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Suplemento Especial - Edición N°56
L o h i c i m o s
p o r e l P e r ú
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La Operación Chavín de Huántar -una de las más reconocidas y estudiadas a nivel de estrategia e inteligencia militar a nivel
mundial- no fue una improvisación, fue el resultado de la inteligencia, tenacidad, decisión y coraje de valerosos hombres que no dudaron en poner en riesgo sus vidas para liberar al país entero del terrorismo.
Año tras año reconocemos la valentía de los comandos de nuestras Fuerzas Armadas y con especial gratitud recordamos el legado de valor que dejaron el Coronel EP Juan Valer Sandoval y al Capitán EP Raúl Jiménez
Chávez, quienes ofrendaron su vida, durante el enfrentamiento con los terroristas del MRTA, integrado por 14 delincuentes que la noche del 17 de diciembre de 1996, tomaron la residencia del embajador del Japón en el Perú, cuando se celebraba el natalicio del Emperador de Japón Akihito.
Hoy, muchos de estos valientes hombres -a quienes el Perú le tiene una deuda eterna- se encuentran combatiendo nuevamente por la pacificación de nuestro país, en un escenario distinto y hostil, el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).
Toma de la Embajada de Japón
A las 8:19 de la noche del 17 de diciembre de 1996, 14 miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) tomaron la residencia del embajador del Japón en el Perú, cuando se celebraba el natalicio del Emperador de Japón Akihito evento al que asistían 800 invitados entre empresarios, diplomáticos, religiosos, militares y políticos. Los 14 terroristas ingresaron por la propiedad colindante que se encontraba vacía, dinamitaron la pared limítrofe, avanzaron al terreno
Hace diecisiete años, las páginas de la historia del Perú y del mundo se escribieron con valor, corajey profesionalismo. Aplaudida por el Estado Peruano, la Operación Chavín de Huántar permitió rescatara setenta y dos vidas puestas en riesgo por la insania terrorista en el año 1997.
Ade la residencia, los asistentes en los jardines entraron en pánico y se refugiaron dentro de la residencia, los terroristas ingresaron armados y les comunicaron que eran rehenes.
Al día siguiente, fueron liberados mujeres, ancianos -incluidas la hermana y la madre del entonces presidente Alberto Fujimori- y personal de servicio, y sólo retuvieron a 72 como rehenes.
Néstor Cerpa Cartolini, líder del MRTA, exigía la liberación de miembros de su partido, incluida su pareja, Nancy Gilvonio.
Algunos rehenes en la Embajada de Japón
Francisco TudelaEn ese tiempo Ministro de Relaciones Exter iores y después Pr imer Vicepresidente del Perú.
Alejandro Toledo ManriqueAnalista económico, ex candidato presidencial y futuro Presidente del Perú (2001-2006).
Luis Giampietri RojasAlmirante de la Marina de Guerra del Perú y posteriormente, Vicepresidente de la República en el segundo
gobierno no consecutivo de Alan García.
Alex KouriAlcalde del Callao y más tarde, presidente regional del Callao.
Fernando AndradeHermano de Alberto Andrade, ex alcalde del distrito de Miraflores y hoy congresista.
Juan Julio WitchSacerdote y activista político.
17 años de la victoria
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La reacción del Gobierno
El 22 de diciembre, el entonces Presidente de la República, Alberto Fujimori Fujimori hizo su primer anuncio oficial sobre la toma de rehenes. En un discurso televisado de cuatro minutos, condenó el acto y llamó al asalto del MRTA “repugnante”, rechazando sus demandas en su totalidad.
Durante la crisis, que se prolongó hasta abril de 1997, el gobierno no podía arriesgarse a efectuar un movimiento militar que pudiera poner en riesgo la vida de los rehenes. Los 126 días que duró la toma de la residencia japonesa, el gobierno mostró una apertura a negociar.
En busca de una solución pacífica, el Gobierno nombró una Comisión de Garantes para que sostuviera conversaciones con el MRTA, integrada por el embajador de Canadá y exrehén, Anthony Vicent; el entonces
Arzobispo de Ayacucho, Juan Luis Cipriani; y un delegado de la Cruz Roja, Michael Minnig. Sin embargo, las negociaciones con el MRTA se estancaron.
Antesala de la Operación
Los Coroneles del Ejército José Williams Zapata, Luis Alatrista y los jefes de los grupos de la Fuerza trabajaron desde diciembre en el plan de operaciones “Nipón 96”. El objetivo era llegar al interior de la residencia al mismo tiempo y por diferentes lugares.
