suplemento: venezuela de cara al futuro

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VENEZUELA DE CARA AL FUTURO SUPLEMENTO I LE MONDE DIPLOMATIQUE EN ESPAÑOL I SEPTIEMBRE 2012 En apenas trece años (1999-2012) de gobierno bolivariano, la República Bolivariana de Venezuela ha vivido un cambio copernicano. En positivo. La nueva democracia establecida por el presidente Hugo Chávez se ha ampliado a millones de ciudadanos pobres hasta entonces excluidos de los procesos elec- torales. Las libertades se han extendido y garantizado. Todos los índices so- ciales han mejorado de manera espectacular. La pobreza disminuyó en más del triple. La mortalidad infantil se redujo en un 50%. El analfabetismo fue totalmente erradicado. El número de maestros en las escuelas públicas se mul- tiplicó por cinco. La sanidad y la educación gratuitas se generalizaron. La construcción de viviendas se amplificó. El salario mínimo es el más alto de América Latina. Se concedieron pensiones de jubilación a todos los trabaja- dores, incluso a los informales y a las amas de casa aunque nunca hubiesen cotizado. La deuda externa disminuyó. El ecosocialismo se impulsó… En el ámbito geopolítico, los éxitos no han sido menos formidables: creación de Petrocaribe, de Petrosur, del Banco del Sur, del ALBA, del Sucre (sistema único de compensación regional), de la Unasur, de la CELAC, el ingreso de Caracas en el Mercosur... En la nueva etapa que se anuncia, Venezuela se propone mejorar esos obje- tivos. Así lo ha declarado recientemente el presidente Chávez: “Todo lo que hemos hecho hasta ahora es pequeño con respecto a lo que vamos a hacer”. Tratemos de hacer un corto balan- ce de cómo las políticas de la revolu- ción bolivariana han transformado Venezuela en este último decenio. ¿Cuáles fueron las principales medi- das que se adoptaron desde el princi- pio para cambiar el curso político? Bernardo Álvarez: En la Venezuela de antes de Hugo Chávez, los modelos de nuestros adversarios reclamaban más neoliberalismo y menos soberanía, apo- yaban las iniciativas del ALCA (Tratado del Área de Libre Comercio de las Amé- ricas, impulsado por Washington), le da- ban la espalda al Sur y buscaban alianzas sólo con países del Norte. La victoria de- mocrática del presidente Chávez y del movimiento Bolivariano en 1999 signi- ficó una diferencia muy importante, prin- cipalmente porque se empezó a recuperar la soberanía nacional, el papel del Esta- do como promotor del desarrollo y a im- pulsar la integración latinoamericana. ¿Qué importancia tuvo el petróleo? B.A.– Una importancia decisiva, por- que la punta de lanza de la estrategia neo- liberal se basaba en el petróleo. Y el presidente Chávez la detuvo. Ellos que- rían convertir PDVSA (Petróleos de Ve- nezuela S.A.) en una empresa integrada en el capitalismo internacional y total- mente autónoma respecto a las políticas del Estado y a los intereses nacionales. Cuando llegamos al gobierno, nuestra gran tarea fue detener ese proyecto de privatización de PDVSA que suponía la pérdida de control del Estado sobre los recursos naturales. El presidente Chávez decía: “Si no lo detenemos, no podremos hacer nada desde el Gobierno y dejaría- mos de tener patria”. Pero detener la pri- vatización de PDVSA fue muy dramático y produjo el golpe de Estado de abril de 2002 y un sabotaje petrolero orquestado por los gerentes de la industria petrolera y todos sus aliados. ¿Por qué se aferraban tanto al petró- leo venezolano? B.A.– Porque su control les procura- ba ganancias astronómicas, sin hablar de los aspectos estratégicos. Por ejem- plo, las regalías. Para la faja del Orino- co se habían reducido al 1%. Es decir, la compañía petrolera sólo le entregaba el 1% del valor del petróleo al Estado, a pesar de que la ley vigente de 1943 fija- ba un mínimo del 16,7%... Con Chávez, no sólo hemos recuperado la regalía del 16,7% sino que la subimos al 34% y es- tablecimos, además, mecanismos para garantizar aportes al Estado en caso de ganancias súbitas y/o extraordinarias. Lo importante de todo este esfuerzo es: si no tienes un control de los recursos naturales, si no tienes un control de la política, si no tienes un sistema fiscal adecuado ¿cómo vas a llevar adelante un proceso de desarrollo nacional? ¿Esa fue la razón del golpe de Estado del 11 de abril de 2002? B.A.– Sí, pero ese golpe fracasó, y lan- zaron un sabotaje petrolero para colap- sar el país. Venezuela producía 3.200.000 barriles de crudo al día y lo hicieron ba- jar a 25.000, cero exportación y una es- casez dramática del suministro de gasolina y gas al mercado interno. En cualquier otro país se hubiera declara- do el estado de emergencia para aten- der una situación de esa magnitud. En Venezuela, ese sabotaje se combatió con la fuerza del pueblo, la participación de las Fuerzas Armadas y sin declarar la emergencia. También ha habido grandes progre- sos en el proceso de integración de América Latina. B.A.– Tras más de una década de go- bierno Bolivariano bajo la presidencia de Hugo Chávez, no hay duda de que ese proceso de integración ha avanza- do, como lo demuestran la creación del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), la Una- sur (Unión de Naciones Suramericanas) o la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). La Re- volución Bolivariana tenía una vocación estratégica: contribuir a la creación de un mundo multipolar frente al mundo unipolar que nos caracterizó los últimos decenios. ¿Por qué? Porque un mundo multipolar es la mejor garantía de paz. ¿En qué medida la influencia de Chá- vez ha sido determinante para pasar del Consenso de Washington al Socialismo del siglo XXI? B.A.– Bueno, basta con ver el cambio acaecido entre 1994 y 2012. En 1994, se celebra la Primera Cumbre de las Américas en Miami y en esa cumbre se oficializó el llamado “Consenso de Was- hington”, que implicaba adoptar el mo- delo ideológico neoliberal y el modelo político llamado “democracia de las eli- tes”. También suponía el retraimiento del Estado o el suicidio del Estado. Por otro lado: “mercados libres” con un co- mercio exterior obligatoriamente abier- to al libre cambio. Y, entre otras cosas, se afirmaba también el aislamiento de Cuba que siempre ha sido como una carta para poder mantener una especie de Guerra Fría permanente. Y se habla- ba de un supuesto “consenso”. Hoy todo eso ha cambiado. Hemos avanzado en la exploración de modelos mucho más populares y directos de de- mocracia real. Porque pensamos que la verdadera democracia va mucho más allá de la democracia representativa. Para ga- rantizar que haya una democracia esta- ble tienes que equilibrar la sociedad y los poderes de esa sociedad. Eso pasa por la asunción del rol tan importante del Es- tado. Si Venezuela no hubiese tenido ese cambio cualitativo no hubiésemos podi- do superar la crisis del capitalismo inter- nacional financiero. América Latina ha conseguido distanciarse de las políticas de ajustes y de recortes impuestas por el FMI. Ahora tenemos una mayor auto- nomía en el diseño de nuestras propias políticas económicas, sin las imposicio- nes que hubo en el pasado y que se ven hoy de nuevo en las recetas que se están aplicando en Europa. ¿Cuál ha sido el papel de Venezuela en la creación de la CELAC? B.A.