla. Asegúrate de que cada individuo conteste a una. Lo importante no es que contesten bien o mal, sino repasar los contenidos que se han visto en clase de una forma más amena.

Repítelo. Repítelo. Muchas mujeres en las empresas piensan que si se quedan embarazadas la empresa las va a despedir, o simplemente no les renovará el contrato. Una manera de que las mujeres confíen en que esto no va a ocurrir es que cuando se quedan embarazadas les ofrezcas una ficha en la que se detallen los derechos que tienen en relación con el embarazo y la maternidad. Por ejemplo a horarios de trabajo, seguridad e higiene, días de baja por licencia por maternidad, el pago de las prestaciones, etc.. Si además incluyes información sobre lactancia y otros temas que les puedan ser de interés, seguro que te lo agradecen.

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De la teoría a la prácBca. Muchas veces cuando salimos de una clase de formación pensamos que una cosa es la teoría y otra es la práctica. En ocasiones recibimos formación y pensamos que luego la empresa no predica con el ejemplo ni cumple con los principios que se han dado en clase, por ejemplo, sobre igualdad en el empleo, sobre jornada laboral, etc. Demos la oportunidad a los trabajadores que han participado en la formación de poner en práctica lo que han aprendido. Déjales que evalúen a sus supervisores y a la empresa en el tema que hayan aprendido. Puedes crear un cuestionario con algunas preguntas e indicadores que sean fáciles de evaluar y pedirles a los trabajadores que los rellenen. Con esta actividad vas a conseguir por un lado afianzar los conocimientos de los participantes, por otros les implicas en la implementación y por otro averiguas el comportamiento de tus mandos medios. ¡Vas a matar muchos pájaros de un tiro!

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Tú ganas yo gano. Aunque lo digamos hasta la saciedad y los números lo corroboren, algunos empresarios no se creen que cuando un trabajador se siente respetado y valorado su productividad aumenta. ¿Por qué no pedimos a los trabajadores que nos cuenten sus experiencias y las filmamos? Podríamos producir unos vídeos en los que trabajadores de distintas empresas, incluso de distintas zonas geográficas expresaran los cambios que se han producido en sus comportamientos y en el ambiente laboral tras un cambio de actitud de la empresa y cómo eso ha repercutido positivamente en la productividad.

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