Luego de pensar en una incursión de madrugada en parapente y ala delta, se decidió excavar seis túneles que llegaran a la sala, el comedor, la biblioteca y el jardín. Para ello, se contrató a un grupo de mineros de La Oroya, quienes excavaron los pasillos subterráneos, similares a las de la cultura pre inca “Chavín”, que le darían nombre a la operación.
Para esta exitosa operación fueron convocados 141 militares con experiencia en combate, comandos especializados en intervenciones rápidas, expertos en manejo de explosivos, francotiradores, y hábiles en la lucha cuerpo a cuerpo, pertenecientes al Ejército y la Marina de Guerra.
Este personal inició su preparación y gracias a la información recogida por personal de inteligencia, los comandos conocieron al enemigo, su armamento y capacidad de lucha. Estudiaron la ubicación de los explosivos, de los subversivos y de los rehenes. Asimismo, memorizaron los rostros de cada uno de los rehenes, para evitar errores durante la operación.
Además, casi todos los movimientos de los emerretistas eran conocidos por los comandos. Lo mismo sucedía con sus conversaciones, que eran escuchadas minuciosamente. En forma sistemática, se ingresó a la residencia nipona micrófonos, mini radios, instrumentos de vigilancia que fueron introducidos en unos termos y una guitarra que le llevó a la residencia con el pretexto de levantar el ánimo de los cautivos.
En la preparación para el asalto, el Almirante Luis Giampietri -experto en operaciones de inteligencia y comando- fue provisto de estos instrumentos y se le dio instrucciones cifradas para que advirtiera a los
rehenes diez minutos antes de que comience la operación militar.
El Día D: Operación Chavín de Huántar
El 22 de abril de 1997, a las 15:23, se inició la Operación Chavín de Huántar. La primera gran explosión se produjo a los pies de los terroristas que estaban jugando fulbito en la sala de la residencia. El potente estallido fue la señal para que se iniciara el ataque por otros frentes distintos, lo cual desconcertó al enemigo.
El General Leonel Cabrera Pino lideró la patrulla Alfa, que ocupó el primer
“‘Estábamos preparados para salvarlos sobre nuestro
propio sacrificio’, señaló Williams en el año 2002.”
Armamento de los Comandos “Chavín de Huántar”
Casco de combate israelí de acero y fibra de vidrio. Fusil de asalto Galil de origen israelí.
Fusil Automático Soviético AKM.
Anteojos de protección Uvex. Subametralladora israelí Mini Uzi
Subametralladora alemana HK MP5 de 9 mm. Chaleco antifragmentario de origen israelí fabricado con fibras de kevlar y de diseño flexible. Pistola Browning 9mm de fabricación norteamericana.
Uniforme de fabricación norteamericana, de gran resistencia y diseño especial.
“‘El planeamiento detallado, piso por piso; los ensayos,la minuciosidad, la coordinación y la voluntad de todos
los comandos posibilitaron que todo saliera bien. No tener éxito representaba costos políticos, sociales y militares’,
sostuvo el General Williams.”
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piso, y el Teniente Coronel Robles del Castillo la patrulla Delta, en el segundo nivel. Tuvieron el apoyo de una unidad de francotiradores y del grupo de seguridad, encargado de cuidar las espaldas a la fuerza de asalto.
El grupo Alfa detonó explosivos en las puertas y ventanas que hicieron volar las trampas colocadas por los hombres de Néstor Cerpa. También abrieron boquetes en las paredes, por los que irrumpieron disparando contra los emerretistas que trataban de huir a la segunda planta. Los hombres de Delta treparon al segundo piso por la escalera de servicio de la parte trasera de la residencia y por la escalera lateral que daba a la terraza, donde fue rescatado el entonces canciller Francisco Tudela.
El comandante EP Juan Valer llegó detrás de la patrulla Delta y se encontró cara a cara con cinco terroristas. La bala que lo mató le
ingresó por la espalda, debajo del chaleco, cuando se agachó para proteger a Tudela.
E l Capitán Raúl J iménez cayó abatido en la segunda planta, también a consecuencia del enfrentamiento entre los comandos y los emerretistas falleció vocal supremo Carlos Giusti Acuña, el único rehén secuestrado que perdió la vida. La operación, sin embargo, funcionó como una obra de relojería. Y fueron liberados setenta y un rehenes.