– Desde el principio, Venezuela fue uno de los promotores de la idea de una Comunidad latinoamericana y cari- beña de naciones. La primera presiden- cia recayó en México, pero fue en Venezuela donde se consolidó, en di- ciembre de 2011, la creación formal de la CELAC. El papel de Venezuela ha si- do clave. Porque, desde el primer día, el presidente Chávez se planteó que el gran reto estratégico era la integración sura- mericana, latinoamericana y la creación de un mundo multipolar. ¿Cuál es el principal desafío de Amé- rica Latina hoy? B.A.– Consolidar esos cambios de los que hablo. Para ello, la reelección del pre- sidente Chávez es la mejor garantía de seguir avanzando, porque quedan tareas pendientes. Por ejemplo, en lo interno, terminar de superar la brecha que nos dejó el modelo fracasado anterior. Los datos demuestran lo que hemos avanza- do en el Índice de Desarrollo Humano, en cultura, en deporte, en integración, en vivienda, en empleo, etc. No hay duda de que vamos en el camino adecuado. ¿Para el resto de América Latina, es importante la reelección del presiden- te Chávez? B.A.– Es determinante. Porque es la garantía de que este proceso siga avan- zando para favorecer el desarrollo y la es- tabilidad de toda la región. Desde las misiones humanitarias y sanitarias has- ta los programas de cooperación con pa- íses como Argentina, sin hablar de los esfuerzos de Petrocaribe con un progra- ma que significa 40.000 barriles de pe- tróleo diarios que van a todo el Caribe oriental y a países como República Do- minicana, Jamaica, El Salvador, Nicara- gua y Honduras, en un proceso que permite a esos países no sólo tener acce- so a sus necesidades energéticas, sino uti- lizar parte de ese dinero en fondos de desarrollo interno. ¿Qué nos puede decir de las relacio- nes entre Venezuela y Colombia? B.A.– El acercamiento con el presi- dente Juan Manuel Santos de Colombia tiene una connotación trascendental porque frenó a los sectores que se oponen al proceso de reafirmación su- ramericano. Se intentó criminalizar a Venezuela por “violación de Derechos Humanos”, por “ataques a la libertad de prensa”, por “antisemitismo”, por “tráfi- co de personas”, por cualquier cosa… La llegada de Santos coloca las relacio- nes Caracas-Bogotá en función de la re- alidad de los intereses de ambas naciones en un proceso de respeto mu- tuo y de esa manera desmonta la estra- tegia de promover una nueva guerra fría regional promovida por Washington. O sea, no consiguieron aislar a Ve- nezuela. B.A.– No, no lo consiguieron. Al principio éramos como un accidente. Estaba Cuba y después llegó Venezue- la. Sola. Hasta que eligieron al presiden- te Lula en Brasil no había más gobiernos progresistas en América Latina. Des- pués vinieron Bolivia, Uruguay, Argen- tina, Ecuador... Pero ya Venezuela no es un accidente. Con la Unasur y la CE- LAC, esa idea de que había que aislar a Venezuela dejó de tener efecto. ¿Cómo se explica la elección de tan- tos gobiernos progresistas al mismo tiempo en América Latina? B.A.– A dos causas: una, los fracasos de las políticas neoliberales; y dos, el abuso de pretender que se podía despo- litizar una sociedad. Pasamos de una so- ciedad que querían presentar como totalmente adormecida a sociedades que empezaron a movilizarse. Hay que pen- sar lo que significó la movilización argentina con el “corralito” o las movi- lizaciones en Ecuador, en Perú, en Venezuela, en Bolivia... Los pueblos co- menzaron a exigir una democracia real, en lo económico, en lo social, en lo cul- tural, así como en lo político. ¿Cómo están reaccionando los secto- res conservadores que perdieron demo- cráticamente el poder? B.A.– Esos sectores representan ese mundo del poder internacional y de los grandes intereses de la derecha, de las grandes élites. Y siguen ahí. En América Latina se está produciendo una confron- tación por el poder. Nosotros hemos si- do electos legalmente, hemos respetado la Constitución, las leyes. Lo que no ha- ce la derecha. Son sectores que no acep- tan un modelo de desarrollo diferente. Golpean más duro en los países más dé- biles. Cuando el golpe de Estado en Hon- duras, en 2009, el argumento que dieron en Washington era que el presidente Ma- nuel Zelaya había “acumulado mucho poder”. Pero cuando se ven las cosas en perspectiva, resulta que Zelaya no con- trolaba ni las Fuerzas Armadas, ni los medios de comunicación, ni el Congre- so, ni el Tribunal Supremo, ni los sindi- catos, ni nada... El caso reciente de Paraguay, el golpe contra Fernando Lugo demuestra que la consolidación de los procesos progresis- tas sigue siendo un desafío. Desde 2002, ha habido cinco golpes de Estado, de cin- co modalidades distintas y todos tienen como factor común la participación de los poderes de facto, fundamentalmente los medios de comunicación, en Venezue- la, Bolivia, Honduras, Ecuador y Paraguay. ¿Qué nos puede decir de la salud del presidente Chávez? B.A.– La única fuente creíble sobre la salud del Presidente es él mismo. Ha declarado recientemente que “está libre de enfermedad”, y él entiende que tie- ne una responsabilidad muy grande con su país y con la región. El Presidente está en la mejor forma para la actual contienda electoral. ¿Cómo están las relaciones entre Es- paña y Venezuela? B.A.– Venezuela siempre apuesta por el respeto mutuo. Tenemos relaciones con los Gobiernos, independientemente de su naturaleza ideológica. En el caso de España hay muchos temas y asuntos que tienen que ver con una comunidad vene- zolano-española o española-venezolana muy amplia, de venezolanos que viven aquí y de españoles que viven allá. Hay la participación de muchas empresas espa- ñolas en Venezuela. Hay una tradición cultural... Seguimos con la mayor aten- ción la situación de Europa en general y de España en particular. Y parafrasean- do al presidente Chávez decimos: “No se pueden tener unas buenas relaciones eco- nómicas si no se tienen unas buenas re- laciones políticas”. Y éstas pasan por el respeto mutuo. Llevo un año aquí. Lle- gué a seis meses de las elecciones del 20 de noviembre pasado en España y ahora estamos en víspera de las elecciones pre- sidenciales venezolanas. Vamos a espe- rar este escrutinio, para el cual hemos invitado a acompañantes internacionales de diversos países, así como a organiza- ciones regionales como la Unasur, y ver cómo evolucionan las cosas. Pero la rela- ción entre Caracas y Madrid es normal, con buena comunicación. < ENTRE VIS T A A B ERN ARD O ÁL V AREZ, EMB A J AD O R D E VENEZUEL A EN ES P A “Hay que consolidar los cambios” Teresa Stancanelli

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Page 1: Suplemento: Venezuela de cara al futuro

VENEZUELA DE CARA AL FUTURO

SUPLEMENTO I LE MONDE DIPLOMATIQUE EN ESPAÑOL I SEPTIEMBRE 2012

En apenas trece años (1999-2012) de gobierno bolivariano, la RepúblicaBolivariana de Venezuela ha vivido un cambio copernicano. En positivo. Lanueva democracia establecida por el presidente Hugo Chávez se ha ampliadoa millones de ciudadanos pobres hasta entonces excluidos de los procesos elec-torales. Las libertades se han extendido y garantizado. Todos los índices so-ciales han mejorado de manera espectacular. La pobreza disminuyó en másdel triple. La mortalidad infantil se redujo en un 50%. El analfabetismo fuetotalmente erradicado. El número de maestros en las escuelas públicas se mul-tiplicó por cinco. La sanidad y la educación gratuitas se generalizaron. Laconstrucción de viviendas se amplificó. El salario mínimo es el más alto de

América Latina. Se concedieron pensiones de jubilación a todos los trabaja-dores, incluso a los informales y a las amas de casa aunque nunca hubiesencotizado. La deuda externa disminuyó. El ecosocialismo se impulsó… En el ámbito geopolítico, los éxitos no han sido menos formidables: creaciónde Petrocaribe, de Petrosur, del Banco del Sur, del ALBA, del Sucre (sistemaúnico de compensación regional), de la Unasur, de la CELAC, el ingreso deCaracas en el Mercosur...En la nueva etapa que se anuncia, Venezuela se propone mejorar esos obje-tivos. Así lo ha declarado recientemente el presidente Chávez: “Todo lo quehemos hecho hasta ahora es pequeño con respecto a lo que vamos a hacer”.

Tratemos de hacer un corto balan-ce de cómo las políticas de la revolu-ción bolivariana han transformadoVenezuela en este último decenio.¿Cuáles fueron las principales medi-das que se adoptaron desde el princi-pio para cambiar el curso político?

Bernardo Álvarez: En la Venezuela deantes de Hugo Chávez, los modelos denuestros adversarios reclamaban másneoliberalismo y menos soberanía, apo-yaban las iniciativas del ALCA (Tratadodel Área de Libre Comercio de las Amé-ricas, impulsado por Washington), le da-ban la espalda al Sur y buscaban alianzassólo con países del Norte. La victoria de-mocrática del presidente Chávez y delmovimiento Bolivariano en 1999 signi-ficó una diferencia muy importante, prin-cipalmente porque se empezó a recuperarla soberanía nacional, el papel del Esta-do como promotor del desarrollo y a im-pulsar la integración latinoamericana.

¿Qué importancia tuvo el petróleo?B.A.– Una importancia decisiva, por-

que la punta de lanza de la estrategia neo-liberal se basaba en el petróleo. Y elpresidente Chávez la detuvo. Ellos que-rían convertir PDVSA (Petróleos de Ve-nezuela S.A.) en una empresa integradaen el capitalismo internacional y total-mente autónoma respecto a las políticasdel Estado y a los intereses nacionales.Cuando llegamos al gobierno, nuestragran tarea fue detener ese proyecto deprivatización de PDVSA que suponía lapérdida de control del Estado sobre losrecursos naturales. El presidente Chávezdecía: “Si no lo detenemos, no podremoshacer nada desde el Gobierno y dejaría-mos de tener patria”. Pero detener la pri-vatización de PDVSA fue muy dramáticoy produjo el golpe de Estado de abril de2002 y un sabotaje petrolero orquestadopor los gerentes de la industria petroleray todos sus aliados.

¿Por qué se aferraban tanto al petró-leo venezolano?

B.A.– Porque su control les procura-ba ganancias astronómicas, sin hablarde los aspectos estratégicos. Por ejem-plo, las regalías. Para la faja del Orino-co se habían reducido al 1%. Es decir,la compañía petrolera sólo le entregabael 1% del valor del petróleo al Estado, apesar de que la ley vigente de 1943 fija-ba un mínimo del 16,7%... Con Chávez,no sólo hemos recuperado la regalía del16,7% sino que la subimos al 34% y es-tablecimos, además, mecanismos paragarantizar aportes al Estado en caso deganancias súbitas y/o extraordinarias.Lo importante de todo este esfuerzo es:si no tienes un control de los recursosnaturales, si no tienes un control de lapolítica, si no tienes un sistema fiscaladecuado ¿cómo vas a llevar adelante

un proceso de desarrollo nacional?

¿Esa fue la razón del golpe de Estadodel 11 de abril de 2002?

B.A.– Sí, pero ese golpe fracasó, y lan-zaron un sabotaje petrolero para colap-sar el país. Venezuela producía 3.200.000barriles de crudo al día y lo hicieron ba-jar a 25.000, cero exportación y una es-casez dramática del suministro degasolina y gas al mercado interno. Encualquier otro país se hubiera declara-do el estado de emergencia para aten-der una situación de esa magnitud. EnVenezuela, ese sabotaje se combatió conla fuerza del pueblo, la participación delas Fuerzas Armadas y sin declarar laemergencia.

También ha habido grandes progre-sos en el proceso de integración deAmérica Latina.

B.A.– Tras más de una década de go-bierno Bolivariano bajo la presidenciade Hugo Chávez, no hay duda de queese proceso de integración ha avanza-do, como lo demuestran la creación delALBA (Alianza Bolivariana para losPueblos de Nuestra América), la Una-sur (Unión de Naciones Suramericanas)o la CELAC (Comunidad de EstadosLatinoamericanos y Caribeños). La Re-volución Bolivariana tenía una vocaciónestratégica: contribuir a la creación deun mundo multipolar frente al mundounipolar que nos caracterizó los últimosdecenios. ¿Por qué? Porque un mundomultipolar es la mejor garantía de paz.

¿En qué medida la influencia de Chá-vez ha sido determinante para pasar delConsenso de Washington al Socialismodel siglo XXI?

B.A.– Bueno, basta con ver el cambioacaecido entre 1994 y 2012. En 1994,se celebra la Primera Cumbre de lasAméricas en Miami y en esa cumbre seoficializó el llamado “Consenso de Was-hington”, que implicaba adoptar el mo-delo ideológico neoliberal y el modelopolítico llamado “democracia de las eli-tes”. También suponía el retraimientodel Estado o el suicidio del Estado. Porotro lado: “mercados libres” con un co-mercio exterior obligatoriamente abier-to al libre cambio. Y, entre otras cosas,se afirmaba también el aislamiento deCuba que siempre ha sido como unacarta para poder mantener una especiede Guerra Fría permanente. Y se habla-ba de un supuesto “consenso”.

Hoy todo eso ha cambiado. Hemosavanzado en la exploración de modelosmucho más populares y directos de de-mocracia real. Porque pensamos que laverdadera democracia va mucho más alláde la democracia representativa. Para ga-rantizar que haya una democracia esta-ble tienes que equilibrar la sociedad y los

poderes de esa sociedad. Eso pasa por laasunción del rol tan importante del Es-tado. Si Venezuela no hubiese tenido esecambio cualitativo no hubiésemos podi-do superar la crisis del capitalismo inter-nacional financiero. América Latina haconseguido distanciarse de las políticasde ajustes y de recortes impuestas por elFMI. Ahora tenemos una mayor auto-nomía en el diseño de nuestras propiaspolíticas económicas, sin las imposicio-nes que hubo en el pasado y que se venhoy de nuevo en las recetas que se estánaplicando en Europa.