Reacciones después del exitoso operativo
La comunidad internacional elogió la intervención: Chavín de Huántar era la
operación de rescate más exitosa de la historia.
El 23 de abril, un día después del rescate, los garantes emitieron un acta en la que indicaban que siempre buscaron la salida pacífica al problema, y que la operación militar estuvo exclusivamente a cargo del gobierno. Para Vincent, embajador de Canadá, “la intervención militar, bajo esas circunstancias, fue justificable”.
El Comando que ofrendó su vida por la paz
El Comandante Juan Va ler -póstumamente ascendido a Coronel- fue el comando que recibió la orden
Cronología
17 de diciembre de 1996Miembros del MRTA toman la residencia del embajador de Japón en Perú con más de 700 rehenes. Rápidamente liberan alrededor de la mitad de los rehenes.
20 de diciembre (día 3)Otros 38 rehenes fueron liberados.
21 de diciembre (día 4)Fujimori declara que no habrá conversaciones.
22 de diciembre (día 5)255 rehenes fueron liberados.
28 de diciembre (día 11)20 rehenes fueron liberados.
31 de diciembre (día 14)Se permite a un grupo de reporteros ingresar en la residencia.
21 de enero (día 35)Miembros de la policía y del MRTA intercambias disparos.
2 de marzo (día 75)Los miembros del MRTA se niegan a recibir asilo en Cuba y en República Dominicana.
22 de abril (día 126)Fuerzas especiales peruanas irrumpen en la residencia. Un rehén, dos comandos y todos los miembros del MRTA resultan muertos.
“Chavín de Huántar es la operación más grandiosa que
se ha realizado de rescate de rehenes en la historia del
mundo, no hay otra operación que tenga el nivel de limpieza
y de eficiencia como esta”.Almirante (r) Luis Giampietri Rojas.
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de sacar sano y salvo al ministro Tudela de la residencia nipona, y la cumplió aún a costa de su propia vida.El valeroso comando lo cubrió con su cuerpo mientras ambos corrían hacia la escalera que conducía a la libertad. En ese momento Francisco Tudela escuchó disparos y sólo atinó a seguir avanzando. En el aire sintió que una bala le perforaba la pierna, en ese momento escuchó que alguien decía: “El comandante Valer ha caído”. Comprendió que el hombre que lo protegía había sido alcanzado por las balas enemigas.
Juan Valer, el militar que pudo sobrevivir a numerosas pruebas de
riesgo durante su entrenamiento y a más de una emboscada en Ayacucho, había muerto; pero lo hizo en su ley. En su uniforme se encontró
la carta que escribió a su familia. “Al leer la carta, sabrán que, como consecuencia del rescate he perdido la vida. Espero que los objetivos se hayan logrado porque por ello hemos trabajado y muchas veces dejando responsabilidades en nuestra querida Escuela Superior de Guerra’’, escribió.
Por último, el deseo que expresa en las líneas finales, lo pinta de cuerpo entero: “Pido a todo el mundo que me recuerden como el Comando Valer”.
Juan Valer Sandoval fue integrante de la promoción “Teniente Luis García Ruiz” y pertenecía al arma de Infantería. Egresó con el grado
“La Operación Chavín de Huántar fue impecable. Un intervención militar
exitosa que puso fin a un acto criminal como lo fue la toma de rehenes en la
embajada de Japón”.Fiscal de la Nación, José Peláez
Bardales.
de Subteniente, en enero de 1978. En 1984 ingresó a la Escuela de Comandos del Ejército. Su preparación incluyó manejo de explosivos, curso de anfibios, técnicas de rescate de rehenes e intervenciones rápidas, supervivencia y pruebas de arrojo y valor, paracaidismo y escalamiento de montañas. Obtuvo el primer puesto y se le concedió la insignia “Pachacútec”, máximo galardón de un comando.
Sensible pérdida de un ejemplar magistrado
En medio de la algarabía nacional, el hogar de Carlos Ernesto Giusti Acuña
-uno de los rehenes que por esos giros del destino no pudo salir vivo de la residencia del embajador nipón- lucía desolado.
Aquella noche del 22 de abril fue unánime el dolor, el Magistrado Giusti había fallecido a consecuencia del operativo. Sus compañeros en los días de cautiverio recordaban tristemente su ánimo cordial, amable y entusiasta para dar fe en esos difíciles momentos.