¿Cuál ha sido el papel de Venezuelaen la creación de la CELAC?

B.A.– Desde el principio, Venezuelafue uno de los promotores de la idea deuna Comunidad latinoamericana y cari-beña de naciones. La primera presiden-cia recayó en México, pero fue enVenezuela donde se consolidó, en di-ciembre de 2011, la creación formal dela CELAC. El papel de Venezuela ha si-do clave. Porque, desde el primer día, elpresidente Chávez se planteó que el granreto estratégico era la integración sura-mericana, latinoamericana y la creaciónde un mundo multipolar.

¿Cuál es el principal desafío de Amé-rica Latina hoy?

B.A.– Consolidar esos cambios de losque hablo. Para ello, la reelección del pre-sidente Chávez es la mejor garantía deseguir avanzando, porque quedan tareaspendientes. Por ejemplo, en lo interno,terminar de superar la brecha que nosdejó el modelo fracasado anterior. Losdatos demuestran lo que hemos avanza-do en el Índice de Desarrollo Humano,en cultura, en deporte, en integración, envivienda, en empleo, etc. No hay duda deque vamos en el camino adecuado.

¿Para el resto de América Latina, esimportante la reelección del presiden-te Chávez?

B.A.– Es determinante. Porque es lagarantía de que este proceso siga avan-zando para favorecer el desarrollo y la es-tabilidad de toda la región. Desde lasmisiones humanitarias y sanitarias has-ta los programas de cooperación con pa-íses como Argentina, sin hablar de losesfuerzos de Petrocaribe con un progra-ma que significa 40.000 barriles de pe-tróleo diarios que van a todo el Caribeoriental y a países como República Do-minicana, Jamaica, El Salvador, Nicara-gua y Honduras, en un proceso quepermite a esos países no sólo tener acce-so a sus necesidades energéticas, sino uti-lizar parte de ese dinero en fondos dedesarrollo interno.

¿Qué nos puede decir de las relacio-nes entre Venezuela y Colombia?

B.A.– El acercamiento con el presi-dente Juan Manuel Santos de Colombiatiene una connotación trascendentalporque frenó a los sectores que seoponen al proceso de reafirmación su-ramericano. Se intentó criminalizar aVenezuela por “violación de DerechosHumanos”, por “ataques a la libertad deprensa”, por “antisemitismo”, por “tráfi-co de personas”, por cualquier cosa…La llegada de Santos coloca las relacio-nes Caracas-Bogotá en función de la re-alidad de los intereses de ambasnaciones en un proceso de respeto mu-tuo y de esa manera desmonta la estra-tegia de promover una nueva guerra fríaregional promovida por Washington.

O sea, no consiguieron aislar a Ve-nezuela.

B.A.– No, no lo consiguieron. Alprincipio éramos como un accidente.Estaba Cuba y después llegó Venezue-la. Sola. Hasta que eligieron al presiden-te Lula en Brasil no había más gobiernosprogresistas en América Latina. Des-pués vinieron Bolivia, Uruguay, Argen-tina, Ecuador... Pero ya Venezuela no esun accidente. Con la Unasur y la CE-LAC, esa idea de que había que aislar aVenezuela dejó de tener efecto.

¿Cómo se explica la elección de tan-tos gobiernos progresistas al mismotiempo en América Latina?

B.A.– A dos causas: una, los fracasosde las políticas neoliberales; y dos, elabuso de pretender que se podía despo-litizar una sociedad. Pasamos de una so-ciedad que querían presentar comototalmente adormecida a sociedades queempezaron a movilizarse. Hay que pen-sar lo que significó la movilizaciónargentina con el “corralito” o las movi-lizaciones en Ecuador, en Perú, enVenezuela, en Bolivia... Los pueblos co-menzaron a exigir una democracia real,en lo económico, en lo social, en lo cul-tural, así como en lo político.

¿Cómo están reaccionando los secto-res conservadores que perdieron demo-cráticamente el poder?

B.A.– Esos sectores representan esemundo del poder internacional y de losgrandes intereses de la derecha, de lasgrandes élites. Y siguen ahí. En AméricaLatina se está produciendo una confron-tación por el poder. Nosotros hemos si-do electos legalmente, hemos respetadola Constitución, las leyes. Lo que no ha-ce la derecha. Son sectores que no acep-tan un modelo de desarrollo diferente.Golpean más duro en los países más dé-biles. Cuando el golpe de Estado en Hon-duras, en 2009, el argumento que dieronen Washington era que el presidente Ma-nuel Zelaya había “acumulado mucho

poder”. Pero cuando se ven las cosas enperspectiva, resulta que Zelaya no con-trolaba ni las Fuerzas Armadas, ni losmedios de comunicación, ni el Congre-so, ni el Tribunal Supremo, ni los sindi-catos, ni nada...

El caso reciente de Paraguay, el golpecontra Fernando Lugo demuestra que laconsolidación de los procesos progresis-tas sigue siendo un desafío. Desde 2002,ha habido cinco golpes de Estado, de cin-co modalidades distintas y todos tienencomo factor común la participación delos poderes de facto, fundamentalmentelos medios de comunicación, en Venezue-la, Bolivia, Honduras, Ecuador y Paraguay.

¿Qué nos puede decir de la salud delpresidente Chávez?

B.A.– La única fuente creíble sobrela salud del Presidente es él mismo. Hadeclarado recientemente que “está librede enfermedad”, y él entiende que tie-ne una responsabilidad muy grande consu país y con la región. El Presidenteestá en la mejor forma para la actualcontienda electoral.

¿Cómo están las relaciones entre Es-paña y Venezuela?

B.A.– Venezuela siempre apuesta porel respeto mutuo. Tenemos relaciones conlos Gobiernos, independientemente desu naturaleza ideológica. En el caso deEspaña hay muchos temas y asuntos quetienen que ver con una comunidad vene-zolano-española o española-venezolanamuy amplia, de venezolanos que vivenaquí y de españoles que viven allá. Hay laparticipación de muchas empresas espa-ñolas en Venezuela. Hay una tradicióncultural... Seguimos con la mayor aten-ción la situación de Europa en general yde España en particular. Y parafrasean-do al presidente Chávez decimos: “No sepueden tener unas buenas relaciones eco-nómicas si no se tienen unas buenas re-laciones políticas”. Y éstas pasan por elrespeto mutuo. Llevo un año aquí. Lle-gué a seis meses de las elecciones del 20de noviembre pasado en España y ahoraestamos en víspera de las elecciones pre-sidenciales venezolanas. Vamos a espe-rar este escrutinio, para el cual hemosinvitado a acompañantes internacionalesde diversos países, así como a organiza-ciones regionales como la Unasur, y vercómo evolucionan las cosas. Pero la rela-ción entre Caracas y Madrid es normal,con buena comunicación. <

ENTREVISTA A BERNARDO ÁLVAREZ, EMBAJADOR DE VENEZUELA EN ESPAÑA

“Hay que consolidar los cambios”

Teresa Stancanelli

Page 2: Suplemento: Venezuela de cara al futuro

DENTRO DE POCAS SEMANAS, el 7 de octubre,culminará en Venezuela la fase principaldel periodo electoral democrático en cur-so: las elecciones presidenciales. El actual

Presidente, Hugo Chávez, se presenta a un nuevomandato constitucional y los principales partidosencuadrados en la oposición –con ideologías diver-sas, pero ya aglutinada– han designado, en prima-rias, como alternativa, a un joven gobernador,Henrique Capriles, de orientación centrista.

Las encuestas apuntan, con variaciones lógicas,que Hugo Chávez, su partido-movimiento (el Par-tido Socialista Unido de Venezuela, PSUV) y susaliados, siguen manteniendo una preferencia muysignificativa de mayoría social –por fidelizaciónpersonal, programas sociales, percepción de esta-bilidad– y, en consecuencia, si hay traducción conrespecto al voto, el “chavismo” continuará con suproyecto general de cambio.

La campaña electoral que está finalizando es,desde luego, beligerantemente competitiva, en don-de se mantiene todavía una polarización y en don-de, también, la rumorología sigue formando partede la identidad nacional. Sin embargo, hay moti-vos que afectan al fondo: no suenan ruidos de sa-bles, tambores apocalípticos, ni, como en Europa,amenazas invasoras de recortes. En otras palabras,la estabilidad se considera un valor seguro, que hayque mantener, aunque coexistan rumores e ilusio-

nes de futuro. Por fortuna, han pasado ya las eta-pas en que la Oposición rehuía de la participaciónelectoral. Error, sin embargo, que no era compar-tido por todos –y soy testigo cualificado, en unode estos escenarios– y que, con buen criterio, laoposición ha rectificado.

Si esto es así, ¿en qué consiste, entonces, la “ex-cepcionalidad” del “caso venezolano”? La singulari-dad, gradualmente, adquiere, desde hace años, unaextensión que la va convirtiendo en una generalidad,no total, pero sí creciente, no idéntica, sino con di-ferencias con otros países latinoamericanos. En al-gunos sectores, políticos y mediáticos europeos, sigueprevaleciendo la simplificación. Directa o indirecta-mente, se sigue pensando en términos eurocéntri-cos, aunque ya menos ideologizados ahora, en lamedida en que América Latina es un buen merca-do: el pragmatismo, a veces, clarifica. Pero, sobre to-do, porque en Europa muchas cosas empiezan acambiar: la seguridad comienza a dar paso a la per-plejidad, y los temores al antiguo optimismo. Desdediversos lugares, desde diferentes puntos de vista, seempiezan ya a extender posiciones críticas y auto-críticas para buscar, no ya salidas coyunturales, sinosoluciones firmes. Que, por ejemplo, un gran expo-nente intelectual, como es el filósofo alemán JürgenHabermas, hable ya frontalmente de una “asambleaconstituyente europea” es bien significativo.

Desde Venezuela, el problema, tal vez, sea máscomplejo. Complejidad por razones históricas ypor los discursos políticos en juego. Durante dé-cadas, Venezuela, tuvo efectivamente una estabi-lidad, con luces y sombras, pero funcionó,coadyuvando a desarrollar una cultura democrá-tica que, en estos últimos años, se ampliará con

mayor inclusión de los excluidos. Fue un avance,en principio, pero se agotó, más aún: se autodes-truyó, perdiendo así funcionalidad y legitimidad.La aparición de Hugo Chávez fue la respuesta aeste agotamiento, y altamente generalizada, no só-lo de una clase social: lo antiguo necesitaba revi-sión modernizadora con apoyos más amplios.Montesquieu, gran anticipador de la modernidadliberal, en su canónico libro, El Espíritu de las Le-yes, algo dirá benignamente sobre la ingenuidadinfantil de mirar al pasado: “A aquellas gentes –di-ce– que quieren hacer modernos los siglos ante-riores, yo diría lo que los sacerdotes egipciosdijeron a Solón: ¡Oh, atenienses, no sois más queunos niños” (E.L., XXX, 14).

Esta intuición de estabilidad con cambio, evi-tando conflictos que pueden ser graves, y, al mis-mo tiempo, transformar por vía democrática, semantiene y es aceptada por una gran mayoría so-cial: aceptación directa o solapada. Parece que hay,así, un consenso oculto –con discrepanciasexternas, teóricas y prácticas– para que la sociedadvenezolana se asiente en la paz y con cambios pa-cíficamente a realizar. Ciertamente, en el plano te-órico, sigue existiendo una barrera política grandeentre Poder y Oposición. Por el momento, infran-queable: no coinciden en el concepto de democra-cia o, al menos, plenamente. ¿A qué contenidosprácticos lleva la distinción entre representaciónclásica y representación participativa? Mucho hayde nominalismo, pero no es nuevo: en los orígenesde la modernidad revolucionaria europea ya se en-cuentra. Si Montesquieu abrió caminos (libertadfrente al despotismo monárquico), el abate Mablyy Jean Jacques Rousseau avanzarán (libertad más

igualdad). Rousseau, sobre todo, con más profun-didad crítica.

Si se parte de un nuevo triunfo de Hugo Chá-vez, la estabilidad con cambios seguirá su curso. Pe-ro, en este escenario, ¿cuáles podrían ser lasactitudes de la Oposición y del Gobierno respectoa la Oposición? Pasar de una polarización, aunqueya no sea tan radical, por la presencia de sectoresintermedios, al consenso es todavía ilusorio. El di-senso, sin radicalidad excluyente, forma parte de lademocracia: los partidos no pueden dejar a un la-do sus metas programáticas. Pero, la coincidenciaen un punto fundamental, es decir, en que, en de-mocracia, el pueblo es el ostentador de la sobera-nía, y, por tanto, el que otorga las confianzas a unadeterminada opción, significa que puede haber te-rritorios a explorar. Más aún, aunque haya discre-pancias en la ejecución, existe otra coincidencia:que la estabilidad (el no-conflicto) es un supuestonecesario para la paz y para la convivencia reglada,pero no suficiente: entran también los cambiostransformadores, internos y externos, por exigen-cias de una globalización errática.

La dinamización del proceso integrador en Amé-rica Latina cada vez es más urgente, y no es proble-ma sólo partidista. Así, tanto en Europa como enAmérica Latina –porque no es sólo Venezuela– em-piezan los retos a ser comunes: la generalización des-banca a la excepcionalidad. En definitiva, revalorizarlo público y la política, frente a la deificación delmercado, reflexionar crítica y autocríticamente so-bre los valores de una democracia actualizada, quetiene que ser avanzada, asentar un republicanismocívico, de cambios, son, entre otros, asuntos parafortalecer el nuevo “contrato social”. <

Estabilidad, continuidad y cambio

Una geopolítica que prioriza el eje Sur-SurÉxitos y logros del chavismo

EL TRIUNFO DE Hugo Chávez Frí-as en las elecciones presidencia-les de 1998 no dejó a nadieindiferente. Su irrupción en la

política venezolana, a ojos de la sociedadinternacional y buena parte de la clasepolítica criolla, respondía a la imagen deun “militar golpista”. La derecha lo cata-logó como un off-sider, personaje cari-caturesco que no merecía atención. Suvictoria, para los dos grandes partidosque controlaban la vida política del pa-ís, COPEI (cristiano-demócrata) y Ac-ción Democrática (social-demócrata),fue una sorpresa. Y para la izquierda tra-dicional, era un batiburrillo liderado porun exteniente coronel. Su acceso demo-crático al poder ejecutivo destapó el fras-co de las esencias de quienes vieronamenazado el orden de la IV República.Tildado de “populista”, más adelante“caudillo” y “dictador”, la oposición hatratado, incluidos el magnicidio y la téc-nica del golpe de Estado, de acabar conHugo Chávez y el proyecto emancipadorque representa.