Carlos Giusti Acuña fue un hombre bueno y de trato franco. Graduado en San Marcos, su carrera fue rápida y brillante. Ingresó como juez
en la Corte del Callao, para luego postular como Vocal en Lima, donde fue presidente de la Corte en dos oportunidades.
Giusti fue un defensor de los derechos humanos y un magistrado incorruptible. Su ejemplo perdurará en nuestros tribunales.
Por su acción heroica, comandos soportan juicios y demandas
En junio de 2002, el fiscal Richard Saavedra formuló denuncia penal por delito de homicidio calificado contra el ex asesor presidencial Vladimiro
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Montesinos, el general EP (r) Nicolás Hermoza Ríos; el coronel EP (r) Roberto Huamán, el coronel PNP (r) Jesús Zamudio Aliaga; los generales EP Jaime Patiño y José Williams, en su calidad de jefes operativos de la Operación Chavín de Huantar, y otros 13 comandos. Según el fiscal, al menos tres emerretistas fueron ejecutados extrajudicialmente cuando ya se habían rendido.
El Poder Judicial abrió proceso penal y, de forma paralela, lo hizo el Fuero Militar Policial. Este incidente determinó la existencia de una contienda de competencia que, en agosto de 2002, fue resuelta por la
Corte Suprema que presidía el doctor Guillermo Cabala. La Corte Suprema decidió que los 13 comandos sean juzgados por el Fuero Militar Policial; mientras Montesinos, Hermoza Ríos, Huamán Azcurra y Zamudio serían procesados en el fuero civil.
Un año después, el Fuero Militar Policial absolvió a los comandos por “falta de pruebas”. Y el juicio en la vía civil siguió.
Ese mismo año, en 2003, la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh) denunció el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos alegando que la justicia
militar solo es competente para juzgar delitos de función. El asesinato, según la normativa, no cae en esa categoría.
Ocho años después, en junio del 2011, la CIDH presentó el informe de fondo Nº 66/11, concluyendo en la existencia de ejecuciones extrajudiciales en tres casos y la “irregular” intervención de la justicia militar, por lo que recomendó al Estado abrir un nuevo proceso civil contra los comandos absueltos en el fuero castrense. El documento le fue notificado al entonces ministro de Justicia, Francisco Eguiguren, pero éste no lo habría atendido oportunamente, por lo que la CIDH
llevó el caso a San José de Costa Rica.
En ese sentido, el entonces presidente del Consejo de Ministros Óscar Valdés expresó el malestar del gobierno por la actuación de Eguiguren.
En febrero del 2014, los abogados Ántero Flores Aráoz y Delia Muñoz asistieron a la audiencia pública de la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José de Costa Rica.
Los destacados juristas presentaron un alegato con documentación, testimonios e imágenes que acreditan
que la operación de rescate no solamente fue victoriosa, sino que respetó la normatividad legal, y fue hecha por los representantes del Estado, es decir las Fuerzas Armadas, con pulcritud y con el respaldo de toda la ciudadanía.
Respecto a la sentencia de la Corte Interamericana, esta se daría a conocer entre julio y agosto de este año.
Diecisiete años después, no deja de ser paradójico que una operación de éxito reconocido se convierta en el emblema de la defensa de los Derechos Humanos.
“En febrero del 2014, los abogados Ántero
Flores Aráoz y Delia Muñoz presentaron a la CIDH, con
sede en San Joséde Costa Rica, un alegato
con documentación, testimonios e imágenes
que acreditan que la operación de rescate
no solamente fue victoriosa, sino que respetó
la normatividad legal”.
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Mensaje del Jefedel Comando Conjunto de las Fuerzas Armadasen Ocasión del Décimo Séptimo Aniversario
de la Operación Chavín de HuántarHIMNO
A LOS COMANDOSCHAVIN DE HUANTAR
Letra y Música: José Escajadillo
Comando ChavÍn De HuÁntarEjemplo de coraje y decisión
Audacia valor y heroismoQue el planeta estremeció
El mundo gritó VictoriaUn día 22 de Abril
Y entre lágrimas y algarabíaE himnos entonados por la Paz
Orgullosa nuestra BanderaFlameaba hasta el último confin
Valer, Jiménez Y GiustiNo volvieron
Dieron su vida por la LibertadComo legado a las generaciones
Inmolandose por los demás
Dejando claro un mensaje al futuroNo negociar jamás con el terror
La dignidad de la Patria es primeroY un privilegio morir por su Honor
Comando Chavín de HuántarUn sentimiento peruano nos unióY juntos escribimos esta historia
Por la gloria del Perú
Gracias comandos heroicosPor devolvernos con vida al hogar
Por su espíritu de sacrificioQue nunca podremos olvidarComando Chavín de HuántarEjemplo de coraje y decisión
Aquel 22 de Abril de 1997, cuando retumbó la primera explosión, en la residencia del Embajador del Japón, los Comandos del Perú, iniciaron una lección más de valor e impecable
estrategia militar, arrebatando de las garras del terrorismo homicida del MRTA, a 71 rehenes sanos y salvos.