La Revolución Bolivariana generaodios, resentimientos y desafección.Odio entre la vieja clase política, las eli-tes dominantes y los grandes empresa-rios, acostumbrados a mandar sincontrapesos; resentimiento y desafec-ción entre quienes buscaban un cambiode “manual” afincado en la ideología dela globalización y se quedaron en el ca-mino. En este contexto se dieron losprimeros pasos de un proyecto demo-crático. Las decisiones fueron valientes.Políticas sociales, inversiones públicas,redistribución de la riqueza, nacionali-

zaciones, reforma agraria, acceso a la vi-vienda, salud, educación. En esta vorá-gine de cambios, la estructura social yde poder tradicionales se vio afectada,removiendo los cimientos de una socie-dad piramidal y excluyente.

La mejora en las condiciones de vi-da de las clases populares requería unnuevo marco constitucional, ese fue elprimer escollo que franquear. El des-arrollo de la alternativa tuvo que ven-cer temores, convocar una AsambleaConstituyente y plebiscitar el proyectodemocrático. El 15 de diciembre de 1999,por primera vez en la historia política delpaís, sería aprobada, en referéndum, conun 71,78% de votos afirmativos, unanueva Constitución. Y lo hacía marcan-do diferencias con su predecesora, vigen-te desde 1961 y aprobada sólo por elParlamento, sin pasar por la prueba de-mocrática de un refrendo popular.

Fue el primer triunfo de la revolu-ción en marcha. 1999 marcó el comien-zo de nuevas prioridades. La derecha,anclada en el pasado, tardará en salir desu asombro y reconocer el nuevo mar-co jurídico, renunciando durante casi unlustro a participar en los comicios elec-torales. Su rechazo a la Carta Magna seexpresó durante el frustrado golpe de Es-tado de 2002, dejándola en barbecho.

El ADN de la Constitución se fun-damenta en la articulación de una ciu-dadanía plena, cuyos valores seencuentran en la democracia participa-tiva. Este enunciado diferencia la pro-puesta de otros órdenes políticosexistentes en la región. "La búsqueda dela igualdad social como objetivo explí-cito es una de las diferencias que tienela actual democracia venezolana conotras democracias de la región, y es unode los sentidos que se le puede dar al tér-mino “Revolución” con que se auto-identifica esta experiencia. Es así como

la Constitución de 1999, establece en suartículo II, los principios fundamenta-les de la república: 'Venezuela se consti-tuye en un Estado democrático y socialde derecho y de justicia, que propugnacomo valores superiores de su ordena-miento jurídico y de su actuación, la vi-da, la libertad, la justicia, la igualdad, lasolidaridad, la democracia, la responsa-bilidad social y en general, la preemi-nencia de los derechos humanos, la éticay el pluralismo político” (1).

La configuración de un poder funda-do en la participación de las clases popu-lares destinado a favorecer la solución delos problemas básicos que enfrenta la so-ciedad venezolana supone el diseño depolíticas públicas orientadas a disminuirla desigualdad social e impulsar el des-arrollo de una cultura democrática e in-cluyente. Con este marco se han creadolas “misiones”, herramienta fundamentalpara resolver la carencia de una adminis-tración de los recursos públicos y definirproyectos tendentes a la inclusión, latransformación económica y social. Asi-mismo, el control de los recursos natu-rales y energéticos, como el petróleo, hanpermitido tener los fondos necesarios pa-ra llevar a cabo las políticas redistributi-vas. A lo que debe sumarse, en políticaexterior, el carácter antiimperialista yemancipador que hunde sus raíces en elpensamiento de los Libertadores.

La Revolución Bolivariana marcha acontracorriente. En América Latina y elmundo, tiene enemigos que insisten enacallar su voz y minimizar sus logros ta-chándolos de “populismo”, sin diferen-ciar lo popular-nacional, la construcciónde un sujeto político autónomo, de loque configura el populismo, un discur-so obrerista, que renegocia la dependen-cia y cuyo liderazgo está en manos de lasburguesías criollas y no cambia las des-iguales estructuras sociales y de poder.

Piénsese en Berlusconi, Aznar, Putin,Calderón, Uribe, Piñera, etc.

Las políticas implantadas en Vene-zuela son populares no “populistas”, noson beneficencia, ni calla bocas, ni bus-can comprar votos. Es una acción ten-diente a erradicar la miseria, devolverla dignidad a un pueblo y hacerlo par-tícipe de su destino. Los datos sobredesigualdad, pobreza y marginalidadsocial lo demuestran. Durante el perio-do 1999-2010, la inversión social acu-mulada se sitúa en 330 mil millones dedólares (20% del PIB), mientras que, enla década de 1988-1998, sólo alcanzó el8% del PIB. Según el Banco Mundial,la pobreza disminuyó del 70% en 1996al 23,9 en 2009 y la pobreza extrema seredujo de un 40% a un 5,9%. El índicede Gini, para medir la desigualdad, seredujo en un punto, situándose en0,4068, el más bajo de toda América La-tina. La tasa de desempleo no supera el6,2% y el salario mínimo pasó de 185dólares en 1998 a 462 dólares en 2010.En 1998 los beneficiarios del sistema depensiones eran 387.000 personas, hoysuman 1.916.618 personas, con unapensión homologada al salario míni-mo, inexistente hasta la revolución.Igualmente el crédito a microempresa-rios y sectores populares ha tenido ungran impulso. En 2011, la banca públi-ca aumentó en un 50% sus fondos depréstamos, pasando de 40.200 millonesde bolívares a 60.346 millones. En sa-lud, en 2011 se realizaron 113 obras denueva construcción, cuatro hospitales,nueve maternidades y se incrementó enun 21,1% el número de camas. Por otrolado, la Misión Milagro, programa con-junto cubano-venezolano, cuyo lema“una visión solidaria del mundo”, des-de 2004, opera a población de bajosrecursos en patologías oculares de cór-nea, cataratas, glaucomas, oftalmología

pediátrica y oncológica y ha devueltola visión a un total acumulado de1.413.708 personas de casi todos los pa-íses latinoamericanos.

Venezuela tiene hoy una deuda ex-terna saneada y sus reservas mundialesacumuladas se han duplicado en diezaños, siendo de 30.000 millones de dó-lares aproximadamente. Pero sus logrosse volatilizan en medio de una propa-ganda espuria que oculta la realidad ypresenta un país sumido en la violencia,el caos y la represión. Su control sobrelos medios de comunicación es abruma-dor. De 111 estaciones televisivas, 61 sonprivadas, 13 públicas y 37 comunitariascon alcance limitado. En las emisoras deradio AM, el 87% pertenecen al sectorprivado, el 3% a comunitarias y el 10%son públicas. Y en FM el 57% son pri-vadas, el 31% comunitarias y la minoríaes pública. Y en la prensa escrita un 80%está en manos de la oposición. Pero laimagen es la contraria.

Sin embargo, hoy, la derecha vene-zolana a regañadientes reconoce laConstitución, participa en las eleccio-nes, pide referéndum y se auto-definecomo “moderada”. Su candidato en laselecciones presidenciales del 7 de octu-bre, Henrique Capriles, declama no des-conocer los logros de la revolución enmateria de derechos políticos, sociales,económicos y culturales, y se presentacomo “progresista”. En este escenario sejuega el futuro de Venezuela. Pero noolvidemos que Capriles, entre los suyos,tiene un proyecto desmovilizador, quebusca romper los avances democráticos,impulsando un proyecto neoliberalacorde con los intereses de las oligar-quías y el capital transnacional. <

VENEZUELA DE CARA AL FUTUROSUPLEMENTO

2 I SEPTIEMBRE 2012 I LE MONDE DIPLOMATIQUE EN ESPAÑOL

por RAÚL MORODOEx embajador de España en Venezuela.Catedrático de Derecho Constitucional.

por MARCOS ROITMAN profesor titular de Ciencia Política en la

Universidad Complutense de Madrid

(1) Margarita López Maya y Luis. E. Lander: “El go-bierno de Chávez: democracia participativa y políticassociales”. Revista Ágora. Valencia Nº14. pp. 9-29. 2006.

Page 3: Suplemento: Venezuela de cara al futuro

SI NOS PREGUNTARAN cuál ha sido el principalsaldo de la Revolución Bolivariana en estosdoce años de gobierno del presidente Chá-vez, podemos decir sin cortapisas que ha si-

do la “democracia”. Sin embargo, a pesar de laconstante práctica democrática, diversos actores co-mo la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), si-guen afirmando que Hugo Chávez encarna un“régimen totalitario y dictatorial donde se viola eirrespeta la libertad de expresión”.

Pero la realidad es tozuda, y ese gobierno revo-lucionario que ellos definen como “totalitario”, hadesarrollado una profunda pluralización y demo-cratización de la libertad de expresión y la comuni-cación en Venezuela. Hoy concurren librementeactores comunitarios, privados y públicos al hechocomunicacional.

Antes del proceso de la Revolución Bolivaria-na los privados tenían 331 concesiones de radio di-fusión; ahora, durante este ciclo, han aumentado a473; pero también han surgido 244 comunitarias ylas públicas han aumentado de 11 a 83. En las con-cesiones abiertas de televisión, la pluralidad logra-da es también palpable, de 36 canales privados antesde 1998, hoy existen 65 privados; además han sur-gido 37 canales comunitarios y los públicos hanpasado de 8 a 13 Televisoras. Curiosa dictadura,abre medios, no los cierra.

También circula con mucha fuerza en los me-

dios de comunicación controlados por las burgue-sías del mundo, la afirmación de que Hugo Chá-vez, está “desmantelando la democracia” enVenezuela. La mayor resonancia en esta denunciala han tenido los venezolanos de Miami agrupa-dos en la organización “Un Mundo sin Mordaza”y la muy conservadora Fundación para el Análisisy los Estudios Sociales (FAES), que preside JoséMaría Aznar, ese gran “demócrata” español defen-sor de la herencia franquista.

Pero es un contrasentido que se hable del “des-mantelamiento de la democracia” en un país quecumple estrictamente las reglas procesales y forma-les mínimas que caracterizan una democracia: el de-recho al voto lo más extendido posible; la regla dela mayoría; el repeto de las libertades públicas (opi-nión, expresión, reunión, asociación, etc)…

Pareciera que estos llamados “dictadores del si-glo XXI”, son muy peculiares, cumplen estrictamen-te las reglas de la democracia y tienen un gustoenfermo por la voluntad popular, personalmente elpresidente Chávez ha pasado por seis procesos elec-torales entre elecciones, revocatorios y reformas.

En la evaluación de la condición democráticadel sistema político venezolano, ha participado elCentro Carter validando reiteradamente, en sus in-formes, el sistema electoral venezolano. Pero ahora,también es la Fundación para el Avance de la De-mocracia (FDA) de Canadá, quien sitúa a Venezue-la en el primer lugar de justicia electoral en unestudio comparativo con diversos sistemas de todoel mundo realizado en el 2011. En él, Venezuela ob-tiene una calificación de 85, seguida por Finlandiacon 40,75, Dinamarca 35, Estados Unidos 30, Ca-nadá 25,75, México 22,5.

En el plano de la democraciasustantiva, la CEPAL (ComisiónEconómica para América Latina),en su informe de enero de 2012, re-conoce los grandes avances de Ve-nezuela en la reducción de lapobreza. Según la CEPAL, Vene-zuela es el segundo país de Améri-ca Latina donde más se hareducido ésta en los últimos doceaños, situándose detrás de Ecua-dor, que entre 1991 y 2010 la redu-jo en un 26,4%.

Las cuentas son claras, mien-tras en la amarga noche neoliberalliderada por la oposición, la pobre-za llegó al 70,8% de la población en1996, para el año 2010 la Revolu-ción Bolivariana logró disminuir-la hasta el 26,8%. El nuevo modelode política social del gobierno re-volucionario y su aplicación progresiva nos brindalos positivos resultados que hoy todos los organis-mos internacionales y los investigadores metodoló-gicamente orientados validan.

El modelo de política social realizado por la Re-volución Bolivariana ha trascendido el modelo po-pulista, pues su característica es la dádiva y laanulación de los sujetos sociales. Por el contrario,la ampliación del tejido social y configuración deactores políticos protagónicos es la característicacentral de la Venezuela de hoy.

En Venezuela la palabra derecho dejó de ser unapalabra escrita en un papel, para convertirse en re-alizaciones tangibles en el día a día de los ciudada-

nos. Sin embargo, aún son muchos los retos y nu-dos críticos que tiene la democracia venezolana. Esun proceso vivo, de ensayo-error. Sin embargo, des-de ya, es un modelo obligado de estudio para todoslos pueblos latinoamericanos y del mundo que bus-can superar la exclusión y la inequidad.

Estamos pues ante un formidable proceso detransformación social que ha recuperado la demo-cracia como elemento sustantivo de la construcciónsocialista, a la par que supera la condición de lo po-pular y los trabajadores como simples coreografíaspolíticas. Ante una nueva crisis del capitalismo glo-balizado, estamos ante un nuevo reto y una nuevaesperanza: el socialismo del siglo XXI. <

Revolución y democracia

Una geopolítica que prioriza el eje Sur-Sur

EL SISTEMA-MUNDO vigente atra-viesa por momentos de turbu-lencia que pueden derivar enimportantes cambios y oportu-

nidades para los países del Sur, y replan-tear la geopolítica desde una perspectivacrítica. Actualmente, la interacción Nor-te-Sur –caracterizada tradicionalmentepor una marcada asimetría en las rela-ciones de poder entre los Estados– seperfila en el marco de un escenario po-lítico internacional en el cual muchos pa-íses del Sur alzan la voz para reivindicarun sistema más justo y pluripolar, que lespermita una real independencia políticay económica.

El sistema presenta unos desajustescon relación a la forma como fue plani-ficado tras la Segunda Guerra Mundial.Al inicio del siglo XXI, Estados Unidospierde el monopolio del poder económi-co mundial y su carácter hegemónico-ideológico se ve amenazado por laemergencia de nuevas potencias econó-micas e industriales, quienes exigen co-participación en la toma de decisionesinternacionales y mejores condicionespara el comercio. Hoy más que nunca si-gue vigente la reivindicación que, en sumomento, planteaban el Movimiento delos No alineados y el Grupo de los 77 porla construcción de un Nuevo Orden Eco-nómico Internacional y la reestructura-ción del sistema financiero internacional.Esto, sin duda alguna, influye en el ima-ginario y la práctica de la política globalcontemporánea. No obstante, los paísesdel Sur continúan enfrentando grandes

retos que, de forma individual, es impo-sible sortear.

Dentro de esos grandes retos pode-mos destacar, en primer lugar, que las asi-metrías entre el Norte y el Sur son cadavez mayores en cuanto a la distribucióndel poder, lo que frena las oportunida-des de desarrollo autónomo y sostenido.

En segundo lugar, en la práctica po-lítica que predomina en la escala globallas naciones ricas y poderosas del Norteimponen sus ideas al resto del mundo yse han autolegitimado para utilizar el po-der coercitivo de la fuerza en caso de quesus ideas sean contrariadas.

En tercer lugar, los Organismos In-ternacionales, sobre todo aquellos dedi-cados al comercio y las finanzas, soncontrolados por los Estados ricos y losintereses corporativos de sus capitales.

En cuarto lugar, las elites políticastransnacionales están fortaleciendo unahegemonía económica sin rostro quereduce el campo de acción para el esta-blecimiento de políticas de desarrollo via-bles en el Sur.

Y por último, la evidencia históricarevela que ninguna potencia renuncia vo-luntariamente al poder, con lo cual, lasacciones de rechazo a la subordinaciónpolítica y económica deben ser colecti-vas e implican un claro enfrentamiento.

En este contexto, la República Boli-variana de Venezuela, bajo el gobiernode Hugo Chávez, plantea alternativas almodelo imperante en las escalas nacio-nal, internacional y global para impulsarun modelo de relaciones internacionalesbasado en la equidad, la pluralidad y elrespeto mutuo, que permita a los paísesdel Sur una posición más favorable en elescenario internacional y hacer frente alos actuales desequilibrios.

La visión estratégica para la construc-ción de un nuevo modelo de relacionesinternacionales que plantea Venezuela co-

mienza por casa, en un claro ejercicio decoherencia entre el discurso y la acción.En el plano legislativo da prioridad al ejegeopolítico de relaciones Sur-Sur, con es-pecial atención al espacio sudamericano,tal y como queda reflejado en la Consti-tución Nacional de 1999 (preámbulo y lasección quinta en sus artículos 152 al 155)así como en los Planes de Desarrollo Eco-nómico y Social de la Nación 2001-2007,2007-2013 y 2013-2019. El gobierno bo-livariano es consciente de la necesidad deincrementar la autonomía política y eco-nómica conquistando su real indepen-dencia, y que ello sólo es posible bajo unesquema de acciones coordinadas conotros países del Sur con quienes compar-te el mismo lugar en el mundo.

El nuevo enfoque geopolítico en loslineamientos de la política/acción exte-rior venezolana consigue su marco de re-ferencia en la doctrina del Socialismo delSiglo XXI y en la convicción de que esnecesario crear una nueva geopolíticamundial en contraposición a la visión clá-sica que explica el mundo bajo sus aspec-tos territoriales.

Por ello, el modelo de relaciones Sur-Sur bolivariano apoya el planteamientode que la construcción de un mundomultipolar no se base sólo en los aspec-tos territoriales sino que incluya la inter-acción de los fenómenos políticos,económicos y sociales, superando así laheredada visión estado-céntrica de las re-laciones internacionales.

De esta forma, el modelo bolivaria-no presenta características de gran valorpara la construcción de una nueva arqui-tectura internacional, como lo son, sufuerte carácter antiimperialista y antihe-gemónico, así como su clara vocación in-ternacionalista. Dichos caracteres lepermiten impulsar espacios de solidari-dad y complementariedad con sus veci-nos del Sur y desarrollar espacios como

la Alianza Bolivariana para los Pueblosde América -Tratado de Libre Comerciode los Pueblos (ALBA-TCP), la Unión deNaciones Suramericanas (Unasur), la Co-munidad de Estados Latinoamericanosy Caribeños (CELAC) y el fortalecimien-to del Mercosur, así como, esquemas deasociación estratégica como Petrocaribe,entre otros, constituidos como espacioscomunes para el fortalecimiento de la au-toestima regional, confianza mutua y co-operación internacional para el desarrolloen marcos regionales.

Finalmente, con la estrategia geopo-

lítica bolivariana se pretende influir –enla medida de lo posible– en la idea de queel desarrollo es promover el “vivir bien,con justicia y dignidad”, contribuir a lacreación de un mundo multipolar y pro-mover la integración sudamericana enun clima de paz y solidaridad.

Bajo esta óptica, Venezuela colaboraen todas las iniciativas que permitan alos países del Sur, y en especial a los lati-noamericanos y caribeños, asociarse yalzar la voz para ejercer sus derechos co-mo países y sociedades soberanas, librese independientes. <

CARA AL FUTUROEMENTO

LE MONDE DIPLOMATIQUE EN ESPAÑOL I SEPTIEMBRE 2012 I 3

por TAHINA OJEDA MEDINAInvestigadora asociada al Instituto

Universitario de Desarrollo yCooperación de la Universidad

Complutense de Madrid.

por JESSE CHACÓNDirector de la Fundación GISXXI,

ex ministro de Interior y Justicia.

JÓVENES RESIDENTES DE CIUDAD CARIBIA, PROYECTO DE VIVIENDA SOCIAL DENTRO DE LAGRAN MISIÓN VIVIENDA VENEZUELA, QUE HASTA LA FECHA HA ENTREGADO APROXIMADA-

MENTE 250.000 HOGARES //MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA VIVIENDA Y EL HÁBITAT

Círculo de Bellas Artes // Sala Ramón Gómez de la Serna //c/ Alcalá 42, Madrid // entrada libre hasta completar aforo.

Bernardo Álvarez.Embajador de Venezuela en España

Raúl Morodo.ex embajador de España en Venezuela. Catedrático de Derecho Constitucional

Ignacio Ramonet.director de Le Monde diplomatique en español

Marcos Roitman.profesor titular en Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid

Tahína Ojeda.investigadora asociada, Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación, UCM

Venezuela de cara al futuromesa redonda

miércoles, 26 de septiembre a las 19h30

Page 4: Suplemento: Venezuela de cara al futuro

LE MONDE DIPLOMATIQUE EN ESPAÑOL I SEPTIEMBRE 20124 I VENEZUELA DE CARA AL FUTURO