Los relojes marcaban las 15.23 horas de ese día, cuando un selecto grupo de Comandos de las Fuerzas Armadas del Perú, iniciamos la Operación Chavín de Huántar, demostrando al país y al mundo, coraje y decisión en el cumplimiento de la misión encomendada, y una eficiente preparación cuyo exitoso resultado ratificó la eficacia de su entrenamiento.
Entrenamiento que requirió inversión de no pocas horas de tiempo y recursos materiales en infraestructura y equipo que posibilitó a los comandos adiestrarse y actuar en detalles y situaciones de complejidad, en las que se aprestaron dominando técnicas y metodologías con destreza y precisión para minimizar los riesgos durante el desarrollo de la operación.
Sin embargo ese día lamentamos la pérdida de vidas humanas, producto del fanatismo terrorista, recordando que dieron su vida en el cumplimiento del deber dos heroicos Oficiales convertidos en símbolos de la lucha por la paz y el orden democrático en nuestra Patria: el Coronel EP Juan Valer Sandoval y el Capitán EP Raúl Jiménez Chávez y junto a ellos cayó abatido por las balas terroristas el distinguido magistrado Carlos Giusti Acuña.
Hoy a 17 años de la victoriosa Operación Chavín de Huántar, como Oficial General más antiguo en actividad que participó en ella y en mi condición de Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, considero importante, hacer un alto horario en nuestras cotidianas responsabilidades para reflexionar sobre las lecciones aprendidas en un hecho que marca un hito en la lucha contra el terror y la muerte en el país.
En la Operación Chavín de Huántar, dimos lo mejor de nuestras capacidades por la vida de nuestros semejantes, no hubo distingos de nacionalidades o profesiones para sacarlos de su condición de rehenes, luchamos por la vida de todos, como que entre nosotros tampoco se distinguieron los colores del uniforme institucional, todos pusimos nuestra cuota de sacrificio, el soldado, el marino
y el aviador, para el éxito de una misión que significaba la diferencia entre la vida o la muerte. Ahora desde una democracia debidamente constituida, en la que recordamos en el frente interno y externo que el desarrollo y la inclusión social constituyen los nuevos conceptos para lograr una paz permanente y sostenida, es un deber mantenernos vigilantes y no olvidar el sacrificio de nuestros héroes que marcaron con su ejemplo glorioso huellas indelebles a seguir.
Y aquí, conceptuamos no solo a nuestros patronos institucionales, hablamos de un sinnúmero de combatientes anónimos que aún continúan inmolando sus jóvenes vidas en la lucha por el orden democrático y, respetando las distancias históricas, lo hacen con la misma convicción y estoicismo de un Coronel Bolognesi, un Almirante Grau o un Capitán Quiñones.
Son estas generaciones la garantía de continuidad de unas Fuerzas Armadas, suficientemente preparadas para el cumplimiento de su misión constitucional, complementadas con la identificación plena de ideales y convicciones patrióticas, heredadas de nuestros precursores de ayer, con el ejemplo de los combatientes de hoy.
Recordemos que tenemos aún el puño apretado contra ese enemigo mortal de la sociedad que es el narco terrorismo, y es nuestro deber hacerles frente, sin embargo, no estamos solos en el empeño, tras nosotros están las comunidades organizadas, los sectores públicos y privados que en un común empeño también ocupan su puesto para preservar una democracia que tanto costo consolidar al país.
En esta fecha de real trascendencia histórica para las Fuerzas Armadas y el país, desde el celaje de un recuerdo inmensamente agradecido a los hombres que hicieron posible esta victoriosa acción militar, un reconocimiento personal e institucional, que ellos sepan que su ejemplo de integridad, valor y patriotismo, constituye el mejor legado para nuestros jóvenes combatientes.
Leonel Cabrera Pino General de Ejército Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas
